PODER
MARÍTIMO
1. EL PODER NAVAL:
a. Evolución
Gerard Chaliand[1],
ha afirmado que la herencia greco – romana de occidente ha hecho que la
historia se haya construido desde el siglo VII hasta el siglo XVI, tomando como
primer adversario al Islam. Los subditos del Islam en menos de un siglo tomaron
el control de la mitad de las regiones que son bañadas por el mar Mediterráneo,
incluyendo la península ibérica, permaneciendo en ella hasta el año 1492. En el
resto de Europa, el Islam con los Otomanos siguió otro camino entre los siglos
XIV y XVII, los Balcanes y un considerable numero de comarcas a lo largo del
río Danubio fueron conquistadas luego de una serie de derrotas infligidas a las
armas cristianas. El mar Mediterráneo permaneció en disputa aún, mucho tiempo
después de la batalla de Lepanto. Luego de una larga agonía, el imperio Otomano
colapso, con el fin de la Primera Guerra Mundial. Con el advenimiento de la
Turquía de Kemal Pachá Ataturk se cerró ese periodo de conflicto. Pero esta
perspectiva es un reflejo de la historia europea en un largo periodo, si se
analiza la historia universal como un todo, otros fenómenos han aparecido que
hacen cortos los criterios analíticos que con anterioridad se venían manejando.
En efecto, las estepas del Asia central pueden ser comparadas con un
vasto océano de tierras interiores que en oleadas sucesivas desde hace 2000
años, los nómadas a través de sucesivos raid han irrumpido hacia el oriente y
el occidente. El área geográfica que comprende el mar Caspio y Manchuria podría
ser considerado una zona de turbulencia[2] y el verdadero Heartland del mundo
euroasiatico en los últimos 2000 años, debido a que de allí provinieron los
flujos humanos que lograron comunicar oriente y occidente. Esta visión le
otorga a los estudiosos geopolíticos una gran profundidad histórica.
En el periodo comprendido entre el siglo IV a.C. y el siglo XIV, la
zona de turbulencia afectó a China a tal punto que el mongol Kubilai Khan
estableció una dinastía que extendió su poder a otras regiones como Vietnam,
Birmania y Corea. La zona de turbulencia tuvo una continua influencia en Persia,
donde a la invasión de los mongoles y turcos, siguieron otras que dejaron igual
o menor huella. Bizancio también fue amenazado en varias oportunidades entre el
siglo VI y su caída, por oleadas de nómadas procedentes del Asia central. Hacia
occidente, los nómadas bajo la conducción de Atila y Ogodei Khan, devastaron la
Europa oriental y central.
A Parte del área de turbulencia, la cual en términos de su duración
e impacto, ha sido la más significativa en la historia mundial, la segunda área
nómada conformada por los beduinos de Arabia, jugó un papel vital. Como ya se
mencionó, los árabes motivados y sostenidos por la fe musulmana, derrotaron a
los bizantinos en Siria, conquistaron Persia, sitiaron Egipto y el Magred y
alcanzaron el Indo y los Himalayas. El Islam también se expandió en Asia y
Africa entre los siglos VIII y X. Los musulmanes alcanzaron lugares tan
distantes como Sinkiang y la India. Su avance continúo hacia Malasia, Borneo,
Java y alcanzaron Mindanao, la isla más al sur de las Filipinas, siendo
detenidos por los españoles.
En una amplia perspectiva se observa que no ha
existido una confrontación entre el poder naval y el poder terrestre a través de
la historia, como generalmente se percibe dentro de la lógica occidental, más
bien ha ocurrido la oposición entre seres sedentarios e invasiones nómadas.
Pero a
partir del siglo XVI el teatro de conflicto, que había sido esencialmente
euroasiatico, incluyendo también al África al norte del Sahara, gradualmente se
expandió abarcando al resto del mundo. Los españoles tomaron Cuba y Santo
Domingo y usaron estos lugares como trampolín para conquistar México, Yucatán y
Guatemala. A la par de Centroamérica, siguieron a Venezuela, Perú y Colombia; luego Chile y las regiones
circundantes del Río de la Plata. La cristianización fue seguida a la conquista
militar. Los portugueses quienes tuvieron éxito en navegar más allá del Africa
del Sur, hasta las Indias Orientales,
con el objeto de comerciar, conquistar, cristianizar y cortar las líneas de
abastecimiento del Islam con esa región, también se establecieron en Brasil.
De igual
forma, en el siglo XVI, gracias a los cosacos, los rusos liberados de la
dominación mongol, hicieron notables avances hasta el sur de Siberia y a
lugares tan lejanos como el mar de Okhotsk. Al primer empuje europeo en el
siglo XVI por mar en el oeste y por tierra en el este, siguió un segundo
impulso en el siglo XVII y XVIII. El tercer impulso ocurrió en el siglo XIX,
después de la caída de Napoleón. De forma rápida y gradual, en un cuarto de
siglo, Africa y Asia fueron virtualmente colonizadas por europeos, por lo que
despues de la Primera Guerra Mundial, sólo el continente Antártico no tenía
dueño.
En
términos geopolíticos, las centurias entre 1492 y 1992, marcaron la
globalización del teatro de conflicto y la hegemonía de los europeos. EE.UU.
desde finales del siglo XIX y en todo el siglo XX, también se embarcaron en
esta ola expansiva. La dimensión marítima sólo fue asumida en su completa
dimensión e importancia en el siglo XV, justamente cuando los nómadas perdieron
su superioridad militar.
Ahora bien
hablando desde la estricta dimensión marítima, dentro de la lógica de
occidente, es importante destacar que el rey Minos fue quien primero se procuró
una flota de guerra para dominar la parte más extensa del mar griego,
persiguiendo a su vez limpiar las rutas marítimas de la piratería de modo de
hacer más seguro el flujo de los tributos que entregaban los lugares dominados[3].
Sin embargo, el primer encuentro naval del que se tiene conocimiento ocurrió
entre Corinto y Corcira, puesto que Corinto, situada en el istmo, construyó un
centro comercial luego que los pueblos del peloponeso comerciaron por tierra y
por mar, recorriendo por necesidad
su territorio, así los corintios se convirtieron en una potencia
económica, que buscó expandir su área de influencia. Corcira, Samo, Foci y
Cartago, también lograron armar buenas flotas digna de recuerdo antes de la
amenaza de Xerxes a las polis griegas. En esa época Atenas poseía una escasa
flota, pero Temistocles, logró convencer a su pueblo, unido al temor de una
invasión persa, de alistar naves de guerra no sólo para contener la invasión
persa, también para enfrentar la amenaza de otros pueblos.
Temistocle,
fue el primer estratega que aplicó una política de expansión naval que
consideró no sólo la fuerza marítima, la marina mercante y los puntos de apoyo
en el litoral, también enfrentó los problemas conexos con aquellos elementos
fundamentales que hoy día son considerados en la era moderna[4].
Los atenienses de ese entonces no tenían ninguna tradición que los ligara al
mar y la vida de a bordo, pero gracias al adiestramiento y la experiencia,
estuvieron en condiciones de hacerle frente a sus enemigos los más lejos de su
territorio. El resultado de este esfuerzo fue la victoria naval de Salamina.
Pero esto no terminó aquí, en virtud de que no era posible destruir los
arsenales navales de otros pueblos para mantener la superioridad ateniense,
Temistocles exhortó a su pueblo a construir y poner en servicio veinte
trirremes al año.
En lo que
se refiere a la marina mercante, Temistocles abolió los impuestos para todos
aquellos que tenían que pagar el servicio militar como oplitas o marineros,
favoreciendo la inmigración y promoviendo la industria y el comercio, cuyo
desarrollo estaba contemplado en el programa de expansión naval. Como consecuencia de estas medidas, la
prosperidad económica de Atenas creció con el aumento de la actividad comercial
y marítima, y esta trajo a su vez la afirmación completa del sistema monetario
ateniense al difundirse el cambio en moneda extranjera y las operaciones de
deposito y prestamos a interés.
Con
relación a los puntos de apoyo, los atenienses, luego de la derrota de los
persas, se dedicaron a reconstruir la ciudad rodeándola con una muralla, de
modo de unir esta al mar. Con este trabajo se creo una península fortificada
que le permitió disponer de tres punto de fondeo para apoyar la flota militar y
la mercante, destinándose uno de dichos puntos como arsenal.
Temistocle
se anticipó en veinte siglos el moderno concepto de politica naval. Algunos
textos de historia atribuyen al calabres T. Campanella, (1568 - 1634) las primeras
aproximaciones sobre la importancia del mar en la vida de los pueblos. Pero fue
después el Almirante A. Mahan quien trae el nuevo concepto de política naval,
al afirmar que solo con el dominio del mar una nación es verdaderamente fuerte.
b. Definición.
En principio el Poder Marítimo es
entendido como la capacidad para el logro de los fines del Estado, en el
contexto de las Relaciones Internacionales pero vista desde un marco espacial
marítimo. Sin embargo este termino induce a confusión puesto que Mahan, el
primero que usó el termino de poder naval, lo usó para obtener recursos para la
Armada. La causa de la dificultad es que la palabra “poder naval” puede usarse
de varios modos, en unas ocasiones como una abstracción diferenciadora del
poder terrestre o aéreo. Puede aparecer como denominación para ciertos países
que poseen un gran poder marítimo. A menudo es definido por las capacidades que
otorga al país.
Por otra parte hay una tendencia de hacer equivalente, el poder
naval con la capacidad de “controlar” los movimientos en el mar, pero si se
tiene presente que Mahan adoptó el termino para enfatizar el rol jugado en el
mar por factores no navales, esto es, la posesión de una gran marina mercante,
confiere cierto grado de poder naval y lo mismo puede decirse de una fuerza
aérea basada en tierra. Por este motivo ingleses y alemanes han tendido a
utilizar el termino “poder marítimo” , aclarándose por naval, un termino relacionado con las actividades bélicas, mientras
que marítimo, aquellas actividades
de tiempo de paz, aunque estas continúen realizándose en tiempos de guerra[5]. Consecuentemente, la estrategia marítima,
es definida como “cualquier secuencia
meditada con anticipación de decisiones puntuales que tienen como propósito la
consecución de cualquier objetivo en el ámbito marítimo en guerra o en paz”.
Para Mahan el poder marítimo es la conjunción de un grupo de factores, a
saber: Una posición geográfica favorable, Capacidad económica (materias
primas, capacidad industrial, mercados) y la voluntad. Estos factores son sustentados por una industria naval, una flota
mercante y pesquera, la posesión de puntos de apoyo y una flota de guerra. Para
Richard Hill, el poder marítimo es
la capacidad de usar el mar y este poder está compuesto por la conjunción de
intereses de carácter económico (comercio, construcción naval y explotación de
recursos del mar) y la posesión de un poder militar en el mar. Para Phillipe Masson el poder marítimo
constituye la expresión de un determinismo a la vez geográfico, demográfico y
económico y de una voluntad. Para Roberto
Pertusio, el poder marítimo es la comunión del poder naval con los
intereses marítimos entendidos estos como aquellos aspectos relativos a la
seguridad y desarrollo de un Estado, vinculados con el mar. Estos
factores eran sustentados en primer lugar por una industria naval, una flota
mercante, y una flota pesquera;
en segundo lugar, por la posesión de
territorios y/o puntos de apoyo y en tercer lugar por la posesión de una flota de Guerra.
Dentro
de todas estas definiciones, se observa la percepción que tienen no sólo cada
uno de los autores, también la experiencia histórica de cada uno de los pueblos
que ellos representan. Igualmente se observa una serie de elementos comunes:
el elemento geográfico, el elemento económico y la voluntad; pero es conveniente resaltar
que si se toma en consideración el elemento netamente geográfico (posición
favorable con respecto al mar) no se puede comparar el uso que han hecho del
mar cada uno de los Estados involucrados, patrias de los autores referidos, a
la sazón: Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia y la Argentina. Pareciese que
el problema de los dos primeros está mucho más simplificado por la no
existencia de problemas de índole continental.
Los
dos segundos padecen muchas limitaciones: Francia, en principio, como lo señala
Castex debió dividir sus recursos, dado que poseía un alto grado de dependencia
del mar y a la vez debió defender su fachada Oeste y su fachada Nord-Este;
incluso Mahan señaló la incidencia que tuvo en el poder marítimo la
desventajosa posición geográfica en que se encuentra ya que la obligaba a
dispersar sus fuerzas en dos mares cuyo acceso era dominado por el enemigo. La
Argentina sufre las consecuencias de poseer enormes espacios completamente despoblados que debe atender, al igual
que todos los países de América del Sur, y además, depende del mar en muchos
aspectos; en consecuencia, estos dos Estados se salen del determinismo
geográfico basado en el mar para enmarcar los problemas derivados de ese medio
en una agenda global que considera un sin fin de variables que no orbitan en un
solo aspecto.
Así pues se puede
afirmar entonces que el poder marítimo
es la capacidad de aprovechar, controlar
y defender todas aquellas ventajas derivadas de la interrelación con el mar. Aprovechar en el sentido de explotar
económicamente no sólo el espacio de mar que forma parte del Estado, también la
alta mar; controlar en el sentido de regular el aprovechamiento de las
ventajas derivadas del uso de ese medio y defender en el sentido de impedir
que se menoscabe la integridad
territorial y la independencia política del Estado en cualquiera de sus formas.
En la medida que se emplee efectivamente estos tres verbos, se evidenciará el
poder del Estado[6].
En otras palabras poder marítimo es igual a poder naval más intereses
marítimos, consecuentemente si el poder es la capacidad de influir sobre los
acontecimientos, todos los estados poseen cierto poder marítimo.
En
una situación parecida a la de Francia y a la Argentina se encuentra
Venezuela. Sin embargo hay que hacer la acotación de que en cierto sentido la
mayoría de los Estados de América del Sur se comportan como islas puesto que la
mayor parte de sus interacciones las ejecutan con entes extra-continentales por
vía marítima e incluso, la mayor parte de las interacciones con sus vecinos
también las ejecutan por vía marítima. Para 1999 Venezuela estaba considerada
entre una de las cincuenta (50) economías más importantes del mundo y su
característica principal era su dependencia del mar; en ese sentido el valor de
sus exportaciones transportadas por vía marítima, excede en más del 20% el
valor con respecto al producto nacional bruto; si se precisa un poco más esta
cifra, sólo las exportaciones petroleras venezolanas representan en la
actualidad el 80% del total de lo que se exporta y su ejecución se hace por vía
marítima. Si por alguna circunstancia el Estado venezolano tuviese que sufrir
las consecuencias impuestas por un bloqueo su vida económica no sólo quedaría
paralizada sino que también dejaría de percibir todos los recursos necesarios
para sobrevivir. Esta situación doblegaría la voluntad del Estado en cualquier
conflicto internacional.
c. La marina de las galeras.
La galera, desde la antigüedad
hasta la época moderna, reinó en el mediterráneo. La forma de combate estribó
en el abordaje, el ataque con espolón y las armas arrojadizas. La galera es un
buque ofensivo en el que todo el armamento, espolón, balistas y cañones a
partir del siglo XV, está ubicado en la proa. Las galeras solas podían
presentarse en línea de frente o en triángulo. Las tácticas de la época clásica
se basaban en dos métodos: periplou y diekoplou, es decir, el ataque sobre el
flanco o sobre la retaguardia del enemigo. En la defensiva los trirremes
adoptaban un dispositivo circular con el espolón apuntando hacia el exterior.
Con el desarrollo de las armas arrojadizas, las balistas y las catapultas
tuvieron un efecto mortífero sobre los remeros, pero fue con el fuego griego,
que usaron los dromones bizantinos, que se logró mayor efectividad en el
combate. El componente mortífero que tenían estos dromones, fue tan devastador
que permitió la supremacía en el mediterráneo, por bastante tiempo[7].
En cuanto a la batalla, se inspira en el encuentro terrestre con un encuentro enmarcado en dos alas, una de ellas generalmente apoyada en la costa. Sucede lo mismo con el abordaje que se resuelve por un cuerpo a cuerpo, una vez más muy poco diferente del enfrentamiento terrestre, ejemplo de ello lo a principios de la edad moderna la batalla de Lepanto.
d. La
época de las velas
Una de las principales modificaciones que tuvieron los navíos de
guerra en la edad media fue la instalación de plataformas a proa y a popa para
el lanzamiento de armas arrojadizas, por lo que mucho de los combates
asemejaban asaltos a fortalezas. La evolución de este navío dio origen al
galeón, embarcación mas elaborada al que se le adaptó artillería moderna
compuesta de grandes piezas de bronce y hierro fundido, que se cargaba por la
boca, lo cual significó relativamente un cambio importante en la distribución
del armamento para hacerlo más efectivo.
Este cambio significativo en la construcción
de buques, representó el ocaso de la Armada Española, puesto que su concepto de
combate se basaba en el abordaje, y el cambio tecnológico colocó al abordaje
como ultimo recurso. Aunque los holandeses fueron los primeros en aplicar estos
nuevos procedimientos contra los españoles, fue la dispersión de la Armada
invencible en su intento de invadir Inglaterra, la que hizo evidente la ventaja
del nuevo procedimiento. El galeón evolucionó en el navío de línea y hasta su
desaparición en el siglo XIX, fue precedida en un continuo aumento de su
potencia y por lo tanto del tonelaje, mejorando el trazado de las formas y la
distribución del tonelaje.
La táctica de combate del navío de línea no excluye la maniobra de
deborde, pero aprovechando el poder de fuego de los buques, forman en línea y
tratan de tomar entre dos fuegos a los buques adversarios. En la batalla del
estrecho de los Santos, los ingleses logran romper la línea francesa,
facilitando la captura de siete navíos incluidos el buque insignia, antes que
la vanguardia pudiera virar en redondo e intervenir. El otro método, fue el
utilizado por el Almirante Nelson en la batalla de Trafalgar, donde dos líneas
cortan la línea franco – española envolviendo su centro.
En lo concerniente a estrategia marítima es importante destacar que
en la época de la hegemonía española, para garantizar la seguridad de sus
comunicaciones marítimas, los españoles instituyeron varias Armadas para
garantizar el cumplimiento de su cometido; estas fueron la Armada de Indias,
que tenía como propósito proteger el tráfico marítimo de piratas y corsarios a través
de la técnica de convoyes, la Armada de barlovento, para proteger las salinas
de Araya y en general a tierra firma, aparte de luchar contra piratas y
corsarios; la Armada del gran océano que tenía como propósito la defensa del basto imperio español, la
Armada de galeras del levante y del golfo de Vizcaya, que eran las que le
permitían sostener el esfuerzo bélico y el comercio en el mediterráneo y el mar
del norte.
Con la decadencia española, sentenciada con la Paz de Westphalia en
1648, se entró en un periodo en que las potencias que mantuvieron el equilibrio
europeo se disputaron el control de los mares, y a tal efecto aparecieron
varios conceptos que definieron el modo de comportamiento de cada uno de los
oponentes, esto es el principio de la flota existente, la batalla decisiva y el
bloqueo. Este periodo por lograr la supremacía marítima finalizó con la derrota
francesa en el estrecho de los Santos en 1782, logrando Gran Bretaña el control
de los mares hasta la segunda guerra mundial.
e. El periodo de vapor.
El advenimiento de la maquina de vapor significó el inicio de la
llamada revolución industrial, y en el ámbito naval esta tuvo su primera
manifestación en el prototipo de nave que Fulton le presentó a Napoleon para
que cruzara el canal de la Mancha, único obstáculo que tenía para ocupar las
islas británicas. Con la revolución industrial, vino el declive de las marinas
a vela, favoreciendo las maquinas de vapor el desarrollo del comercio marítimo
y con estos desarrollos tecnológicos se plantearon nuevamente problemas de
indole militar, especificamente a la idoneidad de los medios a ser empleados
puesto que se hizo posible la utilización de medios propulsados a vapor y estos
medios podían estar protegidos del fuego enemigo. La guerra de secesión de
Estados Unidos evidenció el cambio que se estaba produciendo y este cambio tuvo
el mismo impacto del acontecido paso de las marinas de las galeras a la marina
de los galeones. Sin embargo, el advenimiento del vapor como combustible
tambien generó otros inconvenientes, la necesidad de bases y puntos de apoyo.
Por supuesto estas limitaciones generaron necesidades que significaron el
crecimiento del comercio y la obtención de colonias. Pero la proliferación de
medios, los desarrollos tecnológicos en el campo de los armamentos y la
posibilidad de una guerra fomentaron, la estandarización de los buques y estos
a su vez favorecieron los procedimientos tacticos. Así pues, la estandarización
de los medios propició el mantenimiento de la linea de fila.
2. LOS ELEMENTOS DEL
PODER NAVAL
Las fuentes del poder naval son: comunidad marítima, recursos
naturales, forma apropiada de gobierno y consideraciones de indole geográfico.
Estas fuentes conducen a sus elementos más inmediatos, esto es: tráfico
mercante, bases e instrumentos de combate. Estos componentes son dinámicos e
interactúan reciprocamente. Todo cambio de uno afecta al otro.
a. Los instrumentos de combate.
El más obvio instrumento de
combate del poder naval es el buque de guerra y el más importante el buque
capital. Durante muchos años, y hasta la segunda guerra mundial, el acorazado
fue el buque capital; a partir de ese momento fue sustituido por el
portaviones. Hoy es tema de discusión, el definir cual es el buque
capital...unos anuncian que es el submarino, otros han hecho mención de la
importancia de la aviación naval, sin embargo, quienes estudian la entera
estructura de una armada deben decidir las prioridades de las diversas tareas
que estiman se habrán de cumplir, pero el ritmo aparentemente acelerado del
avance tecnológico introduce otra complicación, puesto que obliga a los
gobiernos a precaverse del estado del arte en cuanto a tactica naval para no
sufrir descalabros militares que hagan doblegar la voluntad del Estado en
escenarios marítimos. Es decir, para dar un ejemplo, la importancia del
submarino sólo fue reconocida cuando fueron hundidos, de manera simultanea,
tres cruceros de batalla ingleses a comienzos de la Primera Guerra Mundial, la
importancia de la aviación naval sólo fue reconocida luego del exitoso ataque
ingles a la escuadra italiana basada en Taranto a menos de un año de haber
comenzado la Segunda Guerra Mundial, y la importancia del misil sólo fue
reconocida, una vez que fue hundido el destructor Eylat, frente a Alejandría a
finales de la decada de los años sesenta.
Consecuentemente
los intereses marítimos de un Estado Ribereño se manifiestan en la superficie
del mar; ya que el marco espacial que nos ocupa tiene básicamente tres
dimensiones: la superficie del mar, el espacio subacuático y el espacio
aéreo suprayacente a dicho mar. Estas dimensiones representan un
inmenso tablero con la cualidad de ser muy complejo puesto que cada dimensión
tiene sus propias leyes y sus características particulares que condicionan el
empleo de los medios". Estas condicionantes han obligado a desarrollar
medios específicos y técnicas para emplear dichos medios; esto es, lo que los
griegos denominaron taktika, es decir, asuntos relativos a la disposición de los
medios con que se cuenta".
A
este tablero lo surcan una serie de medios: en las profundidades navega el submarino,
en el éter se desplazan las aeronaves
y los satélites y en la superficie del mar, el buque. Este último medio
(el buque) tiene una naturaleza ambivalente: se desplaza en la superficie de
separación de dos medios como son el agua y el aire lo cual le da unas
capacidades y unas limitaciones derivadas de esa naturaleza. En general, todos
estos medios, debido a la particularidad del ambiente donde se desenvuelven,
padecen de una serie de limitaciones y gozan de una serie de ventajas. Estas
cualidades están relacionadas básicamente con su capacidad de permanencia, su
tiempo para desplazarse de un lugar a otro, su capacidad para observar sin ser
observado y su capacidad para hacer daño.
La
aeronave,
tiene capacidad para observar más allá del horizonte, desplazarse rápidamente
de un sitio a otro y causar muchísimo daño a muy bajo costo; pero tiene la
limitación de que sólo puede permanecer en el lugar por muy poco tiempo.
El
submarino,
tiene poca capacidad para observar en la superficie, es muy lento en su
desplazamiento, excepto si posee propulsión nuclear; pero posee la ventaja de
que puede permanecer en un lugar por bastante tiempo, puede causar mucho daño
a muy bajo costo y puede pasar desapercibido.
El
buque
por su carácter ambivalente posee capacidad de permanecer por bastante tiempo
en un mismo sitio, puede observar con cierta efectividad más allá del horizonte
y en las profundidades, puede causar daño en una escala graduada y puede
llegar con cierta prontitud al lugar donde es requerido. Esta amplitud de
capacidades conlleva asimismo una serie de vulnerabilidades y limitaciones que
están relacionada con los costos:
a)
en época de guerra su pérdida en el
sentido personal y material lo hace insoportable.
b)
en época de paz, las funciones
diplomáticas y militares no son percibidas por la población; solo son
percibidas las funciones policiales y en este sentido muchas personas se
preguntan, por ejemplo: ¿para qué deben adquirirse fragatas misilísticas si
estas van a ser utilizadas para funciones policiales dada la naturaleza de las
actividades que dentro del país se ejecutan?
En
este sentido la vigencia del buque de guerra no se ha perdido, más bien sus
funciones se han diversificado. Estos son los actores principales que se desenvuelven en el escenario acuático; a
partir de ellos existen una infinidad de variantes:
Desde helicópteros multipropósito
hasta aviones de patrullaje marítimo; desde aeronaves no tripuladas
hasta aeronaves polivalentes; desde misiles 'launch-and-forget' hasta satélites de órbita
geo-estacionaria.
Desde los accesorios para la
navegación hasta los porta-aviones; desde la clásica cañonera
hasta el bombardero de ataque.
Desde las minas submarinas hasta
los submarinos
de propulsión nuclear con misiles balísticos estratégicos con cabezas
múltiples.
Con
esta panoplia de medios, equipos y componentes que se reseñó sucintamente se
observa a simple vista el grado de complejidad que existe en ese espacio tan
desconocido como es el mar; sin embargo con el desarrollo de la técnica se ha
perseguido, hacer más daño, ir más rápido y más lejos tanto en lo que respecta
a proyección de poder como a captación de información, y por último actuar con
más seguridad en lo relativo a la automatización. En consecuencia, el arte del
empleo de los medios en la mar radica en la facultad de saber operar
simultáneamente medios tan dispares en ambientes tan diversos para la obtención
de un objetivo dado: de ahí nacen los principios de la Guerra.
Hasta
ahora se ha hecho muy poca referencia a los sistemas de armas; en los
últimos años su capacidad de destrucción se ha multiplicado muchas veces y en
verdad existe mucha información
especializada al respecto. Sin embargo, hay que tener en cuenta lo
siguiente: las armas son un instrumento de la política para el logro de sus
fines. A pesar de la afirmación anterior, existe la tendencia a subordinar la
política a la capacidad de las armas, desviación ésta que ha conducido a guerras
de aniquilamiento y "sin adversario no existe ganancia". El fin
último que se persigue es doblegar la voluntad del adversario o forzar al
adversario a que se someta a nuestra voluntad y en consecuencia aunque el
objetivo sea variable se debe controlar y respetar. Consecuentemente, el empleo
de los medios para la consecución de los fines del Estado se debe regir por los
siguientes principios:
Objetivo
Economía
Sorpresa
Moral
Flexibilidad
Partiendo
siempre del objetivo político que se persigue, el fin último al que debe conllevar el
empleo de la fuerza armada debe conducir a la dislocación de la voluntad del adversario; en consecuencia, el
punto de aplicación de la fuerza debe estar dirigido al centro de gravedad del
adversario. Este centro de gravedad es calculable: es aquel punto de
equivalencia entre el poder político y la fuerza estratégica.
La economía es entendida aquí en dos sentidos. Partiéndose de un
objetivo limitado, definido, sólo deben ser empleados los recursos necesarios
para cumplir la misión. En el otro sentido, esta designación de medios no debe
en ningún momento ser insuficiente para garantizar la seguridad de dichos
medios; esto implica objetivos definidos, medios adecuados, planificación
detallada e inteligencia.
La moral es entendida como la convicción que tienen los hombres que
conforman el instrumento de que no solo van a contribuir al bienestar del
Estado, sino que también en ningún momento van a ser desentendidos ni los suyos
abandonados.
La sorpresa es "un
ataque lanzado contra un oponente que se encuentra insuficientemente preparado
en relación con sus (potenciales) recursos de movilización"[8]. En este principio se
conjuga la iniciativa, la maniobra, el engaño, la información, la rapidez de
movimiento y la ofensiva.
Para Sun Tzu "el arte de la guerra está
basado en el engaño"[9].
Maquiavelo por su parte señala que el engaño es algo digno de alabanza en su
aspecto militar. El engaño es definido como "el
intento, por parte del que engaña, de manipular las percepciones del
adversario con el objeto de ganar una ventaja competitiva"[10]. El principio de la
ofensiva consiste en resolver las dificultades antes de que éstas hayan surgido. En este sentido "el
que mejor vence a sus enemigos es aquel que triunfa antes de que la amenaza de
estos se concrete"[11].
Actualmente la aplicación de este principio resulta en un acto de ejercicio de
la fuerza o amenaza de su uso de modo limitado para conjurar una amenaza,
también para facilitar la obtención de ventajas, mantener el status quo o ser como acto de
represalia.
En
todas estas circunstancias se requiere de iniciativa y rapidez de movimiento,
de modo que se pueda obtener una ventaja o aprovechar una ventaja producto de
las circunstancias. En lo que respecta a la crisis del Caldas, los colombianos
gozaron de la ventaja de la iniciativa puesto que actuaron cuando quisieron,
donde quisieron y como quisieron; pero se toparon con una respuesta rápida y
contundente que conjuró la ventaja inicial por ellos lograda. Con estos dos elementos se pueden
anticipar y preveer los movimientos del adversario, y ejecutar los propios en
los sitios no previstos por él. Este es el arte de la maniobra.
Un
ejemplo en donde se maniobró de manera que el adversario no pudo tomar medidas
preventivas adecuadas fue el ejecutado por el General Santiago Mariño en el año
1848 durante el alzamiento dirigido por el General José Antonio Páez. Los
insurgentes fueron concentrándose en Maracaibo luego de haber sido derrotados
en los Llanos Centrales siendo perseguidos por las tropas gubernamentales hasta
los Puertos de Altagracia (Estado Zulia); sin embargo, previendo la intención
de los insurgentes antes del arribo a Altagracia, Mariño destacó a cuatro mil
soldados, los cuales se dirigieron a Capana en el Estado Falcón; de allí esta
tropa fue embarcada y luego de navegar por el Golfo de Venezuela fue
desembarcada en la Península de La Goajira; de allí haciendo marchas forzadas
cayeron por la espalda sobre las fuerzas insurgentes obligándolas a éstas a embarcarse
y refugiarse en el Castillo de San Carlos, dándose inicio como consecuencia de
la acción realizada a la campaña naval que duró por espacio de diez meses[12].
En
cuanto a la defensa y al ataque se refiere, la información, la decepción
y el engaño dictan la actitud a
asumir en cada caso. La intención es obligar al adversario a efectuar lo que se
desea o hacer creer al adversario que se está haciendo lo que él espera; por
eso como lo señala Sun Tzu "aquellos que son expertos en el arte de atacar,
un enemigo no sabe dónde defenderse, contra los expertos en la defensa, el
enemigo no sabe dónde atacar"[13].
La flexibilidad es entendida como la capacidad de adaptarse a
cualquier circunstancia, no sólo por los tipos de misiones a cumplir en un
momento determinado, sino también
por la capacidad de aplicar la fuerza graduada.
Una
vez reseñado lo anterior, se tiene que toda adquisición de medios destinados a su utilización
para la consecución de cualquiera de los principios que un Estado adopte como
propios, va a crear unas necesidades que conducirán obligatoriamente a ciertos
costos. Estos van a depender de los recursos disponibles, "de la percepción de proximidad de la amenaza,
de la percepción de la eficacia de diversos medios para contrarrestarla, de la
influencia de los aliados y de la tradición nacional". En consecuencia
todo proceso de adquisición de equipos debe considerar la efectividad contra la
amenaza puesto que hay un punto en los procesos de desarrollo tecnológico donde
las probabilidades de éxito en la operación de un sistema aumentan muy poco por
más que aumenten sus costos de perfeccionamiento. En este sentido las
tendencias que se observan en los medios navales son las siguientes:
1. Mayor empleo de medios aéreos con
propósitos navales tanto embarcados como basados en tierra.
2. Estandarización de las
configuraciones básicas del buque para tener más flexibilidad en las misiones y
simplificar el recambio de los sistemas de combate.
3. Mayor empleo del submarino de tipo
convencional (para Armadas no nucleares).
4.
Mejoras
en el sistema de vigilancia y la designación de blancos y medidas y
contramedidas electrónicas.
b. Las
bases, las posesiones y los apostaderos.
La
conquista, retención, protección y utilización de bases, ha sido un elemento
significativo de la estrategia marítima. Estas se clasifican según el grado de
utilidad e importancia, desde fondeaderos de flota en un extremo de la escala
hasta bases principales con talleres de rearación en otras. En distinta
magnitud apoyan y facilitan la mayoría de las actividades navales. Tambien
ofrecen seguridad, proveen sitio de maniobra para los convoyes y aumentan el
alcance de las fuerzas navales. Mahan decía que su armada necesitaba bases en
el otro extremo de los oceanos, donde operaba el tráfico mercante si quería
defenderlo, ya que así se reducirían el tiempo y la autonomía empleados en el
transito. Ahora estas bases deberían estar en condiciones de actuar de
trampolín por que si esto no sucedía pasaba a ser una carga y no un apoyo.
c. El
recurso humano.
El particularismo de las
marinas de guerra, ha sido descrito por diversos autores de la manera
siguiente: “es un mundo extremadamente restringido y absolutamente cerrado
forma una suerte de nación aristocrática, estrechamente jerarquizada, donde
domina el espíritu de cuerpo y en la que los galones ocupan el lugar de los
títulos. Es uno de los pocos medios donde existe todavía el respeto hacia la
superioridad moral y el desprecio por los negocios. Domina el espíritu de
oposición y de critica y allí ese mundo se acerca al mundo universitario, por
la misma causa: la desproporción demasiado grande entre la magra situación
pecuniaria dada por el Estado al individuo y el esfuerzo intelectual que se le
exige….Este hecho explica una indiferencia con respecto a la vida política por
causa profesional y por temperamento, el marino siente el peso y la necesidad
de las tradiciones. Una Armada es un término y supone raíces. Nada es más
contrario a la eficiencia que la improvisación y las imperfecciones. Tanto para
enfrentar al mar como a los enemigos, un buque supone un mantenimiento, una
vigilancia permanente, minuciosa. Su condición implica, además, una disciplina,
un respeto una jerarquía. Una triple servidumbre pesa sobre el oficial: debe
ser a la vez un combatiente, un marino y un especialista, este hecho también
otorga una ventaja: da una capacidad de visión más amplia, más desligada de los
problemas interiores y exteriores…
La cuestión del personal es un
problema de cohesión, esto es conducir a los hombres de la mejor manera. Ahora
con la tecnología se presenta un problema de atomización que presenta
consecuencias psicológicas considerables. La dispersión de los grupos sobre el
terreno rompe la cadena de mando. Provoca una situación de aislamiento que
agrava las fuentes naturales del miedo provenientes de la presencia del enemigo
del temor a sus reacciones, de la vista de los heridos y de los muertos. En un
buque la tripulación se encuentra a la vez solidaria y prisionera...nadie puede
huir, de ahí el porque los combates navales son tan sangrientos.
3. LOS COMPONENTES
GEOGRÁFICOS DEL PODER NAVAL
a. Posición (geografía), conformación física y la
extensión del territorio.
Se puede afirmar que el inicio de
la era maritima con España y Portugal fue favorecido por su posición
peninsular. Con la inserción de otros paises de europa como Francia, Holanda e
Inglaterra, la posición central se comenzó a desplazar al este ocupando este
ultimo pais dicha posición puesto que Holanda fue el centro industrial y
comercial de Europa hasta la revolución industrial, y luego de la revolución
industrial, Inglaterra, por su ubicación, estaba en condiciones de importar y
exportar hacia el este y el oeste. Entonces se pensó que una potencia insular
en el medio de lineas de comunicaciones marítimas y posesión de puertos aptos,
favorecían el acrecentamiento del poder marítimo. Con la globalización de los intercambios, esta posición se
desplazó hacia el occidente ocupando desde entonces EEUU, la posición central.
En relación a la conformación
fisica, Mahan, considera el mar como una de las fronteras del pais, por ello la
necesidad de una larga linea de costa con excelentes bahias que permitan la
recepción y proyección de productos hacia y desde el interior del pais. De ahí
que las lineas fluviales, lacustres y terrestres contribuyan a dar solidaridad
orgánica al estado de modo de favorecer los intercambios con el exterior.
Suficientemente grande para
suministrar la riqueza material necesaria, pero no tanto para ser indefendible.
El tamaño de un territorio será favorable o no, dependiendo de la cantidad de
población que exsita en dicho espacio. En tal sentido la defensa de un pais y
el poder combativo de sus fuerzas armadas dependen enteramente de factores
económicos y político morales. Estos factores influyen en los niveles de
fuerza, en los cambios de tactica y la estrategia militar, así como en la
organización de las fuerzas armadas.
b. La
población y el carácter nacional.
Según Mahan, el numero de
habitantes de un pais influye en cuanto a que una porción del mismo se abocará
a tareas y artes marineras que permitirán a una rapida adaptación a las
exigencias de la guerra y será sustentación de las diversas actividades que se
conjugan en el apoyo del transporte marítimo que llevará y traerá productos a
la nación. En otras palabras, el número de habitantes facilitará la provisión
de tripulaciones[14].
En cuanto al carácter nacional este es un elemento que va unido a la actitud
del pueblo para afrontar las adversidades del mar, para alcanzar la seguridad y
el bienestar de sus comunidades, esto es lo que comunmente se conoce como
conciencia marítima.
c. Las
clases de gobierno.
En su obra, Influencia del
Poder Naval en la Historia, Mahan señala la influencia que han ejercido los
gobiernos en el desarrollo de una política naval, pero en ese aspecto resalta
que Gran Bretaña le debe la preeminencia que tuvo en el mar no sólo a la buena
conducción por parte de sus gobernantes, sino al espíritu mercantilista y la
carencia de recursos que caracterizaron el entorno dada su condición
geográfica. Pero esta es una visión determinista puesto que Japón a pesar de
ser una nación eminentemente marítima desde finales del siglo XIX y a pesar de
ser un Estado isleño pudo vivir de espaldas al mar por más de dos siglos.
Sin embargo, Mahan hizo una afirmación muy válida: un gobernante,
puede hacer de su Estado una potencia marítima de primer orden, pero este
desarrollo será efímero si en la psicología colectiva de los habitantes no se
percibe al mar como una fuente de bienestar nacional, este fue el caso francés
bajo Luis XIV, en consecuencia, una política naval se debe derivar de una
necesidad real, no inducida por un interés que no corresponda a cualquier
asunto relacionado con el mar. En este sentido, el Rey Sol buscaba la gloria de
Francia o su gloria personal, no buscaba inculcar en la mente del ciudadano la
necesidad de la interdependencia del mar.
La política naval
se puede definir como el arte de concebir proyectos para el bien común pero
teniendo en condieración el aspecto naval; es decir, tomando como base los
instrumentos para el uso de la fuerza en la Mar; en consecuencia esta política
está limitada a una serie de factores que influyen en ella y la condicionan. Pero
esta política naval tiene una serie de restricciones que limitan la estrategia
naval y las denomina servidumbres.
Estas servidumbres, según él, pueden
ser positivas y negativas con respecto a la misión de las fuerzas navales. Las servidumbres positivas son todas aquellas
que favorecen o ayudan a la
estrategia naval.
Las servidumbres negativas
son el conjunto de "necesidades que hay que atender y que son ajenas a la
estrategia naval, pero que no obstante ello, merecen ser consideradas
seriamente”. Estas servidumbres pueden ser políticas,
jurídicas y morales:
a) Las servidumbres políticas son aquellas que
obligan "a emprender ciertas operaciones o a evitar, por el contrario
otras" y que pueden conducir a una dispersión de fuerzas.
b) Las servidumbres jurídicas
son las que prohiben la utilización de ciertos procedimientos o la ejecución
de ciertos tipos de actos que en su momento se denominó Derecho de la
Guerra.
c) Las servidumbres morales
son aquellas que provienen de las reacciones de la opinión pública.
Todas estas restricciones que se mencionaron anteriormente operan
básicamente en época de guerra, pero además de ello, hay dos restricciones que
operan para época de paz: la primera está relacionada con la distribución de
recursos fiscales para la operación y nuevas adquisiciones de equipos y
componentes y la segunda de carácter moral que se refiere a la psicología
colectiva que puede ser o no muy proclive a actitudes pacifistas en función de
su experiencia histórica. Pero el nuevo derecho del mar ha hecho que en las
últimas décadas el mar haya cobrado una inusitada importancia dada la cantidad
de recursos que posee.
Estas políticas sufren de una serie de condicionantes derivados
del hecho de que los países en general poseen capacidades y limitaciones que
deben afrontar y que pueden afectar favorablemente o no su proyecto político.
Estos condicionantes son: las fuentes
domésticas como variable interna que influye en una política naval y el contexto internacional como variable
externa pero entendida esta como las restricciones que impone el status quo imperante.
Dentro de las Variables
Internas, las fuentes domésticas
de una política naval se tiene que si los gobiernos tienen que concentrarse más
en las presiones internas, si las sociedades continúan mirando <<hacia
adentro>>, si la aceptabilidad de la fuerza militar disminuye más aún, y
si la seguridad económica sigue siendo la primera preocupación cotidiana de los
gobiernos, entonces las fuentes domésticas de la política naval deberán
redefinir el concepto de seguridad teniendo para ello la participación plena de
todos los miembros de la sociedad, más aun si el estado como tal está sufriendo
una transición política, como la Venezuela de los años noventa.
En esta situación la
población percibe, no sin razón, que las amenazas internas son más graves que
las amenazas externas y la aceptabilidad de las Fuerzas Armadas se simplifica
en una sola función: mantener el orden interno con respecto a los grupos
fácticos que tratan de imponerse. Los buques de guerra sirven para mantener el
orden con respecto a intrusos o posibles adversarios que vienen desde afuera.
Si a esta situación se agrega el proceso de reducción de armamentos promovido
por ciertas agencias y grupos internacionales después del colapso soviético; la
percepción general de la población se inclinará por una reducción de armamentos
sin percatarse que los gastos en armamento son ínfimos no solo comparado con
otras regiones del mundo, sino también comparados con las deficiencias que
padecemos; es decir, la falta de ocupación de espacios en los cuales poseemos
títulos jurídicos.
En tercer lugar, un país que tiene que atender un gran servicio de
la deuda externa y que posee un inmenso gasto público y en donde su principal
producto de exportación está sometido a la actual inestabilidad del mercado
internacional, toda su política económica estará dirigida a tratar de resolver
los fuertes desequilibrios internos que padecemos.
Toda esta situación invita no solo a una profunda reflexión o a un
análisis prospectivo de los hechos, también invita a asumir grandes
responsabilidades: "aquellos que ignoran la historia están condenados a
repetirla". El período que caracterizó la historia de Venezuela entre
1830 y 1905 no solo fue un período caracterizado por luchas fratricidas entre
grupos que aspiraban el poder: también fue el período en que sufrimos nuestras
mayores pérdidas de territorio. Toda nuestra atención estuvo dirigida a
resolver nuestras disputas. A pesar de que en ese momento existieron voces que
anunciaron el peligro y a pesar de que trataron de anular la amenaza; todas
nuestras miradas apuntaban hacia adentro y no nos percatamos de las amenazas
que provenían desde afuera hasta que éstas se concretaron.
A pesar de estas experiencias "los gobiernos, por encima de
todo, tienen que hacer que sus países funcionen y ello comprende una gama de
consideraciones mucho más amplia que la de la política naval". En
consecuencia, esta tiene que ser entendida en ese contexto más amplio, que
afectará a los esfuerzos navales no solamente en el alistamiento de medios,
sino también en las actitudes que deberá adoptar el Estado en asuntos
internacionales.
Esta afirmación nos coloca en el campo económico y en consecuencia
el definir cuanto es suficiente para sentir seguridad ante posibles amenazas
que provengan del exterior y cuanto es suficiente para resguardar nuestra
frontera. Las tendencias, en ese sentido indican que todo gasto de defensa en
un gobierno democrático debe tener en cuenta las siguientes consideraciones:
- En tiempo de paz debe ser proporcional con respecto a todo el gasto público; es
decir, debe considerarse prioridades más inmediatas.
- No debe menoscabar el bienestar de la población.
Sin embargo, una política de
defensa no puede quedar subordinada a consideraciones que
"electoralmente pueden ser muy populares" pero que no tengan ninguna
relación, con las posibles amenazas que haya que afrontar. En la actualidad, el
mundo se encuentra en un período de recesión en donde los Estados tratan por un lado de reducir el gasto
público, pero por otro tratar de contener la ola de desempleo generada por el
cierre de instalaciones militares. En este sentido el Reino Unido tuvo una
experiencia parecida y se le presentó la crisis "muy inesperada" de
Las Malvinas y esta crisis le sirvió a sus gobernantes para convencer a la
población que todavía el Reino Unido posee una serie de "intereses
globales" que se salen del marco de la Alianza Atlántica. La población
argentina, comprendió que hay que hacer gastos que en el momento menos imaginado
pueden ayudar a resolver una situación desfavorable. Además de los
aspectos que hasta el presente se han señalado y que inciden en una política
naval, existen otros no menos importantes, estos son:
- La personalidad de los
dirigentes
- Los
cambios sociales
- Los
regímenes políticos.
La personalidad de los dirigentes no sólo
influye en los gastos de defensa, también en el uso que se le de al instrumento;
en el caso venezolano desde las campañas del sur hechas por el Libertador, las
Fuerzas Armadas comenzaron a ser usadas en misiones en el exterior de forma
esporádica a partir de la década de los sesenta, tal es el caso de la
participación de buques venezolanos en la cuarentena decretada contra Cuba en 1962;
el envío de fuerzas a Costa Rica para garantizar su independencia en la época
de la Revolución Nicaragüense que derrocó a Anastasio Somoza y el envío de un
cuerpo de paracaidistas para misiones de paz en Centro América.
Los cambios sociales
también han incidido de manera notoria en la consecución de una política naval
y este hecho es evidente en época de crisis sociales. Los problemas que aquejan
a la mayor parte de la población no sólo se reflejan en la moral del personal,
también se refleja en la disponibilidad operativa de los medios y en la
capacidad combativa de la fuerza, así
se tiene por ejemplo la situación de la Armada francesa y la Armada Rusa
durante el período de sus grandes procesos revolucionarios en los años 1789 y
1917, respectivamente, los cuales fueron
de una casi total paralización.
Los regímenes políticos
también influyen de manera notoria en la política naval; a este respecto,
Venezuela posee un régimen político que más o menos acepta que ciertos grupos
fácticos actúen y se expresen con cierta libertad, cosa que permite afirmar que
tiene cierta tendencia hacia el pluralismo amplio; sin embargo, esta capacidad
de acción y expresión dificulta su nivel de eficiencia en cuanto a la toma de
decisiones puesto que el poder Estatal debe conciliar los intereses de estos
grupos fácticos y mientras que estos grupos no se sientan amenazados por un
adversario externo, las Fuerzas Armadas en general y la Armada en particular no
van a estar dentro de sus prioridades.
En cuanto a las Variables
Externas se puede afirmar que existen algunas que
afectan la política naval y conciernen básicamente a las normas establecidas
en la Convención de Jamaica aún cuando Venezuela no sea signataria de ese
Acuerdo. Existen también variables que condicionan toda política naval, estas
son las normas establecidas por la Carta
de las Naciones Unidas, en lo que respecta al ejercicio legítimo de la
defensa y lo que se ha dado en denominar Derecho
Internacional Humanitario en lo que respecta a las actitudes que hay que
asumir cuando un Estado se está defendiendo. Esta situación ha obligado a
ciertos Estados a tomar una serie de medidas derivadas de los conflictos
potenciales que ha generado esta evolución del Derecho Internacional. En el
caso particular de Venezuela se han suscitado los siguientes problemas:
1.
Definición de límites
de áreas marinas y submarinas entre Estados con costas adyacentes o situadas
frente a frente.
2.
La necesidad que
tienen países vecinos de explotar recursos no vivos del mar cerca de la costa
tales como petróleo y gas.
3.
Disputas con países
vecinos sobre Derechos de Pesca.
4.
Problemas relacionados
con la protección del medio ambiente.
5.
Problemas relacionados
con la falta de recursos para ejercer vigilancia y control en ese espacio; esto
incluye el atender toda las obligaciones adquiridas como consecuencias de
acuerdos celebrados bajo el patrocinio de la Organización Marítima Mundial.
Si bien Venezuela no es signataria de la Convención de Jamaica, está ciertamente obligada a cumplir con una
serie de normas que son declaración de costumbres ya codificadas en los
Convenios de Ginebra de 1958, como es el caso de la Convención sobre Mar Territorial y Zona Contigua y la Convención sobre Alta Mar; además, una
serie de normas que tuvieron un desarrollo progresivo en la década de los
setenta y que fueron codificadas en 1982 como es el caso de la Zona Económica
Exclusiva. Las normas que se encuentran en desarrollo progresivo en la Convención
de 1982 y que se refieren a la Zona y la Autoridad de los Fondos Oceánicos,
Venezuela las aceptó como una institución necesaria que redundarán en
beneficios a la humanidad.
El caso de la Plataforma
Continental es conveniente mencionarlo aparte debido a que de acuerdo a la
legislación interna, la Plataforma Continental de Venezuela termina en los 200
mts. de profundidad tal cual como lo establece la Convención de Ginebra de 1958. La Convención de Jamaica establece en su articulado que la Plataforma
Continental de un Estado puede llegar hasta las 350 millas náuticas, si el
borde exterior de dicha plataforma está más allá de esa distancia. En este caso
en particular, Venezuela debe adecuar su legislación a las nuevas realidades.
En lo que respecta a la Carta
de las Naciones Unidas, la restricción es evidente: el uso de la fuerza
está prohibido como medio para resolver disputas internacionales. La fuerza
sólo puede ser usada en un caso de legítima defensa individual o colectiva;
consecuentemente el Estado Venezolano se ha caracterizado por ser respetuoso
del Derecho Internacional y ha repudiado la violencia como medio para resolver
disputas. Sin embargo, existe el problema de diferentes interpretaciones y
ambigüedades del Derecho Internacional, factores que podrían amenazar nuestros
derechos y en consecuencia, las Fuerzas Armadas en general actúan como una
especie de póliza de seguro; el problema que queda por resolver es bajo qué
circunstancias un Estado debe esperar recibir el primer golpe para poder
ampararse en el recurso de la legítima defensa; otro problema por resolver es
qué tipo de golpe un Estado es capaz de soportar. Y si se determina que estos
son condicionantes positivos para una respuesta proporcional se requieren una
serie de medios de vigilancia que permitan dar una respuesta oportuna y
permitan también que ese primer golpe a recibir no sea tan doloroso. Esto, como
es lógico suponer, originará más gastos de defensa no solo en adquisición de
material sino en el alistamiento de personal. En lo que respecta al Derecho Internacional Humanitario este
es una evolución de lo que anteriormente se conoció como Derecho de la Guerra pero que aún permanece en vigencia puesto que
la Guerra como fenómeno social no ha sido erradicada.
4. LAS COMUNICACIONES
MARÍTIMAS.
Ahora
el comercio marítimo tuvo sus origenes de manera extensiva con la flota de
indias, y las compañias de comercio francesas, inglesas y holandesa; pero la
introducción del vapor como medio de propulsión en los buques, la revolución
industrial y la emancipación de casi todas las colonias europeas del continente
americano, favorecieron el aumento de la actividad comercial trasatlantica, en
especial del comercio de productos agricolas y productos industriales. La
intensificación del comercio y las perturbaciones ocasionadas como consecuencia
de las dos guerras mundiales, hicieron que se desplazara el polo de comercio
mundial, hacia occidente; es
decir, los EEUU.
Ahora,
desde el punto de vista conceptual, tráfico es la actividad o cunjunto de
actividades, necesarias para relacionar dos nucleos comerciales o industriales
separados, o, para mejor expresarse en terminos económicos, el ciclo completo o
proceso global de actividades, mediante las cuales se satisfacen las
necesidades de un grupo económico
con los productos procedentes de otro. Consecuentemente, tráfico
marítimo es aquella parte del tráfico que se desarrolla en el mar.
Este
termino permite traer a colación la expresión economía marítima, en el sentido
que tantos tráficos como productos básicos son objeto de comercio de
exportación, y en tal sentido se identifica esta voz con la anteriormente
empleada de “carrera” que se refería a la linea de transporte de carga
determinada, siguiendo derrotas sensiblemente uniformes, ya que este termino se
refería a buques de vela y con puertos de carga y descarga prácticamente fijos.
Un tráfico
para ser tal, requiere la existencia de una materia prima, producida en un
nucleo económico concreto; la existencia de una demanda constante de la misma
en otro nucleo, que generalmente se individualiza en uno o dos puertos, dotados
de un vasto hinterland, a cuyo efecto los propios hechos, más que los propios
hombres, seleccionan puertos adecuadamente emplazados; la existencia de un
movimiento de traslación de tal materia prima de uno a otro centro; la
actividad de centros de contratación y por ultimo, una serie de actividades
auxiliares, como sociedades de carga y descarga y almacenamiento de mercancía;
de realización de las primeras fases del proceso de transformación industrial;
de transporte fluvial o por canales, que están destinadas tanto a iniciar la
difusión del producto o materia prima importado por el hinterland del puerto
importador, como a descongestionar el mismo. El estudio del tráfico marítimo
puede ser considerado tanto de la perspectiva jurídica y económica.
Desde el
punto de vista juridico, el tráfico marítimo se caracteriza por la uniformidad
o constancia en la presentación de identicos problemas en identicas
circunstancas. Hay homogeneidad en las caracteristica de los buques, del
tratamiento de la mercancia, de los medios y las condiciones de embarque y
desembarque. Tambien son uniformes las condiciones de navegación una vez hechos
a la mar los buques vinculados al tráfico de referencia, en función del tiempo,
las rutas seguidas. Esta homogeneidad es producto de una practica, usos o
costumbre en el tráfico en general, y en cada puerto y en los buques en
partiucular, que ya desde tiempos ancestrales vienen recogiendo las
legislaciones mercantiles al referirse a los usos del comercio como fuente de derecho.
En el
orden económico tiene especial interes la concurrencia a un mismo tráfico de
pabellones diferentes, que dio origen, en diferentes momentos, a competencia de
fletes, los cuales habían de
depender no tan solo de las circunstancias del mercado sino tambien del
porcentaje de rentabilidadde los diversos buques concurrentes, y que ha sido en
gran manera obviada por las conferencias de armadores que fijan los fletes y
determinan las condiciones del tipo de tráfico, obligatorias para los miembros
de la misma, y a las que corresponden determinadas condiciones de embarque, de
transporte y tambien detreminadas garantías, reflejadas en conocimientos de
embarque o polizas – tipo de fletamento. Desde este punto de vista, las
conferencias representan hasta cierto punto elementos introductores de
costumbre, al fomentar la coincidencia de intereses y vincularlos de modo
uniforme a un tráfico determinado.
Puntos focales. El Caribe dejó de ser un punto terminal con la apertura del Canal de
Panama; a partir de ese momento se convirtió en un punto focal. Puntos Frontiles y Puntos terminales.
5. EL EMPLEO DEL PODER
NAVAL.
Al
principio se hizo una definición de lo que constituye “Estrategia Naval”, pero esta se deriva de lo que se conoce como
estrategia militar y esta a su vez tiene su fundamento en la estrategia
nacional. La estrategia nacional es el punto de vista del
gobierno que le da coherencia a sus decisiones estratégicas particulares, que
orientan la acción de gobierno en cada área específica. La estrategia nacional es
única, es total, sintetiza las 03 áreas, política, económica y militar, la
orientación de la acción hacia los intereses nacionales que ella misma ha
identificado como resultante del quehacer de los grupos que componen la nación.
Es una abstracción que coordina las estrategias particulares. La estrategia nacional define los intereses nacionales como propósitos, y
los objetivos políticos, económicos y militares a ellas contribuyentes como
tareas (o políticas) para su logro. Cuando la defensa de los intereses nacionales requiere
la acción militar, las políticas deben elegir teatros militares, definir los
enemigos y la modalidad de actuación (cooperativa - competitiva) hacia ellos;
debe determinar también la iniciativa (tomar / conservar), delimitar el tipo de
conflicto y fijar los objetivos militares, esto es lo que se conoce como estrategia militar. El gobierno, responsable exclusivo de la estrategia nacional, podrá o
no incluir militares en su seno. Los militares son administradores de la
violencia…asesora al Estado, en lo correspondiente al uso de la fuerza. Las
directivas, formales o no, que expresan la estrategia nacional configuran,
junto con la realidad de los hechos del teatro de interés nacional, los datos
estratégicos a procesar por la estrategia militar.
La estrategia militar, para
cada conflicto planteado constituye Teatros de Operaciones, desarrolla y asigna
el poder militar, define la modalidad o grado de hostilidad entre beligerantes
u oponentes, fija la iniciativa, el tipo de opción militar a adoptar, establece
y asigna los objetivos estratégicos operacionales y el concepto de la maniobra
(idea del empleo de la fuerza). La más alta jerarquía de comando propiamente militar es la de Comandante
del Teatro de Operaciones (CTO). Estos comandos surgen como consecuencia de la
decisión estratégica militar adoptada por el poder ejecutivo.
La estrategia operacional, es el modo como el CTO conduce las fuerzas que
le han sido asignadas para alcanzar los objetivos por la estrategia militar
nacional de guerra; en otras palabras, es aquella que se realiza en el TO, como
parte de la estrategia militar y determina la forma de emplear los medios
militares enfrentados a un problema que se debe solucionar. En el desarrollo del sistema
para las decisiones estratégicas el CTO, podrá recibir objetivos con diferente
grado de operativización. En todos los casos la situación de hecho que vive el
CTO contendrá aspectos de trascendencia tanto estratégica como táctica, dado el
nivel de articulación que constituye la estrategia operacional.
La Maniobra, es la
concepción de la operación del Comandante del Teatro Operacional, su finalidad
global, totalizadora, es el cumplimiento del objetivo estratégico operacional
fijado por el gobierno.
La Maniobra Estratégica Operacional
consta de la concepción y organización operacional. La concepción operacional
es la combinación de los esfuerzos Estratégicos Operacionales - conjuntos o
eventualmente específicos - que procurarán satisfacer los objetivos
estratégicos operacionales. La organización expresa los objetivos y
restricciones de los comandos subordinados al Comandante Operacional.
El Objetivo Estratégico Operacional,
es un objetivo estratégico cuyo efecto deseado está expresado como resultado a
lograr en un teatro de operaciones. Deja discrecionalidad para diseñar el
esfuerzo operacional; constituye un objetivo de la guerra.
Una Operación, es la
combinación de acciones tácticas - específicas o eventualmente conjuntas - y
objetivos tácticos, para el logro de un objetivo operativo.
Un Objetivo Operativo, es un
objetivo cuyo efecto deseado se expresa como resultado. Deja más o menos
discrecionalidad para diseñar la operación; es el objetivo en la guerra.
Una Acción Táctica, es la
acción a llevar a cabo por una fuerza grupo o unidad, según su doctrina
específica.
Un Objetivo Táctico, es un
objetivo cuyo efecto deseado corresponde a una acción táctica sin
discrecionalidad o muy limitada para concebir su ejecución
La estrategia operacional
tiene las siguientes características: se refiere a la planificación y ejecución
de operaciones a realizarse en un T.O., articula la estrategia militar con la
táctica superior, determina la forma de emplear los medios militares a un
problema que se debe solucionar, selecciona las tácticas superiores, abarca la
utilización integrada dentro de un T.O. de las estrategias terrestres, navales
y aéreas y representa la concepción estratégica de la idea de maniobra
conjunta. La finalidad de la Estrategia
Operacional es: crear condiciones
favorables para ganar la batalla, apoyar el desarrollo favorable de las
operaciones, explotar el éxito militar y en caso contrario posibilita el
desenganche de fuerzas y permite la reorganización de la mayor cantidad de
fuerzas.
La estrategia terrestre es el
arte de planificar y conducir la guerra terrestre con el propósito de mantener
o explotar el control del espacio terrestre y negar su uso al adversario. La estrategia naval es el arte de planificar y conducir la guerra naval
con el propósito de establecer, mantener o explotar el control del mar y negar
su uso al enemigo. La estrategia aérea es el arte de planificar y conducir la guerra aérea
con el propósito de establecer, mantener o explotar el control del espacio
aéreo y negar su uso al adversario. Por último sí se acepta que la estrategia es el arte de
concebir, la táctica es la ciencia de la ejecución.
En función de lo que planteó anteriormente, las
Armadas en época de paz y en época de guerra, tienen un conjunto de tareas
tradicionales:
a. Asegurar
el uso del mar: dominio o control
b. Defender
las líneas de comunicaciones marítimas.
c. Proyectar el poder contra la
costa del adversario de modo de obtener ventajas.de las aguas adyacentes a la costa.
e. La
Diplomacia Naval
f. La
disuasión estratégica.
Estas
tareas mencionadas anteriormente tienen que ser ejecutadas, en conjunción con
la estrategia nacional y consecuentemente la estrategia militar, pero acotando
que la necesidad de uso del mar, será independiente del estado de conflicto en
que se encuentre el Estado, puesto que este tiene que seguir funcionando a
pesar de la situación conflictiva en que pueda estar inmerso. En este sentido, asegurar el uso del mar y defender las líneas de
comunicaciones marítimas, son las tareas más prioritarias. El resto de las
tareas dependerán del enfoque estratégico que haya adoptado el Estado. Ahora
bien, cuando se hizo mención al concepto de uso del mar, se hizo mención de dos
términos: dominio o control que ameritan una explicación. El concepto de
dominio tiene un ámbito terrestre que llega al mar territorial y al espacio
ultraterrestre, puesto que el hombre habita en un espacio determinado; sin
embargo, muchos escritores de estrategia naval en principio hablaron de
dominio, pero la realidad es que este dominio ha representado en la practica
sólo el dominio del restringido espacio donde están operando los buques de
guerra, por tal motivo hoy día se utiliza el concepto de ejercicio de control. El ejercicio de
Control: “usar el mar para nuestro propio
beneficio y negárselo al adversario”.
Dentro de esta lógica, la Armada como
instrumento del Estado, tiene una serie de funciones, las cuales son concebidas
como una trinidad, y la unicidad de esta trinidad proviene de la noción de uso
del mar, y es en sí la conjunción de tres roles fundamentales; es decir, el rol
militar, el diplomático y el policial.
Rol Militar; se
entiende como la capacidad de una Armada para usar la fuerza o amenazar con
usarla; en tiempo de guerra las operaciones Navales Básicas son:
a. Ofensiva contra el poder naval enemigo:
Implica, la batalla naval, bloqueo naval, desgaste con SS y aviones, minado
ofensivo, ataque a las bases.
b. Defensiva-ofensiva contra la amenaza del poder
naval enemigo sobre el propio: Implica, acciones no decisivas de desgaste, “fleet
in being”.
c. Ofensiva contra el transporte marítimo enemigo: Implica, guerra de corso, bloqueo comercial
d. Defensiva del transporte marítimo propio:
Implica, convoyado, minado defensivo y cobertura
e. Ofensiva contra territorio enemigo: Implica
proyección anfibia y proyección del poder de fuego
f. Defensiva del territorio propio: Implica la
defensiva del territorio propio
En tiempo de
paz, la Armada debe ejecutar la disuasión y defensa convencional; es decir,
prepararse para la guerra, disuadir a los posibles intrusos, proteger los
derechos del Estado en los espacios acuáticos bajo su soberanía y jurisdicción.
A este respecto, se define disuasión como la
conducta que un ente determinado asume con la finalidad de inducir a un posible
adversario a que asuma un patrón de conducta determinado, porque de no hacerlo
la respuesta que podría esperar sería inaceptable dentro de sus expectativas.
El Rol Policial; Es el que ejecuta la Armada con la finalidad de garantizar que se cumpla la normativa vigente en los espacios acuáticos que están bajo soberanía y jurisdicción del Estado. Esto implica, responsabilidad costera y la contribución al progreso del Estado
El Rol Diplomático; El empleo de los buques de guerra en apoyo de la posición negociadora general del país, en instancias de negociaciones especiales y en las tácticas de creación de influencia. Los objetivos del rol diplomático son:
a. Negociar desde una posición de fuerza en el sentido de apoyar a
gobiernos amigos amenazados por serios aprietos de carácter interno; apoyar a
gobiernos amigos que padecen una amenaza exterior; amenazas con el uso de la
fuerza en caso de ser necesario y/o mejorar la capacidad para influir en la
marcha de negociaciones diplomáticas específicas; pej: presencia naval venezolana
en el Golfo de Paria en crisis trinitaria 1990, crisis del Caldas, posición
venezolana: no negociación 1987
b. Manipular en el sentido de proveer demostraciones de poder naval en
forma continuada en aguas lejanas para dejar establecido cuales son los intereses
del Estado que ejerce presión; pej: Crisis iraquí 1998, bloqueo de las costas
de Venezuela en 1902-1903.
c. Mantener un prestigio en el sentido de dar seguridad a sus
nacionales y proyectar una imagen favorable del país; para ello es necesario contar
con un alto grado de credibilidad entendida esta no sólo como el potencial de
reconocimiento que tiene un grupo y que permite disminuir costos y aumentar
beneficios en el marco de las RR.II.; pej: viajes del BE-11, CN Sebastián
Boguier abordo de la goleta “Constitución” en Haití en 1837.
De manera general, la Armada
es un instrumento de carácter coercitivo que posee el Estado para el logro de
sus fines. Con este instrumento, el Estado emplea la fuerza, o amenaza con
emplearla, de modo limitado para asegurarse una ventaja o evitar perdidas en
una disputa internacional, como también para solucionar problemas de carácter
interno dentro de su propio Estado. Consecuentemente el uso de la fuerza se
puede manifestar de cuatro formas a saber: la fuerza definitoria, la fuerza
catalitica, la fuerza impositiva y la fuerza expresiva.
Definitorio: es un acto de fuerza limitada que persigue como propósito la obtención
de un objetivo previamente establecido, “crea un fait accompli”. La amplitud de este propósito debe ser evidente
para ambas partes y ser también tolerable; pej: hundimiento por parte de la
escuadra nacional de un remolcador inglés frente a Río Hacha que estaba
apoyando las fuerzas colombianas en el conflicto limitado que tuvo con
Venezuela en 1901; la captura del Idonovon Gromovoy y la captura del Alecrín.
Impositivo: Persigue como propósito cambiar la política o la conducta de un gobierno
extranjero o de un grupo organizado cuya relación con el agresor es, a los
fines prácticos substancialmente la de un gobierno extranjero; pej: bloqueo de
1902-1903.
Catalítico: tiene por objeto sacar ventaja de situaciones poco precisas pero que
pueden ser recogidas por aquellos
capaces de emplear la fuerza inmediata y apropiada en el manejo de la
guadaña, en otras palabras “pescar en río revuelto”; pej: el Alm. Fleeming y la
escuadra británica que navegó por nuestras costas en la época del
desmembramiento de la Gran Colombia.
Expresivo: Tiene por objeto reforzar actitudes y para prestar verosimilitud a
declaraciones que de otra forma
serían poco convenientes; pej: Holanda 1848, crisis de Trinidad 1990.
En general, para Clausewitz y
Mahan, la batalla es el medio privilegiado para destruir la fuerza organizada
del enemigo o abatir su voluntad combativa. Es el punto culminante de la acción militar, la batalla
sanciona la preparación, justifica o invalida los conceptos, aporta su sanción
a la conducción de las operaciones. Instrumento de la estrategia, constituye un
resultado, un fin en sí misma, cuando el objetivo buscado se identifica con la
destrucción de la fuerza
organizada del enemigo. Constituye igualmente un medio indispensable si el
objetivo mayor se reduce a la conquista de territorios o a la ocupación de los
centros de decisión del enemigo. En todos los casos cualquiera que sea la
finalidad, la batalla se identifica con la táctica; es decir, no solamente con
el empleo de las armas, sino con el empleo de las fuerzas. La batalla implica,
pues, un doble aspecto a a vez material y moral. En efecto, es necesario señalar
el papel a veces determinante del armamento en la historia. Sea cual fuere el
valor de un jefe o de sus hombre, un ejercito pierde toda su posibilidad de
vencer frente a un adversario dotado de un armamento superior…ejemplo caso
polaco en la II WW, Cavite..guerra hispano-americana. Sin embargo, muchas armas
reputadas como nuevas no tienen, en realidad, nada de francamente
revolucionaria. La decisión resulta, de la aplicación de una doctrina de empleo
asociada a un sistema original de
materiales existentes. Este fenómeno es tanto más claro cuando, en una época
dada, en función de la evolución de las ciencias y de las técnicas, el
armamento es prácticamente el mismo en los países que han llegado al mismo en
los países que han llegado al mismo estadio de desarrollo; el ejemplo, más
evidente lo constituyó la campaña de Francia 1940.
Una combinación táctica no se
resume, pues en una simple construcción racional que reposa sobre la elección
inteligente de sistemas de armas en función de su eficacia. Obedece a un gran número
de elementos de naturaleza variada, tanto como física como social.
Consecuentemente, existen diferencias considerables de concepto en los países
de estructura económica y social idéntica y que obedecen a los mismos factores
físicos. Esas diferencias no hacen más que señalar un hecho importante: las
doctrinas son esencialmente el reflejo de una mentalidad general.
La doctrina es reflejo de la
mentalidad de un país... sí es
avejentado, dividido, agriado, enervado en su sentido cabal, hostil a toda
aventura y que ha renunciado totalmente al espíritu de empresa en todos los
aspectos, entonces aspirará nada
más que a la seguridad. En el plano militar esta mentalidad conduce
necesariamente al mito de la defensa. Ahora, un país que quiere crecer mostrará
una actitud de ofensiva y una aptitud emprendedora.
La guerra no se identifica de manera alguna con
una agresividad primaria. La agresividad, es de muy diversa naturaleza: puede
ser producto del miedo o de la tensión nerviosa. Por esta razón hay que forzar
al hombre al combate, a favor de toda una gama de obligaciones y de
motivaciones. Entre los elementos más imperativos se puede notar la importancia
del ideal (guerra civil española), el sentimiento de una causa justa (Tormenta
del desierto) y aún mejor, la convicción de participar en una guerra defensiva,
de responder a una agresión aunque la lucha se desarrolle en territorio del
adversario y que comience con una operación preventiva. El sentimiento de la defensiva puede muy bien referirse tanto a la
independencia política como ideológica, a la integridad de un territorio como a
la dignidad. Estas motivaciones no bastan si la lucha es larga, incierta y
va acompañada de costosos sacrificios. De ahí la necesidad del adiestramiento,
el premio y el castigo
Para completar todo, el papel
principal en la constitución de una fuerza en el propio sentido corresponde al
jefe, o más aún, a los jefes, desde las más simples clases hasta el comandante
superior. Todos deben tener el sentido, en él más alto grado, de la legitimidad
de su autoridad. Todos, en diversos grados, deben dar prueba de coraje físico,
de tenacidad, de capacidad de adaptación a las circunstancias y de solicitud
hacia sus hombres (Von Kluge, Operación Tifón). Desde la antigüedad, los grandes
jefes comprendieron que la guerra era a la vez, una cuestión de técnica y de
moral. Todos estos factores que implican calidad del material, disciplina,
emulación, camaradería, papel del jefe, deben transformar una multitud en un
ejercito, en un conjunto de unidades homogéneas, coherentes, dotadas de un
espíritu de cuerpo. En resumen, la táctica requiere una triple competencia:
participa de los medios (el material), de los lazos que los unen y del espíritu
que los anima. Deriva también del entendimiento y de la afectividad.
La batalla queda muy bien en
el corazón de la estrategia naval; pero como en un T.O. continental, su empleo
queda sometido a los imperativos que le confieren un carácter específico. Para
empezar, la lucha en el mar descansa sobre dos disciplinas: el arte de la
navegación y el combate. En todas las operaciones el mar ofrece dificultades de
vientos, de corrientes, de mareas que ningún buque, ninguna flota puede
liberarse. Un Comandante debe saber utilizar el mar, evitando sus trampas y afrontando
sus furias. Debe conocer todos los elementos de la navegación. Hay ahí un
indiscutible carácter específico que engendra un vocabulario propio, el empleo
de términos particulares que desconciertan al profano y constituyen un
obstáculo para todos aquellos a quienes repugna el esfuerzo necesario para
asimilar los términos básicos. En este contexto, una Armada no puede ir
acompañada de la improvisación. La eficacia de una flota exige un mantenimiento
minucioso, el funcionamiento perfecto de todas las ruedas de un mecanismo
delicado, ya sea tanto para enfrentar al mar como al adversario (caso de la
armada francesa en la era revolucionaria).
El buque es el elemento base
de la táctica, aunque en todas las épocas las flotas de guerra se construyeron
alrededor de un buque dominante que privilegiaba cierta forma de combate, esto
ha traído como consecuencia que con la evolución de la técnica han evolucionado
las tácticas de combate y las distancias en que estos se realizan. Esto
diferencia el combate naval con el combate terrestre….los desarrollos
tecnológicos no han sustituido la granada ni la pistola. El hombre por sus
pasiones, y el material constituyen los factores claves de la batalla terrestre
y naval
El desarrollo de
la batalla misma no se limita al empleo de las fuerzas físicas y morales. El
encuentro tiene propia dialéctica y en él se encuentra a menudo, nuevamente, el
dialogo entre el entendimiento y la afectividad. En efecto, toda una parte de
la batalla depende de lo inteligible, ya se trate de los planes de operaciones,
de los medios puestos en servicio o del dispositivo adoptado. Por el contrario,
una enorme parte procede de lo irracional, de todo un conjunto de variables que
es imposible determinar exactamente, porque derivan de fuerzas morales, pero
también de dos elementos específicos: lo desconocido y el azar. El JEFE,
encargado de la conducción de la operación, se encuentra en el corazón de un
conjunto singularmente complejo y movedizo, hasta tal punto que se ha afirmado
que el arte de la guerra no reposa sobre alguna base cierta sobre la que el
hombre pudiera fundar sus cálculos y sus combinaciones. El GRAN JEFE debe dar
pruebas de carácter, asociar el coraje físico con el coraje moral. Muy pocos
oficiales alcanzan a elevarse al nivel superior y se encuentran incapaces de
dar pruebas de innovación alguna e incluso desobediencia.
El jefe debe ser capaz de
superar las fricciones que pueden trabar, más o menos súbitamente, el
despliegue o la puesta en marcha de sus fuerzas y cuyos orígenes son infinitamente
variados…debe ser capaz de afrontar lo imprevisto, reaccionar frente a la
sorpresa, ante el azar. Esta flexibilidad es tanto más difícil cuanto que va en
contra de la naturaleza misma de la vida militar de tiempo de paz, fundada
sobre la estricta aplicación de los reglamentos. Esta rigidez resulta
indispensable…crea reflejos.
Pero si la mayoría de los
oficiales, apoyándose de las reglas de la doctrina, son capaces de comportarse
convenientemente, no deja de haber solamente una minoría de jefes
excepcionalmente dotados que son a la vez, capaces de superar los riesgos de la
batalla y de interpretar o aun liberarse de las normas establecidas…de ahí han
surgido los genios de la guerra: Alejandro, Julio Cesar, Gengis Khan,
Napoleón….los alemanes han sido los únicos que han llevado la guerra a unos
niveles de racionalidad tal que les permitió alcanzar altos niveles de
eficiencia
a. Las capacidades navales
En
la primera parte del presente trabajo se hizo mención de las jerarquías
de los Estados en el Sistema Internacional y en ese momento se señaló que
estas están subordinadas a sus capacidades; en consecuencia, como
medida de simplificación metodológica existe la tendencia de agrupar a los
Estados de acuerdo a sus capacidades militares y de acuerdo a
los medios
de que disponen, esto es, una clasificación. En este sentido existen cuatro
(04) tipos de Armadas:
Las
Armadas Mundiales
Las
Armadas Oceánicas
Las
Armadas Contiguas
Las
Armadas Costeras
Las Armadas Mundiales son aquellas que
tienen la capacidad de despliegue sobre una base mundial sin despojar a las
fuerzas necesarias para la defensa marítima en los mares contiguos en este
grupo solo están incluidas las Armadas de Estados Unidos y Rusia, esta última
aunque sólo contase con una parte de la flota del Mar Negro.
Las Armadas Oceánicas son aquellas que
tienen capacidad necesaria y algunos intereses en usar el mar fuera de las
zonas marinas inmediatamente adyacentes a sus territorios en este grupo se
encuentran las Armadas del Reino Unido, Francia, la India. Tal vez las Armadas
de Japón y China se encuentren a medio camino entre las Armadas Oceánicas y las
Armadas Contiguas.
Las
Armadas
Contiguas son aquellas que operan en los espacios acuáticos que son una
extensión del territorio nacional y de sus áreas de defensa. Aquí se clasifica
la mayoría de las Armadas del mundo y en especial se encuentran las Armadas
suramericanas de lengua hispana y portuguesa con la excepción de los países
mediterráneos.
Las
Armadas
Costeras son aquellas que tienen suficiente fuerza como para ejercer
funciones de vigilancia de las costas pero con una capacidad mínima de hacer
frente aún a una modesta intrusión naval.
Esta
clasificación es muy útil para hacer comparaciones; sin embargo, en este
sentido, indiferentemente de las capacidades que posea un Estado, la voluntad
de ejercer dicho poder es lo que le va a proporcionar status en el ámbito
internacional. Venezuela dentro de este contexto genera polémica en cuanto a
clasificaciones se refiere: a principios de la década de los 80's, era
considerada como una posible potencia mediana. Couteau-Begarie afirmó que la
Armada Venezolana era la más importante de la región[15],
mientras que el Almirante Pertusio incluye a Venezuela dentro de las Armadas Contiguas pero aclara que la
Armada Venezolana no forma parte de los poderes navales relevantes de América
del Sur, siendo éstos, de acuerdo a su criterio: Argentina, Brasil, Chile y
Perú[16].
En
cierto sentido todos tienen razón: fue durante las décadas de los 70's y 80's
que el mundo conoció el potencial económico de Venezuela. A pesar de que este
conocimiento se debió a un hecho fortuito (el aumento de los precios del petróleo),
y a pesar de la crisis que en la actualidad padecemos, esta afirmación es un hecho
evidente. Es también cierto que las Armadas sureñas son Armadas que poseen
historia y tradición y más aún,
han mantenido cierta continuidad histórica.
La
Armada de Venezuela en un período de la historia fue un Departamento del
Ejército; la Armada de Venezuela tuvo una historia y una tradición que estuvo
sepultada por más de cincuenta años y su consolidación fue posterior a la
Segunda Guerra Mundial. Otro hecho igualmente innegable es la coincidencia en
afirmar su capacidad de Armada Contigua.
Ahora bien: ¿cómo nos observamos dentro de este contexto? Nos observamos
postrados en medio del mismo laberinto de incertidumbres que mantiene envuelto
al sistema internacional: con cierta idea de hacia dónde hay que ir pero
también con ciertas dudas. Observamos un Estado con muchas capacidades pero con
poca voluntad de obtener frutos de esas capacidades y una encarnizada lucha
entre lo viejo y lo nuevo; sin
embargo, todos dentro de la Armada saben cual es su deber.
Para
finalizar es conveniente señalar las conclusiones de un estudio realizado en un
centro de investigación de la Armada de los Estados Unidos, referido a las
perspectivas de eventuales enfrentamientos de su Armada contra una Armada pequeña.
En este estudio los Estados Unidos señalan que para el momento en que vivimos
existen muchas probabilidades de que ocurran enfrentamientos navales dada la
preponderancia que ha adquirido el mar, y añade que los grandes desarrollos
tecnológicos han permitido que países pequeños adquieran sofisticados sistemas
de armas y sofisticados sistemas de vigilancia y control que les ha permitido
obtener cierto grado de respuesta contra cierto tipo de adversarios, incluyendo
entre estos a las superpotencias.
Si bien los estadounidenses reconocen
esta situación y afirman que las armadas pequeñas gozarían de una cierta
ventaja inicial en caso de tomar la iniciativa; el daño que un conflicto de
esta naturaleza podría representar para la U.S.Navy
sería muy leve dada la cantidad de recursos que ésta posee y aún más, su capacidad
de respuesta puede ser proporcionalmente muy superior al acto hostil inicial.
En consecuencia, para EE.UU. una Armada "pequeña" del futuro dispondrá de las unidades
capitales que muestra el siguiente gráfico, extraído de un artículo titulado "Protección de la Flota"
realizado por David Kasing:
MARINA NOMINAL “PEQUEÑA” DEL
FUTURO
(Millones de Dólares, 1977)
CANTIDAD
|
COSTO DE OBTENCIÓN
|
OPERACIONES ANUALES
|
COSTO DE SISTEMAS DE 20
AÑOS
|
|
Submarino Diesel
|
3
|
37,0
|
3,5
|
321
|
Fragatas misilísticas
|
2
|
84,5
|
5,0
|
469
|
Fragatas
|
2
|
70,0
|
4,0
|
300
|
Corbetas
|
5
|
40,0
|
3,0
|
500
|
Lanchas patrulleras rápidas
|
10
|
12,0
|
0,7
|
260
|
Aviones P-3
|
10
|
18,0
|
0,8
|
340
|
Helicópteros
|
10
|
3,0
|
0,3
|
90
|
Sub-total: Inversiones en
fuerzas y costos operativos
|
2.280
|
Comando adiestramiento y
administración (!/3 costos operativos)
|
115
|
Costo total
|
2.395
|
Costo anual promedio
|
115
|
Basándose
en este modelo nominal, EEUU establecieron estrategias para contrarrestar
dichas amenazas; sin embargo han agregado que es difícil predecir la posible
evolución de las Armadas pequeñas. El futuro de estas depende básicamente de
la estabilidad interna, los problemas, regionales, el desarrollo económico, las
alianzas internacionales, etc.
b. Los
medios navales venezolanos.
Históricamente,
el Estado Venezolano ha recurrido al mar para el logro de sus fines inmanentes.
El imperativo del bloqueo a sus costas durante la Guerra de Independencia la
obligó a procurarse de medios de manera de poder establecer comunicación con el
exterior. He ahí la relevancia del Almirante Luis Brión en esa fase crítica de
la guerra (año 1816/17); él junto con otros marinos extranjeros que abrigaron
la causa patriota, abrieron las líneas de comunicaciones marítimas con el resto
del mundo, luego de una enconada lucha. Sin embargo, solo después de que se
organizó la Armada Gran Colombiana fue que se pudo disputar el control del mar
a la Armada Española. Este control del mar se logró en parte en el combate
naval del Lago de Maracaibo. Para ese entonces la Escuadra Gran Colombiana
contó con 03 Bergantines, 07 Goletas, 03 Flecheras y un número considerable de embarcaciones menores; además
contó con un cuerpo de Infantería de
Marina.
Luego,
en el período 1824-1830 tanto la Armada Española como la Armada de la Gran
Colombia desataron una voraz guerra de corso a fin de negar el uso del mar al
adversario; en este sentido el Contralmirante Jurien de la Graviere afirmó que
esta guerra de corso hizo perder sólo a Francia 23 buques destinados al comercio en sólo un año. Esta situación
motivó a que se presentase en Puerto Cabello una escuadra francesa compuesta
de una fragata de setenta cañones, dos bergantines y una goleta comandada por
el Capitán de Navío Jean Dupotet. Esta disputa fue resuelta a medias de manera
diplomática, in embargo, nunca se supo cuáles fueron las reales intenciones
francesas.
Una
vez finalizada la Campaña del Perú,
los españoles reanudaron los planes de invasión a tierra firme por lo cual el
Contralmirante español Angel Laborde comenzó a adelantar preparativos navales.
En vista de esta situación el General Carlos Soublette, en nombre del Poder
Ejecutivo ordenó una serie de medidas; éstas básicamente consistieron en
operaciones de corso en las propias aguas españolas y a tal efecto fueron
destinadas las goletas gran colombianas "La
República" y "La
Trinidad" y además se efectuarían acciones de hostigamiento frente a
Santiago de Cuba. Estas maniobras fueron de carácter diversivo; sin embargo
hicieron desistir al gobierno español de efectuar tales operaciones porque
previeron que la guerra se podría trasladar a esa isla con graves consecuencias
para su causa.
La
última gran operación que efectuó la Armada Gran Colombiana la ejecutó en la
guerra contra el Perú acaecida en el año 1829. El Perú estableció un bloqueo
frente a Guayaquil dirigido por el Almirante Martín Guisse. Esto motivó a que
El Libertador ordenara enviar un buque para romper el bloqueo y a tal efecto se
envió la fragata "Colombia"
a la orden de Renato Beluche. La fragata arribó a Guayaquil luego de una
travesía alrededor de América del Sur de siete meses de duración, pero cuando
llegó dicha nave la guerra había terminado. El Almirante Guisse murió en un
duelo de artillería que se efectuó en el río Guayas frente a Guayaquil.
Los
años 1829-1830 marcaron el fin de la Gran Colombia; la obra de El Libertador
sucumbió en medio de luchas intestinas: la corrupción, la lucha de partidos, el
asesinato, la perfidia y la traición estaban a la orden del día. El ansia por el poder fue el origen de
tanta perversión. En medio de esta
situación tan caótica los partidos separatistas venezolano y neogranadino
fueron cobrando mayor fuerza e hicieron de la disolución un hecho inevitable.
Como
es natural en estos casos, la diplomacia extranjera no fue pasiva; el manto de
la neutralidad con la cual estaban investidos los agentes diplomáticos de las
potencias extranjeras no pudo cubrir una serie de actos efectuados por otros
agentes de esos gobiernos extranjeros que ostentaban cargos oficiales en sus
países de origen y que trajeron consecuencias funestas en el desarrollo de los
hechos. En este sentido, la
actuación de la Gran Bretaña es digna de mencionar puesto que a pesar de que
existieron muchos británicos que fueron leales a la causa colombiana y a pesar
de que la representación diplomática británica en Bogotá protestó ante el
canciller de Su Majestad británica por la conducta de uno de sus súbditos;
pareció que uno de ellos, a la sazón el Almirante Fleeming, Comandante de las
Fuerzas Navales británicas en las Indias Occidentales promovió y apoyó la
separación de Venezuela de la Gran Colombia. Dicho Almirante inglés, no sólo asistió a las reuniones
donde se gestó el movimiento separatista, también tuvo una participación muy
activa en las mismas; pero además sus buques fueron usados para enviar
emisarios al resto de las regiones que conformaron el departamento y parte de
su fuerza (de seis a siete buques) hizo acto de presencia en los principales
puertos de la región con el fin de obtener ventajas de la situación tan confusa
y apoyar las decisiones que en ese entonces se estaban tomando. Cuando se
concretó la disolución, las potencias se dedicaron a concertar acuerdos
comerciales bilaterales en condiciones "muy ventajosas" con los
nuevos Estados creados como producto de la disolución.
Luego
de la Guerra de Independencia y el
fin de la Gran Colombia, la naciente República de Venezuela contó para fines
del año 1830 con una Fragata, dos Corbetas, un Bergantín, cuatro Goletas
y tres Balandras; pero el fermento de
la Guerra Civil redujo la escuadra a solo dos Goletas en el año 1832. Sin embargo,
es conveniente señalar que sólo en el período 1830-1848 se efectuaron dos
grandes campañas marítimas en el fragor de la Guerra Civil. La primera de estas
campañas fue el Bloqueo de Puerto Cabello
decretado por el General Páez en diciembre de 1835 contra la escuadra rebelde
durante la Revolución de las Reformas. Este bloqueo se prolongó hasta marzo de
1836. En ese entonces la escuadra constitucionalista estuvo comandada por el
Capitán de Navío Nicolás Joly, héroe de la Guerra de Independencia, y estaba
compuesta por "diez o doce goletas y cañoneras y del bergantín de comercio
Stag comprado y artillado"[17].
La escuadra reformista estuvo comandada por el Capitán de Navío Renato Beluche
y estuvo conformada por cuatro goletas y cuatro flecheras; la misión básica de
esta fuerza fue la de transportar reformistas de un confín a otro del país pero
a la postre tuvo que rendirse dada la abrumadora fuerza de los
constitucionales.
La
otra campaña importante se ejecutó en el año 1848 luego de que las fuerzas que
se oponían al gobierno del General Monagas se vieron obligadas a abandonar
Maracaibo y refugiarse en el Castillo de San Carlos. Esta campaña se desarrolló
desde La Goajira hasta Güiria efectuándose dos encuentros navales: uno en
Capana y otro en Caja Seca y además se efectuaron operaciones de bloqueo y
contrabloqueo y operaciones de proyección de poder sobre la costa. La flotilla
gubernamental estuvo comandada por el Capitán de Navío José María García, héroe
de la Guerra de Independencia y estuvo compuesta por "cinco bergantines y
cinco goletas con cuarenta y tres cañones, trescientos marineros y setecientos
soldados". La flotilla revolucionaria estuvo comandada por el Capitán de
Navío Nicolás Joly y estuvo compuesta por diez barcos "todos superiores a
los del gobierno" Esta campaña se prolongó por espacio de diez meses y
finalizó con la caída del Castillo San Carlos el 31 de diciembre de 1848 y
consecuentemente la derrota de las fuerzas rebeldes.
Con
el desarrollo del navío a vapor, el Estado comenzó a adquirir unidades a vapor
que fueron artilladas convenientemente. Estas unidades cumplieron funciones de
guardia costera y fueron usadas como medios de apoyo por diversos grupos
facciosos para sostener las operaciones terrestres durante la segunda mitad del
siglo XIX. El número de las unidades en este período sufrió una serie de altos
y de bajos. La publicación Jane's Fighting
Ships de 1898 cataloga a la Armada de Venezuela como "Unimportant Navy".
Para el año 1901 dos cañoneros hundieron un remolcador inglés que apoyaba a las
fuerzas colombianas que operaban en Río Hacha en el marco del conflicto
colombo-venezolano ocurrido por las diferencias existentes entre Liberales
venezolanos y Conservadores colombianos que en cada país apoyaba a los
adversarios del gobierno y luego de las supuestas intenciones del presidente
Cipriano castro de reconstituir la Gran Colombia; en ese entonces, la Armada
contó con una exigua fuerza; coincidencialmente este fue el período de la Diplomacia de Cañoneras. En el período
1901-1903 Venezuela se encontraba en guerra civil, más de doce mil hombres
habían muerto en combate. El
cabecilla rebelde de turno era el General Manuel Matos y contaba con el apoyo
de compañías francesas, inglesas y norteamericanas; aunado a esta situación ya
de por sí grave, la economía del país se encontraba en estado catastrófico
haciendose acotación de que ésta estaba dominada por las casas comerciales
francesas, inglesas y alemanas. Además,
los gobiernos franceses, ingleses, alemanes, italianos y norteamericanos
habían hecho grandes inversiones y les preocupaba cualquier tipo de pérdidas; y
la deuda externa nacional se había duplicado en un lapso de cinco años.
Estos
hechos obligaron al gobierno nacional a decretar un bloqueo de la zona
oriental del país, base de operaciones de los insurrectos con el fin de evitar
su apertrechamiento. En el primer semestre de 1902 fueron capturadas seis
embarcaciones y hundidas otras tres (todas de bandera británica) en el Golfo de
Paria porque eran sospechosas de apoyar a los rebeldes desde Trinidad; por
supuesto estas acciones agravaron la situación venezolana y contribuyeron como
otros justificativos de las medidas que ya varias potencias extranjeras estaban
considerando.
Consecuentemente,
comerciantes y otros grupos de poder presionaron al gobierno alemán para que
ejecutara acciones coercitivas contra Venezuela alegando para dicha acción: el
pago de deudas contraídas previamente y la protección de súbditos alemanes, los
ingleses en vista de las intenciones alemanas decidieron no permanecer pasivos;
sin embargo, existían otras razones un poco más oscuras: Estados Unidos (que
en ese entonces proyectaba la construcción del Canal de Panamá) temía que los
alemanes lograran instalar una estación naval en la Isla de Margarita con el
fin de estar a tono con las teorías de Mahan muy en boga en ese momento; de
igual forma tanto Estados Unidos como Gran Bretaña y Alemania sospechaban de
los proyectos del presidente de Venezuela en ese entonces, de querer
reconstruir la Gran Colombia y Gran Bretaña aspiraba llegar al río Orinoco.
En
vista de esta situación Venezuela comenzó a efectuar preparativos militares y
comenzó a tomar medidas retaliativas contra extranjeros, esta actitud aceleró
los preparativos militares alemanes e ingleses. Coincidencialmente el Gran
Almirante Tirpiz no estas acciones coercitivas porque estas acciones
entorpecerían su programa naval. La movilización de naves de guerra inglesas y
alemanas motivó la ejecución de maniobras navales en el Caribe por parte de la
U.S. Navy a cargo del Almirante G. Dewey[18].
Estas
acciones coercitivas consistieron en un bloqueo a nuestras costas que comenzó
el 07 de diciembre de 1902 y con acuerdo previo, los ingleses bloquearon La
Guaira, Carenero, Guanta, Cumaná, Carúpano y el Delta del Orinoco; los alemanes
bloquearon Puerto Cabello y Maracaibo. Italia se sumó al bloqueo en los días
subsiguientes y ocupó estación frente a la Vela de Coro. La fuerza bloqueadora
utilizó como bases de apoyo la Isla de Trinidad y la Isla de Curazao. Como
consecuencia de esta situación marinos venezolanos exaltados tomaron un
mercante inglés en Puerto Cabello y esto ocasionó medidas de represalia por
parte de la fuerza bloqueadora: los buques ingleses y alemanes bombardearon las
instalaciones militares de Puerto Cabello causando daños de consideración. La
defensa fue desbordada pero también fue ineficiente.
La
exigua escuadra nacional fue hundida o inutilizada o capturada a excepción del
cañonero Miranda que se refugió en
Maracaibo; esto motivó a que el cañonero alemán Panther intentara forzar la barra del Lago pero se topó con una
fuerte resistencia en el Castillo San Carlos. Luego del duelo de artillería
que se produjo, el Panther tuvo que retirarse como
consecuencia de las averías sufridas en el encuentro. Diez días después esa
fortaleza fue casi demolida por la artillería del crucero Vineta. Esta fue la última acción militar del bloqueo, pero los
ingleses continuaron facilitando la entrega de suministros a los insurgentes de
Matos en el Golfo de Paria. El bloqueo finalizó en marzo de 1903 y el conflicto
se solucionó por vía diplomática[19].
A
pesar de estos hechos, la Armada se recuperó asombrosamente rápido y en julio
del año 1903 fue tomado por asalto Ciudad Bolívar el último bastión rebelde, en
una operación conjunta entre el Ejército y la Marina en las aguas del río
Orinoco. La importancia de esta operación fue considerable puesto que al final
de la misma quedaron en el terreno más de 1500 hombres entre muertos y heridos[20].
Para
el año 1912 fue adquirido el primer buque de guerra de modesto porte,
ex-veterano del combate naval de Cavite (ex Isla de Cuba) y bautizado como "Mariscal Sucre". Entre los
años veinte y treinta fueron adquiridas otras naves de semejantes
características.
El
estallido de la Segunda Guerra Mundial nos tomó mirándonos hacia adentro; la
zona de neutralidad de 300 millas declarada en Panamá [21]
en 1939 demostró ser una quimera, no sólo por el episodio del Graf spee acaecido casi al mismo inicio
de la Guerra, algunas de las potencias beligerantes mantenían (y mantienen)
enclaves coloniales en el continente.
Así pues, esta Declaración hecha para alejarnos de la Guerra, en
principio favorecía a las potencias coloniales beligerantes mientras se
respetara dicha Declaración, pero en el caso de que no se respetara, como en
efecto sucedió,encontraría a Venezuela afectada por un conflicto ajeno puesto
que Holanda y la Gran Bretaña mantienen posesiones muy cerca de nuestras costas
(Aruba, Curazao y Bonaire pertenecen al reino de Holanda y la isla de Trinidad
perteneció al Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda del Norte).
El
hundimiento de varios petroleros venezolanos y de varios petroleros con bandera
de conveniencia (pero con tripulaciones venezolanas) cuando se dirigían a
Curazao desde el Lago de Maracaibo en el año 1941 y principios de 1942, sacó al
país de su estado de neutralidad y lo colocó en un estado de no-beligerancia a
favor de la coalición aliada. La entrada en guerra de EEUU y la subsiguiente
intensificación de la Guerra submarina por parte del III Reich convirtió a la
isla de Trinidad en un área focal crítica de operaciones puesto que el Golfo de
Paria suministraba suficiente abrigo a los convoyes que por la zona navegaban y
además, gracias a esta particularidad podría ser utilizada como base de
entrenamiento naval próxima al área de combate. De igual forma, venezuela se convirtió en un Estado de
importante valor estratégico porque fue el principal abastecedor de petróleo de
la coalición Aliada.
El
año de 1942 fue el año en que los U-Boots
causaron los mayores estragos en el área del Caribe y en este año también se
resolvió la disputa en torno a las pretensiones inglesas sobre la isla de
Patos, gracias al Tratado del Golfo de Paria. Pero la finalidad de este Tratado no era precisamente
resolver esta disputa, surgieron otras cuestiones mucho más importantes que lo
hacían imperativo: en primer lugar, estaba la Guerra que en ese entonces no era
favorable a los Aliados; en segundo lugar, la existencia de petróleo en el área
del Golfo de Paria.
El
Tratado del Golfo de Paria, suscrito por el Gobierno de los Estados Unidos de
Venezuela y el Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda del Norte, fue el
primer tratado donde se delimitó lo que a partir de ese entonces se denominó "plataforma continental",
también se ratificaron los derechos soberanos de Venezuela en la isla de Patos
pero con la condición de que se permitiese su fortificación, de modo de que se
convirtiera en un punto de defensa contra cualquier U-Boot que osara penetrar la Boca de Dragones.
Con
el fragor de la contienda mundial, el estado Venezolano se preocupó por la
adquisición de medios militares y así para el año 1944, gracias a la Ley de
Préstamos y Arriendos, fueron incorporados a la Armada cuatro (04)
caza-submarinos. Después de la
Segunda Guerra Mundial fueron adquiridos también seis (06) Corbetas y un
Transporte tipo L.S.T. y además nuevamente se conformaron varias Unidades de
Infantería de Marina.
Durante
la década de 1950 y principios de los años sesenta, la Armada nacional tuvo un
gran crecimiento, se adquieren nueve Destructores
modernos y una serie de unidades veteranas de guerra: un Submarino, dos L.S.T.,
cuatro L.S.M., tres Buques Hidrográficos, dos Remolcadores de Altura y diez Patrulleros Costeros. Sin embargo, los
violentos alzamientos propiciados por la infantería de marina y la insurgencia
comunista hicieron que el Estado desviara la atención del mar y se dedicara a
resolver sus problemas internos. Pero es conveniente resaltar que la Armada en
ese momento participó en la cuarentena cubana enviando dos unidades y efectuó
además operaciones de interdicción de embarcaciones comunistas que trataron de
incursionar en nuestro territorio.
Durante
este período se produjo bastante documentación de carácter doctrinal y en
especial se produjo un Manual de Estrategia Naval cuyo
autor fue el para ese entonces CF Ramiro Pérez Luciani. En este Manual se
conjuga la escuela española y la escuela norteamericana matizada con cierto
positivismo venezolano, filosofía muy en boga durante un largo período de
nuestra historia.
Para
la década de los años setenta, la mayoría de los buques de línea fue puesta
fuera de servicio, al punto de que para 1979 la Armada contó con dos Destructores cedidos de la reserva naval
de Estados Unidos, dos Destructores
Modernizados, dos L.S.T., dos L.S.M., un Buque Hidrográfico y tres Remolcadores
de Altura. A pesar de ello es necesario destacar que nace en este período
la Aviación
Naval, en principio de carácter eminentemente anti-submarino y de
transporte, y se adquieren seis Lanchas
Patrulleras de ataque rápido, dos Submarinos
procedentes de la reserva naval de Estados Unidos y dos submarinos tipo U-209 de nueva construcción.
El
primer lustro de los años ochenta se caracterizó por un proceso de
modernización y expansión sin precedentes, muchas revistas especializadas se
refirieron al respecto: el nuevo régimen del mar y las nuevas realidades en las
relaciones interestatales lo imponían. La disponibilidad operativa de los
medios fue muy alta en ese período y puede decirse que la contingencia del
Caldas fue un fiel reflejo de nuestras capacidades navales, sin embargo, este
proceso de expansión fue detenido abruptamente después que estalló la crisis de
la deuda externa.
La
incursión de la corbeta Caldas en las
aguas del Golfo de Venezuela, motivó una de las más importantes operaciones
conjuntas de estos últimos tiempos. Su acción, concebida como un medio para
salir del estancamiento en que se encontraban las negociaciones en torno a las
aspiraciones colombianas de obtener áreas marinas y submarinas que nos
pertenecen, se tropezó con una respuesta rápida y contundente por parte de
nuestros medios navales y militares que frustró el carácter definitorio que
perseguía dicha acción. La dirigencia colombiana falló en el cálculo de nuestra
capacidad de determinación y esto motivó el inicio de un peligroso proceso de
escalada que se detuvo poco después de un ultimatum presentado por el gobierno
venezolano.
Este
desafío doblegó la voluntad colombiana y los obligó a abandonar nuestras aguas,
dejando claro quiénes son los dueños de ese espacio. La amenaza con el uso de
la fuerza por parte del gobierno venezolano, en este incidente, tuvo al final
un efecto impositivo y trajo como consecuencia un enfriamiento de las
relaciones entre los dos países y trajo además, un lento pero sostenido
esfuerzo por parte del gobierno colombiano de adquisición de equipos militares.
Ahora
bien la crisis que hemos estado sobrellevando ha sido un duro reto para la
Armada dado que ésta ha luchado por mantener su status operacional en medio de
pasmosos recortes presupuestarios. Además ha tenido que adaptarse al período de
inestabilidad interna producto de las conmociones políticas sufridas por el
Estado desde 1989. En este sentido se puede afirmar que el oficial de la Armada
es un marginal por la exigencia de su profesión: sus actividades y sus
preocupaciones no están dirigidas hacia al interior del país sino hacia el mar,
hacia el exterior. Tal vez por esta razón la flota ha estado apartada de la
insurgencia militar: observa, hace un balance de las amenazas externas y las
amenazas internas, y se mantiene a la expectativa. Sin embargo, la
paralización de la flota podría generar graves repercusiones dado que como las
condiciones de operatividad de los medios han sido mantenidas en un ambiente
muy severo, la atención del personal se podría volcar hacia el interior del
país. La Armada a fin de cuentas, refleja hasta cierto punto la situación de la
nación y en este sentido, la Hochseeflotte alemana de 1918 puede
servir como ejemplo.
En
cuanto a medios se refiere, la Armada en la actualidad cuenta con
aproximadamente 14.000 hombres tal como lo señala la publicación Combat Fleet of the World 1990/91, y
cuenta con cinco Comandos Estratégicos:
Flota, Infantería de Marina, Aviación
Naval, Guardacostas y Fuerzas Fluviales y su estructura
refleja en cierta forma a la marina nominal pequeña del futuro según las
estimaciones de los Estados Unidos en cuanto a medios capitales se refiere. En
este sentido hacer una comparación es una tentación irresistible, y así, se tiene lo siguiente:
MEDIOS
|
ARMADA NOMINAL
|
ARMADA VENEZUELA
|
Submarinos
Diesel
|
03
|
03
|
Fragatas
Misilísticas
|
02
|
06
|
Fragatas
|
02
|
02
|
Corbetas/Avisos
|
05
|
02
|
Botes
patrulleros rápidos
|
10
|
06
|
Aviones
patrullaje marítimo
|
10
|
02
|
Helicópteros
|
10
|
06
|
Aquí
se observa de forma notoria la deficiencia de medios aéreos que padecemos.
Estos medios pueden reducir los costos operacionales en cuanto a vigilancia y
control se refiere; además pueden ser usados para búsqueda y salvamento dado
que en general estos medios son multipropósitos, se pueden equipar para
cualquier tipo de eventualidad.
La
Armada cuenta con seis Patrulleras
Costeras con sistemas de armas muy actualizados, cuya misión es el ataque
rápido. Estas patrulleras no son aptas para navegaciones prolongadas de
vigilancia en la zona económica exclusiva por lo que cuatro medios de
características semejantes con poco armamento pero con capacidad para instalar
sistemas con una capacidad más alta de hacer daño, serían muy efectivas como
medios guardacostas.
Si
el Estado tiene una firme resolución de preservar los recursos que se
encuentran en las áreas bajo su soberanía y jurisdicción, teniendo en
consideración que estas áreas abarcan más de 700.000 Km2, y si el Estado tiene la voluntad de
cumplir con las obligaciones derivadas de la Organización Marítima
Internacional, reconociéndose que esta actitud redundaría en beneficios
complementarios al Estado, entonces la Armada Nacional debe adquirir más ó
menos esta configuración nominal, preservando la capacidad disuasiva
estratégica convencional en cuanto a buques se refiere y aumentando los medios
aéreos y los medios submarinos. Esto en parte, reduciría enormemente los costos
operacionales. En segundo lugar, se debe disponer de unidades de apoyo para
propósitos varios en nuestro territorio insular puesto que de los medios
disponibles señalados en Combat Fleet
of the World para cumplir misiones de apoyo, requeridas por la
Armada se deduce a simple vista que tienen que utilizarse los buques capitales.
La estructura de una Armada debe tener una forma piramidal en cuanto a medios
se refiere: en el vértice superior las unidades capitales, en la base de la
pirámide los medios sutiles y de apoyo; así se podrá cumplir con los roles
principales de la Armada minimizando costos y maximizando beneficios. Por
último, hay que agregar que la Armada debe poseer una cierta capacidad
disuasica en cuanto a fuerzas de Infantería de marina se refiere, que sea capaz
de actuar rápidamente en caso de una contingencia. En este sentido, a menudo se ha afirmado que el poseer este
tipo de fuerzas le da al Estado cierta aptitud agresiva; sin embargo, si se
observa el problema desde el punto de vista táctico, cualquier país o cualquier
coalición que tenga intenciones de
operar contra Venezuela dispondrían de excelentes bases de operaciones frente a
nuestras costas. En el año 1902,
los buques ingleses, alemanes e italianos usaron como punto de
reaprovisionamiento a la isla de Curazao y la isla de Trinidad. En el año 1942 el Reino de Holanda
pidió al Gobierno de Venezuela que ocupara las islas holandesas vecinas a
nuestras costas para contribuir con su defensa.
Esta
situación geográfica nos obliga a disponer de fuerzas de Infantería de Marina
que puedan ser desplazadas rápidamente y además nos obliga a disponer de
unidades de Operaciones Especiales que puedan allanar el camino para la consecución de diversos
objetivos tanto a nivel estratégico como a nivel táctico.
Aquí
es conveniente señalar la opinión que tuvo el CF Ramiro Pérez Luciani sobre
cuál deberían ser las premisas a tener en consideración para el programa de
adquisiciones y construcciones de medios navales y con cuáles medios deberían
contar. Según él nuestra Armada debería "llenar todos nuestros objetivos
navales nacionales, guardar un equilibrio táctico de medios y estar
especializada en las operaciones del ejercicio del dominio del mar en sus dos
aspectos ofensivo y defensivo tomando como base de su organización táctica las
agrupaciones caza-submarinos y la organización de pequeñas escoltas"[22].
La razón fundamental de este planteamiento es que en ese entonces Venezuela
estaba alineada con Occidente en el conflicto Este-Oeste; pero además aquí se
observan dos percepciones: la primera es la amenaza submarina roja y la segunda
la amenaza proveniente de aquellos vecinos con apetencias de nuestros
recursos. Ahora bien, los objetivos navales permanentes son:
(a) Protección del cabotaje
(b) Protección del tráfico
marítimo exterior
(c) Defensa de nuestras costas
(d) Equilibrio naval con las
naciones vecinas.
Para
poder ejecutar todas estas tareas, Pérez Luciani consideró necesarias las
siguientes fuerzas:
1.
Para defensa del cabotaje:
nueve destructores pequeños divididos en tres divisiones, nueve patrulleros
también divididos en tres divisiones, doce lanchas cañoneras divididas en cuatro divisiones, tres minadores,
tres rastreadores y doce helicópteros anti-submarinos.
2.
Para defensa del tráfico marítimo:
nueve fragatas rápidas de veinte y cinco nudos y nueve corbetas; además de los
nueve destructores anteriormente mencionados.
3.
Un grupo de apoyo formado
por un crucero ligero, nueve destructores grandes divididos en tres divisiones
y seis submarinos.
4.
Por último aviación naval de
reconocimiento, un batallón de infantería de marina especializado en
operaciones de comando, tres transportes tipo L.S.T. y seis transportes tipos
L.S.M.
De
todos estos requerimientos, para el año 1983 se contó con lo siguiente: tres
destructores grandes, seis destructores pequeños, cuatro patrulleros, un
submarino, un L.S.T. y cuatro L.S.M. Sin embargo las realidades mencionadas
anteriormente configuraron la Armada que en la actualidad disponemos.
Para
la década de los años noventa la Armada Nacional se enfrenta en una lucha
enconada, a una considerable reducción de unidades, cuando no ha llegado a
poseer un mínimo de medios acordes a las necesidades derivadas de las
responsabilidades que debe cumplir. Este no es un reto que debe asumir
solamente la Armada: es un reto que debe asumir todo el país para que en un
futuro nuestros descendientes no reprochen pérdidas de espacios y de recursos
así como la población de esta generación reprocha la negligencia con que
nuestros antepasados en medio de luchas intestinas olvidaron a los depredadores
extranjeros ávidos de los recursos con que contábamos.
No
se puede ser tan ingenuo en seguir el ideal de una Paz Mundial, de un desarme
general (que es lo más deseable) cuando existe un abismante desequilibrio entre
países ricos y países pobres; y cuando existen países con una pavorosa capacidad
nuclear y países con sólo unos cuantos medios de defensa. Esta es una
responsabilidad que todos debemos asumir, lo viejo debe dar paso a lo nuevo
para que el conjunto llegue al próximo siglo con un futuro promisor, lo nuevo
debe aprender de lo viejo para que los errores que se cometieron no se vuelvan
a repetir; los procesos de cambio son en general una vuelta de lo ficticio a lo
real, existen por que deben existir, Heráclito señaló en su momento que en las
sociedades lo único seguro es el cambio; mientras más se retarde dicho proceso,
se producirá de forma más abrupta más traumática y en consecuencia, la Armada
con los pocos recursos que posee deberá no solo permitir que estos cambios
ocurran sino que debe garantizar que ocurran sin ninguna perturbación por parte
de agentes externos.
c. Las capacidades operacionales.
Las capacidades
navales son entendidas como las variables técnicas, físicas, doctrinarias
y humanas referidas al funcionamiento operativo ó real de los medios que
conforman el poder naval. En este sentido se hizo ya referencia a los medios
navales de modo general pero hay que tener presente además, los modos de desplegar dichos medios, el tipo y función de dichos despliegues, la
disponibilidad operativa de los medios y las capacidades relativas en un
sentido más amplio, esto es, lo que básicamente se conoce como Orden
de Batalla. A través de este Orden
de Batalla se podría determinar la base fundamental por la cual se rige una
Armada y se podría determinar sus capacidades, las funciones a cumplir y la misión
para la cual ha sido creada.
Ahora
bien entre los factores que influyen en la determinación de las capacidades de
una Armada está el factor geográfico dado que tiene implicaciones políticas
debido a los costos que ocasiona y también tiene importancia operativa en
función de los tiempos de traslado de un sitio a otro, los tiempos de
permanencia en puerto y las imposiciones logísticas. En este sentido la Armada
nacional opera básicamente en el Mar Caribe el cual por su naturaleza es
semi-cerrado; en consecuencia, se puede afirmar que la Armada Nacional es una Armada
Contigua; sin embargo aún en esta circunstancia la Armada Nacional
carece de bases y/o puntos de apoyo a través del cual el Estado pueda proyectar
su poder. Para paliar esta limitante se han desarrollado procedimientos de
reabastecimiento en la mar de naturaleza muy singular pero a la vez muy
efectivo. Esta innovación ha aumentado la capacidad de permanencia en la mar en
un alto porcentaje.
En
cuanto a logística se refiere, la Armada desde la década de los años
cincuenta ha estado a la vanguardia tecnológica, pero el Estado ha asimilado
esa tecnología muy lentamente y en consecuencia ha existido una gran
dependencia de las compañías constructoras en cuanto a mantenimientos de alto
nivel, adquisición de partes, repuestos y en la actualización de los equipos.
Tal vez esta fue la razón por la cual, de los nueve Destructores que fueron construidos para la Armada Nacional en la
década de los años cincuenta, solo hayan sobrevivido dos para el año 1979.
En
la actualidad el país ha logrado asimilar gran parte de esa tecnología pero se
ha encontrado con el problema de la obsolescencia que encarece grandemente la
adquisición de dichas partes y repuestos con lo que es imperativa la
actualización, reconociéndose que esto significa altos costos para el Estado.
Está comprobado que para mantener un buque de guerra se requiere una inversión
de un 06% de su costo total cada tres años aproximadamente. Hay que reconocer
que la Armada en estos doce últimos años ha hecho milagros; sin embargo, todo
lo material tiene un límite.
La
doctrina
es una metodología normativizada que persigue como propósito el cumplimiento
de objetivos preestablecidos; como todo procedimiento proviene de un acuerdo o
de una costumbre y en consecuencia refleja la mentalidad general de la comunidad;
esta incluye organización, autoridad, planes, ideas y formas de actuar ante
cualquier contingencia y así pues, el conocimiento de la doctrina de un país
puede determinar "como han casado su capacidad tecnológica con su entorno
estratégico". En este sentido la Armada Nacional, así como el país en
general, es producto de un mestizaje. Como toda Armada revolucionaria nació
del caos, en sus orígenes, bajo una misma bandera en el año 1806 bajo la égida
de Miranda combatieron, ingleses, franceses, italianos, norteamericanos,
holandeses y españoles. Sin embargo, para 1823 los principales jefes de la
Armada Gran Colombiana, a la sazón, José P. Padilla y Lino de Clemente eran
herederos de las costumbres y tradiciones españolas: el primero fue
contramaestre en Trafalgar, el segundo fue oficial de la Armada hasta 1800,
ambos en la Armada española de Gravina, Churruca, Alcalá Galeano y Cayetano
Valdez.
Toda
esta herencia se perdió en el fragor de las guerras civiles y con el
renacimiento de la Armada a principios del siglo XX aceptamos de manera casi
absoluta la doctrina anglosajona: en un principio inglesa y posteriormente
estadounidense, con muchos matices italianos dado que muchas de nuestras naves
han sido de procedencia italiana.
En
la actualidad se ha decantado todo esta influencia y la Armada nacional ha
comenzado desde tiempo atrás a producir sus propias normas y, procedimientos;
sin embargo la influencia norteamericana persiste y esto tiene sus ventajas y
desventajas: en un sentido permite mantenernos en cierta forma actualizados; en
otro sentido, aceptar la doctrina de la U. S. Navy a rajatabla puede conducir
a los errores que cometió el mando argentino en la Guerra de las Malvinas tal
como lo señala el Almirante Woodward en su obra[23].
Es decir, imbuidos por la doctrina norteamericana, el mando argentino esperó en
todo momento un ataque directo sobre Puerto Stanley y los ingleses así se lo
hicieron creer hasta el último momento, al final desembarcaron donde no los
estaban esperando. En general la doctrina es producto también de la
experiencia y en este sentido hay que ser muy perspicaz, hay que observar,
estudiar, practicar, hacer y retroalimentarse.
El
factor
humano es el más importante y el que hace la diferencia entre éxito y
fracaso de una misión. En este sentido, la moral
y el adiestramiento son las dos
variables que determinan o a las cuales está subordinado todo resultado.
En
cuanto a la moral se refiere, ya en una parte del presente trabajo se hizo
una reseña. Sun Tzu dijo que la influencia moral "es lo que hace que el
pueblo esté en armonía con sus dirigentes de modo que los seguirá a la vida y a
la muerte sin temor a poner en peligro sus días"[24].
El Estado es el resultado de un contrato social: el pueblo delega en sus dirigentes
el poder para conducir su propio destino en busca del bien común, si el
bienestar de esa comunidad política está amenazado y ésta amenaza es visible y
palpable, esa comunidad activará sus mecanismos de defensa para neutralizar esa
posible amenaza ya que si esta se materializara, todo daño que haga sobre
cualquier parte de dicha comunidad va a afectar a la totalidad de sus
integrantes. Por esta razón un hombre puede estar motivado a combatir puesto
que siente que lo hace por una causa justa: el responder a una agresión aunque
esta respuesta "se desarrolle en el territorio del adversario"[25].
La
psicología colectiva del venezolano apunta en ese sentido. Es esta una sociedad
muy pacífica pero con raíces profundas que tienden hacia el militarismo (aunque
esto pueda parecer contradictorio). Ancestralmente ha existido la tendencia a
resolver los problemas políticos con el fusil y el machete, y en los últimos
tiempos ha resurgido esa tendencia sobre todo desde 1989. En este sentido el
espíritu venezolano del siglo XIX tiene mucho en común con sus antepasados
españoles. El espíritu español
tiene dos aspectos: uno es de fortaleza,
y el otro es despreciativo. El primero es estoico y fatalista, y el
segundo es místico porque desprecia los bienes materiales. El venezolano es también, estoico y
fatalista pero al despreciar los bienes materiales, el venezolano lo hacía y
todavía lo hace porque cree äpasionadamente en la igualdad". Esta pasión por la igualdad explica
"las bárbaras guerras (que hemos padecido), y el ascenso y caída de los caudillos
venezolanos".
Ahora
bien, si no existe esta correspondencia entre el pueblo o una parte sustancial
del pueblo y sus dirigentes, el Estado como tal puede sufrir descalabros en
conflictos internacionales; en este sentido Italia, Francia y Yugoslavia en
la Segunda Guerra Mundial fueron
ejemplos típicos.
En
todo este contexto la figura de la autoridad es sumamente importante. A este
respecto "Si el jefe está dotado de buen juicio, él es capaz de reconocer
los cambios de circunstancia y de actuar con prontitud. Si es equitativo, sus
hombres estarán seguros de la recompensa y del castigo. Si es humano, él ama a
los demás, comparte sus sentimientos y aprecia su trabajo y su pena. Si es
valiente, él alcanza la victoria aprovechando sin vacilar el momento oportuno.
Si es severo sus tropas son disciplinadas por que temen y tienen miedo al
castigo"[26].
Muchos de los líderes de nuestra historia republicana aprendieron de sus
errores y se aproximaron ciertamente a esta afirmación; sobre todo en la
segunda mitad del siglo XIX; pero una vez perdida la cohesión en torno a la
figura máxima, El Libertador, este liderazgo acentuó la división y las luchas
intestinas que nos llevaron al borde del abismo.
En
cuanto al adiestramiento se refiere, el personal de una Armada representa
"un muestrario casi completo de las profesiones y las técnicas
existentes" esto trae como consecuencia que el esfuerzo en formación del
personal requiera de una atención permanente, conllevando asimismo mucho tiempo
y paciencia. Sobre la base de estos dos factores se logra adquirir la
experiencia requerida, pilar fundamental sobre el cual descansa toda Armada,
en consecuencia no se puede improvisar. Este hecho plantea el debate del
soldado profesional y del recluta.
En
este sentido, los Estados Unidos en un intento por reducir el personal en sus
unidades, optaron por la profesionalización de sus cuadros y por la
automatización de los sistemas de a bordo (instalación de equipos y
componentes modulares). Sin
embargo, a pesar de haberse logrado la profesionalización, no pudieron reducir
en lo esperado sus tripulaciones y tuvieron que mantener y/o aumentar las
dotaciones en tierra como soporte de mantenimiento. Esto se debió a que hay
ciertas funciones de a bordo que no pueden ser reemplazadas por las máquinas,
por ejemplo, todo aquello relacionado con el control de averías.
Adicionalmente, los sistemas modulares requieren de un tren de mantenimiento
superior por parte de los entes de tierra de manera que se pueda garantizar una
alta disponibilidad operativa. Esta situación también les ha planteado otros
problemas: la reducción de su presupuesto de defensa ha hecho que no se pueda
disponer de suficiente personal calificado; en consecuencia hay que buscar un
punto de equilibrio.
Así
pues tal como lo señala Carlos Giacopini, "si un Estado va a poseer tropas
profesionales es por que ese Estado va a usar estas tropas"; es decir, el
Estado se inclinará a usar la fuerza o amenazar con su uso en caso de disputas
de carácter internacional. Esta modalidad es solo posible en países con
considerables recursos económicos para en esa forma mantener una fuerza de una
entidad considerable. La utilidad de estas tropas sería efectiva para dar
golpes contundentes y definitivos que no lleguen a degenerar en un estado de
Guerra Formal. De ahí la necesidad
de que este tipo de tropas sea utilizado, de lo contrario puede suceder que
estos profesionales se conviertan en una especie de mercenarios en el sentido
que tanto desagradaba a Maquiavelo. Dado que el Estado Venezolano se encuentra
en una situación bastante compleja pienso que debe mantenerse el Servicio
Militar Obligatorio; es decir, se debe mantener un ejército de carácter mixto:
mandos y técnicos profesionales, tropa profesional y alistada.
El
problema que realmente presenta el país es un problema de educación, no es un
problema de inmadurez. Para el Estado sería muy saludable recuperar el nivel de
exigencia en el proceso de enseñanza que existió en la década del sesenta y del
setenta y no seguir copiando modelos educativos de sociedades que tienen otros
problemas. La razón de esta afirmación se debe a que los modelos educativos de
las sociedades industrializadas con un alto porcentaje de población adulta
están hechos de modo que los jóvenes en los procesos de aprendizaje a todos los
niveles sean más lentos porque su vida productiva se caracteriza por ser muy
larga; en cambio, en sociedades jóvenes como la nuestra en proceso de expansión
requiere que las personas ya desde
jóvenes entren en el mercado laboral, de ahí es válida la comparación que hizo
Paul Kennedy de los niveles de alfabetización en el ejército alemán y en el
ejército ruso a principios del siglo XX y de las consecuencias que esto
traía en su nivel de eficiencia.
En
general, a modo de finalización, las capacidades
navales no derivan sólo de los medios puestos a la disposición: consisten
también en una serie de aspectos no materiales con un peso específico muy
definido que derivan más que todo de la organización y de la voluntad
de emplear dichos medios por parte del Estado. Todos estos factores transforman
una multitud en un conjunto de unidades homogéneas, en una herramienta para ser
usada con un propósito definido.
d. Despliegue estratégico
No
disponible.
e. La industria naval.
La industria naval nacional dispone de un dique
que tiene capacidad para alojar a buques de hasta 30.000 toneladas (ubicado en
Diques y Astilleros Nacionales C.A.), además, existen una serie de empresas que
poseen una capacidad instalada de astilleros que no sobrepasa las 1.500
toneladas; al respecto, hay que acotar que en la actualidad los buques con
propósitos civiles, que son construidos a escala mundial, sobrepasan las 30.000
toneladas.
Es
importante resaltar, que el poseer
una industria naval nacional, a pesar de los cambios que se han operado en la
economía mundial, ha sido considerado como una gran ventaja financiera en
tiempos de paz y una necesidad estratégica en tiempos de guerra. No obstante,
en el caso específico de Diques y Astilleros Nacionales (DIANCA), la
principal industria venezolana, en el ramo de las
construcciones navales, enfrenta en los actuales momentos el dilema de la
privatización, porque al parecer, se considera una carga para el Estado, esto
se debe a que dicha empresa, es poco competitiva y para garantizar su
existencia, se requiere de una cuantiosa inversión de capital que el Estado no
está en capacidad de suministrarla.
Sin
embargo, es conveniente mencionar que la capacidad de la industria naval
actual, es insuficiente para ejecutar los
mantenimientos requeridos por la flota de buques, pertenecientes a
Petróleos de Venezuela (PDVSA), que comprende diez (10) buques de gran calado y
tres (03) dragas del Instituto Nacional de Canalizaciones (INC), por lo que es
imperativa la adopción de medidas tendentes a lograr que la industria naval
venezolana sea competitiva.
Por otra
parte, las previsiones de la flota mercante mundial, establecen que hay una
tendencia al crecimiento hasta el año 2005[27],
no obstante, aunque la crisis financiera asiatica frenó este crecimiento, surge
la necesidad de establecer una estrategia centrada en la especialización de
productos navales, para una eventual expansión y luego consolidar el producto.
En tal sentido, es importante
promover el fortalecimiento de esta actividad, aunque ocurra una paralización
en el volumen del tráfico marítimo. Por ello, hay que considerar el movimiento
que se generará en las relaciones con Brasil, donde se presenta una oportunidad
en la procura de medios fluviales
para ser usados en el eje Orinoco - Apure.
f. Los Espacios marítimos y fluviales
Los espacios marítimos y fluviales que
conforman a Venezuela lo constituyen por ley los ríos, lagos y áreas marítimas.
El espacio funcional del país está ubicado en la región Centro-Norte,
existiendo otras regiones que
constituyen frontera, donde la
presencia del Estado es débil; esta realidad, es aún mucho más grave, si se
considera que grandes extensiones de ese espacio se encuentran poco ocupadas o
vacías. En consecuencia, a la Armada se le ha asignado la responsabilidad de
garantizar el ejercicio de la soberanía en los espacios acuáticos nacionales y
por ende, en las rutas marítimas que le relacionan con la comunidad internacional[28].
1) La
frontera marítima
Venezuela
posee dos fronteras marítimas: una se caracteriza por no tener contacto directo
con la alta mar, constituida por el mar Caribe; la otra frontera, facilita la
comunicación directa con el océano Atlántico y la alta mar. La frontera
marítima (caribeña-atlántica) conforma un área aproximada de 700.000 Km. con 3.000 Km. de costas, que
permite la interrelación con todas las unidades políticas que se encuentran en
la cuenca caribeña y el Atlántico meridional.
La
considerable extensión de este territorio marítimo, se debe a la proyección que
se logra gracias a la posesión de isla de Aves y al reconocimiento explícito de
varias unidades políticas con las cuales Venezuela comparte fronteras. No
obstante, este espacio no está delimitado en su totalidad. Al respecto, aún no
se han concretado acuerdos de delimitación con Colombia y con una serie de
islas del Caribe Oriental, sin embargo, el problema fundamental de
determinación de la frontera marítima lo constituye la cuestión del territorio
Esequibo, ya que este espacio le otorgaría a Venezuela áreas marítimas más allá
de las 200 millas náuticas.
La
declaración del mar de Venezuela permitirá la consolidación a futuro de aguas
interiores venezolanas más allá de los 12º N. Por otra parte, si se considera que la frontera marítima
venezolana termina donde este el último venezolano, entonces hay necesidad de
garantizar la seguridad de los nacionales en el océano Pacífico y Atlántico
norte.
Este
amplio frente marítimo, centro de las rutas comerciales hacia Norte y Sur
América, Europa y Estados del Pacífico (gracias a la puerta marítima que
representa el Canal de Panamá), otorga al Estado venezolano una posición geográfica favorable para ejercer el
control de dichas rutas (ver gráfico subsiguiente) y facilita los planes de
desarrollo de cualquier naturaleza, no sólo por el flujo mercante desde y hacia
nuestros puertos, sino por los puertos de aguas profundas proyectados en el
Oriente y Occidente del país que intensificarán el tráfico en el área.
En este
espacio marítimo, funcionan de manera aproximada, unos doscientos treinta (230)
terminales marítimos, lacustres y fluviales, donde se destacan nueve (9)
puertos comerciales de carga general; seis (6) puertos comerciales fluviales;
diecinueve (19) puertos petroleros; diez (10) puertos cementeros; cinco (5)
puertos mineraleros; siete (7) puertos de transbordadores (ferris); cuatro (4)
puertos de químicos; tres (3) puertos de yeso y cuarenta y cinco (45) puertos
deportivos o marinas, entre otros.
Ahora bien, si se tiene presente que la frontera de un Estado termina hasta donde llegan sus intereses, es conveniente destacar que Venezuela en la actualidad posee intereses marítimos relativos a la explotación de recursos en el Pacífico oriental y al Atlántico norte, y además tiene intereses en el continente antártico última rex nullis existente en el planeta.
2) La
frontera fluvial
La
frontera fluvial está constituida, por una parte, por los ríos contiguos y sucesivos que son compartidos con
Colombia y Guyana; y por la otra, la divisoria de aguas de las cuencas
hidrográficas del Orinoco y Amazonas con respecto al Brasil, las cuales están
unidas gracias a la difluencia Orinoco - Casiquiare.
A los
efectos de la responsabilidad naval, se agrupan estos ríos en dos categorías:
los que son utilizados como recursos hidrológicos y aquellos que pueden ser
útiles a la navegación fluvial. La primera categoría está constituida por todos
los recursos de agua que, siendo fronterizos, no constituyen vías de navegación
por limitaciones físicas. Y la segunda categoría, agrupa los recursos de agua más importantes, que dada sus
características, sirven de comunicación fluvial a los efectos del transporte
acuático hacia el mar. Los sistemas
fluviales se agrupan de la siguiente forma:
- Escenario Andino-Llanero: Que integra al
Sistema Zulia-Catatumbo, Sistema Sarare-Apure-Orinoco, Sistema Arauca, Sistema
Meta-Orinoco, Sistema Tomo-Orinoco, Sistema Vichada-Orinoco, Sistema
Guaviare-Inírida-Atabapo-Orinoco y
Sistema Guainia-Negro.
- Escenario Amazónico - Guayanés: Que comprende
al Sistema Orinoco- Barima, Orinoco- Amacuro y al Sistema
Venamo-Cuyuní-Esequibo.
El escenario Andino-Llanero comprende a la
cuenca del río Catatumbo, la parte occidental de la cuenca del río Orinoco y el
río Negro que forma parte de la cuenca del río Amazonas. El escenario
Amazónico-Guayanés comprende la parte oriental de la cuenca del río Orinoco y
la parte alta de la cuenca del río Cuyuní. Los análisis que se realicen a
posteriori seguirán esta lógica de estudio.
En la actualidad se están produciendo una serie
de procesos cuyas consecuencias se
reflejarán en un aumento de movimiento[30]
en el área. Estos procesos son los
siguientes:
1) Aumento de la relación con
Brasil, que favorecerá el intercambio a través del eje Boa Vista - Puerto
Ordaz, con el consiguiente incremento del tráfico marítimo y fluvial desde y
hacía Puerto Ordaz. De igual forma, se podría intensificar
el tráfico a través del río Negro, y a medida que el mismo se incremente,
aumentará la necesidad de regularlo. Esta situación se presenta tanto en
relación con Brasil como con Colombia, más aún, si existen serios intentos de
profundizar el Tratado de Cooperación Amazónica.
2) La apertura petrolera ha
generado la presencia de empresas transnacionales en el Delta del Orinoco, considerando que las mismas son de
origen británico, canadiense y estadounidense, hay que destacar algunos
aspectos de carácter histórico. El
Reino Unido destruyó San Tomé de Guayana en el año 1740, tomó Trinidad en 1798, ocupó
asentamientos al este del río Esequibo en 1816, y su avance hacia el territorio venezolano tuvo su punto
culminante con el Laudo arbitral de París 1899. Ahora bien, con
la firma del Tratado del Golfo de Paria (1942) se detuvo el expansionismo
inglés, sin embargo, este acuerdo se concretó para facilitar al Reino Unido la
explotación petrolera en la plataforma continental. La apertura petrolera
permitió a la British Petroleum
(empresa que pertenece al almirantazgo
británico) acceder a
concesiones en Guarapiche, en el estado Delta Amacuro. Estos hechos permiten
concluir que ha existido una continuidad histórica en cuanto a las pretensiones
británicas en territorio venezolano.
En consecuencia desde el punto de vista geopolítico, el país que trate
de dominar la desembocadura de un río, tratará de dominar su cabecera, en tal
sentido, si se tiene presente la difluencia Orinoco-Casiquiare, el control del
Orinoco (a través de Trinidad) desde su desembocadura podría constituirse en cabeza de puente para dominar la
Cuenca del Orinoco y el corazón del Amazonas Brasileño. Con relación a Canadá y
EE.UU., hay que mencionar que Canadá ha mantenido una línea de acción similar a
los intereses británicos, por el contrario, EE.UU. parece actuar sólo de
acuerdo a un interés netamente económico.
3) Y por
último, hay indicios que en el Delta del Orinoco se están
cometiendo una serie de actos ilícitos con consecuencias de carácter
geopolítico, debido a la limitada
presencia del Estado en esos parajes; y si a esta situación se agrega la
presencia de empresas extranjeras en el área, se puede concluir, que estas
condiciones facilitan la injerencia de otros Estados en los asuntos internos
del país.
g. Industria explotadora y procesadora de
recursos.
Venezuela es considerada como: primer productor
y exportador de hidrocarburos del continente (con reservas probadas de más de
cincuenta años, de acuerdo a estimaciones realizadas por PDVSA), primer
productor de energía eléctrica del Caribe, asimismo, posee un alto potencial de
exportación de minerales estratégicos importantes, reservas hídricas, alta biodiversidad y primer productor de
derivados de pescado del Gran Caribe. Estas potencialidades, le otorgan a
Venezuela una gran ventaja comparativa; no obstante, si se tiene en
consideración la explotación de recursos vivos y no vivos en los espacios
acuáticos, se tiene poca información al respecto.
1) Recursos vivos
En lo relacionado a recursos vivos, datos de la
OCEI indican que la producción nacional marítima para el año 1994 fue de
378.409 toneladas, que representaron Bs.38.119.341; para 1995 la producción
estuvo en el orden de las 500.000 toneladas. Sin embargo, las Naciones Unidas
enuncio en data reciente que no se tenía conocimiento de sobreexplotación de
recursos vivos en el mar Caribe[31],
por lo tanto, se plantea una interrogante surgida de la falta de conocimiento: ¿Con qué recursos cuenta el territorio marítimo
venezolano y la alta mar?. Esta deficiencia ha traído como consecuencia que las
Agencias de Investigación Científica de diversos países hayan hecho solicitudes
de realizar investigaciones a fin de conocer el espacio. Estas solicitudes
entre el período de 1990 y 1997 han aumentado de manera considerable, notándose
un incremento en el año 96 y 97 con una cifra de dieciséis (16) buques, con
motivo de la Apertura Petrolera.
En
tal sentido, se mantiene la necesidad de conocer el potencial existente en los
espacios acuáticos en general, con especial atención a la fachada Atlántica,
dada las implicaciones que tienen las investigaciones científicas según el
derecho del mar.
Igualmente, se hace necesario garantizar el mantenimiento y
progresivo aumento de las cotas de pesca de atún en el océano Pacífico y de
bacalao en el Atlántico norte, como forma de mantener el derecho del Estado venezolano de acceder a los recursos
que se encuentran más allá de sus confines.
2) Recursos no vivos.
La explotación de recursos no vivos en mares y
ríos, hoy día ha cobrado una considerable importancia, debido al auge económico
originado de la apertura petrolera. En fechas anteriores, la explotación de
recursos no vivos no revestía la importancia que hoy merece, motivado a que
existen considerables recursos en tierra firme que son de más fácil
explotación; sin embargo, dada la existencia de estimaciones bien fundamentadas
relativas al aumento de la demanda de energía y materias primas[32];
el Estado venezolano ha adoptado de manera proactiva, la decisión de estar
preparado para satisfacer esas necesidades. Para ello, dentro del marco de la
apertura petrolera, se han realizado convenios operativos y asociaciones
estratégicas, con diversas empresas, que afectan al golfo de Paria, la cuenca
del Lago de Maracaibo y parte de la cuenca del río Orinoco.
Estas actividades requerirán de la asunción de
responsabilidades en lo atinente a problemas ambientales, por lo que la Armada
en su rol de policía ambiental juega un papel fundamental. De igual forma, la “Apertura Petrolera” ha generado la
necesidad de conocer el territorio marítimo y esta necesidad ha tratado de ser
satisfecha con la contratación de empresas extranjeras. Este hecho representa
una debilidad, debido a que terceros Estados están adquiriendo conocimiento de
nuestras potencialidades, por ello, la falta de conocimiento de nuestras capacidades nos coloca
en desventaja ante cualquier proceso de negociación.
Si se
tiene presente, la falta de conocimiento del espacio, se concluye que existe
una debilidad de carácter estratégico, desde el mismo momento que se desconoce
las potencialidades reales del espacio, generando incertidumbre.
Otro
aspecto que resulta importante mencionar
es el problema de la escasez de agua en el ámbito internacional, considerado
éste como tema fundamental en la agenda global. Dadas las implicaciones que
reviste, es por ello, que los países han orientado sus esfuerzos a la
preservación del vital líquido. En última Conferencia Internacional de
Hidrología, la cual fue celebrada en febrero de 1999, se planteó la necesidad de la cooperación entre países a fin
de disminuir el potencial de conflicto que se prevé por el acceso del vital
líquido. En tal sentido, las reservas están ubicadas en las regiones donde
existen o se estiman que habrá serios problemas de cantidad y calidad de agua,
esta situación representa a futuro un peligro para la paz y la seguridad
mundial.
Bajo este
contexto, Venezuela posee gran cantidad de recursos hídricos, por lo que aún
resulta poco probable la carencia
del preciado líquido por lo menos en largos períodos de tiempo y la posibilidad
de conflictos por agua, por lo menos a nivel regional. Sin embargo, el consumo
excesivo, los altos índices de tomas clandestinas, la contaminación de las
cuencas, los sistemas obsoletos y falta de inversiones resultan factores que
atentan contra la seguridad del país en esa materia. Estos factores han
incidido en la oferta real de líquido potable, la cual ha disminuido de manera
notoria, que no alcanza a satisfacer la demanda de la población. Otro problema grave en esta materia, es
la conservación de las cuencas, que en la actualidad se han visto afectadas por
la contaminación, en gran medida por las invasiones de áreas de protección de
cuencas y embalses, así como la tala y la quema.
Ahora
bien, si se considera que el agua es un recurso que podría generar conflictos y
Venezuela es considerada una nación privilegiada en la posesión de ese
recurso, se estima que en el
futuro el país podría verse inmerso en un conflicto en esta materia.
h. La marina deportiva.
Para Venezuela, la importancia de
la marina deportiva radica en el apoyo que puede realizar a la Armada en el
cumplimiento de sus funciones en lo atinente a preservación de la seguridad de
la vida humana en el mar, protección del ambiente y otras tareas conexas. Si se
tiene presente que el dia festivo de la marina deportiva a nivel mundial es el
26 de mayo, el significado de este apoyo reviste caracteres trascendentes. El
26 de mayo es la fecha aniversaria de la Operación Dinamo, ejecutada en 1940,
en las playas de Dunkerque. Esta fue una operación de emergencia, realizada
para trasladar los restos del cuerpo expedicionario britanico a Inglaterra,
luego de la derrota sufrida en territorio franco – belga. La marina deportiva y
de placer, jugó un importante papel en esta evacuación, puesto que los soldados
que fueron puesto a salvo, combatieron posteriormente en Europa, Africa y
sudeste de Asia.
i. El comercio y sus accesos.
De acuerdo a la Organización
Mundial de Comercio, Venezuela en el año 1994 estaba ubicada en el lugar 38/50
entre los principales exportadores de mercancías y en el lugar 49/50,[33]
entre los principales importadores. De manera específica se tiene que
aproximadamente el 85 % de las exportaciones y el 75 % de las importaciones se ejecutan por vía marítima.
Estos porcentajes, constituyen unos 15.7 millones de dólares en lo referente a
exportaciones y unos 8.9 millones de dólares en lo referente a importaciones.
Si se tiene en consideración, que la carga total movilizada osciló entre los 12
y 13,5 millones de toneladas, el siguiente gráfico ilustra la cantidad de carga
movilizada por los principales puertos marítimos y de modo subsecuente, el
nivel de dependencia del mar. Venezuela está considerada como uno de los
treinta países cuyo comercio por vía marítima alcanzan más del 50 % del ingreso
nacional[34].
De
este intercambio, es conveniente
resaltar que los principales socios comerciales de Venezuela son: EE.UU.,
Colombia, Brasil y la Unión Europea, donde se destaca los intercambios con Italia, Alemania y
España. Consecuentemente para
EE.UU, Venezuela es su segundo suplidor de productos petroleros en el ámbito
mundial. Esta carga fue movilizada en los principales puertos del país y fueron
servidas por la cantidad de buques relacionada en el siguiente cuadro[35]:
Dado que
la mayoría de los ingresos del país provienen del petróleo, el gobierno
nacional ha decidido seguir una serie de políticas tendentes a hacer del país, un Estado competitivo
en el ámbito mundial en lo atinente a productos energéticos. De este modo, es
importante destacar que, con motivo de la “Apertura Petrolera” se tiene
proyectado elevar el nivel de producción de petróleo de 3,7 millones a 5,2 millones de barriles diarios para
el año 2006, en vista que se ha pronosticado que el consumo de hidrocarburos a
escala mundial, aumentará en una tasa anual de 1,5 % y se estima que los
combustibles fósiles serán la fuente de energía primaria más dominante hasta
después del año 2020[36].
A esta
realidad se agrega la siguiente: el número de buques que constituye la flota mercante nacional es de 64 naves,
distribuidas de la siguiente forma: diecinueve (19) de carga general, dieciséis
(16) petroleros, nueve (09) transbordadores, once (11) embarcaciones de pesca,
cinco (05) embarcaciones de dragado, tres (03) buques mineraleros y un buque
frigorífico; además existen 23 empresas navieras; y 100.000 embarcaciones
registradas.
La
información suministrada en el párrafo anterior, da a entrever, que a pesar de
existir un considerable volumen de intercambios por vía marítima, y de la
dependencia que Venezuela tiene de ese intercambio, la participación venezolana
de ese proceso es insignificante.
La razón fundamental de la poca cantidad de buques con que cuenta la
marina mercante nacional obedece al hecho, de que a principio de la década de
los años noventa se presentó un
exceso de la oferta mundial de bodegas, que trajo como consecuencia, que las
fuerzas del mercado bajarán los fletes de los buques, y además, la aplicación de medidas de carácter
proteccionista, que sólo sirvieron para aumentar los fletes y las cargas
impositivas, en detrimento de otras industrias a escala nacional[37].
Desde 1991 el costo de los fletes ha sufrido muy pocas variaciones.
Sin
embargo, hay que acotar que de acuerdo al UNCTAD, se estima que el tráfico
aumentará de manera considerable hasta el año 2005; la razón de estas estimaciones
se debe, a que con el incremento de la demanda mundial, habrá más necesidad de
intercambio. Si bien la crisis financiera asiatica frenó este crecimiento, las
previsiones de la OMC apuntan a que el crecimiento de la economía mundial se
recuperará a partir del año 2001. En este sentido, se evidencia en el entorno,
oportunidades y amenazas que deben ser consideradas, teniendo presente, que el disponer de una marina mercante
otorga la ventaja de poseer un medio de acceso seguro, reducir la dependencia y
finalmente, su valor es inestimable en caso de emergencia y/o conflicto.
Como consecuencia de los
efectos que produjo la crisis financiera internacional y de los cambios
políticos que están ocurriendo en el Estado venezolano, se estima que las
previsiones sobre el aumento del tráfico marítimo no se mantendrán en los
términos previamente anunciado, puesto que la economía nacional e internacional
fueron gravemente afectadas y esto
contraerá el PIB de la región en 0,9%, aproximadamente.
Por otro lado, se tenía previsto que la producción
petrolera aumentaría de forma gradual hasta el año 2006 alcanzando 5,2 millones
de barriles diarios, pero este plan ha tenido tropiezos como consecuencia de la
crisis asiática y los efectos que ha traído la disminución del consumo de
energía en el ámbito global con la consiguiente caída del precio del
petróleo. Consecuentemente, el
tráfico marítimo se mantendrá en los niveles del año 1995.
Bajo estas consideraciones, la
dependencia de Venezuela al tráfico marítimo se mantendrá, y se estima que los cambios
políticos que se están operando en
el país podrían promover una política marítima, no sólo en lo concerniente al transporte, sino también a la
infraestructura necesaria para facilitar dicho tráfico.
[1] CHALIAND, Gerard. The Art of
War in world history University of California press. Los Angeles. 1994.
Pag 1- 46
[2] Foco de conflictos
[3] TUCIDIDE. Guerra del
Peloponneso IV edizioni. Garzanti editori. Milano. 1984. Pag 5 - 12
[4] SERVELLO, Antonio. Temistocle
e il concetto di potere marittimo. En Rivista Marittima. Roma, Marina Militare Italiana. 1994.
Pag 77 - 84
[5] TILL, Geoffrey et alli. Estrategia
marítima y la era nuclear. Instituto de publicaciones navales. Buenos
Aires. 1984. Pag 318
[6] BLANCO CARRERO, Edgar. Aproximación a una Concepción Estratégica
del Estado para el empleo de su Armada. Caracas: UCV, 1993. Pag. 167
[7] MASSON, Phillipe. Del mar y
de su estrategia. Instituto de publicaciones navales. Buenos Aires.
1990. Pag 354
[8] Katarina Brodin, citada por ROMERO, Aníbal. La sorpresa en la guerra y la política. Caracas: Panapo, 1992., pág.11
[9] SUN TZU. El Arte de la Guerra.
Caracas: Panapo, 1990. pág. 59
[10] ROMERO, Aníbal. La
sorpresa..., p. 84.
[11] SUN TZU. Op.cit.,
pág.69
[12] PARRA-PEREZ, Caracciolo.Mariño y las
Guerras Civiles. Tomo 3. Op. cit.
p.207.
[13] SUN TZU. Op. cit., pág. 59
[14] CHACÓN HERNANDEZ, Julio. El
poder marítimo venezolano. MD. Caracas. 1997. Pag 52-53
[15] COUTAU-BEGARIE, Hervé.
Geoestrategia del Atlántico Sur.
Madrid: Ediciones Ejército, 1989. pág. 218.
[16] PERTUSIO, Roberto. Op.
cit., pág. 109
[17] PARRA-PEREZ, Caracciolo. Mariño y las
Guerras Civiles. Tomo 1. Op.cit. p.560.
[18] Este Almirante comandó la escuadra norteamericana que hundió la débil
escuadra española en la Bahía de Cavite durante la guerra hispanoamericana.
[19] Este conflicto aceleró el entendimiento anglo-francés y aceleró el
alejamiento USA- Alemania.
[20]MARINO BLANCO, Tomás. 90 Aniversario
del desembarco de asalto y toma de
Ciudad Bolívar. En: Revista de La Armada. no. 30. 24 de julio de 1993.
p. 43.
[21]O'Connel, D.P. La influencia del
Derecho sobre el poder Marítimo. Traducción de Elena Luján. Buenos Aires:
Instituto de Publicaciones Navales, 1981. pág.205-207.
[22] PEREZ LUCIANI, Ramiro. Estrategia
Naval. Comandancia General de la Marina. ESGN. Caracas. 1963. p.226.
[23] WOODWARD, Sandy con Patrick Robinson. Los Cien Días.
Buenos Aires: Editorial Suramericana, 1992. Traducción de Julio Sierra,
pág. 202
[24] SUN TZU. Op. cit. , pág. 57
[25] MASSON, Philippe. Op. cit. , pág. 140
[26] SUN TZU. Op. cit., pág. 58
[27] UNCTAD
[28] LOFAN art.10
[29] Ley de Establecimiento de la Zona Económica Exclusiva a lo largo de
las costas continentales e insulares del 03JUL1978.
[30] El movimiento se refiere al estado normal en el tráfico,
comunicaciones, transporte y comercio. Este factor movimiento es una unidad de
análisis en función de que el espacio y el empleo del mismo por el hombre son
dinámicos. Saul Bernard Cohen. Geografía
y Política en un mundo dividido.
[31] Informe A/51/404 del 25NOV96 ONU.
[32] Global Change and Sustainable Development: Critical Trends. United
Nations 14ABR95.
[33] WORLD TRADE ORGANIZATION. International
Trade Trends and Statistics 1995.
[34] HIL, R. J. Estrategia
Marítima para Potencias Medianas, 1991, pág 301.
[35] U.S. Foreign Trade Highlights 1994
[36] COMMISSION ON SUSTAINABLE DEVELOPMENT. ONU. Global Change and Sustainable Development: Critical Trends.
Energy and Materials Consumption. 1995. pag 14. En la ONU se manejan tres tipos
de escuelas de escenarios: Conventional Development Scenario (CDS) que asume
que la demanda de energía seguirá un patrón de crecimiento de acuerdo a
circunstancias históricas, tomando como base la demografía, economía y
determinantes culturales; un escenario intermedio es desarrollado por World
Energy Council (WEC) y el International Institute for Applied Systems Analysis
(IIASA) que considera modestas estimaciones de crecimiento y desarrollo
tecnológico y un gran perfeccionamiento en la intensidad de la energía la cual
hará bajar la demanda de energía; y el Intergovernmental Panel on Climate
Change (IPCC) que considera un escenario Low CO2-Emitting Energy Supply System,
que asume un significativo perfeccionamiento en la eficiencia del consumo de
energía que hará sumamente bajo el producto interno bruto.
[37] UNCTAD. El
Transporte Marítimo en 1994. Nueva York. ONU. 1995.