Jean Guitton realizó una obra denominada “El
Pensamiento y la Guerra” una recopilación de Conferencias dictadas en la
Escuela Superior de Guerra en Francia. En estas sus reflexiones indicaba el
cambio radical que estaba sufriendo el fenómeno guerra por efectos de la
disuasión Nuclear. El cambio a que se refería implicaba el traslado de la
guerra a un campo muy poco conocido: la Mente, el pensamiento. La pregunta
ahora es saber si ese cambio realmente se ha producido. Creo que desde el punto
de vista humano no se ha operado un cambio, más bien ha cambiado el campo de
batalla. Esto plantea otro interrogante ¿Qué es pensar estratégicamente?, ya que
en el campo de la estrategia está subyacente la relación pensar-hacer, la
adecuación medios-fines en donde la racionalidad está en los medios y en los
fines. Esto nos lleva a intentar saber que es lo que se entiende cuando se menciona la palabra estrategia
puesto que nos ayudaría a entender el pensar la estrategia desde el pensar
mismo. Por ello vamos a referirnos un poco a lo que generalmente se ha
planteado desde la antigüedad para comprender la estrategia desde la
perspectiva de la Ciencia y del Arte.
Como Ciencia la estrategia entendida
ontológicamente pareciera ser un proceso de llevar las ideas a la acción tal
como lo expresan Frischknecht y otros muchos pensadores. Pero digo Ciencias entendida ontológicamente
porque desde el punto de vista epistémico
se refleja un espíritu eminentemente Kantiano, es decir un proceso de
adecuación de medios a fines.
Cuando nos
referimos a Kant lo primero que viene a la mente son los juicios sintéticos a
priori, las hipótesis, los pronósticos, las proyecciones etc. También la razón pura centrada en la
Ciencia y la razón práctica en la voluntad.
Tanto la razón
pura como la razón práctica se expresan en el lenguaje. Cuando estamos hablando
de Lenguaje estamos hablando de estructuras lógicas. De la lógica del Primer Orden del lenguaje científico, que se ha extendido mediante un
proceso paulatino y sostenido de racionalización que ha abarcado el quehacer
estratégico, al Campo de Ares. La estrategia en términos epistémicos se basa en
esta estructura del lenguaje. Por ello se puede afirmar que cuando hablamos de
la estrategia, estamos hablando de algo que es predecible no desde las
perspectivas del pensar y del hacer sino de la perspectiva del pensar mismo. Estamos hablando de
un proceso deductivo donde solo están interviniendo como factores variables la
voluntad y el tiempo. Esta
afirmación es sostenida no sólo por el hecho que estamos viviendo en un
contexto globalizador signado en la racionalidad, la sociedad de la información,
sino por el tipo de enfrentamiento
que hoy en día estamos presenciando. La voluntad es entendida en el sentido
Clausewitziano del termino y el tiempo no es entendido en sentido aristotélico[1]
únicamente, puesto que este con la técnica ha sido Racionalizado, más bien el
tiempo entendido dentro de la misma estructura del ser.
La base lógica de esta racionalización la estableció
Tarski al afirmar que A=A Û
A=A con lo cual se fundamentó un criterio de verdad en las ciencias.
Contemporáneamente con este autor, Kurt Gödel estableció un Teorema
que indicaba que el
universo de la verdad es superior a la capacidad de nosotros para aprehenderla
tanto desde las perspectivas de la razón pura como de la razón práctica.
Todo esto ha hecho que el pensar y el hacer hayan estado atrapados en el
mejor de los casos en esquemas, modelos, procedimientos, doctrinas, métodos,
etc., que eventualmente reflejan formas de dominación racional de carácter
indirecto. Me explico: el Almirante Takeo Kurita no destruyó, según Kiralfy, a
la fuerza de desembarco estadounidense en Leyte por la rigurosa aplicación del
código del Bushido sino por seguir la Tesis Mahaniana de la batalla decisiva
mediante el encuentro entre “buques”. En otras palabras, para el Almirante
japonés el objetivo no fue la flota de desembarco sino la flota que protegía la
flota de desembarco. Igual aconteció con la maniobra realizada por el Almirante
Woodward, en las Malvinas. La maniobra inglesa fue concebida para engañar a las
fuerzas argentinas que, al parecer, seguían la doctrina estadounidense.
Estas apreciaciones hacen que si consideramos a la
estrategia como arte podría obtenerse una aproximación más cónsona con los
propósitos que nos hemos establecido en cuanto a intentar entender el pensar
desde el pensar mismo.
Pero si
entendemos que nosotros pensamos también gracias al lenguaje, creamos también
en función de una serie de patrones ya establecidos y desde esta óptica la
estrategia podemos pensarla entonces desde patrones ya concebidos que nos
evocan los trabajos de Charnay y Kuhn en el sentido que el paso de un conflicto
interno a un conflicto internacional han representado cambios en la estructura
del sistema y el advenimiento de un nuevo paradigma, pero como proceso este es
un proceso Racionalizado. Por lo cual este crear en principio esta condicionado
a modelos reales e ideales que se
presentan en los momentos de máxima negación en la realidad internacional.
Sí apelamos a la
intuición desde el punto de vista Kantiano tenemos que esta es una aprehensión
inmediata de la realidad por lo que podemos decir también que hay algún modelo
aplicable para eliminar la diferencia
entre idealidad y realidad. Pero no para eliminar la diferencia de la
idealidad en la idealidad y de lo que creemos es la realidad en la realidad (es
decir, del hecho o del evento). En otras palabras, aquí nuevamente estamos
enfrentados al problema de la internalidad o cartesianismo y la externalidad o
el empirismo. Lo que hacemos está condicionado por nosotros y por los otros y
viceversa. En este contexto el Teorema de Coddington parece demostrar las
limitaciones del modelo racional.
Todo esto que se
ha mencionado hasta ahora nos indicva que estamos enfrentados al problema de la
Complejidad, incluso dentro de lo que nosotros entendemos como pensamiento. Por
eso vamos a hablar de la complejidad pero entendida como una realidad que
contiene aquello que la hace diferente. Habíamos hablado que la lógica del
lenguaje de la ciencia A=A Û A=A, pero ahora vamos a hablar de la lógica entendida como
A=B entendiéndose B como A +
.
Originalmente
nosotros hablamos de A=A es decir,
estrategia es el arte concebir, estrategia es cualquier secuencia meditada con
anticipación de decisiones puntuales que trae un propósito especificado etc., o
sea estrategia es estrategia si solo si estrategia es estrategia, pero fíjense
en estas definiciones se observan diferencias ¿A qué obedecen estas
diferencias? Podríamos afirmar que es a la estructura de acción de cada
individuo, de cada grupo basada en costumbres. Esta estructura de acción es un pensar-hacer
individual-colectivo que siendo idénticos contienen diferencias, que como vimos
históricamente se han sintetizados en un proceso de Racionalización, es decir,
se ha tomado lo que identifica y se ha desechado la diferencia y lo que identifica
es lo que nos ha hecho “Racionales” o mejor dicho predecibles.
Ahora ¿cómo
podríamos definir estrategia dentro del contexto A=B?. Según Hegel la identidad contiene la diferencia,
nosotros somos idénticos, pero todos los días cambiamos es decir, todos los
días dentro de la diferencia se mantiene la identidad, o sea, todos los días
estamos sintetizándonos. La realidad esencial según Hegel es la realidad que
aprehendida contiene la diferencia en aquello que lo identifica. Entonces uno
de los problemas que ha prevalecido desde Kant es que la identidad no contiene
la diferencia.
El concepto de
Hegel se deriva del fenómeno, por lo que si retomamos las ideas iniciales del
pensar y el hacer tenemos que si entendimos el pensar y el hacer como conceptos
que contienen diferencias y entendemos el concepto como una idea en movimiento
con la realidad entonces tenemos
un abanico ilimitado de opciones: la asimetría es una, el convencionalismo otro
y el no convencionalismo otro. Por todo esto podríamos pensar en para esta
relación del pensar y el hacer, de la adecuación de medios a fines este
concepto de estrategia:
“Estrategia
es el aprovechamiento deliberado de los hechos intervinientes en un
escenario de actuación dado generando nuevos marcos de Racionalidad”.
Pero si
el pensar se manifiesta en toda la estructura del pensar y del hacer y ya de
manera aproximada hemos abordado el pensar en el pensar-hacer, habremos ahora
que abordar el pensar en el
hacer-hacer asunto relativo a los
medios en tanto que medios y a las formas en que estos son usados. Este último punto nos remite el campo
de la táctico, el campo de la ejecución, de los métodos, de los
procedimientos etc. asociados con
los medios. En otras palabras, el ámbito de la racionalidad en general y de la
creación en función de los espacios, pero sí la estrategia es el arte de
concebir nuevos marcos de racionalidad, “la táctica es el uso de los
medios en ese ámbito creativo donde no hay límites en el uso de dichos medios,
ni limites de medios”.
El medio media entre la voluntad y el objetivo y el
medio es cualquier cosa que puede ser usado en un espacio Multidimensional.
Para los marinos esto no es una novedad y tampoco debería ser la idea de la
no-limitación en cuanto al uso de los medios puesto que estamos presenciando un
proceso de unificación del espacio por la vía del tiempo en sentido
Aristotélico gracias a la fusión e integración de sistemas, pero nosotros somos
el tiempo mismo y no el tiempo de los medios.
Con esto lo que se pretende es alcanzar una mayor
flexibilidad en las decisiones en el ámbito marítimo no sólo tomando a este
como Referente, sino que partiendo de allí expandirse al resto de los espacios,
es decir, al resto de los ámbitos físicos y metafísicos para lograr una unidad
impregnando de mar toda idea del espacio.
Consecuentemente, la doctrina no es la “doctrina” o sea lo que hay que hacer de manera
institucionalizada. La doctrina que determina el empleo de los medios es sólo
el marco Referencial para establecer cuando se sigue o no. Con ello se quiere
afirmar que lo que debe ser institucionalizado es la posibilidad de ruptura
epistemológica y praxeológica puesto que la realidad nos esta desbordando. Hay
que recordar que la tecnología es un medio y no un fin puesto que el fin es el
hombre mismo.
BIBLIOGRAFÍA
CONSULTADA
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de Ciencias Humanas y Concepción del Hombre. Caracas. UCV. 2004
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HEGEL, G. W.
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