Blog destinado a compartir información sobre política, filosofía, historia, prospectiva, geoestrategia y temas militares
viernes, 26 de junio de 2020
ESEQUIBO: LA MANZANA DE LA DISCORDIA
sábado, 20 de junio de 2020
EL HUNDIMIENTO DE LA MUD-FA Y EL NUEVO ESCENARIO DE CONFLICTO POSTELECTORAL
Mientras contemplamos en estos
próximos meses el hundimiento de la mud-fa y con ella de toda una clase
política histórica que nació degenerada cuando decidieron en octubre del año
1945 interrumpir un proceso histórico se plantea la necesidad de pensar cómo se
va a reordenar el escenario político una vez que la verdadera oposición a la
tiranía, es decir, el venezolano común tenga que encarar junto con la única
estructura política que va a permanecer en pie, es decir, la representada por
María Corina Machado (MCM) la nueva situación histórica una vez que hagan
efectivo los tiranos la toma formal de la asamblea nacional.
Esta necesidad se plantea en una
situación de conflicto en un horizonte temporal de seis meses donde los
acontecimientos previstos son: las elecciones presidenciales en EE.UU. y las
elecciones parlamentarias en Venezuela. La particularidad en que nos
encontraremos es que a medida en que transcurra el tiempo se va a reducir la
capacidad de maniobra del presidente estadounidense y va a aumentar la de la
tiranía en Venezuela a no ser que acaezca un cambio de circunstancias súbito y
repentino provocado en Venezuela por las limitaciones para encarar la pandemia
(y en general la situación sanitaria)[1] y en EE.UU. en vista de la
ofensiva globalista que está enfrentando y la posibilidad de que se debiliten
sus capacidades de respuesta en un contexto multidimensional.
Esto nos lleva a analizar tres
aspectos que nos van a ayudar a otear la situación venezolana más allá del
horizonte temporal antes indicado: en primer lugar, para responder qué va a
suceder con los pecios del naufragio de la clase política histórica, en segundo
lugar, estimar cuáles van a ser las probables líneas de acción de la tiranía y
en tercer lugar, reflexionar acerca de qué opciones estratégicas se le
presentan a la verdadera oposición.
Los
pecios de la mud-fa
La carencia de una estrategia
y la falta de voluntad de realizarla para acabar con la situación iniciada en
el año 2017 mostrada por la mud-fa están dando sus resultados[2]. No sólo las burlescas
puestas en escena del 23FEB, 30ABR o silvercorp, que significaron el inútil y
criminal sacrificio de vidas, o las acciones realizadas por la tiranía de
desmantelamiento de los degenerados partidos, sino las recientes declaraciones
hechas por John Bolton[3] evidencian que la clase
política representada por esos partidos formaban parte del entramado de relaciones
que le ha dado sustento al régimen por dos décadas[4]. Qué va a suceder con los
restos de la mud-fa. Por supuesto van a pretender reagruparse, pero el hecho de
que sean partidos minúsculos hace que sea muy difícil la efectividad de su
reagrupamiento incluso si se agrega a la metabolización provocada por la
tiranía. Esta metabolización va a acentuarse frente al escenario electoral que
se avecina. Creo que los pecios de la clase política van a tender a cuatro
acciones:
§ Concentrarse
para mantenerse como ‘únicos’ representantes políticos de la oposición frente a
la comunidad internacional contando con el despliegue internacional que puedan
mantener después de enero de 2021. Para ello dicho pecio deberá, por una parte,
desconocer las elecciones venideras y asumir una ambigüedad similar a las
realizadas en las elecciones para alcaldías y, por la otra, procurar recursos
que para ellos van a ser más escasos debido a que las fuentes internacionales
necesitarán una estructura de legitimidad para sufragarlos y las fuentes internas
provenientes de alguna u otra manera de la tiranía disminuirán debido a las
sanciones internacionales. Todo va a depender del desenlace político
estadounidense.
§ Integrarse
a los partidos que colaboran y cohabitan con la tiranía. Esto en cierta forma
ya ha estado ocurriendo gracias a la maquinaria de corrupción política que la
tiranía heredó y perfeccionó de la clase política que está desapareciendo.
§ Integrarse
a la verdadera oposición, es decir, la representada por el venezolano común y
la que integra y conduce MCM. De esto hablaremos en el tercer apartado, sólo
aquí indicaremos que en esta fragmentación se infiltrarán caballos de Troya que actuarán como durmientes en futuros eventos
críticos para obstaculizar, delatar o redireccionar acciones políticas.
§ Pasaran
a la reserva en espera del surgimiento de nuevas oportunidades usando al efecto
otras banderas políticas.
Lo importante de este
naufragio entonces va a ser la depuración que la verdadera oposición está
experimentando y debe completar frente a los difíciles escenarios que deberemos
enfrentar en el futuro cercano.
Las
líneas de acción de la tiranía
A pesar de la creciente
presión que padece la tiranía, esta ha tenido la suficiente capacidad de
maniobra para prescindir de sus colaboradores una vez que ya abrieron el camino
para asumir el control absoluto de la asamblea nacional e implantar
consecuentemente el estado-comunal. Esta fase del conflicto va a tener
implicaciones políticas, económicas, sociales y militares en lo concerniente al
avance del proyecto político totalitario y, a su vez, va a tener unos óbices
que reducirán su capacidad para alcanzar efectivamente estos objetivos y pueden
provocar su colapso.
Las implicaciones políticas
están relacionadas, en el plano interno, con el nuevo orden a instaurarse luego
de que se produzca la fusión de la constituyente comunal con la nueva asamblea.
La naturaleza del nuevo orden comunal es desconocida, a ciencia cierta, a no
ser por la implantación de un conjunto de leyes ilegalmente aprobadas que
marcan una tendencia, la implantación de dispositivos de control biopolítico y
de un régimen policial totalitario dentro de un contexto de estado de
naturaleza en el sentido hobbesiano y, finalmente, del proyecto de la nueva organización
territorial que ya había sido planteado en la reforma constitucional del año
2007. Este proyecto de cambio de la organización territorial implica pasar de
un nomos lineal es decir, donde el concepto de propiedad territorial estaba
dado por el marcaje de la propiedad en sí misma a otro nomos espacial basado en
la capacidad productiva. Sólo hay que imaginarse los espacios vacíos que en el
país se van a producir con esta organización indiferentemente de los conceptos
de propiedad que se manejen. Dentro de estos espacios vacíos estará amenazado
el sur del país y la fachada Atlántica. En el plano externo tiene que ver con
la relación de Venezuela con EE.UU y Occidente y sus problemas territoriales
con los vecinos.
Con respecto a la relación de
nuestro país con Occidente en general se puede afirmar que esta estuvo
condicionada por la guerra civil global en que estamos inmersos[5]. Esta guerra que devastó
socialmente al país en el futuro próximo va a cambiar nuevamente su naturaleza
en el sentido que seremos también testigos y sufrientes del empleo de armas
sofisticadas que serán empleadas para cauterizar la metástasis que consume a lo
que queda de país.
En cuanto a los problemas
territoriales que tiene el país, además de los problemas derivados de la
presencia de grupos guerrilleros colombianos y de fuerzas militares y de
inteligencia cubana tenemos los problemas limítrofes pendientes dentro de un
contexto signado por el cambio de la concepción territorial del Estado. Aquí se
destaca el caso del territorio Esequibo desde el mismo momento que estamos
presenciando la inminencia de la aceptación de competencias y de un juicio en
la Corte Internacional de Justicia de la Haya por la irresponsabilidad de los
administradores y conductores de la política exterior venezolana desde el año
2004[6]. Esta es la espada de
Damocles de la tiranía desde el mismo momento que su principal aliado, Cuba,
históricamente ha apoyado a Guyana. La tiranía en este sentido se encuentra
sola y paralizada estratégicamente y los estertores de la asamblea nacional en
medio de su hundimiento se han dispuesto a lanzarle un salvavidas para diluir
responsabilidades a pesar de que lo que acontece en la Haya sigue su curso
inexorable. No se le está diciendo la verdad al país. Es muy difícil aferrarse
al Acuerdo de Ginebra del año 1966 y negar la asistencia a la Corte
internacional con un saco de palabras e interpretaciones de última hora cuando
uno de los mecanismos aceptados de solución de ese mismo acuerdo lo contempla.
Hubo una solución de fuerza que se pudo desarrollar para evitar este desenlace,
es decir, desarrollar capacidades militares para mantener una posición política
de esa naturaleza y, al menos, desde el 2004, no se hizo, se cambió la
estructura de la FFAA al de una fuerza armada revolucionaria y partidizada. En consecuencia,
la falla en la ruptura de la política exterior histórica venezolana implica
responsabilidades. Los responsables deben rendir cuentas.
Desde la perspectiva
económica, la posibilidad de que la tiranía tome la asamblea nacional y
produzca la consiguiente simbiosis con la asamblea constituyente comunal va a
permitir que se retomen los acuerdos con China, Rusia, Irán, etc., lo que en la
práctica supondrá una mejora de su situación desde el mismo momento que seremos
testigo de la implantación del modelo ‘chino’ en el país. Las consecuencias de
esta instauración apuntarán a dos vías: el modelo de desarrollo histórico del
país se mantendrá y ello supone que los beneficiarios históricos de la renta se
reacomodarán y desde la perspectiva internacional se neutralizarán las
sanciones. Una vez que se plantee esta situación se va a producir el cambio
gatopardiano indicado en el escenario ‘F’[7] y comenzará el nuevo ciclo
histórico del país[8].
Finalmente la tiranía va a
tener que reestructurar su fanb por las siguientes causas; las dudas generadas
el 30ABR, las tensiones existentes entre los diversos grupos de presión
interna, el desgaste sufrido y la necesidad de aumentar su eficacia dentro de
un contexto de carencia de todo orden. Todo ello para poder defender su nuevo
nomos comunal y los espacios vacíos que la nueva concepción va a dejar con unos
problemas limítrofes graves y ya indicados.
Los óbices que se le presentaran
a la tiranía como ya indiqué estarán relacionados, en primer lugar, con la
mutación de la naturaleza de la guerra y de un aumento de la escalada de
conflicto en un escenario de más sanciones, en segundo lugar, el problema de la
Guayana Esequiba y, en tercer lugar, el tiempo político. Sobre este aspecto es
que me detendré una vez que ya hemos hecho mención a los dos primeros. A pesar
de la mejora de la posición estratégica de la tiranía, siempre y cuando no
ocurra un cambio súbito de circunstancias, el grado de deterioro de sus
capacidades va a ser de tal magnitud y la falta de recursos va a ser tan grande
que le va a ser muy difícil asumir una posición coherente y consistente frente
a los problemas internacionales y la situación social del país. En el plano
internacional, la ambigüedad, la disposición de los colaboradores y
cohabitadores y el fomento del resentimiento histórico es el único medio que
disponen para aguantar los golpes que van a representar las omisiones y
complicidades relacionadas con el tema Esequibo y otros abandonos relativos a
la política internacional, así como el oscurecimiento del entramado de
corrupción internacional que ampara el foro de São Paulo y la Internacional
Socialista dentro del marco de la guerra civil global. Ambigüedad y
oscurecimiento son las herramientas básicas de la guerra más allá de las reglas[9], pero estas no son
suficientes cuando el objetivo político es única y exclusivamente mantenerse en
el poder debido a que el poder como fin en sí mismo es autodestructivo. Esto
nos lleva a considerar las opciones de la verdadera oposición.
Las
opciones de la verdadera oposición
La oposición en la actualidad
está conformada, como dije, por los tejidos sociales rotos pero existentes y
aun combativos de la sociedad venezolana y la estructura política representada
por el movimiento de MCM quien ha indicado el alcance de la guerra en que
estamos inmersos[10].
Esto nos lleva a considerar una orientación estratégica frente a los pecios de
la mud-fa y la tiranía tanto en el plano nacional e internacional. Los objetivos
estratégicos más importantes de la oposición son: asumir su propia
representación asegurando al efecto la capacidad de rendición de cuentas y
erosionar la capacidad de maniobra de la tiranía[11]. Para ello se debe
solicitar a los aliados internacionales que rompan las redes de corrupción que
unen a la tiranía con los pecios y aplicar un severo filtro para evitar la
penetración de caballos de Troya.
Esto va a facilitar el reposicionamiento estratégico general. Con respecto a la
tiranía se tiene lo siguiente:
En lo político la oposición
debe hacer resistencia frente al nuevo orden comunal que se va a implantar en
el plano interno. Aquí estamos asumiendo que la abstención frente al escenario
electoral va a ser activa en la medida en que las acciones que se ejecuten no representen
un riesgo personal o familiar para nadie. Por supuesto que estas acciones van a
estar limitadas por los dispositivos de control biopolítico y al régimen
policial. Sobre qué tipo de acciones se podría realizar se recomienda analizar
“Auctoritas Situacional”[12] y organizar redes de
resistencia a partir de la estructura de seguridad que han desarrollado los
ciudadanos[13].
Qué oportunidades se van a presentar, bueno la implantación del estado comunal
que, como dijimos, representará el cambio de nomos lineal a espacial en la
geografía del país va a abrir un abanico de posibilidades debido a que en el
país aparecerán espacios vacíos que, como dijimos también, están relacionados
con el sur del país y el territorio que proyecta la fachada Atlántica. Estos
nos lleva al escenario externo desde dos ángulos de acción: la guerra global y
la amenaza territorial.
Con respecto a la guerra civil
global, Venezuela ha perdido otra batalla, pero no ha perdido la guerra,
mientras haya voluntad de lucha hay guerra. Todavía hacemos resistencia creando
con ello las condiciones de posibilidad de realizar acciones decisivas en el
momento oportuno en el futuro cercano, dadas las mutaciones que está sufriendo
la guerra que estamos librando. Ello significa que habrá que prepararse y hacer
frente al incremento de los dispositivos de control, la represión y el
forzamiento a ejecutar de actividades de cualquier naturaleza en contra de
nuestra voluntad. Retrasar, impedir, obligar a cambiar de planes y gastar más
recursos son puntos a favor en esta guerra que estamos librando. Esas son
expresiones de la resistencia y del enjambre.
Con respecto a los problemas
territoriales estamos repitiendo el mismo escenario interno del Laudo Arbitral
de París, pero hoy en día condicionado con el Acuerdo de Ginebra del año 1966 y
la serie de errores políticos que se iniciaron a partir del año 2004. Esto nos
plantea una pregunta: ¿No vamos a exigir cuentas a nadie? Creo que no es un
asunto de convocar la unidad nacional a un país que está ocupado por fuerzas extranjeras
que apoyan a Guyana, ni de tratar de defender una posición histórica cuando la
tiranía la lanzó por la borda. Por ello considero que es un error defender una
posición política indefendible desde el punto de vista internacional. Esa posición
debe ser defendida por aquellos que llevaron al país a esa situación para que
asuman su responsabilidad. Creo también que asumir una posición indefendible es
sospechosa desde el mismo momento que constituye una negación de la realidad y
levanta también sospecha sobre las capacidades e intenciones de quienes las
invocan si se tiene presente que en el trasfondo de la negociación se
encuentran empresas trasnacionales que han puesto sobre la mesa de negociación
la gestión de las denominadas Zonas de Desarrollo Conjunto[14]. Teniendo esto presente,
la verdadera oposición tiene que exigir responsabilidades penales y prepararse
para defender los intereses de Venezuela en la Corte Internacional de Justicia
siguiendo el espíritu del Acuerdo de Ginebra sin comprometer los otros diferendos
limítrofes porque no hay capacidad militar para sostener una posición política
en ese escenario como la que se está tratando de seguir. Exigir
responsabilidades penales va a presentar una oportunidad de cambio político, va
a servir para pasar la página y evitar resentimiento histórico y va a crear las
condiciones de posibilidad para defender el país desde posiciones
jurídico-políticas mejor preparadas. En este momento crucial, después de 16
años no se puede permitir, insisto, que se diluyan las responsabilidades para
que las generaciones futuras vivan de la frustración por las omisiones actuales.
Es más, con este cambio de orientación estratégica se va a poder desmontar la
trama de relaciones económicas (tanto dentro de la tiranía como de sectores
afines colaboracionistas y cohabitadores) que han mantenido la parálisis estratégica
y esas negociaciones en una situación desfavorable. Esto nos lleva al plano
económico.
En lo económico ya indiqué que
la toma de la asamblea nacional por parte de la tiranía va a representar un
aumento de su capacidad de maniobra internacional en relación con China, Rusia
y otros aliados y ello va a atraer a parte de los pecios de la mud-fa. Esta
libertad de maniobra de la tiranía va a ser limitada debido a que esos países
van a recuperar sus inversiones de múltiples y variadas maneras y van a
invertir en aquello que le reporte beneficios inmediatos. La causa de la
limitación obedecerá a la necesidad de implantar el estado comunal, someter a
la población para evitar cualquier situación impredecible y reorganizar la
fanb. Por ello la principal tarea de la verdadera oposición va a apuntar, por
una parte, a preservar los bienes venezolanos colocándolos bajo custodio de los
países aliados y los organismos internacionales confiables y recuperar bienes y
activos que se encuentran ocultos en el exterior, para evitar que, en caso de
producirse un cambio gatopardiano, continúe el saqueo al país y, por la otra, obstaculizar
que pueda proveerse de recursos para alcanzar sus tres objetivos políticos.
Esto nos lleva al tema militar.
Ya en otras oportunidades he
tratado de la errónea política militar que ha vivido el país desde que el
general Eleazar López Contreras planteó la necesidad de modernización de la
FFAA. La función de las FFAA venezolanas desde el año 1914 ha sido sostener
mediante la fuerza el orden político y de forma subsidiaria defender al país
frente amenazas extranjeras. Por ello he afirmado de manera categórica que la
clase política venezolana ha sido pretoriana y ha construido una FFAA para
satisfacer sus necesidades. Por ello, el manejo de los asuntos militares por
parte de la mud-fa fue paupérrimo, en ningún momento se planteó la posibilidad
de exigir la defensa frente la injerencia extranjera a pesar del daño que
estaban realizando, sólo se limitaron a exigirle que se convirtieran en
pretores en las mismas condiciones. De ahí que es fundamental preguntarse qué
es ser-militar y avocarse a construir el perfil del mismo para aprovechar el
potencial, de la mejor manera posible, de militares que por alguna u otra razón
se encuentran detenidos, impedidos de actuar o que se encuentran fuera del
país. La construcción de las fuerzas armadas y los órganos de seguridad
republicanas constituyen junto con las otras que hemos indicado una de las
prioridades más acuciantes en esta nueva fase del conflicto.
Corolario
Las opciones planteadas para
ser consideradas por la verdadera oposición tienen el propósito de llamar a la
reflexión y la acción frente al escenario que se avecina. Es una invitación
para preguntarse acerca de la realidad que se está viviendo y crear las
condiciones de posibilidad de construir nuestra propia realidad. El escenario
que se avecina a pesar de lo adverso que se presenta contiene un conjunto de
elementos que pueden ser vistos como oportunidades a ser explotadas si se supera
el paradigma en el cual han tratado de mantenernos. De este paradigma sólo
hemos mostrado unas aristas: el político partidista, el territorial y el
militar. Superar estos paradigmas significa dar respuesta a preguntas como ¿cómo
debe ser la política en Venezuela y que es un ser-político?, ¿cómo superar las
heridas históricas que han afectado nuestro gentilicio así como hicieron
alemanes y japoneses? Y ¿qué es ser-militar? Las respuestas a estas preguntas,
que supondrán actuar de manera consecuente, van a abrir un abanico de opciones
político-estratégicas en este escenario de conflicto que va a ser de tiempo
indefinido
[1] Ver al respecto: LA CRISIS
POLÍTICA VENEZOLANA Y EL ESTADO DE ALARMA POR LA PANDEMIA (ESCENARIOS POSIBLES)
en https://edgareblancocarrero.blogspot.com/2020/03/la-crisis-politica-venezolana-y-el.html
[2] Ver al respecto: 23E: UN NUEVO
REBAÑO PARA EL BENEFICIO DE UNA CLASE POLÍTICA DESGASTADA O UN ENJAMBRE DE
ALCANCE CONSTITUTIVO en https://edgareblancocarrero.blogspot.com/2019/01/23e-un-nuevo-rebano-para-el-beneficio.html y EL RIESGO DE UNA PARÁLISIS ESTRATÉGICA EN
LA CRISIS VENEZOLANA Y EL PAPEL DE LA AYUDA HUMANITARIA en https://edgareblancocarrero.blogspot.com/2019/02/el-riesgo-de-una-paralisis-estrategica.html
[3] Ver al respecto: “Trump quería
invadir Venezuela pero John Bolton lo disuadió” en https://es.panampost.com/orlando-avendano/2020/06/17/trump-queria-invadir-venezuela-pero-sus-asesores-lo-disuadieron/
[4] Ver al respecto: LA CORRUPCIÓN
COMO ARMA DE DESTRUCCIÓN DEL ORDEN POLÍTICO EN VENEZUELA en https://edgareblancocarrero.blogspot.com/2018/05/la-corrupcion-como-arma-de-destruccion.html
[5] Ver al respecto: https://www.youtube.com/watch?v=2slhv9o8Qv0&feature=youtu.be
, https://twitter.com/MiguelFontan/status/1273351678985752576?s=20
y Blanco, E. (2016). Ontología de la guerra. Crítica al concepto de guerra en
las obras de Hardt y Negri. Caracas. Ediciones Rivero-Blanco. 476 p
[6] Ver al respecto: LA PROSPECTIVA EN
LAS NEGOCIACIONES DE LÍMITES DE ÁREAS MARINAS Y SUBMARINAS EN LA FACHADA ATLÁNTICA
en https://edgareblancocarrero.blogspot.com/2020/03/la-prospectiva-en-las-negociaciones-de.html
[7] Ver al respecto: LA CRISIS
POLÍTICA VENEZOLANA Y EL ESTADO DE ALARMA POR LA PANDEMIA…
[8] Ver al respecto: ANACICLOSIS EN
VENEZUELA Y LA CRISIS DEL ORDEN WESTFALIANO en https://edgareblancocarrero.blogspot.com/2020/06/anaciclosis-en-venezuela-y-la-crisis.html
[9] Ver al respecto: QIAO, L &
WANG, X. (1999). Unrestricted Warfare.
[Documento en línea]. Beijing: PLA Literature and Arts Publishing House. Disponible: http://www.cryptome.org/cuw.htm
[10] Ver al respecto: “Venezuela: el desafío
ineludible para Occidente” en https://www.elmundo.es/opinion/columnistas/2020/06/08/5ede1f2cfdddff85af8b45e5.html
[11] Ver al respecto: EL CONCEPTO DE
CENTRO DE GRAVEDAD Y LA GEOMETRÍA FRACTAL en https://edgareblancocarrero.blogspot.com/2019/10/el-concepto-de-centro-de-gravedad-y-la.html
y CAOS, ORDEN Y ESTRATEGIA DEL ENJAMBRE en https://edgareblancocarrero.blogspot.com/2018/06/caos-orden-y-estrategia-del-enjambre.html
[12] Ver al respecto: AUCTORITAS
SITUACIONAL, MULTITUD Y COLAPSO SISTÉMICO en https://edgareblancocarrero.blogspot.com/2017/11/auctoritas-situacional-multitud-y.html
[13] Ver al respecto: SEGURIDAD
CIUDADANA Y ESTRATEGIA DEL ENJAMBRE en https://edgareblancocarrero.blogspot.com/2018/07/seguridad-ciudadana-y-estrategia-del.html
[14] Llama la atención al alineamiento
que hay en no asistir a la CIJ. Me imagino que ese es el escenario que se
maneja en las mesas de análisis de los asesores guyaneses y beneficia a las
empresas transnacionales que están tras bastidores de la negociación y a sus
representantes en Venezuela.
viernes, 19 de junio de 2020
REFLEXIONES EN TIEMPO DE PANDEMIA V. La reclamación del Esequibo en un eterno debate.
Josmar Fernández
@josmarfernandez
Esta semana correspondía retomar el tema de los
expertos en materia de fronteras y límites, sin embargo, desde hace unos días, el
grupo Mi Mapa ha realizado interesantes cuestionamientos sobre el
comportamiento pasivo de los venezolanos, exteriorizando un clamor nacional, de
vieja data, de exhortar al Estado venezolano a ser más agresivo en su accionar
respecto a la reclamación del Esequibo, espacio geográfico que no se nos
pretendió despojar con el Laudo de 1899, sino que, en efecto se nos despojó.
Analizando los últimos 50 años, no se ha dado un
debate nacional en esta materia, como tampoco se nos habló propiamente de las
ventajas y desventajas que representaba para Venezuela, la firma del Acuerdo de
Ginebra de 1966.
Siendo éste el único instrumento jurídico que
garantiza, al menos, el reconocimiento por parte del Reino Unido y Guyana, de
una contención por parte de Venezuela, cuestión que no significa de ninguna
manera, que se haya dejado sin efecto el Laudo Arbitral, declarado
unilateralmente nulo e írrito; no es menos cierto que tiene sus bemoles y así
lo dieron a conocer en su oportunidad insignes venezolanos de la talla de
Efraín Schacht Aristiguieta, Marcos Falcón Briceño, Isidro Morales Paúl, Carlos
Sosa Rodríguez, Pedro José Lara Peña, Juan Carlos Rey, Ramón Carmona y el
jurista y ex canciller René de Sola, como uno de los mayores críticos, quien
publicó “Guayana Esequiba y el Acuerdo de Ginebra” donde exponía a
detalle sus reservas sobre el acuerdo. Tales observaciones parecieran no haber
tenido mayor repercusión, al menos el debate sobre los posibles desafíos que se
nos presentarían a futuro no se dio. Para el año 1981 Pedro José Lara Peña decretaba
tajante “con el Acuerdo no hemos logrado ningún paso positivo ni lo haremos
en el futuro”. Expresión lapidaria.
Sería inútil a estas alturas, profundizar sobre lo que
dejamos de hacer internamente en 54 años y hoy nos pasa factura. Para dar un
ejemplo y, apartando la cuestión político-partidista, que tanto daño ha hecho
en este particular, sería irresponsable negar que en el año 2013, un grupo de
diputados de “Movida Parlamentaria”, encabezado por la entonces diputada María
Corina Machado, preparó un proyecto de ley para ser introducido ante la
Asamblea Nacional, cuyo objeto era reforzar la posición de Venezuela en el
territorio en reclamación ante las pretensiones de Guyana, la idea central era
determinar las zonas marítimas, incluyendo la plataforma continental extendida,
correspondiente a la proyección de la fachada atlántica del estado Delta
Amacuro y hacer reserva expresa de los derechos de nuestro país sobre el Esequibo.
El proyecto se desestimó en su momento, luego, en el
año 2018 se creó la Comisión Mixta de Defensa del Esequibo y su Fachada
Atlántica de la Asamblea Nacional (AN) a quien se le instruyó “iniciar la
preparación de un proyecto de ley que fije claramente los espacios
correspondientes a la Fachada Atlántica, e igualmente convoque activistas y
expertos en la materia, con el objeto de elaborar los proyectos de leyes
necesarios que tengan que ver con la reafirmación de nuestra integridad
territorial y marítima”. Hasta hoy no se conocen detalles al respecto.
Analizar la controversia implica conocer la
perspectiva venezolana y comprender los argumentos esgrimidos por Guyana, para
poder realizar cuestionamientos sensatos. Ello nos lleva a identificar una
discrepancia de interpretaciones: Venezuela afirma que la controversia es
territorial, lo que implica la devolución del territorio que le fue despojado, Guyana
sostiene que la controversia es jurídica, reconoce la contención de Venezuela
al manifestar unilateralmente que el Laudo de 1899 es nulo e írrito, por lo
cual, exige discutir en principio la validez o no del Laudo ¿Cómo se concilian
dos interpretaciones de la controversia, mutuamente excluyentes? ¿Cómo se
selecciona el mecanismo para solventar la controversia, si su aplicación
depende precisamente de ello?
Remitirnos al Acuerdo de Ginebra, implica referir el
artículo IV, tremendamente discutido, en el cual se cita el artículo 33 de la
Carta de las Naciones Unidas, donde el arreglo judicial está previsto, sin
embargo, hay quienes sostienen que es un párrafo enunciativo, porque Venezuela
no hace reconocimiento expreso de la jurisdicción de la Corte y no creen que se
pueda interpretar de tal manera.
En todo caso, la negociación obliga a pensar en
mínimas y máximas aspiraciones respecto al territorio Esequibo, hay que decirlo
responsablemente. Alimentar un discurso diferente, puede llevarnos al punto
poco conveniente de una escalada del conflicto, cuestión que se traduciría en una
amenaza a la paz de la región. Pareciera que no se ha puesto sobre la balanza
el efecto rebote, por parte de la sociedad venezolana hacia las fuerzas
políticas, ante el posible desenlace de esta controversia.
Debemos dejar la ingenuidad, las relaciones
internacionales no se basan en hacer amistades, sino en entrar en un juego de
intereses nacionales y poder. Estamos en una situación compleja y desfavorable,
frente a una CIJ impredecible, cuya aceptación del caso podría significar una
solución conforme al estricto derecho o con arreglo de normas de equidad, ex
aequo et bono. Hay que decirle al venezolano que la tendencia en sus
decisiones ha sido lo segundo y ello no necesariamente nos beneficia, tampoco se
puede seguir vendiendo la idea de teorías conspirativas o apostar al
desprestigio de los organismos internacionales que son consultados por la
comunidad internacional.
Con una visión clara, el profesor Juan Carlos Rey
refería “la tentación de la demagogia” como un peligro en la conducción
de nuestra Política Exterior y del cual debemos estar atentos, cuyo significado
es “abdicación por parte de los líderes políticos de su responsabilidad de
tomar decisiones y el renunciar a su deber de tratar de orientar a la opinión
pública por temor a la impopularidad”. En 1962 nos pronunciamos
oficialmente respecto a la reclamación, hay dos opciones: quedarnos de brazos
cruzados para luego señalar responsables, nuestro pasatiempo favorito, o pensamos
en una mejor estrategia que el discurso retórico.
No hay espacio ni tiempo para falsas expectativas, hacen
seguimiento Colombia y algunos países del Caribe, con los que tenemos una
delimitación de áreas marinas y submarinas pendiente.
miércoles, 3 de junio de 2020
ANACICLOSIS EN VENEZUELA Y LA CRISIS DEL ORDEN WESTFALIANO
Pensar la situación política que vive la Venezuela actual y su impacto en la región y las posibles vías para su superación hace necesario la adopción de un enfoque hermenéutico que permita comprender el sentido dinámico de su existencia como expresión de una serie de eventos localizados dentro de un contexto espacio-temporal debido a que a finales del siglo XIX y principios del XX el país padeció una crisis política interna que dejó huella en la historia del país. Como esta se produjo dentro de un proceso de reordenamiento global observamos la existencia de un patrón que podría ayudar a comprender la situación venezolana. La estabilización del país en ese entonces no fue producto de una superación de la situación planteada sino de la supresión de factores desestabilizantes y esta supresión es la que ha creado las condiciones de posibilidad de pensar en la ocurrencia de una anaciclosis. En el presente, Venezuela está viviendo el agotamiento de un orden político dentro de un contexto de reordenamiento de la comunidad internacional. Pero este reordenamiento se está gestando no sólo en la estructura, sino también en la naturaleza de un orden que tiene sus raíces en el Tratado de Paz de Westfalia y ello permite explicar el talante y el impacto internacional de la crisis venezolana. Por ello me he propuesto valorar la relación existente entre la crisis venezolana y el reordenamiento del orden global que está acaeciendo. Para tal fin, haré una precisiones del concepto de anaciclosis, seguidamente, voy a examinar la naturaleza dinámica del orden westfaliano los cambios de su estructura y su impacto en el devenir venezolano, luego analizaremos la dinámica de dicho impacto como proceso y acontecimiento y, finalmente haré unas consideraciones sobre qué podría hacerse desde una nueva perspectiva republicana.
Palabras
claves: Anaciclosis, Venezuela, orden westfaliano, proceso,
realidad.
REFLEXIONES FRONTERIZAS EN TIEMPO DE PANDEMIA IV
Josmar Fernández
@josmarfernandez
josmarfernandez@gmail.com
Venezuela, Guyana, las transnacionales y la CIJ
A partir de la notificación
realizada por la Corte Internacional de Justicia (CIJ), a través de su página
oficial, el viernes 29 de mayo, informando que daría curso vía videoconferencia,
debido a la pandemia generada por el COVID19, a las audiencias públicas
referidas al caso pendiente entre Guyana y Venezuela sobre el Laudo Arbitral de
1899. Los comentarios no se hicieron esperar y por eso resulta interesante
hacer una revisión de la situación.
Con la firma del Acuerdo de Ginebra en 1966, se instaba a “buscar soluciones satisfactorias para el arreglo práctico de la controversia” a través de la creación de una Comisión Mixta que, en 4 años no dio resultados. Inmediatamente se firma el Protocolo de Puerto España en 1970 y se suspenden las conversaciones por 12 años. Cumplido el período, Venezuela denuncia el Protocolo, pero por falta de acuerdo entre las partes se pierden 7 años más, cuestión que presionó el acercamiento hacia el Secretario General de las Naciones Unidas, estableciéndose como mecanismo de arreglo pacífico de la controversia, los Buenos Oficios en 1989, facilitando el acercamiento entre las partes, pero sin ningún progreso significativo hasta el año 2017.
Haciendo un balance, llevamos 54 años en espera de resultados
positivos. Si bien los temas territoriales no son de fácil y rápida solución, ante
lo que en teoría de juegos se llama juego de suma cero, Antonio Guterres, Secretario
General de la ONU el 30 de enero del año 2018, escoge el arreglo judicial (CIJ)
como mecanismo de solución de controversia. Guyana aplica la solicitud ante la
CIJ el 29 de marzo de 2018, mientras que, Venezuela manifestó al día siguiente que
lo desestima y posteriormente el 28 de noviembre de 2019, consigna ante la
Secretaría de la CIJ un “memorándum donde reitera su posición sobre la falta
de jurisdicción de esa instancia judicial internacional respecto de la demanda
unilateral”.
Guyana, Estado de reciente
creación, pequeño, pobre, con marcadas diferencias raciales y problemas
gubernamentales de corrupción, se preocupó por hacer lobby en los organismos
internacionales, realizó alianzas estratégicas y fortaleció relaciones y apoyos
con Caricom y Commonwealth, avanzó en los procesos de delimitación marítima
pendientes con los países vecinos, propuso la extensión de su plataforma
continental, flexibilizó su legislación para atraer inversiones y así,
consolidó la presencia de algunas de las empresas trasnacionales más
importantes del mundo, en el territorio bajo su jurisdicción -incluyendo el Esequibo-,
transgrediendo así los derechos de Venezuela sobre su proyección marítima en el
Atlántico, que hoy se ven amenazados.
Venezuela, desde el primer momento
apostó por la negociación directa y la confianza del cumplimiento de buena fe
por parte de Guyana de lo convenido en el Acuerdo de Ginebra, cuestión que,
independientemente de ello, si hemos honrado. Ha insistido por más de 30 años, ingenua
o soberbiamente, por un mecanismo dentro del cual no se han logrado avances
porque los intereses en juego son, sin duda, mutuamente excluyentes. Las
acciones parecieran limitarse al ámbito diplomático, a través de acercamientos
poco exitosos por la vía de la cooperación bilateral, pero también, mediante innumerables
y enérgicas notas de protestas que lograron neutralizar en muchas oportunidades
las pretensiones del Estado vecino.
Ahora, pese a la decisión soberana
de no reconocer la jurisdicción de la corte, persisten dudas en algunos
sectores sobre el compromiso asumido en el artículo IV del Acuerdo de Ginebra, donde
se cita el artículo 33 de la Carta de las Naciones Unidas, en el cual el
arbitraje y el arreglo judicial están incluidos dentro de los medios de
solución pacífica. De otra parte, han resurgido cuestionamientos sobre la
actitud de las transnacionales
frente al conflicto, ideas sobre poblar la Guayana Esequiba o acercar los
programas sociales, crear un nuevo estado, entre otras propuestas que fueron desestimadas
en su momento. Cabe la pregunta ¿por qué serían pertinentes ahora?
Un
caso aleccionador, cuando el entonces ministro de la juventud Charles Brewer
Carías junto a un grupo de 50 jóvenes voluntarios, se adentraron en una sección
de la parte norte del territorio Esequibo, durante la Semana Santa del año
1981, y levantaron información importante donde demostraban -para ese entonces-
el intensivo desarrollo que Guyana había adelantado durante los 12 años de congelamiento
de las negociaciones e instaba a hacer lo propio. Ello trajo consigo fuertes
señalamientos al entonces ministro, por parte de personajes de la política
venezolana y algunos de sus pares dentro del gabinete ministerial; probablemente
una de las razones de su salida del ministerio.
Lo
cierto es que nunca se les ha explicado a los venezolanos por qué dichas
acciones se consideran inconvenientes, como tampoco se aborda esa matriz de opinión,
39 años después, de repoblar y desarrollar actividades sobre un territorio que,
aunque sujeto a reclamación, está administrado por otro actor desde hace 121
años.
Pareciera
que la situación exige sincerar escenarios, redefinir estrategias, informar y
reeducar eficientemente a los venezolanos sobre las ventajas y desventajas que
representa este conflicto, así como neutralizar matrices de opiniones que, por
no atender a tiempo, se han atrincherado en el pensamiento colectivo
venezolano.
Como decía Simón Rodríguez
“Inventamos o erramos”.