Webinar de Guerra, soberanía y paz: https://www.youtube.com/watch?v=nHuiUcxOkwE&t=2300s
https://www.youtube.com/watch?v=nHuiUcxOkwE
Para
Hannah Arendt todas las revoluciones acaecidas desde la revolución francesa han
significado guerra y cambio de ordenes políticos para la mayoría de los estados
involucrados[1].
Como hoy en día pareciera que estamos viviendo un cambio de orden a escala global
en circunstancias que podrían interpretarse como revolucionarias, prefiero
llamar esta reflexión como la guerra en Ucrania debido a que es un
enfrentamiento, repito, de alcance global que se desarrolla en suelo ucraniano
con una gama de armas que van desde las informacionales y cognitivas hasta las
cinéticas. El punto en común entre estos dos sistemas de armas es que su
efectividad va a depender en que su uso pueda negarse en cualquier
circunstancia.
Por
ello, antes que nada, quisiera decir dos cosas: en primer lugar, lamentar
profundamente el sufrimiento del pueblo ucraniano en estas horas oscuras y, en
segundo lugar, recordar dos cosas: la primera que la primera baja en una guerra
es la verdad y la segunda que, siguiendo a Napoleón, generalmente un plan no
aguanta la primera bala de cañón. En el primer caso a recordar debemos tener
presente que la humanidad vive en un contexto postmoderno y de posverdad en un
marco mucho mayor que es el postwestfaliano. En segundo lugar, los ucranianos
han demostrado una notable capacidad de resistencia a pesar de haberse
disminuido notablemente sus capacidades de defensa desde el primer día de
hostilidades.
Si
consideramos la posverdad desde dos lectura: como la relativización de hechos
concretos que acaecen en un espacio-tiempo dado para dar preeminencia a las
emociones o como actos de manipulación de los hechos desde un contexto
estratégico y político podemos decir que la humanidad está expuesta a este
fenómeno de dos caras desde hace un tiempo y la campaña de desinformación
desencadenada por el inicio de esta nueva fase del conflicto en territorio
ucraniano no ha sido más que una superposición que en el ámbito cognitivo se
expresa en una doble superposición de mantos de oscuridad que impiden conocer
la realidad en una perspectiva más amplia. Pero hemos usado dos expresiones
más: postmodernidad y postwestfaliano. El primero refiere a un cambio de
subjetividad que ha relativizado el criterio de verdad como correspondencia,
como revelación, como acuerdo originario, como coherencia y como utilidad que
está buscando imponerse en el mundo y el esfuerzo de occidente por imponerlo a
expensas del pueblo ucraniano constituye un ejemplo de ello. En relación con el
segundo el orden postwestfaliano es producto del debilitamiento del
estado-nación moderno y del proceso de cambio de estructura y dirección de la
comunidad internacional en los actuales momentos que vive la humanidad.
Esta
circunstancia por la cual vive y muere el pueblo ucraniano nos lleva a
preguntarnos qué es la guerra y su naturaleza actual y la instauración de un
orden postwestfaliano.
1.-
GUERRA
Según
Alexander Dugin la guerra es un acontecimiento que confronta la virtualidad con
la realidad[2],
es decir, la imagen que tenemos de ella con una potencialidad de daño entendido
desde tres perspectivas: empobrecimiento, soledad no deseada y muerte no
esperada como la que actualmente padecen los ucranianos, luganskianos y donetskianos.
Es en esta discrepancia entre virtualidad y realidad que se hace pertinente
preguntarse qué denota la palabra ‘guerra’ en una época en que se pensó que lo
virtual era lo real.
La
palabra ‘guerra’ proviene de una voz empleada en situaciones de conflicto que
refiere un estado de terror permanente y se opone a la palabra ‘bellum’ que
refiere un estado y un acto que tenía un inicio con una declaración y un fin
con un tratado de paz. El punto de confluencia de ambas palabras se produjo con
el Tratado de Paz de Westfalia cuando en sus considerandos explica la situación
que originalmente vivieron los habitantes del Sacro Imperio Romano Germánico y
posteriormente el resto de Europa y parte de Asia[3].
Con
el declive del latín como lengua de uso diplomático la palabra bellum fue
sustituida por las palabras ‘war’ y ‘guerra’ que denotan el estado permanente y
la ocurrencia efectiva de conflictos bélicos. La definición realizada por Tomas
Hobbes en Leviatán es, para nosotros, la más vigente: la guerra no
consiste en el acto de luchar, sino que es un periodo en que la voluntad de confrontación
violenta es siempre declarada[4]. Todo otro tiempo es
tiempo de paz. Esta definición explica, por una parte, la prohibición de hacer
‘bellum’ como permitía el derecho de gentes hasta el advenimiento de las
Naciones Unidas y por qué a pesar de ello existen los arsenales militares como expresión
de un estado de terror ampliado con el advenimiento de las armas de destrucción
masiva y el terrorismo y, por la otra, por qué han acaecido un sinfín de
guerras después de 1945 en su mayoría acaecidas como guerras civiles.
Como
hemos visto la ‘posverdad’ y lo que se conoce como ‘guerra cognitiva’ ha
magnificado el estado de terror en este ambiente postmoderno y las guerras
civiles han sido el instrumento para dirimir, como acaece en Ucrania, los
conflictos entre los poderes que disputan su status en ese nuevo orden
postwestfaliano. La palabra con que los griegos antiguos denotaban la guerra
civil era ‘stasis’ que podemos atribuirle dos significados: ‘discordia’ que,
siguiendo a Giorgio Agamben, explica los excesos y la crueldad en la producción
de daño al contrario como observamos en Ucrania en Mariupol, Bucha, Lugansk
y Donetsk[5] y, ‘quietud’ en un sentido
indicado por Alberto Rosales que indica la brecha existente entre un orden
político reacio a adecuarse a los cambios sociales y una sociedad que vive en
un eterno ritornelo entre los que buscan insertarse en el ritmo impuesto por la
aceleración y desaceleración que vive la humanidad y los que buscan que las
cosas permanezcan tal y como las han vivido[6]. Podemos pensar en
‘stasis’ entendida desde una perspectiva global desde el mismo momento que el
conflicto en diferentes intensidades se está presentando en todas las
comunidades políticas que existen sobre la tierra.
La
disputa por el nuevo orden postwestfaliano se está planteando desde dos
perspectivas: por una parte, de forma asimétrica entre Rusia y los que apoyan a
Ucrania en el plano informacional, cognitivo y en lo concerniente a recursos
humanos y materiales, por la otra, el conflicto se ha manifestado de dos formas:
la simétrica y convencional entre cuerpos combatientes reconocidos por el
derecho internacional y la asimétrica materializada en la aparición de
prácticas pre-westfalianas ya acaecidas en el pasado reciente como el empleo
masivo de empresarios de seguridad o mercenarios y los actos inhumanos contra
los prisioneros y la población civil. Esto nos lleva a la necesidad de examinar
algunos aspectos observados como patrones que se han mantenido a lo largo del
conflicto. La primera es responder a la pregunta ¿Qué es el batallón Azov?,
¿Son
amigos o enemigos de los ucranianos?, ¿Son ucranianos?, ¿Será
que su objeto es debilitar ambos estados desde una perspectiva globalista?,
¿Cuál va a ser la situación de los refugiados?
El
batallón Azov es una entidad, al parecer integrada a las fuerzas armadas
ucranianas, que cuenta con al menos diez mil combatientes por lo que no es un
batallón. Esta entidad militar o paramilitar, por una parte, ha sido acusada
por Rusia como neonazis y, por la otra, Occidente, con la excepción de
Alemania, ha seguido las declaraciones ucranianas que apuntan a su negación. Mi
visión personal sobre este batallón es que es una ‘colonna’ conducida por un
‘condottiero’ mostrando en sí mismo una faceta pre-westfaliana muy criticada
por Niccolo Machiavelli como lo es la tercerización del conflicto[7]. Esto nos lleva a la
segunda pregunta, es decir, son amigos o enemigos de los ucranianos. Esta
pregunta obedece al hecho de que no se sabe con certeza hasta qué punto el
actual gobierno ucraniano es rehén o no del batallón Azov sobre todo si se
considera la acusación de neonazis. Una pista de esta situación ha sido la
cauta actitud del gobierno israelí en relación con el conflicto. Este hecho nos
plantea dos nuevos interrogantes: qué fueron los nazis para que sean invocados
en el presente en este ambiente biopolítico en que se encuentra inmersa la
humanidad y por qué países como Argentina y Venezuela tardaron hasta el último
momento para declararle la guerra durante la Segunda Guerra Mundial como
condición sine qua non para formar parte del nuevo orden internacional.
También plantea el interrogante de por qué EE.UU. y Ucrania votaron en contra
del proyecto de resolución A/C.3/75/L.49., relacionada con “Combatir la
glorificación del nazismo, el neonazismo y otras practicas que contribuyen a
exacerbar las formas contemporáneas de racismo,
discriminación racial, xenofobia y formas conexas de intolerancia”[8].
Desde
este ángulo de análisis podemos decir que el batallón Azov es la resultante de
la congregación de ucranianos y mercenarios (empresarios militares) con un
propósito político-mercantil. Político desde la perspectiva de los verdaderos desencadenantes
del conflicto y de los voluntarios que incautamente han sido llevados al
conflicto y mercantil por aquellos que apoyan la privatización de lo publico y
viven del conflicto como un ‘mestiere’. Creemos entonces que este ‘batallón’
tiene por objeto debilitar ambos estados, o sea, Ucrania y Rusia, desde una
perspectiva globalista porque este ‘batallón’ está siendo dirigido desde fuera
de Ucrania y con el concurso de importantes sectores internos de ese país para
debilitar a Rusia. Así pues, la guerra en Ucrania es un conflicto civil
devenido en regional siguiendo el mismo patrón acaecido en las guerras del Peloponeso
y en la Guerra Fría con un alto potencial de producir un rizoma de guerras.
Con
respecto al problema de los refugiados, Hannah Arendt nos advirtió hace casi un
siglo que los únicos capaces de garantizar los derechos humanos son los propios
estados a pesar de los grandes esfuerzos realizados por la comunidad
internacional. De igual forma la autora nos mostró el problema de determinación
de límites de los estados surgidos como consecuencia del fin de la Primera
Guerra Mundial en Europa oriental. Como hemos podido constatar, este problema no
está completamente resuelto si consideramos la situación de las minorías húngaras
y rusas que han debido abandonar Ucrania como consecuencia del racismo, la
discriminación racial, la xenofobia y otras formas conexas de intolerancia. De más
está decir que el pueblo ucraniano afectado por el conflicto también ha tenido
que abandonar su territorio. La gran cantidad de refugiados que ha producido el
conflicto bélico ha generado importantes problemas logísticos y operacionales
que las poblaciones de los países vecinos por propia iniciativa han logrado
contener de forma temporal. Falta observar cómo se comportarán los estados
europeos a mediano plazo. Esto nos lleva al plano operacional.
A
Rusia propagandísticamente se le endilgado su deficiente capacidad operacional
teniendo como imaginario el concepto de blitzkrieg en sus diversas variantes,
pero una vez disipada parte de la niebla del conflicto podemos observar que la
estrategia rusa se ha basado en asumir la violencia como un medio de
negociación y esta estrategia se materializó operacionalmente mediante la forma
de enjambre, es decir, utilizaron varios vectores de ataque. Por ello las
acciones de combate y el avance ruso fue escalonado y, desde esta perspectiva,
los rusos han alcanzado todos sus objetivos. La retirada de las fuerzas rusas,
en este contexto, debe ser entendida dentro de este esquema de negociación
entre un estado soberano y un estado dependiente y, finalmente, la pérdida de
equipamiento que han sufrido los contendientes debe ser contrastadas con la
doctrina de guerra de ambos países y las pérdidas de materiales sufridas por
los contendientes en conflictos donde ha habido una simetría de medios como,
por ejemplo, Yom Kippur – Ramadán. Un análisis comparativo va a permitir
observar el problema de leer el conflicto actual con los lentes de occidente
más allá de la manipulación informacional. Esto nos lleva a analizar el tema de
la soberanía.
2.-
SOBERANÍA
Hemos
afirmado que el orden westfaliano está en crisis en tanto y en cuanto hablamos
de orden postwestfaliano. El orden westfaliano se basó en cinco principios, a
saber, independencia política, no injerencia en los asuntos internos de los
estados, libre autodeterminación de los pueblos, libre comercio y libertad de
los mares. Sin embargo, está en crisis, como dijimos, por el debilitamiento del
estado-nacional moderno y el cambio de estructura del orden global.
Con
respecto al primer aspecto podemos decir que el advenimiento de actores
políticos supranacionales y subnacionales con capacidad de acción internacional
debilitaron la capacidad de acción de los países con poder de veto desde una
perspectiva particular y al resto de los estados desde un enfoque más general.
De igual forma, las tecnologías de información y comunicación hicieron a las
poblaciones más asertivas y más globales desde la perspectiva de los propios
individuos. Los ejemplos más contundentes lo representan, por una parte, la
tercera guerra de Irak que obligó a EE.UU. a apelar a la posverdad y la mentira
para que sus dirigentes lograran su propósito político y, por la otra, la
actual guerra en Ucrania que obligó a Rusia a esperar ocho años para responder
de forma idónea por un problema declarado como de interés vital. El resto de
los países exceptuando, por una parte, los casos aislados de UK en las
Malvinas, Francia en África e Israel e Irán en el cercano oriente y, por la
otra, de India y Pakistán en Cachemira, están severamente limitados para
emplear la fuerza y la excepcionalidad de manera efectiva a no ser que lo hagan
contra sus propios nacionales. Por ello, el concepto de soberanía en términos
absolutos ha dado paso a un concepto relativo basado en la autonomía,
exclusividad y plenitud de competencias. Esta relatividad se ha extendido a
todos los campos del quehacer político. Solo basta observar las acciones
emprendidas por Alemania para sustituir el suministro de gas ruso o por un
importante grupo de países para sustituir el trigo ucraniano. Soberanía, en
estas circunstancias, implicaba un cierto grado de autarquía que hoy en día
ningún país posee.
Hay
otros dos aspectos que debemos tener presente si tomamos en consideración que el
conflicto en Ucrania es un conflicto en principio, entre Rusia y Occidente. En primer
lugar, puede pensarse en un conflicto civilizacional si consideramos la tesis huntingtoneana
en función de las posiciones asumidas por China, India, Turquía y, en general,
el mundo islámico y la América de origen ibérico[9]. Pero creo que esta visión
es muy corta. En ese sentido pienso más bien que la humanidad está viviendo la
situación de Roma entre los siglos III y IV d.C.[10] En segundo lugar, pueden observarse
practicas pre-westafalianas en lo atinente al grado de enemistad que se está
evidenciando en el conflicto que nos recuerda la tesis de Carl Schmitt en el Concepto
de lo político[11]. Estas prácticas
que de alguna u otra forma se han mantenido a lo largo de la historia están
relacionadas con la necesidad de producir una identificación, es decir, de
determinar los bandos combatientes. Un ejemplo de ello lo constituyó el decreto
de guerra a muerte decretado en Venezuela en el año 1813.
En
relación con el segundo aspecto, la emergencia de nuevos actores
internacionales colocó en tensión las normas instituidas en la Carta de las
Naciones Unidas y otros acuerdos importantes como la prohibición de armas
nucleares, químicas y biológicas, la utilización de armas específicas, etc., y
explica porque se han descubierto y reconocido la existencia de laboratorios de
armas biológicas en Ucrania y se ha hecho mutis en Occidente. Explica también
una reacción en contrario, no sólo el armamento a la población realizado por el
gobierno ucraniano y sino también el uso de alistados (servicio militar
obligatorio) por parte de Rusia. Vamos a detenernos en este último punto.
Edward Luttwak hace más de veinte años nos habló del soldado post – heroico, es
decir, un militar miembro de una potencia imperial o ex – imperial cuyo
gobierno no estaba dispuesto a sacrificar vidas de sus ciudadanos para sus
fines de política exterior[12]. Toda muerte no esperada
es horrible como nos las han mostrado la guerra en Ucrania, pero si un país
está dispuesto a sacrificar vidas y hay ciudadanos dispuestos a sacrificarla
significa la existencia de una comunión cuya lectura pone en Occidente en una
situación de desventaja por la brecha existente entre gobernantes y gobernados
que pone el concepto de democracia como lo observaban Platón, Aristóteles o
Kant. Ello explica el escándalo en Occidente por el ataque ruso en términos de
limitaciones para responder proporcionalmente. Occidente como la Roma pre y
postcristiana dependen, además de la alta tecnología, de los mercenarios y los
soldados profesionales para su subsistencia y por ello han aplicado un conjunto
de medidas económicas para asfixiar la economía rusa como lo hicieron en
Venezuela. Ya se sabe qué pasó en Venezuela. El escándalo en Occidente obedece también
a la incapacidad de tomar otras ‘medidas’ a pesar de que las realizadas se le puedan
revertir contra sí mismo.
En
todo caso, desde una perspectiva westfaliana, lo que da certeza en cómo se está
desarrollando el conflicto es mediante la observación de cómo se mueven los
mapas y de sus contrastes en función de las fuentes utilizadas y de la
capacidad de los países empeñados hasta ahora en el conflicto. Con respecto al
primer aspecto ya hemos hecho mención acerca de las capas de desinformación y
de afectación de la capacidad cognitiva a la que estamos expuestos desde la
perspectiva de la guerra y de bellum. En relación con las capacidades de
Ucrania y Rusia es conveniente tener presente el histórico de su desempeño.
Ucrania, desde el mismo momento que el Rus de Kiev fue destruido por los
mongoles ha mostrado una gran capacidad de resistencia a lo largo de la
historia. Rusia, por su parte, ha mostrado una gran capacidad de recuperación
desde que en el concierto europeo luego de derrotar a Suecia en la Guerra del
Norte. Rusia se ha sobrepuesto a los suecos, a los franceses, a los alemanes y
a Occidente. Los ucranianos se han sobrepuesto a los mongoles y a los
soviéticos. Creo que la capacidad de resistencia ucraniana y la capacidad de
recuperación rusa no han sido suficientemente valoradas por Occidente,
especialmente EE.UU., debido a consideraciones paradigmáticas.
Finalmente
debemos hacer mención a dos principios del orden westfaliano que hemos abordado
superficialmente: el libre comercio y la libertad de los mares.
Con
respecto al primer aspecto, la economía comenzó a ser usada oficialmente como
un arma para producir daño con las sanciones impuestas a Alemania al finalizar
la Primera Guerra Mundial y en la actualidad se observa en las sanciones que
han padecido un conjunto de países como Serbia, Irán, Venezuela o Siria. La
diferencia con lo que está aconteciendo en el presente en relación con las
sanciones a Rusia es que estas sanciones están dando paso a un nuevo orden
económico y financiero mundial cuyos efectos se notaran en las rutas del
comercio mundial y en la nacionalización de las flotas como medio para
garantizar las cargas. Desde esta perspectiva podemos afirmar que el “libre
comercio”, entendido como este se impuso a escala global desde el año 1991,
llegó a su fin al margen de los países que anteriormente habían sido
sancionados y excluidos. Este fin del “libre comercio” supone un
redireccionamiento del tráfico marítimo con lo cual podemos afirmar que es en
este espacio donde se ha producido el mayor impacto de la guerra en Ucrania.
Con
respecto al principio de libertad de los mares podemos afirmar que las sanciones
extendidas a las navieras que trafican bienes a países blanco de esta forma de hacer
daño, así como la interrupción del tráfico marítimo en el mar Negro y la casi
total perdida de la salida al mar de Ucrania constituyen los hechos de mayor
impacto en este conflicto bélico[13]. Estos hechos en sí
explican el costo que está pagando Rusia en el mar en lo concerniente a su
esfuerzo por mantener la isla de las serpientes y explican el nuevo rol que
jugará ese espacio y los espacios abstractos, en general, en el futuro por
venir[14].
3.-
COROLARIO
La
guerra en Ucrania nos está diciendo que la paz no es un acuerdo entre estados basado
en la existencia de una voluntad de confrontación violenta suficientemente
declarada. Paz debe ser vista individualmente como eirene, un estado que para
los antiguos griegos era de tranquilidad para consigo mismo y para sus seres
cercanos debido a que el horizonte que tenemos frente es de una gran
incertidumbre por el conflicto que se ha desencadenado. Este nuevo conflicto
nos recuerda las guerras del Peloponeso en el sentido que fue un conflicto que
tuvo momentos de alta y baja intensidad[15]. En todo caso, esta nueva
guerra del Peloponeso de alcance global apenas está comenzando.
[1] Ver al respecto: Hannah Arendt
(1967). Sobre la Revolución. Madrid. (T. P. Bravo). Ediciones de la
Revista de Occidente. 343 p.
[2] Ver al respecto: Alexander Dugin,
(2022). “la guerra como confrontación con la realidad”. (T. J. Caro Rivera).
[Documento en línea]. Disponible: www.geopolitica.ru
[3] Sobre este tema se recomienda
leer. Edgar Blanco Carrero (2016). Ontología de la Guerra. Crítica a los
conceptos de guerra en las obras de Hardt y Negri. Caracas. Editorial
Rivero-Blanco. 476 p.
[4] Ver al respecto: Tomás Hobbes.
(1651/1989). Leviatán. Madrid.
(T.C. Mellizo). Alianza Editorial. 548 p.
[5] Ver al respecto: Giorgio Agamben
(2015). Stasis. La guerra civile come paradigma político. Homo sacer II, 2.
Torino. Bollati Boringhieri. 83 p.
[6] Ver al respecto: Alberto Rosales
(1971 [2018]), Dynamis y Energeia en
Aristóteles, Caracas, Editorial Apuntes Filosóficos. De igual forma, con
respecto a la aceleración social, ver al respecto: Hartmut Rosa (2016). Alienación y aceleración. Hacia una teoría
crítica de la temporalidad en la modernidad tardía. Madrid. (T. Centro de Investigaciones
Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades de la Universidad Nacional
Autónoma de México). Katz editores. 190 p.
[7] Ver al respecto: Machiavelli, N.
(1520/2011). Dell´ Arte della Guerra. [Documento en línea]. Disponible: www.freenetitalia.it [Consulta:
03AGO2011] y (1513/2001). Il Principe. Con uno Scritto di G. W. E. Hegel.
9ª ed. Milano. Feltrinelli. 140 p.
[8] Ver al respecto: Asamblea General
de la ONU (2020). “Eliminación del racismo, la discriminación racial, la
xenofobia y las formas conexas de intolerancia”. 31 p.
[9] Ver al respecto: Huntington,
Samuel. (2001). El choque de civilizaciones y la reconfiguración del orden
mundial. Buenos Aires. (T. J. Tosaus). Editorial Paidós. 432 p. ver
también: alexander Dugin. (2022). La ideología Occidental y la respuesta rusa.
[Documento en línea]. Disponible: www.costadelsolfm.org
[10] Ver al respecto: “La Restauración de
la última Roma y la nueva subjetividad. Consideraciones sobre el futuro visto
como pasado”. Caracas. Festina Lente B.G. [Documento en línea]. Disponible: https://edgareblancocarrero.blogspot.com/2020/11/la-restauracion-de-la-ultima-roma-y-la.html
[11] Schmitt, C. (1965). El Concepto
de lo político. Texto de 1932 con Prólogo y tres Corolarios. [Documento en
línea]. Disponible: www.laeditorialvirtual.ar4.toservers.com/CarlSchmitt
. [Consulta: 2004, octubre 15].
[12] Luttwak, E
(1999). “Post-heroic warfare and its Implications”. Washington. CSIS. [Documento en
línea]: disponible: www.nids.go.jp/english/event/symposium/pdf/1999/sympo_e1999_5.pdf
[Consulta: 15FEB2011].
[13]Ver al respecto: Vallejos, M. “Por la guerra hay cientos de
barcos atrapados en el Mar Negro: cómo impacta en el comercio internacional” https://www.cronista.com/internacionales/por-la-guerra-hay-cientos-de-barcos-atrapados-en-el-mar-negro-como-impacta-en-el-comercio-internacional/
[14] Situation report:
the naval aspects of the war in Ukraine https://www.navylookout.com/situation-report-the-naval-aspects-of-the-war-in-ukraine/
y UPDATED: Russia Says Damaged Cruiser Moskva Sank Under Tow Headed to Black
Sea Homeport https://news.usni.org/2022/04/13/russian-navy-confirms-severe-damage-to-black-sea-cruiser-moskva-crew-abandoned-ship?fbclid=IwAR3fUK-ftM6zqEYj22iu66ijuNIP4pxG8Xfii1oyO9Y0DynfIBqbvIji7Js
y “La isla de las Serpientes, el pequeño islote que es clave para controlar el
mar Negro (y puede suponer un punto de inflexión en la guerra de
Ucrania)” en https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-61421242
[15] Ver al respecto: “Operación
Escorpión II. Talasocracia vs. Epirocracia: ¿Las dos caras de la guerra civil global?”.
Caracas. Festina Lente B.G. [Documento en Línea]. Disponible: http://edgareblancocarrero.blogspot.com/2015/10/talasocracia-vs-epirocracia-las-dos.html
Saludos Edgar...felicitaciones por ese analisis..me refrescate mucho el disco duro de mi cerebro...
ResponderEliminarSaludos, muchisimas gracias
EliminarUna vez más, alguién dice lo que hay que decir; te felicito Edgar, 100% de acuerdo con lo que has expresado; muy bien documentado, tus análisis impecables; me he sentido como la voz que clama en el desierto, diciendo eso mismo pero sin la profundidad de tu escrito y lamentablemente a audiencias aborregdas por las noticias de la postverdad. Continua asi; un abrazo.
ResponderEliminarGraaaaacias .... saludos extensivos a tu familia
EliminarHola, di con este programa de administración y finanzas en esta web https://fp2023.com/cu-fp-administracion-y-finanzas-2023 y es bastante flexible; puede adaptarse fácilmente mis horarios personales
ResponderEliminar