miércoles, 22 de junio de 2022

CONCIENCIA ACUÁTICA: Plano de inmanencia de los venezolanos para el uso sustentable y sostenible de los espacios acuáticos

 

1.-     Introducción

La conciencia acuática es una expresión cuyo devenir se inició en la alborada del siglo XXI viviendo en consecuencia un importante proceso de conceptualización cuyo fin ha sido no sólo el de alcanzar una efectiva consistencia en el plano de inmanencia que en sí constituye el pensamiento, sino también sea expresión concreta del devenir de los venezolanos en tanto que productores de sí mismo y de sus medios para la vida. En este contexto, asumimos la expresión ‘acuático’ desde la perspectiva del ciclo del agua que envuelve a todos los seres vivos que habitamos en este mundo. Esta expresión de ’conciencia acuática’ fue conceptualizada originalmente por Pedro González Caro (2006), como

“la sumatoria de las representaciones simbólicas elementales (expectativas, conocimiento, sentido de pertenencia, identidad, entre otras) relacionadas a los Espacios Acuáticos de nuestra geografía, con las que la media de los venezolanos se interpreta a sí mismo, dentro de las coordenadas tempo espaciales que dan sentido a su accionar social”[1].

Estas representaciones que entendemos intencionalmente como la consecuencia de la relación recíproca de los venezolanos con dichos espacios que se ha materializado en la expresión de conciencia acuática ha sido la concepción de La Venezuela Azul, que fue definida místicamente por O. Mendoza como

“un concepto marcado por un signo el color ‘azul’ que refiere religiosidad, infinitud, contemplación, serenidad y acción, cuyos contornos consideran los espacios [acuáticos] como unas raíces que se insertan en el territorio continental y convoca su uso, su conocimiento, su mantenimiento y la esperanza como expresión cultural”[2].

Esta frase, al igual que la desarrollada por González Caro, indica una intencionalidad que como signo y significado remiten a un origen que mezcla lo mundano y lo divino, a una historicidad[3] y a una identidad derivada de ese origen que se remonta a la confluencia de tres civilizaciones acuáticas: la hispánica, la africana y la aborigen[4]. Estos tres últimos aspectos indicados refieren la existencia de dos criterios: uno de verdad y otro de identidad que debemos tener muy presente. Finalmente, la Directiva Estratégica del Instituto Nacional de los Espacios Acuáticos 2021-2025: El Horizonte de la Venezuela Azul (DESINEA 2021-2025) elaborada por el Instituto Nacional de los Espacios Acuáticos (INEA) define la conciencia acuática como

“El conocimiento del pueblo de las dimensiones físicas, posibilidades y recursos existentes en todos los espacios acuáticos; así como la convicción popular de la importancia de su aprovechamiento sustentable...”

Agregando, además

“Cualidad sobre el estado de conocimiento y experiencias vinculados con los espacios acuáticos, permitiendo una valoración sobre su importancia en la propia supervivencia y en la sustentabilidad de su desarrollo”

Como se puede observar en esta conceptualización la intencionalidad del concepto apunta a llenar un vacío a través del conocimiento y experiencias conscientemente adquiridas del uso de los espacios acuáticos. A este punto estamos entendiendo como experiencia el efecto de algo que sale del interior de cada quien, para probar, intentar o arriesgar frente a las cosas del mundo para luego interiorizarlo.

Estas diversas orientaciones nos permiten examinar los dos criterios de verdad e identidad presentes en el concepto de conciencia acuática desarrollado por el INEA para determinar su consistencia. Para tal fin vamos a analizar el concepto de conciencia acuática desde una perspectiva conceptual, seguidamente vamos a valorar el concepto de conciencia acuática siguiendo el criterio de verdad antes indicado y finalmente vamos a valorar dicho concepto desde el criterio de identidad. Con esta estrategia metodológica creemos que podremos establecer en el plano de inmanencia que en sí constituye el pensamiento, de acuerdo con Deleuze y Guattari, el acontecimiento de transapropiación que permitirá a los venezolanos usar de forma sustentable y sostenible los espacios acuáticos.

1.-     El concepto de conciencia acuática de DESINEA desde una perspectiva metafísica

El concepto de conciencia acuática nos obliga inicialmente a conceptualizar el concepto en tanto que concepto y la conciencia acuática como experiencia consciente y estado mental conscientemente experimentado en función de una intención espacialmente determinada.

Un concepto es un objeto, una entidad que puede ser eterna es autorreferencial, de difícil representación y se define por su consistencia. Como elemento último de todos los pensamientos, Gilles Deleuze y Félix Guattari definen el concepto desde tres perspectivas que examinaremos a continuación.

En primer lugar, un concepto tiene componentes basados en otros conceptos, y se definen por ellos y remiten a problemas que sólo pueden ser aislados y comprendidos en la medida en que son solucionados[5]. Desde esta perspectiva, la conciencia acuática posee dos conceptos básicos que operan como símbolos de las significaciones: ‘conciencia’ y ‘acuático’ y remite a un problema que, como dijimos, expresa una carencia en cuanto a desconocimiento y uso. La conciencia tiene dos lecturas: por una parte, “reconocimiento de algo, sea de algo exterior, como un objeto, una cualidad, una situación, etc., sea de algo interior, como las modificaciones experimentadas por el propio yo” que podemos relacionarla con la comprensión, el conocimiento observado desde la prehensión del espacio y la significación y sentido desde diferentes ángulos de análisis como el aprovechamiento del mismo así como la seguridad de los usuarios y, por la otra, “Conocimiento del bien y del mal que permite a la persona enjuiciar moralmente la realidad y los actos, especialmente los propios” que permite entender la carencia antes señalada como mala y el uso como bueno desde un autojuicio desde diferentes enfoques: del autocontrol, la valoración y autovaloración, la responsabilidad ante la sociedad y la concientización[6].

Estas dos lecturas apuntan a la realidad entendida desde el plano de la carencia que se expresan por la falta de utilización de un espacio y las acciones que intencionalmente promueve para eliminarla, es decir: ‘conocimiento y experiencia’ y ‘convicción’ y ‘valoración’. El conocimiento y la experiencia apuntan al espacio físico en sí y las actividades que se realizan desde una perspectiva política, estética, económica, psicológica, etc., en lo que concierne a la comunidad como un todo. La convicción y la valoración están relacionados con el fuerte convencimiento de la necesidad de acrecentar el uso de los espacios acuáticos como medio para que cada venezolano pueda satisfacer libremente sus necesidades y pueda hacerlo en mejores condiciones, es decir, pueda considerar la existencia de valores establecidos mediante una acción específica que no suprimen nuestras libertades y podamos valorar desde una perspectiva que no sea arbitraria y esté en consonancia con el resto de la comunidad política llamada Venezuela en función de sus deseos y aspiraciones[7]. Sobre esto volveremos más adelante.

En segundo lugar, para estos autores un concepto tiene tres componentes: primero, un mundo posible, que remite a una historia que en nuestro caso abarca más de cinco siglos e incluye una costelación que comprende tres civilizaciones (europea, aborigen y africana) y a una lógica modal que hace de esta historia una espiral de movimiento y progreso que incluye las detenciones y retrocesos, y evidencia en estos últimos doscientos años un devenir, segundo, un rostro existente que establece un contorno que remite a un espacio abstracto[8], los espacios acuáticos, en tanto y en cuanto el hombre sólo puede estar en él mediante el uso de plataformas adecuadas a tal fin y refiere los ríos, los lagos y los mares hasta la milla náutica 12,1 que nos separa de un tercer Estado y, tercero, un lenguaje que permite desocultar lo que hay en el pensamiento y la experiencia en función de la existencia de un espacio con significados, es decir, los espacios acuáticos que en nuestro caso en particular se sintetiza bajo una expresión retórica, la Venezuela Azul, por medio del cual, a través de otro concepto se busca intencionalmente establecer una relación de correspondencia orientada a lograr que, cuando se nombra el concepto simbólico se produzca el efecto deseado, esto es, la producción de sí mismo en y para los espacios acuáticos. Teniendo presente esta visión simbólica señalamos en el pasado reciente que la Venezuela Azul es una expresión ideal que apunta a la proyección de los venezolanos en los espacios lisos (siguiendo el concepto desarrollado por Deleuze y Guattari) desde una perspectiva espiritual y material[9]. Esta forma simbólica ha buscado, por una parte, conectar los espacios acuáticos con la conciencia del venezolano y, por la otra, recuperar el fundamento trascendental acuático de nuestro origen que permitió la territorialización del espacio que hoy constituye Venezuela.

En este sentido Jairo Bracho, en su novela Muana Ïmajana. El Alma de la Sombra[10], nos desvela el mito Matakabi relacionado con la capacidad de entrar en la nada, el vacío o lo absoluto a través de la palabra en tanto y en cuanto la palabra es el medio que nos conecta con lo divino y con los espacios acuáticos como seres-en-y-para-los-espacios-acuáticos desde una perspectiva originaria. Pero la conexión entre los aspectos humanos y divinos que refieren a un origen lo desarrollaremos en el siguiente parágrafo. Sólo nos interesa mostrar aquí cómo conceptualmente hay un anclaje ontológico que nos permite contar con un fundamento sobre el cual podemos pensar conciencialmente desde un origen plenamente determinado.

Finalmente, en tercer lugar, un concepto es el contorno, la configuración y la constelación de un acontecimiento por venir que en nuestro caso se expresa en la puesta en ejecución de la DESINEA, en primer lugar, a través del incremento de la formación en calidad y en número de la gente de mar y de todos aquellos venezolanos que participan y participaran en las actividades conexas relacionadas con el mundo acuático, en segundo lugar, el fomento de los usos de los espacios acuáticos mediante la promoción de la conciencia acuática y, finalmente, la promoción de la protección del medio acuático en términos de sustentabilidad y sostenibilidad. Como se puede observar aquí, la orientación estratégica nacional apunta a la formación y la promoción, sin embargo, falta un aspecto observable en el plano axiológico desde los ángulos ético, estético y religioso que timológicamente, entendida como un positivo impulso vital generador del movimiento y de la agitación[11], empujen a los venezolanos al emprendimiento, es decir, se lancen a los espacios acuáticos observando este acto como un valor que debe ser asumido y practicado. Sobre el tema del valor volveremos en el siguiente parágrafo por la relación existente entre valor y verdad desde el ángulo de la conciencia acuática.

Desde la perspectiva fenomenológica de la experiencia consciente, consideramos que acaecen actos de esa naturaleza en los espacios acuáticos, como por ejemplo la sensación oceánica[12], pero como estos no son suficientemente percibidos por la comunidad política la DESINEA persigue aumentar dichos actos en cualidad y cantidad con el fin de hacer esta experiencia plena y beneficiosa para los venezolanos. Sin embargo, David Chalmers (1999) expresó que existe una brecha explicativa entre la experiencia consciente y el plano físico donde esta acaece y, aunque hay una sistemática interrelación entre ambas, creemos que la conciencia constituye la superación de lo físico en los términos que ya hemos analizado como reconocimiento de algo y como conocimiento del bien y del mal, desde el mismo momento que las propiedades fenomenológicas son ontológicamente independientes de las propiedades físicas[13]. Sin embargo, como veremos más adelante vamos a apelar a las pasiones como vehículo de comunicación.

Si consideramos ahora la posibilidad de emitir juicios sobre los espacios acuáticos desde una perspectiva territorializada hasta la no territorializada se tiene que en el primer caso el juicio se produce por desconocimiento y el segundo porque nos encontraríamos ubicados en el plano kantiano de lo sublime, o sea de inconmensurabilidad, que puede generar sentimientos de admiración, de rechazo y/o de temor-terror[14]. En ambos casos estamos considerando que los espacios acuáticos poseen algunas propiedades fenoménicas que pueden ser observadas como propiedades básicas del mundo, es decir, vientos, corrientes, etc., que pueden derivar en otros fenómenos previstos o imprevistos que entran en un plano psicofísico porque explican cómo las propiedades fenoménicas que se traducen en sensaciones y sentimientos dependen de las propiedades físicas del espacio.

Este enfoque, que entendemos como naturalista, plantea, por una parte, que todo lo que acaece es una consecuencia de la existencia de una red de relaciones cuyos componentes poseen propiedades y leyes básicas que afectan al conjunto de los miembros que la integran, y, por la otra, esta concepción es compatible con el estadio de desarrollo de la física moderna. Desde esta perspectiva, la conciencia es solo otro fenómeno natural que en lenguaje spinoziano es producto de la relación de sensaciones y sentimientos desde la trinidad entorno-cuerpo-mente por lo que lo físico, en nuestro caso, nuestra relación con el espacio acuático, y lo fenoménico, es decir, la experiencia consciente que de él se deriva, son dos aspectos diferentes de una misma naturaleza. Sin embargo, viene la pregunta crucial que da sentido a este ensayo: cómo inclinarnos por algo, es decir, los espacios acuáticos, si lo hemos experimentado conscientemente muy poco. Creemos que ello es posible por dos vías: una parte de la máxima spinoziana de que lo que es útil para el hombre es el hombre mismo que en sí misma es un acto del entendimiento de acuerdo con el filósofo neerlandés de un objeto intencional de un estado mental que existe dentro de la propia mente y no tiene por qué corresponder a un objeto externo a ésta con lo cual una política establecida institucionalmente entra dentro de este ámbito[15], y la otra parte proviene de los estudios neuronales que nos pueden reconectar con nuestros propios orígenes a partir del grado de desarrollo de la física cuántica vista como una caja de probabilidades donde acaecen infinitas interacciones en millonésimas de segundo[16]. Es decir, nuestra mente es influida por el mundo que nos rodea y esta influencia la utiliza para ordenar o poder guiar la acción que es transmitida al cuerpo o a alguna parte de éste. Según Galíndez, la mente señala

“el camino para que se ejecute la acción, pero no en forma desordenada, sino de acuerdo a la idea, que se forma con la inteligencia que poseen, entre otras partículas, los electrones que sensorialmente han sido influenciados por el medio debido a la conciencia de la realidad y que junto al resto de las micropartículas o partículas cuánticas que forman la materia, reciben millones de señales que luego permiten construir las ideas transmitidas por el sistema neuronal a través de los neurotransmisores. Es decir, se reciben sensorialmente las señales, se convierten en ideas y luego son transmitidas por el pensamiento de acuerdo a la conciencia de la realidad, por el sistema neuronal para que se ejecute la acción” (2007:25-26).

Aquí observamos cuánticamente, desde la perspectiva spinoziana, que una infinidad de sensaciones que podemos circunscribir al entorno acuático, se convierten en sentimientos que pueden ser tristes o alegres en un contexto de unidad que se expresa en una multiplicidad capaz de ser percibida desde una visión ‘emergentista’ fundamentada en la existencia de un origen, como examinaremos seguidamente. Si bien no está claro cómo se produce la conciencia en esta totalidad a través de estas interacciones, creemos en la multiplicidad de percepciones y de la unidad del sentimiento que de ella se genera y creemos también que esta unidad es espacial y temporal y su recurrencia genera hábitos y recuerdos.

Esta visión en sí misma es monista desde el mismo momento que considera la realidad de forma unificada, es decir, considera la mente como expresión de un fenómeno que es consecuencia de la fisiología y su interacción con el entorno. Si consideramos la importancia que revisten para la humanidad los océanos y el ciclo del agua como un todo podemos entender que esta unidad es acuática: el agua es fuente de vida. Dentro de esta forma de monismo podemos encontrar el denominado como ‘emergentista’ que considera que los procesos mentales son efecto de la existencia de sistemas neurales en los organismos dotados de un sistema nervioso desarrollado y complejo capaz de recibir percepciones múltiples. En lo concerniente a los procesos mentales humanos el medio de interacción es físico y sociocultural. Así pues, los procesos mentales, en general, emergen de un origen y tienden a la conformación de una conciencia, en principio, unificada y, que creemos tiende a ser integral luego de haber seguido, por una parte, un largo proceso evolutivo (filogénesis) que se produce por saltos y, por la otra, un desarrollo individual (ontogénesis)[17].

La relación entre procesos mentales e interacción con el medio físico, en nuestro caso acuático, y sociocultural nos indica la existencia de vínculos entre la conciencia y la cognición que se expresa en las practicas que se desarrollan en el entorno específico para perseverar en la propia existencia. Según Chalmers esta relación es sistemática con lo cual, la naturaleza de la cognición es fundamental para la explicación de los estados de conciencia debido a que a través de ella es que podemos captarla. La importancia de esta afirmación obedece a la carencia a la cual hemos hecho mención, es decir, en la relación recíproca de la experiencia consciente y la cognición las fallas en la cognición han impedido una experiencia plena y las fallas en la experiencia plena ha dificultado la cognición. Desde esta perspectiva comenzamos a observar que estas fallas están relacionadas con la virtud, entendida como conatus, para usar los espacios acuáticos. Dicho de otra manera, falta el timo que vitalmente impulse al emprendimiento o producción de sí.

Al aspecto fenoménico del estado mental que expresa el carácter cualitativo de la experiencia consciente consiste en un modo de sentir que es sólo introspectivamente accesible. Según Chalmers, este estado mental consciente “ligado a una sensación cualitativa, una cualidad asociada de experiencia” se denota con la palabra latina ‘qualia’ (1999:26). Desde esta mirada, en tanto que experiencias en primera persona en un espacio y un tiempo determinado podemos decir que cada una tiene un carácter cualitativo diferenciado que sentimos como por ejemplo el dolor, el sabor, el sonido, el color, u otros que generan tristeza o alegría y son procesados por la mente en un único campo unificado como estados (procesos, eventos, entre otros conceptos) que son cualitativos y subjetivos que nos permiten hablar de conciencia en términos fundacionales.

Así pues, la cualitatividad, la subjetividad y la unidad podemos entenderla como tres aspectos diferenciados de la esencia de la conciencia. Junto a esta conciencia se agrega el timo o conatus para impulsar a un individuo o a una comunidad a ser-en-los-espacios-acuáticos. Es pensar cómo desarrollar un qualia acuático que ayude a expresar lo bello, lo bueno y lo verdadero que poseen los espacios acuáticos de una manera trascendente como fundamento de una conciencia unificada e integral, así como el mito de las nereidas dieron seguridad, bienestar y sosiego a los usuarios de los espacios acuáticos a partir de una experiencia consciente que de individual se fue haciendo colectiva. La trascendentalidad a la cual hicimos mención persigue intuir la unión profunda con la totalidad de todo lo que percibimos. Un ejemplo de quaila acuático, en este contexto, se produjo cuando las bulas alejandrinas permitieron a españoles y portugueses colonizar, comerciar y evangelizar a través de la exclusividad del uso de los espacios acuáticos.

Así pues, si se tiene presente que el concepto de conciencia acuática es intencional, apunta a la solución de un problema que se traduce en bienestar, seguridad y sosiego para los venezolanos, la conciencia acuática la observamos como una experiencia consciente unificada, un qualia que produzca una metamorfosis que entendemos como una forma de concienciación que buscamos sea integral de modo que nos permita de forma atemporal tener presente nuestros orígenes y nuestro futuro de una manera a-perspectiva. Siguiendo a Erick Del Bufalo, la metamorfosis es “un cambio de forma empírica según la incesancia del devenir de la conciencia” (Llanes, 2020:110)[18] que, en nuestro caso, busca una reterritorialización de los espacios acuáticos.

Finalmente, reinterpretando a Jean Gebser, podemos decir que la conciencia es la capacidad de sondear aquellas interconexiones que nos constituyen en un acto continuo de integración y dirección que nos permte observar y actuar con funciones reguladoras. Dado que la conciencia está sujeta a las metamorfosis que va transfiriendo una presencia originaria predada al hombre, expresa con cada nueva transformación que esta presencia de origen se realiza y se concreta a través de él. Así pues, la conciencia es una intensidad capaz de integrar las diferentes metamorfosis en su totalidad en el hombre y está fundada en esta presencia de origen que es una conciencia cosmica que Gebser denominó experiencia radical (1949 [1985]:204)[19].

Consecuentemente, Hannah Arendt en La vida del espíritu planteó que, el gusto es la fuente para la conformación de un sentido común que puede crear las condiciones de posibilidad de construir un tejido originario que fundacionalmente genere un orden político estable[20]. Desde este enfoque, lo bello puede contribuir a generar lo bueno y lo verdadero desde una perspectiva originaria. Esto nos lleva a considerar lo bueno y lo verdadero en la conciencia acuática.

2.-     La verdad y la conciencia acuática

El aspecto axiológico considerado intencionalmente nos coloca en el plano de la ética y de la praxis que observamos desde un enfoque fenomenológico estrechamente relacionadas en tanto y en cuanto contribuye a desarrollar o promover aquello que denominamos qualia acuático como fundamento para la creación de las condiciones de posibilidad para que cada venezolano pueda perseverar en su propia existencia en mejores condiciones. El ‘valor’ como fundamento de las concepciones de la existencia y el mundo se caracteriza objetivamente, desde este ángulo de análisis, en nuestro caso, en el hecho de que el uso de los espacios acuáticos es valioso porque es una incontable fuente de recursos y un medio de comunicación que le otorgan al mismo un carácter benéfico y utilitario[21]. Desde este ángulo de análisis, la verdad del valor está en los beneficios que se pueden obtener del uso, es decir, en la medida en que los espacios acuáticos vayan dando cumplimiento a su condición valorativa de la cual se parte teniendo presente que la realidad del valor es el valer y que la ‘verdad’ en el sentido teleológico en que la estamos usando está referida a la realidad de nuestros espacios acuáticos.

Como la teleología correspondiente a la valoración y a las cosas reales es lo que los agrupa racionalmente, la razón materializada en la DESINEA pasa a constituir el a priori teleológico que, desde un enfoque moral, establece un criterio de valoración con los espacios acuáticos desde el mismo momento que la acción ejecutada sobre el mismo es tenida por buena posibilitando la generación de un movimiento simpático de aunamiento en torno al uso de los espacios acuáticos. Desde este ángulo de análisis la razón se constituye en uno de los fundamentos del devenir de los venezolanos porque orienta y promueve en un horizonte experiencial consciente los hábitos y potencialidades prácticas y desoculta, trayendo de nuevo al presente, una parte de nuestro origen haciendo del pasado una especie de co-presente. Aquí se está teniendo también en cuenta que la racionalidad de la acción política que se ha emprendido en torno al DESINEA también considera los afectos, los hábitos y otros aquellos factores que pudieron o pudiesen haber sido impuesto y se realimentan con la praxis del presente que impiden el resurgimiento del quaila acuático venezolano. Por ello, se ha establecido en la citada directiva que actuar bien es usar los espacios acuáticos y este actuar debe ser expresión de un salto disruptivo como lo señaló Jean Gebser, un acontecimiento como lo expresó Martin Heidegger o un milagro como lo llamó Hannah Arendt. Actuando bien, es decir, usando efectivamente los espacios acuáticos, se recupera y se readquiere el conjunto de hábitos y disposiciones anímicas (el timo), es decir, aquellas experiencias que fueron conscientes y ocultadas deliberadamente o no, que unificará e integrará simpáticamente el modo de ser-acuático venidero de los venezolanos permitiendo que cada uno persevere en su propia existencia en mejores condiciones.

Esta es la naturaleza de la promoción del qualia acuático que desarrolla la DESINEA en relación con la conciencia acuática en la medida en que el desarrollo de los usos de los espacios acuáticos es entendido como un fin absoluto en términos ético-normativos, a los que los venezolanos conscientemente deben adherirse y deben sustentarse los fines que se establezcan de manera individual y colectiva como sujetos éticos, de modo que simpáticamente la congregación de las energías psíquicas de cada experiencia consciente referidas a los espacios acuáticos puedan dotarlos de una nueva identidad integral, subjetiva y viviente que contenga, a su vez, la totalidad de la memoria acumulada y no segmentos de ella como ha sido hasta el presente. El fin de la DESINEA, en este contexto, actúa en la comunidad venezolana como el proyecto unificador integral en función del cual se podrían aunar las voluntades de los venezolanos, midiéndose con ello la contribución que hace cada uno, en función de la experiencia consciente adquirida, en términos de su aproximación al fin común dirigido a que cada venezolano desarrolle en los espacios acuáticos una capacidad productiva a partir de su quaila acuático como modo de expresar una eticidad que moralmente garantice una duradera solidaridad orgánica de la comunidad política denominada Venezuela[22].

Teniendo presente lo antes indicado si bien es cierto que el criterio de verdad que estamos basándonos es el de utilidad y, en cierta medida, el de correspondencia, la verdad podemos entenderla también desde otros cuatro puntos de vista: como revelación, como coherencia, como basada desde un momento originario y como desocultamiento permanente. La verdad como utilidad la entendemos a partir de un benéfico, sustentable y sostenible uso de los espacios acuáticos y la verdad como correspondencia la hemos establecido teleológicamente como un fin último a través de la correlación del ‘valor’ y la ‘eticidad’. No nos vamos a detener en ambas debido a que existe abundante material acerca de las potencialidades de los espacios acuáticos venezolanos[23]. Vamos a examinar el resto de criterios de verdad que hemos indicado.

La verdad como una revelación en relación con los espacios acuáticos fue de alguna manera desarrollada por Mendoza (2020) a partir de la mística judeo-cristiana desde un enfoque ontológico y epistemológico teniendo como plano de inmanencia el ‘azul’ del concepto de Venezuela Azul. Es de advertir que la investigación realizada por este autor tiene aún la tarea pendiente de ser difundida y discutida. En este ensayo nos hemos propuesto analizar esa mística desde otra perspectiva espiritual. Desde nuestra línea discursiva podemos entender la mística como una actividad espiritual que aspira a conseguir la unión o el contacto del alma con la divinidad a través de la experiencia consciente mediante el uso de los espacios acuáticos. Aquí se incluye también la cruzada emprendida por Jiménez Rattia.

En este sentido, la tesis de Jean Gebser nos permite observar la espiritualidad desde otro enfoque. Este autor en su obra “Ursprung und Gegenwart” (Origen y Presente) la humanidad ha pasado por tres grandes etapas espirituales (Op. Cit.): La primera es la imperspectivista, la segunda es la perspectivista, y, finalmente, la tercera, es la aperspectivista. La imperspectivista corresponde con la antigüedad y hasta la edad media. Se caracteriza por la falta de perspectiva, cosa que se demuestra en la historia de la pintura. La segunda etapa es la perspectivista. Está caracterizada por el descubrimiento de la perspectiva en el renacimiento. Y la tercera, la a-perspectivista que es consecuencia de un proceso discontinuo, una metamorfosis producida a través de un salto cualitativo que está produciendo, a su vez, la superación de la perspectiva, o dicho de otra manera de la positividad, en el sentido que se puede observar en un objeto todas las perspectivas antes indicadas a la vez[24]. Aquí debemos aclarar dos cosas: la primera es que esta metamorfosis puede ser entendida, como lo hemos estado indicando, como una creación ex nihilo, como "la aparente" aparición a partir de la nada, que pudiera muy bien asociarse con el acontecimiento en sentido whiteheadano, heideggeriano o deleuzoguattariano puesto que solo el espíritu podría ‘sacar de la nada’ algo y, la segunda, que los saltos cualitativos a los que se hizo mención son saltos cuánticos y tienen que ver con los cambios que ha tenido históricamente la conciencia. Esta etapa espiritual a-perspectivista es la que se encuentra actualmente en proceso de constitución. La verdad revelada desde este enfoque perspectivista obedece a que la posibilidad de observar al mismo tiempo origen y presente expresa una forma de armonía que nos conecta con una nueva espiritualidad. La creciente devoción en el país de la advocación de la Virgen del Valle, patrona de los marinos, es una manifestación de lo expresado que permite asociar lo acuático con lo divino como verdad revelada.

La verdad como coherencia debemos observarla desde el concepto de decoherencia cuántica, es decir, desde la consideración del hecho que los venezolanos viven dos realidades distintas: por una parte, en una escala molecular o particular en la cual desde el punto de vista onto-epistémico coexisten o se oponen entre sí desde una perspectiva contraintuitiva en lo concerniente a pensamiento y la producción de medios para su subsistencia y, por la otra, en una escala molar donde el estado exhibe un comportamiento clásico sin los efectos contraintuitivos característicos de la mecánica cuántica. Desde la perspectiva acuática la decoherencia se observa a nivel molar en la dependencia del país de los espacios acuáticos para su supervivencia y el poco uso que históricamente se ha hecho en dicho espacio a pesar de ser parte integrante del espacio geográfico nacional y a nivel molecular o particular en los óbices y deficiencias que han impedido de forma deliberada o no que los venezolanos desplieguen sus potencialidades en ese espacio.

Como dos de los principios de la decoherencia es la interferencia y la superposición vamos a examinarlos a continuación. La interferencia se produce por la infinidad de intencionalidades y de acciones que acaecen dinámicamente en relación con las actividades que finalmente se ejecutan en los espacios acuáticos, desde la perspectiva de un observador, haciendo que se proyecte en la mente la realidad distorsionada en forma de espejo, es decir, una fantasía en función de lo representado y, la superposición se expresa probabilísticamente en la ocurrencia de los estados antes mencionados, es decir, en el molar y en el molecular de forma simultánea y sucesiva que generan una realidad bifurcada entre lo que se piensa y decida y lo que se hace[25].

Así pues, la verdad es la resultante de percibir intuitivamente una realidad a partir de la consistencia, la coherencia histórica y la no-ambigüedad en relación con las actividades que efectivamente se realizan en los espacios acuáticos[26]. Como este criterio está asociado a la correspondencia, debemos tener presente que los saltos a los cuales hemos hecho mención más atrás sólo permiten visualizar la coherencia si se observa como un proceso de evolución espiritual de acuerdo con nuestra línea discursiva. En nuestro caso la percepción de la realidad y la praxis consecuente debe abarcar de forma coherente a los espacios acuáticos.

La verdad como consecuencia de un pacto originario nos remonta a los orígenes de la venezolanidad como punto de confluencia de dos visiones del mundo en términos perspectivisticos siguiendo los criterios de Gebser: una carente de perspectiva (imperspectiva) como la de las tribus originarias como se puede observar estéticamente en los petroglifos hallados en Venezuela (aquí hay que incluir también a las razas africanas traídas por la fuerza) y otra perspectivista, que encontramos, por una parte, en la cultura hispánica de talante renacentista, barroca e ilustrada y, por la otra, la republicana de talante positivista y moderna. El paso de la visión carente de perspectiva a la perspectivista se produjo cuando se consagró un sentido común como consecuencia de la necesidad de defensa del espacio durante la Guerra del Asiento en el año 1743[27]. Creemos que este fue el momento fundacional y originario de la venezolanidad puesto que fue la base para que la comunidad política pudiera adecuarse al cambio de circunstancia político que significó la invasión napoleónica de España a inicios del siglo XIX a pesar de lo cruento que fue nuestro proceso independentista. La ruptura que significó el salto independentista produjo una desconexión con el mar a pesar de que fue en el lago de Maracaibo y seguidamente en Puerto Cabello donde se concretó la independencia venezolana.

Así pues, como experiencia consciente acuática la verdad, desde una perspectiva originaria, se asienta en el hecho de que hacia el mar se produjo la expansión caribe, desde el mar se produjo la conquista y colonización, desde el mar se inició y posibilitó la independencia venezolana (expediciones mirandinas y de los Cayos) y desde el mar han provenido las principales amenazas a la república (diplomacia de cañoneras, bloqueo naval de 1902-1903, guerra submarina en las costas venezolanas de 1942-1944, entre otras). Estos momentos han acaecido tanto en la fase imperspectivista como en la fase perspectivistica. Ahora bien, nosotros hemos hablado de una conciencia unificada e integral que nos reconecte de nuevo con los espacios acuáticos y en esta integralidad hemos incluido los criterios anteriores de verdad para lograr una mayor consistencia y amplitud en lo que entendemos por conciencia acuática como fase previa para establecer un nuevo marco de espiritualidad. Gebser consideró esta conciencia unificada e integral como un campo. Vamos a examinar ahora qué él entiende por campo.

Según Jean Gebser el concepto de campo está asociado con el juego de acontecimientos significativos que marcan la traza del despertar cósmico en un orden de la naturaleza dado. A este estado de despertar el autor lo denominó conciencia integral o cósmica[28]. Esta conciencia se basa en la percepción y la denomina Wahrnehmung (tomando la verdad)[29]. La palabra ‘campo’ aquí indica entonces percepción atemporal dentro de una estructura de diferenciación temporal que incluye las percepciones perpesctivisticas mencionadas. Preferimos usar la palabra ‘fracto’ como veremos a continuación. Para observar lo expresado con mayor claridad imaginemos la obra ‘Guernica’ de Pablo Picasso. Cada fracto es una imagen diferenciada, pero co-presente junto con otras imágenes dentro de la estructura de percepción en un mismo tiempo y espacio, es decir, el campo perceptivo se articula a través de los fenómenos perceptivos diferenciadores. Esta diferenciación perceptual permite observar lo presente, lo pasado y lo futuro de forma atemporal y simultánea. Esto puede observarse en clave spinoziana como el tercer nivel de conocimiento que es el conocimiento intuitivo o el conocimiento de Dios. Ese momento intuitivo que es discontinuo y atemporal es lo que entendemos como despertar de la conciencia, en nuestro caso conciencia acuática, conciencia integral u ‘origen’ como paso previo a una nueva forma de espiritualidad. Esta integración que Gebser denominó transparencia en un estado de conciencia aperspectivistica puede ser observado como una apertura integral o cósmica en las mismas circunstancias observadas por Mendoza a través de su exégesis de la Venezuela Azul (Op. Cit.).

Así pues, este estado de conciencia integral es a-temporal, a-posicional y a-local, pero a su vez se produce dentro de un movimiento cósmico que en clave spinoziana es la armonía con el todo. Según Gebser, el que pueda observar este ‘presente’ en términos espirituales “habrá superado la confusión de nuestra época y verificará la realidad más grande y decisiva del todo…” que para él son ambas cosas: Origen y presente. Gebser introdujo además la noción de presentiation, es decir, el hacer presente las diferentes estructuras perspectivisticas de la conciencia antes mencionadas de forma transparente como forma de expresión de lo espiritual (Op. Cit.:428). Esta toma de conciencia y aceptación de las diversas estructuras nos permite vivir a través de las diferentes estructuras en lugar de ser sometido por ellas ("vivido por" ellas en alemán) como más adelante volveremos a partir de la tesis desarrollada por Martin Heidegger. Esto nos lleva finalmente al plano de la cognición.

La verdad es un proceso de desocultamiento permanente en tanto y en cuanto la realidad es estructuralmente dinámica. Desde esta orientación podemos hablar del acontecimiento de la verdad y consecuentemente que la verdad es producto de la conjunción de una relación recíproca que abarca la superación de la experiencia consciente y la cognición como expresión del surgimiento y/o resurgimiento del quaila acuático en lo relativo al uso creciente de los espacios acuáticos para nuestro propio beneficio.

El desocultamiento en sí mismo es, siguiendo a la exégesis realizada Heidegger de los fragmentos de Heráclito, un proceso armónico de ensamblaje que produce el surgir de aquello que envuelve y es ocultado (1944:182)[30]. Desde este ángulo interpretativo podemos decir que los espacios acuáticos fueron ocultados a los venezolanos desde el mismo momento que se produjo la ruptura con España manteniendo más o menos el mismo estado de cosas existente antes de la independencia de forma fragmentada.

El surgir en este contexto es descubrir lo oculto y lo envuelto que los griegos pensaron como el ‘ser’ y a través de la DESINEA  se busca recuperar, y la naturaleza (Physis), entendida a partir de su esencia relacional, es la armonía, el ensamble, “[la que] toca al todo del ente como el desenvolver ensamblador y el [disponedor] que despeja y decide” (Ibid.:184) y está haciendo que se recupere el equilibrio armónico en la relación con los espacios acuáticos que originalmente tuvieron los venezolanos. Lo que se opone a la palabra ‘ocultar’, en este orden de ideas, es Legei, es decir, descubrir, desocultar, dejar aparecer permaneciendo contenido en la unidad originaria del ensamble (Ibid.:199). El medio que hace posible el desocultar, el descubrir, el dejar aparecer es la techné.

La techné es la referencia que concierne a todo producir en el sentido del fabricar humano, es decir, es la que hace que podamos orientarnos en lo desoculto a partir de la experiencia consciente y en los modos de alcanzar, de poseer y de cumplir lo desoculto, lo verdadero. Si correlacionamos lo verdadero con la palabra “saber”, entendida en un sentido amplio, entonces la techné es una especie de saber que ilumina, que da “claridad”, por tanto, reinterpretando a Heidegger, esta techné la podemos asociar con las palabras ‘acabamiento’ y ‘habilidad’ (Ibid.:226), que nos permite asociar también lo verdadero con la experiencia consciente desde un enfoque unificado e integral dirigido al ser-acuático venezolano. Conocer, consecuentemente es desocultar lo oculto o lo ocultado en relación con los espacios acuáticos en un proceso permanente en función del fluir de la realidad.

Los criterios de verdad antes examinados, en conjunto con la experiencia consciente y el proceso permanente del desocultar constituyen el plano de inmanencia que permite pensar en un qualia acuático venezolano y en el impulso vital, el timo, el conatus que hace este acontecimiento posible. Este acontecimiento nosotros lo denominamos identidad que analizaremos a continuación.

3.-     La identidad acuática

La conciencia unificada e integral acuática constituye, para nosotros, el paso previo necesario para la conformación de la conciencia integral en el sentido que nos ha indicado Gebser y como veremos en el sentido indicado por Heidegger. La causa de esta afirmación está relacionada con el desarrollo que hace del concepto de sentimiento oceánico freudiano. Gebser lo reinterpretó como un registro acústico del recuerdo “del mar primigenio - y por lo tanto del alma primordial - y del sonido del nacimiento” (Op. Cit.:326) que entendemos como acuático otorgándole al mismo una reminiscencia mítica en términos de una forma de pensamiento estructuralmente circular que según este autor se encuentra originalmente en el pensamiento heracleitiano: "Para las almas es muerte convertirse en agua; para el agua es muerte convertirse en tierra. Pero de la tierra viene el agua y del agua, [el] alma" (Op. Cit.:251-253). En esta frase podemos observar la armonía de la cual hicimos mención de la mano de la exégesis heracleitica heideggeriana. Este carácter circular fue lo que le permitió a Gebser hablar ya no de sentimiento oceánico sino de pensamiento oceánico.

Ahora bien, el paso del pensamiento circular, que también encontramos en nuestras civilizaciones originarias, al pensamiento perspectivista fue en un momento de transición que en nuestro caso tuvo formalmente en el año 1743 un momento culminante cuando se pudo hablar de un sentido común unificado. Sin embargo, desde el momento independentista hemos estado haciendo loop’s o ciclos que han impedido que superemos ese estadio de conciencia. Creemos que igual sucede con la humanidad en una escala más amplia. De ahí la importancia de la completud y la actualización como formas de integración de la conciencia. La forma en que esta se debe expresar es mediante la ‘verificación’, concepto que para Gebser tiene un alcance más amplio al abarcar tanto el sentido de percibir y constatar, siguiendo un criterio verdad que hemos ya deducido de manera general, como el de consentir la verdad en términos de valoración (Ibid.:272). Verificar, en este contexto, es un integrar a través del cual “el origen que pone su huella en el todo deviene presente percibido”, es decir, es la forma de realización de la estructura de conciencia integral que presta al mundo aperspectivo una realidad transparente (Ibid.:300). Nosotros hemos descrito esta forma de realización bajo los criterios de coherencia histórica, consistencia y no-ambigüedad. Nos interesa examinar ahora la naturaleza del salto hacia la conciencia integral porque nos va a permitir expresarnos en términos de identidad y, consecuentemente, de identidad acuática.

Martin Heidegger nos ha indicado que el principio de identidad mira hacia delante y hacia atrás como de cierta manera fue desarrollado por la DESINEA, es decir, esa institución miró para atrás para orientar a los venezolanos en el presente y el futuro cercano. Nosotros hemos ido más lejos pensamos en un origen y un presente dentro de un contexto transicional de la conciencia. Ahora este principio de identidad el autor alemán lo relacionó con la palabra ‘mismidad’, esto es, que cada ser mismo es “consigo mismo lo mismo” representando el ‘con’ una mediación, una vinculación o una síntesis que refleja la unión en una unidad consigo mismo (1990:63)[31]. La ‘mismidad’ de acuerdo con este autor está relacionada con la ‘mutua pertenencia’ en lo que concierne a pensar y ser que nosotros correlacionamos con los espacios acuáticos desde la perspectiva de la unidad, nexus o conexión entre el ‘pensar’ como conciencia acuática y ser-para-los-espacios-acuáticos siguiendo los criterios de verdad antes examinados. Aquí estamos partiendo, siguiendo al pensador alemán, de la máxima parmenideana de que “lo mismo es… percibir (pensar) que ser” (Ibid.), en el sentido que estamos considerando que el venezolano debe ser expresión de esta relación de correspondencia.

Esta relación de correspondencia es para dicho autor solo y necesariamente experimentable a través de un ‘salto’, es decir,

“la brusquedad de la vuelta sin puentes al interior de aquella pertenencia que es la primera en conceder la mutua relación de hombre y ser, y, con ello, la constelación de ambos. El salto es la puerta que abre bruscamente la entrada al dominio en el que el hombre y el ser se han encontrado desde siempre en su esencia porque han pasado a ser propios uno del otro desde el momento en el que se han alcanzado. La puerta de entrada al dominio en donde esto sucede, acuerda y determina por vez primera la experiencia del pensar” (Ibid.:79).

Este salto debe ser visto en un doble sentido: es el que conduce al ‘origen’ de acuerdo con nuestra línea discursiva y permite traerlo al presente bajo un nuevo estado de conciencia que hemos denominado, siguiendo a Gebser, a-perspectivista. Pero la ocurrencia de este salto tan esperado no se ha producido por una doble causa: la existencia de un dispositivo que impide que podamos liberar todas nuestras potencialidades y un contexto de dominación y aceleración que ha impedido la unidad entre el pensar y el ser-acuático. Este dispositivo que para Giorgio Agamben es

“todo aquello que tiene, de una manera u otra, la capacidad de capturar, orientar, determinar, interceptar, modelar, controlar y asegurar los gestos, las conductas, las opiniones y los discursos de los seres vivos” (2011:257)[32]

Heidegger lo llamó originalmente ‘aparato’ y después lo denominó techné en un sentido amplio para denotar aquello que “el hombre proyecta y que finalmente le obliga a decidir si quiere convertirse en esclavo de su plan o quedarse como su señor” (Ibid.:81). Para evitar lo primero y pensar en lo segundo a través de la mutua correspondencia entre pensar y ser producido a través del ‘salto’, Heidegger lo denominó acontecimiento de transpropiación que entendió como un sobreponerse al mero dominio de la composición [de la techné] para llegar a un acontecer más originario (Ibid.:89). Este acontecimiento de transapropiación que denominó ‘ereignis’ es “el ámbito en sí mismo oscilante, mediante el cual el hombre y el ser se alcanzan el uno al otro en su esencia y adquieren lo que les es esencial…” (Ibid.), en términos de mutua correspondencia desde un enfoque originario.

Heidegger expresó que “la identidad tiene que ver mucho, si no todo, con el Ereignis” en la medida en que la ‘pertenencia’ indicada en la expresión ‘mutua pertenencia’ tiene preeminencia sobre la palabra ‘mutuo’. Como para él la esencia de la identidad es una propiedad del acontecimiento de transpropiación, el ser-acuático-venezolano tiene su lugar, junto con el pensar, en esa quaila-acuática que impulsa “una identidad cuya esencia procede de ese dejar pertenecer mutuamente” desde un enfoque originario (Ibíd.91). Desde este ángulo de análisis el pensador alemán consideró la identidad como un rasgo del ser al que se llega a través de un salto que es el acontecimiento de transpropiación que nosotros estamos orientándolo a los espacios acuáticos como paso previo para la obtención de una conciencia integral, a-perspectivista. De ahí concluyó que

En el camino que va desde el principio entendido como un enunciado sobre la identidad, hasta el principio entendido como un salto al origen de la esencia de la identidad, el pensar se ha transformado; por ello, mirando de frente la actualidad, pero pasando su mirada por encima de la situación del hombre, ve la constelación de ser y hombre a partir de aquello que los hace propios el uno del otro, a partir del acontecimiento de transpropiación. Suponiendo que espere a nuestro encuentro la posibilidad de que la composición, esto es, la provocación alternante de hombre y ser en el cálculo de lo calculable, nos hable como el Ereignis que expropia al hombre y al ser para conducirlos a lo propio de ellos, habría entonces un camino libre en el que el hombre podría experimentar de modo originario lo ente, el todo del mundo técnico moderno, la naturaleza y la historia, y antes que todo, su ser (Ibid.:93).

Es como pasar de una forma de nihilidad que por su naturaleza es negativa siguiendo una lectura nietzschiana a una forma de nadidad positiva siguiendo el pensamiento de Keiji Nishitani que posibilita un nuevo comienzo[33]. Consecuentemente, lo propio, es decir, la unidad expresada como ‘lo mismo’, como mismidad, en este caso lo entendemos, en un ser, como la armonía que se manifiesta como una forma de identificación en sí mismo y en relación primeramente con los espacios acuáticos, desde nuestro enfoque, y seguidamente con el todo desde el mismo momento en que la identidad “tiene su sentido en esta ‘transpropiación’, en esta abertura en donde ser y hombre se encuentran” (Ibid.). Pero ahora podemos ir más allá. La transpropiación como expresión de identidad es el modo en que se produce la armonía integral con el universo. Esta forma de armonía nos permite volver sobre el concepto de conciencia y plantear el interrogante de cómo hacer para que esta conciencia acuática sea simpática o empática a todos los venezolanos como paso previo a una conciencia integral o a-perspectivista.

La conciencia en términos de identidad acuática podemos entenderla ahora como la capacidad de sondear aquellas interconexiones que nos constituyen y nos determinan desde una perspectiva originaria en un acto continuo de integración y de direccionamiento permitiéndonos con ello ser-en-sí-mismo como ser-acuático. En este sentido, su función iluminadora se orienta a observar y agenciar en términos de transpropiación teniendo también, como indicamos, funciones reguladoras que apuntan al incremento de la interrelación con los espacios acuáticos.

Así pues, la conciencia acuática es el plano de inmanencia capaz de integrar las metamorfosis que en su totalidad son producidas en cada salto transpropiativo que acaece en el hombre, en el venezolano. El acontecimiento de transpropiación como expresión de la identidad acuática es el momento del qualia acuático trascendente que debe ser cultivado para que los venezolanos puedan reencontrarse con sus orígenes y dar el salto necesario para hacer frente al futuro que ya está llegando. Esto nos lleva a responder el interrogante de cómo hacer para que la mayoría de los venezolanos vivan este acontecimiento de transpropiación. Creemos que es a través de los sentimientos de empatía y de simpatía entendidos como fundamentos de la moralidad desde la perspectiva de Andrés Bello que examinaremos a continuación[34].

La empatía la estamos entendiendo como la disposición que tiene una persona consciente para ponerse en el lugar de otra. En nuestro caso nos referimos a aquellos que viviendo en el litoral venezolano no ha podido ser-sí-mismo y ser-para-los-espacios-acuáticos. Desde esta óptica, la empatía es el sentimiento de identificación (o emoción, o afecto o pasión) o la disposición de identificación con alguien y compartir sus sentimientos en cualquier circunstancia y apoyarlo en caso de que estos sentimientos sean tristes en función de una incapacidad o la existencia de óbices que le impiden desplegar sus potencialidades para perseverar en su propia existencia. Así pues, este sentimiento está relacionado con la receptividad y tolerancia, la compresión y, finalmente, el apoyo solidario puesto que estamos partiendo del hecho de que el origen de cualquier acción es el sentimiento que es el móvil para ejecutarla.

La simpatía, por su parte, es entendida aquí como un principio de armonía en la conducta social que describe la experiencia de la vida común que experimenta cotidianamente todo hombre desde una perspectiva individual sin importar su condición, así como la inclinación a interesarse e identificarse con la buena fortuna de los demás, a ponerse también en su lugar y acompañarlos en su sentimiento, a pesar de no recibir ninguna retribución excepto el placer de contemplarlo (Smith, 2002:11)[35]. El principio de armonía, como se puede observar, es la constante para pensar en una conciencia acuática y una conciencia integral. La simpatía, desde esta perspectiva, fue utilizada por Smith a partir de una exégesis del pensamiento de David Hume para denotar el sentimiento de compañerismo y solidaridad ante cualquier sentimiento debido a que estos se pueden transferir a otro por la fuerza de la imaginación de quien recibe la acción (Ibid.:14). Este concepto, como ya indicamos está presente en la filosofía originaria de Andrés Bello como un fundamento pre-moral.

La simpatía, como un principio de la vida práctica, puede permitir la articulación del proceso de conformación de principios y reglas que podrían ordenar una conducta social y estructurar un tejido de identificación que comprenda los sentimientos afines de los demás hombres. Es aquel sentido común que intentó desarrollar Hannah Arendt desde la perspectiva política en la Vida del Espíritu. Este criterio, que está sometido al criterio del azar, parte de una concepción de la virtud basada en el hecho de que los hombres deben tener mucho en común con aquello que los hace en sí o aquello que hace que sus acciones merezcan aprobación. La aprobación o la desaprobación, en este contexto, se conceden a partir de la ejecución de una acción y, la aprobación de cualquier acción debe ascender hasta el sentimiento que realmente explica la acción. Como la propiedad (el sentimiento del agente) y el mérito (la calidad de un acto que el espectador imparcial consideraría digno de gratitud) son los atributos del sentimiento subyacente en toda acción, que determinan el grado de virtud de ésta, podemos observar no sólo un sentido de valor por una acción dada, sino también un sentimiento de identificación que nos permite pensar en una conciencia acuática unificada y, consecuentemente, en una conciencia integral. En esta concepción de virtud proveniente de un sentimiento es que encontramos el fundamento de la moral como expresión de la teoría del valor que hemos analizado. Esta identificación se produce gracias a

“la capacidad del hombre (como espectador) de imaginarse a sí mismo en la situación de este último (el actor), de concebir cuáles serían los sentimientos y las sensaciones que experimentaría de estar en aquella situación. Merced a esta capacidad es que puede explicarse que un hombre se encoja, sufra y emita un alarido cuando observa que otro hombre recibe un puñetazo, o sonría y llore de emoción cuando el héroe protagonista de la novela que se encuentra leyendo salva inesperadamente su vida”[36].

La simpatía, como estamos observando, está estrechamente relacionada con la imaginación puesto que ambas en su conjunto definen la naturaleza social del hombre más allá de todo egoísmo primigenio. La interacción de ambas hace que un hombre, por su propia naturaleza trascienda su propio ser y, aunque no comparta efectivamente los sentimientos de los demás, tiende a imaginarse a sí mismo en el lugar de ese otro y va a tender a participar, aunque sea indirectamente, en los sentimientos producidos por las situaciones contingentes en la existencia de los otros. Por este motivo, los hombres, por una parte, eligen ser virtuosos, debido a que en su naturaleza está el desear la aprobación y el amor de sus congéneres y, por la otra, hay en él una disposición natural para vivir-con-los-otros. Lo más útil para el hombre es el hombre mismo como nos ha dicho Spinoza.

Como los hombres, en general, consideran más el resultado de una acción que la intención de llevarla a cabo, ese el baremo que hay que tener presente para que la empatía y la simpatía se constituyan en los elementos impulsores del quaila acuático venezolano y de la conciencia e identidad acuática que hay que promover y desarrollar.  

4.-     Escolio

Hemos pivoteado en lo mítico y lo conciencial desde una perspectiva conceptual, axiológica y acontecimental o identitaria para poder pensar en cómo repensar en un quaila acuático venezolano y, consecuentemente, una conciencia e identidad acuática. Para ello hemos considerado la armonía como un principio que garantiza sostenibilidad y sustentabilidad que entendemos como una fase previa para que los venezolanos nos reconectemos con el ‘uno’ y ‘todo’ desde un enfoque a-perspectivistico en consonancia con los cambios que está viviendo la humanidad. Este es el reto de la DESINEA y de todos los venezolanos.

 

 



[1] Ver al respecto: González Caro, Pedro. (2006). “Propuesta de Políticas para Fomentar el Uso Cognitivo y Conductual del Territorio Acuático Nacional, Sobre la Base Teórica del Conocimiento y Sentido de Pertenencia”. Caracas. CGA. Estado Mayor General. Dirección de Asuntos Civiles. Nota Informativa. 07 p.

[2] Ver al respecto: Mendoza, O (2020). Venezuela Azul como elemento constitutivo de la Seguridad de la Nación. Caracas. IAESEN. Tesis doctoral. 130 p. Sobre la ‘esperanza’ Marialsira González expresó que este concepto de Venezuela Azul está “concebido como el reconocimiento de la existencia del Ser-marino venezolano y su pensamiento, que se conozca su uso, sus potencialidades hacia su desarrollo y así mantener la esperanza, en el más sentido spinoziano, como expresión cultural para la seguridad de la Nación”. Ver: González, Marialsira, (2014). “Pensamiento Spinoziano: de la seguridad de la nación”. Caracas. UMBV. Revista Columnata Nº 6. 201-218 pp.

[3] Ver al respecto: Jiménez Rattia, Eladio en: Instituto Nacional de los Espacios Acuáticos (2021). Directiva Estratégica del Instituto de los Espacios Acuáticos (2021-2025): El Horizonte de la Venezuela Azul. Caracas. 156 p Jiménez, E.  (2020). “La Venezuela Azul. Una visión talasocrática del Estado venezolano y su destino marítimo. Un reto de libertad y de grandeza”, en Talasocracia La Venezuela Azul, Editorial Hormiguero, disponible en: https://drive.google.com/file/d/1l6-qyzzinxlpckoszuyfftahtroqoziy/view, consultad en noviembre 2021. y Bracho, Jairo (2011). Iconología Naval Venezolana. La imagen y el símbolo en 200 años de Historia. Caracas. CGA. 212 p.

[4] Ver al respecto: el Concepto Estratégico Naval venezolano del año 2005. Caracas. CGA. 15 p.

[5] Ver al respecto: Deleuze, Gilles y Guattari, Félix (1991/2005). Qu’est-ce que la Philosophie? París. Editorial Minuit. 206 p.

[6] Ver al respecto: Ferrater Mora, José. (2006). Diccionario de filosofía abreviado. Buenos Aires. Editorial Sudamericana. Pp 61-63.

[7] Sobre el tema del valor, ver al respecto: Ricoeur, Paul. (1994). “Ética y cultura. Habermas y Gadamer en diálogo”, Buenos Aires. En Ética y cultura, Docencia. pp. 23.

[8] Sobre el concepto de espacio abstracto, ver: Blanco, E. (2010). Espacio-tiempo y la guerra: reflexiones sobre política y estrategia marítima. Caracas. Editorial Panapo. 276 p

[9] Ver al respecto: Blanco, E. (2021). “Geo-Derecho y la territorialización del espacio en el siglo XXI”. Caracas. Festina Lente. Cátedra impartida en el Doctorado de Seguridad de la Nación en IAESEN. [Documento en Línea]. Disponible: https://edgareblancocarrero.blogspot.com/2021/06/geo-derecho-y-la-territorializacion-del.html

[10] Ver al respecto: Bracho, Jairo (2019). MUANA ÏMAJANA: El Alma de la Sombra. Caracas. Ediciones del autor. 423 p.

[11] Ver al respecto: Peter Sloterdijk. (2010). Ira y Tiempo. Madrid. (T. M. Vegas y E. Serrano). Editorial Siruela. 288 p. y Carlos Peña y Carla Cordúa (2020). “Ira y tiempo: Sloterdijk y el momento constitucional”. Revista Punto de Referencia. Humanidades y Ciencias Sociales N° 556. [Documento en línea]. Disponible: https://www.cepchile.cl/cep/site/docs/20201217/20201217152947/pder557_ccordua_cpena.pdf

[12] Freud lo definió a partir de una conversación sostenida con Romain Rolland y que luego desarrollo en su obra El malestar en la cultura como una sensación de eternidad que nos recuerda el mar primigenio y por tanto el alma primordial, como algo sin límites ni barreras, un sentimiento de inmensidad y completitud que produce una indisoluble comunión y una inseparable pertenencia al todo que nos rodea como un ‘uno y todo’. Dicho de otra manera, es una ventana abierta para la comprensión de la realidad entendida en términos molares y moleculares. Sobre esto volveremos en el parágrafo cuatro. Ver al respecto: Freud, S. (2010). El malestar en la cultura. Madrid. (T. L. López-Ballesteros de Torres y C. Gómez Sánchez) Alianza editorial. 336 p

[13] Ver al respecto: Chalmers, D. J. (1999). La mente consciente. En busca de una teoría fundamental. Barcelona: Gedisa (T. J. Álvarez). 528 p

[14] Ver al respecto: Kant, I.   (1790[2005]). Crítica   del   Juicio.   (T.   J.   Rovira).   Buenos   Aires. Editorial Losada

[15] Ver al respecto: Spinoza, B. (2011[1677]). Tutte le Opere, Trad. M. Buslacchi, A. Dini, G. Durante, S. Follini y A. Sangiacomo, Milano, Editorial Bompiani.

[16] Sobre los estudios neuronales aplicados a la conciencia ver al respecto: Penrose, R.  (1996).  La mente nueva del emperador.  En torno a la cibernética, la mente y las leyes de la física. México. (T. J. García). FCE. 415 p y Galíndez, Jesús (Coord.). (2007). La física cuántica en el pensamiento, la acción y el sistema neuronal. Mérida. ULA. Publicaciones Vicerrectorado Académico. 52 p

[17] Ver al respecto: Luis Ángel Durán-Rivera. (2018). “Introducción al problema de la conciencia desde la filosofía de la mente”. México. Universidad Autónoma del Estado de México. La Colmena, núm. 99, pp. 55-69.

[18] María Guadalupe Llanes (Coord.): Evoluciones Metafísicas. Permanencia, Emergencia y Diálogo, Caracas, GIEM-UCV, Ediciones Rivero-Blanco, 2020, 331 p.

[19] Gebser Jean. (1949 [1985]). The Ever-Present Origin. Ohio. Ohio University Press. (T. N Barstad y A. Mickunas). 654 p. Edición española (2011). Origen y Presente. Girona. Editorial Atalanta. (T. J. R. Hernández). 478 p. Aquí podemos encontrar algunos puntos de coincidencia desde la perspectiva de la filosofía del proceso en el sentido que, en primer lugar, en esta filosofía hay un principio cosmológico que hace hincapie en una transmutación del orden general físico que marca el paso de una época cósmica a otra y, en segundo lugar, en la relación entre la conciencia cósmica (entidad actual despertada) con el todo ha servido como el punto de acercamiento entre dicha filosofía con oriente. Al respecto Tanaka expresó que John Cobb y Shizuteru Ueda mostraron la simpatía entre Nishida y Whitehead en su concepción de la experiencia "radical". Esta experiencia radical involucra al menos tres asuntos: (1) La experiencia es un todo unificado y concreto; (2) La experiencia es anterior al individuo; Es por experiencia que nace un individuo y que surge la dicotomía sujeto-objeto; y (3) La experiencia es activa. Ver al respect: Cobb, J. (1982). Beyond Dialogue: Toward a Mutual Transformation of Christianity and Buddhism. Philadelphia: Fortress Press

[20] Arendt, H. (1971[1984]). La Vida del Espíritu. El Pensar, la Voluntad y el Juicio en la Filosofía y la Política. Madrid. (T. R. Montoro y F. Vallespín). Centros de Estudios Constitucionales. 541 p.

[21] La simpatía la estamos entendiendo como la comunicabilidad de los afectos que permite que se desarrolle un sentido común.

[22] Sobre los aspectos ético-práctico ver al respecto: Urbano Ferrer Santos (2012). “Razón axiológica y práctica en Husserl”. Valparaíso. Revista Veritas Nº 27. Pp 77-95. [Documento en línea]. Disponible: https://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718-92732012000200004#n3

[23] No obstante, podemos mencionar nuevos enfoques sobre dichas potencialidades como los proyectos académicos relacionados con la Economía Azul, los proyectos de desarrollo y las alianzas estratégicas que está emprendiendo el INEA y el viceministerio de Transporte acuático por citar sólo algunos.

[24] Esta metamorfosis debe ser entendida aquí desde el plano espiritual.

[25] Sobre la superposición y la interferencia, ver al respecto: Galíndez (Op. Cit.:21 y 34)

[26] Ver al respecto: Vera Rojas, L., & Blanco Carrero, E. (2021). “Intuición y prospección: la realidad y su impacto en la toma de decisiones”. Observador del Conocimiento, 6 (n° 3), 63-89. Recuperado a partir de http://www.oncti.gob.ve/ojs/index.php/rev_ODC/article/view/293

[27] Para profundizar en este tema, ver al respecto: Blanco, E. (2020). “La Guerra del Asiento: La defensa de Cartagena de Indias, La Guaira y Puerto Cabello (1739-1743)”. Caracas. Festina Lente B. G. [Documento en Línea]. Disponible: http://edgareblancocarrero.blogspot.com/2020/12/la-guerra-del-asiento-la-defensa-de.html

[28] Ver al respecto: Gebser (Op.Cit.:32) y Grupo de Evoluciones Metafísicas (GIEM) (2020). Decasophos 3-5. [Documentos en línea]. Disponibles: https://giem.net/

[29] Mickunas, A. (1993). “Cosmos and Atemporality”.  Ohio. Journal of Culture and Consciousness. Volume 1 Number 1. The Journal of the Jean Gebser Society. Pp 06-14

[30] Ver al respecto: Heidegger, Martín, Heráclito, Cursos de Fribugo del semestre de verano de 1943 Y del semestre de verano I944 (T. C. Másmela), editorial el Hilo de Ariadna, 460 p

[31] Heidegger, M. (1990). Identidad y Diferencia Edición bilingüe. Barcelona. (T. H. Cortés y A. Leyte). Editorial Antrophos. 191 p.

[32] Ver al respecto: Giorgio Agamben (2011). “¿Qué es un dispositivo?”. México. Sociológica, año 26, número 73, pp. 249-264. [Documento en Línea]. Disponible: http://www.scielo.org.mx/pdf/soc/v26n73/v26n73a10.pdf

[33] Sobre Keiji Nishitani, ver al respecto: Nishitani, K. (1999). La Religión y la Nada. Madrid. (T. R. Bouso). Ediciones Siruela. 382 p y Heisig, J. (2013). Filósofos de la Nada. Un Ensayo sobre la Escuela de Kioto. Barcelona. Editorial Herder. 409 p.

[34] Ver al respecto: Morales, F. (2004). “La teoría de los sentimientos morales de Andrés Bello”. Anales del Seminario de Historia de la Filosofía, 21 pp 149-168. [Documento en línea]. Disponible: https://revistas.ucm.es/index.php/ASHF/article/download/ASHF0404110149A/4730/ y Blanco, E. (2021). “Aproximación al Pensamiento Político de Andrés Bello”. Caracas. Festina Lente B.G. [Documento en línea]. Disponible: http://edgareblancocarrero.blogspot.com/2021/12/aproximacion-al-pensamiento-politico-de.html

[35] Ver al respecto: Smith, Adams (2002). The Theory of Moral Sentiments. Cambridge: Cambridge Texts in the History of Philosophy. 446 p

[36] Ver al respecto: Pilar Piqué (2018). “Las nociones de simpatía y de valor en paralelo. El problema de la sociedad pequeña y la sociedad universal en Adam Smith”. México. Revista Tópicos (México) nº.55. [Documento en línea]. Disponible:  http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0188-66492018000200099

domingo, 15 de mayo de 2022

LA GUERRA EN UCRANIA COMO EXPRESIÓN DE GUERRA, SOBERANÍA Y PAZ EN EL MUNDO DE HOY

 


Webinar de Guerra, soberanía y paz: https://www.youtube.com/watch?v=nHuiUcxOkwE&t=2300s

https://www.youtube.com/watch?v=nHuiUcxOkwE

Para Hannah Arendt todas las revoluciones acaecidas desde la revolución francesa han significado guerra y cambio de ordenes políticos para la mayoría de los estados involucrados[1]. Como hoy en día pareciera que estamos viviendo un cambio de orden a escala global en circunstancias que podrían interpretarse como revolucionarias, prefiero llamar esta reflexión como la guerra en Ucrania debido a que es un enfrentamiento, repito, de alcance global que se desarrolla en suelo ucraniano con una gama de armas que van desde las informacionales y cognitivas hasta las cinéticas. El punto en común entre estos dos sistemas de armas es que su efectividad va a depender en que su uso pueda negarse en cualquier circunstancia.

Por ello, antes que nada, quisiera decir dos cosas: en primer lugar, lamentar profundamente el sufrimiento del pueblo ucraniano en estas horas oscuras y, en segundo lugar, recordar dos cosas: la primera que la primera baja en una guerra es la verdad y la segunda que, siguiendo a Napoleón, generalmente un plan no aguanta la primera bala de cañón. En el primer caso a recordar debemos tener presente que la humanidad vive en un contexto postmoderno y de posverdad en un marco mucho mayor que es el postwestfaliano. En segundo lugar, los ucranianos han demostrado una notable capacidad de resistencia a pesar de haberse disminuido notablemente sus capacidades de defensa desde el primer día de hostilidades.

Si consideramos la posverdad desde dos lectura: como la relativización de hechos concretos que acaecen en un espacio-tiempo dado para dar preeminencia a las emociones o como actos de manipulación de los hechos desde un contexto estratégico y político podemos decir que la humanidad está expuesta a este fenómeno de dos caras desde hace un tiempo y la campaña de desinformación desencadenada por el inicio de esta nueva fase del conflicto en territorio ucraniano no ha sido más que una superposición que en el ámbito cognitivo se expresa en una doble superposición de mantos de oscuridad que impiden conocer la realidad en una perspectiva más amplia. Pero hemos usado dos expresiones más: postmodernidad y postwestfaliano. El primero refiere a un cambio de subjetividad que ha relativizado el criterio de verdad como correspondencia, como revelación, como acuerdo originario, como coherencia y como utilidad que está buscando imponerse en el mundo y el esfuerzo de occidente por imponerlo a expensas del pueblo ucraniano constituye un ejemplo de ello. En relación con el segundo el orden postwestfaliano es producto del debilitamiento del estado-nación moderno y del proceso de cambio de estructura y dirección de la comunidad internacional en los actuales momentos que vive la humanidad.

Esta circunstancia por la cual vive y muere el pueblo ucraniano nos lleva a preguntarnos qué es la guerra y su naturaleza actual y la instauración de un orden postwestfaliano.

1.- GUERRA

Según Alexander Dugin la guerra es un acontecimiento que confronta la virtualidad con la realidad[2], es decir, la imagen que tenemos de ella con una potencialidad de daño entendido desde tres perspectivas: empobrecimiento, soledad no deseada y muerte no esperada como la que actualmente padecen los ucranianos, luganskianos y donetskianos. Es en esta discrepancia entre virtualidad y realidad que se hace pertinente preguntarse qué denota la palabra ‘guerra’ en una época en que se pensó que lo virtual era lo real.

La palabra ‘guerra’ proviene de una voz empleada en situaciones de conflicto que refiere un estado de terror permanente y se opone a la palabra ‘bellum’ que refiere un estado y un acto que tenía un inicio con una declaración y un fin con un tratado de paz. El punto de confluencia de ambas palabras se produjo con el Tratado de Paz de Westfalia cuando en sus considerandos explica la situación que originalmente vivieron los habitantes del Sacro Imperio Romano Germánico y posteriormente el resto de Europa y parte de Asia[3].

Con el declive del latín como lengua de uso diplomático la palabra bellum fue sustituida por las palabras ‘war’ y ‘guerra’ que denotan el estado permanente y la ocurrencia efectiva de conflictos bélicos. La definición realizada por Tomas Hobbes en Leviatán es, para nosotros, la más vigente: la guerra no consiste en el acto de luchar, sino que es un periodo en que la voluntad de confrontación violenta es siempre declarada[4]. Todo otro tiempo es tiempo de paz. Esta definición explica, por una parte, la prohibición de hacer ‘bellum’ como permitía el derecho de gentes hasta el advenimiento de las Naciones Unidas y por qué a pesar de ello existen los arsenales militares como expresión de un estado de terror ampliado con el advenimiento de las armas de destrucción masiva y el terrorismo y, por la otra, por qué han acaecido un sinfín de guerras después de 1945 en su mayoría acaecidas como guerras civiles.

Como hemos visto la ‘posverdad’ y lo que se conoce como ‘guerra cognitiva’ ha magnificado el estado de terror en este ambiente postmoderno y las guerras civiles han sido el instrumento para dirimir, como acaece en Ucrania, los conflictos entre los poderes que disputan su status en ese nuevo orden postwestfaliano. La palabra con que los griegos antiguos denotaban la guerra civil era ‘stasis’ que podemos atribuirle dos significados: ‘discordia’ que, siguiendo a Giorgio Agamben, explica los excesos y la crueldad en la producción de daño al contrario como observamos en Ucrania en Mariupol, Bucha, Lugansk y Donetsk[5] y, ‘quietud’ en un sentido indicado por Alberto Rosales que indica la brecha existente entre un orden político reacio a adecuarse a los cambios sociales y una sociedad que vive en un eterno ritornelo entre los que buscan insertarse en el ritmo impuesto por la aceleración y desaceleración que vive la humanidad y los que buscan que las cosas permanezcan tal y como las han vivido[6]. Podemos pensar en ‘stasis’ entendida desde una perspectiva global desde el mismo momento que el conflicto en diferentes intensidades se está presentando en todas las comunidades políticas que existen sobre la tierra.

La disputa por el nuevo orden postwestfaliano se está planteando desde dos perspectivas: por una parte, de forma asimétrica entre Rusia y los que apoyan a Ucrania en el plano informacional, cognitivo y en lo concerniente a recursos humanos y materiales, por la otra, el conflicto se ha manifestado de dos formas: la simétrica y convencional entre cuerpos combatientes reconocidos por el derecho internacional y la asimétrica materializada en la aparición de prácticas pre-westfalianas ya acaecidas en el pasado reciente como el empleo masivo de empresarios de seguridad o mercenarios y los actos inhumanos contra los prisioneros y la población civil. Esto nos lleva a la necesidad de examinar algunos aspectos observados como patrones que se han mantenido a lo largo del conflicto. La primera es responder a la pregunta ¿Qué es el batallón Azov?, ¿Son amigos o enemigos de los ucranianos?, ¿Son ucranianos?, ¿Será que su objeto es debilitar ambos estados desde una perspectiva globalista?, ¿Cuál va a ser la situación de los refugiados?

El batallón Azov es una entidad, al parecer integrada a las fuerzas armadas ucranianas, que cuenta con al menos diez mil combatientes por lo que no es un batallón. Esta entidad militar o paramilitar, por una parte, ha sido acusada por Rusia como neonazis y, por la otra, Occidente, con la excepción de Alemania, ha seguido las declaraciones ucranianas que apuntan a su negación. Mi visión personal sobre este batallón es que es una ‘colonna’ conducida por un ‘condottiero’ mostrando en sí mismo una faceta pre-westfaliana muy criticada por Niccolo Machiavelli como lo es la tercerización del conflicto[7]. Esto nos lleva a la segunda pregunta, es decir, son amigos o enemigos de los ucranianos. Esta pregunta obedece al hecho de que no se sabe con certeza hasta qué punto el actual gobierno ucraniano es rehén o no del batallón Azov sobre todo si se considera la acusación de neonazis. Una pista de esta situación ha sido la cauta actitud del gobierno israelí en relación con el conflicto. Este hecho nos plantea dos nuevos interrogantes: qué fueron los nazis para que sean invocados en el presente en este ambiente biopolítico en que se encuentra inmersa la humanidad y por qué países como Argentina y Venezuela tardaron hasta el último momento para declararle la guerra durante la Segunda Guerra Mundial como condición sine qua non para formar parte del nuevo orden internacional. También plantea el interrogante de por qué EE.UU. y Ucrania votaron en contra del proyecto de resolución A/C.3/75/L.49., relacionada con “Combatir la glorificación del nazismo, el neonazismo y otras practicas que contribuyen a exacerbar las formas contemporáneas de racismo, discriminación racial, xenofobia y formas conexas de intolerancia[8].

Desde este ángulo de análisis podemos decir que el batallón Azov es la resultante de la congregación de ucranianos y mercenarios (empresarios militares) con un propósito político-mercantil. Político desde la perspectiva de los verdaderos desencadenantes del conflicto y de los voluntarios que incautamente han sido llevados al conflicto y mercantil por aquellos que apoyan la privatización de lo publico y viven del conflicto como un ‘mestiere’. Creemos entonces que este ‘batallón’ tiene por objeto debilitar ambos estados, o sea, Ucrania y Rusia, desde una perspectiva globalista porque este ‘batallón’ está siendo dirigido desde fuera de Ucrania y con el concurso de importantes sectores internos de ese país para debilitar a Rusia. Así pues, la guerra en Ucrania es un conflicto civil devenido en regional siguiendo el mismo patrón acaecido en las guerras del Peloponeso y en la Guerra Fría con un alto potencial de producir un rizoma de guerras.

Con respecto al problema de los refugiados, Hannah Arendt nos advirtió hace casi un siglo que los únicos capaces de garantizar los derechos humanos son los propios estados a pesar de los grandes esfuerzos realizados por la comunidad internacional. De igual forma la autora nos mostró el problema de determinación de límites de los estados surgidos como consecuencia del fin de la Primera Guerra Mundial en Europa oriental. Como hemos podido constatar, este problema no está completamente resuelto si consideramos la situación de las minorías húngaras y rusas que han debido abandonar Ucrania como consecuencia del racismo, la discriminación racial, la xenofobia y otras formas conexas de intolerancia. De más está decir que el pueblo ucraniano afectado por el conflicto también ha tenido que abandonar su territorio. La gran cantidad de refugiados que ha producido el conflicto bélico ha generado importantes problemas logísticos y operacionales que las poblaciones de los países vecinos por propia iniciativa han logrado contener de forma temporal. Falta observar cómo se comportarán los estados europeos a mediano plazo. Esto nos lleva al plano operacional.

A Rusia propagandísticamente se le endilgado su deficiente capacidad operacional teniendo como imaginario el concepto de blitzkrieg en sus diversas variantes, pero una vez disipada parte de la niebla del conflicto podemos observar que la estrategia rusa se ha basado en asumir la violencia como un medio de negociación y esta estrategia se materializó operacionalmente mediante la forma de enjambre, es decir, utilizaron varios vectores de ataque. Por ello las acciones de combate y el avance ruso fue escalonado y, desde esta perspectiva, los rusos han alcanzado todos sus objetivos. La retirada de las fuerzas rusas, en este contexto, debe ser entendida dentro de este esquema de negociación entre un estado soberano y un estado dependiente y, finalmente, la pérdida de equipamiento que han sufrido los contendientes debe ser contrastadas con la doctrina de guerra de ambos países y las pérdidas de materiales sufridas por los contendientes en conflictos donde ha habido una simetría de medios como, por ejemplo, Yom Kippur – Ramadán. Un análisis comparativo va a permitir observar el problema de leer el conflicto actual con los lentes de occidente más allá de la manipulación informacional. Esto nos lleva a analizar el tema de la soberanía.

2.- SOBERANÍA

Hemos afirmado que el orden westfaliano está en crisis en tanto y en cuanto hablamos de orden postwestfaliano. El orden westfaliano se basó en cinco principios, a saber, independencia política, no injerencia en los asuntos internos de los estados, libre autodeterminación de los pueblos, libre comercio y libertad de los mares. Sin embargo, está en crisis, como dijimos, por el debilitamiento del estado-nacional moderno y el cambio de estructura del orden global.

Con respecto al primer aspecto podemos decir que el advenimiento de actores políticos supranacionales y subnacionales con capacidad de acción internacional debilitaron la capacidad de acción de los países con poder de veto desde una perspectiva particular y al resto de los estados desde un enfoque más general. De igual forma, las tecnologías de información y comunicación hicieron a las poblaciones más asertivas y más globales desde la perspectiva de los propios individuos. Los ejemplos más contundentes lo representan, por una parte, la tercera guerra de Irak que obligó a EE.UU. a apelar a la posverdad y la mentira para que sus dirigentes lograran su propósito político y, por la otra, la actual guerra en Ucrania que obligó a Rusia a esperar ocho años para responder de forma idónea por un problema declarado como de interés vital. El resto de los países exceptuando, por una parte, los casos aislados de UK en las Malvinas, Francia en África e Israel e Irán en el cercano oriente y, por la otra, de India y Pakistán en Cachemira, están severamente limitados para emplear la fuerza y la excepcionalidad de manera efectiva a no ser que lo hagan contra sus propios nacionales. Por ello, el concepto de soberanía en términos absolutos ha dado paso a un concepto relativo basado en la autonomía, exclusividad y plenitud de competencias. Esta relatividad se ha extendido a todos los campos del quehacer político. Solo basta observar las acciones emprendidas por Alemania para sustituir el suministro de gas ruso o por un importante grupo de países para sustituir el trigo ucraniano. Soberanía, en estas circunstancias, implicaba un cierto grado de autarquía que hoy en día ningún país posee.

Hay otros dos aspectos que debemos tener presente si tomamos en consideración que el conflicto en Ucrania es un conflicto en principio, entre Rusia y Occidente. En primer lugar, puede pensarse en un conflicto civilizacional si consideramos la tesis huntingtoneana en función de las posiciones asumidas por China, India, Turquía y, en general, el mundo islámico y la América de origen ibérico[9]. Pero creo que esta visión es muy corta. En ese sentido pienso más bien que la humanidad está viviendo la situación de Roma entre los siglos III y IV d.C.[10] En segundo lugar, pueden observarse practicas pre-westafalianas en lo atinente al grado de enemistad que se está evidenciando en el conflicto que nos recuerda la tesis de Carl Schmitt en el Concepto de lo político[11]. Estas prácticas que de alguna u otra forma se han mantenido a lo largo de la historia están relacionadas con la necesidad de producir una identificación, es decir, de determinar los bandos combatientes. Un ejemplo de ello lo constituyó el decreto de guerra a muerte decretado en Venezuela en el año 1813.

En relación con el segundo aspecto, la emergencia de nuevos actores internacionales colocó en tensión las normas instituidas en la Carta de las Naciones Unidas y otros acuerdos importantes como la prohibición de armas nucleares, químicas y biológicas, la utilización de armas específicas, etc., y explica porque se han descubierto y reconocido la existencia de laboratorios de armas biológicas en Ucrania y se ha hecho mutis en Occidente. Explica también una reacción en contrario, no sólo el armamento a la población realizado por el gobierno ucraniano y sino también el uso de alistados (servicio militar obligatorio) por parte de Rusia. Vamos a detenernos en este último punto. Edward Luttwak hace más de veinte años nos habló del soldado post – heroico, es decir, un militar miembro de una potencia imperial o ex – imperial cuyo gobierno no estaba dispuesto a sacrificar vidas de sus ciudadanos para sus fines de política exterior[12]. Toda muerte no esperada es horrible como nos las han mostrado la guerra en Ucrania, pero si un país está dispuesto a sacrificar vidas y hay ciudadanos dispuestos a sacrificarla significa la existencia de una comunión cuya lectura pone en Occidente en una situación de desventaja por la brecha existente entre gobernantes y gobernados que pone el concepto de democracia como lo observaban Platón, Aristóteles o Kant. Ello explica el escándalo en Occidente por el ataque ruso en términos de limitaciones para responder proporcionalmente. Occidente como la Roma pre y postcristiana dependen, además de la alta tecnología, de los mercenarios y los soldados profesionales para su subsistencia y por ello han aplicado un conjunto de medidas económicas para asfixiar la economía rusa como lo hicieron en Venezuela. Ya se sabe qué pasó en Venezuela. El escándalo en Occidente obedece también a la incapacidad de tomar otras ‘medidas’ a pesar de que las realizadas se le puedan revertir contra sí mismo.

En todo caso, desde una perspectiva westfaliana, lo que da certeza en cómo se está desarrollando el conflicto es mediante la observación de cómo se mueven los mapas y de sus contrastes en función de las fuentes utilizadas y de la capacidad de los países empeñados hasta ahora en el conflicto. Con respecto al primer aspecto ya hemos hecho mención acerca de las capas de desinformación y de afectación de la capacidad cognitiva a la que estamos expuestos desde la perspectiva de la guerra y de bellum. En relación con las capacidades de Ucrania y Rusia es conveniente tener presente el histórico de su desempeño. Ucrania, desde el mismo momento que el Rus de Kiev fue destruido por los mongoles ha mostrado una gran capacidad de resistencia a lo largo de la historia. Rusia, por su parte, ha mostrado una gran capacidad de recuperación desde que en el concierto europeo luego de derrotar a Suecia en la Guerra del Norte. Rusia se ha sobrepuesto a los suecos, a los franceses, a los alemanes y a Occidente. Los ucranianos se han sobrepuesto a los mongoles y a los soviéticos. Creo que la capacidad de resistencia ucraniana y la capacidad de recuperación rusa no han sido suficientemente valoradas por Occidente, especialmente EE.UU., debido a consideraciones paradigmáticas.

Finalmente debemos hacer mención a dos principios del orden westfaliano que hemos abordado superficialmente: el libre comercio y la libertad de los mares.

Con respecto al primer aspecto, la economía comenzó a ser usada oficialmente como un arma para producir daño con las sanciones impuestas a Alemania al finalizar la Primera Guerra Mundial y en la actualidad se observa en las sanciones que han padecido un conjunto de países como Serbia, Irán, Venezuela o Siria. La diferencia con lo que está aconteciendo en el presente en relación con las sanciones a Rusia es que estas sanciones están dando paso a un nuevo orden económico y financiero mundial cuyos efectos se notaran en las rutas del comercio mundial y en la nacionalización de las flotas como medio para garantizar las cargas. Desde esta perspectiva podemos afirmar que el “libre comercio”, entendido como este se impuso a escala global desde el año 1991, llegó a su fin al margen de los países que anteriormente habían sido sancionados y excluidos. Este fin del “libre comercio” supone un redireccionamiento del tráfico marítimo con lo cual podemos afirmar que es en este espacio donde se ha producido el mayor impacto de la guerra en Ucrania.

Con respecto al principio de libertad de los mares podemos afirmar que las sanciones extendidas a las navieras que trafican bienes a países blanco de esta forma de hacer daño, así como la interrupción del tráfico marítimo en el mar Negro y la casi total perdida de la salida al mar de Ucrania constituyen los hechos de mayor impacto en este conflicto bélico[13]. Estos hechos en sí explican el costo que está pagando Rusia en el mar en lo concerniente a su esfuerzo por mantener la isla de las serpientes y explican el nuevo rol que jugará ese espacio y los espacios abstractos, en general, en el futuro por venir[14].

3.- COROLARIO

La guerra en Ucrania nos está diciendo que la paz no es un acuerdo entre estados basado en la existencia de una voluntad de confrontación violenta suficientemente declarada. Paz debe ser vista individualmente como eirene, un estado que para los antiguos griegos era de tranquilidad para consigo mismo y para sus seres cercanos debido a que el horizonte que tenemos frente es de una gran incertidumbre por el conflicto que se ha desencadenado. Este nuevo conflicto nos recuerda las guerras del Peloponeso en el sentido que fue un conflicto que tuvo momentos de alta y baja intensidad[15]. En todo caso, esta nueva guerra del Peloponeso de alcance global apenas está comenzando.



[1] Ver al respecto: Hannah Arendt (1967). Sobre la Revolución. Madrid. (T. P. Bravo). Ediciones de la Revista de Occidente. 343 p.

[2] Ver al respecto: Alexander Dugin, (2022). “la guerra como confrontación con la realidad”. (T. J. Caro Rivera). [Documento en línea]. Disponible: www.geopolitica.ru

[3] Sobre este tema se recomienda leer. Edgar Blanco Carrero (2016). Ontología de la Guerra. Crítica a los conceptos de guerra en las obras de Hardt y Negri. Caracas. Editorial Rivero-Blanco. 476 p.

[4] Ver al respecto: Tomás Hobbes. (1651/1989). Leviatán.  Madrid. (T.C. Mellizo). Alianza Editorial. 548 p.

[5] Ver al respecto: Giorgio Agamben (2015). Stasis. La guerra civile come paradigma político. Homo sacer II, 2. Torino. Bollati Boringhieri. 83 p.

[6] Ver al respecto: Alberto Rosales (1971 [2018]), Dynamis y Energeia en Aristóteles, Caracas, Editorial Apuntes Filosóficos. De igual forma, con respecto a la aceleración social, ver al respecto: Hartmut Rosa (2016). Alienación y aceleración. Hacia una teoría crítica de la temporalidad en la modernidad tardía. Madrid.  (T. Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades de la Universidad Nacional Autónoma de México). Katz editores. 190 p.

[7] Ver al respecto: Machiavelli, N. (1520/2011). Dell´ Arte della Guerra. [Documento en línea]. Disponible: www.freenetitalia.it [Consulta: 03AGO2011] y (1513/2001). Il Principe. Con uno Scritto di G. W. E. Hegel. 9ª ed. Milano. Feltrinelli. 140 p.

[8] Ver al respecto: Asamblea General de la ONU (2020). “Eliminación del racismo, la discriminación racial, la xenofobia y las formas conexas de intolerancia”. 31 p.

[9] Ver al respecto: Huntington, Samuel. (2001). El choque de civilizaciones y la reconfiguración del orden mundial. Buenos Aires. (T. J. Tosaus). Editorial Paidós. 432 p. ver también: alexander Dugin. (2022). La ideología Occidental y la respuesta rusa. [Documento en línea]. Disponible: www.costadelsolfm.org

[10] Ver al respecto: “La Restauración de la última Roma y la nueva subjetividad. Consideraciones sobre el futuro visto como pasado”. Caracas. Festina Lente B.G. [Documento en línea]. Disponible: https://edgareblancocarrero.blogspot.com/2020/11/la-restauracion-de-la-ultima-roma-y-la.html  

[11] Schmitt, C. (1965). El Concepto de lo político. Texto de 1932 con Prólogo y tres Corolarios. [Documento en línea]. Disponible: www.laeditorialvirtual.ar4.toservers.com/CarlSchmitt . [Consulta: 2004, octubre 15].

[12] Luttwak, E (1999). “Post-heroic warfare and its Implications”. Washington. CSIS. [Documento en línea]: disponible: www.nids.go.jp/english/event/symposium/pdf/1999/sympo_e1999_5.pdf [Consulta: 15FEB2011].

[13]Ver al respecto:  Vallejos, M. “Por la guerra hay cientos de barcos atrapados en el Mar Negro: cómo impacta en el comercio internacional” https://www.cronista.com/internacionales/por-la-guerra-hay-cientos-de-barcos-atrapados-en-el-mar-negro-como-impacta-en-el-comercio-internacional/

[14] Situation report: the naval aspects of the war in Ukraine https://www.navylookout.com/situation-report-the-naval-aspects-of-the-war-in-ukraine/ y UPDATED: Russia Says Damaged Cruiser Moskva Sank Under Tow Headed to Black Sea Homeport https://news.usni.org/2022/04/13/russian-navy-confirms-severe-damage-to-black-sea-cruiser-moskva-crew-abandoned-ship?fbclid=IwAR3fUK-ftM6zqEYj22iu66ijuNIP4pxG8Xfii1oyO9Y0DynfIBqbvIji7Js y “La isla de las Serpientes, el pequeño islote que es clave para controlar el mar Negro (y puede suponer un punto de inflexión en la guerra de Ucrania)” en https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-61421242

[15] Ver al respecto: “Operación Escorpión II. Talasocracia vs. Epirocracia: ¿Las dos caras de la guerra civil global?”. Caracas. Festina Lente B.G. [Documento en Línea]. Disponible: http://edgareblancocarrero.blogspot.com/2015/10/talasocracia-vs-epirocracia-las-dos.html

viernes, 8 de abril de 2022

EL CRIPTOCONSERVADURISMO Y LA IDEOLOGÍA ENCUBIERTA

 


INTRODUCCIÓN

Con este ensayo se pretende hacer una síntesis de los capítulos 11 y 12 del libro Las Ciencias Sociales como forma de Brujería del Autor Stanislav Andreski[1] que tratan sobre el Criptoconservadurismo Promiscuo y la Ideología Encubierta por la Terminología. Posteriormente se intentará aplicar los conceptos emitidos por el autor en la Armada de Venezuela.

EL CRIPTOCONSERVADURISMO PROMISCUO

El criptoconservadurismo promiscuo consiste en la propagación del conservadurismo (entendido este como la adhesión ciega a lo ya hecho) de manera subrepticia por medio de proposiciones y definiciones carentes de valor científico. En las Ciencias Sociales, según el autor, esto se ha hecho evidente de forma notoria, aunque reconoce que “muchas de las ideas más importantes sobre la naturaleza de la sociedad humana surgieron de la disputa acerca de cómo hacer para mejorarla”. Estas disputas se han desarrollado entre reformistas y conservadores, siendo estos últimos los que al parecer han intentado evitar situaciones que pudieran afectar el precario equilibrio existente en las actuales comunidades políticas. De allí el nombre del capitulo. Este criptoconservadurismo se produce esencialmente por las siguientes razones:

§    Conciencia en la fragilidad de la sociedad humana, es decir, la posibilidad de describir situaciones o de hacer proposiciones para mejorar su situación pueden causar conflictos indeseables y por ese motivo optan por el mal conocido.

§    El intento de estar con todos a la vez. Ello es notorio en las Organizaciones Internacionales, donde en general se busca el consenso para afrontar problemas y para ello los interlocutores tratan de expresarse en un lenguaje que satisfaga a todas las representaciones que congregan a cualquier organización.

§    Así como en el caso anterior se buscaba “estar bien” con todos por la naturaleza específica de asegurar un mínimo de convivencia, hay otro caso que atañe más al individuo en el sentido de que este busca no generar problemas de alguna naturaleza como medio de asegurar su subsistencia. Los autores de tratados de matemática de la ex - Unión Soviética son un ejemplo de ello, pero junto con ellos la serie de sociólogos que hicieron trabajos sobre el tema en la década de los años sesenta y setenta.

Estas tres causas se pueden presentar juntas o separadas. La manera más recurrente en que se han evidenciado estas manifestaciones criptoconservadoras es a través del uso de “Tótem´s”, es decir, citar conceptos de otros autores para reforzar o asegurar sus posiciones políticas o ideológicas, siendo los más citados Karl Marx y Max Weber. Este uso de referencias previas es una manera de los autores de no comprometerse directamente con alguna tendencia manteniendo una especie de inocuidad en sus trabajos. El uso de Tótem evita la iniciativa y la creatividad asegurando posibilidades de supervivencia como experto, escritor, etc.

En la Armada de Venezuela el criptoconservadurismo se ha manifestado doctrinariamente en la estructura que ha mantenido la organización desde que se detuvo el plan de expansión naval que tuvo el país hasta los inicios de los años sesenta. Esta doctrina ha sido heredada de la Armada estadounidense. La influencia doctrinaria de Estados Unidos (ver gráfico) se hizo fuerte con las operaciones UNITAS realizadas para preparar al continente ante una agresión extracontinental, con la consolidación del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca y con la creación de la Junta Interamericana de Defensa. Para entender la manera como esta influencia se ha hecho manifiesta hay que hacer mención sucinta de la Armada estadounidense.

La Armada estadounidense fue influida por un pensador nacido en ese país que prestó sus servicios en esa fuerza llegando hasta el grado de Contralmirante, este fue Alfred T. Mahan. Este Contralmirante publicó en el año 1891 un libro denominado “la Influencia del Poder Naval en la Historia” donde describió como Inglaterra había llegado a ser un gran país gracias a su Armada. Luego del éxito de ese libro este autor llegó a publicar otros trabajos de estrategia y táctica naval para fortalecer la tesis esgrimida en el libro previamente mencionado. Mahan expresó lo siguiente: “quien domine las principales rutas de comercio marítimo, dominará el mar y el comercio mundial y quien domine el mar domina al mundo”. La única manera de obtener este dominio es inutilizando al adversario mediante el confinamiento o la destrucción de su flota y para poner en practica este postulado se requería a su vez disponer de una poderosa fuerza naval no sólo que pueda lograr ese cometido sino también proteger a las líneas de comunicaciones marítimas propias.

Concebir una fuerza naval en esos términos implica una organización militar pura, es decir que no se dedique a otra tarea que desvíe los recursos existentes. En EE.UU.  el Servicio de Guardacostas, por ejemplo, concebido para la realización de tareas policiales, no depende de la Armada y solo queda subordinado a ella en época de conflicto, en época de paz o en periodos de turbulencia como el actual el servicio de guardacostas estadounidense es conducido por otros órganos fuera de la estructura militar[2].

Pensar en términos militares puros prepara a una fuerza naval a la defensa o el ataque sin ningún tipo de perturbación. Desde el punto de vista de diseño, la Armada es un instrumento coercitivo que puede ser empleado en guerra para combatir al adversario y en paz para la diplomacia, o sea para disuadir al potencial adversario. Pero en un mundo cada vez más exigente en lo atinente al ejercicio de la autoridad (como consecuencia del aumento de los derechos y responsabilidades de los Estados en el mar) los Estados se han visto obligados a usar el único instrumento coercitivo en el mar, en otras tareas que van más allá de los aspectos militares puros como lo son las tareas policiales (represión de ilícitos, preservación de la vida humana, protección del medio ambiente, etc.). En la Armada de Venezuela, esta situación fue abordada creando un Comando de Guardacostas haciendo que existiesen dos Comandos operativos que disponen de buques militares. Así pues, con la creación del Comando de Guardacostas se hizo necesario establecer una doctrina que alejaba a los miembros de dicho comando de las tareas militares puras, generando tensiones en la organización.

De acuerdo a Mahan el poder marítimo de un Estado es la sumatoria de los intereses marítimos y el poder militar en el mar. En EE.UU. la Armada ha crecido debido a la necesidad de defender los intereses estadounidenses en cualquier parte del mundo, ello significa que primero se han generado los intereses y luego se han defendido. Los intereses marítimos se evidencian en el uso del mar como vía de comunicación y fuente de recursos, si no se usan los recursos hay que preservarlos y para ello se requiere de medios idóneos para asegurar dichos intereses. Usar los medios de defensa para cumplir todas las funciones disminuye las posibilidades de defender, pero hacer que crezca Guardacostas es percibida como la minimización de la defensa. El criptoconservadurismo en la Armada se ha evidenciado en el hecho que se le ha dado preeminencia al aspecto defensivo, trayendo como consecuencia que los medios de defensa cumplan todas sus funciones, reduciendo la disponibilidad operacional para la defensa, agravada aún más por la limitación en la asignación de recursos para asegurar un alto grado de alistamiento.

Los recortes presupuestarios consecuentemente han hecho que la distribución de recursos sea plenamente justificada y normalmente se alega la misión de acuerdo a la ley, o sea defensa de la integridad territorial, preservar la soberanía etc. El problema estriba ahora en que si los puntos del territorio que podrían provocar la defensa de la soberanía hasta el presente han sido el Golfo de Venezuela y la fachada Atlántica, y disponer de los medios para ello es necesario porque no se sabe cuando podría estallar un conflicto, el resto de los aproximadamente 700.000 Km2 requieren que haya un ejercicio de autoridad permanente (como ocurre en el Golfo de Venezuela) y disponer medios sofisticados de defensa para ejercer la autoridad en un espacio tan grande resulta oneroso.

Además de lo anteriormente expresado, con la Constitución Nacional aprobada en el año 1999, se planteó una discusión sobre el futuro de la Guardia Nacional debido a que se esperaba que ella cumpliese el papel de Policía Nacional[3] y al final de dicha discusión este componente preservó su condición militar dándole a la Aviación, Armada y el Ejercito la posibilidad de realizar tareas de policía administrativa e investigación penal. Pero junto con estas discusiones, se presentaron otras dentro de la Armada entre los defensores de las funciones policiales y los que pensaban que sólo había que cumplir tareas militares puras.  

Consecuentemente, la organización ha obrado de tal manera que se le han dado preeminencia a los aspectos militares puros que podrían asegurar eventualmente el cumplimiento del mandato constitucional en lo que concierne a la defensa militar. Aquí se evidencia el criptoconservadurismo debido a que los medios existentes se han justificado en función de una hipótesis de conflicto de carácter territorial (límites marítimos no definidos y recuperación del territorio esequibo) relacionados con la defensa y no en función de intereses marítimos relacionados con los espacios que están bajo soberanía y jurisdicción, puesto que la única manera de defender dichos espacios es conociéndolo y ejerciendo la autoridad y ello se logra controlando el espacio y no defendiéndolo.

Esta actitud conservadora es propia de las estructuras militares en términos corporativos[4], es decir, se busca preservar la institución manteniendo la cohesión interna, la disciplina y la visión que se tiene de la organización, no obstante ello, a pesar de haber disminuido la influencia que pudiera haber representado la actividad de guardacostas, que paradójicamente se ha realizado en el país desde la época de la colonia, la Armada al actuar bajo la visión militar pura tendrá que afrontar una serie de retos relativos a la manera como se está haciendo la guerra en la actualidad y en el futuro por venir.

Por otra parte, el conservadurismo al cual se ha hecho mención se acentuó por el hecho de que se le diese mayor preeminencia a la infantería de marina en perjuicio de la necesidad de hacer presencia en todas nuestras aguas soberanas y jurisdiccionales. Este desvío tuvo como imagen paradigmática la infantería de marina estadounidense y ello ha minimizado el papel de guardacostas y de la defensa naval a pesar de los grandes esfuerzos realizados para evitar esta caída.

LA IDEOLOGÍA ENCUBIERTA POR LA TERMINOLOGÍA



La ideología encubierta por la terminología es el uso de expresiones para probar o desaprobar conceptos apoyados o combatidos por quienes lo pronuncian. Cuando las intenciones cognoscitivas son mezcladas con intenciones propagandísticas el problema de tratar de develar la ideología parece ser más complicado.

En la Armada la ideología encubierta se evidencia en el uso de los conceptos de seguridad y defensa que están presentes en la Constitución Nacional[5], con lo cual este componente se adhirió conceptualmente, por una parte, al sistema mahaniano de una Armada centrada en las tareas militares puras a pesar de la disminución de sus capacidades de defensa y, por la otra, al desarrollo de una infantería de marina a imagen y semejanza estadounidense sin que la armada dispusiera de capacidades de proyección marítima ni de defensa. La seguridad es entendida como un estado de certidumbre para lograr fines y la defensa como actos a los cuales se responde ante una agresión o amenaza con ella en un momento determinado.

En este caso el problema es que dentro de la concepción mahaniana, la Armada es un elemento del poder marítimo que permite la defensa de los intereses del Estado en cualquier lugar del planeta y la defensa de la integridad territorial, la soberanía y la independencia política, confinan a la Armada a un espacio que eventualmente podría ser defendido con otros instrumentos gracias a las bondades que otorga la tecnología. En este contexto la ideología encubierta se encuentra representada, por una parte, por el paradigma mahaniano-defensa que apunta a una visión conservadora discutida dentro y fuera de la Armada que más que ayudar a preservarla la ha estancado y, por la otra, ha seguido el paradigma de la proyección marítima dentro de una doctrina de guerra de resistencia (proyección-resistencia) sin disponer de capacidades para hacerla. Es decir, mientras las Armadas se han expandido a nivel internacional, la Armada venezolana ha tendido a reducirse.

La Armada dejó de ser una dependencia del Ejercito en la primera década del siglo XX como consecuencia del bloqueo que sufrió el país entre diciembre de 1902 y marzo de 1903 (impuesto por Gran Bretaña, Alemania e Italia), y de las exitosas operaciones que realizó en 1903 que permitieron poner fin a los focos rebeldes de la revolución Libertadora. Luego de una serie de altibajos esta institución obtuvo la autonomía funcional y presupuestaria en 1958, durante la Junta de Gobierno que se instauró después de la caída del gobierno del General Pérez Jiménez.

La influencia estadounidense en la Armada Nacional se hizo más directa cuando la Guerra Fría se asentó en el continente y luego que terminó no pudo desarrollar suficientemente capacidades adaptativas que le permitieran afrontar los retos que han representado los cambios políticos ocurridos a partir del año 1998, constituyendo los paradigmas mahaniano-defensa y proyección-resistencia medio que han favorecido su control desde el punto de vista político. En EE.UU. el paradigma mahaniano ha evolucionado hacia una idea de control que preserva algunos de sus conceptos y desecha otros puesto que para ellos ya no hay amenazas marítimas serias. Para Venezuela el paradigma mahaniano y de proyección dentro de una doctrina de guerra de resistencia contrariamente apunta a la minimización de su fuerza naval y no a su crecimiento a pesar de los graves problemas que ha presentado el país en la fachada Atlántica y en el mar de Venezuela. 

COROLARIO

El criptoconsevadurismo es una manera de encubrir mediante conceptos carentes de rigor científico realidades que parecieran estar por encima de las capacidades de los hombres para cambiarlas para el bien común. Según el autor en la sociología ello pareciera ser un hecho recurrente. Por otra parte, la ideología encubierta es una manera de operacionalizar este criptoconservadurismo mediante el reforzamiento de aquellos conceptos que permiten a los individuos aferrarse a lo ya existente bajo la quimérica idea de evitar “males mayores” y preservando con ello un status quo asimétrico que más que preservar la institución la ha colocado ante un desafío al que sólo la tradición podrá dar respuesta.



[1] ANDRESKI, Stanislav. (1973) Las Ciencias Sociales como forma de Brujería. Madrid. Editorial Taurus. 1973. P. 175-210

[2] No obstante, hay que destacar que con la lucha contra el trafico de drogas, la Armada estadounidense ha sido obligada también a la ejecución de tareas policiales.

[3] De acuerdo con la Constitución Nacional, además de existir una Guardia Nacional encargada de preservar el orden interno, se prevé la creación de un cuerpo uniformado de Policía Nacional.

[4] Perlmutter, Amos. (1982). Lo Militar y lo Político en el Mundo Moderno. Madrid. Ediciones Ejercito. 398 p.

[5] Estas tareas están referidas a lo policial y al desarrollo del país, establecidas en la Constitución Nacional aprobada en el año 1999.