Resumen
Timothy
Eastman desarrolló en Untying the Gordian Knot. Process, Reality and Context un sistema filosófico procesual denominado Marco
Relacional Lógoi (MRL) cuyo fin es ofrecer un instrumento especulativo que
permita, a través de una interpretación intuitiva y productiva, fomentar nuevas
formas de observar el mundo y proporcionar una nueva perspectiva acerca de sus
complejidades, que pudiese crear las condiciones de posibilidad para abrir
nuevos espacios para ulteriores investigaciones. Para ello hizo, por una parte,
una síntesis del estado del arte en la filosofía y en la ciencia que se
expresan en: (1) física cuántica, (2) filosofía de procesos, (3) semiótica y
biosemiótica, y (4) modelado y estudios de sistemas complejos, y por la otra,
se apoyó en la intuición y el sentido común. Como estos dos últimos conceptos,
en la actualidad, han adquirido un matiz cuántico hemos considerado el
advenimiento de lo que se podría denominar razón cuántica y, por tanto,
vamos a analizar críticamente el MRL para determinar su alcance. Para ello: en
primer lugar, vamos a analizar el MRL como propuesta axiomática, en segundo
lugar, vamos a valorar críticamente la propuesta de Eastman a partir del
concepto de intuición cuántica y, en tercer lugar, vamos a valorar críticamente
el concepto de sentido común cuántico como medio para que un ser pueda
funcionar dentro de un contexto de cambios.
Palabras
Claves: Lógos; física cuántica; conciencia integral; intuición;
sentido común.
Roland Omnès (1999) planteó la necesidad de acercarse al mundo cuántico
desde el sentido común como medio para que un ser pueda ser-sí-mismo, no
escindido en un mundo tecnológico[1]. A partir de esta propuesta Timothy Eastman (2020) desarrolló en Untying the Gordian Knot. Process,
Reality and Context (UtGK…) un sistema filosófico procesual denominado lógoi
framework que traducimos
como Marco Relacional Lógoi (MRL) cuyo fin es ofrecer un instrumento especulativo que permita, a través de una
interpretación intuitiva y productiva, fomentar nuevas formas de observar el
mundo y proporcionar una nueva perspectiva acerca de sus complejidades, que
pudiese crear las condiciones de posibilidad para abrir nuevos espacios para
ulteriores investigaciones (UtGK, 3 y 8).
Con esta propuesta Eastman buscó establecer un principio racional (logos
humano) siguiendo una visión ecológica del mundo en un esfuerzo de generar
armonía incluyendo los dominios estéticos y míticos observados como formas de
contribución a los modos de acción y lenguaje en la resolución de problemas en
múltiples niveles (Pág., 07-09). Para ello sigue la noción de procesos, inspirados en
desarrollos recientes en física cuántica, junto con la lógica y las relaciones, teniendo
presente, en el caso de la procesualidad: lo local y lo global; en el caso de
la lógica: lo binario / no binario (triádico) y; en el caso de las relaciones:
la parte/todo; lo interno/externo, la extensión, la información, la semiótica
como parte de un modelo de realidad relacional (Pág., 14).
El MRL, según Eastman, está inspirado en la centralidad de las relaciones
que se derivan del concepto de Lógos de Heráclito[2], así como también de los conceptos de contingencia, necesidad y potencia
que están presentes en el pensamiento whiteheadano, en especial, sus lecturas de las conferencias de Harvard
de 1924-1925[3], y en las filosofías de las grandes
tradiciones filosóficas de la Grecia postsocrática, Persia y del extremo
Oriente, vamos a entender el MRL como
una axiomática enmarcada dentro de una procesualidad, que se apoya en la lógica
abductiva de C. S. Peirce y en el establecimiento de puentes entre la filosofía
y la física moderna que, para nuestros efectos, se ha inmerso en muchas de las
actividades que el hombre realiza en el mundo de hoy que pueden ser observadas
como formas de control y/o escisión que impiden dar cuenta de la realidad[4].
En función de esta escisión Martin Heidegger (1938) planteó la necesidad de reducir la posibilidad de
objetivación del Ser en un contexto signado por los desarrollos científicos y
tecnológicos. Esta necesidad ha sido
también expresada por Isabelle Stengers, entre otros. Desde esta perspectiva creemos que el
estado de cosas expresado por los autores antes citados nos obliga a
reflexionar profundamente acerca de cómo pensar una razón cuántica en esta
realidad que ónticamente está signada por la tecnología.
Teniendo todo esto presente vamos a analizar el
MRL para determinar su alcance para comprender la realidad que se rige, principalmente, por el principio de incertidumbre de Heisenberg
que nos interesa por su carácter probabilístico y prospectivo, considerando la
razón cuántica desde una metodología que incluye procesos, una intuición y el
sentido común[5]. Por ello: en primer lugar, vamos a analizar el
MRL como propuesta axiomática, en segundo lugar, vamos a valorar críticamente
la propuesta de Eastman a partir del concepto de intuición cuántica y, en
tercer lugar, vamos a valorar críticamente el concepto de sentido común cuántico
como medio para que un ser pueda funcionar dentro de un contexto de cambios.
1.- El Marco Relacional Lógoi (MRL) como propuesta axiomática.
En el MRL Eastman sintetizó el estado del arte en la filosofía y en la ciencia. Esta síntesis se
expresa en: (1) física cuántica[6], (2) filosofía de procesos, (3) semiótica y biosemiótica[7], y (4) modelado y estudios de sistemas complejos. Los dos primeros tienden
a tener un enfoque diacrónico que entiende como clave para comprender la
causalidad como proceso fundamental desde una perspectiva ontológica y los dos
últimos tienden a tener un enfoque sincrónico que son fundamentales para
comprender la emergencia, es decir, la creatividad y la generación[8]. En esta síntesis creemos que Eastman trató de entender procesualmente la
experiencia inmediata con la finalidad de incluir aquellas experiencias que
podemos entender como cotidianas y como contingentes considerando en estas
últimas la inclusión de las experiencias obtenidas en laboratorio para
comprenderlas intuitivamente y poder funcionar en el mundo.
Teniendo presente lo antes indicado, Eastman
articuló su propuesta explicando la red de relaciones
existente en el mundo real, los elementos que constituyen el MRL, cómo opera la
relación de los órdenes causales, la potencialidad y actualidad y, los procesos
cuánticos fundamentales y la estrategia del MRL como propuesta axiomática.
Vamos a examinar sucintamente estos aspectos que consideramos esenciales para
comprender su propuesta metafísica y axiológica[9].
a.- La red de relaciones existente en el mundo
real.
Según Eastman, desde una perspectiva óntica, las
interacciones que acaecen en el mundo real implican siempre secuencias de
tríadas (entrada-salida-contexto), por ello sugirió la consideración de las
siguientes nociones fundamentales: (1) proceso-sucesión, (2) lógica tanto de
actualidad como de potencialidad, y (3) relación, donde se incluyen las
relaciones locales-globales y todas aquellas asociadas con el concepto de
proceso (UtGK, 22).
El aspecto crítico en esta red de relaciones es
la lógica que está subyacente y permitiría valorar en sí misma la dificultad de
la propuesta eastmaniana. Desde esta perspectiva, el MRL caracteriza estas
redes a través de lo que se conoce como metaxología, es decir, el logos del
entre porque cree que en este ‘entre’ se expresa la potencialidad[10]. El ‘entre’ lo entendemos aquí como el espacio
de ‘ajuste’ dónde se produce la articulación o ensamble
para producir armonía desde dos
lecturas: la mística y la religiosa por lo que el ‘logos del entre’ lo
observamos como el proceso de desocultación para poder entender espacialmente
cómo se produce la armonía o desarmonía dentro de ese pre-espacio o espacio de
indiscernibilidad. Este aspecto lo consideramos clave en lo que
concierne al modelo de realidad relacional debido a que, en primer lugar, el
acto de articular o ensamblar se produce en múltiples niveles que puede
conducir a la armonía o desarmonía, en segundo lugar, este espacio de múltiples
niveles expresa la potencialidad y, en tercer lugar, va a permitir observar las
limitaciones de la propuesta eastmaniana al focalizarse procesualmente en el ser del ente.
La red de
relaciones entendidas desde la articulación que produce el MRL de los elementos
de la experiencia son considerados por el autor como casos de puro sentido
común, es decir, conceptos que se presuponen en la práctica del proceso de
ensamble (UtGK, 22). La importancia del sentido común para Eastman en concordancia con el
pensamiento de Whitehead (1917), se basa en
that all thought common sense thought, scientific
thought, and mathematical thought—is propositional, and always involves both
concrete actuality and abstract potentiality, even though the share of the
former component decreases, while the share of the latter component increases,
as we shift from common sense to science to mathematics (Pág., 23).
Esta secuencia whiteheadana que va del sentido
común al pensamiento matemático es lo que le permitió a Omnès pensar que el
sentido común puede hacerse científico y finalmente matemático en un
cierto grado. El sentido común que examinaremos más adelante es, en este
orden de ideas, el plano de inmanencia a través del cual se produce el ensamble
que para Eastman puede producir armonía[11]. Esto nos lleva a los
elementos del MRL.
b.- Los elementos del Marco Relacional Lógoi.
Para comprender los elementos del MRL que
producen el proceso de ajuste o de ensamble debemos tener presente dos cosas:
en primer lugar, que el contexto general para pensar procesualmente unas
secuencias de sucesos depende de dos tipos de lógica: una lógica estándar
(booleana) basada en actualizaciones y una lógica de potencialidades que es una
lógica no booleana (UtGK, 22-23)[12]. Ambas lógicas que consideran lo real y lo
posible, según nuestro autor, permiten observar efectivamente lo ‘real’. Y, en
segundo lugar, que el orden considerado por Eastman para relacionar esas dos
lógicas está basado en la acción mediadora del tiempo que vincula lo actual con
lo posible en una superposición de jerarquías de acaecimientos que siguen una
estricta sucesión de entradas y salidas dentro de un contexto de restricciones
y potencialidades que de alguna u otra manera permiten que las funciones que
siguen caminos diferentes sumen sus amplitudes. Dicho proceso de vinculación es
tanto local como contextual, es decir, un todo de múltiples capas que lo
sintetiza bajo la conexión "local-global".
Podemos decir que esta vinculación o
superposición de jerarquías contienen una superposición de ‘entres’ que no sólo
se producen de forma sucesiva, sino también de forma simultánea que hacen
compleja la aprehensión de los ensambles en cada nivel y dificultan el proceso
de toma de decisiones. En este caso es que funciona la lógica anticipatoria
debido a la dificultad de observar los ajustes que se producen en el ‘entre’ en
diferentes niveles. De ahí la importancia que le dio al principio de
incertidumbre de Heisenberg[13].
Aquí debemos decir dos cosas: por una parte, el
carácter místico del pensamiento de Eastman lo observamos como una manera de
decir lo inconmensurable de la física moderna que lo obliga a apelar a la
intuición para producir nuevos marcos de racionalidad y, por la otra, una
concepción diádica del mundo expresa immunity to a possible change y de
adaptarse a los mismos. Así pues, la consideración del contexto reconoce la
dificultad de conocer la realidad como acaece también en el mundo cuántico y la
potencialidad que en cada contexto está subyacente (UtGK, 26-27)[14]. De forma sintética, el argumento general de
Eastman es que la axiomática del MRL correlaciona de forma intuitiva tres roles
de la potencialidad, es decir:
·
Las relaciones potenciales, junto con la
actualidad, son componentes esenciales de lo “real”[15]; y expresan, por una parte, múltiples formas de
emergencia creativa (generación y poiesis) y, por la otra, efectividad de
acuerdo a los desarrollos recientes de la física cuántica;
·
La lógica anticipatoria, asociada con tales
potencialidades, permite la obtención de nuevos conocimientos que pueden ser
usados para el análisis de la causalidad, las relaciones físicas, los sistemas
anticipatorios y la experiencia humana;
·
Las correlaciones de potencialidad podrían
evidenciar también la coherencia de las relaciones físicas observadas a gran
escala (“principio de universalidad”) entre los sistemas humanos (UtGK, 27-28).
El MRL considera por tanto los principios
fundamentales de relación como los conceptos que relacionan tanto lo
contingente, como las dimensiones potenciales del ser y el devenir. La
dimensión contingente expresa que las cosas actuales pueden actuar y, la
dimensión potencial no-contingente sólo puede actuar a través de su
materialización en una o más cosas actuales.
c.- La relación de los órdenes causales, forma y
hechos resultantes y la potencialidad y actualidad, los procesos cuánticos
fundamentales y la relación local-global.
El modelo de Realidad Relacional es diacrónico y
articula cuatro etapas de los procesos cuánticos fundamentales que concuerda
con la triáda entrada-salida-contexto. Estos son los siguientes:
(1) estado inicial real/potenciales globales no
contextualizados;
(2) estados potenciales/contextualizados
localmente;
(3) estados probables / valoración de
probabilidades / condicionalización de potencialidades / restricción de lo
local por lo global / relevancia local de lo global / decoherencia;
(4) estado de resultado real / actualización de
potencialidades / extensión de lo local a lo global / relevancia global de lo
local.
Esta interacción local-global, según nuestro
autor, por una parte, proporciona un fundamento al MRL a través de los dos
órdenes lógicos antes indicados, correlacionada con hechos/actualizaciones y
posibilidades respectivamente, junto con un carácter bidireccional y mutuamente
implicado de las relaciones y, por la otra, proporciona una base para
considerar todas las relaciones de entrada-salida dentro de un contexto dado.
En este proceso de interacción
espaciotemporalmente nos movemos, según él, de la simetría a su ruptura y
posterior asimetría y sigue la singladura de la actualización hasta pensar en
una nueva forma de asimetría o armonía (UtGK, 68)[16]. Todo lo antes descrito le permitió a Eastman
afirmar la condición de posibilidad de producir una conciencia integrada debido
a que en el proceso de ensamble se genera una nueva dimensión espiritual. Por ello afirmó que
Eventually, with the emergence of consciousness, such self-aware beings
evolve to become aware of their ultimate context, not just of multiscale
contingencies (worlds-upon-worlds) but also aware of the noncontingent ground
of contingency, which may be (or is sometimes characterized as) the spiritual
dimension (Pág., 49).
d.-), La estrategia del MRL
El horizonte del MRL es lograr que un ser funcione
armónicamente en el mundo, por tanto, para examinar la estrategia que propuso
Eastman para desatar el nudo gordiano de problemas filosóficos clásicos nos
enfocaremos, en primer lugar, en concepto de emergencia porque la entendemos
desde el concepto de Lógos heracleitico, es decir, Physis, siguiendo
a Heidegger (1943-44), así como desde el principio de creatividad whiteheadano,
en segundo lugar, la relación mente-cuerpo y el proceso de la conciencia y, en
tercer lugar, la carencia o no de base científica de los valores y los
significados.
La emergencia,
para Eastman, es la sumatoria de tres componentes: potencialidad, proceso y
relaciones locales-globales puesto que desde la perspectiva cuántica el proceso
fundamental implica una transición de las relaciones potenciales a la realidad
con un abanico de posibles resultados. En este contexto, el modelo de Realidad
Relacional considerado en el MRL incorpora la creatividad de la posibilidad
óntica que permite espaciotemporalmente una emergencia óntica autóctona en el
contexto de historias locales y globales de eventos lógicamente condicionados
en un continuo extenso (UtGK, 79). Como se puede observar desde este Lógos
humano se piensa la totalidad desde el ser del ente y no desde el
ser-en-sí-mismo y este hecho lo consideramos como una de las limitaciones de la
propuesta eastmaneana.
En relación al problema mente-cuerpo y los procesos que posibilitan la
conciencia, Eastman expresó que la conciencia es una capacidad emergente de la
mente que tiene la virtud de contrastar reflexivamente "lo que es" de
"lo que podría ser" permitiéndole así tomar decisiones entre
posibilidades alternativas que se expresan en salidas no booleanas (UtGK, 79).
La autoconsciencia y los sentimientos, en este sentido, como surgen de la
retroalimentación no lineal entre posibilidades alternativas pueden generar
diferentes niveles de capacidades (Pág., 228). La conciencia, en este sentido, es el centro
de gravedad del MRL porque ahí se ubica la característica intuitiva intrínseca
del actuar del universo. Para Eastman, los aspectos internos y externos de la
conciencia tienen elementos tanto físicos como relacionales en múltiples
niveles. Además, la lectura triádica le permitió a nuestro
autor pensar la conciencia como observación y experiencia básica para todos
aquellos que poseen un grado de despertar de la misma (Pág., 225). En
tales relaciones multinivel se posibilita la anticipación y la capacidad de
respuesta de nivel superior a los entornos que se puede activar y acrecentarse gradual
y sucesivamente como sigue: (1) emergencia de primer orden vista como
acontecimiento, seguido de (2) emergencia/superveniencia de segundo orden; (3)
los sistemas de emergencia/autoorganización de tercer orden; (4) la emergencia
de cuarto orden (evolución); y (5) emergencia/conciencia de quinto orden (Pág.,
155). En este sentido creemos, por una parte, que anticipar es creativamente armonizar, es decir, actualizar una asimetría para lograr
el equilibrio y, por la otra, que la conciencia de quinto orden nos remite a la
conciencia unificada o integral que examinaremos más adelante.
Finalmente, con
respecto a la carencia o no de base científica de los valores y significado,
Eastman expresó que el MRL proporciona una forma posible para transformar la
formulación de este problema complejo sobre la base de la realidad de las
potencias y los vínculos locales-globales en múltiples capas. Esta base incluye
referencia y verdad y relaciones entre cosas y símbolos (Pág., 81)[17]. Dentro de
este marco discursivo, Eastman definió el signo como una multiplicidad
indivisible de procesos entendidos como la totalidad del mundo y su emergencia[18].
Aquí el
problema para Eastman fue visualizar cómo el significado podría estar
incrustado en el universo sin invocar ad hoc alguna entidad divina y por
ello afirmó dos cosas: que “At its most basic level, meaning is a relational or
contextual property of human experience” y que el MRL correlaciona
sistemáticamente tales propiedades relacionales o contextuales para señalar un
fundamento ontológico para el significado (Pág., 174). Es decir, apoyándose en
Peirce y Wilber expresó que los múltiples niveles de contexto son la base del
significado debido a que nuestras inferencias inmediatas del mundo, en
cualquiera de estos niveles, siempre incluyen aspectos globales que la fluencia
de la realidad los hace transitorios (Pág., 238-240)[19]. De ahí que,
en una lectura que observamos cercana a Heidegger, por una parte, la verdad es
un proceso continuo de desocultamiento donde el proceso en sí mismo es lo
confiable y, por la otra, el ascenso de nivel que nos pudiese llevar a lo que
Wilber denominó conciencia integral nos indica que el grado de despertar
expresa la existencia de asimetrías que se expresaran en la existencia de
diferentes grados de virtud que consideramos problemáticas desde una
perspectiva práctica. Aquí donde también se observa la diferencia: la relación
óntico-ontológica está inclinada en Eastman al ente y en Heidegger y en Wilber al
Ser.
La idea de aplicar la teoría relacional dentro de esta estrategia, según
Eastman, fue describir la naturaleza en términos de sistemas físicos que se
representan (modelan) entre sí y que son en sí mismos expresiones de tales
modelos con la finalidad de poder explicar la existencia y el comportamiento
complejo (Pág., 166). La singladura de la no-linealidad que permite romper el
nudo gordiano en una organización dinámica consiste, entonces, en:
·
Semiótica que
se ubica en el origen de la semiosis orgánica y considera la relación
signo-significado-código, así como los sistemas complejos.
·
Episteme que se
ubica en la base de la semiosis interpretativa y considera la hermenéutica
desde la relación materia-referente-interpretación.
·
Cultura que
considera el origen de la semiosis lingüística (Pág., 170).
Estos aspectos expresan el ‘entre’ en términos de ensamble o de ajuste que
permiten el establecimiento de redes de relaciones. El ensamble o el ajuste en
sí mismo expresa, en sentido heracleitico, la tensión (como la del arco o la
lira) que va a producir armonía o desarmonía. La armonía es la forma de
superación que se va a traducir en duración de la red de relaciones.
Si bien el
uso de la palabra griega Lógos, refiere a una forma de ley divina, el
MRL, según Eastman, no considera uno de los propósitos centrales de las
escrituras religiosas, es decir, la transformación (Pág., 248)[20]. No obstante,
Eastman correlacionó su MRL con otras tradiciones (taoismo, vedanta hindú, el
budismo mahayana, las religiones africanas o precolombinas) para superar esta
limitación y darle universalidad de sus postulados y, pensar así, en sistemas
anticipatorios mejorados basados en la potencialidad (Pág., 266-267). Según él,
hay cuatro conceptos del MRL que parecen ser omnipresentes cuando se comparan
con las otras tradiciones espirituales del mundo. Estos son:
(1) recognition of deep interdependence; (2)
processual features (not substance or mechanism) as fundamental; (3)
non-duality (denial of substance-object split), and (4) experience of a
co-present spiritual dimension, both immanent and transcendent, even though
such immediate experiences are radically contingent (Pág., 267).
La
consideración de estos cuatro elementos le permitió a Eastman pensar que es
posible romper el nudo Gordiano para entender lo que es real que enfrenta la
humanidad como un todo de modo que fuese posible reescribir nuevas historias
del universo que sean más éticas, más humanas, e incluso más sagradas que las
escritas en el mundo occidental (Pág., 271). Por ello, según
él, la apertura a la potencialidad pre-espacial y a otras formas de experiencia
espiritual o psíquica, por una parte, pueden abrir otras posibilidades de
acceder a relaciones potenciales de naturaleza contextual en el mundo real que
pudieran, a pesar de los inconvenientes existentes, ser comprendidas como
universales íntimos tal como los fenómenos de entrelazamiento en la física
cuántica (Pág., 270) y, por la otra, puede crear la condición de posibilidad de
abrir una hendidura que nos permita sumergirnos en la intimidad del universo y
hacer frente a los desafíos que representan el nihilismo, la negación y las
diversas formas de desesperación que conducen a la guerra, las pandemias, el
sufrimiento humano y el deterioro de la habitabilidad en la Tierra (Pág., 274).
Esto nos conduce al examen de la intuición cuántica como una de los fundamentos
del MRL.
2.- MRL e intuición cuántica.
Eastman en su
propuesta MRL se apoyó, en primer lugar, de la confluencia de los resultados de
investigaciones que apuntan a la consideración de una nueva visión inclusiva de
la realidad y, en segundo lugar, de un concepto de intuición intelectual
desarrollado por Friedrich Schelling que nos ayuda a comprender la
operacionalización de su propuesta metodológica. Esta intuición intelectual fue definida como
a form of knowledge gained through a
reflective and imaginative experimentation and construction by the productive
imagination of the sequence of forms produced by . . . the unconditioned
totality, the self-organizing universe (UtGK, 275).
Esta forma de
conocimiento, como veremos más adelante, es una síntesis de cuatro concepciones
de la intuición: En primer lugar, el tercer género de conocimiento en Spinoza
que remite a la idea adecuada y por consiguiente verdadera correspondiéndose con
el conocimiento intuitivo de Dios[21]. En segundo
lugar, a la idea de los seres organizados para pensar en una filosofía de la
naturaleza. En tercer lugar, a la experiencia no-sensible whiteheadana y, en
cuarto lugar, a la conciencia unificada e integral de acuerdo con Wilber. Por
ello, nos interesa examinar esta intuición intelectual debido a que Eastman expresó
que la intuición y la conciencia unificada podrían representar dos modos
integradores distintos para conocer la realidad que a su vez podrían ser
correlacionados y podría contribuir a hacer avanzar el conocimiento científico
(UtGK, 253), y que si entendemos el universo bajo la perspectiva de
autoorganización y de Physis la intuición podría ayudar a entender la
armonía y/o la desarmonía. Por tal motivo, en primer lugar, vamos a
analizar la realidad observada como mundo de posibilidades a la luz del MRL, en
segundo lugar, vamos a analizar qué se entiende por conciencia unificada y, en
tercer lugar, examinaremos la intuición como fundamento
del MRL para funcionar en el mundo.
Con respecto a
la realidad, estamos observando que esta se expresa al menos de dos formas: una
experimentable con nuestros sentidos y otra no experimentable que entendemos nos
puede afectar que Eastman busca unificar a través del MRL. La primera,
espacio-temporalmente se rige por la física clásica y la segunda, cuya
metafísica está en proceso de construcción está determinada por el mundo
cuántico donde el espacio y el tiempo se presentan de manera diferente. A
continuación, se va a examinar sucintamente qué se está entendiendo por realidad
para comprender sus implicaciones en el plano de la decisión estratégica
anticipatoria que propone Eastman.
La realidad
observada desde la metafísica parte de manera estructural y sustantiva del uno
de la respectividad al Todo de una realidad
que es dinámica y acelerada desde el mismo momento que, en primer lugar, ha
aumentado tecnológicamente la velocidad de los procesos orientados a
alcanzar objetivos específicos relacionados con el transporte, la comunicación
y la producción, en segundo lugar, como consecuencia de lo anterior,
socialmente se ha producido una contracción del presente y, en tercer lugar, se ha producido una
aceleración del ritmo de vida, según Hartmut Rosa, como “consecuencia del deseo
o necesidad sentida de hacer más cosas en menos tiempo” (2016: p. 31). Según
Rosa esta aceleración tiene un impacto social que no sólo puede conducir a
formas de interferencias, de decoherencias o de “alienación social graves” que,
por una parte, pueden ser consideradas como un obstáculo para aprehender la
realidad y hacer viable el concepto de buena vida y, por la otra, puede
conducir al establecimiento de estructuras totalitarias (Pág., 91).
Es desde esta perspectiva que los filósofos
franceses Deleuze y Guattari (2008) buscaron que cada quién fuese capaz de producir
su propia realidad debido a que consideraron al ser humano concreto como un
modo de la realidad y en gran medida sujetado por ella en un contexto signado
por el desconocimiento (de forma deliberada o no) de gran parte de lo que lo
rodea. Estos autores buscaron que el ser sea un ser-siendo, un ser-en-sí-mismo,
no escindido, no sujetado por una estructura de mediación o de experimentación
que genera interferencias o superposiciones en un sentido similar al que denunció
originalmente Martin Heidegger (1938) y
cuyos efectos hoy en día estamos viviendo con mayor fuerza como consecuencia de
la aceleración social y el desarrollo de la robótica y la Inteligencia Artificial
Cuántica. Markus Gabriel (2017), por su parte, propuso la consideración
de un nuevo realismo a partir de la limitada capacidad del ser humano de
dar cuenta de la totalidad a través del
desarrollo de un sistema teórico, una teoría del todo, como lo ha intentado la
metafísica de manera histórica (Pág., 80). Lo expresado permite considerar la otra manera de entender la realidad.
La otra manera de entender la realidad se
ubica en el plano científico. Este enfoque se puede observar desde dos
perspectivas: la de Roland Omnès y la de Roger Penrose. Omnès (1999) expresó
que gracias a las matemáticas formales apoyadas en los
principios de la mecánica cuántica
“el conocimiento científico era un conocimiento de la realidad que puede ser
descrita a través de la
decoherencia cuántica y las historias coherentes” (Pág., 65 y 216-234)[22]. Para ello se focalizó, en primer lugar, en el papel de la memoria como
una pintura contemplativa del todo, en segundo lugar, en el papel de los
sentidos, en especial la vista, como captadores de instantes (lo ‘Uno’) cuya
sumatoria, en términos histórico, hacen el ‘Todo’ de la realidad y, en tercer lugar, en el sentido común
como un puerto que alberga con gran certeza el sentido de la realidad
haciéndose aparecer como la consecuencia de principios mucho más generales (Pág.,
234).
Roger Penrose, por su parte, expresó que los
científicos se preguntan cómo se comporta la realidad desde una perspectiva más
moderada debido a que es difícil saber, como también lo indicó Gabriel, qué es
lo que se está comportando así y por qué (2006: p. 137). Lo interesante es que
el autor inglés habló de la decoherencia por el entorno que nos hace
describir muchos universos para la realidad, es decir, hizo mención a una
forma de sujeción que plantea un universo de posibilidades y hacen viables los
pronósticos, pero hace difícil también la obtención de resultados que puedan
ser considerados como verdaderos. Pero también expresó que los puentes
existentes entre conciencia y mundo cuántico han adquirido una mayor
consistencia como también lo consideró Eastman[23].
Eastman a través del MRL intentó superar estas
concepciones de la realidad conteniéndolas todas dentro de una conciencia
unificada. Pero, como se puede observar el conocimiento de la realidad es un
problema complejo debido a la existencia de cosas que no se pueden percibir que
experimentalmente se ha demostrado que existen y se denotan en un lenguaje
diferente. Este hecho que afecta nuestra concepción del espacio y del tiempo
indica que el campo de acción para que un ser pueda funcionar efectivamente se
ubica, en la actualidad, en la facultad de juzgar, es decir, en la capacidad de
producir conocimiento
mediato de un objeto,
frente a la inconmensurabilidad y dinamicidad de la realidad. Estos juicios fueron llamados por
Whitehead intuición que examinaremos una vez hayamos analizado que se entiende por conciencia unificada[24].
Como ya indicamos, Eastman se apoyó, entre
otros, en Ken Wilber para desarrollar su MRL. Su importancia para nuestros
efectos tiene que ver con el concepto de conciencia unificada generada por un
‘despertar’ producido por una experiencia radical (o acontecimiento) en un
mundo-como-percibido que expresa también potencialidad[25]. Esta conciencia unificada es abierta e integral y expresa una nueva manera de
ser-en-el-mundo. Esta conciencia unificada en el mundo-real Eastman la
asoció con lo ‘local’, pero en un movimiento que puede ser a su vez lineal y
no-lineal que considera el contexto en que esta relación se produce. Una
aproximación al mundo real, según el autor, que considere el contexto, en este
sentido, lo observó como necesario para comprender su compleja totalidad desde
una perspectiva estética. De acuerdo a la
exégesis que hace Eastman Wilber distinguió estructuras de
“crecimiento” o estados de “despertar” espiritual que han sido descuidadas en
las cosmovisiones contemporáneas que impiden aprehender la totalidad que trató
de abarcar con el MRL y permiten vivir a través de las diferentes perspectivas en lugar de ser sometido por
ellas (UtGK, 241)[26].
Estas diferentes
perspectivas, según Wilber (1996),
se pueden lograr cuando se alcanza un estado puro de interpretación espiritual
puesto que allí se incluyen todas las dimensiones del cosmos, es decir, Dios, la vida, la mente, el universo, el
espíritu, el proceso evolutivo y la totalidad de las cosas en sí mismas a
partir del reconocimiento de que somos expresión de una contingencia radical y de la necesidad de desocultar el Lógos
de un espíritu en armonía e integración con el todo y la clave para la
transcendencia. Según
Eastman el proceso evolutivo tiene las siguientes fases: egocentrismo,
etnocentrismo, universalismo (world-centric), y conciencia integral (ultimate
meaning) (UtGK, 241). Esta conciencia unificada o integral permite “estar en sintonía
con lo real, lo verdadero, lo bueno y lo bello, por lo que, en este sentido,
verdad y cosmos son lo mismo desde una perspectiva identitaria” (Pág., 242). En Wilber el carácter triádico que está en el
MRL lo observa Eastman en la siguiente nota:
… the eye of the flesh, which informs us about the world of our
senses; the eye of the mind, which allows us access to mathematics, ideas, and
logic; and the eye of contemplation, which is our window to the world of
spiritual experience (UtGK, 236).
Según la categorización de Eastman cada modo
de conocer está estrechamente relacionado con el ser o el llegar a ser por lo
que el propósito del autor fue demostrar que la referencia tanto a los múltiples
niveles de contexto como al contexto último ha sido históricamente inevitable
y, esta referencia tiene implicaciones importantes tanto para las nociones de
valores y de significados como para la dimensión espiritual de la experiencia
debido a que permite alcanzar otra forma de comprensión de la realidad en todos
los niveles de la experiencia humana.
El problema, como veremos también, es que
este derrotero hacia esa conciencia integral o unificada en el estado actual en
que se encuentra la humanidad es desigual porque, por una parte, depende de la
potencia de perseverar de cada individuo y ello de suyo tiene un impacto en la
conformación de un nuevo sentido común basado en la espiritualidad
debido a que depende del grado de despertar de cada individuo frente a lo
divino y, por la otra, el contexto de cambios acelerados y de transición a un
nuevo orden puede mantener, acentuar o reducir la desigualdad planteando la
necesidad de instrumentar un enfoque prospectivo. Si bien Eastman reconoce las limitaciones
para la instrumentación de su propuesta, consideró que a través del
entretejimiento de los conceptos de la ciencia y la filosofía contemporáneas es
posible intuitivamente lograr una síntesis de lo natural, lo existencial y lo
espiritual. La intuición, desde nuestro ángulo de análisis, es el punto de
aplicación de la propuesta de Eastman porque su desarrollo va a poder dar
cuenta de la complejidad creciente del mundo de hoy y por venir y nos va a
permitir funcionar eficazmente.
La intuición,
en este sentido, la hemos intentado dimensionar en el hombre dentro de un
contexto dinámico más general como lo es el universo en que vivimos con el fin
de que fuese posible, observando cómo se comporta la realidad, establecer
conceptos que nos permitieran funcionar eficazmente en un mundo donde están
acaeciendo cambios acelerados que afectan nuestras formas de vida y de
relacionamiento. Funcionar lo
entendemos aquí como la acción deliberada de un ser para perseverar en la
propia existencia tanto como vivir bien de forma individual como
cooperativamente. Por ello, partimos de la creencia de que la
creatividad y/o la productividad constituyen el modo en que se expresa el fluir
de la realidad. Por tanto, debemos considerar este movimiento como fundamental
para pensar en la armonía que debe existir entre el movimiento del cosmos y el
de un ser-en-el-mundo. Esto nos conduce a las tres formas de conocer según
Eastman.
En relación con
el principio de contextualidad del MRL podemos decir que lo diádico obedece al ámbito
de la ciencia y de la técnica que está relacionado con lo que vamos a entender
como intuición clásica basada en el espacio-tiempo de cuatro dimensiones que podríamos entender como teleológica, lo triádico
que está afectado por la técnica y por la ciencia obedece a otro tipo de
intuición desarrollada de acuerdo con el contexto de movimiento en que un
individuo se encuentre basado en el espacio-tiempo de cuatro dimensiones más la
duración y, el contexto último de la espiritualidad que depende de cómo un ser se conecta con el Lógos
desde la perspectiva heracleitico-heideggeriana se basa en cómo
comprendemos nuestra relación con lo infinito. Es decir, la manera en que funciona el MRL
para integrar estas maneras de entender la intuición se apoya también en la
física moderna y ello nos obliga a pensar en una intuición cuántica como un
modo en que Eastman cree que un ser pueda funcionar en el mundo.
La importancia de lo afirmado obedece a que
la irrupción de la física moderna y la inteligencia artificial cuántica está
trayendo como consecuencia la necesidad de que individuos y/o
comunidades funcionen dentro de un contexto complejo desde el mismo momento que
se están topando con una realidad física inaprehensible que experimentalmente
pareciera explicar lo sumamente pequeño del mundo de partículas y lo sumamente
grande de la astrofísica a partir de una unidad conceptual basada en una nueva
concepción del mundo que Markus Gabriel (2017) denominó como la imagen
científica del mundo. La causa de esta afirmación obedece a que la física cuántica desafía, por una parte,
nuestra intuición clásica sobre cómo creemos que funciona el mundo debido a que
los objetos que allí se perciben no se ajustan a los fundamentos de la física
clásica (Becker, 2014) y, por la otra, nuestro sentido común está
afectado por el hecho de que todos los conceptos de objetos clásicos con
identidades bien definidas existen en determinadas condiciones de observación
(Ballis, 2022).
Whitehead
(1934) en La aventura de las ideas expresó que la intuición es la experiencia
de una percepción no-sensible que se produce en el umbral de la conciencia que se
materializa en la forma
de un juicio[27].
Posteriormente, en
Proceso y Realidad (PR), dividió estos "juicios
intuitivos" en tres tipos: afirmativos, negativos y suspendidos. Los dos
primeros tratan de la conformación comprensiva (afirmativa o negativamente) de
datos externos. El tercer tipo de juicio intuitivo no afirma ni niega la
conformidad con los datos permitiendo con ello no sólo crear novedad y
contribuir al avance creativo del universo, sino también lo observó como
esencial para el progreso científico debido a que permite establecer patrones
(PR, 270)[28]. Eastman, a
partir de este juicio suspendido, ha creído que la intuición puede operar como
un integrador debido a que los enfoques establecidos en el modelo estándar de la mecánica cuántica
son
adecuados para analizar la complejidad de
las descripciones que se pueden representar en secuencias abstractas de
símbolos, números o pasos computacionales, pero no dan
cuenta de las características que no son distinguibles y contables en el objeto
físico presente inmediato. Por lo tanto, frecuentemente conducen a
resultados contrarios a la intuición cuando se aplican a sistemas dinámicos
[reales] (UtGK, 169)[29].
Desde este ángulo de análisis la intuición
y la conciencia unificada o integral para Eastman dan cuenta de las
características que no son distinguibles ni mesurables con los recursos
disponibles dentro de un contexto determinado[30]. Ahora bien, si tenemos presente este
enfoque, Corsiglia et al. (2023) han considerado que la intuición cuántica de
forma sintética puede ser explicada,
·
como categoría epistemológica considerada como parte del conocimiento o
un tipo de proceso de pensamiento. Desde esta perspectiva, las opiniones sobre
la intuición expresada por científicos generalmente apuntan a cuatro
orientaciones específicas, es decir: (a) para afirmar que es un proceso
distinto del pensamiento analítico; (b) para describir la capacidad de una
persona para detectar algo que sucede (p. ej., tener un coup d'oeil) o
para obtener un resultado (p. ej., tener una intuición); (c) para creer que se
puede desarrollar a través de la educación, como lo propone Eastman, pero que a
algunos les resulta más natural; y (d) para considerar que la intuición es algo
que uno puede sentir o experimentar.
La intuición en el MRL puede ser
considerada, según Eastman, desde estas visiones ontológicas y epistemológicas en
una lectura cuántica porque no sólo dan coherencia, sino también permite la
integración de datos y conocimientos que evitan las paradojas, las
inconsistencias y el contraintuicionismo (UtGK, 72-74). La coherencia
desde la perspectiva histórica es lo que nos permite, a través del MRL, pensar
desde un enfoque integrador que considera los tres dominios de la conciencia antes
indicados en términos de tres formas básicas de intuición, es decir, la
intuición directa (sensorial y afectiva), que correlaciona estímulos externos e
internos en términos de experiencia y contextualidad y el tercero es un dominio integrador de
la conciencia que, desde lo que denominó Whitehead como juicio suspendido,
surge indirectamente a través de una superposición o co-ocurrencia de los
niveles perceptivos y afectivos del ser humano permitiendo así, de forma
unificada, no sólo un sentido de sí mismo, sino también un sentido de valor y
significado que nos permite responder efectivamente como ser-en-el-mundo (UtGK,
252-253). Esta forma unificada la entiende Eastman como una experiencia unitiva
de conciencia integrada donde el hombre es un ‘entre’ que puede
sentir apoyo y armonía en términos de ‘Uno’ y ‘Todo’.
Ahora bien, si entendemos la intuición
como una respuesta con respecto
a lo múltiple que se encuentra dado corporalmente tal como realmente se muestra
de forma directa de acuerdo con los tres tipos de juicios intuitivos
whiteheadanos observamos que a esta lectura se agrega una visión indirecta. La
indirecta, es la que Vera y Blanco (2023 a) consideraron a través de la
consistencia, coherencia histórica y no-ambigüedad que nos permite observar lo
‘indirecto’ a partir de la secuencialidad. La suma de las dos formas de intuición es lo
que podríamos denominar intuición cuántica. Pero, como la aprehensión directa e
indirecta se producen en un mundo donde impera la novedad la intuición cuántica
debe seleccionar, según
Eastman, entre opciones reales considerando el largo proceso de descubrimiento e invención que
ha acaecido a lo largo de la historia de la humanidad bajo la máxima kantiana
de que todo lo que existe en él es bueno para algo. El MRL, desde la perspectiva eastmaniana,
puede ser un medio para desarrollar y orientar la intuición dentro de un
contexto de incertidumbre (UtGK, 84). Esto nos lleva al sentido común
debido a que se corresponde con el plano de la praxis.
3.- El MRL y el sentido común cuántico.
El concepto de sentido común tiene una larga
singladura que nosotros anclamos en la época de los pensadores presocráticos
cuando consideraron los aspectos en que se desenvolvía la
vida cotidiana desde una perspectiva mítico-religiosa. Desde nuestro ángulo de
análisis Heráclito si
bien no mencionó la expresión ‘sentido común’, la palabra ‘común’
dicha en diferentes acepciones nos permite afirmar que fue el primer filósofo
del sentido común al correlacionar la palabra Lógos con lo común. Este Lógos
asociado con lo común, siguiendo a Heidegger (1943-44), lo relacionamos con Physis
y Cosmos a partir de aquello que es común a la naturaleza, es decir,
producción, creatividad y poiesis. Sin embargo, “no se halla en la superficie misma de las cosas, sino que, por
regla común, ‘suele esconderse’ dentro de cada cosa particular”[31]. La palabra ‘común’ la observamos en los
siguientes cuatro fragmentos:
2. Siendo esta razón
[logos] eternamente verdadera, nacen los hombres incapaces de comprenderla
antes de oírla y después de haberla oído. Pues sucediendo todo según esta
razón, {aquellos} se asemejan a los carentes de experiencia, al {no} hacer la
experiencia de palabras y obras tales cuales yo voy desarrollándolas,
analizando cada cosa según su naturaleza y explicando cómo es en realidad. Pero
a los demás hombres se les esconde cuanto hacen despiertos, como olvidan cuanto
hacen dormidos.
95 Los que están despiertos tienen un mundo común, pero los que duermen
se vuelven cada uno a su mundo particular.
91a. Común es a todos
el pensar.
91b. Menester es que
quienes hablan con mente se hagan fuertes en lo común a todos, como la ciudad
en la ley, y mucho más fuertemente aún. Pues todas las leyes humanas son
alimentadas por la divina única, que impera tanto cuanto quiere, y basta a
todo, y de todo redunda.
Como se puede observar de los cuatro fragmentos seleccionados Heráclito inclinándose
por la razón señala a aquellos que viven aislados, aquellos que viven alienados
o extrañados y aquellos que viven dentro de una comunidad que deben
fundamentarse en el Lógos como expresión de lo común para lograr
armonía. Pero, más allá del pensar qué es lo común en el Lógos en
Heráclito.
Para Tallis (2018) Lógos es razón,
proporción, cálculo, fundamento o principio. Para Francisco Bravo es un término heracleitico de significación múltiple y difícil de determinar
debido a que incluye otros logos que Heidegger lo denotará como Lógos humano,
es decir, por una parte “se relaciona con el
sentido general de ‘medida’, ‘calculo’ y ‘proporción’” (Pág., 34). y por la
otra, es “la
ley de la existencia cósmica: la ley divina, arquetipo de todas las leyes, pues
no solo regula la oposición y la armonía de los contrarios, sino que genera la
realidad en su conjunto” (1998: p. 34). Siguiendo a
Heidegger Lógos significa “recolección” y está asociada con Physis
que entiende como “el ser del ente” en
el sentido de generar o surgir (1943-44: p. 199-200
y 326). Al respecto indicó tres caminos para responder a la pregunta:
¿Qué es el Lógos? Estos son:
·
Entenderlo
como uno (Ëv) y todo (παντα) a partir de la consideración de que el unir y el
reunir con respecto al ente en el todo y, así, al mismo tiempo, al ente en
cuanto tal, es una característica fundamental del Lógos (Pág., 286). Hemos
visto que el unir y el reunir son características del MRL.
·
Considerar
su acceso como colectar y coleccionar. Según Heidegger el Lógos se
descubre como lo uno que reúne o colecta el todo (Pág., 294-295). Este Lógos,
del que habla Heráclito, no es propiedad del ente, sino el propio ser que actúa
en todo ente y constituye “la colección originaria que preserva el ente como el
ente que es”, y explica inicialmente el desenmarañar “lo por-pensar
originariamente” que permite garantizar al ser la construcción de nuestra
referencia y alcanzar nuestra constitución esencial para posibilitar una
transformación esencial (Pág., 303). En el MRL el pensar originario se produce
por un impulso cognitivo que impulsa a su vez a la acción.
·
Accesarlo
a través de la pregunta por ὁμολογεῖν (homologar) en
tanto que “colectar” y “recolectar”. Este “colectar” y “recolectar”
mantiene el sentido de la relación (relación de relaciones) que vamos a
observar también en el MRL. Sin embargo, Heidegger expresó que el alma es tan
profunda que ninguna investigación, en cualquier campo, pueda lograr conocerla,
delimitarla o definirla (Pág., 309).
Estos tres derroteros antes indicados le permitieron a
Heidegger afirmar que Lógos, orbitando en los fragmentos 50 (26M) y 45 (67M), es el “unificar de todo” y lo común
es recolectar para unificar (Pág., 317), que también lo observamos en el MRL.
La manera como concilió Heidegger los fragmentos antes citados para llegar a la
re-colecta es el fragmento 101 (6M) (buscarse a sí mismo) puesto que, según él,
se relaciona con los demás fragmentos que tratan sobre el Lógos (Pág.,
339). En el MRL
vamos a observar que para este “colectar”, en el sentido dado por Heidegger, se
requiere también de un estado de conciencia especial que favorezca esta acción,
pero que no parte necesariamente de la búsqueda de sí mismo sino de una capacidad
cognitiva determinada. Desde esta perspectiva podemos decir que el sentido
común es la forma general en que se presenta el ‘colectar’ en la medida en que
podemos buscarnos a nosotros mismos.
Sin embargo, este concepto que en la actualidad
está cobrando vida desde la perspectiva de la praxis como una fuente de conveniencia,
adaptación y consenso para resolver
problemas cotidianos y orientarnos en el entorno después de Heráclito ha
tenido una historia cargada de óbices tanto en el plano de las ciencias humanas
como naturales que han afectado su desarrollo para poder pensar en un sentido
común cuántico según la conceptualización realizada por Omnès. De manera más
específica Hans-Georg
Gadamer apeló al sentido común como concepto fundamental del humanismo y
saber históricamente heredado y circunscrito a los límites de una tradición
debido a la generalizada metodización de la ciencia para construir una teoría
hermenéutica que busca dar cuenta del tipo de experiencia propio de las
ciencias del espíritu (2003:48). Esta teoría hermenéutica es conveniente
tenerla en cuenta debido a que el contexto tecnológico en que estamos viviendo
ha apuntado a una fragmentación social que ha sido agravada por el alto grado
de aceleración social que estamos viviendo. Para
Gadamer, el sentido común
no es sólo cierta capacidad general sita en todos los hombres, sino al
mismo tiempo el sentido que funda la comunidad… es el sentido de lo justo y del
bien común que vive en todos los hombres, más aún, un sentido que se adquiere a
través de la comunidad de vida y que es determinado por las ordenaciones y
objetivos de ésta (Pág., 50-52).
Sin embargo, el sentido común es también limitado e insuficiente debido
a que no nos garantiza, de forma inmediata, la verdad, la certeza o la
profundidad de nuestro conocimiento. La causa obedece a que puede estar basado
en prejuicios, errores, ilusiones o simplificaciones que nos impiden ver la
realidad tal como es, o nos cierran la posibilidad de explorar otras
perspectivas o alternativas.
Por su parte Karl Popper consideró que el conocimiento científico debe
ser una ampliación o desarrollo del sentido común a pesar de ser inconsistente,
vago y cambiante, muchas veces adecuados y verdaderos, pero muchas otras
inadecuados o falsos debido a que proviene de los instintos y los juicios de
individuos basados en los sentimientos o en la tradición (González, 2004). Para
Popper, partiendo de la idea del cambio y de la evolución “Toda ciencia y toda
filosofía son sentido común esclarecido”, con lo cual, todo sentido común y
todo conocimiento científico puede ser criticado, corregido o rechazado en una
suerte de escepticismo dinámico (1988: p. 42). Al ser un punto de partida
el sentido común, aun desde una posición crítica por ser de carácter
conjetural, posee una carga teórica anticipatoria a partir de disposiciones
innatas o a priori que puede ayudar a que un ser funcione en el mundo
desde un enfoque realista. Desde esta perspectiva Popper expresó que
está muy claro que no sobreviviremos si nuestras acciones y reacciones
están mal ajustadas al medio. Puesto que las creencias están íntimamente
ligadas a las expectativas y a la disposición a actuar, podemos decir que
nuestras creencias más prácticas están más próximas a la verdad en la medida en
que sobrevivimos. Así se erigen en la parte más dogmática del sentido común
que, aunque no sea en absoluto fiable, verdadero o cierto, constituye siempre
un buen punto de partida (1994: p. 72).
Es decir, se parte del ensayo y del error o de hacer conjeturas e
intentar refutarlas a partir de un proceso de evolución que pudiera estar basado
en la genética o en la tradición con la finalidad de buscar y encontrar
regularidades o patrones. Desde esta perspectiva, se entiende que el
conocimiento de sentido común está compuesto por elementos genéticos,
conductuales y científicos que después de un proceso evolutivo ha permitido a
un individuo funcionar desde una perspectiva práctica como una forma de
conocimiento directo e inmediato, más o menos confiable hasta que se hace
conocimiento científico (González, 2004: p. 142). Estas consideraciones nos
conducen a profundizar un poco más acerca del realismo científico debido a que
ayuda a tomar decisiones racionales y comprender las implicaciones de las
teorías científicas sobre todo cuando hay que dar cuenta de una realidad
caracterizada por la existencia de entidades inobservables cuyo comportamiento
es responsable de la conducta de las entidades observables. Sankey (2010), en
este sentido, expresó
En primer lugar, la reflexión sobre el lugar de los humanos en el mundo
natural revela que la abrumadora preponderancia de objetos encontrados en
nuestro ambiente inmediato –por no decir nada del resto del universo– existe
independientemente del pensamiento y la experiencia humana. En segundo lugar,
el realismo acerca de las entidades inobservables es una extensión natural del
realismo acerca del sentido común. En tercer lugar, el realismo otorga la mejor
explicación del éxito de la ciencia, en tanto el éxito empírico de las teorías
es mejor explicado por medio de la verdad o la verdad aproximada de tales
teorías. En cuarto lugar, como una derivación del así llamado argumento del
éxito, el éxito de los métodos de la ciencia en producir teorías
exitosas es mejor explicado por la confiabilidad de los métodos de la ciencia
al alcanzar la verdad sobre el mundo (Pág., 48-49).
El acercamiento al sentido común obedece a que puede operar para producir un juicio práctico
acertado debido a que va más allá de la mera observación y a que puede generar
un cuerpo de creencias, a priori acerca de los objetos en nuestro
ambiente, de la naturaleza de nuestras interacciones con estos objetos, y de
los medios por los que podemos adquirir conocimiento de tales objetos. En este
sentido, la ciencia nos puede enseñar cómo entender la experiencia del sentido
común puesto que este último es una pre-condición para la interacción práctica
exitosa con el mundo.
Isabelle Stengers (2022) trató de conciliar a través de Whitehead estas
dos visiones del sentido común al afirmar que la puso en las manos de la
filosofía para que le diera “una comprensión coherente” (Pág., 65), debido a
que, según Whitehead, la filosofía tiene por tarea “soldar el sentido común con
la imaginación” (PR, 35 y UtGK, 23) y, para ello, hay que darle importancia nuevamente al valor de la
experiencia, aunque sea difícil de expresarla en palabras o aunque una teoría
pueda descalificarla y ponerla en dificultad (Stengers, 2022: p. 18-20). Esto
nos lleva al examen del sentido común cuántico.
Según Omnès, en la actualidad, el conjunto de
ideas y formas de pensar han sido complementadas con concepciones científicas
que han modificado dichas prácticas cotidianas que han hecho que el sentido
común tienda a acercarse al conocimiento científico. Para Omnès las historias
consistentes en la mecánica cuántica colocaron el sentido
común sobre un fundamento firme para pensar en un ideal del mundo desde el
mismo momento que ha permitido establecer patrones aplicables al plano
intuitivo en lo concerniente a inteligibilidad, localidad y causalidad
proporcionando una base firme para el conocimiento humano en términos de causas
iniciales y finales. Es en esta
estela de pensamiento en que se ubica el MRL eastmaniano en la medida en que se
pueda sincronizar armónicamente la intuición frente a las diferentes formas de
entender la realidad.
Así pues,
tenemos dos concepciones del mundo hasta ahora incompatibles que permiten
conocer la realidad desde la perspectiva de un ser-en-el-mundo: por una parte,
una que se sustenta en la intuición y el sentido común que permite
conocer el mundo sensible de lo a la mano y, por otra parte, otra donde el
juicio intuitivo resulta deficiente debido a la particularidad del mundo
cuántico por lo que se debe apelar al sentido común basado en las historias
consistentes para posibilitar un conocimiento más amplio de la realidad. Desde esta perspectiva, el MRL podría ser
también aplicable en la medida en que se haga común, pero a pesar de que toda
la humanidad está siendo afectada por el mundo cuántico no toda ella va a tener
acceso a ese modo de entender el mundo.
Philip Ballis (2022) expresó que la teoría
cuántica da una explicación significativa de por qué los objetos clásicos
existen[32]. Por ello, en algunos aspectos claves, el
estado del arte de esta teoría basada en la medición revela por qué el sentido
común tiene el rostro que tiene como veremos seguidamente. La medición aquí
es lo que hace que los objetos se conviertan en cosa y, además, se conviertan
en cosas con estados, posiciones, velocidades y otras propiedades definidas que
pueden ser explicadas en términos clásicos[33]. Es decir, la medición es lo que hace que
se puedan establecer patrones relacionados esencialmente con los estados de
reposo y de movimiento. Desde este ángulo de análisis podemos decir que la
medición (que se realiza en el mundo clásico y cuántico) es una especie de
objetivación que se produce cuando se obtiene un resultado.
Por ello existe la idea en el mundo
científico de que, por una parte, el mundo clásico y el mundo cuántico son
aspectos complementarios de una realidad que permite hablar de la existencia de
un sentido común y un sentido común cuántico y, por la otra, se ha
buscado aunar los puntos de vista clásico y cuántico a través de una teoría
adecuada de la medición que está, en los actuales momentos, en desarrollo[34]. El esfuerzo de aunamiento en cuestión
explica en Eastman, de forma limitada, la consideración del contexto último de
la espiritualidad. De igual forma, esta teoría de la medición está relacionada
con el concepto de decoherencia.
La decoherencia acaece debido a la interacción con el entorno y este
hecho, según Ballis, es lo que recuerda la física clásica y el sentido común.
Si un objeto cuántico interactúa, según él, con otro ambos se vinculan en lo
que denominó una superposición compuesta convirtiéndose en un solo sistema.
Como resultado, la coherencia se expresa en el entorno puesto que el objeto
cuántico no se puede dividir en entidades separadas. Por ello, cuando un
sistema cuántico interactúa con su entorno imprime una huella que puede ser de
variable intensidad y capturada mediante un dispositivo de medición clásico. La
impresión múltiple obtenida por diferentes observadores de esta huella hace que
tal objeto pueda tener algún tipo de propiedades objetivas de tipo clásico en
función de los efectos que causa[35]. Un ejemplo de lo antes expresado lo constituye la posibilidad de
registrar las trayectorias de todas las moléculas de aire que saltan de la mota
de polvo, porque así se podría localizar la mota sin observarla directamente en
función de la huella que deja en su entorno. Así pues, lo que se toma como sentido
común cuántico, desde este ángulo de análisis, es la coincidencia en la
observación realizada por varios observadores.
Por ello, Ballis (2022) afirmó que el sentido
común debe surgir y debería expandirse a partir de la aceptación de que el
mundo está fundamentalmente gobernado por reglas cuánticas, a pesar de que
parecen ir profundamente en contra de la experiencia, así como acaeció cuando
apareció el avión, es decir, la aeronave significó un punto de ruptura que
obligó a la humanidad se adaptase a lo nuevo. Ello explica, como hemos
indicado, el papel del sentido común que Eastman da al MRL a partir de
una lógica contextualizada y de una conciencia integral y unificada. El
conflicto entre lo clásico y lo cuántico, según Ballis (2022), no está en la
física en sí misma, sino solo en la mente humana, con lo cual, el reto que se
nos presenta, según él, es desarrollar nuestra intuición como ha acontecido en
toda la historia de la humanidad como condición de posibilidad del desarrollo
de una razón cuántica. Es desde esta perspectiva que Eastman expresó dos cosas:
que alguna forma de contexto es inevitablemente relevante entre lo clásico y lo
cuántico debido a que la existencia de múltiples niveles de contexto constituye
la base del significado (UtGK, 240), de ahí la importancia de alcanzar un grado
de conciencia unificada, y que el MRL es un instrumento para educar a la
humanidad en esta fase histórica de desarrollo. Para el citado autor, es en
estos múltiples niveles de unificación de las tres formas de conocer donde se
puede pensar el sentido común a partir de la integración de una
experiencia a partir de la consideración de varias perspectivas (Pág., 247). El
modelado, en este sentido, es para Eastman un salto intuitivo que estéticamente
permite hacer que las estructuras de vinculación o ‘ensamble’ en sentido
heideggeriano, los ‘entres’, que conforman la red de relaciones sean
consistentes (UtGK, 142).
Esto nos lleva a considerar la utilidad y la
cooperación desde la perspectiva del sentido común en una lectura spinoziana
debido a que hicimos sinónimas las palabras creatividad, producción y
generación en sentido whiteheadano y heideggeriano. Spinoza nos indicó, que
dentro de un contexto consciente de deseo y alegría lo útil para el hombre es
el hombre mismo (E4pXVIIIs: p. 1461). Si consideramos que esta es la base del sentido
común que fomenta la cooperación y, consecuentemente, el ensamble,
indiferentemente de la escala, entonces podríamos pensar que, en el cosmos,
desde una lectura eastmaniana, todos sus integrantes pueden concrecer hacia
estructuras cooperativas más complejas perseverando en su propia existencia. Es
a través de la concrecencia que puede alcanzarse la visión de Omnès desde una
perspectiva cuántica en un mundo tecnológico.
Es en este punto donde nosotros
encontramos la perspectiva estética en la Crítica de la Facultad de Juzgar
como una pista para pensar en una nueva forma de organización de seres
inteligentes a través del desarrollo de un sentido común cuántico[36]. Es decir, la utilidad, junto con el
gusto, se presenta como elementos que desde el MRL podrían contribuir para la
constitución de una nueva forma de ser-en-el-mundo. Su importancia obedece a
que Eastman expresó que la experiencia
humana de lo estético puede ser repensada en términos de relaciones
fundamentales puesto que pueden habilitar la potencialidad y las conexiones
entre lo local y lo global, así como con lo más íntimo del universo en términos
de armonía (UtGK, 252). Pero debemos tener presente que el foco de Eastman es
una episteme, el MRL, que genera asimetría en cuanto a la configuración de un
modo de ser. Esto hace que volvamos a Lógos heracleitico de acuerdo con
la exégesis heideggeriana porque el énfasis en el método que hace Eastman puede
conducir a la conversión de un ser en un ente que creemos no está en la mente
del diseñador del MRL.
Heidegger consideró
que el alma humana y, con ésta, la esencia del hombre está fundada en el Lógos,
lo absoluto, equiparándose
con la causa más elevada de todo lo que surge y es creado, aunque nunca
pueda alcanzarlo y es desde este estado que “el alma es y se torna la
referencia al ente como ente en el todo” (1943-44: p. 342). Sin embargo, nos
encontramos que el hombre se encuentra en una doble relación con el ente y con
el ser y, en esta doble relación, en el hombre se está produciendo una
desconexión con lo divino generando extrañamiento[37].
Debemos recordar que Eastman apela a la espiritualidad como medio para darle
consistencia a su MRL considerando sus limitaciones. Si bien es cierto que
Eastman pensó la reconexión con lo divino a partir de una nueva axiomática esta, por
una parte, produce una diferenciación entre individuos en función del grado de
despertar de la conciencia y de su relación con la ciencia y la tecnología
actual y, por la otra, más allá de esa diferenciación se corre el riesgo no
sólo de que se cosifique al ser que aplica el método en función del método en
sí dada sus limitaciones, sino también la espiritualidad en función del fortalecimiento
de una imagen científica del mundo.
Por ello, la sentencia 115 (M112) de Heráclito
significa, según el filósofo alemán, que “la esencia del hombre reposa en sí
misma, en la medida en que reposa en el presente del Lógos”, pero,
tiende a creer, por una parte, que en el sentido contemporáneo de la eficiencia
el ente constituye el ámbito de su evasión y por tanto se dedica a este,
desdoblándose, extrañándose y destruyéndose en el mismo y, por la otra, que
para el hombre, erróneamente y en los actuales momentos, el ser es dado por el
ente y en el ente (Pág., 383).
En relación con el segundo aspecto, el Lógos
humanos desde la perspectiva cuántica del MRL ciertamente Eastman busca, como
indicamos, la relación con el ser desde la espiritualidad, pero no lo hace
desde el ser humano en sí, sino desde la esencia de la técnica que se sustenta
en la estructura de acción actual del mundo que en sí disminuye la libertad del
hombre[38].
Para el MRL de Eastman Dios está fuera de nosotros y hay que buscarlo, no
está dentro de nosotros, por lo que la propuesta de este autor tiene su foco en
el ser del ente, es decir, la técnica creando las condiciones de posibilidad de
acentuar el extrañamiento del ser dentro de un contexto de aceleración social.
4.- Corolario.
Eastman concibió su MRL fundamentándose en la
intuición y el sentido común en una lectura cuántica como condición de
posibilidad para pensar en una razón cuántica que nos permitiera responder a la
pregunta ¿Qué podemos saber?, así como en su momento se preguntó Immanuel Kant con
la finalidad de poder funcionar en el mundo dentro de un contexto signado por
el cambio acelerado. Sin embargo, para ello se requiere que los seres humanos
adquieran un grado de despertar que posibilite el desarrollo de una conciencia
integral y unificada que haga viable su propuesta epistémica. En este sentido, para
que su propuesta sea consistente debería considerar que:
·
A pesar de que el MRL es una propuesta que se apoya en métodos cuánticos,
entre otros, en la medida en que se produzca el entretejimiento entre ciencia y
filosofía, en esa medida se podrá hablar de razón cuántica de una forma más
consistente.
·
Los diferentes grados de despertar de la conciencia van a fomentar
diferentes formas de conocer y, por ende, de funcionar que seguramente van a
generar nuevas formas de diferenciación social a pesar de las mejoras que puede
proporcionar a la humanidad. Este hecho es más patente cuando se considera que
se debe desarrollar la capacidad para intuir de dos maneras diferentes un mismo
hecho para funcionar de manera eficaz dentro de un contexto de sentido común
como lo preconizó Omnès.
·
La instrumentación del MRL implica el desarrollo de la capacidad de operar
(en términos reales y potenciales) una gran cantidad de datos que sólo está
siendo posible a través de la inteligencia artificial generativa. La conciencia
integral o unificada, en este sentido, podría ser entendida como una capacidad
multiperspectivistica que metafóricamente la podemos expresar como la capacidad
de observar de forma integrada un cuadro cubista de Pablo Picasso que en la
propuesta de Eastman no está operacionalizada.
·
El MRL, en sí mismo, se presenta como una téchnē que además de los aspectos
prácticos (praxis) ya indicados se presenta como una episteme que se está
usando para conocer la forma en que se produce la conciencia con lo cual el MRL
podría contribuir aún más a la objetivación del ser en relación con la ciencia actual.
Finalmente se puede afirmar que Eastman hizo una
propuesta cuyo fundamento cuántico se encuentra en un proceso de construcción a
pesar de que ya vivimos en un contexto donde está siendo usado considerando las
tecnologías que actualmente están a nuestra disposición. Esta realidad nos
obliga a sumergirnos con el equipamiento básico de supervivencia para mantener
nuestra esencia y construir así otra manera de ser-en-el-mundo acorde con la nueva
fase histórica que vive la humanidad.
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[1] La escisión la entendemos desde la existencia de una
estructura de mediación, de experimentación o de interferencia que se sirve, en
la actualidad, de la Inteligencia Artificial y la física moderna que sujeta al
ser y le impide ser-si-mismo. Sobre estos temas aplicados a la mente ver:
Roger, Penrose (1991 y 2001). Por otra parte, la interferencia, según Omnès,
acaece cuando una función sigue dos caminos diferentes, podemos decir, una
mente se escinde o se bifurca haciendo que su intensidad varíe de lugar en
lugar (1999: p. 302).
[2] Ver al
respecto: Tallis (2018)
[3] De estas
conferencias Eastman extrajo una metodología basada en una generalización
imaginativa; la metáfora orgánica entendida como una nueva visión ecológica;
una filosofía crítica de la abstracción y del cientificismo y; finalmente, una
filosofía inclusiva y realista que, según él, concuerde con el sentido común
(UtGK, 207-208).
[4] Ver al respecto: Omnès (1995). Por otra parte, el término proviene del griego Axios (αξιος), que
denota algo ‘valioso’ que nos ayuda a ‘valorar’. La axiomática la vamos a entender como el Lógos que permite
comprender y ‘valorar’ aproximativamente con certeza y claridad la realidad
desde un universo del discurso.
[5][5] Según este
principio hay parejas de propiedades de una partícula que no se pueden conocer
con exactitud simultáneamente. Las dos parejas más destacadas son, por un lado,
la velocidad y la posición y, por el otro, la energía y el tiempo en la que
posee esa energía sin afectar a la partícula. Es decir, sólo es posible
determinar la probabilidad de que la medida dé un valor dado. Su importancia,
para nuestros efectos radica en que a pesar de que el universo nos pone límites
y/o creamos mutuamente en el sentido que esa separación entre el universo y
nosotros no existe, también abrió muchísimas posibilidades para el desarrollo
de una nueva física.
[6] Eastman hizo una
síntesis de los fundamentos del MRL para producir una unidad del conocimiento
quedando enmarcado en lo que Markus Gabriel denominó y criticó como monismo
filosófico debido a la imposibilidad de dar cuenta del todo a través de un
sistema único (2017: p. 232).
[7]La biosemiótica
se encarga del estudio de los sistemas vivos bajo un enfoque interpretativo que
los considera como un sistema de signos o estructuras comunicativas, e
involucra la descripción y análisis de varios códigos orgánicos. Desde este
concepto Eastman entiende la biología como una ciencia de la interfaz en la que
estas dos ciencias se encuentran, una interfaz en la que estudiamos el origen y
la evolución de los procesos de signos, semiosis (Pág., 202).
[8] La emergencia es una palabra que la consideramos
como similar a Physis y al principio de creatividad de Whitehead (1929).
‘Physis’ es entendida, desde esta perspectiva, como producción o como
generación o surgimiento y proceso. Eastman asoció también Lógos con Physis.
[9] Dalla-Chiara y Giuntini a propósito de la existencia de Lógos cuántico,
en sus diferentes formas admiten, a pesar de su carácter abierto y no binario,
descripciones consistentes de los fenómenos que acaecen a nivel microscópico
(2002: p. 226).
[10] El análisis del ‘entre’ también lo encontramos en Deleuze y Guattari
(2008). El ‘entre’ es una palabra que,
en la actualidad, integra y hace inteligibles los fenómenos y acontecimientos
que impregnan nuestra época debido a su carácter encubierto, no-revelado, y a
pesar de ello se manifiesta por sí mismo. A esto se le llama metaxología. Ver
al respecto: Flores (2017).
[11] La
potencialidad, en la exégesis heideggeriana de Heráclito es el ensamble
inaparente [ousia] (fragmento 54, M9 y M, 28 y Heidegger, 1943-44). Entendemos
lo inaparente como la naturaleza del ajuste que el MRL intenta de forma
intuitiva desocultar.
[12]En la consideración
de estas dos lógicas, Eastman se apoyó en C. S. Peirce (1973).
[13] Teniendo presente lo ‘real’, lo
local / global y lo contextual, el concepto de relaciones, incluye, además, las
relaciones parte/todo, lo interno/externo, las relaciones de relaciones y las
álgebras de relaciones por lo que las relaciones fundamentales son diádicas o triádicas teniendo
presente que las primeras están contenidas en un contexto triádico (UtGK, 23-24).
El álgebra relacional, en sentido básico, es el conjunto de operaciones
simples sobre tablas relacionales a partir de las cuales se definen operaciones
más complejas mediante composición. El método consiste básicamente en crear o
construir nuevas relaciones a partir de relaciones existentes. En términos de
mecánica cuántica, su importancia radica en que esta como es una teoría sobre
la descripción física y su valoración de sistemas físicos por parte de un
conjunto de observadores en relación con otros sistemas y otros observadores,
permite, por una parte, hacer una descripción completa del mundo y, por la
otra, establecer nuevas relaciones. Sobre mecánica cuántica relacional, ver:
Fraasen. (2010). Ver también: Algebra relacional: Disponible: http://cidecame.uaeh.edu.mx/lcc/mapa/PROYECTO/libro14/33_algebra_relacional.html
[14] Dentro
de este contexto epistémico debemos tener presente otros dos aspectos del MRL:
en primer lugar, las potencialidades alternativas caracterizan todos los
dominios del proceso y pueden considerarse como "caminos
preespaciales", es decir, como el anuncio de una posible escritura en la
página en blanco que va a describir el espacio según Deleuze y Guattari (1991[2005]) y pueden
modelarse como sumas de parámetros de acción que pueden ser descritos en una
matriz de escenarios posibles y, en segundo lugar, la optimización de tales
sumas permite comprender la naturaleza de los ‘entres’ en la mayoría de las
relaciones físicas en su estado actual de desarrollo (UtGK, 26).
[15] El carácter triádico obedece a que “The notion of the complete self-suffciency of any item of finite
knowledge is the fundamental error of dogmatism. Every such item derives its
truth, and its very meaning, from its unanalyzed relevance to the unbounded
Universe background” (Whitehead, 1948:78).
[16] Eastman
entendió la causalidad como una eficacia por la cual un proceso o estado
inicial dado (la causa) garantiza efectivamente la ocurrencia de otro estado o
proceso (el efecto) (UtGK, 97).
[17] Estas múltiples capas básicamente se
refieren a la consideración del significado desde tres perspectivas:
·
Como fenómeno, es decir, como presencia dada según Edmund
Husserl y Martin Heidegger.
·
Como relación según un lenguaje basado en la filosofía
analítica según Gottlob
Frege o Bertrand Russell.
·
Como un proceso semiótico según Charles
Peirce (1973: p. 20-25), John Deely o una filosofía
procesual de acuerdo con Whitehead (UtGK, 81).
[18] Para el
autor, tener valor es (1) haber incorporado los valores de otros
(concrescencia), (2) convertirse posteriormente en un valor (instrumental) para
otros (principio de relatividad), y (3) contribuir así a la experiencia de
valor del todo (UtGK, 189).
[19] Ken Wilber nos habló de cuatro niveles de conciencia:
egocéntrica, etnocéntrica, mundicéntrica (universal) e integral (significado
último). Ver también: Eastman (UtGK, 241).
[20] Eastman afirmó la existencia de una realidad divina debido a que la
confirmación de una hipótesis de Dios (a favor o en contra) ciertamente no
puede ser resuelta por ningún conjunto de proposiciones basadas únicamente en
la ciencia. Y agregó que, dada la dificultad de estas cuestiones especulativas,
puede ser mejor confiar en el conocimiento y la experiencia intuitivos propios,
considerados de manera más inclusiva con atención a la experiencia humana en
todos los tiempos y culturas, e informados por los mejores conocimientos
filosóficos y teóricos y el conocimiento científico. Desde esta perspectiva
cree que la razón puede asociarse con la fe (UtGK, 262-263).
[21] Benedicto
de Spinoza definió a Dios como es esa naturaleza (universo), o sea una
sustancia infinita con infinitos atributos que expresan una esencia eterna e
infinita e infinitos modos (E1defVI: p. 1147).
[22] Esta
es una forma de predicción que actualiza el modo de explicar axiomáticamente el
trayecto de una función de onda.
[23]
Hay que tener presente que en cuanto al mundo cuántico los fenómenos de
superposición, decoherencia y entrecruzamiento se produce en un espacio que ha sido inaprensible. Ver también:
Penrose, R. (1996).
[24] La intuición da sentido y
significado a los conceptos formales que son producidos. Ver al respecto: Falkenberg, B. (2006).
[25] El concepto de experiencia pura también está presente en el
pensamiento de William
James y de Kitaro Nishida. Ver: Osaki, Harumi (2015).
[26] Este estado
de despertar nosotros lo asociamos con la palabra
acontecimiento que Heidegger (1957) denominó ereignis, es decir, el
acontecimiento de transapropiación que genera la emergencia.
[27] Whitehead
(1917: p. 231-5 y 209-210).
[28] Mahootian expresó que esta forma de "suspensión" del juicio
intuitivo se corresponde con la inferencia abductiva de C. S. Peirce que es
creativa y especulativa, originaria y no reproductiva (2016:76).
[29] Ver
también: Mahootian (2016: p. 86).
[30] Al
respecto, debemos recordar
que Niels Bohr y Werner Heisenberg exigieron que la teoría cuántica fuese
interpretada intuitivamente mediante descripciones clásicas complementarias de
los fenómenos observados. Esta exigencia generó una
brecha entre los mundos de la física cuántica y el mundo clásico, que ha
dificultado la construcción de una teoría de la intuición cuántica. Ver al
respecto: Valladares, D. y Sanz Ferramola, R. (2011).
[31] Marcovich,
M. (1968:27 y 41) o (M, 27 y 41).
[32] Teniendo
todo esto presente, debemos agregar además que los objetos
cuánticos, desde una perspectiva teórica, tienen una naturaleza ondulatoria
y, en consecuencia, pueden presentar interferencia cuando se superponen o
cancelan entre sí. A propósito de la superposición, los efectos cuánticos, como
la interferencia, se basan en la coordinación de las funciones de onda de
diferentes entidades (el término técnico es coherente) entre sí. Si no lo son,
los efectos se promedian. Ese tipo de coherencia es lo que permite la propiedad
cuántica de la superposición, en la que se dice que las partículas están en dos
o más estados a la vez. Pero si las funciones de onda de esos estados son
coherentes, ambos estados siguen siendo posibles resultados de una medición. Si
sus funciones de onda no son coherentes, dos estados no pueden interferir, ni
mantener una superposición. Ver al respecto: Omnès (1995:302)
[33] Eastman ha
alertado que los continuos fracasos para desarrollar una teoría de la medición
cuántica y las incompatibilidades conceptuales existentes entre la teoría
cuántica y la de la relatividad, han hecho surgir varios enfoques en las
últimas décadas que conducen a una alta abstracción y teorización. Pero con muy
pocas excepciones ha considerado que todas han sido incompatibles con la
experiencia o intuición humana básica (UtGK, 82).
[34] Según
Ballis (2022) los objetos macroscópicos no muestran interferencia cuántica ni
existen como superposiciones porque no pueden describirse mediante funciones de
onda coherentes. Esto, y no el tamaño en sí mismo, es, para él, la línea
divisoria fundamental entre lo que se considera comportamiento cuántico y
comportamiento clásico.
[35] En la
teoría cuántica de la medición se seleccionan estados específicos que tienen
propiedades matemáticas particulares de simetría descartando las demás. Por
ello, según Eastman para respetar la simetría el proceso científico se
caracteriza por al menos ocho nociones: observación, reproducibilidad,
previsibilidad, reducción, síntesis, teoría, modelado y aproximación. Las
observaciones o datos de las mediciones booleanas son los elementos científicos
más básicos. La reproducibilidad asegura que los resultados experimentales
puedan reproducirse, en las mismas condiciones, en el mismo u otros
laboratorios. La previsibilidad apunta a cómo se pueden encontrar y expresar en
forma matemática las relaciones y el orden. La metodología reductiva de la
ciencia separa las cosas en partes que pueden individualizarse, mientras que la
síntesis vuelve a juntar esas partes de una manera que se aproxima al todo
inicial (ya sea a través de modelos o en la práctica). La teoría y el modelado
proporcionan formas cuantitativas para expresar las relaciones y el orden
descubiertos, lo que permite mejoras sucesivas en la previsibilidad, la
reproducibilidad, la reducción y la síntesis. Por último, está la aproximación
en la que la aparente perfección de las proposiciones sobre la teoría y los
modelos se sacrifica en aplicaciones al mundo real en el que los errores y el
análisis de errores son inevitables (UtGK,122).
[36] Debemos recordar que la Crítica de la Facultad
de Juzgar orbita en torno a la
satisfacción desinteresada que es expresada
mediante un juicio. De ahí puede surgir un interés teórico por conocer el objeto de satisfacción e
incluso puede surgir la condición de posibilidad de crear, innovar o modificar
dicho objeto (1790[2005]: p. 53).
[37] Heidegger
se apoyó en el fragmento 72 (M4) “Del Lógos al que la mayoría de las
veces se han vuelto portando a su término resolutivo, (precisamente) se
apartan; aquello que encuentra cotidianamente les parece extraño.”
[38] Ver
también: Heidegger (1994).
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