viernes, 1 de diciembre de 2017

EL REPUBLICANISMO ARENDTIANO Y SUS CRÍTICOS POSTMODERNOS.


Para hablar del republicanismo arendtiano me voy a apoyar en las características que le atribuye Kohn y le permite usar esta conceptualización, es decir, “exigir que las instituciones se fundamenten en el Imperio de la ley, en vez de la dominación de una élite; asumir una constitución democrática, en la que diferentes poderes se frenen y contrapesen mutuamente; y postular un régimen de virtud cívica bajo la cual las personas se muestren dispuestas a servir honradamente en los cargos públicos”. Estas características, que le permitieron a Kohn realizar esta afirmación categórica fueron sobre todo por
“su exhortación para motivar en los ciudadanos la voluntad emancipatoria de participar en y por La República mediante su noción de libertad política como ‘poder hacer’ ‘algo nuevo en el mundo’, por amor al mundo que tenemos en común, en tanto sentimos la inquietud de enmendarlo, o de mejorarlo...” (Ibíd.:54).
 La explicación que da este autor del republicanismo arendtiano obedece a que ella reflexionó sobre la necesidad de pensar en el establecimiento de “un espacio público de... promesas mutuas, por parte de ciudadanos dispuestos a afirmar su libertad frente al Estado” (2015:51). Nosotros podríamos agregar que este espacio sea capaz de renovarse permanentemente asegurando con ello que la promesa mutua pudiera permanecer en el tiempo.
Como se sabe, la obra que hizo conocer a Hannah Arendt, después de evadir la persecución nacionalsocialista y radicarse en EE.UU., fue Los Orígenes del Totalitarismo. En esta obra, la autora destacó las causas y consecuencias de la decadencia del Estado-nación y su conexión con los derechos del hombre motivado a que la acumulación de poder se convirtió en la única garantía para la estabilidad de las leyes económicas iniciando un periodo de guerras y revoluciones, grandes desplazamientos poblacionales de grupos que no fueron bien recibidos en ninguna parte trayendo a su vez, como consecuencia, que se haya roto el principio de igualdad ante la ley y que la respuesta que dieran los Estados quedase enmarcada en el ámbito policial. De igual forma explica el origen del totalitarismo como un movimiento que usa el terror, la propaganda, la ideología y un sistema policiaco, como forma de gobierno que destruyó la vida pública y privada en los países donde se gestó, es decir, Alemania y la Unión Soviética. Después de esta monumental obra escribió La Condición Humana para establecer una especie de referente que pudiera explicar lo opuesto al fenómeno totalitario. Luego de esta obra creo que el principal problema que encaró Arendt fue cómo llegar e instrumentar la propuesta política escrita como referente. En el cómo llegar es que se entienden reflexiones como Sobre la Revolución y Sobre la Desobediencia Civil. Con respecto a la instrumentación de su propuesta política se circunscribe el conjunto de reflexiones que realizó hasta su desaparición física. Con ello se puede observar en la autora un derrotero signado por la intención de combatir efectivamente el fenómeno totalitario y un destino final dirigido a la constitución de una república bien ordenada capaz de preservarse en el tiempo.
Más allá de la crítica realizada por Isaiah Berlín al pensamiento arendtiano llama la atención que los principales críticos y herederos de su pensamiento político, digámoslo así, se encuentren en el campo enmarcado en lo que se conoce como postmodernismo. Por ello me he focalizado en un conjunto de autores como Negri, Foucault, Deleuze y Guattari, Hardt y Negri, Paolo Virno y Giorgio Agamben debido a que por intermedio de ellos es posible, no sólo entender el pensamiento aredntiano, sino también la magnitud de los problemas que debemos encarar para pensar en una república bien ordenada. Teniendo presente lo antes indicado he establecido un esquema para abordar el pensamiento arendtiano que permite agrupar a sus críticos y tributarios como sigue
Temas
Autor
Conceptos políticos
Revolución
Negri
Poder
Foucault
Categorías políticas
Virno, Hardt y Negri
Tiempo, espacio y acontecimiento
Deleuze y Guattari
Totalitarismo
Agamben
Con esta esquematización podemos exponer a continuación la huella del pensamiento arendtiano en los autores antes citados teniendo presente a nuestro país en función de la situación política que estamos viviendo para determinar la consistencia de la propuesta arendtiana. Para ello vamos a examinar la crítica de Negri al concepto de revolución aredtiano por su relación con el poder constituyente, posteriormente vamos a explicar sucintamente la propuesta política de nuestra autora así como algunos conceptos que desarrolla en obras posteriores para luego, seguidamente, exponer la crítica y su alcance a los conceptos que ella utiliza, posteriormente, vamos a examinar la idea del tiempo arendtiana y cómo fue observada esta idea por Deleuze y Guattari. Continuaremos con el desarrollo que ha tenido el concepto de totalitarismo y finalizaremos reflexionando en cómo a los venezolanos les puede servir este análisis dentro de lo que se ha denominado Reflexiones Republicanas.
Sobre el concepto de revolución y su relación con el poder constituyente.
He querido empezar con este aspecto debido a que la palabra que más escuche durante la rebelión venezolana que se inició a finales de marzo de 2017 fue ‘libertad’: Liberase de la opresión, liberar a los presos políticos, restituir el orden que había sido roto, determinar responsabilidades y constituir una república ordenada. Estas palabras dentro del pensamiento de Hannah Arendt corresponden a las pronunciadas en el origen de un proceso revolucionario. La paradoja es que en Venezuela se produjo dentro de un proceso político llamado ‘revolucionario’ que tiene como paradigmas a Rusia y Cuba, y además está siendo soportado por una imagen de la política del pasado que busca preservar al menos cuotas de beneficios. Por ello vamos a examinar qué entiende por cambio político a través del concepto de revolución y de desobediencia civil y, en segundo lugar, vamos a analizar la posición de Antonio Negri por su visión de la revolución entendida como proceso constituyente. En la obra Sobre la Revolución la autora examinó cinco aspectos que le han permitido comprender el fenómeno revolucionario que vamos a describir a continuación: significado, lo social, felicidad, fundación y herencia.
Acerca del significado de la revolución expresó que estos eran los únicos acontecimientos políticos que nos ponían directamente en contacto con el problema del origen. La palabra revolución, en este contexto, a finales del siglo XVIII comenzó a aplicarse únicamente a los hechos políticos novedosos e irresistibles cuyo objetivo fue la libertad (2006.:36). Irresistibilidad, nuevo origen y libertad fueron observadas claramente en las revoluciones estadounidense y francesa (Ibíd.:37).
Para hacer mención de la cuestión social, Arendt señaló que el problema de la revolución francesa fue que abandonaron la dirección que conducía a la libertad para focalizarse en los derechos de seres que necesitaban vestido, alimentación y reproducción (Ibíd.:81). Ese problema no se presentó en EE.UU.
En relación con la búsqueda de la felicidad Arendt señaló que esta expresión se usó, no sólo como prosecución del bienestar privado, sino también como un modo de indicar que este sólo era posible en la medida en que se participase del poder público (Ibíd.:166-168). Como se sabe, ello no ocurrió en Francia, y en EE.UU sólo se preservó en la esfera privada porque se creó una estructura estanca de representación que se ha alejado de la población.
Con respecto a la fundación destacó que a los líderes estadounidenses les preocupó la creación de un gobierno que hiciera posible la libertad, a diferencia del caso francés que establecieron derechos con independencia y al margen del cuerpo político con la Declaración de los Derechos del hombre y del Ciudadano. Con esta declaración se identificaron estos derechos con los derechos de los ciudadanos (Ibíd.:200). Esto colocó a la autora en el plano de reflexionar acerca de los términos correlativos de ‘poder’ y ‘autoridad’ debido a que la recuperación de las libertades antiguas fue acompañada con el restablecimiento de estas dos expresiones políticas. Esta recuperación estuvo determinada por el tipo de gobierno que se iba a derrocar. Por ello cuando los revolucionarios franceses depusieron al rey colocaron al pueblo como la fuente y el fundamento del poder y el origen de todas las leyes generando inestabilidad. En el caso estadounidense, por el contrario, el asiento del poder estuvo en el pueblo, pero la fuente del derecho fue la constitución, por lo que su problema fue el establecimiento de la autoridad con el fin de garantizar una estabilidad permanente (Ibíd.:210-213).
Finalmente, en lo concerniente a la tradición revolucionaria y su tesoro perdido indicó que lo que quedaría como legado de esas experiencias históricas fueron las libertades civiles, el bienestar individual del mayor número y la opinión pública como la fuerza más importante para gobernar una sociedad democrática e igualitaria. Pero, esta transformación no fue posible donde siguieron la estela dejada por la revolución francesa debido a que ninguna fundación de un cuerpo político nuevo era posible donde la población estuviese sometida al imperio de la necesidad (Ibíd.:306). De ahí que los revolucionarios de los siglos XIX y XX lograran sus objetivos de alcanzar el poder, pero sin lograr establecer un orden estable.
Dado que en toda revolución el acontecimiento más importante es el acto de fundación, el espíritu revolucionario debía ser visto como depositario de dos elementos que le parecieron irreconciliables e incluso contradictorios. Por una parte, el acto de fundar un nuevo cuerpo político trae consigo la preocupación por la estabilidad y durabilidad de la nueva estructura. De ahí que para los revolucionarios la forma republicana fue vista como la más deseable por su estabilidad. Por otra parte, los llamados a establecer la fundación debían poseer un elevado espíritu acorde con las circunstancias de cambio. La oposición de estos dos elementos ha sido para Arendt el síntoma de la crisis de la política estadounidense debido a que no crearon una capacidad de adaptación a los cambios mediante la reincorporación y refundación de las fuentes originales de su poder, que estimó se encontraba en los municipios, produciendo un vacío entre el pueblo y sus representantes. Ese ha sido el problema que históricamente ha tenido Venezuela hasta el presente.
Este vacío según Arendt se debió a que el gobierno representativo se ha convertido en un gobierno oligárquico, en el sentido que lo que ahora llamamos democracia es una forma de gobierno donde los pocos, se suponen, gobiernan en interés de las mayorías. Por ello consideró que las conmociones profundas del siglo XX han producido el fenómeno totalitario. Esa es la estela que ha seguido la clase dirigente venezolana y por ello se ha planteado el establecimiento de un nuevo origen en Venezuela.
Hay que aclarar que la otra obra que se enmarca en el esfuerzo de Arendt por tratar de retornar o producir un nuevo origen en el plano político fue Sobre la Desobediencia Civil. En esta obra trató de analizar un fenómeno que se hizo patente en EE.UU. en la década de los años sesenta del siglo pasado y se extendió al mundo que evidencia la inestabilidad de los gobiernos y la vulnerabilidad de los sistemas legales existentes (2015:55). Frente a estos fenómenos, Arendt afirmó que la desobediencia civil puede ser considerada como un indicio de una significativa pérdida de la autoridad de la ley que surge cuando un importante número de ciudadanos
“ha llegado a convencerse o bien de que ya no funcionan los canales normales de cambio y de que sus quejas no serán oídas o no darán lugar a acciones ulteriores, o bien, por el contrario, de que el Gobierno está a punto de cambiar y se ha embarcado y persiste en modos de acción cuya legalidad y constitucionalidad quedan abiertas a graves dudas [como]… siete años de guerra no declarada en Vietnam [o] la creciente influencia de los organismos secretos en los asuntos públicos” (Ibíd.:59).
Visto de otra manera, la desobediencia civil es un desafío abierto y público a un orden específico y está relacionada con cambios necesarios y deseables o a la deseable preservación o restablecimiento del statu quo. En relación con los cambios que en sí generan ese debilitamiento del orden, Arendt señaló que estos siempre acaecen, lo que desestabiliza es la velocidad con que ocurren. Esta velocidad indica que las capacidades del hombre para el cambio no son ilimitadas y ello hacía necesario la existencia de un equilibrio entre cambio y estabilidad debido a que, por una parte, el progreso se caracteriza por producirse en un futuro que es imprevisible como se indica en el Angelus Novus y, por la otra, ninguna civilización hubiera sido posible sin un marco de estabilidad que permitiera la adaptación ante el fluir de un hecho inexorable como lo es el cambio.
Si bien entiende que las prácticas consuetudinarias son factores estabilizadores, los sistemas legales son los que dan la estructura y referencialidad que garantiza su consolidación. Ello explica que cuando se produce una aceleración de los cambios la ley actúe como “una fuerza restrictiva”. Esta restrictividad hay que tenerla presente debido a que en un orden político donde las instituciones no son lo suficientemente flexibles los miembros que la integran van a padecer tensiones que pueden desembocar en situaciones no deseadas.
Con esta imagen, veamos ahora la visión de Antonio Negri un marxista crítico que ha construido una estructura de pensamiento basada en la relación entre revolución y poder constituyente teniendo presente el colapso de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.
Para Negri el poder constituyente es la revolución misma, es decir, un procedimiento absoluto (omnipotente y expansivo, ilimitado temporal y espacialmente y no finito) característico de un gobierno democrático cuya potencia constitutiva no debe concluir nunca en el poder constituido. Este autor italiano consideró que Hannah Arendt había comprendido esta verdad pero cometió el error de considerar lo social como un aspecto separado de lo político haciendo que su enfoque se revelase como conservador puesto que hizo del acto político emancipador un hecho limitado conceptual, espacial y temporalmente y, por consiguiente, ambiguo. Aquí es conveniente aclarar que según expresión de la propia Arendt, ella buscó evitar la dicotomía de poder constituyente y poder constituido con lo cual la crítica de Negri, en este aspecto, no tiene sentido. De igual forma, la idea de temporalidad que indica que el proceso constitutivo termina con el acuerdo no está en el espíritu de Arendt si se revisa con detenimiento el capítulo correspondiente a la tradición revolucionaria y su tesoro perdido. El problema de la autora fue indicar la necesidad de la preservación del espíritu revolucionario para asegurar una estructura de representación adaptativa en todas las escalas organizacionales de la nueva entidad política. Por otra parte, es muy difícil sostener una tesis conservadurista cuando el foco de atención de la autora se centró en un ‘origen’ visto como un ‘nacimiento’ que es capaz siempre de producir algo nuevo en todos los estratos de un cuerpo político.
El pensador italiano destacó dos aspectos del poder constituyente: la estructura y el sujeto llamado a ponerla en ejecución. Con respecto a la estructura indicó que NO es totalitarismo porque su esencia es democrática, pero no indicó cómo es esta. En relación con el sujeto adecuado, el problema que consideró Negri fue el de crearlo para ejecutar el procedimiento absoluto. Y para ello se apoyó en el pensamiento de Foucault debido a que, según él, este autor vio al sujeto como potencia y producción. Estas dos cualidades vista como producción de subjetividad permite ver este sujeto, según el pensador italiano, como abierto, proyectado a una totalidad sin encerrarse a sí mismo y focalizado en lo social. Ahora, este sujeto constituyente sólo puede desplegar su potencia y productividad de manera articulada, para este autor, es en multitud. La multitud la entiende como un conjunto de singularidades que operan en común desde un mismo plano de inmanencia. Esta multitud dirigida bajo una ideología de talante marxista es lo que puede llevar un proceso constituyente y el esfuerzo por establecer un nuevo origen por un camino totalitario como estamos padeciendo en la Venezuela actual. Sobre esto volveremos más adelante, pero ahora, se hace necesario exponer la propuesta arendtiana.
La propuesta política arendtiana
Hannah Arendt hace su propuesta política esencialmente en los fragmentos que aparecieron en ¿Qué es la Política?, y en la obra La Condición Humana. ¿Qué es la Política?, fue una serie de escritos recopilados póstumamente que evidencian la orientación de sus pensamientos y el curso seguido por este en su vida terrena que se sintetizan en la siguiente expresión: el sentido de la política es la libertad, en posibilidad de poder comenzar algo nuevo. Con este criterio, define la política como
“… todo aquello necesario para la convivencia de los hombres y para posibilitarles —como individuos o como comunidad— una libertad situada más allá de lo político y lo necesario” (1997:85).
Esta afirmación, de suyo, posibilita la valoración del grado de libertad de un organismo político, puesto que la política, al decir de Kohn, es una actividad humana que se expresa en las grandes acciones y en la capacidad de remover nuestros sentimientos de apatía y resignación (2015:54).
La Condición Humana está dividida en seis partes: en la primera define esta condición desde la perspectiva de lo que denominó Vita Activa, en la segunda, la esfera pública y la privada, en la tercera, la labor, en la cuarta, el trabajo, en la quinta, la acción y la sexta y última la Vita Activa y la época moderna. Vamos a hacer ahora una síntesis de esta obra destacando las dificultades que encontró y explican la crisis de la política actual.
La Vita Activa la definió como el conjunto de tres actividades fundamentales: labor, trabajo y acción. La labor está relacionada con el proceso biológico del cuerpo humano ligado a las necesidades vitales producidas y alimentadas en el proceso de la vida e implica crecimiento, metabolismo y decadencia. El trabajo, cuya condición es la mundanidad es la actividad relacionada con lo no natural de la exigencia del hombre proporcionándole el “artificial mundo de cosas más allá de todas las circunstancias naturales”. La acción, finalmente se corresponde con la pluralidad entendida como la condición de toda vida política en el sentido que “los hombres viven en la tierra y habiten en un mundo” (1993:21-22).
Estas tres actividades y sus correspondientes condiciones, según nuestra autora, están estrechamente relacionadas con la condición más general de la existencia humana: nacimiento y muerte, en el sentido que la labor asegura la supervivencia individual y la vida de la especie. El trabajo y su producto conceden una medida de permanencia y durabilidad a la superficialidad y la finitud. Y finalmente, la acción crea la condición para la historia. Si bien las tres actividades y sus condiciones están enraizadas en la natalidad por el hecho que los seres humanos son arrojados en el mundo la acción está más estrechamente relacionada con la condición humana de la natalidad. Esto es debido a que el arrojado posee la capacidad de empezar algo nuevo, es decir, de la acción abriendo un sinfín de posibilidades (Ibíd.:23). La mortalidad, por su parte, es seguir una línea rectilínea signada por la finitud teniendo en la producción un lugar en la inmortalidad.
Con respecto a la esfera pública y la esfera privada la autora hizo una distinción entre lo familiar y político, que han existido como entidades diferenciadas y separadas desde la antigüedad para introducir el concepto de esfera social, que entiende como un fenómeno cuya forma política la encontró en el Estado-nación (Ibíd.:41). Así pues, la esfera pública es la relacionada con lo común y con lo que se muestra, e implica la convivencia basada en el hecho que un mundo de cosas está entre quienes lo tienen en común (Ibíd.:62). La esfera privada está relacionada con la propiedad. Ello ha significado, desde el punto de vista histórico tener un lugar sagrado relacionado con el nacimiento y la muerte “en alguna parte concreta del mundo y por lo tanto pertenecer al cuerpo político…” (Ibíd.:70-71).
En relación con la Labor, de una manera más profunda, señaló que esta significaba estar sometido a la servidumbre de la necesidad. Solo la distinción entre labor productiva e improductiva produjo un cambio de circunstancias que puede ser visualizada en los siguientes aspectos: La labor y vida que está relacionado con el movimiento de un ciclo prescrito por el proceso biológico del organismo vivo determinado por el consumo (Ibíd.:112). La labor y fertilidad que tiene que ver con el hecho que el organismo vivo no se agota tras proveer lo necesario para su propia reproducción, y su excedente radica en su potencial multiplicación. Lo privado de la propiedad y la riqueza está relacionado con la búsqueda sin trabas de la apropiación con la finalidad última de alcanzar una felicidad entendida como ausencia de dolor que entiende como la más radical forma de vida no política. El problema se ha presentado con el crecimiento de la riqueza y el proceso de acumulación como tal debido a que su infinitud ha desafiado constantemente la finitud del hombre. Esto nos coloca ante una realidad signada por el consumo. La sociedad de consumidores está referida al hecho de que la técnica moderna ha emancipado al hombre de la labor y específicamente de la necesidad trayendo como consecuencia un desequilibrio entre labor y consumo que ha facilitado la participación del animal laborans en la esfera pública. Pero, esta esfera pública no está siendo en sí eso sino solo actividades privadas abiertamente manifestadas que muestran un espejismo donde desapareció el equilibrio entre el dolor y el placer y por consiguiente el deseo de trascendencia que es necesario en el trabajo y en la acción política.
Con respecto al Trabajo hizo su análisis a partir de la consideración de varios elementos que se examinaran a continuación: El carácter duradero del mundo está referido al hecho de que el trabajo de nuestras manos fábrica la infinita variedad de cosas que constituye “el artificio humano”. Son las cosas materiales e inmateriales producidas que permiten la existencia de la propiedad y el valor de cambio en función de su duración. Esta duración da estabilidad e identidad (Ibíd.:157-158). La cosificación mediante la alteración de la naturaleza se expresa en la fabricación. Este elemento, que lo observa como un proceso, está determinado completamente por la relación de medios y fines (Ibíd.:160). El homo faber, en este contexto, es efectivamente dueño y señor por su capacidad de modificar a la naturaleza a diferencia del animal laborans, sujeto a la necesidad de su propia vida, y del hombre de acción, que depende de la promesa mutua (Ibíd.:165). La instrumentalidad y animal laborans está referida a la sujeción de este último a los procesos de la vida y a unos instrumentos que emplea para facilitar las labores de su propio proceso vital (Ibíd.:172). Con respecto al mercado de cambio señaló que esta es la esfera pública del homo faber (Ibíd.:178).
En relación con la Acción vamos a examinar la estructura argumentativa de la autora analizando los siguientes aspectos: La revelación del agente en el discurso y la acción que tiene que ver con el hecho de que la pluralidad humana tiene el doble carácter de igualdad y distinción. Actuar que significa tomar una iniciativa, comenzar, poner algo en movimiento por sí mismo con un resultado completamente inesperado (Ibíd.:201). La trama de las relaciones y las historias interpretadas que es la estructura donde la acción y el discurso se dan entre hombres interesados por los asuntos del mundo de cosas ubicadas entre ellos y por lo tanto factible de relacionarlas y/o unirlas para luego ser narrada produciendo un flujo que solo puede representarse y deificarse mediante una especie de repetición e imitación (Ibíd.:206). Esta estructura evidencia la fragilidad de los asuntos humanos debido a que la acción, nunca es posible en aislamiento. La acción y el discurso necesitan la presencia de otros y la práctica de la virtud de la prudencia (Ibíd.:211-212). El poder y el espacio de aparición, existe en la medida en que los hombres se agrupan por el discurso y la acción. El poder surge y se incrementa cuando los hombres actúan juntos y desaparece en el momento en que se dispersan (Ibíd.:223). Pero ella ha sido enfática al señalar dos aspectos que deben ser tenidos en consideración: por una parte, el poder no necesita justificación sino legitimidad. La legitimidad, en este contexto, la fundamenta en la obra Sobre la Violencia en una apelación al pasado mientras que la justificación está orientada a un fin que se encuentra en el futuro (2006:72). Y, por la otra, el poder y la violencia son opuestos. Para ella son idealmente excluyentes en el sentido que la violencia aparece cuando el poder está en peligro y, en la medida en que permanece y se acreciente va destruyendo al propio poder hasta hacer lo desaparecer (Ibíd.:77). En el homo faber y el espacio de aparición expresa que la esfera pública es 'el trabajo del hombre' debido a que permiten crear su propia memoria a partir de la construcción y mantenimiento de la realidad. El surgimiento de la necesidad o de la utilidad lo asocia con el concepto de alienación debido a que es producto de la atrofia del espacio de aparición y el debilitamiento del sentido común. En relación con la tradicional sustitución del hacer por el actuar, esta se produjo por la sustitución del ‘actuar’ por el ‘gobernar’. Es decir, la visión actual del mundo es observada como ciencia de procesos y, en su última etapa, en ciencia de procesos irreversibles e impredecibles. Finalmente, en la Vita Activa y la época moderna hace un análisis de varios aspectos basados en la alienación y la perdida de sentido común que vamos a abordar a continuación.
Arendt afirmó que la modernidad hizo que se perdiera el estímulo de los sentidos y en consecuencia lo que los hombres comenzaron a tener en común “ya no fue el mundo sino la estructura de sus mentes” (Ibíd.:309). Esto lo denominó como una nueva forma de alienación. Con la desaparición del mundo sensualmente dado desapareció también el mundo trascendente, y con él la posibilidad de trascender el mundo material en concepto y pensamiento (Ibíd.:314). Ello se produjo por una inversión del orden establecido entre la contemplación y la acción que afectó la relación entre pensamiento y acción en el sentido que hizo que contemplación entendida como contemplación de la verdad, fuese eliminada por completo y la acción fuese elevada a su rango. Con ello, el pensamiento pasó a ser el sirviente de la acción y el trabajo y la labor pasaron a tener el rango que antes tenía la acción política (Ibíd.:326).
Con lo antes indicado podemos ahora señalar a los críticos y valorar la consistencia de sus observaciones.
Los conceptos arendtianos y sus críticos.
Leer a Hannah Arendt a través de la crítica realizada por Negri me ha colocado en la condición de afirmar que en este autor italiano hay trazas del pensamiento arendtiano. Esta lectura fue la que me puso en posición de examinar a otros autores que en cierta forma están relacionados con Negri para determinar la fuerza de dicha traza en cuanto a grosor e intensidad. Me refiero a Foucault, Hardt y Negri y Paolo Virno. Veamos el alcance de sus argumentos.
Es muy difícil hallar una cita de Arendt en el pensamiento de Foucault pero es posible divisar trazas que indican la cercanía entre ambos. De hecho solo hay una mención, según Drivet (2014) en el Vocabulario Foucault pero citando una edición específica de la obra del autor francés referida a la distinción entre poder y dominación. Estas trazas pueden observarse en el carácter de paria que se auto indicó la autora judío-alemana y el proceso que lo condujo a definir el biopoder y biopolítica.
Además de Agamben, hay autores reciente en lengua castellana que han establecido la relación, pero han tratado de mostrar más su lejanía sobre todo en lo concerniente al giro que le dio Foucault al concepto de biopolítica, pero esta argumentación es inconsistente si se considera que Arendt planteó, de forma insistente, el riesgo de incluir a la biología bajo el paragua político porque eso apuntaba al totalitarismo. Vista así las cosas la biopolítica entendida como una forma de gobierno que se basa en la consideración de la vida misma como un asunto político que tiende al totalitarismo en la concepción arendtiana no es poder sino fuerza. Teniendo esto presente, lo que pretendo afirmar es que Foucault fue conocedor del pensamiento de Arendt y lo usó, en parte, como fuente para su producción filosófica desde una posición personal que quizás interpretó como similar a la vivencia de la autora judeo-alemana.
Negri y Hardt, por su parte, criticaron la tesis arendtiana acerca de la diferencia entre los procesos revolucionarios estadounidense y francés en Multitud y en Commonwealth. En Multitud, insistieron en la separación de lo ‘político’ y lo ‘social’ y en Commonwealth usaron esta crítica para justificar su concepción de la biopolítica. Ellos definieron biopolítica de dos maneras: en primer lugar, como la forma como la sociedad de control se expresa en “el conjunto del cuerpo social que se desarrolla en su virtualidad” haciendo que el poder se hunda “en las profundidades de las conciencias y los cuerpos de la población y, al mismo tiempo, …en la totalidad de las relaciones sociales”, poniendo en tensión el equilibrio existente entre los conceptos de libertad y seguridad y, en segundo lugar, como el poder de vida para resistir y determinar una alternativa producción de subjetividad. Sin embargo, como hemos indicado la consideración política de la labor, es decir, de la biología, para Arendt conduce al totalitarismo.
El otro autor que se interesó en el pensamiento arendtiano fue Paolo Virno. Él lo hizo desde dos perspectiva: de la ‘Acción política’ y la revolución y del lenguaje como fundamento de la praxis política.
Con respecto a la ‘Acción Política’ y la revolución este autor italiano, en Virtuosismo e Revolução dedicó un capítulo para criticar el pensamiento de Arendt a partir de las categorías políticas por ella establecidas y en especial la relativa a la 'acción' debido a que consideró que esta expresión referida a la política le parecía enigmática e inalcanzable (1994/2008:117). Este autor, en concordancia con Arendt afirmó que las fronteras demarcadas entre intelecto, trabajo y acción se desmoronaron y por ello concordó en: que el 'trabajo' absorbió los trazos distintivos de la acción política y que esta absorción fue posible gracias a la conspiración existente entre la producción contemporánea y un 'intelecto' que se ha tornado público generando en consecuencia un eclipse de la 'acción' que lo obligó a pensar en cómo producir un éxodo de la estructura del Estado. Su propuesta giró en torno a la consideración de los siguientes aspectos: actividad sin obra; el intelecto público; partitura de los virtuosos; éxodo; la virtud de la intemperancia; multitud, ‘General Intellect’, república; derecho de resistencia e imprevisto esperado. Veamos sucintamente en que consistieron todos estos aspectos.
En la actividad sin obra, señaló que la desaparición de los límites entre trabajo y acción se debió al hecho de que el acto de producir absorbió muchas prerrogativas de la acción en un contexto donde la política hasta ahora ha ofrecido una red comunicativa y contenidos cognitivos muy pobres (Ibíd.:120). Con respecto al intelecto público observó como el saber social global se había convertido en la principal fuerza productiva. Ello ocurrió cuando se unió al trabajo sometiéndose a los criterios y a las jerarquías que caracterizan al régimen de las fábricas haciendo del trabajo una actividad similar a la de un artista ejecutor (Ibíd.:127). Gracias a esto el Éxodo lo observa como la piedra angular de la nueva acción política debido a su capacidad de sustraer al Ser de la parálisis actual de la ‘Acción’ que está subyacente en virtud del artista que está subyacente en el trabajo (Ibíd.:130).
La virtud de la intemperancia la relacionó con la desobediencia civil que consideró como la forma básica e imprescindible de la ‘Acción Política’. La desobediencia, en este contexto, comporta un conjunto de acciones que pueden ser observadas como emprendimientos por su relación con la producción. Aquí se enmarca el concepto de multitud. Virno considera que los virtuosos modernos han ascendido a la categoría de multitud por su singularidad y una pluralidad que puede ser observada en un éxodo (Ibíd.:138).
Con respecto al derecho de resistencia señalo que la atrofia de la 'Acción Política' ha tenido como corolario la convicción de que no existe más un enemigo, sino apenas interlocutores incoherentes envueltos en un equívoco cuya situación aún no ha sido esclarecida. La teoría del Éxodo que este autor propuso busca reconstruir por dos vías el significado del concepto de 'enemistad' en un contexto signado por el fin del estatismo. En primer lugar, mediante el reconocimiento de una transformación de la geometría de la hostilidad. La amistad, por su parte, la define por las relaciones de solidaridad que se establecen en el curso de la fuga. En segundo lugar, mediante la determinación del grado de hostilidad debido a que las revoluciones acaecidas a todo lo largo del siglo XX han tendido a elevar estas al estatus de guerra civil y, por consiguiente, a una enemistad de tipo absoluto que es la condición de modelo implícito en todos los conflictos (Ibíd.:144). Este hecho ha comportado la existencia estable de un estado intermediario entre paz y guerra caracterizado por no ser relativa en el sentido westfaliano ni absoluta en el sentido de la guerra civil (Ibíd.:145). Junto con este derecho de resistencia, la desobediencia radical es la virtud de la intemperancia.
Finalmente con respecto al esperado imprevisto señaló que Hannah Arendt separó con claridad 'Trabajo', 'Acción' e 'Intelecto' mostrando su inconmensurabilidad recíproca hasta que la sociedad de masas limitó la 'Acción' dejando inmutables las otras dos, pero el 'trabajo' y el 'intelecto' al tornarse público se convirtieron en bien común. Esta es la brecha, el milagro para reiniciar algo inesperado, un nuevo nacimiento, un hecho excepcional que acaece cuando la acción política pasa a las manos de muchos en contraposición al orden existente (Ibíd.:151).
Cómo podemos observar, Virno intentó operacionalizar el establecimiento de un nuevo origen a partir del concepto de ‘multitud’ por las dos vías consideradas por Arendt. Sobre esta inteligencia colectiva, volveremos más adelante. Estas dos vías que nos colocan en el plano del concepto de acontecimiento nos permiten ahora ver a Arendt desde la perspectiva deleuzoguattariana.
La idea del tiempo arendtiana.
Deleuze y Guattari sólo hacen una cita de Arendt en relación con el totalitarismo en Mil Mesetas, sin embargo, cuando observamos la filosofía y el concepto de ‘acontecimiento’ en estos autores, encontramos en los conceptos de ‘origen’ y ‘nacimiento’ arendtianos similitudes en el modo en que todos estos autores manejan la idea del tiempo y el cambio y, consecuentemente, el ‘acontecimiento’. En Sobre la Revolución y en La Vida del Espíritu Arendt hizo un conjunto de afirmaciones relativas a los ciclos y rupturas que si bien pueden ser consideradas de un origen común ubicado en Nietzsche permiten establecer una relación con ¿Qué es la Filosofía? y Sobre las Sociedades de Control donde se puede observar esta cercanía. Esta cercanía se evidencia cuando Arendt afirma en Sobre la Revolución que
“…, el origen carece… de toda base de sustentación, es como si no procediese de ninguna parte, ni en el espacio ni en el tiempo. Durante un momento, en el momento del origen, es como si el que lo produce hubiera abolido la secuencia de la temporalidad, o como si los actores hubieran salido del orden temporal y de su continuidad. La primera vez que se presenta el problema del origen es, por supuesto, en el pensamiento y la especulación acerca del origen del universo… En otras palabras, el problema del origen se resuelve mediante la introducción de un iniciador cuyos propios comienzos no exponen la cuestión, debido a que se extiende ‘de la eternidad a la eternidad’. Esta eternidad es el absoluto de la temporalidad y, en la medida en que el origen del universo penetra en la región del absoluto, deja de ser arbitrario y se enraíza en algo que, si bien puede estar más allá de la capacidad racional del hombre, posee una razón, una estructura racional propia” (2006:283-284).
De igual forma, en la Vida del Espíritu se refiere a pensar lo impensable para sentar los fundamentos de una comunidad humana “para toda política futura y para el desarrollo histórico” a partir de un quiebre del continuo temporal normal que no deje nada que pueda servir como iniciador, es decir,
“Pensar en un inicio absoluto – creatio ex nihilo – abole la secuencia de la temporalidad no menos que lo hace el pensar en un fin absoluto, referido ahora correctamente como pensar lo impensable” (1971/1984:486-487).
En Deleuze y Guattari (1991/2005) tratan de pensar un concepto digno del acontecimiento porvenir que posteriormente Deleuze (1999) anunció en su post scriptum. La imagen que permite pensar la coincidencia es el Angelus Novus de Klee y la interpretación que de esa obra hace Walter Benjamin que fue también reseñada por Arendt en Los Orígenes del Totalitarismo. Pensar en un acontecimiento en estas circunstancias dentro de lo que sería una filosofía del avenir es crear las condiciones de posibilidad para que ese evento no caiga en un vacío, sino que, en palabras de Arendt facilite una nueva fundación. Ese vacío que es el momento entre eternidad y eternidad es en donde se focaliza Negri en su Poder Constituyente. En este contexto, un acontecimiento es para Deleuze y Guattari (1991/1995),
“… es un entretiempo: el entretiempo… es devenir. El entretiempo,… es un tiempo muerto, en el que nada sucede. Este tiempo muerto no viene después de lo que sucede, coexiste con el instante o el tiempo del accidente, pero como la inmensidad del tiempo vacío en el que todavía se lo percibe como venidero y ya pasado,…. Todos los entretiempos se superponen, mientras que los tiempos se suceden. En cada acontecimiento hay muchos componentes heterogéneos, siempre simultáneos, puesto que cada uno es un entretiempo,…. Cada componente… se actualiza o se efectúa en un instante,… ; pero nada ocurre en la virtualidad que sólo tiene entretiempos como componentes y un acontecimiento como devenir compuesto. Nada sucede allí, pero todo deviene, de tal modo que el acontecimiento tiene el privilegio de volver a empezar cuando el tiempo ha transcurrido”
Nosotros los venezolanos vivimos un entretiempo. Este entretiempo se produjo sin un concepto que evitase que se cayese al vacío y es lo que ha impedido la nueva fundación. La idea de desarrollar un concepto que sea digno del establecimiento de un nuevo origen entendido como un acontecimiento es en sí la idea que dio origen a estas reflexiones republicanas y en cierta manera busca evitar las tendencias totalitarias, por lo que creemos que toda la reflexión de Arendt, después de los Orígenes del Totalitarismo tuvo como foco evitar su desarrollo y concreción efectiva. Este es el aspecto que me ha inducido a pensar en esta autora en este escenario teniendo presente que el fenómeno totalitario se está presentando a escala global indiferentemente de la tendencia político-ideológica. Con ello podemos examinar ahora el pensamiento de Giorgio Agamben.
Del concepto de totalitarismo al de biopolítica.
Agamben, intentó acercar, según Ilivitzky (2012), el pensamiento arendtiano y foucaultiano en relación con el cambio que hizo con el concepto de biopolítica para explicar las formas en que el totalitarismo se ha presentado en el presente a partir de la diferenciación entre ‘nuda vida’ (o ‘zoé’), que en Arendt abarca la ‘labor’ y el ‘trabajo’ y ‘vida digna de ser vivida’ (o ‘bíos’) que marca la distinción entre lo meramente biológico de la vida y la del ser capaz de la ‘Acción Política’. Este esfuerzo se debió a que el propio Agamben señaló que
“… Arendt había analizado,…, el proceso que conduce al [animal] Laborans,… y con él a la vida biológica como tal, a ocupar progresivamente el centro de la escena política del mundo moderno. Arendt atribuía precisamente a este primado de la vida natural sobre la acción política la transformación y la decadencia del espacio público en las sociedades modernas. El hecho de que la investigación de Arendt no haya tenido continuidad y el de que Foucault pudiera emprender sus trabajos sobre la biopolítica sin ninguna referencia a ella, constituye todo un testimonio de las dificultades y de las resistencias con el pensamiento iba a tener que enfrentarse en este ámbito. Y a estas dificultades se deben probablemente, tanto el hecho de que en [La Condición Humana] la autora no establezca conexión alguna con los penetrantes análisis que había dedicado con anterioridad al poder totalitario (en los que falta por completo la perspectiva biopolítica) como la circunstancia no menos singular, de que Foucault no haya trasladado nunca su investigación a los lugares por excelencia de la biopolítica moderna: el campo de concentración y la estructura de los grandes Estados totalitarios del siglo XX” (2010:12-13).
Sin embargo, como hemos demostrado en todo este derrotero la conexión entre Los Orígenes del Totalitarismo y La Condición Humana se encuentra en su concepto de ‘poder’ y en lo que hay que evitar. Consentimos con Agamben en que no fue más allá, pero creo que si retomamos los temas de la revolución y de la desobediencia civil me parece que la preocupación de la autora era algo que estaba pensando desde la perspectiva de las causas y no de sus consecuencias porque ya había vivido las consecuencias y no quería que estas se repitiesen. Esta problemática que presenta este autor, nos obliga a examinar su relación con Hannah Arendt y cómo ha intentado superar su pensamiento.
En Homo Sacer, Agamben concordó con Arendt en varios aspectos de su pensamiento para establecer sus límites en lo concerniente al papel de la biología en la política. Estos fueron: el círculo vicioso de los conceptos de poder constituyente y poder constituido, del que ya hemos hablado, la politización de la vida y los derechos del hombre y la biopolítica.
De manera más específica destacó que Arendt estableció “con claridad el nexo entre dominio totalitario y esa… condición de vida que es el campo de concentración”, pero le faltó considerar que la “transformación radical de la política en espacio de la nuda vida (es decir, en un campo de concentración), [había] legitimado y hecho necesario el dominio total”. En esta relación es que se puede entender su esfuerzo por hacer converger los estudios de Arendt y Foucault por intermedio de los conceptos de 'nuda vida' o 'vida sagrada' debido a que
"…en tal concepto, política y vida han pasado a entrelazarse de manera tan íntima, que no se deja analizar con facilidad… A la nuda vida y a sus avatares en el mundo moderno… le es inherente una opacidad que es imposible clarificar si no se cobra conciencia de su carácter político; inversamente, la política moderna, una vez que entra en simbiosis con la nuda vida, pierde esa inteligibilidad que todavía nos parece características del edificio jurídico-político de la política clásica” (Ibíd.:153).
De igual forma, Agamben destacó que Arendt se dedicó al problema de los refugiados, la decadencia del estado-nación y el fin de los derechos del hombre y la relación existente entre estas tres situaciones. El pensador italiano muestra la paradoja planteada por Arendt, es decir, “que la figura del refugiado que habría debido encarnar por excelencia al hombre de los derechos” muestra la crisis radical del concepto de derechos del hombre, pero agrega que ella no profundizó en esta relación. Creemos que ello no fue así, si se analiza las obras posteriores de Arendt, es decir, ¿Qué es Política?, Sobre la Violencia y Sobre la Desobediencia Civil, nos encontramos que Arendt si profundizó en esta relación indicada, pero por otra vía que podría plantear la consideración de si aceptaba o no los fundamentos del orden que estaba en crisis. Para Agamben, esta puerta abierta por Arendt le ha permitido dar fuerza a su desarrollo del concepto de biopolítica y ampliar la problemática planteada por la autora en relación al Estado-nación.
La insistencia en considerar la biopolítica como concepto político se debe a que Agamben creyó que una de sus características esenciales es la necesidad de definir en cada momento “el umbral que articula y separa lo que está adentro y lo que está afuera de la vida” (Ibíd.:166). En este contexto el refugiado visto por Arendt, le permitió proponer su concepto de nuda vida (Ibíd.:167). Con este conjunto de referencias, Agamben ha estimado necesario situar “el fenómeno totalitario globalmente considerado en el horizonte de la biopolitica” debido a que el refugiado identificado con la nuda vida, en principio, fue internado en un campo, visto como tierra de nadie que asocia con el estado de excepción, generando un proceso que permitió la sacralización de la vida haciendo excepcional a la  política (Ibíd.:188).
Por ello Agamben consideró que el campo es también el más absoluto espacio biopolitico donde el poder sólo tiene en frente la pura vida sin ningún tipo de mediación. Este campo, que en la actualidad se ha instalado firmemente en la ciudad es, para él, “el nuevo nomos biopolitico del planeta” (Ibíd.:224). Por ello concluyó afirmando que
“La restauración de las categorías políticas clásicas propuesta por Arendt tiene un sentido crítico desde el mismo momento que con los campos de concentración no hay retorno posible a la política clásica. Y no somos solo, por emplear las palabras de Foucault, animales en cuya política está puesta en entredicho su vida de seres vivientes, sino también, a la inversa, ciudadanos en cuyo cuerpo natural está puesta en entredicho su propia vida política” (Ibíd.:238).
En este punto hay que tener presente que los venezolanos estamos viviendo en un campo y los que están fuera del campo tienden a ser refugiados en la medida en que comiencen a ser visto como una carga en los lugares de refugio.
Teniendo presente lo antes expresado es conveniente destacar que Roberto Esposito (2006) ha señalado que el concepto de biopolitica fue acuñado por R. Kjellen en conjunto con el concepto de geopolítica en Berlín en el año 1916. Ambos conceptos que abrieron la puerta para considerar los estudios realizados por Üxküll en los años que siguieron, plantean la necesidad de profundizar acerca de la insistencia de Arendt de no considerar la ‘labor’ y el ‘trabajo’ como un asunto político. Este riesgo la autora lo visualizó desde los orígenes del fenómeno totalitario. Sin embargo, si se considera que los estudios de Üxküll han permitido el desarrollo de lo que hoy día se conoce, por una parte, como inteligencia artificial y, por la otra, algo que en Deleuze y Guattari sirve para explicar el concepto de máquina de guerra (Blanco, 2016), podríamos señalar que, más que un retorno a las categorías clásicas o una revisión de la categoría histórica del Estado-nación lo que está patente es una nueva consideración de una idea de la política de alcance global que se corresponda con esa imagen arendtiana de la política en sentido republicano que va de abajo hacia arriba por intermedio de la promesa mutua que genere las condiciones de posibilidad de empezar algo nuevo. Aquí es que cobra sentido el concepto de inteligencia social indicada por Virno, puesto que la forma de relación puede ser vista en la tercera crítica kantiana.
Para Agamben la nuda vida se corresponde con el ‘homo sacer’ y el campo de concentración que examina en Lo que queda de Auschwitz, se corresponde con el estado de excepción. Esta articulación es posible gracias a Carl Schmitt debido a que él señaló que soberano es quien puede declarar un estado de excepción y decidir entre la vida y la muerte de seres para mantener un orden político (Blanco, 2016). Con esta distinción, Brunet (2007) señaló que al ser la nuda vida el modo de vida dominante, Agamben buscó en Medios sin Fin pensar en una ética que estuviese deslastrada de aspectos jurídicos, siguiendo el pensamiento spinoziano, debido a que un ser colocado en nuda vida ha perdido todos sus derechos (2001:16).
Sobre este esfuerzo de Agamben basado en el uso del pensamiento spinoziano es de mencionar que en la obra de Arendt el pensamiento de Spinoza sólo se observa, en sus dos últimas obras inconclusas, es decir, La Vida del Espíritu y las Lecciones sobre la Filosofía Política de Kant, pero en ambas las referencias son marginales. Aquí está el abismo, porque la filosofía de Kant según Arendt orbita en torno a la crítica de la facultad de juzgar teleológica, una reflexión a donde convergió, Cassirer, Üxküll, Heidegger y Deleuze y Guattari. Como en esta obra, Kant critica a Spinoza por su idealismo determinista y fatalista, creemos que Arendt llegó al vértice sobre el cual se bifurcan totalitarismo y republicanismo y sólo la razón, uno de los aspectos que acercan a Kant y Spinoza y que pudiera permitir alejar cualquier atisbo de ideología como han pretendido inocular Virno, Hardt y Negri, pudiera llenar el vacío que separa el pensamiento de estos autores para establecer nuevos límites entre política (‘Acción’) y ‘trabajo’ y ‘labor’.
Después de lo antes señalado la pregunta que surge es cómo se puede separar de nuevo lo biológico y lo político o mejor dicho, cómo se pueden establecer nuevos límites entre lo biológico y lo político para evitar o contener cualquier direccionamiento totalitario. Con ello podemos entrar en el último aspecto de nuestra exposición.
Los venezolanos y el republicanismo arendtiano.
Después de esta larga singladura podemos afirmar que en Venezuela sólo dentro del marco de la insurrección protagonizada por la población en todo el espacio geográfico nacional fue que se planteó la oposición entre totalitarismo y republicanismo. Esto no quiere decir que no haya sido pensada con anterioridad, lo que quiero expresar es que hoy en día ha pasado a la discusión pública frente a una alternativa engañosa que se ha atribuido una representatividad que ha servido para preservar cuotas de poder en un contexto totalitario. En este sentido el totalitarismo es la forma que está en consonancia con la política contemporánea debido a la ruptura de los canales de representación y participación dentro de las comunidades políticas. De eso es que se han percatado los venezolanos que hacen resistencia.
Así pues, más allá de las inconsistencias de las críticas y efectivos aportes realizados por los autores antes mencionados lo que se evidencia es que Arendt vio en su horizonte algo que había vivido en el pasado y se impuso un límite que le permitió explicar las causas porque sus consecuencias son inconmensurables. En este sentido, los aportes de Deleuze y Guattari y Agamben y podemos agregar a Virno son básicamente los instrumentos que tenemos nosotros para producir algo nuevo y las reflexiones realizadas por Foucault y Hardt y Negri constituyen el talud abisal que hay que evitar para que una ideología se apropie e impida que se creen las condiciones de posibilidad de construir una república bien ordenada.
Arendt, según Kohn, insistió en que los seres humanos sólo son libres cuando se animan a llevar a cabo acciones conjuntas por una inmensa mayoría que propendan al bien común desde una perspectiva republicana. Esto es lo que nos interesa tener presente como venezolanos. En este contexto, lo público es el ámbito de la vida buena con lo cual la Res-publica democrática (public realm) debe pasar a ser el escenario de una acción política que debe ser auto-realizadora (2015:56-57). En esta república, según la interpretación de Kohn, los individuos adquieren poder con el fin de ejercer su libertad mediante su acción mancomunada a partir de los siguientes presupuestos: 1) considera a la comunidad política como plural, 2) coloca a la participación en la esfera pública como el factor determinante para el control y corrección del proceso democrático, 3) concibe la democracia como un espacio de aparición público potencialmente de todos desde la praxis comunicativa y, 4) la comunidad política debe inventarse permanentemente y solo puede perfeccionarse desde el conflicto, no desde el consenso (Ibíd.: 69-70). Consecuentemente, pensamos que estos presupuestos deberían ser considerados por los venezolanos una vez sea restituido el orden constitucional para la fundación de una república venezolana.
Bibliografía Consultada
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martes, 14 de noviembre de 2017

LOS BUFONES DE LA HISTORIA: SOCIALISMO Y COLABORACIONISMO, LA CRÓNICA DE UN RITORNELO


Hannah Arendt expresó que los soviéticos fueron los primeros en aplicar sistemática y deliberadamente el conjunto de hechos que siguieron a la revolución francesa para asegurar su supervivencia política y ello significó que el proceso ruso siguió el camino del terror que sólo se detuvo con la guerra con Japón en el año 1939 y con Alemania en el año 1941. Si bien todos sabemos cuáles fueron sus resultados en el año 1989, es de notar que esta acción deliberada rusa se convirtió en dogma para todos aquellos que trataron de emular la aventura soviética indiferentemente de si las causas que llevaron a ese acontecimiento se correspondían o no con la vivencia de los que intentaron reproducirla de alguna u otra manera en Rusia y en alguna u otra parte del mundo. Esta experiencia nos lleva a la situación venezolana actual.
En un escrito previo “ANALOGÍA ENTRE LA REVOLUCIÓN RUSA Y EL FIN DE LA REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA: ESCENARIOS PROSPECTIVOS”[1] expresé que la clase dirigente que conduce la tiranía venezolana con la fraudulenta asamblea constituyente ha comenzado a reproducir, cual manual de procedimiento, el proceso ruso lo cual significa que, además de la distorsiones presentadas por haber aplicado una idea a una realidad de un pasado que ya de suyo estaba distorsionada, se agrega el dogma aplicado a una ideología que los ha llevado voluntariamente a una trampa cuyo destino es la propia destrucción como lo hemos venido observando y padeciendo: abandono de la población por seguir un proyecto político histórico, default económico, sanciones de diferente naturaleza, etc., y, aún más grave que eso, impedir a los venezolanos que desarrollen libremente sus potencialidades para decidir su propio destino.
En esta reproducción han puesto en marcha, desde el 15OCT, una purga dentro del partido y en el seno de la Fuerza Armada Nacional (FAN) que ha continuado hasta ahora con el inconveniente de que, luego del fraude cometido el día antes indicado, dentro del marco de unas elecciones donde los partidos que conformaban la llamada mesa de unidad democrática (mud) fueron grotescamente burlados, ha producido un inesperado efecto dentro de sus filas en el sentido que, junto con la disolución de lo que fueron las fuerzas de unidad democrática, se ha iniciado una lucha interna por capturar la renta de los despojos de la estructura del Estado que en sí mismo se presenta como una dispersión. Esta lucha también se ha presentado también en el seno de la fraudulenta asamblea constituyente comunal y se ha evidenciado en las deserciones que han afectado dicha congregación. Hasta ahora, lo que se observa que aún mantiene la cohesión es la Fuerza Armada Nacional, pero esta cohesión funcionalmente depende de la capacidad logística que posea para sostener operaciones militares indiferentemente de cuál sea su naturaleza. Ahora, más que nunca esta entidad va a ser sometida a presión para cumplir aquella función que históricamente han cumplido los militares: la defensa del espacio geográfico.
Así pues, además de la completa desconexión de la clase partidista venezolana con la población se está observando una disolución de los ligamentos que unían sus estructuras estamentarias que ha sido acelerada por las previstas elecciones para la adjudicación de alcaldías. Todo esto se está produciendo dentro de un contexto de colapso institucional realizado en parte de forma deliberada. Este colapso institucional ha empobrecido al venezolano, lo ha sometido a una situación de soledad no deseada dentro de un contexto signado por la implantación de dispositivos de control basados en el terror y el riesgo altísimo y permanente de que nos alcance la muerte de manera no esperada de muchas y variadas formas. El carácter deliberado del colapso obedeció a que el manual de procedimientos aprehendido de la experiencia pasada indica que hay que destruir todo para poder construir un nuevo hombre y una nueva sociedad. Y no han podido lograrlo por la existencia de una sociedad que resiste más allá de la clase política.
En este sombrío contexto a la tiranía sólo le queda usar la coerción en sentido amplio como gestión de gobierno, en medio de una creciente presión internacional, con la finalidad de sostenerse hasta el año 2018 donde se realizarán elecciones en Colombia, Brasil, México y EEUU cuyos resultados pudieran paliar la situación venezolana. Los aliados cercanos de la tiranía venezolana, es decir, Cuba y la FARC también se encuentran en una situación parecida de inestabilidad crítica.
Cuba va a ser sometida a crecientes presiones por parte de EEUU que irán reduciendo su capacidad de maniobra internacional. Este hecho va a colocar a ese país ante un dilema existencial. El caso de la FARC es más complicado desde el mismo momento que existen, al menos, dos FARC, una que se acogió al oscuro acuerdo de la Habana sobre la cual pivotean políticamente el resto de los grupos que siguen en armas y la otra, o las otras, que se observa como la retaguardia estratégica de una estructura guerrillera policéntrica que actuará, como siempre lo han hecho, en caso de no lograr ‘electoralmente’ sus objetivos políticos. La situación colombiana es muy crítica. Su estabilidad, de por sí precaria, depende de que la situación venezolana se pueda mantener hasta que se concreten sus procesos electorales. La relación entre la FARC, el régimen cubano y la tiranía venezolana constituyen el foco de inestabilidad regional con incidencia en otros escenarios de conflicto a escala global a mediano plazo. Si se elimina a uno de los componentes de este triángulo la inestabilidad se va a propagar con graves consecuencias al resto de la región. Por ello, hay que  actuar de manera simultánea en cada uno de los tres lados y de forma inmediata. Por otra parte, Brasil se mantiene invariante[2] y Guyana también en el sentido que su política avanza a lograr dirimir su controversia con Venezuela en la Corte Internacional de Justicia.
En el análisis citado previamente indique que el escenario con mayor probabilidad de ocurrencia era aquel donde la oposición se mantenía activa y unida, se hacia la purga militar y dentro del partido que en la práctica significaría la instauración de un nuevo orden comunal. De igual forma alerté que este escenario sería muy desgastante para el país y el costo para ambos antagonistas muy alto. En la práctica los partidos de la antigua mud se desmovilizaron al ser catastróficamente burlados por la tiranía en las pasadas elecciones del 15OCT y la tiranía ha continuado sin aparente inconveniente las purgas antes señaladas, pero ¿Se desmovilizó la oposición venezolana más allá de la pobre estructura de representación? Si la respuesta es afirmativa nos encontramos en el escenario donde se desactivó o desunió la oposición y la purga en el seno de la tiranía se produce de manera secuencial de forma más o menos semejante a la realizada por Stalin. Este escenario favorece al régimen, pero no explica la reciente aprobación de la llamada ley contra el odio. Este hecho me indica que la verdadera oposición venezolana pasó a una fase de resistencia caracterizada por el reagrupamiento y la aparición de otros grupos de presión. La confluencia de todos estos grupos está en proceso por lo que se puede afirmar que NO se produjo la desmovilización sino que la verdadera oposición asumió un compás de espera para purgar a aquellos que se abrogaron el título de dirigentes políticos y han colaborado con el régimen para que este se pudiera sostener. Con lo cual la sedición y la conspiración son el estado.
Con lo antes indicado, se puede afirmar entonces que Venezuela se encuentra en una situación intermedia entre los escenarios antes citados en el sentido que la purga, antes referida, ha continuado, se desmovilizó la mud y la oposición se está reagrupando dentro de un contexto de colapso económico y humanitario. En estas circunstancias se circunscribe la nueva ronda de conversaciones en República Dominicana, la reunión en el consejo de seguridad de la ONU y el embargo de armas aprobado por la Unión Europea.
Las conversaciones en República Dominicana sólo tienen sentido para el gobierno y los partidos de la mud que buscan sobrevivir a costa de los venezolanos debido a que como dije unos, los bufones, buscan ganar tiempo y los otros, los colaboradores, acceder a la renta petrolera y minera en un hipotético cambio de gobierno, no de sistema. Qué extraña ópera bufa es la que viven los venezolanos, tragedia y comedia en un infinito ritornelo que sólo se presenta al público cuando los colaboradores son burlados. Este ritornelo es la reproducción infinita de iguales objetivos, iguales negociantes e iguales resultados.
Las conversaciones en el seno de la ONU en el marco de la formalidad (formula Arria) sirvieron para expresar situaciones que ya son conocidas por todos los miembros permanentes, su importancia radica en el acto en sí y los intereses que se negocian tras bastidores que están relacionados con deuda y recursos. En este ámbito creo que los intereses rusos y chinos en el país no van a poder ser garantizados por la tiranía desde el mismo momento que esta ya está solicitando (o declarando) la reestructuración de la deuda y estos países no van a poder defender sus intereses sin el concurso de Occidente y Cuba no va a estar en condiciones dentro de poco de sostener fuerzas desplegadas sin afectar su precaria economía y su seguridad. Aquí es que entra en juego UK y la Unión Europea. Ellos pueden ‘administrar’ una transición y mediar entre EEUU y Rusia y China.
El embargo de armas declarado por la Unión Europea afecta a la FAN en tres ámbitos básicos relacionados con lo que he denominado espacios abstractos de forma indirecta y directa[3]: de forma indirecta queda afectada parte de la aviación (aire) y la armada (mar) en lo concerniente a medios de transporte, y de forma directa parte de la estructura de comunicaciones que afecta el dominio estatal (espacio electromagnético) y la estructura represiva que incluye a la guardia nacional y el ejército. Dicho de manera práctica y haciendo las concesiones de rigor, las fronteras marítimas y fluviales van a estar desguarnecidas debido a que los pocos recursos disponibles van a estar dirigido a sostener la situación interna. Ello significa que la fachada Atlántica meridional y el Golfo de Venezuela van a estar expuesto dentro de un contexto determinado por la situación interna colombiana y el proceso que está conduciendo el país a la Corte Internacional de Justicia. Con respecto a las telecomunicaciones, si bien las medidas no afectan a la infraestructura civil, el control que se va a ejercer sobre esta para aplicar la ley contra el odio, va a suponer la militarización amparada por los conceptos de corresponsabilidad y movilización.
Teniendo esto presente se puede afirmar lo siguiente:
·         Va a ser difícil para la FAN sostener operaciones para cumplir con el mandato establecido en la disminuida constitución nacional, es decir, la defensa del espacio geográfico nacional por una creciente limitación de sus medios y de su estructura de comando y control. Ello la va a colocar en desventaja al país en el Atlántico meridional y en el Golfo de Venezuela obligándola a negociar o escalar en el empleo de la fuerza.
·         Desde el punto de vista interno la tiranía está llegando a un punto donde la fuerza va a ser insuficiente para sostenerse. La situación económico-social es el termómetro que va a indicar el estado de la situación.
·         El acto de visibilidad de la nueva y verdadera oposición va a ser, como ocurrió el 15OCT, la abstención y, consecuentemente, la aplicación de la estrategia del enjambre[4] dentro de un contexto de auctoritas situacional[5].
Como corolario quisiera expresar que a pesar de todo lo malo que vivimos los venezolanos y de tanta oscuridad que hemos tenido que sortear por bastante tiempo, esto que acabo de señalar representan destellos de luz en el largo túnel que hemos tenido que cruzar. En la medida en que los nuevos grupos que se han estructurado y se están estructurando conformen un tejido orgánico, en esa medida se crearán las condiciones de posibilidad de reconstituir la república.




[2] Los recientes ejercicios amazónicos realizados por EE.UU., Brasil, Colombia y Perú indican el nivel de preocupación existente y una de las áreas de propagación.
[3] Los espacios abstractos son aquellos donde un hombre no puede estar a no ser que sea mediante una plataforma adecuada. Ver al respecto: Blanco, E. (2011). Espacio-tiempo y la guerra. Reflexiones sobre política y estrategia marítima. Caracas. Editorial Panapo. 276 p.
[4] Ver al respecto: ACERCA DEL ‘PLAN ZAMORA’: DE LA UNICIDAD DE LA TIRANÍA A LA MULTIPLICIDAD DEL ENJAMBRE en http://edgareblancocarrero.blogspot.com/2017/06/acerca-del-plan-zamora-de-la-unicidad.html
[5] Ver al respecto: AUCTORITAS SITUACIONAL, MULTITUD Y COLAPSO SISTÉMICO en http://edgareblancocarrero.blogspot.com/2017/11/auctoritas-situacional-multitud-y.html

miércoles, 1 de noviembre de 2017

AUCTORITAS SITUACIONAL, MULTITUD Y COLAPSO SISTÉMICO


En el post relacionado con "Acerca del Plan Zamora: de la unicidad de la tiranía a la multiplicidad del enjambre"[1] trate de desarrollar un 'cómo' para hacer efectiva la restitución del orden político venezolano roto visiblemente en marzo del presente año 2017 como medio para reconstruir una nueva república venezolana. El propósito fue proponer la creación de una estructura aplanada que permitiera el máximo de flexibilidad e iniciativa para diseñar y ejecutar acciones de forma múltiple que provocasen un colapso sistémico. Sobre quién diseñaría y ejecutaría dichas acciones mencioné a las singularidades que operando en común conforman una multitud. Me faltó describir el carácter de estas singularidades y cómo lograr una coordinación horizontal entre ellas desde la perspectiva de la multitud para alcanzar el propósito que se establezca desde una perspectiva táctico-estratégica. Por ello vamos, en primer lugar, a describir algo que he denominado auctoritas situacional, luego su modo de articulación horizontal en algo que en principio denominaremos epistemología social y finalmente abordaremos cómo articular auctoritas situacional y epistemología social en algo que denominaremos flujo de destrucción por intermedio de una máquina de guerra.
Auctoritas situacional
En el ámbito de la gestión empresarial se ha desarrollado un concepto que se ha conocido como liderazgo situacional que nos va a servir para desarrollar el concepto de auctoritas situacional. Existe una amplia literatura sobre liderazgo situacional basada en la aplicación de un concepto a una estructura formal con el fin de hacerla más efectiva[2]. Mi propósito es examinar los conceptos que conforman la composición ‘liderazgo situacional’ es decir, 'liderazgo' y 'situacional' para conformar estructuras informales o ad hoc que incubadas en estructuras formales puedan provocar un colapso sistémico.
‘Liderazgo’ es una palabra que denota ‘condición de líder’ y ‘líder’ es una expresión que refiere, entre otras cosas, “director, jefe, guía o conductor… de un grupo”. Nos interesa destacar la palabra ‘conductor’. ‘Conductor´ es una composición de ‘con’ y ‘ductor’ que refiere “guiar o dirigir…, hacer seguir y llevar hacia”, lo cual supone que se haga tras del que conduce, a lo largo de un camino y/o por intermedio de una disposición. Esta conducción se logra tras una relación social que puede ser afectiva, racional o tradicional siguiendo al efecto los criterios de Weber (1922/1994) que explicaremos más adelante. Estas formas de relación social se expresan en una organización entendida como acto. Esta organización puede ser una empresa (para obtener fines de modo continuo), un Instituto (mediante ordenaciones otorgadas), una sociedad (polis) (mediante la complementación de intereses) y/o una república como expresión de un orden social donde todos sus miembros compartan funciones de gobierno.
En relación con la palabra ‘situacional’ es de mencionar que esta es también producto de una composición generada por adopción de un anglicanismo. Así pues, podemos descomponer esta palabra en ‘situación’ y ‘al’ para los efectos de la presente reinterpretación. En este sentido, ‘situación’ es efecto de ‘situar’ que es en sí un estado o constitución de las personas y las cosas. ‘Situar’ proviene de la expresión latina ‘situs’ y esta palabra con el prefijo ‘ex’ significa ‘originarse’ y ‘auto-referirse’. Esta palabra remite a la expresión ‘existencia’. La existencia es un estar siendo que remite a las intuiciones puras de tiempo y de espacio en sentido kantiano así como también a la idea de organización. Como organizar es un acto, este acto está referido al tiempo y al espacio porque indica una vivencia tanto desde la perspectiva existencial como organizacional.
El sufijo ‘al’ da una idea de movimiento. El movimiento, en tanto que acción, es un acto que recuerda la idea de organización (composición) que efectivamente se sostiene en un contexto dado. Un cuerpo es en tanto permanece la composición basada en la relación de reposo y movimiento según Spinoza (1677/1980). Esta idea se refiere también a un cuerpo social. En este contexto, una organización es un emprender, un instituir o un estructurarse a partir de un valor que se le da a algo basado en la posibilidad de extender la existencia y permite aumentar la potencia de la composición para perseverar en dicho acto.
El punto de unión entre ‘liderazgo’ y ‘situacional’ es el auctoritas que permite a alguien conducir para realizar algo que da valor a un cuerpo. Sin embargo, en este punto concordamos con Arendt (1996) que hay una crisis que afecta este concepto en el campo de la política debido a que este concepto no está relacionada con violencia ni con persuasión. Esta crisis es lo que me ha permitido hacer este cambio de orientación de los conceptos antes señalados en términos temporales[3]. Auctoritas proviene, en este sentido, de la palabra ‘auctor’ que denotaba originalmente “Autor, promotor, fundador, garante, modelo, maestro, que valora una acción o hecho y que impulsa a obrar” en el sentido de aquellos que inspiraban la construcción y hacían la vida diaria, y estaba emparentada, según Arendt, con el verbo augere (aumentar). Por ello agregó que “la autoridad o los que tienen autoridad aumentan constantemente es la fundación” de un cuerpo político ya creado (Ibíd.:133).
Esta auctoritas provenía, en parte, de la tradición generada a partir de una fundación, por lo que ésta “tenía sus raíces en el pasado”, pero en nuestro caso no está referido a un pasado en particular, sino a un ideal republicano que se inculcó en el pasado y ha estado en el espíritu de los venezolanos desde el momento en que empezaron a valerse por sí mismo, pero que nunca se ha concretado[4]. Arendt en su obra se está refiriendo a la autoridad de los fundadores, específicamente de Roma, nosotros aquí estamos pensando en producir algo nuevo haciendo efectivo el ideal con una nueva praxis política a partir del concepto de multitud siguiendo al efecto una concepción spinozista apartada de la visión hardtnegriana (Hardt y Negri, 2009). Aquí es donde comienza mi desplazamiento. Estoy buscando apelar, no a la tradición, sino al ideal no concretado gracias a la unión, o mejor dicho, la liga de saber teórico y praxis con el fin de producir una acción política efectiva que pueda sostenerse en el tiempo. Es decir, crear las condiciones de posibilidad de producir una trinidad conformada, en primer lugar, por el ideal republicano nunca alcanzado emparentado con un saber existente en sentido general a partir de una experiencia histórica común, en segundo lugar, por la praxis, en sentido aristotélico y spinoziano, para enfatizar en la necesidad de hacer pivotear esta trinidad sobre el concepto de excelencia, y, en tercer lugar, la liga de ambas con el fin de pensar en las condiciones de posibilidad de fundar un nuevo concepto de auctoritas en el país basado en una experiencia común que a pesar de las vicisitudes que hemos vivido no ha provocado todavía fragmentación y aislamiento y, posteriormente permitir la religa con los principios establecidos favoreciendo la convivencia y estabilidad de un nuevo orden político donde el poder vinculante descanse en esa trinidad y en la voluntad de no repetir los errores del pasado ya dentro de una perspectiva republicana.
Como este religarse no está relacionado con la iglesia y teniendo presente que la iglesia católica, siguiendo a Arendt, tomó el ideal fundacional romano que contenía la expresión ‘auctoritas’ generando con el tiempo la distinción entre autoridad (sagrada o espiritual) y poder (real), Weber, mucho antes, produjo una tipología del concepto de autoridad que evidenciaba la perdida de la autoridad que hemos presenciado en el campo de la política.   
Según Weber (1922/1994), la autoridad puede ser racional, tradicional y carismática. La racional descansa en la creencia en la legalidad de las ordenaciones estatuidas y de los derechos de mando de los llamados por esas ordenaciones a ejercer autoridad (Autoridad legal). Se obedece a ordenaciones impersonales y objetivas legalmente estatuidas, en un círculo de competencias. La tradicional descansa en la creencia cotidiana en la santidad de las tradiciones que rigieron desde lejanos tiempos y en la legitimidad de los señalados por esa tradición para ejercer la autoridad (Autoridad tradicional). Se obedece a la persona del señor llamado por la tradición y vinculado por ella (en su ámbito) por motivos de piedad en el círculo de lo que es consuetudinario. La carismática, descansa en la entrega extra-cotidiana a la santidad, heroísmo o ejemplaridad de una persona y a las ordenaciones por ella creadas o reveladas (Autoridad Carismática). Se obedece al conductor por razones de confianza personal, en un círculo en que la fe en su carisma tiene validez mientras esta exista (Ibíd.).
Teniendo esta tipología en mente, podemos decir que el concepto de  autoridad se fundamenta en la capacidad transformacional, organizacional, transaccional y formal o informal que está relacionada con un hecho fundacional caracterizado porque el que pasa a ser investido de auctoritas no tiene poder, sino que tiene un algo cuya no consideración impediría un ‘aumento’ en un sentido general del termino (vida, felicidad, libertad, etc.). La capacidad transformacional estaría focalizada en la trinidad antes indicada con el fin de establecer relaciones, de otorgar mayor significado a las actividades independientes y generar las condiciones para incluir más seguidores en un proceso de cambios dentro de un contexto cambiante. La organizacional está focalizada en el aprendizaje continuo dentro de un rol específico dentro de una organización. La transaccional en la relación entre conductores y conducidos a partir del reconocimiento de una situación contingente. Y la formal e informal está focalizada en la relación existente entre la autoridad racional y tradicional y la capacidad para ser efectivo y eficiente en el cumplimiento de un rol asignado.
Teniendo este análisis presente, podemos volver a los conceptos de ‘liderazgo’ y ‘situacional’. Así pues, hablar de liderazgo situacional es redundante debido a que ‘liderazgo’ refiere a un ser que conduce y ‘situacional’ a una situación existencial que proyecta a un hombre y/o un grupo en un horizonte espacio-temporal para asegurar su permanencia. Nosotros preferimos usar la expresión ‘auctoritas situacional’ debido a que el contexto espaciotemporal lo va a diferenciar de la autoridad carismática en el sentido que no va a estar concentrada en un individuo, desde la perspectiva schmittiana o laclauiana, sino en muchos auctores carismáticos de manera simultánea[5]
La auctoritas situacional es entonces una conceptualización dinámica para la conducción en múltiples contextos, de manera simultánea, donde la eficacia va a depender primordialmente del convencimiento personal del auctor sobre la importancia del cumplimiento de un rol determinado, en un contexto dado, para alcanzar un fin y el bienestar de los hombres que aceptan estar dentro de una estructura determinada por una situación que, como ya indicamos, puede hacer que la auctoritas cambie como consecuencia de la necesidad de preservar la estructura cooperativa. Consiste, consecuentemente, en la conducción y desarrollo de un ciclo, el cual se inicia con un diagnóstico sobre una situación y el nivel de apresto del individuo para emprender una tarea o misión, continua con la aplicación de un modo de conducción adecuado al diagnóstico hecho para cumplir la misión que se ha establecido y de ser posible, con la satisfacción de las expectativas de los miembros de la estructura cooperativa con el objeto de incrementar su potencia para perseverar en su propia existencia individual y organizacional.
Con esta tipología podemos afirmar que la auctoritas situacional se basa en mantener un equilibrio entre dos tipos de comportamiento que ejerce un auctor para adaptarse al nivel de desarrollo de una acción de un grupo dentro de una organización que en nuestro caso es ad hoc, es decir, el de inspirar y el de cooperar en función de sus capacidades. Para ello, siguiendo a Watkins (2012), un auctor debe ser:
        Especialista en generalizar para evaluar y poder autoevaluarse.
        Analista para posibilitar la generación de un conocimiento colectivo mediante una episteme social que permita la solución de problemas complejos.
        Capaz de percibir patrones en ambientes complejos para anticipar e influenciar las reacciones claves de agentes externos en una estructura cooperativa.
        Capaz de comprender y diseñar estructuras organizacionales adaptativas que se adecuen a un contexto de cambios.
        Capaz de solucionar problemas a partir del establecimiento de cursos de acción apropiados que permitan focalizar elementos claves.
        Capaz de actuar proactivamente de forma persuasiva en ambientes compartidos y de desarrollar y fomentar la iniciativa.
        Dar el ejemplo exhibiendo una conducta inspiradora dentro de los grupos de acción.
Estas características deben ser complementadas con la adopción de unos principios basados en la comunicación que nos permitirán más adelante introducir el concepto de stigmergy. Groysberg y Slind (2012) los han descrito como se mencionan a continuación:
     Obrar con la verdad y oír bien para posibilitar la cooperación.
     Interactividad, o sea promover dialogo.
     Inclusión, es decir, expandir (aumentar) los roles de los miembros y los miembros de la organización.
     Intencionalidad, es decir, actuar en función de la estrategia organizacional para alcanzar el objetivo propuesto.
La característica esencial de un auctor situacional es que crea y hace estable una organización dinámica indiferentemente del contexto en que se encuentre. Por ello vamos a referirnos ahora a la articulación horizontal para la conformación de organizaciones que persiguen un propósito específico de modo que sea posible hacer comprender la estabilidad a la cual me estoy refiriendo.
Articulación horizontal por intermedio de la epistemología social.
La articulación horizontal que describí como estrategia del enjambre en “Acerca del Plan Zamora…” hace necesario explicarla entonces desde la auctoritas situacional. Para ello vamos a comenzar con el concepto de ‘enjambre’. El concepto de enjambre fue desarrollado por Arquilla y Ronfeldt para denotar una forma de combatir que había sido producto de un proceso evolutivo de naturaleza histórica. Este término establece una analogía biológica que expresa la existencia de un patrón de ataque donde singularidades dispersas en un tejido dado convergen (en red) en un mismo blanco desde diferentes direcciones con el fin de mantener una presión sostenida[6]. Sus principios para la acción son: horizonte compartido e intercambio de acontecimientos y afectos que permiten actuar de forma cooperativa (Blanco, 2016).
Visto así, el enjambre es una forma de auto-organización que persigue asegurar la supervivencia de un grupo. Esta auto-organización se expresa mediante la conformación de paredes de protección que hace que un grupo actúe como un tejido que sostiene dichas paredes y permite a su vez, la construcción de nuevos patrones de comportamiento grupales (Ibíd.). La forma en que se produce la comunicación que permite la autoorganización se denomina stigmergy, es decir un modo de comunicación indirecta basado en la modificación del ambiente que permite que un cambio de conducta individual sea percibido por un grupo de modo que estos adapten sus acciones a las nuevas circunstancias. Aquí es donde se circunscribe el auctoritas situacional. Esta auctoritas generada mediante el stigmergy produce un testimonio, cooperación y espacio de reunión que comprenden en su conjunto lo que se ha denominado epistemología social (Ibíd.)[7]. Esta forma de epistemología social es una estructura cooperativa desarrollada de abajo hacia arriba, es decir, desde pequeños grupos hasta grandes conjuntos sociales que desde un orden impuesto puede observarse como un no-orden, caos, pero desde la perspectiva social tiene el germen de una democracia constitutiva.
Esta organización desde la perspectiva cooperativa es una organización informal que transversaliza una estructura formal, creando las condiciones de posibilidad de hacerla colapsar. Pero veamos ahora qué entiendo por organización desde una perspectiva cooperativa apoyándome al respecto en C. Barnard.
Barnard (1938/1968) ha afirmado que las organizaciones son un sistema social cooperativo, es decir, un sistema de actividades o fuerzas sociales, biológicas y físicas conscientemente coordinadas que se mantiene en equilibrio desde el punto de vista interno como externo para alcanzar un objetivo. Para que esta cooperación sea posible es necesario asegurar el equilibrio entre las restricciones que impone la organización formal y las demandas que provienen de grupos informales, que hemos señalado como organización informal. La organización informal se diferencia de la organización formal en que la cooperación entre los individuos es más inconsciente y espontánea. Es decir, es aquella relación social basada en un conjunto de interacciones que no tienen un propósito constituido a partir de una totalidad trascendente. Este tipo de organización se caracteriza por ser indefinida, es decir, a-significante, a-centrada y a-jerárquica en relación con la estructura formal y por ser de una densidad producida por los efectos de su relación con el entorno social del cual forma parte (Ibíd.:114-115). Este aspecto es el que nos interesa destacar debido a que una estructura cooperativa dentro de un contexto de cambios sólo es posible desde una perspectiva informal debido a que la estructura se va a conformar como una entidad actual, en sentido whiteheadano (Whitehead, 1928/1956) o un rizoma como nos lo ha indicado Deleuze y Guattari (2008), donde la auctoritas situacional y la comunicación van a ser claves para fomentar la cooperación. Estas estructuras se van a ir autoorganizando en base a la cooperación para autosostenerse en la medida en que se procede a alcanzar un fin dado o cuando cese una situación contingente.
Las organizaciones informales al ser ad hoc, su duración va a estar determinada por la duración de la contingencia. La cooperación, en este contexto, supone la acción frente a una situación contingente que puede dar origen a una estructura permanente mediante procesos de carácter abductivo tal como lo ha explicado Gil (2014) siguiendo a Peirce (1931/1994)[8] y Duggan (2007)[9]. Esta estructura permanente se enmarca en la praxis política entendida como aquella que tiene como fin la acción en sí misma, es decir, el acto organizativo. En este contexto, la auctoritas situacional no es fija, va a depender de las competencias de cada uno de los miembros de una estructura, por los que sus integrantes, es decir, la multitud, de alguna u otra manera van a ser expresión de la autoridad, en la medida en que cada miembro coopere en la solución de un problema solo posible de solucionarlo de manera grupal. Si ello es posible se puede hablar que se encuentra en gestación, desde una perspectiva fundacional vista como una entidad actual que debe buscar ser auto-perpetuante, una organización auto-sostenible.
Teniendo estos dos autores presentes, Gil (2014) ha expresado que la intuición estratégica tiene tres rasgos característicos que pueden ayudar a la solución de problemas: desde el punto de vista epistemológico se basa en la inferencia abductiva, desde la perspectiva anticipatoria se fundamenta en la lógica de la efectuación asociada al logro en función de los medios disponibles y, desde una mirada estructural, es de naturaleza sistémica, fundada en la posibilidad de actuar desde un punto de aplicación o apalancamiento que un auctor situacional es capaz de visualizar.
Al ser este tipo de organización un sistema auto-organizado y basado en la cooperación, su fortaleza se evidencia en la fuerza de voluntad de los sujetos integrados dentro de este sistema cooperativo para mantener la cooperación. En este sentido, la voluntad depende de la creencia de que el propósito va a ser alcanzado y en la fe en el camino seguido para alcanzar dicho propósito y de ello depende que un auctor situacional sea capaz de llevarla a cabo produciendo una dinámica que puede ser vista como un flujo producido por la abducción y la efectuación que genera una estructura sistémica. Vamos ahora a examinar la naturaleza de este flujo que para nuestros efectos deben ser destructivos y creativos.
Flujo de destrucción y máquina de guerra contra la tiranía
La estructura auto-organizada posibilitada por auctoritas situacionales actuando, gracias al stigmergy, como un flujo puede ser explicada de forma científica y fenomenológica. Veámoslo a continuación y lo que ello significa.
Desde el punto de vista científico, Boyd estableció unos patrones de acción en una situación de confrontación bélica siguiendo al respecto, en primer lugar, el Teorema de Gödel, en segundo lugar, el principio de indeterminación o incertidumbre de Heisenberg y, en último lugar, la primera y segunda ley de la termodinámica. En relación con el Teorema de Gödel[10], este pensador hizo una diferenciación entre la consistencia de un concepto y la consistencia de un hacer, es decir, hizo un emparejamiento entre realidad observada y el concepto que describe esa realidad. Él creyó que si se asumía como resultado previo un esfuerzo de deducción se podría obtener de forma no diferenciada una observación dentro de un contexto de experimentación. A partir de este criterio, siguiendo a Heisenberg, a nivel de partículas en un medio continuo, consideró que la distinción entre observador y lo observado comienza a desaparecer y el valor de incertidumbre representa la inhabilidad para determinar el carácter o naturaleza de un sistema dentro de sí. En estas circunstancias, el carácter y naturaleza de ese sistema puede ser determinada (aunque no exactamente) desde el mismo momento que el valor de incertidumbre no oscurece la conducta del fenómeno observado de una manera general (Blanco, 2016).
Según Boyd, siguiendo a Gödel, se puede determinar la consistencia de un sistema y por consiguiente su carácter y naturaleza en términos abstractos. Apoyándose entonces en Heisenberg y la segunda ley de la termodinámica consideró que cada esfuerzo por comprender la realidad nos expone a incertidumbre y a la generación de desorden. Tomados todos en conjunto, cada esfuerzo continuado y orientado hacia el interior de un sistema mejora el desarrollo de un concepto y, en este contexto, la incertidumbre y desorden generado por un sistema orientado al interior de otro puede ser desbalanceado hasta su colapso desde afuera creando un nuevo sistema. La validez del pensamiento de este autor radica en que con este criterio es posible generar una parálisis estratégica para evitar que un sistema (adversario) produzca flujos de destrucción o un efectivo sistema de contención. En este sentido, la parálisis estratégica es un modo de acción que consiste en operar en un tiempo o ritmo mayor o menor que el del adversario para hacer aparecer nuestras acciones como impredecibles generando con ello incertidumbre y desorden (Ibíd.). Un ejemplo del primer caso es la Blitzkrieg realizada mediante la aplicación del concepto de auftragtaktik[11]. Del segundo, la teoría de la guerra prolongada y sus variantes y actualizaciones.
Generar un flujo bélico, siguiendo a Boyd, es adecuar la relación de pérdida y aprovechamiento máximo de la energía de dicho flujo para reducir la fricción y vencer la resistencia que representa el sistema de contención o de contraflujo del adversario dentro de un contexto de acción recíproca. La dificultad que presenta la tesis de este autor radica en considerar la guerra dentro de un marco referencial delimitado por un sistema de coordenadas basado en el espacio y el tiempo cuando la realidad de este fenómeno está determinada por la misma entidad que establece el plano de referencia, es decir, la política. De igual forma y en nuestro caso, lo que se busca es crear las condiciones de posibilidad para crear una parálisis estratégica desde adentro que produzca un colapso sistémico.
De modo fenomenológico Deleuze y Guattari indicaron que un flujo de destrucción, entendido como una máquina de guerra, posee cuatro características que nos sirven para explicar cómo una multiplicidad basada en el auctoritas situacional puede operar como un enjambre. Para DyG, la máquina de guerra se caracteriza desde la perspectiva epistémica por ser expresión de un modelo: en primer lugar, “hidráulico”: el flujo es su realidad o consistencia, en segundo lugar, “de devenir y heterogeneidad”: es de una naturaleza atómica donde cada átomo opera a su libre albedrío, en tercer lugar, “turbulento”: porque es efecto del paso de “la turba al turbo”, es decir, del paso de “las bandas o manadas de átomos a las grandes organizaciones turbulentas” y en cuarto lugar, es “problemático” porque se parte de la superación de los obstáculos a partir de la consideración de estos en función de los afectos que producen (2008:368). La ventaja de esta tesis es que explica, a partir de una consideración histórica, cómo opera una multiplicidad que desde el punto de vista político puede actuar como una multitud.
Teniendo esto presente se puede afirmar que ninguna de las dos formas expresan el comportamiento de una tiranía. Una tiranía se comporta como una estructura de contención que busca evitar que se creen internamente o que se presenten externamente estos dos tipos de flujos tanto por exceso como por defecto debido a que se caracterizan por la a-rostridad, es decir, por la incapacidad de identificar un líder o una autoridad situacional. Por ello, la tiranía busca penetrar los grupos que pueden amenazarlos para corromperlos estructuralmente y hacerlos predecibles y en ello han sido altamente efectivos.
En nuestro caso, generando una sumatoria de flujos en pequeña escala de forma simultánea y sostenida por auctoritas situacionales, sin rostro, podrían ocasionar, operando como una multitud, una parálisis estratégica superior a la acaecida durante la ofensiva Tet que podría generar las condiciones de posibilidad de pensar en una trinidad, como la antes referida, que pueda constituir una república.
En este contexto, auctoritas situacional, estrategia del enjambre y voluntad para la cooperación y la acción política en sentido amplio son los fundamentos de la nueva venezolanidad.

BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA

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WHITEHEAD, A. (1928/1956). Proceso y Realidad. Buenos Aires. (T. J. Rovira). Editorial Lozada. 475 p.







[2] Ver al respecto: Otero y González (2013).
[3] Para Arendt está relacionada con el pasado, mi intención es asociarla con entidades actuales en sentido whiteheadano.
[4] Aquí quiero destacar que este ‘valerse’ fue un proceso que se inició al menos efectivamente desde el año 1739 con la guerra hispano-inglesa y ha sido interrumpido en distintos momentos de nuestra historia desde el año 1811.  Uso esta fecha debido a que con el ataque a la Guaira y Puerto Cabello (dentro del marco de esta guerra) los habitantes de lo que hoy es Venezuela echaron a un lado sus diferencias para defenderse de un enemigo común. Con este hecho fue que comenzó la praxis política en Venezuela. Ver al respecto: “Los Ataques Ingleses a las costas de Venezuela entre 1739-1743 y los orígenes de la venezolanidad”. Caracas. [Documento en Línea]. Disponible: http://edgareblancocarrero.blogspot.com/2015/01/los-ataques-ingleses-las-costas-de.html
[5] Ver al respecto: Blanco (2014).
[6] El artífice de esta nueva concepción biológica fue J. J. Üxküll siguiendo al efecto la Crítica de la facultad de juzgar teleológica kantiana.
[7] La epistemología social es el estudio de las dimensiones sociales del conocimiento o información. Sobre este tema, ver también: (2015) “Comentarios sobre La Epistemología Social”. Caracas. [Documento en Línea]. Disponible: http://edgareblancocarrero.blogspot.com/2015/12/comentarios-sobre-la-epistemologia.html
[8] Para Peirce (1931/1994) la abducción se produce cuando se está enfrente de una situación que permanece oculta y debe ser develada y sólo se manifiesta bajo signos observables no necesariamente asimilados al efecto o a la causa permitiendo con ello introducir una idea nueva.
[9] Duggan, por su parte, cree que la intuición estratégica, entendida como acto de creación, está compuesta por cuatro elementos fundamentales: en primer lugar, conocimiento de la historia, en segundo lugar, una mente libre de todo prejuicio, en tercer lugar, capacidad para traer al presente las experiencias históricas combinándolas en un nuevo concepto y por último, capacidad para aplicar el nuevo concepto para resolver una situación problemática (2007:57-65).
[10] Este autor alertó sobre las limitaciones en el tratamiento del problema de la verdad en el proceso que se llevó a cabo para unificar las ciencias al indicar, en primer lugar, que no todo lo verdadero es demostrable, en segundo lugar, no había cálculo que supliera la semántica (hay lenguaje donde lo que se puede deducir es verdadero) y, en tercer lugar, la consistencia entre deducciones y razonamientos, en términos aristotélicos, sólo podría obtenerse si se especifica en qué lógica se está trabajando.
[11] Auftragstaktik es una forma de acción que reduce la fricción y la oposición para que un flujo bélico se mantenga como un medio continuo desde el punto de vista molecular, mediante la deducción rápida de todas las opciones posibles en una situación determinada a partir de la iniciativa y un control descentralizado. Desde esta perspectiva puede ser visto como una forma de stigmergy producido de forma artificial.