miércoles, 3 de febrero de 2021

LA ESTRUCTURA DE LA COMUNIDAD INTERNACIONAL Y SU EVOLUCIÓN HISTÓRICA A LA LUZ DE LOS DESPLAZAMIENTOS DE SIGNIFICADO DE LOS CONCEPTOS DE GUERRA, SOBERANÍA Y PAZ. Tumultos urbanos, rurales, suidad y respectividad

  



Hemos dicho en los apartados anteriores que estamos en un estado de guerra caracterizado por el hecho de que el conflicto ha mutado de naturaleza haciendo que un individuo que en sí mismo haya pasado a ser un combatiente, un guerrero, en la medida en que pueda producir sus medios para la vida. En esta circunstancias la paz que pueda disfrutar este individuo depende de una actitud interior desde el mismo momento que es un estado de conciencia y la soberanía es expresión de esa capacidad productiva en condiciones tales que esta capacidad sea estable. Estado, en este contexto es estabilidad en la medida en que la reunión de un conjunto de productores fomente la co-operación. Pero, cómo es posible afirmar que un individuo es un combatiente soberano en un contexto basado en la existencia de poderes con armas de destrucción masiva que coexisten con grupos de diferente naturaleza con una alta capacidad de hacer daño.

Xavier Zubirí nos ha indicado que la realidad es una sustantividad y es expresión de una formalidad de lo que hay que está dotada de una estructura y esta realidad tiene un problema a encarar: el devenir, desde el mismo momento que la realidad en sí misma, es capaz de producir otra realidad[1]. Esta es la característica de la crisis del orden westfaliano que expresa que el conflicto actual se presenta en tres niveles y este hecho nos dice de suyo que estamos viviendo una fase de transición histórica que, como indicamos, pareciera apuntar al establecimiento de un orden que indicamos tiende a parecerse a un orden medieval, es decir, un orden feudal en el sentido que expresa una especie de pluralismo dentro de un contexto unitario o dicho de forma más específica un orden relativamente homogéneo, al menos en Occidente, a pesar de las diferencias existentes. A ello se debe la importancia que le hemos dado al orden westfaliano desde el mismo momento que éste se mantuvo más o menos estable entre 1648 y 1989.

Esta fue una fase de la historia del mundo por lo que la pregunta que surge es: cómo y qué otras fases históricas ha vivido la humanidad en términos de guerra, soberanía y paz. Podemos usar como referente eso que la moda ha denominado Guerra de 4ª generación. Ya hemos dicho que la guerra de cuarta generación incluye a las anteriores por lo que habría que examinar qué se entiende por esta forma de categorización. Esta categorización surgió en EE.UU. después del advenimiento de mundo unipolar para indicar que en un contexto donde existía un solo superpoder militar todos los conflictos eran asimétricos, o sea, es una categoría basada en la fuerza e incluye otras formas de hacer violencia como el terrorismo, subversión, empleo de la población civil, propaganda, cibernética y todos los avances tecnológicos y sociales incluyendo las modificaciones climáticas, las armas biológicas y el espacio ultraterrestre. Según este criterio, las tres generaciones anteriores fueron las armas de fuego, la mecanización (industrialización) y la blitzkrieg. Pero si se considera que antes de las armas de fuego el conflicto estaba presente, esa categorización estadounidense es moderna y obedece a una realidad específica a partir de ‘su suidad’. Desde esta perspectiva podemos plantear otras que hemos considerado como categorías (Jean-Paul Charnay, Organización Rand y John Keegan) para contrastarlas con ésta de moda

 

Estados  

Eventos

Keegan

Rand

Modismos

 

Edad antigua

Estable

 

Raid - Melee

Fortificaciones

Melee

 

Armas de proyección

Masa

Edad media

Estable  

 

Solapamientos

Transición

Tumultos urbanos y campesinos

 

Reforma

Racionalización

Guerra de los XXX años

Logística y movilización

Maniobra

Armas de fuego

Edad moderna

Orden westfaliano

Estable

 

Transición

Revolución francesa

Des-colonización

Solapamientos

 

 

Estable

 

Armas de fuego

 

Mecanización industrialización

 

 

Edad contemporánea

Orden westfaliano

1 GM

 

 

 

 

 

Transición

Revolución rusa / china

Solapamientos

 

 

2 GM

 

 

 

Blitzkrieg

 

Guerra Fría

Des-colonización

 

 

 

 

Fin de URSS

 

 

Enjambre

4° Generación

 

 

¿?

Transición

Caracazo

Black lives matter

 

Solapamientos

 


En el cuadro mostrado la palabra ‘solapamiento’ indica verticalmente la integración de las formas de combate del pasado en la nueva y horizontalmente la integración de la propuesta de los actores mencionados. La última es la excepción porque está en proceso, se ajusta a los criterios esgrimidos por Qiao y Wang que indicamos en ¿Qué es la ‘guerra’? y con ella pretendemos dar luces del dinamismo del mundo actual como totalidad en que estamos inmersos de modo que cada quien pueda reconstruir su realidad desde su ‘suidad’[2], es decir, ‘respectividad’. De igual forma, de acuerdo con el cuadro mostrado se observan dos aspectos a tener en consideración: en primer lugar, que la clasificación de ‘cuarta generación’ no se ajusta a nuestros patrones venezolanos ni pretendió ser universal por lo que creemos que es deficiente y, en segundo lugar, que uno de los elementos que aquí no se hace mención es la guerra de información o infowar. Esto último es así debido a que la información ha sido el elemento esencial del conflicto en toda la historia de la humanidad.

Si se observa ahora el cuadro desde la perspectiva temporal observamos una compresión del tiempo en la medida en que nos acercamos al presente y junto a ella podríamos hablar de una dilatación del espacio. Esto nos indica la existencia de espacios temporales que nos permiten identificar las otras fases y las transiciones entre las fases que es propiamente lo que nos interesa. Al respecto Jean-Paul Charnay[3] nos ha indicado que existió en Occidente un largo periodo histórico caracterizado primeramente por conflictos feudales y tumultos urbanos que, por una parte, nos recuerdan las tesis de Santo Tomás y Francisco Suárez sobre el derecho de resistencia, de Dante Alighieri, Marsilio di Padova sobre la necesidad de separar la iglesia del Estado, así como Niccolò Machiavelli quien percibió los cambios sociales que estaban aconteciendo y, por la otra, el tipo de tumultos que hemos vivido desde el caracazo hasta los realizados por los black lives matter pasando por los que han afectado a Chile, Ecuador y Colombia en fecha reciente así como los acaecidos en otras partes del globo (Europa, Hong Kong).

En la transición hacia el mundo moderno que en términos prácticos fue marcada por el avance otomano coexistieron, como ahora, diferentes niveles de confrontación que en cierta forma arrastraban otras formas históricas de bellum, soberanía y paz. Con esta introducción podemos analizar ahora dichas interacciones desde una perspectiva metaestratégica, posteriormente analizaremos la estructura de la inestabilidad teniendo como fundamento el periodo anterior al orden westfaliano, es decir, la correspondiente a la media y baja edad media y finalmente trataremos de otear en el horizonte hacia dónde apuntan las tendencias que se han pensado de nuestro devenir.

Metaestrategia

Jean-Paul Charnay desarrolló un estudio para explicar desde una perspectiva metaestratégica la evolución histórica de la estrategia entendida por él como la organización y uso de la violencia vista como bellum y stasis, de acuerdo con nuestra terminología, desde el declive del feudalismo hasta finales del siglo XX. Él reagrupó los conflictos en dos grandes categorías, es decir: la oposición entre ‘sociedades exteriores’ (tribus, nación, imperio, confesiones, etc.) (Luchas verticales) y la oposición de estratos sociales diferenciados a lo interno de una misma sociedad (clanes, órdenes, clases, etc.) (Luchas horizontales) a partir de tres conceptos claves: sistemas socio-estratégicos, las formas de los antagonismos y la reversión de los principios (bellun y disuasión). Los sistemas socio-estratégicos son aquellos derivados del entrecruzamiento de la historia (devenir), con los volúmenes sociales estratégicos (poder de negociación y capacidad de maniobra y de empeñamiento) y la intensidad de la negación (puesta en juego). Las formas de los antagonismos están relacionadas con la metodología que explica la conducta estratégica asumida por los antagonistas que indican, a su vez, los modos de pensar el conflicto en términos operacionales y tácticos. Y la reversión de los principios basados en el desarrollo de un espíritu de conservación que articula dialécticamente la acumulación de la capacidad destructiva (tesis), el sometimiento del principio de iniciativa por una posposición indefinida en el tiempo (antitesis), para preservar de una mejor manera el principio de seguridad basado en la credibilidad. Esta última es efecto del advenimiento de la era nuclear y como veremos puede ser vista desde dos ángulos: la superación entendida como estabilidad y la síntesis entendida como erosión de la estabilidad.

El primero le condujo a concluir que se ha producido una aceleración y complejización de la historia donde los cambios de fases se han producido por cambios súbitos y repentinos (catastróficos) acaecidos por la instrumentación de una estrategia global (macroestrategia) o una estrategia local (microestrategia) que produce efectos de cambio de alcance global. Ambas dependientes de los volúmenes sociales estratégicos y de la metodología empleada para alcanzar su propósito. Estos volúmenes remiten a la relación recíproca entre órdenes imperiales y revoluciones en función de los más importantes procesos subversivos: reforma, racionalismo, nacionalismo, marxismo militante y descolonización. En esta relación recíproca se interesó por los pasos de conflictos locales a globales.

El segundo lo hizo pensar en una morfología de los conflictos que le permitió determinar aspectos homogéneos y heterogéneos que conducen al establecimiento de principios de acción para encarar una situación conflictiva. Es decir, de la implantación de la instrucción militar y el establecimiento de fuerzas armadas nacionales, pasando por la levée en masse de la revolución francesa, seguida por la guerra total y blitzkrieg, la guerra popular prolongada y finalmente a la Revolución de los Asuntos Militares y guerra más allá de los límites.

El tercero lo hizo pensar en una ruptura epistemológica o praxeológica a partir de la consideración, por una parte, de principios operacionales que produjeron un cambio de principios de bellum a principios de disuasión, y por la otra, el replanteamiento de la violencia y la no-violencia. Pero aquí debemos decir que esta distinción entre violencia y no-violencia era convencional y estaba referida a bellum entendido como se entendió en la Carta de las Naciones Unidas y las convenciones de la Haya.

Si consideramos la tabla indicada en la introducción nos encontramos, como dijimos en la idea de ciclo y ello nos permite observar las conclusiones de Charnay desde una manera diferente. Es decir,

·         El proceso que condujo al orden westfaliano y a su fin en 1989 es el marco temporal del autor y como indicamos en Anaciclosis en Venezuela y la crisis del orden westfaliano creemos que estamos viviendo de alguna u otra manera los tumultos urbanos y campesinos así como la aparición de actores políticos que hacen la guerra más allá de los órdenes estatales. De ahí la idea de ciclo.

·         En términos de volúmenes sociales estratégicos estamos observando formas basadas en la aplicación de acciones simultáneas de grupos con bajos volúmenes sociales estratégicos pero con pretensión de lograr efectos globales. La lógica estratégica es el enjambre inducido por lo que estamos viviendo un proceso subversivo de alcance global.

·         En términos morfológicos estamos viviendo un proceso de cambios de formas de acción en cuanto a lo que se entiende por estrategia y táctica que explican de suyo un cambio de la conducta estratégica de los actores políticos. Esto se explica por las tesis de Qiao y Wang. Pero al efecto hemos hecho desarrollado unos conceptos de estrategia y táctica, a partir de esta realidad, que persiguen la adecuación a la realidad del conflicto en el mundo de hoy signado por el hecho de que el espacio de maniobra del conflicto son los espacios que denominé ‘abstracto’ y otros denominan ‘virtuales’. En este sentido, estamos definiendo estrategia como “el aprovechamiento deliberado de los hechos intervinientes en un escenario de actuación dado generando nuevos marcos de Racionalidad” y táctica como “el uso de los medios en ese ámbito creativo donde no hay límites en el uso de dichos medios, ni límites de medios”[4].

·         Estamos observando una ruptura praxeológica y epistemológica, es decir, el surgimiento de otros actores políticos ha supuesto, por una parte, el surgimiento de una episteme que tiende a ser social desde la perspectiva de la producción de daños que coexiste con las formas tradiciones estructuradas de conducir el conflicto por los órdenes estatales o aquellos con un gran volumen social-estratégico y, por la otra, la prohibición de bellum permite la realización de otras formas de daño dentro del marco del estado de guerra global que co-existe con la estrategia de disuasión y de acumulación de capacidades destructivas. Esto nos permite regresar a la reversión de los principios. Superar dijimos que era garantizar un orden estable mediante la acumulación de capacidad destructiva, sin embargo, estamos viviendo una síntesis donde la capacidad destructiva acumulada se presenta como inútil frente a las formas erosivas de destrucción de dichos órdenes. Desde esta perspectiva, la no-violencia es relativa en relación con el concepto de bellum, pero es absoluta para todo aquello que se sale de dicho concepto. El ejemplo más patente de erosión ha sido Venezuela.

De acuerdo con estos cuatro argumentos, podemos decir que Occidente está repitiendo, como dijimos, situaciones a las vividas antes del establecimiento del orden westfaliano, en un contexto similar a Europa, que tuvo, a su vez, que encarar la amenaza de oriente materializada en el pasado por el imperio Otomano y en el presente por una entente ruso-china y sus aliados. La causa obedece a que, como indicamos en ¿Qué es la soberanía?, la crisis del orden westfaliano supone la crisis de los órdenes estatales que, en los lugares donde fueron impuesto (mayor parte de África y el cercano oriente) o inducido (América), está permitiendo que surjan otras formas de organización política. Desde esta perspectiva, podemos hablar de dos tipos de Estados: los órdenes políticos autoorganizados (repúblicas) y ordenes políticos exo-organizados (dependientes). Esto nos permite hablar ahora de la estructura de la inestabilidad.

Estructura de la inestabilidad

Como hemos indicado en Anaciclosisis en Venezuela y la crisis del orden westfaliano el mundo después de 1648 vivió una relativa estabilidad estructural que se mantuvo hasta el año 1945 y posteriormente 1989. Decimos que relativa estabilidad debido a que la inestabilidad, antes de dicho orden, se produjo por la emergencia de nuevos actores producto de nuevas situaciones. Esta inestabilidad se presentaría, dentro de dicho orden, nuevamente a partir del año 1789 que obligaría a plantear ajustes sistémicos que volverían a reeditarse en 1815, 1884, 1919 y 1945. Estos ajustes en sí mismo indican un deterioro progresivo de la estructura que en el último siglo sufrió un proceso de aceleración. En todos los casos, es decir, en los años citados fueron conflictos internos los que provocaron la inestabilidad en toda la estructura, es decir, la reforma protestante, la revolución francesa, la revolución industrial-revolución rusa y la descolonización que en cierta forma indican la recurrencia de los mismos tumultos medievales en nuevas y acumulativas dimensiones determinadas por el dinamismo de la realidad en un devenir que se acerca al milenio. Sobre esto volveremos más adelante.

Así pues, considerando que nuestro foco de atención en relación con la tesis de Charnay se encuentra ubicado en los conflictos anteriores al Tratado de Paz de Westfalia, vamos a examinar cuáles fueron los elementos que propiciaron esas situaciones conflictivas para buscar elementos comunes con la realidad actual de modo que podamos conocer la estructura de la realidad y precisar aún más la naturaleza del conflicto que estamos viviendo.

Para analizar los tumultos urbanos y rurales desde antes del siglo XIV Charnay partió de un punto de equilibrio que expresaba la estabilidad de un orden basado en la relación recíproca de cuatro estructuras socios-políticas fundamentales del feudalismo en Occidente, es decir, la iglesia y los reinos, desde la perspectiva general, y los señoríos (temporales y eclesiásticos) y las comunidades, desde las perspectivas locales. La ruptura del punto de equilibrio se produjo por

·         Crecimiento demográfico a pesar de las epidemias y las guerras.

·         Mayor diferenciación de los medios socios-profesionales entre las poblaciones campesinas y los artesanos.

·         Mayor efectividad de las administraciones reales en relación con los señoríos.

·         Mejoría en la circulación de bienes, personas e ideas.

La consecuencia de esta ruptura, a pesar de la heterogeneidad de las situaciones históricas y de la localización geográfica, se tradujo en fracasos, miedo, hambre y penurias de todo tipo que juntas se constituyeron en fuentes de conflictos o tumultos. En estos tumultos estuvieron subyacentes

·         La existencia de una amenaza que generaba sentimientos de intolerabilidad y de irremediabilidad, es decir, estaban enmarcadas en una ausencia de esperanzas.

·         Había una argumentación ideológica o más exactamente mistagógicas, es decir, basada en un discurso que pretendía revelar alguna doctrina oculta o basada en los santos sacramentos.

·         Había una articulación social en el planteamiento antagónico, es decir, luchas horizontales (señores contra paisanos, etc.).

·         Había articulación geográfica en zonas urbanas y rurales.

·         Los participantes en las revueltas oscilaban en proporción variable entre muy pobres, desclasados y errantes.

·   La simplicidad de las organizaciones militares quienes reaccionaban recíprocamente de acuerdo con el desarrollo bélico de la revuelta.

Si contrastamos estos elementos indicados precedentemente con la realidad actual podemos observar en relación con el denominado punto de ruptura del equilibrio, lo siguiente:

 

Charnay

Mundo de hoy

1

Crecimiento demográfico a pesar de las epidemias y las guerras

Igual

2

Mayor diferenciación de los medios socio-profesionales entre las poblaciones campesinas y los artesanos

Hoy no está ocurriendo una diferenciación sino una suplantación de las actividades productivas y de los productores por lo que está ocurriendo un movimiento laboral en condiciones más precarias.

3

Mayor efectividad de las administraciones reales en relación con los señoríos

Hoy ocurre lo contrario por lo que la tendencia ha sido la de la privatización de funciones estatales

4

Mejoría en la circulación de bienes, personas e ideas

Igual

 

Aquí nos detendremos en los puntos (2) y (3). En relación con el ítem (2) ciertamente estamos viviendo un cambio de las formas de producción que ha hecho de la actividad productiva una actividad precaria en términos de sostenibilidad y en términos de temporalidad sobre todo para quienes padecen de capacidades para la innovación y la adaptación al cambio. Con respecto al ítem (3) la reversión de la actividad administrativa a manos privadas es lo que nos da la idea de que estamos en presencia de un ciclo. El ejemplo más patente y simbólico de lo afirmado ha sido la estrategia educativa sueca o el lanzamiento de un vehículo espacial en fecha reciente. Si contrastamos ahora las causas de las revueltas con el mundo de hoy tenemos lo siguiente:

 

Charnay

Mundo de hoy

A

La existencia de una amenaza que generaba sentimientos de intolerabilidad y de irremediabilidad, es decir, estaban enmarcadas en una ausencia de esperanzas

En los tumultos en todo el continente americano NO se observa, en general, perdida de fe o de esperanza, sino una inducción basada en la intolerabilidad, la irremediabilidad y podemos agregar, el resentimiento.

B

Había una argumentación ideológica o más exactamente mistagógicas, es decir, basada en un discurso que pretendía revelar alguna doctrina oculta o basada en los santos sacramentos.

Hay una argumentación ideológica, más específicamente mezclada falsamente con elementos teológico-políticos: cristianismo primitivo, milagros, mesías, etc., que en el fondo apunta al mantenimiento de la diferenciación social. En el fondo estamos frente a una gran manipulación e inducción con un propósito político de talante global.

C

Había una articulación social en el planteamiento antagónico, es decir, luchas horizontales (señores contra paisanos, etc.).

Hay planteamientos de lucha de clases, de excluidos (minorías y movimientos minoritarios, etc.), pero en un contexto donde cambiaron las relaciones de producción y las acciones de los grupos minoritarios y las minorías apuntan no a la igualdad sino a la supremacía en un contexto destructivo.

D

Había articulación geográfica de la revuelta en zonas urbanas y en rurales.

Igual, con el ingrediente de que las tecnologías de comunicación e información favorecen su reproducción en gran escala, es decir, como focos que vista de forma macro asemejan un enjambre.

E

Los participantes en las revueltas oscilaban en proporción variable entre muy pobres, desclasados y errantes.

Igual, pero a diferencia del pasado estamos frente a un grupo o grupos capturados y usados como medios desechables dentro de un contexto político de gran alcance

F

La simplicidad de las organizaciones militares quienes reaccionaban recíprocamente al progreso bélico de la revuelta.

Depende de la estrategia usada: oscila entre el desarme de la población para posteriormente crear milicias reproduciendo los señoríos y/o la destrucción de las fuerzas armadas, para lograr la simplicidad y hacer el antagonismo y el cambio viable. De igual forma, a esta simplicidad se agrega la aparición de ‘empleados de seguridad’

 

En el cuadro comparativo que mostramos precedentemente observamos el alcance de la inducción a pesar de la existencia de elementos que pudieran pensar en la aparición de prácticas del pasado como los cambios de las relaciones de producción, la disminución del papel del Estado en muchas actividades y la aparición de milicias armadas, señores de la guerra y ‘empresarios de seguridad’. Junto con estas señales del nuevo medioevo se pueden agregar otras: el pluralismo unitario que hemos indicado, la arquitectura, los modos de vida, el lenguaje por provenir de una misma raíz y otras. El pluralismo unitario está relacionado con la existencia de múltiples polos de poder que operan en red y están agrupados en forma jerárquica bajo una misma visión del mundo teológico-política y racional. Un ejemplo de ello lo constituye la presencia de grupos armados colombianos en Venezuela, es decir, estos grupos controlan territorios y operan como unos señoríos[5]. Estos polos de poder nos permiten retornar al cuadro presentado en la introducción. Es decir, estamos presenciando las formas primitivas de lucha indicadas por Keegan y la organización Rand, es decir, el raid, la melee consecuente y la fortificación como estructura de defensa. El muro es el icono de lo que estamos afirmando. Esos son los elementos recurrentes en los tumultos urbanos y rurales. A partir de aquí es que se está comenzando a desarrollar un nuevo arte de la bellum y en este marco es que se circunscriben las tesis del enjambre y de bellum más allá de los límites, pero a través de los cambios de la estructura de poder global. Ahora podemos hablar de tendencias.

Tendencias

De lo que aquí estamos observando podemos inferir que el ciclo que pareciera estarse presentando y al cual hemos hecho mención está acaeciendo de forma inducida bajo los criterios de enjambre y del esfuerzo por producir daño más allá de los límites aprovechando los cambios sociales. Sin embargo, como estamos hablando de la proyección de la línea de tiempo me interesa mostrar cómo se pensó el mundo al inicio de siglo para establecer puntos de coincidencia y de divergencia para finalmente expresar qué creemos de estas tendencias y hacia dónde apuntan.

Con el advenimiento del nuevo siglo, varias organizaciones hicieron pronósticos acerca de la naturaleza del conflicto por venir en un horizonte temporal determinado. A continuación voy a hacer un extracto de dichos analistas y de dichas organizaciones y qué pensaban al respecto:

Analista

(d. 2000)

K. Waltz

(corto)

Huntington

(corto)

Modelsky / Thompson

(c. / largo)

Kennedy

(h. 2030)

Fukuyama

Wallerstein

Naturaleza del conflicto

Rivalidad controlada entre superpoderes

Amenaza de choque de civilizaciones

Macro-decisiones críticas (2026-2050)

Potencial alto

Democracia liberal

En aumento

Ente

CIA

(15 a.)

NSE

The Economist

(h. 2030)

SELA

(corto)

 

FMI

(corto y/o largo)

BM

(h. 2025)

Naturaleza del conflicto

Control de la información y de recursos

Equilibrio global multipolar favorable, Policial (terrorismo, crimen trans-nacional), social, cibernético

Rivalidades comerciales

Globalización vs. Nacionalismos

Turbulencias en los mercados emergentes

Social / Ecológico

 

Desde la perspectiva estatal, si hacemos una gran abstracción podemos decir que todos los problemas que afirmaron analistas y organizaciones mostradas en el cuadro se están presentando. En ninguno de estos casos se puso en cuestionamiento el propio Estado en tanto que realidad política a pesar del proceso de relativización del concepto de soberanía que indicamos en ¿Qué es la soberanía? La asertividad y las tecnologías de información y comunicación han sido los elementos claves que han posibilitado los cambios y la inducción que hemos mencionado sobre todo a partir de su impacto en la caída del muro de Berlín, el desmoronamiento de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas y el fin de la Guerra Fría. La Guerra Fría fue un enfrentamiento que en sí se manifestó como guerras civiles en gran parte del mundo cuyo fin representó el advenimiento de una potencia hegemónica global, es decir, Estado Unidos, en condiciones similares a la potencia hispánica previo al Tratado de Paz de Westfalia. Este hecho se produjo en un contexto de gran asertividad en el plano mundial y del no cuestionamiento de la forma-Estado. Pero el inicio de la Guerra contra el Terrorismo y la tercera Guerra del Golfo y la destrucción del orden estatal iraquí produjeron un cambio de circunstancias que en el contexto de la aceleración del tiempo ha significado el declive relativo del poder hegemónico estadounidense. Este hecho planteo la posibilidad del resurgimiento de una nueva Guerra Fría dado el advenimiento de un mundo multipolar que creemos está conformado por cuatro polos de poder mundial que marcará la naturaleza de los conflictos verticales: EE.UU., Rusia, China y el Reino Unido[6], pero dentro de un situación marcada por el surgimiento de un conflicto horizontal de escala global gracias al surgimiento de nuevos actores políticos no-estatales que están operando en red que se está superponiendo o se está aprovechando de los cambios globales que mostramos en los cuadros descritos en la estructura de la inestabilidad que en los tres casos evidencia una ruptura del precario equilibrio global . Si nos comparamos con el orden medieval de los cuatro poderes podríamos decir que falta la pata de la mesa representada por los señoríos u órdenes eclesiales que podemos decir, como ya indicamos, se está presentando en varias partes del mundo.

Así pues, esta ruptura del equilibrio de poderes a escala global y el paso a otro estado de cosas similar al vivido por Occidente antes de 1648 nos indica el acaecimiento de un ciclo histórico, pero con la presencia de dos tendencias contrapuestas: un orden multipolar y/o un orden global regido por una estructura de poder en red como se ha podido observar en el modo en que se ha respondido frente a la pandemia global generada por el virus de Wuhan COVID-19, que actores como Hardt y Negri han denominado Imperio[7], frente a la realidad de una humanidad que a pesar de las mejoras de sus condiciones de vida observan en el horizonte cercano el huracán de la precariedad. Con respecto a la primera, hemos indicado que hay autores como Chantal Mouffe que abogan por el establecimiento de un nuevo orden westfaliano o postwestfaliano, pero hay que tener presente dos cosas: en primer lugar, la tendencia antes indicada se está produciendo dentro de un contexto, como dijimos, donde se están observando prácticas pre-estatales o pre-westfaliana y, en segundo lugar, los cambios estructurales en el sistema internacional siempre han sido la resultante de conflictos de gran envergadura (Guerra de los Treinta Años, Guerra de los Siete Años, Guerras de la revolución y el imperio, primera y segunda guerra mundial, Guerra Fría). Esto supone pasar por encima de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas y en esas circunstancias están en mejores posiciones aquellos países que han acumulado capacidades para producir daño en el sentido más genérico del término.

Con respecto a la segunda tendencia, ya hemos indicado también que un conjunto de autores a propósito de la pandemia provocada por el virus de Wuhan han planteado la tesis de la democracia global, un nuevo orden global semejante al medieval europeo pero de talante postmarxista cuya mayor oposición se han encontrado en los sistemas políticos herederos de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas como Rusia y China. En ese planteamiento es que se observa la inducción en la medida en que el dinamismo de la realidad de acuerdo con las características antes mencionadas en el parágrafo primero ha sido usada para fomentar artificialmente la construcción de una máquina de guerra para destruir el orden precario existente[8]. Así pues, en esta crisis global el individuo, el sujeto, la persona, es un náufrago que depende de sus propias fuerzas y de su inteligencia para poder subsistir y para ello debe ser capaz de construir su propia realidad.

El huracán de la historia, en esta perspectiva, constituye el estado de guerra global, bellum constituye las formas en que se expresa el daño, la soberanía se traduce en dos tipos de Estados los autoorganizados y los exoorganizados que indican de suyo su exposición ante la crisis, es decir, los efectos de las confrontaciones violentas y la paz, es un asunto de los individuos conscientes de la situación en que estamos viviendo.

Como se puede observar aquí, estamos en presencia de la acción de poderes estatales que están operando en conjunto con otros poderes de alcance global cuya jerarquía está determinada por su capacidad de hacer daño. De ahí se explica el proceso de erosión dirigido contra los Estados y las tendencias políticas en cuanto a la reestructuración del orden global que estamos observando. Desde esta perspectiva, la crisis del orden westfaliano no sólo se observa a partir del proceso iniciado en el año 1914, al menos desde el año 1989 esta crisis se evidencia en la viabilidad misma de los propios estados con lo cual podemos afirmar que, desde ese año, han acaecido factores internos y externos que han determinado el estado de cosas actual. Si consideramos ahora la aceleración del tiempo bajo la intención de inducir un cambio, podemos afirmar también que en el fondo está en juego un cambio de poder a través del cambio de estructura y lo que falta establecer es el punto de equilibrio que de estabilidad.

Corolario

El hecho de que los individuos, los sujetos, las personas sean en estos momentos náufragos de la historia no indica que se encuentran indefensos ante el mundo que se está tratando de construir indiferentemente de cuál sea el resultado. Esto significa que el ser debe crearse las condiciones de posibilidad de autoproducirse y ello supone, como ya indicamos, hacer la Realidad suya (suidad), es decir, hacerla con respecto a si mismo (respectividad) porque estos permitirán una apertura que les permitirá capear el huracán de la historia.

 



[1] Ver al respecto: Zubiri, X. (1995). Estructura dinámica de la Realidad. 2° ed. Madrid. Alianza Editorial y  Fundación Xavier Zubiri. 356 p. Según este autorlos tres momentos de la formalidad de la realidad (apertura, respectividad, suidad) es sustantividad, es decir, suficiencia constitucional en orden a ser «de suyo»”.

[2] Carácter de suyo. Según Heidegger es ‘autenticidad’.

[3] Charnay, J.P. (1990). Métastratégie. Systèmes, formes et príncipes de la guerra féodale à la dissuasion nucléare. París. Ed. Economica. 264 p.

[4] Ver al respecto: “REFLEXIONES SOBRE METAESTRATEGIA Y METATÁCTICA” en https://edgareblancocarrero.blogspot.com/2016/04/reflexiones-sobre-metaestrategia-y.html y “ESPACIO-TIEMPO Y LA GUERRA. APROXIMACIÓN A UNA TEORÍA” en https://edgareblancocarrero.blogspot.com/2015/08/espacio-tiempo-y-la-guerra-aproximacion.html

[5] Podemos agregar, Colombia, EE.UU., Afganistán, Siria, Líbano, Irak, Yemen, Filipinas, Ucrania, Kosovo, etc.

[6] El Reino Unido opera en relación con el Commonwealth como una estructura confederada que cuenta con otros países desarrollados como Australia, Nueva Zelanda y Canadá. Esto no ocurre con Francia a pesar de los pactos de defensa que tiene con algunas de sus excolonias. Ver al respecto: “VENEZUELA Y LA GEOPOLÍTICA DEL BREXIT” en https://edgareblancocarrero.blogspot.com/2016/07/venezuela-y-la-geopolitica-del-brexit.html

[7] Sobre esta red de poder en red se recomienda de Hardt y Negri (2000), Empire. Cambridge. Harvard University Press. Edición en castellano Barcelona. (T. A. Bixio). Ediciones Paidós Ibérica

[8] Ver al respecto: Deleuze, G y Guattari, F. (2008). Mil Mesetas. Capitalismo y Esquizofrenia. 8º éd. Valencia. (T. J. Vásquez y U. Larraceleta).  Editorial Pre-Textos. 522 p.

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