jueves, 22 de junio de 2017

Acerca del ‘Plan Zamora’: De la unicidad de la tiranía a la multiplicidad del enjambre


Se ha hablado mucho del ‘Plan Zamora’ actualmente en ejecución en el país a raíz de la revuelta ciudadana que ya lleva más de noventa días para restituir un orden político que permita reconstruir la república. Las exposiciones realizadas se han focalizado en los aspectos legales que la sustentan o no y la intencionalidad de la utilización del nombre ‘Zamora’ en sí. Mi propósito aquí es examinar qué es un ‘plan’ (militar) para determinar el grado de consistencia del que está siendo puesto en práctica por la tiranía de modo que, siguiendo las máxima de Sun Zi, se pueda determinar sus vulnerabilidades y hacerlo inefectivo. Por ello, vamos a describir la estructura onto-epistémica de un ‘Plan’ en sí, luego, vamos a deducir, a partir de allí qué es el ‘Plan Zamora’ y, finalmente, a determinar cómo se puede neutralizar.
Onto-epistemología de un Plan militar.
Un ‘plan’ es un medio que provee la coordinación de acciones requeridas para la conducción y ejecución de una acción anticipada o futura de combate. La planificación es un proceso continuo que involucra una revisión detallada y metódica de todos los aspectos que contemplan la acción militar. Planificar, en este contexto, es el vínculo que une a los miembros y actividades de una organización como una totalidad para alcanzar un fin determinado teniendo presente la existencia de óbices o la oposición de otra entidad con la fuerza necesaria para ello. La planificación se fundamenta, entonces, en una estructura lógica que tiene cuatro fases: 1.-) estimación de la misión y decisión, 2.-) elaboración de la guía de planificación y el plan en sí, 3.-) el establecimiento de órdenes de combate y 4.-) la acción y supervisión. La estimación de la misión y la decisión son parte de un proceso que implica la adecuación, es decir, responder si se es capaz de cumplir con la misión, con los medios que sean dispuestos y los costos que ella implica sean aceptables. Ello supone básicamente el análisis de la misión y la consideración de las opciones del enemigo y las acciones propias. En general, estos son los dos aspectos que me interesa destacar.
El análisis de la misión implica, entre otras cosas, el conocimiento de restricciones que impone la misión en sí, es decir, las Reglas de Enfrentamiento (RdE). Estas son una serie de directivas que indican las circunstancias y limitaciones bajo las cuales una fuerza militar puede iniciar y continuar un empeñamiento en combate. Las limitaciones pueden incluir las restricciones en el uso de ciertas armas, como las armas de fuego en protestas (que indica defecto como el joven muerto el 19JUN) o el uso de armas consideradas no letales pero de manera que se tornan letales (que indican exceso como muchos de los jóvenes muertos por el uso de bombas lanzadas directamente a los cuerpos de las personas), de atacar ciertos blancos o de atacar blancos en ciertas áreas (como conjuntos residenciales, hospitales, etc.). Ello también puede imponer requerimientos específicos para la identificación de un blanco antes de un ataque o imponer restricciones en el daño a ser provocado.
La consideración de las opciones del enemigo y las acciones propias implica tener presentes factores como espacio, tiempo y medios disponibles para determinar las fortalezas y vulnerabilidades que permitan predecir qué puede ocurrir e impida o permita que se cumpla la misión. Del análisis de estos factores es que se toma la decisión una vez que se consideran la inteligencia que asegure el análisis efectuado, la logística que pueda sostener el esfuerzo de las operaciones (personal, transporte, sanidad, alimentación, etc.) y las comunicaciones.
Con respecto a la guía de planificación y el plan en sí, esta supone la redefinición del concepto de la operación en función de la decisión tomada para la ejecución del plan. Comprende básicamente la asignación de tareas (ofensivas, defensivas, etc.), la organización (unidad de esfuerzo, dirección centralizada, ejecución descentralizada), la estructura de comando y el tipo de plan a ejecutar. Con respecto a este último aspecto es conveniente recalcar que un plan es, entonces, un método o un esquema de cómo un comandante sincronizará sus acciones militares para llevar a cabo una decisión de mando o proyecto y un plan de contingencia es un plan concebido para prevenir que se desemboquen grandes acontecimientos que razonablemente puedan acontecer en un área geográfica determinada. Por lo general, se presenta en forma de un plan de operaciones o un esbozo de plan. El Plan Zamora es un plan de contingencia concebido para restablecer el orden en circunstancias excepcionales declaradas formalmente o no. Las órdenes de combate están relacionadas con la elaboración formal de la directiva. Estas deben responder las preguntas: quién, qué, cuándo, dónde y por qué para asegurar la ejecución coordinada de una operación. Fíjense que no se considera el cómo porque ello es asunto a desarrollar por el subalterno en función de la doctrina existente lo que explica los excesos y los defectos.
La ejecución y supervisión están relacionadas con la realización de las operaciones necesarias para cumplir con la misión asignada y de los ajustes que tienen que realizarse en caso de que varíen las circunstancias de modo que los cambios que se realicen no se aparten del fin a alcanzar o si hay que interrumpir la acción esta se haga en las mejores condiciones.
Con esta síntesis de lo que contiene un ‘plan de operaciones’ donde se han obviado unos pasos que pueden considerarse en otra ocasión podemos analizar deductivamente el ‘Plan Zamora’ para determinar qué es y algunos aspectos a tener en consideración.
El ‘Plan Zamora’.
El ‘Plan Zamora’ es una derivación del ‘Plan Ávila’ extendido a escala nacional tal como se deduce de las declaraciones realizadas por miembros de la clase dirigente[1]. Ello se explica por el hecho que la justificación para activarlo fue la existencia de “planes de golpe de Estado que… están en desarrollo contra Venezuela”[2] a pesar de la ruptura del orden político iniciada por el Tribunal Supremo de Justicia. Así pues, el Plan Zamora está concebido para restituir el orden político, pero un orden político roto, en función de los intereses de una facción política.
Teniendo esto presente, podemos comparar algunos aspectos onto-epistémicos de un plan en sí, para entender, la forma de acción que está siguiendo la facción política que controla el país. Ello servirá para determinar posibles cursos de acción que ayuden a restaurar el orden político como paso previo para reconstituir la república. Así pues, si consideramos los pasos indicados en el parágrafo anterior, es decir, 1.-) estimación de la misión y decisión, 2.-) guía de planificación y plan en sí, 3.-) órdenes de combate y 4.-) acción y supervisión, nos encontramos con lo siguiente:
#
PLAN
PLAN ZAMORA
1
Estimación de la misión y decisión
Hay una diferencia sustancial entre el ‘Plan Ávila’ y el ‘Plan Zamora’. La diferencia es que el segundo considera la existencia de un enemigo interno. La idea del enemigo interno aparece de manera enfática en el artículo 59° de la Ley Orgánica de Seguridad de la Nación (LOSN) del año 2014[3]. Esta diferencia hace que la forma de acción a considerar haya cambiado de la disipación y control de desórdenes públicos con una serie de medidas basadas en unas RdE estrictas instituidas a raíz de la experiencia del año 1989 para la protección de derechos humanos a la neutralización del enemigo como mecanismo de disipación que, como hemos visto, implica a ejecución de medidas que han reducido los derechos civiles de los venezolanos. Las RdE las examinaremos en (3), no obstante, nos interesa destacar aquí que la selección del enemigo (Arendt, 2004), indica el tipo de enfrentamiento que están dispuestos a aceptar y dónde y cómo. Eso lo vamos a desarrollar en (2).
2
Guía de planificación y plan en sí
La consideración del enemigo, es decir, la sociedad venezolana consciente, implica que por su naturaleza (ser una multiplicidad conformada por diferentes individualidades y grupos de interés) ha supuesto para ello el enfrentar una estructura débil y poco capaz de tomar decisiones que le produzcan daño. Considerando ello ha establecido una estructura de comando y operaciones difusa basada en el artículo 59° de la LOSN antes citado, debido a que incluye a las comunas (colectivos armados) como medio para ‘neutralizar’ al enemigo interno a la par que la policía y la Guardia Nacional. Esta estructura de comando y operaciones difusa opera en espacios urbanos controlados y preparados (véase la eliminación de los puentes en la autopista Francisco Fajardo) y dada la limitación de medios busca mantener una posición central que le permita garantizar capacidad de maniobra. Por ello, en los lugares donde han acaecidos enfrentamientos graves, en todo el país, que han involucrado a los colectivos armados es porque la ejecución del plan ha estado amenazada. En relación con el tiempo se busca el control del ritmo y la cadencia de la perturbación para reducir su duración. Con lo cual la forma de maniobra del ‘Plan Zamora’ está basada en el encajonamiento para hacer de la multitud un rebaño para su posterior disipación, y la neutralización de los perturbadores (enemigos) seleccionados que ha significado muertes, heridos y capturados.

3
Ordenes de combate
Disipar y neutralizar indican la adopción de RdE. Las RdE suponen la adopción de unos principios que orbitan en torno a la proporcionalidad. Si el carácter es ofensivo o no, no viene al caso. Lo que interesa destacar es que las decenas de muertos y de heridos provocados por la tiranía evidencian aspectos que no estaban contemplados en el ‘plan’, es decir, la aplicación de una escalada de forma gradual por el empleo de armas (de fuego y no letales) de forma letal. El uso de armas de fuego evidencia, como dije defectos en su concepción. Con ello quiero decir que hay fallas en el entrenamiento de los represores y/o que el desgaste psicológico ha sido grande. El uso de armas no letales como armas letales indica para mi exceso, es decir, hay premeditación en provocar la disipación y la neutralización de forma rápida.

La mención de la existencia de fases en el ‘Plan Zamora’ indica la disposición de una capacidad de escalar en función de la amenaza que consideren y decidan los represores. Ello implica que de existir RdE estas deben ser proporcionales al daño que el que las concibe está percibiendo. El ejemplo en esta escalada se observó en las Residencias ‘Los Verdes’ en el Paraíso.  

El aspecto grave es que estas RdE operan en una organización donde se puede determinar responsabilidades, pero el carácter difuso de la estructura por el hecho que operan de forma paralela ‘colectivos armados’ indican que están reglas operan (si existen) en la estructura represiva formal de la tiranía. Los excesos se han observado de forma atroz en la otra parte.

Eso es lo que he estado observado, con lo cual, el ‘conflicto’ que motivó la adopción del ‘Plan Zamora’ se ha ajustado a lo previsto.

4
Acción y supervisión
Las acciones del plan la hemos observado en estos noventa días. Los ajustes se han observado en el hecho que han tenido que escalar en cuanto a las fases de aplicación del mismo y se ha cambiado la estructura de comando de la represión. El aspecto no previsto ha sido la duración, sin embargo, la adopción por parte de la tiranía de otras medidas políticas como la denominada Asamblea Constituyente Comunal le permite al Plan Zamora tener la base de sustentación suficiente en cuanto a ritmo, cadencia y duración que le permita sostenerse en el tiempo si no se produce un cambio de circunstancias.

Con lo antes indicado se puede afirmar que la tiranía previó, después de su experiencia del año 2014, una situación que podía socavar su poder y tomó las medidas preventivas para garantizar su supervivencia (Blanco, 2014). Estas medidas fueron adoptadas en diferentes campos de acción política, es decir, el político-social, jurídico, el internacional, el económico, social, etc., y hasta el presente, a pesar del desgaste, han surtido efecto. Ello ha sido posible debido a que la tiranía escogió el ‘enemigo’, escogió el espacio y adoptó un esquema de maniobra que ha satisfecho sus necesidades. De igual forma, la ‘dirigencia política’ de la sociedad venezolana que se opone a la tiranía aceptó esas condiciones y si no hubiese sido por los cambios de circunstancias representado por la aparición de otros actores políticos que se han sumado al esfuerzo de la sociedad, el sacrificio de decenas de venezolanos no estuviese siendo honrado.
De forma esquemática la acción de la tiranía se sintetiza en lo siguiente:

La tiranía ha actuado de forma más o menos direccional (en el campo militar principalmente) de forma sincronizada multidimensionalmente con medio más o menos ilimitados porque controla los pocos recursos que entran en el país, con una asimetría generada porque condujeron a la oposición por el camino que eran más fuertes, lo cual supone que los objetivos han sido limitados. Sin embargo ha sufrido un alto consumo, en todos los ámbitos.
En todo caso el hecho que todos los factores políticos que luchan contra la asamblea constituyente comunal y la restitución del orden político han invocado el articulo 333 y 350 de la Constitución Nacional y esta multiplicidad en las actuales circunstancias puede constituir una máquina de guerra que ayude a alcanzar ambos objetivos. Esto nos lleva al tercer punto de esta argumentación.
¿Cómo se puede neutralizar el ‘Plan Zamora’? 
El ‘Plan Zamora’ se puede neutralizar haciéndolo inefectivo. La heroica sociedad venezolana lleva casi noventa días estrellándose contra una pared como aconteció con la guerra de trincheras en la Primera Guerra Mundial. Esto ha representado un alto costo. La dirigencia política se colocó en el esquema de las protestas, tal como se ha llevado hasta ahora, por un tema de encuestas a pesar de que podía haber adoptado otro tipo de medidas que si se correspondían para los roles político que desempeñan, al menos en la Asamblea Nacional. Las protestas, en este sentido, hay que continuarlas porque eso tiene medios represivos fijados, pero no se puede estar exponiendo vidas de forma innecesaria. Mientras escribo esto tuvo la dolorosa noticia de dos bajas más.
Esto no es develar un plan de forma inocente. La sorpresa va a estar en la táctica, es decir, en la forma en que se instrumenten las acciones porque los objetivos están claros y conocidos tanto por la sociedad como por la tiranía. Esa es la preocupación de todo aquel que piensa cómo contribuir a aplicar el artículo 333 y 350.
El objetivo abstracto que persigue la sociedad venezolana es restituir el orden político. El objetivo físico está orientado a destruir la base de sustentación de poder de la tiranía. ¿Cómo? En la Constitución Nacional aparece la palabra ‘seguridad’ en 49 ocasiones. Si a la tiranía se le hace sentir inseguridad en esos 49 espacios de forma multidimensional (diplomática, psicológica, redes de información, inteligencia, financiera, económica, de ayuda y otras indicadas en el gráfico mostrado al final) y omnidireccionalmente de forma simultánea y sucesiva va a perder su base de sustentación en el sentido que todo está amarrado a un modelo de desarrollo. Estos 49 espacios de seguridad dan a los objetivos un carácter limitado y suponen un alto grado de creatividad. Una entidad singular en una multiplicidad puede ejecutar uno o muchas acciones contra la tiranía y muchos pueden ejecutar una acción de bajo costo. Hay que imaginarse millones de venezolanos creando cosas que socaven el poder del régimen de forma simultánea. La clave es la sincronización. Así pues de forma esquemática las acciones de una multiplicidad se presenta como sigue:


Teniendo esto presente, hay que recalcar varios aspectos a tener en consideración: en primer lugar, que nuestra protesta es no-violenta, no es pacífica debido a que estamos respondiendo a una agresión con los medios que tenemos a nuestra disposición que gracias a la creatividad van a ser ilimitados. En segundo lugar, que un arma es un instrumento para producir daño y el daño es un perjuicio o menoscabo que puede estar dirigido a hacienda, persona u honra que puede, a su vez, generar empobrecimiento, soledad y algo que no estamos considerando, es decir, la muerte de personas (Blanco, 2016)[4]. Y, en tercer lugar, estamos enfrentando una estructura difusa que está escalando en violencia para permanecer en el poder.
El hecho que la protesta ciudadana haya podido mantenerse por noventa días ha sido su carácter difuso, es decir, su estructura ha sido difusa por causas naturales, no por un hecho deliberado. Este carácter difuso es la mejor expresión de la existencia de una multiplicidad. Esta multiplicidad está actuando en un plano de inmanencia que es a su vez su propio mecanismo de defensa. En este plano de inmanencia cada entidad constituyente puede producir conceptos de acción y actuar de forma independiente. Es decir, cada entidad puede ejecutar un plan de operaciones que siga los puntos ‘1’, ‘2’, ‘3’ y ‘4’. Esta forma de acción puede ser creciente, o sea, de inmediata aplicación, siguiendo la siguiente estructura:

Un individuo, un grupo, varios grupos pueden actuar siguiendo esa estructura de acción basada en el plano de inmanencia que representa la convicción de la mayoría de los venezolanos de que la tiranía no puede seguir, pero hay que asegurarse de que se actúe de forma sincronizada. No es esperar a que alguien ordene cuándo y cómo actuar sino que en función de la circunstancia dada multiplicar el efecto del daño haciendo múltiples cosas.
Lo que sí es imperativo es en la medida en que se vaya instrumentando esta estrategia que denominamos ESTRATEGIA DEL ENJAMBRE se debe tener una estructura de transición política.




[1] Por ejemplo, el Ministro del Interior y Justicia declaró que para  justificar el Plan Zamora "La derecha terrorista ha instigado a la rebelión, que es un delito penal militar, así como también ha cometido delitos de ultraje al centinela y destrucción de bienes de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana". Ver al respecto: http://www.el-nacional.com/noticias/bbc-mundo/que-plan-zamora-por-que-detenidos-responden-ante-tribunal-militar_181314 .
[2] Ver al respecto: ¿En qué consiste el Plan Zamora que activó el Gobierno?  http://globovision.com/article/en-que-consiste-el-plan-zamora-que-activo-el-gobierno
[3] Hannah Arendt (2004), nos ha indicado que los regímenes totalitarios tenían la particularidad de escoger sus enemigos para poder gobernar bajo el terror como medio para mantenerse en el poder. Este aspecto es importante tenerlo en cuenta debido a que si se tiene presente que los regímenes tiránicos y totalitarios se basan en la fuerza del número y creen en la regla de la mayoría más que en las constituciones, la no disposición de ese número hace que el Estado totalitario esté contra la sociedad. Ver al respecto: Arendt, H. (2004). Los Orígenes del Totalitarismo. Madrid. Editorial Taurus. 618 p.
[4] Blanco, E. (2016). Ontología de la Guerra. crítica al concepto de resistencia en las obras de Hardt y Negri. Caracas. Rivero-Blanco editores. 420 p.

jueves, 1 de junio de 2017

EL NUEVO SER-MILITAR VENEZOLANO EN LA NUEVA VENEZUELA REPUBLICANA.

En Venezuela hay una discusión acerca del destino de los militares una vez se constituya la república. Esta discusión ha sido áspera sobre todo si se considera que tenemos más de dos meses en una protesta que ha escalado a una rebelión ciudadana luego de que se ha violentado de forma explícita el orden político y ha sido reprimida por miembros de la Fuerza Armada (FA) en colaboración con grupos policiales y paramilitares. El impedimento que han tenido los venezolanos para reconstituir el orden político, por consiguiente, han sido los militares que conforman la actual FA.
Así pues, esta discusión ha orbitado acerca de su utilidad, su papel en la historia venezolana, su rol actual y su futuro. Esta discusión no es nueva. Comenzó de forma tímida después del año 1992 y se acentuó después del año 2002 y consecuentemente después del año 2014. Los autores que en cierta forma han sido usados para dar fundamento a las discusiones han sido Samuel Huntington y Amos Perlmutter, entre otros. Por ello, vamos a examinar, en primer lugar, el análisis de Huntington-Perlmutter y sus implicaciones en Venezuela, en segundo lugar, hacia dónde apunta en la actualidad la discusión del ser-militar y, en tercer lugar, cuáles son sus implicaciones para una Venezuela republicana.
Lo militar y lo político desde la perspectiva de Huntington-Perlmutter.
Amos Perlmutter realizó una tipología del militar siguiendo al efecto el trabajo realizado por Huntington en el “Soldado y el Estado”. Para este autor, la profesión militar encarnada en el cuerpo de oficiales se consolidó con la creación de centros de formación de oficiales (Huntington, 1964). En el caso venezolano, esta profesión militar comenzó formalmente con la creación de la Academia Militar de Matemáticas y la Escuela Náutica entre los años 1810 y 1811 gracias a los auspicios de Lino de Clemente y se sistematizó cuando se adoptaron los principios doctrinarios napoleónicos del General P. Thiébault, en plena guerra de independencia.
Para Perlmutter, el militar moderno es corporativo (en cuanto a exclusividad), administrador (en cuanto a jerarquía) y profesional (en cuanto al sentido de su misión). Estos tres aspectos desembocan en lo que denominó mentalidad militar. Esta mentalidad se circunscribe a una ética que, en primer lugar, se sustenta en la creencia pesimista en la permanencia, irracionalidad, debilidad y maldad en la naturaleza humana, en segundo lugar, afirma la supremacía de la sociedad sobre el individuo y la necesidad de mantener un orden, una jerarquía y una división de sus funciones, en tercer lugar, acepta al Estado-nación como la forma más elevada de organización política dentro de contexto de riesgo permanente de guerra, en cuarto lugar, recalca la importancia del poder en las relaciones internacionales y, en quinto lugar, sostiene que la guerra es un instrumento de la política, que los militares son los servidores del Estado y que el control civil es esencial para el profesionalismo militar. Siguiendo a Huntington (1964) considera el empleo militar como un tipo especial de vocación basada en la capacidad, la responsabilidad y la organización.
La ética militar, en este sentido, tiende a ser colectivista, inclinada a la historia, orientada hacia el poder, nacionalista, militarista, pacifista e instrumentista en lo concerniente a cómo observa la profesión militar. Este ha sido el patrón estándar del Éthos del ser-militar, pero lo que va a marcar la diferencia es la relación con la política y el orden que la rige.
Esta relación con la política es la que, al final de cuentas, va a determinar su naturaleza. Al efecto Perlmutter desarrolló una tipología del militar que sirve para entender el giro que se produjo en el país año 2005 con lo que se denominó “Nueva doctrina militar venezolana”. Para este autor existen tres tipos de militares: el profesional, el pretoriano y el revolucionario. Esta tipología se fundamenta en unas características que se muestran en el siguiente cuadro:
Éthos
PROFESIONAL
PRETORIANO
REVOLUCIONARIO
Capacidad
Conocimiento específico basado en requisitos objetivos de competencia profesional elevada
El conocimiento profesional no se exige demasiado
Conocimiento profesional orientado hacia valores socio-políticos
Adhesión
Al Estado
A cualquiera de:
·         Nación
·         Partido
·         Institución militar
·         Estado
A la tendencia del partido
Corporativismo (Tipo de Autoridad)
Jerárquico, con cohesión orgánica, colectivo,  racional.
Jerárquico, no cohesivo, colectivo, con subordinación variable
Antes y después de la revolución. Igualitario, flexible, influenciable
Reclutamiento
Limitado, universal sólo en tiempo de guerra
Limitado
Universal
Ideología
Conservadora
Tradicional, materialista,  pretoriana
Revolucionaria, según tendencia del partido
Disposición para intervenir en política
Baja
Permanente y continua
Elevada antes y durante la revolución; baja después de ella

Con este cuadro, cuando se habla de profesión militar se puede obtener una imagen de qué se entiende y cuál es el concepto de virtud que lo determina. Esta propuesta me sirvió en el año 2004 para explicar que, a pesar de los esfuerzos de profesionalización, las FA fue históricamente pretoriana[1]. Este pretorianismo que se remonta al año 1830 desembocó en la gestación de un partido político militar gracias a las aspiraciones de Juan Vicente Gómez de perpetuarse en el poder (Blanco, 2012). Este partido sufrió un proceso de minimización después del año 1945 y resurgió en el año 1992. A partir de ese momento la FA venezolana volvió a ser partidista e intervencionista.
Luego de los sucesos del año 2002, la clase dirigente del país realizó una reforma militar que buscó la profesionalización del militar mediante la vía revolucionaria. Si seguimos las categorías de Perlmutter se buscó formar un militar revolucionario porque se tuvo la idea de que este era más eficaz para la guerra y para una posterior re-profesionalización (Aguana, 2015). Pero, si seguimos el proceso que siguió la revolución rusa, esta orientación podía servir para la estabilización del país y la recuperación económica de acuerdo con los roles de la FA en lo concerniente a la participación activa para el desarrollo[2]. Sin embargo, el efecto fue contrario generó una mayor pretorización y degeneración de sus fundamentos institucionales. A esto se agrega el tutelaje cubano. La pretorización se observa en que la capacidad profesional se ha limitado a un tipo de guerra popular para el mantenimiento del orden político y no para garantizar la salvaguarda de los intereses del Estado. La degeneración se produjo, por una parte, por la adhesión a una ideología encarnada en un partido que está impulsando un proyecto político transnacional y por la otra, por el creciente cumplimiento de roles y actividades que no se corresponden con su naturaleza, sus funciones y sus capacidades formativas. Si observamos el cuadro de Perlmutter, la FA venezolana, de manera general, está en un punto intermedio entre el militar pretoriano y revolucionario, acepta el control civil encarnado en la actual tiranía, está fielmente adherida a un partido que se hace llamar revolucionario y trata de imponer o se ha hecho cómplice en el esfuerzo por la fuerza una ideología y un orden político que se sale de las prácticas estatuidas y de lo aceptado por la mayoría de la población venezolana desde el año 2007,
La idea de virtud de la FA venezolana actual, en este sentido, está enfocada a la preservación y profundización de la revolución. Al respecto, Edward N. Luttwak (1995) desarrolló una tesis que denominó Toward Post-Heroic Warfare que fue motivo de discusión en EE.UU., UK y Australia en el año 2012 debido a que reflexionó acerca de la baja proclividad de los países de Occidente en embarcarse en conflictos bélicos. Esta baja proclividad había fomentado el origen de empresas de seguridad como se puede observar actualmente en Irak y explica el surgimiento de cuerpos militares que podemos denominar para-estatales que indican cambios notorios en la naturaleza del conflicto. Esto nos coloca en el plano de la concepción del militar profesional puesto que sobre él pivotea el pensamiento de este autor anglosajón en el sentido que critica la postura de los Estados en esta fase histórica que algunos denominan postwestfaliana y permite entender el surgimiento de ese tipo de actividades comerciales relacionadas con la seguridad.
Ahora bien, cuando se habla en Venezuela de que hay que re-profesionalizar y re-institucionalizar a la FA se piensa, en el mejor de los casos, en el paradigma perlmutterano, pero este es un enfoque moderno basado en una concepción westfaliana del Estado en un contexto de cambios importantes en la estructura de relacionamiento de las entidades políticas a escala global por el surgimiento de nuevos entes de acuerdo con el derecho internacional que se ha evidenciado, por una parte, en el plano militar en la aparición de organizaciones privadas para la defensa y la seguridad y, por la otra, en la penalización por crímenes y terrorismo de individualidades que incluso están sujetas al dominio de un Estado. Esto nos coloca en la necesidad de examinar la ontología del ser militar actual en este escenario que muchos autores lo denominan postmoderno y que nos permite afirmar que un militar actual se encuentra en medio de dos planos cuya bisagra pareciera ser la post-heroicidad.
La ontología del ser militar actual.
Anders Sookermany (2013)[3] es un oficial noruego que ha realizado una serie de estudios acerca del ser-militar para un país que en circunstancias adversas fue arrastrado a un conflicto como lo fue la Segunda Guerra Mundial. Esta experiencia hizo que su país formara parte de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) hasta el presente. Pero en una realidad postwestfaliana se ha visto en la necesidad de pensar acerca de qué es ser-militar para su país dentro de un contexto postmoderno para proponer líneas de acción que le permitan a Noruega asegurar su supervivencia como comunidad política.
El contexto postmoderno es visto por este autor por la tendencia prevaleciente en la OTAN que apunta a la conformación de un cuerpo militar expedicionario altamente flexible, con un marco teórico de constitución que se fundamenta en la complejidad, el constructivismo y el contextualismo con el fin de dar respuestas eficaces a las situaciones conflictivas como las que ha tenido que dar cuenta sobre todo en Afganistán. Esto supone una visión holística, contextual y no escolástica y, en lo concerniente a la adquisición de habilidades militares se orienta a la incorporación de una potencia de acción desde el plano situacional y experiencial. De acuerdo con estas tendencias, desde una perspectiva ontológica, el militar postmoderno se ajusta a unas características como las que se indicará en el siguiente cuadro:
Características
Militar postmoderno
Paradigma militar
Habilidades y motivaciones a la de ser militar profesional de una comunidad experimentada
Visión epistémica
Fenomenológico, hermenéutico y socio-cultural (holístico e integrado)
Visión de la estructura de liderazgo
Descentralizada (basada en experiencia y habilidades)
Visión de la estructura organizacional
Configurativa (adaptativa), es decir, bajo constante desarrollo y formación flexible
Visión de la naturaleza humana y del cuerpo
Holística e integrada (vivencia-potencia-en-el-mundo)
Visión de la estructura de habilidades
Situacional y contextual (basada en la experiencia)
Visión del nivel de la estructura de habilidades
Experto
Visión de la comunidad militar
Profesional
Identidad
Militar profesional

Para el pensador noruego este ser-militar-postmoderno, desde una perspectiva ontológica debe ser construido, debido a que la estructura del ser-militar de Occidente aun después de la guerra fría ha mantenido su naturaleza defensiva y cognoscitivamente moderna. Si tratamos de contrastar el cuadro de Perlmutter con el de Sookermany nos encontramos que hay solo tres ítems sobre el cual ambos pueden pivotear desde la perspectiva de la capacidad, es decir, “visión del nivel de la estructura de habilidades” (experto), “visión de la comunidad militar” (profesional) e “identidad” (militar profesional). El resto son derivaciones de la capacidad y/o relaciones con la política. Pero considera que dadas las particularidades de su país, no se ajusta a sus intereses políticos sobre todo en lo concerniente al despliegue de sus fuerzas militares más allá de su territorio (o de la estructura defensiva de la organización).
En este sentido, Sookermany está pensando en un militar que pueda defender los intereses de su país y no lo pongan en contradicciones que lo coloquen en un plano post-heroico y postwestfaliano. Por supuesto, este estudio no considera los cambios que han acaecido en la comunidad internacional en estos tres últimos años, pero el planteamiento me resulta altamente pertinente debido a que es muy difícil pensar una FA en un país incapaz de producir sus medios para su subsistencia. Una FA en esas circunstancias está concebida para preservar un orden político como ha ocurrido en Venezuela al menos desde el momento en Juan Vicente Gómez reorganizó la FA nacional en el año 1913-14. Esto lo colocó en un plano post-heroico y postmoderno desde una perspectiva pretoriana, permitiendo explicar desde diferentes ángulos los avatares de las relaciones político-militares venezolanas en el siglo XX. Por supuesto que esto se contradice con posiciones tendientes a considerar a la FA como pre-moderna, pero, si se considera la crisis del estado-nación[4], como ha sido observada a todo lo largo del siglo XX e inicios del siglo XXI, lo que se observa es que la postmodernidad es un retorno a la realidad política anterior al surgimiento del estado-nación que permite usar el término ‘pre-moderno’. Este giro es el que permite entender la existencia de cuerpos militares leales a un partido, cuerpos paramilitares, así como los caudillos y los empresarios militares
Ahora, este militar post-heroico y postmoderno apunta al establecimiento y preservación de un orden global postwestfaliano que en los actuales momentos apunta a una configuración multipolar centrada en cuatro países. EE.UU., Rusia, China y el Reino Unido. Esta estructura en cierta forma preserva elementos westfalianos que orbitan de acuerdo con un logos basado en el libre comercio y la libertad de navegación extendida hoy al espacio aéreo y ultraterrestre y el espacio electromagnético.
El militar pretoriano y revolucionario, en esta configuración postmoderna, se corresponde con una estructura de acción no occidental y anti-westfaliana. Pero en ambos casos estamos hablando de un ser que forma parte de una estructura política que no produce sus medios para su propia existencia como se evidencia en la actual crisis que vive el país. Si es no-occidental y anti-westfaliana no es el problema. El problema es que una comunidad política debe ser capaz de producir sus medios de subsistencia y ser capaz de autosostenerse y ese no es el caso venezolano actual. Los venezolanos estamos secuestrados por una entidad anti-westfaliana representada por el Foro de São Paulo[5] que usa a los militares venezolanos como una fuerza de ocupación por seguir los dictámenes de un partido. Aquí es donde se evidencia que si era difícil definir al militar venezolano de acuerdo con las categorías antes mencionadas, hoy en día, dentro de un conflicto global que opone la visión post-westfaliana con otra anti-westfaliana es mucho más problemático. En esa confrontación global, la FA venezolana actual se comporta como una organización anti-natura y con una tendencia altamente autoinmunitaria y por consiguiente autodestructiva.
Con este marco referencial se puede afirmar que pensar el ser-militar venezolano en una nueva república debe considerar estos parámetros de análisis para producir un ser que se ajuste a la realidad constitutiva de la nueva comunidad política a construir y evitar repetir los errores del pasado. Veámoslo a continuación.
Implicaciones para una Venezuela republicana.
Venezuela debe ser refundada. Los militares no son especímenes injertados en la realidad social de un país. Son producto de una realidad histórica que los ha hecho post-heroicos y postmodernos. Ese ha sido la falla del país: haberlos mantenido como un ente aparte y no como expresión de las necesidades de la republica que ella define de acuerdo con su realidad. Los militares como miembros de la sociedad venezolana deben estar sujetos al control político de la república y ella debe determinar sus roles en cada momento de acuerdo con un diseño político. Con ello quiero decir que la asamblea nacional y otros entes deben cumplir su trabajo, es decir, elaborar el concepto estratégico nacional, determinar hipótesis de conflicto y definir el tipo y medios de la FA para acometer cualquier tipo de tareas.
Discutir si es necesaria o no una FA es un tema que debe ser sopesado fríamente, sobre todo si se considera que el país no tiene límites bien definidos, gran parte de su territorio se caracteriza por su baja densidad poblacional y por su inaccesibilidad y el conflicto sigue y seguirá siendo expresión de la política en la escena global como hemos estado observando.  
Pero hay que tener en cuenta lo siguiente:
·         Venezuela nunca ha considerado la conformación de cuerpos expedicionarios para operar fuera del país y si ha considerado el envío de fuerzas de paz.
·         Si analizamos el tipo de profesional militar, según Perlmutter, desde la perspectiva postmoderna, pudiéramos estar considerando un empresario de seguridad que no necesitará la república pudiéndose constituir en una amenaza.
·         Si analizamos al militar profesional desde la perspectiva que ha caracterizado el pensamiento político venezolano a lo largo de la historia vamos a mantener a un militar pretoriano con todas sus consecuencias nocivas.
·         Si se analiza al militar desde la perspectiva revolucionaria, o mejor dicho altamente politizada, vamos a tener en principio a un individuo armado que le bastará producir una ideología para hacerse con el poder para perjuicio de la sociedad. Eso fue lo que aconteció en el país en la segunda mitad del siglo pasado.
Con estos parámetros se podría pensar en definir qué es ser-militar en Venezuela en una nueva república y si este es necesario. Siguiendo los cuadros mostrados previamente podríamos visualizarlo de la siguiente manera:
Características
Militar postmoderno
Nuevo Militar venezolano
Paradigma militar
Habilidades y motivaciones a la de ser militar profesional de una comunidad experimentada
Habilidades y motivaciones a la de ser militar profesional republicano de una comunidad en proceso de desarrollo de sus capacidades productivas.
Visión epistémica
Fenomenológico, hermenéutico y socio-cultural (holístico e integrado)
Fenomenológico, hermenéutico y socio-cultural (holístico e integrado)
Visión de la estructura de liderazgo
Descentralizada (basada en experiencia y habilidades)
Mixta (centralizada y descentralizada) basada en experiencia, conocimiento y habilidades
Visión de la estructura organizacional
Configurativa (adaptativa), es decir, bajo constante desarrollo y formación flexible
Configurativa (adaptativa), es decir, bajo constante desarrollo y formación flexible
Visión de la naturaleza humana y del cuerpo
Holística e integrada (vivencia-potencia-en-el-mundo)
Holística e integrada (vivencia-potencia-en-el-mundo)
Visión de la estructura de habilidades
Situacional y contextual (basada en la experiencia)
Situacional y contextual (basada en la experiencia y el conocimiento)
Visión del nivel de la estructura de habilidades
Experto
Experto
Visión de la comunidad militar
Profesional
Profesional republicana
Identidad
Militar profesional
Militar profesional republicano

Qué significa lo mostrado. El nuevo ser-militar venezolano debe ser objeto de una amplia discusión política para establecer los criterios de utilidad de la república y dejen de ser un lastre necesario. El carácter republicano que se sugiere aquí en cada uno de los ítems apunta a que la defensa y la seguridad de la nación no dependan de un hombre sino de un concepto deducido y desarrollado de acuerdo con la nueva estructura normativa del Estado y de una capacidad productiva que esté en concordancia con las necesidades de la estructura política tal como podría pensarse desde la perspectiva noruega sin que se constituya un paradigma a ser seguido. Por supuesto todo esto debe ser discutido. Pero para pensar en todo ello se debe considerar que en el momento en que ocurra el cambio, todo el armamento que se encuentra en el país debe quedar asegurado tal que se indicó en un ensayo previo[6].
Reflexión Final
La FA nacional tal como se conoció convencionalmente hasta el presente no puede seguir existiendo. Pero las circunstancias que llevaron a esta situación no son la primera vez que ocurre en Venezuela. Desde Páez el país ha vivido un proceso de encapsulamiento militar significativo realizado convenientemente. Ello fue posible porque la FA no se ajustó a las necesidades de la comunidad política por la existencia de facciones que se gestaron desde el mismo momento en que surgió Venezuela como comunidad política con pretensiones de independencia. Esa es la realidad que estamos viviendo hoy en día. Ello ha ocurrido porque algunos entes políticos se han atrevido a considerar la FA como un fin y no un medio perjudicando a la totalidad de la comunidad política. Eso suena mal debido a que donde hay una FA hay una comunidad política indiferentemente del espacio que ocupe. El asunto clave es la autodefinición de la comunidad política porque ello es lo que va a concebir a la FA según sus necesidades. Eso es lo que la clase dirigente no consideró por seguir proyectos políticos transnacionales. Este hecho nos llevó al abismo en que nos encontramos y nos ha permitido pensar hoy en día en una salida republicana como debió haber sido en los orígenes de la Venezuela que hoy nos caracteriza.
Bibliografía Consultada
AGUANA, R. (2015). Ontología del Ser-Militar venezolano. Caracas. UMBV, Fondo editorial Hormiguero. 42 p.

ARENDT, H. (2004). Los Orígenes del Totalitarismo. 4° ed. Madrid. (T. G. Solana). Editorial Taurus. 618 p

BLANCO, E. (2004). Reflexiones sobre Estrategia marítima en la era de la Libertad de los mares. Caracas. Editorial Panapo. 376 p.

BLANCO, E. (2012). “La Regia Marina Militare Italiana y su Participación en la Concepción de una Estrategia de Defensa Marítima del Territorio Venezolano, 1935-1940”. Caracas. Revista de la Armada. CGA. [Documento en Línea]. Disponible: http://edgareblancocarrero.blogspot.com/2012/03/la-regia-marina-militare italiana-y-su.html.

HUNTINGTON, S. (1964). El Soldado y el Estado. Buenos Aires. Círculo Militar. 507 p.

LUTTWAK, E. (1995). “Toward Post-Heroic Warfare”. New York. Foreign Affairs. Pp 109-122 [Documento en Línea]. Disponible: https://www.foreignaffairs.com/articles/chechnya/1995-05-01/toward-post-heroic-warfare

PERLMUTTER, A (1982).  Lo Militar y lo Político en el Mundo Moderno. Madrid. Ediciones Ejército. 398 p.

RIVERO-BLANCO, R (Ed.). (2013). Historia de la marina de Guerra de Venezuela. Vida y legado del CC Ramón Díaz. Caracas. Ediciones del autor. 276 p.

SOOKERMANY, A. (2013). On Developing (Post)modern Soldiers. An Inquiry into Ontological and Epistemological Foundation of Skill-Acquisition in Age of Military Transformation. Oslo. University of Oslo. 214 p.

TIÉBAULT, P. (1818/1973). Manual General del Servicio de los Estados-Mayores Generales y Divisionarios en los Ejércitos. Caracas. Ministerio de la Defensa. Edición facsímil. 365 p.





[1] Ver al respecto: Blanco (2004).
[2] Ver al respecto: Blanco (2017). “Analogía entre la Revolución Rusa y el fin de la República Bolivariana de Venezuela: Escenarios Prospectivos”. Caracas. [Documento en Línea]. Disponible: http://edgareblancocarrero.blogspot.com/2017/05/analogia-entre-la-revolucion-rusa-y-el_43.html
[3] Esta autor fue considerado por el filósofo Wolfgang Gil en las discusiones que tuvimos acerca de la filosofía de la guerra.
[4] Ver al respecto: Arendt (2004).
[5] Ver al respecto: Blanco (2016). De la Tiranía a la Dictadura Comunal Soberana. Caracas. [Documento en línea]. Disponible: http://edgareblancocarrero.blogspot.com/2017/05/de-la-tirania-la-dictadura-comunal.html
[6] Ver al respecto: Blanco, E. (2017). “Empleo de la Fuerza y Transición Política: Hacia una Venezuela Republicana”. Caracas. [Documento en Línea]. Disponible: http://edgareblancocarrero.blogspot.com/2017/04/empleo-de-la-fuerza-y-transicion.html