miércoles, 1 de mayo de 2019

SITUACIÓN MILITAR VENEZOLANA POST 30ABR



La situación militar en Venezuela después del acontecimiento del 30ABR puede ser observada desde tres planos: el teórico, el estructural y el de la praxis política. El teórico referido a las ideas que pudieran dar sustento a las interacciones que se produjeron y se producen, el estructural relacionado con los entes que producen las interacciones y el tipo de interacciones y el de la praxis en cómo se manifiestan estas interacciones. Veámoslas a continuación.

LA TEORÍA

En el país hay tres discursos teóricos referidos a la situación militar que se ubican en el campo de lo que se podría denominar relaciones del militar con la política y que se centran en la politización o no del 'militar'. El primero que maneja la tiranía y se centra en la conformación de un militar altamente politizado (revolucionario), el segundo que maneja la clase política aglutinada en la mud-fa (incluyendo un sector importante de militares retirados y disidentes y apartados por la tiranía) que observa al militar como pretoriano, es decir, con un importante grado de politización que exige que el militar regrese al entorno constitucional, pero que, desde el punto de vista político, asuma un rol de árbitro y garante del orden político, y el tercero que plantea el cuestionamiento del ser-militar desde una perspectiva ontológica que en si se opone a las visiones del militar politizado y que considera lo 'militar' desde una perspectiva republicana y en consonancia con la realidad productiva del mundo de hoy. En este sector se encuentran una minoría de militares retirados y el movimiento político dirigido por María Corina Machado (MCM).

Como se puede observar, desde el punto de vista teórico los dos primeros no son excluyentes y pueden entenderse desde un mismo plano que podríamos llamar positivista y explica de suyo la parálisis estratégica que vivimos[1] y el tendencial apaciguamiento[2] hasta el acontecimiento del 30ABR. El tercero considera que 'lo militar y lo político' debe ser objeto de un replanteamiento estructural para poder crear las condiciones de posibilidad de establecer una república. Esto de suyo se presenta como radicalmente diferente a la convergente visión de la tiranía-mud-fa. ¿Por qué?

Desde el punto de vista histórico hay una imagen positivista del ser-militar que es vista como oposición a lo ‘civil’ que puede ser observada en la reflexión realizada por el historiador Elías Pino Iturrieta “El militarismo y los inicios republicanos”. En esta reflexión el autor plantea una oposición que se presentó en los orígenes de la república que observó el militarismo como “uno de los principales escollos para la creación de una sociabilidad moderna” para sugerir un método de análisis que evitara que se cometieran los mismos errores que han hecho que nos condujera a la situación que estamos viviendo. Es decir, él señaló

“La historia no se repite, pero los hábitos del pasado tienen vocación de permanencia. Los fenómenos que no se enfrentan en su oportunidad, o que no se pueden enfrentar debido a resistencias apócales, buscan el momento adecuado para la reaparición... Una reaparición que, pese a los maquillajes de rigor, puede ser brutal y para cuyo análisis es útil mirar hacia lo que no pudimos hacer antes como sociedad. Si utilizamos tal método para el entendimiento del problema, probablemente acertaremos”[3].

Mi preocupación es el fundamento a partir del cual el autor planteó su argumentación. El problema de esta concepción de la historia es que tendenciosamente omite que en Valencia se ‘recostaron’ en el General en Jefe José Antonio Páez para crear unas bases ontológicas que permitieron la separación de lo ‘civil’ y lo ‘militar’ desde un pretorianismo tipo árbitro, porque se quería eliminar todo ‘brote’ bolivariano[4]. Podemos decir que ese ‘civilismo’ marcó la separación de lo ‘civil’ y lo ‘militar’ en una República, cuando se sabe que históricamente no ha sido así al menos en Occidente, asumiendo ribetes ideológicos que fueron aprovechados por una clase política para convertirlo en un paradigma. Ese es el positivismo al que me refiero hecho ideología. Se ha argumentado que se necesita la estructura ‘militar’ actual de acuerdo con esta concepción para asegurar la transición, pero dejar la estructura militar con esta concepción no resuelve el problema. Lo agrava con una circunstancia agravante: La asamblea de 1811 es muy parecida a la de hoy. En el pasado se le endilgó a un ‘militar’, Francisco de Miranda, que arreglará los entuertos de la ‘liberación’, hoy, después de los acontecimientos del 30ABR, se espera a ‘los militares’ que hagan lo mismo. Eso me hace concluir que los ‘militaristas’ siempre han sido los que han conformado la clase política en Venezuela, al menos, desde el año 1830. Esto nos permite examinar la estructura.

ESTRUCTURA

Desde un enfoque estructural, la acción de la tiranía se sustenta en un cuerpo normativo inconstitucional (LOFAN, LOSN, ley orgánica de policía y de comunas, etc.) cuyo enfoque doctrinario es la teoría de la guerra popular prolongada. De ahí se deriva la misión y organización actual. Por su parte, la mud-fa se ha tratado de apoyar en dos grupos:  los grupos militares disidentes y de excluidos de la tiranía, pero sin establecer una estructura militar de acción (sólo se han amparado en la promesa de una ley de amnistía que se presenta como un medio fraudulento tanto para los militares dentro y fuera de la organización como se observó en el caso Rotondaro para producir un cambio de cabeza) y un grupo de militares retirados liderados por el General Prieto Silva y el Vicealmirante Jesús Briceño García - Frente Militar Institucional - que han tratado de organizar a los militares que fueron afectados por el orden político desde el año 2002, pero sin una estructura de acción que fuese visible. Hay otros militares que han asumido una posición crítica, pero operan como individualidades en ese universo político. El caso es que no están estructurados de una manera tal que puedan realizar una acción al menos eficaz. Aquí hay que acotar que fuera de Venezuela operan distintos grupos de militares que no están cohesionados ni están estructurados para actuar de forma efectiva contra la tiranía[5]. Ello explica porque MCM y su grupo se inclinan por solicitar ayuda internacional de acuerdo con una estructura de acción que cree las condiciones de posibilidad de operar contra los sustentadores de la tiranía incluyendo los grupos paramilitares antes indicado.

Como se puede observar, la tiranía cuenta con una estructura de acción y medios que le permiten actuar de manera eficaz. Y las formas de la interacción son asimétricas: la tiranía usa la fuerza, la mud-fa el discurso basado en la misma concepción que sustenta a la tiranía y MCM que ha planteado la necesidad de la ayuda militar internacional considera que hay que superar el pretorianismo histórico teniendo presente que en la transición se va a contar con los restos de la institución militar que en el momento del cambio defiendan la restitución del orden[6]. Esto nos coloca en el plano de la praxis y el 30ABR.

LA PRAXIS.

Desde la praxis política, la tiranía se ha mantenido apoyándose en la estructura militar, usando la fuerza graduada, pero dado el severo desgaste que esta ha sufrido ha iniciado un proceso de cambio que busca suplantarla por cuerpos de milicias politizadas y otros grupos paramilitares (farc, eln, fbl, colectivos, etc.). Con estos medios, la tiranía ha logrado avanzar con su proyecto político. Frente a esta situación, la mud-fa se ha mantenido en el plano discursivo de la promesa de amnistía, sin embargo, solo ha logrado erosionar la estructura sin ningún aprovechamiento práctico por la coincidencia que mantiene con la tiranía en lo que concierne a su visión teórica de 'lo militar' y la carencia de una estructura de acción. Esta carencia de la concepción de un hacer evidencia que la visión de 'lo militar' apunta a conducir una transición como una restauración no en relación a retornar el orden de 1999 sino al de 1961 donde se gestó la crisis que estamos viviendo. Esto se observó de manera descarnada el 30ABR.

A pesar de la audaz maniobra realizada por el presidente encargado el plano ontológico en que se realizó su acción política partió de una concepción pretoriana del ‘militar’ que en lo histórico no ha variado y explica de suyo la parálisis que vivimos. El 30ABR la audacia liberó una importante cantidad de energía que desequilibró a la tiranía, pero la acción fue excepcional, es decir, con pocas opciones que permitan sostener dicha maniobra. Frente a un mismo plano discursivo entre la tiranía y mud-fa los militares, con una importante excepción (El jefe de inteligencia SEBIN), optaron por el mínimo costo. Claro, esta es una visión de corto plazo debido a que el 30ABR2019 demostró el grado de consistencia de la lealtad entre presuntos delincuentes expuestos al dilema del prisionero.

Un cambio de paradigma en lo concerniente a la concepción política de lo ‘militar’ produciría una estructura de acción que facilitaría expeditamente un cambio político. Ello, hasta ahora, sólo ha sido planteado por MCM y otros sectores políticos críticos republicanos liberales. La realidad se ha estado encargando de demostrar la consistencia de sus argumentos.

COROLARIO

Si bien concordamos en la necesidad de desarrollar una nueva metodología para comprender qué está sucediendo políticamente en el país, es necesario que esta metodología se sustente en un anclaje ontológico que trate de incluir la mayor cantidad de variables que estuvieron presentes en el proceso de conformación del Estado venezolano. La tesis de diferenciación de lo ‘civil’ y de lo ‘militar’ bajo un enfoque positivista está agotada.

La estructura de acción desarrollada por la tiranía y la mud-fa se sustentan en el mismo plano ontológico, pero la tiranía ha logrado desarrollar un método que le ha permitido mantenerse en el poder sobre todo porque la mud-fa ha mantenido de forma deliberada o no un paradigma (ontológico) que se han materializado en reveses sucesivos.

La verdadera oposición a la tiranía e incluso a la mud-fa, desde una perspectiva política y militar, la representa MCM. Desde este ángulo de análisis, se hace necesario crear las condiciones de posibilidad, si ello es plausible, de pensar en unas fuerzas armadas republicanas que puedan ser apoyadas desde su concepción.


[1] Ver al respecto: EL RIESGO DE UNA PARÁLISIS ESTRATÉGICA EN LA CRISIS VENEZOLANA Y EL PAPEL DE LA AYUDA HUMANITARIA en https://edgareblancocarrero.blogspot.com/2019/02/el-riesgo-de-una-paralisis-estrategica.html
[3] Ver al respecto: PINO I, E. (2019). “El militarismo y los inicios republicanos”. Caracas. El Nacional. [Documento en Línea]. Disponible: http://www.el-nacional.com/noticias/columnista/militarismo-los-inicios-republicanos_280645
[4] Ver de Caracciolo Parra-Pérez: Mariño y la independencia de Venezuela y Mariño y las guerras civiles
[6] Ver al respecto: LA ESTRUCTURA DEL CONFLICTO: PUNTO UNO DE LA ESCALADA REGIONAL en http://edgareblancocarrero.blogspot.com/2018/09/la-estructura-del-conflicto-punto-uno.html

2 comentarios:

  1. ESTAMOS FRENTE A LA CONCEPCION DE UNA GUERRA DE LIBERACION NACIONAL, DADA LA PRESENCIA DE FUERZAS DE INVASION Y DE UNAS FUERZAS ARMADAS TITERES PRETORIANAS, COHONESTADAS CON FUERZAS ARMADAS IRREGULARES EXTRANJERAS Y PROPIAS. CON CARACTERISTICAS DE TERRORISTAS RELIGIOSOS ISLÀMICOS AJENOS A NUESTRA RELIGION Y CULTURA NACIONAL Y CON ARMAS NUCLEARES DISPUESTOS A UTILIZARLAS EN UNA CONFLAGRACION INTERNACIONAL O DE USO TERRORISTA, ORGANIZACIONES DEL CRIMEN INTERNACIONAL. UNA MESCLA DE UNA GUERRA ASIMETRICA DE QUINTA GENERACION, NO ES UNA TRADICIONAL TIRANIA LATINOAMERICANA, ES OTRO NIVEL DE AMENAZA A LA COMUNIDAD INTERNACIONAL DEMOCRATICA, Y LA PAZ MUNDIAL .

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