Las gigantescas acciones de
protestas realizadas por los venezolanos en el año 2017 fueron manipuladas,
direccionadas y apaciguadas para materializar un propósito: que los autores de
estas operaciones lograran su supervivencia política en función de intereses
privados y partidistas. La manipulación y el direccionamiento de las
manifestaciones anularon la potencia restauradora del orden roto, al menos
perceptivamente a finales de marzo de 2017, mediante una disipación de la
fuerza contenida por los protestantes a través de dos medios: el desgaste y el
engaño, es decir, domesticaron la indignación neutralizando su capacidad
destructiva convirtiendo a la multitud en un rebaño en contraposición a la
potencia constitutiva de un enjambre que en muchos momentos de esas protestas
estuvo presente.
La población venezolana fue
llevada como un rebaño en los años 2014, 2016 y 2017 para favorecer un proceso
de negociación que sólo benefició a los negociantes. Los venezolanos en este
contexto fuimos sacrificados. La conciencia de esa perfidia realizada de manera
seriada y sistemática provocó una estampida que se materializó en una
gigantesca diáspora dada la imposibilidad de encontrar una salida a una
situación cada día más desesperante. Pequeña en el año 2014 e inconmensurable a
partir del año 2017. No obstante, a inicios del año 2019 se produjo un cambio
de circunstancias con un alto potencial de generar un cambio político que ha sido
percibido por la gran mayoría de los venezolanos.
Este cambio percibido más o
menos de la misma manera por esa gran mayoría, al parecer, no fue producto de
un hecho intencional y en la percepción no hubo una mediación que dirigiese los
sentimientos de los venezolanos como ocurrió en el año 2017. Esto nos lleva a
analizar este cambio de circunstancias y valorar si debemos comportarnos de
nuevo como un rebaño.
El
cambio de circunstancias.
Los venezolanos hemos vivido
una serie de acaecimientos ocurridos entre 05 y el 11ENE2019 y días
subsiguientes que han representado un cambio de circunstancias desde el punto
de vista político después que el presidente de la asamblea nacional (PAN)
expresara su voluntad de aplicar el artículo 233 de la constitución nacional y
se convirtiera, al efecto, en un auctoritas
situacional[1].
Este cambio de circunstancias que ha sido percibida por la mayoría de los
venezolanos como una oportunidad para crear las condiciones de posibilidad de
establecer un nuevo orden político, también ha sido percibida como una
oportunidad para que la clase política desgastada y encarnada mayoritariamente
por los dirigentes de los partidos que se agrupan en lo que se denomina frente
amplio (fa), que ha colaborado de
forma directa e indirecta con la tiranía asumiendo estructuras similares en el
pasado, recupere su papel de mediador frente a una posibilidad cierta de cambio
político.
Esta percepción de la clase
política desgastada e histórica ha dado paso a episodios como el acontecido en
Maracaibo donde se pretendió usar la figura convocada por el PAN para subrepticiamente
reaparecer como protagonista de otro episodio donde las palabras ‘negociación’,
‘dialogo’ más allá de una transacción parecería ser un medio para pasar la página
de actos reconocidamente delictivos como Odebrecht, Derwick, pdvsa, arco
minero, operaciones cambiarias, etc. que les permitiría resucitar políticamente
a expensas de los venezolanos[2]. Si bien ese conato de
protagonismo, que en su momento fue rechazado, ya no representa ninguna
amenaza, es la punta del iceberg de la compleja trama de negociaciones tras
bastidores que se ha estado produciendo que expresa en sí mismo un complejo
proceso de reacomodamiento político en el rio revuelto que se ha convertido la
realidad nacional. La complejidad se evidencia en el tiempo que se le está
cediendo a la tiranía para preparar sus medios de respuesta para garantizar su
supervivencia en el poder.
Los reacomodamientos en sí
indican de suyo la necesidad de mostrarse frente y conducir un rebaño que pueda
ser usado, como aconteció en el año 2016 y 2017, para que la clase política se
mantenga en el juego de la representatividad sin representados, y la conciencia
de esa debilidad tanto de esos individuos agrupados y escondidos en la fa así como el rechazo de la mayoría de
los venezolanos nos enfrentan al siguiente dilema: volver a ser parte de un
rebaño de acuerdo con la convocatoria del 23 E, para que una dirigencia pasada
siga usufructuando de un orden agotado o comportarse como un enjambre donde
cada individuo opera conforme a su naturaleza, desde una perspectiva liberal (y
de acuerdo a sus potencialidades constitutivas), y potencialmente sea capaz
operando en conjunto, es decir, co-operando, crear las condiciones de
posibilidad de superar el orden de la tiranía y las prácticas políticas del
pasados que nos lanzaron a este precipicio. Como hemos visto ya, un rebaño no
le ha hecho daño suficiente a la tiranía, más bien han logrado usarlo para
evitar un enjambre.
Rebaño
o Enjambre.
Un rebaño presupone la
existencia de un poder que lo trasciende y lo conduce. El concepto de ‘masa’ es
aproximadamente su correlato político. En estas condiciones ese poder, que en
nuestro caso lo representa el denominado fa,
pretende usar la fuerza del rebaño para oponerla a la tiranía que controla la
cápsula donde está contenido a pesar de que no ha mostrado en veinte años ni
ahora la potencia ni interés para provocar un cambio del sistema político. La
intención de esta agrupación que reúne los restos de la clase política del
pasado no es más que permanecer en el juego. Sin embargo, así como ellos han
percibido una oportunidad de supervivencia política, los venezolanos hemos
visto la oportunidad de salvar al país. Esta convergencia de percepciones
obliga a los venezolanos a mostrar su fuerza de manera diferente para hacer del
23E el momento de mostrar su potencia de cambios frente a la fa exigiendo, a su vez, la concreción de
la disposición hecha manifiesta por el PAN y mostrar la voluntad de cambios
frente a la tiranía no sólo como un rebaño para cumplir un requisito formal,
sino también como un enjambre que no pueda ser manipulado.
Dicho de otra manera una
demostración, como se pretende realizar hasta ahora, sólo sirve para mantener
inutilizado un potencial para la acción. Parafraseando a Víctor Hugo sería como
afirmar que la fuerza de una concentración proviene de una suma de
inutilidades, es decir, para mostrar el deseo de producir un cambio político
mediante la asistencia a ‘una’ concentración (que se puede reproducir en todo
el país y sigue siendo ‘uno’) tengo que inutilizarme para que otros, los
organizadores en tanto que representantes, se beneficien de alguna u otra
manera del evento a partir del uso de unos ciudadanos que sólo se sienten
representados por un individuo que manifestó un deseo aun no concretado de
asumir la conducción de un cambio político aun con una finalidad no aclarada.
Pero sí tenemos presente que
el acto que se pretende realizar el 23E es político, no podemos seguir
rigiéndonos con las mismas reglas que nos condujeron a esta ruinosa situación,
de ahí que resultaría más conveniente que la asistencia a ese evento tenga la
intención de conformar un enjambre, es decir, sea expresión de ‘una’
congregación de individuos no inutilizados que constituyan una multiplicidad
que actúe de manera tal que cree las condiciones de posibilidad para comenzar a
provocar una parálisis estratégica en la tiranía y produzca una fractura en la
estructura que sostiene a ese sistema perverso. Sobre los modos de iniciar ese
proceso ya hemos expresado ideas que pueden servir para ello[3].
Así pues, el 23E para que
tenga sentido debe ser una demostración contra la tiranía, una protesta contra
la clase política desgastada enmascarada en el fa y una exigencia al PAN como auctoritas
situacional para que asuma sus responsabilidades. Como el objetivo general
es producir el cambio político mediante el cumplimiento de esos tres objetivos
específicos, la estructura de acción del enjambre debe estar dirigida a la
ejecución de acciones individualizadas (tareas delimitadas) que dañen a la
tiranía de forma multidimensional y omnidireccionalmente siguiendo el principio
del mínimo riesgo.
[1] Ver al respecto: “AUCTORITAS
SITUACIONAL, MULTITUD Y COLAPSO SISTÉMICO” en: http://edgareblancocarrero.blogspot.com/2017/11/auctoritas-situacional-multitud-y.html
[2] Ver al respecto: @yasmincnunez (18/1/19
10:16) en “1) Ojalá y lo q pasó en el “Cabildo Abierto” de Maracaibo sirva de
escarmiento a los politiqueros. La ciudadanía tiene claro que no acuden para
recibir un mitin de Manuel Rosales, sino para respaldar al diputado Guaidó para
que asuma él, y solo él, la presidencia interina de Vzla.”.
[3] Ver al respecto: “CAOS, ORDEN Y
ESTRATEGIA DEL ENJAMBRE” en: http://edgareblancocarrero.blogspot.com/2018/06/caos-orden-y-estrategia-del-enjambre.html , “SEGURIDAD CIUDADANA Y
ESTRATEGIA DEL ENJAMBRE” en http://edgareblancocarrero.blogspot.com , “T. E. LAWRENCE Y LA
ESTRATEGIA DEL ENJAMBRE” en http://edgareblancocarrero.blogspot.com/2018/01/t-e-lawrence-y-la-estrategia-del.html
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