https://www.amazon.com/-/es/Mar%C3%ADa-Guadalupe-Llanes/dp/B08QC3SL9N
…Whitehead es el primer metafísico,…, que se ha atrevido a construir una
metafísica del ser que esté a la altura del progreso matemático; una teoría del
ser que incluye un proceso infinito convergente interior, primer paso para lo
cual es negar que las cosas tengan que estar esencialmente especificadas,
tengan que poseer una última diferencia específica, un límite superior; y negar
además que el número de componentes interiores de una realidad tenga que ser
finito, so pena de contradicción; cada cosa, cada entidad actual, precisamente
por ser primariamente acto, y acto creador e inventor tiene en sí misma un
principio de progreso o proceso in finitum más convergente en virtud del cual
se aproxima indefinidamente, sin barrera superior infranqueable, al Absoluto, a Dios.
Juan David
García Bacca
Omar
Astorga, dentro de sus estudios realizados acerca de la filosofía en Venezuela
(2010), consideró a Juan David García Bacca (JGB), quien fue fundador de la
Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Central de Venezuela, como un
ensayista y un pensador independiente que hizo investigaciones sobre sus
fuentes medievales en el periodo colonial hasta los albores de la independencia
y realizó estudios sobre autores clásicos y contemporáneos destacando las obras
Nueve grandes filósofos contemporáneos y
sus temas: Bergson, Husserl, Unamuno, Heidegger, Scheller, Hartmann, W. James,
Ortega y Gasset, Whitehead y Teoría y
Metateoría de las Ciencias. Ambas obras marcaron una importante huella en
la orientación de la filosofía en Venezuela. En esta marca el pensamiento platónico,
tomasiano, kantiano y la filosofía e historia de la ciencia y de la técnica son
elementos que deben tenerse presentes en su pensamiento. Por ello, teniendo en
cuenta lo que Jesús Baceta (2018) expresó: “en lo que a papel respecta, la obra
de García Bacca es más extensa que la de Bertrand Russell”, creemos que es
desde este campo general e ‘independiente’ del pensamiento de JGB que podemos
identificar unas trazas que dan unidad a esta generalidad que orbita en el
pensamiento whiteheadiano. Para ello estamos siguiendo la tesis de María Guadalupe
Llanes (2018:60). Estas trazas de una u otra manera permearían la formación en
la Escuela filosófica de Caracas en virtud de que, siguiendo a Baceta, él jugó
un importante papel en “la profesionalización de la filosofía en Venezuela”,
hizo un “decidido esfuerzo por trasladar a nuestro recinto universitario la
tradición del pensamiento europeo y dejó una imborrable huella en varias
generaciones de alumnos que lo estimaron como su maestro” (Ibid.). Pero su derrotero
filosófico no se circunscribió a España y Venezuela. También hizo vida
académica y filosófica en Ecuador y México permitiendo con ello extender esta
unidad de pensamiento en la generalidad a una gran parte del mundo
hispanoparlante. De ahí que Ferrer-García (2017) destacara, usando sus propias
palabras, que
Es en Whitehead donde nuestro autor
encuentra, por vez primera, la excelencia de haber asentado los fundamentos de una metafísica del ser en cuanto
creación, del ser en cuanto acto actuante, en cuanto proceso convergente de
ascendentes creaciones… Así, la metafísica whiteheadiana es la metafísica de
hoy, la que merezca llamarse y ser y
estar a la altura de Hoy […] lo que está más allá, trans, plus ultra de la
Física actual (2017:205).
Por ello,
nos ha parecido pertinente explorar sucintamente la influencia de Whitehead en
el pensamiento garcíabaccano según sus propias palabras y de acuerdo con sus
exégetas y la trascendencia de Whitehead y JGB en la Escuela filosófica de Caracas.
Como los vestigios de la filosofía whiteheadiana a través de la exégesis
garcíabaccana se focalizan en el proceso y la realidad, la finalidad de este
ensayo es determinar la consistencia de su herencia filosófica como una manera
de constatar el estado de las raíces de la filosofía en Venezuela. Para tal fin
vamos a examinar en primer lugar, el Whitehead de JGB, en segundo lugar,
analizaremos el pensamiento whiteheadiano de JGB según sus exégetas y
finalmente analizaremos cómo la potencia del pensamiento ha traído de nuevo al
presente a Whitehead y García Bacca en la escuela filosófica de Caracas.
Whitehead a través de García Bacca
El
acercamiento de JGB a Whitehead se remonta al año 1943 como profesor del pensamiento
heideggeriano en la Universidad de México[1],
y desde ese momento se constituyó, para él, en un referente fundamental, en el
plano metafísico, a la misma altura del Zeit
und Sein heideggeriano debido no sólo a la novedad del enfoque utilizado, sino
también porque consideró, junto con Whitehead, que el hombre es un ser
orientado permanentemente a la reinvención de sí y de su entorno teniendo como
medio y fin la creación. Esto nos indica de suyo que el foco de atención del
filósofo español estuvo ubicado en esos primeros momentos en la metafísica y su
carácter transustanciador que la hace un proceso ilimitado de ascendentes
creaciones. Transustanciar es, para JGB, “… asimilar, digerir, absorber real y
verdaderamente algo, sin aniquilación alguna de realidad, ni en asimilado ni en
asimilante, con eliminación y desecho de lo inasimilable” (1965:15), por lo que
el ser pasó a ser, en este contexto de cambio, un “fenómeno natural y normal,
dejando de ser milagroso” (1990:411), con lo cual a JGB le pareció oportuno
sustituir la clásica categoría de sustancia por la de ‘plan’ al igual que
Whitehead lo hizo con ‘proceso’. Así pues, considerando que la visión de
Whitehead se encuentra en Nueve
grandes filósofos contemporáneos y sus temas, veamos a
continuación los aspectos que consideramos más resaltantes en esta obra y su Teoría y metateoría de la ciencia de 1977
porque creemos que en esta obra desarrolló las tesis whiteheadianas de realidad
y procesos.
Con respecto
a Nueve grandes…, para JGB fueron
relevantes los conceptos de ‘entidad actual’, la noción física de ‘campo’,
aunamiento o ‘togetherness’, la ‘ontología dialéctica’ y la ‘creatividad’
porque los consideró como los fundamentos de la nueva metafísica derivada de
los avances de las ciencias de la primera parte del siglo XX. Veámoslos
sucintamente a continuación.
En relación
con la entidad actual, JGB expresó
que es una actualidad “plural que por un acto de Creatividad, asciende a unidad
de ‘conjunción’” (1990:464). Esta actualidad está “delimitada, definida y
especificada por… ser una forma o recibirse en una forma” dentro de un proceso
de cambio continuo (1990:448). Con ello expresó que Whitehead impuso “una
metafísica radicalmente nueva: la de los estados diversos de una misma realidad
básica”, superando así el sustancialismo o el monismo de los clásicos
(Ibíd.:446). Con esta operación, el número de componentes metafísicos internos
de una entidad actual se pudo hacer superable
y nos permitió introducir lo infinito en lo finito y, a su vez, permitió
introducir la creatividad[2].
Como toda entidad actual está llena
de infinidad, la infinitud “hace que el objeto correspondiente no resulte
cognoscible en sí mismo, sino únicamente en su ley: en su estructura lógica
general” (Ibíd.:235). Esta entidad actual
“se constituye transitoriamente como ‘sujeto’ mediante la ‘inmediación
subjetiva’, y en ‘superjeto’ por su ‘inmortalidad objetiva’” (Ibid.:473). El
conocimiento, en este contexto, es una retención momentánea de aquello que
evita ser detenido en un proceso que “apunta al infinito y empuja hacia el
infinito todo lo que actualmente tiene” (Ibid.:477) y la conciencia aparece
cuando se produce ese freno. La creatividad, por su parte, es un corte de “‘Lo
que una cosa es actualmente, en acto” (Ibid.:470). Posteriormente, JGB
desarrollará el concepto de ‘transfinitud’ como un medio para interrelacionar
materialismo e inmortalidad a partir de la idea de dirección y ‘plan’
(1984:76-86)[3].
Whitehead
definió ‘campo’ como “lo cósmico y lo continuo [debido a que este] penetra en
la naturaleza de cada cosa” (1934 [2012]:31). De acuerdo con esta conceptualización
“todo individuo está en compenetración real con entidades cósmicas” y podemos
agregar infinitas pasando a ser este, según JGB, una simple abstracción
(1990:420). Desde este enfoque podemos destacar dos cosas: en primer lugar, que
en la exégesis garcíabaccana, campo es “una realidad […] que se halla difundida
por todo el espacio y además en forma de continuidad, es decir: no
individualizada en individuos realmente diferentes” (Ibid.:419)[4]. Este
carácter abstracto del individuo puede ser observado desde el mismo concepto de
campo puesto que en la física cuántica las fuerzas e interacciones no son otra
cosa que el intercambio de partículas de una magnitud específica dentro de una
estructura de relaciones distribuidas espacio-temporalmente que conforman redes
de relaciones, cuerpos y sociedades, entidades
actuales. En este campo físico hay atomizaciones que se expresan en conjuntos
específicos que constituyen, en ese universo, entidades actuales que se convierten, a su vez, en “nexo” de
actualidades (Whitehead, 1929 [1978]:123-124). Estos nexos, que JGB, define
como ‘aunamiento’ (togetherness) consisten en que
… de dos o más entes actuales en
acto, en acto no esencialmente especificado ni individuado, puede hacerse un
ente en acto realmente uno con una cierta unidad actual de especificación y con
una cierta unidad actual de individuación ninguna de las dos definitiva sino
circunstancial (1990:455).
En este
contexto, una multitud se aúna eficientemente, según JGB siguiendo a Whitehead,
por ser disyunción que tiende a la conjunción siguiendo un principio metafísico
basado en la creatividad que, como indicaremos, caracteriza a toda entidad actual (Ibid.:465-466).
En segundo
lugar, el concepto de ´campo’ buscó superar el problema de conceptualización
del espacio que Whitehead desarrolló en su Teoría relacional del espacio que
describiremos más adelante[5].
Como se observa JGB asumió el concepto whiteheadiano de campo en concordancia
con la consistencia que mantuvo esta idea a lo largo de su vida física. Sobre
él también volveremos cuando examinemos la Teoría
y Metateoría de las Ciencias.
Por otra
parte, un objeto eterno lo interpretó
JGB como un objeto en forma de campo de fuerza de definibilidad por poseer un
valor dentro de una distribución matemática (Ibid.:486-487). El valor está
constituido por la ‘eternidad’ que lo hace definible en un entorno
espacio-temporal de extensión finita que está caracterizado por carecer de toda
posibilidad de posicionamiento (Alemán, 2011:29). Es decir, los objetos eternos son “objetos cósmicos, y
omnipresentes” y constituyen, para el filósofo hispano-venezolano, una de las
más grandes aportaciones a la ontología realizadas por Whitehead para dar
cuenta de la realidad (1990:488). Esto nos lleva a la dialéctica ontológica en virtud de la cual expresó que desde el
advenimiento de la teoría de la relatividad no había existido antes de Whitehead
un sistema de conceptos que sirviese para expresar tales realidades,
constituyendo “cada sistema una de las posibles interpretaciones de lo real o una de las posibles determinaciones de lo
real” (Ibid.:434). La dialéctica en sentido ontológico, según JGB, se
sustenta en las siguientes premisas: “que hay caos, el gran barro ontológico,
que hay novedades y que hay novedades en ser y en nada” (Ibíd.:445 y 1967:105).
Sobre esto también volveremos más adelante. Como se puede observar, esta
dialéctica whiteheadiana estuvo presente en el pensamiento de JGB entre los Elementos de Filosofía de las Ciencias
(1967) y Nueve grandes filósofos…
(1990).
Finalmente,
con respecto a la creatividad vista como el principio de la novedad JGB, en su exégesis
whiteheadiana, la entendió como una actividad o acto,
por cuya eficiencia toda entidad
actual destila actividad, más por ello carece de actualidad, pese a tener su
lugar en las entidades actuales. La
creatividad rehúye el ser confinada en especie última por ser ella misma lo
Último. Creatividad es como Acto en
bruto, acto en puro, acto infinito […] que es de suyo absolutamente infinito,
sin confinamiento a una especie (1990: 461)
De ahí que la
actualidad de una cosa “es solo un corte que se ha hecho en la Creatividad: en
ese universal de universales, el más concreto e inconcretable en forma
específica y definitiva, de todas las cosas” (Ibíd.:470). La creatividad, desde
esta perspectiva, al ser, para Whitehead, “el universal de los universales que caracteriza
a la realidad [está] privada de carácter propio [porque] todo lo crea e
inventa, incluso a Dios” (1929 [1978]: 31 y 46), o dicho a la manera
garcíabaccana es “la génesis en toda la amplitud infinita del orden del ser”
(1990:462). Esto nos lleva a su Teoría y
metateoría de la ciencia.
En relación
con su Teoría y metateoría de la ciencia (TyMC) (1977) Judith Kristoffy (2002)
expresó que esta obra fue el resultado de la evolución de su tesis doctoral
realizada en la Universidad de Barcelona sobre la estructura lógico-genética de
las ciencias físicas y de varios cursos realizados en institutos de educación
universitaria en Caracas. Su foco de atención fue definir qué era ciencia y su
desarrollo. En este sentido definió a la ciencia como “conocimiento teórico,
ontológico, verdadero, objetivo y sistemático” (JGB, 1977). Para llegar a esta
definición partió de tres conceptos que consideró fundamentales y nos acercan
al pensamiento whiteheadiano, es decir, estructura, contextura y plan. Estos
conceptos, a los cuales circunscribiremos nuestra investigación, van a estar
presentes en varias de las obras de JGB y van a confluir en su TyMC por lo que
vamos a examinarlos y a retornar el concepto de ‘campo’ y su relación con el ‘espacio’
por sus implicaciones en la concepción de ‘plan’ o ‘proceso’.
Por estructura entendió “el entramado de
relaciones que da a los términos (o argumentos) de tales relaciones la unidad
de un contexto” que se ciñen al principio de novedad (TyMC II, 34-35). Además
del concepto de estructura afirmó que “un conjunto de cosas puede tomar
contextura” a partir de dicho entramado de relaciones, es decir, si en esa no
se “reduce a un solo contexto todas las propiedades de las cosas” (Ibíd.). De
ahí que Kristoffy indicara que la “estructura es un entramado unirelacional,
contextura es plurirelacional, pues toda contextura necesariamente tiene
estructura, y toda estructura adquiere [un] ‘ropaje’ distinto, según su
contextura” (Op. Cit.). La palabra ‘plan’, en este mismo orden de ideas, es una
definición metacientífica que va a estar asociada a otros dos términos, es
decir, ‘proyecto’ y ‘designio’. Esta palabra ‘plan’ va a ser el equivalente
whiteheadiano de ‘proceso’ y va a tener una relación cercana a la palabra
‘plan’ o ‘plano’ deleuzoguattariana[6]. JGB
la definió como “un invento del hombre en cuanto empresario (creador); invento
integrado de proyecto, designio, decisión; y a realizar con las metacategorías
de material y ocurrencia" (TyMC II, 34-35). En si misma esta palabra
‘plan’ o ‘proceso’ constituye en todos estos autores el derrotero por el cual
el universo escapa a las exclusiones de la inconsistencia. La manera en que se
produce este escape es a través una concepción de materialidad que en el caso
de JGB la concibió a partir de “la reivindicación de la existencia de una
realidad material” concreta (o “realismo real e integérrimo”) considerada como
un fundamento ontológico soportado por los avances de la física cuántica, que
ya hemos indicado, y de las aplicaciones técnicas de la ciencia contemporánea
(Izuzquiza, 1989:115). Proyecto, por su parte, que fue observado por JGB como causa
formal (forma) artificial que surge en nosotros por lo que son: “la mostración
propia y tangible de que el hombre es creador” (Ibíd.:35). Aquí hay que tener
presente que lo ‘artificial’ y, consecuentemente, lo ‘natural’ son dos conceptos
ontológicos garciabaccanos fundamentales. ‘Designio’, finalmente, lo definió
como “invención de causas finales artificiales” (TyMC II, Op. Cit.)[7].
Por otra parte,
es conveniente señalar que, según Jesús Baceta, JGB usó los lenguajes matemáticos
dándole a su filosofía “un mero sentido retórico” sin comprometerse “con una
teoría del significado”, y que además evidenció una estructura de argumentación
poco clara (Op. Cit.). Ello se pudiera aplicar también a los conceptos whiteheadianos
sobre todo a los que orbitan en torno a las nociones de ‘novedad’,
‘creatividad’ y ‘entidad actual’. No obstante, como veremos en el último
parágrafo, esta crítica se debe a una consideración de su filosofía desde la
contemporaneidad, con la consiguiente dispersión, y no desde sus orígenes: el
pensamiento escolástico. Lo que hay que mantener presente, desde esta
perspectiva, es que para JGB la ‘entidad actual’ es un vector que apunta al infinito
y empuja hacia el infinito (1990:477), constituyendo en sí el pivote a partir
del cual se puede ir profundizando en su pensamiento. Esta mención al infinito
nos permite retomar un asunto pendiente por aclarar: el concepto de ‘campo’ y su
relación con el de ‘espacio’.
Si bien
Whitehead asumió en Process and Reality
el concepto de ‘campo’ en una obra anterior hizo una exégesis del concepto de
espacio que nos permite entender con mayor claridad el concepto de ‘proceso’
desde la perspectiva estructural y, consecuentemente, el de ‘plan’
garcíabaccano. Esta obra es The
Relational Theory of Space[8].
En ella afirmó a partir del método de extensive
abstraction que existían diversos tipos de espacios: inmediatamente
aparente, completamente aparente, espacio físico y espacio abstracto. Pero en
su estudio se concentró en el espacio completamente aparente y el espacio
físico. El primero estaba relacionado con puntos, líneas y planos de una
geometría perceptual relacionada con niveles de experiencia y, el segundo con
un mundo físico basado en construcciones lógicas hipotéticas donde las cosas en
sí mismas están contenidas por constructos teóricos. A partir de allí el
pensador inglés produjo una conexión, desde una perspectiva lógica, entre
constructos teóricos y conceptos (puntos, líneas y planos) (Hurley, 1979). Teniendo esto presente, Whitehead
expresó
The fundamental order of ideas is first a world of things in
relation; then the space whose fundamental entities are defined by means of
those relations and whose properties are deduced from the nature of those
relations (Ibid.).
Para este
autor británico, el espacio solo percibido por los sentidos en un mundo
contemporáneo es conscientemente prehendido
como un continuo de relaciones extensivas (1929 [1978]:61), por lo que podemos
inferir que este espacio whiteheadiano está inspirado en la concepción
leibniziana desde una perspectiva estructural que coexiste con lo ‘continuo’
porque penetra en la naturaleza de cada cosa. Este carácter de continuo se
distingue de manera teórica con el espacio absoluto y permite entender el
alcance de la ´penetración’ como una relación de fuerzas que indicamos en lo
concerniente a la física cuántica. Desde esta perspectiva JGB está en armonía
conceptual con el filósofo inglés desde el mismo momento que considera la
estructura un entramado unirelacional, según Kristoffy. Lo ‘unirelacional’, en
este contexto, lo entendemos en el sentido de unidad estructural que abarca a
todo el universo en concordancia con Whitehead, es decir, está “difundida por
todo el espacio”, pero ¿qué es el espacio para JGB? Creemos que es un objeto de
razón establecido a partir de la relación en un sentido kantiano, es decir,
estético trascendental. Pero en esta relación nos topamos frente a la contingencia
en las mismas condiciones leibnizianas que surgieron para evitar el monismo
spinoziano como lo hicieron Kant, Whitehead, Zubiri y el propio JGB, es decir,
“La razón de que exista el algo es que algo debe existir, y la razón de que no
haya nada es que no puede haber nada”[9],
que han servido para soportar sus respectivos sistemas en lo real como cambio
de estado, desde una perspectiva materialista, evitando así la nada[10].
Desde esta
perspectiva, para JGB entonces lo real es cambio visto estructural y
contexturalmente como diferencias de estado y la realidad es un juego que
indica la aventura del pensamiento donde el hombre tantea de forma
probabilística su propio designio (TyMC, Op. Cit.). Esta es la base de lo que
denominó como ontología dialéctica.
La ontología dialéctica va a estar
fundamentada en la relación recíproca del trinomio “realidad, probabilidad,
novedad”. Realidad es campo, probabilidad es la estructura del ser y no ser, es
decir, movimiento; y la novedad, como superación, es producto del cambio que
hace que algo sea y esté. Así pues, esto le permitirá concluir que
… tres cosas hay que no debe
importarnos aceptar si queremos hacer en serio, en real, metafísica moderna.
Primera: que hay caos, el gran barro ontológico. Segunda: que hay novedades.
Tercera: que hay novedades en ser y en nada. Son los tres porque sí, sincera y
valientemente aceptados (1967:105).
Esto nos
lleva a los exégetas.
El Whitehead de García Bacca por intermedio de algunos
de sus exégetas
El interés
que ha cobrado el pensamiento de JGB en los últimos tiempos ha tenido que ver
con su esfuerzo en establecer los fundamentos de la unidad del conocimiento. En
este sentido podemos decir que este esfuerzo ha coincidido con los realizados
por otros autores whiteheadianos como J. Cobb y J. McDaniel desde una
perspectiva teológica[11] y
desde un enfoque centrado en las ciencias como también se observa en
Iberoamérica. Por ello, nos ha parecido pertinente revisar algunos aspectos de
estas inclinaciones y acercamientos desde un enfoque temático indicando a
algunos de sus exégetas. Así pues, la importancia de la obra de Whitehead desde
la lectura garciabaccana se basa en cuatro aspectos a tener en consideración:
en primer lugar, en el hecho de introducir la facticidad en el concepto de
creatividad, en segundo lugar, en que sirvió para actualizar una serie de
conceptos que habían perdido su consistencia, en tercer lugar, evidenció una
proximidad y confianza hacia una ontología cercana a los fundamentos de la
ciencia y la física y su avance acelerado durante todo el siglo XX y, en cuarto
lugar, en la concepción teológica del mundo.
Con respecto
al primer aspecto, es decir, la facticidad de la creatividad Guadalupe Llanes
partió de las concepciones mecanicistas y organicistas del universo para anclar
la relación recíproca entre Dios y el Mundo que JGB observó whiteheadianamente como
instrumento de novedad (Op.Cit.:60). La consistencia del vínculo,
visto como una entidad actual, que da
facticidad a la creatividad la observó la autora garcíabaccanamente a partir de
la significación de ‘entidad’
[como] la de ‘potencial de proceso’ –de las características que se va a ver-, y
de ‘actual’, o lo que de actual tiene una entidad no es sino una decisión, un
corte, en virtud del cual una entidad actual, en y por lo que tiene de actual,
-de cortante, de decidente-, condiciona, -no define ni especifica-, la
Creatividad, o Acto puro inventor, que, por ser tal, trasciende, supera ‘esta’
actualidad (Ibid.:124).
Con esta
vinculación la autora consideró fáctica no sólo la creatividad como fundamento
de ese sistema filosófico a partir del ‘plan’ o ‘proceso’ visto como “un flujo
que conduce al infinito” (Ibid.), sino también como la idea del flujo o
manantial del devenir que en sí mismo lo considera desde una perspectiva
natural o artificial. En este flujo, en su exégesis garcíabaccana permite la
existencia de distinciones reales entre un estado precedente y un estado
posterior dentro de un estado de campo por su estrecha relación con los objetos eternos (Ibid.:160). Los
aspectos claves aquí considerados son dos: en primer lugar, constituyen una
realidad en estado de ubicuidad espacial, temporal, eficiente y, en segundo
lugar, la distribución en él de su eficacia o eficiencia, de su causalidad
eficiente, está dada por el potencial, que indica la vinculación de la
eficiencia a cada parte de su ubicuidad espacial y temporal (Ibid.:167). Esta
facticidad de la creatividad la seguiremos analizando en los siguientes
enfoques.
En relación
con el segundo aspecto relativo a la actualización, los exégetas de JGB nos han
indicado tres elementos, entre otros, a tener en consideración:
El primero
fue la introducción del concepto de las entidades
actuales que permite repensar la metafísica y la univocidad del ser real, análogamente
al ‘modo’ spinoziano, pues los tres autores (neerlandés, inglés y español) otorgaron
a las entidades actuales el mismo
valor metafísico y no las consideraron como entes fijos, estables o
jerarquizados. Según Izuzquiza, Llanes y Monfort, este concepto le va a servir
a JGB para introducir su concepto tomasiano de ‘transustanciación’, es decir, el
fenómeno de transformación total de un cuerpo (masa) en energía y viceversa sin
destruirse (JGB, 1984:215-224)[12].
Sin embargo, este concepto garciabaccano, como todos los conceptos whiteheadianos,
sufrirá un proceso evolutivo de ajustes en el tiempo. En este sentido, otro
aspecto que interesa destacar es que observamos en JGB el mismo interés
kantiano de garantizar la consistencia desde una unidad sistémica. En este
contexto el aspecto científico dado por los avances de la física en el siglo XX
va a ser el pivote sobre el cual se sustentará el esfuerzo del filósofo español
al igual que el de otro coterráneo: Xavier Zubiri, pero en el caso de JGB este
pivote orbitará en torno al concepto de ‘novedad’ desde la perspectiva de la
causalidad, mientras que para el segundo será el de ´dinamicidad’ como
expresión de la realidad.
El segundo
elemento, fue la idea de relativismo de talante einsteniano que va a estar
presente en el inglés y va a tomar el hispano-venezolano y está relacionado
“…con la idea de que el sujeto o entidades actuales atravesados por su
capacidad natural de transubstanciación, pueden cambiar… su propio estado a
otro diverso”[13].
Este relativismo le va a permitir a JGB pensar, al igual que Spinoza, Kant y
Whitehead, el universo como un cuerpo y el cuerpo como un universo en constante
cambio. Es decir,
… nuestro cuerpo no termina donde
parece hacerlo según los sentidos, sino que nuestro cuerpo es realmente
cósmico, de dimensiones universales. Todo el universo es cuerpo nuestro, de
cada uno, y a esta propiedad de todo el universo de ser cuerpo de cada uno
llamará Whitehead propiedad de relatividad o, como dice en su lenguaje..., it belongs to the nature of a beings that it
is a potential for every becoming. This is the principle of relativity[14].
Desde esa
perspectiva el cuerpo, como observamos también en Spinoza, es una composición
que expresa al universo como una totalidad con un enfoque dinámico. En este
momento tenemos que decir que, si bien la relación entre Kant y Whitehead fue
distante, JGB nos parece que se presentó como un puente entre estos dos
pensadores[15]. La
entidad actual, consecuentemente, pasa
a ser, para el filósofo español, una entidad cósmica en interacción constante y
permanente con otras en una red de prehensiones que se encuentran en un proceso
de cambio permanente. Esto nos retrotrae al relativismo indicado desde el
momento que JGB introdujo en su sistema la teoría en boga acerca del cambio en
relación con la teoría de la conservación que regía la física en ese entonces.
Desde esta perspectiva Monfort expresó que este argumento ontológico le
permitió al filósofo español estar no sólo
a favor de la transformación radical
por parte del sujeto en diversos estados, sino que, de algún modo, esta idea
moderna de cambio de estado o transubstanciación es el acicate moderno y
científico que la dialéctica filosófica necesita para poder desarrollar…, el
profundo cambio que la propia metafísica estaba padeciendo y sufriendo desde la
aparición, en 1927, de la obra de Heidegger Ser
y tiempo.
Como se
sabe, este concepto de entidad actual
no se corresponde con el ‘dasein’ de Heidegger, más sí se corresponde con el
‘principio de novedad’.
El tercer elemento
está relacionado con los principios de ‘Creación’ y ‘Novedad’. Al respecto,
Suárez Bustamante (2003) nos ha indicado que la importancia del concepto de
novedad está relacionada con el hecho de que esta le sirvió a JGB para
desarrollar su “modelo científico de causa” anclada al concepto de “filosofía
del vivir” que entendió desde una perspectiva bergsoniana como un “sentirse
siendo manantial de novedades”[16], en
el sentido de que “lo creativo, lo novedoso, lo espontáneo, lo original, lo
transcendental, irrumpe en la vida cotidiana”, afectando todas nuestras
acciones en el mundo[17].
Otra de las características que vamos a encontrar en el concepto de novedad,
desde esta perspectiva, es que carece de “retrospectividad” porque esta anula
la espontaneidad permitiendo su conversión en una especie de causa de sí mismo,
es decir, “es creación incausada”, constituyéndose además en agente de cambio
(Ibíd.). Con ello evitó remitirse a una causa primera desde una perspectiva que
podemos considerar como clásica. Pero aquí debemos acotar que a pesar de esta
propuesta los estudios relacionados con el bolsón de Higgs indican que la
ciencia no se ha rendido en su búsqueda de una causa primera, del origen del
universo. Esto nos lleva al plano científico.
Con respecto
al tercer aspecto, es decir su orientación a los fundamentos de la ciencia y la
física propia de los tiempos de Einstein, JGB se ha servido de ellos para fundamentar
los elementos probabilísticos que están, según Suárez Bustamante, en las causas
de los fenómenos físicos y le ha otorgado al hombre, según Monfort, un estatus
ontológico próximo a la divinidad. Veámoslo a continuación desde otra
perspectiva. Con respecto a los fenómenos físicos, fundamentó su
… filosofía de las ciencias en la cualidad de la novedad, que
surge en cualquier cosa, como creatividad espontánea, surge del vivir
incausadamente, es causa sui, y es
causa de los cambios en los fenómenos físicos (Op. Cit.).
Aquí podemos
observar propiamente que JGB buscó establecer con el concepto de novedad una
unidad sistémica en su propuesta filosófica y creemos que en ello se acercó más
a Kant que a Whitehead desde el mismo momento que Kant buscó esta unidad a
partir del concepto de estofa hipotética elemental como una especie de materia
omnipresente e incognoscible, como se puede observar en el Opus Postumum, mientras que Whitehead mantuvo una posición ambigua
con el concepto de sustancia como lo observamos en los conceptos de espacio y
campo. De igual forma, podemos decir que sólo aquí coincide con Zubiri en el
sentido que para este otro filósofo español no hay causa, sino que hay
causalidad que asocia con dinamicidad[18].
El concepto de espacio es uno de los aspectos que va a distanciar a Zubiri con
el filósofo prusiano.
Esta
orientación kantiana de JGB, que también veremos en el espacio-tiempo einsteniano,
se explica porque partió de la física y de la matemática para llegar a una
metafísica de modo que permitiese estudiar las condiciones de posibilidad del entendimiento
que hiciesen posible cualquier ciencia, pivoteando al respecto en el concepto
de causalidad (Ibid.). Al efecto, JGB introdujo entonces en su sistema el
concepto de campo whiteheadiano de modo que le diese al concepto de ‘novedad’
un carácter probabilístico y de cotidianidad, es decir, de normalidad; dicho de
otra manera, una especie de estofa elemental. La novedad consecuentemente
posee, para el filósofo español, tres características: a.) “Previos propios
remotos” en el sentido que puede poseer condiciones necesarias, más nunca
suficientes, b.) “Previos propios próximos” donde surge la novedad en función
de la probabilidad y c.) “Previos propios últimos” que exigen que la
probabilidad defina una mayoría de medianos, o sea, de medias probables (JGB,
1967:48)[19].
En relación
con el estatus ontológico próximo a la divinidad, recordemos que para Whitehead
su proximidad depende del apoderamiento y fortalecimiento de la condición de
creador y productor de novedades “en un horizonte de probabilidades” (Monfort,
Op. Cit.). En este sentido, JGB afirmó que:
Si tomamos en serio eso de que
Creatividad (…) entra en la constitución misma de todo ser en cuanto ser, de
que el conjunto de los seres no es un conjunto de cosas hechas, sino que
encierra en sí, cada uno, un principio de novedad, de originalidad, sin poder
llegar tal originalidad individual o específica a quedar presa definitiva y
esencialmente en una especie o individuación, habremos de afirmar: Creativity is the universal of universals
characterizing ultimate matter of fact. It is that ultimate principle by
which the many, which are the universe disjunctively, become the one actual
occasion which is the universe conjunctively (…) ‘Creativity’ introduces
novelty into the content of the many, which are the universe disjunctively (JGB, 1990).
Junto a la
apropiación de este concepto de novedad, JGB agregó los conceptos de creación,
cambio de estado y vectorialidad del conocimiento. De todos ellos ya hemos
hecho mención. Del tercero, el de vectorialidad, agregaremos que es de capital
importancia debido a que en él se hacen patentes los conceptos de ‘creación’ e
‘invención’ tanto desde la relación de sensaciones y sentimientos, como de la
creación e invención de novedades desde la perspectiva de los objetos eternos (Monfort, Op. Cit.,
Ferrer-García, Op. Cit. y Llanes, Op. Cit.). Es decir, para el filósofo hispano-venezolano
el conocimiento sensible es la acción de lo real (los sentidos) sobre lo real
(las cosas en el mundo) con efectos reales; y el conocimiento intelectivo, “sirviéndose
de aquellas realidades que se encuentren en estado eterno, específica y dirige
lo real” afectando el conocimiento sensible generando, en consecuencia, cambios
de estado[20].
Así pues, el conocimiento tiene la forma y la naturaleza de un vector que en su
proyección expresa la invención o creación de novedades y en ese contexto Dios
constituye el paradigma de la creación en tanto que creador de los creadores de
novedades.
La esencia basada en la creatividad, en
este sentido, “empuja permanente y constantemente” a las entidades actuales a trascender hacia nuevos estados haciendo que todo sea transitorio, con lo
cual la causa final y causalidad final, causa eficiente y causalidad eficiente
son, para JGB, momentos de la creatividad. La creatividad, en este sentido,
opera para el inglés y para el hispano-venezolano como una especie de potencia
para perseverar en la propia existencia en el sentido spinoziano del término,
sobre todo si tenemos presentes dos cosas: que Whitehead comparó la creatividad
con la sustancia spinoziana, antes de su versión en Proceso y Realidad y posteriormente, en esta obra, intentará una
operación de desustancialización que según Guadalupe Llanes no logra, a pesar
de que el filósofo inglés se diferenció del neerlandés en relación con el
monismo sustancial.
En relación
con el cuarto aspecto, es decir, desde un enfoque teológico ya hemos hecho
indicaciones acerca de la relación de la entidad
actual con la divinidad desde el ángulo de la creación, pero en una
perspectiva no-teocéntrica, nos falta decir, por demás que JGB tuvo un enfoque
semejante cuando surcó las aguas del tomismo. En este sentido la creatividad es
Dios porque “Dios […] es el poeta del mundo” (JGB, 1990:534). Vale decir que
para nuestro autor la palabra ‘mundo’ está estrechamente relacionada con
"universo", pero diferenciado de él. "El Mundo está tejido con
hilos de ser, según el plan y diseño de las causas finales, dirigidas por los valores"[21].
Como estas causas, según el plan, pueden ser naturales podemos ver el designio
de Dios en la hendidura de la ambigüedad expresada en un tomismo que creemos se
mantuvo presente en el autor español. Al respecto Guadalupe expresó que es
diferente decir que algo como un Dios no-personal todavía cabe dentro de la
constitución física del universo sin contradecir a la ciencia. Pero aclaró que
no sabía si su encuentro con Whitehead lo había llevado a una concepción
pan-experiencialista como la whiteheadiana (Op. Cit.).
Finalmente
creemos que JGB, de acuerdo con la exégesis de Monfort y Suárez Bustamante,
parte de una visión antropocéntrica que no está presente en nuestra
interpretación spinoziana del pensamiento de Whitehead, aunque el propio
filósofo español expresó que la novedad y la creación se presentan en todas las
entidades actuales indiferentemente
de su naturaleza[22]. Esto
nos trae de nuevo al concepto de sustancia que veremos cómo está siendo
observado por Guadalupe desde una perspectiva metafísica si consideramos que
JGB trató en sus primeros tiempos de sintetizar, según Sánchez, el tomismo y
las teorías de la física y la ciencia moderna (1993:169). Decimos en sus
primeros tiempos porque esta será una idea que posteriormente rechazará
dejándola para un desarrollo futuro. Es en ese desarrollo futuro donde
observaremos la estrecha relación entre tomismo y whitehedianismo. Ello explica
por qué la autora recoge esas primeras inclinaciones garcíabaccanas para
llevarlas a su punto límite y extenderlo si es posible.
Whitehead y García Bacca hoy.
Como dijimos
al principio de este ensayo, la huella de JGB en la Escuela de filosofía de
Caracas se expresó en un horizonte muy general cuyo centro estuvo anclado en la
lógica, la metafísica vista como ontología y el plan entendido como proceso[23].
Los personajes conceptuales que creemos le dieron unidad de sentido y un
importante grado de consistencia a sus intuiciones fueron: Santo Tomás de
Aquino, Immanuel Kant, Albert Einstein y Alfred N. Whitehead, amparándose, al
efecto, en los avances de la física de la primera parte del siglo XX. Esto nos
lleva a examinar ese horizonte general y la trascendencia de su propuesta
filosófica a través de dos de sus personajes conceptuales, es decir, Santo
Tomás y Whitehead.
Con respecto
al horizonte general Jesús Baceta nos indicó que JGB no sólo fue un ejemplo
virtuoso de filosofía práctica en ese turbulento presente y en el futuro por
venir por diferentes motivos, siendo los principales: por una parte, el hecho
de mantener sus convicciones en los momentos más críticos de su vida, es decir,
el de la caída de la república española en 1939 y la toma de la Universidad
Central de Venezuela en 1971 y su inquebrantable “afán por presentar una
filosofía con una forma de expresión propia, llena de giros retóricos,
analogías, metonimias, símiles y metáforas, tomando todos sus riesgos” y, por
la otra, el haber seguido el valiente camino que va de Dios a la duda metódica
cartesiana (Op. Cit.). Pero Baceta no terminó allí. Él expresó que el
filósofo español:
·
Fue tenaz en divulgar la filosofía y la lógica
matemática a través de unas obras de excelente factura pedagógica.
·
Hizo un colosal trabajo de traducción y un invalorable
trabajo ensayístico
·
Inculcó el valor del “trabajo del historiador de la
ciencia como una labor prioritaria e indispensable para la reflexión
filosófica” así como la de mantener una sincronía en el estudio de las ciencias
formales. Y finalmente
·
Hizo un sincero e insistente elogio a la técnica que
había sido olvidada por el discurso filosófico.
Según Baceta
(2010), JGB al final de sus días retornó a sus orígenes en sus “Ficciones
científicas”[24], es decir,
al pensamiento tomista. La tesis de María Guadalupe Llanes nos lleva al segundo
aspecto de nuestro hilo argumentativo para constatar la actualidad de García
Bacca.
Guadalupe se
interesó en la cosmología whiteheadiana de Proceso
y Realidad, pero observó que algunas de las nociones fundamentales de su
sistema “son, en algunos casos, bastante ambiguas. En particular el concepto de
substancia” que según la autora “lo utiliza, lo rechaza, le cambia el nombre,
le da más de un significado, mezcla rasgos de varios autores para componer su
versión”, pero, a pesar de todo ello observó que el concepto de sustancia
‘reina’ en su sistema “aunque… lo niegue”. La novedad en esta investigación fue
el papel de García Bacca como personaje conceptual para desentrañar el universo
whiteheadiano desde un enfoque intuitivo de talante tomista.
Para
Guadalupe, la ‘substancia’ es el puerto de salida y de llegada del espíritu
puesto que su búsqueda se orienta a lo trascendente. De ahí que “pensada de mil
maneras, eso sí, pero todas conducentes a la certeza de la duración, a la destrucción
de la nada” (Op. Cit.:237). La nada, como dijimos, ha sido lo que ha motivado
ese gran esfuerzo intelectual por evitarla y evitarla por otra vía que no sea
spinoziana. Para ello se han seguido los modelos mecanicista y organicista del
universo vistos como modos de organización y no de dinamicidad. Whitehead, en
este contexto, estableció, según la autora, un modelo ‘conciliador’ que
denominó “Mecanicismo orgánico para explicar el todo” (Ibid.). Esta
conciliación consistió en la consideración de la existencia de “entes duraderos
con patrones estructurales que permiten su permanencia y también [la existencia
del] flujo universal de las cosas” (Ibid.:238). Aquí nosotros observamos,
gracias a Guadalupe, que fue en esta conciliación que JGB pudo adoptar ese
sistema whiteheadiano y explicarlo, como examinamos, y ajustarlo en su TyMC.
Ahora bien, ¿cómo llegó a este modelo? Bueno, Guadalupe partió de la concepción
de la sustancia entendida como
el objeto complejo que está frente a
mí, que existe y permanece más o menos tiempo, siendo lo que es en medio del
cambio; [y es]… en el mundo del proceso,… una sociedad más o menos estructurada
(Ibíd.:239).
A partir de
esta descripción la autora consideró que podemos ver también que las “entidades actuales son reales,
individuales y particulares” como lo son también las sociedades. Es decir,
poseen una autonomía ontológica. Esta autonomía ontológica, que también observó
JGB a partir del concepto de creatividad, es una característica de la sustancia
que va a estar presente en ambos autores, o sea, Santo Tomás y Whitehead (Ibid.:240).
El aspecto
clave que va a considerar Guadalupe es que Whitehead creyó “en la permanencia
de lo mismo” bajo una estructura con una diferencia que va a estar basada en el
origen de las estabilidades, es decir, en el sentido de que estas estructuras
son forjadas por las propias entidades
actuales como consecuencia de su propia evolución generando patrones que
son a su vez “estructuras probadas para beneficio de la entidad por la propia
entidad, su ambiente, su pasado, su línea de existencia y su interacción con
todas las [otras] entidades y con el todo” (Ibid.:242). Estos patrones se
transmiten entre las entidades que constituyen la sociedad y, consecuentemente,
a las futuras en sucesión espacio-temporal como también lo pensó el Aquinate.
Este aspecto estructural está presente de manera general en la TyMC, aunque
podemos decir, en relación con el concepto de permanencia, que este va a
anclarlo a las leyes físicas de conservación de la materia y de indeterminación
temporal propia de toda realidad material presente en el mundo cuántico, como
hemos indicado[25].
Creemos que las consideraciones ontológicas hicieron que JGB diera por sentado
el aspecto estructural puesto que, como fue señalado por Guadalupe en su
exégesis tomasiana, a pesar de los cambios lo que hay de permanente es la
sustancia no quedando nada por fuera “ni la materia ni la forma (que para Tomás
forman en conjunto la esencia)” (Op. Cit.:243 y 246). Es decir, esta sustancia
“cambia ‘accidentalmente’ cuando cambian sus accidentes… pero permaneciendo
como tal sustancia y como ésta, sustancia, o sea, conservando íntegra su
naturaleza específica e individual”. De ahí que la autora fuera más allá del
pensamiento garcíabaccano al concluir que tanto para el Aquinate, como para el
filósofo inglés “lo permanente es en realidad la esencia individual, la sustancia
primera, que dice lo que este ente es” (Ibid.:244).
Por otra
parte, Guadalupe agregó otros elementos confluyentes en el sistema del Aquinate
y del filósofo inglés, que JGB explica de una manera abierta y general como nos
indicó Baceta, pero que en este momento creemos fue para evitar la
identificación de la mediación entre esa escolástica y la filosofía del
organismo. Estos otros elementos fueron los objetos
eternos, el mundo actual de una entidad actual, el sujeto o supersujeto, y la
noción de relación interna. Los objetos eternos, según la autora,
“estabilizan las sociedades whiteheadianas. Son patrones, equivalentes a los
universales medievales” (Ibíd.:246). Dicho de otra manera, “El mundo actual de
una entidad actual es un nexo compuesto
por todas las ocasiones actuales pasadas de esa entidad, objetivizadas y listas
para ser prehendidas” de modo que producen una ruta histórica que se debate,
tanto en el Aquinate como en el hispano-venezolano, entre el devenir y la nada
por ser la consecuencia de pertenecer a un universo creado de la nada. Entre el
sujeto y el superjeto hay una enorme diferencia, es decir, entre el sujeto
tomista que es anterior a sus determinaciones y el whiteheadiano que “nace de
la concrescencia y satisfacción o punto final de una entidad actual”
(Ibíd.:247). En esta diferenciación JGB se va a inclinar por el sujeto whiteheadiano
como hemos visto ya en sus expresiones unívocas y las de sus intérpretes en
este ensayo. La noción de relación interna está inmersa con el todo, es decir,
en la relación de una entidad actual como substancia última, con Dios y el
mundo visto como una totalidad orgánica (Ibid.:248). En la exégesis realizada
por Guadalupe indicó que para el Doctor Angélico cada criatura participa de la
entera esencia divina en el grado que corresponde a su naturaleza. Y agregó que
si reemplazamos
… al Dios tomista por el universo
whiteheadiano,… encontraremos que una entidad
actual puede tener su versión particular de la esencia de su universo
completo, participar del universo como totalidad por el tipo de relación que
tiene con el todo (Ibid.).
Aquí está la
hendidura a la que me refería con respecto a JGB. La operación de reemplazo fue
la que realizó el filósofo hispano-venezolano para apropiarse y explicar el
sistema whiteheadiano de la manera como lo hizo en Nueve Grandes Filósofos… debido a que, en palabras de Guadalupe,
“Dios es profundamente trascendente al universo orgánico” (Ibid.:250).
Lo que
descubrió JGB en Whitehead fue la posibilidad de explicarlo mediante un tomismo
desbordante que le permitió asumir una nueva metafísica sin dejar la que había
aprendido e interiorizado en sus primeros tiempos. Podríamos decir que JGB fue
un cripto tomista, pero es un error. Lo que demostró Guadalupe fue algo que
había descubierto JGB, es decir, que Whitehead se pudo haber ahorrado el gran
esfuerzo realizado si hubiese seguido el derrotero de todo aquel que navega las
aguas de la filosofía. En todo caso, Guadalupe Llanes gracias al apoyo de JGB
ha producido una triangulación en el plano filosófico que permite sentar sobre
unas bases más firmes la filosofía del organismo.
Así pues,
además de los aportes que hizo JGB a la filosofía en Iberoamérica, según Baceta
y Sánchez, creemos que Guadalupe ha revitalizado el pensamiento garcíabaccano a
partir de la correlación del tomismo y el whitehedianismo. Esta triangulación
realizada por la autora ha empezado a ser vista con interés en el mundo de la
filosofía del organismo y en sí constituye un retorno a los orígenes de la Escuela
filosófica de Caracas en estos trescientos años de reflexión, investigación y
difusión.
Escolio
¿Cuál es el
rastro que dejó JGB en la UCV? Creo que en la estructura del proceso educativo
está la base metafísica que se observa aun en el plano de la teorética y la
filosofía de las ciencias, aunque el nombre del filósofo español no esté
presente de una manera formal. Pero afirmamos categóricamente que la presencia
de JGB realmente se ha actualizado y se ha puesto de nuevo en boga de la mano
de Santo Tomás de Aquino y Alfred N. Whitehead a través de la línea de
investigación iniciada por María Guadalupe Llanes denominada como Evoluciones Metafísicas.
[1] Ver también: Monfort (2017) y Ferrer García, (2017).
[2] Ver al respecto: JGB (1984).
[3] Ver también: Izuzquiza (1989:114, 122)
[4] Ver también: Ferrer García (Op.Cit.) y Llanes (2018).
[5] Hurley, P., “Russell, Poincaré, and
Whitehead’s ‘Relational Theory of Space’”. Claremont.
Process Studies, Vol. 9, Numbers 1 &
2. 1979, pp.14-21
[6] En relación con Deleuze y Guattari es conveniente indicar que
utilizaron las expresiones: plan (o
plano) de consistencia o de inmanencia
desde una concepción geométrica, por oposición a plan de organización y de
desarrollo (o de transcendencia). Su objeto fueron para indicar lo plano de las
multiplicidades y definir rizoma
(2008:12-16).
[7] Kristoffy expresó que estas palabras están estrechamente
relacionadas con las cuatro causas aristotélicas (Op.Cit.).
[8] Este texto fue producto de una conferencia dictada en París en el
1° Congreso de Filosofía Matemática, en el año 1914 que sólo apareció en
francés en la Revue de Métaphysique et de
Morale (1916:423-54). Ver al respecto: Hurley (1979).
[9] Ver al respecto: Givone (2001:242).
[10] Aquí es conveniente señalar que JGB negó “repetidamente a su
pensamiento el carácter de sistema”, pero como nosotros tratamos de buscar una
unidad dentro de la generalidad de su pensamiento creemos que podemos usar el
términos sistema no sólo desde una perspectiva evolutiva como expresó
Izuzquiza, sino también, como veremos, desde el fundamento escolástico de su
pensamiento. Ver al respecto: Izuzquiza (1989:114).
[11] Ver al respecto: https://www.openhorizons.org/jay-mcdaniel.html
, http://whiteheadresearch.org/
y https://cobb.institute/
[12] Según Santo Tomás: “Dios es acto infinito, por lo cual su acción
se extiende a la naturaleza entera del ser. Así que puede hacer que toda la
sustancia de un ente se convierta en toda la sustancia de otro” (Suma teológica
3º parte, 75, art. IV.)
[13] Monfort, Op. Cit.
[14] García Bacca (1990).
[15] Podemos agregar que este puente fue más sólido si consideramos al
Kant del Opus Postumum.
[16] García Bacca (2001).
[17] En esta corriente, que se conoce como vitalista, buscó establecer
“un principio o impulso vital para dar una explicación sobre la diferencia
existente entre los fenómenos vitales y las estructuras orgánicas” (Ibíd.). En
este sentido, Bergson expresó que: “… la vida, desde sus orígenes, es la
continuación de un único y mismo impulso que se ha repartido entre líneas de
evolución divergentes. Algo ha crecido, alguna cosa se ha desarrollado mediante
una serie de adiciones que han sido otras tantas creaciones.” (1977:99).
[18] Ver al respecto: Zubiri (1995).
[19] Suárez Bustamante, Op.Cit.
[20] García Bacca (1990, Op. Cit.), Llanes (Op. Cit.) y Monfort (Op. Cit.).
[21] García Bacca (1964).
[22] Suárez Bustamante, Op. Cit.
[23] Ver al respecto: En la Revista
Episteme NS de 1993 Vol XIII N° 1-3 In
memorian; en la Revista Apuntes Filosóficos: Nº 2. B. SÁNCHEZ: “Juan David
García Bacca: Esquema de su itinerario intelectual”, N° 3. Reseña: J.L.
RUGGERI: J.D. García Bacca: La filosofía de la música, N° 10: V. PRADO: Diálogo
con J.R. Núñez Tenorio: en torno a García Bacca, N° 13: Entrevista a Juan David
García Bacca, N° 23: D. SUÁREZ BUSTAMANTE (2003): “La cualidad de la novedad
como el fundamento del modelo científico de causa de J.D. García Bacca”. Por
otra parte, hay un estudio donde se hace mención del autor español, denominado:
“Epistemología y Complejidad: una aproximación a la Cibernética de 3 orden” en www.giem.net y http://edgareblancocarrero.blogspot.com/2012/03/epistemologia-y-complejidad-una_05.html
[24] Baceta et al. (2010).
[25] Ver al respecto: Izuzquiza, (Op.Cit.:119).
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