La situación militar en
Venezuela después del acontecimiento del 30ABR puede ser observada desde tres
planos: el teórico, el estructural y el de la praxis política. El teórico
referido a las ideas que pudieran dar sustento a las interacciones que se produjeron
y se producen, el estructural relacionado con los entes que producen las
interacciones y el tipo de interacciones y el de la praxis en cómo se
manifiestan estas interacciones. Veámoslas a continuación.
LA
TEORÍA
En el país hay tres
discursos teóricos referidos a la situación militar que se ubican en el campo
de lo que se podría denominar relaciones del militar con la política y que se
centran en la politización o no del 'militar'. El primero que maneja la tiranía
y se centra en la conformación de un militar altamente politizado
(revolucionario), el segundo que maneja la clase política aglutinada en la
mud-fa (incluyendo un sector importante de militares retirados y disidentes y
apartados por la tiranía) que observa al militar como pretoriano, es decir, con
un importante grado de politización que exige que el militar regrese al entorno
constitucional, pero que, desde el punto de vista político, asuma un rol de árbitro
y garante del orden político, y el tercero que plantea el cuestionamiento del
ser-militar desde una perspectiva ontológica que en si se opone a las visiones
del militar politizado y que considera lo 'militar' desde una perspectiva
republicana y en consonancia con la realidad productiva del mundo de hoy. En
este sector se encuentran una minoría de militares retirados y el movimiento
político dirigido por María Corina Machado (MCM).
Como se puede observar,
desde el punto de vista teórico los dos primeros no son excluyentes y pueden
entenderse desde un mismo plano que podríamos llamar positivista y explica de
suyo la parálisis estratégica que vivimos[1] y el tendencial
apaciguamiento[2]
hasta el acontecimiento del 30ABR. El tercero considera que 'lo militar y lo
político' debe ser objeto de un replanteamiento estructural para poder crear
las condiciones de posibilidad de establecer una república. Esto de suyo se
presenta como radicalmente diferente a la convergente visión de la
tiranía-mud-fa. ¿Por qué?
Desde el punto de vista
histórico hay una imagen positivista del ser-militar que es vista como
oposición a lo ‘civil’ que puede ser observada en la reflexión realizada por el
historiador Elías Pino Iturrieta “El militarismo y los inicios republicanos”. En
esta reflexión el autor plantea una oposición que se presentó en los orígenes de
la república que observó el militarismo como “uno de los principales escollos
para la creación de una sociabilidad moderna” para sugerir un método de
análisis que evitara que se cometieran los mismos errores que han hecho que nos
condujera a la situación que estamos viviendo. Es decir, él señaló
“La historia no se
repite, pero los hábitos del pasado tienen vocación de permanencia. Los
fenómenos que no se enfrentan en su oportunidad, o que no se pueden enfrentar
debido a resistencias apócales, buscan el momento adecuado para la reaparición...
Una reaparición que, pese a los maquillajes de rigor, puede ser brutal y para
cuyo análisis es útil mirar hacia lo que no pudimos hacer antes como sociedad.
Si utilizamos tal método para el entendimiento del problema, probablemente
acertaremos”[3].
Mi preocupación es el
fundamento a partir del cual el autor planteó su argumentación. El problema de esta
concepción de la historia es que tendenciosamente omite que en Valencia se
‘recostaron’ en el General en Jefe José Antonio Páez para crear unas bases
ontológicas que permitieron la separación de lo ‘civil’ y lo ‘militar’ desde un
pretorianismo tipo árbitro, porque se quería eliminar todo ‘brote’ bolivariano[4]. Podemos decir que ese ‘civilismo’
marcó la separación de lo ‘civil’ y lo ‘militar’ en una República, cuando se
sabe que históricamente no ha sido así al menos en Occidente, asumiendo ribetes
ideológicos que fueron aprovechados por una clase política para convertirlo en
un paradigma. Ese es el positivismo al que me refiero hecho ideología. Se ha
argumentado que se necesita la estructura ‘militar’ actual de acuerdo con esta
concepción para asegurar la transición, pero dejar la estructura militar con
esta concepción no resuelve el problema. Lo agrava con una circunstancia
agravante: La asamblea de 1811 es muy parecida a la de hoy. En el pasado se le endilgó
a un ‘militar’, Francisco de Miranda, que arreglará los entuertos de la
‘liberación’, hoy, después de los acontecimientos del 30ABR, se espera a ‘los
militares’ que hagan lo mismo. Eso me hace concluir que los ‘militaristas’ siempre
han sido los que han conformado la clase política en Venezuela, al menos, desde
el año 1830. Esto nos permite examinar la estructura.
ESTRUCTURA
Desde un enfoque
estructural, la acción de la tiranía se sustenta en un cuerpo normativo
inconstitucional (LOFAN, LOSN, ley orgánica de policía y de comunas, etc.) cuyo
enfoque doctrinario es la teoría de la guerra popular prolongada. De ahí se
deriva la misión y organización actual. Por su parte, la mud-fa se ha tratado
de apoyar en dos grupos: los grupos
militares disidentes y de excluidos de la tiranía, pero sin establecer una
estructura militar de acción (sólo se han amparado en la promesa de una ley de
amnistía que se presenta como un medio fraudulento tanto para los militares
dentro y fuera de la organización como se observó en el caso Rotondaro para
producir un cambio de cabeza) y un grupo de militares retirados liderados por
el General Prieto Silva y el Vicealmirante Jesús Briceño García - Frente
Militar Institucional - que han tratado de organizar a los militares que fueron
afectados por el orden político desde el año 2002, pero sin una estructura de
acción que fuese visible. Hay otros militares que han asumido una posición
crítica, pero operan como individualidades en ese universo político. El caso es
que no están estructurados de una manera tal que puedan realizar una acción al
menos eficaz. Aquí hay que acotar que fuera de Venezuela operan distintos
grupos de militares que no están cohesionados ni están estructurados para
actuar de forma efectiva contra la tiranía[5]. Ello explica porque MCM y
su grupo se inclinan por solicitar ayuda internacional de acuerdo con una
estructura de acción que cree las condiciones de posibilidad de operar contra
los sustentadores de la tiranía incluyendo los grupos paramilitares antes
indicado.
Como se puede observar, la tiranía
cuenta con una estructura de acción y medios que le permiten actuar de manera
eficaz. Y las formas de la interacción son asimétricas: la tiranía usa la
fuerza, la mud-fa el discurso basado en la misma concepción que sustenta a la
tiranía y MCM que ha planteado la necesidad de la ayuda militar internacional
considera que hay que superar el pretorianismo histórico teniendo presente que
en la transición se va a contar con los restos de la institución militar que en
el momento del cambio defiendan la restitución del orden[6]. Esto nos coloca en el
plano de la praxis y el 30ABR.
LA
PRAXIS.
Desde la praxis política, la
tiranía se ha mantenido apoyándose en la estructura militar, usando la fuerza
graduada, pero dado el severo desgaste que esta ha sufrido ha iniciado un
proceso de cambio que busca suplantarla por cuerpos de milicias politizadas y
otros grupos paramilitares (farc, eln, fbl, colectivos, etc.). Con estos
medios, la tiranía ha logrado avanzar con su proyecto político. Frente a esta
situación, la mud-fa se ha mantenido en el plano discursivo de la promesa de
amnistía, sin embargo, solo ha logrado erosionar la estructura sin ningún
aprovechamiento práctico por la coincidencia que mantiene con la tiranía en lo
que concierne a su visión teórica de 'lo militar' y la carencia de una
estructura de acción. Esta carencia de la concepción de un hacer evidencia que
la visión de 'lo militar' apunta a conducir una transición como una
restauración no en relación a retornar el orden de 1999 sino al de 1961 donde
se gestó la crisis que estamos viviendo. Esto se observó de manera descarnada
el 30ABR.
A pesar de la audaz maniobra
realizada por el presidente encargado el plano ontológico en que se realizó su
acción política partió de una concepción pretoriana del ‘militar’ que en lo
histórico no ha variado y explica de suyo la parálisis que vivimos. El 30ABR la
audacia liberó una importante cantidad de energía que desequilibró a la tiranía,
pero la acción fue excepcional, es decir, con pocas opciones que permitan
sostener dicha maniobra. Frente a un mismo plano discursivo entre la tiranía y
mud-fa los militares, con una importante excepción (El jefe de inteligencia
SEBIN), optaron por el mínimo costo. Claro, esta es una visión de corto plazo
debido a que el 30ABR2019 demostró el grado de consistencia de la lealtad entre
presuntos delincuentes expuestos al dilema
del prisionero.
Un cambio de paradigma en lo
concerniente a la concepción política de lo ‘militar’ produciría una estructura
de acción que facilitaría expeditamente un cambio político. Ello, hasta ahora, sólo
ha sido planteado por MCM y otros sectores políticos críticos republicanos
liberales. La realidad se ha estado encargando de demostrar la consistencia de
sus argumentos.
COROLARIO
Si bien concordamos en la
necesidad de desarrollar una nueva metodología para comprender qué está
sucediendo políticamente en el país, es necesario que esta metodología se
sustente en un anclaje ontológico que trate de incluir la mayor cantidad de
variables que estuvieron presentes en el proceso de conformación del Estado
venezolano. La tesis de diferenciación de lo ‘civil’ y de lo ‘militar’ bajo un
enfoque positivista está agotada.
La estructura de acción
desarrollada por la tiranía y la mud-fa se sustentan en el mismo plano
ontológico, pero la tiranía ha logrado desarrollar un método que le ha
permitido mantenerse en el poder sobre todo porque la mud-fa ha mantenido de
forma deliberada o no un paradigma (ontológico) que se han materializado en
reveses sucesivos.
La verdadera oposición a la
tiranía e incluso a la mud-fa, desde una perspectiva política y militar, la
representa MCM. Desde este ángulo de análisis, se hace necesario crear las
condiciones de posibilidad, si ello es plausible, de pensar en unas fuerzas
armadas republicanas que puedan ser apoyadas desde su concepción.
[1] Ver al respecto: EL RIESGO DE
UNA PARÁLISIS ESTRATÉGICA EN LA CRISIS VENEZOLANA Y EL PAPEL DE LA AYUDA
HUMANITARIA en https://edgareblancocarrero.blogspot.com/2019/02/el-riesgo-de-una-paralisis-estrategica.html
[2] Ver al respecto: EL BOOMERANG
DEL APACIGUAMIENTO en https://edgareblancocarrero.blogspot.com/2019/04/el-boomerang-del-apaciguamiento.html
[3] Ver al respecto: PINO I, E.
(2019). “El militarismo y los inicios republicanos”. Caracas. El Nacional. [Documento en Línea]. Disponible:
http://www.el-nacional.com/noticias/columnista/militarismo-los-inicios-republicanos_280645
[4] Ver
de Caracciolo Parra-Pérez: Mariño y la
independencia de Venezuela y Mariño y
las guerras civiles
[5] Ver al respecto: https://www.youtube.com/watch?v=PGx_9AUVuZ4
[6] Ver al respecto: LA ESTRUCTURA
DEL CONFLICTO: PUNTO UNO DE LA ESCALADA REGIONAL en http://edgareblancocarrero.blogspot.com/2018/09/la-estructura-del-conflicto-punto-uno.html
ESTAMOS FRENTE A LA CONCEPCION DE UNA GUERRA DE LIBERACION NACIONAL, DADA LA PRESENCIA DE FUERZAS DE INVASION Y DE UNAS FUERZAS ARMADAS TITERES PRETORIANAS, COHONESTADAS CON FUERZAS ARMADAS IRREGULARES EXTRANJERAS Y PROPIAS. CON CARACTERISTICAS DE TERRORISTAS RELIGIOSOS ISLÀMICOS AJENOS A NUESTRA RELIGION Y CULTURA NACIONAL Y CON ARMAS NUCLEARES DISPUESTOS A UTILIZARLAS EN UNA CONFLAGRACION INTERNACIONAL O DE USO TERRORISTA, ORGANIZACIONES DEL CRIMEN INTERNACIONAL. UNA MESCLA DE UNA GUERRA ASIMETRICA DE QUINTA GENERACION, NO ES UNA TRADICIONAL TIRANIA LATINOAMERICANA, ES OTRO NIVEL DE AMENAZA A LA COMUNIDAD INTERNACIONAL DEMOCRATICA, Y LA PAZ MUNDIAL .
ResponderEliminarAsi es!!!! Muchisimas Gracias por su comentario
Eliminar