martes, 5 de febrero de 2019

EL RIESGO DE UNA PARÁLISIS ESTRATÉGICA EN LA CRISIS VENEZOLANA Y EL PAPEL DE LA AYUDA HUMANITARIA

La tiranía ha asumido que se encuentra en una situación de conflicto y está concentrando sus medios para hacer frente a los ejes donde se ha anunciado que se orienta lo que estiman es su amenaza. En este conflicto político sus medios son militares y paramilitares. Como los ejes son tres, es decir, Cúcuta, Santa Elena de Uairén y el Mar Caribe estiman que donde se puede producir una dispersión es en este último frente. Para contrarrestar las amenazas cuentan, en primer lugar, con la fuerza armada nacional y como su nivel de confiabilidad y eficacia se ha reducido notablemente cuentan, en segundo lugar, con cuerpos paramilitares y de milicia que operan más allá de los cánones convencionales que regulan los conflictos políticos. Esta es su primera línea de defensa. Su segunda línea de defensa es que no van a permitir que directamente  la ayuda llegue a los que la necesiten a no ser que en última instancia sean los tiranos y sus seguidores quienes la controlen. En este nivel es que van a compensar sus problemas de dispersión. Su última línea de defensa es que pueden y están dispuestos a generar una situación caótica que pueden dirigir hacia la consecución de sus propósitos. O sea, como ellos controlan el caos en que vivimos, pueden aumentar sus niveles hasta lograr someter a la población. ¿Qué están haciendo sus antagonistas encarnados esencialmente por la gran mayoría de la población venezolana y que en esta oportunidad está dirigida por un intinerato colegiado?

La población venezolana ha encontrado en el Sr. Juan Guaido un referente que los puede ayudar a salir de la situación opresiva en que se encuentra. Están dispuestos a soportar grandes sacrificios en función de ese propósito. Para ello él, como presidente encargado, cuenta con un irrestricto apoyo internacional y una clase política de mala reputación que ha comerciado con la sociedad venezolana. En el plano internacional han expresado que están considerando todas las opciones posibles para ayudar a la población venezolana, inclusive la militar, entendible si se consideran los medios empleados por la tiranía venezolana. Dentro de este marco se circunscribe la ayuda humanitaria. En el plano nacional, el Sr. Guaido cuenta con un staff representado por esa clase política mal reputada que está orientada a conducir una hipotética transición una vez que el presidente encargado asuma efectivamente la conducción política, y además conducirla a la realización de unas nuevas elecciones en condiciones confiables. La ayuda humanitaria tiene dos trabas: entrar (primera línea de defensa de la tiranía) y distribuirse (Segunda línea de defensa). Si las organizaciones no gubernamentales y la iglesia han expresado, en parte, que no van a participar si no hay condiciones la pregunta que surge es: ¿el staff del presidente encargado estará manejando la situación como un conflicto político, una crisis humanitaria o ambos?

La respuesta a este interrogante tiene varias vertientes. Solo me enfocaré en si considera o no el conflicto: si es sólo vista como una crisis humanitaria, la tiranía sólo tiene que mantener su posición y eso será suficiente para producir una parálisis estratégica que va a desgastar los esfuerzos de cambio y en el mejor de los casos provocará otra diáspora que en la práctica se unirá a la cadena de derrotas que la oposición ha coleccionado desde el año 2002. Desde esta perspectiva, la ayuda humanitaria será usada no para los que estamos adentro, sino a los que salgan del país de alguna u otra manera. Esto plantea otras dudas dentro de ese staff: ¿habrá gente jugando para eso?, ¿Habrán oportunistas jugando en el contexto para posicionarse en función de intereses particulares? Frente a estas dudas, se plantean otros interrogantes ¿quiénes están evaluando la situación estratégica?, ¿están manejando el conflicto en términos estratégicos o están esperando a que caigan los mangos sin hacer ningún esfuerzo?

Si los evaluadores consideran el conflicto o el conflicto dentro de un contexto de ayuda humanitaria, se plantea la interrogante de saber si la apuesta sólo considera la ayuda humanitaria. Si es así, la parálisis estratégica es inminente debido a que nadie, en el mejor sentido del término se va a arriesgar o va a arriesgar vidas si en lo interno del país el staff y quien lo conduce no planifica ni hace nada que evite la parálisis estratégica. Pensar sólo en la ayuda humanitaria es pensar que caigan los mangos sin hacer el más mínimo esfuerzo. Esto plantea otras interrogantes: si bien existen presiones gigantescas para abrir un proceso de negociación, no se podría ver la parálisis como otra forma de negociación, en función de los intereses de la clases política mal reputada. Si es así, muchos están jugando a no lograr lo que aspiran los venezolanos dentro del mismo staff que acompaña al presidente encargado. 

Si la tiranía ha concentrado todos sus medios militares y paramilitares para lograr un mejor rendimiento, con exhortaciones y amnistías no se va a destrabar la situación, y ese es el camino que estamos siguiendo. Las exhortaciones y otras medidas ‘blandas’ tienen que estar acompañadas de otras acciones que partan de la existencia de una maniobra producto de una concepción estratégica. Ellos (militares y paramilitares) deben valorar que es lo menos dañino para ellos si se quiere lograr destrabar la situación, pero para ello se debe tener en cuenta el punto de aplicación (schwerpunkt), y este se desplazó al dispositivo de defensa de la tiranía, es decir, su estructura organizativa de defensa, ya no es la fuerza armada per se. Ello significa que, si están concentrados hay que dispersarlos, si están fijos hay que obligarlo a moverse, etc.. El tiempo para la acción, mientras mas se prolongue beneficia a la tiranía y desacredita al presidente encargado. La ventana que le abrio la comunidad internacional y la población es de corta duración.

Por otra parte, el ‘plan país’ y su orientación operativa no parte de la existencia de un conflicto ni indica la consideración de que el conflicto se va a mantener en otras condiciones aunque sea de forma mínima. Busca solo extender la 'ayuda humanitaria' de modo que sea una acción permanente. Sólo basta pensar en la conflictividad que hubo en el país entre 1958 y 1968 para que se tenga una idea mínima de lo que estoy diciendo. Y creo que no va a ser conveniente buscar a otros para que hagan lo que tenemos que hacer y que está rehuyendo la clase política mal reputada, o sea el conflicto.

El conflicto es la situación que se vive en Venezuela. La tiranía ha sido hábil en plantearlo en términos imperiales o coloniales. Lo han podido hacer porque los ‘opositores’ mal reputados han evadido hasta el presente la realidad aunque la sociedad venezolana está consciente de la situación conflictiva. La evaden por miedo a perder unos privilegios que le ha mantenido la propia tiranía. Pero, a pesar de la ansiedad y del temor los venezolanos tenemos esperanzas. Fíjense que hablo de temor y no de miedo. El temor, siguiendo a Spinoza, supone un cálculo de riesgo y el miedo no. Por ello pienso que la sociedad debe transformarse en un enjambre constitutivo que ayude a destrabar la situación estratégica y evitar la parálisis como paso previo a una transición que si fomente el establecimiento de un nuevo estado de cosas desde el punto de vista político.

domingo, 3 de febrero de 2019

LA CRISIS EN VENEZUELA COMO REMEMBRANZA DE LOS PROLEGÓMENOS DE LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA



La declaración del embajador de Alemania ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas de que la crisis venezolana es una amenaza a la paz y seguridad internacional coloca a Venezuela como un centro de gravedad del orden internacional tal como aconteció en el año 1902[1]. Sin embargo, dado su carácter, en parte ideológico y en parte pasional por los sentimientos que han desatado a escala mundial, me recuerda el nivel de atención que acaparó la crisis cubana y en especial la española del año 1936. Mi foco de atención es la española como antesala de la crisis cubana de 1962. Mi idea no es comparar el terrible conflicto que vivió España entre los años 1936 y 1939 con Venezuela debido a que a pesar de que estamos al borde de una situación semejante, aún no hemos llegado. Pero las circunstancias tienen puntos de semejanza y de diferencia que es bueno tenerlas presentes: Son diferentes debido, en primer lugar, a que en España la población mayoritaria se vio compelida a defenderse de la agresión de la internacional comunista y contó con una fuerza armada que actuó eficazmente para recuperar la República y en Venezuela, la fuerza armada fue destruida obligando a la mayoría de la población, en general, a resistir a un régimen tiránico que sólo busca permanecer en el poder usando todos los medios disponibles al respecto (corrupción, terrorismo, narcotráfico, etc.) en función de seguir los dictámenes de un proyecto internacional, en segundo lugar, el romanticismo que arropó la defensa de la República española contra el fascismo realizado por la propaganda no ha podido esconder que en realidad, como se vio en España y ahora en Venezuela, son otra forma de fascismo igual de atroz generada por ese proceso histórico que tuvo como pivote el fin de la Primera Guerra Mundial y padecieron los propios rusos, los ucranianos y posteriormente, el gentilicio báltico, los pueblos de Europa oriental, la mitad de Alemania y Cuba y Corea del Norte y, en tercer lugar, el grado de preparación de la comunidad internacional para afrontar la crisis española en un contexto que se manifestó en incapacidad contribuyendo a que el órgano que la regulaba, es decir, la Sociedad de Naciones al final se disolviera, a diferencia de la realidad global actual donde los mecanismos existentes otorgan un cierto margen de maniobra para evitar que una crisis política escale de una manera tal que pueda convertirse en una amanezca a la seguridad internacional.

Son similares, en primer lugar, porque se ha seguido el mismo camino sangriento a la guerra y, en segundo lugar, desde el mismo momento que, por una parte, un frente unido popular tomó el poder en España con el apoyo de la internacional comunista (en especial a partir de los dictámenes del III congreso) llevando al país al borde de la desintegración a pesar de las derrotas sufridas en las urnas electorales y, por la otra, en circunstancias similares, Venezuela desde el año 1998 tomó el poder un polo patriótico, siguiendo directrices del Foro de São Paulo, que ha llevado al país al borde de la desintegración una vez que se percataron de que sería imposible volver obtener victorias electorales y en la actualidad otro frente, ahora, amplio conspira para mantener el mismo estado de cosas y, por la otra, el esfuerzo por impedir los padecimientos de la población, en ambos casos, condujo a la internacionalización del conflicto.

Nos interesa focalizarnos en este último aspecto relativo a la internacionalización debido a que de las semejanzas que estamos observando se evidencia una configuración similar de alineamientos a las presentadas en los años 1936 y 2019 que nos obligan a preguntarnos si el fermento de la guerra civil que está convulsionando a Venezuela es la continuación de un conflicto civil global que afectó a España en la primera mitad del siglo XX y nos mostró de forma adelantada cómo sería la naturaleza del conflicto global que se iniciaría en el año 1939[2].. Para ello examinaremos la estructura de los conflictos post Primera Guerra Mundial, luego la naturaleza de los alineamientos globales frente a la situación española y sus semejanzas con Venezuela y finalmente examinaremos cuáles son los cordones umbilicales que unen a España y Venezuela para permitirnos visualizar la naturaleza de la nueva guerra civil global.

La estructura de los conflictos post Primera Guerra Mundial 

La Primera Guerra Mundial fue el último conflicto generalizado donde mayoritariamente se combatió bajo el concepto del estado-nación westfaliano. Este conflicto global como se sabe terminó en revoluciones y Guerra civiles en europea central y oriental desde el mismo momento que con el triunfo en Rusia del movimiento liderado por Lenin y Trotsky se buscó la internacionalización de la revolución para establecer un orden comunista global[3]. Posteriormente la guerra civil se extendió al oriente a China y en occidente generó situaciones de tensión política que condujo al surgimiento y fortalecimiento de movimientos de la misma naturaleza que fueron encapsulados por los Estados con el nombre de socialista o nacional-socialista. La dificultad española de resistir esas tensiones la condujo a la guerra civil, un conflicto que mostró cómo se presentaría la guerra que estallaría en el año 1939.

La Segunda Guerra Mundial convencionalmente ha sido observada como un conflicto generalizado entre Estados, pero si se examina con mayor detenimiento este conflicto se puede afirmar que esta se presentó como un conflicto interestatal entre 1939 y 1940, pero a partir del año 1941 tendió a visualizarse como una guerra civil y una guerra interestatal[4]. Guerra civil planteada en términos ideológicos y guerra interestatal en términos westfalianos. La guerra civil acaeció en Francia, Bélgica, Holanda, Unión Soviética, Italia, Yugoslavia, Grecia, china, corea, indonesia, indochina y otros en menor grado. El caso español fue particular en el sentido que su guerra civil continuó en la guerra europea, pero en todos los frentes combatieron a los comunistas y a los nacionalsocialistas de una manera separada. La guerra interestatal se presentó mayoritariamente entre las potencias mundiales: UK, Alemania, EEUU y Japón. Hubo un caso particular: Polonia, que defendió su recién recuperado status de Estado frente a Alemania y la Unión Soviética. Así pues, la Segunda Guerra Mundial fue un conflicto que se manifestó como un conflicto entre Estados y guerras civiles dentro de Estados.

Después de la guerra mundial continuó el conflicto como guerra civil bajo el paraguas de la descolonización que se abordó en la III y IV internacional comunista y los conflictos ideológicos remanentes de la propia guerra como en China, Corea, Indochina y Grecia. En el caso español, el fin de la guerra dejó un gobierno de facto y un gobierno en el exilio en México que se fue extinguiendo con el tiempo. México fue el único país iberoamericano que apoyó a la República española y constituiría en foco de irradiación para los movimientos revolucionarios que afectarían a Iberoamérica. Esto nos lleva al segundo aspecto de nuestra discusión.

La naturaleza de los alineamientos globales frente a la situación española y sus semejanzas con Venezuela.

El cambio catastrófico que representó para España y sus dominios la invasión napoleonica no fue superado ni por ese país ni por las repúblicas iberoamericanas que lograron su independencia. El trauma que se materializó en inestabilidad política en todo el espacio ibero-parlante no ha sido aún superado. El trauma napoleonico fue consecuencia de la infiltración de un conjunto de ideas que generaron esas graves consecuencias que adquirirían un mayor grado de complejidad con la revolución industrial. Esta complejidad generaría mayor inestabilidad política a los dos lados del océano Atlántico. El punto culminante de esta situación sería el triunfo de la revolución en Rusia y el posterior triunfo de coaliciones políticas que estaban enmarcadas dentro de la tercera internacional en Francia y en España porque actuaría como una fuerza centrífuga en todo Occidente. En Francia la consecuencia de esta avance significó la humillante derrota sufrida en el año 1940. En España fue la instauración de la República y la crisis que condujo a la guerra civil. Pero la República era sólo un nombre, era la expresión de una intencionalidad delineada originalmente por la tercera internacional hasta que la Unión Soviética logró el total control de los grupos afines en España y el resto del mundo, con lo cual más que una visión cosmopolita o republicana sino una nueva forma de hegemonía (internacionalista), pero en este caso soviética. Así pues, la guerra civil fue la expresión del antagonismo entre una concepción internacionalista del mundo frente a otra que se presentaba más que nacionalista fue republicana.

Con el estallido de la guerra civil española estas dos cosmovisiones estuvieron presentes e hizo, como hoy vivimos en el caso venezolano, que tomará la atención del mundo. En la España de 1936 a pesar de la invocación de no injerencia por parte de la comunidad europea internacional tres países participaron de forma directa, es decir, Alemania, Italia apoyando a los nacionalistas republicanos (en menor medida Portugal) y la Unión Soviética apoyando a los internacionalistas republicanos. A la par de estos alineamientos y con la excepción de EEUU y UK que se mantuvieron tendencialmente neutrales, el resto de los países de la comunidad atlántica no fue neutral. A continuación se presente un cuadro explicativo de los alineamientos:
Guerra civil española
España
Republicanos
(Globalistas)
Nacionalistas
(republicanos)
Beligerantes internacionales
URSS
México
Alemania
Italia
Portugal
Reconocimientos

Resto de Iberoamérica
Japón
Apoyos
Franceses y belgas
Canadienses
Italianos
Alemanes y austriacos
Americanos (principalmente estadounidenses, cubanos y argentinos)
Británicos e irlandeses
Eslavos (checoslovacos, yugoslavos, húngaros, polacos, búlgaros)
Judíos
Portugueses

Neutrales
Reino Unido
Francia
EE.UU.
Canadá
Resto del mundo
En guerra
China en guerra civil y después
China vs. Japón
Italia vs. Etiopía

La crisis internacional venezolana
Venezuela  
Comunistas
(Globalistas)
Republicanos
Intervencionistas
Rusia
Cuba  

Reconocimientos
México
Salvador
Bolivia
Irán
Turquía 
China
Siria
Sudáfrica
Corea del Norte
Hamas
Hezbolá 

Resto de América  
Dinamarca
Kosovo
Suiza
Alemania
Reino Unido
Francia
Polonia
Australia
Israel
Resto de Europa (no Italia)
Taiwan
Marruecos
Japón 
Corea del Sur
Apoyos
FARC
ELN

Neutrales
India
Uruguay
Resto del mundo
En guerra
Siria
Afganistán  

Como se puede observar, con la diferencia del cambio de posición de UK, EEUU, Francia, y los cambios políticos en Portugal, Alemania, Italia y Japón, los alineamientos se han mantenido constantes por lo que se puede inferir que la confrontación que se inició a finales de la Primera Guerra Mundial tuvo una tregua que formalmente se materializó con la Conferencia de Teherán en 1943 y se suspendió formalmente a partir del bloqueo de Berlín en 1949. De ello se puede inferir también, en primer lugar, que el conflicto que se inició a finales de la Primera Guerra Mundial tuvo un paréntesis entre los años 1941 y 1945 por lo que el nacionalsocialismo, el fascismo y el socialismo real soviético no fueron más que movimientos totalitarios que subyugaron a los pueblos donde se implantó esa ideología y, en segundo lugar, que después de 1918 la naturaleza del conflicto tendió a mutar hacia una forma de conflicto interno reproducido de manera holográfica a escala global que muy bien se asemeja a los conflictos religiosos que asolaron a Europa desde la reforma hasta La Paz de Westfalia. 

Otro aspecto a tener en consideración es el relacionado con los conflictos remanentes de la Primera y Segunda Guerra Mundial que se han presentado como conflictos civiles. En el primer caso se encuentra los casos yugoslavo y el cercano oriente (Siria e Irak) y en el segundo caso, Indochina, China y Corea. Nos interesa hacer mención del segundo caso debido a que a diferencia de Vietnam (Indochina) una parte de China y una parte de Corea ha tomado partido por la tiranía venezolana y la otra ha tomado partido por los que la combaten. Si se agrega la posición de Kosovo a favor de los que rechazan la tiranía, se puede afirmar que Venezuela, junto con los otros países divididos remanentes de los conflictos globales del siglo XX son las principales áreas de tensión política globales. Las otras áreas de conflicto globales (Kosovo, cercano oriente, Corea y China) son situaciones que han permanecido en ese estado por espacio de un siglo.

Junto con estas áreas de conflictos en la cuenca del océano Atlántico hay otros dos países que en la actualidad son objeto de tensiones políticas. Ellos son España y México. En ambos todavía permanecen remanentes de las causas que provocaron la guerra civil. Parte de la clase política en esos países han mantenido incubado el germen de la discordia para hacerlo fermentar en el momento que han considerado propicio. Ahora, cómo se produjo el trasvase del conflicto español para que se reprodujera en Venezuela.

Los cordones umbilicales que unen a España y Venezuela y la naturaleza de la nueva guerra global.

Como indicamos la República española se extinguió en México. A pesar de ello muchos republicanos españoles dentro del nuevo conflicto global que representó la guerra fría creyeron que podían hacer aportes con su esfuerzo en el nuevo estado de cosas mundial. Uno de ellos fue Alberto Bayo un militar hispano cubano que se destacó a inicios de la guerra civil en la toma inicial de las Islas Baleares y después de ser instructor de aviación en México formó y asesoró al contingente cubano liderado por Fidel Castro que se haría con el poder en ese país por más de sesenta años y trataría por la fuerza expandir el dogma ideológico petrificado consagrado a partir de la cuarta internacional comunista teniendo como foco a Venezuela. Otros dos hechos que tuvieron como vórtice a Venezuela, generaron una confluencia histórica con lo antes indicado. Estos fueron: en primer lugar, la participación de nuestro país en la instauración de la democracia en España y el reconocimiento de un partido, el partido socialista obrero español (PSOE), que fue partido de gobierno durante la efímera vida de la República española y, en segundo lugar, el apoyo para la generación y auge en España de un partido que expresa lo más característico de la tiranía en Venezuela, es decir, podemos.

Esta confluencia de acontecimientos se produjo en un contexto histórico signado por el colapso soviético, la emergencia del foro de São Paulo y la captura de Venezuela y sus recursos y, el reacomodamiento del orden internacional en una configuración postwestfaliana. Esto nos conduce a considerar las condiciones de la comunidad internacional para afrontar este problema.

Como indicamos al inicio, la comunidad internacional no estuvo preparada en el año 1936 para afrontar el problema español. La única herramienta que dispuso la comunidad en sí misma fue la aplicación de sus principios, es decir, la integridad territorial y la no injerencia en los asuntos internos. Con ello se encapsuló una situación problemática amenazante. Por el contrario, en el período 2014-2019 en Venezuela se han usado los principios que rigen a la comunidad internacional para proteger un proyecto político transnacional que se ha convertido en una amenaza a la paz y la seguridad internacional.

Con ello, la confluencia en sí no es más que la expresión de un proyecto histórico implantado de manera intencional que ha desviado la historia de la humanidad debido a que se ha preferido sintetizar y excluir que superar las situaciones problemáticas surgidas por la misma dinámica de la evolución y El Progreso. Este proyecto deliberado ha fungido como un cordón que ha permitido la reproducción de un fenómeno del pasado en el presente a través de los modos en que este proyecto se ha logrado mantener y del ambiente en que ha logrado conservarse gracias a un complejo proceso de incubación, para expandirse nuevamente, como hemos indicado, cuando las circunstancias han sido propicias. Spinoza nos ha indicado como sentimientos de tristeza generan ideas tristes e inadecuadas que en un conjunto social pueden generar discordia. Lo que no nos dijo es que estas tristezas se pueden pasar de generación en generación y las ideas que provoca unidas a un proyecto podrían generar los males que padecieron españoles, cubanos y ahora nosotros los venezolanos. Sin embargo, después de dieciocho años de lucha y resistencia, los venezolanos estamos preparados para superar las situaciones que nos llevaron a este estado.

Todo esto nos lleva de nuevo al inicio. Es muy difícil que en Venezuela ocurra una guerra civil entre dos bandos claramente diferenciados como aconteció en España en 1936 debido a que la mayoría de la población desarmada está luchando contra la tiranía. Es la sociedad contra el Estado, pero en España los bandos diferenciados se establecieron días y semanas después del acontecimiento y eso es lo preocupante. H. Thomas en su obra La Guerra Civil Española expresó que una parte importante de las muertes en ese conflicto acaecieron en esos primeros días y por muchas y diversas causas que por lo demás son del todos conocidas. Para eso es que los venezolanos debemos estar preparados en las ciudades[5].

Corolario

En la España entre 1936-1939 fue una falsa idea romántica esparcida propagandísticamente, a pesar de la experiencia ucraniana, lo que llenó a los hogares de ese país de luto, sin desconocer con ello los problemas que no pudo superar luego de la usurpación napoleonica. En Venezuela esta idea romántica fue sostenida gracias al dinero y el enriquecimiento ilícito, pero después, entre 2014-2017, fue sólo posible sostenerla con la fuerza, evidenciándose con ello la verdadera naturaleza totalitaria del orden implantado. Como el conflicto civil es de la sociedad, en general, contra el Estado, lo que nos queda es crear las condiciones de posibilidad para evitar que, cuando se produzca el fin del Estado, quedemos en el terrible estado de naturaleza hobbesiano que favorezca el surgimiento de otro Leviatán que nos aplaste a todos

Por su parte, la comunidad internacional en el presente no ha estado preparada para afrontar un fenómeno de semejante naturaleza, pero los mecanismos de respuesta a diferencia del pasado han sido más eficaces en determinar su naturaleza y sus consecuencias. La solución supondrá en sí misma la superación del orden Westfaliano y su materialización presente en lo concerniente a la Carta de las Naciones Unidas. Ello podría significar que la propuesta Rawlsouseana del laws of people cobre vida.




[2] Sobre este conflicto civil hispano, Ver al respecto: Thomas, H. (1976-1979) La Guerra Civil Española 1936-1939, I y II. Barcelona. (T. N. Daurella). Grijalbo. 1164 p).
[3] Ver al respecto: LOS “VENEZOLANOS Y LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL” en http://edgareblancocarrero.blogspot.com/2014/05/los-venezolanos-y-la-primera-guerra.html 
[4] Ver al respecto: Farage, L. (2011). Venezuela y la Segunda Guerra Mundial. Caracas. CGA. 367 p
[5] Ver al respecto: “SEGURIDAD CIUDADANA Y ESTRATEGIA DEL ENJAMBRE” en https://edgareblancocarrero.blogspot.com/2018/07/seguridad-ciudadana-y-estrategia-del.html ) y en las áreas fronterizas (ver al respecto: “LA ESTRUCTURA DEL CONFLICTO: PUNTO UNO DE LA ESCALADA REGIONAL” en http://edgareblancocarrero.blogspot.com/2018/09/la-estructura-del-conflicto-punto-uno.html )