Las crisis en las
organizaciones creadas por el hombre se evidencian cuando estas se convierten
en un fin en sí misma y se alejan de un propósito que les dio vida ubicado
fuera o más allá de ellas. Claro que pueden darse casos de organizaciones que
sean concebidas para que operen como un sistema cerrado, a pesar de su
propósito, a menos que se presenten ciertas y determinadas circunstancias. Este
fenómeno se llama corrupción puesto que es una alteración de su existencia
misma por lo que o se hacen los ajustes necesarios para su conservación o se
disuelve dando paso a nuevas estructuras[1].
Si consideramos que el
presidente electo de Colombia ha planteado la necesidad de que su país abandone
la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) podemos inferir que esa
organización ha padecido una alteración que ha puesto sobre la mesa de
discusión su viabilidad o no en función de su propósito constitutivo. Se han
presentado de igual forma otros síntomas que expresan la crisis de esa
organización como lo es la dificultad que se ha planteado en nombrar a un nuevo
secretario general en momentos en que la gravedad de la situación política
venezolana tiende a convertirse en un problema regional cada vez en creciente
grado. Por ello vamos a examinar qué es UNASUR sobre todo en lo concerniente a
sus objetivos, estructura e instancias, qué ha impedido su funcionamiento y
cómo se puede usar esa estructura para destrabar la situación política regional
con miras a la solución de la crisis venezolana.
UNASUR[2].
Esta es una organización conformada
por todos los países suramericanos independientes cuyos antecedentes constitutivos
se remontan al año 2004 y su creación formal al año 2008. Su sede está en Quito.
Tiene como objetivo general
“…construir, de
manera participativa y consensuada, un espacio de integración y unión en lo
cultural, social, económico y político entre sus pueblos, otorgando prioridad
al diálogo político, las políticas sociales, la educación, la energía, la
infraestructura, el financiamiento y el medio ambiente, entre otros, con miras
a eliminar la desigualdad socioeconómica, lograr la inclusión social y la
participación ciudadana, fortalecer la democracia y reducir las asimetrías en
el marco del fortalecimiento de la soberanía e independencia de los estados”.
y tiene veintiún objetivos específicos. Entre
ellos se destacan por su relación con la seguridad: “La coordinación entre los
organismos especializados…, para fortalecer la lucha contra el terrorismo, la
corrupción, el problema mundial de las drogas, la trata de personas, el tráfico
de armas…, el crimen organizado transnacional y otras amenazas, así como para
el desarme, la no proliferación de armas nucleares y de destrucción masiva, y
el desminado”, “El intercambio de información y de experiencias en materia de
defensa” y “La cooperación para el fortalecimiento de la seguridad ciudadana”.
Tiene una estructura
conformada por: El Consejo de Jefes de Estado y de Gobierno,
el Consejo de Ministros de Relaciones Exteriores, el Consejo de Delegados (ubicada
en Cochabamba) y la Secretaría General (ubicada en Quito). Y posee otras
instancias de las cuales nos interesa destacar el Centro de Estudios Estratégicos
de Defensa (CEED - CDS) y el Consejo de Defensa Suramericano. El CEED-CDS fue
creado en el año 2009 y tiene su sede, al igual que UNASUR, en Quito, Ecuador.
Su propósito es “generar un pensamiento estratégico a nivel regional que ayude
a la coordinación y armonización en materia de políticas de Defensa en
Suramérica”. Entre sus objetivos específicos están: construir una visión común
en materia de defensa, articular posiciones regionales en foros multilaterales
sobre defensa, cooperar regionalmente en materia de defensa y apoyar acciones
de desminado, prevención, mitigación y asistencia a víctimas de desastres
naturales.
Junto con este Centro fue
constituido también el Consejo de Defensa Suramericano (CODESUR) que se encarga
de la instrumentación de “políticas de defensa en materia de cooperación
militar, acciones humanitarias y operaciones de paz, industria y tecnología de
la Defensa, formación y capacitación”. Además de los objetivos que tiene el
centro se agrega la consolidación de una zona de paz suramericana. Si se
considera que uno de los propósitos de UNASUR está relacionado con la seguridad
ciudadana, la mitigación y asistencia a víctimas de desastres, estos (propósitos)
pueden ser extendidos también al ámbito socio-político por ser una amenaza a la
paz regional cuando la población sea afectada por una circunstancia excepcional.
Pero a esto volveremos más adelante.
Esta organización una vez
constituida se fue desarrollando progresivamente a pesar de los problemas
políticos iniciales a raíz de la crisis fronteriza que afectó a Colombia,
Ecuador y Venezuela, pero entró en una fase de decadencia prematura y progresiva
a partir del año 2014 hasta su parálisis funcional actual.
SITUACIÓN
ACTUAL DE UNASUR Y SU INSTANCIA MILITAR
Como ya indicamos en la
introducción, la UNASUR ha estado confrontando problemas de funcionamiento que
han llevado a que en abril del presente año, gran parte de sus Estados miembros
(Argentina, Brasil, Colombia, Chile, Paraguay y Perú) suspendieran su
participación en el organismo debido a desacuerdos insalvables sobre su
funcionamiento. Además de lo indicado en los días pasados se ha dado a conocer,
además, la falta de recursos que padece esa organización así como otros
problemas de naturaleza administrativa[3]. En la actualidad esta
organización la preside Bolivia.
Teniendo esto presente,
desde el punto de vista estructural, podemos decir que el Consejo de Jefes de
Estado está inactivo y, por consiguiente, el Consejo de Ministros de Relaciones
Exteriores, el Consejo de Delegados podría operar en función de la existencia
de estertores (Venezuela, Bolivia y en menor medida otros delegados que no han
sido destituidos o relevados) y la Secretaría General que padece de problemas
administrativos se encuentra, al parecer, paralizada burocráticamente. Las otras
dos instancias, es decir, el CEED - CDS y el CODESUR por su naturaleza de ser
instrumentos de la política deben haber seguido las mismas aguas que los
Consejos. En esta situación es conveniente comparar esta estructura con los
objetivos específicos que destaque previamente relativo a la seguridad debido a
que pretendemos indicar que la instancia militar fue un obstáculo que limitó la
concreción de los objetivos de esta organización. En el cuadro que se muestra a
continuación se señala sintéticamente la estructura de UNASUR con sus objetivos relativos a la seguridad y
cómo se articula con las instancias de defensa.
Como se observa en el cuadro
hay una articulación entre las instancias políticas y la militar, pero el
propósito se orienta a la ‘coordinación’, ‘intercambio’ y ‘cooperación’ desde
el punto de vista político y la ‘construcción’, ‘cooperación’, ‘articulación’ y
‘apoyo’ en el plano militar. Colocar, en primer lugar, la palabra ‘construcción’
se debe a que se buscaba crear algo diferente en una región donde existía una
conexión entre la estructura militar y la estructura productiva a diferencia
del caso venezolano donde su estructura productiva basada en la extracción de petróleo
estaba conectada con la estructura global de producción. Este aspecto es
conveniente tenerlo en cuenta debido a que si bien la cooperación, el apoyo y
la articulación se practicaron durante la existencia efectiva de UNASUR y
CODESUR, en la práctica estas
actividades siempre se han producido a nivel regional. Dicho de otra manera, en
el resto de la región, la institución militar obedecía a una cultura
organizacional de naturaleza diferente a la institución militar venezolana.
La ‘construcción’ dependía
de la profundización del modelo político de desarrollo en la región y ello no
se logró ni siquiera en países como Brasil y Argentina donde se hicieron
importantes esfuerzos para lograrlo. ¿Qué se quiere decir con ello? Que en esos
países a pesar de la presión política y sus efectos en la estructura militar,
no se logró permear ni penetrar ideológicamente dicha institución, con lo cual
UNASUR y CODESUR actuaron como foros políticos de manera desarticulada desde
sus orígenes y no fue capaz de construir una doctrina militar común de una característica
ideológica ajena a la región que ahora se nos presenta como una ventaja desde
la perspectiva regional. Esto nos lleva al último punto de nuestra exposición.
UNASUR-CODESUR
como medios para destrabar la situación política regional con miras a la
solución de la crisis venezolana
Con los cambios de gobierno
en la región se produjo un realineamiento de la política con la actividad
productiva y consecuentemente, con la institución militar en cada uno de los países
donde se ha producido el cambio político. Es decir, si la cooperación,
coordinación, apoyo, articulación han sido prácticas que podemos decir
consuetudinarias entre las instituciones militares en el ámbito regional,
incluso hasta en los momentos más críticos, UNASUR-CODESUR sólo declararon
normativamente una práctica que se puede reproducir con o sin la existencia de
esa organización. Estas acciones políticas, de alguna u otra manera se han
estado ejecutando en los Estados fronterizos con Venezuela debido al tema de
los ‘migrantes forzados’, a nivel regional en lo concerniente a “la lucha
contra la corrupción, el problema de las drogas, la trata de personas [vistas
como migrantes forzados]…, el crimen organizado transnacional y otras amenazas…”,
y a escala continental y global en lo concerniente a la lucha contra el
terrorismo, la corrupción, el problema mundial de las drogas,…, el tráfico de
armas…, el crimen organizado transnacional y otras amenazas…”. La pregunta que
surge, es ¿hasta qué punto esos temas son susceptibles de ser manejados
militarmente?
Si se considera que la
tiranía en Venezuela ha manejado esos temas junto con otros bajo el concepto de
‘guerra de cuarta generación’ que ha obligado a la clase dirigente a emplear a
los militares en tareas que no son de su esencia constitutiva bajo el concepto
de ‘defensa integral’ abarcando un conjunto de acciones militares y que van más
allá de lo militar siguiendo los criterios establecidos por Qiao y Wang en ‘Unrestricted
Warfare’[4], entonces UNASUR-CODESUR
pueden ser usados para restablecer la paz y la seguridad regional siguiendo los
mismos parámetros doctrinales venezolanos.
En esas circunstancias, el
nombre de UNASUR y CODESUR puede ser usado como un medio para la “coordinación [en]
la lucha contra el terrorismo, la corrupción, el problema mundial de las
drogas, la trata de personas, el tráfico de armas…, el crimen organizado
transnacional y otras amenazas,…” y “La cooperación para el fortalecimiento de
la seguridad ciudadana”. Así pues, dada su parálisis institucional, cualquier
Estado miembro podría invocarla y convocar a los miembros que no están
incumpliendo (o apoyando el incumplimiento) con el propósito constitutivo de esa
congregación política para promover la reestructuración del organismo y crear
las condiciones de posibilidad para destrabar la situación política
internacional en el ámbito regional dado el creciente potencial de
desestabilización que produce la migración forzada de venezolanos por la situación
socio-económica del país creada por causa políticas que han generado asimetrías
socio-políticas que se evidencian, en primer lugar, en la creciente desigualdad
económica, la exclusión social y la falta de participación ciudadana, en
segundo lugar, en la interrupción del orden democrático y, en tercer lugar, en el
debilitamiento de la soberanía e independencia del Estado al favorecer la
injerencia de entidades extrarregionales en los asuntos internos venezolanos.
COROLARIO
En la consideración de esta
propuesta hay que tener presente que la crisis nicaragüense se mantiene en un
punto muerto, los mensajeros de la tiranía en Venezuela están haciendo público
los escenarios de guerra que están manejando (quizás para tratar de mantener la
cohesión dentro de sus filas) y presuntamente el representante del foro de São
Paulo en Colombia pretende realizar una demostración de fuerza para reducir la
capacidad de maniobra internacional del nuevo presidente colombiano. En cierta
forma está en curso la Operación Escorpión desde el mismo momento que se evidencia
que está en curso una maniobra cuyo propósito ganar tiempo mientras en México
se produce el cambio de gobierno[5].
[1] Sobre la corrupción hemos
adelantado un trabajo que puede ayudar a complementar lo aquí descrito. Ver al
respecto: LA CORRUPCIÓN COMO ARMA DE DESTRUCCIÓN DEL ORDEN POLÍTICO EN
VENEZUELA en: http://edgareblancocarrero.blogspot.com/2018/05/la-corrupcion-como-arma-de-destruccion.html
[2] Sobre esta organización ver: https://www.unasursg.org/es
[3] Ver al respecto: Carlos Montaner:
(https://twitter.com/CarlosAMontaner/status/1015961249425879040?s=03)
y Hugo Santaromita en: https://4pelagatos.com/2018/07/04/unasur-cierra-por-quiebra-y-en-medio-escandalos/
[4] Ver al respecto: QIAO, L y WANG,
X. (1999). Unrestricted
Warfare. Beijing: PLA Literature and Arts Publishing House.
[Documento en Línea]. Disponible: http://www.c4i.org/unrestricted.pdf
[5] Ver al respecto: “OPERACIÓN
ESCORPIÓN: LA CRISIS DE LA CORBETA “CALDAS” EN UNA VISIÓN PROSPECTIVA” en http://edgareblancocarrero.blogspot.com/2014/07/operacion-escorpion-la-crisis-de-la.html
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