Elaborado por Gustavo Sosa Larrazabal
Pensar la vida y muerte del General Antonio
Paredes en la Venezuela de inicios del siglo XXI, es traer al presente
nuevamente la vivencia de un sujeto en un país que asemejando a Sísifo ha
intentado hacerse república en varios momentos históricos. La vivencia de este
venezolano se caracterizó por su esfuerzo en contribuir a la reconstrucción de
un país cuyo orden se encontraba en crisis debido a que el modelo que lo rigió
se encontraba en una fase de descomposición política. Esta situación histórica
en nuestro país a finales del siglo XIX permite examinar la vivencia de ese venezolano
para tratar de comprender por qué Gustavo Sosa ha hecho un importante esfuerzo
intelectual para traer de nuevo al presente la vida de este personaje.
En relación con su carácter, Sosa nos muestra en Antonio Paredes una formación republicana cultivada por el hecho de ser descendiente de unos de los héroes de nuestra gesta independentista como lo fue el General en Jefe José de la Cruz Paredes. Esta herencia marcó la vida de nuestro personaje en el hecho que tanto su padre como él fueron, por una parte, inspirados por la vida y obra de este héroe decimonónico y, por la otra, se consideraron llamados a mantener y reconstruir un orden político que le habían legado. El momento culminante que destaca el autor en la vida de nuestro personaje lo constituyó la defensa y posterior caída de Puerto Cabello ante las fuerzas castristas debido a que pasó de ser un militar leal y defensor del orden existente a la de un militar-político que frente al desmoronamiento moral de la clase gobernante tuvo que convertirse en un sujeto constituyente para tratar de darle al país un referente que evitara la tragedia que el castrismo-gomecismo representó para el país en las décadas subsiguientes.
Muchos autores han afirmado que un estoico es
un amo de sí mismo, pero con una libertad sin realidad y a pesar de que puede alzar
su Ser hasta alcanzar el infinito, normalmente pierde su sustancia en el camino
por los avatares del destino, es decir, esa infinitud que Sosa ha tratado de
resaltar. El propósito que marcó el hecho de que Antonio Paredes se convirtiera
en un ‘sujeto constituyente’ me obliga a explicar qué significa esta expresión
para ayudar a entender cómo ese ser infinito que Sosa ha traído al presente tiene
pertinencia para nosotros los venezolanos en la actualidad.
Un ‘sujeto constituyente’, es un Ser que al
mismo tiempo es un productor, es un político y a su vez un guerrero. Un Ser-productor
es aquel que es capaz de producir y reproducir sus medios para la vida. Ahora,
qué refiere la expresión ‘producir’. Producir proviene de la palabra pro-ductum
que significaba llevar, conducir hacia delante, avanzar, alargar, extender,
hacer crecer, educar formar, elevar. Era, originalmente y en cierta manera un Ser
extendido material e inmaterialmente. Materialmente a partir de un cuerpo y de
lo que de él emana como producido, es decir, bienes de cualquier naturaleza e
inmaterialmente a partir de las ideas que se hacen códigos de prácticas
individuales que permiten ex – sistere, en el sentido heideggeriano o hacer
presencia si se quiere en el sentido spinoziano del término, afectando por esas
dos vías a otros seres que permiten con ello hacer comunidad.
Producir es crear entonces las condiciones
materiales e ideales, en el sentido espiritual-racional del término, para
perseverar en la propia existencia individual y en un espacio público. El
espacio público es el espacio donde se desenvuelve la comunidad política. Este
espacio debería coincidir con la república y esto fue lo que intentó
reconstruir Paredes de acuerdo con lo señalado por Sosa. Paredes, de lo que se
desprende del trabajo que se está presentando, produjo ideas y ejecutó acciones
para generar comunidad, por lo que se puede afirmar que nuestro personaje fue
un ser meditativo y de acción característico de un hombre virtuoso cultivado no
sólo en el espíritu republicano tal como ya hemos indicado, sino también por un
proceso auto-formativo que lo llevó a Europa y Estados Unidos. Este proceso
auto-formativo, expresión de un cultivo
de sí, en concordancia con la sabiduría estoica, estuvo orientado a la
comprensión de las implicaciones entre los acontecimientos que llevaron a su
patria al estado de descomposición política en que se encontraba y aprehender
la aquiescencia existente entre naturaleza y adhesión a un bien referido, en
nuestro caso, al alma y a su tierra natal.
Un Ser-político es aquel que es capaz de
coadyuvar a crear y sostener una comunidad política dentro de una
contextualidad determinada por la necesidad de ser con otros (con-ser). El planteamiento
de Paredes, como Ser-político no fue el de un ser que buscó reconstruir un
Estado que se estaba deshaciendo como consecuencia del fin del liberalismo
amarillo. De lo que se desprende del escrito de Sosa es que Paredes repensó a
Venezuela como el espacio político republicano donde cada integrante pudiese
expandir sus potencialidades para producir nuevas formas de vida desde la perspectiva
material e inmaterial y la incapacidad de lograrlo hizo que se expresara en
nuestro personaje el Ser-guerrero. Esta incapacidad que se comenzó a evidenciar
antes de la derrota de Puerto Cabello al no poder convencer al presidente de
Venezuela sobre las amenazas que se cernían sobre la república se hizo patente
cuando entre 1903 y 1907 no pudo persuadir a la población para acompañar su
proyecto político.
Esta incapacidad nos coloca en el segundo
aspecto de nuestro examen, es decir, las causas que llevaron a la muerte a
nuestro personaje. Si bien es cierto que Paredes gozó de una libertad que sólo
era posible en un espíritu estoico, la realidad sobre la cual meditó y actuó
para hacerla acorde con un ideal que las luchas fratricidas habían pulverizado
nos demuestran que nuestro personaje fue un asceta del acontecimiento que llevó
a nuestro país a una senda que nos ha colocado en la crisis que hoy día estamos
viviendo. Así pues, si la sabiduría estoica se fundamenta sobre una ética de la
ascesis que se resume en una expresión de Epicteto que contiene tres palabras: ανεχον και απεχου
(“abstente y soporta”) para vivir conforme a la razón y en armonía con la
naturaleza, Sosa ha logrado establecer un punto cero para la realización de un
análisis histórico acerca de lo militar y lo político en la Venezuela de
inicios del siglo XX con miras a pensar en el militar venezolano de las
próximas generaciones. Esta afirmación nos lleva a examinar a Paredes como un
Ser-guerrero.
Pero, ¿por qué Ser-guerrero y no ser militar?
En la Venezuela de inicios del siglo XX esa diferencia era imperceptible debido
a que el país existía una guerra entre venezolanos, a pesar de que en ese
momento funcionaban escuelas de formación militar para los venezolanos garantes
del orden instituido. Pero un guerrero utiliza la guerra como instrumento de la
política dentro de un contexto determinado por la producción de nuevas formas
de vida y un militar es aquel que es formado para la guerra convirtiéndose ipso facto en instrumento del Estado.
Con esta diferenciación podemos entender eso que históricamente se ha llamado
despectivamente como "montonera", es decir una manera directa de
opacar al guerrero mediante la institucionalización formal realizada por el
Estado. De ahí la importancia de atribuirle a Gómez el papel de fundador del
ejército nacional en sentido moderno aunque la propia historia del país ha
demostrado que eso no fue así como se ha querido inculcar. No era posible
destacar la figura de un guerrero republicano frente a un militar institucional
formado en el más puro sentido pretoriano para servir a una tiranía para su
propia conservación. Más que fundador del ejército nacional, Gómez fundó el
partido militar que gobernó el país hasta el año 1945 y retornó al poder en el
año 1998.
Un guerrero era y es formado a partir de una
capacidad productiva que determina la forma de hacer política y se autoforma en
la medida en que de manera autodidacta adquiere los conocimientos relativos a
la guerra desde esa capacidad productiva. Este aspecto relacionado con la
formación y la auto-formación es importante tenerlo en cuenta debido a que la
formación militar como una actividad estaba en proceso de cristalización a
escala mundial y este proceso se estaba gestando en un contexto de cambios
sociales generados por la revolución industrial. Por ello, podemos consentir,
en concordancia con Sosa, que Paredes en el país, encarnaba el zeitgeist de la época, en lo que
concierne al ideal del soldado republicano, pero, en unas circunstancias
adversas y ello en sí mismo lo convirtió a él en un auctor, es decir, un autor,
un modelo, un maestro que valoró una acción y situación impulsando a obrar, y
un hombre que trató de promover y fundar una república. Estas cualidades que
generaron no sólo aceptación para gobernar las acciones de otros venezolanos, al
menos en el campo militar, también generó auctoritas
en el sentido que el kairos que
produjo a partir del cultivo de si y
de su resolución frente a la adversidad, paso a ser una perturbación en las
relaciones de poder existentes en el momento histórico considerado, por lo que
el poder imperante buscó suprimir las causas que provocaban los desequilibrios
existente significando, en consecuencia, la supresión de las anomalías
existentes. Antonio Paredes fue una anomalía en la Venezuela de inicios del
siglo XX y su sacrificio fue expresión del conocimiento del plan que le había
asignado la providencia.
El kairos,
que hoy día se conoce como carisma era, dentro de un contexto signado por la
formación republicana de Antonio Paredes, expresión de un virtuosismo porque comprendiéndose
al ser como ser-productor-político-guerrero, en el caso del Paredes de Sosa,
éste constituyó una amenaza para los antagonismos presentes en ese momento
histórico debido a que significaba la gestación de otra manera de entender la
política en Venezuela. Ello permite explicar porque la vida de este personaje fue
interrumpida y explica además, porque Sosa se ha empeñado efectivamente no solo
en hacer histórica la vida de Paredes, sino también, y ello es lo que se
desprende de la lectura de este ensayo, establecer un concepto de virtud en la
Venezuela del siglo XXI basada en la capacidad para producir los medios para la
vida como condición de posibilidad para la creación de formas de hacer
políticas y formas de defensa por intermedio del cuidado de sí mismo desde lo que podríamos denominar un cultivo de sí orientado a la producción
de formas de vida, y consecuentemente, formas de defensa material e inmaterial.
De lo que se desprende del escrito de Sosa es
que por intermedio de la imagen de Antonio Paredes se puede visualizar cómo
comenzó a cambiar, en primer lugar, la forma de hacer la guerra producto de la
revolución industrial y, en segundo lugar, la figura del militar, que pasó a
ser visto como un sostenedor de un orden político indiferentemente de que su
naturaleza pase a estar cuestionada por la dinámica de las circunstancias, como
actualmente hoy en día estamos viviendo. Entender a Paredes como un Ser-guerrero
desde la reflexión de Sosa es preguntarse ¿qué es ser militar y qué es ser
político en el mundo de hoy?
Por último, Sosa en la introducción de su
ensayo explica por qué ha buscado hacer histórica la vida de un venezolano en
un momento trágico en la historia del país como el que hoy en día estamos
viviendo. Es ilustrativa la signatura que para el autor representó la obra de
Ramón J. Velázquez, La Caída del
Liberalismo Amarillo – Tiempo y Drama de Antonio Paredes. Nuestro autor al
efecto ha destacado tres fechas que marcan los periodos de memoria y olvido en
relación con nuestro personaje histórico. La primera es 1972, relacionada con
la pacificación del país luego de una década de lucha subversiva y un año antes
del inicio de lo que se llegaría a conocer como la Venezuela saudita durante el
gobierno de Rafael Caldera. La segunda el año 1993, un año después de los
intentos de golpes de Estado que sacudieron al país y año en que después de un
turbulento proceso político Rafael Caldera regresara al poder. La tercera fue
el año 2010, momento en que el país después de un década de gobierno
militarista y autoritario, y disponiendo aun de la mayor bonanza económica,
estaba comenzando a vivir su hora menguada por la incomprensión del espíritu de
la época que padeció la clase gobernante venezolana de finales del siglo XIX y
principios del siglo XX.
¿Cuál ha sido la naturaleza de esta
incomprensión? Todos los cambios políticos acaecidos en Venezuela, con muy
pocas excepciones, han sido denominados revolucionarios. Una revolución en sí
significa regresar a un origen o iniciar algo nuevo como nos lo ha indicado
Hannah Arendt. Pero revolucionar en un mundo en constante cambios, como lo ha
demostrado nuestra historia, es fijar en un punto una realidad cuando todo el
mundo más allá de esa miope realidad marcada se está moviendo. Esa es la
naturaleza de la incomprensión: querer fijar una sociedad por ansias de poder
cuando la dinámica de los tiempos está signada por el movimiento en un contexto
de co-implicación que permite expresar complejidad.
El cultivo
de si le permitió a Paredes comprender la naturaleza del tiempo histórico
que estaba viviendo la humanidad y el lugar que Venezuela ocupaba en ese
proceso y una inteligencia acuciosa como la de Velázquez pudo captar en el año
1972 la encrucijada en que el destino había colocado a Venezuela. No en balde
fue este Velázquez el venezolano que le entregó el poder a Caldera en el año
1993 en la mayor soledad que puede tener un hombre que sabe el rol histórico
que está desempeñando como tuve la oportunidad de percibir, en lo personal, de
forma directa en una conversación que tuve con él en Puerto Cabello antes de
las elecciones presidenciales de ese año casualmente acerca de la obra que
motivó a nuestro autor. Quizás, Velázquez estuvo buscando en ese entonces un
Paredes, así como Sosa casi veinte años después emprendió su propia búsqueda.
El caso es que los resultados alcanzados por Sosa, como ya hemos asomado, han
creado las condiciones de posibilidad para pensar el perfil del militar y del
político venezolano una vez se inicie el proceso de reconstrucción de la
república. Por ello no queda más que invitar a navegar dentro de sus páginas
para que usted, lector se forme su propio juicio de una realidad venezolana
signada por el eterno retorno.
Caracas, 1ro de Septiembre de 2019.
ResponderEliminarPresentar a los veneradores de la Historia de Vnzla, un resumen político, social y filosófico de la "Magna Obra" intentada en vida por el General ANTONIO PAREDES", no solo es una acción de JUSTICIA ante la Historia, es de igual forma traer a la actualidad el hecho cierto de que la Historia si no se observa, SE REPITE CON MAYOR INTENSIDAD Y DAÑOS...
Estoy en conocimiento de la gran Obra de R. J. Velasquez referente al Drama en vida del Gral A. P., Héroe y Adalid de Nuestra Historia y en ella conocí un verdadero Patriota y amante de la Libertad de nuestra Nación que había sido ignorado para no decir "escondido" porque en cada generación política siempre se levanta un Campeón de la Justicia, de la Libertad y de la Fraternidad desde sus cenizas, lo cual siempre sera necesario para la Defensa de los D.D. H.H. de la Ciudadanía en general y para recordarle a los Gobiernos de turno que la Primaria Función de los Gobiernos elegidos democráticamente, sera: "Asegurar la Felicidad del Pueblo Soberano"; de hecho se puede observar esa Garantía Constitucional consagrada en el articulo 3 de la mejor Constitución del mundo jamás proclamada por Referéndum Consultivo según G.O. Nro 36.860 del 30 de Diciembre de 1.999, con 2da Publicación según G.O. Nro 5.453 del 24 de Marzo del 2.000, la cual conocemos todos como la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela la cual de manera urgente mas temprano q tarde tendra que ser sometida a una modificación extensa a los fines de adecuarla a los nuevos tiempos y al cumplimiento del referido artículo 3 y a la Conciencia Progresista Democrática y Soberana de nuestra Nación Venezolana.
De tal manera que el celebre Autor Gustavo Sosa Larrazabal, enfoca en en esta nueva visión de la Obra en vida del Gral A. P., un modelo de ejemplo Moral, Patriótico y político a seguir por la comunidad venezolana y por todo aquel q logre entender que el País le pertenece es al Pueblo, y que solamente a la función gubernamental sólo le queda arrodillarse ante las exigencias consagradas en la Constitución que representa la materialización de la CONCIENCIA del Pueblo Soberano convertida en Ley Fundamental.
Albricias, celebración y buena ventura a la Venezolanidad por esta nueva Obra dedicada al Gral A. Paredes y que con el transcurrir del tiempo, otros autores logren el renacer de obras parecidas para los lectores de la vida de este gran venezolano.
Ps: Gracias al al redactor del comentario del precitado libro.
Muchisimas Gracias a Usted por su comentario
EliminarPor cierto, me llamó Rafael Funes Morgado, y mis anteriores comentarios se inspiran no sólo en lo redactado y ya conocido en la Historia de Vnzla sino también en las grandes realidades de la Historia Universal y en la de nuestro país al cual tanto amo y amare. Rfm.
ResponderEliminarMuchisimas gracias... y a la orden
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