Se ha hablado mucho del ‘Plan
Zamora’ actualmente en ejecución en el país a raíz de la revuelta ciudadana que
ya lleva más de noventa días para restituir un orden político que permita
reconstruir la república. Las exposiciones realizadas se han focalizado en los
aspectos legales que la sustentan o no y la intencionalidad de la utilización
del nombre ‘Zamora’ en sí. Mi propósito aquí es examinar qué es un ‘plan’
(militar) para determinar el grado de consistencia del que está siendo puesto
en práctica por la tiranía de modo que, siguiendo las máxima de Sun Zi, se
pueda determinar sus vulnerabilidades y hacerlo inefectivo. Por ello, vamos a
describir la estructura onto-epistémica de un ‘Plan’ en sí, luego, vamos a
deducir, a partir de allí qué es el ‘Plan Zamora’ y, finalmente, a determinar
cómo se puede neutralizar.
Onto-epistemología
de un Plan militar.
Un ‘plan’ es un medio que
provee la coordinación de acciones requeridas para la conducción y ejecución de
una acción anticipada o futura de combate. La planificación es un proceso
continuo que involucra una revisión detallada y metódica de todos los aspectos
que contemplan la acción militar. Planificar, en este contexto, es el vínculo
que une a los miembros y actividades de una organización como una totalidad
para alcanzar un fin determinado teniendo presente la existencia de óbices o la
oposición de otra entidad con la fuerza necesaria para ello. La planificación
se fundamenta, entonces, en una estructura lógica que tiene cuatro fases: 1.-)
estimación de la misión y decisión, 2.-) elaboración de la guía de
planificación y el plan en sí, 3.-) el establecimiento de órdenes de combate y
4.-) la acción y supervisión. La estimación de la misión y la decisión son
parte de un proceso que implica la adecuación, es decir, responder si se es
capaz de cumplir con la misión, con los medios que sean dispuestos y los costos
que ella implica sean aceptables. Ello supone básicamente el análisis de la
misión y la consideración de las opciones del enemigo y las acciones propias.
En general, estos son los dos aspectos que me interesa destacar.
El análisis de la misión
implica, entre otras cosas, el conocimiento de restricciones que impone la
misión en sí, es decir, las Reglas de Enfrentamiento (RdE). Estas son una serie
de directivas que indican las circunstancias y limitaciones bajo las cuales una
fuerza militar puede iniciar y continuar un empeñamiento en combate. Las
limitaciones pueden incluir las restricciones en el uso de ciertas armas, como
las armas de fuego en protestas (que indica defecto como el joven muerto el
19JUN) o el uso de armas consideradas no letales pero de manera que se tornan
letales (que indican exceso como muchos de los jóvenes muertos por el uso de
bombas lanzadas directamente a los cuerpos de las personas), de atacar ciertos
blancos o de atacar blancos en ciertas áreas (como conjuntos residenciales,
hospitales, etc.). Ello también puede imponer requerimientos específicos para
la identificación de un blanco antes de un ataque o imponer restricciones en el
daño a ser provocado.
La consideración de las
opciones del enemigo y las acciones propias implica tener presentes factores
como espacio, tiempo y medios disponibles para determinar las fortalezas y
vulnerabilidades que permitan predecir qué puede ocurrir e impida o permita que
se cumpla la misión. Del análisis de estos factores es que se toma la decisión
una vez que se consideran la inteligencia que asegure el análisis efectuado, la
logística que pueda sostener el esfuerzo de las operaciones (personal, transporte,
sanidad, alimentación, etc.) y las comunicaciones.
Con respecto a la guía de
planificación y el plan en sí, esta supone la redefinición del concepto de la
operación en función de la decisión tomada para la ejecución del plan.
Comprende básicamente la asignación de tareas (ofensivas, defensivas, etc.), la
organización (unidad de esfuerzo, dirección centralizada, ejecución
descentralizada), la estructura de comando y el tipo de plan a ejecutar. Con
respecto a este último aspecto es conveniente recalcar que un plan es,
entonces, un método o un esquema de cómo un comandante sincronizará sus
acciones militares para llevar a cabo una decisión de mando o proyecto y un
plan de contingencia es un plan concebido para prevenir que se desemboquen
grandes acontecimientos que razonablemente puedan acontecer en un área
geográfica determinada. Por lo general, se presenta en forma de un plan de
operaciones o un esbozo de plan. El Plan Zamora es un plan de contingencia
concebido para restablecer el orden en circunstancias excepcionales declaradas
formalmente o no. Las órdenes de combate están relacionadas con la elaboración
formal de la directiva. Estas deben responder las preguntas: quién, qué,
cuándo, dónde y por qué para asegurar la ejecución coordinada de una operación.
Fíjense que no se considera el cómo porque ello es asunto a desarrollar por el
subalterno en función de la doctrina existente lo que explica los excesos y los
defectos.
La ejecución y supervisión
están relacionadas con la realización de las operaciones necesarias para
cumplir con la misión asignada y de los ajustes que tienen que realizarse en
caso de que varíen las circunstancias de modo que los cambios que se realicen
no se aparten del fin a alcanzar o si hay que interrumpir la acción esta se
haga en las mejores condiciones.
Con esta síntesis de lo que
contiene un ‘plan de operaciones’ donde se han obviado unos pasos que pueden
considerarse en otra ocasión podemos analizar deductivamente el ‘Plan Zamora’
para determinar qué es y algunos aspectos a tener en consideración.
El
‘Plan Zamora’.
El ‘Plan Zamora’ es una
derivación del ‘Plan Ávila’ extendido a escala nacional tal como se deduce de
las declaraciones realizadas por miembros de la clase dirigente[1]. Ello se explica por el
hecho que la justificación para activarlo fue la existencia de “planes de golpe
de Estado que… están en desarrollo contra Venezuela”[2] a pesar de la ruptura del
orden político iniciada por el Tribunal Supremo de Justicia. Así pues, el Plan
Zamora está concebido para restituir el orden político, pero un orden político
roto, en función de los intereses de una facción política.
Teniendo esto presente,
podemos comparar algunos aspectos onto-epistémicos de un plan en sí, para
entender, la forma de acción que está siguiendo la facción política que
controla el país. Ello servirá para determinar posibles cursos de acción que
ayuden a restaurar el orden político como paso previo para reconstituir la
república. Así pues, si consideramos los pasos indicados en el parágrafo
anterior, es decir, 1.-) estimación de la misión y decisión, 2.-) guía de
planificación y plan en sí, 3.-) órdenes de combate y 4.-) acción y
supervisión, nos encontramos con lo siguiente:
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PLAN
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PLAN
ZAMORA
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1
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Estimación de la misión y decisión
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Hay una diferencia sustancial entre el
‘Plan Ávila’ y el ‘Plan Zamora’. La diferencia es que el segundo considera la
existencia de un enemigo interno. La idea del enemigo interno aparece de
manera enfática en el artículo 59° de la Ley Orgánica de Seguridad de la
Nación (LOSN) del año 2014[3]. Esta diferencia hace
que la forma de acción a considerar haya cambiado de la disipación y control
de desórdenes públicos con una serie de medidas basadas en unas RdE estrictas
instituidas a raíz de la experiencia del año 1989 para la protección de
derechos humanos a la neutralización del enemigo como mecanismo de disipación
que, como hemos visto, implica a ejecución de medidas que han reducido los
derechos civiles de los venezolanos. Las RdE las examinaremos en (3), no
obstante, nos interesa destacar aquí que la selección del enemigo
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2
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Guía de planificación y plan en sí
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La consideración del enemigo, es decir, la
sociedad venezolana consciente, implica que por su naturaleza (ser una
multiplicidad conformada por diferentes individualidades y grupos de interés)
ha supuesto para ello el enfrentar una estructura débil y poco capaz de tomar
decisiones que le produzcan daño. Considerando ello ha establecido una
estructura de comando y operaciones difusa basada en el artículo 59° de la
LOSN antes citado, debido a que incluye a las comunas (colectivos armados)
como medio para ‘neutralizar’ al enemigo interno a la par que la policía y la
Guardia Nacional. Esta estructura de comando y operaciones difusa opera en
espacios urbanos controlados y preparados (véase la eliminación de los
puentes en la autopista Francisco Fajardo) y dada la limitación de medios
busca mantener una posición central que le permita garantizar capacidad de
maniobra. Por ello, en los lugares donde han acaecidos enfrentamientos graves,
en todo el país, que han involucrado a los colectivos armados es porque la
ejecución del plan ha estado amenazada. En relación con el tiempo se busca el
control del ritmo y la cadencia de la perturbación para reducir su duración. Con
lo cual la forma de maniobra del ‘Plan Zamora’ está basada en el encajonamiento
para hacer de la multitud un rebaño para su posterior disipación, y la
neutralización de los perturbadores (enemigos) seleccionados que ha
significado muertes, heridos y capturados.
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3
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Ordenes de combate
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Disipar y neutralizar indican la adopción
de RdE. Las RdE suponen la adopción de unos principios que orbitan en torno a
la proporcionalidad. Si el carácter es ofensivo o no, no viene al caso. Lo
que interesa destacar es que las decenas de muertos y de heridos provocados
por la tiranía evidencian aspectos que no estaban contemplados en el ‘plan’,
es decir, la aplicación de una escalada de forma gradual por el empleo de
armas (de fuego y no letales) de forma letal. El uso de armas de fuego
evidencia, como dije defectos en su concepción. Con ello quiero decir que hay
fallas en el entrenamiento de los represores y/o que el desgaste psicológico
ha sido grande. El uso de armas no letales como armas letales indica para mi
exceso, es decir, hay premeditación en provocar la disipación y la
neutralización de forma rápida.
La mención de la existencia de fases en el
‘Plan Zamora’ indica la disposición de una capacidad de escalar en función de
la amenaza que consideren y decidan los represores. Ello implica que de
existir RdE estas deben ser proporcionales al daño que el que las concibe
está percibiendo. El ejemplo en esta escalada se observó en las Residencias
‘Los Verdes’ en el Paraíso.
El aspecto grave es que estas RdE operan en
una organización donde se puede determinar responsabilidades, pero el
carácter difuso de la estructura por el hecho que operan de forma paralela
‘colectivos armados’ indican que están reglas operan (si existen) en la
estructura represiva formal de la tiranía. Los excesos se han observado de
forma atroz en la otra parte.
Eso es lo que he estado observado, con lo
cual, el ‘conflicto’ que motivó la adopción del ‘Plan Zamora’ se ha ajustado
a lo previsto.
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4
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Acción y supervisión
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Las acciones del plan la hemos observado en
estos noventa días. Los ajustes se han observado en el hecho que han tenido
que escalar en cuanto a las fases de aplicación del mismo y se ha cambiado la
estructura de comando de la represión. El aspecto no previsto ha sido la
duración, sin embargo, la adopción por parte de la tiranía de otras medidas
políticas como la denominada Asamblea Constituyente Comunal le permite al
Plan Zamora tener la base de sustentación suficiente en cuanto a ritmo,
cadencia y duración que le permita sostenerse en el tiempo si no se produce
un cambio de circunstancias.
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Con lo antes indicado se
puede afirmar que la tiranía previó, después de su experiencia del año 2014, una
situación que podía socavar su poder y tomó las medidas preventivas para
garantizar su supervivencia (Blanco, 2014) . Estas medidas
fueron adoptadas en diferentes campos de acción política, es decir, el político-social,
jurídico, el internacional, el económico, social, etc., y hasta el presente, a
pesar del desgaste, han surtido efecto. Ello ha sido posible debido a que la
tiranía escogió el ‘enemigo’, escogió el espacio y adoptó un esquema de
maniobra que ha satisfecho sus necesidades. De igual forma, la ‘dirigencia
política’ de la sociedad venezolana que se opone a la tiranía aceptó esas
condiciones y si no hubiese sido por los cambios de circunstancias representado
por la aparición de otros actores políticos que se han sumado al esfuerzo de la
sociedad, el sacrificio de decenas de venezolanos no estuviese siendo honrado.
De forma esquemática la
acción de la tiranía se sintetiza en lo siguiente:
La tiranía ha actuado de
forma más o menos direccional (en el campo militar principalmente) de forma
sincronizada multidimensionalmente con medio más o menos ilimitados porque
controla los pocos recursos que entran en el país, con una asimetría generada
porque condujeron a la oposición por el camino que eran más fuertes, lo cual
supone que los objetivos han sido limitados. Sin embargo ha sufrido un alto
consumo, en todos los ámbitos.
En todo caso el hecho que
todos los factores políticos que luchan contra la asamblea constituyente
comunal y la restitución del orden político han invocado el articulo 333 y 350
de la Constitución Nacional y esta multiplicidad en las actuales circunstancias
puede constituir una máquina de guerra
que ayude a alcanzar ambos objetivos. Esto nos lleva al tercer punto de esta
argumentación.
¿Cómo
se puede neutralizar el ‘Plan Zamora’?
El ‘Plan Zamora’ se puede
neutralizar haciéndolo inefectivo. La heroica sociedad venezolana lleva casi
noventa días estrellándose contra una pared como aconteció con la guerra de
trincheras en la Primera Guerra Mundial. Esto ha representado un alto costo. La
dirigencia política se colocó en el esquema de las protestas, tal como se ha
llevado hasta ahora, por un tema de encuestas a pesar de que podía haber
adoptado otro tipo de medidas que si se correspondían para los roles político
que desempeñan, al menos en la Asamblea Nacional. Las protestas, en este
sentido, hay que continuarlas porque eso tiene medios represivos fijados, pero
no se puede estar exponiendo vidas de forma innecesaria. Mientras escribo esto
tuvo la dolorosa noticia de dos bajas más.
Esto no es develar un plan
de forma inocente. La sorpresa va a estar en la táctica, es decir, en la forma
en que se instrumenten las acciones porque los objetivos están claros y
conocidos tanto por la sociedad como por la tiranía. Esa es la preocupación de
todo aquel que piensa cómo contribuir a aplicar el artículo 333 y 350.
El objetivo abstracto que
persigue la sociedad venezolana es restituir el orden político. El objetivo
físico está orientado a destruir la base de sustentación de poder de la
tiranía. ¿Cómo? En la Constitución Nacional aparece la palabra ‘seguridad’ en
49 ocasiones. Si a la tiranía se le hace sentir inseguridad en esos 49 espacios
de forma multidimensional (diplomática, psicológica, redes de información,
inteligencia, financiera, económica, de ayuda y otras indicadas en el gráfico
mostrado al final) y omnidireccionalmente de forma simultánea y sucesiva va a
perder su base de sustentación en el sentido que todo está amarrado a un modelo
de desarrollo. Estos 49 espacios de seguridad dan a los objetivos un carácter limitado
y suponen un alto grado de creatividad. Una entidad singular en una
multiplicidad puede ejecutar uno o muchas acciones contra la tiranía y muchos
pueden ejecutar una acción de bajo costo. Hay que imaginarse millones de
venezolanos creando cosas que socaven el poder del régimen de forma simultánea.
La clave es la sincronización. Así pues de forma esquemática las acciones de
una multiplicidad se presenta como sigue:
Teniendo esto presente, hay
que recalcar varios aspectos a tener en consideración: en primer lugar, que
nuestra protesta es no-violenta, no es pacífica debido a que estamos
respondiendo a una agresión con los medios que tenemos a nuestra disposición
que gracias a la creatividad van a ser ilimitados. En segundo lugar, que un
arma es un instrumento para producir daño y el daño es un perjuicio o menoscabo
que puede estar dirigido a hacienda, persona u honra que puede, a su vez,
generar empobrecimiento, soledad y algo que no estamos considerando, es decir,
la muerte de personas (Blanco, 2016)[4]. Y, en tercer lugar,
estamos enfrentando una estructura difusa que está escalando en violencia para
permanecer en el poder.
El hecho que la protesta
ciudadana haya podido mantenerse por noventa días ha sido su carácter difuso,
es decir, su estructura ha sido difusa por causas naturales, no por un hecho
deliberado. Este carácter difuso es la mejor expresión de la existencia de una
multiplicidad. Esta multiplicidad está actuando en un plano de inmanencia que
es a su vez su propio mecanismo de defensa. En este plano de inmanencia cada
entidad constituyente puede producir conceptos de acción y actuar de forma
independiente. Es decir, cada entidad puede ejecutar un plan de operaciones que
siga los puntos ‘1’, ‘2’, ‘3’ y ‘4’. Esta forma de acción puede ser creciente,
o sea, de inmediata aplicación, siguiendo la siguiente estructura:
Un individuo, un grupo,
varios grupos pueden actuar siguiendo esa estructura de acción basada en el
plano de inmanencia que representa la convicción de la mayoría de los
venezolanos de que la tiranía no puede seguir, pero hay que asegurarse de que
se actúe de forma sincronizada. No es esperar a que alguien ordene cuándo y
cómo actuar sino que en función de la circunstancia dada multiplicar el efecto
del daño haciendo múltiples cosas.
Lo que sí es imperativo es
en la medida en que se vaya instrumentando esta estrategia que denominamos
ESTRATEGIA DEL ENJAMBRE se debe tener una estructura de transición política.
[1] Por ejemplo, el Ministro del
Interior y Justicia declaró que para
justificar el Plan Zamora "La derecha terrorista ha instigado a la
rebelión, que es un delito penal militar, así como también ha cometido delitos
de ultraje al centinela y destrucción de bienes de la Fuerza Armada Nacional
Bolivariana". Ver al respecto: http://www.el-nacional.com/noticias/bbc-mundo/que-plan-zamora-por-que-detenidos-responden-ante-tribunal-militar_181314
.
[2] Ver al respecto: ¿En qué
consiste el Plan Zamora que activó el Gobierno?
http://globovision.com/article/en-que-consiste-el-plan-zamora-que-activo-el-gobierno
[3] Hannah Arendt (2004), nos ha
indicado que los regímenes totalitarios tenían la particularidad de escoger sus
enemigos para poder gobernar bajo el terror como medio para mantenerse en el
poder. Este aspecto es importante tenerlo en cuenta debido a que si se tiene
presente que los regímenes tiránicos y totalitarios se basan en la fuerza del
número y creen en la regla de la mayoría más que en las constituciones, la no
disposición de ese número hace que el Estado totalitario esté contra la
sociedad. Ver al respecto: Arendt, H. (2004). Los Orígenes del Totalitarismo. Madrid. Editorial Taurus. 618 p.
[4] Blanco, E. (2016). Ontología de
la Guerra. crítica al concepto de resistencia en las obras de Hardt y Negri. Caracas.
Rivero-Blanco editores. 420 p.