martes, 22 de febrero de 2022

SOBRE EL CONCEPTO DE MÁQUINA: KANT, HEIDEGGER Y DELEUZE Y GUATTARI (Fragmentos)

 



La palabra ´máquina´ refiere básicamente tres cosas: la de un artificio para aprovechar, dirigir o regular la acción de una fuerza y al conjunto de aparatos combinados entre sí para producir un efecto determinado o para la formación de un todo. Esta palabra proviene del latín ‘machĭna’, y este del griego dórico μαχανά machaná. En el diccionario griego clásico - español, la palabra μηχανή: máquina, refiere: ingenio (de guerra, etc.); invención traza, expediente, medio, camino, recurso, remedio. Ahora bien, esta palabra ´máquina’ en los textos clásicos griegos fue usada en tres momentos: en el Crátilo (Platón) para referir el momento en que en el teatro se usaba una máquina para levantar a un Dios de donde surgió la palabra Deux ex machina, en el Ayante (Sófocles) para denotar un ardid en un hecho de guerra y, en la Ilíada (Homero) como medio para alcanzar un objetivo[1]. La relevancia de lo indicado obedece a que Deleuze y Guattari usaron las expresiones ‘máquina abstracta’ y ‘máquina de guerra’ para construir una nueva manera de pensar la filosofía. Esto nos lleva a realizar un recorrido dentro de la modernidad para rastrear el uso de esta palabra específicamente en Immanuel Kant, luego observaremos el sentido que Heidegger le dio a esta palabra para examinar finalmente analizaremos el concepto deleuzoguattariano de ‘máquina´ para comprender el alcance de esta palabra en el mundo contemporáneo.

1.- Immanuel Kant y el desarrollo de su concepto de máquina en el Opus Postumum

Si bien en René Descartes vamos a observar el mecanicismo del cuerpo humano como algo que funciona gracias a los estímulos procedentes del exterior, que funciona por sí mismo y cuando deja de hacerlo no es porque el alma esté ausente en él, sino porque alguna de sus partes se ha corrompido, fue Immanuel Kant quien hizo un notable esfuerzo por definir un concepto de máquina para darle consistencia a su sistema filosófico y, en especial, a su concepto de espacio[2].

Immanuel Kant en el Opus Postumum usó la palabra ‘máquina’ para referirse a los cuerpos orgánicos. Una máquina es “un cuerpo sólido cuya composición es posible únicamente por medio del concepto de fin, y que ha sido formado por analogía con un cierto movimiento intencionado. Si esta forma no viene representada como intención efectiva, sino [que es] meramente pensable, entonces un cuerpo tal es una máquina natural” (p, 214)[3].

El cuerpo es una materia que, por medio de sus fuerzas interna y externamente motrices, delimita en sí misma su estructura y figura y se opone a toda variación de estas (Ibíd.:217-218). Como toda máquina es un cuerpo que consta de partes fijas y tiene una fuerza motriz fundada en fines y dirigida hacia ellos que deberá ser juzgada por analogía con un producto del arte, como obra de una causa eficiente que tiene entendimiento. Una máquina por lo que respecta a su origen no debería ser explicada como un cuerpo orgánico (plantas, animales, hombres) sino considerándolo en su género (Ibíd.:193). En este sentido, un cuerpo orgánico es una máquina natural que, es: 1.-) un cuerpo en el cual [aun] la parte más simple es unidad absoluta del principio de la existencia y la forma de todas las demás partes del todo (Ibíd.:199), 2.-) un cuerpo en el que cada parte existe por mor de la otra (recíprocamente, como fin y a la vez como medio), 3.-) aquel en el que cada parte es unidad absoluta del principio de existencia y movimiento de las demás componentes de su todo. De forma articulada es aquel en que cada parte, con su fuerza motriz, se refiere necesariamente al todo en cada parte de la composición de este. La fuerza productiva de esta unidad es la vida, por lo que es un mecanismo cognoscible meramente por experiencia (Ibíd.:213). Así pues, la tierra como cuerpo orgánico alcanza su fin nacido del caos en el mecanismo de la naturaleza (Ibíd.:216).

Un cuerpo orgánico es aquel cuya causa productiva debe hallarse en un ser que actúa en virtud de fines (Ibíd.:314), lo que presupone un principio organizador inmaterial, sea interno o externo que está fuera del espacio y es por analogía una inteligencia, es decir: una causa que no nos podemos representar de ningún modo. Desde esta perspectiva, los cuerpos orgánicos están en relación recíproca con un órgano superior, a través del éter (Ibíd.:525). A este éter lo denominó estofa (tejido, lienzo o una tela de labores. Etimológicamente procede del francés antiguo «stofe» -Eintopf-, es decir, materiales de cualquier clase) móviles a priori de su movimiento (Ibíd.:210).

Finalmente podemos agregar que para él la naturaleza organiza la materia, no sólo en cuerpos sino [de modo] que estos también, a su vez, se organicen en corporaciones, que igualmente tienen relaciones recíprocas de finalidad (Uno existe por mor del otro). Por tanto, todo es orgánico en el universo.  

2.- Martín Heidegger y sus maquinaciones.

El foco sobre el cual orbitó el pensamiento de Heidegger fue la cuestión del ser en lo concerniente a su sentido y su verdad. En este contexto, para este autor la fenomenología fue solo un método que le permitió buscar el origen en el sentido que la cuestión del ser concierne a la fenomenología que como tal "no nos es dada y de la que no se puede hacer ni una exposición ni una descripción". Como el hombre está abierto al ser, llama a esta apertura Dasein que designa el ámbito esencial en el que el hombre en cuanto ente se sitúa como relación al ser. De igual forma, como Dasein y Sein se pertenecen mutuamente y no podrían darse por separado, lo que buscó fue cancelar todos los dualismos del objeto y sujeto, "para atenerse..., a lo único que los une y los hace aparecer, el Zwischen que los determina". De ahí que se vio en la necesidad de hacer un viaje, un volverse hacia lo que ha determinado Sein und Zeit y ello hace que el camino seguido por este autor se haya tornado genealógico con el fin de determinar la diferencia entre el ser y el ente, o más bien, constatar "que el ser es diferencia". Esta diferencia es el acontecimiento que designa con la palabra 'Ereignis'.

El Ereignis es el origen del ser tanto como de la presencia, es lo que hace advenir al ser: y hace donaciones a él. Es la emergencia de una dimensión que se perfila más allá de la presencia permitiendo con ello que la localización de la metafísica se realice efectivamente. En Aportes de la filosofía: acerca del evento expresó que el acontecimiento es el ‘entre’ con referencia al paso del dios y la historia del hombre[4]. Pero es en la parte correspondiente a Evento e historia donde aparece la palabra máquina en un sentido que nos regresa a los griegos: “Los acontecimientos ‘históricos-mundiales’ pueden asumir dimensiones aún no vistas, que habla en favor del aumento del frenesí en el ámbito desatado de las maquinaciones y del número”. La decisión tiene que crear ese espacio-Tiempo, es decir, fundar y crear de antemano y por encima de sí disponer o bien abandonar y perder.  La decisión es la necesaria forma de realización de la libertad. En las otras dos partes donde aparece son: II Resonancia y en la máquina y la maquinación (técnica).

En “II Resonancia” vuelve sobre el tema de la maquinación que entendemos en sentido homérico como facultad de pensar

¿Qué significa maquinación? Maquinación y presencia estable; poiesis- techne ¿hacia dónde conduce la maquinación? Hacia la vivencia ¿cómo acaecerá esto? a través del desencantamiento del ente, que a través de un encantamiento autorrealizado emplaza al poder. Desde el punto de vista metafísico el problema es la determinación de sus límites entre Dios, alma y mundo. Si usamos esos referentes que en occidente se caracterizan por limitar el ámbito de Dios, nuestro problema es definir qué es Dios y cuáles son sus límites.

La voluntad se ha entregado por adelantado a la maquinación de aquella interpretación del ente como re-presentable y re-presentado. Re-presentable significa, por una parte: accesible al opinar y calcular; y significa luego: formulable en la producción y ejecución. Pero todo ello pensado desde el fundamento: el ente como tal es lo re-presentado y sólo lo representado está siendo. Lo que aparentemente pone una resistencia y un límite a la maquinación, es para ella sólo el material de ulterior trabajo y el impulso al progreso, la ocasión de extensión y engrandecimiento. Al interior de la maquinación no hay nada digno de ser cuestionado, tal que a través del preguntar pudiera ser dignificado y solo dignificado y con ello alumbrado y elevado a la verdad.

Al interior de la maquinación se dan, por el contrario, muy bien y tanto más ‘problemas’, las conocidas ‘dificultades’, que solo están para ser superadas. Hay falta de claridad y cosas no aclaradas al interior del ex-plicar re-presentativo pro-ductivo, tareas une aún no están resueltas. Pero todo ello se da solo porque la maquinación determina a la entidad del ente, no acaso porque ella misma pudiera admitir un límite.

Pero porque a través de la maquinación la cuestionabilidad es desalojada, extirpada y estigmatizada como la auténtica acción diabólica, y porque tal vez y en el fondo esta destrucción de la cuestionabilidad no es plenamente posible hasta para la época de la plena carencia de cuestionabilidad, por ello esto mismo requiere todavía lo que le permite maquinadoramente dejar regir lo cuestionable y sin embargo al mismo tiempo hacerlo inofensivo. Y esto es la vivencia: que de todo devenga una ‘vivencia’. La vivencia, aquí mentada como el modo fundamental del representar de lo maquinador y de mantenerse en él, es lo público accesible a todos de lo misterioso, es decir, excitante, provocativo, ensordecedor y encantador, lo que hace necesario lo maquinador. La época de la plena carencia de cuestionabilidad no soporta nada cuestionable y destruye toda soledad por ello justamente necesita difundir el discurso de que los hombres ‘creativos’ son ‘solitarios’, que con ello todo el mundo sea puesto en conocimiento acerca de la soledad. Esta época de la plena carencia de cuestionabilidad sólo puede ser vencida por una época de simple soledad, en la que se prepare la disposición para la verdad del ser [Seyn] mismo.

Cuando el ser [Seyn] se oculta en la manifestación del ente se deja convertir en objeto de la maquinación por lo que el ser [Seyn] es esencialmente determinado como este ocultar que se sustrae. P102

El abandono del ser (indigencia) tiene que ser experimentado como el acaecimiento fundamental de nuestra historia y ser elevado a saber. Al abandono del ser le pertenece el olvido del ser y la desintegración de la verdad. El abandono del ser [Seyn] es exclusión e impedimento del evento. Es en el fondo una descomposición del ser [Seyn]. En qué se anuncia el abandono del ser. En la fuga hacia los acontecimientos y maquinaciones, desintegración de occidente, la huida de los dioses, la muerte del Dios moral cristiano, su cambio de interpretación. Los encubrimientos del abandono del ser se muestran como cálculo, rapidez y el surgir de lo masivo. El cálculo puesto en el poder a través de la maquinación de la técnica fundada en el saber matemático. De ahí la seguridad de la dirección y planeamiento, del ensayo, no requiriéndose ya la pregunta por la esencia de la verdad. Todo se orienta por el cálculo, por ello se ha convertido en la ley fundamental de comportamiento.

Por un lado, la rapidez, el aumento mecánico de las velocidades, la fugacidad como ley fundamental de la estabilidad que hace de lo eterno el mero continuar de lo mismo, el vacío. Por el otro, el surgir de lo masivo, las masas se establecen sólo porque rige el número y lo calculable, es decir, lo accesible a cada uno de igual manera. Con estas cosas se agrega el despojo, el hacerse público y común de toda disposición que corresponden a la creciente inautenticidad de toda postura y junto con ello la depotenciacion de la palabra.

El nombre de maquinación debe indicar el hacer (poiesis-techne) que por cierto conocemos cómo comportamiento humano. Que algo se hace por sí mismo y según ello es también hacible para un correspondiente proceder, el hacerse-por-si mismo es la interpretación de la physis llevada a cabo a partir de la techne y su círculo de referencia, de modo que ya rige la preponderancia de lo hacible y de lo que se-hace (relación de idea y techne), lo que brevemente sea llamado maquinación. Solo que, en la época del primer comienzo, puesto que adviene la depotenciación de la physis, no se revele aún la maquinación en su plena esencia, alcanzando su máxima crisis en la entelequia en medio del pensar griego. El concepto medieval de actus encubre la esencia griega inicial de interpretación de entidad. Con ello se relaciona el que ahora lo maquinador se abra paso más claramente y, a través, de la entrada en juego del pensamiento judeocristiano de la creación y de la correspondiente representación de Dios, el ens devenga ens creativo, la relación causa-efecto se hace omnidominante (Dios como causa sui). Esto es un alejamiento esencial de la physis y al mismo tiempo el tránsito al surgir de la maquinación como esencia de la entidad en el pensamiento moderno. Los modos mecánicistas y biológico de pensar son siempre solo consecuencias de la oculta interpretación maquinadora del ente.

La maquinación como esenciarse de la entidad, de una primera sería de la verdad del ser [Seyn] mismo. Bastante poco sabemos de ello a pesar de que domina toda la historia del ser de la filosofía occidental. P113.

Parece ser una ley de la maquinación que cuanto más decisivamente se despliega - así en el medioevo y la modernidad- tanto más obstinada y maquinadoramente se oculta como tal, en el medioevo detrás del Ordo y analogía entis, en la modernidad detrás de la objetividad efectiva y objetividad como formas fundamentales de la realidad y por consiguiente de la entidad. Y a esta 1º ley está anudada una 2º: cuanto más decididamente la maquinación se oculta de esta manera, tanto más impele al predominio de lo que parece totalmente contrario y sin embargo es de su esencia: a la vivencia. De este modo se inserta una 3º ley: cuanto más incondicional la vivencia como pauta de corrección y verdad (y con ello ‘realidad’ y estabilidad), tanto más inútil deviene el que desde aquí se realice un reconocimiento de la maquinación como tal.

Si la maquinación y vivencia son nombrados conjuntamente, ello señala una esencial pertenencia recíproca de ambos, pero a la vez encubre una igualmente esencial desigualdad temporal en el tiempo de la historia del ser [Seyn]. La máquina es la temprana pero también largamente oculta inesencia de la entidad del ente.

La correspondencia entre ambas es solo concebida a partir del retroceso a su más amplia desigualdad temporal y de la disolución de la apariencia de su extrema oposición maquinación y vivencia es formalmente una versión más originaria de la fórmula para la pregunta conductora del pensar occidental: entidad (Ser) y pensar (como con-cebir re-presentativo).

Maquinación y vivencia nombran la historia de la verdad y de la entidad como historia del 1º comienzo. En este contexto, la ciencia es organización de correcciones dentro de un ámbito explicativo y las ciencias historiográficas del espíritu se convierten en ciencia periodística. Las ciencias naturales se convierten en ciencias mecánicas. Aquí ‘diario’ y ‘maquina’ son mentados en sentido esencial como los modos que se abren paso en definitiva objetivación, que en sí absorben todo contenido del ente y a este solo aún como motivo del vivenciar. Aquí se produce una confluencia que evidencia el carácter empresario de la ciencia

En la máquina y la maquinación (técnica) Heidegger hace esbozos relacionados y unos planteamientos problemáticos sin respuestas

La máquina en su esencia, el manejo que exige, el desarraigo que trae industria (empresas); el trabajador industrial, queda arrancado de patria e historia, puesto en la ganancia. Esto nos lleva a la educación mecánica vista como maquinación y el negocio ¿Qué transformación del hombre se instala aquí? (¿Mundo-tierra?). El gran número, lo gigantesco, pura extensión y creciente trivialización y vaciamiento que conduce a la cursilería y lo inauténtico.

Con los fragmentos expuestos podemos ahora introducirnos al concepto de ‘maquina’ de Deleuze y Guattari que como veremos que buscaron producir una síntesis de las tres acepciones griegas bajo tres figuras: Máquina abstracta, máquina deseante y máquina de guerra. La máquina abstracta, en este contexto tiene primacía sobre las otras como veremos a continuación.

Deleuze y Guattari y sus concepciones sobre las máquinas

La máquina para estos autores es un compuesto que contiene agenciamientos por lo que podemos decir que una máquina, de forma abstracta produce conexiones de intuiciones en función de una intensidad dada que permiten funcionar: yo funciono. Así una máquina abstracta puede ser observada como la facultad de pensar puesto que es esquema de agenciamientos y va mucho más allá del lenguaje. Desde esta facultad los autores llaman mecanosfera al conjunto de las máquinas abstractas y de los agenciamientos maquínicos a la vez fuera de los estratos, en los estratos y en interestráticos.

La máquina deseante no es una metáfora[5]. Estas se relacionan con flujos materiales continuos, encierra en si misma un código que en su quehacer se encuentran el corte y territorialización del deseo.

Deleuze y Guattari definieron deseo como un devenir vital. Para ambos, el deseo es la tendencia del cuerpo a unirse que, en una lectura spinoziana, tiende a aumentar la potencia de acción para perseverar en la propia existencia. Todo en el universo son encuentros: buenos o malos. Experimentamos alegría al encontrar un cuerpo que se compone con el nuestro y eleva nuestra potencia, y tristeza en el encuentro de un cuerpo que descompone el nuestro y nos quita potencia. El grado de potencia cambia según cuantas sean las pasiones tristes y las pasiones alegres que vivamos. Y en eso será determinante cuán malos o buenos hayan sido los encuentros.

Las máquinas deseantes son máquinas binarias o de régimen asociativo en tanto y en cuanto una máquina siempre va acoplada a otra. La síntesis productiva, la producción de producción, posee una forma conectiva: ‘y’. Siempre hay, además de una máquina productora de un flujo, otra conectada a ella que realiza un corte, una extracción de flujo. y como la primera a su vez está conectada a otra con respecto a la cual se comporta como corte o extracción, la serie binaria es lineal en todas las direcciones. El deseo aquí no cesa de efectuar el acoplamiento de flujos continuos y de objetos parciales esencialmente fragmentarios y fragmentados.

La máquina abstracta posee dos estados distintos: unas veces incluida en los estratos, en los que asegura desterritorializaciones que tan sólo son relativas, o desterritorializaciones absolutas que, no obstante, siguen siendo negativas; otras, por el contrario, desarrolladas en un plano de consistencia que le confiere una función "diagramática", un valor de desterritorialización positiva, como la capacidad de formar nuevas máquinas abstractas. Dicho de otra manera, es diagramática y algo que permite la producción de conceptos. Ella “construye un real futuro, un nuevo tipo de realidad”.

Como se puede observar, Deleuze y Guattari intentaron superar el pensamiento heideggeriano a partir de un nuevo logos fundamentado en el concepto de multiplicidad.

Ahora, una máquina abstracta puede devenir en máquina de guerra. De aquí los autores señalaron que esta es exterior al Estado y su propósito es la destrucción del mismo en tanto que orden determinado. De manera más específica, la Máquina de Guerra es un vector que produce cortes, escisiones, uniones y mezclas, de estructuras abstractas que configuran los espacios mentales y el Aparato de Captura es entendido como el mecanismo estatal de apropiación de los excedentes de lo producido. La interrelación de estos conceptos es la siguiente: Una Máquina de Guerra es un tipo de agenciamiento[6] que tiene una línea vital abstracta (máquina abstracta) que se transforma en línea de destrucción y muerte cuando es apropiada por el aparato de captura del Estado. El carácter suplementario obedece a que la máquina de guerra ni siquiera tiene la guerra por objeto primero, sino como objeto segundo, suplementario o sintético, en el sentido que está obligada a destruir la forma-Estado y la forma-ciudad con las que se enfrenta. Dicho de otra manera, la guerra es la actividad suplementaria de una máquina de guerra que la adopta como objeto cuando es asumida por el Estado, por lo que es poco probable su erradicación.

La máquina de guerra se caracteriza desde la perspectiva epistémica por ser expresión de un modelo: en primer lugar, “hidráulico”: el flujo es su realidad o consistencia, en segundo lugar, “de devenir y heterogeneidad”: es de una naturaleza atómica donde cada átomo opera a su libre albedrío, en tercer lugar, “turbulento”: porque es efecto del paso de “la turba al turbo”, es decir, del paso de “las bandas o manadas de átomos a las grandes organizaciones turbulentas” y en cuarto lugar, es “problemático” porque se parte de la superación de los obstáculos a partir de la consideración de estos en función de los afectos que producen.



[2] Ver al respecto: KANT, I. (1882 [1983]). Transición de los Principios Metafísicos de la Ciencia Natural a la Física (Opus postumum). Madrid. (T.F. Duque) Editora Nacional. 778 p.

[3] En toda máquina cada parte existe por mor de la otra, y la fuerza motriz retorna sobre sí misma mientras mueve una materia externa: en consecuencia, es un todo únicamente posible por causa de un cierto entendimiento (sea un entendimiento humano o sobrehumano).

[4] HEIDEGGER, M. (2003). Aportes de la filosofía: acerca del evento. Buenos Aires (T. D. Picotti). Biblia: biblioteca Internacional Heidegger. 415 p

[5] Gilles Deleuze y Félix Guattari (1985). El Anti-Edipo: Capitalismo y Esquizofrenia, Barcelona, editorial Paidós, 430 p y Gilles Deleuze y Felix Guattari, Las máquinas deseantes http://estafeta-gabrielpulecio.blogspot.com/2010/05/gilles-deleuze-y-felix-guattari-las.html .

[6] Un agenciamiento es “un conjunto de singularidades y de rasgos extraídos de un flujo – seleccionados, organizados, estratificados – a fin de converger (consistencia) artificialmente y naturalmente”. Es un término que significa también, co-funcionamiento, expresión y movimientos organizados a modo de composición.

jueves, 6 de enero de 2022

ISLA DE PATOS Y LA GUAYANA ESEQUIBA A propósito del Tratado del 16 de febrero de 1942

 


Por el Dr Jairo Bracho Palma

Antecedentes

Trinidad española

La real cédula del 8 de septiembre de 1777, separa de la jurisdicción del Nuevo Reino de Granada, las provincias de Cumaná, Guayana, Maracaibo, y las islas de Margarita y Trinidad, agregándolas en los gubernativo y militar, a la Capitanía General de Venezuela. En lo judicial, Maracaibo y Guayana dependerían de la Audiencia de Santo Domingo.[1]

La Gobernación de Trinidad sirvió de soporte activo a los corsarios estadounidenses durante su Guerra de Independencia, proporcionándoles abrigo contra unidades navales inglesas, y abasteciéndolas de pertrechos.[2]

Finalizada la Paz de Versalles (3 de septiembre de 1783),[3] España disfrutó de diez años de relativa tranquilidad en sus posesiones americanas, en consecuencia, dominó el mar Caribe.

La Corona impulsó políticas de apertura comercial, reordenamiento territorial, expediciones científicas, etc. En el caso de Trinidad, estas medidas fueron exitosas.

La real cédula del 24 de noviembre de 1783, promulgó un reglamento de población y comercio para la isla de Trinidad. Básicamente, permitió la inmigración de extranjeros católicos y el comercio a tasas preferenciales.[4] El flujo comercial se triplicó en tres años. De forma gradual, llegaron ingenieros, cartógrafos, tropas y marina.[5]

La estrategia inglesa

Inglaterra mantuvo unas desfavorables condiciones estratégicas en el Caribe, en función de sus políticas de penetración en Tierra Firme (actuales Venezuela, Colombia y Panamá). Las posesiones inglesas en el Arco de Ulises eran dispersas. Jamaica, cerca del seno mejicano, estaba tan al oeste, que su flota tardaría hasta tres semanas para auxiliar a Barbados. Por su parte, esta isla, de buenas condiciones de abrigo, tenía una superficie muy pequeña. Así se explica, el interés británico por adquirir nuevas colonias situadas a barlovento. En una oportunidad, propuso la compra de Trinidad.[6]

La pérdida de parte de las colonias norteamericanas, y el fin de la guerra supuso para el nuevo gabinete inglés, graves problemas  económicos y estratégicos.

Marinos de guerra en su mayoría, y mercantes, quedaron sin empleo al finalizar el conflicto, unos 60.000 aproximadamente. Estos, al contar  con  pericia en las maniobras de abordo y en el manejo de la artillería, podía convertirse en una envidiable dotación de cualquier flota extranjera.

Los norteamericanos habían incrementado su tonelaje de embarcaciones (533 barcos) en las islas de barlovento, llegando a desplazar a seiscientas unidades mercantes inglesas.

Típico de la hipocresía de un gobierno acostumbrado al intercambio en condiciones escandalosamente ventajosas, ahora la libre navegación y el comercio, de acuerdo a la oferta y demanda, origen de tantas guerras, de pérdidas humanas y económicas, les parecía que no debía de ser ni tan libre ni tan competitiva.

Las medidas que beneficiaban a los comerciantes norteamericanos, garantizadas en el Tratado de Navegación y Libre Comercio suscrito entre Inglaterra y el naciente Estado en 1783, fueron derogadas cinco años después.[7]

Los ingleses necesitaban dominar la ruta de los vientos de Tierra Firme, para acceder a los mercados de Cumaná, Caracas, Puerto Cabello, Maracaibo, Cartagena y Nicaragua, y penetrar al corazón de Venezuela: Barinas y Angostura: La isla de Trinidad brindaba esas condiciones. Por otra parte, las islas francesas de San Vicente, Grenada y Santa Lucía, debían ser vigiladas y controladas, sobre todo en el flujo de alimentos que salían desde Cumaná y desde el río Guarapiche. Tres fragatas y unos mil hombres era la fuerza estimada para concretar estas ideas.[8] Necesitaron mucho más que eso.

Parte de la estrategia inglesa preveía  el control  del río Orinoco. Sabían que el estado de defensa de los castillos que lo guarnecían a la altura de isla de Fajardo era débil. Además, contaban con el apoyo de algunos propietarios españoles, y cándidamente, de una parte de la población empobrecida, que a su juicio, les verían como sus salvadores.[9]

Pero nuevos factores vienen a determinar el ánimo del gobierno inglés para concretar sus ideas. Por un lado, la creciente ascensión de Napoleón, de quien pensaban erradamente, que tenía especial interés sobre América. El pueblo estadounidense simpatizaba con el nuevo orden francés. La solución más práctica: la conquista de Trinidad y el incentivo a particulares para la rebelión de las colonias españolas.[10]

Francisco de Miranda fue una pieza más en el escenario mundial. El escenario de mayor violencia de la Revolución Francesa, se había trasladado a las islas del Caribe, un escenario, en el que los conflictos ideológicos y racistas superaban la capacidad militar regular para enfrentarlos.

De tal manera que el gobierno inglés se propuso alentar a Miranda para Invadir Venezuela desde Cumaná y Maracaibo. Fomentar el nacimiento de una pequeña nación que llegaría hasta la margen izquierda del Orinoco, porque en una operación independiente, los ingleses conquistarían Angostura, Toda una labor patriótica y altruista de nuestros mentores.[11]

 No one will doubt that is better for us, that South America should be under the government of Miranda than  of Bonaparte, but it is equally certain that by the interference of Britain, on liberal principle of conciliation, the same object would be obtained  with much more certainly.[12]

Conquistada Angostura, presionarían a Miranda a negociar un acuerdo de libre comercio, lo que es lo mismo, el ingreso de manufacturas inglesas a cambio de productos agrícolas y mineros.

Se estimaban  unos  quince mil hombres en lanchas cañoneras para concretar la toma de Angostura. Los estudios de las mareas y sitios de desembarco en el río Orinoco fueron hechos con anterioridad.

En  coordinación con el movimiento operacional sobre el Orinoco, atacarían posiblemente Chile, con cuatro mil hombres y una respetable fuerza naval, y Cartagena de Indias con otros diez mil.[13]

La falta de tropas, fue la limitante para que todo aquello no se concretaran. 

Los ingleses fueron más allá. Conquistados los territorios holandeses del Demerara, Berbice y Esequibo, repartieron tierras cerca de Barima, lugar que no estaba en disputa territorial. 

El poder obtenido sin mayores méritos por dádiva del destino, generalmente vuelve soberbio y peligroso a quien lo ostenta, especialmente en los asuntos de Estado. Manuel Godoy no tomó medida alguna para contrarrestar los planes en marcha.[14] 



Trinidad inglesa

La escuadra del almirante Harvey se presentó frente a la rada de Puerto España en la madrugada del 16  de febrero de 1797.[15] El general Ralph Abercromby desembarcó seis mil setecientos noventas hombres: seis regimientos de infantería, dos regimientos alemanes, un cuerpo de cazadores de negros y un bien dotado cuerpo de Artillería.

Con trescientos infantes y milicias que al primer tiro huyeron al bosque, y los buques españoles echados a pique por decisión propia el gobernador de Trinidad, José María Chacón firmó la capitulación. [16] Se perdía para siempre una parte importante de Venezuela.

Con la fundación de la estación naval británica en Río de Janeiro en 1808, se creaba un triangulo estratégico entre ésta, Jamaica y Trinidad que cercaba las bocas del Orinoco.[17] San José de Trinidad fue declarado puerto libre poco después de su conquista .[18]

Los juicios de valor sobre hechos históricos, no son deseables en escritos con rigurosidad académica. Pero, el sentimiento que existe en la sicología del venezolano, es de una  sensación de despojo y susceptibilidad ante los problemas del territorio, no es casual ni producto de lo mediático, existen elementos reales, que merecen mayores análisis.[19]

Isla de Patos y la roca del Soldado

Las desgracias de la naciente República no terminaron con la separación de la Gran Colombia. La ayuda inglesa a la emancipación latinoamericana vino con veneno. No fue filantrópica, menos gratuita. Confirmada la posesión de Trinidad por la Paz de Amiens, las miras apuntaron hacia Orinoco y Guayana, y al control de las costas de Paria.

La isla de Patos se encuentra a 2,3 millas de la costa de Paria. Inglaterra comenzó a reclamarla como suya sin dar mayores explicaciones.

Incidentes e instrumentos jurídicos de las partes

El gobierno venezolano declaró la isla como parte del territorio, mediante el Decreto del 30 de mayo de 1855. El acto jurídico no fue reconocido por Inglaterra.

El apresamiento de un mercante inglés por una cañonera venezolana en aquella jurisdicción, fue protestado  cuatro años después.

La esencia del problema radicó en que el antiguo gobernador de la Trinidad española había concedido al Cabildo, la isla de Patos, con lo cual, se presumía que formaba parte de la gobernación.

El gobernador de Trinidad  comunicó tal antecedente al ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela, el 28 de mayo de 1859.

El gobierno venezolano no encontró algún instrumento diplomático indiano del siglo XVIII o anterior que confirmara la teoría inglesa. Por ello, se valió de testigos de la época. Sustanciadas las declaraciones, llegó a la conclusión de que Inglaterra comenzó a pretender la isla a partir de 1859.

El Archivero de Indias (España) fue consultado. Confirmó la tesis venezolana en 1872. Negó la existencia de algún acto regio de cesión al Cabildo de Trinidad. Sólo encontró una toma de razón sobre la concesión local de las islas de Patos, Huevos y Mono del 24 de noviembre de 1783. Había sido un acuerdo entre los Cabildos cumaneses y trinitarios de eficacia transitoria, carente de real confirmación.

La cesión de la isla no fue incluida en el acta de rendición de la isla en 1797. Por su parte, en el artículo 4° de la Paz de Amiens (27 de marzo de 1802), se establecía la cesión de Trinidad, sin mencionar otros territorios. En el Tratado de Paz y Amistad celebrado entre Venezuela y España el 30 de marzo de 1845, en su artículo 2°, España renunciaba a las provincias de la antigua Capitanía General, y expresamente incluyó sus islas. La isla de Patos correspondía a la antigua Provincia de Andalucía. Como puede observarse, dos instrumentos internacionales, pesaban sobre la arbitraria pretensión inglesa.

A pesar de los justos títulos, Gran Bretaña jamás respetó acuerdo o instrumento legal que no fueran sus propios intereses.

De una ingeniosa manera, Venezuela comprobó la pertenencia de la isla. Los duelos en Trinidad estaban prohibidos bajo pena de muerte. Isla de Patos servía para tales fines por su carácter extraterritorial, una característica reconocida por las autoridades locales inglesas.

Los incidentes por apresamientos de las autoridades venezolanas, y los correspondientes reclamos diplomáticos continuaron entre 1860 y 1872.

Entre dimes y diretes, el gobierno trinitario otorgó en concesión la isla de Patos a un súbdito británico en 1867, motivo de una enérgica protesta.

El gobierno venezolano insistió en el indiscutible hecho de que no existía documento alguno, ni prueba prima facie que le permitiera al gobierno británico posesionarse de la isla.

Según los postulados comunes del criterio del derecho internacional del siglo XVIII, los denominados lugares incultos o desiertos, como las islas, podían ser poseídos sin hacer uso de ellos. Unos de los autores más conocidos, como Vattel, aconsejaba el deslinde perfecto de los  territorios para evitar los problemas que en tal sentido había dejado el Tratado de Utrecht.[20] 

El caraqueño Félix Abreu y Bertodano, en su Tratado Jurídico Político sobre pressas de mar y calidades que deben concurrir para hacerse legítimamente el corso, asignaba tanto al puerto como a la costa, una distancia cien millas como mar territorial. Las islas adyacentes estaban sujetas al gobierno del pueblo al que estaban adheridos. Por ejemplo, un ciudadano que guardaba la sentencia de  reino por cárcel, no  transgredía la pena si se mantenía en el mar adyacente al mismo.[21]

El principio canónico de Ius ad rem, fue aplicado a las islas venezolanas. Señalaba el Consejo de Indias, que no obstante estar deshabitadas, pertenecían al Estado, por la cercanía al país ribereño: Persistía el dominio y posesión de aquellos terrenos tan legítimamente adquiridos por su Majestad.[22]

Nuestra Cancillería fue coherente en este  particular. Preparado debidamente el expediente, Venezuela removió de nuevo el asunto y pasó a la ofensiva  mediante una nota del 14 de noviembre de 1876, con copia para la Legación norteamericana. Solicitó al gobierno inglés que reconociera la soberanía venezolana sobre el territorio en disputa, sino, que fuera sometida a arbitraje.

El gobierno británico no respondió. De forma extraoficial pudo saberse su posición tres años después: el manido recurso de prescripción, y el dúctil tiempo para hacerlo efectivo, en este caso, de sesenta y dos años. Para el territorio esequibo, en cambio, había impuesto cincuenta años.

La Cancillería venezolana fue contundente. No admitía la prescripción como título de adquisición de territorio, salvo en caso de verificarse por tiempo inmemorial.

Las notas diplomáticas del gobierno inglés de 1882 y 1883 por nuevos incidentes y concesiones, habían dejado a un lado la cortesía de estilo. Eran amenazantes y  sin mayores argumentos de los que concede la fuerza de la armas.

Siglo XX

Venezuela había recibido una de las mayores humillaciones de mano de Gran Bretaña con la sentencia del 3 de octubre de 1899,  bajo la indiferencia general de la comunidad internacional. El sentimiento anti-británico estaba presente en el colectivo.

Un guardacostas venezolano realizó una inspección a la isla de Patos en 1901. Apresó  tanto a venezolanos como a ingleses. Como la inquina se había cebado contra un incómodo Cipriano Castro, Inglaterra se negaba a discutir sobre la posesión de la isla.

El cónsul de Venezuela en Trinidad informaba en 1902 sobre la orden del gobierno inglés de colocar una bandera en la isla, motivo de protestas, que los británicos pasaron por alto.

Venezuela envió copias de la nota de protesta a todas las Legaciones diplomáticas acreditadas en Caracas, pero  el bloqueo de diciembre de aquel año estaba en marcha.

¿ Cuál era el interés del gobierno inglés en una isla tan diminuta?

1.      Un arma de negociación para una delimitación satisfactoria en la Guayana Británica.

2.      La supresión del 30%  de impuesto adicional  con que eran recargadas las mercancías provenientes de las colonias antillanas inglesas.

Inglaterra anunció estar dispuesta a ceder  la isla de Patos en 1883, a cambio de un arreglo satisfactorio en el territorio esequibo.

Guzmán Blanco se negó a tal transacción. No  admitía el término cesión, y que tal precedente nos convertía en colonia de colonias.

Otro incidente de no menor consideración se produjo en 1867,  en la denominada roca del Soldado, lugar en que el gobierno de Venezuela estaba dispuesto establecer una base de Guardacostas.

Los ingleses atentos a la pelea aunque fuera por un cubo de agua de mar, respondieron que aquella roca estaba dentro de su  mar territorial.

La respuesta del gobierno venezolano mantuvo el espíritu de las anteriores actuaciones. Manifestó que así como la legislación venezolana permitía el acceso de buques de guerra a sus mares, no veía el porqué no obtener reciprocidad, además, tales actividades no prejuzgaban derechos sobre la roca.[23]

En 1912, un guardacostas venezolano apresó un barco inglés en ese mismo lugar. Las protestas entre ambos países, terminaron favoreciendo a los ciudadanos ingleses. Fueron indemnizados.[24]

La delimitación del golfo de Paria

Las conversaciones se mantuvieron congeladas entre 1912 y 1933.

En el escenario prebélico de la Europa de los años treinta, las necesidades de suministro de petróleo se incrementaron, de manera especial en Inglaterra, que comenzó a otorgar concesiones en el oriente venezolano. Las exploraciones en el golfo de Paria, arrojaron resultados prometedores.

En consecuencia, el gobierno de Venezuela hizo algunas propuestas informales en 1933, para la delimitación en el golfo de Paria.

El trabajo fue encomendado a la Oficina de Cartografía del Ministerio de Relaciones Exteriores. El 3 de octubre de 1933, rindió su primer informe, referido exclusivamente a las aguas territoriales:

TABLA I[25]

LATITUD

LONGITUD

OBSERVACIONES

10° 43’

61 °48’

Línea recta a un punto que dista 8 km. Al oeste del islote del soldado

10° 4’ 40’’

62° 05’ 20’’

De allí a un punto intermedio entre Punta Icacos y la costa de Venezuela en marea baja

10° 01’

61° 57’

 

  

La Legación Británica en Venezuela envió al Ministerio de Relaciones Exteriores de Venezuela el 25 de agosto de 1936, un memorando, que fue el instrumento diplomático de inicio del proceso de negociación, para la delimitación del subsuelo del golfo de Paria.

El estilo de la redacción del documento refleja una intención definida: la delimitación del subsuelo o lecho submarino en alta mar. Para los efectos, ambos países debieron elaborar sus respectivas legislaciones y medidas físicas (faros, boyas, etc.). 



El gobierno británico quiso dar al acuerdo un carácter local, vale decir,  la delimitación entre una colonia y un  país soberano. Se abstuvo de definir derechos en las aguas superficiales.

Las coordenadas propuestas en este arreglo  fueron las siguientes:

Tabla II [26]

LATITUD

LONGITUD

Punto A. 10° 36’ 15’’

61° 54 ‘ 50’’

Punto B: 10° 02’  30’’

62° 05’

Línea a lo largo del paralelo 9° 57’ 30’’ en dirección oeste

61° 31’

Punto X a Punto Y donde la última intercepta los límites de las aguas territoriales de Venezuela aproximadamente en la longitud 61° 56’ 45’’.

 

                 

A pesar de que existía una corriente revisionista de las dependencias coloniales, la socarronería inglesa siguió incólume. El ministro británico en Caracas envió una nota el 31 de diciembre de 1936. Era una imposición. Se reservaban expresamente los derechos sobre la isla de Patos, porque Su Majestad no deseaba tratar el asunto de la tierras de la superficie.[27]

Es evidente la intencionalidad de darle la máxima presión posible al proceso, para obtener en tiempo preciso, un tratado que dejara las manos libres para la explotación petrolera.

Dadas las circunstancias de la Segunda Guerra Mundial, Inglaterra no tuvo más opciones que ceder. Las probabilidades de perder el conflicto eran reales. Necesitaba petróleo para el esfuerzo de guerra contra Alemania, y veleidades del destino, Venezuela, un país al que invariablemente había destrozado en su alma terrígena, era el seguro proveedor de lo que con tanta urgencia necesitaba.

Sometida a consideración del Consejo de Ministros la nota británica, fue aprobada el 19 de febrero de 1937. Venezuela manifestó el deseo de negociar, pero con la reserva expresa de los derechos venezolanos en isla de Patos.[28]

Por otra parte, las circunstancias de la guerra aumentaron las susceptibilidades. Alemania mantenía  excelentes relaciones con Venezuela. El crucero alemán Emden visitó a Trinidad  en 1933, luego, en mar abierto, realizó prácticas de tiro.

El crucero alemán Schlesien  hizo igual práctica fuera del mar territorial de Trinidad en diciembre de 1938. El canciller venezolano protestó la acción del crucero. El jefe de la Legación alemana en Venezuela contestó:

A Alemania le es desconocido que Venezuela  reclama la parte septentrional del golfo de Paria como aguas de su dominio, y tampoco le consta a Alemania que tal reclamación hubiera sido presentada o reconocida con virtud internacional.

Alemania no protestó esta nueva situación, pero nada indicaba que Venezuela hubiera cambiado el estatus del golfo de Paria.[29]

El gobierno norteamericano estaba al tanto de estos incidentes, así como del plan de delimitación. El Presidente Roosevelt, por boca de su subsecretario de Estado, consideraba el golfo de Paria de inmenso valor estratégico, y le preocupaba sobre manera de que Inglaterra, pudiera unilateralmente cerrar la navegación por ese espacio.[30]

En un radiograma cifrado, remitido por el ministro plenipotenciario de Venezuela en Estados Unidos, se hacía ver este hecho, y la sugerencia del subsecretario Summer Welles, de que el futuro tratado, hiciera referencia explícita a que la delimitación no afectaría los derechos de navegación de terceros países.[31]

Como sabemos, este tipo de delimitación era la primera en su género, y los procesos, prácticas de los Estados y otras referencias eran casi inexistentes, sólo Portugal había hablado de este asunto en 1930.  Así que, se interpretaba, que la delimitación del lecho submarino, abarcaba la superficie en esa misma proporción con las respectivas restricciones.

El gobierno británico flexibilizó su posición en sendas comunicaciones del 21 de diciembre de 1938 y del 9 de febrero de 1939. Ofreció reconocer la isla de Patos como venezolana, con la condición de que no fuera cedida a terceros ni pudiera ser fortificada.

Paralelamente, el gobierno venezolano organizó comisiones técnicas multidisciplinarias, para que, desde diferentes perspectivas, llegaran a la solución más adecuada. Estas comisiones destacaron por su preparación, lo que permitió enfrentar con la debida preparación, las reuniones  celebradas con los británicos a mediados de 1939.

Formaron parte de la comisión técnica para la delimitación del subsuelo del golfo de Paria, el inspector general de Marina, capitán de fragata Antonio Picardi; José María Font y Eduardo Calcaño, del Ministerio de Relaciones Exteriores; Rafael Díaz Fermín, del Ministerio de Hacienda; Rafael Pizani, del Ministerio de Fomento; y el Dr. Pedro Agerrevere, del Ministerio de Obras Publicas.[32]

Sobre la propuesta británica, los expertos venezolanos observaron lo siguiente:

1.      La prevención de Venezuela sobre cuánto petróleo de los yacimientos ubicados en el sector izquierdo de la línea de demarcación, pudieran drenarse hacia los pozos británicos. La Inspectoría Técnica de Hidrocarburos, señalaba que no existía una regla confiable para determinar este problema. Citó algunos ejemplos, como el pozo Ranger de Texas, que drenaba una superficie de diecisiete hectáreas porque la calidad de la superficie impregnada de petróleo, era calcárea, y de gran porosidad. En el caso de otros pozos, donde la superficie de impregnación era arenosa, el área de drenaje alcanzaba las cuatro hectáreas.[33]

2.      En el golfo de Paria, se encontraba el campo de Pedernales, de arena muy fina, y al que le calculaban un radio de drenaje de unos ciento veinticinco metros, por lo que su influencia era muy escasa, tal vez ocho hectáreas. Los pozos Amacuro I y Amacuro II, tenían muy poca influencia en el asunto. Quedaba despejado uno de los problemas más importantes para Venezuela.[34]

3.      El Servicio Técnico de Minería y Geología de la Dirección del Gabinete, opinaba que la estructura geológica de Paria y Trinidad tenían un mismo origen, sus potencialidades petroleras eran altas, y su explotación dependería de la profundidad y dificultades técnicas.[35]

4.      El otro problema de envergadura, era la propiedad del farallón El Soldado e isla de Patos. La Oficina de Fronteras del Ministerio, emitió un memorando de fecha 22 de septiembre de 1936, que fue considerada en las reuniones de 1939. Señaló que en cualquiera de las dos proposiciones de líneas divisorias propuestas por los ingleses, o bien el farallón, o bien las islas, pasarían a sus manos, algo desde el punto de vista jurídico, totalmente injustificado. Se propuso correr la línea más al este.[36]

5.      La Oficina de Fronteras expresaba, al igual que el Ministerio de Fomento, el temor de que Inglaterra hiciera apropiaciones unilaterales, por lo que sugirió negociar, y hacer convenios conjuntos de explotación en alta mar.[37] 

Las Comisiones Venezolana – Británica se reunieron en Trinidad en abril de 1939. Trataron tres aspectos fundamentales: geológicos, petroleros y generales. De estas reuniones, el jefe de la delegación venezolana expresó la seguridad de que Inglaterra iniciaría de manera unilateral las perforaciones, por el temor de que otras potencias se adelantaran, en consecuencia, aconsejaba amarrar este asunto lo más pronto posible.[38]

Finalmente, la comisión técnica venezolana aprobó que el memorando de Cancillería sobre la propuesta venezolana de delimitación se circunscribiera al suelo y subsuelo, y no a la situación jurídica de la superficie.

Quedaba  por determinar si el espacio comprendido entre las riberas del golfo era mar libre o cerrado, el respeto a la libre navegación, y que la isla de Patos fuera reconocida como venezolana, finalmente, que la línea de división pasara por la mitad del farallón del Soldado y terminara en el límite de las aguas territoriales venezolanas.[39]

El memorando, modificaba la propuesta británica del 31 de diciembre de 1938, y del 9 de febrero de 1939, donde la línea pasaba a una legua al sur de isla de Patos, desde su misma medianía.

Un año después, la Cancillería venezolana elaboró una solución  alternativa. Lo que entendió el canciller venezolano era que la propuesta de Inglaterra del 9 de febrero de 1939, no se haría mediante un Tratado, sino por medio de instrumentos diplomáticos menos formales, como una Orden del Consejo de Su Majestad, informando a la comunidad internacional, que tal medida, no prejuzga, derechos de navegación de terceros sobre la superficie, un acto unilateral, con nula participación venezolana.

El gobierno inglés reiteró su disposición a  cederla  en su oportunidad,  mejorada las condiciones de la guerra, siempre y cuando concurrieran las siguientes circunstancias:

1.      Que Venezuela reconociera la soberanía británica sobre el farallón el Soldado.

2.      Que se comprometiera a no disponer  de la isla de Patos a favor de terceros, ni fortificarla.

3.      Un arreglo para uso común de la pesca alrededor de la isla por trinitarios y venezolanos.

4.      Eliminación del impuesto adicional sobre las mercancías provenientes de la Antillas inglesas.[40]

El Canciller Gil Borges respondió punto por punto, de la siguiente forma:

1.      Los términos del acuerdo no debían extenderse a los espacios terrestres ubicados en la superficie, tal como estaba determinado por los memorandos del 25 y 31 de agosto de 1936, enviados por la Legación Británica, salvo la isla de Patos, por su cercanía a las costas de Venezuela (2,33 millas).

2.       La Constitución Nacional prohíbe la enajenación, cesión o arrendamiento de cualquier parte del Territorio Nacional.

3.      El gobierno venezolano no tenía el propósito de fortificar la isla, más no cree prudente renunciar a tomar medidas de seguridad en caso de agresión, cumpliendo con la cortesía de informar a las autoridades trinitarias.

4.      Creyó poco práctico permitir la pesca común en las aguas adyacentes a la isla, por estar dentro de las aguas territoriales de Venezuela. Tal arreglo no sería conforme a justicia y sería una fuente de eternos problemas entre los pescadores de ambas nacionalidades.

5.      Era oportuno reservar el asunto del 30% adicional de impuestos para un acuerdo comercial, por no ser vinculante.[41]


El Tratado

Isla de Patos fue un tema importante en la agenda de cancilleres de la talla de Caracciolo Parra Pérez y Pedro Itriago Chacín; pero le correspondió al Dr. Estaban Gil Borges concretarlo.

El presidente Eleazar López Contreras anunció al Congreso el 19 de abril de 1941, que Inglaterra y Venezuela habían llegado a un acuerdo sobre la delimitación del golfo de Paria, y que isla de Patos era reconocida como territorio venezolano.

El Tratado se firmó en Caracas, el 16 de febrero de 1942, siendo ratificado por el Congreso el 15 de junio de ese año.  La isla fue entregada el 20 de septiembre, recibida por el canciller Caracciolo Parra Pérez y el por el ministro de guerra y marina, Juan de Dios Célis Paredes[42].

En su artículo 3° el tratado especifica, las coordenadas definitivas de delimitación:

Las líneas A-B, B-Y y Y-X, mencionadas en el presente artículo, está trazadas en el mapa anexo y se definen como sigue: La línea A-B parte del punto A que es la intersección del meridiano central de la isla de Patos con el límite de las aguas territoriales de dichas isla al sur de ella, y cuyas coordenadas aproximadas son 10° 34’ 54.736’’ de latitud norte; 61° 51´54.656’’ de longitud oeste. De allí la línea va rectamente al punto B que está situado en el límite de las aguas territoriales de Venezuela, en el punto de su intersección con el meridiano de 62° 05´08’’ oeste y cuya latitud aproximada  es de los 10° 02’ 24’’.”

La línea B-Y parte del punto B ya establecido y sigue por el límite de las aguas territoriales de Venezuela hasta el punto Y donde dicho límite corta el paralelo 9°57’ 30’’ de latitud norte y cuya longitud aproximada es de 61° 56’ 56’’ oeste.

La línea Y-X parte del punto Y ya establecido y sigue por el referido paralelo de 9° 57’ 30’’ norte hasta el punto X situado en el meridiano de 61° 30’ 00’’ oeste[43].

Los problemas no terminaron, en razón de las dificultades planteadas por las comisiones demarcadoras,  y la interpretación que Gran Bretaña daba a la Ley Venezolana de Mar Territorial y áreas Marinas y Submarinas de 1956, pero, es innegable que el proceso de delimitación del golfo de Paria es un ejemplo de continuidad, coherencia y preparación, con resultados satisfactorios para nuestro país, en un asunto tan delicado y doloroso como ha sido las negociaciones de límites.

Si prestamos atención a la manera cómo Inglaterra negoció la posesión de la isla de Patos, utilizando como una de la armas de negociación, la Guayana Esequiba, y lo comparamos con la actualidad, encontramos el espíritu del mismo esquema de negociación para la obtención de petróleo y otros recursos, considerados indispensables en una actividad industrial depredadora.

Nuevos actores suponen una diversidad de esquemas, pero no es así, y esto se demuestra en el hecho de la presión que se ejerce por la salida al Atlántico, cuando el verdadero objetivo es el espacio terrestre arrancado a Venezuela en 1899.



[1]AGI. Caracas, 30. Real Cédula del 8 de septiembre de 1777.  

[2] AGI. Caracas, 150. El gobernador de Trinidad al Consejo de Indias, 1778.

[3] Alejandro Del Cantillo, Tratados, convenios y declaraciones del paz y de comercio que han hecho con las potencias extranjeras los monarcas españoles de la casa de Borbón desde el año de 1700 hasta el día, Madrid, Imprenta de Alegría y Charlain, pp. 574 – 584 y 586 – 590.

[4] AGI. Ultramar, 816. Real cédula del 24 de noviembre de 1783

[5] Jesse A. Noel,  Trinidad, Provincia de Venezuela, Caracas, Italgráfica, 1972, pp. 161 – 163.

[6] Héctor García Chuecos, Hacienda colonial venezolana, Contadores mayores e intendentes de Ejército y Real Hacienda, Caracas, Editorial Crisol, 1946, p. 24.  Noel,  Trinidad, Provincia de Venezuela..., p. 228 –229.

[7] British Library ( en adelante B.L). Additional Papers, 38352. Objects to admitted the ships of the United States into the port of own islands in the West Indies,  ff. 381-392. Pedro Pérez Herrero,  Comercio y mercados en América Latina colonial, Madrid, MAPFRE, 1992, p. 273. 

[8] BL.  Add. 36806. Luis Fliskale, Some observations on the probability of success in case an attack should be made on the island of  Trinidad, Santa Fe, Cumaná, Caracas, Nicaragua, Honduras and Guatemala, 1782.

[9] BL. Additional Papers, 36806. Luis Fliskale, Some observations on the probability of success in case an attack should be made on the island of  Trinidad, Santa Fe, Cumana, Caracas,  Nicaragua, Honduras and Guatemala, November, 16 of 1782, ff. 161 – 178.

[10] Unos de ellos, llamado Mr. Pent,  esperaba  que “todas sus inversiones las recuperará una vez Santa Fe se Subleve”. AGI. Caracas, 96. El gobernador de Venezuela al virrey de Santa Fe, 22 de marzo de1800.

[11] British Library. Additional Papers, 3885. Mr. Suliver, planes para enviar una fuerza a Portugal, 1806, ff. 170–182. BL. Additional Papers, 37884. Lord Selkirk Windham, Observations on the propose expedition against Spanish America, June, 7 of 1806, ff. 9-24

[12] BL. Additional Papers, 37884. Lord Selkirk Windham, Observations on the propose expedition against Spanish America, June, 7 of 1806, f. 22.

[13] BL. Additional Papers, 3885. Mr. Suliver, planes para enviar una fuerza a Portugal, 1806, ff. 170 – 182.  BL. Additional Papers, 37884. Lord Selkirk Windham, Observations on the propose expedition against Spanish America, June, 7 of 1806, ff. 9-24. BL. Additional Papers, 883, Observaciones acerca del río Orinoco, posiblemente 1801, f. 268.

BL. Additional Papers, 37884. To general Carwfurd, Downing Street, October, 30 of 1806, f. 220.

[14]Vid. tomo II para ampliar la información.

[15] William Laird Clowes, The Royal Navy, London, Chatam Publishing, 1997, V. IV, p. 333. Juan Manuel Zapatero, La Guerra en el Caribe en el siglo XVIII, San Juan de Puerto Rico, Instituto de Cultura Puertorriqueña, 1964, pp. 422-423.  Ocupación de la isla de Trinidad, formato en disco compacto,  Armada de Venezuela y Archivo General de la Nación, Caracas, AGN - Armada, 2002.  Relación de las tropas y buques que ocuparon la isla de trinidad en 1797 al mando de Ralph Abercromby, general en jefe de los Ejércitos de su majestad británica, y coordinadas por los buques al mando del almirante Henry Harvey, f. 008, criterio de búsqueda: Harvey. AGI. Caracas, 508. El intendente a Don Diego Gardoqui, 14 de marzo de 1797.

[16] Un tercio de las tropas enviadas desde España y de las dotaciones de la escuadra de Apodaca había perecido meses antes por efectos de la fiebre amarilla. Ocupación de la isla de Trinidad, 1797,.....  Don José María Chacón al gobernador de Venezuela, 27 de febrero de 1797. Criterio de búsqueda: Chacón. “Cláusulas de capitulación que constan de diez y nueve (19) artículos para la entrega de la isla de Trinidad suscrito, por José María Chacón, comandante y gobernador general de la isla de trinidad y el general en jefe de los ejércitos británicos Ralph Abercromby, y Henry Harvey almirante de las fuerzas navales británicas,  18 de febrero de1797, ff. 9 – 10v” en Ocupación de la isla de Trinidad, 1797,..... Criterio de búsqueda: Harvey.

[17] The Navy and South America, 1807 – 1823, Ed. Gerald S. Graham and R.A. Humphreys, London, Navy Record Society, 1962, pp. XXIV-XXV.

[18] Thompson, The Geographical and….,V.V, pp. 306–307.

[19]Vid. tomo II para ampliar la información.

[20] Vattel,  El Derecho de gentes.., pp.  94 – 102.

[21] Félix José de Abreu y Bertodano,   Tratado Jurídico Político sobre pressas de mar y calidades que deben concurrir para hacerse legítimamente el Corso, Madrid, Imprenta real, 1746, capítulo V, pp. 68 –71.

[22] The British Library, Manuscripts, Add. 36349. Expediente suscitado por el ministro de Holanda sobre querer..., f. 261.

[23] Archivo de la Dirección General Sectorial de Fonteras del Ministerio de Relaciones Exteriores (AGDGSLAF), 4.1.45. Borrador de trabajo del Canciller Gil Borges, posiblemente de 1936.

[24] Ídem.

[25] AGDGSLAF, 9.1.24. Oficina de Cartografía del Ministerio de Relaciones Exteriores, 3 de octubre de 1933.

[26]AGDGSLAF, 9.1.24.  De la Legación Británica en Caracas, al Ministerio de Relaciones Exteriores, “Aidé Memoire”, 25 de agosto de 1936.

[27] AGDGSLAF, 9.1.24.  De la Legación Británica en Caracas, al Ministerio de Relaciones Exteriores, 31 de diciembre de 1936.

[28] AGDGSLAF, 9.1.24. Proyecto de nota aprobado en Consejo de Ministros, del 19 de febrero de 1937.

[29] AGDGSLAF, 9.1.24.  De la Legación alemana  en Caracas, al Ministerio de Relaciones Exteriores, 31 de diciembre de 1938.

[30] AGDGSLAF, 9.1.24.  El Ministro Plenipotenciario de Venezuela en Estados Unidos al Canciller de Venezuela, radiograma cifrado, 23 de enero de 1939.

[31] AGDGSLAF, 9.1.24.  El Ministro Plenipotenciario de Venezuela en Estados Unidos al Canciller de Venezuela, radiograma cifrado, 5  de enero de 1939.

[32] AGDGSLAF, 9.1.24.  Acta del 9 de febrero de 1939, en la Casa Amarilla.

[33] AGDGSLAF, 9.1.24.  El Inspector Técnico General de Hidrocarburos, Dr. Luis Herrera F. , al Canciller, 2 de febrero de 1939.

[34] Idem.

[35] AGDGSLAF, 9.1.24.  El Servicio Técnico de Minería y Geología de las Dirección del  Gabinete, 31 de diciembre de 1938.

[36] AGDGSLAF, 9.1.24. La Oficina de Fronteras del Ministerio de Relaciones Exteriores, 22 de septiembre de 1939.

[37] Ídem.

[38] AGDGSLAF, 9.1.24. El Ministro de Fomento al Canciller, 16 de mayo de 1939.

[39] AGDGSLAF, 9.1.24. Memorando de propuesta de delimitación, elaborado por la Chancillería de Venezuela, 9 de febrero de 1939.

[40] AGDGSLAF, 9.1.24. El Ministro de la Legación Británica en Venezuela al Canciller de Venezuela, 22 de enero de 1940.

[41]AGDGSLAF, 9.1.24. El  Canciller de Venezuela al Ministro de la Legación Británica en Venezuela, 2 de febrero de 1940.

[42]AGDGSLAF, 1.20.3. Tratado con Gran Bretaña sobre las Áreas Submarinas del golfo de Paria, del 26 de febrero de 1942. Firman, por Venezuela, Caracciolo Parra Pérez, por Gran Bretaña, D. St. Clair Gainer.

[43] Ídem.