Las circunstancias políticas
que hemos vivido los venezolanos desde los primeros días de enero de 2019 no
fueron producto del carisma de un liderazgo emergente, fueron producto de la
confluencia de un conjunto de hechos que generaron una situación que ha
contenido una serie de eventos inesperados. Esto no desmerita el rol que ha
jugado el Sr. Juan Guaidó como presidente encargado, al contrario, hemos visto
la serenidad y entereza en asumir un papel para el cual no estaba preparado en
una situación que nadie había previsto. Ello se evidencia en el alto nivel de
improvisación desplegado en las acciones políticas ejecutadas para tratar de
aprovechar las oportunidades que se estaban presentando tanto por el grupo que
a él lo apoya como la tiranía. Ocurrió un destrabamiento político y en estos
casos el que despliegue más fuerza e inteligencia puede lograr avanzar en su
propósito de alcanzar sus objetivos. La tiranía, en este contexto, ha usado la
violencia sin ningún tipo de escrúpulos para sostener su posición y ha sido
eficaz en alcanzar sus fines. Ahora, sus oponentes que no han podido responder
de forma simétrica ¿han usado la inteligencia para utilizar la fuerza de que
disponen para alcanzar el cambio político?
La sociedad venezolana a
pesar de las traiciones y desencantos ha respondido racionalmente y de manera
efectiva para apoyar al presidente encargado en correspondencia con su actitud,
pero, la clase política representada en la mud-fa ha utilizado el momento
político para reposicionarse en función de intereses que no se corresponden con
las aspiraciones de la sociedad. Ello lo han hecho tratando de construir un
carisma en torno al presidente encargado para ganar tiempo que no necesita para
conducir una transición. Así pues la sociedad venezolana busca un cambio
político total y la mud-fa busca un cambio político que no es un cambio del
sistema que lo rige. Esta discrepancia de objetivos en los que se oponen a la
tiranía produjo los resultados que vivimos en el año 2014, 2016 y 2017. Ello significó
que la sociedad venezolana no tuvo representantes. En este año 2019, después de
la parálisis estratégica generada por el fracaso del 23F[1], el ritornelo de la
negociación se ha hecho de nuevo
presente debido a la mezquindad de sus intereses que apuntan realmente a para
tratar de evitar lo inevitable, es decir, su desaparición como clase política[2]. Esto se evidencia en el
hecho de que el objetivo de la mud-fa ha sido provocar un ‘quiebre en la fuerza
armada (fanb)’ que asegure su permanencia en el poder. Es decir, han usado un
medio como un fin, cuando el conflicto no es militar sino político. Así pues,
en esta situación todo el foco de atención se ha dirigido a la fanb, es decir, el
centro de gravedad del nuevo entramado político de la mud-fa.
La
fanb como centro de gravedad.
Pero la fanb dejó de ser lo
que el común de la sociedad entendía como ‘lo militar’, para tender a
convertirse en una milicia revolucionaria al servicio de una parcialidad política
que opera de acuerdo a intereses transnacionales siguiendo una estructura de
acción basada en la concepción de guerra popular prolongada[3]. Por ello es que se puede
decir que un medio, el militar, se ha convertido en fin. Pero por qué la fanb
se ha convertido en fin, a quien le conviene eso. Observar a la fanb como un
fin sólo es posible en aquellos individuos o grupos de interés que mantienen
una visión pretoriana de la política. Aquí se incluye a la tiranía y a la clase
política desgastada agrupada en lo que se conoce, como dijimos, en la mud-fa. A
pesar de esta coincidencia en cuanto a fines, se diferencian en cuanto a su
visión en cuanto a instrumento. Mientras la tiranía está prescindiendo de la
fanb en función de su proyecto político, la mud-fa ha buscado traer al presente
el paradigma de las relaciones político-militares del pasado. Y en el pasado eso
fue lo que generó la crisis que estamos viviendo.
De manera elegante un
antiguo comandante de la armada expresó que la causa de la crisis en la institución
militar se originó cuando se relativizó el baremo que indicaba cuándo se debía
castigar y cuándo se debía premiar una acción determinada. Ello ocurrió en la
segunda mitad de los años ochenta del siglo pasado y se profundizó en el año
1992. Esta relativización ha sido la misma que se ha estado aplicando en la
política militar instrumentada por el presidente encargado dentro del marco de
la mud-fa en el conjunto de situaciones que han colocado a la crisis venezolana
al borde del apaciguamiento. En esta oportunidad la cara de la relativización
es la amnistía.
La repetición de la relativización
del baremo, en los actuales momentos, mediante la llamada ley de amnistía no
provocó que más de un millar de militares decidieran apoyar el nuevo orden
político, sino que un grupo de militares con antiguas filiaciones
político-económicas con la tiranía busquen asegurar su impunidad. Esta
perversión que acentúa el proceso de degeneración de la visión de lo militar
evidencia cómo ha sido vista esa institución en los últimos cuarenta años y
explica, por una parte, la emergencia de la milicia y, por la otra, una visión
de la política militar de la mud-fa que ha seguido dos vías: en primer lugar, el
interés de ‘negociar’ porque se rechaza cualquier ayuda internacional directa a
pesar de que esta ayuda ha sido ofrecida y muchos venezolanos y organizaciones
políticas exigen mediante la aplicación de mecanismos institucionales que se
solicite[4] y, en segundo lugar, se
está comenzando a hablar de ‘reinstitucionalizar’ la fanb dejando intacta la
visión pretoriana[5].
Esta situación explica porque la ayuda internacional en cualquiera de sus
formas no haya sido más efectiva.
La
maniobra estratégica y la política militar.
El interés en negociar por
parte de la mud-fa, por las carencias que padece, para al menos mantener una
cuota de poder frente a la tiranía explica la agonía de los venezolanos en este
período histórico iniciado en el año 1999. Si bien su intención es recuperar o
restaurar un orden desaparecido, la forma de acción que han adoptado ha
implicado falta de voluntad política y ha partido del hecho de ver a la
sociedad venezolana como un medio para alcanzar sus fines partidistas. La falta
de voluntad se evidencia en el hecho de que para la tiranía se está viviendo
una circunstancia de guerra revolucionaria y actúa en consecuencia y la mud-fa como
observa el conflicto en función de intereses partidistas busca atenuar lo que
entienden por conflicto mediante la obtención de cuotas de poder a expensas de
la sociedad venezolana. Por ello, para negociar entonces hay que apaciguar. Apaciguar
es crear las condiciones de posibilidad para que un grupo sin poder ni
legitimidad se aproveche de una situación ventajosa. Es esperar en una calma
que precede la tormenta obtener beneficios sin que lo afecte el acontecimiento.
Desde esta perspectiva de la negociación la preocupación del presidente
encargado es el tiempo. No en los días por venir a pesar del riesgo de un desenlace
político que se puede materializar en una escalada de violencia, una nueva diáspora
o ambas, sino cuando tenga que entregar la presidencia de la asamblea y
consecuentemente la presidencia encargada en enero del próximo año. Si bien ya
hay una negociación tras bastidores, se están generando las condiciones para
una negociación abierta y en esas circunstancias el partido que logre obtener
la presidencia de la asamblea en el año 2020 será el que conduzca la
negociación y probablemente una transición gatopardiana. Esa es la estrategia
de la mud-fa. En esa estrategia, el presidente encargado es un instrumento. La pregunta
que surge es:¿seguirá el presidente encargado siendo instrumento de la mud-fa o
actuará en función de los venezolanos?
Una ayuda internacional
directa en este caso es un estorbo para la mud-fa e implicaría una organización
político-militar que no están dispuestos a realizar a la brevedad e implicaría también
un cambio de paradigmas que se opone a su visión pretoriana de la política y
sus intereses a corto plazo. Por ello estamos viviendo una gigantesca manipulación
para apaciguar que persigue convertir la potencia de la sociedad venezolana en
un nuevo rebaño como aconteció en el año 2017[6]. El apaciguamiento
persigue alargar el tiempo de una manera suficiente para reducir la capacidad
de maniobra de EE.UU. en vista de la campaña electoral que se avecina, es
decir, se busca detener el proceso de escalada. El apaciguamiento se observa en
el hecho de que la mud-fa no sigue el mismo ritmo de escalada de las sanciones
internacionales que se están instrumentando contra la tiranía. Por ello creemos
que el apaciguamiento va a actuar como un boomerang contra la mud-fa debido a
que la inacción ni las limitaciones no producen resultados. Esto nos pone de
nuevo en el foco militar, es decir, en el tema de la reinstitucionalización militar
como expresión de una nueva política militar, teniendo presente que el
conflicto venezolano es político, no es militar. Lo militar es un medio de la
política.
La reinstitucionalización de
la fanb supone la instrumentación de una política militar que no repita los
errores que condujeron a los acontecimientos de 1992, 1998, 2014-2019 y permita
a su vez usar a los militares para producir un efecto político. Pero si se
considera la amnistía en sí y el papel que ha jugado la comisión de seguridad y
defensa de la asamblea nacional, al menos, desde el año 2015, indica que esta
política militar no ha existido ni ha sido pensada por la mud-fa más allá de
los discursos de buenas intenciones. Vista así las cosas el foco militar se
presenta como una maniobra para justificar el apaciguamiento.
Una política militar, y en
general, una política de seguridad y defensa debería partir de la consideración
y/o al menos discusión, en primer lugar, de un concepto estratégico nacional y
militar que contrarreste la concepción de la guerra popular prolongada presente
en el concepto estratégico militar de la fanb (al menos desde el año 2012), en
segundo lugar, el establecimiento de una estructura de fuerzas, de seguridad
ciudadana y de inteligencia, etc acordes con un nuevo concepto y, en tercer
lugar, desarrollar esa política militar. Sobre eso ya se debería estar actuando
convenientemente. Esta política militar dentro del marco de la seguridad y
defensa tiene que ir más allá del paradigma pretoriano que ha existido en el
país al menos desde el año 1913. Esto nos lleva a examinar la concepción de lo
militar por la tiranía y por la mud-fa.
La
reinstitucionalización militar como expresión de una política gatopardiana.
La tiranía está consciente
de que la utilidad de la fanb se está agotando. Por ello está apelando a la
milicia, grupos paramilitares (farc, eln, fbl, colectivos, etc.) y la ayuda
internacional (Cuba y Rusia). Para mantener la cohesión interna dentro de su
aparato coercitivo la tiranía apela al terror, es decir, la relación
premio-castigo no existe y amenazan a los miembros de la institución armada con
provocar un daño intolerable que se puede extender a sus familiares directos. En
fin son un medio. En cambio, la mud-fa ofrece una amplia impunidad frente a
violaciones sistemáticas de la constitución y otra serie de delitos enmarcados
en la legislación nacional e internacional vigente. Eso es una muestra de
debilidad y de desconocimiento del medio militar. El problema es que este
ofrecimiento se hace de acuerdo con un paradigma anterior al año 1998 y nos llevó
a este estado de cosas frente a una estructura normativa posterior a ese año
que garantiza una parcialidad política que sería reforzada por esa impunidad.
Frente a la situación de
tener que decidir entre diversas formas de daño, un militar, dentro de una
perspectiva temporal, opta por lo menos perjudicial. La tiranía conoce esta
psique y asume que los militares tienen dignidad porque valoran su capacidad de
hacer daño y por ello los aterrorizan para forzarlos a actuar de acuerdo a sus
intereses. La mud-fa cree que los militares no tienen dignidad y por ello creen
que los pueden comprar. Por ello es que no se va a producir un ‘quiebre’ porque
la percepción que se tiene es de subestima como ha sido históricamente.
La realidad es que un
militar opera en función de la existencia o no de una ‘fuerza superior’ para
decidir si rompe o no con un juramento. Esta fuerza superior es en todo
sentido: moral, material, etc. Si pensamos en un ejemplo, me viene a la mente
el caso francés en Siria en el año 1941 en vista de que hay sectores de la
opinión pública que piden la organización de fuerzas militares de venezolanos
en el exterior. Era una guerra civil entre la Francia de Vichy y la Francia
libre apoyada por los aliados en un territorio colonial. Los franceses de Vichy
se rindieron a una fuerza superior francesa que contaba con apoyo aliado después
de haber combatido duramente porque moralmente estaban justificados y
legalmente no podían ser considerados traidores. Esta rendición supuso a posteriori un cambio de bando,
probablemente hubo amnistías, pero todo ocurrió después de que se aplicó la
fuerza, pero se buscó preservar el honor militar como fundamento de la
capacidad combativa para poder usar a esa fuerza contra los que consideraban los
verdaderos enemigos. Es entonces un tema de honor militar que la mud-fa
subestima, quizás por desconocimiento, quizás porque las distorsiones generadas
en el año 1992 ocultaron de forma deliberada o no, la esencia del ser-militar[7]. Este desconocimiento es
lo que está haciendo que su intención de apaciguar opere como un boomerang en
su contra porque el tiempo de la sociedad venezolana no es el tiempo de la
tiranía ni de la mud-fa y muchos individuos que se pudieran estar acobijando en
la propuesta de ley de amnistía van a sembrar una semilla corrupta en un orden
futuro gatopardiano o no.
Hay muchos que dirán que en
la fanb la concepción del honor ya no existe. Les puedo decir, que en el
reglamento de marina del año 1905 todavía se contemplaba sobre todo en lo que
concierne al concepto de ‘fuerza superior’. Esto se comenzaría a diluir en el
tiempo en la medida en que la concepción de lo ‘militar’ desde la perspectiva
de la conducción política comenzó a dar paso a una visión ‘administrativa’ de
la organización armada de una manera tal que me hizo preguntar ¿qué es
ser-militar en el mundo de hoy? Pero el problema del honor, que se puede
visualizar mediante la idea del juramento como fuente de cohesión ha dado paso,
dentro de una estructura coercitiva que está fuera de la ley, a otro tipo de
lazo de unión que se ha estado sellando a expensas de la sangre de los
venezolanos[8].
Este lazo que es muy fuerte sólo puede ser roto mediante ‘una fuerza superior’.
Esto nos lleva al tema de la ayuda internacional.
La
ayuda internacional y el establecimiento de un nuevo orden político.
La falta de claridad de
objetivos con que un observador externo visualiza la realidad de la oposición
encarnada en eso que se llama mud-fa hace que las opciones para apoyar un
cambio político sean armónicas con la bruma. Ya hemos indicado que obedece a
una estrategia de apaciguamiento que se oculta en el conjunto de fuerzas políticas
que han estado interactuando a nivel nacional e internacional. Si la ‘política’
surgió como un opuesto a ‘polemos’ el riesgo de conflicto en una comunidad
siempre es permanente. En esas circunstancias no se puede oponer la
negociación, digamos en el plano discursivo, al conflicto cuando este es
desencadenado.
El conflicto en si es una
forma de comunicación y podemos decir de negociación. Al lenguaje de las armas
lo único que se le puede oponer es una fuerza equivalente. Sólo eso puede dar
paso a otro tipo de lenguaje: a una mesa de negociación y acuerdo. Siempre opera
una simetría. En una circunstancia asimétrica, como hemos vivido los
venezolanos, la tiranía ha avanzado debido a que los representantes de la
sociedad venezolana han usado la asimetría para sus intereses mezquinos. Encarar
un conflicto en un momento determinado es lo que determina o no el respeto por
el otro y eso es lo que le ha faltado a la mud-fa y por ello ha sido observada
como una organización sin voluntad política en el mejor de los casos. Nadie en
la comunidad internacional va a sacrificar vidas por unos individuos que no
están dispuestos a sacrificarse para su propio beneficio. Por ello la
estrategia de apaciguamiento actual, como pasó en el año 2014, 2016-2018, va a
generar los mismos resultados. La diferencia es que las circunstancias son
diferentes. En los venezolanos desde el año 2014 hay conciencia del conflicto y
no lo han rehuido. Sólo están esperando una conducción efectiva…
En el plano internacional,
los principales afectados de la situación venezolana entienden que la crisis
venezolana es una amenaza a la paz y seguridad regional y del propio occidente
y por ello, el hecho de considerar todas las opciones en el caso venezolano no
obedece a un acto de caridad internacional como lo propone Walzer, ni ‘la
responsabilidad de proteger’ como medio para evitar desbordamientos
humanitarios, sino para preservar sus propios intereses nacionales.
Corolario.
El regreso del boomerang por
el intento de apaciguar se va a producir. para la tiranía por tratar de ganar
tiempo, para la mud-fa por usar el tiempo que gana la tiranía para sus propios
intereses a expensas de los venezolanos y para los principales países afectados
por tratar de evitar algo que ya ocurrió y es el hecho de encontrarse en un
conflicto civil de escala continental, es decir, Colombia, por la relación
tiranía venezolana y grupos armados, Brasil y otros países vecinos por el
incremento de la diáspora venezolana y EE.UU. por el socavamiento de las bases
de su poder a escala global frente a China y Rusia.
[1] Ver al respecto: “EL RIESGO DE
UNA PARÁLISIS ESTRATÉGICA EN LA CRISIS VENEZOLANA Y EL PAPEL DE LA AYUDA
HUMANITARIA” en https://edgareblancocarrero.blogspot.com/2019/02/el-riesgo-de-una-paralisis-estrategica.html
[2] Ver al respecto: “LOS BUFONES DE
LA HISTORIA: SOCIALISMO Y COLABORACIONISMO, LA CRÓNICA DE UN RITORNELO” en https://edgareblancocarrero.blogspot.com/2017/11/los-bufones-de-la-historia-socialismo-y.html
[3] Ver al respecto: “LA DISOLUCIÓN
DE LA FUERZA ARMADA VENEZOLANA Y EL PAPEL DE LA MILICIA EN LA DEFENSA DEL
PROYECTO SÃOPAULISTA” en https://edgareblancocarrero.blogspot.com/2018/12/la-disolucion-de-la-fuerza-armada.html
[4] Ver al respecto: María Corina
Machado: "El 187.11 es la mejor protección! Hablamos a los venezolanos en
esta hora de urgencia." En https://www.pscp.tv/MariaCorinaYA/1BdxYOZwYvMGX
[5]Ver al respecto: https://twitter.com/NTN24ve/status/1113121906176163840
[6] Ver al respecto: “23E: UN NUEVO
REBAÑO PARA EL BENEFICIO DE UNA CLASE POLÍTICA DESGASTADA O UN ENJAMBRE DE
ALCANCE CONSTITUTIVO” en https://edgareblancocarrero.blogspot.com/2019/01/23e-un-nuevo-rebano-para-el-beneficio.html
[7] Ver al respecto: “EL NUEVO
SER-MILITAR VENEZOLANO EN LA NUEVA VENEZUELA REPUBLICANA” en https://edgareblancocarrero.blogspot.com/2017/06/el-nuevo-ser-militar-venezolano-en-la.html
.
[8] Ver al respecto el concepto de ‘assabiya
en: “IBN JALDÚN Y EL IMPACTO POLÍTICO DE LAS MIGRACIONES: DE MACHIAVELLI A
DELEUZE Y GUATTARI Reflexiones acerca de los procesos migratorios vistos como
armas de destrucción de alcance global” en https://edgareblancocarrero.blogspot.com/2018/12/ibn-jaldun-y-el-impacto-politico-de-las.html
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