Aníbal Quijano fue un autor marxista
que elaboró una obra denominada la Colonialidad
del Poder[1]
que versa sobre su creencia en la existencia de un patrón de poder global
surgido desde el descubrimiento y posterior dominio europeo sobre América que
se ha extendido al resto del mundo. Este se caracteriza “por el establecimiento
del sistema de dominación colonial y del mercado mundial capitalista” controlados
todos por Occidente. Esta colonialidad puede ser visualizada, según este autor,
siguiendo dos ejes de análisis: la raza “como el fundamento de todo un nuevo
sistema de dominación social” de carácter eurocentrista que extrañamente no se
observa en la experiencia vivida por las civilizaciones rusa, hindú, japonesa o
turca que sufrieron procesos de europeización deliberados; y el “capitalismo” como
proceso articulador de “todos los modos
de producción en una única estructura” de producción de alcance global que
tampoco se observa en la guerra comercial que mantienen, por ejemplo, China y
EE.UU., ni en industrias específicas como la del automóvil o de los teléfonos
inteligentes para citar algunos pocos.
El eurocentrismo lo observa
como “un modo de producción y control de relaciones intersubjetivas”
(imaginario social, memoria histórica, y producción de conocimiento) que, según
él, garantiza el mantenimiento de estas relaciones de poder colonial que
amerita un proceso de des-colonización. Llama la atención que este concepto
escrito en castellano, concebido a partir de una estructura de pensamiento europea,
sea el fundamento de unas luchas liberadoras de unos individuos que se asumen
como la conciencia de una población desde una posición pre-hispánica,
pre-inglesa, pre-francesa o pre-neerlandesa que no conocían el concepto de
libertad o de algo parecido. No me parece que los mayas, los aztecas, los
caribes, los incas, etc., hayan sido democráticos, despóticos o pueda aplicarse
algún concepto europeo sin que se asuma alguna forma de eurocentrismo por
semejanza. Ya desde esa perspectiva los argumentos esgrimidos por ese difunto
autor son sospechosos. Podríamos preguntarnos: ¿Qué entiende, en estos
momentos, un aimara, un goajiro o un yanomami con respecto a la palabra
libertad? Creo que sólo la población mezclada que ha sido crisol de diversas
culturas podría pensar en ella, pero no creo que un individuo que tiene muchos
orígenes desde el punto de vista étnico quiera ser aimara, goajiro o yanomami,
ni someterse a esas formas de organización política ancestrales. De igual
forma, y como hemos vivido en Venezuela, los dirigentes de la tiranía han
permitido la colonización material y cultural del país con la finalidad de
destruir la sociedad y las bases con que se habían fundamentado hasta el
presente de forma absurda con un discurso liberador y una praxis totalitaria
que hace ver la propuesta descolonizadora como fraudulenta.
La gran paradoja del
esfuerzo de este difunto autor peruano fue liderar un movimiento descolonizador
del eurocentrismo a partir de la reinterpretación del pensamiento de un
europeo, es decir, Carlos Marx. Sus seguidores que en Iberoamérica han
mantenido ese “esfuerzo”, que hablan idiomas de origen europeo, sus nombres son
de origen europeo y sus prácticas culturales aprovechándose de los restos de
civilización originaria que aún existen en el continente, llevan ya una larga
lucha por imponer este nuevo eurocentrismo enmascarado de liberación. Ahora, la
palabra ‘libertad’ ¿no es también un concepto europeo? Así como clase, raza,
capitalismo y dominación por citar sólo algunas. E incluso el mismo lenguaje
con que se expresó Quijano y se expresan otros autores como Enrique Dussel, Ramón
Grosfoguel o García Linera ¿no son de origen europeo?
Esta paradoja dio paso a lo
que se conoce como filosofía de la liberación, una corriente marxista de
pensamiento derivada de la teología de la liberación de la cual Enrique Dussel
se ha atribuido, en parte, un liderazgo siguiendo también como referente el
pensamiento marxista. Ahora, qué refiere la palabra eurocéntrica
‘descolonización’ y por qué su pertinencia en la actual realidad venezolana.
Sobre la des-colonización
expresó que su causa obedece a que el “patrón de poder global colonial/moderno”
había iniciado un proceso de radical reconfiguración pudiendo avanzar sin
restricciones a la totalidad del mundo después de los procesos políticos
globales acaecidos a finales del siglo pasado[2]. Sin embargo, como este
proceso indetenible está llevando “a la destrucción de las condiciones de vida
en nuestro planeta, a la deliberada polarización social extrema y a la
extinción por hambre de una gran parte de nuestra especie” en un contexto
signado por una parte, por un inconmensurable “desarrollo
científico/tecnológico… que permite una producción material e inmaterial sin
límites previos, en escala mundial” y, por la otra, un proceso de “esclavitud y
servidumbre… en plena re-expansión” donde el empleo cada vez es más precario y
flexibilizado, cree que se han dado las condiciones objetivas para enfrentarlo.
Hay una expresión dicha por
gente que vivió el socialismo real que dice más o menos lo siguiente: el camino
más largo al capitalismo es el comunismo. Como se puede observar, si le damos
crédito a lo que afirman Quijano y Dussel, Venezuela vive en su imagen del
capitalismo, no de la economía de libre mercado que busca crear capacidades
productivas bajo una eticidad fundada en la relación con los otros y dentro de
un marco de protección ambiental como se evidencia en los esfuerzo derivados de
la cumbre de Kioto. Ambos hechos que se produce en medios de procesos integracionistas
globales dentro de una visión republicana.
Esta imagen del “capitalismo”
es lo que permite explicar cómo se destruyó el aparato productivo existente en Venezuela.
Estos autores afirman que “esa misma tecnología [en desarrollo expansivo] también
permitiría producir todo lo que la población del mundo necesita sin recurrir a
la dominación/discriminación/explotación/violencia”, por lo que consideran que ese
orden es “peligroso”, “prescindible” y “ya no es útil, ni necesario”. Desde
esta perspectiva podemos empezar a ver que la descolonización es destrucción
bajo una justificación falaz como hemos indicado precedentemente y vivido los
venezolanos y aun continuamos resistiendo. Venezuela es uno de los puntos de
aplicación del esfuerzo de una acción realizada por un conjunto de actores que
operan en un alcance global dentro del Foro de São Paulo. La
paradoja que estamos viviendo los venezolanos es que una clase dirigente
consumida por el resentimiento entregó el país a potencias extranjeras (Cuba,
China y Rusia) convirtiéndola en una neo-colonia donde culturalmente los
valores se miden no sólo en términos marxistas sino por las carencias de sus
tiranos.
Esta intencionalidad
producida por unos individuos asociados al Foro de São Paulo[3] evidencia que la crisis
que está viviendo Occidente como se observa desde los disturbios en Estocolmo,
pasando por los disturbios en Londres, Paris, Buenos Aires, las maniobras
políticas turbias en EE.UU., España, Argentina, Perú y Venezuela no son
casuales, obedecen a un mismo concepto de maniobra. Occidente está viviendo la
crisis de la república romana y el establecimiento de un imperio de alcance
global no es ni más ni menos que su concreción manifiesta. Con ello estoy
indicando de una vez que sólo una concepción republicana dentro de una
federación de repúblicas puede conjurar la amenaza sao-paulista[4]. Pero no hemos descrito
aun qué es descolonización.
Quijano-Dussel creen que
está emergiendo una vasta coalición social que estiman es un nuevo movimiento
mundial de la sociedad en la misma línea de pensamiento en que se ubican Hardt
y Negri[5], conformada por los
“dominados y explotados del mundo industrial/urbano”, los “‘indígenas’ de todo
el mundo… en defensa de todo lo que han usado, producido y reproducido por
miles de años”, es decir, su ambiente y “la comunidad científica mundial y los
intelectuales y profesionales de las capas medias”. Esta congregación a escala
global la observan como un proceso de descolonización que creen está
ocurriendo, es decir, una
“emancipación
del Eurocentrismo, esa forma de producir subjetividad (imaginario social,
memoria histórica y conocimiento) de modo distorsionado y distorsionante, que,
aparte de la violencia, es el más eficaz instrumento de control que el
capitalismo colonial/moderno tiene para mantener la existencia social de la
especie humana dentro de este patrón de poder”.
Estos autores creen que
estos movimientos disponen ya de una “tecnología social para prescindir del
capitalismo”. Esta tecnología social, como hemos podido observar en Venezuela
no se sustenta en la producción sino en la rapacidad parasitaria para tomar lo
privado y a su vez útil a la sociedad hasta agotar sus bondades bajo una forma
que puede ser entendida como una máquina de guerra. Esta máquina de guerra se
puede observar en la caravana de migrantes dirigida contra EE.UU. o el forzamiento
de la diáspora venezolana por todo Occidente. El derecho internacional había
prohibido convertir a las poblaciones civiles en blancos militares o escudos
humanos, tal como se observa en las convenciones de Ginebra, lo que no ha
prohibido es que se usen como armas[6]. A ese nivel de maldad han
llegado los seguidores de las ideologías que defienden la tiranía en Venezuela
y justificadores como Quijano y Dussel. Es el mal radical que señalaba Hannah
Arendt: “los seres humanos son prescindibles para los propósitos superiores de
la revolución y la defensa de los derechos humanos”.
Visto de otra manera,
Quijano y Dussel están proponiendo una revolución cultural, a la china, con la
diferencia de no estar confinada a un espacio geográfico específico como
sucedió en Asia o en Cuba. El no confinamiento es lo que hace posible convertir
un flujo migratorio en un arma. La conversión puede ser vista como una nueva
episteme, es decir, la “nueva tecnología social”. La “nueva tecnología social”
se expresa en
·
La producción de nuevas “formas de existencia
social” objetas a una nueva forma de dominación y discriminación que en
Venezuela se visualiza con el carnet de la patria, la diáspora o los claps
·
La imposición en Venezuela de las comunas
como una nueva forma de comunidad y autoridad política no democrática al margen
del deseo de la población como se evidenció en los años 2006-2007, 2013, 2014,
2016 y 2017.
·
Apropiándose de las capacidades tecnológicas para
producir los bienes y valores que permitan un mayor control de la población.
Esta nueva tecnología social
la observan Quijano y Dussel como una especie de descolonización epistemológica. La descolonización epistemológica
refiere el propósito de “liberar a las ciencias sociales en general y a las
elites intelectuales del Sud global de su triste colonialidad mental
europeo-norteamericana”. Este autor incluye a la filosofía dentro de ese
esfuerzo, hecho que nos lleva a la causa de esta reflexión porque el nuevo
vector de ataque de la tiranía va a ser la educación venezolana una vez que ha
sido puesta contra la pared[7]. Dentro de este marco se
circunscribe la creación en la Venezuela aun no doblegada por la tiranía del Instituto
Nacional para la Descolonización. Este medio tendrá como fin combatir “la
formación eurocéntrica que aún prevalece en muchos programas educativos” o sea,
la formación no marxista que no les sirve a sus propósitos con unos medios
similares a los ejecutados por Justiniano con la escuela neoplatónica de Atenas
o la quema de libros como las ordenadas por los revolucionarios rusos, los
nazis, las dictaduras del cono sur y los seguidores del difunto presidente de
Venezuela hasta el año 2012[8].
Con ello, los conductores de
la tiranía en Venezuela en su afán de mantenerse en el poder han abrazado las
propuestas de unos estafadores que han vivido de lo que le han negado a los
demás: el libre mercado. Además, de ello han tratado de demostrar fallidamente
que la colonización ruso-chino-cubana no es neo-colonización. En lo que sí han
sido efectivos es en ser unos bufones de la historia por la tragicomedia que
han producido.
Así pues, como la capacidad
productiva venezolana quedó prácticamente destruida y los países de la región
han erigido estructuras de contención a la agresión de la tiranía venezolana,
ésta se juega su supervivencia dentro de un juego estratégico global. Por ello
va a tomar el núcleo de la resistencia venezolana: la educación en todos sus
niveles, una vez que los otros mecanismos de descolonización y el desarrollo de
una nueva episteme en Venezuela bajo la consigna “inventar o errar” han
cumplido su cometido no sólo en la industria petrolera, sino también en el arco
minero, la salud, la alimentación, la educación, los servicios públicos, el
empobrecimiento generalizado, los dispositivos de control y la diáspora. Las
circunstancias para la toma del sistema educativo ya están presentes, es decir,
desde los educandos: la incapacidad de mantenerse dentro del sistema educativo.
Y desde los educadores y prestadores de servicios: las protestas por
reivindicaciones laborales y el paro efectivo de la estructura educativa. La
expansión a las otras manifestaciones de la cultura se sentirá después.
Así pues, una vez que ha
sido destruido el país la descolonización venezolana ha supuesto hasta ahora la
injerencia extranjera (cubana, rusa y china) que ha sido vista como una cesión
de exclusividad, plenitud y autonomía de competencias. La otra paradoja es que
los conductores de la ‘descolonización’ temerosos
de pagar su culpa han obrado por tres vías: han huido a aquellos lugares donde
existe economía de libre mercado para disfrutar de todo el capital acumulado de
forma no aclarada con lo cual han preferido finalmente plegarse sumisamente a
una estructura eurocéntrica diferente al eurocentrismo ruso-chino-cubano, han
enviado a sus hijos a esos parajes o han permanecido en el país con el temor de
que le quiten el capital dudosamente adquirido disfrutando de los productos
materiales y culturales eurocéntricos que han negado a la población. Todo ello
ha generado en consecuencia una estructura social donde sólo hay pobres y ricos
en unas condiciones similares a las que los bufones justificaron su lucha contra
la humanidad al menos desde la revolución rusa.
[1] Toda su obra puede ser observada
en el siguiente link: http://politicasociedad.blogspot.com/2009/04/escritos-de-anibal-quijano_14.html
[2] Ver al respecto:
“Des/colonialidad del poder: el horizonte alternativo”, 2008 en https://www.alainet.org/es/active/24123
[3] Ver al respecto: Foro de São
Paulo: resoluciones, informes, discursos : VII Encuentro, Porto ... https://books.google.co.ve/books?id=GJhWZKBf2eoC&pg=PA151&dq=enrique+dussel+foro+sao+paulo&hl=es&sa=X&ved=0ahUKEwiclvmM5qneAhXB1VkKHctcAcgQ6AEIJzAA#v=onepage&q=enrique%20dussel%20foro%20sao%20paulo&f=false
, El Marxismo en América Latina: antología, desde 1909 hasta nuestros días https://books.google.co.ve/books?id=EG0w0C_AzYcC&pg=PA8&dq=enrique+dussel+foro+sao+paulo&hl=es&sa=X&ved=0ahUKEwiclvmM5qneAhXB1VkKHctcAcgQ6AEILjAB#v=onepage&q=enrique%20dussel%20foro%20sao%20paulo&f=false
[4] Ello puede explicar también el
fortalecimiento de los sistemas despóticos en Rusia, Turquía y China.
[5] Ver al respecto: BLANCO, E.
(2016). Ontología de la Guerra. Crítica
al concepto de Guerra en las obras de Hardt y Negri. Caracas. Ediciones
Rivero-Blanco. 456 p.
[6] Un ejemplo podría ser las usadas
por los romanos contra la fortaleza de Masada para quebrar su resistencia.
[7] Ver al respecto: “Aníbal Quijano
(1928-2018)”: Enrique Dussel en: https://marxismocritico.com/2018/06/26/anibal-quijano-1928-2018/
[8] Ver al respecto: “…la creación
del Instituto Nacional para la Descolonización” http://www.mincultura.gob.ve/detalles.php?meta=MTA1Nw==
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