Brasilia, 25 de mayo de 2009.
Introducción
La movilización en la República
Bolivariana de Venezuela está regulada por una estructura de
normas que tienen como fundamento el principio de corresponsabilidad establecido
en la Constitución
Nacional en el año 1999[1]. Con
este principio se buscó involucrar a todos los venezolanos para que participen
en la solución de todos los problemas inherentes a la seguridad dentro de la
misma estructura del Estado, en otras palabras, se buscó pasar de una
estructura burocrática compartimentada a un órgano político que de manera
integral pueda salvaguardar la independencia, la
libertad, la democracia, la soberanía, la integridad territorial y el
desarrollo integral de la
Nación en los ámbitos económico, social, político, cultural,
geográfico, ambiental y militar.
La movilización nacional, es decretada
por el Presidente de la
República de acuerdo con la Ley Orgánica de
Seguridad de la Nación
y es entendida como:
“...el conjunto de previsiones y
acciones preparatorias y ejecutivas destinadas a organizar el potencial
existente y convertirlo en poder nacional, abarcando todos los sectores de la Nación tanto públicos como
privados, para hacer más efectiva, armónica y oportuna la transición de una
situación ordinaria a otra extraordinaria”[2].
Como se observa en este concepto esta
subyacente la excepcionalidad que daría motivos para decretar una movilización
y consecuentemente están presentes las nociones de tiempo y espacio y la
naturaleza de la acción a ser encaminada para restituir a la normalidad una
situación que produjo o es capaz de producir cambios súbitos y repentinos que
afecten los intereses y objetivos nacionales. La pertinencia de esta acotación
se debe a que dados los graves problemas políticos que sufrió el país desde el
año 2002 hasta el año 2004, la idea de la excepcionalidad ha sido casi
permanente[3] con lo
cual desde la misma estructura de la Fuerza
Armada Nacional a través de la Milicia Nacional Bolivariana ya
hay una movilización parcial más allá de lo estipulado en la Constitución
Nacional en lo que respecta a los estados de excepción[4] y que
está establecido en la ley[5].
Por estas circunstancias el tema de esta
exposición es dar a conocer la estructura de la movilización en concordancia con
las normas establecidas en la
Ley Orgánica de la Fuerza Armada Nacional
Bolivariana y la estructura de la movilización en previsión para atender
situaciones contingentes
La estructura normativa que rige la movilización nacional en la República
Bolivariana de Venezuela.
La movilización como herramienta para la
normalización de la república luego de o en circunstancias contingentes se rige
por las pautas establecidas en los siguientes instrumentos: la Constitución Nacional
específicamente en lo que versa sobre estados de excepción y su norma
consiguiente, la ley Orgánica de Seguridad de la Nación aprobada en diciembre del año 2002 y la
Ley Orgánica de la Fuerza Armada Nacional aprobada
en el año 2005 y actualizada en el año 2008. La acotación a las fechas
indicadas anteriormente evidencia en primer lugar lo novedoso de los
instrumentos nacionales sobre la materia y las contingencias que hubo que
afrontar y que determinaron una estructura de acción que ha demostrado eficacia
desde el momento de promulgación de estas normas hasta el presente. Todos los
entes del poder público nacional están involucrados en todos los asuntos
concernientes a la movilización y la ley contempla las medidas presupuestarias
que deben adoptarse en ese caso en particular, pudiéndose ordenar la
“requisición de bienes necesarios” para la seguridad y defensa nacional cuando
la circunstancia extraordinaria lo amerite [6].
Un aspecto que es importante destacar de la
Ley Orgánica de Seguridad de la Nación es que el
Presidente de la República
“podrá disponer el empleo de la Fuerza Armada
Nacional para coadyuvar en el control y funcionamiento de los servicios
públicos o de las empresas básicas del Estado para la vida económico-social de
la nación” sin necesidad de decretar un estado de excepción y en caso de que
fuese declarado el personal de tales servicios podrían quedar sometidos
“temporalmente al régimen militar”[7]. La explicación de esta
novedad se debe a que el país fue sometido a un sabotaje petrolero que
significó también la paralización de la flota mercante petrolera nacional en
diciembre del año 2002[8]. Esta circunstancia que
condujo y fue consecuencia de un decaimiento de la cohesión social del país
producto de la acción de factores externos con el apoyo de una clase dirigente
que había perdido su legitimidad desde el punto de vista político, obligó a
tomar los correctivos necesarios para evitar permanentemente que eventos de esa
naturaleza se repitiesen para perjuicio de todos los venezolanos.
Estos hechos
mencionados anteriormente generaron en la práctica una situación política
potencialmente susceptible para la declaración de un estado de excepción. Pero
luego de una evaluación previa en los máximos niveles de decisión nacionales,
se generó la convicción de que se podía movilizar al Estado sin necesidad de
declarar una circunstancia excepcional debido a que los problemas sociales del
país eran producto de una realidad histórica que justificaba una serie de
acciones tendentes a reafirmar la soberanía nacional en un contexto
reaccionario y por tal motivo se ha hablado en nuestro país de una continuación
del proceso independentista. El criterio que se instrumentó fue el de la defensa
integral establecido en la Constitución
Nacional que es entendida como “el conjunto de sistemas,
métodos, medidas y acciones de defensa, cualesquiera sean su naturaleza e
intensidad, que en forma activa formule, coordine y ejecute el Estado con la
participación de las instituciones públicas y privadas, y las personas
naturales y jurídicas, nacionales o extranjeras, con el objeto de salvaguardar
la independencia, la libertad, la democracia, la soberanía, la integridad
territorial y el desarrollo integral de la Nación ”[9].
De este concepto se
desprende que para Venezuela hay una defensa militar y una defensa no-militar
en el sentido clásico del término, pero en el entendido que esta defensa es el
efecto de un acto deliberado para disminuir la capacidad de maniobra del Estado
en su quehacer político nacional e internacional en otras formas que
anteriormente no eran consideradas como militares[10]. De igual forma del
concepto de defensa integral se desprende también que el desarrollo, entendido
como las acciones necesarias para hacer la defensa viable constituye un acto de
defensa. Este nuevo concepto de defensa justificó, en parte, la creación de las
Misiones Bolivarianas, un instrumento contingente que ha ayudado a resolver
problemas estructurales de la sociedad venezolana en los ámbitos ámbitos social
(salud, educación y alimentación), político (preservación de la
institucionalidad democrática), cultural (rescate de los valores de la
venezolanidad), económico (creación de una nueva infraestructura que facilite
la actividad de producción), geográfico, ambiental y militar. Todo esto debido
a que se han considerado los males existentes en el país como efecto de una
agresión provocada por la implantación de un modelo de desarrollo que excluyó
gran parte de la población venezolana.
Estas Misiones abarcan
aspectos educativos en lo que concierne a la instrucción fundamental, básica y
universitaria; aspectos alimentarios y de servicios básicos que incluyen salud
(tanto desde el punto de vista preventivo, curativo y correctivo), habitat (que
incluye le protección ambiental, urbanismo y embellecimiento del paisaje
urbano), vivienda, etc. [11]. La eficacia de estas Misiones radica en el hecho que
gracias a ellas, a partir del año 2007 Venezuela ingresó al grupo de paises
con un alto índice de desarrollo humano (IDH)[12]. En todas estas Misiones, la Fuerza Armada Nacional
Bolivariana tiene una participación directa. Para los militares venezolanos
esta es una de las expresiones actuales de la movilización.
Desde el punto de
vista militar, la Ley Orgánica
de la Fuerza Armada
Nacional del año 2005 estableció que la “movilización
militar total o parcial es el conjunto de operaciones y acciones destinadas a
organizar y desplegar el potencial militar para transformarlo en poder
operativo de la Fuerza
Armada Nacional”[13], por lo
que podrán entender que la defensa militar para nosotros ha adquirido una nueva
dimensión, quizás por encontrarnos en una situación de guerra más allá de las
reglas[14]
producto la exclusión social generada por una división internacional del
trabajo que colocó al país en una situación de desventaja política y que se
manifestó en una crisis social y económica permanente[15]. A este
respecto se presenta como pertinente una reflexión hecha por M. Klare sobre los
efectos de la crisis financiera desatada en el año 2008. Para este autor la
crisis se ha manifestado en ansiedad por el futuro en un contexto de recursos
escasos que está obligando a los Estados a declararse en estado de sitio, esto
es usar todos los medios represivos a su disposición para mantener una idea de
paz social en un contexto de graves desequilibrios en todos los ordenes[16].
Este
problema que se hizo patente para los venezolanos primeramente en el año 1989 y
que ha dado origen al proceso de cambios políticos que hoy dia estamos viviendo
se ha intentado solucionar bajo la figura de la unión civico-militar
institucionalizada en el principio de corresponsabilidad para todo lo
concerniente a la seguridad y defensa nacional. ¿Qué estamos defendiendo en éste contexto?:
la cohesión social, la solidaridad orgánica que se expresa en la venezolanidad.
Si bien el Estado
se movilizó para la solución de graves problemas estructurales, el principio de
corresponsabilidad en la atención de todos los problemas de seguridad y defensa
involucró a todos los venezolanos, y como este principio se constituyó en
fundamento de la venezolanidad expresada en la solución de las situaciones
contingentes generadas por el golpe de Estado de abril de 2002 y el sabotaje
petrolero de finales de ese mismo año, el ejecutivo nacional institucionalizó la Milicia Nacional Bolivariana,
como un cuerpo parcialmente movilizado para complementar las tareas de la Fuerza Armada Nacional
Bolivariana en todo lo concerniente a la Defensa Integral de la nación.
Desde esta perspectiva,
la Milicia Nacional
Bolivariana tiene como misión “entrenar,
preparar y organizar al pueblo para la Defensa Integral
con el fin de complementar el nivel de apresto operacional de la Fuerza Armada
Nacional Bolivariana, contribuir al mantenimiento del orden interno, seguridad,
defensa y desarrollo integral de la nación, con el propósito de coadyuvar a la
independencia, soberanía e integridad del espacio geográfico de la Nación ”[17]
y está integrada por la reserva militar y la milicia territorial.
La reserva militar “está constituida por todos
los venezolanos y venezolanas mayores de edad, que hayan cumplido con el
servicio militar, o que voluntariamente se incorporen a las Unidades de Reserva
o en los Cuerpos Combatientes”[18] y la milicia territorial que
“está constituida por los ciudadanos y ciudadanas que voluntariamente se
organicen para cumplir funciones de Defensa Integral de la Nación , en concordancia con
el principio de corresponsabilidad entre el Estado y la sociedad civil”[19]. La figura por medio del
cual esta institución se considera movilizada es mediante el concepto de empleo
temporal, es decir, cuando son llamados a cumplir tareas consideradas de
naturaleza militar y que tienen que ver con la defensa integral que hoy día se
está manifestando mediante las misiones. Actualmente alrededor de 15.000
personas están movilizadas de manera temporal o participando en actividades
relacionadas con la defensa y/o el desarrollo integral del país de acuerdo con
datos suministrados por la Misión Miranda. La reserva
militar puede ser llamada también para períodos de instrucción y en caso de
declararse un estado de excepción[20], sin embargo, como ya se
expresó, como la Fuerza Armada
Nacional Bolivariana no requiere de la declaración de un estado de excepción
para movilizarse el mecanismo por medio del cual esta institución está
cumpliendo con su misión de carácter social es mediante la vía militar.
Como se ha
observado en lo expuesto hasta ahora, la orientación de la movilización
nacional actual es hacia lo social específico de la nación. Una de las tareas
que tiene la Fuerza Armada
Nacional Bolivariana es la participación activa en el desarrollo nacional y en
este sentido hay que entender que la acción social hoy día implica la creación
de condiciones para hacer la defensa integral viable. Ello significa que la
movilización nacional actual tiene dos ejes: generar solidaridad orgánica
nacional a partir de la estructura de producción y reproducción de la vida
material como un acto de defensa para crear a su vez condiciones para la
defensa y desarrollar una estructura e infraestructura de producción y
reproducción bajo otro modelo económico que incluya a todos los venezolanos. El
punto de aplicación del esfuerzo actual de la movilización venezolana es el fortalecimiento
del consejo comunal.
Esta nueva institución es para los venezolanos
el
centro principal de la participación y protagonismo del pueblo en la
formulación de ideas, propuestas y proyectos que se puedan traducir y ejecutar en
políticas públicas[21] y la vinculación de los
consejos comunales en la defensa integral se está logrando hoy en día por
intermedio de la Milicia Nacional
Bolivariana, no obstante ello, esta institución tiene entre sus funciones
“articular... las organizaciones sociales presentes en la comunidad y promover
la creación de nuevas organizaciones donde sea necesario, en defensa del
interés colectivo y el desarrollo integral, sostenible y sustentable de la
comunidad” así como también la promoción del “el ejercicio y defensa de la
soberanía e integridad territorial de la nación”[22]. Esta institución, dentro
de un contexto de construcción de una estructura de producción y reproducción
de la vida material, implica que la acción de defensa y desarrollo va más allá
de la clásica concepción de la geografía puesto que parte directamente del
espacio de producción, dándole al acto de defensa una nueva dimensión en
concordancia con la naturaleza actual de los conflictos, con lo cual la
movilización y la previsión han pasado a ser para nosotros entendidos de manera
diferente.
La estructura de la movilización en previsión para atender situaciones
contingentes
La excepcionalidad implica la consideración de
situaciones contingentes de modo que la normalización de una situación en
función de una perturbación grave facilite la movilización de todos los
recursos de la nación de la manera más eficaz posible, por tal motivo se puede
afirmar que la movilización en tanto que concepto y previsión es un problema de
seguridad y defensa. Es la fase previa y posterior a la excepcionalidad. Pero
si se tiene presente que la legislación venezolana contempla la movilización
militar sin necesidad de la declaración de una circunstancia excepcional y que
de hecho está parcialmente movilizada en cuanto que la Milicia Nacional Bolivariana dentro
del marco de la Fuerza Armada
Nacional está realizando una serie de acciones para contribuir a normalizar una
situación extraordinaria, con lo cual se puede afirmar que Venezuela está
saliendo de una circunstancia excepcional.
En
este contexto lo que se ha estado planteando en el caso venezolano es la
convencionalidad del concepto de movilización y los supuestos que están
subyacentes en ese concepto ya enunciado precedentemente. La movilización ha
sido entendida como un acto que persigue al final de cuentas hacer retornar una
situación a la normalidad o a un estado que sea tolerable, por lo que la
pregunta que se nos hizo pertinente fue ¿Qué es normalidad?, sobre todo
qué es normalidad dentro de un contexto de contingencias económicas, sociales y
ambientales por sólo citar algunas categorías. Estos interrogantes a su vez
plantean otros como por ejemplo: ¿la normalidad es con respecto a qué?. En un mundo tan interconectado es
muy difícil hablar de normalidad cuando otras entidades políticas viven circunstancias
excepcionales que eventualmente pudieran afectarnos. Ello ameritaría
reflexionar sobre que hace que algunas entidades políticas estén dentro de un
marco de normalidad y otras no, y que es lo que hace que una entidad invoque el
estado de excepción para apelar a la movilización y los consiguientes procesos
de requisiciones si ello es necesario.
Los planteamientos antes
realizados han hecho entender a los venezolanos que en cierta forma el mundo
está en estado de excepción y el mismo concepto de movilización bajo la
concepción tradicional del Estado no da respuestas suficientes para normalizar
situaciones contingentes. Consecuentemente, si el mundo está en estado de
excepción y esta situación se presenta en un escenario complejo, la
movilización no es sólo un acto reactivo en relación con una situación
excepcional, sino que hoy día ha pasado a ser expresión de la dinámica del
Estado en el mundo en que vivimos, con lo cual hoy en día es difícil concebir
al Estado sino en movilización permanente. Ello explica el por qué en Venezuela
la Fuerza Armada
Nacional Bolivariana por una parte, y por la otra gran parte de la población
nacional está movilizada, es decir, los venezolanos tienen que estar adaptándose
a las circunstancias cambiantes del entorno en función de los medios
disponibles.
De igual forma, lo anteriormente expuesto implica
y explica la discrepancia existente en lo que concierne a la concepción clásica
de la movilización de acuerdo con el proceso evolutivo de las normas
venezolanas sobre la materia desde el año 2002 hasta el año 2008. De este
proceso evolutivo se pueden extraer dos ideas fundamentales y estrechamente
relacionadas: la primera es la de tratar de responder qué entendemos los
venezolanos por normalidad y la segunda qué significa y cuál es el objeto del
Estado venezolano para y en movilización permanente.
En relación con el concepto
de normalidad se puede afirmar que ésta se ha estado construyendo a partir del
año 1998 puesto que por las reaciones político-sociales acaecidas en los años
1989, 1992 y 2002 ésta estuvo caracterizada por una relación de exclusión que
se manifestó en una ruptura de la cohesión social del país y una creciente
perdida del sentido de la venezolanidad. La causa de esta situación obedeció al
hecho que en Venezuela existió una discrepancia cada vez más creciente entre la
estructura social y una superestructura política dominada por una clase
dirigente que se amparaba en la administración de una actividad petrolera que
servía a intereses foráneos. Ello explicó el por qué una de las primeras
acciones del actual gobierno nacional fue la de movilizar a la Fuerza Armada Nacional por
intermedio del denominado Plan Bolivar 2000 para atender a la población
excluida de los procesos económicos determinados por una ideología neoliberal
que había desmontado el aparato productivo nacional enviando al desempleo a una
apreciable cantidad de venezolanos. Este esfuerzo de movilización hizo que
todos los recursos disponibles del aparato militar venezolano se orientaran a
la defensa de los venezolanos, es decir, mediante la satisfacción de sus
necesidades básicas. La construcción de algo que fuese llamado normalidad
comenzó con la propuesta de un nuevo proyecto político que fue aprobado por la
mayoría de los venezolanos en el año 1999 y defendido en el año 2002 y que se
traduce en el bienestar, la dignidad, el desarrollo de la persona y la
prosperidad de todos los venezolanos[23]. La efectividad en el cumplimiento de esos
objetivos nacionales se ha traducido en la efectividad de los actos de defensa
que han mantenido y consolidado el nuevo proyecto político nacional.
Ahora bien, como se afirmó esa normalidad se
ha estado construyendo y en consecuencia el estado de excepción global y
nacional ha implicado que el Estado se mantenga en movilización permanente.
Esto ha significado para los venezolanos que la Fuerza Armada Nacional
Bolivariana se haya sumergido en la población venezolana haciéndose parte de
ella y gran parte de la población venezolana haya asumido el rol de defensor de
la venezolanidad. El objeto ha sido la procura de una normalidad que establecieron
los venezolanos en el pasado reciente. El cómo se ha orientado el potencial
nacional para que éste se convierta en poder ha sido mediante la expropiación
de bienes y servicios básicos para el normal funcionamiento de la nación y que
por diversas razones, en muchos casos de naturaleza económica, estaban ociosas.
Ello explica el porque, la capacidad de defensa de nuestro país y creo que de
gran parte de la región estuviese limitada a un tiempo relativamente corto. Por
citar un ejemplo, cuando se inició la ola de privatizaciones promovida en el
Reino Unido y en Estados Unidos a inicios de los años ochenta del siglo pasado,
no se desnacionalizó la industria de defensa. En Venezuela no sólo la
incipiente industria de defensa había sido desmontada, sino que los servicios
básicos para el normal funcionamiento del país habían sido privatizados y en
muchos casos declarados en quiebra. En consecuencia, en Venezuela se revirtió
el proceso de desnacionalización económica y productiva en curso hasta el año
1998 y se ha buscado mediante la creación de una nueva estructura de producción
y reproducción de la vida material que emerja la superestructura de lo
político. El propósito es pasar del Estado a la res-pública y que sean todos,
los venezolanos repúblicanos en tanto que productores, defensores de la
venezolanidad a partir de una nueva estructura de producción e intercambio. Por
tal motivo el Presidente de la
República ha hablado de refundación de la república y ese
acto ha requerido la movilización total del Estado.
Para concluir, como se ha observado, la
orientación de nuestro sistema de movilización, que está en fase de
reestructuración y perfeccionamiento es hacia la defensa, pero entendida esta
de manera diferente. Es común escuchar el advenimiento de nuevas amenazas que
ameritarían la declaración de circunstancias excepcionales y por consiguiente
una movilización nacional o militar parcial o total. Este modo de proceder
presupone que el fundamento sobre el cual se actúa de esa manera es concordante
con el interés de la multitud, de la pluralidad de individuos que conviven en
un espacio determinado y es sobre este conjunción, concordancia en la
diferencia es que los venezolanos se han movilizado en estos últimos diez años.
[1] Artículos 322 y 326 de la Constitución de la República Bolivariana
de Venezuela (CRBV)
[2] Artículo 28 y 29 de la Ley Orgánica
de Seguridad de la Nación
(LOSN)
[3] Ver “CONSIDERACIONES GENERALES SOBRE LA POLÍTICA DE DEFENSA DE
LA REPÚBLICA
BOLIVARIANA DE VENEZUELA”, palestra presentada por el CN
Edgar Blanco Carrero al Curso de Gestión de Recursos para la Defensa CGERD ESG, en Brasilia
el 02OCT2008
[4] Según el artículo 338 de la
CRBV se puede decretar el estado de excepción en caso de
catástrofes o calamidades públicas u otros eventos similares, en caso de
emergencia económica y en caso de conflicto interno o externo.
[5] Artículo 29 de
la LOSN.
[6] Articulo 31 y
33 de la LOSN
[7] Articulo 32 de la LOSN
[8] Blanco, E (2004) Reflexiones sobre
Estrategia maritima en la era de la
Libertad de los Mares. 2ª ed. Caracas. Panapo 320 p.
[9] Artículo 3 de la LOSN.
[10] Qiao y Wang (1999) Unrestricted Warfare. APC 273 pp.
[11] Ver Gobierno en línea en http://www.gobiernoenlinea.ve/miscelaneas/misiones.html
o el site de la Embajada
de Venezuela en Brasil, http://www.embvenezuela.org.br/_port/index.php
[12] Fuente: PNUD http://hdr.undp.org/en/media/HDI_2008_EN_Tables.pdf
[13] Artículo 92 de la LOFAN 2005.
[14] Ver: Qiao y Wang (1999. 225 pp).
[15] Negri, A (2006/2008). Fabbrica di Porcelana. Per una nuova grammatica Política. 34 pp.
[16] Klare, M (2009). A planet at the brink?. http://www.atimes.com/atimes/Global_Economy/KB26Dj02.html
[17] Artículo 44 LOFANB 2008.
[18] Artículo 50 LOFANB 2008.
[19] Artículo 51 LOFANB 2008.
[20] Artículo 49 LOFANB 2008.
[21] Articulo 3º de la Ley de los Consejos Comunales
(LCC).
[22] Artículos 9o y 21o de la
LCC.
[23] Artículo 3 de la CRBV. Consecuentemente , el artículo 326 establece
como principios de la seguridad: “independencia, democracia, igualdad, paz,
libertad, justicia, solidaridad, promoción y conservación ambiental y
afirmación de los derechos humanos, así como en la satisfacción progresiva de
las necesidades individuales y colectivas de los venezolanos...”.
¡Excelente!
ResponderEliminarLo leí y he usado para entregar una tesis de maestría sobre táctica en la EPAR. Intento llevar a un lenguaje comprensible para los Oficiales Subalternos lo que ha venido escribiendo y se ha buscado introducir como forma de pensar para el hacer.
Gracias por mencionarme en el libro. El comentario me ayudó a darme cuenta que "hemos" venido haciendo un esfuerzo por dejar algo en la institución con la que crecimos.