Esta prospección, publicada en el blog “Festina
Lente”,
fue realizada en el año 2014 y es el resultado de una reflexión producida por
los miembros del Círculo de Versalles
a la luz del relacionamiento de los acontecimientos que habían acaecido en
Venezuela en los meses previos con el proceso de negociación que estaba
realizando el gobierno colombiano con un grupo insurgente (FARC) que había
hecho la guerra en Colombia por más de cincuenta años, en Cuba.
Ya finalizando el año 2017, como observaran,
los escenarios considerados se han movido de forma vertiginosa presentando, no
solo una grave amenaza para el país, sino también para toda la región una vez
que, si se sigue una lectura marxista de cómo se produce una relación social
entre productores de medios para la vida y los procesos de intercambios y
complementación subsiguientes, se pueden establecer formas de organización
política y social desde una perspectiva comunal. La Ley Plan de la Patria y su
sucedáneo, la fraudulenta asamblea constituyente, en conjunto con la
instrumentación del plan de paz colombiano en las zonas rurales va a crear un
espacio económico (indiferentemente de los bienes que se produzcan) que va a
propiciar la unión político-estratégica de dos países en concordancia con el
proyecto político continental orquestado por el Foro de São Paulo.
Este proyecto se encuentra en estos momentos en
una fase crítica debido a que sus gestores buscan por todos los medios
garantizar su permanencia una vez que el año 2018 va a ser decisivo para la
concreción de ese objetivo con las elecciones en Brasil, México, Venezuela y
Colombia. Como en los dos primeros países nombrados va a ser difícil (más no
imposible) que gane la tendencia ideológica paulista, el foco de atención va a
estar concentrado en Venezuela y Colombia. En relación con Venezuela, la
tiranía ha logrado efectivamente mantenerse en el poder destruyendo la antigua clase
política en las elecciones de octubre pasado y sacrificando a la población,
pero ha tenido que recurrir a la fuerza para alcanzar sus designios y, como se
sabe, su seguridad es precaria. En Colombia, con una ‘pacificación’ impuesta a
pesar de la negativa de la población, la FARC va a utilizar como caballo de
Troya a su principal conductor en las elecciones presidenciales para asegurar
una presencia política en las zonas rurales y fronterizas para poder instrumentar
una integración transfronteriza gracias a la producción e intercambio de bienes
(legales e ilegales). Este paso, en Colombia, va a ser el límite de lo
efectivamente alcanzable políticamente sin emplear la fuerza. Como estamos en
el umbral de ese límite y la situación económico-social venezolana se deteriora
de forma acelerada, en cualquier momento en el tiempo por venir se puede
producir un desenlace violento que arrastre a la región en su totalidad a un
conflicto no deseado.
A continuación el documento original, primero
de una serie puesto que en futuras entregas se analizará su conexión con otros
conflictos que acaecen en otras partes del globo.
“El tiempo es un dulce compañero para quién
sabe
aprovechar
con cálculo la ocasión que él porta consigo.
Pero
es un enemigo despiadado para aquellos
que no reflexionan sobre la oportunidad”
Sertorio
- Plutarco
El 09 de agosto de 1987 el Doctor Jaime
Lusinchi, Presidente de Venezuela y Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas
de Venezuela -oída la exposición del alto mando militar- consultó los poderes e
instituciones públicas, las fuerzas vivas en general, informó a la nación sobre
la crisis originada por el gobierno colombiano con la incursión de la corbeta
"CALDAS". Los gestos y palabras del Presidente, durante los numerosos
y agotadores encuentros y conversaciones relativas a la grave situación
internacional y militar lucieron serenos, controlados, firmes, seguros y
moderados[1].
Enterado de los pormenores de la situación táctica en el escenario de guerra
naval, apoyó moral e institucionalmente, el esfuerzo y ampliación del nivel de
alistamiento general militar, propiciando la unidad de todos los venezolanos en
tan grave trance como ocurrió en los años 1952 y 1971[2].
El 17 de agosto las tensiones llegaron a su punto culminante. La corbeta
incursora, luego de un proceso de escalada que involucró a aeronaves de combate
de nuestra fuerza aérea y del pedido e intercesión del Secretario General de la
Organización de Estados Americanos (OEA), Joao Baena Soares y del presidente de
Argentina, Raúl Alfonsín, se retiró de nuestro espacio marítimo, Bogotá transigió.
Ya el 19 de agosto el impase estaba
solucionado. No fuimos a la guerra, pero la movilización y los pasos ordenados
por el Jefe de Estado se cumplieron a cabalidad. El Presidente y Comandante en
Jefe de las Fuerzas Armadas obtuvo una victoria internacional contundente y un
respaldo de los países latinoamericanos coherente. No se cortaron relaciones
diplomáticas con Bogotá, ni se retiraron embajadores. La política externa se
manejó, en ese momento, con gran altura, asesorada por venezolanos diplomáticos
y militares, que demostraron alta talla moral e intelectual. Tuvimos un acto de
guerra y Venezuela respondió aplicando los principios de proporcionalidad y de
fuerza graduada que hizo que la crisis quedara enmarcada en la diplomacia naval[3],
con una alto apoyo de medios aéreos, que permitió escalar de forma adecuada en
el momento más intenso de la crisis[4].
Repensar la posibilidad de ocurrencia de una
nueva crisis para que Colombia logre alcanzar sus pretensiones históricas en el
Golfo de Venezuela[5]
obliga a considerar una serie de hechos portadores de futuro que pueden ayudar
a plantear escenarios potenciales que permitan facilitar el proceso de toma de
decisiones a corto y mediano plazo. Al efecto, es conveniente tener presente
los siguientes aspectos: en primer lugar, la situación político-estratégica a
escala regional, en segundo lugar, el estado de las delimitaciones marítimas
pendientes en el mar Caribe y sus implicaciones para Colombia, en tercer lugar,
el desarrollo del poder marítimo y naval colombiano, en cuarto lugar, el estado
del proceso de paz colombiano, y en quinto lugar, el debilitamiento económico
del estado venezolano. El análisis de estos cinco aspectos podrían ayudarnos a
construir un conjunto de escenarios a manejar para determinar los más deseables
y los menos deseables teniendo presente la naturaleza de la crisis en sí y el
objeto que persigue y del tiempo más probable para su desencadenamiento. En
relación con la naturaleza es indagar si la crisis va significar la amenaza de
empleo de la fuerza[6]
(disuasión estratégica convencional) o el desarrollo de acciones violentas que
puedan enmarcarse en diplomacia armada o guerra. Con respecto al objeto que se persigue
es auscultar si tiene que ver con la apropiación directa mediante un acuerdo
como el del año 1941 o la mediación de un tribunal internacional dentro del
marco de una negociación internacional. Y con respecto a la fecha, es
conveniente tener presente el período que va del 2017 al 2019[7]
por razones obvias debido, entre otras cosas, al aniversario de la crisis del
87 y el probable desenlace pacífico de la guerra interna en Colombia.
1.- Situación político estratégica.
Desde el punto de vista
político estratégico han sucedido una serie de hechos con carga de futuro que
le han dado dinamicidad al escenario geopolítico caribeño que inciden
notoriamente en la relación colombo-venezolana desde una perspectiva
marítima. Estos hechos se han estado
produciendo dentro de un contexto signado por los esfuerzos de las potencias
marítimas tradicionales, en especial EE.UU y el Reino Unido de controlar el
tráfico marítimo a escala global con el sistema de seguimiento de buques a
largo alcance (Blanco, 2014) y el papel que ha estado jugando Cuba dentro del
marco de la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA). Los hechos con
carga de futuro a los cuales nos hemos estado refiriendo son:
La ampliación del canal de Panamá.
El proyecto chino de apertura de un nuevo
canal interoceánico en Nicaragua
La realización de un moderno puerto de
aguas profundas en San Vicente y Cuba.
La delimitación de áreas marinas y
submarinas en la fachada Atlántica.
Los proyectos de interconexión de
infraestructura de transportes en Suramérica.
La autosuficiencia petrolera
estadounidense a corto plazo.
Las acciones emprendidas por Venezuela en
el período.
La ampliación del canal
de Panamá va a generar un incremento del tráfico marítimo en la región. Este
incremento sería aún mayor si se construye el canal nicaragüense como lo ha
indicado un escrito de Reuters en fecha reciente[8].
El puerto de aguas profundas en San Vicente así como el de Mariel Cuba va a
generar un cambio del sentido del tráfico. La maritimización de Cuba es un
aspecto que es conveniente tenerlo en consideración debido a que este país se
ha posicionado estratégicamente en los mecanismos de cooperación regional
denominados ALBA y PETROCARIBE que le ha permitido involucrarse en todos los
problemas de delimitación de áreas marinas y submarinas que Venezuela tiene
pendiente[9] y
a su vez está tratando de insertarse en la dinámica marítima que se va a
producir en el Caribe luego del aumento del tráfico marítimo en condiciones
ventajosas. Este juego en doble frente cubano los ha llevado a producir una
división internacional del trabajo en la cuenca caribeña colocando a nuestro
país en un papel secundario a pesar de la alta dependencia venezolana del
tráfico marítimo. Sobre este tema es de mencionar que Venezuela dentro de los
acuerdos con Cuba ha adquirido una flotilla de buques (cuatro hasta el momento)[10]
cuyo propósito es conectar marítimamente con el Caribe insular y estos buques
podrían fungir como complementadores del tráfico que va a ser direccionado
desde San Vicente y Mariel. Estos hechos de suyo van a significar el aumento
del tráfico marítimo en el espacio marítimo venezolano tanto en el mar Caribe
como en el océano Atlántico y ello supone que debemos prepararnos para
fortalecer los actos administrativos realizados y por realizar en nuestros
espacios marítimos fronterizos y aumentar la capacidad de negociación jurídica
y política teniendo presente las otras delimitaciones pendientes, en especial
en la Zona Económica Exclusiva frente a las Antillas menores de origen
anglosajón y en la fachada Atlántica meridional por la unidad geográfica
generada por los países que forman parte del espacio y por la necesidad de
generar circunstancias especiales dentro de un proceso de negociación internacional.
La unidad geográfica de
este espacio caribeño se complemente por el papel que juega la Corte
Internacional de Justicia de la Haya tanto en las sentencias realizadas en
relación con Colombia y Nicaragua y con las sentencias que ha permitido la delimitación
de áreas marinas y submarinas entre Barbados, Trinidad y Tobago, Surinam,
Guyana[11] y
la República Francesa[12].
Pero junto con estas tendencias se han abierto otros espacios de conflictos
entre Costa Rica y Nicaragua por el canal chino aun a pesar de que en fecha
reciente el gobierno nicaragüense anunció que el proyectado canal no se
serviría del rio fronterizo[13] y entre Nicaragua y Colombia por el proceso de
delimitación de áreas marinas y submarinas como consecuencia de la sentencia que
definió la soberanía de esos dos países en los espacios marítimos. Estos hechos
han obligado tanto a Nicaragua y a Colombia a aumentar su poder marítimo y
naval. El primero con ayuda rusa y china y el segundo con ayuda estadounidense
y alemana. Este esfuerzo en desarrollar el poder marítimo y naval tiene un
importante significado para Venezuela debido a la alta dependencia del mar, en
especial, si se considera la relación con China y los problemas fronterizos que
mantiene con Colombia desde la perspectiva marítima y fluvial. Si bien, como ya
hemos indicado, la disputa colombo-nicaragüense obligó a Colombia a congelar en
cierta forma sus pretensiones en el Golfo de Venezuela y la red fluvial
venezolana sobre todo después del año 2009[14],
la presencia de otros actores extra-continentales le ha dado al escenario
caribeño además de una nueva dinamicidad, un mayor grado de complejidad. En
este contexto no se explica, por qué Venezuela le ha dado poco interés al
desarrollo del poder naval (Servin Pont, 2014 y Blanco, 2014), cuando se
avizora que el próximo escenario de confrontación grave para nuestro país va a
ser nuevamente marítimo.
En el ámbito fluvial, históricamente
ha estado relacionado con la interconexión suramericana y su proyección
marítima. Un proyecto a largo plazo que está tratando de desarrollar bajo los
auspicios de La Iniciativa para la Integración de Infraestructura en Suramérica
(IIRSA), sin embargo, en este esfuerzo es donde más se evidencia las tensiones
geopolíticas de un espacio amazónico que ha sido declarado patrimonio de la
humanidad y que los países de la región por diferentes caminos han tratado de
integrar a sus espacios funcionales (Blanco, 2014). Estas tensiones han estado
relacionadas por una parte, con el modelo de desarrollo que se pretende imponer
para producir la integración supone que esta, la integración en sí, se ha
constituido en la forma de expansión no violenta de los Estados con capacidades
para ello, y por la otra, el interés colombiano de acceder por intermedio del
rio Meta al río Orinoco y consecuentemente al Atlántico meridional. Si bien es
cierto que Brasil jugó un importante papel de hegemónico de la región, su
aspiración de ser reconocida como una potencia mundial la ha obligado a ceder
frente a Francia espacio político en la Amazonia[15] a
cambio de tecnología en un contexto de estancamiento económico. A pesar de
ello, este país suramericano ha tratado de posicionarse en Guyana ante una
eventual negociación internacional y ha apoyado a Cuba con importantes inversiones,
entre las que se destaca, el puerto de Mariel.
La autosuficiencia
estadounidense en el tema de los combustibles fósiles ha sido gracias al
desarrollo de una nueva tecnología (fracking) que permite extraer la materia
prima de pozos que ya han sido explotados. La ventaja estratégica que está
alcanzando EE.UU. gracias a la nueva tecnología le ha servido para suplir su
consumo interno, exportar el excedente, ejercer un mayor control del mercado
energético mundial y sufrir menos efectos de crisis internacionales. También le
ha para aumentar sus reservas estratégicas en previsión de potenciales
conflictos. Este aspecto es conveniente tenerlo en cuenta debido a que ello va
a significar una mayor capacidad de negociación de ese país en caso de que la
región se convierta en un espacio de conflictos. Por lo demás, en este contexto
asistiremos a un aumento de las acciones de control por este país en la cuenca
del mar Caribe.
Rusia y China han
estado conscientes de esta situación y el primero de estos países ha incrementado
su presencia naval en el área, en primer lugar, como expresión de un esfuerzo
de mostrar los nuevos intereses estratégicos de ese país en la región,
especialmente en Cuba y Nicaragua, y para “mediar” en un hipotético escenario de confrontación
chino-estadounidense[16],
en condiciones de desventaja para el primero, debido a la lejanía del escenario
Caribe para los chinos.
Para que se tenga una idea de la trama de relaciones estratégicas que se
está produciendo en el Caribe, nos encontramos por una parte a China, Rusia,
Cuba y Nicaragua y por la otra a EE.UU., Alemania y Colombia (y eventualmente
Costa Rica) que se complementa con el apoyo que está brindando EE.UU a Colombia
para derrotar la subversión interna, con una posición expectante, además, del
Reino Unido (en relación con el Caribe Anglosajón y Guyana), el Reino de los
Países Bajos (por sus intereses en Cuba y en las Antillas neerlandesas) y la
república francesa (por su interés en ser considerado un país suramericano en
relación con la Amazonia)[17].
Venezuela en este contexto, está considerado en el primer grupo, pero no como
un actor, sino como un objeto de negociación con lo que van a tranzar los
países antes mencionados.
El tema de la
subversión en Colombia es un aspecto que también debe ser tenido en
consideración por dos causas. En primer lugar, debido a que la crisis
internacional que se generó en el año 2008 luego de la incursión colombiana en
territorio ecuatoriano, que significó la muerte de un importante jefe
guerrillero colombiano, generó una alineación estratégica entre Nicaragua,
Ecuador y Venezuela a pesar de que la crisis representó un fait accompli desde el punto de vista político. En segundo lugar,
debido a que en los actuales momentos se están celebrando en la Habana
conversaciones de paz entre el gobierno y la guerrilla colombiana que ha
abierto un compás de espera desde el punto de vista ideológico a la situación
política regional y desde el punto de vista estratégico en función de intentar
imponer un nuevo orden en la región.
El escenario de confrontación va a depender del resultado del proceso de
paz colombiano y de cómo se produzca la transición cubana teniendo presente que
la transición cubana va a depender de la estabilidad política venezolana. Esta
última la analizaremos más adelante, pero, para nuestro examen aquí lo que nos
interesa destacar es que la dinamicidad geopolítica del escenario se presenta
como una variable cuyo comportamiento se visualiza como variante que dependerá
de la capacidad cubana y venezolana de mantener un comportamiento constante.
2.- Las delimitaciones marítimas en proceso
en la cuenca del mar Caribe: implicaciones para Colombia.
Colombia aceptó la jurisdicción de la Corte
Internacional de Justicia (CIJ) de la Haya, para dirimir las controversias
relativas a un sector del caribe occidental y salió perjudicada. Ahora hay dos
litigios pendientes: uno relacionado con áreas marinas y submarinas con
Nicaragua y otro entre Nicaragua y Costa Rica de la misma naturaleza pero con un
trasfondo político-estratégico inicial relacionado con el canal chino a pesar
de que en fecha reciente se retiró del pacto de Bogotá, instrumento por medio
del cual se podía recurrir a la CIJ para resolver cualquier conflicto a través
de medios pacíficos. En relación con el primer aspecto es de destacar que la
posición colombiana en relación con Nicaragua es, en cierta forma la misma que
ha mantenido Venezuela con respecto a Colombia, pero nosotros no aceptamos la
jurisdicción de terceros. La única forma en que Venezuela sea compelida a
aceptar la jurisdicción de terceros, es de acuerdo con la Carta de las Naciones
Unidas si ocurre un hecho que pueda amenazar la paz y la seguridad
internacional. El tema de isla de Aves, junto con el archipiélago de los Monjes
conecta el problema de Colombia con los problemas de delimitación con el caribe
anglófono. El caribe anglófono ha avanzado en la delimitación de áreas marinas
y submarinas con ayuda de la CIJ, falta la delimitación de la plataforma
continental extendida, pero ello no se ha podido lograr por el tema del
Esequibo.
En relación con el Esequibo, Cuba ha estado
jugando un papel que ha significado para nuestro país el debilitamiento de
nuestra posición histórica, por lo que desde el punto de vista político-estratégico,
Cuba está mediando en la relación Colombia-Venezuela. Esta mediación por si
sola afecta aparentemente el triángulo conformado por Cuba, Guyana y Venezuela,
pero como detrás de Guyana, así como del resto de países que conforman el
caribe anglófono están empresas transnacionales británicas, canadiense y
estadounidense, entonces se demuestra que en una situación de crisis, son otros
actores quienes van a mediar en ese escenario. La manera de mediar va a ser
destrabando la situación y ello pasa porque Venezuela acepte la jurisdicción de
la Corte o una negociación internacional tipo conferencia de paz y en esa
aceptación van a jugar un importante papel Cuba y China que intervendrán para
salvaguardar sus intereses en perjuicio de la posición histórica venezolana en
el Golfo de Venezuela y en el mar Caribe y en el Atlántico Meridional.
La forma en que se va a producir la negociación
ya ha sido visualizada desde el año 2006 en lo que la escuela geopolítica de
Durham ha denominado “Zona de Desarrollo Conjunto” una propuesta que nos
recuerda la famosa tesis del condominio y podría afectar a nuestro país en el
Golfo de Venezuela y en el Atlántico Meridional. En todo caso, en la medida en
que evolucionen los procesos de delimitación que afecta a Nicaragua, Costa Rica
y Colombia, en esa medida Colombia va a estar necesitada de lograr un éxito internacional.
En este contexto, es conveniente afirmar que el
éxito para Colombia estaría determinado por obligar a Venezuela a negociar los
límites marítimos con el concurso de terceros para preservar la paz y la
seguridad internacional porque de ir a CIJ se encontraría con el problema de
que las sentencias de la corte no generan costumbre jurídica y ello explica el
creciente esfuerzo colombiano en aumentar su poder naval de modo de disponer de
una herramienta de negociación que generen circunstancias especiales en una
extensa área de operaciones. Así pues, el éxito o un nuevo fracaso en La Haya
va a ser un hecho portador de futuro que constituirá una variable que va a
forzar la acción política de ese país en otros escenarios marítimos, en
especial, el Golfo de Venezuela.
3.- El Desarrollo del poder marítimo y naval
colombiano y su relación con Venezuela.
Podemos afirmar que
Colombia ha sido limitada a actuar, desde el punto de vista naval, en relación
con Venezuela si tomamos como referencia la crisis de la “CALDAS” y ha sido
tomada por sorpresa en su litigio marítimo frente a Nicaragua. Estos dos hechos
han obligado a Colombia a desarrollar sus capacidades marítimas con el fin de
aumentar su poder de negociación dentro de un contexto de una posible escalada
de conflicto a nivel binacional o a escala regional. Ello nos obliga a examinar
como se ha exteriorizado la intención colombiana de desarrollar su poder marítimo
y naval y qué ha hecho Venezuela.
a. El desarrollo del poder marítimo y naval colombiano.
Como se sabe, Colombia
es un país de ríos paralelos y es un país que tiene una fachada caribeña y una
fachada que da al océano pacífico. El hecho de ser un país de ríos paralelos la
ha obligado a buscar por todos los medios el mecanismo que evite la
disgregación total de su espacio que se ha acrecentado con la subversión armada
que enfrenta ese país. La manera que históricamente han estimado los decisores
colombianos que se puede solucionar esa vulnerabilidad es usando a Venezuela
como medio para acceder al Atlántico Meridional por intermedio del rio Orinoco
y del rio Negro y al lago de Maracaibo por intermedio del rio Catatumbo. Esta
intencionalidad histórica como se evidencia es de naturaleza marítima que se
complementa con el interés de ese país de acceder a aguas interiores en el
Golfo de Venezuela para crear las condiciones de posibilidad de explotar los
recursos vivos y no vivos que posee nuestro país. La causa de esta última
afirmación se debe a que gran parte de la estabilidad económica que ha vivido
Colombia en los últimos años obedece a la explotación de combustibles fósiles.
Los esfuerzos actuales del gobierno colombiano apuntan a encarar “varios desafíos
inmediatos para recuperar las altas tasas de crecimiento de la producción
interrumpidas el año pasado” por lo que el futuro de la industria petrolera de
ese país “está signado por la búsqueda del recurso en el fondo del mar, los
nuevos desafíos ambientales de las tecnologías no convencionales” que supone el
empleo del fracking, una tecnología de alto riesgo por su poder de generar
terremotos[18]
y la reorganización de la producción a escala nacional[19].
En este interés se circunscribe el riesgo de la repetición, en una nueva
edición, de la crisis del “CALDAS” en el Golfo de Venezuela.
Frente a estas
situaciones, Colombia también va a ser afectada por la dinámica que va a
afectar al mar Caribe y en este sentido, Hernández (2011) ha señalado que “la ampliación del Canal de
Panamá tendría consecuencias favorables para Colombia si los puertos del país
crecen en infraestructura”. Ello incrementaría, según él, la dependencia del
mar de ese país que en los actuales momentos se encuentra en alrededor del 68 %
e insertaría aún más a una gran parte de la población de ese país a la
racionalidad subyacente a un mundo globalizado[20].
Para tal fin, la principal preocupación de los colombianos ha sido, en primer
lugar, el desarrollo de capacidades marítimas en el océano Pacífico de modo que
sea posible a los buques de terceras banderas recalar también en aguas
colombianas y, en segundo lugar, se está tratando de insertar a Cartagena de
Indias como el tercer vértice de un triángulo marítimo comercial que tendría a
Panamá como a Cuba como sus otros vértices (Ibíd.), pero para ello necesita
garantizar un espacio de control marítimo que los coloca en colisión frente a
Nicaragua sobre todo después de la sentencia que redujo su espacio marítimo en
el mar Caribe[21]. El
futuro incremento del tráfico marítimo gracias a la ampliación del canal de
Panamá ha planteado una gran cantidad de expectativas que para Colombia se
traduce en la necesidad de controlar el tráfico marítimo en sus aguas. Pero
esta necesidad ha adquirido un importante grado de complejidad por la
proyectada construcción del canal nicaragüense con ayuda china en relación a
sus pretensiones marítimas en relación con Venezuela y la necesidad
estadounidense de mantener el grado de control del tráfico marítimo en el área.
Así pues, desde la perspectiva del poder marítimo colombiano, su foco de
atención a maximizar las ganancias tanto en el océano Pacífico y el mar Caribe
en relación con la ampliación del canal de Panamá y los obstáculos que debe
sortear son Nicaragua y Venezuela. De ahí que el desarrollo de su poder naval
esté relacionado, en primer lugar, con el interés de ejercer un mayor control
naval en el área y, en segundo lugar, en fortalecer su relación con EE.UU para
asegurar su apoyo político-estratégico. Este hecho va a convertir, por una
parte, a las islas de San Andrés y Providencia en áreas estratégicas por su
posibilidad de controlar el tráfico marítimo proveniente del proyectado canal
nicaragüense y, por la otra, va a convertir a los espacios marítimos y fluviales
en la frontera con Venezuela en áreas de tensión como consecuencia del interés
de ejercer un mayor control como paso previo a una crisis y consecuentemente
una escalada. Al efecto es conveniente observar el mapa donde se destaca la
extensión de las líneas de jurisdicción marítima colombiana. Esto hace
necesario echar una ojeada al desarrollo de su poder naval.
El desarrollo del poder naval colombiano se enmarca en lo que han
denominado PLAN ORIÓN 1 y 2. Este es un plan de fortalecimiento de las
capacidades navales, aeronavales, de guardacostas, fluviales, terrestres y de
apoyo. Gracias a este plan, Colombia no sólo ha logrado aumentar sus
capacidades marítimas (en lo concerniente a acciones antibuques, antisubmarinas
y antiaérea) y fluviales, sino también ha logrado, y esto es quizás lo más
importante, desarrollar una importante infraestructura para garantizar la
disponibilidad operacional de sus medios actuales y por adquirir[22].
Es evidente -a través del plan y operación "ORION"- el trabajo
paciente y coordinado de la armada de Colombia en recuperar y alistar su poder
naval, y en particular, corregir aquellas debilidades en poder de fuego antisuperficie
y antisubmarino, vividas durante la crisis de agosto 1987. La efectividad de
este plan ha permitido que un importante número de unidades navales colombianas
hayan participado en estos dos últimos años, en ejercicios UNITAS en el mar
Caribe y RIMPAC en el océano Pacífico demostrando con ello un poder combatiente
relativo superior en el campo naval como la dispuso, ese país, en la década de
los años treinta del siglo pasado que nos obligó, de hecho a negociar el
acuerdo del año 1941 en condiciones desventajosas (Bracho, 2010)[23].
Ahora bien, la orientación de este esfuerzo de desarrollo del
poder naval colombiano, es de acuerdo con lo que indica su misión relacionada
con la estrategia nacional contra el narcoterrorismo “CERRAR LOS ESPACIOS que
los narcoterroristas han abierto en nuestros mares, ríos y costas para
alimentar económicamente al terrorismo que afecta a la Nación” (ARC, 2013).
Esta misión analizada a la luz de la relación con los EEUU coloca a Venezuela,
al menos en el espacio fronterizo como un objetivo colombiano sobre todo si se
tiene presente sus pretensiones históricas[24].
Esta misión tiene como foco una visión que tiene como norte el año 2019, fecha
en que esperan haber “contribuido a la recuperación y consolidación de la paz y la seguridad
democrática de los colombianos” así como también haber obtenido “la capacidad
disuasiva y operacional necesaria para garantizar el uso legítimo de los
espacios marítimo y fluvial del país”. Para tal fin se explica el Plan
Estratégico de ese Estado y dentro de esa plan el PLAN ORIÓN, es decir, un plan
que pretende “contribuir al logro de los objetivos políticos y militares que
garanticen la vigencia de los intereses vitales de Colombia” (Ibíd.). Como se
evidencia a la luz de lo que hemos indicado en la introducción, hay una fecha
que difiere de nuestro planteamiento, es decir, 2017 vs. 2019, pero como ya hemos indicado, hay una ventana de
acción que abarca los años 2015 y 2019 si consideramos el proceso de paz
colombiano, la transición en Cuba y la situación política venezolana. Estos
hechos pueden hacer que se adelante el evento que hemos asociado a una
repetición de la crisis del Caldas o que se produzca en el período indicado. En
todo caso, para efectos de este estudio, el crecimiento del poder marítimo y
naval colombiano es una invariante.
b. El desarrollo del poder marítimo y naval
venezolano.
Venezuela también ha tenido la intención
de desarrollar su poder marítimo y naval, pero la retórica que ha expresado
esta intención, desde al menos en estos últimos quince años, ha sido poco
acompañada por los hechos para un país que tiene una alta dependencia de las
comunicaciones marítimas. En este contexto, las acciones emprendidas
directamente por Venezuela y que también constituyen hechos con carga de futuro
han estado orientadas hacia dos direcciones: Una dirección apunta a la
concepción del Estado como una entidad convencional reconocida por la comunidad
internacional basada en el territorio. La otra dirección apunta a la
implantación de un Estado comunal basado en concepciones marxistas fundadas en
una materialidad dada por la capacidad productiva de la población y la
complementariedad generada a partir de los intercambios de lo producido en un
espacio determinado por el nuevo Estado (Blanco, 2014). De acuerdo con la concepción
convencional estatal, ya hemos indicado en otro trabajo una serie de hechos
portadores de futuro (Ibíd.). En esta oportunidad sólo nos referiremos a los
siguientes:
El engrandecimiento de la flota mercante y
en especial la flota petrolera.
La modernización del sistema portuario
nacional.
La adquisición de buques guardacostas.
La adquisición de transportes
multipropósitos.
El incremento de la producción de
combustibles fósiles (petróleo y gas).
El crecimiento de la flota
mercante petrolera está muy relacionado con la intención de incrementar de la
producción petrolera con miras a satisfacer las necesidades energéticas de
China, India y otros mercados[25].
Este interés tiene un gran impacto marítimo en lo concerniente al desarrollo de
terminales, facilidades e industrias conexas que suponen el desarrollo de una
importante capacidad industrial a mediano plazo de lo que sólo se ha podido
constatar ha sido la instalación de plataformas costa afuera en el Atlántico
meridional y en área correspondientes al proyecto “Mariscal Sucre”, pero sin
conocerse el impacto en la economía venezolana. De igual forma, a pesar de los
esfuerzos de modernización y de la ampliación de algunos puertos existentes
entre los que se destaca el puerto de La Guaira[26],
a la fecha los proyectos de desarrollo de puertos de aguas profundas en el
oriente y occidente del país se han quedado sólo en la fase de proyectos. Ha
sucedido igual con el sistema de puertos fluviales en el sur del país. Por otra
parte, la adquisición de transportes multipropósito para conectar a Venezuela
con las Antillas menores y mayores puede ser interpretado como un esfuerzo
concebido para especializar al país en el trafico regional y local teniendo
como foco el puerto cubano de Mariel, como ya hemos indicado, con lo cual, las
potencialidades marítimas venezolanas se han estado subordinando a los
intereses cubanos en una nueva división internacional del trabajo (Ibíd.).
Con respecto al
crecimiento de la capacidad de vigilancia gracias a la adquisición de buques
guardacostas se puede afirmar que es un hecho positivo[27],
pero la disponibilidad operacional de estos buques va a estar condicionada a la
infraestructura de mantenimiento y de servicios que como ya hemos indicado no
ha crecido a la par del crecimiento del número de buques disponibles. Este
aspecto es grave debido a que en un escenario futuro de gran tráfico y de
problemas limítrofes con los países vecinos la presencia permanente es la que
va a crear circunstancias especiales que ayudarán a reforzar los títulos de
soberanía que poseemos en esos espacios. Esta vulnerabilidad es evidente en el
caso de la fachada del Atlántico meridional, la Zona Económica Exclusiva
adyacente a isla de Aves y las áreas marinas y submarinas que proyecta el Golfo
de Venezuela. A esto se suma lo indicado por Serbin Pont (2014) en lo
concerniente al cambio del concepto de defensa y el cambio de las hipótesis de conflicto.
Este cambio ha reducido al poder naval venezolano solamente al cumplimiento de
tareas de patrullaje marítimo que se van a complementar con los helicópteros Z-9
de producción china. En el cuadro que se presenta a continuación se evidencia
de manera notoria esta reducción destacando que la capacidad misilística
remanente en la Armada es la de los patrulleros de la clase “Constitución”[28].
En lo concerniente a la defensa naval,
paradójicamente, a pesar de la alta dependencia
de las comunicaciones marítimas y del potencial de recursos existentes en
nuestras áreas marinas y submarinas, se va a reducir a la defensa de costa con
la adquisición de un sistema de defensa de costas (Ibíd.), pero, como se sabe,
un sistema de defensa de costa es poco idóneo para para un proceso de
negociación marítima basado en la diplomacia naval y no se sabe a ciencia
cierta su efectividad frente a una estrategia operacional basada en el Forward from the sea[29].
En vista de lo antes mencionado se puede afirmar que el esfuerzo de la clase
dirigente por autoorganizarse hacia el mar ha estado muy por debajo de los
planes elaborados y muy por debajo de las necesidades de la sociedad.
De acuerdo con la
concepción comunal, los planes relacionados con el desarrollo del poder
marítimo venezolano se circunscriben a la denominada propuesta para la Gestión Bolivariana
Socialista 2013-2019 (Plan de la Patria), es decir, “un programa de transición
al socialismo y de radicalización de la democracia participativa y protagónica”.
Este plan en su segundo gran objetivo persigue continuar la construcción del
socialismo mediante la implantación de una nueva geometría del poder y la
economía comunal que no se ha podido desarrollarse a pesar de su
instrumentación en el año 2005 aproximadamente[30].
Desde la perspectiva
marítima, la situación es más crítica en el nuevo Plan. El aspecto marítimo
está sólo relacionado con la industria petrolera sin considerar la necesidad de
desarrollar a la par nuestro poder marítimo como base para asegurar
sustentabilidad al mismo plan (Ibíd.). Si se contrasta esta afirmación con las
tendencias regionales en lo concerniente al canal de Panamá y el proyectado
canal nicaragüense, el Puerto de aguas profundas de San Vicente y Mariel y además
se agregan otros intereses marítimos como la necesidad de la presencia naval en
las áreas en litigio y el mar de Venezuela así como el hecho que la economía
venezolana se ha reducido a una economía de puertos, llama la atención la poca
importancia que el proyecto socialista le da al tema. Desde esta perspectiva, se puede afirmar que para el Plan de la
Patria socialista 2013-2019, con la excepción de las actividades petroleras,
Venezuela es un país mediterráneo.
Este aspecto de suyo se
presenta como grave debido a que históricamente, las crisis internacionales que
ha enfrentado el país por el Golfo de Venezuela han sido porque ese espacio ha
sido declarado de interés vital para la nación. Como se sabe, un interés vital
es aquel querer racionalizado por medio del cual un país es capaz de ir a la
guerra para obtenerlo, y en nuestro caso, para preservarlo (Blanco, 2004)[31]. El Golfo de Venezuela es de interés vital para
el país porque por sus aguas circula una parte considerable de la producción
petrolera nacional que representa en los actuales momento alrededor del 90 % de
las exportaciones venezolanas, además de otros recursos vivos y no vivos que
están siendo explotados. En la medida en que se mantenga esta dependencia de
las comunicaciones marítimas y en la medida en que se intensifique la
producción venezolana costa afuera de recursos no vivos y vivos, tal como lo ha
declarado de forma reiterada la clase dirigente nacional[32],
el espacio de extensión de la declaración de área de interés vital abarcará
todo nuestro litoral marítimo y en especial donde se encuentran ubicados
nuestros terminales petroleros.
Desde esta perspectiva llama
la atención que para el socialismo venezolano, la confrontación está planteada
en un escenario terrestre cuando las potenciales situaciones de conflicto capaces
de causar mayor daño para el país se plantean en el escenario marítimo. Veamos
cómo podría ser este escenario de confrontación
c. El escenario de confrontación.
Hay un importante
aspecto de la crisis del “CALDAS” que Aveledo (2011) ha destacado en lo
concerniente a la participación de la Fuerza Aérea venezolana en esa crisis. De
acuerdo a los testimonios recabado por este autor, había interés de los pilotos
por lanzar bombas contra los incursores colombianos, pero reconocían que este
acto era definitivo, un fait accompli
que pudo haber desencadenado una guerra. Por ello agregó que con “respecto
al posible hundimiento del buque al activarse el Teatro de Operaciones Naval
debo suponer que con la alta capacidad de fuego de nuestra armada a través de
nuestras fragatas y el complemento de nuestras patrulleras misilísticas es
obvio suponer que esa era la vía más lógica para actuar en líneas generales
contra la armada colombiana” (Ibíd.). Esta indicación se hace debido a que la
posterior adquisición de misiles antibuque por parte de la aviación venezolana
hizo que se creara la cultura de que la aviación por si sola podría acabar una
crisis marítima. Este paradigma aún está presente en la nueva doctrina militar
venezolana a pesar de que esta se ha orientado a manejar las hipótesis en
función de unas fases que suponen una escalada.
Una escalada de conflicto implica también una
desescalada. Si no se concreta la guerra, una crisis como la que se plantea en
nuestro caso va quedar enmarcada en el escenario marítimo con desventajas para
Venezuela debido a que ello la va a obligar a negociar todos los temas
marítimos aun a pesar de la disposición de medios de defensa aérea y terrestre.
La desventaja en nuestro caso va a estar determinada por el hecho que nuestros
buques están en condiciones de desventaja en relación con los buques y
submarinos colombianos y tanto la aviación así como el sistema de defensa de
costa (si es adquirido) no se presentan como elementos para una negociación por
la diferencia de lenguaje que está subyacente en un proceso de escalada.
Ciertamente Venezuela ha adquirido una importante capacidad defensiva frente a
amenazas aéreas como lo ha indicado Serbin Pont (2014), pero la efectividad de
esa capacidad, al igual que la aviación, no es aplicable para el manejo de
crisis a no ser que se esté en un contexto de escalada con reglas de
enfrentamiento bien delimitadas como aconteció, por ejemplo, en la crisis de
los misiles cubanos[33].
Así pues, una
crisis que no desencadene en guerra, la confrontación va a ser marítima dentro
de lo que se ha denominado diplomacia naval, si se llegase a la guerra esta va
a tener como escenario los espacios marítimos y terrestres.
Desde la perspectiva
terrestre, más allá de los equipamientos adquiridos por los dos países, lo que
está en oposición son dos conceptos sobre la guerra. Mientras que Colombia está
enfocada a la realización de una guerra irregular dentro de una estructura de
fuerzas caracterizada por su naturaleza convencional dirigida a conducir
conflictos de naturaleza limitada, en Venezuela se ha cambiado el concepto de
defensa para le permitiría realizar una guerra basada en el concepto del pueblo
en armas. Esta conceptualización está enfocada a la
preparación del país, tal como lo señala Serbin Pont (2014) para una hipotética
agresión proveniente de EE.UU con apoyo colombiano y de una resistencia interna
a los cambios políticos de tendencia socialista.
Aquí es donde se observa con más claridad que el concepto de
defensa nacional venezolano está orientado a la defensa de un modelo político y
no del país como un todo. Teniendo presente lo antes afirmado, la FABV es capaz
de defender de manera eficaz el régimen político frente a una agresión externa,
pero como el planteamiento estratégico expuesto de acuerdo con la trama de
antagonismos a escala regional está dirigido a la ejecución de acciones de
fuerza de alcance limitado en el escenario marítimo, la capacidad de la FABV es
sumamente limitada para afrontar una crisis en el escenario marítimo. Como la
mentalidad de la clase gobernante venezolana es actualmente epirocrática (e
históricamente así lo ha sido) consideramos que el desbalance de poder
combatiente relativo se va a ser una invariante que se va a mantener en el
tiempo que hemos considerado para la construcción de escenarios.
4.- El proceso de Paz colombiano.
En relación con
Venezuela, Colombia tuvo su momento de más alta tensión en el año 2009-2010 con
motivo de las denuncias colombianas sobre la presencia de guerrilleros de las
Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en territorio venezolano y
con la complacencia de la clase dirigente venezolana. Luego de esa crisis se ha
producido un período de distensión que se ha logrado mantener por las
conversaciones de Paz con la guerrilla que se desarrollan en la Habana. El
acuerdo de paz en Colombia está supeditado a cuatro aspectos a tener en
consideración: una nueva política agraria en las áreas rurales basada en el cooperativismo, la participación
política de los guerrilleros desmovilizados dentro de un contexto de democracia participativa, el fin de las
hostilidades y consecuentemente la desmovilización,
la solución al problema de la producción y tráfico de drogas ilícitas que está conectado a la nueva política agraria y,
por último el resarcimiento a las víctimas de la guerra que supone la construcción de la verdad[34].
Como se observa, de concretarse este acuerdo de
paz se formalizaría el surgimiento de dos Colombia. Una parte de esta nueva Colombia
va a obtener una mayor libertad de maniobra para actuar políticamente en el
escenario internacional en función de sus prácticas históricas. La otra parte estaría
conectada con Venezuela en lo que concierne al Plan de la Patria como veremos
más adelante cuando abordemos el problema de la situación económica venezolana.
El problema que presenta este proceso de paz ha sido la alta abstención que han
tenido los últimos procesos electorales en ese país que refleja la crisis de la
democracia liberal que afecta a Occidente como totalidad (Mouffe, 1999). Esta
crisis de la democracia liberal en Occidente ha promovido el surgimiento de
regímenes de derecha y de izquierda que expresan las dos caras de la misma
moneda en lo que concierne al poder de mediar entre las necesidades y
satisfacciones de las poblaciones que representan y ha promovido también el
surgimiento de liderazgos carismáticos que han tendido al totalitarismo y al
autoritarismo.
La alta abstención en las últimas elecciones
colombianas expresan que la crisis política en ese país está relacionada tanto
en lo que se entiende por democracia así como de lo que se entiende por virtud
cívica que supone tanto derechos como deberes fundamentales. En este contexto,
el proceso de paz se presenta para la clase dirigente de ese país como un medio
para generar las condiciones de posibilidad para permanecer en el poder a
partir de un cálculo de riesgo y para la FARC representa un medio que permita
establecer una cabeza de puente político-ideológica que conecte con otros
países de la región, en especial Venezuela, amparada en la crisis de
representatividad que ha mostrado la clase dirigente colombiana. Desde esta
perspectiva, de concretarse la paz en Colombia, el país se sumergiría en un
periodo de inestabilidad política por la dificultad de la clase dirigente de
asimilar ese nivel de complejidad dentro de sus instituciones. En este
contexto, la libertad de maniobra que obtendría la clase dirigente colombiana
sería temporal lo que la obligaría a obtener un éxito político significante a
escala nacional o internacional que le de crédito político por un margen de
tiempo suficiente para recomponer su capacidad de maniobra para asegurar su
permanencia en el poder.
En caso de no concretarse el acuerdo de paz, la
clase dirigente colombiana va a disponer de una ventana, por poco espacio de tiempo,
para maniobrar a escala nacional e internacional debido a que se verá obligada
a dirigir todos sus esfuerzos a atender su frente interno. El tiempo que habrá
que esperar para saber si se lograrán los acuerdos de paz va a estar
condicionado, en este contexto, por las próximas elecciones estadounidenses. Estas
elecciones constituirán la fecha límite que le indicarán si se dispondrá de
libertad de maniobra gracias al nuevo gobierno o se mantendrán las mismas
condiciones. Por su parte, para la FARC, su capacidad de maniobra va a estar
condicionada a la estabilidad cubana y venezolana en lo que concierne a la
manutención del proceso de cambios con miras a la construcción del socialismo.
Esto hace necesario examinar la situación económica venezolana y su impacto en
la política, pero para nuestros efectos, la posibilidad o no de que se concrete
un acuerdo de paz se presenta como una variante que nos puede indicar la
ocurrencia del evento futuro que hemos estado analizando.
5.- El debilitamiento económico venezolano y
su impacto en el concepto de defensa actualmente vigente.
En un artículo publicado por la revista The Economist a finales del año 2011
expresaba que Venezuela iba en camino de un default económico que se iba a
hacer patente después de las elecciones de octubre del año 2012. Las
manifestaciones del deterioro económico se han hecho patentes de manera
creciente después de abril del año 2013 y se han acentuado en el año 2014
debido al interés de la clase dirigente por mantener, en primer lugar, sus
compromisos internacionales como un medio para mantener el apoyo externo al
régimen político y, en segundo lugar, para continuar implantando un nuevo
modelo de desarrollo que permita la construcción del socialismo a partir del
establecimiento de un Estado comunal. Un
Estado comunal, es una especie de síntesis entre una concepción política basada
en el territorio con otra concepción materialista focalizada en el espacio de
producción e intercambios. En esta síntesis los promotores de esta nueva
concepción del Estado no han considerado las consecuencias que ello supone en
lo que concierne, en primer lugar, al ejercicio de soberanía de unas
comunidades productivas inexistentes o en el mejor de los casos en proceso de
gestación con lo cual los conceptos venezolanos de frontera y límite se van a
disolver en beneficio de una ideología que para poder subsistir va a tener que
negar todos los postulados que justificaron su implantación y, en segundo
lugar, a que la capacidad productiva nacional se ha reducido ostensiblemente
desde que la clase dirigente estableció como objetivo cambiar de manera radical
el modelo de desarrollo (Blanco, 2014).
La inestabilidad
política que ha comenzado a vivir el país desde febrero de 2014 y las medidas
adoptadas para su contención no ha significado un cambio de circunstancias en
lo que a la implantación del modelo de desarrollo se refiere y este hecho va a
agravar la inestabilidad política con importantes consecuencias
transfronterizas por la necesidad de las comunas de apropiarse de cualquier
capacidad productiva dentro de un contexto en que se pretende en las zonas
rurales colombianas (y por consiguiente fronterizas) una nueva política agraria
basada en el cooperativismo y la democracia participativa. Estos dos hechos se
conectarían por la afinidad ideológica, la pregunta es cómo. La respuesta a
esta interrogante está relacionada con el concepto de máquina de guerra, es decir, un vector que produce cortes, escisiones, uniones y
mezclas, de las estructuras abstractas que configuran los espacios que tiene
como fin “destruir la forma-Estado y la forma-ciudad con las que se enfrenta…”
(2008:416-451). La máquina
de Guerra que ha estado construyendo el Estado venezolano, de acuerdo con
el criterio de Deleuze y Guattari no ha estado relacionada necesariamente con
la reforma militar. En realidad la clase dirigente ha estado construyendo un
dispositivo caracterizado por la estructuración de un aparato normativo que
integra un conjunto de normas, específicamente la Ley Orgánica de Seguridad de la
Nación, la Ley Orgánica de Comunas y el Plan de la Patria 2013-2019 que el
gobierno convirtió en ley cuyo objeto ha sido darle un piso legal, no sólo al
modelo de desarrollo que se quiere implantar, sino también a la acción política
que se pretende realizar (Blanco, 2014).
Como se sabe, el Plan de la Patria contempla
cinco grandes objetivos estratégicos que orbitan en torno en el “pleno
desarrollo” de las capacidades
nacionales, para crear las condiciones “para el desarrollo de un modelo
innovador, transformador y dinámico” y “construir un modelo productivo
eco-socialista” a partir de la aceleración de la transición al modelo
“económico productivo socialista” y de la “consolidación y expansión del poder
popular a través… del autogobierno en poblaciones y territorios específicos
conformados como Comunas…”[35].
Estos propósitos están orientados dentro del plan para impulsar “la Alianza
Bolivariana…” con otros pueblos de América y la dinamización de “los nuevos
espacios regionales…”. El método que han seguido para alcanzar este Estado
comunal y que hoy en día está mencionado en el plan es la “metabolización” de
la capacidad productiva. Esta consiste en descomponer la capacidad productiva
existente en unidades de producción simples que favorezcan el cooperativismo y
otras formas de organización productiva como ya se ha intentado hacer desde el
año 2005. Como ya hemos indicado que la producción en el país se ha reducido,
pareciera que el plan actual, aún a pesar de las medidas económicas adoptadas
para frenar la crisis, persigue generar un vacío conformado por un conjunto de
venezolanos que no producen dirigidos por un Estado benefactor dentro de un
contexto de escasez que conecte con los productores que se beneficien en
Colombia con la nueva política agraria (Ibíd.). En este contexto, la FABV debe
defender el Plan y participar en su ejecución dentro de una perspectiva
epirocrática. Ello explica la existencia de la milicia y de los grupos armados
amparados por el Estado y expresa la forma en que se ha materializado el
concepto de pueblo en armas y que en nuestro país se conoce como guerra popular
de resistencia.
Así
pues, aunque el deterioro económico limite la capacidad de acción internacional
del Estado venezolano y que la crisis económica agrave la situación social del
país, el recurso que dispone la clase dirigente para garantizar su permanencia
en el poder es la guerra popular de resistencia con el concurso de la FABV. En
este contexto, el camino al socialismo es más importante que cualquier
consideración de naturaleza marítima y/o territorial por lo que se puede intuir
que la guerra revolucionaria, en un escenario extendido colombo-venezolano, es
el arma absoluta del socialismo en la región para mantenerse en el poder. Como
este es un escenario extremo y el socialismo en la región ha obrado por una
acción a largo plazo, lo que se presenta para ellos como razonable es la
negociación internacional dentro de un contexto de reformas económicas a fin de
asegurar el mantenimiento en el poder hasta que se pueda continuar el camino al socialismo. En esta
situación la posición tradicional de Venezuela podría ser sacrificada en aras
de intereses transnacionales. Así pues, la continuación o no del deterioro
económico es también una de las variables que podría o no el evento “CALDAS”
que hemos estado considerando.
6.- Análisis prospectivo.
De acuerdo con el examen realizado podemos
señalar cinco variables que entran en juego para determinar las condiciones de
ocurrencia de una nueva crisis como la de la “CALDAS” tomando como año
referencial 2017. Estas variables las sintetizamos como sigue:
a. La
situación político-estratégica internacional se mantiene o no estable, es
decir, mantiene su dinamicidad y la transición política.
b. El proceso
de delimitaciones de áreas marinas y submarinas promovidas por la CIJ (o el
Tribunal de Hamburgo) en la cuenca del Caribe se mantiene o no como se ha
venido llevando a cabo en tanto que afecte negativamente a Colombia.
c. En cuanto
al desarrollo del poder marítimo y naval en Colombia y Venezuela se mantiene,
es decir, se mantiene la superioridad colombiana en cuanto al poder combatiente
relativo.
d. El proceso
de paz colombiano concluye satisfactoriamente o no.
e. Continua
el deterioro económico venezolano propiciando o no la negociación internacional
para evitar la desestabilización de la región.
De
estas variables, podemos considerar como invariante la variable “c”, por las
causas antes indicadas, y como variantes: “a”, “b”, “d” y “e”. Con estas variantes
se pueden construir dieciséis escenarios que describiremos y analizaremos a
continuación:
1. Donde la
situación político-estratégica mantiene su dinamicidad en términos de tendencia
en el incremento del tráfico marítimo y de transición política tanto en Cuba
como en Venezuela. Se mantiene el proceso de delimitaciones de áreas marinas y
submarinas en la región promovidas por la CIJ (o el Tribunal de Hamburgo)
afectando a Colombia. El proceso de paz colombiano concluye satisfactoriamente.
Y por último, continúa el deterioro económico venezolano propiciando con ello
inestabilidad regional. Este escenario tiene una alta posibilidad de
ocurrencia. Para tal efecto habría que tener como momento de referencia las
elecciones estadounidenses como ventana para desencadenar una nueva crisis,
auspiciado por las tensiones políticas ruso-estadounidenses.
2. Donde la
situación político-estratégica mantiene su dinamicidad en términos de tendencia
en el incremento del tráfico marítimo y de transición política tanto en Cuba
como en Venezuela. Se mantiene el proceso de delimitaciones de áreas marinas y
submarinas en la región promovidas por la CIJ (o el Tribunal de Hamburgo)
afectando a Colombia. El proceso de paz colombiano concluye satisfactoriamente.
Y por último, la economía venezolana se recupera evitándose con ello la
inestabilidad a nivel regional. Este escenario es de poca probabilidad de
ocurrencia debido a que si bien en el país se están realizando ajustes
macroeconómicos de gran envergadura que recuerdan a los recomendados por el
Fondo Monetario Internacional, la recuperación de la capacidad productiva
nacional es un asunto que el gobierno venezolano no ha sido capaz de lograrlo a
pesar de la importancia que le han dado al denominado Plan de la Patria. Además
su baja ocurrencia no lograría impedir que se repita una nueva crisis en el
Golfo de Venezuela.
3. Donde la
situación político-estratégica mantiene su dinamicidad en términos de tendencia
en el incremento del tráfico marítimo y de transición política tanto en Cuba
como en Venezuela. Se mantiene el proceso de delimitaciones de áreas marinas y
submarinas en la región promovidas por la CIJ (o el Tribunal de Hamburgo)
afectando a Colombia. El proceso de paz colombiano NO concluye
satisfactoriamente. Y por último, continúa el deterioro económico venezolano
propiciando con ello inestabilidad regional. Este escenario tiene una alta
posibilidad de ocurrencia debido a que a las pretensiones del estado colombiano
la desestabilización regional se produciría por la conexión de la crisis social
venezolana con el problema político-social colombiano. En este caso la acción en
el golfo se produciría debido a que habría una ventana de maniobra entre el fin
de las conversaciones de paz y el inicio del nuevo gobierno estadounidense y
motivado a que Colombia buscaría desencadenar una crisis regional para lograr
la participación de otros actores.
4. Donde la
situación político-estratégica mantiene su dinamicidad en términos de tendencia
en el incremento del tráfico marítimo y de transición política tanto en Cuba
como en Venezuela. Se mantiene el proceso de delimitaciones de áreas marinas y
submarinas en la región promovidas por la CIJ (o el Tribunal de Hamburgo)
afectando a Colombia. El proceso de paz colombiano NO concluye
satisfactoriamente. Y por último, se detiene y recupera la economía venezolana
generando estabilidad en la región. Este escenario tiene poca probabilidad de
ocurrencia debido a que la economía venezolana no le va a garantizar libertad
de maniobra a la actual clase dirigente venezolana.
5. Donde la
situación político-estratégica mantiene su dinamicidad en términos de tendencia
en el incremento del tráfico marítimo y de transición política tanto en Cuba
como en Venezuela. NO se mantiene el proceso de delimitaciones de áreas marinas
y submarinas en la región promovidas por la CIJ (o el Tribunal de Hamburgo)
afectando a Colombia. El proceso de paz colombiano concluye satisfactoriamente.
Y por último, continúa el deterioro económico venezolano propiciando con ello
inestabilidad regional. Este escenario tiene una alta posibilidad de ocurrencia
debido a que Colombia forzaría una crisis internacional para obligar a
Venezuela a asistir a la CIJ o a una mesa de negociación internacional.
6. Donde la
situación político-estratégica mantiene su dinamicidad en términos de tendencia
en el incremento del tráfico marítimo y de transición política tanto en Cuba
como en Venezuela. No se mantiene el proceso de delimitaciones de áreas marinas
y submarinas en la región promovidas por la CIJ (o el Tribunal de Hamburgo)
afectando a Colombia. El proceso de paz colombiano concluye satisfactoriamente.
Y por último, se detiene y se recupera la economía venezolana. Este escenario
tiene baja posibilidad de ocurrencia por las indicaciones económicas que hemos
señalado de Venezuela, aunque Colombia si podría forzar en cualquier caso la
asistencia venezolana a la corte o a una mesa de negociación internacional.
7. Donde la
situación político-estratégica mantiene su dinamicidad en términos de tendencia
en el incremento del tráfico marítimo y de transición política tanto en Cuba
como en Venezuela. No se mantiene el proceso de delimitaciones de áreas marinas
y submarinas en la región promovidas por la CIJ (o el Tribunal de Hamburgo)
afectando a Colombia. El proceso de paz colombiano NO concluye
satisfactoriamente. Y por último, continúa el deterioro económico venezolano
propiciando con ello inestabilidad regional. Este escenario tiene una alta
posibilidad de ocurrencia debido a que Colombia utilizaría una crisis en el
Golfo de Venezuela para forzar la regionalización de la desestabilidad
provocada por la crisis venezolana y el recrudecimiento de la guerra en
Colombia.
8. Donde la
situación político-estratégica mantiene su dinamicidad en términos de tendencia
en el incremento del tráfico marítimo y de transición política tanto en Cuba
como en Venezuela. NO se mantiene el proceso de delimitaciones de áreas marinas
y submarinas en la región promovidas por la CIJ (o el Tribunal de Hamburgo)
afectando a Colombia. El proceso de paz colombiano NO concluye
satisfactoriamente. Y por último, se recupera la economía venezolana evitando
con ello inestabilidad regional. Este escenario sería el más favorable para los
venezolanos si se lograra acelerar la transición política y si se lograse
reactivar la producción, pero esta situación sólo colocaría a nuestro país a
disponer de una mayor capacidad de maniobra para negociar, no evitaría la crisis
regional.
9. Donde la
situación político-estratégica se estanca debido a que estaría afectado por la
situación política en otras regiones del globo y NO se produce la transición
política tanto en Cuba como en Venezuela. Se mantiene el proceso de delimitaciones
de áreas marinas y submarinas en la región promovidas por la CIJ (o el Tribunal
de Hamburgo) afectando a Colombia. El proceso de paz colombiano concluye
satisfactoriamente. Y por último, continúa el deterioro económico venezolano
propiciando con ello inestabilidad regional. Este escenario tiene una mediana
posibilidad de ocurrencia si se considera la situación político-estratégica en
otras regiones como el cercano oriente y el sudeste de Asia, por lo que las
potencias extrarregionales con intereses en el área negociarían para evitar un
mayor grado de inestabilidad. Esa negociación afectaría negativamente a
Venezuela porque haría patente el hecho que nuestro país es objeto de las
acciones de otros actores políticos.
10. Donde la
situación político-estratégica se estanca así como la transición política tanto
en Cuba como en Venezuela. Se mantiene el proceso de delimitaciones de áreas
marinas y submarinas en la región promovidas por la CIJ (o el Tribunal de
Hamburgo) afectando a Colombia. El proceso de paz colombiano concluye
satisfactoriamente. Y por último, se recupera la economía venezolana evitando
la inestabilidad regional. Este escenario tiene una mediana posibilidad de
ocurrencia debido a que ello ocurriría si se afectasen los suministros de
petróleo a escala global. Este es el mejor escenario para la clase dirigente cubana
y venezolana porque le daría más libertad de maniobra para fortalecer su
proyecto político, pero obligaría a Colombia a destrabar el juego político. En
este caso una incursión en el Golfo de Venezuela obligaría a nuestro país a
escalar en términos políticos absolutos.
11. Donde la
situación político-estratégica se estanca así como la transición política tanto
en Cuba como en Venezuela. Se mantiene el proceso de delimitaciones de áreas
marinas y submarinas en la región promovidas por la CIJ (o el Tribunal de
Hamburgo) afectando a Colombia. El proceso de paz colombiano NO concluye
satisfactoriamente. Y por último, se mantiene el deterioro económico venezolano
generando mayor inestabilidad regional. Este escenario tiene una mediana
posibilidad de ocurrencia, pero sería en mejor escenario para que Colombia
actúe amenazando con forzar una crisis regional y propiciando una negociación
donde Venezuela sería severamente afectada.
12. Donde la
situación político-estratégica se estanca así como la transición política tanto
en Cuba como en Venezuela. Se mantiene el proceso de delimitaciones de áreas
marinas y submarinas en la región promovidas por la CIJ (o el Tribunal de
Hamburgo) afectando a Colombia. El proceso de paz colombiano No concluye
satisfactoriamente. Y por último, se recupera la economía venezolana evitando
la inestabilidad regional. Este escenario tiene una mediana posibilidad de
ocurrencia debido a que ello ocurriría si se afectasen los suministros de
petróleo a escala global. Este es un buen escenario para la clase dirigente
cubana y venezolana fuera del ámbito marítimo y el peor escenario para Colombia
porque significará la intensificación de la guerra interna por lo que la clase
dirigente de ese país buscaría ganar tiempo y una victoria política a escala
internacional serviría para oxigenar el régimen.
13. Donde la
situación político-estratégica se estanca así como la transición política tanto
en Cuba como en Venezuela. No se mantiene el proceso de delimitaciones de áreas
marinas y submarinas en la región promovidas por la CIJ (o el Tribunal de
Hamburgo) afectando a Colombia. El proceso de paz colombiano concluye
satisfactoriamente. Y por último, se mantiene el deterioro de la economía
venezolana generando la inestabilidad regional. Este escenario forzaría a la
clase dirigente cubana y venezolana a destrabar la situación política regional
y una crisis en el Golfo de Venezuela sería una oportunidad tanto para Colombia
como para la clase dirigente cubana y venezolana para asegurar su permanencia
en el poder.
14. Donde la
situación político-estratégica regional pierde su dinamicidad así como la
transición política tanto en Cuba como en Venezuela. NO se mantiene el proceso
de delimitaciones de áreas marinas y submarinas en la región promovidas por la
CIJ (o el Tribunal de Hamburgo) afectando a Colombia. El proceso de paz
colombiano concluye satisfactoriamente. Y por último, se recupera la economía
venezolana evitando la inestabilidad regional. Este escenario, de mediana
posibilidad de ocurrencia, es bueno para la clase dirigente cubana y venezolana
desde el punto de vista continental y obligaría también a la clase dirigente
colombiana a forzar una crisis marítima para mantenerse en el poder.
15. Donde la
situación político-estratégica se estanca así como la transición política tanto
en Cuba como en Venezuela. No se mantiene el proceso de delimitaciones de áreas
marinas y submarinas en la región promovidas por la CIJ (o el Tribunal de
Hamburgo) afectando a Colombia. El proceso de paz colombiano NO concluye
satisfactoriamente. Y por último, se mantiene el deterioro de la economía
venezolana generando inestabilidad regional. Este escenario tiene una mediana
posibilidad de ocurrencia debido a que ello ocurriría si NO se afectasen los
suministros de petróleo a escala global. Este escenario forzaría a Colombia a generar
una crisis para aprovecharse de la debilidad venezolana antes de que se
produzca una conexión entre la guerra colombiana y la crisis venezolana de modo
de forzar un arreglo regional.
16. Donde la
situación político-estratégica se estanca así como la transición política tanto
en Cuba como en Venezuela. No se mantiene el proceso de delimitaciones de áreas
marinas y submarinas en la región promovidas por la CIJ (o el Tribunal de
Hamburgo) afectando a Colombia. El proceso de paz colombiano NO concluye
satisfactoriamente. Y por último, se recupera la economía venezolana evitando
la inestabilidad regional. Este escenario tiene una mediana posibilidad de
ocurrencia debido a que ello ocurriría si se afectasen los suministros de
petróleo a escala global. Este es un buen escenario para la clase dirigente
cubana y venezolana a corto plazo desde el punto de vista continental, pero
forzaría a Colombia a generar una crisis internacional antes de que disminuya
su capacidad de negociación.
Como se puede observar, todos los escenarios
son negativos para los venezolanos, el objeto que explica su consideración es
saber las condiciones de posibilidad de crear una capacidad de negociación que
pueda hacer que el país pueda encarar en mejores condiciones los retos por
venir. Estos escenarios son de alta, mediana y baja probabilidad de ocurrencia,
tal como fueron recopilados a continuación:
Alta
|
01, 03, 05, 07
|
Mediana
|
09, 10, 11, 12, 14,
15, 16
|
Baja
|
02, 04, 06
|
La baja probabilidad de ocurrencia de los
escenarios “02”, “04” y “06” está condicionada a causas económicas. Esta
situación que podría mejorar la situación venezolana también dificultaría la
transición política, por ello se ha considerado como excluyentes. La mediana
probabilidad de ocurrencia en lo que concierne a los escenarios “09”, “10”,
“11”, “12”, “14”, “15” y “16” forzarían a Colombia a actuar para evitar perder
su ventaja estratégica y consecuentemente ello significaría que tanto la clase
dirigente cubana y venezolana dispondrían
de mayor capacidad de maniobra en el tiempo que tendría como
consecuencia la desestabilización de la región. Los escenarios “01”, “03”, “05”
y “07”, son los más beneficiosos para Colombia porque le permitiría generar una
crisis dentro del plano de la diplomacia naval para alcanzar sus objetivos
políticos marítimos sin generar una situación de guerra. Nos interesa destacar,
ahora los escenarios “08” y “13”.
El escenario “08” como hemos indicado depende
de la rapidez de la transición política nacional y consecuentemente de la
reactivación de la producción favorecida por un clima internacional favorable
económicamente por el aumento del precio del petróleo. Pero en este escenario
los venezolanos precisarían de un aliado internacional diferente de los actores
regionales y extrarregionales que están en el juego estratégico en el área que
le permita al país actuar como un sujeto y no como un objeto de las relaciones
internacionales. El escenario “13” depende de la inconformidad colombiana,
venezolana y cubana. Sería como la consecuencia de un acuerdo tácito para
destrabar la situación estratégica como último recurso mediante la crisis.
Además de lo antes indicado, es de destacar que
Cuba, Venezuela y Nicaragua apuestan a la cooperación en lo marítimo desde el
punto de vista comercial y al antagonismo desde el punto de vista continental.
Pero Nicaragua considera que esta cooperación es posible en la medida en que se
resuelvan los principales elementos de conflictividad en el mar. Por su parte
Colombia apuesta a los antagonismos en el mar y a la cooperación desde el punto
de vista continental. Aquí se evidencia con más claridad la amenaza que se
cierne sobre los venezolanos debido a que su clase dirigente apostaría por la
negociación marítima a pesar de la vulnerabilidad generada por la dependencia
de las comunicaciones y de la extracción de recursos en áreas marinas y
submarinas sin importar sus consecuencias a largo plazo.
7.- Reflexión final.
ORION, en literatura griega aparece como un
gran cazador. Para agosto de 1987 la fuerza naval venezolana dispuso medios
para la detección y poder de fuego contra amenazas de superficie y submarinas,
suficientemente disuasivas ante el poder naval de Colombia. Por tanto, el poder
combatiente relativo de ese país debe ser revisado por el almirantazgo de la
armada venezolana, para garantizar la soberanía en un área vital del país, como
lo es, EL GOLFO DE VENEZUELA. Así pues, como ORION tuvo su ESCORPIÓN, la
OPERACIÓN ESCORPIÓN es una poción reflexiva para evitar que acontezcan
situaciones que puedan afectar el equilibrio estratégico en la región mediante
la modificación o alteración de las variables existentes o la inclusión de nuevas variables en
la región.
Construir escenarios es una tarea muy subjetiva
y poco significante para una comunidad dada si es hecha por una sola persona.
Tengo que agradecer a un grupo de colaboradores que le dieron intersubjetividad
a este trabajo compartiendo unos buenos cafés en el salón de los espejos… el
tiempo ayudará a su perfeccionamiento….
7.- Bibliografía consultada.
AHUMADA,
Ó. y MORALES M. (2013). “Las nuevas
fronteras de la industria petrolera”. Documento en línea. Disponible: http://www.portafolio.co/negocios/exploracion-petrolera-colombia-durante-2013.
ARMADA NACIONAL DE LA REPÚBLICA
DE COLOMBIA (ARC) (2013). Armada Nacional
de la República de Colombia. [Documento en Línea]. Disponible: http://www.armada.mil.co/content/información-general-modificada
[Consulta: 15NOV2013].
BLANCO,
E. (2014). “Venezuela y su Historicidad Marítima: Pasado, Presente y Futuro”.
Caracas. Documento en Línea. Disponible: www.edgareblancocarrero.blogspot.com.
BLANCO,
E. (2013). “Implicaciones Estratégicas de la Diplomacia Naval Rusa en
Venezuela”. Caracas. Documento en Línea. Disponible: www.edgareblancocarrero.blogspot.com.
BLANCO, E. (2010). “Situación de las Relaciones Bilaterales
Colombia-Venezuela a Partir de los Eventos Acaecidos El 22JUL2010”. Caracas.
Documento inédito.
BLANCO,
E. (2004). Reflexiones sobre Estrategia
Marítima en la Era de la Libertad de los Mares. (2ª ed.). Caracas. Editorial
Panapo. 373 p.
BRACHO, J. (2010). Los Sueños Rotos.
Caracas. Editorial: Instituto Autónomo de Ferrocarriles del Estado – IAFE. 256
p.
DELEUZE, G y GUATTARI, F. (2008). Mil
Mesetas. Capitalismo y Esquizofrenia. 8º éd. Valencia. (T. J. Vásquez y U. Larraceleta). Editorial Pre-Textos. 522 p.
FUENTES, F. (2013). “El conflicto que vuelve a llevar a Nicaragua y Costa Rica a La Haya”.
Santiago. La Tercera. [Documento en
Línea]. Disponible: http://www.latercera.com/ [Consulta: 05NOV2013].
HERNÁNDEZ
A. (2011) “Ampliación del Canal: oportunidades para Colombia”.
Bogotá. Revista de Logística.
[Documento en Línea]. Disponible: http://www.revistadelogistica.com/art-11-Ampliacion-del-Canal.asp [Consulta: 15NOV2013].
MARGOLLES, P. (2012).
¿Quién ordenó derribar el avión espía
estadunidense sobre Cuba?. México. Documento en
línea. Disponible: http://contralinea.info/archivo-revista/index.php/2012/11/18/quien-ordeno-derribar-el-avion-espia-estadunidense-sobre-cuba/
MOUFFE, C.
(1999). El Retorno de lo Político.
Barcelona. (T. M. Galmarini). Editorial Paidos. 199 p.
SERBIN PONT, A. (2014). “Venezuela: Bolivarianismo y
nuevas hipótesis de conflicto”. Buenos Aires. Defensa
& Seguridad. Documento en Línea. Disponible: http://www.defonline.com.ar.
[1] Tal como lo ha testificado el
General de División Abelardo Galeano Vera, en ese entonces Comandante de
Operaciones Aéreas y otros oficiales de la Armada.
[2] Sobre esta crisis, como muy bien
ha señalado Javier Nieves-Croes, se tiene muy poca información debido a que
coincidió con el proceso que condujo al protocolo de Puerto España y la
pacificación interna del país. Su gravedad fue de tal magnitud que favoreció la
modernización de las Fuerzas Armadas Nacionales.
[3] Ver al respecto: Blanco (2004).
[4] En relación con la participación
de la aviación militar en la crisis es de destacar que se inició con el envío,
por parte del Comandante de Operaciones Aéreas Gral. Div. A. Galeano, de cuatro
F16 al Golfo de Venezuela. Al respecto se recomiendan los testimonios recabados
por el Dr. J. Aveledo.
[5] Hay que recordar que en el año
2022 se cumplirán 70 años de la crisis del archipiélago de Los Monjes, en el
2019 se cumplen 200 años de la batalla de Boyacá y en el año 2017 se cumplirán
30 años de la crisis del “CALDAS”.
[6] Ver al respecto: Bracho (2010).
[7] Hay que tener presente que el 20
de agosto de 2017 se cumplirán 280 años de la creación del virreinato de Santa
Fe o Granada; el 7 de agosto de 2019 se cumplirán doscientos años de la gesta
histórica de Boyacá para Colombia y como ya indicamos, en el 2022 se cumplirán
70 años de la crisis del archipiélago de Los Monjes y en el año 2017 se cumplirán
30 años de la crisis del Caldas.
[8] Según esta fuente el canal
tendrá entre 230 mts. y 520 mts. de ancho y 27,6 mts. de profundidad (Reuters,
07JUL2014).
[9] La injerencia cubana en los
problemas de delimitaciones de áreas marinas y submarinas pendientes se
encuentra enmarcada en las negociaciones de paz colombiana que se están
llevando a cabo en la Habana.
[10] Está proyectada la construcción
de otros cuatro buques de esas mismas características en Cuba con apoyo
neerlandés.
[11] En relación con este país, es
conveniente destacar el papel que ha jugado Cuba en su disputa por el
territorio Esequibo frente a Venezuela. Estimamos que la relación Cuba-Guyana
ha condicionado las pretensiones históricas venezolanas en ese espacio y la ha
colocado en posición de desventaja en un escenario de negociación
internacional.
[12] Hasta el presente, ya se ha
producido la delimitación de áreas marinas y submarinas hasta la Zona Económica
Exclusiva entre Barbados y Trinidad y Tobago, entre Guyana y Surinam y entre
Surinam y la República Francesa. Como se sabe, este espacio es rico en recursos
pesqueros de los cuales históricamente (circunstancias especiales) los
pescadores venezolanos se han aprovechado y se estima que existen altas
posibilidades de existencia de recursos no vivos en el suelo y el subsuelo
explotables hasta 300 millas náuticas de la costa continental e insular. Este
último aspecto ha sido el foco de interés de los países que bordean la región,
pero este interés ha sido promovido por empresas transnacionales, especialmente
petroleras que han usado a los países interesados (en especial, Trinidad y
Tobago, Barbados y Guyana como cabezas de turco para tener acceso a los potenciales
recursos allí existentes. La expresión cabeza de turco obedece los territorios
que fueron ex - colonias británicas están operando como pivote para la
satisfacción de intereses económicos de empresas transnacionales dentro de lo
que ya hemos indicado como colonialidad del poder (Blanco, 2014).
[13] Esta disputa fue conocida por la Corte
Internacional de Justicia. Ver al respecto Fuentes (2013)
[14] Es de destacar que Nieves-Croes,
como miembro de la comisión de negociación, hizo abortar en el año 2009 un
proyecto de acuerdo de delimitación que lesionaba los intereses marítimos
venezolanos. Ver al respecto: Reyes
(2009). “Venezuela
abandona posición histórica frente al Golfo". Caracas. En El Universal
http://www.soberania.org/Articulos/articulo_4852.htm
[15] Colombia y Perú lo han hecho en
relación con EE.UU.
[16] Desde el punto de vista
histórico, los pensadores geopolíticos venezolanos (De Nogales, Llovera y
Fernández) alertaron sobre el papel ascendiente de China como factor
desencadenante del próximo conflicto mundial desde una perspectiva estatal. Ver
al respecto: Blanco (2014).
[17] En relación con el Reino de los
Países Bajos, el Reino Unido y Francia, también observaremos un incremento de
las acciones de control en la cuenca del caribe que nos va a afectar directa e
indirectamente.
[18] El empleo del fracking en
Colombia en un mismo sistema sismológico que comprende a Venezuela convertiría
al occidente de nuestro país en un área inestable desde el punto de vista
geológico.
[19] Ver al respecto: Ahumada y Morales
(2013).
[20]
Con esta ampliación aproximadamente el 06 % del comercio mundial pasará por esa
ruta incrementando su importancia estratégica. De igual forma, el carbón
colombiano es el principal producto de exportación que cruza por el Canal de Panamá, seguido por los aceites crudos de
petróleo y la hulla térmica. Los principales destinos de estos productos son
Chile y China. La ampliación, por supuesto, hará mucho más rentable la
exportación de este mineral para Colombia.
[21] Llama la atención el desarrollo del poder
marítimo cubano a expensas de Venezuela debido a que eso supone un cambio de su
modelo de desarrollo que ya está siendo previsto en el entorno internacional.
[22] Uno de los esfuerzos más
importantes en el desarrollo del poder naval colombiano ha sido el incremento
del arma submarina. En la actualidad Colombia dispone de cuatro submarinos, dos
oceánicos y dos para operaciones costeras, idóneos para operar en las aguas
poco profundas del Golfo de Venezuela. Ver al respecto: http://subnacho.blogspot.com/2014/05/fuentes-del-sector-han-establecido-que.html En esta página se indica el
estado del mantenimiento mayor de los submarinos colombianos, pero lo cierto es
que al menos dos operaron en la operación UNITAS del año 2013.
[23] Ver al respecto: página FB
“Historia Naval de Venezuela en imágenes”.
[24] Ver al respecto: ARC (2013).
[26] En fecha reciente, el Ministro
del Poder Popular de Transporte Aéreo y Acuático resaltó el proceso de
modernización que se lleva a cabo en el puerto de la Guaira. De acuerdo con sus
afirmaciones, el citado puerto va a ser capaz de recibir, al mismo tiempo dos
buques portacontenedores postpanamax. Este puerto, junto con la modernización
del puerto de Puerto cabello para el 2018 tiene como foco satisfacer las
necesidades de intercambio para “las zonas económicas como PetroCaribe, la
Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (Alba) y el Mercado
Común del Sur (Mercosur)”, con lo cual las operaciones de trasbordo que se
estaban haciendo en puertos extranjeros se harán ahora desde Venezuela para
alimentar de esa carga a las islas de todo el Caribe y a Suramérica”. El tema
es que con los puertos de aguas profundas de Mariel, San Vicente,
Cartagena y el propio Panamá, cómo se va
a producir la sustitución de los transbordo en un contexto de amplia
competencia incluso en relación con el puerto cubano. Ver al respecto: http://ojopelao.com/ampliacion-del-puerto-de-la-guaira-lo-convertira-en-el-mas-moderno-del-continente-14-otos-y-video/
[27] Se ha proyectado la construcción
de dos más en Cuba con tecnología neerlandesa. Ver al respecto: http://www.venezueladefensa.com/2013/10/armada-de-venezuela-recibe-el-buque-de.html
[28] Ver al respecto la página FB
“Historia naval en Imágenes”
[29] En la guerra del Líbano del año
2006 fue averiada gravemente una fragata israelí con un misil lanzado desde
tierra, pero ello no redujo la efectividad del bloqueo naval. El bloqueo naval,
como es en sí un acto de guerra, queda fuera de lo que hemos denominado
diplomacia naval. Ver al respecto: http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/international/newsid_5182000/5182114.stm
[30] Ver al respecto: Blanco (2014).
[31] Ver también: Fuerza Armada
Nacional Bolivariana. “Material de Apoyo. Geopolítica Venezolana”. [Documento
en línea]. Disponible: http://www.edugn.mil.ve/documentaciones/materias/geopoliticavenezolana
[32] En especial el campo gigante de
gas Perla, del proyecto Rafael Urdaneta, en el Golfo de Venezuela y el
desarrollo del campo Dragón 4, del proyecto Mariscal Sucre, en las costas del
estado Sucre. Ver al respecto: http://www.avn.info.ve/contenido/desarrollo-costa-afuera-ubicar%C3%A1-venezuela-como-potencia-gas%C3%ADfera-mundial , http://www.pdvsa.com/index.php?tpl=interface.sp/design/readmenu.tpl.html&newsid_obj_id=9545&newsid_temas=16 y http://www.revistamene.com/nuevo/index.php?option=com_content&task=view&id=161&Itemid=1
[33] Ver al respecto: Margolles
(2012).
[34] Ver al respecto: “Mesa de
Conversaciones”. https://www.mesadeconversaciones.com.co/sites/default/files/AcuerdoGeneralTerminacionConflicto.pdf
[35] La comuna,
de acuerdo con el artículo 5 de la Ley Orgánica de Comunas es “un espacio
socialista… definida por la integración de comunidades vecinas con una memoria
histórica compartida, rasgos culturales, usos y costumbres, que se reconocen en
el territorio que ocupan y en las actividades productivas que le sirven de
sustento, y sobre el cual ejercen principios de soberanía y participación
protagónica como expresión del Poder Popular, en concordancia con un régimen de
producción social y el modelo de desarrollo endógeno y sustentable, contemplado
en el Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación”.