miércoles, 1 de octubre de 2014

WEBER, Max. Economía y Sociedad. Esbozo de Sociología Comprensiva. F.C.E. México. 1994. Pag. 1237. Edición original 1922




       
Interacción social
Relación Social
Encuentro accidental o fortuito…o puede que no suceda
Exige la existencia de una acción en cada uno de los elementos interactuales
Asumen el patrón: estimulo respuesta en su comportamiento
La acción responde a la característica motivación - fin
Cada uno es autónomo, punto/instante (relación)
Se desarrolla en un lapso y en un escenario. Medios y Condiciones

PODER Capacidad de un actor social de imponer su voluntad (objeto fundamental de estudio de la Política Internacional. Se ejerce a través de la coerción. El poder va a ser definido como la fuerza coercitiva que posee esta variable…en cada Estado…y va a definir la estructura de la comunidad internacional. Esta debería ser una poliarquía: multiplicidad de poderes que actúan independiente pero en realidad es una oligarquía porque una pequeña cantidad impone su voluntad al conjunto. El juego de la Política Internacional es el ejercicio del poder. Es la capacidad de imponer la voluntad de un actor a otro, la influencia o la autoridad son otra forma de imponer la voluntad, pero no son derivadas de la coercibilidad; el caso de la influencia es derivada del afecto, que se le puede tener a un ente, una persona; en el caso de la autoridad es derivada del respeto.

Las comunidades/ sociedades, tienen una estructura de acción más o menos deliberada y esta orientada por los valores que son susceptibles, que responden a estimulo de tipo cultural, o que responden a condiciones sociales y económicas existentes que constituyen el fin de su comportamiento tanto en política interna como en la externa….Ese conjunto de actores Internacionales conforman una comunidad primitiva (comunidad parapolítica): se define como una ausencia de una distinción funcional, entre los actores que la conforman, una falta de especialización; los actores son multi-especializados y hay ausencia de gobierno, es anárquica, pero no implica que sea desorganizada….En ese marco cada uno de los miembros lo que busca es la seguridad. Entendida la seguridad como su certidumbre para el logro de sus fines y esa certidumbre descansan en el poder de cada actor…y se entiende como su capacidad para imponer, controlar, tanto el entorno interno como el externo.

DOMINACIÓN:  Probabilidad de encontrar obediencia a un mandato de determinado contenido entre personas dadas; por disciplina debe entenderse la probabilidad de encontrar obediencia. (Max Weber pag.43)

RELACIÓN SOCIAL: debe entenderse una conducta plural - de varios - que, por el sentido que encierra, se presenta como recíprocamente referida, y orientándose por esa reciprocidad. La relación social consiste, pues, plena y exclusivamente, en la probabilidad de que se actuará socialmente en una forma (con sentido) indicable; siendo indiferente, por ahora, aquello en que la probabilidad descansa. (pag.  21)

La legitimidad de un orden puede estar garantizada:
I       De manera puramente íntima; y en este caso:
                1)     Puramente afectiva: por entrega sentimental
2)     Racional con arreglo a valores: por la creencia en su validez absoluta, en cuanto expresión de valores supremos generadores de deberes (morales, estéticos o de cualquier otra suerte).
3)     Religiosa: por la creencia de que de su observancia depende de la existencia de un bien de salvación.
II      También (o solamente) por la expectativa de determinada consecuencias externas; o sea, por una situación de intereses; pero por expectativas de un determinado género (pag 27)

        COMUNIDAD: Relación social que, cuando y en la medida en que la actitud en la acción social se inspira, en el sentimiento subjetivo (afectivo o tradicional) de los partícipes de constituir un todo.

        SOCIEDAD: Una relación social cuando y en la medida en que la actitud en la acción social se inspira en una compensación de intereses por motivos racionales (de fines o de valores) o también en una unión de intereses con igual motivación. La sociedad, de un modo típico, puede especialmente descansar (pero no únicamente) en un acuerdo o pacto racional, por declaración recíproca. Entonces la acción, cuando es racional, está orientada a) racionalmente con arreglo a valores: en méritos de la creencia en la propia vinculación; b) racionalmente con arreglo a fines: por la expectativa de la lealtad de la otra parte. (pag. 33)

        EMPRESA: Debe entenderse una acción que persigue fines de una determinada clase de un modo continuo. Y por asociación de empresas una sociedad con un cuadro administrativo continuamente activo en la prosecución de determinados fines

        INSTITUTO:       Debe entenderse una asociación  cuyas ordenaciones estatuidas han sido “otorgadas” y rigen de hecho (relativamente) con respecto a toda acción que con determinadas características dadas tenga lugar en el ámbito de su poder. (pag 42)

        ASOCIACIÓN DE DOMINACIÓN, es una asociación política cuando y en la medida en que su existencia y la validez de sus ordenaciones, dentro de un ámbito geográfico determinado, estén garantizados de un modo continuo por la amenaza y la aplicación de la fuerza física por parte de un cuadro administrativo.

        Existen tres tipos puros de dominación legítima. El fundamento primario de su legitimidad puede ser:

        1.     De carácter racional: que descansa en la creencia en la legalidad de las ordenaciones estatuidas y de los derechos de mando de los llamados por esas ordenaciones a ejercer autoridad (autoridad legal)

        2.     De Carácter Tradicional: que descansa en la creencia cotidiana en la santidad de las tradiciones  que rigieron desde lejanos tiempos y en la legitimidad de los señalados por esa tradición para ejercer la autoridad (autoridad tradicional)

        3.     De Carácter Carismática: que descansa en la entrega extracotidiana a la santidad, heroísmo o ejemplaridad de una persona y a las ordenaciones por ella creadas o reveladas (llamada) (autoridad carismática)

        En el caso de la autoridad legal se obedecen las ordenaciones impersonales y objetivas legalmente estatuidas y las personas por ellas designadas, en méritos estas de la legalidad formal de sus disposiciones dentro del circulo de su competencia. En el caso de la autoridad tradicional se obedece a la persona del señor llamado por la tradición y vinculado por ella (en su ámbito) por motivos de piedad (pietas), en el circulo de lo que es consuetudinario. En el caso de la autoridad carismática se obedece al caudillo carismáticamente calificado por razones de confianza personal en la revelación, heroicidad o ejemplaridad, dentro del círculo en que la fe en su carisma tiene validez. (172-173)

        LA DOMINACIÓN LEGAL CON ADMINISTRACIÓN BUROCRÁTICA

        La dominación legal descansa en la validez de las siguientes ideas, entrelazadas entre sí:

        1.     Que todo derecho, “pactado” u “otorgado”, puede ser estatuido de modo racional - racional con arreglo a fines  o racional con arreglo a valores (o ambas cosas) -, con la pretensión de ser respetado, por lo menos, por lo miembros de la asociación; y también regularmente por aquellas personas que dentro del ámbito de poder de la asociación (en las territoriales dentro de su dominio territorial) realicen acciones sociales o entren en relaciones sociales declaradas importantes por la asociación.

        2.     Que todo derecho según su esencia es un cosmos de reglas abstractas, por lo general estatuidas intencionalmente, que la judicatura implica la aplicación de esas reglas al caso concreto; y que la administración supone el cuidado racional de los intereses previstos por las ordenaciones de la asociación, dentro de los limites de las normas jurídicas y según principios señalables que tienen la aprobación o por lo menos carecen de la desaprobación de las ordenaciones de la asociación.

        3.     Que el soberano legal típico, la “la persona puesta a la cabeza”, en tanto que ordena y manda, obedece por su parte la orden de impersonal por el que orienta sus disposiciones. (172-174)

        El tipo más puro de dominación legal es aquel que se ejerce por medio de un cuadro administrativo burocrático. Sólo el dirigente de la asociación posee su posición de imperio, bien por apropiación, bien por elección o por designación de su predecesor. Pero sus facultades de mando son también “competencias” legales. La totalidad del cuadro administrativo se compone en el tipo más puro, de funcionarios individuales , los cuales:

        1)     Personalmente libres, se deben sólo a los deberes objetivos de sus cargos
        2)     En jerarquía administrativa rigurosa
        3)     Con competencias rigurosamente fijadas,
        4)     En virtud de un contrato, o sea (en principio) sobre la base de libre selección.
        5)     Calificación profesional que fundamenta su nombramiento - en el caso más racional: por medio de ciertas pruebas o del diploma que certifica su calificación -
        6)     Son retribuidos en dinero con sueldos fijos, con derecho a pensión las más de las veces; son revocables siempre a instancia a instancia del propio funcionario y en ciertas circunstancias pueden también ser revocados por parte del que manda; su retribución está graduada primeramente en relación con el rango jerárquico, luego según la responsabilidad del cargo y, en general, según el principio del “decoro estamental“.
        7)     Ejercen el cargo como su única o principal profesión
        8)     Tienen ante sí una “carrera”, o “perspectiva” de ascenso y avances por años de ejercicio, o por servicios o por ambas cosas, según juicio de sus superiores.
        9)     Trabajan con completa separación de los medios administrativos y sin apropiación del cargo.
        10)   Están sometidos a una rigurosa disciplina y vigilancia administrativa.

        La administración burocrática pura, o sea la administración burocrático - monocrática, atendida al expediente, es a tenor de toda experiencia a forma más racional de ejercer dominación, y lo es en los sentidos siguientes: en precisión, continuidad, disciplina, rigor y confianza; calculabilidad, por tanto para el soberano y los interesados; intensidad y extensión en el servicio; aplicabilidad formalmente universal a toda suerte de tareas; y susceptibilidad técnica de perfección para alcanzar el óptimo en sus resultados. El desarrollo de las formas modernas de asociaciones en toda clase de terrenos (Estado, iglesia, ejercito, partido, explotación económica, asociación de interesados, uniones, fundaciones y cualesquiera otras que pudieran citarse) coincide totalmente con el desarrollo e incremento creciente de la administración burocrática: su aparición es, por ejemplo, el germen del Estado moderno occidental. (pag 178)…El gran instrumento de la superioridad de la administración burocrática es este: el saber profesional especializado, cuyo carácter imprescindible está condicionado por los caracteres de la técnica y la economía modernas de producción de bienes, siendo completamente indiferente que tal producción sea en la forma capitalista o en la socialista.

        La administración burocrática significa: dominación gracias al saber; este representa su carácter racional fundamental y específico. Más allá de la situación de poder condicionada por el saber de la especialidad la burocracia (o el soberano al que ella sirve) tiene la tendencia a acrecentar aún más su poder por medio del saber de servicio o “depositado en el expediente”. El concepto de secreto profesional, no exclusivo pero sí específicamente burocrático - comparable, por ejemplo, al conocimiento de los secretos comerciales de una empresa frente al saber técnico - procede de este impulso de poderío.  Superior en saber a la burocracia, sólo es el interesado privado de una actividad lucrativa. Es decir, el empresario capitalista. Es realmente la única instancia inmune frente a la ineludibilidad de la dominación científico - racional de la burocracia. Todos los demás, en las asociaciones de masas, están irremisiblemente sometidos al imperio burocrático, en igual forma que la producción en masa lo está al dominio de las maquinas de precisión. (p. 179).

DOMINACIÓN TRADICIONAL
       
        Debe entenderse que una dominación, es tradicional cuando su legitimidad descansa en la santidad de ordenaciones y poderes de mando heredados de tiempos lejanos, “desde tiempos inmemoriales”, creyéndose en ella en méritos de esa santidad. El señor o los señores están determinados en virtud de reglas tradicionalmente recibidas. La “asociación de dominación”, en el caso más sencillo, es primariamente una “asociación de piedad” determinada por una comunidad de educación. El soberano no es un “superior” sino un señor personal, su cuadro administrativo no está constituido por funcionarios sino por un señor personal, los dominados no son miembros de la asociación sino: 1) compañeros tradicionales, súbditos. Las relaciones del cuadro administrativo para con el soberano no se determinan por el deber objetivo del cargo por la fidelidad personal del servidor. No se obedece a disposiciones estatuidas, sino a la persona llamada por la tradición o por el soberano tradicionalmente determinado: y los mandatos de esta persona son legítimos de dos maneras:
       
        a)     En parte por la fuerza de la tradición que señala inequívocamente el contenido de los ordenamientos, así como su amplitud y sentido tal como son creídos, y cuya conmoción por causa de una transgresión de los límites tradicionales podría ser peligrosa para la propia situación tradicional del imperante;

        b)     En parte por el arbitrio libre del señor, al cual la tradición le demarca el ámbito correspondiente.

        El imperante domina sin, o con cuadros administrativos. El cuadro administrativo típico puede ser reclutado de modo:

        a)     Tradicional, por lazos de piedad de los vinculados a señor: Perteneciente al linaje, Esclavos, Funcionarios domésticos, en particular “ministeriales”,  clientes, colonos, libertos.

        b)     Reclutamiento extra - patrimonial: Por relaciones personales de confianza (“favoritos” libres de toda clase), por pacto de fidelidad con el señor legitimado como tal (vasallos), funcionarios que entran libremente en la relación de piedad (pag. 181).

        La dominación tradicional opera sobre la naturaleza de la economía, por regla general, ante todo mediante un cierto fortalecimiento del sentir tradicional; con el máximo de rigor en las dominaciones patriarcales puras (y gerontocracias), las cuales no se apoyan en ningún cuadro administrativo propio  de los señores que puedan encontrarse en oposición con los demás miembros de la asociación, y que, por tanto dependen en su propia legitimidad en forma extrema de la observancia de la tradición. (p 190).

DOMINACIÓN CARISMÁTICA

        Debe entenderse por “carisma” la cualidad, que pasa por extraordinaria (condicionada mágicamente en su origen, lo mismo si se trata de profetas que de hechiceros, árbitros, jefes de cacería o caudillos militares), de una personalidad por cuya virtud se la considera en posesión de fuerzas sobrenaturales o sobrehumanas - o por lo menos específicamente extracotidiana y no asequibles para cualquier otro -, o como enviado de Dios, o como ejemplar y, en consecuencia, como jefe, caudillo, guía o líder. El modo como habría de valorarse “objetivamente” la cualidad en cuestión, sea desde un punto de vista ético, estético u otro cualquiera, es cosa del todo indiferente en lo que atañe a nuestro concepto pues lo que importa es cómo se valora “por los dominados” carismáticos, por los adeptos. (p 193).

        Sobre la validez del carisma decide el reconocimiento, - nacido de la entrega a la revelación, de la reverencia por el héroe, de  la confianza en el jefe - por parte de los dominados; reconocimiento que se mantiene por corroboración de las supuestas cualidades carismáticas - siempre originariamente por medio del prodigio. Ahora bien, el reconocimiento (en el carisma genuino) no es el fundamento de la legitimidad, sino un deber de los llamados, en méritos de la vocación y de la corroboración, a reconocer esa cualidad. Este “reconocimiento” es, psicológicamente, una entrega plenamente personal y llena de fe surgida del entusiasmo o de la indigencia y la esperanza. (p 194)

        Si falta de un modo permanente la corroboración, si el agraciado carismático parece abandonado de su Dios o de su fuerza mágica o heroica, le falla el éxito de modo duradero y, sobre todo, si su jefatura no aporta ningún bienestar a los dominados, entonces hay probabilidad de que su autoridad carismática se disipe. Este es el sentido genuinamente carismático del imperio “por la gracia de Dios”.

        La dominación carismática supone un proceso de comunización de carácter emotivo. El cuadro administrativo de los imperantes carismáticos no es ninguna burocracia y menos que nada una burocracia profesional. Su selección no tiene lugar ni desde puntos de vistas estamentales ni desde  los de la dependencia personal o patrimonial. Sino que es el elegido a su vez por cualidades carismáticas: al profeta corresponden los discípulos, al príncipe de la guerra el séquito, al jefe en general, los “hombres de confianza”. No hay ninguna colocación, ni destitución, ninguna carrera ni ascenso, sino sólo llamamiento por el señor según su propia inspiración fundada en la calificación carismática del evocado. No hay ninguna jerarquía, sino sólo intervenciones del jefe, de haber insuficiencia carismática del cuadro administrativo, bien en general, bien para un caso dado, y eventualmente cuando se le reclame. No existe jurisdicción ni competencias, pero tampoco apropiación de los poderes del cargo por privilegio, sino sólo de limitación espacial o a  determinados objetos del carisma y la misión. No hay sueldo ni prebenda alguna, sino que los discípulos y secuaces viven con el señor en comunismo de amor o camaradería por medios procurados por mecenas. No hay ninguna magistratura firmemente establecida, sino sólo misioneros comisionados carismáticamente con una misión, dentro del ámbito de la misión otorgada por el señor y de su propio carisma. No existe reglamento alguno, preceptos jurídicos abstractos, ni aplicación racional del derecho orientada por ellos, mas tampoco se dan arbitrios y sentencias orientados por precedentes tradicionales, sino que formalmente son lo decisivo las creaciones de derecho de caso en caso, originariamente  sólo juicios de Dios y revelaciones…El reconocimiento crea un deber en tanto que a una profecía no se le oponga otra concurrente con su pretensión a su vez de validez carismática, únicamente existe una lucha por el liderazgo.

        La dominación carismática se opone, igualmente, en cuanto fuera de lo común y extracotidiana, tanto a la dominación racional, especialmente la burocrática, como a la tradicional, especialmente la patriarcal y patrimonial o estamental. Ambas son formas de la dominación cotidiana, rutinaria - la carismática, (genuina) es específicamente lo contrario. La dominación burocrática es específicamente racional en el sentido de su vinculación a reglas discursivamente analizables; la carismática es específicamente irracional en el sentido a su extrañeza a toda regla. La dominación tradicional está ligada a los precedentes del pasado y en cuanto tal igualmente orientada por normas; la carismática subvierte el pasado (dentro de su esfera) y es en este sentido específicamente revolucionaria. No conoce ninguna apropiación del poder de mando, al modo de la propiedad de otros bienes, ni por los señores ni por poderes estamentales, sino que es legítima en tanto que el carisma personal “rige” por su corroboración; es decir, en tanto que encuentra reconocimiento, y “han menester de ella” los hombres de confianza, discípulos, séquito; y sólo por la duración de su confirmación carismática. (p. 195).

        El carisma puro es específicamente extraño a la economía. Constituye, donde aparece, una vocación en el sentido enfático del término: como “misión” o como “tarea” íntima. Desdeña y rechaza, en el tipo puro, la estimación económica de los dones graciosos como fuente de ingresos - lo que ciertamente ocurre más como pretensión que como hecho. NO es que el carisma renuncie siempre a la propiedad y al lucro…el héroe militar y su séquito; el imperante plebiscitario o el jefe carismático de partido buscan medios materiales para su poder; el primero, además se afana por el brillo material de su dominación para afianzar su prestigio de mando. Lo que todos desdeñan - en tanto que existe el tipo carismático genuino - es la economía racional o tradicional de cada día, el logro de ingresos regulares en virtud de una actividad económica dirigida a ello de un modo continuado. Las formas típicas de la cobertura de necesidades de carácter carismático son, de un lado, los mecenistas y las mendicantes, y, de otro lado, el botín y la extorsión violenta o (formalmente) pacífica. (p 196).

LA RUTINIZACIÓN DEL CARISMA

        En su forma genuina la dominación carismática es de carácter específicamente extraordinario y fuera de lo cotidiano, representando una relación social rigurosamente personal, unida a la validez carismática de cualidades personales  y de corroboración. En el caso de que no sea puramente efímera sino que tome el carácter de una relación duradera - “congregación de creyentes, comunidad de guerreros o de discípulos, o asociación de partido, o asociación política o hierocrática - la dominación carismática que, por decirlo así, solo nació en status nascendi, tiene que variar esencialmente su carácter: se racionaliza (legaliza) o tradicionaliza o ambas cosas en varios aspectos. Los motivos para ello son los siguientes:

        a.     El interés ideal o material de los prosélitos en la persistencia y permanente reanimación de la comunidad. 
        b.     El interés ideal más fuerte y el material todavía más intenso del cuadro administrativo: séquito, discípulos, hombres de confianza, en: continuar la existencia de la relación y esto de tal modo que quede cimentada su propia posición ideal y material sobre una base cotidiana duradera; externamente: restablecimiento de la existencia familiar o de una existencia saturada en lugar de las misiones extrañas del mundo apartadas de la familia y la economía. (p. 197).

        Un motivo impulsor de la rutinización del carisma es siempre, naturalmente la tendencia al afianzamiento; es decir, a la legitimación de las posiciones de mando y de las probabilidades económicas en beneficio del séquito y de los adeptos del caudillo. Otro es, sin embargo, la forzosidad objetiva de adaptación de las ordenaciones y del cuadro administrativo a las exigencias y condiciones normales y cotidianas de una administración. (p. 202).

        Feudo, significa: la apropiación de poderes y derechos de mando. Y en este sentido pueden ser apropiados como feudos: sólo poderes domésticos dentro de la propia hacienda, o poderes de mando dentro de la asociación política, pero sólo económicos (fiscales), o poderes políticos dentro de la misma. El enfeudamiento se produce en virtud de una investidura a cambio de servicios específicos, primariamente militares, pero también administrativos. La investidura tiene lugar en una forma muy específica. (p. 204).

        El fundamento de toda dominación, por consiguiente de toda obediencia, es una creencia: creencia en el prestigio del que manda o de los que mandan. Esta es raramente unívoca en absoluto. En el caso de la dominación legal nunca es puramente legal sino que la creencia de la legalidad se ha hecho un hábito y está, por tanto, tradicionalmente condicionada - la ruptura de la tradición puede aniquilarla. Y es también carismática en el sentido negativo: de que los fracasos notoriamente insistentes de todo gobierno en proceso de descomposición quiebran su prestigio y dejen maduros los tiempos para revoluciones carismáticas. Por consiguiente, para las monarquías son peligrosas las guerras perdidas, aquellas en que no se ha confirmado el carisma, y para las repúblicas lo son aquellas guerras triunfales que dejan aparecer como carismáticamente calificado al general victorioso.

        Han existido comunidades puramente tradicionales. Pero nunca absolutamente duraderas y - lo que también vale para la dominación burocrática - raramente sin una cima de naturaleza personalmente  carismático - hereditaria o carismático - objetivada.

        Dominaciones absolutamente carismáticas ( o sólo carismático - hereditarias) son igualmente raras. De una dominación carismática - como con Napoleón - pueden provenir directamente del más estricto burocratismo o toda suerte de organizaciones prebendarias y feudales. La terminología y la casuística en modo alguno pueden pretender ser exhaustivas y apresar en sus esquemas la realidad histórica…(p. 211)

        En todas las formas de dominación es vital para el mantenimiento de la obediencia el hecho de la existencia del cuadro administrativo y de su acción continua dirigida a la realización e imposición  de las ordenaciones. La existencia de esta acción es lo que se designa con la palabra ORGANIZACIÓN. Para ella, a su vez es decisiva la solidaridad (ideal o real) de intereses del cuadro administrativo con el soberano. En las relaciones del cuadro administrativo con el soberano rige esta ley: que el imperante, apoyado en esa solidaridad es más fuerte frente a los miembros individualmente considerados, pero más débil frente a todos ellos en conjunto. Se requiere sin embargo una socialización plenamente sujeta a plan del cuadro administrativo para que se pueda imponer ordenadamente y por tanto con éxito, ya la obstrucción, ya una acción consciente contra el imperante, ya la paralización de la acción de este. De igual modo, para todo aquel que quiera romper una dominación, se requiere la creación de un cuadro administrativo propio que haga posible su propia dominación, …En su grado más intenso aparece aquella solidaridad de intereses con el imperante allí donde la propia legitimidad y la garantía de provisión del cuadro administrativo depende de él. La posibilidad de los individuos de sustraerse a esa solidaridad es diferente según la estructura. Con la máxima dificultad en el caso de una separación plena de los medios administrativos, por consiguiente, en las dominaciones puramente patriarcales (apoyadas sólo en la tradición), en las puramente patrimoniales y en las puramente burocráticas (que sólo descansan en la existencia del reglamento). (p. 212).

        El carácter patrimonial de una burocracia se manifiesta en que ella se exige la constitución de una relación (de clientela) de sumisión personal. (p 213).

PARTIDOS

        Llamamos partidos a las formas de socialización que descansando en un reclutamiento (formalmente) libre, tienen como fin proporcionar poder a sus dirigentes dentro de una asociación y otorgar por ese medio a sus miembros activos determinadas probabilidades ideales o materiales (la realización de fines objetivos o el logro de ventajas personales o ambas cosas)…Lógicamente los partidos sólo son posibles dentro de una asociación, la dirección de la cual pretenden conquistar o influir; sin embargo, son posible las uniones de partidos de varias asociaciones y no raras.

        Los partidos pueden emplear toda clase de medios para el logro del poder. Estos significan siempre prácticamente, por consecuencia de su fundamento teóricamente voluntario, que la actividad de la política es una actividad de interesados…(p 229).

LA ECONOMÍA Y LOS DIVERSOS ORDENES
Orden jurídico y Orden económico

        Cuando se habla de derecho…debe tenerse en cuenta de un modo particularmente riguroso la distinción entre la consideración jurídica y la sociológica. La primera se pregunta lo que idealmente vale como derecho. Esto es: que significación o, que sentido normativo lógicamente correcto debe corresponder a una formación verbal que se presenta como norma jurídica. Por el contrario, la ultima se pregunta lo que de hecho ocurre en una comunidad en razón de que existe la probabilidad de que los hombres que participan en la actividad comunitaria, sobre todo aquellos que pueden influir considerablemente en esa actividad, consideren subjetivamente como valido un determinado orden y orienten por él su conducta practica.

        Orden económico a la distribución de poder de disposición efectivo sobre bienes y servicios económicos que se produce consensualmente según el modo de equilibrio de los intereses, y a la manera como esos bienes y servicios se emplean según el poder fáctico de disposición que descansa sobre consenso. (p. 251).

        Orden jurídico es cuando exista la perspectiva de aplicar cualquier medio coactivo, físico o psíquico, ejercido por un aparato coactivo, esto es, por una o varias personas que están dispuestas a manejarlo caso de que se presente la situación; cuando por tanto, existe una forma específica de socialización a los fines de la coacción jurídica. (p. 256).

ORDEN JURÍDICO, CONVENCIÓN Y COSTUMBRE

        ….Debemos suponer el hecho de que la actitud anímica interior hacia aquella regularidad lleve consigo inhibiciones sensibles contra las innovaciones y constituyen un apoyo muy fuerte para la creencia en su obligatoriedad.  Con este motivo… Cómo nacen en este mundo en que estamos adaptado a lo regular y a lo vigente las innovaciones cualquiera? …mediante cambios de las condiciones de vida externas. Pero estas no dan la menor garantía de que la respuesta no sea una decadencia de la vida en lugar de un nuevo orden; y, sobre todo, no constituyen en modo alguno la condición indispensable; en muchos casos de nuevos ordenes de gran alcance no es siquiera una condición cooperante. Sino que, según todas las experiencias de la etnología, la fuente más importante del nuevo orden parece ser la influencia de los individuos, quienes en virtud de vivencias “anormales” son capaces de influir sobre los demás. No hablamos aquí del modo como consecuencia de su “anormalidad”, nacen las vivencias que aparecen como nuevas, sino de la forma de su influencia. Estas influencias, que superan la inercia de lo acostumbrado, pueden tener lugar de distintos modos psicológicos. La primera consiste en despertar de pronto en el individuo influido la idea de una acción mediante medios eficacísimos  como algo que debe hacerse: inspiración de la conducta. La segunda consiste en que el influido, convive la propia conducta interior del que influye: endopatía, penetración simpática.  La forma del actuar, en virtud de esta mediación, puede ser de lo más diversa en cada caso en particular. Sin embargo muy a menudo nace una acción comunitaria de masa referida al que ejerce la influencia y a su vivencia, de la que puedan después desarrollarse consensos con el contenido correspondiente. Están adaptados a las condiciones externas de vida, pero las sobreviven. Las influencias de la endopatía y principalmente de la inspiración son las fuentes principales de la imposición de innovaciones efectivas, cuya práctica en forma regular pronto apoya el sentimiento de obligatoriedad del que eventualmente van acompañadas. Incluso el “sentimiento de obligatoriedad” puede presentarse a veces como cosa originaria y primaria en las innovaciones, particularmente como una parte psicológica constitutiva del inspirar. Conduce a confusión considerar la imitación de una nueva conducta como el fenómeno primario y fundamental para su difusión. …todo es de una importancia secundaria. (p.260).

        Pero la innovación naciente se halla más próxima a dar origen al consenso y finalmente, al derecho si su fuente fue una inspiración duradera o una endopatía intensiva. Entonces crea convención o en ciertas circunstancias, directamente un actuar coactivo de tipo consensual contra los que se resisten. Según toda experiencia histórica, siempre se desarrolla de la convención, de la aprobación o desaprobación del ambiente, si es fuerte la fe religiosa, la esperanza y la idea de que también los poderes suprasensibles premiarán o castigarán aquella conducta aprobada o desaprobada por el medio. O también el supuesto de que no sólo el participante inmediato, sino también los que los rodean tendrán que sufrir la venganza de aquellas fuerzas suprasensibles, por tanto, que por cada individuo o el aparato coactivo de la asociación debe reaccionar contra eso O la idea de los garantizadores especiales del orden, nacida de la observancia constante de una determinada forma de actuar…derecho consuetudinario a semejante norma prácticamente válida. O al fin la exigencia racionalmente pensada por parte de los interesados de que la obligación convencional o la misma obligación consuetudinaria, para asegurarla contra toda sacudida, se coloquen expresamente bajo garantía de un aparato coactivo, se conviertan, por lo tanto, en un derecho estatuido. Y sobre todo, el contenido de las reglas de conducta garantizadas solamente por la convención, dentro del campo de la distribución interna del poder entre los órganos de una asociación racional de tipo institucional, pasa cada vez más a la esfera de lo exigido y garantizado jurídicamente. Y finalmente, toda rebeldía contra la convención puede conducir a que el ambiente haga un uso gravoso contra el rebelde de los derechos subjetivos coactivamente garantizados. Entonces la regla convencional está de hecho apoyada indirectamente por medios coactivos.

        Llamaremos “grupos étnicos” a aquellos grupos humanos que, fundándose en la semejanza del habito exterior y de las costumbres, o de ambos a la vez, o en recuerdos de colonización y migración, abrigan una creencia subjetiva en una precedencia común, de tal suerte que la creencia es importante para la ampliación de las comunidades…El grupo étnico no es en si mismo una comunidad sino tan sólo un “momento” que facilita el proceso de comunización (p.318).

MERCADO

        Debe hablarse de un mercado tan pronto como concurren, aunque sólo sea de una parte, una pluralidad de interesados en el cambio y en las probabilidades de cambio…Fenómeno especifico del mercado: el regateo. (p. 493).

        La comunidad de mercado en cuanto tal, es la relación práctica de vida más impersonal en la que los hombres puedan entrar. No porque el mercado suponga una lucha entre los participes. Toda relación humana, incluso la más intima, hasta la entrega personal más incondicionada, es, en algún sentido, de un carácter relativo, y puede significar una lucha con el compañero, quizás para la salvación de su alma. Sino porque es específicamente objetivo, orientado exclusivamente por el interés en los bienes de cambio. Cuando el mercado se abandona a su propia legalidad, no repara más en la cosa, no en la persona, no conoce ninguna obligación de fraternidad ni de piedad, ninguna de las relaciones humanas originarias portadas por las comunidades de carácter personal. Todas ellas son obstáculos para el libre desarrollo para la mera comunidad de mercado y los intereses específicos del mercado; en cambio, estos son las tentaciones específicas para todas ellas. Intereses racionales de fin determinan los fenómenos del mercado en medida especialmente alta, y la legalidad racional, en particular la inviolabilidad formal de lo prometido, una vez es la cualidad que se espera que copartícipe en el cambio, y  que constituye el contenido de la ética del mercado que, en este respecto, inculca una concepción muy rigurosa: en los anales de la bolsa es casi inaudito que se rompa el convenio más incontrolado e improbable cerrado con la firma…El mercado, en plena contraposición a todas las otras comunidades, que siempre suponen confraternización personal y, casi siempre, parentesco de sangre, es, en sus raíces, extraño a toda confraternización. (p. 494).

ECONOMÍA Y DERECHO

        …La facultad de fallar una determinada causa, la de llamar a las armas o la de exigir en cualquier forma obediencia a ciertas personas, representan en tal hipótesis derechos subjetivos “adquiridos” y, eventualmente, pueden ser objeto de un negocio jurídico, una enajenación o una transmisión hereditaria, como lo es, verbigracia, la facultad de aprovechar un pedazo de tierra. El poder político no tiene en este caso una estructura jurídica de instituto, sino que se constituye mediante socializaciones y compromisos concretos entre los diferentes titulares y pretendientes de las facultades subjetivas de mando. El poder político de mando no difiere entonces esencialmente del que ejercen el señor de la casa - dominus - , el señor territorial o el corporal. En todos estos poderes descubrimos un rasgo común: el “patrimonialismo”. Todo lo que corresponde a nuestro derecho público constituye de acuerdo con aquella concepción y hasta donde la misma llega el objeto de un derecho subjetivo de los titulares concretos del poder, en la misma forma que una pretensión jurídica privada.

        Todo derecho se reduce a un fin de la administración: el gobiernoEn el sentido más amplio, el circulo de la administración pública encierra tres clases de tarea, a saber: creación de derecho, aplicación del mismo y lo que queda de la actividad de los institutos públicos después de separar aquellas dos esferas: el gobierno. El gobierno puede hallarse ligado a normas jurídicas y estar limitado por derechos subjetivos adquiridos. Esto es común al gobierno con la creación del derecho y la aplicación del mismo. Pero hay que distinguir: 1) Un aspecto positivo: el fundamento de legitimidad de sus atribuciones. El gobierno moderno se desenvuelve sobre la base de una competencia legítima que, desde el punto de vista jurídico, descansa en ultima instancia, en un poder concedido por las normas “constitucionales” del instituto estatal. Mas en esta sujeción al derecho vigente y limitación por derecho subjetivos adquiridos, encontramos también: 2) un aspecto negativo: los limites de su libertad de movimiento, con los que no pueden dejar de contar. Pero su esencia específica radica precisamente, en el aspecto positivo, en que no sólo tiene por objeto el respeto o la realización del derecho objetivo vigente porque vale como tal y sirve de fundamento a los derechos subjetivos adquiridos, sino también la realización de otros fines de índole material: políticos, morales, utilitarios, o de cualquier otra clase. Desde el punto de vista del gobierno, los particulares y sus intereses son, según el sentido jurídico, fundamentalmente objetos, no sujetos jurídicos. En el Estado moderno existe la aplicación del derecho y la administración (en el sentido de gobierno). Porque en el ámbito de la actividad judicial suele imponerse al juez actual, en parte por medio de normas jurídicas, en parte también doctrinalmente, la obligación de resolver las controversias de que conoce atendiendo a principios materiales: moralidad, equidad, conveniencia, etc. Y por otra parte, la organización del Estado en la actualidad concede al particular, que en principio sus intereses frente a la misma, medios que, formalmente al menos, son del mismo tipo que los que la aplicación del derecho implica. (p. 500-501).  

        El procedimiento expiatorio entre los clanes es ajeno en un principio a la distinción entre el delito que exige una venganza y la infracción jurídica condicionante del deber de reparación. Y cuando tal distinción se admite es sólo de forma rudimentaria. La distinción se explica atendiendo a dos peculiaridades del derecho y la coacción jurídica primitivos: 1) Toda injuria es un delito que exige una expiación, y ningún delito es algo más que una injuria que demanda una castigo; 2) Por otra parte, el mismo carácter de las consecuencias jurídicas de la “sentencia” y la “ejecución” tiende a evitar el establecimiento de una distinción entre sanciones civiles y penales. (p.503).

        De la venganza parte principalmente el camino que conduce en línea recta al establecimiento de un “proceso penal” sujeto a reglas y formas fijas (p. 506).

…La distinción entre ética y derecho no existe en la intención de esos factores de la formación del derecho, que permanecen totalmente alejados de todo tratamiento autónomo y jurídico profesional del derecho. Esto se aplica especialmente a la creación jurídica teocráticamente influida, con su combinación de exigencias éticas y preceptos jurídicos. (p. 604).

LAS COMUNIDADES POLÍTICAS

        Es aquella cuya acción consiste en que los partícipes se reservan la dominación ordenada en un ámbito y de la acción de los hombres situados en él de un modo permanente o sólo provisional, teniendo preparada para el caso la fuerza física, normalmente armada….,la disposición al empleo de la violencia se halla vinculada con la dominación de un ámbito determinado. Sin embargo, sólo existe una comunidad política específica cuando la comunidad no solo es meramente económica y por tanto, cuando posee ordenamientos que regulan cosas distintas de la posesión económica de bienes y de la prestación de servicios. (p. 661).

        El rango que modernamente disfrutan las asociaciones políticas se debe al prestigio que impone en el animo de sus componentes la creencia específica, muy extendida, en un especial carácter sagrado - la legitimidad de la acción comunitaria por ellas establecidas - inclusive y justamente cuando incluye en su seno la coacción física y el poder de disponer de la vida y de la muerte. Esto constituye el consenso específico entre sus miembros acerca de la legitimidad. Como ocurre efectivamente en la época moderna, esta creencia en la legitimidad específica de todas las acciones emprendidas por tal tipo de comunidad puede incrementar en tan gran medida, que sólo ciertas comunidades políticas - ESTADOS - se consideran como únicas capacitadas  para permitir o conceder una autorización para que las demás comunidades en general usen legítimamente la coacción física. Así, para el desempeño y ejercicio de este poder existe en las comunidades políticas enteramente desarrolladas un sistema de ordenaciones casuística a las que se atribuye tal legitimidad específica. Se trata del ordenamiento jurídico, cuya creación se atribuye en un modo exclusivo a la comunidad política, porque esta ha llegado, en efecto, a ejercer el monopolio consistente en dar vigor, mediante la coacción física, a tal sistema de normas. Esta preeminencia del ordenamiento jurídico garantizado por el poder político ha surgido y se ha desarrollado a través de un lento proceso, debido a que las demás comunidades que poseían poderes coactivos especiales han perdido, por efectos de los desplazamientos económicos y de organización, su poder sobre el individuo, de suerte que se han disuelto o, sometidas al yugo de las comunidades políticas, han visto su poder reducido o limitado por estas. Ello es debido también a que han ido brotando en las comunidades políticas nuevos intereses que ya no han encontrado lugar para manifestarse en las asociaciones particulares, y a que sólo las garantías racionalmente organizadas proporcionadas por las primeras han podido asegurar suficientemente un circulo cada vez más amplio de intereses, especialmente de intereses económicos. (p. 663).

        La idea de legitimidad (en lo concerniente a la coacción) aparece  casi siempre que una asociación territorial es atacada desde el exterior en la esfera tradicional de su dominio, y la totalidad de sus miembros toman las armas para su defensa mediante un llamamiento general. (p.664).

        Con la creciente pacificación y ampliación del mercado aparecen, pues, paralelamente: 1) la monopolización de la violencia legitima mediante la asociación política, que culmina en el concepto moderno del Estado en cuanto ultima fuente de toda legitimidad del poder físico; 2) la racionalización de las normas destinadas a su aplicación, que culmina en el concepto del orden jurídico legítimo. (p.667).

El prestigio del poder y las “grandes potencias”

        Todas las formas políticas son organizaciones de fuerza. Pero el modo y proporción en que se usa o se amenaza usarse la fuerza dirigida hacia fuera, contra otras organizaciones análogas, desempeña un papel específico en la estructura y el destino de las comunidades políticas No toda forma política es en igual medida expansiva, en el sentido que pretenda conseguir un poder dirigido hacia fuera; es decir un estado de preparación para obtener el poder político sobre otros dominios y comunidades, tanto en forma de anexión como de sumisión. Por lo tanto, las formas políticas son formas de poder dirigidas hacia fuera en distinta proporción. (p.668).

        Todo “poder” inherente a la forma política lleva en su seno una dinámica específica: puede constituir la base de una pretensión específica al prestigio por parte de sus miembros, pretensión que influye en su conducta exterior. La experiencia demuestra que las pretensiones de prestigio han ejercido siempre una influencia difícilmente apreciable, en general, imposible de determinar, pero bien perceptible en el origen de las guerras…también los intereses económicos naturales y universalmente existentes de las capas que se nutren del ejercicio del poder político. Tal aspiración al prestigio es un fenómeno extendido dentro de todas las estructuras específicas de poder y, por tanto, también de las políticas. (p.669).

        …Pues como el sentimiento de prestigio propende a fortalecer la creencia patética en la existencia real del propio poder, los específicamente interesados en la estructura política del poder están interesados en la estructura política de poder están inclinados a formular sistemáticamente este sentimiento. Las comunidades políticas que se presentan como portadoras del prestigio inherente al poder suelen llamarse actualmente “grandes potencias”. Dentro del conjunto de tales comunidades políticas, suele manifestar algunas, en tanto que grandes potencias, un interés encaminado a los procesos políticos y económicos de un gran circulo, que actualmente abarca casi siempre la entera superficie del planeta. (p.670).

        La NACIÓN es un concepto que, si se considera como unívoco, no puede nunca ser definido de acuerdo con las cualidades empíricas que le son atribuidas. Quienes lo utilizan le dan por lo pronto, el siguiente significado: la posesión por ciertos grupos humanos de un sentimiento específico de solidaridad frente a otros. Se trata pues de un concepto que pertenece a la esfera estimativa. Sin embargo, no hay acuerdo ni sobre la forma en que han de delimitarse tales grupos ni acerca de la acción comunitaria resultante de la mencionada solidaridad. (p.679)

DIVISIÓN DEL PODER EN LA COMUNIDAD: CLASES, ESTAMENTOS, PARTIDOS

        Todo ordenamiento jurídico (y no sólo el “estatal) influye directamente, en virtud de su estructura, sobre la distribución del poder dentro de la comunidad respectiva, y ello tanto si se trata del poder económico como de cualquier otro. Por poder se entiende aquí, de un modo general, la probabilidad que tiene un hombre o una agrupación de hombres, de imponer su propia voluntad en una acción comunitaria, inclusive contra la oposición de los demás miembros. Como es natural, el poder condicionado económicamente no se identifica con el poder en general. Más bien ocurre lo inverso: el origen del poder económico puede ser consecuencia de un poder ya existente por otros motivos. Por su parte, el poder no es ambicionado sólo para fines de enriquecimiento económico. Pues el poder inclusive el económico, puede ser valorado “por sí mismo”, y con gran frecuencia la aspiración a causa de él es motivada también por el honor social que produce. Pero no todo poder produce honor social. El orden jurídico puede garantizar tanto el poder como la existencia del honor. Llamaremos “orden social” a la forma en que se distribuye el honor social dentro de una comunidad entre grupos típicos pertenecientes a la misma.

        Ahora bien, los fenómenos de la distribución del poder dentro de una comunidad están representados por las clases, los estamentos y los partidos.

        Las clases representan solamente bases posibles (y frecuentes) de una acción comunitaria. Así se habla de clases cuando: 1) es común a cierto numero de hombres un componente causal específico de sus probabilidades de existencia, en tanto que, 2) tal componente está representado exclusivamente por intereses lucrativos y de posesión de bienes, 3) en las condiciones determinadas por el mercado (de bienes o de trabajo) (situación de clases). Constituye el hecho económico más elemental que la forma en que se halla distribuido el poder de posesión sobre bienes en el seno de una multiplicidad de hombres que se encuentran y compiten en el mercado con finalidades de cambio crea por sí misma probabilidades específicas de existencia. (p.683).

        La situación de clase significa, últimamente la posición ocupada en el mercado…son intereses unívocamente económicos, intereses vinculados a la existencia del mercado los que producen la clase. (p.684)

        Situación estamental es todo componente típico del destino vital humano condicionado por una estimación social específica - positiva o negativa - del “honor” adscrito a alguna cualidad común a muchas persona. Este honor puede también relacionarse con una situación de clase: las diferencias de clases pueden combinarse con las más diversas diferencias estamentales y la posesión de bienes en cuanto tal no es siempre suficiente, pero con extraordinaria frecuencia llega a tener a la larga importancia en el estamento. (p.687).

        Simplificando se puede decir: las clases se organizan según las relaciones de producción y de adquisición de bienes; los estamentos, según los principios de su consumo de bienes en las diversas formas específicas de su manera de vivir; consecuentemente los partidos políticos se mueven en la esfera del poder. Su acción está encaminada al poder social, es decir tienden a ejercer una influencia sobre una acción comunitaria, cualquiera que sea su contenido. En principio, puede haber partidos tanto en un club como en un Estado. En oposición a la acción comunitaria ejercida por las clases y por los estamentos, la acción comunitaria de los partidos contiene siempre una socialización. Pues va siempre dirigida a un fin metódicamente establecido, tanto si se trata de un fin objetivo - realización de un programa con propósitos ideales o materiales - como de un fin personal - prebendas, poder y como consecuencia de ello, honor para sus jefes y secuaces o todo esto a la vez.

        Por eso sólo pueden existir partidos dentro de comunidades de algún modo socializadas; es decir, de comunidades que poseen un ordenamiento racional y un aparato personal dispuesto a realizarlo. Pues la finalidad de los partidos consiste precisamente en influir sobre tal aparato y, allí donde sea posible, en componerlo de partidarios...Sus medios para alcanzar el poder pueden ser muy diversos, desde el empleo de la simple violencia hasta la propaganda y el sufragio por procedimientos rudos o delicados: dinero, influencia social, poder de la palabra, sugestión y grosero engaño, táctica más o menos hábil  de la obstrucción dentro de las asambleas parlamentarias . Su estructura sociológica es necesariamente muy diversa, y varía de acuerdo con la estructura de la acción comunitaria por cuya influencia lucha, de acuerdo, con la organización de la comunidad en clases o estamentos y, sobre todo, de acuerdo con la estructura de dominación que prevalece dentro de la misma. Pues para sus jefes se trata precisamente de hacerse con esta dominación (p.693).

DOMINACIÓN Y GOBIERNO. NATURALEZA Y LIMITES DEL
GOBIERNO DEMOCRÁTICO

        Toda dominación se manifiesta y funciona en forma de gobierno…El poder de mando, puede tener una modesta apariencia  y el jefe puede considerarse como un servidor de los dominados. Esto ocurre casi siempre en el llamado gobierno directamente  democrático. Se llama “democrático” por dos razones que no coinciden necesariamente: 1) porque se basa en la suposición de que todo el mundo está en principio igualmente calificado para la dirección de los asuntos comunes; 2) porque reduce a lo mínimo el alcance del poder de mando. En tal régimen, las funciones de gobierno se transmiten simplemente mediante un sistema de turnos…reservándose a los miembros de la comunidad todas las decisiones importantes y correspondiendo a los funcionarios sólo la preparación y ejecución de las disposiciones, así como la dirección de los asuntos corrientes de acuerdos con los derechos establecidos por la asamblea de los miembros. 

        Esta forma de gobierno tiene lugar normalmente en asociaciones que presentan las siguientes características: 1) limitación local, 2) limitación en el numero de participantes, 3) poca diferenciación en la posición social de los participantes. Además, presupone, 4) tareas relativamente simples y estables y, a pesar de ello, 5) una no escasa instrucción y practica en la determinación objetiva de los medios y fines apropiados. (p.701).

LOS TRES TIPOS PUROS DE DOMINACIÓN LEGÍTIMA.
       
        La dominación, o sea la probabilidad de hallar obediencia a un mandato determinado, puede fundarse en diversos motivos: puede depender directamente de una constelación de intereses, o sea de consideraciones utilitarias de ventajas e inconvenientes por parte del que obedece; o puede depender también de la mera costumbre, de la mera habituación a un comportamiento inveterado, o puede fundarse, por fin, en el puro afecto, en la mera inclinación personal del súbdito. Sin embargo, la dominación que sólo se fundara en tales móviles sería relativamente inestable. En las relaciones entre dominantes y dominados, en cambio, la dominación suele apoyarse interiormente en motivos jurídicos, en motivos de su “legitimidad”, de tal manera que la conmoción de esa creencia en la legitimidad suele, por lo regular, acarrear graves consecuencias..(p.706-707).

        La dominación legal en virtud del estatuto. Su tipo más puro es la dominación burocrática. Su idea básica es: que cualquier derecho puede crearse o modificarse por medio de un estatuto sancionado correctamente en cuanto a la forma. La asociación dominante es elegida o nombrada, y ella misma y todas sus partes son servicios. Un servicio (parcial) heterónomo y heterocéfalo suele designarse como autoridad. El equipo administrativo consta de funcionarios nombrados por el señor, y los subordinados son miembros de la asociación.

        Se obedece, no a la persona en virtud de su derecho propio sino a la regla estatuida, la cual establece al propio tiempo a quien y en que medida se deba obedecer. También el que ordena obedece, al emitir una orden, a una regla: a la ley o al reglamento de una norma formalmente abstracta. El tipo del que ordena es el superior, cuyo derecho de mando está legitimado por una regla estatuida, en el marco de una competencia concreta, cuya delimitación y especialización se funda en la utilidad objetiva y en las exigencias profesionales puestas a la actividad del funcionario. El tipo de funcionario es el funcionario profesional…Su administración es trabajo profesional en virtud del deber objetivo del cargo; su ideal es disponer…sin la menor influencia de motivos personales y sin influencias sentimentales de ninguna clase…(p. 707).

        La dominación Tradicional: en virtud de la creencia en la santidad de los ordenamientos y los poderes señoriales existentes desde siempre. Su tipo más puro es el del dominio patriarcal. La asociación de dominio es comunización; el tipo del que ordena es el señor, y los que obedecen son súbditos en tanto que el cuerpo administrativo lo forman los servidores. Se obedece a la persona en virtud de su dignidad propia, santificada por la tradición: por fidelidad. El contenido de las ordenes está ligado por la tradición, cuya violación desconsiderada por parte del señor pondría en entredicho la legitimidad de su propio dominio, basado exclusivamente en la santidad de aquellas.(p.709).

        Dominación carismática, en virtud de devoción afectiva a la persona del señor y a sus dotes sobrenaturales (carisma) y, en particular: facultades mágicas, revelaciones o heroísmo, poder intelectual u oratorio. Lo siempre nuevo, extracotidiano, lo nunca visto y la entrega emotiva que provocan constituyen aquí la fuente de devoción personal. Sus tipos más puro son el dominio del profeta, del héroe guerrero y del gran demagogo. La asociación de dominio es la comunización en la comunidad o en el séquito. El tipo del que manda es el caudillo. El tipo del que obedece es el apóstol. Se obedece exclusivamente al caudillo personalmente a causa de sus cualidades excepcionales, y no en virtud de su posición estatuida o de su dignidad tradicional (p.711).

ESENCIA, SUPUESTOS Y DESARROLLO DE LA DOMINACIÓN BUROCRÁTICA

        Rige el principio de las atribuciones oficiales fijas, ordenadas, por lo general, mediante reglas, leyes o disposiciones del reglamento administrativo; es decir, 1) Existe una firme distribución de las actividades metódicas - consideradas como deberes oficiales - necesarias para cumplir los fines de la organización burocrática. 2) Los poderes de mando necesarios para el cumplimiento de estos deberes se hallan igualmente determinados de un modo fijo, estando bien delimitados mediante normas los medios coactivos que le son asignados. 3) Para el cumplimiento regular y continuo de los deberes así distribuidos y para el ejercicio de los derechos correspondientes se toman las medidas necesarias con vistas al nombramiento de personas con aptitudes bien determinadas.

        Rige el principio de la jerarquía funcional y de la tramitación; es decir, un sistema firmemente organizado de mando y subordinación mutua de las autoridades mediante una inspección de las inferiores por las superiores, sistema que ofrece al dominado la posibilidad sólidamente regulada de apelar de una autoridad inferior a una instancia superior.

        La administración moderna se basa en documentos conservados…, y en el cuerpo de empleados subalternos y de escribientes de toda clase. El conjunto de los empleados que trabajan a las ordenes de un jefe junto con sus archivos de documentos y expedientes constituye un negociado…(p.717). La actividad burocrática …presupone normalmente un concienzudo aprendizaje profesional; su desempeño exige todo el rendimiento del funcionario sin detrimento de la circunstancia de que pueda estar bien determinado el tiempo que esté obligado a permanecer en la oficina cumpliendo sus deberes…

        La razón decisiva que explica el progreso de la organización burocrática ha sido siempre su superioridad técnica sobre cualquier otra organización. Un mecanismo burocrático perfectamente desarrollado actúa con relación a las demás organizaciones de la misma forma que una maquina con relación a los métodos mecánicos de fabricación. La precisión, la rapidez, la univocidad, la oficialidad, la continuidad, la discreción, la uniformidad, la rigurosa subordinación, el ahorro de fricciones y de costas y objetivas personales son infinitamente mayores en una administración severamente burocrática, y especialmente monocrática, servida por funcionarios especializados… (p.730-731). La estructura burocrática corre parejas con la concentración de los medios materiales en manos del jefe.

DOMINACIÓN PATRIARCAL Y PATRIMONIAL

        Entre los principios estructurales preburocráticos el más importante es el que se refiere a la estructura patriarcal de la dominación que se basa en la sumisión en virtud de una devoción rigurosamente personal. Su germen radica en la autoridad de un dominus dentro de una comunidad domestica. Su posición autoritaria personal tiene de común con la dominación burocrática puesta al servicio de fines objetivos la continuidad de su subsistencia, el carácter cotidiano. Además, ambos encuentran, en ultima instancia, su apoyo en la obediencia a normas por parte de los que están sometidos a un poder. Pero estas normas en la dominación patriarcal se basan en la tradición, en la creencia en el carácter inquebrantable de lo que ha sido siempre de una manera determinada.  La sumisión personal al señor es la que garantiza como legitimas las normas procedentes del mismo. En este caso, sólo el hecho y los limites de su poder proceden de normas que, aunque no han sido escritas, se han visto consagradas por la tradición (p.753).

        El sistema feudal crea existencias capaces de armarse a si mismas y de someterse a ejercicios militares profesionales, que encuentran en el honor del príncipe su propio honor, que hallan en la expansión de su poder la de estas probabilidades de proporcionar feudos a sus descendientes y en la conservación del dominio enteramente personal del príncipe ven el único fundamento de legitimidad de su propia posesión feudal (p. 817).

LA DOMINACIÓN CARISMÁTICA Y SU TRANSFORMACIÓN

        Tanto la estructura burocrática como la patriarcal son organizaciones entre cuyos rasgos más importantes figura la estabilidad. Por consiguiente, son en este sentido organizaciones corrientes. Especialmente el poder patriarcal arraiga en la satisfacción de las necesidades normales cotidianas y tiene con ello su campo de acción originario en la economía que pueden ser satisfechas con procedimientos normales y corrientes. El patriarca es    el caudillo natural de lo cotidiano. La estructura burocrática es así sólo su contrafigura traspuesta en la esfera racional. También ella es una organización permanente y, con su sistema de normas racionales, tiene por finalidad la satisfacción mediante procedimientos normales de las necesidades corrientes susceptibles de calculo. En cambio, la satisfacción de las necesidades situadas más allá de las exigencias planteadas por la cotidianeidad económica es, en principio, enteramente heterogénea; es decir está fundada carismáticamente (p.847).

        En oposición a toda especie de organización oficial burocrática, la estructura carismática no presenta ningún procedimiento ordenado para el nombramiento o sustitución; no conoce ninguna carrera, ningún ascenso, ningún sueldo, ninguna formación profesional del portador del carisma o de sus ayudantes, ninguna autoridad a la que se pueda apelar. Tampoco pueden asignársele jurisdicciones locales o competencias exclusivas. Y, finalmente, no existen instituciones independientes de las personas y del estado de su carisma puramente personal en la forma de magistraturas burocráticas. El carisma conoce solamente determinaciones internas y limites propios. El portador del carisma abraza el cometido que le ha sido asignado y exige obediencia y adhesión en virtud de su misión (p.848).

        En oposición a todo dominio patriarcal, el carisma puro es lo contrario a toda gestión económica ordenada; es justamente el poder antieconómico, también, y precisamente, cuando, como el héroe guerrero carismático, persigue la adquisición de bienes (p. 849). La situación de autoridad carismática es por su misma naturaleza inestable (p.850).

        Si tanto el poder carismático como el patriarcal se basan en la consagración personal y en la autoridad personal ejercida por los jefes naturales en oposición a los jefes establecidos de la organización burocrática, tal veneración y tal autoridad son en ambos casos muy distintas. El patriarca disfruta de ellas, lo mismo que el funcionario, en calidad de portador de disposiciones que no solamente han sido establecidas, como las leyes y reglamentos de la burocracia, con finalidades humanas, sino que desde tiempos inmemoriales ofrecen un carácter absolutamente válido. El portador del carisma las disfruta en virtud de una supuesta misión encarnada en su persona, misión que, si no siempre y de un modo absoluto, sí por lo menos en sus representaciones más altas, posee un carácter revolucionario, subversivo de valores, costumbres, leyes y tradición. Por inestable que sea la situación de un poder patriarcal en manos de su poder concreto, representa en todos los casos una estructura social de dominio que, en oposición a la estructura carismática procedente de las situaciones de urgencia y entusiasmo extraordinarios, se pone al servicio de lo cotidiano y, como lo cotidiano, permanece inalterable en su función a través de todos los cambios de personas y de ambiente. Ambas formas estructurales son accesibles a todas las esferas de la vida (p.853).

        La creación de un dominio carismático en el sentido puro es siempre el resultado de situaciones singularmente extremadas - especialmente de situaciones políticas o económicas, o psíquicas internas, sobre todo religiosas -, y se origina por una excitación común a un grupo de hombres, excitación surgida de lo extraordinario y tendiente a la consagración al heroísmo de cualquier clase que sea. Pero de aquí se desprende que la fuerza de una inquebrantable unidad y solidez, tanto por la fe del portador mismo y de sus discípulos en el carisma como por la de los adeptos en el valor de su miseria solo se dá en status nascendi.  Si el movimiento que ha arrancado a un grupo dirigido carismáticamente del círculo de lo cotidiano refluye otra vez en este ultimo, el puro dominio del carisma queda cuando menos refrenado, trasladado al campo de lo institucional y falseado. Entonces, es sometido a una mecanización, o es sustituido por principios enteramente diferentes o confundidos y combinado con ellos en las formas más diversas, de suerte que sólo la consideración teórica puede destacarlo como un componente de la realidad empírica.

        Por lo tanto, el dominio carismático puro es, en un sentido enteramente específico, algo instable, y todas sus alteraciones tienen, en ultima instancia, el mismo origen. Normalmente, el deseo del jefe mismo, en todas las ocasiones el de sus discípulos y casi siempre el anhelo de los adeptos carismáticamente dominados hacen que el carisma y la felicidad carismática de los dominados se transformen de una gracia libre exteriormente transitoria correspondiente a épocas y personas extraordinaria en posesión permanente de lo habitual y lo cotidiano. Pero con ello se transforma el carácter interno de la estructura. Tanto si el séquito carismático de un héroe guerrero da origen a un Estado, como si la comunidad carismática de un profeta, de un artista, de un filósofo, de un innovador ético o científico da origen a una iglesia, a una secta, a una academia, a una escuela, o si una agrupación carismáticamente dirigida con vista a una idea cultural produce un partido o un aparato de publicaciones periódicas, en todos estos casos la forma de existencia del carisma queda abandonada a las condiciones de lo cotidiano  y a los poderes que lo dominan, especialmente los intereses económicos (p.856-857) 

        Tan pronto como el dominio carismático pierde el carácter extremadamente emocional que lo caracteriza frente a la vinculación a la tradición propia de lo cotidiano, tan pronto como abandona su punto de apoyo puramente personal, la sumisión a lo tradicional no es, ciertamente, lo único posible, pero es, particularmente en periodos de escasa racionalización de la técnica vital, lo más probable y casi siempre lo inevitable. Ahora bien, con ello parece abandonarse y perderse definitivamente la naturaleza propia del carisma, y esto es lo que efectivamente ocurre en tanto que se considere su carácter eminentemente revolucionario. Pues de entonces en adelante se apoderan del carisma los intereses de todos los que disfrutan de poder social y económico y pretenden la legitimación de su posesión por medio de la derivación de una autoridad y un origen carismático y, consiguientemente sagrados. Así, de acuerdo con el autentico sentido, en vez de actuar revolucionariamente contra todo lo tradicional o contra todo lo que se basa en una adquisición legítima de derechos, el carisma influye justamente como el fundamento de los derechos adquiridos. Y precisamente en esta función tan ajena a su propio carácter se convierte en un elemento integrante de lo cotidiano. Pues la necesidad que con ello satisface es una necesidad enteramente universal. Y ante todo por una razón general (p. 858).

        El dominio carismático no es en modo alguno exclusivo de las primitivas fases de la evolución, así como en general, en tres tipos fundamentales de la estructura de dominación no quedan simplemente insertados de un modo sucesivo dentro de una línea evolutiva, sino que puede surgir simultáneamente en múltiples combinaciones. Pero lo cierto es que el destino del carisma queda pospuesto a medida que se desarrollan las organizaciones institucionales permanentes (p.867).

LA DISCIPLINA Y LA OBJETIVACIÓN DEL CARISMA

        La suerte del carisma suele ser por regla general que cede el paso a medida que se consolida la estructura permanente de la acción comunitaria a los poderes de la tradición o a la asociación racional. Considerando de modo general, su desaparición significa una disminución del alcance de la acción individual. Sin embargo, entre todas las fuerzas que hacen retroceder la acción individual, la más irresistible es un poder que, además del carisma personal, extermina la organización basada en el honor estamental o la transforma en un sentido racional. Este es el poder de la disciplina racional. Substancialmente no es sino la realización consecuentemente racionalizada, es decir, metódicamente ejercitada, precisa e incondicionalmente opuesta a toda critica, de una orden recibida así como la intima actitud exclusivamente encaminada a tal realización. A esta característica se añade otra: la uniformidad de la acción ordenada….Sólo mediante la disciplina se convierte la conservación del prestigio estamental y la estereotipación de su modo peculiar de vivir en algo que ha sido en gran medida consciente y racionalmente querido (p. 882).

        La disciplina en general - lo mismo que su forma más racional: la burocracia - es algo “objetivo” y se coloca con firme “objetividad” a la disposición de todo poder que se interese por ella y sepa establecerla (p. 882-883).

        La lucha llena de vicisitudes entre la  disciplina y el carisma individual tiene su clásico campo en la evolución de la estructura que adopta la táctica guerrera. En este sector se halla determinada, naturalmente, en cierta medida por motivos que se refieren meramente a la técnica bélica ( p. 884-885).

        En cuanto a la posibilidad de un desarrollo de la disciplina, la base económica en que descansaba la organización del ejército en cada caso no ha sido el único factor determinante, pero ha tenido una enorme importancia. Al contrario, influyó todavía más sobre su organización social y política el papel más o menos importante desempeñado por la disciplina como base de los ejércitos adiestrados….la disciplina guerrera puede coincidir con muy diversas condiciones económicas. De todos modos, suele tener muy diferentes consecuencias para la organización del Estado, de la economía y aun de la familia, pues un ejercito enteramente disciplinado era necesariamente en el pasado un “ejercito profesional”, constituyendo por tal motivo el modo de sustentar al guerrero el problema más importante. La forma originaria mediante la cual se constituyen tropas preparadas y entrenadas, capaces de disciplina, es el comunismo de guerreros…de una especie de cuartel…(p. 885-886).

        Por el contrario, todas las formas de organización militar descentralizada, de tipo feudal, suele implicar de modo general un debilitamiento de la disciplina…y un aumento de la importancia adscrita al heroísmo individual (p.887).

ORIGEN DEL ESTADO RACIONAL
  
        La lucha permanente, en forma pacífica o bélica, de los Estados nacionales en concurrencia por el poder creó para el moderno capitalismo occidental las mayores oportunidades. Cada Estado particular había de concurrir por el capital, no fijado residencia alguna, que le prescribía las condiciones bajo las cuales le ayudaría a adquirir poder. De la coalición necesaria del Estado nacional con el capital surgió la clase burguesa nacional…En consecuencia, es el Estado nacional a él ligado el que proporciona al capitalismo las oportunidades de subsistir; así, pues, mientras aquél no ceda el lugar a un estado universal, subsistirá también éste (p.1047). El Estado racional, el único en el que puede prosperar el capitalismo moderno. Se funda en la burocracia profesional y en el derecho racional.

        El Estado es aquella comunidad humana que en el interior de un determinado territorio reclama para sí (con éxito) el monopolio de la coacción física legítima. La política sería así la aspiración a la participación en el poder, o a la influencia sobre la distribución del poder, ya sea entre Estados o, en el interior de un Estado, entre los grupos humanos que comprende, lo cual corresponde también esencialmente al uso lingüístico…El que hace política aspira a poder: poder, ya sea como medio al servicio de otros fines - ideales o egoísta -, o poder “por el poder mismo”, o sea para gozar del sentimiento de prestigio que confiere (p. 1056-1057).

        El Estado, es una relación de dominio de hombres basada en el medio de la coacción legitima (es decir, considerada legitima). Así, pues para que subsista es menester que los hombres dominados se sometan a la autoridad de los que dominan en cada caso. Cuándo y por qué lo hagan, sólo puede comprenderse cuando se conocen los motivos internos de justificación y los medios externos en los que la dominación se apoya.

        Motivos de justificación interior, o sea motivos de legitimidad de una dominación hay tres en principio: la autoridad del pasado, de la costumbre consagrada por una validez inmemorial y por la actitud habitual de su observancia: es esta la dominación tradicional…Luego la autoridad del don de gracia personal extraordinario (carisma), o sea la devoción totalmente personal y la confianza personal en revelaciones, heroísmo y otras cualidades de caudillaje del individuo: dominación carismática tal como la ejerce el profeta o el príncipe guerrero escogido o el conductor plebiscitado, el gran demagogo o el jefe político de un partido. Y finalmente, la dominación en virtud de la legalidad, o sea en virtud de la creencia en la validez de un estamento legal y de la competencia objetiva fundada en reglas racionalmente creadas, es decir: disposición de obediencia en el cumplimiento de deberes conforme a estatuto; esta es la dominación tal como la ejercen el moderno servidor del Estado y todos aquellos elementos investidos de poder que en este aspecto se asemejan. Se comprende que en realidad, condicionan el sometimiento motivos muy poderosos de miedo y esperanza: temor de la venganza…del dueño del poder o esperanza de recompensa en el otro mundo o en este, al lado de otros intereses de la índole más diversa (p.1057).

        La devoción de los dominados al carisma puramente persona del caudillo tiene sus raíces en la idea de la vocación en su expresión suprema. La devoción al carisma del profeta o del caudillo en la guerra o del gran demagogo en la asamblea o el parlamento, significa que este pasa por el conductor interiormente llamado de los hombres, que estos no se le someten en virtud de costumbre o estatuto, sino porque creen en él (p.1057).

        Toda empresa de dominio que requiere una administración continua, necesita por una parte la actitud de obediencia en a actuación humana con respecto a aquellos que se dan por portadores del poder legítimo y, por otra parte, por medio de dicha obediencia, la disposición de aquellos elementos materiales eventualmente necesarios para el empleo físico de la coacción, es decir: el cuerpo administrativo personal y los medios materiales de administración.

        El cuerpo administrativo, que representa externamente a la empresa política de dominio lo mismo que a cualquier otra, no se halla ligado a la obediencia frente al detentador del poder por aquella  sola representación de la legitimidad, sino además por otros dos medios que apelan directamente al interés personal: retribución personal y honor social. Los feudos de los vasallos, las prebendas de los funcionarios patrimoniales y el sueldo de los modernos servidores del Estado, constituyen la paga, y el temor de perderla constituye el fundamento último y decisivo de la solidaridad del cuerpo de la administración con el soberano. Esto se aplica al caudillaje carismático, a saber: honor militar y botín para el séquito guerrero (p.1058).

LA EMPRESA ESTATAL DE DOMINIO COMO ADMINISTRACIÓN.
DIRECCIÓN POLÍTICA Y BUROCRACIA.

        En el Estado moderno, el verdadero dominio, que no consiste ni en los discursos parlamentarios ni en las proclamas de monarcas sino en el manejo diario de la administración, se encuentra necesariamente en manos de la burocracia, tanto militar como civil. Porque también el oficial moderno superior dirige las batallas desde su despacho (p.1060).

        Desde el punto de vista de la sociología, el Estado moderno es una “empresa”, con el mismo titulo de una fábrica: en esto consiste precisamente su rasgo histórico específico. Y se halla así mismo condicionada de modo homogéneo, en esta y en aquél, la relación de poder en el interior de la empresa…En ambos casos, la disposición de dichos medios está en manos de aquel poder al que el aparato de la burocracia (jueces, funcionarios, oficiales, capataces, empleados, etc.) obedece o a cuya llamada atiende; aquel aparato igualmente característico de todas aquellas formaciones y cuya existencia y función están ligadas indisolublemente, tanto como causa cuanto como efecto, a aquella “concentración de los medios materiales de explotación” o, lo que es más, cuya forma constituye socialización creciente significa hoy, inexorablemente burocratización creciente.    

        Pero también históricamente, el progreso hacia lo burocrático, hacia el Estado que juzga y administra asimismo conforme a un derecho estatuido y a reglamentos concebidos racionalmente, está en relación más intima con el desarrollo capitalista moderno. La empresa capitalista moderna descansa internamente ante todo en el cálculo. Necesita para su existencia una justicia y una administración cuyo funcionamiento puede calcularse racionalmente, por lo menos en principio, por normas fijas generales con tanta exactitud como puede calcularse el rendimiento probable de una maquina (p.1061-1062).

        La importancia de los abogados en la política occidental a partir del advenimiento de los partidos nada tiene de casual. En efecto, el juego político de los partidos significa, precisamente, juego de elementos interesados. Y el llevar un asunto con eficacia en beneficio de los interesados es precisamente el cometido del abogado de profesión. En ello, este es superior a cualquier funcionario. Sin duda puede llevar con éxito, o sea técnicamente bien, una causa apoyada por argumentos lógicamente endebles, o sea en el sentido mala. Pero solamente él, también lleva con éxito una causa apoyada en argumentos lógicamente sólidos, o sea en este sentido una causa buena. En cambio, el funcionario en calidad de político convierte con demasiada frecuencia mediante una conducción técnicamente mala una causa buena en si bajo todos los aspectos en una causa mala (p. 1065).

        Hay dos maneras de hacer de la política una profesión. En efecto, se vive para la política o de la política. Esta oposición no es de modo alguna exclusiva. Por lo regular, antes bien, ambas cosas van junta... Por consiguiente, la distinción se refiere al aspecto económico. Desde este punto de vista vive de la política como profesión el que aspira a hacerse de ella una fuente permanente de ingresos y vive para la política aquel en quien no sucede tal cosa (p.1066).… los políticos profesionales no se ven directamente obligados a buscar para su actividad política una retribución, como ha de hacerlo obviamente el que carece de medios de fortuna propios. Y por otra parte tampoco significa, pej., que los políticos carentes de tales bienes tengan sólo o preponderantemente en vista sus intereses privados en la política, o que no piensen, o no piensen principalmente “en la causa”. Antes bien, para el hombre acaudalado, la preocupación por su seguridad económica constituye consciente o inconscientemente… un punto cardinal de su orientación vital. En cambio el idealismo totalmente desinteresado y sin prevenciones se encuentra, si no exclusiva sí por lo menos precisamente en las capas que, debido a la falta de bienes de fortuna, están por completo al margen de los círculos interesados en el mantenimiento del orden económico de una sociedad determinada, siendo esto así, en particular, en las épocas excepcionales, es decir: revolucionarias (p.1067)