domingo, 1 de septiembre de 2019

LOS PROBLEMAS DE LAS CULPAS EN VENEZUELA



Venezuela como Estado ha sido destruida política, moralmente y metafísicamente. Este hecho ha sido realizado por unos criminales cuyos delitos comenzaron a ser cometidos mucho antes del año 1998 y la expresión más cruda de esta situación ha sido la disminución deliberada de la potencia de trascender a sí mismo de cada venezolano obligándolos por millones, en consecuencia, a buscar destino en otros países. Existen muchos culpables, pero la paradoja es que muchos de los que ayudaron a destruir el país antes y después del año 1998 han pretendido exhibirse como  ‘arrepentidos’ y como ‘salvadores’, por lo que la culpa y el arrepentimiento en sí plantean diferentes niveles de presentación como lo observaron Karl Jaspers y Hajime Tanabe. Karl Jaspers, al efecto, realizó un seminario que denominó El problema de la Culpa. Sobre la responsabilidad política de Alemania[1] en el invierno del año 1945-46 cuando ese país se encontraba destruido, derrotado y ocupado. Su problema fue la reconstrucción, es decir, la necesidad de que los alemanes encontrasen juntos un camino de lo espiritual, esto es, un nuevo camino para la trascendencia. Para ello diferenció cuatro tipos de culpa en la Alemania que la condujo al desastre: la culpa criminal, la culpa política, la culpa moral y la culpa metafísica. Por su parte, Hajime Tanabe desarrolló una filosofía del arrepentimiento como un modo de romper libremente con un compromiso realizado en el pasado por sentir pesar por haber hecho un daño directo o indirecto o haber dejado de hacer algo para evitar la consecución de un daño. Esa reflexión la denominó Filosofía como Metanoética[2].
Como se puede observar, en condiciones diferentes, es decir, Jaspers fue un individuo que huyó de Alemania con el auge del nacionalsocialismo y Tanabe fue un pensador que vivió el militarismo en Japón y a pesar de seguir el nacionalismo ideológico reinante trató de poner frenos para evitar el hundimiento como al final ocurrió. Su reconocida y manifiesta incapacidad lo llevó al arrepentimiento. Ambos a fin de cuentas tuvieron un mismo fin: la reconstrucción de sus sociedades. Hay que aclarar aquí que si bien entendemos que hay una distancia muy grande entre Alemania, Japón y Venezuela, creemos que las causas que brotaron de sistemas totalitarios (pasiones que generan tristeza como, el odio, el temor, el resentimiento, la envidia, etc.)[3], y las consecuencias: la nihilidad vista como la destrucción de aquello que da la potencia para trascender, la huida, la destrucción y la muerte son las mismas en todos los casos. Ahora, esperemos tener la misma entereza que los alemanes y los japoneses para seguir ese camino de la reconstrucción.
Veamos en qué consistieron estos cuatro tipos de culpas y después cómo pudieran pensarse estas en Venezuela teniendo como horizonte un período que vamos a anclar en el año 1945 hasta el presente y cómo podría pensarse un arrepentimiento. Mi objetivo final es mostrar y explicar uno de los nudos gordianos de la crisis en Venezuela para poder empezar nuevamente.
Los tipos de culpa según Jaspers.
Antes de hacer mención a las culpas es conveniente tener presente que tanto Jaspers como Tanabe reflexionaron sobre un contexto determinado por el surgimiento de un nuevo orden surgido de Yalta y Potsdam. Esta aclaratoria nos parece pertinente si se considera que el orden anterior establecido en Versalles había desaparecido dentro del marco de la guerra civil española, la guerra de Etiopía y la guerra en China, por lo que en una situación donde hay un orden fenecido, la guerra, dentro de un estado de naturaleza, es el medio para la solución de controversias. Eso lo supieron las potencias que impusieron el Tratado de Versalles en 1919 y estaban conscientes de ello cuando se produjo la anexión de Austria y la famosa conferencia de München donde se decidió el destino de Checoslovaquia. Con ello quiero decir, que la culpa alemana o japonesa, para generalizar, no se circunscribe a los alemanes o japoneses (inclusive italianos), para nosotros abarca a toda la comunidad internacional en su conjunto y más aun a los que impusieron el citado orden. En la actualidad aunque el orden de las Naciones Unidas impuesto en 1945 sigue vigente hay una conciencia mundial de que debe ser actualizado. Esto significa que por todas las grietas que posee está un flujo de destrucción a la vista de todos y las actitudes de los garantes del orden son similares a las asumidas por los conductores políticos entre 1933 y 1938. Nosotros los venezolanos sabemos las consecuencias. Así pues, estaremos hablando de la culpa de la comunidad internacional y de los venezolanos. Veamos ahora las culpas según Jaspers:
La culpa criminal donde los crímenes “consisten en acciones demostrables objetivamente que infringen leyes inequívocas” (1998:53) y ante una instancia en un proceso formal se establece fielmente los hechos y se aplican las leyes correspondientes. Desde el punto de vista nacional e internacional en relación con el caso venezolano existen instancias en ambos niveles que han logrado y están en proceso de establecer “fielmente hechos” para aplicar las leyes correspondientes. No sabemos si a nivel nacional sea posible dicha aplicación en el futuro dado el grado de destrucción existente. De igual forma, la culpa criminal de alcance internacional (Tratado de Roma), a pesar de los procesos de Nürnberg y de Tokio, es una institución relativamente nueva y esa situación y los resultados que han tenido hasta ahora indican que su eficacia está en discusión con el agravante de que las grietas antes indicadas en la estructura del orden imperante hace fluir una materia relativizante que corrompe y descompone.
La culpa política se refiere a las acciones de los conductores y ciudadanos de un Estado,
“por mor de las cuales tengo que sufrir las consecuencias de las acciones de ese Estado, a cuya autoridad estoy sujeto y a través de cuyo orden determino mi existencia (responsabilidad política). Cada persona es corresponsable de cómo sea gobernada. Instancia es la fuerza y la voluntad del vencedor, tanto en la política interior como en la exterior. El éxito es decisivo. Una reducción de la arbitrariedad y de la fuerza acontece por medio de la inteligencia política, que piensa en ulteriores consecuencias, y mediante el reconocimiento de normas que se acomodan bajo las denominaciones de derecho natural y derecho internacional público” (Ibíd.).

Si nos hacemos las siguientes preguntas: cuándo un conductor político debe promover o dirigir un cambio para reducir la arbitrariedad y la fuerza y cuál es la legitimidad del cambio en sí, podemos hablar a la vez del plano nacional e internacional. En el plano internacional si un Estado promueve un cambio de orden, para mejorarlo o establecer uno nuevo debe contar con apoyo interno y ese apoyo debe estar consustanciado con la mejora de la comunidad. En el mundo de entreguerras no fue así porque el orden de Versalles caducó por sus inconsistencias. En el mundo actual a pesar de las mejoras en las sociedades, las estructuras políticas no se han adecuado a las realidades sociales por lo que la fuerza y la arbitrariedad como instancia han estado a la orden para que el sistema político se mantenga. Cuando ello no es así, como ocurrió en Venezuela, se busca contener el daño a pesar de que la metástasis se ha extendido a toda la comunidad internacional (eso fue lo que pasó con Alemania en 1919). Eso es lo que están haciendo los Estados afectados por la crisis en Venezuela y eso es lo que están haciendo los que se suponen deben oponerse a ello dentro del propio país. Aquí entramos en el campo moral.
La culpa moral, según Jaspers, tiene que ver con las derivadas de las acciones políticas o militares como individuo que ameritan una responsabilidad moral. Todas estas acciones se encuentran sometidas al enjuiciamiento moral y la instancia es la propia conciencia “así como la comunicación con el amigo y el allegado, con el que me quiere y está interesado en mi alma” (Ibíd.). El problema aquí en el plano internacional tiene que ver con una relación instrumental de la política cuando el baremo es la relación medios-fines. Si nos limitamos al caso iberoamericano y americano, en general, es indiscutible que su actitud ha sido la de mitigar los males de los venezolanos indiferentemente del papel que jugaron en la generación del problema. Pero hasta qué punto esos países son capaces de contener un problema cuando tienen pleno conocimiento de la causa y están sufriendo sus efectos. Pongamos un ejemplo: En un país ‘J’ se podrá decir, hemos recibido X número de venezolanos a pesar de nuestros problemas con las más amplias garantías por lo que porcentualmente podemos tener la conciencia tranquila, pero el tema moral es que en términos humanitarios el crimen contra un individuo tiene el mismo alcance que el crimen contra un millón. En Venezuela esa situación es más grave. Los que dicen ser de oposición proponen las mismas medidas que aplicó la tiranía, por lo que el término ‘humanitario’ dentro del país se ha relativizado. La relativización no sólo es el flujo que sale por las grietas que corrompe todo, la relativización es el flujo que ha corroído la estructura. Esto nos coloca en el plano metafísico. En la culpa metafísica
“hay una solidaridad entre hombres como tales que hace a cada uno responsable de todo el agravio y de toda la injusticia del mundo, especialmente de los crímenes que suceden en su presencia o con su conocimiento. Si no hago lo que puedo para impedirlos, soy también culpable... Que siga yo viviendo una vez que han sucedido tales cosas es algo que me agrava con la culpa imborrable. Cuando la suerte no nos ahorra esa situación, llegamos como hombres al límite en el que tenemos que elegir: o arriesgar la vida sin condiciones, inútilmente, puesto que no hay perspectiva de éxito o, habiendo alguna posibilidad de éxito, preferir conservar la vida. Lo que constituye la sustancia de su ser es que en algún lugar entre los hombres vale de modo incondicional que o bien sólo puedan vivir juntos o que no puedan hacerlo de ningún modo en el caso de que se cometa un crimen contra uno u otro o en el caso de que se trate de compartir condiciones físicas de vida. Pero que esto no dependa ni de la solidaridad entre todos los hombres, ni entre los ciudadanos, ni siquiera entre los grupos más pequeños, sino que quede restringido a los lazos humanos más estrechos, hace que esa culpa se extienda a todos nosotros. Entonces, sólo Dios es instancia” (Ibíd.:54)

Llegar a la instancia de Dios es pasar conscientemente por el camino de la nihilidad. Esa fue la misma denuncia realizada por Nietzsche, Tanabe, Heidegger y Nishitani. La nihilidad entendida como el acaecimiento de una parálisis que se expresa en un no-ser, una ausencia de valores y convicciones verdaderas que evite seguir un camino de trascendencia. Lo contrario es la banalización del mal hecha por individuos no pensantes, sin voluntad y sin juicio como nos lo dijo Hannah Arendt[4]. Lo grave es que dentro del espacio de la nihilidad hay muchos caminos y muchos finales de camino que no conducen a la trascendencia. El mundo ha sido así y la imposición de caminos ha conducido a guerras santas, exterminios y actualmente a guerras contra el terrorismo. Esta variedad es lo que ha generado una tendencia a taponear las culpas en una cripta que se ha manifestado en paralisis para actuar y ha hecho que todos, vamos a decir, nos refugiemos en la comodidad de una creencia religiosa o una ideología que a pesar de ser absoluta se maneja con un criterio instrumental de medios y fines. Esta instrumentalidad que conduce al vacío puede ser entendida como “un modo de ser en que el hombre utiliza las leyes de la naturaleza como si se encontrara totalmente fuera de ellas”[5]. Esto es lo que Jaspers, Tanabe y Nishitani invitan a superar a través de cualquier tradición religiosa o sistema filosófico pero mediante la confrontación con la nihilidad misma colocando las respuestas religiosas o filosóficas frente a ese sinsentido para poder rechazarlas y superarlas.
Hay otro tipo de culpa que se puede ubicar dentro de esta culpa metafísica que se produce cuando se hace al ser humano superfluo, prescindible, agregaremos, reducido a votar cuando los llaman (u obligan) y que Hannah Arendt describió como el mal radical. La banalización del mal que es el camino del mal radical en Venezuela que ha seguido la conducción política de lado y lado es lo que ha producido la diáspora porque el objetivo siempre ha sido la renta y el medio lo constituyen los venezolanos y el sistema instaurado[6]. Ello explica que todo se haya reducido a un ‘clap’ y que se haya relativizado la verdadera realidad del país y que esta reducción y relativización promovida incluso por la mal llamada conducción de la ‘oposición’ haya sido usada como un justificativo a escala internacional para no hacer lo que hay que hacer.
Quiénes pueden juzgar estas culpas. En principio los que imponen o establecen el orden. El problema se presenta cuando el que impone el orden comete el crimen o duda en juzgar y aplicar la ley. Este segundo aspecto considero que es el más grave porque cubre con un velo de dudas la legitimidad del orden. Eso es lo que ha ocurrido en la comunidad internacional y en Venezuela.
Las culpas en Venezuela
A la sociedad venezolana, en general, no se le puede imputar ninguna de las culpas antes aludidas debido a que la única participación política, antes del año 2002, ha sido el voto en elecciones en ambientes controlados. Después de esa fecha la sociedad se ha percatado de manera más contundente que ha sido medio para fines de una minoría. Y cuando esta minoría no ha podido asegurar sus fines ha apelado a la violación de sus propias normas y ahí ha comenzado la cadena, el ritornello.
Nosotros hemos vivido una cadena de crímenes que se iniciaron el 18 de octubre del año 1945, de acuerdo con la cosmovisión betancourtista imperante, pero podemos ir más atrás. Estos crímenes continuaron en el año 1948, 1952, el pacto de punto fijo, 1992, 1993, 1998, 2002, 2004, 2008, 2012-2019. En todos los casos prevaleció la justificación de que la sociedad venezolana no estaba preparada. Esa justificación es lo que ha permitido otras justificaciones políticas, morales y metafísicas y sus consecuencias se han traducido en una acumulación que se expresa en un eterno ritornello que se ha traducido en relativización y banalización de los males que hemos padecido. Hoy día, los venezolanos después de haber combatido en 2002, 2004, 2014, 2016-2019 resulta que son culpables por no seguir a sus ‘dirigentes’… que ironía, la diáspora venezolana ocurre porque los venezolanos somos malos ‘súbditos’.
Desde la perspectiva de la culpa criminal el principal elemento a tener presente es que, con la excepción de 1945, todos los que impusieron el orden lo han violado tanto en el plano humano, social, económico, político y militar. Desde ahí, en cascada la violación amparada en la relativización ha generado grietas que se fueron ensanchando desde mediados de los ochenta del siglo pasado hasta que se fracturó la estructura a inicios del siglo XXI. Hoy en día, la posibilidad de aplicar leyes está ensombrecida por la relativización y por las ruinas estructurales existentes. 
Todo el control de averías usado para tapar las grietas ha estado compuesto por elementos salidos de las grietas o con instrumentos no acordes con el grave problema a resolver. Lo más espantoso ha sido la amnistía ofrecida en febrero del presente año 2019 que acobijó a un grupo de individuos sospechosos de haber cometido crímenes de diversa naturaleza. Por ello se puede afirmar que ha existido una conspiración histórica que ha impedido que los venezolanos nos constituyamos en república y esa conspiración ha surgido dentro del mismo territorio y se ha manifestado en cada caso, por una parte, por los cambios convenientemente realizados entre lo que es delito y lo que no es delito y, por la otra, porque se le ha ido colocando a los venezolanos un techo que limita su capacidad para trascender a sí mismo. Todo por intereses minoritarios con consecuencias políticas.
La culpa política se ha producido cuando se le ha puesto un techo a la sociedad venezolana cuando esta ha logrado superar sus propias limitaciones. El momento más alto de superación en términos de conciencia se produjo entre la década de los setenta y ochenta del siglo pasado. En términos políticos los momentos más altos se han dado sucesivamente in crescendo en los años 2002, 2007, 2014 y 2016-2019 y en todos estos casos la sociedad ha sido de forma arbitraria contenida, traicionada, echada a un lado, reprimida etc., por aquellos que se disputan el poder. Ello explica la diáspora. Cómo puede ayudar la comunidad internacional cuando los dirigentes políticos que ‘conducen’ la oposición quieren el poder dejando las cosas como están y banalizando el mal que padecemos para mantener un sistema dañino. La respuesta es que los venezolanos somos superfluos. El descaro ha sido tal que la comunidad internacional habla más en nombre de los venezolanos.  
La culpa moral se hizo patente de dos maneras: la primera con el techo que se le puso a la sociedad debido a que ha estado disminuyendo la posibilidad de definir en el plano subjetivo qué es bueno y qué es malo. Es decir, cuando se les cerró a los venezolanos la posibilidad de trascender y se le comenzó a ofrecer políticamente un ‘clap’ como medio de subsistencia. O sea la maldad está en el techo y la causa del mal está en quien puso el techo tanto en las acciones económicas, sociales, políticas y militares. Dejar el techo y cambiar a quienes lo controlan es mantener la misma responsabilidad moral por acción u omisión de los daños que han estado padeciendo los venezolanos. Mitigar los males de los venezolanos no es mitigar la culpa, corregir los errores cometidos antes del año 1998 dejando el mismo sistema como pretexto para recuperar el poder tampoco. El problema aquí al igual que en el plano internacional tiene que ver con una relación instrumental de la política cuando el baremo es la relación medios-fines. Si nos limitamos al caso iberoamericano y americano, en general, es indiscutible que su actitud ha sido la de mitigar los males de los venezolanos indiferentemente del papel que jugaron en la generación del problema. Entonces, es ese mantener que se presenta como un ritornello pernicioso que está afectando a toda la región.
La segunda tiene que ver con la carencia de límites subjetivos de la conducción política cuando no había límites objetivos dentro de un contexto de carencia generalizada. El desenfreno que ha producido este hecho ha estado a la par de la exigencia de obediencia ciega sin dar el ejemplo. Este ha sido el parte aguas entre la sociedad y el Estado. Lo que ha posibilitado esta situación ha sido la estructura rentista del orden y el ansia de mantenerla. Esto nos lleva a la culpa metafísica.
Los venezolanos que conformamos los fractos de sociedad que aún persiste son solidarios y esta solidaridad se ha mantenido en circunstancias límites. Ahora, ¿la conducción política en general frente a los crímenes de todo orden cometidos bajo su presencia o su conocimiento sin haber hecho algo para impedirlos tendrán conciencia de culpa? ¿Podrán compartir condiciones normales de vida? ¿Tienen alguna instancia divina a que recurrir? La respuesta histórica ha sido echarle la culpa a otro como medio para tapar las propias grietas que muestran el vacío interior que expresa la relativización y acomodación mezquina. Es una forma de nihilismo donde el que lo padece trata de ocultarlo frente a terceros con una carcasa justificativa. En ese caso no hay conciencia de necesidad ni necesidad de instancias divinas, filosóficas o de cualquier naturaleza. Un individuo que en su interior no tenga nada no tiene instancia divina ni filosófica a que recurrir. Es un humano sin dignidad que pretende que el resto de los venezolanos sigan su estela. Esos individuos son los únicos capaces de pretender vivir y compartir condiciones normales de vida y dejar que el rio corra. Esa es la realidad que han vivido los venezolanos desde 1945, pero ha sido más patente desde 2017 y en especial este año que la asunción voluntaria de una posición política frente a la tiranía les ha servido para creer que tienen impunidad para ‘continuar’ su vida desde la perspectiva de aquellos que se acogieron en la supuesta ‘amnistía’.
Si volvemos a la metáfora del techo nos encontramos que en la medida en que lo han bajado restándoles posibilidad a los venezolanos de trascender y colocándolos ante un estado de nihilidad, en esa medida han buscado dejarlos sin dignidad como una manera de atenuar las culpas criminales, políticas y morales. La frase clave es: Todos somos culpables, pero ¿todos somos culpables? En realidad los que argumentan eso no poseen capacidad para el arrepentimiento por el vacío interior que padecen.
La culpa criminal es la que puede ayudar a develar las otras culpas, pero el país no está en capacidad para hacer eso por sus propios medios. Más aún si se mantiene el mismo sistema político.
El arrepentimiento en Venezuela
El arrepentimiento en Venezuela lo encontramos en un solo lado: el lado de muchos individuos que formaron parte del régimen cuando los crímenes comenzaron a ser cometidos desde el año 2002. Estos arrepentidos también se ubican en diferentes niveles: están los que de alguna u otra manera fueron apartados y los que cayeron en desgracia por alguna u otra causa. Es posible que hayan individuos que no se encuentren en ninguno de estos casos y genuinamente se apartaron mientras ello fue posible y tratan de expiar de alguna manera su culpabilidad asumida: la culpabilidad de haber estado ahí dejándose llevar por la corriente. Pero en estos arrepentidos están los que cometieron crímenes políticos en el año 1992 y son presuntos criminales o tienen culpa moral, política y/o metafísica por lo que sucedió después. Hay otros que sólo están en el plano moral y/o metafísico. Pero en todos estos casos la pregunta que surge es qué refiere el arrepentimiento en cada caso. Para esa respuesta hay que prepararse.
Hajime Tanabe trató con La Filosofía como Metanoética, de convertir el arrepentimiento en un método filosófico. Es decir, “trató de demostrar el núcleo irracional de todo pensamiento filosófico, [en especial], aquel que critica la irracionalidad de la existencia social” buscando con ello colocar a la razón al servicio de la moral. Pero a nosotros nos interesa es mostrar el momento en que se produjo este cambio que consideramos como un acontecimiento trascendental. Tanabe en la fase final de la guerra se percató de que estaba saturado de sí mismo y ello lo llevó a expresar unas palabras que serían usadas en el prólogo de la obra citada, es decir,
“… Mi propia indecisión,…, me descalificaba como filósofo y como profesor universitario. Pasaba mis días forcejeando con preguntas y dudas como éstas, desde dentro y desde fuera, hasta que me encontré empujado a punto del agotamiento, y en mi desesperación concluí que no me sentía capaz de comprometerme en la labor sublime de la filosofía. En ese momento, ocurrió algo asombroso. En medio de mi desasosiego renuncié y me rendí humildemente a mi incapacidad. ¡De repente fui llevado a una compenetración nueva! Mi confesión penitente me arrojó inesperadamente hacia atrás en la interioridad, lejos de las cosas exteriores. No se trataba de enseñar y corregir a los otros bajo estas condiciones, pues yo mismo no había podido hacer lo correcto. Lo único que tuve que hacer en esta situación fue resignarme honestamente a mi debilidad, examinar con humildad mi yo interior, e indagar en las profundidades de mi impotencia y falta de libertad... No importa si es llamado «filosofía» o no.... Lo que tenía importancia es que me enfrentaba en ese momento con una tarea…, y que debía hacer lo mejor posible para proseguirla” (Tanabe, 2014:52-53)[7].

Este estado anímico de Tanabe signado por una carencia, un vacío visto como nihilismo lo empujó a emprender un nuevo camino siguiendo un nuevo ideal. Este ideal “fue la concreción de una comunidad existencial” fundamentada en el arrepentimiento colectivo. Si consideramos, como dijimos, la responsabilidad moral de este filósofo frente al proceso decisorio que se materializó en el expansionismo japonés podemos ver un indicador que los arrepentidos, es decir, los que se pueden arrepentir sin evadir otras culpas, pudieran seguir más allá de otra aventura política. Aquí, este pensador japonés desarrolló el concepto de autodespertar que entendió como un estado donde el yo se despide de la introversión en sí mismo de un yo que sigue existiendo y lo destruye, borrándose a sí mismo, proporcionando al juicio moral, una especie de telos último que sigue la vía del arrepentimiento y la compasión. Siguiendo a Jaspers podemos agregar la reparación y el esclarecimiento de la culpa como formas de purificación. Esto constituye un derrotero a seguir para pensar en una nueva espiritualidad. Volviendo a la reflexión de Jaspers, toda transformación real comienza por los individuos, si muchos individuos podemos hacer eso al mismo tiempo nos daremos cuenta que la purificación es el camino para la libertad política. Estas ideas en realidad plantean un problema: hay que aprender a arrepentirse y eso tiene que venir de cada uno.
Lo espeluznante ahora es que entre los arrepentidos que han estado surgiendo no se encuentran ninguno de los que llevaron al país a la situación de 1992, 1998 y así sucesivamente y hoy pretenden erigirse como conductores y representantes de la oposición. Realmente aquí está el nudo gordiano de la crisis en Venezuela. Y cuando me refiero a aquellos individuos que antes de 1998 fueron culpables de alguna u otra manera incluyo a sus herederos presentes en lo económico y político: los que se dejaron llevar por el flujo de la relatividad y la corrupción. En la medida en que podamos superar esta situación en esa medida es que podremos decir que hemos reconstruido nuestra espiritualidad y abierto la posibilidad de trascender.
Corolario
Hemos visto una historia sintética de la culpa en Venezuela pero no de la justicia ni de la expiación. Si miramos atrás, en primer lugar, una vez que el mal se cernió sobre Alemania y Japón, un pequeño grupo de países no pudo sólo y cuando se consolidó el mal en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas un pequeño grupo de países no pudo sólo… habría que evitar que este nuevo mal se siguiera esparciendo… porque su naturaleza es similar a la que acabó con muchas civilizaciones en la historia de la humanidad.


[1] JASPERS, K. (1998). El problema de la Culpa. Sobre la responsabilidad política de Alemania. Barcelona. (T. R. Gutiérrez). Ediciones Paidós. 133 P.
[2] TANABE, H. (2014). Filosofía como Metanoética. Barcelona. (T. R. Maldonado, A. Marquina, S. Espinoza y C. Pérez). Editorial Herder. 435 p
[3] Seguimos aquí a Benedicto de Spinoza, 3, VII-XLVIII en SPINOZA, B. (1677/2011). Tutte le Opere. Milano. (T. M. Buslacchi, A. Dini, G.Durante, S. Follini y A. Sangiacomo). Editorial Bompiani. 2838 p.
[4] Ver al respecto: HOMO (NO) SACER: LO QUE QUEDA DE AUSCHWITZ DESDE UNA RELECTURA ARENDTIANA en https://edgareblancocarrero.blogspot.com/2018/12/homo-no-sacer-lo-que-queda-de-auschwitz.html
[5]Keiji Nishitani en HEISIG, J. (2013). Filósofos de la Nada. Un Ensayo sobre la Escuela de Kioto. Barcelona. Editorial Herder. 409 p.
[6] Ver al respecto: LA TIRANÍA EN VENEZUELA Y EL MAL RADICAL: ANÁLISIS POLÍTICO DESDE LA PERSPECTIVA DE HANNAH ARENDT en https://edgareblancocarrero.blogspot.com/2017/07/la-tirania-en-venezuela-y-el-mal.html
[7] Ver también: HEISIG, J. (2013).


viernes, 9 de agosto de 2019

LA GUERRA CONTRA EL TERRORISMO EN EL MAR Y LA CRISIS EN VENEZUELA

"Cuba pide a Rusia que sus buques de guerra protejan el petroleo de Venezuela que va a la isla"  https://albertonews.com/principales/ultima-hora-cuba-pide-a-rusia-que-sus-barcos-militares-custodien-el-petroleo-de-venezuela-hasta-la-isla/?utm_campaign=Twitter&utm_medium=twitter&utm_source=twitter

Desde el año 2018 se han producido un conjunto de acaecimientos marítimos en la lucha contra la tiranía en Venezuela que han evidenciado la ocurrencia de una escalada. Estos han sido: la ayuda humanitaria[1], el incremento de la lucha contra el narcotráfico y otros delitos en el mar y las contracciones intimidatorias de la tiranía como respuesta[2], el ejercicio del principio de libre navegación en Alta Mar y las sanciones contra buques y empresas que hacen envíos de petróleo y derivados a Cuba[3].
Con las medidas que va a instrumentar EEUU contra la tiranía la palabra ‘bloqueo’ ha impregnado el ambiente político discursivo debido a que ha sido usada en diferentes ámbitos[4], sin embargo, en el imaginario colectivo ha vuelto al presente la crisis de Cuba del año 1962 y la venezolana del año 1902-03 y esa es la imagen prevaleciente. Falta reflexionar acerca de su efectividad. Hace unos años, específicamente en el 2015, realicé un análisis comparativo de la posibilidad de recurrencia de acontecimientos similares en una nueva configuración. En esa oportunidad expresé que Venezuela era un importante foco de atención en el enfrentamiento civil global en curso y que a pesar de la debilidad de la coalición cubano-venezolana, que fue lo considerado en el estudio y de su apoyo extra-continental, se estimó la posibilidad de uso de otro tipo de armas altamente destructivas que le daban una importante capacidad de maniobra estratégica en contraposición a la subversión política instrumentada fallidamente por Cuba en el continente[5]. En la actualidad estas armas, las migraciones entre otras, se están empleando efectivamente desde el mismo momento que la crisis venezolana se convirtió en una crisis regional que amenaza con conectar de manera explícita la crisis política que padece con el conflicto interno en Colombia en un nivel superior dentro de un proceso de escalada de violencia que ya ha sido descrita en otro ensayo[6]. Pero para reducir la capacidad de maniobra cubano venezolana el escenario marítimo sigue siendo capital y es por ello que la palabra ‘bloqueo’ o ‘cuarentena’ siguen teniendo sentido en el imaginario colectivo a pesar de que la experiencia reciente en la ex - Yugoslavia, Irak y Libia nos indica que lo ocurrido fue un ‘embargo’, esto es, un procedimiento administrativo-judicial que tiene como propósito trabar o impedir que un Estado ribereño pueda transportar bienes específicos por el espacio marítimo.
Desde esta perspectiva vamos a examinar, siguiendo ese imaginario colectivo, qué refiere la palabra ‘bloqueo’ desde el punto de vista marítimo, seguidamente vamos a analizar las circunstancias geográficas que determinan la efectividad o no de un bloqueo y, finalmente, cómo se puede pensar un bloqueo dadas las circunstancias político-geográficas y sus consecuencias. El objetivo es valorar el alcance de las nuevas sanciones impuestas por el gobierno estadounidense, brasileño y suizo a la tiranía en Venezuela[7].
Sobre el bloqueo y sus circunstancias políticas.
La palabra ‘bloqueo’ desde el punto de vista naval refiere a un acto de guerra de acuerdo con la Declaración de Londres del año 1909 qué pasó a ser fuente del derecho internacional. Fíjense que esta regulación fue unos años posteriores al bloqueo de las costas de Venezuela del año 1902 que para algunos fue un acto de guerra y para otros no pero pudo haber conducido a una guerra. Nos interesa mencionar algunos aspectos que se derivan de ese acto de guerra según la declaración que han trascendido hasta el presente. Estos son: un bloqueo naval tiene que ser efectivo y limitarse a “los puertos y a las costas del enemigo u ocupados por él”. Si lo observamos desde lo que le ha dado subsistencia al Estado venezolano, es decir, el petróleo, los terminales petroleros facilitan la acción de un bloqueo en relación al país y/o terceros Estados que estén infringiendo o no el estado de cosas de la situación conflictiva presente y/o se puede hacer seguimiento a los buques que hacen el transporte. Lo otro que nos interesa mencionar es lo relativo al contrabando o al bien objeto de embargo o confiscación. Desde esta perspectiva, normalmente pueden ser: armas, proyectiles, explosivos, combustible e incluso, buques y/o embarcaciones. Si bien, todos estos medios son objeto de confiscación en la actualidad, el foco de atención se ubica en los combustibles fósiles. Vale agregar que la respuesta del bloqueado es la de romper el bloqueo y proteger todos los medios de transportes civiles y militares. En el año 1902, fue más o menos así. En el año 1962, el bloqueo, llamado ‘cuarentena’ se limitó a materiales de guerra estratégicos. En la actualidad, los medios objetos de restricciones dirigidas a sostener la tiranía cubana se han valido del camuflaje para evitar su detección.
Por qué la palabra ‘bloqueo’ tuvo originalmente una connotación marítima y en tiempo de guerra. Porque los flujos de personas, bienes y servicios hasta inicios del siglo XX eran mayoritariamente marítimos dentro de un contexto de libre uso del mar y con su interrupción se buscaba hacer daño al flujo en sí mismo y/o a los que dependían de dicho flujo. En la actualidad los flujos se han diversificado gracias a la tecnología y ello ha traído como consecuencia que la palabra ‘bloqueo’ se haya relativizado dado los otros ámbitos donde también se producen flujos, es decir, financieros, monetarios, humanos, etc.
Es decir, si tenemos presente la crisis de los misiles en Cuba, el objetivo de lo que se denominó ‘cuarentena’, como indicamos, fue evitar que un tipo de medio en específico, es decir, misiles estratégicos, llegarán a esa isla. Todo lo demás no estuvo incluido como contrabando o acto de guerra. O sea, la ‘cuarentena’ fue una situación de guerra potencial o inminente para un caso en particular: impedir el transporte de un medio militar. En nuestro caso actual, Cuba y Venezuela como fuentes del terrorismo, el foco de atención ha sido suprimir las capacidades de acción de dichas fuentes desde el mismo momento que los medios son vistos desde una perspectiva ocasional dada la naturaleza actual de la guerra. De forma más explícita se puede decir que si se están alterando los flujos normales a nivel regional como armas (por ejemplo, usando a los migrantes), eliminar el foco constituye el objetivo[8]. Hay que recalcar que la lucha contra el terrorismo está dirigida, en principio, a sus fuentes[9]. Podemos decir entonces que los medios para hacer daño ya no son necesariamente convencionales (militares), cualquier medio puede ser usado con propósitos benéficos o para hacer daño.
Pero, si el bloqueo como tal tiene que ser efectivo, qué es lo que está en juego con las sanciones a Venezuela en un contexto en que los atributos del Estado como lo ha reconocido el derecho internacional: exclusividad, autonomía y plenitud de competencias se han perdido.
Las circunstancias geográficas que determinan la efectividad o no de un bloqueo.
Los Estados son estructuras políticas de control de flujos que lo fortalecen o lo debilitan en función de su propia naturaleza y de los mecanismos que emplea para regularlos. Para ello necesita ejercer el control de todo su espacio físico y metafísico, pero en el caso venezolano y en general suramericano no es así. La baja densidad poblacional y la baja presencia del Estado en sus áreas fronterizas hacen difícil el control de dichos flujos favoreciendo, en consecuencia, la ocurrencia de fenómenos considerados como nocivos para su propia existencia. El mecanismo de respuesta al que ha recurrido la política estatal es la adaptación, es decir, ha adecuado su estructura para coexistir con la anomalía. El ejemplo más brutal ha sido Colombia que ha podido vivir con un ente maligno (subversión) por más de sesenta años. En esa circunstancia, entonces, se encuentra Brasil, Colombia y Venezuela, por lo que la palabra ‘bloqueo’ queda relativizada por esta debilidad estructural.
Desde el punto de vista marítimo si lo observamos desde una perspectiva histórica tampoco los bloqueos han sido absolutos, pero en la práctica han sido mucho más efectivos desde el mismo momento que dicha palabra solo ha tenido sentido en dicho ámbito y en una determinada circunstancia con una finalidad específica, es decir, impedir o controlar un flujo vital que amenace la existencia misma de un Estado por un tiempo determinado.
Esto nos lleva a examinar las palabras ‘flujo’ y ‘nocivo’ en relación con el Estado. Cada país determina qué flujo es bueno y qué flujo es malo. Las relaciones entre Estados fronterizos si son cooperativas buscan maximizar los beneficios en el sentido en que hay una unidad de criterios en relación con lo bueno y lo malo. La pregunta que surge es qué es lo que pasa cuando no hay esa unidad de criterios y a su vez las fronteras no están lo suficientemente controladas y han permitido el desarrollo de actividades delictivas por grupos subvertidores del orden político. Esta es la porosidad que mencionó F. Boccanera en unas circunstancias que hacen que una declaración de ‘bloqueo’ tenga un sentido diferente a lo que la intención puede apuntar[10]. Es decir, se está utilizando la declaración de ‘bloqueo’ en el plano discursivo (entendido como relativizado y dirigido a otros flujos extra-estatales) de una potencia extranjera para legitimar un flujo considerado universalmente como ‘nocivo’ lo cual puede ser visto como el redireccionamiento de los flujos estatales venezolanos de una manera tal que efectivamente puede amenazar y amenaza a Colombia y en un menor grado a Brasil. Pero EE.UU. no usó la palabra bloqueo en el sentido marítimo como hemos estado indicando. Si lo hubiese hecho habría realizado un acto de guerra y hasta el momento la palabra ‘guerra’ la ha empleado la tiranía.
La amenaza vendrá de la oposición de fronteras abiertas vs. fronteras cerradas. Los antirrepublicanos abogaran por las fronteras abiertas y la conducción política en Brasil y sobre todo en Colombia se va a ver impulsada a tomar una decisión. En el caso colombiano esta decisión, si se toma, va a significar el recrudecimiento de la guerra dentro de ese país, por lo que creo que el tiempo de la cohabitación en ese país está llegando a su fin, de alguna u otra manera, debido a dos causas: la constatación del verdadero alcance del fallido proceso de paz colombiano y la estrecha relación de la tiranía en Venezuela con los grupos subversivos colombianos.
La tiranía en Venezuela con los redireccionamientos de los flujos antes indicados ha garantizado una cierta capacidad de maniobra. En estas circunstancias ¿en qué perjudica a la tiranía las recientes sanciones impuestas por EEUU? Creo que las sanciones fueron mayores a lo que esperaban los conductores de la tiranía en estos momentos, pero aun así, no perjudican en nada su capacidad de acción política dado el estado actual de cosas a no ser que la dirigencia colombiana neutralice los focos subversivos en su territorio. Pero, ¿Qué significa este redireccionamiento en relación con las sanciones?
El bloqueo, las circunstancias político-geográficas y sus consecuencias.
Venezuela es un país con una alta dependencia de las comunicaciones marítimas. Por qué. El principal producto de exportación del país es el petróleo. Venezuela dependía para su subsistencia de las comunicaciones marítimas referidas al petróleo en aproximadamente un 80 %. Hoy es mucho más alta aún. Controlar o impedir el tráfico marítimo petrolero es más fácil en las circunstancias actuales que en una economía diversificada. Este control ya ha estado ocurriendo. Por ello la tiranía redujo la actividad económica del país de un modo tal que, en cierta forma, la dependencia de las comunicaciones marítimas se ha reducido. Vale decir que ello ha significado para la sociedad venezolana su empobrecimiento y su situación de emergencia humanitaria. Podemos agregar que hay que prepararse para el agravamiento de esta situación.
 Aquí tiene sentido el conjunto de sanciones impuestas por EE.UU, pero no con respecto a Venezuela sino con respecto a Cuba que también está padeciendo la misma presión económica que sufrió después del colapso soviético. El otro país que pudiera suministrar petróleo a Cuba es Rusia y quizás China desviando parte del petróleo que le suministra Venezuela. Este es el punto crítico que puede constituir un detonante: un incidente marítimo que involucre las banderas china o rusa. De ahí la importancia de lo que hemos indicado en relación a las semejanzas y diferencias entre la situación en el mar arábigo y el Mar Caribe como ya hemos indicado. El cambio de bandera de un buque para usar una de una potencia como China o Rusia, un desastre ecológico provocado de forma deliberada en un tanquero en momentos en que se intentase su detención, el armamento de buques que lleven petróleo a Cuba u otro tipo de operaciones clandestinas son el conjunto de opciones que pudieran manejar para sortear las sanciones. Por ello, para que las sanciones sean efectivas se debe agregar la interrupción efectiva de otros flujos de intercambio. Creo que EE.UU va a evitar una crisis que involucre las banderas rusa o china, pero podría verse involucrado en una situación parecida a las otras indicadas.
Esto nos lleva a la reflexión realizada por Federico Boccanera. Si el conflicto opone a un proyecto antirrepublicano contra el actual orden político continental en proceso de recuperación, Venezuela es un foco de desestabilización pero no constituye su centro de gravedad. El centro de gravedad es Cuba. Teniendo esto presente el alcance de las sanciones contra la tiranía en Venezuela se ubica en la capacidad de neutralizar a la isla Caribeña desde el mismo momento que la estructura de poder en nuestro país es un medio dentro de los fines del proyecto antirrepublicano continental.
Si retornamos a la metáfora del Estado como controlador y/o regulador de flujos de cualquier naturaleza podemos afirmar que el carácter fallido del Estado venezolano obedece a su incapacidad de controlarlos. Esta incapacidad lo ha llevado a intentar actuar de un modo tal que obligue a los otros Estados fronterizos a actuar como estructuras de contención para garantizar la permanencia del actual estado de cosas venezolano a pesar de que su juego apunta a evitar la contención. Ello explica porque Boccanera ha afirmado que el bloqueo es una farsa. Es una farsa porque ya no hace falta. Lo que hace falta es que los Estados se comporten como Estados dentro de su propio territorio.
Corolario
China, Rusia y la Unión Europea se han pronunciado sin resultados en contra de las nuevas sanciones que EE.UU. ha impuesto a Venezuela. De igual forma, la tiranía asistió a Noruega para participar en un proceso de negociación con el fin de levantar las sanciones sin poder lograrlo. Esa unidad de propósitos tiene, como indicamos, un objetivo: Cuba. El fracaso de estos esfuerzos les ha dado a los venezolanos la oportunidad de observar la verdadera naturaleza de los actores políticos que participan y se benefician de la crisis en Venezuela y está abriendo la posibilidad de reconfiguración de un nuevo escenario con una nueva estructura de representación.



[1] Ver al respecto: “DIPLOMACIA NAVAL: EL PUNTO CERO DE LA ESCALADA INTERNACIONAL DE LA CRISIS VENEZOLANA” en http://edgareblancocarrero.blogspot.com/2018/08/diplomacia-naval-el-punto-cero-de-la.html
[2] Ver al respecto: “Régimen de Maduro denuncia nuevas incursiones de "aviones espías" de EEUU en su espacio aéreo” en https://www.diariolasamericas.com/america-latina/regimen-maduro-denuncia-nuevas-incursiones-aviones-espias-eeuu-su-espacio-aereo-n4181654
[3] Ver al respecto: “DIPLOMACIA NAVAL: DE LA INTERRUPCIÓN DEL TRÁFICO PETROLERO VENEZUELA-CUBA AL INCIDENTE DEL USCG “JAMES”” en  https://edgareblancocarrero.blogspot.com/2019/05/diplomacia-naval-de-la-interrupcion-del.html y “EL MAR CARIBE Y LA PERTURBACIÓN DEL TRÁFICO MARÍTIMO EN EL MAR ARÁBIGO” en https://edgareblancocarrero.blogspot.com/2019/07/el-mar-caribe-y-la-perturbacion-del.html
[4] Ver al respecto: “Así reseña la prensa internacional el bloqueo impuesto por Trump al gobierno de Maduro” en http://efectococuyo.com/politica/prensa-internacional-bloqueo-trump-venezuela/
[5] Ver al respecto: “OPERACIÓN ESCORPIÓN II. TALASOCRACIA VS. EPIROCRACIA: ¿LAS DOS CARAS DE LA GUERRA CIVIL GLOBAL? Reflexión acerca de Venezuela y Cuba y la crisis de los misiles de 1962 en una visión prospectiva” en https://edgareblancocarrero.blogspot.com/2015/10/talasocracia-vs-epirocracia-las-dos.html
[6] Ver al respecto: “LA ESTRUCTURA DEL CONFLICTO: PUNTO UNO DE LA ESCALADA REGIONAL” en http://edgareblancocarrero.blogspot.com/2018/09/la-estructura-del-conflicto-punto-uno.html
[7] Ver al respecto: “Suiza aumenta sanciones contra régimen de Nicolás Maduro. Estas nuevas sanciones se suman a las de EEUU y Brasil” en https://es.panampost.com/sabrina-martin/2019/08/07/suiza-sanciones-maduro/
[8] Ver al respecto: “IBN JALDÚN Y EL IMPACTO POLÍTICO DE LAS MIGRACIONES: DE MACHIAVELLI A DELEUZE Y GUATTARI Reflexiones acerca de los procesos migratorios vistos como armas de destrucción de alcance global” en https://edgareblancocarrero.blogspot.com/2018/12/ibn-jaldun-y-el-impacto-politico-de-las.html
[9] Ver al respecto: ESTRATEGIA GLOBAL DE LAS NACIONES UNIDAS CONTRA EL TERRORISMO https://www.un.org/counterterrorism/ctitf/es/un-global-counter-terrorism-strategy
[10] Ver al respecto: “La farsa se repite como historia: el bloqueo (La Farsa, Episodio 6)” en https://federicoboccanera.blogspot.com/

martes, 16 de julio de 2019

EL MAR CARIBE Y LA PERTURBACIÓN DEL TRÁFICO MARÍTIMO EN EL MAR ARÁBIGO



Hay varios elementos en común entre Venezuela e Irán, pero me interesa mostrar dos: la alineación de intereses estratégicos de la tiranía en Venezuela y la teocracia iraní y el uso del petróleo como medio y fin de su política exterior. Como se sabe, en el Golfo Pérsico se ha producido una escalada en intensidad del conflicto por una serie de eventos acaecidos a propósito de la guerra civil en Yemen convertida indirectamente en un conflicto regional. La guerra civil en ese país enfrenta a un bando conformado por una coalición de chiitas y sunitas que representaban el antiguo régimen apoyados por Irán que regresaron al poder mediante un golpe de estado y sus oponentes (sunitas) que también habían accedido al poder por un golpe de estado apoyados por una coalición árabe sunita liderada por Arabia Saudita con el concurso de EE.UU., Reino Unido y Francia. Esta internacionalización se debe a la importancia estratégica de Yemen, es decir, su ubicación en la entrada al mar Rojo (Golfo de Adén), un importante nodo de comunicaciones marítimas entre el Golfo Pérsico y el mar Mediterráneo. Esta guerra civil estalló efectivamente a principios del año 2015, pero después de cuatro años se evidencia un estancamiento desde el mismo momento que la coalición árabe se ha comenzado a resquebrajar obligando, en consecuencia, a los actores involucrados forzar una decisión dentro de un contexto signado por esfuerzos internacionales por acabar el conflicto civil y por consiguiente, detener la escalada de conflicto a nivel regional[1]. ¿Cuál es la relación de semejanza del conflicto en Yemen con Venezuela? Hay un conflicto civil en Colombia que tiene más de sesenta años. En las últimas dos décadas este conflicto sufrió un fraudulento proceso de paz a la vez que los grupos que lo provocaron estrecharon sus relaciones con la tiranía en Venezuela y Cuba convirtiéndose en un foco de inestabilidad regional.
Ahora, la relación de Irán con Venezuela, si la ubicamos en el contexto actual, presenta también una tendencia a la semejanza desde el punto de vista de la naturaleza de los antagonismos desde el mismo momento que ambos países (incluyendo a Cuba) han sido objeto de sanciones por parte de EE.UU. y en menor medida por Europa Occidental y han realizado acciones de fuerza (en escalas diferentes) de manera recíproca y de diversa naturaleza que han sido visibles y nos ha permitido hacer una reflexión sobre el caso.
Así pues podemos hablar de un contexto similar, una guerra civil que se ha o ha tendido a internacionalizarse, un conjunto de acciones extra-militares y militares en el plano económico-financiero internacional que evidencian los alineamiento que se han presentado, un conjunto de acciones recíprocas de fuerza en el plano naval y la actitud estratégica que determina la intensidad del conflicto. Sobre estos cuatro aspectos vamos a orientar el presente análisis comparativo.
El contexto
La expresión “nuevo orden global” ha sonado en distintos momento de la historia, pero ha resonado aún más en el mundo una vez que se produjo el colapso soviético y el fin del orden westfaliano. Este ‘nuevo orden’ ha resonado porque desde esa fecha han surgido diversas tendencias que han resultado ser antagónicas. De las diferentes tendencias, además del mantenimiento del statu quo, se destacan dos: por una parte, una recomposición del orden westfaliano pero en una configuración más inclusiva, es decir, que implica ir más allá de la representación de los países con poder de veto según la organización de las Naciones Unidas y consecuentemente la inclusión de nuevos poderes estatales y, por la otra, una destrucción del orden en su fase tendencial y el establecimiento de un mundo pre-westfaliano en donde el papel del Estado (en su concepción moderna) va a quedar relativizado. En esas tendencias hay una situación conflictiva entre Estados, específicamente grandes y medianos poderes, y dentro de los Estados en variable medida. Al final todos luchan por su supervivencia.
En ese conflicto, los Estados cuyos procesos de toma de decisiones está condicionado por el hecho de ser un asunto res-publicano se encuentran en desventaja. Esa desventaja está siendo aprovechada por poderes estatales y no estatales (que están utilizando Estados débiles o fallidos) dentro del marco de las tendencias antes indicadas para socavar (corromper) sus bases políticas y generar inestabilidad. Entre los poderes estatales que están actuando en ese juego estratégico se encuentran Rusia, China, Irán, EE.UU., Reino Unido, Francia, entre otros. Entre los Estados débiles o fallidos que están siendo instrumento de otros poderes se encuentran Yemen, Siria, Venezuela (fallidos), Colombia (débil) y Cuba. En el medio de estos dos polos se encuentran grupos de interés y organizaciones transnacionales que operan en función de intereses privados y anti-republicanos. En el caso de Yemen, Siria y Venezuela podemos ver, además, que el primero padece un conflicto convencional, el tercero un conflicto no convencional que en la práctica ha significado la disolución del tejido social e institucional y el segundo es mixto. Las consecuencias en los tres casos son las mismas. Veamos la naturaleza de esos conflictos desde la perspectiva de las medidas coercitivas que han instrumentado.
Las medidas extra-militares y militares
Como ya se indicó, Irán, Cuba y Venezuela, y podemos incluir a Siria, han sido objeto de sanciones que afectan esencialmente al tráfico marítimo de cada uno y su sistema económico financiero. Si bien el foco de las sanciones queda en el plano extra-militar, es decir, en el campo económico-financiero, su aplicación efectiva implica la combinación de información y acciones coercitivas en un espacio que es esencialmente abstracto[2]. Ello significa que el espacio de maniobra se encuentra ubicado en aquellos espacios donde el hombre sólo puede estar mediante el empleo de plataformas adecuadas a tal fin. Si analizamos las acciones que se están ejecutando podemos afirmar que estas se ubican en el espacio electromagnético, el espacio aéreo y el espacio marítimo que se caracterizan por ser todavía res nullius, es decir, cosas de nadie. Ello significa que, quien no pueda hacer presencia, no podrá ejecutar actos de ataque o defensa de manera efectiva.
Como las acciones se ubican en el plano económico-financiero podemos afirmar que el foco de atención de las medidas extra-militares y militares está dirigido al espacio productivo y, consecuentemente, a la dirección de los flujos económicos de lo producido, por lo que la praxis en el conflicto se evidencia en el mantenimiento o no de un determinado flujo económico. Esta praxis se está desarrollando dentro de un contexto de cambio de la actividad productiva a escala global que en sí misma genera inestabilidad para aquellos Estados cuya existencia no se fundamenta en la relación entre productores sino en la captura de la actividad productiva. Dentro de ese marco Yemen y Colombia son campos de batalla y los espacios abstractos que envuelven a esos dos Estados y a Venezuela, Cuba e Irán se han convertido en espacios de conflicto que tienden a abarcar el territorio de dichos Estados. Esto nos coloca en el plano militar de la disuasión, persuasión y coerción. Veamos cómo se están desarrollando las acciones coercitivas.
Las acciones navales coercitivas.
La combinación de información y acciones coercitivas contra Irán, Cuba y Venezuela se focalizan en los espacios abstractos económico-financieros y marítimos, ahora, su proceso efectivo de producir daño está en curso. Ya hemos indicado dos cosas a tener en consideración: que hay dos escenarios de guerra terrestre: Yemen que es de mediana intensidad y Colombia que es de baja intensidad y que la disolución del Estado en Venezuela se expresa como un conflicto civil que en términos convencionales es de baja intensidad y en términos no convencionales sus efectos son similares al conflicto civil en Yemen y Siria. Como en estos dos países el conflicto se ha estancado, las operaciones militares se han extendido a otros espacios provocando una ascensión en intensidad. Igual sucede en el eje Colombia-Cuba-Venezuela, es decir, ha ocurrido un estancamiento, pero como veremos en el siguiente cuadro, no ha generado una escalada.
Área
Causa
Acciones
Zona gris de acciones policiales
Respuesta


Mar Arábigo
(Golfo de Adén y estrecho de Ormuz)

Desestabilización regional y sanciones.
-1-
Ataque a tanqueros por actores no conocidos[3].
Perturbación del tráfico por medios no reconocidos[4]

Piratería
-4-
Despliegue de fuerzas navales[5].
Escolta a tanqueros[6].


Mar Caribe

Desestabilización regional y sanciones.
-2-
Diplomacia naval:
Buque hospital.
Incursión del USCG “James”[7].

Narcotráfico
Asaltos a mano armada en el mar
-3-
Encubrimiento de buques para mantener tráfico[8]

En la introducción indicamos las coincidencias entre Irán y Venezuela. Esta coincidencia pudiera indicar la existencia de una alta probabilidad de coordinación de acciones para garantizar una mayor libertad de maniobra política. Esta coordinación no necesariamente tiene que ser explicita. Todo depende del tamaño del tablero en el cual se está produciendo el juego estratégico. Así pues, podemos pensar en un entendimiento que se expresa en una coalición anti-Occidental de naturaleza práctica entre Cuba, Irán y Venezuela (con el apoyo de China y Rusia) y su oponente es otra coalición formada por EE.UU., Reino Unido, Arabia Saudita (y otros países árabes de la cuenca del Golfo Pérsico) y Francia
Así pues, si se observa con atención los ítems (1) y (3) se puede constatar que la coalición (Irán, Cuba, Venezuela) cuyo poder naval es débil está actuando teniendo como eje las comunicaciones marítimas, es decir, ha desplegado iniciativa y actitud ofensiva bajo un denominador común: están actuando al margen del derecho convenido. El encubrimiento, el camuflaje, el sigilo se han usado a lo largo de la historia como costumbre o como norma aceptada, la diferencia es que en la actualidad se está operando más allá de dichas convenciones. Un ejemplo de estos encubrimientos lo constituye la transferencia barco-a-barco realizada recientemente frente a Malta, para eludir las sanciones estadounidenses. Por su parte, las acciones de las potencias marítimas que representan (2) y (4) se caracterizan por ser defensivas, reactivas de forma inmediata (escolta) y mediata (despliegue de medios). Parecieran apuntar a la contención.
Llama la atención los ítems (3) y (2). El (3) porque constituye un desafío por parte de los poderes navales débiles. Y el (2) porque las respuestas de las potencias marítimas a pesar de haber incluido un conjunto de acciones de inteligencia no parecen haber sido lo suficientemente efectivas. Esto nos permite afirmar dos cosas: la primera es que la guerra de los tanqueros, que parece haber retornado al Golfo Pérsico, se está presentando de forma opuesta a lo que acaece en el mar Caribe sin una respuesta proporcional. Ahí los poderes navales débiles están haciendo un mejor aprovechamiento de sus capacidades navales (Golfo Pérsico) y marítimas (mar Caribe) en función de sus objetivos políticos desde el mismo momento en que están actuando más allá de lo convencional. Para nosotros, la novedad es que la forma histórica en que se manifestó el alineamiento de Venezuela con Occidente, que fue su tráfico marítimo, quedó rota desde el mismo momento que sus buques están actuando de forma clandestina para actuar contra Occidente. Desde esta perspectiva, la acción de contención emprendida por Occidente en el Golfo Pérsico resulta razonable. No así lo que está sucediendo en el mar Caribe.
La segunda es que, a pesar de que el impacto de Venezuela en el comercio internacional se ha reducido drásticamente por la reducción de su capacidad de exportar combustibles fósiles, la forma no convencional con que está conduciendo la guerra en el mar indica que sus buques tanqueros están dejando de ser medios de transporte para convertirse en armas cuya efectividad, en relación con un buque de guerra, radica en su bajo costo. Esto no significa que Venezuela esté cambiando su orientación estratégica que apunta a la de ser un país mediterráneo evidenciada en los planes de la patria, por el contrario como instrumento del Foro de São Paulo está disponiendo de los medios que le quedan para la satisfacción de intereses foráneos[9]. En ese contexto, se circunscribe el anuncio de ejercicios navales para los próximos días[10].
Finalmente me quiero referir a la zona gris donde acaecen delitos internacionales que pueden producir una escalada debido a que al ser actos fuera de la ley y que a su vez se asocian con el terrorismo, pueden acaecer juntos (coordinada o paralelamente) con las acciones encubiertas de perturbación del tráfico marítimo que se desarrollan en ambos espacios geográficos[11]. Es decir, la finalidad de la piratería y el narcotráfico es privada aunque sus efectos son públicos. De igual forma, la perturbación del tráfico marítimo o el empleo de transportes marítimos como armas tienen una finalidad pública y privada, pero sus efectos son privados. Vista así las cosas se puede observar aquí el foco de atención sobre el cual orbitan los antagonismos en que estamos inmersos y la posibilidad de conjunción de intereses económico-financieros vistas como emprendimientos realizados al margen de los Estados. Esta posible conjunción de actividades en la sombra nos permite reflexionar sobre la actitud estratégica de las fuerzas políticas enfrentadas.
La actitud estratégica
Occidente está empeñado en dos teatros de operaciones: Afganistán y el cercano Oriente. En vista de estas circunstancias, actúa con cautela cuando surge en otro espacio una situación de conflicto que afecte sus intereses y plantee la necesidad de considerar el empleo de la fuerza. El empleo de la fuerza depende de cómo se presenta la amenaza, es decir, si es incipiente y se puede contener o si está desbordada y cualquier acción, además de ser reactiva, pasa a ser insuficiente. Desde el año 1945, con contadas excepciones ese ha sido el patrón. La contención fue la concepción geoestratégica de Nicolás Spykman y esta concepción no ha sido superada a pesar del cambio radical de los escenarios de conflictos desde el año 2001 y del cambio de su naturaleza. Pero Occidente no es la España del siglo XVII. Occidente se comporta con la misma cautela que le permitió a la Roma de Bizancio existir por un milenio. Pero las circunstancias son diferentes.
La estrategia de contención que está aplicando Occidente en el mar Arábigo y en el mar Caribe es expresión de la incapacidad de dar respuesta a los nuevos procesos políticos globales. Esa actitud es lo que le ha permitido a las fuerzas anti-occidentales avanzar desde dentro y desde fuera de los Estados sin ser molestadas. Estas fuerzas anti-occidentales, entonces, se han enquistado y aprovechado de la estructura normativa Occidental para usarla en su contra y el nudo gordiano ha sido la reticencia en reconocer el estado de guerra global que estamos viviendo. El estado de guerra es un estado de excepción. En Venezuela ese estado de excepción se llama revolución y su justificación obedece a que ese orden saopaulista no se puede preservar si no se desestabiliza a toda la región. Esta es una de las caras de la realidad.
La incapacidad de responder es un signo de debilidad. Esta debilidad es moral y esta moralidad se puede observar desde dos perspectivas: la de haber fomentado la inestabilidad de alguna u otra manera trayendo como consecuencia la dificultad de justificar una acción coercitiva y la de no poder exigir sacrificios a sus nacionales porque se han producido fisuras en la estructura política de esos Estados. Desde el otro lado de la colina no opera la moralidad desde el mismo momento que se ha usado la corrupción como medio para obtener fines políticos y se ha usado a la población como medio y como arma para la obtención de esos fines.
Corolario
La crisis en el mar Arábigo y su relación con Venezuela indica que la clave para entender la crisis que vive Venezuela depende del tamaño del tablero desde el cual se participe. Cualquier evaluación que no considere ese aspecto no sólo va estar destinada al fracaso, sino también va significar que la participación no va a ser la de decisor sino la de ficha en ese tablero. Y como se sabe, la diferencia entre un decisor y una ficha está, en este caso, en que el primero tiene la posibilidad de romper el tablero e iniciar un nuevo juego. Pero para romper un tablero estratégico se requiere de voluntad política. Y la voluntad política es expresión de un poder que proviene de una promesa mutua que no puede ser rota dentro de una comunidad. Lo contrario, que es lo que hemos vivido los venezolanos desde el 16 de julio del año 2017 hasta el presente es lo que debemos desechar para iniciar un proyecto político nuevo.




[1] Ver al respecto: “Emiratos Árabes reduce sus tropas en Yemen”: https://elpais.com/internacional/2019/07/10/actualidad/1562752566_079722.html
[2] Ver al respecto: “ESPACIO-TIEMPO Y LA GUERRA. APROXIMACIÓN A UNA TEORÍA” en https://edgareblancocarrero.blogspot.com/2015/08/espacio-tiempo-y-la-guerra-aproximacion.html
[3] Ver al respecto: “El segundo ataque a petroleros en un mes en el Golfo Pérsico enciende la alarma de un conflicto militar” en https://www.elmundo.es/internacional/2019/06/13/5d01ffcbfc6c8300118b457c.html y “UAE-based oil tanker disappears in Iranian waters in the Strait of Hormuz” en https://www.washingtonpost.com/world/middle_east/uae-oil-tanker-disappears-in-persian-gulf-in-iranian-waters/2019/07/16/6a0463e2-a7b8-11e9-86dd-d7f0e60391e9_story.html?noredirect=on
[4] Ver al respecto: “Golfo Pérsico: lanchas iraníes “trataron de interceptar” un carguero británico y un buque de guerra inglés debió interceder” en https://www.clarin.com/mundo/golfo-persico-lanchas-iranies-trataron-interceptar-carguero-britanico-buque-guerra-ingles-debio-interceder_0_Ok-bwukxv.html#cxrecs_s
[5] Ver al respecto: “EE.UU. refuerza su flota militar en el Golfo Pérsico y crece la tensión con Irán” en https://www.clarin.com/mundo/ee-uu-refuerza-flota-militar-golfo-persico-crece-tension-iran_0_cuDqYetR2.html y “Escala la crisis en el Golfo Pérsico: Irán exige a Occidente que retire sus barcos” en https://www.clarin.com/mundo/escala-crisis-golfo-persico-iran-exige-occidente-retire-barcos_0_KIYwmbUNm.html
[6] Ver al respecto: “Reino Unido denuncia que Irán intentó interceptar un petrolero en el conflictivo estrecho de Ormuz” en https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-48947813
[7] Ver al respecto: “DIPLOMACIA NAVAL: DE LA INTERRUPCIÓN DEL TRÁFICO PETROLERO VENEZUELA-CUBA AL INCIDENTE DEL USCG JAMES” en https://edgareblancocarrero.blogspot.com/2019/05/diplomacia-naval-de-la-interrupcion-del.html
[8] Ver al respecto: “Cambian nombres y vuelven fantasmas a tanqueros que trabajan con Pdvsa para seguir regalando petróleo a Cuba” en https://www.lapatilla.com/2019/07/09/cambian-nombres-y-vuelven-fantasmas-a-tanqueros/ y “la Bitácora de los tanqueros fantasmas al servicio de la revolución” en https://armando.info/Reportajes/Details/2557
[9] Ver al respecto: “PANORAMA ESTRATÉGICO NAVAL VENEZOLANO” en https://edgareblancocarrero.blogspot.com/2018/03/arenga-digital-panorama-estrategico.html y “VENEZUELA Y SU HISTORICIDAD MARÍTIMA: PASADO, PRESENTE Y FUTURO” en http://edgareblancocarrero.blogspot.com/2013/12/venezuela-y-su-historicidad-maritima.html
[10] Ver al respecto: “Maduro anunció ejercicios militares en la frontera de Venezuela” en http://www.el-nacional.com/noticias/gobierno/maduro-anuncio-ejercicios-militares-frontera-venezuela_287575
[11] Ver al respecto: “SOBRE PIRATERÍA, EL CORSO, EL TERRORISMO Y LA RELATIVIZACIÓN DE AMBOS CONCEPTOS” en https://edgareblancocarrero.blogspot.com/2018/10/sobre-pirateria-el-corso-el-terrorismo_25.html