jueves, 1 de noviembre de 2018

LA DES-COLONIALIDAD DEL PODER EUROCÉNTRICO... A LA VENEZOLANA



Aníbal Quijano fue un autor marxista que elaboró una obra denominada la Colonialidad del Poder[1] que versa sobre su creencia en la existencia de un patrón de poder global surgido desde el descubrimiento y posterior dominio europeo sobre América que se ha extendido al resto del mundo. Este se caracteriza “por el establecimiento del sistema de dominación colonial y del mercado mundial capitalista” controlados todos por Occidente. Esta colonialidad puede ser visualizada, según este autor, siguiendo dos ejes de análisis: la raza “como el fundamento de todo un nuevo sistema de dominación social” de carácter eurocentrista que extrañamente no se observa en la experiencia vivida por las civilizaciones rusa, hindú, japonesa o turca que sufrieron procesos de europeización deliberados; y el “capitalismo” como proceso articulador de “todos los modos de producción en una única estructura” de producción de alcance global que tampoco se observa en la guerra comercial que mantienen, por ejemplo, China y EE.UU., ni en industrias específicas como la del automóvil o de los teléfonos inteligentes para citar algunos pocos.
El eurocentrismo lo observa como “un modo de producción y control de relaciones intersubjetivas” (imaginario social, memoria histórica, y producción de conocimiento) que, según él, garantiza el mantenimiento de estas relaciones de poder colonial que amerita un proceso de des-colonización. Llama la atención que este concepto escrito en castellano, concebido a partir de una estructura de pensamiento europea, sea el fundamento de unas luchas liberadoras de unos individuos que se asumen como la conciencia de una población desde una posición pre-hispánica, pre-inglesa, pre-francesa o pre-neerlandesa que no conocían el concepto de libertad o de algo parecido. No me parece que los mayas, los aztecas, los caribes, los incas, etc., hayan sido democráticos, despóticos o pueda aplicarse algún concepto europeo sin que se asuma alguna forma de eurocentrismo por semejanza. Ya desde esa perspectiva los argumentos esgrimidos por ese difunto autor son sospechosos. Podríamos preguntarnos: ¿Qué entiende, en estos momentos, un aimara, un goajiro o un yanomami con respecto a la palabra libertad? Creo que sólo la población mezclada que ha sido crisol de diversas culturas podría pensar en ella, pero no creo que un individuo que tiene muchos orígenes desde el punto de vista étnico quiera ser aimara, goajiro o yanomami, ni someterse a esas formas de organización política ancestrales. De igual forma, y como hemos vivido en Venezuela, los dirigentes de la tiranía han permitido la colonización material y cultural del país con la finalidad de destruir la sociedad y las bases con que se habían fundamentado hasta el presente de forma absurda con un discurso liberador y una praxis totalitaria que hace ver la propuesta descolonizadora como fraudulenta. 
La gran paradoja del esfuerzo de este difunto autor peruano fue liderar un movimiento descolonizador del eurocentrismo a partir de la reinterpretación del pensamiento de un europeo, es decir, Carlos Marx. Sus seguidores que en Iberoamérica han mantenido ese “esfuerzo”, que hablan idiomas de origen europeo, sus nombres son de origen europeo y sus prácticas culturales aprovechándose de los restos de civilización originaria que aún existen en el continente, llevan ya una larga lucha por imponer este nuevo eurocentrismo enmascarado de liberación. Ahora, la palabra ‘libertad’ ¿no es también un concepto europeo? Así como clase, raza, capitalismo y dominación por citar sólo algunas. E incluso el mismo lenguaje con que se expresó Quijano y se expresan otros autores como Enrique Dussel, Ramón Grosfoguel o García Linera ¿no son de origen europeo?
Esta paradoja dio paso a lo que se conoce como filosofía de la liberación, una corriente marxista de pensamiento derivada de la teología de la liberación de la cual Enrique Dussel se ha atribuido, en parte, un liderazgo siguiendo también como referente el pensamiento marxista. Ahora, qué refiere la palabra eurocéntrica ‘descolonización’ y por qué su pertinencia en la actual realidad venezolana.
Sobre la des-colonización expresó que su causa obedece a que el “patrón de poder global colonial/moderno” había iniciado un proceso de radical reconfiguración pudiendo avanzar sin restricciones a la totalidad del mundo después de los procesos políticos globales acaecidos a finales del siglo pasado[2]. Sin embargo, como este proceso indetenible está llevando “a la destrucción de las condiciones de vida en nuestro planeta, a la deliberada polarización social extrema y a la extinción por hambre de una gran parte de nuestra especie” en un contexto signado por una parte, por un inconmensurable “desarrollo científico/tecnológico… que permite una producción material e inmaterial sin límites previos, en escala mundial” y, por la otra, un proceso de “esclavitud y servidumbre… en plena re-expansión” donde el empleo cada vez es más precario y flexibilizado, cree que se han dado las condiciones objetivas para enfrentarlo.
Hay una expresión dicha por gente que vivió el socialismo real que dice más o menos lo siguiente: el camino más largo al capitalismo es el comunismo. Como se puede observar, si le damos crédito a lo que afirman Quijano y Dussel, Venezuela vive en su imagen del capitalismo, no de la economía de libre mercado que busca crear capacidades productivas bajo una eticidad fundada en la relación con los otros y dentro de un marco de protección ambiental como se evidencia en los esfuerzo derivados de la cumbre de Kioto. Ambos hechos que se produce en medios de procesos integracionistas globales dentro de una visión republicana.
Esta imagen del “capitalismo” es lo que permite explicar cómo se destruyó el aparato productivo existente en Venezuela. Estos autores afirman que “esa misma tecnología [en desarrollo expansivo] también permitiría producir todo lo que la población del mundo necesita sin recurrir a la dominación/discriminación/explotación/violencia”, por lo que consideran que ese orden es “peligroso”, “prescindible” y “ya no es útil, ni necesario”. Desde esta perspectiva podemos empezar a ver que la descolonización es destrucción bajo una justificación falaz como hemos indicado precedentemente y vivido los venezolanos y aun continuamos resistiendo. Venezuela es uno de los puntos de aplicación del esfuerzo de una acción realizada por un conjunto de actores que operan en un alcance global dentro del Foro de São Paulo. La paradoja que estamos viviendo los venezolanos es que una clase dirigente consumida por el resentimiento entregó el país a potencias extranjeras (Cuba, China y Rusia) convirtiéndola en una neo-colonia donde culturalmente los valores se miden no sólo en términos marxistas sino por las carencias de sus tiranos.
Esta intencionalidad producida por unos individuos asociados al Foro de São Paulo[3] evidencia que la crisis que está viviendo Occidente como se observa desde los disturbios en Estocolmo, pasando por los disturbios en Londres, Paris, Buenos Aires, las maniobras políticas turbias en EE.UU., España, Argentina, Perú y Venezuela no son casuales, obedecen a un mismo concepto de maniobra. Occidente está viviendo la crisis de la república romana y el establecimiento de un imperio de alcance global no es ni más ni menos que su concreción manifiesta. Con ello estoy indicando de una vez que sólo una concepción republicana dentro de una federación de repúblicas puede conjurar la amenaza sao-paulista[4]. Pero no hemos descrito aun qué es descolonización.
Quijano-Dussel creen que está emergiendo una vasta coalición social que estiman es un nuevo movimiento mundial de la sociedad en la misma línea de pensamiento en que se ubican Hardt y Negri[5], conformada por los “dominados y explotados del mundo industrial/urbano”, los “‘indígenas’ de todo el mundo… en defensa de todo lo que han usado, producido y reproducido por miles de años”, es decir, su ambiente y “la comunidad científica mundial y los intelectuales y profesionales de las capas medias”. Esta congregación a escala global la observan como un proceso de descolonización que creen está ocurriendo, es decir, una  
“emancipación del Eurocentrismo, esa forma de producir subjetividad (imaginario social, memoria histórica y conocimiento) de modo distorsionado y distorsionante, que, aparte de la violencia, es el más eficaz instrumento de control que el capitalismo colonial/moderno tiene para mantener la existencia social de la especie humana dentro de este patrón de poder”.

Estos autores creen que estos movimientos disponen ya de una “tecnología social para prescindir del capitalismo”. Esta tecnología social, como hemos podido observar en Venezuela no se sustenta en la producción sino en la rapacidad parasitaria para tomar lo privado y a su vez útil a la sociedad hasta agotar sus bondades bajo una forma que puede ser entendida como una máquina de guerra. Esta máquina de guerra se puede observar en la caravana de migrantes dirigida contra EE.UU. o el forzamiento de la diáspora venezolana por todo Occidente. El derecho internacional había prohibido convertir a las poblaciones civiles en blancos militares o escudos humanos, tal como se observa en las convenciones de Ginebra, lo que no ha prohibido es que se usen como armas[6]. A ese nivel de maldad han llegado los seguidores de las ideologías que defienden la tiranía en Venezuela y justificadores como Quijano y Dussel. Es el mal radical que señalaba Hannah Arendt: “los seres humanos son prescindibles para los propósitos superiores de la revolución y la defensa de los derechos humanos”.
Visto de otra manera, Quijano y Dussel están proponiendo una revolución cultural, a la china, con la diferencia de no estar confinada a un espacio geográfico específico como sucedió en Asia o en Cuba. El no confinamiento es lo que hace posible convertir un flujo migratorio en un arma. La conversión puede ser vista como una nueva episteme, es decir, la “nueva tecnología social”. La “nueva tecnología social” se expresa en
·         La producción de nuevas “formas de existencia social” objetas a una nueva forma de dominación y discriminación que en Venezuela se visualiza con el carnet de la patria, la diáspora o los claps
·         La imposición en Venezuela de las comunas como una nueva forma de comunidad y autoridad política no democrática al margen del deseo de la población como se evidenció en los años 2006-2007, 2013, 2014, 2016 y 2017.
·         Apropiándose de las capacidades tecnológicas para producir los bienes y valores que permitan un mayor control de la población. 
Esta nueva tecnología social la observan Quijano y Dussel como una especie de descolonización epistemológica. La descolonización epistemológica refiere el propósito de “liberar a las ciencias sociales en general y a las elites intelectuales del Sud global de su triste colonialidad mental europeo-norteamericana”. Este autor incluye a la filosofía dentro de ese esfuerzo, hecho que nos lleva a la causa de esta reflexión porque el nuevo vector de ataque de la tiranía va a ser la educación venezolana una vez que ha sido puesta contra la pared[7]. Dentro de este marco se circunscribe la creación en la Venezuela aun no doblegada por la tiranía del Instituto Nacional para la Descolonización. Este medio tendrá como fin combatir “la formación eurocéntrica que aún prevalece en muchos programas educativos” o sea, la formación no marxista que no les sirve a sus propósitos con unos medios similares a los ejecutados por Justiniano con la escuela neoplatónica de Atenas o la quema de libros como las ordenadas por los revolucionarios rusos, los nazis, las dictaduras del cono sur y los seguidores del difunto presidente de Venezuela hasta el año 2012[8].
Con ello, los conductores de la tiranía en Venezuela en su afán de mantenerse en el poder han abrazado las propuestas de unos estafadores que han vivido de lo que le han negado a los demás: el libre mercado. Además, de ello han tratado de demostrar fallidamente que la colonización ruso-chino-cubana no es neo-colonización. En lo que sí han sido efectivos es en ser unos bufones de la historia por la tragicomedia que han producido.
Así pues, como la capacidad productiva venezolana quedó prácticamente destruida y los países de la región han erigido estructuras de contención a la agresión de la tiranía venezolana, ésta se juega su supervivencia dentro de un juego estratégico global. Por ello va a tomar el núcleo de la resistencia venezolana: la educación en todos sus niveles, una vez que los otros mecanismos de descolonización y el desarrollo de una nueva episteme en Venezuela bajo la consigna “inventar o errar” han cumplido su cometido no sólo en la industria petrolera, sino también en el arco minero, la salud, la alimentación, la educación, los servicios públicos, el empobrecimiento generalizado, los dispositivos de control y la diáspora. Las circunstancias para la toma del sistema educativo ya están presentes, es decir, desde los educandos: la incapacidad de mantenerse dentro del sistema educativo. Y desde los educadores y prestadores de servicios: las protestas por reivindicaciones laborales y el paro efectivo de la estructura educativa. La expansión a las otras manifestaciones de la cultura se sentirá después.
Así pues, una vez que ha sido destruido el país la descolonización venezolana ha supuesto hasta ahora la injerencia extranjera (cubana, rusa y china) que ha sido vista como una cesión de exclusividad, plenitud y autonomía de competencias. La otra paradoja es que los conductores de la ‘descolonización’  temerosos de pagar su culpa han obrado por tres vías: han huido a aquellos lugares donde existe economía de libre mercado para disfrutar de todo el capital acumulado de forma no aclarada con lo cual han preferido finalmente plegarse sumisamente a una estructura eurocéntrica diferente al eurocentrismo ruso-chino-cubano, han enviado a sus hijos a esos parajes o han permanecido en el país con el temor de que le quiten el capital dudosamente adquirido disfrutando de los productos materiales y culturales eurocéntricos que han negado a la población. Todo ello ha generado en consecuencia una estructura social donde sólo hay pobres y ricos en unas condiciones similares a las que los bufones justificaron su lucha contra la humanidad al menos desde la revolución rusa.



[1] Toda su obra puede ser observada en el siguiente link: http://politicasociedad.blogspot.com/2009/04/escritos-de-anibal-quijano_14.html
[2] Ver al respecto: “Des/colonialidad del poder: el horizonte alternativo”, 2008 en https://www.alainet.org/es/active/24123
[4] Ello puede explicar también el fortalecimiento de los sistemas despóticos en Rusia, Turquía y China.
[5] Ver al respecto: BLANCO, E. (2016). Ontología de la Guerra. Crítica al concepto de Guerra en las obras de Hardt y Negri. Caracas. Ediciones Rivero-Blanco. 456 p.
[6] Un ejemplo podría ser las usadas por los romanos contra la fortaleza de Masada para quebrar su resistencia.
[7] Ver al respecto: “Aníbal Quijano (1928-2018)”: Enrique Dussel en: https://marxismocritico.com/2018/06/26/anibal-quijano-1928-2018/
[8] Ver al respecto: “…la creación del Instituto Nacional para la Descolonización” http://www.mincultura.gob.ve/detalles.php?meta=MTA1Nw==

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