domingo, 29 de enero de 2012

VENEZOLANOS DE HIERRO, BUQUES...



“Hombres de hierro…”, ha sido un notable esfuerzo de Jairo Bracho por hacer históricas las vivencias publicas de un grupo de marinos venezolanos que prestaron servicios desde los años finales del siglo XIX hasta el inicio de la década de los años sesenta del siglo XX. Las virtudes personales de estos hombres dejaron una huella tal que a pesar que los avatares de la política ocultaron sus acciones públicas en olas sucesivas de sedimentos de demagogia, la consistencia de estos sedimentos ha sido tan débil que permitió su fácil remoción para hacer que se mantenga presente su labor y su legado a las nuevas generaciones. En este sentido este libro es un levantamiento arqueológico de gran alcance tal como se desprende del revisionismo que ha surgido del mismo seno de la Armada venezolana. Al respecto, los miembros de la marina de guerra venezolana han intentado, de manera general, entender el por qué de las vivencias del presente y qué nos espera en el futuro por venir echando primeramente una ojeada al pasado cercano de nuestro país para posteriormente hacer una reflexión de naturaleza ontológica que permita mejorar su función pública dado los retos que actualmente estamos enfrentando.

De manera particular, el autor ha destacado como virtudes, después de un riguroso proceso de revisión de expedientes, documentos oficiales y otras fuentes históricas, el ser-guerrero, ser-revolucionario, ser-servidor público, ser-conductor de militares y civiles. Para Bracho estas virtudes pueden ser tenidas como dignas de ejemplo para las nuevas generaciones. Pero, ¿Cómo estas cualidades que en el pasado sirvieron en un país que estaba en proceso de constitución pueden ser destacadas hoy en día si las circunstancias son diferentes? ¿Por qué la acción pública de estos hombres en un periodo histórico turbulento puede ser resaltada cuando las turbulencias del presente indican que las concepciones del mundo que hoy día nos determinan y no están circunscritas a un espacio geográfico especifico denominado Venezuela?

Aquí habría que hacer un paréntesis.

Venezuela desde sus inicios revolucionarios en los tempranos días del siglo XIX siguió un proceso que onticamente la condujo de una república a un Estado cuya clase dirigente representada emblemáticamente por el gomecismo redujo los focos de resistencia de grupos de venezolanos que lucharon por rescatar en cierta forma el origen republicano del país. Esta lucha parece mantenerse aun vigente pero gracias a la asociación de los conceptos de república y democracia.

El Ethos en una sociedad republicana es la virtud. Este hecho se evidencia en las obras de la  mayoría de los autores de obras políticas desde la antigüedad. En el presente, Paolo Virno tomo las categorías políticas desarrolladas por Arendt para tratar de entender el significado actual del concepto de virtud a partir del carácter público y no publico del virtuosismo.

Como se sabe la expresión virtud denotaba originalmente a todo ser humano capaz de permanecer entre el más y el menos, es decir, en la moderación prudente tanto en la poiesis como en la praxis. En la modernidad esta expresión ha sido entendida como el ánimo y el coraje para obrar bien. Teniendo en cuenta lo precedentemente señalado, Virno expreso que la actividad de los virtuosos se caracteriza por ser "una actividad que se cumple -que tiene sus propio fin - en si misma sin objetivarse en una obra perdurable, sin depositarse en un producto terminado, o sea algo que sobrevive a la interpretación. En segundo lugar, es una actividad que exige la presencia de los otros, que existe solo a condición de que haya un público". Para este autor, la acción política es virtuosa por ser productiva y todo virtuosismo es esencialmente político. Pero, por otro lado existe otro tipo de actividad que aun siendo virtuosa y está relacionada con la producción, no es pública.

La importancia de esta acotación estriba en el hecho que en "Venezolanos de hierro, buques..." estamos frente a la presencia de unos hombres virtuosos que ejecutaron acciones políticas y otros que ejecutaron acciones cuyo efectos políticos se puede visualizar en un segundo o tercer grado que podríamos denominar no-publicas. Así pues, Delgado-Chalbaud, Vegas, Larrazabal entre otros, realizaron actos políticos enmarcados en la poiesis cuyo alcance fue de conocimiento público. Y Picardi, Palmieri, Rivero Núñez, Ghersi Gómez, por ejemplo, fueron hombres públicos que ejecutaron obras políticas no-publicas pero cuyos actos fueron trascendentes. En el medio de la acción pública y no-publica se encuentran otro grupo de profesionales como Pellicer, Sosa Ríos, Taylhardat, Pérez Alcántara, por citar algunos, cuyos actos políticos fueron netamente militares. Es posible que Bracho haya omitido sin querer otros profesionales, pero se intuye que, en primer lugar, los mencionados en esta obra obedecen a una intencionalidad sobre la que se tratara más adelante, en segundo lugar, esta libro de por sí, se presenta como una obra no acabada.

Ahora, ¿Que tienen en común estos hombres que actuaron públicamente en momentos distintos de una historia venezolana caracterizada por la consolidación del Estado, es decir, la consolidación en el poder de una clase dirigente que actuó a expensas de la comunidad política llamada Venezuela?

La respuesta a esta interrogante es muy controversial. Estos hombres han estado conscientes de la naturaleza marítima del ser-venezolano y fueron consecuentes al luchar por el retorno a ese origen desde sus diversos campos de batalla. Sus formas de lucha fueron actos de resistencia que variaron desde los intentos por construir una república hasta el de crear una plataforma marítima para recuperar un espacio marítimo que fue cedido por las clases dirigentes de turno para perpetuarse en el poder.

La intención de Bracho en este contexto es entonces rescatar del olvido la labor de estos marinos venezolanos que en circunstancias adversas lograron hacer una contribución para el bienestar de la polis venezolana y hacer, en consecuencia, que su memoria sirva como horizonte para la acción de los marinos del presente y del futuro. En el plano moral esta intención persigue proponer un "deber ser" que sirva de guía para la acción. ¿Por qué Bracho abordó este tema en las circunstancias que hoy día estamos viviendo? ¿Por qué es necesario rescatar del olvido la labor de estos hombres? Al parecer, el autor está observando carencias que la acostumbrada apelación a los mitos de nuestra gesta independentista no puede subsanar y están relacionadas con una pérdida de rumbo que nos ha apartado de la esencia de nuestra profesión: el mar. Como la armada venezolana no se construyó en una década, habría que hacer un diagnostico de cómo se produjo ese proceso de desviación que ha obligado a traer al presente las vivencias de treinta y ocho venezolanos.

Esta intencionalidad permite entonces retomar las preguntas realizadas al inicio de este prologo relacionadas con la pertinencia actual de "Venezolanos de hierro, buque..."

El aumento de la asertividad de los venezolanos ha venido aparejado con el aumento de la conciencia política de una gran parte de la humanidad que esta clamando por un mundo mejor. Los venezolanos a los cuales Bracho se ha dignado de destacar fueron hombres normales que estuvieron entre el más y el menos. Ellos siguieron una línea de universo que se hizo diferente por estar sumidos en un contexto de cambios que hicieron de su obra algo trascendente. Las líneas de universo de estos hombres en algún momento de nuestra historia se cruzaron o se acercaron lo suficiente para crear planos de consistencia que favorecieron la constitución de rizomas, estructuras a-centradas, sin jerarquía unidas por un nexo, una afiliación común: los espacios acuáticos.

La armada venezolana es producto de la constitución de un plano de consistencia establecido en los mismos orígenes de nuestra venezolanidad que en un periodo de nuestra historia se convirtió en raíz a partir de una idea de trascendencia de diferentes tonalidades que creó una estructura de poder que ha regido el país durante dos siglos en perjuicio de todos. Los hombres aquí recordados fueron hombres normales cuya parusía se produjo cuando entendieron la significación de los espacios acuáticos para Venezuela por efectos de su profesión naval. El evento trascendente se produjo cuando, desde diferentes estaciones de combate, estos marinos entendieron en el tiempo el divorcio histórico de la clase dirigente nacional con nuestra esencia marítima.

La gravedad de esta situación, y esta parece ser otra de las preocupaciones de Bracho, es que los espacios marítimos, así como el aéreo y el de las ondas son los espacios donde hoy en día se juega el futuro de la humanidad debido a que la tendencia es que tengan dueños, dejen de ser espacios libres, comunes, para convertirse en lugares privados. Esta tendencia es la que permite conectar a los espacios marítimos con la idea de la cosa pública, res-publica, republica y la democracia debido a que la condición sine qua non de una cosa pública es su pertenencia a todos. La lucha por la que se empeñaron estos treinta y ocho venezolanos fue la de construir una plataforma por medio del cual pudiéramos ser-estar en los espacios acuáticos. El ser-estar es lo que permite afirmar que esos espacios son comunes y por lo tanto de todos y para ser-estar en los espacios comunes hay que conocerlos. Así pues, si la esencia de la venezolanidad es lo acuático, las virtudes destacadas en esta obra son actos de fe en aras de construir un mundo mejor.

Entonces, lo que es de destacar de estos venezolanos cuya memoria ha rescatado Bracho, es su pro-fesión en y para el mar y no hay nada más normal que hacer un acto de fe por lo inconmensurable, lo desconocido, ligarse a algo que signifique la construcción de algo común.

La acción pública de estos hombres debe ser destacada como ejemplo a seguir porque así como sus actuaciones fueron efecto de un acto de fe, pro-fesión, esta profesión se externalizo como un modo de ser y hacer que ha permitido a los marinos venezolanos de hoy en día ser-estar en los espacios acuáticos y es un deber moral hacer que en el futuro este ser-estar sea posible para las nuevas generaciones.

Consecuentemente, el propósito de Bracho con esta obra es invitar a los marinos venezolanos y a los venezolanos, en general, a religarse con el mar para tener futuro. Para ello se ayudó de una expresión, al parecer, surgió en una hora menguada de la España marítima: “Hombres de hierro, buques de madera…”, pero lo que precedió a esta expresión fue otra no menos significativa: “honor sin barcos”… la esencia de las armadas no son los buques… es el espíritu que hace que esos buques nos permitan ser-estar en los espacios acuáticos.

lunes, 16 de enero de 2012

DIPLOMACIA NAVAL FRANCESA EN VENEZUELA: PERIODO 1936-1942



INTRODUCCIÓN.

El 09 de septiembre de 1901, en Río Hacha, el Comandante de escuadra venezolano Leopoldo Pellicer subió a bordo del crucero francés “Le Suchet”[2] (3300 ton) para conferenciar con su Comandante luego de que su fuerza naval se empeñara en un enfrentamiento desencadenado por el interés venezolano de apoyar a los liberales colombianos en guerra con el partido conservador. Este enfrentamiento se produjo porque había un estado de guerra entre Venezuela y Colombia originado por la invasión del estado Táchira. Por otro lado, la participación francesa se originó, bajo el pretexto de la protección de ciudadanos extranjeros, por el interés de ese país en ayudar al partido conservador como último recurso para evitar la secesión de Panamá y la pérdida del control de la construcción del canal interoceánico[3].

Venezuela formalmente no estaba en guerra con Colombia a pesar de las acciones militares llevadas a cabo hasta ese momento. Mucho menos con Francia. Pero ese día el crucero francés facilitó las operaciones de desembarco de tropas conservadoras colombianas embarcadas a bordo de otro buque francés (el “Alexander Bixio”) y del buque artillado colombiano “General Pinzón”, con el apoyo además del Remolcador artillado “Penélope” perteneciente al Reino Unido[4].

La conversación entre los comandantes venezolano y francés tuvo como único resultado que la escuadra venezolana se replegara al Cabo de la Vela sin abandonar el teatro de operaciones. El tipo de acción llevada a cabo por la marina francesa fue un tipo de diplomacia naval podría ser catalogada como catalítica, según Cable, (1977:98) debido a que los franceses buscaron “pescar en rio revuelto” para destrabar una situación política para que esta se inclinara a su favor.

Luego de esta acción llevada a cabo por la marina de guerra francesa cambio completamente el escenario geoestratégico del Caribe y ello hizo que la actitud de Francia pasase a ser más conservadora y fijase su atención en el frente europeo, dado que los tambores de guerra estaban haciendo un estruendo que fue silenciado en 1914 a cañonazos. Francia volvería a prestar más atención al mar Caribe, en la década de los años treinta del siglo pasado, pero la diplomacia naval había dejado de tener la agresividad demostrada a inicios de siglo y su conducta político-estratégica estuvo condicionada por el entendimiento con el Reino Unido y por el deseo de evitar una nueva y costosa guerra (Renouvin, 1964:966-968). Esta conducta se expresó en las colonias de manera directa, según Bansart, dado 1.-) el sistema centralista de su estructura de gobierno 2.-) la deliberada desconexión de los territorios caribeños entre sí (Nwiehed, 2000:826-827). Es decir, su política pasó a ser netamente defensiva en todos los ámbitos. Este deseo sería frustrado por el ascenso de Hitler al poder en Alemania y ello la obligó a emprender acciones que la colocaran en una posición negociadora que lograra satisfacer sus propios intereses al menos en el Caribe y especialmente en relación con Venezuela.

El esfuerzo diplomático naval realizado por Francia con relación a Venezuela entre 1936 y 1940 tuvo dos momentos diferentes. El primer momento (1936-1938) se enmarca también, de acuerdo con Booth, en la voluntad de realizar “demostraciones de poder naval” y “proyectar una imagen favorable del país” en ultramar para disminuir costos y aumentar beneficios (Blanco, 2004:104-105)[5]. El segundo momento (1939-1940), además de las demostraciones de poder naval se plantearon la realización de actos de naturaleza definitoria si las circunstancias lo ameritaran en concordancia con su esfuerzo de guerra y que pudiesen resolver en otro plano diplomático en relación con terceros Estados. Por tal motivo, me he propuesto describir las expresiones de voluntad francesas llevadas a cabo mediante la diplomacia naval en el periodo 1936-1938, las acciones navales desarrolladas en el periodo 1939-1940 y las acciones de diplomacia naval emprendidas entre 1941-1942. El objeto es describir y analizar cómo se desarrollo la defensa de los intereses marítimos franceses en el Caribe en el plano diplomático-naval a partir de la aceptación del statu quo político-estratégico establecido después del bloqueo anglo-ítalo-alemán de nuestras costas de 1902-1903[6].

         1.-     PERIODO 1936-1938.

         Francia por herencia colonial es también un país caribeño. Este sólo hecho indica de por sí que ese país posee una presencia naval permanente en el área, sin embargo, para Francia según Coutau-Begarie, el Caribe abarca el océano Atlántico meridional, con lo cual es posible abarcar la boca del río Amazonas de acuerdo a su concepción geográfico (1989:56).

         La estación naval francesa en el Caribe está ubicada en la isla Martinica. Estuvo comandada hasta el año 1939 por un Capitán de Fragata y después del 01SEP39 por el Almirante George Robert. Si bien, en esta estación naval hasta el año 1939 contaba con medios destacados permanentemente, las visitas oficiales realizadas por buques franceses a nuestros puertos provino de directivas emanadas de la metrópoli. Hubo dos visitas oficiales realizadas por la Marina Francesa: una realizada en el año 1937 por el croiseur école “Jeanne d´Arc” y los sous-marins “Persée” y “Poncelet” y otra realizada en el año 1938 por los submarinos “Agosta” y “Beveziers”[7].

         Esta visita oficial realizada entre el 25 y el 29 de enero de 1937 estuvo catalogada como de adiestramiento y como una expresión de la voluntad de Francia de estrechar las relaciones de amistad franco-venezolanas[8]. El crucero escuela francés zarpó de Toulon, tocó el puerto tradicional de arribo al norte de América del sur, es decir, Puerto España y posteriormente se dirigió a la costa este de EE.UU.[9]. Este hecho hace necesario hacer una primera observación en el sentido que dada las diferencias de capacidades entre el crucero y los submarinos, se estima que los segundos deben haber estado destacados en el Caribe y en un punto hicieron rendezvous con el crucero para ingresar al puerto de La Guaira. Con ello se quiere indicar que los medios navales destacados en Martinica eran rotados periódicamente como se observará a lo largo del presente capítulo[10].

         Llama la atención también que una acción diplomática como una visita oficial haya incluido también a dos submarinos, puesto que la eficacia “expresiva” de estos medios, sobre todo en esa época, era muy limitada. Según el Almirante Raoul Castex, los submarinos, luego de la experiencia obtenida en la Primera Guerra Mundial, se había convertido en los máximos exponentes de la guerra de corso, es decir, la guerra contra el tráfico marítimo, sin embargo, estos medios, como se demostraría también en la Segunda Guerra Mundial, serían muy efectivos para la realización de acciones encubiertas, así como de vigilancia y reconocimiento. Así pues, si se tiene presente los incidentes navales provocados por el hundimiento de buques mercantes llevados a cabo por “submarinos desconocidos” en la etapa inicial de la Guerra Civil Española[11], es de tener presente que la marina francesa pudo haber considerado el empleo de estos medios para la realización de actividades de exploración y reconocimiento. Esta inferencia se deduce también de las posiciones políticas asumidas tanto por el Reino Unido, Francia y Venezuela en las conferencias de desarmes realizadas a finales de los veinte y principio de los treinta del siglo pasado[12].

         La segunda visita oficial de buques franceses estuvo representada por los sous-marins “Agosta” y “Beveziers”. Esta visita realizada en el año 1938 estuvo acompañada por una denuncia realizada por el Director de Marina relacionada por la visita no autorizada de estos submarinos a Cumaná[13]. Los dos submarinos franceses permanecieron en La Guiara del 17 al 24ENE1938, por lo que hubo tiempo para que los galos hicieran demostraciones a los marinos venezolanos de las capacidades de estos medios navales[14]. Teniendo presente que esta fue la segunda visita de medios de esa naturaleza y de las demostraciones realizadas por los marinos franceses se evidencia que la Dirección de Marina debió de haber mostrado interés en estos medios, más aún cuando el Director en esos momentos se encontraba en una misión en Italia para la adquisición de los futuros cañoneros “Urdaneta” y “Soublette”. Este interés estaría también acompañado por las recientes adquisiciones de material de guerra y por el envío de oficiales venezolanos a cursos de capacitación (Pérez-Lecuna, 2000:315-316)[15].

         Sobre la presencia de submarinos franceses antes del año 1939 en el Caribe habría que hacer otras inferencias. Francia en ese entonces disponía de la primera fuerza submarina del mundo. El desarrollo de su capacidad submarina y del tipo de acciones que comenzaron a realizar estos tipos de medios en el mar Caribe pudo haber sido consecuencia de la confluencia de los siguientes hechos: 1.-) la experiencia alemana de la Primera Guerra Mundial contrastada con la poca actividad que tuvo la marina francesa en ese periodo y 2.-) un proceso de acomodación político burocrático que hizo que los seguidores de la llamada “Jeune École” en ese país pudieran poner en práctica sus ideas en un contexto político social signado por una reticencia a empeñarse en nuevas aventuras militares.

         Sobre la experiencia alemana en la Gran Guerra se puede afirmar que Francia se benefició de ella gracias a la obtención de varios U-Boot´s como consecuencia del proceso de reparaciones derivado del Tratado de Versalles que le permitieron emprender nuevos proyectos de desarrollo de submarinos[16].

         En relación con la “Jeune École”, esta fue una nueva teoría estratégica desarrollada en Francia a finales del siglo XIX que consistía: 1.-) el empleo de grandes piezas de artillería de costa para la defensa naval y 2.-) darle primacía al desarrollo de pequeñas unidades fuertemente armadas (lanchas torpederas y submarinos) para emplearlas contra los grandes buques de combate y realizar a su vez raid´s contra el tráfico marítimo. Esta teoría que ha sido considerada como la estrategia de los más débiles fue concebida originalmente por Dupuy de Lôme y el Almirante Aube y desarrollada por Guilhéneuc, como un mecanismo para hacer frente al poder naval del Reino Unido (Coutau-Bégarie, 1999:529), pero con el cambio de la situación estratégica que permitió el entendimiento que colocó a ambos países en el mismo bando en la Primera Guerra Mundial, esta teoría fue relativizada (Roksund, 2007:197-205)[17]. No obstante, con las limitaciones para el desarrollo del poder naval impuestas en el Tratado de Washington, el pensamiento estratégico naval francés debió haber considerado el desarrollo del arma submarina como un mecanismo de disuasión estratégica en relación con los países anglosajones y Japón. En consecuencia, las visitas de submarinos franceses a Venezuela desde el punto de vista diplomático estuvieron dirigidas a expresar la voluntad de empleo de estos medios en relación con las potencias marítimas que operaban en el mar Caribe y con respecto a Venezuela como un ofrecimiento “comercial” para renovar nuestra armada bajo la citada concepción estratégica.

En esta inferencia habría que tener presente dos hechos: 1.-) el Tratado de París donde nuestro país sufrió la mutilación territorial que colocó al Reino Unido en la desembocadura del Río Orinoco y 2.-) la experiencia del combate naval de Río Hacha, tal como ha sido reseñado por Bracho, donde dos pequeñas embarcaciones venezolanas fuertemente armadas hicieron que el crucero “Le Suchet” tuviese que marcar distancia con la artillería principal para evitar el ataque con torpedos (Bracho, 2011:35). Sobre el primer aspecto no habría mucho que decir desde la perspectiva estratégica-naval. Sobre el segundo se evidencian trazos que indican la posible influencia del pensamiento naval francés en la marina de guerra venezolana de finales del siglo XIX[18]. Estos trazos, al parecer, se mantuvieron en las conferencias de desarme realizadas en el año 1932, puesto que, como lo señala Sainz-Borgo, el delegado venezolano se plegó “a la posición francesa en contra de la anglo-norteamericana, de que los submarinos son de carácter defensivos y forman parte de una estrategia de defensa nacional” (Farage, 2011:148), con lo cual dentro de la estrategia político-comercial francesa se calculó que era posible el establecimiento de relaciones bi-nacionales más estrechas a las en ese entonces existentes.

Teniendo presente lo antes mencionado, llama la atención que el proceso de adquisiciones que condujo a la compra de los cañoneros “Urdaneta” y “Soublette” estuvo más condicionado por las adquisiciones navales colombianas que por una visión estratégica de gran alcance que considerase las limitaciones del país y los potenciales adversarios. En este sentido la visión estratégica de la “Jeune École”, como la que nos ofreció Francia en ese entonces a pesar de ser limitada nos hubiese dado una gran profundidad estratégica y un apreciable poder de negociación en la guerra por venir. Este hecho nos permite arribar a otra conclusión: la naciente marina de guerra venezolana estuvo entre los años 1936 y 1939 bajo el estigma burocrático-cultural del ejército, por lo que fue imposible pensar en una estrategia militar nacional de gran alcance que diera sentido a un serio programa de modernización como se intentó llevar a cabo por la dirigencia político-militar. En esto quizás pudo haber influido la orientación socialista del gobierno francés, no proclive a ser seguida por el gobierno venezolano de esa época[19].

Irónicamente, la ayuda que recibiría el país por parte de Estados Unidos sería una reafirmación anglosajona de la “Jeune École” pero bajo un fundamento diferente, es decir, el pensamiento militar-naval francés, de acuerdo con las enseñanzas de Castex, daba primacía al hecho que en la guerra el objetivo principal en la guerra se encontraba en tierra, en contraposición a la visión anglosajona y especialmente mahaniana, que coloca a este en el mar. Esta diferencia sería en la práctica una distorsión que ha impedido el equiparamiento de la relación intereses marítimos-capacidades navales defensivas que en el pensamiento militar venezolano se ha acentuado desde mediados del siglo XX por la misma influencia estadounidense y en la actualidad debido a la influencia cubana. 

2.-     PERIODO 1939-1940

A partir del estallido de la guerra se reorganizó la estructura militar naval francesa en las Antillas estableciéndose una Comandancia en Jefe de las Fuerzas Marítimas del Atlántico Oeste con sede en Martinica (Fort de France)[20], nombrándose al efecto al mencionado Almirante Robert (Pérez-Lecuna, 2000:372). Este Almirante, muy mal recordado por las sociedades creole de esa isla, sería nombrado también “Alto Comisionado de Francia en las Antillas y la Guayana francesa” asumiendo también, y de forma descentralizada, las funciones de Comandante de Teatro de Operaciones (Ibíd.:273). La misión principal de este nuevo comando fue: “asegurar la unión con los Ingleses y Americanos”, asegurar las comunicaciones marítimas propias y de los aliados e impedir el tráfico marítimo del enemigo (Ibíd.).

Según Pérez-Lecuna, las fuerzas navales francesas destacadas en el Caribe comprendieron a partir de SEP1939: el crucero escuela “Jeanne d´Arc” y el crucero ligero “Primaguet”, que cumplirían también las funciones de transporte de tropas, el crucero submarino “Surcouf”, el navío colonial “Ville d´Ys[21], seis (06) dragas, tres (03) lanchones centinelas y se le añadirían en los meses sucesivos el portaviones “Béarn”, el crucero ligero “Émile Bertin” y una división de cruceros auxiliares compuesta por los buques: “Barfleur”, “Esterel” y “Quercy” (Ibíd.)[22].

Con el estallido de la guerra operarían también en el mar Caribe, por breve periodo, los submarinos: “Agosta”, “Ouessant”, “Ceres”, “Beveziers”, “Sidi Ferruch”, “Venus”, “Iris” y “Pallas” (Ibíd.)[23]. La presencia inusual de estos medios pudo estar originada por el interés de cazar primeramente buques mercantes alemanes y posteriormente italianos en el área. No obstante, la acción de estos submarinos produjo alarmas sobre todo en lo concerniente a una apreciable cantidad de cables telegráficos producidos en los primeros días del estallido de la guerra que trataban sobre el avistamiento de presuntos submarinos desconocidos o alemanes[24].

Como se sabe, Alemania, si se sigue la amplia información disponible a la fecha, no estuvo en capacidad de operar con submarinos en el 1939. El Reino de los Países Bajos destacó dos submarinos al mar Caribe, pero estos arribaron en octubre de ese mismo año y regresarían a Europa después del 10MAY1940. El Reino Unido no tenía submarinos destacados en el área y nuestro país sólo fue visitado por un submarino estadounidense en tránsito a su patria[25]. Teniendo presente esta aclaración se estima que fueron submarinos franceses los que estuvieron realizando reconocimientos en nuestras aguas, presumiblemente buscando buques enemigos. Esta acciones, junto con el incidente acaecido en Cumaná en 1938 y la posterior acción del crucero auxiliar “Barfleur” en el Golfo de Venezuela parecen ser indicativo de que la conducta diplomática naval francesa en relación con Venezuela ha sido la de realizar fait accompli siguiendo al  efecto el  modelo “Le Suchet”, sobre todo por la carencia de medios que pudieran dar una respuesta proporcional a la agresión cometida.

Los submarinos franceses, retornarían a Europa a la par de los neerlandeses a partir del 10MAY1940. La causa probable debió haber sido la previsión de la entrada en guerra de Italia, pero su arribo al escenario de guerra europeo fue para observar en primera fila la caída de su país ante los panzer alemanes y para participar en la tragedia que pronto los involucraría. De estos submarinos, el Sourcouf sería capturado por los ingleses en Plymouth el 03JUL1940 y hundido bajo la bandera de la Francia Libre el 18-19FEB1942 luego de hacer colisión en el Golfo de México con el mercante USS Thomson; el “Agosta” sería hundido en Brest el 18JUN1940 luego de caer, al parecer, en manos alemanas; el “Ouessant” y el  “Venus” serían autohundido en Toulon el 27NOV1942; el “Sidi Ferruch” y el “Pallas” serían hundidos por buques estadounidenses dentro del marco de la Operación “Torch”; el “Ceres” sería desarmado en Orán en OCT1942; el “Irís” sería internado en Cartagena el 27NOV1942, pero luego serviría bajo la bandera de la Francia Libre[26] y el “Beveziers” sería hundido el 05MAY1942 en Madagascar por buques británicos dentro del marco de la operación “Bonus-Ironclad”.

         Como se sabe, el drama francés, que afectó a Venezuela de manera directa e indirecta, tuvo su obertura entre 21MAY y el 25JUN1940[27]. Además de su obertura, tuvo tres actos y un desenlace final. Los actos fueron: a.-) el relacionado con el oro del banco de Francia, b.-) el simbolizado en Mers-el-Kebir, y c.-) la operación “Torch” que comprende el periodo 1941-1942. El desenlace final estuvo representado por el suicidio de la flota en Toulon en noviembre de 1942. La importancia de esta categorización se debe a que ayudará a entender la situación político-estratégica y su reflejo en la diplomacia naval en el mar Caribe en el periodo crítico del armisticio francés y sus consecuencias en relación con Venezuela.

                   a.-) Obertura: periodo 21MAY-25JUN1940.

                   Este periodo se inicia con la operación “Dynamo”, es decir, la evacuación de Dunkerque, y abarca el derrumbe militar francés y la entrada en guerra de Italia y finaliza con el Armisticio firmado con Alemania e Italia. El derrumbe militar francés ocasionó 1.-) un gran esfuerzo para la procura de armas en EE.UU. y 2.-) una movilización naval para evitar que las reservas de oro del banco de Francia cayeran en manos alemanas. La entrada en guerra de Italia generó las condiciones para que se produjera el incidente del Barfleur en el Golfo de Venezuela y el armisticio franco-alemán generó el retiro de las tropas francesas de las Antillas neerlandesas y un cambio de la situación estratégica en el Caribe.

                   El derrumbe militar francés provocó una importante concentración de buques de guerra en Martinica ya reseñada previamente. Por una parte, el portaaviones “Béarn” y el crucero “Jeanne d´Arc” quedaron atrapados con un importante cargamento de aeronaves estadounidenses destinada a reponer las pérdidas sufridas en los primeros días de la campaña de Francia y el crucero Emile Bertin quedó también en Fort de France luego de dejar una parte importante de la reserva de oro del banco de Francia. El buque de reproavisionamiento “Mekong” también quedó atrapado por la misma circunstancia[28].

                   La entrada en guerra de Italia el 10JUN1940 provocó una corrida y persecución de los buques mercantes de ese país en el Caribe. En este contexto, el crucero auxiliar francés “Barfleur” trató de abordar y luego inutilizar a los mercantes italianos “Alabama” y “Dentice” dentro del Golfo de Venezuela a pesar de haber sido declarado “aguas interiores”[29]. El empleo de la fuerza por parte del buque francés se enmarca dentro de lo que en diplomacia naval ha sido denominado como un acto definitorio que persigue generar un fait accompli permitiendo con ello trasladar el problema a otro plano de negociaciones[30]. La violación francesa de aguas interiores venezolanas generó una serie de notas de protestas que se extendieron hasta julio, fecha en que Francia ya no estaba en guerra. La respuesta francesa que indicaba, según Nieves-Croes, que el “Estado no conocía de esa posición venezolana” (Farage, 2011:205-206), refleja más que un desconocimiento, el hecho que fue muy difícil en ese entonces mantener una posición de neutralidad si no se disponía de un poder de negociación tal que intimidase a cualquier potencia militar en guerra a violar la soberanía del Estado venezolano.

Por otra parte, si se tiene presente el incidente “Barfleur” a la luz de los actos del pasado como: el caso “Le Suchet” y las acciones desestabilizadoras llevadas a cabo por corsarios pertenecientes a la Francia revolucionaria en la península de la Goajira entre 1795-1800, según Bracho (2005:170-174), llama la atención la fijación francesa de esa parte de norte de América del Sur, sin embargo, la naturaleza de las acciones diplomáticas realizadas desde el año 1938 hasta el fait accompli ejecutado por el “Barfleur” representan no sólo el cambio de la política francesa en el mar Caribe y el norte de Suramérica, también la lucha que emprendió ese país por seguir jugando un rol relevante en un mundo que estaba cambiando al ritmo de la producción militar y la guerra.

                   b.-) El impacto de Mers-el-Kebir en el Caribe:

La caída de Francia, el armisticio y la instauración de un gobierno ideológicamente afín a la Alemania nacionalsocialista y la Italia fascista produjo un desequilibrio en el tablero de ajedrez mundial con el agravante que el país galo poseía una poderosa flota de alta mar y un vasto imperio colonial. Ambos pasaron a ser piezas de negociación para asegurar su supervivencia. Esta circunstancia adquirió mayor complejidad cuando 1.-) un grupo de franceses liderados por el general Charles De Gaulle decidieron declararse en rebeldía con el nuevo gobierno francés y continuar la guerra, y 2.-) el Reino Unido decidió intentar destruir la flota francesa por temor a que esta cayera en manos alemanas.

El paso de una parte de Francia a una posición de neutralidad y la declaración de lealtad de las Antillas francesas al nuevo gobierno, dejó a importantes medios navales estacionados en el mar Caribe en momentos en que el Reino Unido: 1.-) se preparaba para defender su territorio de una probable invasión por parte de la victoriosa Alemania y 2.-) se encontraba empeñado en operaciones militares contra Italia en el norte y oriente de África. Sin embargo, el hecho que una parte de Francia fuese neutral no implicó que dejase de estar en estado de guerra. El ataque británico a la escuadra francesa en el norte de África (Operación “Catapult”) y posteriormente a Dakar (Operación “Menace”) tuvo como telón de fondo este estado de guerra y representó un proceso de reacomodación que tuvo como premisa: 1.-) las conversaciones sostenidas entre el Almirante Robert y el gobernador de Trinidad y las Antillas inglesas para neutralizar las posesiones francesas en el Caribe y Atlántico meridional (Pérez-Lecuna, 2000:374), 2.-) la retirada francesa de Aruba y 3.-) el reordenamiento de la situación estratégica en el Caribe por el acuerdo anglo-estadounidense que significo la cesión de bases a cambio de destructores y otros pertrechos de guerra y el aumento de la presencia estadounidense en el área.
                                                                                 
En relación con la vigilancia británica de Martinica se puede afirmar que esta acción fue la reproducción de la clásica rivalidad naval anglo-francesa representada en el concepto de fleet in being, es decir, flota en potencia que fijaba en los dos casos medios navales con mayor perjuicio para el Reino Unido necesitado de buques para hacer frente a los escenarios de guerra del canal de la mancha, mar Mediterráneo y cuerno de África. En este sentido, fueron destacados los buques de guerra HMS “Trinidad” y el HMS “Dunedin” para vigilar los movimientos de los buques franceses desplegados en Martinica. La retirada francesa de Aruba fue otro exponente de esa situación que se resolvió a favor del Reino Unido con la ocupación de las Antillas neerlandesas por parte de Estados Unidos.

El espacio político-estratégico del Reino Unido, el Reino de los Países Bajos y Francia en la región fue ocupado por Estados Unidos y ello colocó a este último país en un proceso de negociación con Francia para neutralizar las posesiones en el continente. La primera fase de este proceso culminó con el expediente Greenslade-Robert en el año 1940 (Pérez-Lecuna, 2000:374-375). De acuerdo con el entendimiento con el Reino Unido y posteriormente con EE.UU., la fuerza naval francesa que había quedado en Martinica iba a permanecer inmovilizada. Este acuerdo más o menos duraría hasta que ese territorio se sumó a la Francia Libre y evitaría, a pesar de los altibajos, que las Antillas francesas fuesen ocupadas por otra potencia extranjera.

A pesar de lo mencionado precedentemente, se posicionó en el mar Caribe un país que ideológicamente pasó a ser afín con la Alemania nacionalsocialista y la Italia fascista, países con que Venezuela aún en ese entonces mantenía buenas relaciones. Dentro de este contexto, la historia de la relación del Caribe francés con tierra firme, de modo general, y con la capitanía general de la Nueva Andalucía, de modo particular, debió haber pasado a ser preocupación de EE.UU., más aún si se tiene presente, la movilidad y autonomía de los pescadores nacionales en el área y la sorpresiva visita de la fuerza de tarea de submarinos franceses a Cumaná en el año 1938. Si bien en el año 1940, nadie previó el colapso francés, el gobierno estadounidense desplegaría su diplomacia naval hacia nuestro país para expresar su voluntad de defender a cualquier precio sus intereses, con gran efectividad en Venezuela y Brasil[31], y llegaría a preparar planes de invasión de los territorios franceses para ser ejecutados si la situación lo hubiese ameritado.

Con respecto a las relaciones diplomáticas Francia-Venezuela después del Armisticio de 1940, hasta ahora sólo se ha tenido acceso al intercambio de notas diplomáticas relativas al caso Barfleur-Alabama-Dentice, faltaría indagar cómo fueron las relaciones de Venezuela con el nuevo gobierno, al menos hasta fines del año 1942, porque ello permitiría obtener una idea de cómo se movió el tablero estratégico en el mar Caribe. Hasta ahora sólo se ha llegado a conocer que, el jefe de legación francesa, A. Barois abandonaría el cargo después del Armisticio. El gobierno de Vichy enviaría como reemplazo al conde H. de Montbas a fin de continuar en lo que fuera posible con los proyectos de urbanización de la creciente ciudad de Caracas (Martín Frenchilla, 1993:383). El caso es que después de 1940 no hubo más buques franceses en nuestras costas, pero el influjo del mar sobre la tierra y de la tierra sobre el mar a decir del Almirante Castex, mantuvo bastante cerca y bastante lejos a los dos países.
        
3.-     PERIODO 1941-1942.

         En este periodo hubo una Francia derrotada por Alemania que se vio forzada por una parte a mantener la neutralidad en relación con la guerra que libraba este último país con el Reino Unido y por la otra, esa misma Francia derrotada fue obligada a mantenerse en guerra debido a la presión que ejercieron los británicos por neutralizar su flota de alta mar y sus colonias cuya posición estratégica podía afectar intereses británicos. Sin embargo, hubo otra Francia combativa que asumió la derrota de 1940 como una batalla perdida, pero no la guerra. El combate naval de Dakar (Operación “Menace”) sería el primer acto donde se enfrentaron franceses contra franceses, el segundo ocurrió en el año 1941 en Siria y posteriormente en Madagascar en 1942 (Operación “Bonus-Ironclad”) y constituirían alicientes para evitar que esas expresiones de guerra civil se manifestasen en territorios americanos. A raíz de esta amarga experiencia, los franceses de Vichy tomaron las siguientes medidas: 1.-) establecieron como Regla de Enfrentamiento, disparar contra las unidades navales británicas en actitud hostil, no así contra las unidades navales estadounidenses y 2.-) reprimieron toda sedición o manifestación pro-gaullista o pro-británica.

Teniendo presente este contexto, fue en el mar Caribe, a partir del 14FEB1942 donde estuvo en riesgo el destino de las Antillas francesas debido a la acción de la primera manada de submarinos alemanes que produjo estragos en el Golfo de Venezuela, las Antillas neerlandesas y el Mediterráneo americano en general. Así pues, en este periodo, es conveniente destacar, en primer lugar, los esfuerzos franceses por mantener el statu quo y los esfuerzos anglo-norteamericanos por mantener las posesiones francesas del atlántico occidental neutralizadas y, en segundo lugar, cómo la llegada de los U-Boot alemanes afectó a los dos países más reticentes en entrar en guerra y tomar partido por un bando, es decir, Francia y Venezuela.

         En relación con el juego diplomático en que estuvieron involucrados franceses, estadounidenses y británicos en el Caribe, este estuvo centrado en la neutralización de las capacidades y medios navales franceses en las Antillas y el atlántico meridional y en la voluntad de la Francia de Vichy de mantener un poder de negociación que le permitiera garantizar su supervivencia. El poder de negociación de Vichy se fundamentaba en la flota de alta mar y en los territorios de ultramar[32]. A tal fin, los británicos presionaron a los estadounidenses para que estos a su vez forzaran a los representantes de Vichy en Martinica para cambiar su actitud en relación con los aliados. Al efecto, hubo representantes de la Francia Libre que intentaron producir dicho cambio. Por su parte, los estadounidenses estaban reforzando sus posiciones en el mar Caribe, amparándose no sólo en el acuerdo de bases por pertrechos de guerra alcanzado con los británicos en 1940, también por su interés de asegurar sus fuentes de materias primas.

         Los esfuerzos que hizo la Francia de Vichy encarnada en el Almirante Robert no sólo estuvieron relacionados con mantener su statu quo en relación con las otras potencias presentes en el área[33], también sus esfuerzos fueron encaminados para contener la creciente disidencia interna, aupada esta desde EE.UU., las posesiones inglesas en el área y por propios agentes de la Francia Libre. La Francia Libre, además de estos esfuerzos, organizó a escala internacional otra estructura de representación que se denominó Comité Nacional de Liberación Francesa. El hecho más representativo de la resistencia francesa en Martinica fue la visita que hizo André Breton y el apoyo que les dio a los disidentes, en especial a Aimé Cézaire, perseguidos por las autoridades coloniales.

En Caracas este comité estuvo representado por Raymond Vis y su propósito, además de servir a los intereses de la Francia que apoyaba a la causa aliada, fue la de reclutar personal para enrolarlo a las filas del ejército gaullista (Martín Frenchilla, 1993:394). No se conoce hasta ahora si hubo alguna relación entre los comités de franceses libres que conectara las posesiones francesas con Venezuela, lo cierto, es que a pesar que la división de Francia se reprodujo en nuestro país, el objetivo al que apuntaron todos los que hicieron presencia en nuestro país fue la de mantener los negocios en proyectos desde antes del estallido de la guerra.

La resistencia francesa en el Caribe operó desde las islas británicas de Santa Lucía y Dominica. Su acción consistió en: 1.-) sacar de las Antillas francesas a voluntarios para el ejército gaullista[34] y 2.-) erosionar las bases del control político de Vichy sobre las islas.

La acción estadounidense en el año 1941 tuvo, como ya se esbozó dos vertientes además del apoyo irrestricto que le estaban dando al Reino Unido en la región: 1.-) se alentó a la opinión pública desde el comité de Relaciones Exteriores del Congreso para predisponer al país para ocupar las posesiones francesas; 2.-) el establecimiento de mecanismos de negociación con el Almirante Robert para llegar a un entendimiento que evitara una invasión de los territorios franceses en el continente americano. Para diciembre del año 1941, se había logrado alcanzar un acuerdo, denominado Horne-Robert[35] que en términos prácticos representó la neutralización de la Francia de Vichy en el Mar Caribe y Atlántico Meridional. ¿Qué significó la neutralización y qué relación tiene esta con el concepto de neutralidad?

La neutralidad, según Bobbio et allí, refiere a una condición jurídica en donde un Estado unilateralmente declara permanecer ajeno a un conflicto bélico existente entre dos o más Estados. Generalmente, este concepto ha estado asociada a Estados débiles o periféricos en relación con los beligerantes y su aplicación ha estado relacionada hasta fecha reciente a: 1.-) la asunción de una política basada en principios que podrían ser considerados como morales y 2.-) el ejercicio de acciones en concordancia con intereses políticos. La neutralidad puede ser integral o restringida a un ámbito en específico y puede ser llevada a cabo de manera armada o desarmada. La neutralización, por su parte, es el establecimiento mediante un acuerdo de uno o varios actores internacionales para que un Estado permanezca neutral de manera transitoria o permanente (Russell y Tokatlian, 1998). Como se observa, la neutralidad es una posición asumida autónomamente por un Estado y la neutralización, generalmente es impuesta (por persuasión o por coacción) constituyendo una restricción o limitación del neutralizado para obrar autónomamente.

Según esta conceptualización se puede afirmar que todos los países de la región incluyendo a Francia llevaron a cabo una neutralidad restringida con las siguientes acotaciones: la Francia de Vichy observó una neutralidad armada a partir de JUL1940, EE.UU. llevó a cabo una neutralidad desarmada en el año 1940 y armada en el año 1941 e Iberoamérica siguió una neutralidad desarmada. Como se observa, la capacidad de defensa, como ya se ha mencionado, constituía el fundamento para negociar, pero esta defensa también estaba condicionada legalmente, especialmente en todo lo relacionado a los aspectos marítimos (O´Connell, 1975:17)[36].

O´Connell, en este sentido afirmó la relación existente entre el derecho internacional y el poder naval, pero este derecho estaba referido al papel de terceros Estados (neutrales) en relación con dos o más países en guerra y a la eficacia en garantizar una política de neutralidad mediante la disuasión o la coacción armada. Desde esta perspectiva la política de neutralidad liderada por EE.UU. en el continente americano al inicio de la guerra perseguía ganar tiempo con respecto a Europa y neutralizar indirectamente al resto de los países de la región. Pero esta neutralización fue de manera indirecta debido a que en las conferencias panamericanas de Panamá y La Habana todos los Estados se acogieron a la declaración de neutralidad. Ahora, esta neutralización operó con respecto a las potencias europeas que poseían colonias en la región, especialmente Francia y el Reino Unido.

Con la caída de Francia y la ocupación del Reino de los Países Bajos, el Reino Unido y EE.UU. cambiaron su estrategia política y persiguieron hacer pasar a los países de la región de una neutralización tacita a una explícita con el fin de 1.-) garantizar el statu quo colonial y 2.-) para que EE.UU. lograra de manera más fácil expandir su área de influencia que en ese entonces era disputada con Argentina. Se trataba de evitar lo que ocurriría en los meses sucesivos, es decir, algo parecido al intento fallido del Reino de Tailandia de arrebatar a Francia la indochina. Ello explica por una parte el énfasis de la diplomacia estadounidense con respecto a Venezuela, Brasil y Argentina, tres países vecinos de posesiones europeas.

Al convertirse Francia de manera forzada en un país neutral, pasó a ser el quinto país de la región en esa situación política[37] dentro de un contexto en que EE.UU. estaba buscando por todos los medios de entrar en la guerra. La acción de Mers-el-Kebir y Dakar forzaron a Francia a asumir una neutralidad armada incompatible con los intereses británicos y la política estadounidense que en el año 1941 pasó a esa misma condición de neutralidad. Por ello fue un imperativo anglosajón la neutralización de las posesiones francesas en el Caribe y el Atlántico Meridional.

Los mecanismos que condujeron a la neutralización explicita como paso previo para lograr la beligerancia de la región contra Alemania, Italia y Japón fue, en primer lugar, mediante la famosa ley de préstamos y arriendos y, en segundo lugar, mediante cartas de intención (Carta Atlántica), declaraciones de voluntad (declaración de las Naciones Unidas) y cartas de entendimiento (como el acuerdo Horne-Robert). Todo ello de modo que fuese posible que se fueran creando obligaciones que condujeran a la construcción de normas de carácter universal. Las Antillas francesas quedaron momentáneamente neutralizadas explícitamente con el acuerdo Horne-Robert a finales de 1941, Brasil quedó neutralizado explícitamente con la aceptación de bases estadounidenses en Natal[38] y posteriormente asumió una posición de beligerancia, Venezuela quedó explícitamente neutralizada con el acuerdo de defensa naval de ENE1942 y Argentina, a pesar de más o menos apoyar todas las resoluciones americanas (con la excepción de la Conferencia de Río de Janeiro de 1942), quedó explícitamente neutralizada con un cambio de gobierno hecho de manera extra-constitucional en 1944 y por los cambios de los vientos de la guerra a favor de los Aliados.

Así pues entre los conceptos de neutralidad y neutralización media el agente que le da vida a esos conceptos. Es decir, la neutralidad es expresión de soberanía entendida como autonomía, plenitud y exclusividad de competencias. La neutralización es provocada mayormente por la acción directa o indirecta de agentes externos que al final de cuentas tiene como consecuencia la limitación de la soberanía estatal. Para enero de 1942 esta limitación fue aplicada a las Antillas Francesas y Venezuela, pero se pondría a prueba cuando la primera manada de U-Boot´s alemanes hizo estragos en el Golfo de Venezuela, las Antillas Neerlandesas y como consecuencia de las acciones emprendidas en el Caribe, el U-156 del CC Harstenstein recaló de manera clandestina en Martinica para dejar un herido en combate[39].

La acción del U-156 trajo como consecuencia que la isla fuese sometida a bloqueo en los momentos de mayor intensidad de la guerra en el Caribe y consecuentemente a acciones de contrabloqueo por parte de U-Boot´s alemanes, a pesar que dicha acción podría ser considerada como un hecho enmarcado dentro de las practicas comúnmente aceptadas. Ahora ¿Qué significó este acto permitido por el Almirante Robert? La Conferencia de La Haya del año 1907 establecía los derechos y funciones de un poder neutral en la guerra naval. Según esta conferencia un buque de guerra no podía básicamente permanecer por más de 24 horas en un puerto y podía reabastecerse de los recursos que normalmente se provee en tiempos de paz (O´Connell, 1975:33-34), con lo cual, el hecho autorizado por el almirante francés fue un intento de reafirmar la soberanía, en ese entonces de la Francia de Vichy en esos territorios, aún a pesar de las limitaciones impuestas por la geografía y las circunstancias. También se ha cuestionado la clandestinidad con que se hizo el desembarque del herido, pero, la experiencia del Graff Spee y la necesidad de no reducir la ventaja táctica del submarino indujeron a que el toque operacional se produjera en esas condiciones.

La causa de haber traído al presente este hecho se debe a que fue relativizado y oscurecido por la amarga experiencia que representaron los enfrentamientos entre los mismos franceses por una raison d´Etat, al margen de los nacionales que fueron afectados y los enfrentamientos entre Francia y sus antiguos aliados. Resultaría interesante hacer un estudio del comportamiento venezolano que hizo que nacionales del mismo apoyaran una causa en esa guerra cuando el Estado estaba apoyando a la otra. Ello daría luces para entender la complejidad del mundo de hoy.

Como ha destacado Pérez-Lecuna y otros autores del oriente de nuestro país, pescadores y otros nacionales venezolanos apoyaron el esfuerzo de guerra alemán en el Caribe[40]. Venezuela en el año 1942 había quedado neutralizada por el acuerdo de defensa suscrito en ENE1942, pero sólo había roto relaciones diplomáticas con Alemania, Italia y Japón. Los ataques de submarinos que se iniciaron el 14FEB la obligaron a aceptar, no sólo la instalación de baterías de defensa de costa sino también que los sirvientes fueran militares estadounidenses por lo menos hasta que los militares venezolanos fuesen adiestrados. Es decir, se pasó de una situación de neutralización a una de cuasi-beligerancia. Así pues, mientras el Estado venezolano fue obligado por las circunstancias a aceptar una situación que evidenciaba una debilidad para ejercer con plenitud su autonomía y su exclusividad para actuar en un espacio dado, el Estado como tal tampoco fue lo suficientemente fuerte como para sujetar a sus ciudadanos en función de una política establecida. Los pescadores venezolanos actuaron en un espacio liso en relación con el propio Estado y en un espacio en disputa con respecto a EE.UU., Reino Unido y Alemania. Faltaría determinar si hubo algún tipo de conexión entre esos pescadores y los territorios franceses vecinos a las costas venezolanas que fuese más allá de las andanzas de los prófugos condenados a prisión en la isla del Diablo.

          Para finalizar, la Operación “Torch”, la ocupación alemana de la Francia de Vichy, el autohundimiento de la flota francesa en Toulon y el desconocimiento del gobierno de Vichy por parte de EE.UU. significó un cambio de la situación estratégica en el Caribe porque permitió que el Comité Nacional de Liberación Francesa tomara posesión de la Guayana y las Antillas francesas de forma pacífica el 14JUL1943[41]. En ese proceso estarían presentes en Martinica el buque de reaprovisionamiento “Mekong” y el petrolero “Var” (Pérez-Lecuna, 2000:574). De los buques franceses protagonistas de los acontecimientos experimentados en Martinica, el “Jeanne d´Arc”[42] participaría junto con el “Barfleur”, el “Quercy” y el “Mekong” en la operación “Anvil-Dragon”, es decir, los desembarcos del sur de Francia; el “Béarn” y el “Émile Bertin” y el “Le Terrible” serían modernizados en EE.UU., pero tendrían un poco participación por el resto de la guerra; el “Esterel”, enarbolando la bandera alemana, sería gravemente averiado por un torpedo lanzado de un submarino británico en ruta hacia Túnez en 1943[43]; y el “Primaguet” sería hundido en la defensa de Casablanca en el  marco de la operación “Torch” luego de enfrentar a los acorazados estadounidenses Wichita y Massachusetts.

         El Almirante Robert sería juzgado, degradado y condenado a prisión, pero a los pocos años, menos de los que sufrió el Capitán Dreyfus, sería rehabilitado y absuelto de todos los cargos que le fueron imputados.

         4.-     REFLEXIÓN FINAL
        
         Como se habrá observado, hubo un juego entre las expresiones de diplomacia naval y neutralidad que envolvieron las relaciones Francia-Venezuela. En este juego, la capacidad naval jugó el papel más predominante. Así como antes de la guerra, los franceses persiguieron mantener y tratar de aumentar su influencia en el país, sus actos, como se evidenció primeramente en Río Hacha, Cumaná, Los Roques, La Orchila, Catia La Mar y después en el Golfo de Venezuela, y posteriormente, en Dakar y después en Martinica, les tocaría a ellos desempeñar el mismo papel impuesto a Venezuela en circunstancias completamente adversas.

Otro aspecto que sería importante tener presente fue que si bien el submarino fue junto con el avión de combate los principales protagonistas de la guerra en el mar, el buque de superficie, como lo demostró el drama francés fue el que le dio un relativo poder de negociación al gobierno de Vichy frente al resto de potencias que se enfrentaron en la guerra. De igual forma, el submarino, que fue el medio que ofrecieron los franceses a nuestro país antes de la guerra le pudo haber dado a Venezuela un mayor poder de negociación frente a EE.UU. y el Reino Unido, pero la falta de visión estratégica, que ha revestido en nuestra historia un carácter crónico, hizo danzar al Estado venezolano al ritmo de sus propias limitaciones.

Por último, el concepto de neutralidad que en cierta forma unieron a Francia y Venezuela en ese periodo no sólo pasó a ser una quimera por la fuerza de las circunstancia, también, desde ese entonces quedó relativizado por la estructura del orden internacional establecida después de esa guerra. A pesar de ello, este hecho ha abierto la posibilidad para que sujetos a partir de su misma capacidad productiva y reproductiva actúen de acuerdo con su libre albedrío como lo hicieron una considerable cantidad de nacionales venezolanos en las aguas del mar Caribe.
        
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[1] Trabajo elaborado por Edgar E. Blanco Carrero.
[2] Este crucero fue gemelo del “Davout” y su características fueron: 3000 toneladas de desplazamiento, armamento: 06 cañones 160 mm, 04 de 100 mm y 08 de 47 mm. Velocidad máxima 20,7 nudos. Ver: http://maitres-du-vent.blogspot.com/2010/12/larsenal-de-rochefort-en-1902.html y http://photographie-maritime.com/cartepostales/cuirasses.htm.

[3] Ver: Bracho P, J (2011:32-35) y Stuart McBeth, B. (2001:35).

[4] Este remolcador fue “echado a pique” por la fuerza naval venezolana (Bracho, 2011:35). Sobre el hundimiento de este buque se puede afirmar que el acto podría ser categorizado como de diplomacia impositiva según Cable, teniéndose como modelo el ejemplo del apresamiento del mercante “Altmark” en el año 1940. Ver también: Blanco (2004:97).
[5] Ver también: Cable (1977:98).
[6] Sobre este tema ver: Ojeda, D. (2002). La Planta Insolente. Caracas. Biblioteca Nacional de Venezuela: Servicio de Libro Raros y Manuscritos. 147 p.

[7] Sobre las características de estos buques ver: Mer et Marine. (2009). Histoire: La flotte française en 1939. http://www.meretmarine.com/article.cfm?id=112023

[8] En este periodo sería enviado a Francia el Capitán Carlos Delgado-Chalbaud para cursar estudios de ingeniería militar y para realizar una pasantía en Argel. Retornaría a  Venezuela en el año 1941 (Pérez-Lecuna, 2000:507)
[10] El “Persée” sería hundido frente a Dakar el 23SEP1940 por el HMS “Foresight” y el HMS “Inglefield"; y el “Poncelet” sería hundido frente a Gabón el 07NOV1940 por el HMS “Milford". Ambos dentro del marco de la operación “Menace”.
[11] Ver también: Blanco (Farage, 2011) y O´Connell (1975:79-81).
[12] Al respecto, ver: Sainz-Borgo (Farage, 2011)
[13] Esta información, obtenida por Ramón Rivero-Blanco, esta reseñada en el radiograma # 99 del 18ENE1938.

[14] Ver: La marine française.

 http://www.secondeguerre.net/articles/navires/fr/na_marinefrancaise.html. Además, ver: revista Elite N° 643 29ENE1938. Esta última información fue obtenida también por Ramón Rivero-Blanco
[15] sin embargo es de tener presente que hubo una importante presencia francesa en nuestro país debido a los proyectos de urbanismo que estaban realizando empresas francesas en Caracas. Estos proyectos quedaron interrumpidos luego que el jefe de los mismos, el Sr. M. Rotival se marchase a EE.UU. luego del estallido de la guerra y se enrolase en la fuerza aérea de la Francia Libre (Martín Frenchilla, 1993: 383).
[17] Sobre las críticas a la “Jeune École” ver también: Castex, (1938), especialmente el tomo I. Castex representó, según Coutau-Bégarie, la síntesis del pensamiento estratégico naval francés (1999:529).
[18] Esos trazos se evidencian en la estructura de la defensa naval venezolana desde la constitución de la Capitanía General de Venezuela hasta la aprobación del reglamento de Marina del año 1903 (Blanco, 2010:108-113). De igual forma, es interesante la tendencia francesa en los uniformes navales descubierta por Bracho en fecha reciente (2011:53,75-77, 87, 97).
[19] A pesar de ello es de destacar que gracias al auspicio del mismo gobierno francés, refugiados vascos y catalanes de la guerra civil española pudieron hacer vida en nuestro país, así como también judíos de la Europa central que huían de la persecución nazi (Pérez-Lecuna, 2000:343).
[20] Esta comandancia tenía como jurisdicción además de Martinica, Guadalupe y la Guyana Francesa a las islas de Saint Pierre y Miquelón ubicadas al frente del litoral canadiense. Estas islas constituirían las primeras conquistas de la Francia Libre.
[21] Este buque sería desarmado a finales del año 1940.
[22] Estos buques fueron bananeros pertenecientes a la Compañía trasatlántica francesa. A pesar de su armamento y su cambio de designación, se les continuó llamando los bananeros. Ver: http://laroyale.forum0.net/t86-les-anciens-dans-la-famille-bout-de-bois y http://www.multilingualarchive.com/ma/enwiki/fr/Armed_merchantmen#Allied_merchant_cruisers_2
[24] Ver oficio emanado por el Director de Aduana de Puerto Sucre N° 6834 del 14SEP1939, donde se reseña de un avistamiento en los alrededores de La Orchila y oficio N° 5054 del 19SEP1939 emanado por el administrador de Aduanas del Puerto de La Guaira donde informa sobre la presunta presencia de un submarino frente a Catia La Mar. El agregado militar venezolano en Washington fue también informado por las autoridades de ese país sobre la presunta presencia de submarinos en los alrededores del archipiélago de Los Roques. Ver oficio N° 60 del 20SEP1939. Esta información fue obtenida gracias a la investigación que Ramón Rivero-Blanco está llevando a cabo.
[25] Ver: Pérez-Lecuna (2000:389).
[26] Ver: (2011). Organización de la Armada francesa. http://www.lasegundaguerra.com/viewtopic.php?f=135&t=8662
[27] Ya habían pasado un par de semana de la ocupación franco-británica de las Antillas neerlandesas. En esta operación, el crucero ligero Primaguet se dirigió a Aruba, dejando una compañía de infantes de marina para la protección de las instalaciones petroleras. Este buque sería relevado hasta el 10JUL1940 por el Barfleur y el Esterel y sería destinado a Dakar, puerto al que arribaría antes del inicio de la operación “Catapult”.
[28] Este buque lograría zarpar, por sus características de las Antillas y se integraría a la Francia Libre en el año 1943.
[29] Ver: Nieves-Croes y Hernández (Farage, 2011) y Pérez-Lecuna (2000:442-443).
[30] Ver: Blanco (Farage, 2011). Aquí se hizo una comparación de la acción del “Barfleur” con el caso del “Altmark” en aguas Noruegas.
[31] Ver: Rolland, D. (1995).
[32] Ver: Blanco (Farage, 2011).
[33] En ese mismo periodo un buque de guerra francés que penetró en el delta del río Amazonas fue internado por las autoridades brasileñas. Este intento francés de navegar el rio Amazonas se circunscribe dentro de los esfuerzos de Vichy de asumir una normalidad inexistente. 
[34] Hubo un batallón de artillería antiaérea conformado por soldados oriundo de las Antillas Francesas que combatieron en el frente italiano y posteriormente en el frente occidental, específicamente en Alsacia.
[35] Este acuerdo fue posterior al de Robert-Greenslade.
[36] Ver también: Sainz-Borgo (Farage, 2011).
[37] El otro país fue Chile.
[38] El territorio ubicado casi frente a frente de Dakar. Ambos puntos constituyen los territorios más cercanos entre África y América.
[39] Ver: Pérez-Lecuna (2000:754-755) y Farage (2011). Para algunos autores el submarino alemán sólo dejo al herido, para Pérez-Lecuna, el submarino se aprovisionó de combustible y alimentos.
[40] Ver también: Blanco (2010) y una versión actualizada en: http://www.edgareblancocarrero.blogspot.com
[41] Para esa fecha los territorios administrados por el Almirante Robert eran los últimos que estaban bajos las órdenes de Vichy.
[42] Este buque también sería modernizado en EE.UU.
[43] El “Béarn” y el  “Barfleur” participarían también en la primera etapa de la guerra de Indochina.