viernes, 26 de junio de 2020

ESEQUIBO: LA MANZANA DE LA DISCORDIA


Por Josmar Fernández
@josmarfernandez
Ver también: 

Como sabemos, Venezuela no es una isla, ni desde el punto de vista geográfico ni jurídico, si nos remitimos al artículo 121 de la CONVEMAR, de la cual, por cierto, no somos firmantes. Responde a una realidad amazónica, andina, caribeña y atlántica. Sus relaciones de vecindad, en el espacio continental se desarrollan con Brasil, Guyana y Colombia, estos dos últimos con quienes también se vincula en el ámbito marítimo además de República Dominicana, Países Bajos, Estados Unidos a través de Puerto Rico, Grenada, St. Kitts y Nevis, Reino Unido (Monserrat), Dominica, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas y Trinidad y Tobago. 

Con Guyana sostiene una controversia debido a la reclamación por el territorio Esequibo, despojado por el Laudo Arbitral de París de 1899; y de cuya solución depende, potencialmente, delimitar también con Barbados y Suriname. Evidentemente, como Venezuela no es una formación insular, todas las acciones u omisiones cometidas con Guyana, tendrán repercusiones sobre otras controversias pendientes con sus demás vecinos. 
Aunque nuestra diferencia territorial es originalmente con el Reino Unido, Guyana con su independencia, la heredó en términos de “cualquiera controversia pendiente” y desde entonces las relaciones bilaterales han sido incómodas, debido a su interés de elevar el caso ante la CIJ, a fin de decidir sobre la nulidad o no del Laudo de 1899, declarado unilateralmente por Venezuela nulo e írrito y quien, además, ha insistido torpemente en sostener un mecanismo como los Buenos Oficios, agotado desde hace mucho no solo por la falta de resultados concretos, sino por la presión ejercida por Guyana, con el aumento acelerado del desarrollo de actividades de exploración y explotación de recursos naturales dentro del Esequibo.
En Venezuela, ahora todos están concentrados en identificar responsables, cuando debemos asumir, tal como lo afirmaba el Almirante Elías Daniels, todos los gobiernos han cometido fallas respecto a este tema, ciertamente, unos están más comprometidos que otros, pero por ser una materia de interés nacional, las responsabilidades finalmente son compartidas.
Desde el año 2018 se tenía conocimiento de la remisión de la controversia a la CIJ, debido a una demanda interpuesta por Guyana, apoyada por una decisión del Secretario General de las Naciones Unidas, Antonio Guterres; y en la misma fecha mediante comunicado de la Cancillería venezolana, se conoció la decisión de Venezuela de no presentarse ante la corte. Es ahora, en junio 2020 cuando esa decisión se discute.
La pandemia actual es una situación coyuntural, razón por la cual el 17 de marzo del presente año la CIJ emitió una notificación donde informaba el aplazamiento del caso Guyana Vs Venezuela hasta nuevo aviso, sin embargo, el 29 de mayo publica un comunicado en donde participa que el día 30 de junio a las 2:00pm se abrirán las audiencias públicas, referidas a la jurisdicción de la corte en el caso del Laudo Arbitral de 1899 (Guyana Vs Venezuela), cuestión sorpresiva para quienes estaban convencidos de no llegar a este punto. 
Desde entonces, han comenzado a aparecer públicamente (porque desde principios del año 2019 se advirtió a algunos personajes), ideas disidentes sobre el hecho de no presentarse ante la corte, o bien, grupos cuestionando que este sea el único caso sometido a videoconferencia, asunto que, según éstos, develaría posibles conspiraciones en contra de Venezuela para despojarla definitivamente del territorio Esequibo.
Ante la pretendida matriz de opinión, no podemos desconocer el error injustificable cometido por la CIJ al participar que daría curso al caso, antes de notificar la enmienda de los artículos 59 y 94 de su Estatuto, donde se estipula "la corte puede decidir, por salud, seguridad u otras razones de peso, celebrar una audiencia total o parcialmente por video link" así como "la lectura de la sentencia del tribunal…” respectivamente. Por otro lado, tampoco podemos desconocer que también existe la posibilidad de solicitar prórroga, tal y como lo hicieron Guatemala, quien pidió 12 meses de extensión, y Gambia, quien pidió 3 meses de prórroga; mientras que Venezuela no la solicitó.
La jurisdicción de la CIJ es facultativa, no obligatoria y sobre ello se apoya Venezuela para no participar en el proceso adelantado por este máximo tribunal internacional. Para algunos, Venezuela debió haber pedido prórroga, otros defienden que no debería remitir ningún tipo de misiva susceptible de interpretarse como reconocimiento de este órgano, razón para entender la falta de interés en buscar otras alternativas que, al menos hubiesen permitido ganar más tiempo para pensar en una mejor estrategia y tratar de unificar apoyo por parte de expertos, especialistas, academias, fuerzas políticas, grupos activistas y ciudadanos en general.
Se han introducido más de 150 casos ante la CIJ, en donde participan cada vez más los países latinoamericanos, como Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, Perú, Uruguay, Belice, Costa Rica, Guatemala y Nicaragua.  Esto no sugiere la obligatoriedad de reconocerle jurisdicción, coincidimos que es una decisión soberana, faltaría conocer la interpretación de la corte sobre el artículo IV del Acuerdo de Ginebra; pero sí debe llamar poderosamente la atención, para ubicarnos dentro de un escenario cuya tendencia para resolver las controversias es su aceptación.
La decisión de la CIJ es impredecible, aunque vale recordar el artículo 53 de su Estatuto donde se permite a una de las partes solicitar a la corte que decida a su favor, así la otra parte se abstenga de defender su caso. De cualquier forma, Venezuela no ha sido el único país en no comparecer ante ella, tenemos ejemplo de Francia, Islandia, Argentina, Estados Unidos y Turquía por nombrar algunos. Ahora, los casos siempre han seguido su curso y finalmente la CIJ ha emitido sentencia, la cual tiene carácter inapelable y de obligatorio cumplimiento, según lo estipulado en el artículo 60 del Estatuto.
Algo llamativo, algunas de estas sentencias no han sido acatadas en un principio. Argentina recurrió a la mediación del Vaticano para solventar su controversia con Chile, Islandia y Reino Unido, así como Guinea Bissau y Senegal solucionaron mediante acuerdo bilateral, también se encuentran casos como Nigeria quien, tras años de desacatar la decisión, terminó entregando la península de Bakassi a Camerún o Colombia que luego de su actitud frente al fallo con Nicaragua, está inmersa en un nuevo proceso judicial.
 Salvando las diferencias entre los elementos y factores vinculados a los casos expuestos, si bien no parecieran conocerse sanciones sobre los Estados que desacaten la decisión de la CIJ, de alguna manera, se ve afectada su reputación como Estado respetuoso del Derecho Internacional.  
Asunto parecido al nuestro es el de Honduras-Nicaragua en 1960, en el cual Honduras tenía la posesión del territorio y Nicaragua cuestionó el Laudo Arbitral emitido por el rey de España en 1906. La corte dictaminó la validez del Laudo y exhortó su obligatorio cumplimiento por parte de Nicaragua. Ciertamente, se debe revisar el fondo del asunto para establecer semejanzas y diferencias con nuestra reclamación.
Por lo pronto, en Venezuela hay una obligación moral de responderle al venezolano dos incógnitas sobre esta controversia ¿dónde estamos? y ¿hacia dónde vamos o qué podemos esperar? Oficialismo y oposición coinciden en el no reconocimiento de la jurisdicción de la CIJ, ahora, ¿coinciden también en no presentarse ante ella, este 30 de junio?
La AN ha emprendido acciones tardías, cuando finalmente emite un Acuerdo de ratificación de rechazo de someter a la corte la reclamación del Esequibo con fecha 18 de junio del presente año, donde manifiesta -a 12 días de la audiencia- no haberse agotado los medios de solución pacífica de controversias no-jurisdiccionales, además de asegurar que se ha decidido “de manera negligente…no participar en el proceso seguido ante la Corte Internacional de Justicia”, posteriormente, se publica una carta de la "Oficina del Procurador Especial" en la cual solo se hace alusión a la falta de jurisdicción de la corte, no se plantean propuestas o acciones, conociendo su posible impacto para Venezuela.
Recordemos, el Estado venezolano será tratado por la CIJ como una de las partes involucradas, y todavía no se percibe consenso nacional sobre las medidas adoptadas ante este máximo tribunal internacional. Las responsabilidades son compartidas y si eventualmente la corte acepta tener jurisdicción para conocer el caso, le dará curso y emitirá sentencia ¿ya se pensó en las futuras acciones?
La culpa de la falta de consenso nacional no fue de Guyana, ni las transnacionales, ha sido nuestra ineptitud y desinterés por prepararnos mejor y dedicarnos al tema con rigurosidad. No es posible designar personas, algunas sin mayor conocimiento de la materia y señalarlos mañana de nuestras frustraciones.
Evidentemente, el Esequibo es nuestra manzana de la discordia.

sábado, 20 de junio de 2020

EL HUNDIMIENTO DE LA MUD-FA Y EL NUEVO ESCENARIO DE CONFLICTO POSTELECTORAL


Mientras contemplamos en estos próximos meses el hundimiento de la mud-fa y con ella de toda una clase política histórica que nació degenerada cuando decidieron en octubre del año 1945 interrumpir un proceso histórico se plantea la necesidad de pensar cómo se va a reordenar el escenario político una vez que la verdadera oposición a la tiranía, es decir, el venezolano común tenga que encarar junto con la única estructura política que va a permanecer en pie, es decir, la representada por María Corina Machado (MCM) la nueva situación histórica una vez que hagan efectivo los tiranos la toma formal de la asamblea nacional.

Esta necesidad se plantea en una situación de conflicto en un horizonte temporal de seis meses donde los acontecimientos previstos son: las elecciones presidenciales en EE.UU. y las elecciones parlamentarias en Venezuela. La particularidad en que nos encontraremos es que a medida en que transcurra el tiempo se va a reducir la capacidad de maniobra del presidente estadounidense y va a aumentar la de la tiranía en Venezuela a no ser que acaezca un cambio de circunstancias súbito y repentino provocado en Venezuela por las limitaciones para encarar la pandemia (y en general la situación sanitaria)[1] y en EE.UU. en vista de la ofensiva globalista que está enfrentando y la posibilidad de que se debiliten sus capacidades de respuesta en un contexto multidimensional.

Esto nos lleva a analizar tres aspectos que nos van a ayudar a otear la situación venezolana más allá del horizonte temporal antes indicado: en primer lugar, para responder qué va a suceder con los pecios del naufragio de la clase política histórica, en segundo lugar, estimar cuáles van a ser las probables líneas de acción de la tiranía y en tercer lugar, reflexionar acerca de qué opciones estratégicas se le presentan a la verdadera oposición.

Los pecios de la mud-fa

La carencia de una estrategia y la falta de voluntad de realizarla para acabar con la situación iniciada en el año 2017 mostrada por la mud-fa están dando sus resultados[2]. No sólo las burlescas puestas en escena del 23FEB, 30ABR o silvercorp, que significaron el inútil y criminal sacrificio de vidas, o las acciones realizadas por la tiranía de desmantelamiento de los degenerados partidos, sino las recientes declaraciones hechas por John Bolton[3] evidencian que la clase política representada por esos partidos formaban parte del entramado de relaciones que le ha dado sustento al régimen por dos décadas[4]. Qué va a suceder con los restos de la mud-fa. Por supuesto van a pretender reagruparse, pero el hecho de que sean partidos minúsculos hace que sea muy difícil la efectividad de su reagrupamiento incluso si se agrega a la metabolización provocada por la tiranía. Esta metabolización va a acentuarse frente al escenario electoral que se avecina. Creo que los pecios de la clase política van a tender a cuatro acciones:

§  Concentrarse para mantenerse como ‘únicos’ representantes políticos de la oposición frente a la comunidad internacional contando con el despliegue internacional que puedan mantener después de enero de 2021. Para ello dicho pecio deberá, por una parte, desconocer las elecciones venideras y asumir una ambigüedad similar a las realizadas en las elecciones para alcaldías y, por la otra, procurar recursos que para ellos van a ser más escasos debido a que las fuentes internacionales necesitarán una estructura de legitimidad para sufragarlos y las fuentes internas provenientes de alguna u otra manera de la tiranía disminuirán debido a las sanciones internacionales. Todo va a depender del desenlace político estadounidense.

§  Integrarse a los partidos que colaboran y cohabitan con la tiranía. Esto en cierta forma ya ha estado ocurriendo gracias a la maquinaria de corrupción política que la tiranía heredó y perfeccionó de la clase política que está desapareciendo.

§  Integrarse a la verdadera oposición, es decir, la representada por el venezolano común y la que integra y conduce MCM. De esto hablaremos en el tercer apartado, sólo aquí indicaremos que en esta fragmentación se infiltrarán caballos de Troya que actuarán como durmientes en futuros eventos críticos para obstaculizar, delatar o redireccionar acciones políticas.

§  Pasaran a la reserva en espera del surgimiento de nuevas oportunidades usando al efecto otras banderas políticas.

Lo importante de este naufragio entonces va a ser la depuración que la verdadera oposición está experimentando y debe completar frente a los difíciles escenarios que deberemos enfrentar en el futuro cercano.

Las líneas de acción de la tiranía

A pesar de la creciente presión que padece la tiranía, esta ha tenido la suficiente capacidad de maniobra para prescindir de sus colaboradores una vez que ya abrieron el camino para asumir el control absoluto de la asamblea nacional e implantar consecuentemente el estado-comunal. Esta fase del conflicto va a tener implicaciones políticas, económicas, sociales y militares en lo concerniente al avance del proyecto político totalitario y, a su vez, va a tener unos óbices que reducirán su capacidad para alcanzar efectivamente estos objetivos y pueden provocar su colapso.

Las implicaciones políticas están relacionadas, en el plano interno, con el nuevo orden a instaurarse luego de que se produzca la fusión de la constituyente comunal con la nueva asamblea. La naturaleza del nuevo orden comunal es desconocida, a ciencia cierta, a no ser por la implantación de un conjunto de leyes ilegalmente aprobadas que marcan una tendencia, la implantación de dispositivos de control biopolítico y de un régimen policial totalitario dentro de un contexto de estado de naturaleza en el sentido hobbesiano y, finalmente, del proyecto de la nueva organización territorial que ya había sido planteado en la reforma constitucional del año 2007. Este proyecto de cambio de la organización territorial implica pasar de un nomos lineal es decir, donde el concepto de propiedad territorial estaba dado por el marcaje de la propiedad en sí misma a otro nomos espacial basado en la capacidad productiva. Sólo hay que imaginarse los espacios vacíos que en el país se van a producir con esta organización indiferentemente de los conceptos de propiedad que se manejen. Dentro de estos espacios vacíos estará amenazado el sur del país y la fachada Atlántica. En el plano externo tiene que ver con la relación de Venezuela con EE.UU y Occidente y sus problemas territoriales con los vecinos.

Con respecto a la relación de nuestro país con Occidente en general se puede afirmar que esta estuvo condicionada por la guerra civil global en que estamos inmersos[5]. Esta guerra que devastó socialmente al país en el futuro próximo va a cambiar nuevamente su naturaleza en el sentido que seremos también testigos y sufrientes del empleo de armas sofisticadas que serán empleadas para cauterizar la metástasis que consume a lo que queda de país.

En cuanto a los problemas territoriales que tiene el país, además de los problemas derivados de la presencia de grupos guerrilleros colombianos y de fuerzas militares y de inteligencia cubana tenemos los problemas limítrofes pendientes dentro de un contexto signado por el cambio de la concepción territorial del Estado. Aquí se destaca el caso del territorio Esequibo desde el mismo momento que estamos presenciando la inminencia de la aceptación de competencias y de un juicio en la Corte Internacional de Justicia de la Haya por la irresponsabilidad de los administradores y conductores de la política exterior venezolana desde el año 2004[6]. Esta es la espada de Damocles de la tiranía desde el mismo momento que su principal aliado, Cuba, históricamente ha apoyado a Guyana. La tiranía en este sentido se encuentra sola y paralizada estratégicamente y los estertores de la asamblea nacional en medio de su hundimiento se han dispuesto a lanzarle un salvavidas para diluir responsabilidades a pesar de que lo que acontece en la Haya sigue su curso inexorable. No se le está diciendo la verdad al país. Es muy difícil aferrarse al Acuerdo de Ginebra del año 1966 y negar la asistencia a la Corte internacional con un saco de palabras e interpretaciones de última hora cuando uno de los mecanismos aceptados de solución de ese mismo acuerdo lo contempla. Hubo una solución de fuerza que se pudo desarrollar para evitar este desenlace, es decir, desarrollar capacidades militares para mantener una posición política de esa naturaleza y, al menos, desde el 2004, no se hizo, se cambió la estructura de la FFAA al de una fuerza armada revolucionaria y partidizada. En consecuencia, la falla en la ruptura de la política exterior histórica venezolana implica responsabilidades. Los responsables deben rendir cuentas.

Desde la perspectiva económica, la posibilidad de que la tiranía tome la asamblea nacional y produzca la consiguiente simbiosis con la asamblea constituyente comunal va a permitir que se retomen los acuerdos con China, Rusia, Irán, etc., lo que en la práctica supondrá una mejora de su situación desde el mismo momento que seremos testigo de la implantación del modelo ‘chino’ en el país. Las consecuencias de esta instauración apuntarán a dos vías: el modelo de desarrollo histórico del país se mantendrá y ello supone que los beneficiarios históricos de la renta se reacomodarán y desde la perspectiva internacional se neutralizarán las sanciones. Una vez que se plantee esta situación se va a producir el cambio gatopardiano indicado en el escenario ‘F’[7] y comenzará el nuevo ciclo histórico del país[8].

Finalmente la tiranía va a tener que reestructurar su fanb por las siguientes causas; las dudas generadas el 30ABR, las tensiones existentes entre los diversos grupos de presión interna, el desgaste sufrido y la necesidad de aumentar su eficacia dentro de un contexto de carencia de todo orden. Todo ello para poder defender su nuevo nomos comunal y los espacios vacíos que la nueva concepción va a dejar con unos problemas limítrofes graves y ya indicados.

Los óbices que se le presentaran a la tiranía como ya indiqué estarán relacionados, en primer lugar, con la mutación de la naturaleza de la guerra y de un aumento de la escalada de conflicto en un escenario de más sanciones, en segundo lugar, el problema de la Guayana Esequiba y, en tercer lugar, el tiempo político. Sobre este aspecto es que me detendré una vez que ya hemos hecho mención a los dos primeros. A pesar de la mejora de la posición estratégica de la tiranía, siempre y cuando no ocurra un cambio súbito de circunstancias, el grado de deterioro de sus capacidades va a ser de tal magnitud y la falta de recursos va a ser tan grande que le va a ser muy difícil asumir una posición coherente y consistente frente a los problemas internacionales y la situación social del país. En el plano internacional, la ambigüedad, la disposición de los colaboradores y cohabitadores y el fomento del resentimiento histórico es el único medio que disponen para aguantar los golpes que van a representar las omisiones y complicidades relacionadas con el tema Esequibo y otros abandonos relativos a la política internacional, así como el oscurecimiento del entramado de corrupción internacional que ampara el foro de São Paulo y la Internacional Socialista dentro del marco de la guerra civil global. Ambigüedad y oscurecimiento son las herramientas básicas de la guerra más allá de las reglas[9], pero estas no son suficientes cuando el objetivo político es única y exclusivamente mantenerse en el poder debido a que el poder como fin en sí mismo es autodestructivo. Esto nos lleva a considerar las opciones de la verdadera oposición.

Las opciones de la verdadera oposición

La oposición en la actualidad está conformada, como dije, por los tejidos sociales rotos pero existentes y aun combativos de la sociedad venezolana y la estructura política representada por el movimiento de MCM quien ha indicado el alcance de la guerra en que estamos inmersos[10]. Esto nos lleva a considerar una orientación estratégica frente a los pecios de la mud-fa y la tiranía tanto en el plano nacional e internacional. Los objetivos estratégicos más importantes de la oposición son: asumir su propia representación asegurando al efecto la capacidad de rendición de cuentas y erosionar la capacidad de maniobra de la tiranía[11]. Para ello se debe solicitar a los aliados internacionales que rompan las redes de corrupción que unen a la tiranía con los pecios y aplicar un severo filtro para evitar la penetración de caballos de Troya. Esto va a facilitar el reposicionamiento estratégico general. Con respecto a la tiranía se tiene lo siguiente:

En lo político la oposición debe hacer resistencia frente al nuevo orden comunal que se va a implantar en el plano interno. Aquí estamos asumiendo que la abstención frente al escenario electoral va a ser activa en la medida en que las acciones que se ejecuten no representen un riesgo personal o familiar para nadie. Por supuesto que estas acciones van a estar limitadas por los dispositivos de control biopolítico y al régimen policial. Sobre qué tipo de acciones se podría realizar se recomienda analizar “Auctoritas Situacional”[12] y organizar redes de resistencia a partir de la estructura de seguridad que han desarrollado los ciudadanos[13]. Qué oportunidades se van a presentar, bueno la implantación del estado comunal que, como dijimos, representará el cambio de nomos lineal a espacial en la geografía del país va a abrir un abanico de posibilidades debido a que en el país aparecerán espacios vacíos que, como dijimos también, están relacionados con el sur del país y el territorio que proyecta la fachada Atlántica. Estos nos lleva al escenario externo desde dos ángulos de acción: la guerra global y la amenaza territorial.

Con respecto a la guerra civil global, Venezuela ha perdido otra batalla, pero no ha perdido la guerra, mientras haya voluntad de lucha hay guerra. Todavía hacemos resistencia creando con ello las condiciones de posibilidad de realizar acciones decisivas en el momento oportuno en el futuro cercano, dadas las mutaciones que está sufriendo la guerra que estamos librando. Ello significa que habrá que prepararse y hacer frente al incremento de los dispositivos de control, la represión y el forzamiento a ejecutar de actividades de cualquier naturaleza en contra de nuestra voluntad. Retrasar, impedir, obligar a cambiar de planes y gastar más recursos son puntos a favor en esta guerra que estamos librando. Esas son expresiones de la resistencia y del enjambre.

Con respecto a los problemas territoriales estamos repitiendo el mismo escenario interno del Laudo Arbitral de París, pero hoy en día condicionado con el Acuerdo de Ginebra del año 1966 y la serie de errores políticos que se iniciaron a partir del año 2004. Esto nos plantea una pregunta: ¿No vamos a exigir cuentas a nadie? Creo que no es un asunto de convocar la unidad nacional a un país que está ocupado por fuerzas extranjeras que apoyan a Guyana, ni de tratar de defender una posición histórica cuando la tiranía la lanzó por la borda. Por ello considero que es un error defender una posición política indefendible desde el punto de vista internacional. Esa posición debe ser defendida por aquellos que llevaron al país a esa situación para que asuman su responsabilidad. Creo también que asumir una posición indefendible es sospechosa desde el mismo momento que constituye una negación de la realidad y levanta también sospecha sobre las capacidades e intenciones de quienes las invocan si se tiene presente que en el trasfondo de la negociación se encuentran empresas trasnacionales que han puesto sobre la mesa de negociación la gestión de las denominadas Zonas de Desarrollo Conjunto[14]. Teniendo esto presente, la verdadera oposición tiene que exigir responsabilidades penales y prepararse para defender los intereses de Venezuela en la Corte Internacional de Justicia siguiendo el espíritu del Acuerdo de Ginebra sin comprometer los otros diferendos limítrofes porque no hay capacidad militar para sostener una posición política en ese escenario como la que se está tratando de seguir. Exigir responsabilidades penales va a presentar una oportunidad de cambio político, va a servir para pasar la página y evitar resentimiento histórico y va a crear las condiciones de posibilidad para defender el país desde posiciones jurídico-políticas mejor preparadas. En este momento crucial, después de 16 años no se puede permitir, insisto, que se diluyan las responsabilidades para que las generaciones futuras vivan de la frustración por las omisiones actuales. Es más, con este cambio de orientación estratégica se va a poder desmontar la trama de relaciones económicas (tanto dentro de la tiranía como de sectores afines colaboracionistas y cohabitadores) que han mantenido la parálisis estratégica y esas negociaciones en una situación desfavorable. Esto nos lleva al plano económico.

En lo económico ya indiqué que la toma de la asamblea nacional por parte de la tiranía va a representar un aumento de su capacidad de maniobra internacional en relación con China, Rusia y otros aliados y ello va a atraer a parte de los pecios de la mud-fa. Esta libertad de maniobra de la tiranía va a ser limitada debido a que esos países van a recuperar sus inversiones de múltiples y variadas maneras y van a invertir en aquello que le reporte beneficios inmediatos. La causa de la limitación obedecerá a la necesidad de implantar el estado comunal, someter a la población para evitar cualquier situación impredecible y reorganizar la fanb. Por ello la principal tarea de la verdadera oposición va a apuntar, por una parte, a preservar los bienes venezolanos colocándolos bajo custodio de los países aliados y los organismos internacionales confiables y recuperar bienes y activos que se encuentran ocultos en el exterior, para evitar que, en caso de producirse un cambio gatopardiano, continúe el saqueo al país y, por la otra, obstaculizar que pueda proveerse de recursos para alcanzar sus tres objetivos políticos. Esto nos lleva al tema militar.

Ya en otras oportunidades he tratado de la errónea política militar que ha vivido el país desde que el general Eleazar López Contreras planteó la necesidad de modernización de la FFAA. La función de las FFAA venezolanas desde el año 1914 ha sido sostener mediante la fuerza el orden político y de forma subsidiaria defender al país frente amenazas extranjeras. Por ello he afirmado de manera categórica que la clase política venezolana ha sido pretoriana y ha construido una FFAA para satisfacer sus necesidades. Por ello, el manejo de los asuntos militares por parte de la mud-fa fue paupérrimo, en ningún momento se planteó la posibilidad de exigir la defensa frente la injerencia extranjera a pesar del daño que estaban realizando, sólo se limitaron a exigirle que se convirtieran en pretores en las mismas condiciones. De ahí que es fundamental preguntarse qué es ser-militar y avocarse a construir el perfil del mismo para aprovechar el potencial, de la mejor manera posible, de militares que por alguna u otra razón se encuentran detenidos, impedidos de actuar o que se encuentran fuera del país. La construcción de las fuerzas armadas y los órganos de seguridad republicanas constituyen junto con las otras que hemos indicado una de las prioridades más acuciantes en esta nueva fase del conflicto.

Corolario

Las opciones planteadas para ser consideradas por la verdadera oposición tienen el propósito de llamar a la reflexión y la acción frente al escenario que se avecina. Es una invitación para preguntarse acerca de la realidad que se está viviendo y crear las condiciones de posibilidad de construir nuestra propia realidad. El escenario que se avecina a pesar de lo adverso que se presenta contiene un conjunto de elementos que pueden ser vistos como oportunidades a ser explotadas si se supera el paradigma en el cual han tratado de mantenernos. De este paradigma sólo hemos mostrado unas aristas: el político partidista, el territorial y el militar. Superar estos paradigmas significa dar respuesta a preguntas como ¿cómo debe ser la política en Venezuela y que es un ser-político?, ¿cómo superar las heridas históricas que han afectado nuestro gentilicio así como hicieron alemanes y japoneses? Y ¿qué es ser-militar? Las respuestas a estas preguntas, que supondrán actuar de manera consecuente, van a abrir un abanico de opciones político-estratégicas en este escenario de conflicto que va a ser de tiempo indefinido



[1] Ver al respecto: LA CRISIS POLÍTICA VENEZOLANA Y EL ESTADO DE ALARMA POR LA PANDEMIA (ESCENARIOS POSIBLES) en https://edgareblancocarrero.blogspot.com/2020/03/la-crisis-politica-venezolana-y-el.html

[2] Ver al respecto: 23E: UN NUEVO REBAÑO PARA EL BENEFICIO DE UNA CLASE POLÍTICA DESGASTADA O UN ENJAMBRE DE ALCANCE CONSTITUTIVO en https://edgareblancocarrero.blogspot.com/2019/01/23e-un-nuevo-rebano-para-el-beneficio.html  y EL RIESGO DE UNA PARÁLISIS ESTRATÉGICA EN LA CRISIS VENEZOLANA Y EL PAPEL DE LA AYUDA HUMANITARIA en https://edgareblancocarrero.blogspot.com/2019/02/el-riesgo-de-una-paralisis-estrategica.html

[3] Ver al respecto: “Trump quería invadir Venezuela pero John Bolton lo disuadió” en https://es.panampost.com/orlando-avendano/2020/06/17/trump-queria-invadir-venezuela-pero-sus-asesores-lo-disuadieron/

[4] Ver al respecto: LA CORRUPCIÓN COMO ARMA DE DESTRUCCIÓN DEL ORDEN POLÍTICO EN VENEZUELA en https://edgareblancocarrero.blogspot.com/2018/05/la-corrupcion-como-arma-de-destruccion.html

[5] Ver al respecto: https://www.youtube.com/watch?v=2slhv9o8Qv0&feature=youtu.be , https://twitter.com/MiguelFontan/status/1273351678985752576?s=20 y Blanco, E. (2016). Ontología de la guerra. Crítica al concepto de guerra en las obras de Hardt y Negri. Caracas. Ediciones Rivero-Blanco. 476 p

[6] Ver al respecto: LA PROSPECTIVA EN LAS NEGOCIACIONES DE LÍMITES DE ÁREAS MARINAS Y SUBMARINAS EN LA FACHADA ATLÁNTICA en https://edgareblancocarrero.blogspot.com/2020/03/la-prospectiva-en-las-negociaciones-de.html

[7] Ver al respecto: LA CRISIS POLÍTICA VENEZOLANA Y EL ESTADO DE ALARMA POR LA PANDEMIA…

[8] Ver al respecto: ANACICLOSIS EN VENEZUELA Y LA CRISIS DEL ORDEN WESTFALIANO en https://edgareblancocarrero.blogspot.com/2020/06/anaciclosis-en-venezuela-y-la-crisis.html

[9] Ver al respecto: QIAO, L & WANG, X. (1999). Unrestricted Warfare. [Documento en línea]. Beijing: PLA Literature and Arts Publishing House. Disponible: http://www.cryptome.org/cuw.htm

[10] Ver al respecto: “Venezuela: el desafío ineludible para Occidente” en https://www.elmundo.es/opinion/columnistas/2020/06/08/5ede1f2cfdddff85af8b45e5.html

[11] Ver al respecto: EL CONCEPTO DE CENTRO DE GRAVEDAD Y LA GEOMETRÍA FRACTAL en https://edgareblancocarrero.blogspot.com/2019/10/el-concepto-de-centro-de-gravedad-y-la.html y CAOS, ORDEN Y ESTRATEGIA DEL ENJAMBRE en https://edgareblancocarrero.blogspot.com/2018/06/caos-orden-y-estrategia-del-enjambre.html

[12] Ver al respecto: AUCTORITAS SITUACIONAL, MULTITUD Y COLAPSO SISTÉMICO en https://edgareblancocarrero.blogspot.com/2017/11/auctoritas-situacional-multitud-y.html

[13] Ver al respecto: SEGURIDAD CIUDADANA Y ESTRATEGIA DEL ENJAMBRE en https://edgareblancocarrero.blogspot.com/2018/07/seguridad-ciudadana-y-estrategia-del.html

[14] Llama la atención al alineamiento que hay en no asistir a la CIJ. Me imagino que ese es el escenario que se maneja en las mesas de análisis de los asesores guyaneses y beneficia a las empresas transnacionales que están tras bastidores de la negociación y a sus representantes en Venezuela.


viernes, 19 de junio de 2020

REFLEXIONES EN TIEMPO DE PANDEMIA V. La reclamación del Esequibo en un eterno debate.



Josmar Fernández

@josmarfernandez

josmarfernandez@gmail.com 


Esta semana correspondía retomar el tema de los expertos en materia de fronteras y límites, sin embargo, desde hace unos días, el grupo Mi Mapa ha realizado interesantes cuestionamientos sobre el comportamiento pasivo de los venezolanos, exteriorizando un clamor nacional, de vieja data, de exhortar al Estado venezolano a ser más agresivo en su accionar respecto a la reclamación del Esequibo, espacio geográfico que no se nos pretendió despojar con el Laudo de 1899, sino que, en efecto se nos despojó.

Analizando los últimos 50 años, no se ha dado un debate nacional en esta materia, como tampoco se nos habló propiamente de las ventajas y desventajas que representaba para Venezuela, la firma del Acuerdo de Ginebra de 1966.

Siendo éste el único instrumento jurídico que garantiza, al menos, el reconocimiento por parte del Reino Unido y Guyana, de una contención por parte de Venezuela, cuestión que no significa de ninguna manera, que se haya dejado sin efecto el Laudo Arbitral, declarado unilateralmente nulo e írrito; no es menos cierto que tiene sus bemoles y así lo dieron a conocer en su oportunidad insignes venezolanos de la talla de Efraín Schacht Aristiguieta, Marcos Falcón Briceño, Isidro Morales Paúl, Carlos Sosa Rodríguez, Pedro José Lara Peña, Juan Carlos Rey, Ramón Carmona y el jurista y ex canciller René de Sola, como uno de los mayores críticos, quien publicó “Guayana Esequiba y el Acuerdo de Ginebra” donde exponía a detalle sus reservas sobre el acuerdo. Tales observaciones parecieran no haber tenido mayor repercusión, al menos el debate sobre los posibles desafíos que se nos presentarían a futuro no se dio. Para el año 1981 Pedro José Lara Peña decretaba tajante “con el Acuerdo no hemos logrado ningún paso positivo ni lo haremos en el futuro”. Expresión lapidaria.

Sería inútil a estas alturas, profundizar sobre lo que dejamos de hacer internamente en 54 años y hoy nos pasa factura. Para dar un ejemplo y, apartando la cuestión político-partidista, que tanto daño ha hecho en este particular, sería irresponsable negar que en el año 2013, un grupo de diputados de “Movida Parlamentaria”, encabezado por la entonces diputada María Corina Machado, preparó un proyecto de ley para ser introducido ante la Asamblea Nacional, cuyo objeto era reforzar la posición de Venezuela en el territorio en reclamación ante las pretensiones de Guyana, la idea central era determinar las zonas marítimas, incluyendo la plataforma continental extendida, correspondiente a la proyección de la fachada atlántica del estado Delta Amacuro y hacer reserva expresa de los derechos de nuestro país sobre el Esequibo.

El proyecto se desestimó en su momento, luego, en el año 2018 se creó la Comisión Mixta de Defensa del Esequibo y su Fachada Atlántica de la Asamblea Nacional (AN) a quien se le instruyó “iniciar la preparación de un proyecto de ley que fije claramente los espacios correspondientes a la Fachada Atlántica, e igualmente convoque activistas y expertos en la materia, con el objeto de elaborar los proyectos de leyes necesarios que tengan que ver con la reafirmación de nuestra integridad territorial y marítima”. Hasta hoy no se conocen detalles al respecto.

Analizar la controversia implica conocer la perspectiva venezolana y comprender los argumentos esgrimidos por Guyana, para poder realizar cuestionamientos sensatos. Ello nos lleva a identificar una discrepancia de interpretaciones: Venezuela afirma que la controversia es territorial, lo que implica la devolución del territorio que le fue despojado, Guyana sostiene que la controversia es jurídica, reconoce la contención de Venezuela al manifestar unilateralmente que el Laudo de 1899 es nulo e írrito, por lo cual, exige discutir en principio la validez o no del Laudo ¿Cómo se concilian dos interpretaciones de la controversia, mutuamente excluyentes? ¿Cómo se selecciona el mecanismo para solventar la controversia, si su aplicación depende precisamente de ello?

Remitirnos al Acuerdo de Ginebra, implica referir el artículo IV, tremendamente discutido, en el cual se cita el artículo 33 de la Carta de las Naciones Unidas, donde el arreglo judicial está previsto, sin embargo, hay quienes sostienen que es un párrafo enunciativo, porque Venezuela no hace reconocimiento expreso de la jurisdicción de la Corte y no creen que se pueda interpretar de tal manera.

En todo caso, la negociación obliga a pensar en mínimas y máximas aspiraciones respecto al territorio Esequibo, hay que decirlo responsablemente. Alimentar un discurso diferente, puede llevarnos al punto poco conveniente de una escalada del conflicto, cuestión que se traduciría en una amenaza a la paz de la región. Pareciera que no se ha puesto sobre la balanza el efecto rebote, por parte de la sociedad venezolana hacia las fuerzas políticas, ante el posible desenlace de esta controversia.

Debemos dejar la ingenuidad, las relaciones internacionales no se basan en hacer amistades, sino en entrar en un juego de intereses nacionales y poder. Estamos en una situación compleja y desfavorable, frente a una CIJ impredecible, cuya aceptación del caso podría significar una solución conforme al estricto derecho o con arreglo de normas de equidad, ex aequo et bono. Hay que decirle al venezolano que la tendencia en sus decisiones ha sido lo segundo y ello no necesariamente nos beneficia, tampoco se puede seguir vendiendo la idea de teorías conspirativas o apostar al desprestigio de los organismos internacionales que son consultados por la comunidad internacional.

Con una visión clara, el profesor Juan Carlos Rey refería “la tentación de la demagogia” como un peligro en la conducción de nuestra Política Exterior y del cual debemos estar atentos, cuyo significado es “abdicación por parte de los líderes políticos de su responsabilidad de tomar decisiones y el renunciar a su deber de tratar de orientar a la opinión pública por temor a la impopularidad”. En 1962 nos pronunciamos oficialmente respecto a la reclamación, hay dos opciones: quedarnos de brazos cruzados para luego señalar responsables, nuestro pasatiempo favorito, o pensamos en una mejor estrategia que el discurso retórico.

No hay espacio ni tiempo para falsas expectativas, hacen seguimiento Colombia y algunos países del Caribe, con los que tenemos una delimitación de áreas marinas y submarinas pendiente.



miércoles, 3 de junio de 2020

ANACICLOSIS EN VENEZUELA Y LA CRISIS DEL ORDEN WESTFALIANO


https://www.youtube.com/watch?v=uCvEc4h8fz8&list=PLAydjTNGMKp19_zLFNwqQgzcCqaEem6wG&index=12


Pensar la situación política que vive la Venezuela actual y su impacto en la región y las posibles vías para su superación hace necesario la adopción de un enfoque hermenéutico que permita comprender el sentido dinámico de su existencia como expresión de una serie de eventos localizados dentro de un contexto espacio-temporal debido a que a finales del siglo XIX y principios del XX el país padeció una crisis política interna que dejó huella en la historia del país. Como esta se produjo dentro de un proceso de reordenamiento global observamos la existencia de un patrón que podría ayudar a comprender la situación venezolana. La estabilización del país en ese entonces no fue producto de una superación de la situación planteada sino de la supresión de factores desestabilizantes y esta supresión es la que ha creado las condiciones de posibilidad de pensar en la ocurrencia de una anaciclosis. En el presente, Venezuela está viviendo el agotamiento de un orden político dentro de un contexto de reordenamiento de la comunidad internacional. Pero este reordenamiento se está gestando no sólo en la estructura, sino también en la naturaleza de un orden que tiene sus raíces en el Tratado de Paz de Westfalia y ello permite explicar el talante y el impacto internacional de la crisis venezolana. Por ello me he propuesto valorar la relación existente entre la crisis venezolana y el reordenamiento del orden global que está acaeciendo. Para tal fin, haré una precisiones del concepto de anaciclosis, seguidamente, voy a examinar la naturaleza dinámica del orden westfaliano los cambios de su estructura y su impacto en el devenir venezolano, luego analizaremos la dinámica de dicho impacto como proceso y acontecimiento y, finalmente haré unas consideraciones sobre qué podría hacerse desde una nueva perspectiva republicana.

Palabras claves: Anaciclosis, Venezuela, orden westfaliano, proceso, realidad.

Ensayo completo en el siguiente enlace: http://romatrepress.uniroma3.it/wp-content/uploads/2020/10/06.anc-carre.pdf

Revista Democrazia e Sicurezza – 2020 n. 2 en el siguiente enlace: http://romatrepress.uniroma3.it/libro/democrazia-e-sicurezza-2020-n-2/



REFLEXIONES FRONTERIZAS EN TIEMPO DE PANDEMIA IV

Josmar Fernández

@josmarfernandez

josmarfernandez@gmail.com

 

Venezuela, Guyana, las transnacionales y la CIJ

A partir de la notificación realizada por la Corte Internacional de Justicia (CIJ), a través de su página oficial, el viernes 29 de mayo, informando que daría curso vía videoconferencia, debido a la pandemia generada por el COVID19, a las audiencias públicas referidas al caso pendiente entre Guyana y Venezuela sobre el Laudo Arbitral de 1899. Los comentarios no se hicieron esperar y por eso resulta interesante hacer una revisión de la situación.

Con la firma del Acuerdo de Ginebra en 1966, se instaba a “buscar soluciones satisfactorias para el arreglo práctico de la controversia” a través de la creación de una Comisión Mixta que, en 4 años no dio resultados. Inmediatamente se firma el Protocolo de Puerto España en 1970 y se suspenden las conversaciones por 12 años. Cumplido el período, Venezuela denuncia el Protocolo, pero por falta de acuerdo entre las partes se pierden 7 años más, cuestión que presionó el acercamiento hacia el   Secretario General de las Naciones Unidas, estableciéndose como mecanismo de arreglo pacífico de la controversia, los Buenos Oficios en 1989, facilitando el acercamiento entre las partes, pero sin ningún progreso significativo hasta el año 2017.

Haciendo un balance, llevamos 54 años en espera de resultados positivos. Si bien los temas territoriales no son de fácil y rápida solución, ante lo que en teoría de juegos se llama juego de suma cero, Antonio Guterres, Secretario General de la ONU el 30 de enero del año 2018, escoge el arreglo judicial (CIJ) como mecanismo de solución de controversia. Guyana aplica la solicitud ante la CIJ el 29 de marzo de 2018, mientras que, Venezuela manifestó al día siguiente que lo desestima y posteriormente el 28 de noviembre de 2019, consigna ante la Secretaría de la CIJ un “memorándum donde reitera su posición sobre la falta de jurisdicción de esa instancia judicial internacional respecto de la demanda unilateral”.

Guyana, Estado de reciente creación, pequeño, pobre, con marcadas diferencias raciales y problemas gubernamentales de corrupción, se preocupó por hacer lobby en los organismos internacionales, realizó alianzas estratégicas y fortaleció relaciones y apoyos con Caricom y Commonwealth, avanzó en los procesos de delimitación marítima pendientes con los países vecinos, propuso la extensión de su plataforma continental, flexibilizó su legislación para atraer inversiones y así, consolidó la presencia de algunas de las empresas trasnacionales más importantes del mundo, en el territorio bajo su jurisdicción -incluyendo el Esequibo-, transgrediendo así los derechos de Venezuela sobre su proyección marítima en el Atlántico, que hoy se ven amenazados.

Venezuela, desde el primer momento apostó por la negociación directa y la confianza del cumplimiento de buena fe por parte de Guyana de lo convenido en el Acuerdo de Ginebra, cuestión que, independientemente de ello, si hemos honrado. Ha insistido por más de 30 años, ingenua o soberbiamente, por un mecanismo dentro del cual no se han logrado avances porque los intereses en juego son, sin duda, mutuamente excluyentes. Las acciones parecieran limitarse al ámbito diplomático, a través de acercamientos poco exitosos por la vía de la cooperación bilateral, pero también, mediante innumerables y enérgicas notas de protestas que lograron neutralizar en muchas oportunidades las pretensiones del Estado vecino.

Ahora, pese a la decisión soberana de no reconocer la jurisdicción de la corte, persisten dudas en algunos sectores sobre el compromiso asumido en el artículo IV del Acuerdo de Ginebra, donde se cita el artículo 33 de la Carta de las Naciones Unidas, en el cual el arbitraje y el arreglo judicial están incluidos dentro de los medios de solución pacífica. De otra parte, han resurgido cuestionamientos sobre la actitud de las transnacionales frente al conflicto, ideas sobre poblar la Guayana Esequiba o acercar los programas sociales, crear un nuevo estado, entre otras propuestas que fueron desestimadas en su momento. Cabe la pregunta ¿por qué serían pertinentes ahora?

Un caso aleccionador, cuando el entonces ministro de la juventud Charles Brewer Carías junto a un grupo de 50 jóvenes voluntarios, se adentraron en una sección de la parte norte del territorio Esequibo, durante la Semana Santa del año 1981, y levantaron información importante donde demostraban -para ese entonces- el intensivo desarrollo que Guyana había adelantado durante los 12 años de congelamiento de las negociaciones e instaba a hacer lo propio. Ello trajo consigo fuertes señalamientos al entonces ministro, por parte de personajes de la política venezolana y algunos de sus pares dentro del gabinete ministerial; probablemente una de las razones de su salida del ministerio.  

Lo cierto es que nunca se les ha explicado a los venezolanos por qué dichas acciones se consideran inconvenientes, como tampoco se aborda esa matriz de opinión, 39 años después, de repoblar y desarrollar actividades sobre un territorio que, aunque sujeto a reclamación, está administrado por otro actor desde hace 121 años.

Pareciera que la situación exige sincerar escenarios, redefinir estrategias, informar y reeducar eficientemente a los venezolanos sobre las ventajas y desventajas que representa este conflicto, así como neutralizar matrices de opiniones que, por no atender a tiempo, se han atrincherado en el pensamiento colectivo venezolano.

Como decía Simón Rodríguez “Inventamos o erramos”.