En
un intercambio epistolar con Federico Boccanera entró a colación el concepto de
schwerpunkt. Este concepto en ese
momento lo asocie, en sentido clausewitziano, con el concepto geométrico de
fractalidad, pero este comportaba un problema debido a que se hace difícil establecer
dónde dirigir una fuerza determinada para provocar un colapso. Si bien esta
nueva manera de concebir la geometría y sus implicaciones consecuentes en lo
que concierne a sus aplicaciones en Inteligencia
Artificial[1]
representa una nueva manera de entender el espacio y todo sobre lo que de él se
erige, se hace necesario exponer estos conceptos y sus implicaciones militares
y políticas. Para ello vamos a conceptualizar sucintamente qué refiere ‘centro
de gravedad’, luego la concepción del espacio y finalmente vamos a reflexionar
acerca de cómo podría ser un punto de aplicación en una geometría no-euclideana.
Schwerpunkt:
implicaciones políticas y militares
Karl
von Clausewitz definió sucintamente ‘schwerpunkt’, que en castellano fue
traducido como ‘centro de gravedad’, como punto
de aplicación del esfuerzo militar para privar de una forma efectiva y definitiva de la
capacidad de combate a un adversario como medio para alcanzar un fin político[2].
Este punto de aplicación es el lugar a
donde debería ser dirigido todo el esfuerzo militar o de otro tipo, para
alcanzar de la manera más rápida posible el objetivo en guerra, que sería capaz
de facilitar la obtención del objetivo de la guerra. Como se puede observar, en
su acepción alemana esta palabra ‘punto de aplicación’ es activa o acusativa y
en español es pasiva o dativa por lo que su conceptualización ha presentado equívocos
cuando se ha tratado de definir de forma efectiva para realizar cualquier tipo
de acción. Este punto de aplicación,
además, hacía necesario establecer un numero de combinaciones (estructuras
organizacionales), heurísticamente hablando, que fuese pertinente para el logro
del fin político. Esto en la práctica sirvió a una misma concepción del mundo
consolidada con el establecimiento del estado-nación moderno.
Pero, el propio Clausewitz estimó que estas
combinaciones eran insuficientes debido no sólo a que su número podría resultar
infinito y difícil de ser pensado porque estas estructuras podrían ubicarse en
diferentes planos de difícil cuantificación, como por ejemplo la moral, el valor,
la fricción, la maniobra concebida, etc.; también a que la finalidad
determinada por ese movimiento de cambio estaba supeditada a una causa
determinada por la razón, es decir, un sistema referencial cuyo fundamento estaba
sostenido a partir de supuestos o condiciones determinadas que en la concepción
del mundo, a la que se hizo mención, era de naturaleza mecanicista. Por esta
causa, para el General prusiano, la posibilidad de establecer una nueva teoría
estaba justificada por el hecho que había una serie de factores presentes in bello que deberían ser tenidos en
cuentas como eran: La incertidumbre, el peligro, el azar y el esfuerzo físico
en diferentes planos de actuación[3].
Por otra parte, este punto de aplicación tenía
que ver con destruir o amenazar con destruir la fuerza militar adversaria,
tomar una parte del territorio, tomar la capital o capturar o eliminar al
conductor político y militar dentro de una estructura organizacional que
consideraba el qué desde el punto de vista político-estratégico, el cómo desde
la perspectiva estratégico-operacional y los medios en lo concerniente a los
dispositivos técnicos empleados en ese punto de esfuerzo para vencer la
resistencia del adversario. Es
decir, la estrategia entendida genéricamente como cualquier secuencia meditada
con anticipación de decisiones puntuales que persiguen el logro de cualquier
objetivo y que supone la determinación del objetivo, la concepción de maniobra
para alcanzarlo y las acciones táctica para llevarlo a cabo suponían la
determinación de un punto de aplicación
que en términos de costo/beneficios fuese lo más efectivo posible. En el cuadro
que se muestra a continuación se presenta de manera sintética esta metodología:
Pero estos objetivos obedecían a la
existencia de un paradigma que fue quebrado cuando se produjo el levantamiento
español contra Napoleón debido a que ese levantamiento en sí mismo marcó una
diferencia en lo concerniente a la concepción de la guerra y de los medios
empleados en tanto que asunto humano que explica por sí mismo la complejidad a
la cual se refirió el militar prusiano. Este levantamiento español inspiró a
Marx y Engels para pensar en perfeccionar el nuevo tipo de guerra gestado por
la revolución francesa haciendo que una estructura organizacional se adecuase a
las circunstancias políticas de la guerra. Dicho de una manera gráfica se
muestra lo siguiente
Dicho de otra manera, de un modo de planificación de
hacer la guerra basado en una estrategia de alcance político, una concepción de
maniobra que involucraba al jefe militar y la fuerza armada como un todo en el
plano estratégico-operacional y un conjunto de acciones de fuerza en el plano
táctico que suponía la existencia de una estrategia, una estrategia operacional
y tácticas, visto de forma jerárquica, se comenzó tendencialmente a pasar a un
modo de hacer la guerra donde la táctica comenzó a inundar a todos los planos
así como la estrategia y la política[4].
Esto en principio se enmarcó dentro de la concepción de la guerra
revolucionaria, pero después de un tiempo pasó a ser un modo de hacer
generalizado en la guerra que a finales del siglo XX se conoció en EE.UU. como
la Revolución de los Asuntos Militares.
Esto para nosotros puede ser visto como una ruptura
de una concepción de la linealidad concebida bajo una perspectiva euclidiana
del espacio debido a que la geometría necesaria aplicar para la toma de
decisiones (jerárquica y piramidal) en un espacio dado se basaba mecánicamente en
planos bidimensionales (y después tridimensionales) y el general prusiano
comenzó a observar que los procesos sociales se producen en espacios cuya
explicación es posible (nosotros decimos parcialmente) usando una geometría
no-euclideana. Esto nos obliga a hacer una reflexión sucinta acerca del espacio
de la guerra desde la perspectiva euclideana y no-euclideana y cómo este afecta
la concepción de la guerra y la política.
Sobre el espacio…
Sobre el espacio tenemos que tener presente históricamente
que si bien
para Heráclito el fuego y específicamente el calor fue la base espacial sobre
la cual se engendraron todas las cosas, en general, en todo caso en todo el
mundo griego y hasta el siglo XIX todos los medios utilizados para demostrar la
existencia del espacio partían de los actos contemplativos que generaron los
primeros axiomas del teorema atribuido a Euclides fundamentado en la
segmentación geométrica (Beppo, 2006:94-99 y 107)[5]. Los
postulados de Euclides, según Jammer[6],
son:
·
Se puede trazar una línea recta que pase por
dos puntos.
·
Se puede prolongar una línea recta
indefinidamente a partir de una recta finita.
·
Se puede trazar una circunferencia con centro
y radio dado.
·
Todos los ángulos rectos son iguales.
·
Si una línea recta incidente sobre dos
rectas, hace ángulos internos y de la misma parte de menores que dos rectos,
prolongadas esas dos rectas al infinito coincidirán por la parte en que estén
los ángulos menores que dos rectos” (1970:187).
Como se puede observar se
presenta una aparente contradicción entre el segundo y último axioma. Esto permitirá
pensar en espacios no-euclideanos (espacios curvos) y un sistema referencial
basado en una geometría consecuente. Los cambios de la concepción del mundo
producidos por la revolución industrial de la segunda mitad del siglo XIX
condujo a que la conceptualización del espacio siguiese una orientación física pero
se presentó el problema de pensar también si el espacio de la experiencia era o
no euclidiano. Para la solución de este problema se tomaron unos estudios realizados
unos años antes por Georg F. Riemann relacionados con la geometría
no-euclidiana. Gracias estos estudios, se llegó a una concepción del espacio vista
como un agregado de n-dimensiones[7].
Visto a la manera clausewitziana, no sólo es el choque frontal de fuerzas,
desde la perspectiva mecánica, en un espacio dado lo que podía definir una
situación, sino la maniobra, la moral, la enemistad, etc., eran elementos que
podían ‘torcer’ un espacio para facilitar la obtención de un objetivo, produciendo
un importante grado de incertidumbre para quien no los tomase en cuenta. La
geometría no-euclideana posibilitaría el desarrollo de la matemática fractal a
partir de la operacionalización y estructuración de sistemas intuitivos. Esto nos
permite introducir el pensamiento de Deleuze y Guattari.
Para Deleuze y Guattari el espacio reimanniano creó las condiciones de
posibilidad para la conceptualización del espacio en general en un proceso
histórico que en sus casos los han llevado a producir el concepto de rizomas y
fundamentar su concepto de máquina de
guerra como una estructura de relaciones a partir de los objetos fractales
de B. Mandelbrot. Estos objetos fractales de Mandelbrot fueron
definidos como un “conjuntos cuyo número de dimensiones es… no entero, o bien
entero, pero con variación continua de dirección” (2008:493-495)[8].
Es decir, son conjuntos de formas geométricas que se pueden explicar mediante procesos
matemáticos repetitivos, caracterizados, en primer lugar, por tener el mismo
aspecto a cualquier escala de observación (auto-similitud), en segundo lugar,
por tener longitud infinita, y en tercer lugar, por tener una dimensión donde
cada forma geométrica, al ser separada en partes, mantienen en una versión
reducida el todo[9].
Entre sus múltiples aplicaciones se destacan dos:
·
El análisis de fenómenos considerados como
caóticos como los movimientos de las finanzas o la moneda para evaluar riesgos
y prevenir ruinas. Desde el punto de vista social es posible determinar el
comportamiento de un mercado en un futuro teniendo presente el horizonte
temporal de una inversión y el estado psicológico de los individuos que la hacen
mediante la aplicación de una serie de reglas a cumplir a cualquier escala[10]. De
ahí que, las tendencias globales apuntan al desarrollo de sistemas
inteligentes, es decir, lo que se conoce como inteligencia artificial[11].
·
Esta Inteligencia artificial se ha expandido
a otros campos del quehacer humano. Nos interesa hacer mención al campo militar,
un campo donde se han prendido todas las alarmas.
Si bien estos usos basados
en la repetición a diferentes escalas como una forma de expresar cómo se
manifiestan las repeticiones en la naturaleza, hay un problema que no ha sido
resuelto aún y es el relativo a determinar qué es el espacio que permite que
exista repeticiones en la naturaleza. Esta dificultad fue resuelta en parte
cuando Kant colocó al espacio como una intuición pura y fundamento para la
formación de conceptos. Esto es lo que nos permitirá hablar de red de
relaciones.
El límite al cual llegaron Deleuze
y Guattari estuvo dado por la importancia que le dieron a la intuición para la
formación de conceptos[12].
Su importancia, para nuestros efectos, obedece al desarrollo de los sistemas
intuitivos capaces de determinar comportamientos a diferentes escalas siguiendo
el referente kantiano. Esta capacidad de determinar cosas mediante la Inteligencia Artificial nos coloca en la
realidad de tener que hacer frente a una capacidad de reproducir
geométricamente y de predecir nuestros comportamientos. Lo que faltaría determinar
sería el desarrollo de una Inteligencia
Artificial distribuida que ayude a procesar toda esa información y evite el
acaecimiento de acontecimientos de naturaleza azarosa[13]. Así
pues, la fractalidad es la geometría que permite reproducir el orden de la
naturaleza dentro de un espacio intuitivo. En términos político-militares se
puede observar en el control social y en campo tecnológico y organizacional.
Nos referiremos sólo al control social y el campo organizacional[14].
Como medio de control social
la tiranía en Venezuela no está en capacidad de aplicar la inteligencia artificial para ejercer control sobre toda la
sociedad. Sin embargo, ha adoptado una forma de acción que opera en varios
niveles: en el más básico, primer nivel,
se apoya en la caotización de la vida de cada venezolano mediante la
manipulación del tiempo y del hábitat (racionamiento de agua, luz, comida,
moneda, combustible, transporte, etc.) y la exacerbación de la inseguridad
(legal, política, salud, etc.). Ello se expresa en la dificultad de que podamos
mantener una vida seriada, es decir, nos han reducido la capacidad para
construir nuestro futuro[15].
En un nivel superior, segundo nivel,
se encuentran los que de alguna u otra manera han podido, con severas limitaciones,
mantener un cierto grado de autonomía. Y en el último nivel, tercer nivel, se encuentran los que no
están afectados por la caotización deliberada. Sobre este grupo es que la
tiranía ejerce su acción política mediante sistemas inteligentes artificiales o
no. Estos tres niveles no se corresponden necesariamente con los estratos
sociales básicos de una sociedad sino más bien con el grado de dependencia que
mantiene un individuo con respecto al Estado. La forma de acción por medio de
la cual ejercen control está basada en el mantenimiento del empobrecido ambiente
de vida en que estamos sometidos que puede provocar miedo y angustia y expresa,
en sí, fenómenos como la diáspora y el terror mediante la aplicación de daños a
los que amenacen el orden (muerte no esperada o soledad no deseada).
La capacidad de eliminar las
restricciones que impone la tiranía para operar especialmente en el segundo nivel representa para nuestros
efectos un potencial punto de aplicación
de cualquier esfuerzo de neutralización como veremos más adelante, debido a que
los individuos ubicados en ese nivel son los capaces de provocar cambios
políticos.
Desde la perspectiva
organizacional militar operativa la tiranía ha establecido una organización
fractal para hacer frente a una forma de organización, digamos, convencional de
naturaleza geométrica estructural euclideana que fue definida en un proceso
decisorio político-estratégico. Esto dificulta el establecimiento de un punto de aplicación, como lo indicamos,
y nos coloca en el dilema clausewitziano, es decir, el de determinar cuál es el
punto de aplicación de un poder
político en operaciones de fuerza debido a que esa estructura posee tantos
centros críticos o nodales (digamos centros
de gravedad) como los indican las repeticiones (REDI, ZODI, ADI…). Desde
una perspectiva gráfica estos puntos de aplicación suponen, en diferentes
planos, diferentes estrategias y tácticas que deben estar articuladas para que
el efecto sea multiforme en función de un mismo objetivo como aconteció, por
ejemplo, con la ofensiva Tet,
Sin embargo, esta estructura
al ser una reproducción de la naturaleza (social), su sola existencia depende
de un plano de referencia que permite el establecimiento de un sistema de
coordenadas o cadenas de functores que dependen de su variabilidad o
invariabilidad que se determina, a su vez, por el grado de actuación (y digamos
control) que mantienen sobre el ambiente. Estos functores son una especie de
vectores mecánicos que penetran en un ambiente determinado previamente como
adecuado permitiendo con ello dibujar el plano de referencia para intervenir (vegetar,
es decir, parasitar) y permanecer el mayor tiempo posible. Federico Boccanera
ha usado el término antifragilidad. Esta antifragilidad la observo, desde esta
perspectiva, como un modo de ser adaptativo que debe ser entendido dentro de
unos márgenes dados. Es decir, como expresión de la naturaleza un parásito o
digamos más bien una estructura parasitaria no puede ser colapsada debido a que
los fragmentos pueden reorganizarse y mantenerse. Aquí se evidencia su carácter
adaptativo.
Para la solución de este
problema, creo que el ambiente, en este contexto, debe ser suprimido del mismo
modo en que se combate a un parásito. El ambiente, en este caso es un cuerpo,
un cuerpo social. Con ello afirmo que el punto
de aplicación del esfuerzo (centro de gravedad) no es el parasito en sí
sino el ambiente que hace que se mantenga. Provocar un cambio de estado en el
ambiente tendente a suprimir las condiciones de vida del parásito harán
inútiles las potenciales acciones que pudiesen realizarse desde cada fracto. La
supresión en sí puede significar para la estructura parasitaria la neutralización,
eliminación, aislamiento o huida a otro ambiente más seguro. Podemos decir, por
ejemplo, que las sanciones, al estar basadas en la lógica de la contención, en
cuanto a la supresión que se ha logrado es baja, es decir, entra en los
márgenes del principio de adaptabilidad a no ser que en el espacio contenido se
inocule algo que limpie el ambiente. Esto nos coloca en la necesidad de
determinar cuál o qué es el espacio para nosotros.
Para determinar cuál es un
espacio vamos a partir de un ejemplo. El espacio estadounidense está delimitado
geográficamente, sin embargo, el ambiente que permite a EE.UU. ser no depende
del hábitat que permite a sus ciudadanos desenvolverse sino de su valor de
cambio. Es decir, el espacio estadounidense está determinado por el lugar donde
se transa con su valor de cambio. Dicho de forma más gráfica: donde se transa
con dólares, está la justicia estadounidense. Este es el sentido de ser de un
cuerpo en un hábitat. Así pues el valor, en sentido negativo o positivo
determina para nosotros el espacio. Su importancia obedece a que ello nos
permite reflexionar acerca de lo que podría ser qué es espacio para nosotros
porque a partir de allí se va a poder entender mejor qué es el ambiente.
La consideración del
ambiente nos coloca en el plano del control social indicado previamente.
El miedo, la angustia y el
terror creemos que constituyen los elementos que conforman el plano de
inmanencia reproducido que permite a la tiranía sostener el ambiente que
permite a su vez que se sostenga el plano de referencia de la opresión. Estos
elementos impiden, en parte, la ejecución de acciones políticas en el ambiente
social debido a que la caotización de la vida produce un efecto paralizante. En
el pasado reciente afirmé que si hemos podido hasta el presente sobrevivir al
caos estamos también en condiciones de generar caos[16]. Este
es el sentido de la máquina de guerra
que creemos puede construirse. Pero ahora considerando no sólo lo indicado en
el pasado, sino la estructura parasitaria que se ha erigido podemos pensar en
los puntos de aplicación del esfuerzo
para la refundación de la república generando caos de manera direccionada.
Los
puntos de aplicación en una geometría no-euclideana en Venezuela.
Un parasito no se puede destruir
destruyendo el ambiente o una de sus partes. Como lo que da vida al parásito es
el flujo que crea o del que se nutre, entonces es a través del o los flujos que
se debe actuar para purgar (expulsar) o limpiar (neutralizar) y eliminar sus
efectos dañinos. El objeto es dañar las condiciones para que lo que hace daño
no lo siga haciendo sin dañar el ambiente o mejor dicho hábitat. Para dar un
ejemplo, cuando un organismo se enferma una inyección, un brebaje, una pastilla
introduce dentro del flujo de un cuerpo algo que restituye el equilibrio. Si
los flujos están contenidos cualquier antígeno va a tener un efecto de mayores
proporciones. El asunto depende de la determinación de la naturaleza del flujo
y de la característica del parásito en cada fracto. En nuestro caso están
determinado por la cadena del valor, es decir, la cadena que produce valores,
la estructura de imposición y su organización operativa. Esto es lo que
constituye el sistema de referencias.
La estructura o cadena del
valor está conformada por puentes y atractores que forman núcleos que se forman,
a su vez, por las pérdidas marginales que se producen en un cuerpo que permiten
a los parásitos generar enlaces[17]. Estos enlaces conforman
o redireccionan los flujos produciendo los niveles de afectación a los cuales
se hizo mención, es decir, los niveles de control social. En el tercer nivel se
encuentran los puentes y los atractores: los puentes son los que colaboran (y cohabitan)[18]
y producen las mediaciones (a lo interno y en lo interno-externo) y los
atractores son los que imponen los flujos de acuerdo a una estructura
organizacional[19].
En el caso venezolano, los actractores tienen también una estructura de
mediación que ha estado siendo diezmada efectivamente sólo a partir de este año
2019. Esta estructura constituye los fractos. Estos fractos no han podido
evolucionar en estructuras más complejas y consistentes debido a su naturaleza
parasitaria. Como se puede observar entonces, los puntos de aplicación se encuentran a diferentes escalas y están
representados por los puentes y los atractores. Este es el campo de aplicación
de una máquina de guerra operando en enjambre.
A pesar de lo indicado
corresponde realizar un ejercicio teórico de determinación más precisa que debe
empezar por la definición del espacio visto como estructura de relaciones donde
se alojan los parásitos y tener como horizonte los elementos constitutivos de
lo que debería ser la Nueva Seguridad Republicana (NSR) debido a que el cuerpo
social venezolano se extiende más allá del territorio al igual que la
estructura parasitaria. De igual forma, habría que considerar los principios
por medio de los cuales opera un antígeno y el espacio donde opera. Si se
considera el espacio un cuerpo, en nuestro caso social, la operación del
antígeno es simultánea en todo el espacio, es multidimensional, omnidireccional
y opera a bajo costo porque se sirve el propio fluido corporal.
[1] Sobre este tema ver: Fernández Peñuelas (2019). “La amoralidad de los
algoritmos” en https://www.filco.es/la-amoralidad-de-los-algoritmos/
[2] Sobre este concepto, ver entre otros: Gniesko, C. (2017) “El centro de gravedad, su evolución y el
estado del arte en los Estados Unidos de América”. Military Review https://www.armyupress.army.mil/Portals/7/military-review/Archives/Spanish/Online-Exclusives/Gniesko-a.pdf y Díaz, F. (2005). “Los Conceptos de “Centro de Gravedad” y
“Centro del Esfuerzo” y su Empleo en la Determinación de Objetivos en la
Estrategia Conjunta” en http://revistamarina.cl/revistas/2005/6/diaz.pdf
[3] Ver al respecto: BLANCO, E (2016). De
la Guerra y la Paz: Una perspectiva Hermenéutica. Riga. Editorial Académica
Española. 376 p
[4] COUTAU-BÉGARIE, H. (1999). Traité
de Stratégie. (2da ed.). Paris. Editorial Económica. Instituto de
Estrategia Comparada. 1005 p.
[6] JAMMER, M. (1970). Conceptos de
Espacio. México. Editorial Grijalbo. T. D. Cazes).
[7] OMNÈS, R. (1996). Filosofia da
Ciência Contemporânea. Sâo Paulo. (T. R. Leal). Editora UNESP. 320 p
[8] DELEUZE, G y GUATTARI, F. (2008). Mil
Mesetas. Capitalismo y Esquizofrenia. 8º éd. Valencia. (T. J. Vásquez y U.
Larraceleta). Editorial Pre-Textos. 522
p.
[9] Ver al respecto, GONZÁLEZ,
V y GUERRERO, C. (2001). “Fractales: fundamentos y aplicaciones. Parte I:
Concepción geométrica en la ciencia e ingeniería”. México. UANL. Revista
Ingenierías Vol. IV, N° 19. Pp. 53-59.
[10] Ver al respecto: ITURRIAGA,
R. y JOVANOVICH, C. (2014). “Fractales, Economía y Empresa”. Chaco. Revista UNNE-TRIM 7. Pp 05-23.
[11] Ver al respecto: BADMINTON, N.
(2016). "Artificial intelligence
and the evolution of the fractal economy”. [Documento en Línea]. Disponible: https://techcrunch.com/2016/12/04/artificial-intelligence-and-the-evolution-of-the-fractal-economy/
[12] Sobre este tema hay otros autores que han tratado de seguir la misma
estela dejada por Deleuze y Guattari. Sobre ellos, ver: Blanco, E. (2016). Ontología de la Guerra. Crítica de los
conceptos de guerra en las obras de Hardt y Negri. Caracas. Editorial
Rivero-lanco. 476 p
[13] En lo concerniente a la Inteligencia Artificial este es un campo que
se ha orientado a cuatro aspectos básicos: la resolución de problemas, la
representación del conocimiento y sistemas basados en el conocimiento, el
aprendizaje automático y, la inteligencia artificial distribuida. Sin embargo,
en la actualidad existe la preocupación de que esta podría comportar peligros
para la humanidad debido a la posibilidad de que los sistemas de inteligencia
artificial puedan tener comportamientos con consecuencias no deseadas en un
ambiente dado. Otro aspecto de este desarrollo que también ha sido considerado
y quizás intuido por Deleuze (1999) en el post-escrito acerca de las sociedades
de control es que el desarrollo de capacidades para comprender el enjambre
humano gracias al aprendizaje automático hace a este enjambre predictible
reduciendo la posibilidad de un acontecimiento azaroso y limitando al ser
humano en su devenir en el sentido que la estructura que soporta la
inteligencia artificial podría ser vista como un dispositivo que podría
materializar la existencia efectiva de una sociedad de control. Este hecho
podría hacer factible la predicción o la generación de acontecimientos como
parte de un dispositivo regulador del enjambre, trayendo como consecuencia que
más que un enjambre, la humanidad se comporte como un rebaño. Ver: DELEUZE, G.
(1999). Conversaciones. Post-scriptum
sobre las Sociedades de Control. Valencia (T. J. Pardo). Editorial
Pre-Textos. 349 p.
[14] En el campo tecnológico
militar ver al respecto: Artificial Intelligence en https://www.rand.org/topics/artificial-intelligence.html
[16] Ver al respecto: CAOS,
ORDEN Y ESTRATEGIA DEL ENJAMBRE en http://edgareblancocarrero.blogspot.com/2018/06/caos-orden-y-estrategia-del-enjambre.html
[17] Esta marginalidad puede ser natural o artificial: natural referida a
una falla que se genera por uso o desuso y artificial por una imposición. En
este caso mantener la estructura de la renta es una forma marginal impuesta.
[18] Aquí se puede observar fácilmente
que estos puentes están constituidos por aquellos que se han beneficiado de la
tragedia del país y se presentan como opositores.
[19] En nuestro caso estos
atractores se identifican con la tiranía conducida por el foro saopaulista.
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