Hemos dicho en los apartados
anteriores que estamos en un estado de guerra caracterizado por el hecho de que
el conflicto ha mutado de naturaleza haciendo que un individuo que en sí mismo
haya pasado a ser un combatiente, un guerrero, en la medida en que pueda
producir sus medios para la vida. En esta circunstancias la paz que pueda
disfrutar este individuo depende de una actitud interior desde el mismo momento
que es un estado de conciencia y la soberanía es expresión de esa capacidad
productiva en condiciones tales que esta capacidad sea estable. Estado, en este
contexto es estabilidad en la medida en que la reunión de un conjunto de
productores fomente la co-operación. Pero, cómo es posible afirmar que un
individuo es un combatiente soberano en un contexto basado en la existencia de
poderes con armas de destrucción masiva que coexisten con grupos de diferente
naturaleza con una alta capacidad de hacer daño.
Xavier Zubirí nos ha indicado
que la realidad es una sustantividad y es expresión de una formalidad de lo que hay que está dotada de una
estructura y esta realidad tiene un problema a encarar: el devenir, desde el
mismo momento que la realidad en sí misma, es capaz de producir otra realidad[1]. Esta es la característica
de la crisis del orden westfaliano que expresa que el conflicto actual se
presenta en tres niveles y este hecho nos dice de suyo que estamos viviendo una
fase de transición histórica que, como indicamos, pareciera apuntar al
establecimiento de un orden que indicamos tiende a parecerse a un orden
medieval, es decir, un orden feudal en el sentido que expresa una especie de
pluralismo dentro de un contexto unitario o dicho de forma más específica un
orden relativamente homogéneo, al menos en Occidente, a pesar de las
diferencias existentes. A ello se debe la importancia que le hemos dado al
orden westfaliano desde el mismo momento que éste se mantuvo más o menos
estable entre 1648 y 1989.
Esta fue una fase de la
historia del mundo por lo que la pregunta que surge es: cómo y qué otras fases
históricas ha vivido la humanidad en términos de guerra, soberanía y paz. Podemos
usar como referente eso que la moda ha denominado Guerra de 4ª generación. Ya
hemos dicho que la guerra de cuarta generación incluye a las
anteriores por lo que habría que examinar qué se entiende por esta forma de
categorización. Esta categorización surgió en EE.UU. después del advenimiento
de mundo unipolar para indicar que en un contexto donde existía un solo
superpoder militar todos los conflictos eran asimétricos, o sea, es una
categoría basada en la fuerza e incluye otras formas de hacer violencia como el
terrorismo, subversión, empleo de la población civil, propaganda, cibernética y
todos los avances tecnológicos y sociales incluyendo las modificaciones
climáticas, las armas biológicas y el espacio ultraterrestre. Según este
criterio, las tres generaciones anteriores fueron las armas de fuego, la
mecanización (industrialización) y la blitzkrieg.
Pero si se considera que antes de las armas de fuego el conflicto estaba
presente, esa categorización estadounidense es moderna y obedece a una realidad
específica a partir de ‘su suidad’. Desde esta perspectiva podemos plantear
otras que hemos considerado como categorías (Jean-Paul Charnay, Organización
Rand y John Keegan) para contrastarlas con ésta de moda
|
Estados |
Eventos |
Keegan |
Rand |
Modismos |
|
Edad
antigua |
Estable
|
|
Raid
- Melee Fortificaciones
|
Melee
|
|
|
Armas
de proyección |
Masa
|
|||||
Edad
media |
Estable
|
|
||||
Solapamientos |
||||||
Transición |
Tumultos
urbanos y campesinos Reforma
Racionalización |
|||||
Guerra
de los XXX años |
Logística
y movilización |
Maniobra
|
Armas
de fuego |
|||
Edad
moderna Orden
westfaliano |
||||||
Estable
|
|
|||||
Transición |
Revolución
francesa Des-colonización
|
Solapamientos |
|
|
||
Estable
|
|
Armas
de fuego |
|
Mecanización
industrialización |
|
|
Edad
contemporánea Orden
westfaliano |
1
GM |
|
|
|
|
|
Transición
|
Revolución
rusa / china |
Solapamientos |
|
|
||
2
GM |
|
|
|
Blitzkrieg |
|
|
Guerra
Fría |
Des-colonización
|
|
|
|
|
|
Fin
de URSS |
|
|
Enjambre |
4°
Generación |
|
|
¿? |
Transición
|
Caracazo
Black
lives matter |
Solapamientos |
|
En el cuadro mostrado la
palabra ‘solapamiento’ indica verticalmente la integración de las formas de
combate del pasado en la nueva y horizontalmente la integración de la propuesta
de los actores mencionados. La última es la excepción porque está en proceso,
se ajusta a los criterios esgrimidos por Qiao y Wang que indicamos en ¿Qué es la ‘guerra’? y con ella
pretendemos dar luces del dinamismo del mundo actual como totalidad en que
estamos inmersos de modo que cada quien pueda reconstruir su realidad desde su
‘suidad’[2], es decir,
‘respectividad’. De igual forma, de acuerdo con el cuadro mostrado se observan
dos aspectos a tener en consideración: en primer lugar, que la clasificación de
‘cuarta generación’ no se ajusta a nuestros patrones venezolanos ni pretendió
ser universal por lo que creemos que es deficiente y, en segundo lugar, que uno
de los elementos que aquí no se hace mención es la guerra de información o infowar. Esto último es así debido a que
la información ha sido el elemento esencial del conflicto en toda la historia
de la humanidad.
Si se observa ahora el cuadro
desde la perspectiva temporal observamos una compresión del tiempo en la medida
en que nos acercamos al presente y junto a ella podríamos hablar de una
dilatación del espacio. Esto nos indica la existencia de espacios temporales
que nos permiten identificar las otras fases y las transiciones entre las fases
que es propiamente lo que nos interesa. Al respecto Jean-Paul Charnay[3] nos ha indicado que
existió en Occidente un largo periodo histórico caracterizado primeramente por
conflictos feudales y tumultos urbanos que, por una parte, nos recuerdan las
tesis de Santo Tomás y Francisco Suárez sobre el derecho de resistencia, de
Dante Alighieri, Marsilio di Padova sobre la necesidad de separar la iglesia
del Estado, así como Niccolò Machiavelli quien percibió los cambios sociales
que estaban aconteciendo y, por la otra, el tipo de tumultos que hemos vivido
desde el caracazo hasta los realizados por los black lives matter pasando por los que han afectado a Chile,
Ecuador y Colombia en fecha reciente así como los acaecidos en otras partes del
globo (Europa, Hong Kong).
En la transición hacia el
mundo moderno que en términos prácticos fue marcada por el avance otomano
coexistieron, como ahora, diferentes niveles de confrontación que en cierta
forma arrastraban otras formas históricas de bellum, soberanía y paz. Con esta introducción podemos analizar ahora
dichas interacciones desde una perspectiva metaestratégica, posteriormente
analizaremos la estructura de la inestabilidad teniendo como fundamento el
periodo anterior al orden westfaliano, es decir, la correspondiente a la media
y baja edad media y finalmente trataremos de otear en el horizonte hacia dónde
apuntan las tendencias que se han pensado de nuestro devenir.
Metaestrategia
Jean-Paul Charnay desarrolló
un estudio para explicar desde una perspectiva metaestratégica la evolución
histórica de la estrategia entendida por él como la organización y uso de la
violencia vista como bellum y stasis, de acuerdo con nuestra
terminología, desde el declive del feudalismo hasta finales del siglo XX. Él
reagrupó los conflictos en dos grandes categorías, es decir: la oposición entre
‘sociedades exteriores’ (tribus, nación, imperio, confesiones, etc.) (Luchas
verticales) y la oposición de estratos sociales diferenciados a lo interno de
una misma sociedad (clanes, órdenes, clases, etc.) (Luchas horizontales) a
partir de tres conceptos claves: sistemas socio-estratégicos, las formas de los
antagonismos y la reversión de los principios (bellun y disuasión). Los sistemas socio-estratégicos son aquellos
derivados del entrecruzamiento de la historia (devenir), con los volúmenes sociales
estratégicos (poder de negociación y capacidad de maniobra y de empeñamiento) y
la intensidad de la negación (puesta en juego). Las formas de los antagonismos
están relacionadas con la metodología que explica la conducta estratégica
asumida por los antagonistas que indican, a su vez, los modos de pensar el
conflicto en términos operacionales y tácticos. Y la reversión de los
principios basados en el desarrollo de un espíritu de conservación que articula
dialécticamente la acumulación de la capacidad destructiva (tesis), el
sometimiento del principio de iniciativa por una posposición indefinida en el
tiempo (antitesis), para preservar de una mejor manera el principio de
seguridad basado en la credibilidad. Esta última es efecto del advenimiento de
la era nuclear y como veremos puede ser vista desde dos ángulos: la superación
entendida como estabilidad y la síntesis entendida como erosión de la
estabilidad.
El primero le condujo a
concluir que se ha producido una aceleración y complejización de la historia
donde los cambios de fases se han producido por cambios súbitos y repentinos
(catastróficos) acaecidos por la instrumentación de una estrategia global
(macroestrategia) o una estrategia local (microestrategia) que produce efectos de
cambio de alcance global. Ambas dependientes de los volúmenes sociales
estratégicos y de la metodología empleada para alcanzar su propósito. Estos
volúmenes remiten a la relación recíproca entre órdenes imperiales y
revoluciones en función de los más importantes procesos subversivos: reforma,
racionalismo, nacionalismo, marxismo militante y descolonización. En esta
relación recíproca se interesó por los pasos de conflictos locales a globales.
El segundo lo hizo pensar en
una morfología de los conflictos que le permitió determinar aspectos homogéneos
y heterogéneos que conducen al establecimiento de principios de acción para
encarar una situación conflictiva. Es decir, de la implantación de la instrucción militar y el establecimiento
de fuerzas armadas nacionales, pasando por la levée en masse de la revolución francesa, seguida por la guerra total y blitzkrieg, la guerra popular
prolongada y finalmente a la Revolución
de los Asuntos Militares y guerra más
allá de los límites.
El tercero lo hizo pensar en
una ruptura epistemológica o praxeológica a partir de la consideración, por una
parte, de principios operacionales que produjeron un cambio de principios de bellum a principios de disuasión, y por la otra,
el replanteamiento de la violencia y la no-violencia. Pero aquí debemos decir
que esta distinción entre violencia y no-violencia era convencional y estaba
referida a bellum entendido como se
entendió en la Carta de las Naciones Unidas y las convenciones de la Haya.
Si consideramos la tabla
indicada en la introducción nos encontramos, como dijimos en la idea de ciclo y
ello nos permite observar las conclusiones de Charnay desde una manera
diferente. Es decir,
·
El proceso que condujo al orden westfaliano y a
su fin en 1989 es el marco temporal del autor y como indicamos en Anaciclosis en Venezuela y la crisis del
orden westfaliano creemos que estamos viviendo de alguna u otra manera los
tumultos urbanos y campesinos así como la aparición de actores políticos que
hacen la guerra más allá de los órdenes estatales. De ahí la idea de ciclo.
·
En términos de volúmenes sociales estratégicos
estamos observando formas basadas en la aplicación de acciones simultáneas de
grupos con bajos volúmenes sociales estratégicos pero con pretensión de lograr
efectos globales. La lógica estratégica es el enjambre inducido por lo que
estamos viviendo un proceso subversivo de alcance global.
·
En términos morfológicos estamos viviendo un
proceso de cambios de formas de acción en cuanto a lo que se entiende por
estrategia y táctica que explican de suyo un cambio de la conducta estratégica
de los actores políticos. Esto se explica por las tesis de Qiao y Wang. Pero al
efecto hemos hecho desarrollado unos conceptos de estrategia y táctica, a
partir de esta realidad, que persiguen la adecuación a la realidad del
conflicto en el mundo de hoy signado por el hecho de que el espacio de maniobra
del conflicto son los espacios que denominé ‘abstracto’ y otros denominan
‘virtuales’. En este sentido, estamos definiendo estrategia como “el
aprovechamiento deliberado de los hechos intervinientes en un escenario de
actuación dado generando nuevos marcos de Racionalidad” y táctica como “el uso
de los medios en ese ámbito creativo donde no hay límites en el uso de dichos
medios, ni límites de medios”[4].
·
Estamos observando una ruptura praxeológica y
epistemológica, es decir, el surgimiento de otros actores políticos ha
supuesto, por una parte, el surgimiento de una episteme que tiende a ser social desde la perspectiva de la
producción de daños que coexiste con las formas tradiciones estructuradas de
conducir el conflicto por los órdenes estatales o aquellos con un gran volumen social-estratégico
y, por la otra, la prohibición de bellum
permite la realización de otras formas de daño dentro del marco del estado de
guerra global que co-existe con la estrategia de disuasión y de acumulación de
capacidades destructivas. Esto nos permite regresar a la reversión de los
principios. Superar dijimos que era garantizar un orden estable mediante la
acumulación de capacidad destructiva, sin embargo, estamos viviendo una
síntesis donde la capacidad destructiva acumulada se presenta como inútil
frente a las formas erosivas de destrucción de dichos órdenes. Desde esta
perspectiva, la no-violencia es relativa en relación con el concepto de bellum, pero es absoluta para todo
aquello que se sale de dicho concepto. El ejemplo más patente de erosión ha
sido Venezuela.
De acuerdo con estos cuatro
argumentos, podemos decir que Occidente está repitiendo, como dijimos, situaciones
a las vividas antes del establecimiento del orden westfaliano, en un contexto
similar a Europa, que tuvo, a su vez, que encarar la amenaza de oriente
materializada en el pasado por el imperio Otomano y en el presente por una
entente ruso-china y sus aliados. La causa obedece a que, como indicamos en
¿Qué es la soberanía?, la crisis del orden westfaliano supone la crisis de los
órdenes estatales que, en los lugares donde fueron impuesto (mayor parte de
África y el cercano oriente) o inducido (América), está permitiendo que surjan
otras formas de organización política. Desde esta perspectiva, podemos hablar
de dos tipos de Estados: los órdenes políticos autoorganizados (repúblicas) y
ordenes políticos exo-organizados (dependientes). Esto nos permite hablar ahora
de la estructura de la inestabilidad.
Estructura
de la inestabilidad
Como hemos indicado en Anaciclosisis en Venezuela y la crisis del
orden westfaliano el mundo después de 1648 vivió una relativa estabilidad
estructural que se mantuvo hasta el año 1945 y posteriormente 1989. Decimos que
relativa estabilidad debido a que la inestabilidad, antes de dicho orden, se
produjo por la emergencia de nuevos actores producto de nuevas situaciones.
Esta inestabilidad se presentaría, dentro de dicho orden, nuevamente a partir
del año 1789 que obligaría a plantear ajustes sistémicos que volverían a
reeditarse en 1815, 1884, 1919 y 1945. Estos ajustes en sí mismo indican un
deterioro progresivo de la estructura que en el último siglo sufrió un proceso
de aceleración. En todos los casos, es decir, en los años citados fueron
conflictos internos los que provocaron la inestabilidad en toda la estructura,
es decir, la reforma protestante, la revolución francesa, la revolución
industrial-revolución rusa y la descolonización que en cierta forma indican la
recurrencia de los mismos tumultos medievales en nuevas y acumulativas
dimensiones determinadas por el dinamismo de la realidad en un devenir que se
acerca al milenio. Sobre esto volveremos más adelante.
Así pues, considerando que
nuestro foco de atención en relación con la tesis de Charnay se encuentra
ubicado en los conflictos anteriores al Tratado de Paz de Westfalia, vamos a
examinar cuáles fueron los elementos que propiciaron esas situaciones
conflictivas para buscar elementos comunes con la realidad actual de modo que
podamos conocer la estructura de la realidad y precisar aún más la naturaleza
del conflicto que estamos viviendo.
Para analizar los tumultos
urbanos y rurales desde antes del siglo XIV Charnay partió de un punto de
equilibrio que expresaba la estabilidad de un orden basado en la relación
recíproca de cuatro estructuras socios-políticas fundamentales del feudalismo
en Occidente, es decir, la iglesia y los reinos, desde la perspectiva general,
y los señoríos (temporales y eclesiásticos) y las comunidades, desde las
perspectivas locales. La ruptura del punto de equilibrio se produjo por
·
Crecimiento demográfico a pesar de las
epidemias y las guerras.
·
Mayor diferenciación de los medios socios-profesionales
entre las poblaciones campesinas y los artesanos.
·
Mayor efectividad de las administraciones reales
en relación con los señoríos.
·
Mejoría en la circulación de bienes, personas e
ideas.
La consecuencia de esta
ruptura, a pesar de la heterogeneidad de las situaciones históricas y de la
localización geográfica, se tradujo en fracasos, miedo, hambre y penurias de
todo tipo que juntas se constituyeron en fuentes de conflictos o tumultos. En
estos tumultos estuvieron subyacentes
·
La existencia de una amenaza que generaba
sentimientos de intolerabilidad y de irremediabilidad, es decir, estaban
enmarcadas en una ausencia de esperanzas.
·
Había una argumentación ideológica o más
exactamente mistagógicas, es decir, basada en un discurso que pretendía revelar
alguna doctrina oculta o basada en los santos sacramentos.
·
Había una articulación social en el
planteamiento antagónico, es decir, luchas horizontales (señores contra
paisanos, etc.).
·
Había articulación geográfica en zonas urbanas
y rurales.
·
Los participantes en las revueltas oscilaban en
proporción variable entre muy pobres, desclasados y errantes.
· La simplicidad de las organizaciones militares quienes
reaccionaban recíprocamente de acuerdo con el desarrollo bélico de la revuelta.
Si contrastamos estos
elementos indicados precedentemente con la realidad actual podemos observar en
relación con el denominado punto de ruptura del equilibrio, lo siguiente:
|
Charnay |
Mundo
de hoy |
1 |
Crecimiento demográfico a pesar de las
epidemias y las guerras |
Igual |
2 |
Mayor diferenciación de los medios
socio-profesionales entre las poblaciones campesinas y los artesanos |
Hoy no está ocurriendo una diferenciación
sino una suplantación de las actividades productivas y de los productores por
lo que está ocurriendo un movimiento laboral en condiciones más precarias. |
3 |
Mayor efectividad de las administraciones
reales en relación con los señoríos |
Hoy ocurre lo contrario por lo que la
tendencia ha sido la de la privatización de funciones estatales |
4 |
Mejoría en la circulación de bienes, personas
e ideas |
Igual |
Aquí nos detendremos en los
puntos (2) y (3). En relación con el ítem (2) ciertamente estamos viviendo un
cambio de las formas de producción que ha hecho de la actividad productiva una
actividad precaria en términos de sostenibilidad y en términos de temporalidad
sobre todo para quienes padecen de capacidades para la innovación y la
adaptación al cambio. Con respecto al ítem (3) la reversión de la actividad
administrativa a manos privadas es lo que nos da la idea de que estamos en
presencia de un ciclo. El ejemplo más patente y simbólico de lo afirmado ha
sido la estrategia educativa sueca o el lanzamiento de un vehículo espacial en
fecha reciente. Si contrastamos ahora las causas de las revueltas con el mundo
de hoy tenemos lo siguiente:
|
Charnay |
Mundo
de hoy |
A |
La existencia de una amenaza que generaba
sentimientos de intolerabilidad y de irremediabilidad, es decir, estaban
enmarcadas en una ausencia de esperanzas |
En los tumultos en todo el continente
americano NO se observa, en general, perdida de fe o de esperanza, sino una
inducción basada en la intolerabilidad, la irremediabilidad y podemos
agregar, el resentimiento. |
B |
Había una argumentación ideológica o más
exactamente mistagógicas, es decir, basada en un discurso que pretendía
revelar alguna doctrina oculta o basada en los santos sacramentos. |
Hay una argumentación ideológica, más
específicamente mezclada falsamente con elementos teológico-políticos:
cristianismo primitivo, milagros, mesías, etc., que en el fondo apunta al
mantenimiento de la diferenciación social. En el fondo estamos frente a una
gran manipulación e inducción con un propósito político de talante global. |
C |
Había una articulación social en el
planteamiento antagónico, es decir, luchas horizontales (señores contra
paisanos, etc.). |
Hay planteamientos de lucha de clases, de excluidos
(minorías y movimientos minoritarios, etc.), pero en un contexto donde
cambiaron las relaciones de producción y las acciones de los grupos
minoritarios y las minorías apuntan no a la igualdad sino a la supremacía en
un contexto destructivo. |
D |
Había articulación geográfica de la revuelta en
zonas urbanas y en rurales. |
Igual, con el ingrediente de que las
tecnologías de comunicación e información favorecen su reproducción en gran
escala, es decir, como focos que vista de forma macro asemejan un enjambre. |
E |
Los participantes en las revueltas oscilaban
en proporción variable entre muy pobres, desclasados y errantes. |
Igual, pero a diferencia del pasado estamos
frente a un grupo o grupos capturados y usados como medios desechables dentro
de un contexto político de gran alcance |
F |
La simplicidad de las organizaciones
militares quienes reaccionaban recíprocamente al progreso bélico de la
revuelta. |
Depende de la estrategia usada: oscila entre
el desarme de la población para posteriormente crear milicias reproduciendo
los señoríos y/o la destrucción de las fuerzas armadas, para lograr la
simplicidad y hacer el antagonismo y el cambio viable. De igual forma, a esta
simplicidad se agrega la aparición de ‘empleados de seguridad’ |
En el cuadro comparativo que
mostramos precedentemente observamos el alcance de la inducción a pesar de la
existencia de elementos que pudieran pensar en la aparición de prácticas del
pasado como los cambios de las relaciones de producción, la disminución del
papel del Estado en muchas actividades y la aparición de milicias armadas,
señores de la guerra y ‘empresarios de seguridad’. Junto con estas señales del
nuevo medioevo se pueden agregar otras: el pluralismo unitario que hemos
indicado, la arquitectura, los modos de vida, el lenguaje por provenir de una
misma raíz y otras. El pluralismo unitario está relacionado con la existencia
de múltiples polos de poder que operan en red y están agrupados en forma
jerárquica bajo una misma visión del mundo teológico-política y racional. Un
ejemplo de ello lo constituye la presencia de grupos armados colombianos en
Venezuela, es decir, estos grupos controlan territorios y operan como unos
señoríos[5]. Estos polos de poder nos
permiten retornar al cuadro presentado en la introducción. Es decir, estamos
presenciando las formas primitivas de lucha indicadas por Keegan y la
organización Rand, es decir, el raid,
la melee consecuente y la
fortificación como estructura de defensa. El muro es el icono de lo que estamos
afirmando. Esos son los elementos recurrentes en los tumultos urbanos y
rurales. A partir de aquí es que se está comenzando a desarrollar un nuevo arte de la bellum y en este marco es que
se circunscriben las tesis del enjambre y de bellum más allá de los límites, pero a través de los cambios de la
estructura de poder global. Ahora podemos hablar de tendencias.
Tendencias
De lo que aquí estamos
observando podemos inferir que el ciclo que pareciera estarse presentando y al
cual hemos hecho mención está acaeciendo de forma inducida bajo los criterios
de enjambre y del esfuerzo por producir daño más allá de los límites aprovechando
los cambios sociales. Sin embargo, como estamos hablando de la proyección de la
línea de tiempo me interesa mostrar cómo se pensó el mundo al inicio de siglo
para establecer puntos de coincidencia y de divergencia para finalmente
expresar qué creemos de estas tendencias y hacia dónde apuntan.
Con el advenimiento del nuevo
siglo, varias organizaciones hicieron pronósticos acerca de la naturaleza del
conflicto por venir en un horizonte temporal determinado. A continuación voy a
hacer un extracto de dichos analistas y de dichas organizaciones y qué pensaban
al respecto:
Analista (d. 2000) |
K. Waltz (corto) |
Huntington (corto) |
Modelsky / Thompson (c. / largo) |
Kennedy (h. 2030) |
Fukuyama |
Wallerstein |
Naturaleza del conflicto |
Rivalidad controlada entre superpoderes |
Amenaza de choque de civilizaciones |
Macro-decisiones críticas (2026-2050) |
Potencial alto |
Democracia liberal |
En aumento |
Ente |
CIA (15 a.) |
NSE |
The Economist (h. 2030) |
SELA (corto) |
FMI (corto y/o largo) |
BM (h. 2025) |
Naturaleza del conflicto |
Control de la información y de recursos |
Equilibrio global multipolar favorable,
Policial (terrorismo, crimen trans-nacional), social, cibernético |
Rivalidades comerciales |
Globalización vs. Nacionalismos
|
Turbulencias en los mercados emergentes |
Social / Ecológico |
Desde la perspectiva estatal,
si hacemos una gran abstracción podemos decir que todos los problemas que
afirmaron analistas y organizaciones mostradas en el cuadro se están
presentando. En ninguno de estos casos se puso en cuestionamiento el propio
Estado en tanto que realidad política a pesar del proceso de relativización del
concepto de soberanía que indicamos en ¿Qué
es la soberanía? La asertividad y las tecnologías de información y
comunicación han sido los elementos claves que han posibilitado los cambios y
la inducción que hemos mencionado sobre todo a partir de su impacto en la caída
del muro de Berlín, el desmoronamiento de la Unión de Repúblicas Socialistas
Soviéticas y el fin de la Guerra Fría. La Guerra Fría fue un enfrentamiento que
en sí se manifestó como guerras civiles en gran parte del mundo cuyo fin
representó el advenimiento de una potencia hegemónica global, es decir, Estado
Unidos, en condiciones similares a la potencia hispánica previo al Tratado de
Paz de Westfalia. Este hecho se produjo en un contexto de gran asertividad en
el plano mundial y del no cuestionamiento de la forma-Estado. Pero el inicio de
la Guerra contra el Terrorismo y la
tercera Guerra del Golfo y la
destrucción del orden estatal iraquí produjeron un cambio de circunstancias que
en el contexto de la aceleración del tiempo ha significado el declive relativo
del poder hegemónico estadounidense. Este hecho planteo la posibilidad del
resurgimiento de una nueva Guerra Fría dado el advenimiento de un mundo multipolar
que creemos está conformado por cuatro polos de poder mundial que marcará la
naturaleza de los conflictos verticales: EE.UU., Rusia, China y el Reino Unido[6], pero dentro de un
situación marcada por el surgimiento de un conflicto horizontal de escala
global gracias al surgimiento de nuevos actores políticos no-estatales que
están operando en red que se está superponiendo o se está aprovechando de los
cambios globales que mostramos en los cuadros descritos en la estructura de la inestabilidad que en
los tres casos evidencia una ruptura del precario equilibrio global . Si nos
comparamos con el orden medieval de los cuatro poderes podríamos decir que
falta la pata de la mesa representada por los señoríos u órdenes eclesiales que
podemos decir, como ya indicamos, se está presentando en varias partes del
mundo.
Así pues, esta ruptura del
equilibrio de poderes a escala global y el paso a otro estado de cosas similar
al vivido por Occidente antes de 1648 nos indica el acaecimiento de un ciclo
histórico, pero con la presencia de dos tendencias contrapuestas: un orden
multipolar y/o un orden global regido por una estructura de poder en red como
se ha podido observar en el modo en que se ha respondido frente a la pandemia
global generada por el virus de Wuhan COVID-19, que actores como Hardt y Negri
han denominado Imperio[7],
frente a la realidad de una humanidad que a pesar de las mejoras de sus
condiciones de vida observan en el horizonte cercano el huracán de la
precariedad. Con respecto a la primera, hemos indicado que hay autores como
Chantal Mouffe que abogan por el establecimiento de un nuevo orden westfaliano
o postwestfaliano, pero hay que tener presente dos cosas: en primer lugar, la
tendencia antes indicada se está produciendo dentro de un contexto, como
dijimos, donde se están observando prácticas pre-estatales o pre-westfaliana y,
en segundo lugar, los cambios estructurales en el sistema internacional siempre
han sido la resultante de conflictos de gran envergadura (Guerra de los Treinta Años, Guerra
de los Siete Años, Guerras de la
revolución y el imperio, primera y segunda guerra mundial, Guerra Fría). Esto supone pasar por
encima de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la
Organización de las Naciones Unidas y en esas circunstancias están en mejores
posiciones aquellos países que han acumulado capacidades para producir daño en
el sentido más genérico del término.
Con respecto a la segunda
tendencia, ya hemos indicado también que un conjunto de autores a propósito de
la pandemia provocada por el virus de Wuhan han planteado la tesis de la
democracia global, un nuevo orden global semejante al medieval europeo pero de
talante postmarxista cuya mayor oposición se han encontrado en los sistemas
políticos herederos de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas como Rusia
y China. En ese planteamiento es que se observa la inducción en la medida en
que el dinamismo de la realidad de acuerdo con las características antes
mencionadas en el parágrafo primero ha sido usada para fomentar artificialmente
la construcción de una máquina de guerra
para destruir el orden precario existente[8]. Así pues, en esta crisis
global el individuo, el sujeto, la persona, es un náufrago que depende de sus
propias fuerzas y de su inteligencia para poder subsistir y para ello debe ser
capaz de construir su propia realidad.
El huracán de la historia, en
esta perspectiva, constituye el estado de guerra global, bellum constituye las formas en que se expresa el daño, la
soberanía se traduce en dos tipos de Estados los autoorganizados y los
exoorganizados que indican de suyo su exposición ante la crisis, es decir, los
efectos de las confrontaciones violentas y la paz, es un asunto de los
individuos conscientes de la situación en que estamos viviendo.
Como se puede observar aquí,
estamos en presencia de la acción de poderes estatales que están operando en
conjunto con otros poderes de alcance global cuya jerarquía está determinada
por su capacidad de hacer daño. De ahí se explica el proceso de erosión
dirigido contra los Estados y las tendencias políticas en cuanto a la reestructuración
del orden global que estamos observando. Desde esta perspectiva, la crisis del
orden westfaliano no sólo se observa a partir del proceso iniciado en el año 1914,
al menos desde el año 1989 esta crisis se evidencia en la viabilidad misma de
los propios estados con lo cual podemos afirmar que, desde ese año, han
acaecido factores internos y externos que han determinado el estado de cosas
actual. Si consideramos ahora la aceleración del tiempo bajo la intención de
inducir un cambio, podemos afirmar también que en el fondo está en juego un
cambio de poder a través del cambio de estructura y lo que falta establecer es
el punto de equilibrio que de estabilidad.
Corolario
El hecho de que los
individuos, los sujetos, las personas sean en estos momentos náufragos de la
historia no indica que se encuentran indefensos ante el mundo que se está
tratando de construir indiferentemente de cuál sea el resultado. Esto significa
que el ser debe crearse las condiciones de posibilidad de autoproducirse y ello
supone, como ya indicamos, hacer la Realidad suya (suidad), es decir, hacerla
con respecto a si mismo (respectividad) porque estos permitirán una apertura
que les permitirá capear el huracán de la historia.
[1] Ver al respecto: Zubiri, X.
(1995). Estructura dinámica de la
Realidad. 2° ed. Madrid. Alianza Editorial y Fundación Xavier Zubiri. 356 p. Según este
autor “los tres
momentos de la formalidad de la realidad (apertura, respectividad, suidad) es sustantividad,
es decir, suficiencia constitucional en orden a ser «de suyo»”.
[2] Carácter de suyo. Según Heidegger
es ‘autenticidad’.
[3] Charnay, J.P. (1990). Métastratégie. Systèmes, formes et príncipes
de la guerra féodale à la dissuasion nucléare. París. Ed. Economica. 264 p.
[4] Ver al respecto: “REFLEXIONES
SOBRE METAESTRATEGIA Y METATÁCTICA” en https://edgareblancocarrero.blogspot.com/2016/04/reflexiones-sobre-metaestrategia-y.html
y “ESPACIO-TIEMPO Y LA GUERRA. APROXIMACIÓN A UNA TEORÍA” en https://edgareblancocarrero.blogspot.com/2015/08/espacio-tiempo-y-la-guerra-aproximacion.html
[5] Podemos agregar, Colombia, EE.UU.,
Afganistán, Siria, Líbano, Irak, Yemen, Filipinas, Ucrania, Kosovo, etc.
[6] El Reino Unido opera en relación
con el Commonwealth como una estructura confederada que cuenta con otros países
desarrollados como Australia, Nueva Zelanda y Canadá. Esto no ocurre con
Francia a pesar de los pactos de defensa que tiene con algunas de sus
excolonias. Ver al respecto: “VENEZUELA Y LA GEOPOLÍTICA DEL BREXIT” en https://edgareblancocarrero.blogspot.com/2016/07/venezuela-y-la-geopolitica-del-brexit.html
[7] Sobre esta red de
poder en red se recomienda de Hardt y Negri (2000), Empire. Cambridge. Harvard University Press. Edición en castellano
Barcelona. (T. A. Bixio). Ediciones Paidós Ibérica
[8] Ver al respecto: Deleuze, G y Guattari,
F. (2008). Mil Mesetas. Capitalismo y Esquizofrenia.
8º éd. Valencia. (T. J. Vásquez y U. Larraceleta). Editorial Pre-Textos. 522 p.
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