El hundimiento de un buque de
guerra en una acción represiva es un acontecimiento indiferentemente de las
causas que produjeron ese desenlace. Mi propósito no es reflexionar sobre el
hecho en sí que es de suyo doloroso donde un cazador resultó cazado, sino
acerca de las consecuencias de la conducción de los asuntos marítimos con una
concepción continental o terrestre, es decir, una concepción completamente
desnaturalizada[1].
Por lo que sabemos oficialmente el comandante de un buque de pasajeros decidió
hacer mantenimiento a las máquinas de su buque y escogió un lugar tranquilo
ubicado en el mar de Venezuela en las adyacencias de la isla La Tortuga.
Después de que es detectado por las autoridades oficiales se decide enviar un
buque para detenerlo con el desastroso resultado por todos conocidos. Desastres
de esta naturaleza han ocurrido a lo largo de la historia naval, pero me
interesa traer al presente tres hechos que han sido ejemplos de una errada o
nula concepción de los asuntos marítimos para ir más allá del lamentable
hundimiento del guardacostas venezolano con la finalidad de mostrar la cadena
de fallas que condujo a ese lamentable hecho desde su propia estructura de planificación
de fuerzas. Estos fueron la estrategia marítima de Napoleón que condujo a
Trafalgar, la estrategia hitleriana que condujo a la humillación en el combate
del mar de Barents y el desenlace de la crisis de los misiles en Cuba que
condujo al acelerado crecimiento de la marina soviética. Estos tres hechos van
a servir para contextualizar el incidente naval en el mar de Venezuela y nos
van a servir para dimensionar el alcance de dicho acontecimiento
La
campaña de Trafalgar
Raoul Castex en su voluminosa Teorías Estratégicas se dedicó a
demostrar que la concepción estratégica que condujo al desastre de Trafalgar
había sido viable[2].
Pero este es un caso de la aplicación de una concepción terrestre de los
asuntos marítimos a pesar de la resistencia que ofrecieron los marinos
españoles y franceses. En qué consistió la concepción. Napoleón consideró a la
marina como una brigada ligera de húsares que debían moverse de manera tal para
poder facilitar la maniobra de su ejército contra la isla británica, pero el
conductor naval francés el Almirante Pierre Charles Villeneuve debía preservar
sus buques que estaban en una baja disponibilidad operacional y a su vez
esperar instrucciones de un oficial del ejército acerca de cómo debía conducir
sus buques. La baja disponibilidad operacional se debió a que la revolución
había dado cuenta de la oficialidad naval y el mantenimiento de sus buques llevando
a la marina francesa a su casi completa paralización. El problema que presentó
Napoleón en Egipto y la situación estratégica lo obligaron a buscar el modo de
recuperar apresuradamente el alistamiento de su flota. Pero una marina no se
recupera apresuradamente.
A pesar de estas acciones apresuradas
de la conducción militar francesa, la conducción naval de ese país representada
por el citado almirante no estuvo a la altura de las circunstancias y ello se
tradujo en pérdidas catastróficas para los españoles[3]. Primero en el combate del
cabo Finisterre, después, la errática conducción naval produjo una cadena de
indecisiones que frustraron la maniobra de Napoleón (naval y terrestres) y, finalmente
en la propia batalla de Trafalgar después que el almirante francés decidió
evitar su destitución conduciendo la flota hispano-francesa en condiciones desfavorables.
Como se sabe, después Napoleón iniciaría lo que se conocería como bloqueo
continental a Inglaterra y en su afán por hacer efectivo el bloqueo terrestre
contra una potencia marítima consiguió la derrota. Aquí podemos decir que la
marina venezolana, ni la francesa de ese entonces estuvieron a la altura de la
española.
Batalla
del mar de Barents.
La Deutsche Kriegmarine entró
a la Segunda Guerra Mundial en condiciones de minusvalía desde el mismo momento
que su plan de desarrollo naval quedó interrumpido. Después del hundimiento del
acorazado Bismark tratando de hacer guerra corsaria la decisión del alto mando
militar fue la de no exponer sus buques de guerra capitales, pero la
inactividad de los buques como fue una de las causas de la revolución de 1918
le planteó a los conductores navales alemanes en especial al Almirante Eric
Reader un dilema sobre todo cuando el peso de la guerra lo llevaba la fuerza
submarina: mantener sus buques inactivos creando las condiciones de posibilidad
de repetir lo acaecido en 1918 o ejecutar operaciones con un riesgo calculado.
La decisión fue la segunda y se propusieron a ejecutar operaciones de perturbación
del tráfico marítimo en el océano Ártico con buques de gran porte. Como los
alemanes se aprestaron a realizar operaciones de caza de convoyes, los ingleses
diseñaron también una operación de contra cacería para emboscar a los buques
alemanes. El resultado de ambas intenciones fue la batalla del mar de Barents. En
este encuentro unos destructores ingleses frustraron las intenciones alemanas y
al final los ingleses no pudieron emboscar los alemanes pero el convoy logró
llegar a Rusia sin problemas. Este fracaso hizo que Hitler decidiera
desmantelar su flota de alta mar y usar su artillería para la defensa de costas.
La conducción de la marina desobedeció la orden y esos buques tan desdeñados
por la conducción político-militar posteriormente lograron evacuar a más de un
millón de personas del avance soviético. En el caso alemán la geografía fue un
importante condicionante en el desarrollo naval y militar y por ello fueron
cazadores cazados en varias oportunidades, pero, en la mayoría de esos casos
los buques y sus tripulaciones se comportaron a la altura de las circunstancias
en términos operacionales. En el caso venezolano, la geografía y la actividad
económica favorecían el desarrollo naval pero la política marítima que debería
estar a la par de las necesidades geográficas y económicas fue pobremente
considerada.
Crisis
de los misiles en Cuba.
La marina soviética padeció
los mismos problemas de la marina francesa durante la revolución. Además hay
que agregar las purgas posteriores a la que fue sometida, pero la Segunda
Guerra Mundial hizo que muchos de los oficiales navales rusos afectados por las
purgas regresaran a sus cargos por causas operacionales. Después de la guerra,
la marina soviética fue organizada para la defensa de los intereses
continentales (euroasiáticos) hasta que se presentó la crisis de los misiles en
Cuba. Indiferentemente de las causas que motivaron el fin de la crisis, lo
cierto es que los soviéticos en términos de buques no estuvieron en condiciones
de escalar más sin que se fuera a una guerra y la decisión que adoptaron, a posteriori, fue desarrollar en el más
breve plazo posible una marina oceánica. Lo lograron en un poco más de una
década al costo de la propia Unión Soviética que agotada económicamente debió
apelar a la transparencia y la reestructuración para evitar en vano una caída estrepitosa.
Pero, ¿cómo lograron construir una armada oceánica en un poco más de una
década? Apelando a la experiencia de las marinas Occidentales agrupadas en la
Organización del Tratado del Atlántico Norte. El artífice de este milagro, el
Almirante Sergéi Geórgievich Gorshkov, se apropió de la doctrina de Occidente produciendo
sus propios medios y métodos operativos. En el caso venezolano, luego de una
larga historia de indigenización y de producción de una doctrina propia tuvo
que encarar los embates de la “nueva doctrina militar bolivariana” con funestos
resultados. En mis últimos momentos de mi carrera profesional portaba una
biografía del almirante ruso producida por la Annapolis press service para tratar de evitar lo que después se
haría inevitable, es decir, el abandono del pasado para servir un proyecto
antinatura.
Análisis
histórico
Los ejemplos antes indicados
tienen unos elementos en común que van más allá de un encuentro en el mar como
el vivido por los tripulantes del Guardacostas “Naiguatá”. De hecho lo que
quiero decir, es que el hundimiento de ese buque es consecuencia y no es sólo
algo fortuito que determinará un tribunal de arbitraje en el mejor de los
casos. Me refiero a que la existencia de ese buque obedece a una política
marítima determinada, su operación obedece a una estrategia y una doctrina
establecida y las acciones que ejecuta son producto de la confluencia de al
menos estos dos factores dentro de un contexto determinado, por lo que la
acción a emprender en un momento dado debe estar en armonía con la propia
naturaleza del medio[4]. En los casos históricos
se sintetiza en lo siguiente
|
Política marítima
|
Estrategia militar y naval
|
Doctrina
|
Contexto
|
Idoneidad de los medios
|
Resultado
|
Trafalgar
|
Subordinada a intereses continentales
|
Viable según Castex
|
Adecuada a sus prácticas históricas
|
Guerra
|
Baja en cuanto a disponibilidad operacional
|
Desastre
|
Mar de
Barents
|
Subordinada a intereses continentales
|
Adecuada
|
Adecuada a sus prácticas históricas
|
Guerra
|
Idóneos
|
Fracaso
|
Crisis
de los misiles en Cuba
|
Subordinada a intereses continentales
|
Adecuada a los medios
|
Deficiente para las exigencias de una
potencia con pretensiones globales
|
Guerra Fría
|
Baja en cuanto a la necesidad derivada de su
política marítima
|
Fracaso
|
El elemento en común en los
tres casos como se puede observar obedeció a la existencia de una política
marítima subordinada a intereses continentales a pesar de que Francia y la
Unión Soviética pretendían poseer intereses globales. De ahí se infiere que la
estrategia adoptada se correspondía con la política marítima vigente. En términos
doctrinarios comenzamos a observar variantes en el caso francés y soviético. En
el caso francés, de acuerdo a todos sus tratadistas ha seguido una política de fleet in being debido a que era un país
con formidables adversarios continentales, por lo tanto su flota de alta mar
era un elemento que le otorgaba poder de negociación. Por ello su foco de
atención era la preservación de los medios navales. En el caso de Trafalgar, en
consecuencia, el almirante francés estaba en capacidad de ejecutar las
maniobras ordenadas pero no de empeñarse en combate debido al peso de la
conducta estratégica en términos históricos y al estado de sus medios[5]. Ello explica la cadena de
indecisiones que lo llevaron al desastre. En el caso ruso, si bien estaban
conscientes de que no estaban en capacidad de extender su brazo armado erraron
en el cálculo de la respuesta estadounidense. Ello explicó a posteriori el programa de desarrollo naval soviético. En el caso
alemán su programa de desarrollo naval, como dijimos, fue interrumpido por el
estallido de la guerra en 1939 debiendo, en consecuencia, adaptarse a las
circunstancias. En términos de medios, la baja disponibilidad de la marina
francesa estaba en concordancia con su política marítima que en ese entonces
buscaba recuperar su posición global. En el caso soviético la baja
disponibilidad estaba asociada a no contar con los medios adecuados.
En todos los casos planteados,
los errores cometidos los han resuelto de modo tal de evitar su ocurrencia en
la próxima guerra en que se empeñaron. En el caso venezolano, el plan de
desarrollo naval estuvo especificado en el Plan Estratégico de la Armada del
año 2000 (PLESAR). Este plan cuya vigencia fue de diez años fue puesto de lado después
del taller estratégico instrumentado a finales del año 2004 que condujo al país
al calvario del socialismo. En términos militares se tradujo en el desarrollo
de una nueva doctrina militar bolivariana basada en la guerra popular
prolongada y una estructura de fuerza que minimizó el papel de la armada a
pesar de los intereses marítimos históricos que posee el país. Esta reducción
del papel de la armada se materializó en dos aspectos: en primer lugar, en la
disminución de su potencia de fuego y de su capacidad disuasiva convencional y,
en segundo lugar, en el cambio de la doctrina, estructura y de roles
operacionales. Esto nos lleva al caso del Guardacostas “Naiguatá”.
El
hundimiento del Guardacostas “Naiguatá”
Siguiendo esta línea
discursiva podemos decir que la política marítima venezolana estaba subordinada
a intereses continentales y, específicamente políticos-revolucionarios,
orientado a realizar un cambio político radical de alcance regional a pesar de
los problemas marítimos que padece el país y al margen de la experiencia
histórica. El énfasis en lo expresado considera la implantación del territorio
insular y de la adquisición de buques de Guardacostas y de transportes acorde
con la política marítima. Es decir, la política marítima en estos últimos 20
años ha estado en las antípodas de los intereses marítimos venezolanos[6]. De aquí se deriva que la
estrategia militar y naval fue diseñada para la defensa del orden político
tiránico existente y no para la defensa de los intereses marítimos de los
venezolanos. Este diseño se va a materializar en la conducta operacional de los
conductores de los medios navales.
En términos doctrinarios
podemos decir en relación con el video expuesto en la declaración del
Comandante General de la Armada acerca del accidente que la operación de
interceptación realizada se hizo de acuerdo con los procedimientos establecidos
de acuerdo con la nueva doctrina militar bolivariana basada en la doctrina de
la guerra popular prolongada. Estos procedimientos no se corresponden con las prácticas
realizadas históricamente por la marina de guerra venezolana. ¿Cuándo se
produjo la ruptura doctrinaria? Creemos que entre los años 2002 y 2005 luego de
las purgas a que fue sometida la institución naval y después que se instrumentó
por la fuerza una doctrina militar no acorde con las necesidades del país. Las fallas
en cuanto a la doctrina no son de data reciente: hubo un buque de la misma
generación que se perdió ejecutando maniobras navales y hubo dos graves
accidentes que significaron la pérdida de vidas humanas y de medios materiales.
En términos contextuales, si
bien formalmente el país no está en guerra, podemos decir que la tiranía si
desde el mismo momento en que ha sido objeto de graves sanciones que han
trascendido al ámbito marítimo. El ejemplo más patente de lo afirmado, además
de las sanciones, lo representa el reciente lanzamiento de un misil OTOMAT con carácter
disuasivo y demostrativo de las capacidades navales venezolanas[7]. Esto nos permite
recapitular con lo enunciado al principio de esta reflexión: En las
circunstancias de conflicto que vive la tiranía el capitán de un buque
extranjero decide hacer mantenimiento a las máquinas de su buque y decide
ubicarse en un lugar donde no iba a ser molestado ni iba a molestar a nadie. Ese
lugar se ubicaba en el mar de Venezuela en las cercanías de la isla La Tortuga.
Más allá del hecho que el comandante venezolano cumplió la orden por
considerarse capaz de hacerlo destaca que las acciones emprendidas por el
Guardacostas “Naiguatá” estaban contextualmente en consonancia con la política
marítima y la estrategia naval y no estaban en armonía desde el punto de vista
doctrinario y la realidad. Estaba en armonía debido a que esa unidad intentó
ejecutar lo que se le exigió, pero en un contexto en que la estructura de mando
paradójicamente no valoró como una amenaza a los intereses venezolanos. Es decir,
en un contexto de crisis el comandante de un buque decide realizar actividades
de cualquier tipo en aguas del mar de Venezuela y la decisión represiva operacional
basada en una política y una estrategia fue la de intentar aplicar sus procedimientos
de rutina a una situación que no era de rutina. Lo absurdo de la situación es que
se desplegaron importantes medios navales para un ejercicio de tiro con un OTOMAT
y no para la defensa de los intereses marítimos que supuestamente predican
defender con lo cual se evidencia una brecha abismal entre la predica y la
política marítima. Esto nos lleva al siguiente punto acerca de la idoneidad del
medio.
El Guardacostas “Naiguatá” dispone
de un cañón que es el mejor del mundo Occidental así como de armamento
secundario capaz de cumplir las tareas de guardacostas. Si nos preguntamos si
el medio era idóneo en función de la intención hostil o del acto hostil creo
que ningún procedimiento en el mundo dice que haya que acercarse de la manera
como lo hizo el guardacostas venezolano para aplicar la fuerza graduada. Aquí una
vez más se observa la discrepancia entre doctrina y contexto a pesar de que el
buque de guerra estaba en capacidad de hundir ese buque de pasajeros si hubiese
sido necesario. Desde esta perspectiva el medio era idóneo. Falta saber si su
disponibilidad operacional lo capacitaba para hundir, si fuese necesario, al
infractor. En todo caso, si nos atenemos al resultado podemos decir que fue un
desastre para la armada desde el mismo momento que uno de sus cazadores fue
cazado. El desastre no obedece sólo a la acción del comandante en sí y la
tripulación del Guardacostas “Naiguatá”, el desastre proviene de una política
marítima que, al menos, desde el año 2002 subordinó los intereses marítimos de
la república a una organización criminal transnacional.
Corolario
El hundimiento del
Guardacostas “Naiguatá” por parte de un crucero alemán con bandera portuguesa es
la consecuencia de una cadena de fallas que se propiciaron deliberadamente
desde el año 2002 que incidieron negativamente en la defensa de los intereses
marítimos, en la doctrina y la idoneidad de los medios y que significaron desde
esa fecha otros graves accidentes que han representado pérdidas humanas y
materiales. Reiteramos que esta acción política deliberada y sistemática obedeció
a una política y estrategia marítima que está y estuvo de espalda de los
intereses de los venezolanos. En todo caso, en los asuntos marítimos desde una
perspectiva histórica, el sentido común forma parte importante de la estructura
doctrinaria y por ello el buen juicio siempre ha permitido que un comandante en
la mar haya podido preservar a sus hombres y su buque y evitar así un hecho
indeseable.
[1] Hay que tener presente que este no
es el primer buque que se hunde en una operación. El primero se fue a pique por
estar en paupérrimas condiciones hace una década por lo que la marina
venezolana en un poco más de una década ha perdido tres buques: dos
relativamente nuevos y otro que se encontraba más allá del límite de su vida
operacional.
[2] Ver al respecto: Castex, R.
(1938). Teorías Estratégicas. Cinco Tomos.
Buenos Aires. Escuela de Guerra Naval.
[3] Hay que recordar que sin su flota
de alta mar se le hizo a la monarquía española sofocar los levantamientos de
sus colonias americanas.
[4] Sobre estos temas, ver al
respecto: Blanco, E. (2004). Reflexiones
sobre estrategia marítima en la era de la libertad de los mares. Caracas.
Editorial panapo. 376 p.
[5] No así los españoles que si
estaban y necesitaban por un asunto de supervivencia.
[6] Ver al respecto: VENEZUELA Y SU
HISTORICIDAD MARÍTIMA: PASADO, PRESENTE Y FUTURO en https://edgareblancocarrero.blogspot.com/2013/12/venezuela-y-su-historicidad-mariti.
ma.html
[7] Ver al respecto: IMPLICACIONES
OPERACIONALES ACERCA DEL LANZAMIENTO DE UN MISIL OTOMAT POR PARTE DE LA ARMADA
VENEZOLANA DENTRO DEL MARCO DE LA DIPLOMACIA NAVAL EN PROCESO EN EL ESCENARIO
CARIBEÑO en https://edgareblancocarrero.blogspot.com/2020/02/implicaciones-operacionales-acerca-del.html
, LA GUERRA CONTRA EL TERRORISMO EN EL
MAR Y LA CRISIS EN VENEZUELA en https://edgareblancocarrero.blogspot.com/2019/08/la-guerra-contra-el-terrorismo-en-el.html
y DIPLOMACIA NAVAL: DE LA INTERRUPCIÓN DEL TRÁFICO PETROLERO VENEZUELA-CUBA A
LOS INCIDENTES DEL USCG “JAMES” Y USS "DETROIT" en https://edgareblancocarrero.blogspot.com/2019/05/diplomacia-naval-de-la-interrupcion-del.html
Apreciado Dr. Blanco Carrero.
ResponderEliminarExcelente recopilación y análisis sustentado bibliograficamente.
Se evalúa con profundidad la ruptura del programa de crecimiento y desarrollo de la Armada, con una profunda ruptura de paradigmas teóricos y prácticos. Es valida tu conceptualizacion sobre la ausencia de los intereses estratégicos acuáticos, seguidos de politicas profundas sobre un sector vital para el país. BZ*****
Saludos!! Muchisimas Gracias....!!!!
EliminarSinceramente un extraordinario análisis..!
ResponderEliminarSaludos afectuosos mi CN.
Saludos, mucchisimas gracias!!!!
EliminarSin desperdicio mi excelentísimo Capitán de Navío.
ResponderEliminarSaludos, mucchisimas gracias!!!!!
Eliminarexcelente mi capitan de navio con su análisis ratifique lo aprendido en mi derrota con buques de guardacosta, con respeto y alta estima un abrazo
ResponderEliminarSaludos, muchisimas gracias!!!!!
EliminarExcelente analisis, entendible a pesar del poco conocimiento de la materia..didactico 100%..Felicitaciones CN Blanco Carrero
ResponderEliminarSaludos, muchisimas gracias...!!!!
EliminarUn ejemplo más antiguo sobre un fracaso naval debido a los motivos señalados por Edgar Blanco en este artículo fue la destrucción de la Armada Española en 1588, cuando el rey Felipe II planificó la invasión a Inglaterra con una flota de 130 galeones y 26 mil efectivos. En esa época la política naval española era una proyección de su política continental y sus navíos eran grandes y pesados, construidos para el abordaje por lo que llevaban más soldados que marineros. La Armada Invencible no había evolucionado desde la batalla de Lepanto donde fueron usadas tácticas de combate a corta distancia y el abordaje. El concepto era disparar los cañones tan cerca del enemigo que seas salpicado por su sangre. Por otro lado, la marina inglesa venía evolucionando tecnológica y tácticamente para adaptarse a una estrategia marítima que les exigía la necesidad de proteger su territorio insular de las invasiones de las potencias continentales. Los ágiles galeones ingleses cañonearon a placer la flota española a distancia por nueve dias. A España solo regresaron 60 embarcaciones y 14 mil efectivos.
ResponderEliminarSiiii, saludos, excelente ejemplo!!!!
Eliminarsaludos y abrazos!!!
EliminarUna excelente recopilación estrategica naval, que permite a la Armada reorientar y profundizar sta medios, su repotenciacion y de adquirir el medio idóneo para su aplicacion
ResponderEliminarSaludos, muchisimas gracias.... por el comentario!!!!
EliminarDe los 8 buques contratados con España en 2005, resultados:
ResponderEliminarWARAO = 01 año y 01 día de vida útil;
NAIGUATA = 09 años y 01 semana de vida útil;
GC-24 = Aún sin entrega última prueba de mar en Febrero 2020.
Algo habrá que revisar.
Si, una tragedia....!!!! Saludos, muchisimas gracias!!!!
EliminarDe acuerdo estimado CN, estos desastres son consecuencia de la destrucción de las FFAA orientadas a rendirse ante una política dirigida por foragidos, conclusión: Medios Navales con mantenimiento y operatividad cuestionados y con tripulaciones evidentemente sin adiestramiento.
ResponderEliminarSi, muy lamentable....Saludos, muchisimas gracias!!!!
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarMsc. SN.
ResponderEliminarAlfredo J.Arvelo
Un análisis que llama a una reflexión.
Saludos, muchisimas gracias!!!!
EliminarMuy bien sustentado el análisis, aunque también debemos recordar que el señor oficial cmdt del naiguata no se formó como oficial en el 2002 creo que tendríamos que ir un poco más atrás en ese adoctrinamiento y en el proceso de formación naval por qué evidente el error de maniobra, y eso es algo que debería saberse desde el proceso de formación, y hoy por hoy hay que aceptar que los oficiales de marina mercante están mejor formados para maniobras que los mismos oficiales navales que por lo visto sólo están aprendiendo a pulir botas y asistir a mítines políticos
ResponderEliminarCompletamente de acuerdo... Saludos, muchisimas gracias!!!!
EliminarMuy bueno su análisis...lamentable lo ocurrido.. a sabiendas que la Armada que conocí tenía oficiales excelentes con un apresto operacional diferente a la doctrina que hoy están cumpliendo..
ResponderEliminar