domingo, 7 de agosto de 2022

INTUICIÓN Y PROSPECCIÓN: LA REALIDAD Y SU IMPACTO EN LA TOMA DE DECISIONES

 



Ludwig VERA ROJAS

ORCID 0000-0001-7847-8934

ludwigvera@gmail.com

Edgar BLANCO CARRERO

ORCID 0000-0002-3927-8371

blanco.galeano@gmail.com

 

Ver también: https://www.oncti.gob.ve/ojs/index.php/rev_ODC/article/download/293/314

Resumen

El proceso de toma de decisiones hoy en día se está tropezando con la dificultad de aprehender la realidad como un todo desde un plano estético trascendental, por ello, más allá de las preguntas de qué es o cómo se comporta la realidad se ha considerado necesario establecer qué se desea considerando los elementos que intervienen en ella desde la perspectiva molecular y molar de manera tal que un ente puede funcionar de forma efectiva dentro de un contexto cambiante y de alta incertidumbre. Por tal motivo se ha determinado, en primer lugar, analizar la realidad observada como mundo de posibilidades, en segundo lugar, analizar los problemas de la intuición como fundamento para pensar la realidad, en tercer lugar, valorar la toma de decisiones y los mundos posibles y, finalmente, proponer un esbozo de una Paideia que nos permita configurar una nueva ciencia de dirección. El objetivo del presente ensayo es analizar la realidad y su impacto en el proceso de toma de decisiones a través de un examen de los conceptos de Intuición y prospección debido a que el mundo de la física de partículas cada vez forma parte del quehacer cotidiano de los individuos y las organizaciones. 

Palabras claves: Intuición, realidad, complejidad, espacio-tiempo, toma de decisiones

Introducción

Bill Duggan en su obra acerca de la Intuición Estratégica[1] definió esta, en principio, como una especie de iluminación del entendimiento o, mejor dicho, como un coup d´oeil, que nos permite valorar una situación problemática determinada y visualizar el camino para actuar de la manera más efectiva posible para entender su complejidad y dar una respuesta satisfactoria para solucionarla. En este sentido Wolfgang Gil, expresó que la intuición estratégica tiene tres rasgos característicos: desde el punto de vista epistemológico se basa en la inferencia abductiva, desde la perspectiva anticipatoria se fundamenta en la lógica de la efectuación asociada al logro en función de los medios disponibles y, desde una mirada estructural, es de naturaleza sistémica, fundada en la posibilidad de actuar desde un punto de aplicación o apalancamiento para la funcionar efectivamente (2014:197)[2]. Ahora bien, esta intuición podemos entenderla siguiendo la Critica de la Razón Pura como lo “que es común a la percepción y a la imaginación: la formación mental de una configuración espacial o temporal” (1787[1993]:53-54)[3], la cual permite, por una parte, representar los objetos y construir configuraciones ideales y, por la otra, ubicar los datos empíricos y hacer enunciados geométricos y aritméticos a priori[4]. La referencia a las configuraciones espaciales y temporales que para el filósofo prusiano tiene su fundamento a priori en la estética trascendental, específicamente en las intuiciones puras del espacio y del tiempo, indica que tales intuiciones son el fundamento de todo conocimiento y la base fundamental para funcionar dentro de un contexto determinado. Funcionar se entiende aquí como la acción deliberada para perseverar en la propia existencia tanto en el vivir bien como en la conducción política o estratégica.

El espacio, en este sentido, es la intuición pura que permite la representación de los objetos fuera de nosotros gracias a nuestros sentidos. Es la forma de todos los fenómenos que se presentan en el mundo externo, es decir, la condición subjetiva de los mismos. Aquí son determinadas las formas, las medidas y las relaciones reciprocas (Ibíd.:58). Por su parte, el tiempo es la condición subjetiva y formal a priori de todos los fenómenos en general. Gracias a él todas las intuiciones pueden acaecer en nosotros constituyéndose en una representación necesaria que en sí está en la base de todas las intuiciones, y puede ser vista como la forma real de la intuición interna que determina la relación de las representaciones en cualquier entidad actual[5] sea individuo u organizaciones (Ibíd.:63-65). Consecuentemente, los tres modos del tiempo que consideró el citado autor fueron permanencia, sucesión y simultaneidad.

La importancia de esta referencia a Kant obedece a tres causas: la primera es que antes de él, el espacio y el tiempo eran considerados como fenómenos físicos exteriores y comunes a todas las entidades del universo incluyendo los seres vivos u orgánicos. La segunda está relacionada con el hecho de que el filósofo alemán trató infructuosamente al final de su vida de establecer la unidad del conocimiento en términos espaciales. Y la tercera, está relacionada con el hecho de que el pensamiento kantiano permeó la filosofía y la física hasta la primera parte del siglo XX.

El espacio y el tiempo, o dicho a la manera spinoziana, pensamiento y extensión son dos de los infinitos atributos de Dios que atraviesan la realidad de todas las entidades actuales en el mundo como se verá en el presente ensayo[6]. Con respecto a la unidad del conocimiento Kant partió de la propuesta de un concepto de espacio que denominó Urstoff, es decir, una estofa hipotética que le serviría para poder explicar la inexistencia del vacío y, a su vez, dar unidad de sentido a sus conceptos de materia orgánica e inorgánica que consideró esenciales para dar consistencia a su sistema crítico[7]. Esta unidad de sentido dada a partir del concepto de espacio es el aspecto que es tema de preocupación para filósofos y científicos por la complejidad que está subyacente para aprehender la realidad y proyectarse auténticamente de forma prospectiva en un futuro deseado.

La complejidad del concepto de espacio, para los efectos de esta investigación, parte de la consideración de observarse desde una perspectiva relativa tanto en lo referente a su tridimensionalidad como a la medida del tiempo entendida como número del movimiento. La concepción de la relatividad es la que ha permitido el desarrollo del concepto de espacio-tiempo desde una perspectiva cuatridimensional y ha permitido pensar relativamente en términos estratégico desde un aquí y ahora (ser-ahí) en un contexto determinado, pero si se tiene presente que junto con las teorías de la relatividad especial y general surgió la mecánica cuántica el mundo se encuentra frente al hecho de que el espacio y el tiempo han adquirido una nueva perspectiva cuyo correlato se observa en el desarrollo de la Inteligencia Artificial y los computadores cuánticos que, en la práctica, colocan a individuos y organizaciones frente a la problemática de decidir dentro de un contexto estratégico complejo desde el mismo momento que los conceptos de intuición, tal como comúnmente se ha entendido, se topan con una realidad física inaprehensible que experimentalmente pareciera explicar lo sumamente pequeño del mundo de partículas y lo sumamente grande de la astrofísica a partir de una unidad conceptual basada en otra concepción del mundo. Por tal motivo, en este ensayo se va, en primer lugar, a analizar la realidad observada como mundo de posibilidades, en segundo lugar, analizar los problemas de la intuición como fundamento para pensar la realidad, en tercer lugar, valorar la toma de decisiones y los mundos posibles y, finalmente, se va a proponer un esbozo de una Paideia que permita configurar una nueva ciencia de dirección. El objetivo del presente ensayo es analizar la realidad y su impacto en el proceso de toma de decisiones a través de un examen de los conceptos de Intuición y Prospección debido a que el mundo de la física de partículas cada vez forma parte del quehacer cotidiano de los individuos y las organizaciones condicionando el ser-en-el-mundo y su capacidad de perseverar en su propia existencia ante una nueva techné.

El Cosmos observado como mundo de realidades

Para Heráclito el Oscuro el Cosmos, es decir, este todo ordenado que se conoce como mundo, al aparecer como efecto del ocultamiento de un principio de unidad basado en el espacio que da sentido a una naturaleza entendida de manera procesual, se presenta como una pluralidad que está opuesta a la unidad[8]. De ahí que todo lo que acaece y la pluralidad de cosas que son percibidas o aparecen entendidas como lo real y preexistente al ser se define como mundo. De igual forma, este mundo entendido como la sumatoria de las actualidades de las cosas reales percibidas respectivamente que coexisten, de manera plural, en un tiempo y un espacio determinado se denomina realidad. 

Yendo más allá, lo ‘real’ y la ‘realidad’ son modos de existir que se expresan también respectivamente como sustantivo y como predicado de la palabra ‘ser’. Lo real, como se afirmó, refiere generalmente lo ‘actual’ y/o lo ‘existente’ que es aprehensible por los sentidos y la realidad, en tanto manera primaria de ser, refiere ‘existencia’ y/o ‘actualidad’, es decir, expresa uno de los momentos, una de las formas o uno de los modos de ser. ‘Ser’, por su parte, es una palabra con diversas significaciones como sustantivo y como verbo y ha sido entendido como esencia, como existencia, como ente, como sustancia e incluso como sujeto. Desde esta perspectiva, se entiende que primero es la ‘realidad’ que está siendo permanentemente, después el ‘ser’ o la actualidad del ser y, finalmente lo ‘real’ en cuanto es. Es decir, lo real es lo capaz de ser ordenado tal cual es (talitativamente) de forma abierta, respectiva y referida ‘de suyo’ a un ser actuante que se lo apropia auténticamente constituyendo así los tres momentos de la realidad desde una perspectiva circular. Esta circularidad se observa como autorreferencialidad[9]. El carácter talitativo, según Zubiri, depende de cómo se perciben “estructural y formalmente las cosas como reales” y de cómo la potencia para perseverar en la propia existencia es afectada por causas exteriores[10]. Esta percepción depende de una capacidad de aprehender con los sentidos las cosas del mundo que sabemos es limitada en términos micros y macros.

La importancia de lo afirmado es que esta limitación permite afirmar que se vive en dos realidades: una espacio-temporal que se rige metafísicamente por la física clásica y una realidad cuántica determinada por la física de partículas donde el espacio y el tiempo se presentan de manera diferente. A continuación, se va a examinar sucintamente ambas realidades para comprender sus implicaciones en el plano de la conducción o gestión estratégica.

La realidad observada desde la física clásica parte de manera estructural y sustantiva del uno de la respectividad al Todo de la realidad y el Uno de la mundaneidad. Esta sustantividad es entendida como una relación conceptual consistente del todo y las partes componentes que estructuralmente va más allá de toda experiencia. Esta realidad, consecuentemente, es dinámica y, considerada como perfecta, está relacionada, por una parte, con la identidad y la diferencia[11] y, por la otra, con su carácter mundanal que conduce al concepto de ‘mundo’. El mundo, siguiendo a Zubiri, se entiende entonces como la unidad de respectividad de todas las cosas reales en cuanto reales en un momento dado. Este momento dado de todo lo real nos lleva a los conceptos de ‘actuidad’ y ‘actualidad’. ‘Actuidad’ denota el carácter de ‘acto’ pleno y posible que realiza una entidad actual. ‘Actualidad’, por su parte, “consiste en que lo real, por ser real, es ‘actual’, es un estar presentándose en cuanto estar”[12]. Esta actualidad es para los efectos de esta investigación relevante porque los bucles o lazos que genera posibilita de forma estable establecer variables que permiten hacer prospecciones.

Este concepto de ‘actualidad’ nos permite, por una parte, pensar en el concepto de ‘modo’ según Benedicto de Spinoza, ‘entidad actual’ según Alfred N. Whitehead, que ya se ha mencionado, ‘función de onda’[13] en el sentido de Erwin Schrödingen o incluso mediante una combinación de ‘algoritmos’ como puede ser observado en lo que se conoce como la Inteligencia Artificial[14] y, por la otra, nos plantea el interrogante de entender ese ser desde la perspectiva del ser-posible o “real-posible” porque supone la existencia de diversos niveles de actualidad donde eso real - posible es expresable sólo en función de esa perfectividad de la realidad del ser, su-realidad como hemos indicado[15].

Es desde esta perspectiva que los filósofos franceses Gilles Deleuze y Felix Guattari reflexionaron sobre la realidad que se está haciendo al buscar que cada quién fuese capaz de construir su propia realidad. A tal efecto concibieron la realidad a través del concepto de rizoma de modo que fuese posible dar cuenta de todos los estados de cosas y de ideas que constituyen toda la realidad a diferentes escalas en un sentido amplio y comprehensivo[16], como lo hizo Spinoza cuando definió los cuerpos simples y compuestos hasta la constitución del Uno y Todo[17]. Pero porqué la preocupación de estos autores ha sido la que cada ser sea capaz de construir su propia realidad. Porque consideraron al ser humano concreto como un modo de la realidad y en gran medida sujetado por ella en un contexto signado por el desconocimiento (de forma deliberada o no) de gran parte de lo que lo rodea que permite la consideración de una ciencia de la dirección. Estos autores buscaron que el ser sea un ser-siendo, un ser-en-sí-mismo, no escindido, no sujetado por una estructura de mediación o de experimentación desarrollada históricamente tal como la anunció originalmente Martin Heidegger en La época de la imagen mundo y cuyos efectos hoy en día estamos viviendo con mayor fuerza con el desarrollo de la inteligencia artificial[18].

A partir de la idea de la sujeción podemos pensar, en primer lugar, en términos físicos, por una parte, de una realidad “de partida” determinada por el arrojamiento siguiendo a Heidegger y Zubiri y una realidad "de llegada" determinada por la experimentación y, por la otra, entender la sujeción bajo la forma de algoritmos que posibilitan la realización de pronósticos con lo cual el ser perdería su esencial inconmensurabilidad y lo reduciría a cosa medible[19]. Y, en segundo lugar, se puede pensar en el alcance posibilitador de un ‘pensar estratégicamente’ desde la filosofía deleuzoguattariana debido a que el concepto de rizoma permite pensar representaciones de la realidad a diferentes escalas de ‘ser’ que nos conduce a una idea del Uno y Todo que puede ser vista de diferentes maneras desde una filosofía del proceso tanto en el plano metafísico como científico y permite también pensar la dirección estratégica de una manera innovadora.

Es por ello que el sujeto ha sido entendido, desde una perspectiva que se puede llamar reológica, como un "… soporte de propiedades [es decir]… un ‘substrato’"[20], y esto permite explicar desde esta escisión las interferencias[21] y decoherencias[22] que hace, por una parte, que un individuo no sea capaz de aprehender todo ‘lo real’ para decidir en términos estratégicos y, por la otra, que se pueda observar al ser, en base a la relación Uno y Todo, en términos divino. Estos conceptos de ‘decoherencia’ e ‘interferencia’ son de la mecánica cuántica que se ha usado en el quehacer humano para que se pueda comprender el alcance de los esfuerzos por generar una unidad del conocimiento como se explicará más adelante. De igual forma, lo expresado permite considerar la otra manera de entender la realidad.

La otra manera de entender la realidad se ubica en el plano científico gracias al desarrollo de un lenguaje diferente basado en el simbolismo de las matemáticas[23]. Este enfoque se puede observar desde dos perspectivas: la de Roland Omnès que sigue la tradición francesa basada en abstracciones fundamentadas en una ciencia del Ser que asoció con espacio, tiempo y materia y la de Roger Penrose que es eminentemente empírica y basada en consideraciones estéticas.

Roland Omnès[24] expresó que la ciencia moderna se ha hecho cada vez más formal y cada vez más alejada del sentido común porque se ha esforzado en convertirse en un reflejo exacto del mundo físico gracias a “los picos magníficos” que las matemáticas formales apoyadas en los principios de la mecánica cuántica, según él, han permitido describir la realidad de los objetos a nivel macroscópico. De una manera más radical expresó que la física clásica se podía plantear, en la actualidad, “en un sistema descrito completamente por una función de onda única, unitaria (reversible en el tiempo) gracias a la decoherencia cuántica y las historias coherentes”[25] desarrolladas a partir de esta nueva ciencia (1999:65). Esta matemática que es en sí una ciencia intuitiva tiene como propósito el estudio abstracto de las formas a partir de una lógica basada en el sentido común que le había dado un talante deductivo y mensurable, pero, en el mundo de hoy las leyes fundamentales de la física en la naturaleza pueden ser descritas también desde una perspectiva cuántica, no sólo en los términos intuitivos convencionales (Ibid.:163-183). Esto lleva a la consideración del problema de la realidad dentro de su perspectiva. Omnès, al respecto, expresó cautela desde el mismo momento que se preguntó si el conocimiento científico era un conocimiento de la realidad (Ibid.:216-234). Si bien su respuesta fue afirmativa la última parte de su obra Quantum Philosophy, Understanding and Interpreting Contemporary Science se dedica a mostrar el largo camino a recorrer para dar consistencia a su afirmación focalizándose, por una parte, en el papel de la memoria como una pintura contemplativa del todo y, por la otra, en el papel de los sentidos, en especial la vista, como captadores de instantes (lo ‘Uno’) cuya sumatoria, en términos histórico, hacen el ‘Todo’ de la realidad. Por ello, finalmente expresó que

With respect to what was formerly known, the new elements in the current state of the question may be summarized in three points: logic penetrates the world at the level of matter, and not at the level of our consciousness; our knowledge of the laws of reality is now sufficiently ripe for this consciousness, its intuitive and visual representation, and the common sense it harbors to appear with near-certainty as the consequence of much more general principles; finally, we are ready to accept, pending a complete inventory, that there exists an irreducible disjuncture, a chasm, between theory and reality (Ibíd.:269-282).

Aquí se pueden observar tres cosas: en primer lugar, que la conciencia, es decir, el observador que percibe las cosas reales y las ordena tal cual son de forma autentica y autorreferenciada pasa a ser el eje central de la investigación científica, en segundo lugar, que el conocimiento a pesar del entusiasmo y cautela de Omnès todavía no es suficiente para dar cuenta de la realidad y, en tercer lugar, el sentido común es observado como un puerto, es decir, como un punto de partida y de llegada que se diferencia de la visión filosófica que observa a la experimentación como una realidad de ‘llegada’ que ciertamente puede ser descrita en una función de onda única y puede ser objeto de experimentación y, consecuentemente, de la realización de pronósticos. En esta realidad, se cree que el sentido común y la intuición convencional que lo sustenta serán pronosticables a partir de esta reductibilidad a una función de onda única anunciada por el autor francés, desde esa concepción del mundo a pesar de la diferencia aun existente entre teoría y realidad, pudiendo pensarse la sujeción del ser humano desde una perspectiva más amplia y la dirección estratégica desde una perspectiva más estrecha.

Roger Penrose, por su parte, expresó que preguntar qué es la realidad como lo hacen los filósofos se ha hecho muy complejo y, por ello, los científicos se han inclinado a preguntarse cómo se comporta desde una perspectiva más moderada debido a que es difícil saber qué es lo que se está comportando así y por qué a pesar de los grandes avances alcanzados en el campo científico (2006:1375)[26]. De ahí se explica, según él, la proliferación de modelos matemáticos y, consecuentemente, teóricos que evidencian el grado de incompletitud de la teoría cuántica al contrario de la tesis expresada por Omnès. Esta diferencia se observa también en el papel de las matemáticas desde una perspectiva estética debido a su carácter subjetivo e insuficiente en detrimento de la coherencia necesaria para dar fundamento objetivo a una experimentación, pero a pesar de ello se han logrado notorios avances como lo ha demostrado, por ejemplo, la misma teoría de la relatividad especial (Ibíd.:1357)[27]. El problema fundamental que presenta la pregunta ¿qué es la realidad?, entonces, es su estrecha relación con la pregunta ¿por qué? Por lo que, si no se puede responder la primera pregunta es muy difícil responder a la segunda. Todo depende del nivel de realidad al cual se aplican estas preguntas, es decir, si no se pretende conocer el ¿qué?, a partir de una teoría de todo sino un ‘qué’ en un alcance más limitado que nos recuerda el pensamiento deleuzoguattariano en el sentido que se puede pensar en diferentes escalas y de una manera fractal a través del concepto de rizoma. Dicho de otra manera, sería conocer la realidad de un rizoma con pretensión de pensar en el todo de la realidad. Pensar en una teoría del todo, en este sentido, es tratar de responder los misterios del universo que se envuelven en los mundos de la mente, la física y la verdad (que se encuentra, según él, en las matemáticas), envuelta esta última, a su vez, en la moralidad y la belleza en concordancia con el mundo absoluto de las ideas platónicas (Ibíd.:1377).

Estos mundos son sucesivamente cíclicos y evolutivos: cíclicos porque en ciertos casos un mundo prevalece sobre otro y evolutivos porque es adaptativo frente a los cambios de circunstancias, sin embargo, para Penrose el mundo de la mente envuelve a los dos de manera simultánea. Dicho de manera más específica, la mentalidad consciente es la que desempeña el papel de observador del universo en tanto y en cuanto la observación se hace con leyes y valores apropiados de acuerdo con principios antrópicos basados en consideraciones matemáticas que se construyen en un espacio y en un tiempo dado. Ello significa que la medida parte de lo percibido, en términos respectivos, y como cualquier cosa real está hecha de componentes cuánticos que hasta ahora son inaccesible informacionalmente a pesar de las aplicaciones diarias que podemos percibir que se ejecutan y realizamos en función de la tecnología existente, la realidad es un conjunto continuo y evolutivo de sistemas de referencias que se pueden historiar de manera consistente[28]. Lo interesante en este caso es que el autor inglés habló de la decoherencia por el entorno que nos hace describir muchos universos para la realidad, es decir, hizo mención a una forma de sujeción que plantea un universo de posibilidades y hacen viables los pronósticos, pero hace difícil también la obtención de resultados que puedan ser considerados como verdaderos. Es decir, según este autor es difícil medir, a pesar de lo alcanzado al hombre y al universo. Este estado de necesidad indica, según Penrose, que…

… el comportamiento del mundo aparentemente objetivo que es realmente percibido depende del camino que siga la consciencia de uno a través de las miríadas de alternativas cuánticamente superpuestas. En ausencia de una teoría adecuada de los observadores conscientes, la interpretación de los muchos universos debe necesariamente seguir estando fundamentalmente incompleta (Ibíd.:1380).

Al centralizar todo en el papel del observador es factible creer que la respectividad de las cosas reales que encontramos en la física clásica y en la física de partículas permite plantear una asimetría de acceso de las cosas del mundo y, consecuentemente, un direccionamiento estratégico para reducirla. De igual forma, la relación existente entre el espacio visto como un a priori del conocimiento y la física de partículas que ha establecido Penrose ha servido para indicar el nivel de complejidad que está subyacente cuando se quiere encarar un problema estético relacionado con el conocimiento del espacio e indica también la existencia de una brecha para la conducción e innovación, en términos estratégicos, debido a que para este autor el fenómeno de la conciencia es un fenómeno físico, pero no es un fenómeno computacional[29]. Los puentes existentes entre conciencia y mundo cuántico, desde ese entonces, han adquirido una mayor consistencia, por lo que es en ese espacio desconocido donde se están desarrollando las relaciones reciprocas de conflicto y cooperación en esta fase histórica de la humanidad.

Como se puede observar de acuerdo con la línea argumentativa de este ensayo el conocimiento de la realidad, es decir, el conocimiento del mundo sensible es un problema complejo debido a la existencia de cosas que no se pueden percibir que experimentalmente se ha demostrado que existen y se denotan en un lenguaje diferente. En el caso de la propuesta de Deleuze y Guattari, que también tiene un logos basado en las matemáticas también presenta la misma dificultad, pero la simetría que indicó Penrose les sirve a estos dos últimos autores pensar en lo micro y lo macroscópico a través de las iteraciones, es decir, las repeticiones a diferentes escalas siguiendo una geometría no euclideana. Este hecho que afecta nuestra concepción del espacio y del tiempo indica que el campo de acción de la gestión estratégica se ubica, en la actualidad, en la facultad de juzgar, es decir, en la capacidad de emitir juicios frente a la inconmensurabilidad y dinamicidad de una gran parte de la realidad como se ha hecho patente con el fenómeno de la pandemia que afecta actualmente a la humanidad.

Esto plantea, como se verá más adelante, que lo inconmensurable y dinámico de la realidad permite hacer referencia al “mundo de realidades” para hablar de la realidad o fenómeno a cambiar (lo actual), y al “mundo de posibilidades” para hablar del futuro deseado o realidad que se aspira concretar mediante un proceso que implica la dirección estratégica.

Los problemas de la intuición como fundamento para pensar la realidad

En el parágrafo anterior se observó que la percepción y la experiencia consecuente está limitada para aprehender lo microscópico y lo macroscópico. Ello ha hecho que el foco del problema se ubica, como se ha indicado, en el modo en que se entiende el espacio. Esta dificultad, en una lectura kantiana, apunta a la estética trascendental donde se considera al espacio y al tiempo como intuiciones puras y a la analítica trascendental donde se examinan las categorías como expresiones del sentido común que permite la producción de conocimientos. La imposibilidad de producir conocimientos o la existencia de algún impedimento que condicione este proceso, así como su efecto en otros coparticipes de una relación dentro de una organización indiferentemente de su naturaleza vista como sentido común coloca a un decisor en un cuarto oscuro que Kant ubicó, en la Crítica de la Facultad de Juzgar, en el campo de lo sublime que es, en este sentido, aquella cosa que por las limitaciones antes dicha es informe o disforme y que se identifica como caos, es decir, no orden. Por ello se va a examinar sucintamente la visión kantiana del juicio en su sistema crítico, cómo se observa este juicio desde la perspectiva del sentido común y finalmente se volverá a la intuición estratégica dentro de un contexto de incertidumbre.

Immanuel Kant expresó en dos de sus obras criticas unas ideas que interesa destacar. En la Crítica de la Razón Pura expresó que la intuición cuando se refiere a un objeto mediante la sensación que permite la derivación de conceptos se llama empírica. La sensación, en este sentido, es el efecto de un objeto sobre nuestra capacidad de representación en tanto que cualquiera puede ser afectado por este. Ahora bien, esta sensación puede formarse solo en cuanto se esboza y se delinea en cierto orden un espacio. Este espacio esbozado a priori es el ámbito y el sistema de referencia de posibles objetos de experiencia (1787 [1993]:54-55).

El espacio y el tiempo junto con las categorías son, para Kant, los fundamentos para todo conocimiento. Este conocimiento entendido como concepto contiene la representación que fue intuida (o presentada) en el tiempo y luego reproducida en el espacio permitiéndose, con ello, conocer el mundo. Como el concepto es una función que depende del ordenamiento de esas representaciones iniciales, llamó a esta ordenación inicial juicios. Los juicios son el conocimiento mediato de un objeto, es decir, la representación de una representación del mismo (Ibíd.:89). Los juicios pueden ser sintéticos o analíticos y a priori y a posteriori. Los juicios sintéticos o extensivos son aquellos que la conexión viene pensada sin identidad y expresan, por necesidad, todo conocimiento empírico. Pero la experiencia como tal y el conocimiento de la realidad no es posible si no hay juicios sintéticos a priori que son juicios de necesidad apodíctica y validez universal y, por tanto, incapaces de ser validados por la experiencia. En cambio, los juicios analíticos son aquellos que se limitan a explicar el concepto expresado por un sujeto (Heymann, 1999:23). Esto conduce a la Crítica de la Facultad de Juzgar[30].

La Crítica de la Facultad de Juzgar orbita en torno a la satisfacción desinteresada que es expresada mediante un juicio. De ahí puede surgir un interés teórico por conocer el objeto de satisfacción e incluso puede surgir la condición de posibilidad de crear, innovar o modificar dicho objeto. Esta obra está dividida en dos partes: una que tiene que ver con lo propiamente estético que a su vez dispone de una analítica de lo bello y de lo sublime y la otra con el juicio teleológico que dispone también de una analítica, una dialéctica y un método. Se va a examinar sucintamente esta obra para comprender el fundamento intuitivo de la dirección estratégica.

En relación con la analítica de lo bello y lo sublime ya Penrose de alguna manera introdujo el tema cuando habló de la belleza de las formas ideales y cuando mencionó el papel que desempeñan estas en términos matemáticos para conocer la realidad desde un ángulo subjetivo. Al respecto, Kant en la Crítica de la Facultad de Juzgar definió el gusto como la facultad de juzgar un objeto o modo de representación por un agrado o desagrado ajeno a todo interés. Un objeto de agrado, en este contexto, es para Kant bello (1790[2005]):53). Lo bello matemático, en este contexto se refiere al criterio de verdad sobre el cual se fundamenta. La importancia de esta definición de acuerdo con este ensayo, como se verá más adelante, está relacionada con el sentido común. Por su parte lo sublime lo definió como algo asombroso “que, por ser sólo capaz de concebirlo, revela una facultad del espíritu que va más allá de toda medida de los sentidos” tanto en términos matemáticos como dinámicos (Ibíd.:95). Esta medida, que es lo que expresó Penrose, desde la perspectiva matemática, en relación con los objetos de la naturaleza es para el autor prusiano estética y el sentimiento que provoca es de desagrado por la inadecuación de la imaginación en la estimación estética (Ibíd.:103). De igual forma, desde la perspectiva dinámica, para juzgar dinámicamente la naturaleza como sublime, consideró que era necesario ser representada como inspirando temor debido a su inconmensurabilidad. Por ello Heidegger y Zubiri se focalizaron en lo real a la mano para conocer la realidad debido a la posibilidad de estar frente a situaciones donde la capacidad de emitir juicios está limitada generando, en consecuencia, miedo. Lo sublime de acuerdo con la argumentación seguida en este ensayo abarca lo microscópico y lo macroscópico como componentes de la realidad y por ello en esto real a la mano podemos tener una mayor certeza cuando se piensa en términos teleológicos. 

La teleología es vista por el autor alemán como un a priori que hace posible que la libertad y sus fines se materialicen efectivamente en el mundo a partir del concepto de idoneidad, es decir, de lo que es apropiado por sí mismo (Ibíd.:221). Esto le sirvió a Kant para explicar cómo una intuición determinada por el entendimiento en virtud de la unidad de un principio es aplicada a una forma de la intuición que se encuentra en un sujeto igualmente como representación a priori. Esta idoneidad le sirvió también para poder juzgar, por una parte, una relación de causa a efecto en términos de utilidad como se indicó en el concepto de intuición estratégica y, por la otra, una naturaleza organizada de acuerdo con los fines que permite comprender las estructuras organizacionales desde una perspectiva etológica. A partir de este criterio Kant partió de la siguiente sentencia: “todo lo que existe en el universo es bueno para algo” (Ibíd.:225-239).

Desde la perspectiva dialéctica, ésta facultad de juzgar subsume bajo una ley que todavía no está dada objetos para los cuales objetivamente carecemos de una ley o de un concepto del objeto que resulte suficiente como un principio organizador según una causa final inteligente (Ibíd.:251-252). En términos prácticos puede ser discernida cuando se está frente a un óbice desconocido o frente a un adversario y no se conoce sus intenciones.

En el plano metodológico subordinó el principio organizador a lo teleológico en la explicación de una cosa como fin natural debido a la limitada capacidad del entendimiento humano para aprehender las cosas reales (Ibíd.:285). Para ello aceptó el principio teleológico de la producción de un fin de la naturaleza para todo ser orgánico como producto natural ocupando, al respecto, el hombre una posición central (Ibíd.:290). Esto conduce al aspecto histórico. La finalidad observada desde el punto de vista histórico indicó para Kant que la meta final de la evolución es la fundación de un orden justo en todo el universo. En este contexto, el carácter de seres organizados comporta la consideración de un momento en que se produce la organización que obliga a examinar el sentido común que hace a esta posible como ya se había anunciado.

Para entender el concepto de sentido común desde la perspectiva kantiana se debe tener presente que el sentir desinteresado tiene pretensiones de universalidad y de necesidad en lo que respecta al hecho de que todos estamos en capacidad de juzgar en las mismas condiciones subjetivas sin mediación de un concepto. Este hecho indica que la posibilidad de una comunidad humana, es decir, el ser-con otros en su propia singularidad es factible desde el mismo momento que se comparte algo en común, o sea, un mundo tendencialmente armónico donde, por una parte, se sienten las mismas cosas y se recibe de ellas el mismo placer y, por la otra, donde fundamentalmente se puede estar de acuerdo y producir realidades en términos prospectivos. Desde esta perspectiva se puede decir que el sentido común es el conjunto de hábitos, ideas y formas de pensar que el hombre ha desarrollado en su praxis cotidiana y es común a todos los seres humanos. Ahora bien, como este conjunto de ideas y formas de pensar han sido complementadas con concepciones científicas que han modificado dichas prácticas cotidianas este sentido común se ha acercado al conocimiento científico. Este hecho es lo que le ha permitido a Omnès afirmar que las historias consistentes de la mecánica cuántica colocaron el sentido común sobre un fundamento firme para pensar en un ideal del mundo, desde el mismo momento que ha permitido establecer patrones aplicables al plano intuitivo en lo concerniente a inteligibilidad, localidad y causalidad proporcionando una base segura para el conocimiento humano en términos de causas iniciales y finales desde un punto de vista formativo.

Así pues, tenemos dos concepciones del mundo hasta ahora incompatibles, a pesar del entusiasmo de Omnès, que permiten conocer la realidad desde la perspectiva de un ser-en-el-mundo o un observador: por una parte, una que se sustenta en la intuición y el sentido común que permite conocer el mundo sensible de lo a la mano desde una perspectiva relativista basada en la concepción del espacio-tiempo y, por otra parte, otra donde el juicio intuitivo resulta deficiente en términos estéticos trascendentales debido a la inconmensurabilidad del espacio y el empleo de otro lenguaje y donde el sentido común basado en las historias consistentes abre las posibilidades para conocer la realidad al menos bajo una estructura de experimentación y la posibilidad de prospección de una realidad futura que se fundamenta en la consideración de la existencia de muchos mundos posibles[31]. Además de lo indicado, gracias a esta realidad basada en la experimentación se está observando un proceso de unificación del lenguaje simbólico basado en las matemáticas gracias al desarrollo de aplicaciones basadas en la mecánica cuántica que indican de suyo la matematización de la vida bajo una función de onda y un algoritmo producido a partir de esta función. Este estado de cosas lleva de nuevo al concepto de intuición.

La intuición como una respuesta con respecto a lo real, en una lectura heideggeriana, es la aprehensión directa “de lo [múltiple] que se encuentra dado corporalmente tal como ello mismo se muestra” en el mundo real de objetos (2006:71)[32]. Esta definición que conceptualizó como categorial expresa la idea de mundo como un a priori más allá de la ordenación de la realidad en términos estéticos trascendentales y permite comprender la dualidad de las facultades del hombre para conocer lo real a la mano en un proceso de desocultamiento que lo hace posible y no tiene límites. Dicho de otra manera, esta definición permite examinar de manera amplia y exhaustiva y fenomenológica los dos lados de la realidad reduciendo las ambigüedades, es decir, al observador (sujeto) y al objeto, permitiendo la actualización de los objetos de la intuición tanto como presentación como sentido e intención[33]. Esto trae de vuelta a lo expresado al inicio de este ensayo en relación con la intuición estratégica.

Duggan definió la intuición como una afección provocada por una aprehensión directa de lo múltiple de una realidad determinada que es llevada por la imaginación para producir una nueva composición. Esta composición contiene cuatro elementos fundamentales: en primer lugar, conocimiento de la historia, en segundo lugar, una mente libre de todo prejuicio, en tercer lugar, capacidad para traer al presente las experiencias históricas combinándolas en un nuevo concepto y, por último, capacidad para aplicar el nuevo concepto para resolver una situación problemática (2007:57-65). Ahora si se considera estos cuatro elementos en función de la línea discursiva desarrollada en este ensayo para generar unidad de criterios, se tiene:

1.               La consistencia histórica, como se ha visto, está presente también en el mundo microscópico como lo señalaron Omnès y Penrose, ahora, el desarrollo del sentido común, desde una perspectiva más científica, podría ayudar a generar una unidad de criterio a partir de la consideración de lo singular de cualquier acaecimiento en diferentes escalas de relación con el todo. Con ello, cuando se ha indicado que un sujeto es un substrato, como algo sujetado, se ha estado afirmando que la historicidad con que ha devenido ha padecido del efecto de superposiciones y decoherencia que han alejado al ser de la realidad a través de una historicidad fraudulenta. Por ello es que se puede decir que el sujeto es un ser escindido y prejuiciado y el ocultamiento de la realidad acaecido se expresa como caos que dificulta la toma de decisiones.

2.               La evolución del sentido común puede hacer que lo simbólico del mundo científico abarque lo que se ha entendido por intuición teniendo presente que los caracteres de nuestro lenguaje son símbolos que representan sonidos cuya unión formaron conceptos y después axiomas. Lo que se está argumentando es que los axiomas perdieron su rigidez y los conceptos perdieron sus límites con lo cual el fundamento de toda intuición tiende a estar en lo opuesto dado por la no-ambigüedad.

3.               Capacidad para traer al presente lo históricamente consistente combinándolo en un nuevo concepto que sea también consistente en función de la realidad, es decir, que no sea ambiguo y, por último,

4.               Capacidad para aplicar el nuevo concepto surgido a través del juicio para resolver una situación problemática.

Estas aseveraciones permiten la inmersión en el campo de la toma de decisiones en un ambiente de incertidumbre.

Toma de decisiones y los mundos posibles

Conocer la realidad para transformarla implica la posibilidad de una mejor situación que pasaría entonces a ser ‘causa final’ desde una perspectiva teleológica; efecto deseado que, a su vez, implica una intencionalidad que lleve a acciones conjuntas y concurrentes para producir un determinado fin o ‘realidad deseada’ a futuro. Ahora bien, cómo producir esa transformación en términos de la gestión estratégica, pasa por la determinación de ‘formas de acción’[34] que lleven a la causa final para posteriormente seleccionar el mejor camino hacia el efecto deseado. El proceso de selección de la mejor forma de acción es lo que se conoce como ‘toma de decisiones’[35], y que en términos de dirección estratégica Jhonson et al (2011), plantean como ‘decidir lo que una organización va a hacer’.

Sin embargo, las formas de acción pudiesen plantearse también como un camino hacia un ‘mundo posible’ y, por ende, al tener varias alternativas pueden ser varios los ‘mundos posibles’ y plantear entonces que el proceso de toma de decisiones tiene como ‘causa final’ la selección del mundo posible más conveniente. Esto fue lo que se definió como prospectiva. Además, el proceso de toma de decisiones se realiza en un contexto cooperativo o de trabajo en equipo, en el que los planificadores, decisores o planificadores-investigadores que se integran en una unidad de decisión[36], tiene cada uno una cosmovisión de la realidad o fenómeno a ser transformado y por ello pudiesen existir más ‘mundos posibles’ de ser elegibles. Es así como la toma de decisiones resulta en un rizoma de mundos posibles del cual decidir el mejor. Este rizoma considerado en diferentes escalas permite pensar en mundos posibles a diferentes escalas en términos experimentales. Desde la perspectiva experimental se considera el desarrollo de ‘fractos’ que reproduzcan los rizomas y permitan funcionar efectivamente en términos de dirección estratégica. Dicho de otra manera, siguiendo a Wolfgang Gil es aplicar una episteme que permita aprehender la realidad y prospectar desde una perspectiva teleológica.

El gráfico anterior permite sintetizar parte de lo hasta ahora descrito desde lo filosófico y que se intenta, ahora, vincular con visiones gerenciales y de conducción estratégica de actualidad. Así se tiene que el problema a conocer o a describir como realidad, plantea al menos tres momentos: el primero, referido al fenómeno o realidad problema, ese ahora que se desea cambiar, mejorar, y en el que existe un “mundo de realidades” que posiblemente lo describan; el segundo momento está referido a la situación deseada, el futuro, que implica describir una aspiración en el marco de un “mundo de posibilidades” que parte de una realidad observada y; el tercer momento, es el conjunto de realidades que se van transformando a partir de la situación inicial (problema) hasta la situación final (deseada). El camino a seguir a lo largo de ese cambio, desde la concepción de la situación problema hasta llegar a lo deseado, es un camino rizomático dado por un “ser-ahí”, dentro de un “ser-ahí-con otros” (co-participes, cooperantes o equipo de trabajo), en el que pueden desarrollarse procesos o momentos de deducción, inducción, abducción, intuición, prospección, empirismo, entre otros, y por ende que puedan aprehender la complejidad o totalidad que permitirán el “pensar para hacer” y formular un plan (planificación), en términos prospectivos, así como gestionar el plan y dar dirección estratégica como acción para la concreción de la “causa final” deseada desde una perspectiva innovativa. Aquí se va a hacer un alto para examinar qué es prospectiva y comprender el alcance del concepto de complejidad en términos de toma de decisiones.

La prospectiva es un recurso estratégico para la construcción de futuro que se ambiciona. Bajo este enfoque, Van Der Heijden (1998)[37], sostiene que prospectiva es un mecanismo de adaptación, un facilitador de procesos, que procura la inventiva y la innovación, dando cabida a la intuición desde una perspectiva teleológica, es decir, “A través de ella el planificador crea una organización más adaptable, que reconoce el cambio y la incertidumbre con el fin de utilizarlos para su propia ventaja”[38].

Importante es resaltar que Van Der Heijden (Op.Cit.), afirmó que “en lugar de preferir una escuela de pensamiento frente a otra, para el propósito de crear organizaciones hábiles y adaptativas, es más productivo verlas como aspectos distintos del mismo fenómeno complejo” (p. 39). Esto implica la visión desde diferentes posturas de un mismo fenómeno, es decir, una actitud frente a la complejidad que en el caso examinado en este ensayo abarca la realidad desde un enfoque molecular y molar. Tal actitud implica estar consciente que los seres humanos y las organizaciones en las que se convive, no actúan en respuesta a la realidad, sino a una versión de ésta que se construye en forma indirecta, es así como solamente los eventos que se han considerado como relevantes desde una estructura de mediación (de poder) entran en la consciencia y se convierten en la materia prima a partir de la cual se crean los modelos mentales, con base en los cuales se decide la acción a emprender, dando origen a los “filtros de relevancia” o ciclos de eventos fundamentados en historias inconsistentes (p. 69); esto conlleva a que el planificador -desde lo individual- decide lo que es relevante a partir de su interpretación de la realidad en condiciones limitadas debido a que estos ciclos son ciclos de redundancia que han limitado a su vez la capacidad para establecer qué hechos son portadores de futuro. Este estado de cosas es lo que da sentido a la prospectiva.

Por otra parte, Álvarez (2004: 29)[39], expresa que pueden observarse tres posiciones frente a la previsión del futuro: una adaptativa, donde el futuro es un dato, predecible mediante métodos determinísticos o probabilísticos que ante lo inevitable, se toman medidas para adaptarse a él que fue definido como pronósticos; una preventiva, que ante el futuro previsiblemente indeseable toma medidas para que ese futuro no ocurra, y una inventiva que puede ser creativa o prospectiva, en la que el futuro es un campo de acción y de libertad, más que conocimiento, en donde las cosas las hacen suceder grupos organizados mediante su poder. La planificación prospectiva consiste entonces en “lograr acuerdos para plantear o diseñar un futuro deseable, y articular compromisos de acción y de instrumentación de estrategias apropiadas para construirlo” (ibid.). Estos compromisos abarcan a estructuras cooperativas desde una perspectiva individual y organizacional. Su importancia tiene que ver con el hecho de que la construcción de la propia realidad supone un salto que Martin Heidegger lo enmarcó en el concepto de ereignis, es decir, acontecimiento[40]. Un acontecimiento es “el ámbito, en sí mismo oscilante, mediante el cual hombre y ser se alcanzan uno a otro en su esencia y alcanzan lo suyo esencial, …” de modo que se pueda sobreponer al mero dominio de la composición generada por el moderno mundo técnico[41]. Actuar prospectivamente puede ser entendido entonces como el efecto del acontecimiento de transapropiación de una entidad actual que actúa de modo tal que establece su realidad presente y futura en un contexto de incertidumbre.

Desde la perspectiva de la complejidad como cosmovisión, es decir, como un modo de comprender el mundo desde lo molar y molecular, Boulton et al[42] (2015:1) plantearon que éste está esencialmente interconectado y lleno de formas y patrones en infinitas escalas que han sido moldeados, por una parte, por la historia y el contexto y, por la otra, por las formas de sujeción que también se han hecho históricas a pesar de la decoherencia y las interferencias; además, tal cosmovisión compleja recuerda los límites de la certeza y enfatiza que las cosas están en continuo proceso de 'convertirse[43]' o actualizarse y que hay un potencial para futuros sorprendentemente nuevos donde lo que emerge puede ser inesperado y asombroso.

Lo expuesto en los párrafos anteriores es otra afectación del campo de acción de la gestión estratégica que evidencia la inconmensurabilidad y dinamicidad de las realidades posibles en función de la existencia de diferentes escalas de observación. Boulton et al (ibid.: 231-233), plantean la importancia de mirar al futuro y una herramienta es hacerlo a través de los escenarios, es decir, la prospectiva. Sin embargo, también afirman que lo esencial no es la previsión sino la adaptación continua al cambio mientras se camina hacia la ‘causa final’ autorreferenciada, lo que impone que el líder del proceso y su equipo sean capaces de evaluar continuamente la realidad de modo tal que se pueda realizar el proceso de retroalimentación para el ajuste continuo en el devenir. Desde este ángulo de análisis se está entendiendo por espacio la red de relaciones que se puede tejer y conocer desde una perspectiva molecular y molar bajo el entendimiento de que este es continente y expansivo. Por ello, surge la necesidad de saber cuántos integrantes de equipos de dirección o gestión estratégica tienen condiciones o están en capacidad de absorber tal frecuente e intensa variedad (cambios) y de establecer un sistema de ideas principios, convicciones y creencias que permitan que individuos y organizaciones puedan funcionar dentro de un contexto de incertidumbre determinado por la incapacidad de aprehender las cosas reales como un todo y de las imposiciones de una manera de entender la realidad que genera decoherencia o escisiones en los individuos que conforman las comunidades.

A partir de aquí, Boulton et al (ibidem: 234), en concordancia con Duggan desde la perspectiva de la intuición estratégica, plantearon que la cosmovisión compleja sugiere como principios los siguientes:

1.           Dar importancia a la historia[44]: hay que investigar la historia de una manera consistente y relevante y establecer los antecedentes del mercado visto como un espacio de interrelaciones o situación estratégica, país u organización sobre la base del asunto en cuestión.

2.           Construir relaciones: para aprender sobre el pasado, dar forma a enfoques que tienen más probabilidades de funcionar y ser asumidos por las personas en un espacio-tiempo dado a partir del sentido común y, además, obtener más información sobre lo que está funcionando y lo que no.

3.           Entretejer con otros una visión para el cambio a partir del sentido común: involucrar muchas perspectivas y pensar en las consecuencias de manera sistémica de modo tal que se reduzca la ambigüedad y pueda esta composición hacer consistente el concepto de futuro deseado.

4.           Empezar poco a poco, a veces es mejor: crecer a partir de lo sencillo o de la realización de pocos pasos, por ello se hace necesario adoptar un enfoque de portafolio[45] o probar varias opciones ya que nunca se puede estar seguro de qué funcionará y qué no. El portafolio puede ser entendido como un fractal que reproduce un rizoma en términos moleculares capaz de expresar un estado de ideas que puedan proyectarse en un espacio-tiempo dado.

5.           Permitir la personalización: los objetivos o fines pueden ser comunes, pero la forma de lograrlos puede depender de las circunstancias de cada contexto o localidad, por lo que debe permitirse la variación en cómo hacer las cosas. Ello explica porque se ha adoptado el concepto de entidad actual debido a la infinidad de conexiones y de posibilidades de conexión que explican a un ser-en-acto en términos individuales y cooperativos en un espacio-tiempo dado.

6.           Aprender y adaptarse a medida que se hacen las cosas: las consecuencias no deseadas y los cambios inesperados en el mundo en general son normales, por tanto, hay que incorporar procesos interactivos para el diálogo, la revisión y la adaptación.

7.           Mantener la búsqueda de cambios alrededor, a diferentes escalas, y en el futuro: tomar nota de las cosas que sean interesantes o diferentes y triangular tales 'percepciones cualitativas' con lo que los demás están notando. Seguir explorando ampliamente en busca de nuevos factores que surjan en el resto del mundo; tomar una variedad de opiniones, particularmente de aquellos cercanos a los problemas; pensar en el futuro y unos pasos más adelante. La idea es estar más en sintonía con el cambio a medida que surja y estar más capacitado para anticipar, adaptarse y aprovechar las oportunidades.

A partir de lo antes expuesto, resulta fácil comprender que el pragmatismo, a decir de Boulton et al (ibidem: 234-236), es útil en el mundo actual pues lo que interesa al final de cuentas es si las cosas eran útiles o si conducían a la acción. Es decir, algo que Roger Penrose indicó como conocer cómo se comporta la realidad puesto que se ha asumido que la realidad es compleja desde una perspectiva ontológica y difícilmente aprensible en términos teóricos al menos en la fase histórica que se está viviendo. Esta complejidad expresa de suyo la dificultad de conocer qué es la realidad tal como se ha indicado en el parágrafo I. En este sentido, aceptar que el mundo es complejo, interconectado e incierto significa que hay que poner más atención a lo que está pasando alrededor y mejorar esa capacidad de observación, percepción y detección.

Entonces, cómo se puede detectar los cambios de estado a medida que se están produciendo; cómo notar lo particular de un determinado contexto más que el contexto mismo. Según Boulton et al, se necesitan métodos empíricos para comprender lo que está sucediendo ahora, recopilar y triangular opiniones sobre lo que ha sucedido hasta el momento y realizar un seguimiento de los cambios futuros a medida que surgen, lo que resulta un área poco desarrollada en el campo de la complejidad. De igual forma, como se ha desarrollado en el presente ensayo se requiere de una nueva manera de pensar que permita a entidades actuales desde una perspectiva individual u organizacional funcionar efectivamente. ¿Cómo se desarrolla y se apoya a las personas con herramientas y enfoques prácticos que les permitan darse cuenta de lo que sucede a su alrededor y saber cómo reflejarlo en estrategias futuras? Tal reflejo parte de la decisión que se toma de ejecutar y adaptar la mejor forma de acción para concretar el mejor ‘mundo posible’ o ‘causa final’ a partir del comportamiento de una realidad compleja.

Una forma adicional a la ya expuesta y que se basa en elementos como: el disponer de una mente libre de prejuicio y en la capacidad para aplicar nuevos conceptos para resolver una situación problemática es el ‘pensamiento de diseño’ (design thinking[46]).

De acuerdo con Martin, R. (2009), el ‘pensamiento de diseño’ es una forma de pensar basada en el ‘instinto creativo’ y que genera la verdadera innovación. Tal instinto creativo lo asume como un “destello de conocimiento no analizado” (p. 5-6), es decir, un a priori del a ‘priori kantiano’, es decir, es un a priori que se encuentra en la base de toda intuición pura y aun así mantiene una pretensión teleológica y, además, expresa que la cultura de las actuales organizaciones, así como sus rutinas, privilegian el análisis por sobre la intuición y el dominio del conocimiento por sobre la originalidad (ibid.: 7). En este sentido los directores o conductores tienden a usar el pensamiento analítico y les resulta aterrorizante el ‘conocimiento sin el razonamiento del pensamiento intuitivo’ (ibid.: 24), desde una perspectiva que podemos ubicarla en lo sintético a priori. En otras palabras, esta cultura analítica resta la capacidad para innovar y adaptarse a una realidad cambiante pudiéndose entender esta actitud como conservativa, pero ciertamente expresa incapacidad para la adaptación. Esta actitud proviene de una aptitud que es producto de la escisión existente entre ser y realidad y que se ha enmarcado en el concepto de decoherencia.

Martin (Ibid.), también plantea que el corazón del pensamiento de diseño es la ‘lógica abductiva’; concepto planteado por Charles Peirce al final del siglo XIX y principios del XX[47], siendo su importante idea el que no es posible probar ningún pensamiento, concepto o nueva idea por adelantado, pues, las nuevas ideas solo se pueden validar a través del desarrollo de eventos futuros (ibid.: 25). Para avanzar en el conocimiento, según Martin, se debe tomar distancia de las definiciones estándar de pruebas y de la falsa certeza del pasado siguiendo los criterios lógicos positivistas de talante aristotélicos y, en cambio, se debe mirar hacia cualquier misterio para preguntar “qué podrá ser”[48]. La respuesta a esto, según Peirce, vendría siendo mediante la realización de un ‘salto lógico de la mente’ o una ‘inferencia a la mejor explicación’. Este salto lógico es posible gracias al apartamiento de las inconsistencias desde una perspectiva histórica, del apartamiento de la ambigüedad en el ser-siendo y de la autenticidad en el actuar como ser-en-el-mundo.

Como tal, la lógica abductiva se encuentra entre el mundo del pensamiento analítico, impulsado por los datos pasados, y el mundo del conocimiento sin razonamiento del pensamiento intuitivo (ibid.; 26), que se efectúa bajo la forma de diagramas del pensamiento. Esta forma de pensar diagramáticamente se encuentra también en la estructura del pensamiento deleuzoguattariano y ello explica el concepto de rizoma, desde un enfoque onto-epistémico, basado a través de iteraciones a diferentes escalas que ya ha sido mencionado.

A partir de lo antes expuesto, Brown (referido por Martin: p. 62), plantea al ‘pensamiento de diseño’ como una forma de ser que emplea la sensibilidad del diseñador y sus métodos para hacer coincidir las necesidades de la gente entendida como entidades actuales vista como un individuo o una organización con lo que tecnológicamente es factible y llegar a una estrategia viable que genere ‘valor para la gente’ y permita a su vez establecer los fundamentos para crear nuevos espacios de racionalidad a partir de las asimetrías que se observen en cada diseño[49]. Si bien a raíz de esto autores en comento se incluye la ‘propuesta de valor’ como término proveniente del mundo de los negocios, resulta importante asumir que todo lo que se haga en términos de dirección estratégica tanto en lo privado como en lo público, tiene como objetivo físico final a la gente y la comunidad política como un todo y como objetivo abstracto la satisfacción entendida como vivir bien y como felicidad posible, por tanto, todo lo que se decida debe resultar de valor para el colectivo, las personas. De ahí la importancia del sentido común para garantizar el mantenimiento de las estructuras políticas bajo un ideal estético y teleológico dado como se afirmó en el parágrafo II.

Tanto una persona como una organización que siga o practique el ‘pensamiento de diseño’…

(…) is constantly seeking a fruitful balance between reliability and validity, between art and science, between intuition and analytics, and between exploration and exploitation (…)[50].

Así que, adoptar la abducción con la misma importancia de la deducción e inducción –como iguales–, es de interés para los individuos y las organizaciones según Martin.

No obstante, si se considera la dificultad de aprehender la realidad como una constante que va a permanecer en el tiempo y que, además, sus efectos se observan en lo que se ha entendido como ‘intuición’ y ‘sentido común’ como se ha desarrollado en la presente investigación –que obliga a una entidad actual a establecer su propia realidad y a definir cuál realidad desea en un futuro determinado como ser-en-acto que persigue perseverar en la propia existencia–, resulta entonces que el a priori del a priori como base de la estética trascendental y de una teleología que considera que todo lo que existe en bueno para algo es el ideal de existencia del individuo dentro de una comunidad. Esto afirmado se ubica en el campo de lo que se entiende como paideia.

Paideia: hacia la configuración de una nueva ciencia de dirección

¿Cómo poder funcionar en un mundo donde se puede acceder a las cosas reales mediante la percepción y la experimentación? Es decir, ¿Cómo una entidad actual vista como un individuo u organización pude aspirar a la felicidad, al vivir bien y perseverar en su propia existencia con dos estructuras que según Omnès tendencialmente se están haciendo compatibles sólo mediante una estructura de experimentación basada en un lenguaje que prescinde de la intuición como se ha conocido y apela al sentido común en tanto y en cuanto la humanidad pueda acceder al nivel de conocimiento que se está desarrollando en el mundo cuántico? En los tres parágrafos anteriores se ha tratado de dar orientaciones de cómo funcionar en un contexto donde todo fluye como lo expresó en su oportunidad el filósofo de Efeso. Esta fluidez de la realidad tanto como la vivió Heráclito como la que vive la humanidad en el presente, tienen en común dos cosas: la perdida de referencialidad, es decir, la pérdida del ideal de vida que permite funcionar como un ser-en-el-mundo y el esfuerzo por establecer el fundamento de un nuevo Logos que permita funcionar efectivamente.

En la antigua Grecia este Logos se sustentó en la palabra areté, es decir, en la excelencia demostrada en algún desempeño dentro de un contexto determinado. En otras palabras, es la excelencia de un individuo en cómo se desarrolla, se expresa, piensa y actúa efectivamente. Esta excelencia fue observada como la consecuencia de un sistema de ideas, principios, convicciones y creencias que eran reconocidas tanto individual como colectivamente y hacía que todos las buscasen porque significaba que se podría vivir bien, ser feliz y actuar consecuentemente dentro de una comunidad. Según Werner Jaeger este sistema metafísico era denominado Paideia, es decir, un sistema de ideas, principios, convicciones y creencias que expresaban el sentido, la justificación y el origen de la legitimidad de la comunidad política y, consecuentemente, de los individuos que actuaban para que dicha comunidad se mantuviera, se realizara y se actualizara continuamente (2001:18)[51].

Esta Paideia les permitió a los griegos de ese entonces adquirir conciencia de sí mismos gracias al seguimiento de prácticas consuetudinarias y posteriormente mediante la formación y la educación y, adquirir, consecuentemente, un sentido común que trascendió en el tiempo y se hizo fundamento de lo que hoy en día es la humanidad. De ahí que apropiarse de la Paideia significaba lograr, en primer lugar, que un individuo fuese educado, como era reconocido en la tradición y en las creencias de su comunidad y, en segundo lugar, que pudiese defender los valores de su cultura y argumentar en favor de ellos en cualquier circunstancia. Este es el aspecto clave que interesa destacar debido a que se sostiene en este ensayo que el sentido común construido a partir de una Paideia que incluya la capacidad de acceder al conocimiento de la realidad en función de los avances tecnológicos que ha permitido la ciencia cuántica, la prospección basada en el pensamiento de diseño en tanto que un a priori del a priori que Kant desarrolló en su estética trascendental y dio sentido a una facultad de juzgar teleológica y, finalmente, la apropiación de la realidad en términos respectivos, constituyen una trinidad que siguiendo círculos hermenéuticos de interpretación y desocultamiento permite a una entidad actual funcionar efectivamente y eventualmente permite la conducción estratégica en un contexto complejo y de incertidumbre. Pero esta trinidad depende de lo que se ha expresado en cuanto al concepto de areté y de lo que en la actualidad ella significa. El significado de la palabra areté se aproxima a lo que hoy en día se denota con la palabra ‘virtud’.

Virtud es una palabra latina que tenía el mismo sentido que en su denotación griega, pero en el renacimiento adquiriría una orientación que orbitó en torno a la concepción de moral y a hacer bien lo que se decidiese hacer. Nótese que en este modo de ser-siendo había una coherencia entre el pensar y el hacer que no estaba en discusión. Hoy en día, en el contexto en que la humanidad se desenvuelve esta palabra debe ser actualizada conceptualmente de modo que pueda constituirse en un referente para la acción y/o la conducción. Por qué se ha hecho insistencia en las palabras ‘areté’ y ‘virtud’. Porque estas palabras son capaces de reducir la ambigüedad que se considera un obstáculo paralizante para el conocimiento de la realidad y consecuentemente para la acción indiferentemente de la inconmensurabilidad del entorno. La ambigüedad dentro de un contexto de incertidumbre puede perjudicar la expresión de juicios y la conformación de un sentido común porque supone incapacidad, intencionalidad o ambas cosas dificultando así la función en tanto que ser-en-el-mundo y la conducción. La ambigüedad es el hecho que se puede percibir como decoherencia e interferencia y puede hacer que la intuición opere tal como se ha entendido en la presente investigación.

Ser virtuoso, consecuentemente, es ser alguien no-ambiguo, moral y que persigue la excelencia en pensamiento y acción para lograr resultados efectivos dentro de una realidad compleja signada por la incertidumbre determinada por la limitada capacidad que se tiene de emitir juicios que sustenten la toma de decisiones. Ser virtuoso en estas circunstancias es poder ir y venir, subir y bajar, moverse entre olas, viento y marea, de un puerto a otro y al mismo puerto, sin que ello perturbe el proceso de conducción y de toma de decisiones, sino que asume esta fluencia como expresión de la cotidianidad, piensa, avanza y actúa de forma no-ambigua, tomando decisiones soportadas por una estructura cooperativa, pues, funcionar en conjunto suma más realidades y posibilidades en esos dos mundos, el actual que es difícil de aprehender a no ser que se haga de manera respectiva y limitada y el deseado a pesar de la existencia de dos ciencias que permiten de forma limitada conocer el mundo porque ayuda a la conformación de un sentido común y a actuar de forma instintiva, intuitiva y no dogmática sin fomentar un ambiente de ambigüedad.

Teniendo todo esto presente, toda entidad actual para funcionar debe, entre otras cosas, estar familiarizado con[52]:

1.           La ambigüedad como óbice para la conformación de estructuras cooperativas que puedan permanecer en el espacio-tiempo y hacer de la historia una historia coherente y consistente y la no-ambigüedad como un componente para entender la virtud en el mundo de hoy. La no-ambigüedad constituye la base del instinto y de la intuición vistas como atributos que podrían ayudar a comprender la unidad del todo de la pluralidad.

2.           La complejidad del mundo y la dificultad para aprehenderlo como visión para transitar el rizoma que implica tomar decisiones desde el momento de concebir la realidad desde el mundo de realidades, hasta concebir la realidad deseada desde el mundo de posibilidades, lo que implica transitar el camino también rizomático de transformación de la realidad desde un enfoque prospectivo y de diseño. En este sentido, la complejidad de la realidad resulta una episteme que debe asumir un carácter ontológico u onto-epistémico en un proceso de toma de decisiones.

3.           La necesidad de funcionar cooperativamente para -consensuadamente - decidir:

a.              Dónde se está en el contexto de mundo de realidades (el ahora); (ii) dónde ir en el mundo de posibilidades (futuro);

b.              El tránsito de lo real hacia la realidad futura en el marco de una continua toma de decisiones y;

c.               Coadyuvar en la conformación de un sentido común que permita el desarrollo y funcionamiento de otras estructuras cooperativas en otras escalas.

Esto tres aspectos deducidos en la presente investigación relacionados con la realidad, la no-ambigüedad y el sentido común podrían constituirse en la base para la prospección y el diseño.

Corolario

Desde una antropología filosófica la pregunta de qué es el hombre ha sido recurrente. En función de cómo se desarrolló el presente ensayo se ha tratado de salir de la visión antropocéntrica asumiendo una posición equilibrada desde la perspectiva espacio-temporal debido a que se está entendiendo al mundo como una unidad que es buena para todas las partes constituyentes y que hacen vida en un devenir que es indeterminado. Ello explica el empleo del concepto de entidad actual. Por ello, se ha considerado que es pertinente examinar qué es una entidad actual desde una perspectiva individual y organizacional desde un enfoque procesual espacio-temporal y cómo estas entidades funcionan y deciden frente a la aparente oposición entre unidad y pluralidad.

Bibliografía

Álvarez G., I (2004). Planificación y Desarrollo de Proyectos Sociales y Educativos. Editorial Limusa, S.A. México, D.F.

Boulton, J., Allen, P. y Bowman, C. (2015). Embracing complexity: strategic perspectives for an age of turbulence. Oxford University Press. United Kingdom.

Bravo, F., Paván, C., Cappelletti, Á., Lluberes, P., Astorga, O., Garber, D. (1998). Ensayos para una Historia de la Filosofía. De los Presocráticos a Leibniz. Caracas FHE-UCV.

Cappelletti, Á. (1969). La Filosofía de Heráclito de Efeso. Caracas. Monte Ávila Editores.

Chevalley, C. (1994). Física cuántica y filosofía. Madrid. (T.J. Valor). Revista de filosofía, 3ª época, vol. VII. # 12. Universidad Complutense.

De Spinoza, B. (2011[1677]). Tutte le Opere, Trad. M. Buslacchi, A. Dini, G. Durante, S. Follini y A. Sangiacomo, Milano, Editorial Bompiani.

Deleuze, G. y Guattari, F. (1980). Mil Mesetas. Capitalismo y Esquizofrenia, Trad. J. Vásquez y U. Larraceleta, Valencia, Editorial Pre-Textos, 8º éd. 2008.

Duggan, W. (2007). Strategic Intuition. The Creative spark in Human Achievement. New York. Columbia Press Service

Ferrarello, S. (2020). El don de la intuición en la interpretación heideggeriana de Kant. Studia Heideggeriana, Vol. I. 2a ed.

Gil, W. (2014). “Tres Cambios de Perspectiva para Comprender la Intuición Estratégica”. Caracas. Revista Arbitrada Columnata N° 6. Editorial Hormiguero.

Heidegger, M. (1927): El Ser y el Tiempo, Trad. José Gaos, Santa Fe de Bogotá, FCE, 1927 [1998]), 2ª ed.

Heidegger, M. (1938). La Época de la imagen del Mundo, Trad. H. Cortés y A. Leyte, Madrid, Alianza Editorial, Caminos de bosque, 1996. disponible en: http://www.fadu.edu.uy/estetica-diseno-i/files/2015/08/heidegger_epoca_imagen_mundo.pdf [Consulta: 05 de enero de 2021].

Heidegger, M. (1057). Identidad y Diferencia. Edición bilingüe, Trad. H. Cortés y A. Leyte, Barcelona Antrophos, 1990.

Heidegger, M.  (2003), Aportes de la filosofía: acerca del evento. Buenos Aires (T. D. Picotti). Biblia: Biblioteca Internacional Heidegger.

Heidegger, M. (2006). Prolegómenos para una historia del concepto de Tiempo. Madrid. (T.J. Aspiunza). Alianza Editorial.

Heymann, E. (1999). Decantaciones Kantianas. Trece estudios críticos y una revisión de conjunto. Caracas. CEP-FHE.

Jaeger, W. (2001). Paideia: los ideales de la cultura griega. ΛΙΜΗΝ ΠΕΦYΚΕ ΠΑΣΙ ΠΑΙ∆ΕΙΑ ΒΡΟΤΟΙΣ. Libro Primero. México. (T.J. Xiral). FCE.

Jhonson, G., Whittington, R. y Scholes, K. (2001). Exploring strategy. Novena edición. Prentice Hall. Pearson Education Limited. Inglaterra.

Kant, E. (1787 [1993]). Critica della Ragion Pura. Roma. (T. G. Gentile y G. Lombardo-Radice). Editorial Laterza.

Kant, I. (1790[2005]). Crítica del Juicio. (T. J. Rovira). Buenos Aires. Editorial Losada.

Kant, I. (1882 [1983]). Transición de los Principios Metafísicos de la Ciencia Natural a la Física (Opus postumum). Madrid. (T.F. Duque) Editora Nacional. 778 p

Llanes, G. (Coord.). Evoluciones Metafísicas. Permanencia, emergencia y diálogo. Caracas. Ediciones Rivero-Blanco. 328 p.

López, J. y Aboites, V (2017). La filosofía frente al objeto cuántico. Revista Mexicana de Física E 63. México.

Marcovich, M. (1968) Heraclitus. Texto Griego y versión Castellana. Editio Minor. Mérida. ULA.

Omnès, R. (1995). Filosofia da Ciência Contemporânea, Trad. R. Leal, São Paulo. UNESP.

Omnès, R. (1999).  Quantum Philosophy, Understanding and Interpreting Contemporary Science, Princenton, Princeton University Press.

Penrose, R. (1996). La mente nueva del emperador. En torno a la cibernética, la mente y las leyes de la física. México. (T. J. García). FCE. 415 p

Penrose, R. (2006). El Camino de la realidad. Una guía completa de las leyes del universo. Barcelona. (T. J. García). Editorial Debate.

Pierce, CH. (1931 [1994]). Collected Papers of Charles Sanders Peirce. Cambridge. Editado por C. Hartshorne. Harvard University Press. Referido por Martin (Ibid.).

Realidad y proceso. Investigación científico-filosófica. Documento en línea. Disponible en: https://filosofiafundamental.com/realidadyproceso/temporada-1/ [Consulta: 05JUL2021].

Sierra-Lechuga, C. en Marcel Chávez: “El Ser”. Seminario virtual de Realidad y Proceso en https://www.revista-rypc.org/2020/12/realidad-y-proceso-el-ser.html [Consulta: 04 de enero de 2021].

Van der Heijden, K. (1998). Escenarios el Arte de Prevenir el Futuro. Panorama Editorial, S.A., México.

Vera, L (2009). La planificación en la Armada venezolana desde la perspectiva del pensamiento complejo. Tesis doctoral. Universidad de Yacambú. Disponible en: https://www.academia.edu/21952517/La_planificacion_en_la_Armada_venezolana_desde_la_perspectiva_del_pensamiento_complejo.

Zubiri, X. (1995). Estructura dinámica de la realidad, Alianza, Madrid.

 



[1] Duggan, W. (2007). Strategic Intuition. The Creative spark in Human Achievement. New York. Columbia Press Service. 207 p.

[2] Gil, W. (2014). “Tres Cambios de Perspectiva para Comprender la Intuición Estratégica”. Caracas. Revista Arbitrada Columnata N° 6. Editorial Hormiguero. Pp 181-199.

[3] Kant, E. (1787 [1993]). Critica della Ragion Pura. Roma. (T. G. Gentile y G. Lombardo-Radice). Editorial Laterza. 629 p

[4] Heymann, E. (1999). Decantaciones Kantianas. Trece estudios críticos y una revisión de conjunto. Caracas. CEP-FHE. 187 p

[5] Según Alfred N. Whitehead es el ser en sus infinitos estados dados en una interacción constante e infinita a partir de una realidad respectiva básica. Ver al respecto: Llanes, G. (Coord.). Evoluciones Metafísicas. Permanencia, emergencia y diálogo. Caracas. Ediciones Rivero-Blanco. 328 p.

[6] Para Benedicto de Spinoza existe una sola sustancia que la equipara con Dios y con la naturaleza. Esta sustancia posee infinitos atributos de los que sólo se conocen pensamiento y extensión y, de esta sustancia surgen los modos. Ver al respecto: Benedicto de Spinoza: Tutte le Opere, Trad. M. Buslacchi, A. Dini, G. Durante, S. Follini y A. Sangiacomo, Milano, Editorial Bompiani, 2011 (1677).

[7] Kant, I. (1882 [1983]). Transición de los Principios Metafísicos de la Ciencia Natural a la Física (Opus postumum). Madrid. (T.F. Duque) Editora Nacional. 778 p

[8] Ver al respecto: Marcovich, M. (1968) Heraclitus. Texto Griego y versión Castellana. Editio Minor. Mérida. ULA. 149 p., Cappelletti, Á. (1969). La Filosofía de Heráclito de Efeso. Caracas. Monte Ávila Editores. 176 p., y Francisco Bravo en: Bravo, F., Paván, C., Cappelletti, Á., Lluberes, P., Astorga, O., Garber, D. (1998). Ensayos para una Historia de la Filosofía. De los Presocráticos a Leibniz. Caracas FHE-UCV. 495 p.

[9] Xavier Zubiri: Estructura dinámica de la realidad, Alianza, Madrid, 1995

[10] Benedicto de Spinoza: Op. Cit. E4pIII:1443.

[11] Roland Omnès expresó que Benedicto de Spinoza y Martin Heidegger podrían ayudarnos a resolver esos problemas puesto que para el primero el universo es una relación armónica del Uno y Todo y para el segundo la ciencia es una condición existencial del ser-ahí́. Pero tienen la limitación de que no indican el logos que pudiera ayudarnos a ello. Ver al respecto: Roland, Omnès: Filosofia da Ciência Contemporânea, Trad. R. Leal, São Paulo. UNESP, 1995, 315 p. Sobre Martin Heidegger, ver al respecto: Martin Heidegger: El Ser y el Tiempo, Trad. José Gaos, Santa Fe de Bogotá, FCE, 1927 [1998]), 2ª ed., 478 p y, Identidad y Diferencia Edición bilingüe, Trad. H. Cortés y A. Leyte, Barcelona Antrophos, 1990 [1957], p 75.

[12] Xavier Zubiri, Op. Cit.

[13] Esta es una herramienta para calcular posibilidades es fundamental en el mundo cuántico.

[14] Sobre estos temas ver al respecto: “Realidad y proceso. Investigación científico-filosófica”. Documento en línea. Disponible en: https://filosofiafundamental.com/realidadyproceso/temporada-1/ [Consulta: 05JUL2021].

[15] Esto puede entendido desde una perspectiva cuántica. Sobre estos aspectos ver al respecto: López Mosqueda, J. y Aboites, V.: “La filosofía frente al objeto cuántico”, pp 107–122, México, Revista Mexicana de Física E 63, 2017.

[16] Un rizoma es una entidad a-jerárquica, a-centrada, a-significante determinada por la circulación de estados. Ver al respecto: Gilles Deleuze y Felix Guattari: Mil Mesetas. Capitalismo y Esquizofrenia, Trad. J. Vásquez y U. Larraceleta, Valencia, Editorial Pre-Textos, 8º éd. 2008 [1980]

[17] Spinoza, Op.Cit., LVIIe, 1251 p

[18] Martin Heidegger: La Época de la imagen del Mundo, Trad. H. Cortés y A. Leyte, Madrid, Alianza Editorial, Caminos de bosque, 1996 (1938) en: http://www.fadu.edu.uy/estetica-diseno-i/files/2015/08/heidegger_epoca_imagen_mundo.pdf [Consulta: 05 de enero de 2021]. Por otra parte, debemos aclarar aquí que la sujeción a la cual nos referimos aquí va más allá de la idea de ‘forzamiento’ que Zubiri emplea para indicar las limitaciones de un ser en un medio determinado, es decir, las acciones que son “forzadas por el medio”. Op. Cit., Zubiri, p. 195.

[19] Pronosticar difiere de hacer prospectiva debido a que la primera parte del establecimiento de patrones en función de la existencia de estado de cosas que se repiten permitiendo con ello hacer proyecciones a futuro. Hacer prospectiva es diferente. Es determinar unos hechos portadores de futuro que posibilitan el establecimiento de acontecimientos futuros cuyo impacto puede ser valorado por quien realiza la prospección de modo que puede discernir sobre un futuro deseado y traerlo al presente de modo que puede ser construido desde ese presente. Sobre la prospección se volverá en el parágrafo III. Consecuentemente que se dice que se puede pronosticar el comportamiento humano se está quitando a este su carácter inconmensurable y divino. Por otra parte, cuando se habla de hacer pronósticos se refiere a la capacidad de un ser de producir su propia realidad.

[20] Ver al respecto: Carlos Sierra-Lechuga en Marcel Chávez: “El Ser”. Seminario virtual de Realidad y Proceso en https://www.revista-rypc.org/2020/12/realidad-y-proceso-el-ser.html [Consulta: 04 de enero de 2021].

[21] Una interferencia acaece cuando una función sigue dos caminos diferentes, es decir, su mente se escinde haciendo que su intensidad varíe de lugar en lugar, o sea, su existencia pierda el foco de aquello que le permite conservar o aumentar su potencia para perseverar en la propia existencia en un lugar determinado, mostrando simultáneamente máximos y mínimos de presencia en función de lo que expresa dicha potencia para perseverar. Ello se debe a la existencia de un principio de superposición según el cual las funciones que siguen caminos diferentes suman sus amplitudes. Roland Omnès, Op. Cit., 302 p

[22] Es una especie de estabilización, es decir, la sujeción se ha convertido en una forma de estabilización vista como decoherencia.

[23] Este aspecto, como veremos, es fundamental para entender el problema de la intuición como medio para acceder a la realidad en términos clásicos y cuánticos y nos va a explicar, también como veremos, por qué Heidegger usa el concepto de intuición categorial. Ver al respecto: Chevalley, C.: (1994), “Física cuántica y filosofía”. Madrid. (T.J. Valor). Revista de filosofía, 3ª época, vol. VII. # 12. Universidad Complutense. pp. 27-49

[24] Omnès, Roland: Quantum Philosophy, Understanding and Interpreting Contemporary Science, Princenton, Princeton University Press, 1999, 320 p

[25] Esta es una forma de predicción que actualizó el modo de explicar axiomáticamente el trayecto de una función de onda.

[26] Ver al respecto Penrose, R. (2006). El Camino de la realidad. Una guía completa de las leyes del universo. Barcelona. (T. J. García). Editorial Debate. 1448 p

[27] Existe una fuerte unidad entre ciertas áreas de las matemáticas y el funcionamiento del mundo físico. La simetría en tanto que concepto (físico-temporal) ayuda a ello.

[28] Solo basta tener presente en el mundo de hoy que el papel que se le está dando a la criptografía a partir de los computadores cuánticos es similar al acaecido en los inicios de la informática con la máquina de Turing. Estos avances nos remiten al espacio electromagnético y, consecuentemente, la posibilidad de pensar en pronosticar el comportamiento de la mente humana o de asegurar información relevante.

[29] Hay que tener presente que en cuanto al mundo cuántico los fenómenos de superposición, decoherencia y entrecruzamiento se produce en un espacio que ha sido inaprensible. Y en el universo ultraterrestre se ha evidenciado la existencia de una materia oscura y energía oscura que de suyo nos indica los límites de nuestro conocimiento en condiciones similares a las determinadas por Nicolás de Cusa. Ver también: Penrose, R. (1996). La mente nueva del emperador. En torno a la cibernética, la mente y las leyes de la física. México. (T. J. García). FCE. 415 p

[30] Kant, I. (1790[2005]). Crítica del Juicio. (T. J. Rovira). Buenos Aires. Editorial Losada. 368 p.

[31]Mundos posibles” sea para asumir la realidad presente (mundo de realidades), sea para establecer la realidad deseada o futura (mundo de posibilidades).

[32] Heidegger, M. (2006). Prolegómenos para una historia del concepto de Tiempo. Madrid. (T.J. Aspiunza). Alianza Editorial. 416 p

[33] Ver también: Ferrarello, S. “El don de la intuición en la interpretación heideggeriana de Kant”. Studia Heideggeriana, Vol. I, 2020, 2a ed., 65-73

[34] Alternativas.

[35] Jhonson, G., Whittington, R. y Scholes, K. (2001). Exploring strategy. Novena edición. Prentice Hall. Pearson Education Limited. Inglaterra.

[36] Equipo de trabajo que, a veces no se integra y por tanto es solo un grupo de personas que intentan trabajar para un fin no necesariamente común.

[37] Van der Heijden, K. (1998). Escenarios el Arte de Prevenir el Futuro. Panorama Editorial, S.A., México.

[38]Para una mayor comprensión de este tema ver: Vera, L (2009). La planificación en la Armada venezolana desde la perspectiva del pensamiento complejo. Tesis doctoral. Universidad de Yacambú. Disponible en: https://www.academia.edu/21952517/La_planificacion_en_la_Armada_venezolana_desde_la_perspectiva_del_pensamiento_complejo.

[39] Álvarez G., I (2004). Planificación y Desarrollo de Proyectos Sociales y Educativos. Editorial Limusa, S.A. México, D.F.

[40] Heidegger, M.: (1957[1990]). Identidad y Diferencia. Barcelona. (T. H. Cortés y A. Leyte). Editorial Anthropos. 191 p y (2003), Aportes de la filosofía: acerca del evento. Buenos Aires (T. D. Picotti). Biblia: Biblioteca Internacional Heidegger. 415 p

[41] Ibid.

[42] Boulton, J., Allen, P. y Bowman, C. (2015). Embracing complexity: strategic perspectives for an age of turbulence. Oxford University Press. United Kingdom.

[43] “Becoming”.

[44] History matters.

[45] Portafolio de proyectos o acciones.

[46] Pensar cómo un diseñador.

[47] Pierce, CH. (1931 [1994]). Collected Papers of Charles Sanders Peirce. Cambridge. Editado por C. Hartshorne. Harvard University Press. Referido por Martin (Ibid.). Ver también: Gil, Op. Cit.

[48] Pregunta esencial de toda abducción.

[49] El término empleado es ‘cliente’ y se le interpretó como ‘gente’ sin que con ello pierda sentido el discurso, sino que se contextualiza para el tema que aquí se trata.

[50] (…) busca constantemente un equilibrio fructífero entre la fiabilidad y la validez, entre el arte y la ciencia, entre la intuición y la analítica, y entre la exploración y la explotación (…)

[51] El punto de equilibrio de esta Paideia residía en un ideal de perfección del ser humano donde se encontraban la razón gracias al conocimiento, los valores éticos, el cultivo del cuerpo y la capacidad de respuesta a la dinamicidad del entono. Jaeger, Werner. (2001). Paideia: los ideales de la cultura griega. ΛΙΜΗΝ ΠΕΦYΚΕ ΠΑΣΙ ΠΑΙ∆ΕΙΑ ΒΡΟΤΟΙΣ. Libro Primero. México. (T.J. Xiral). FCE. 410 p

[52] por ende, ser insumos de la mente del decisor y gestor, es decir, el que transforma realidades para bien.

1 comentario:

  1. Interesante articulo, les quería contar que pienso ponerme a estudiar acá https://cursos2023.com/ca-formacion-profesional-2023 ya que creo que tendré mayor accesibilidad ya que puedo estudiar cualquier programa o curso que me interese, independientemente de dónde se encuentre la institución educativa.

    ResponderEliminar