viernes, 2 de octubre de 2015

OPERACIÓN ESCORPIÓN II. TALASOCRACIA VS. EPIROCRACIA: ¿LAS DOS CARAS DE LA GUERRA CIVIL GLOBAL?


Reflexión acerca de Venezuela y Cuba y la crisis de los misiles de 1962 en una visión prospectiva




Koselleck (2006) ha expresado en su Begriffsgeschichten que la historia de la guerra ha orbitado entre la guerra civil y la guerra interestatal usando como plano de referencia Las Guerras del Peloponeso. Este enfrentamiento ha sido considerado, para este autor, como paradigmático en dos sentidos: por una parte ha sido referente para explicar la guerra civil inglesa en el siglo XVII como ha sido el caso de Hobbes[1] y, consecuentemente, Agamben (2015) para  explicar que el estado de guerra actual es una guerra civil global[2]. Por otra parte, ha sido usado para explicar desde una perspectiva geoestratégica, sobre todo a lo largo del siglo XX, el enfrentamiento entre potencias continentales epirocráticas y potencias marítimas talasocráticas como fue el caso del enfrentamiento anglo-francés entre los siglos XVIII y XIX, anglo-alemán a principios del siglo XX, y soviético-estadounidense en el período que se denominó la Guerra Fría y en el período que se ha iniciado en fecha reciente a propósito del estallido de la crisis en Ucrania. Esta doble perspectiva paradigmática de la guerra que conmocionó los cimientos de la Grecia antigua, tal como la ha indicado Tucidides, permite examinar el papel de una epirocracia en operaciones de ultramar frente a una talasocracia en el pasado y en el presente tomando como referente el ensayo denominadoVictoria Soviética sin Poder Marítimo en Cuba” que analiza la crisis de los mísiles en Cuba en el año 1962 y el ensayo denominado “Implicaciones estratégicas de la diplomacia naval rusa en Venezuela” que hace una evaluación de las actuales potencialidades rusas en el mar luego que sus buques comenzaran a surcar de nuevo el ancho mar, con el fin de comprender la naturaleza de la guerra civil global según Koselleck, Agamben y otros autores[3]. No obstante, antes de establecer el derrotero de este estudio vamos a hacer una sucinta descripción de qué fue, por qué se desencadenó, cómo se manifestó las Guerras del Peloponeso y el resultado final del mismo.



Según Tucidides (423 a.C./1984), las Guerras del Peloponeso fueron un conjunto de enfrentamientos que se produjeron entre Atenas y la denominada Liga de Delos y Esparta y la liga del Peloponeso. Estos enfrentamientos se extendieron por alrededor de 28 años. Según este estratego ateniense la guerra se desencadenó por el temor de Esparta de que la potencia ateniense de acrecentara de una manera tal que convirtiese a todo el mundo griego como sus súbditos (Ibíd.). La guerra fue una guerra civil caracterizada, según Agamben (2015), por la tendencia ateniense de hacer que la esfera privada subsumiese la esfera pública, materializada en el desarrollo de la oikonomos (economía en sentido moderno) como medio para incrementar el bienestar individual y el esfuerzo espartano por re-politizar lo público de modo que fuese posible mantener el carácter público de la (o las) polis griegas frente a amenazas provenientes de territorios extranjeros[4]. Popper planteó que la citada guerra fue una lucha de clases (2006:199). Esta lucha de clases se planteó mayormente entre un partido oligárquico (espartano) reacio al cambio y un partido democrático (ateniense) en expansión política impulsada por el bienestar económico. El uso de la palabra ‘mayormente’ obedece a que no fue un enfrentamiento puro. Popper (2006) destacó que en Atenas y en todas las demás polis dominadas por los atenienses hubo un partido oligárquico que se resistió a la política expansionista de los demócratas y favoreció a Esparta así como en la Liga peloponesiaca hubo un partido democrático que conspiró contra los lacedemonios[5].



Así pues, podemos indicar que la guerra se desencadenó por una percepción de debilidad espartana que debía ser corregida antes de que fuese demasiado tarde. El momento que consideraron los espartanos para ello se produjo con la revolución de Corcira y la consecuente guerra civil que se desencadenó para reinstaurar un gobierno oligárquico[6]. Este intento, según Tucidides (Op. Cit.), produjo una conmoción en el mundo griego debido a que en todas las ciudades los jefes de los partidos oligárquicos y democráticos apelaron a la sabiduría de la nobleza, en el caso de los primeros, y a la igualdad constitucional, en el caso de los segundos, para lograr su propósito político. En este contexto, continúa afirmando



“… recurrieron a todos los medios imaginables, cometiendo los crímenes más atroces… Imperaba la muerte con sus caras infinitas… Esta espiral atroz de la lucha civil [revolución] dio nacimiento a toda suerte de delitos [en todo el universo griego]… en todas partes reinaba la actitud del más pérfido antagonismo. No había… ninguna palabra ni juramento, por sagrados o terribles que fuesen [que fuese seguido o respetado]… De los que todos estaban persuadidos por igual… era de que nada se hallaba a salvo” (Ibíd.).

  

Se reconoce que generalmente la guerra tuvo tres períodos: el primero conocido como Arquidámico, el segundo que comprende la expedición de Siracusa hasta la recuperación ateniense en la batalla naval de Cicico y el último período que comienza con la victoria naval ateniense de Arginusa hasta su rendición después de haber sufrido una derrota catastrófica en Egospotamos.



Si bien, esta guerra es rica en situaciones que pueden ser meritoria de profundos análisis desde el punto de vista naval nos interesa destacar de la primera fase los combates de Anfipolis y Pilo por la relación tierra-mar y su importancia para el esfuerzo de la guerra, de la segunda fase la batalla de Siracusa por sus consecuencias político-estratégicas y de la tercera fase las batallas de Cicico, Arginusa y Egospotamos por sus efectos políticos.



La primera fase de la guerra se desarrolló desde la perspectiva espartana como un ataque terrestre directo a la metrópolis ateniense y acciones indirectas realizadas por mar por parte Atenas de modo que se produjo un estancamiento que postergó la decisión con el agravante que la peste desencadenada en Atenas limitó sus acciones defensivas así como las acciones ofensivas espartanas para evitar el contagio. Este estancamiento obligó a los atenienses a atacar las fuentes del poder económico espartano y a su vez a los espartanos a hacer lo mismo con los atenienses. Este fue el marco de Pilo y Anfipolis. La pérdida de Pilo por parte de los espartanos y de Anfipolis por parte de los atenienses los obligó a negociar y retornar al statu quo anterior al estallido de la guerra. Este retorno, fue interpretado como una victoria ateniense (Ibíd.).



La segunda fase de la guerra se enfocó en la realización de una campaña naval ateniense para extender su poder al oeste del mar Mediterráneo. El obstáculo para lograr su objetivo lo representó Siracusa (Ibíd.). Como esta polis logró resistir los asaltos iniciales de las fuerzas atenienses comenzó a recibir ayuda de forma extensiva por parte de los espartanos con el propósito de destruir la confianza sobre la cual descansaba el poder ateniense, es decir, su flota. En este caso las líneas logísticas de los atenienses se extendieron de forma significativa como le sucedió a Napoleón y Hitler en Rusia por lo que se le hizo difícil recibir refuerzos de forma sostenida resultando en una derrota catastrófica. Este hecho desencadenó una crisis política en Atenas que no fue suficientemente aprovechada por los espartanos generando el escenario que conduciría a la batalla de Cicico.



La tercera fase de la guerra se inició con la victoria naval ateniense en Cicico y finalizó con el sitio de Atenas después de la catástrofe naval de Egospotamos. Cicico fue un punto de inflexión en la guerra porque colocó de nuevo la balanza en una posición de equilibrio entre la epirocracia y la talasocracia luego que los atenienses produjeron una derrota catastrófica a los espartanos, pero la crisis política ateniense que hizo que cayera, por un relativamente breve período, la democracia no estuvo dispuesta a retornar al statu quo del inicio de la guerra a pesar de los esfuerzos espartanos y ello creo las condiciones de posibilidad para que Esparta recibiera ayuda persa a fin de reconstituir su flota. Los atenienses lograrían derrotar de nuevo a la flota espartana en Arginusa, sin embargo, como no pudieron destruir toda la flota espartana como en Cicico se produjo una nueva crisis política que significó la ejecución de los estrategos navales más competentes para defender Atenas. Por lo que se puede afirmar que las derrotas navales espartanas no destruyeron su confianza ni la fuente de su poder, en cambio las derrotas navales atenienses sí. Con este escenario, los espartanos decidieron atacar las fuentes de suministros atenienses y estos últimos se vieron en la necesidad de movilizar su flota sin sus jefes experimentados. La resultante fue el desastre naval de Egospotamos y la rendición de Atenas después de un año de sitio (Kinder y Hilgemann, 1988).



Un año después de la victoria espartana, esta polis cayó derrotada por los tebanos y posteriormente Filipo de Macedonia unificó todo el mundo griego iniciando una nueva era que se conoció como período helénico. A pesar de esta afirmación Popper expresó de forma categórica que la democracia pudo reconstituirse en Atenas demostrando que esta forma de gobierno poseía “una fuerza superior” a pesar de las pruebas a que había sido sometida debido a que como sociedad abierta, fue capaz de adaptarse a las circunstancias cambiantes, no así Esparta que sucumbiría a las corrientes del cambio histórico. Por ello agregó que



“El remedio no reside en la detención de las transformaciones políticas, pues esa no puede procurarnos la felicidad… cuando más tratemos de regresar a la heroica edad del tribalismo, tanto mayor será la seguridad de arribar a la Inquisición, a la Policía Secreta y al gangsterismo idealizado” (2006:216).



Con este marco histórico, a fin de determinar la naturaleza y alcance de la guerra civil global por intermedio del enfrentamiento entre una talasocracia y una epirocracia, vamos a contextualizar, en primer lugar, el enfrentamiento iniciado en el año 1945 entre Estados Unidos y la Unión Soviética usando como referente las Guerras del Peloponeso, en segundo lugar, vamos a analizar los encuentros navales que tuvieron ambos países, en tercer lugar, vamos a interpretar cómo Rusia ha asimilado las enseñanzas de los reveses del pasado y en cuarto lugar, vamos examinar cómo se están presentando otros antagonismos al margen de la relación tierra-mar. El esquema a seguir es el siguiente:



  • La Guerra Fría a la luz de las guerras del Peloponeso.
  • Los enfrentamientos navales de la Guerra Fría.
  • Las lecciones aprendidas por parte de Rusia en el campo naval.
  • Los antagonismos que han surgido dentro del marco de la relación recíproca mar-tierra.



Por último, hay que tener presente que si bien, no se ha hecho mención al espacio aéreo y el espacio electromagnético, el hecho que en estos espacios el hombre sólo puede estar usando al efecto plataformas adecuadas a tal fin, vamos a incluir estos en los espacios marítimos (como espacios abstractos) y terrestres  por la capacidad de proyección estratégica (Blanco, 2010). El espacio ultraterrestre será considerado de manera especial por el advenimiento de lo que se han dado en denominar armas cinéticas ya que ha convertido a ese espacio en un espacio de proyección[7]. El propósito final de este estudio es determinar el alcance del antagonismo civil global planteado en los términos antes indicados para avizorar la potencial presencia de otros antagonismos.



         1.-     La Guerra Fría a la luz de las guerras del Peloponeso.



         Hablar de la Guerra Fría como el enfrentamiento de una epirocracia contra una talasocracia se agota con el fin de la citada guerra. La Guerra Fría fue un enfrentamiento que se inició para algunos autores con la Conferencia de Potsdam en 1945 y para otros con la reticencia soviética de retirarse de Irán o el bloqueo de Berlín y termina con la conferencia de Malta en el año 1991. Esta confrontación se manifestó en su mayor parte como guerras civiles y de liberación alrededor del mundo. Pero si se considera este enfrentamiento como el de una epirocracia y una talasocracia de forma pura, las indicaciones de Irak, la prolongación de la guerra en Afganistán y la desmembración Georgia y Ucrania, por citar sólo estos ejemplos, indican que la guerra civil global ha entrado en una nueva fase. Así pues, si hacemos un cuadro comparativo de las fases de las Guerras del Peloponeso con la guerra civil global tenemos lo siguiente:




Atenas vs Esparta
Estados Unidos vs. Rusia
Espacio/tiempo
Comprimido /dilatado
Dilatado / dilatado
Primera fase
·      Asedio de Atenas
·      Batalla de Pilo
·      Batalla de Anfipolis
·     Guerra de Corea
·     Crisis de los misiles en Cuba
·     Guerra de Vietnam.
·     Invasión de Afganistán por parte de la URSS.
·     Guerra de Angola
·     Desintegración de la URSS.
Segunda fase

·     Somalia/Irak
·     Chechenia.
·     Activación de la 4° Flota.
·     Irak/Afganistán/Georgia/Libia/Siria.
·     Ucrania.
Siracusa
¿?
Tercera fase
Cicico / Arginusa
Egospotamos
¿?



         Este cuadro como se presenta abre la posibilidad de una polémica en virtud de que estamos hablando de un enfrentamiento que no ha terminado. La clave de esta afirmación nos las ha dado Fernández Bolívar (1963/2009) y sus Principios matemáticos históricos…. Este autor ha asociado el concepto de catástrofe al de derrota militar. La derrota militar catastrófica es un cambio súbito y más o menos repentino de las circunstancias político-estratégicas que puede indicar el fin de una confrontación. Con este criterio podemos afirmar que Siracusa produjo un cambio de circunstancias como lo produjo la batalla de Salamina con respecto a las guerras médicas anteriores a las Guerras del Peloponeso, la batalla del Estrecho de Los Santos según Mahan en relación al enfrentamiento franco-inglés dentro del marco de la guerra de independencia estadounidense o la batalla naval de Tsushima en relación con la guerra ruso-japonesa porque los derrotados (persas, franceses, y rusos respectivamente) perdieron una importante capacidad de proyección estratégica. Con este criterio, en la primera fase de la Guerra Civil Global conocida como la Guerra Fría no ocurrió una catástrofe militar, sino una serie de triunfos parciales que la dinámica de las circunstancias diluyó en otro tipo de acontecimientos. La caída del muro de Berlín, la desintegración del Pacto de Varsovia así como la desintegración de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) pueden ser entendidas como catastróficas.



         En la primera fase de la guerra, como se puede observar del cuadro anterior ni los estadounidenses y ni los rusos atacaron las bases económicas de su poder debido a que ambos países poseen recursos Ilimitados. Lo que hicieron fue atacar las bases de producción de subjetividad cuya consecuencia es minar la confianza[8]. Los rusos por intermedio de la ideología en aquellos lugares donde aún había resistencia a EE.UU. y Occidente, y los estadounidenses (y Occidente) al intentar (con éxito) de introducirse en el medio de la forma en cómo lograban satisfacer sus necesidades los países que se encontraban en la esfera soviética. Así pues, si se observan los hechos más relevantes de la Guerra Fría que indicamos en el cuadro anterior, se evidencia que estos fueron periféricos y no comparables con las principales acciones desarrolladas por los atenienses y espartanos en la fase arquidámica a no ser que se consideren desde la perspectiva de la producción de subjetividad. Así pues la guerra de Corea afectó la confianza en el orden impuesto en San Francisco como consecuencia del fin de la Segunda Guerra Mundial y se materializó en la Organización de las Naciones Unidas. El quiebre de la confianza afecto el sistema de creencias de una parte de la humanidad creando las condiciones de posibilidad para que surgiera una tercera opción conocida como el movimiento de los no alineados. La crisis de los misiles en Cuba, además de hacer que el riesgo de una nueva guerra mundial fuese real hizo que a la pérdida de la confianza se uniera una relación oscilante de miedo y terror que hizo además que la confrontación entre talasocracia y epirocracia se mantuviera de forma indirecta como aconteció en Vietnam, Angola y Afganistán y se extendiera a otros planos del quehacer político (económico, diplomático, comunicacional, psicológico, etc.).  



Si bien, puede entenderse la desintegración de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas como una catástrofe, la realidad es que ocho años después Rusia, en primer lugar, impidió el colapso de Serbia en la guerra por Kosovo y ese hecho ha colocado esa área de los Balcanes como una zona de tensión donde en cualquier momento se puede desencadenar un conflicto, en segundo lugar, ha sometido a los separatistas chechenos, en tercer lugar, ha logrado establecer estrechas relaciones con Suramérica dentro de un cambio hacia la izquierda iniciado en Venezuela desde el año 1999 y, en cuarto lugar, ha recuperado su esfera de influencia en Asia central. Aquí puede afirmarse que la disolución del Pacto de Varsovia es equiparable con el giro a la izquierda de gran parte de Suramérica entre 1998 hasta la activación de la 4° Flota estadounidense (2008)[9] y la concreción de la denominada Alianza del Pacífico (2011)[10]. Ambas han marcado el límite de avance de la izquierda en el continente. 



El momento de inicio de la nueva fase de la guerra que han enfrentado a una epirocracia (Rusia) con una talasocracia (EE.UU) se produjo con la crisis en Georgia en el año 2008 y se ha intensificado con las crisis en Siria e Ucrania. En Siria, después de la situación que casi lleva a una guerra entre Rusia y EE.UU, ambos países combaten a las fuerzas islamistas del Estado islámico[11]. En Ucrania, la recuperación de la península de Crimea por parte de Rusia y la acción de los separatistas ucranianos pro-rusos le han dado a la guerra civil global una nueva dimensión. Como se puede observar, así como la epirocracia y la talasocracia se apoyan mutuamente en Siria frente al denominado Estado islámico (EI) se enfrentan en Ucrania. Este es un indicador de la complejidad de la Guerra Civil Global actual que hasta el presente ningún país ha reconocido de forma abierta con la excepción del vaticano en la persona del Papa Francisco I. Esta complejidad se agrava por las acciones emprendidas por Turquía contra las fuerzas kurdas que luchan contra el EI, el caos político en Libia y el enfrentamiento indirecto iranio-estadounidense en Yemen a pesar de que ambos países se apoyan frente al EI en Irak.



         La guerra civil ucraniana, muestra el interés ruso en recuperar o no perder espacios políticos de influencia y la guerra civil siria, la insurgencia kurda y la inestabilidad en Irak y Afganistán son los indicadores que muestran el interés de Occidente y en especial de Estados Unidos de modificar el mapa del Cercano y Medio Oriente. Veamos un poco qué ello significa.



En relación con Rusia, la crisis ucraniana se ha manifestado como un enfrentamiento este-oeste pero que en la práctica se ha presentado como un enfrentamiento que tiene un eje norte-sur que recuerda la Gran Guerra del Norte librada entre Suecia y Rusia a inicios del siglo XVIII y significó la decadencia sueca. El sur ha tenido como escenario el mar Negro y el norte el círculo polar Ártico. La gramática de confrontación se ha presentado mediante la diplomacia naval y si se quiere aeronáutica en muy baja intensidad. Con respecto a Siria y, en general el nivel de inestabilidad que ha alcanzado el Cercano Oriente[12], tiene sus orígenes con la disolución del imperio Otomano en el año 1918. Después de ese año se crearon un conjunto de entidades políticas, si se quiere artificiales (a imagen y semejanza de Occidente), que no han satisfecho las necesidades de la población. Pero dado el carácter estratégico de la región dirigentes políticos de Occidente han tratado de redibujar su mapa para satisfacer sus intereses. Aquí se observan dos tendencias: una la de conformar un EI árabe rodeado de un conjunto de Estados menores de acuerdo con el pensamiento de T. H. Lawrence (Ashbrook, 2013) y la otra que sigue los criterios del departamento de Estado estadounidense y el Foreign Office británico que apunta a la creación de un nuevos Estados siguiendo, más o menos, los criterios westfalianos de la libre determinación de los pueblos, según Nazemroaya (2006), para obtener ventajas en la región. Ambos casos suponen una alteración del statu quo en perjuicio de todos los Estados de la región incluyendo Turquía. A continuación se muestran unos mapas indicativos de los proyectos de reordenamiento del Cercano Oriente



La guerra contra el EI, un movimiento antiwestfaliano surgido a raíz de la serie de eventos acaecidos en la región desde la segunda Guerra del Golfo, comparado con las Guerras del Peloponeso plantea la diferencia que en el pasado no apareció un tercero que se opusiera entre los contendientes a la guerra en un esfuerzo en común[13]. En este sentido, Agamben (2015) indicó que la no asunción de un partido significaba la exclusión política. Formar parte de un partido, en caso de derrota, suponía el perdón como aconteció con Atenas después de ser derrotada por Esparta. En la actualidad, en la fase de la guerra en que nos encontramos eso todavía no está planteado, pero si se considera la interpretación que hacen Hardt y Negri (2004) de la Guerra de los Treinta Años pareciera existir un tercero que se opone a la citada guerra como un movimiento anti-Estado que más allá del perdón, lo que persigue es la destrucción del orden existente. Por ello es que en Venezuela y la máquina de guerra islámica (Blanco, 2014b) afirmamos que en la actual confrontación global hay tres movimientos anti-Estados, uno conformado por el Foro de São Paulo, el otro conformado el EI en todas sus manifestaciones y el otro por grandes empresas transnacionales que han adquirido la capacidad de hacer la guerra y operan más allá de los Estados usando al efecto los otros movimientos anti-Estado.



Si entendemos la conclusión hecha por Aron (1989) acerca de la tendencia a la bipolaridad en las relaciones internacionales siguiendo la guerra griega narrada por Tucidides, esta bipolaridad supone la exclusión de terceros. De ahí la exclusión indicada por Agamben (2015), pero entendida como la no aceptación de otra opción en la guerra. La campaña de Noruega en 1940 es un ejemplo de ello. La campaña se inició por la invasión simultánea de británicos y alemanes y el esfuerzo noruego de expulsar a los invasores: duelo de tres. Después los noruegos se unieron a los primeros para combatir a los alemanes, duelo. Lo que no ha sucedido es que un tercero saque a los invasores o usando el ejemplo noruego que este país haya logrado expulsar a los dos invasores... Esto nos coloca en el tema de la neutralidad. Según reconocidos autores, el derecho de la guerra ha existido para regular esta frente a terceros estados. Con la Organización de las Naciones Unidas (ONU) se acabó la neutralidad para los países que han decidido formar parte. El no cumplimiento de lo estipulado por alguno de los Estados puede desembocar en guerra civil dentro de la esfera de la ONU. De ahí se ratifica la existencia de una Guerra Civil Global desde otro ángulo si se observa el enfrentamiento de la epirocracia y la talasocracia. Pero los estados no son entidades monolíticas. Por ello la guerra civil dentro de los Estados ha sido expresión de la ruptura que se produjo en la ONU otorgándole a esta un carácter global. La manifestación de esta guerra fue, en primer lugar, la liberación de los grandes imperios coloniales y, en segundo lugar, la subversión en aquellos espacios estrechamente relacionados con los principales antagonistas.



Ahora bien, si volvemos a examinar la primera y segunda fase de la Guerra Civil Global nos encontramos que la otra cara de la guerra, es decir, la vertiente marítima sólo se presentó con gran intensidad con la crisis de los misiles en Cuba bajo la figura de diplomacia naval coercitiva. Este hecho nos obliga a examinar los enfrentamientos navales durante la guerra fría con espacial atención a la crisis cubana para determinar los riesgos de ocurrencia de una situación similar como se presentó en Siria en el año 2013.



2.-     Los enfrentamientos navales de la Guerra Fría.



         Entre 1945 y 1991 la Guerra Fría en el mar se manifestó como una diplomacia naval coercitiva en su mayor parte. Las grandes acciones navales estuvieron representadas por el desembarco de Inchon en la Guerra de Corea, el apoyo naval a tierra durante la Guerra de Vietnam y una serie de encuentros menores enmarcados en eso que los estadounidenses llaman acciones reivindicativas. La excepción la constituye la Crisis de los misiles en Cuba que colocó a la epirocracia y la talasocracia frente a una confrontación directa de alcance global.



         En tema de conversación planteado por el Grupo Versalles en una mañana caraqueña nos topamos con un sugerente ensayo titulado “Victoria Soviética sin Poder Marítimo en Cuba”. En esa conversación se indicó que sesenta y tres años después de ese acontecimiento "la burocratización inmediata del poder militar de Estados Unidos luego de la Segunda Guerra Mundial; y su fracaso de mantener influencia en el continente [dentro del marco de la Alianza para el progreso], [facilitó la entrega de] Cuba al dominio comunista, con reales consecuencias hasta el presente”. A esta afirmación respondí que Corbett, en esta situación localizada, le daba crédito a la acción soviética, pero si seguimos la línea de argumentación que hemos llevado en este ensayo la crisis cubana fue un acontecimiento dentro de una cadena de eventos acaecidas desde que comenzó la Guerra Civil Global con lo cual podemos afirmar de suyo que esa victoria soviética ha tenido el mismo peso que tuvieron las campañas de Noruega y de Creta realizadas por Alemania durante la Segunda Guerra Mundial frente al Reino Unido. De las discusiones hechas en el grupo hay que agregar el papel jugado por el Almirante Sergéi Geórgievich Gorshkov en el desarrollo de la armada soviética después de la citada crisis, no obstante, se puede extraer como tema de análisis lo siguiente: la crisis en sí y sus consecuencias.



         Sobre la crisis en sí se puede afirmar, siguiendo a Carles Pamies (2015) que esta se inició por el interés soviético de establecer un equilibrio estratégico frente a EE.UU. aprovechando la oportunidad dada por el fracaso de activistas cubanos con apoyo estadounidense de invadir Cuba y derrocar el régimen castrista. A tal efecto se instrumentó la “Operación Añadyr” que consistió, citando el mismo documento Victoria Soviética…, en el despliegue en Cuba de



“… 24 plataformas de lanzamiento, 42 cohetes R-12, unas 45 ojivas nucleares, 42 bombarderos Ilyushin Il-28, un regimiento de aviones de caza que incluía a 40 aeronaves MiG-21, dos divisiones de defensa antiaérea soviéticas, cuatro regimientos de infantería mecanizada, y otras unidades militares, alcanzando a unos 47.000 soldados en total…”[14].



Esta operación además contemplaba el establecimiento de una base para submarinos en Cienfuegos. Como se sabe, la URSS no estaba en condiciones, desde el punto de vista naval, de enfrentar a EE.UU.; desde la perspectiva nuclear los europeos estaban en desventaja, de ahí la decisión de implantar un sistema balístico intermedio en la isla caribeña, pero la incapacidad de los servicios de inteligencia estadounidense de descubrir las intenciones soviéticas o de plantearse la posibilidad de una acción de semejante naturaleza supuso una oportunidad para actuar decididamente con importantes consecuencias políticas.   



         Como se sabe, Venezuela junto con Argentina y República Dominicana participaron en las operaciones desarrolladas por EE.UU. dentro de una fuerza combinada internacional para impedir que por mar llegaran más pertrechos a Cuba. Sobre este tema Maita (2015) desarrolló una tesis denominada  “Los destructores de la clase Nueva Esparta” donde reseña la participación del destructor ARV “Zulia” y ARV “Nueva Esparta” en la citada crisis. Según Maita, los buques venezolanos operaron en el espacio de mar adyacente a las Antillas menores entre los pasos interoceánico ubicados alrededor de Grenada y que hoy corresponde a nuestra Zona Económica Exclusiva y realizaron un total de 71 “observaciones” de buques que transitaron por el área (Ibíd.:122).   



         En relación con las consecuencias, esta crisis culminó con un compromiso “de EE.UU., de no invadir Cuba, retirar los misiles estadounidenses de Turquía, crear una línea de comunicación directa entre Washington DC y Moscú a través del teléfono rojo”. Pero este resultado, que en el documento Victoria Soviética… es señalado como una victoria a pesar de que generalmente se reconoce como una victoria estadounidense debido a que los misiles en Turquía iban a ser retirado debido a el desarrollo de vectores de mayor alcance lanzados desde submarinos estadounidense, se pueden destacar dos hechos a tener en consideración: una relacionada con Cuba y la otra con la URSS. El régimen cubano logró supervivir, como ya indicamos, gracias a un acuerdo soviético-estadounidense. Cuba hizo fermentar la guerra civil en Suramérica después de la crisis de los misiles bajo la creencia que se podía reproducir la experiencia isleña, pero con la excepción de Colombia, cuyo conflicto civil se inició mucho antes de la instauración del régimen castrista y de Chile, que a pesar de caer en la esfera castrista, logró revertir la situación implantando una férrea dictadura de derecha, fueron derrotados de forma contundente especialmente en Argentina, Uruguay, Paraguay, Bolivia, Brasil y Venezuela[15]. En Perú hubo que esperar a que se concretara el colapso soviético. La regresión que permitió posteriormente la entrada en la región de la influencia cubana se produjo, en primer lugar, por la crisis de la democracia representativa que ha afectado a todo Occidente y en especial a Iberoamérica y, en segundo lugar, al interés de Occidente de implantar, bajo este esquema de representación, un modelo económico que generaba más desequilibrios sociales en la región. Por ello, es que se puede afirmar que a la disolución del pacto de Varsovia siguió la pérdida de influencia de EE.UU en Iberoamérica espacio que lograron llenar, de forma notoria, Cuba, Rusia, China e Irán. En la actualidad, Cuba se encuentra en un proceso de entendimiento con EE.UU aunque lucha por mantener su influencia sobre el régimen venezolano. Rusia se ha focalizado en sus espacios de interés adyacentes en Siria, Ucrania y el Ártico, China enfrenta un proceso de desaceleración de su crecimiento económico e Irán se encuentra en un proceso de entendimiento con EE.UU. aunque se enfrentan indirectamente en Yemen.



         En relación con la URSS, la crisis cubana le enseñó que la única manera de enfrentar a EE.UU con su misma gramática era desarrollando su poder naval y nuclear. Por lo demás, tal como se hizo patente en las discusiones realizadas dentro del grupo Versalles, el líder soviético Nikita Jrushchov, quien dirigió la crisis sería depuesto de su cargo dos años después por el Comité Central del Partido por sus desaciertos en política exterior (Kinder y Hilgemann, 1988)[16]. Gorshkov, según Huckabey, (2014), logró en este sentido capitalizar las debilidades soviéticas en la crisis cubana e impulsó el desarrollo del poder naval de su país. El crecimiento de su poder naval y su poder nuclear en una década fue espectacular, pero ello significó dedicar más del 10 % de su PIB en gastos de defensa lo cual supuso un agotamiento de su modelo económico y su posterior colapso cuando tuvo que enfrentar la carrera armamentista que impuso EE.UU. en la década de los años ochenta del siglo XX[17]. Sobre este proceso nos vamos a dedicar a continuación.



         3.-     Las Lecciones aprendidas por parte de Rusia en el campo naval.



         La carrera por la supremacía marítima comenzó en los astilleros navales de la epirocracia y la talasocracia luego de la crisis cubana. Como se sabe, la URSS fue derrotada. En el ensayo Implicaciones Estratégicas de la Diplomacia naval Rusa en Venezuela (Blanco, 2013b) se hizo un examen de cómo los rusos asimilaron esta derrota y cómo han actuado a partir de sus enseñanzas. Se puede afirmar que Rusia salió nuevamente al mar a mediados de la primera década del siglo XXI. La figura ha sido la de la diplomacia naval, pero por si sola no está en capacidad de desafiar al poder naval estadounidense por lo que su papel corresponde en la actualidad al usado, en el pasado, por Francia frente al Reino Unido, es decir, la estrategia del fleet in being a fin de usar sus medios navales como medio de negociación en crisis internacionales como ya lo vimos en Siria. Este hecho nos coloca frente a la necesidad de examinar, siguiendo con nuestra línea discursiva, el enfrentamiento entre la epirocracia rusa frente a la talasocracia estadounidense, teniendo como marco referencial las Guerras del Peloponeso.



         En el cuadro mostrado en el parágrafo 1, colocamos en signo de interrogación un acontecimiento semejante a Siracusa porque éste no ha ocurrido. La semejanza en este caso está dada por el hecho catastrófico en sí indiferentemente del quien pudiera ser derrotado. Un evento de esta naturaleza no ha ocurrido debido a que ambos saben que no están en condiciones de embarcarse en una campaña riesgosa dentro de un contexto signado por una fragilidad económica y por la ocurrencia de otros procesos políticos y sociales que han limitado la capacidad de acción de las entidades políticas enfrentadas. No obstante, están ocurriendo una serie de hechos que marcan unas tendencias en función de la presencia de potenciales situaciones conflictivas. Estos hechos son: la relación marítima chino-rusa, el desarrollo naval chino, hindú, japonés y vietnamita, la reducción de las capacidades de proyección naval de Occidente, en especial de España y el Reino Unido y la situación conflictiva presente en el mar de China y en la península coreana. El más notorio de estos acontecimientos es, según Singh (2015), la entente naval chino-rusa observada en ejercicios navales combinados en el océano Pacífico en el año 2014 y en el mar Negro y Mediterráneo en el año 2015, debido a que está cristalizando una coalición en el mar desde el punto de vista inter-operativo que nosotros creemos es similar a la espartano-siracusana. Por supuesto que su efectividad actual se presenta en el plano diplomático naval, pero, como en el caso de la epirocracia espartana, esta es capaz de soportar en el mar una derrota debido a que su mayor fortaleza está en tierra, el juego estratégico chino-ruso pareciera apuntar a fijar medios navales en las propias áreas de influencia de la talasocracia. Las áreas de potencial aplicación de la cooperación naval chino-rusa ya la indicamos previamente[18]. Estas son: en el Mar Caribe, en función del eje Nicaragua-Cuba-Venezuela, el Mar Mediterráneo debido a la situación en Siria, el Mar Negro en función de la crisis ucraniana, el círculo Polar Ártico, por recursos y el mar de China por recursos y soberanía en espacios marítimos. A continuación se muestra un gráfico ilustrativo de dichas áreas 



         Como se puede observar del gráfico, la coalición ruso-china pudiera operar desde una posición central desde la masa continental euroasiática. No así con respecto al Mar Caribe. El juego que estuviera planteado en la región, como ya indicamos, es obligar a Occidente a distraer recursos necesarios para mantener la presión estratégica en el resto de las áreas de confrontación. Mientras la guerra no escale, el papel chino-ruso va a ser similar al de fleet in being usado por los franceses entre los siglos XVIII y XX. Si escala, la costa occidental del océano Pacífico va a convertirse en la principal área de operaciones navales.



Una coalición epirocrática ruso-china basada en concepto de fleet in being plantea, en este sentido, una situación conflictiva en dos dimensiones: en una el antagonismo es simétrico desde el punto de vista cuantitativo haciendo que el conflicto se presente en el plano diplomático y, en otra, el antagonismo se presenta de manera asimétrica desde la perspectiva cualitativa en el plano cualitativo, en sí, y productivo. Cualitativo en relación a la calidad de los medios de combate de Occidente que les da cierta ventaja a su favor en lo concerniente a la relación precisión de las armas (talasocracia) capacidad de recibir castigo (epirocracia) y productivo en el sentido que la capacidad político-económica de Occidente está más condicionada por factores internos constituyendo ello una ventaja para la citada coalición en el sentido que puede producir medios de guerra con menos limitaciones en el sector interno. 



Más allá de lo hasta aquí indicado, se observa, como aconteció en las Guerras del Peloponeso que el territorio, con la excepción de las campañas dirigidas directamente contra Atenas, en el pasado, y en el presente contra Rusia, el espacio de maniobras lo constituyen los espacios marítimos y en general en aquellos donde el hombre sólo puede estar por intermedio de plataformas adecuadas a tal fin (Blanco, 2010), debido a que, en primer lugar, desde estos espacios es posible proyectar el poder de hacer daño sobre un territorio o un espacio específico y, en segundo lugar, posibilita la capacidad de elegir los medios a emplear dentro de un abanico de opciones estratégicas.



         Teniendo presente lo antes indicado, la posibilidad de una moderna Siracusa puede provenir por el cometimiento de un error de cálculo en el proceso de toma de decisiones o por la desestabilización de un área realizada de forma deliberada. Sobre el primer caso, se puede destacar, por una parte que China ha alertado a EE.UU. sobre el riesgo de involucrarse en el conflicto chino-japonés por las islas Senkaku pertenecientes a Japón y en el conflicto en el mar de China por las islas Spratley y Parecel entre Filipinas, Vietnam, Indonesia y China y, por la otra, el conflicto se ha presentado, de forma directa, entre la talasocracia y la epirocracia en el ámbito económico, financiero, comunicacional y diplomático. Así pues, la talasocracia se enfrenta, en primer lugar, a la epirocracia rusa en el mar Mediterráneo, en el Mar Negro y en el Ártico mediante demostraciones de fuerza militar-naval y, a la epirocracia china en los otros ámbitos del poder. Con respecto a la relación chino-estadounidense no se sabe hasta ahora si se han usado armas no convencionales como las armas cinéticas o la modificación climática aunque en relación con la primera se ha indicado que las recientes explosiones ocurridas en el puerto de contenedores de Taijing (Beijing), podría haber sido causada por una bomba de tungsteno en respuesta al hackeo por parte de China de sistemas de seguridad estadounidenses[19]. Con respecto a la desestabilización deliberada de áreas específicas vamos a tratar en el siguiente parágrafo.



         4.-     Los antagonismos que han surgido dentro del marco de la relación recíproca mar-tierra.



A raíz del cierre de la frontera con Colombia por parte de Venezuela, las deportaciones masiva de colombianos y del abandono del país de cerca de dos decenas de miles de extranjeros, el jefe de la clase dirigente venezolana ha planteado la necesidad de crear “una frontera de paz”. La causa de esta afirmación, según la dirigencia venezolana, es la acción emprendida por grupos oligárquicos materializada en el contrabando de extracción y la acción de grupos paramilitares colombianos en nuestro territorio sin mencionar que en la misma frontera operan varios frentes guerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Esta “frontera de paz” si se considera lo indicado en Venezuela y su Historicidad Marítima…, Blanco (2013b), la Operación Escorpión… (Blanco, 2014a) y Venezuela y la Máquina de Guerra islámica… (2014b), permiten señalar una serie de eventos que están acaeciendo para develar sus probables causas y unos patrones que pudieran indicar también una intención con consecuencias estratégicas.



En relación con la ocurrencia de eventos que se han presentado en el continente americano y tienen como foco a Cuba debido a la transición política que se vive en la isla es de destacar la relación que existe entre las conversaciones de paz realizadas en la Habana entre el gobierno y la guerrilla colombiana y el deterioro de la situación política en Venezuela producto del fracaso en implantar un nuevo modelo de desarrollo tal como ha reconocido el propio jefe del gobierno venezolano en fecha reciente. En días pasados, luego de la visita del papa Francisco I a la Habana y de los desencuentros colombo-venezolano que culminaron parcialmente con la reunión de Quito por el tema fronterizo se ha anunciado la posibilidad de concretar un acuerdo de paz que ponga fin a la guerra civil colombiana en seis meses y que la apertura de la frontera colombo-venezolana se podría realizar de forma progresiva teniendo como horizonte también seis meses. Que coincidencia! Hay tres aspectos a destacar: Primero, las elecciones legislativas venezolanas son dentro de dos meses, de gobernaciones dentro de un año y la clase dirigente se encuentra en desventaja. Segundo las elecciones presidenciales en Colombia son en el 2018, por lo que, operativamente cualquier acuerdo de paz luego de concretarse debe pasar por el congreso, el tribunal supremos de justicia colombiano y un referéndum aprobatorio antes de su hipotética instrumentación. Tercero, para la dirigencia cubana eso es mucho tiempo si se considera que el entendimiento con EE.UU. tiene una fecha tope con las elecciones en este último país son en el año 2016. Estos tres hechos permiten suponer que hay una sincronía entre las conversaciones de paz de la Habana, el estado de excepción fronterizo decretado por la clase dirigente venezolana y el entendimiento cubano-estadounidense.



Así como la sincronía tiene un tiempo de expiración para Cuba y Colombia, también la tiene para la clase dirigente venezolana. El único espacio de maniobra que ha logrado conseguir esta clase dirigente ha sido mediante la invocación al nacionalismo frente a la manifiesta incapacidad de lidiar con los problemas fronterizos del país en todo el espacio geográfico nacional debido al carácter ideológico que le han dado a su política exterior y su esfuerzo en implantar un modelo de desarrollo de naturaleza epirocrática a pesar de la alta dependencia marítima de Venezuela. En este contexto, la propuesta de la frontera de paz es un esfuerzo por adelantar los procesos para la conformación de una máquina de guerra que permita extender el período de supervivencia del régimen y el proyecto político continental que se han empeñado en realizar.



El concepto de máquina de guerra, como abordamos en Venezuela y su historicidad marítima se basa en la conformación de unidades productivas cuyo proceso de producción e intercambio genere otra forma de relación política y destruya el orden estatal (westfaliano) existente desde 1830 entre Colombia y Venezuela. El adelanto obedece, como ya lo indicamos, a la fragilidad de la sincronía colombo-cubano-venezolana y al deterioro del régimen venezolano y su pérdida de influencia en la región. También se pueden agregar otras dos causas: en primer lugar, en el continente se está produciendo una regresión ideológica, como se observa en Brasil, Argentina, Bolivia, Ecuador y Uruguay que pareciera indicar el fin del proceso político iniciado en el año 1998 en nuestro país y, en segundo lugar, el régimen cubano se va a jugar el todo por el todo para garantizar su supervivencia política después de la era castrista. Es decir, las concesiones que han apuntado a la apertura en Cuba vienen acompañadas con la desestabilización del norte de Suramérica. En Colombia hay una guerra civil y el gobierno venezolano también ha amenazado con una sí no logra mantenerse en el poder. La forma en que ésta se presentaría, si ocurriese, sería similar a aquella que vivieron ambos países en el año 1901. Pero nos inclinamos a pensar en la ocurrencia de una crisis grave que se materializaría de forma violenta pero sin obtenerse resultados concretos para ninguna de las partes.



La fecha que se puede usar como marco referencial para que se desencadenen las acciones políticas antes indicadas la representa las elecciones legislativas venezolanas indiferentemente de su resultado. ¿Qué papel puede jugar la alianza epirocrática chino-rusa en este escenario? Esta alianza, en el plano naval podrá realizar acciones diplomáticas expresivas siempre y cuando pueda sostenerse el régimen cubano y no se produzca una escalada en otros necesarios que signifiquen una guerra abierta[20]. Como se sabe, Rusia ha incrementado su presencia militar en Siria y ello pudiera ser un indicador de que la situación en el Cercano Oriente tiende a complicarse[21]. De igual forma es de mencionar que, más allá de la presencia de asesores rusos y chinos en el país, la última presencia conocida de buques rusos en el mar Caribe se produjo de forma abierta en el año 2013 y de forma discreta en el año 2014 dentro del marco de las protesta en Venezuela. Es probable que buques de guerra rusos y chinos, que en fecha reciente ejecutaron maniobras combinadas en el Mar Mediterránea, visiten la región para brindar apoyo simbólico a los regímenes cubano y venezolano, pero ya no va a ser como aconteció con la crisis de los misiles en el año 1962 debido a que en esa fecha no había voluntad por parte de la talasocracia y la epirocracia de embarcarse en una guerra ni existían otros actores que pudiesen patrocinarla. Hoy en día parece que sí en lo concerniente a los grupos anti-estados.



Con respecto a los patrones comunes que se han presentado en este estado de Guerra Civil Global se encuentra el tema de los refugiados, desplazados y/o deportados. La diferencia es la dirección de esos flujos humanos, es decir, el blanco del ataque. Por una parte es Europa, en especial Alemania y en Suramérica es Colombia, un estrecho aliado de Occidente. ¿Qué se persigue con esta acción? Reducir la capacidad de maniobra política de las regiones blanco[22]. Producir un flujo humano hacia un lugar determinado persigue vaciar un espacio de personas que perdieron o le han sido arrebatados sus derechos políticos. Agamben (2015) al respecto señaló que en la guerra civil en la Grecia antigua se debía tomar un partido. Los que no lo hacían eran excluidos de la vida política quedando sólo limitados a las actividades privadas si no eran desterrados. Desterrar, en este caso, es, en primer lugar, arrebatar los derechos políticos de sujetos y/o grupos que anteriormente los gozaban por alguna u otra razón y, en segundo lugar, negarlos a pesar de la situación en que estos individuos se encuentran. En Siria, Libia e Irak ocurre una guerra civil. Si seguimos a Popper (2006), es una lucha de clases entre un partido que quiere volver al pasado (el EI) y otro partido que acepta el cambio político, pero no es capaz de mantenerse por sí solo.



El estado de excepción decretado en la frontera occidental venezolana y el consiguiente flujo humano hacia Colombia que ello provocó indican que Venezuela se encuentra al menos en una situación crítica como el mismo decreto indica. Pero lo que se evidencia en esta situación excepcional no es una lucha de clases, a pesar de que el gobierno venezolano ha planteado el conflicto de esa manera, debido a que los que se vieron obligados a abandonar al país forman parte de la clase que el gobierno venezolano está defendiendo indiferentemente de la nacionalidad que estos, ahora desclasados, se encuentran. Los flujos provocados en Venezuela por una decisión política permiten inferir que los flujos dirigidos hacia Europa han tenido un origen similar si se los observa desde una perspectiva anti-Estado. En ambos casos son personas que de alguna u otra manera perdieron sus derechos políticos y viven una vida natural (nuda) en el sentido agamberiano del término, es decir, son homo sacer (hombres sacrificables) (Agamben, 2010).



El caso es que en ambas situaciones se está enfrente a movimientos anti-Estados y estos movimientos presentan la Guerra Civil Global desde otra perspectiva puesto que plantea la existencia de un tercer actor político en la medida en que sea capaz de producir daño. Teniendo esto presente, se puede afirmar la ocurrencia de una Guerra Civil Mundial entre una talasocracia y una epirocracia, ambas de talante global y junto con esta guerra pareciera estar ocurriendo otra que enfrenta a los movimientos anti-Estados contra las epirocracia y talasocracia globales en un mismo tiempo. En este triángulo es donde se observa la relación recíproca mar-tierra. Como los movimientos anti-Estados operan desde un territorio, el mar se ha convertido en el espacio de maniobra de las epirocracia y talasocracia globales con lo que se puede pensar en un escenario similar a Siracusa donde ambas podrían verse empeñadas en una campaña de desgaste desastrosa al intervenir en un conflicto civil localizado. De ahí que es muy difícil que una coalición chino-rusa considere exponer a una parte importante de sus fuerzas navales en el Mar Caribe en las condiciones actuales y es probable que en una escalada global producida por de alguna u otra manera se intente usar este espacio geográfico para fijar fuerzas de la coalición talasocrática siguiendo al efecto un tipo de guerra practicado por Alemania en la Primera Guerra Mundial y el Reino de los Países Bajos dentro del marco de la Guerra de los Treinta Años. Volver sobre el tema de la guerra civil alemana del siglo XVII nos es pertinente debido a que Hardt y Negri (2004) han hecho semejanzas de la citada guerra con la actual guerra civil global.   



En el siglo XVII, el Reino de los Países Bajos a pesar de estar en una situación de desventaja geográfica con respecto a España, obligó a este país a destinar importantes fuerzas para recuperar la salina de Araya, Recife y Salvador de Bahía[23]. Dentro de la campaña naval realizada al efecto los españoles se vieron obligados a distraer importantes fuerzas que fueron necesarias para sostener el frente de Flandes. El resultado fue la derrota naval de Las Dunas, la batalla que marcó formalmente el declive de la hegemonía española en el mar[24]. Este escenario es el que podría visualizarse si se compara con la crisis de los misiles en Cuba. El escenario más importante de la Guerra Fría se encontraba en Alemania y por ello fue fácil llegar, en ese entonces, a un acuerdo. En la actualidad a los movimientos anti-Estado eso no le es posible porque amenazaría su propia existencia. De ahí que aspirar a un apoyo lejano por parte de los movimientos anti-Estado en Suramérica, como se evidencia del escrito “Victoria Soviética sin Poder Marítimo en Cuba”, parece tendencioso.



         5.-     Reflexión Final.



         Cuando se produjo la serie de protestas en Venezuela en el año 2014, el periodista Walter Martínez anunció en su programa televisivo que un portaaviones ruso y otro chino se estaban acercando a nuestras aguas para apoyar al régimen político venezolano en el poder. Como se sabe, el buque ruso estaba empeñado en el Mar Mediterráneo oriental y el buque chino se encontraba en alistamiento y fase de pruebas, por lo que se puede presumir que la falsa información tenía un propósito específico, es decir, levantar la moral de la clase dirigente venezolana y de los grupos que los apoyan. Creemos que el documento “Victoria Soviética sin Poder Marítimo en Cuba” ha tenido el mismo propósito pero su fin desinformativo estuvo dirigido a un público más especializado en el sentido de tratar de explicar en términos navales un evento histórico que convirtió a la isla caribeña en un satélite soviético. Es muy difícil hablar de victoria naval después de sacrificar a una parte importante de la población cubana por más de medio siglo a no ser que el objeto sea crear las condiciones de posibilidad de sacrificar más sujetos para preservar un régimen político. La crisis de los misiles en Cuba estalló por la colocación de unos misiles, no por la naturaleza del régimen cubano. Si se quisiese hablar de victoria, en un plano ideológico, se debería haber enfocado en la fracasada invasión de playa Girón ocurrida unos meses antes. Por ello quise enmarcar la crisis de los misiles en Cuba dentro de un contexto global de forma similar a la actual situación política mundial que, como ya hemos indicado, se asemeja a una guerra civil. Si le creemos al papa Francisco I y a los autores que hemos usados en esta reflexión debemos pensar más en tratar de solucionar nuestros problemas como venezolanos que esperar que un apoyo lejano venga a sostener un régimen político para mantenerse en el poder debido a que ello va significar traer la guerra extranjera, en una manifestación más concreta, a nuestro territorio.

         Así pues, podemos afirmar que la guerra civil es el enfrentamiento cruento y violento entre diversas concepciones del mundo dentro de una misma sociedad y su carácter global se debe a que el mundo, como lo conocemos, cada día se hace más pequeño. Y dado que nuestro país, en cierta forma ha estado inmerso dentro de esta confrontación, la solución de nuestros problemas persigue evitar que nuestro territorio se convierta en campo de batalla de las principales fuerzas antagónicas... 



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[1] Hobbes fue un estudioso de la Guerras del Peloponeso. A tal punto, Agamben (2015) señaló, que su obra Behemoth que trata de cómo salir del estado de guerra civil en que se había sumergido Inglaterra. Sobre Behemoth, ver al respecto: Hobbes (1899).
[2] Francisco I, en su reciente visita a Cuba señaló que el mundo en la actualidad vive una nueva guerra mundial. Esta guerra mundial, según él, se ha estado presentando en etapas, pero no ha indicado su naturaleza. 
[3] Si bien Hardt y Negri (2004) han afirmado que desde 1945, todos los conflictos bélicos se han presentado como guerra civil, el concepto de guerra civil mundial fue introducido por Paul Válery, según Koselleck (2006), Hannah Arendt (1967) en "Sobre la revolución" y Schmitt (1966) en "La teoría del partisano". Para Hardt y Negri la imagen de la guerra civil global es semejante a la Guerra de los XXX años con la denominada Guerra contra la Terrorismo.
[4] Según Agamben (2015), ‘Stasis’ en la Grecia Clásica significaba guerra civil. Esta expresión proviene de la palabra ‘istemi’, es decir, levantarse. La guerra civil era en la Grecia antigua una relación sangrienta entre familias.
[5] Según el filósofo austriaco Tucidides “si bien no pertenecía… al ala extrema de los grupos oligárquicos atenienses que conspiraron durante toda la guerra con el enemigo, perteneció ciertamente al partido oligárquico y nunca fue amigo ni del pueblo ateniense, el demos que lo había exiliado ni de su política imperialista” (Ibíd.:194).
[6] La revolución es entendida aquí en sentido arendtiano, es decir, la vuelta a un origen que en este caso estaba dado por la existencia de un gobierno tribal dirigido por un clan (Arendt, 1967). El retornó al origen, en este caso visto según Popper (2006) se debió a la resistencia de parte de la población de Corcira a los cambios sociales y políticos que había generado el desarrollo del comercio marítimo.
[7] Las armas cinéticas han sido utilizadas en Afganistán si se tiene en consideración este reportaje publicado por Reuters del 10AGO2011: “Un bombardeo de la OTAN mata a los responsables del derribo del helicóptero en Afganistán”. Ver al respecto: https://es.noticias.yahoo.com/bombardeo-otan-mata-responsables-derribo-helic%C3%B3ptero-afganist%C3%A1n-135537415.html El bombardeo cinético consiste en el uso de barras de tungsteno o wolframio a velocidades increíbles en dirección al blanco que pueden ser lanzadas desde el espacio para dañar blancos específicos a bajo costo. Ver al respecto: Elbasheer (2014).
[8] La subjetividad es entendida como la forma en que una organización de poder produce a un sujeto dentro de un contexto político determinado. La producción está relacionada con la visión-del-mundo que los condiciona. Ver al respecto: Deleuze y Guattari (2008).
[11] Un Estado islámico es un Estado teocrático regido bajo la figura de lo que se conoció como Califato. Ver al respecto: Blanco (2014b).
[12] Y norte de África por una parte, en relación con Libia y, por la otra, con respecto a Túnez y Egipto cuyos procesos políticos constitutivos está estancado. Con respecto a la disolución del imperio Otomano esta comenzó antes de la Primera Guerra Mundial y se evidenció con la guerra italo-turca que significó para el segundo la pérdida de Libia.
[13] Una excepción a esta afirmación no las indica la obra Lisistrata de Aristófanes. Pero la forma de protesta que se muestra en la obra fue un esfuerzo que no varió ni el curso ni el resultado del conflicto.
[15] En el caso venezolano, desde el punto de vista naval se destaca la captura del pesquero cubano “Alecrín” y el remolcador ruso “Idonovon Gromovoy Daecca no.727, en el año 1968. Ver al respecto: Blanco (2004). Desde el punto de vista terrestre se destaca las operaciones militares desarrolladas luego del desembarco cubano en Machurucuto que significaron la derrota de la incursión cubana. Ver al respecto en facebook: historia naval en imágenes.
[16] Junto a la retirada de los misiles en Cuba, Jrushchov apoyó el acuerdo sobre la suspensión de pruebas nucleares que provocó la ruptura con China (Ibíd.)
[17] El elemento más paradigmático de la carrera armamentista de los años ochenta fue lo que se conoció como la Iniciativa de defensa Estratégica más conocido como el sistema “guerra de las galaxias”. Un proyecto desarrollado por EE.UU. para garantizar una superioridad operacional frente a la URSS valiéndose al efecto del espacio ultraterrestre. Un hijo de esta guerra fue el arma cinética.
[18] Ver: Blanco (2013).
[19] Ver al respecto: Adams, (2015). Por otra parte, el empleo de estas armas se hizo visible, luego de que EE.UU., Rusia y China demostraron sus capacidades para destruir satélites desde tierra o mar.
[20] Nicaragua, en este sentido no cuenta aún con facilidades logísticas para recibir buques de esa alianza epirocrática. Habría que esperar tener conocimiento del avance de las obras de construcción del canal interoceánico nicaragüense para tener una idea de sus capacidades.
[22] En el caso alemán es de destacar la crisis en una de sus empresas más emblemática, es decir, la Volkwagen, debido al coincidencial y público descubrimiento de un fraude en la venta de sus productos en EE.UU. la coincidencia se produce dentro de un contexto de crisis de refugiados y de restricciones económicas producto de las sanciones impuestas a Rusia con motivo de la crisis ucraniana.
[23] No así Aruba, Curazao y Bonaire, a pesar de los esfuerzos realizados desde Caracas para recuperar las citadas islas
[24] Después de la batalla de Las Dunas, el único camino que le quedó a los españoles para sostener el Flandes era la ruta que pasaba por el mar mediterráneo, seguía Genova, Milano y la ruta del río Rhin, pero esta ruta fue cortada cuando las fuerzas imperiales fueron derrotadas por la coalición franco-sueca. La fuerzas españolas, ante la imposibilidad de recibir refuerzos fueron derrotadas en Racroi por las fuerzas francesas y este hecho marco el fin de la hegemonía mundial española. 

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