domingo, 6 de octubre de 2019

EL CONCEPTO DE CENTRO DE GRAVEDAD Y LA GEOMETRÍA FRACTAL



En un intercambio epistolar con Federico Boccanera entró a colación el concepto de schwerpunkt. Este concepto en ese momento lo asocie, en sentido clausewitziano, con el concepto geométrico de fractalidad, pero este comportaba un problema debido a que se hace difícil establecer dónde dirigir una fuerza determinada para provocar un colapso. Si bien esta nueva manera de concebir la geometría y sus implicaciones consecuentes en lo que concierne a sus aplicaciones en Inteligencia Artificial[1] representa una nueva manera de entender el espacio y todo sobre lo que de él se erige, se hace necesario exponer estos conceptos y sus implicaciones militares y políticas. Para ello vamos a conceptualizar sucintamente qué refiere ‘centro de gravedad’, luego la concepción del espacio y finalmente vamos a reflexionar acerca de cómo podría ser un punto de aplicación en una geometría no-euclideana.
Schwerpunkt: implicaciones políticas y militares
Karl von Clausewitz definió sucintamente ‘schwerpunkt’, que en castellano fue traducido como ‘centro de gravedad’, como punto de aplicación del esfuerzo militar para privar de una forma efectiva y definitiva de la capacidad de combate a un adversario como medio para alcanzar un fin político[2]. Este punto de aplicación es el lugar a donde debería ser dirigido todo el esfuerzo militar o de otro tipo, para alcanzar de la manera más rápida posible el objetivo en guerra, que sería capaz de facilitar la obtención del objetivo de la guerra. Como se puede observar, en su acepción alemana esta palabra ‘punto de aplicación’ es activa o acusativa y en español es pasiva o dativa por lo que su conceptualización ha presentado equívocos cuando se ha tratado de definir de forma efectiva para realizar cualquier tipo de acción. Este punto de aplicación, además, hacía necesario establecer un numero de combinaciones (estructuras organizacionales), heurísticamente hablando, que fuese pertinente para el logro del fin político. Esto en la práctica sirvió a una misma concepción del mundo consolidada con el establecimiento del estado-nación moderno.
Pero, el propio Clausewitz estimó que estas combinaciones eran insuficientes debido no sólo a que su número podría resultar infinito y difícil de ser pensado porque estas estructuras podrían ubicarse en diferentes planos de difícil cuantificación, como por ejemplo la moral, el valor, la fricción, la maniobra concebida, etc.; también a que la finalidad determinada por ese movimiento de cambio estaba supeditada a una causa determinada por la razón, es decir, un sistema referencial cuyo fundamento estaba sostenido a partir de supuestos o condiciones determinadas que en la concepción del mundo, a la que se hizo mención, era de naturaleza mecanicista. Por esta causa, para el General prusiano, la posibilidad de establecer una nueva teoría estaba justificada por el hecho que había una serie de factores presentes in bello que deberían ser tenidos en cuentas como eran: La incertidumbre, el peligro, el azar y el esfuerzo físico en diferentes planos de actuación[3].
Por otra parte, este punto de aplicación tenía que ver con destruir o amenazar con destruir la fuerza militar adversaria, tomar una parte del territorio, tomar la capital o capturar o eliminar al conductor político y militar dentro de una estructura organizacional que consideraba el qué desde el punto de vista político-estratégico, el cómo desde la perspectiva estratégico-operacional y los medios en lo concerniente a los dispositivos técnicos empleados en ese punto de esfuerzo para vencer la resistencia del adversario. Es decir, la estrategia entendida genéricamente como cualquier secuencia meditada con anticipación de decisiones puntuales que persiguen el logro de cualquier objetivo y que supone la determinación del objetivo, la concepción de maniobra para alcanzarlo y las acciones táctica para llevarlo a cabo suponían la determinación de un punto de aplicación que en términos de costo/beneficios fuese lo más efectivo posible. En el cuadro que se muestra a continuación se presenta de manera sintética esta metodología: 



Pero estos objetivos obedecían a la existencia de un paradigma que fue quebrado cuando se produjo el levantamiento español contra Napoleón debido a que ese levantamiento en sí mismo marcó una diferencia en lo concerniente a la concepción de la guerra y de los medios empleados en tanto que asunto humano que explica por sí mismo la complejidad a la cual se refirió el militar prusiano. Este levantamiento español inspiró a Marx y Engels para pensar en perfeccionar el nuevo tipo de guerra gestado por la revolución francesa haciendo que una estructura organizacional se adecuase a las circunstancias políticas de la guerra. Dicho de una manera gráfica se muestra lo siguiente


Dicho de otra manera, de un modo de planificación de hacer la guerra basado en una estrategia de alcance político, una concepción de maniobra que involucraba al jefe militar y la fuerza armada como un todo en el plano estratégico-operacional y un conjunto de acciones de fuerza en el plano táctico que suponía la existencia de una estrategia, una estrategia operacional y tácticas, visto de forma jerárquica, se comenzó tendencialmente a pasar a un modo de hacer la guerra donde la táctica comenzó a inundar a todos los planos así como la estrategia y la política[4]. Esto en principio se enmarcó dentro de la concepción de la guerra revolucionaria, pero después de un tiempo pasó a ser un modo de hacer generalizado en la guerra que a finales del siglo XX se conoció en EE.UU. como la Revolución de los Asuntos Militares.
Esto para nosotros puede ser visto como una ruptura de una concepción de la linealidad concebida bajo una perspectiva euclidiana del espacio debido a que la geometría necesaria aplicar para la toma de decisiones (jerárquica y piramidal) en un espacio dado se basaba mecánicamente en planos bidimensionales (y después tridimensionales) y el general prusiano comenzó a observar que los procesos sociales se producen en espacios cuya explicación es posible (nosotros decimos parcialmente) usando una geometría no-euclideana. Esto nos obliga a hacer una reflexión sucinta acerca del espacio de la guerra desde la perspectiva euclideana y no-euclideana y cómo este afecta la concepción de la guerra y la política.
Sobre el espacio…
Sobre el espacio tenemos que tener presente históricamente que si bien para Heráclito el fuego y específicamente el calor fue la base espacial sobre la cual se engendraron todas las cosas, en general, en todo caso en todo el mundo griego y hasta el siglo XIX todos los medios utilizados para demostrar la existencia del espacio partían de los actos contemplativos que generaron los primeros axiomas del teorema atribuido a Euclides fundamentado en la segmentación geométrica (Beppo, 2006:94-99 y 107)[5]. Los postulados de Euclides, según Jammer[6], son:
·         Se puede trazar una línea recta que pase por dos puntos.
·         Se puede prolongar una línea recta indefinidamente a partir de una recta finita.
·         Se puede trazar una circunferencia con centro y radio dado.
·         Todos los ángulos rectos son iguales.
·         Si una línea recta incidente sobre dos rectas, hace ángulos internos y de la misma parte de menores que dos rectos, prolongadas esas dos rectas al infinito coincidirán por la parte en que estén los ángulos menores que dos rectos” (1970:187).
Como se puede observar se presenta una aparente contradicción entre el segundo y último axioma. Esto permitirá pensar en espacios no-euclideanos (espacios curvos) y un sistema referencial basado en una geometría consecuente. Los cambios de la concepción del mundo producidos por la revolución industrial de la segunda mitad del siglo XIX condujo a que la conceptualización del espacio siguiese una orientación física pero se presentó el problema de pensar también si el espacio de la experiencia era o no euclidiano. Para la solución de este problema se tomaron unos estudios realizados unos años antes por Georg F. Riemann relacionados con la geometría no-euclidiana. Gracias estos estudios, se llegó a una concepción del espacio vista como un agregado de n-dimensiones[7]. Visto a la manera clausewitziana, no sólo es el choque frontal de fuerzas, desde la perspectiva mecánica, en un espacio dado lo que podía definir una situación, sino la maniobra, la moral, la enemistad, etc., eran elementos que podían ‘torcer’ un espacio para facilitar la obtención de un objetivo, produciendo un importante grado de incertidumbre para quien no los tomase en cuenta. La geometría no-euclideana posibilitaría el desarrollo de la matemática fractal a partir de la operacionalización y estructuración de sistemas intuitivos. Esto nos permite introducir el pensamiento de Deleuze y Guattari.
Para Deleuze y Guattari el espacio reimanniano creó las condiciones de posibilidad para la conceptualización del espacio en general en un proceso histórico que en sus casos los han llevado a producir el concepto de rizomas y fundamentar su concepto de máquina de guerra como una estructura de relaciones a partir de los objetos fractales de B. Mandelbrot. Estos objetos fractales de Mandelbrot fueron definidos como un “conjuntos cuyo número de dimensiones es… no entero, o bien entero, pero con variación continua de dirección” (2008:493-495)[8]. Es decir, son conjuntos de formas geométricas que se pueden explicar mediante procesos matemáticos repetitivos, caracterizados, en primer lugar, por tener el mismo aspecto a cualquier escala de observación (auto-similitud), en segundo lugar, por tener longitud infinita, y en tercer lugar, por tener una dimensión donde cada forma geométrica, al ser separada en partes, mantienen en una versión reducida el todo[9]. Entre sus múltiples aplicaciones se destacan dos:
·         El análisis de fenómenos considerados como caóticos como los movimientos de las finanzas o la moneda para evaluar riesgos y prevenir ruinas. Desde el punto de vista social es posible determinar el comportamiento de un mercado en un futuro teniendo presente el horizonte temporal de una inversión y el estado psicológico de los individuos que la hacen mediante la aplicación de una serie de reglas a cumplir a cualquier escala[10]. De ahí que, las tendencias globales apuntan al desarrollo de sistemas inteligentes, es decir, lo que se conoce como inteligencia artificial[11].
·         Esta Inteligencia artificial se ha expandido a otros campos del quehacer humano. Nos interesa hacer mención al campo militar, un campo donde se han prendido todas las alarmas.
Si bien estos usos basados en la repetición a diferentes escalas como una forma de expresar cómo se manifiestan las repeticiones en la naturaleza, hay un problema que no ha sido resuelto aún y es el relativo a determinar qué es el espacio que permite que exista repeticiones en la naturaleza. Esta dificultad fue resuelta en parte cuando Kant colocó al espacio como una intuición pura y fundamento para la formación de conceptos. Esto es lo que nos permitirá hablar de red de relaciones.
El límite al cual llegaron Deleuze y Guattari estuvo dado por la importancia que le dieron a la intuición para la formación de conceptos[12]. Su importancia, para nuestros efectos, obedece al desarrollo de los sistemas intuitivos capaces de determinar comportamientos a diferentes escalas siguiendo el referente kantiano. Esta capacidad de determinar cosas mediante la Inteligencia Artificial nos coloca en la realidad de tener que hacer frente a una capacidad de reproducir geométricamente y de predecir nuestros comportamientos. Lo que faltaría determinar sería el desarrollo de una Inteligencia Artificial distribuida que ayude a procesar toda esa información y evite el acaecimiento de acontecimientos de naturaleza azarosa[13]. Así pues, la fractalidad es la geometría que permite reproducir el orden de la naturaleza dentro de un espacio intuitivo. En términos político-militares se puede observar en el control social y en campo tecnológico y organizacional. Nos referiremos sólo al control social y el campo organizacional[14].
Como medio de control social la tiranía en Venezuela no está en capacidad de aplicar la inteligencia artificial para ejercer control sobre toda la sociedad. Sin embargo, ha adoptado una forma de acción que opera en varios niveles: en el más básico, primer nivel, se apoya en la caotización de la vida de cada venezolano mediante la manipulación del tiempo y del hábitat (racionamiento de agua, luz, comida, moneda, combustible, transporte, etc.) y la exacerbación de la inseguridad (legal, política, salud, etc.). Ello se expresa en la dificultad de que podamos mantener una vida seriada, es decir, nos han reducido la capacidad para construir nuestro futuro[15]. En un nivel superior, segundo nivel, se encuentran los que de alguna u otra manera han podido, con severas limitaciones, mantener un cierto grado de autonomía. Y en el último nivel, tercer nivel, se encuentran los que no están afectados por la caotización deliberada. Sobre este grupo es que la tiranía ejerce su acción política mediante sistemas inteligentes artificiales o no. Estos tres niveles no se corresponden necesariamente con los estratos sociales básicos de una sociedad sino más bien con el grado de dependencia que mantiene un individuo con respecto al Estado. La forma de acción por medio de la cual ejercen control está basada en el mantenimiento del empobrecido ambiente de vida en que estamos sometidos que puede provocar miedo y angustia y expresa, en sí, fenómenos como la diáspora y el terror mediante la aplicación de daños a los que amenacen el orden (muerte no esperada o soledad no deseada).
La capacidad de eliminar las restricciones que impone la tiranía para operar especialmente en el segundo nivel representa para nuestros efectos un potencial punto de aplicación de cualquier esfuerzo de neutralización como veremos más adelante, debido a que los individuos ubicados en ese nivel son los capaces de provocar cambios políticos.
Desde la perspectiva organizacional militar operativa la tiranía ha establecido una organización fractal para hacer frente a una forma de organización, digamos, convencional de naturaleza geométrica estructural euclideana que fue definida en un proceso decisorio político-estratégico. Esto dificulta el establecimiento de un punto de aplicación, como lo indicamos, y nos coloca en el dilema clausewitziano, es decir, el de determinar cuál es el punto de aplicación de un poder político en operaciones de fuerza debido a que esa estructura posee tantos centros críticos o nodales (digamos centros de gravedad) como los indican las repeticiones (REDI, ZODI, ADI…). Desde una perspectiva gráfica estos puntos de aplicación suponen, en diferentes planos, diferentes estrategias y tácticas que deben estar articuladas para que el efecto sea multiforme en función de un mismo objetivo como aconteció, por ejemplo, con la ofensiva Tet,


Sin embargo, esta estructura al ser una reproducción de la naturaleza (social), su sola existencia depende de un plano de referencia que permite el establecimiento de un sistema de coordenadas o cadenas de functores que dependen de su variabilidad o invariabilidad que se determina, a su vez, por el grado de actuación (y digamos control) que mantienen sobre el ambiente. Estos functores son una especie de vectores mecánicos que penetran en un ambiente determinado previamente como adecuado permitiendo con ello dibujar el plano de referencia para intervenir (vegetar, es decir, parasitar) y permanecer el mayor tiempo posible. Federico Boccanera ha usado el término antifragilidad. Esta antifragilidad la observo, desde esta perspectiva, como un modo de ser adaptativo que debe ser entendido dentro de unos márgenes dados. Es decir, como expresión de la naturaleza un parásito o digamos más bien una estructura parasitaria no puede ser colapsada debido a que los fragmentos pueden reorganizarse y mantenerse. Aquí se evidencia su carácter adaptativo.
Para la solución de este problema, creo que el ambiente, en este contexto, debe ser suprimido del mismo modo en que se combate a un parásito. El ambiente, en este caso es un cuerpo, un cuerpo social. Con ello afirmo que el punto de aplicación del esfuerzo (centro de gravedad) no es el parasito en sí sino el ambiente que hace que se mantenga. Provocar un cambio de estado en el ambiente tendente a suprimir las condiciones de vida del parásito harán inútiles las potenciales acciones que pudiesen realizarse desde cada fracto. La supresión en sí puede significar para la estructura parasitaria la neutralización, eliminación, aislamiento o huida a otro ambiente más seguro. Podemos decir, por ejemplo, que las sanciones, al estar basadas en la lógica de la contención, en cuanto a la supresión que se ha logrado es baja, es decir, entra en los márgenes del principio de adaptabilidad a no ser que en el espacio contenido se inocule algo que limpie el ambiente. Esto nos coloca en la necesidad de determinar cuál o qué es el espacio para nosotros.
Para determinar cuál es un espacio vamos a partir de un ejemplo. El espacio estadounidense está delimitado geográficamente, sin embargo, el ambiente que permite a EE.UU. ser no depende del hábitat que permite a sus ciudadanos desenvolverse sino de su valor de cambio. Es decir, el espacio estadounidense está determinado por el lugar donde se transa con su valor de cambio. Dicho de forma más gráfica: donde se transa con dólares, está la justicia estadounidense. Este es el sentido de ser de un cuerpo en un hábitat. Así pues el valor, en sentido negativo o positivo determina para nosotros el espacio. Su importancia obedece a que ello nos permite reflexionar acerca de lo que podría ser qué es espacio para nosotros porque a partir de allí se va a poder entender mejor qué es el ambiente.
La consideración del ambiente nos coloca en el plano del control social indicado previamente.
El miedo, la angustia y el terror creemos que constituyen los elementos que conforman el plano de inmanencia reproducido que permite a la tiranía sostener el ambiente que permite a su vez que se sostenga el plano de referencia de la opresión. Estos elementos impiden, en parte, la ejecución de acciones políticas en el ambiente social debido a que la caotización de la vida produce un efecto paralizante. En el pasado reciente afirmé que si hemos podido hasta el presente sobrevivir al caos estamos también en condiciones de generar caos[16]. Este es el sentido de la máquina de guerra que creemos puede construirse. Pero ahora considerando no sólo lo indicado en el pasado, sino la estructura parasitaria que se ha erigido podemos pensar en los puntos de aplicación del esfuerzo para la refundación de la república generando caos de manera direccionada.
Los puntos de aplicación en una geometría no-euclideana en Venezuela.
Un parasito no se puede destruir destruyendo el ambiente o una de sus partes. Como lo que da vida al parásito es el flujo que crea o del que se nutre, entonces es a través del o los flujos que se debe actuar para purgar (expulsar) o limpiar (neutralizar) y eliminar sus efectos dañinos. El objeto es dañar las condiciones para que lo que hace daño no lo siga haciendo sin dañar el ambiente o mejor dicho hábitat. Para dar un ejemplo, cuando un organismo se enferma una inyección, un brebaje, una pastilla introduce dentro del flujo de un cuerpo algo que restituye el equilibrio. Si los flujos están contenidos cualquier antígeno va a tener un efecto de mayores proporciones. El asunto depende de la determinación de la naturaleza del flujo y de la característica del parásito en cada fracto. En nuestro caso están determinado por la cadena del valor, es decir, la cadena que produce valores, la estructura de imposición y su organización operativa. Esto es lo que constituye el sistema de referencias.
La estructura o cadena del valor está conformada por puentes y atractores que forman núcleos que se forman, a su vez, por las pérdidas marginales que se producen en un cuerpo que permiten a los parásitos generar enlaces[17]. Estos enlaces conforman o redireccionan los flujos produciendo los niveles de afectación a los cuales se hizo mención, es decir, los niveles de control social. En el tercer nivel se encuentran los puentes y los atractores: los puentes son los que colaboran (y cohabitan)[18] y producen las mediaciones (a lo interno y en lo interno-externo) y los atractores son los que imponen los flujos de acuerdo a una estructura organizacional[19]. En el caso venezolano, los actractores tienen también una estructura de mediación que ha estado siendo diezmada efectivamente sólo a partir de este año 2019. Esta estructura constituye los fractos. Estos fractos no han podido evolucionar en estructuras más complejas y consistentes debido a su naturaleza parasitaria. Como se puede observar entonces, los puntos de aplicación se encuentran a diferentes escalas y están representados por los puentes y los atractores. Este es el campo de aplicación de una máquina de guerra operando en enjambre.
A pesar de lo indicado corresponde realizar un ejercicio teórico de determinación más precisa que debe empezar por la definición del espacio visto como estructura de relaciones donde se alojan los parásitos y tener como horizonte los elementos constitutivos de lo que debería ser la Nueva Seguridad Republicana (NSR) debido a que el cuerpo social venezolano se extiende más allá del territorio al igual que la estructura parasitaria. De igual forma, habría que considerar los principios por medio de los cuales opera un antígeno y el espacio donde opera. Si se considera el espacio un cuerpo, en nuestro caso social, la operación del antígeno es simultánea en todo el espacio, es multidimensional, omnidireccional y opera a bajo costo porque se sirve el propio fluido corporal.





[1] Sobre este tema ver: Fernández Peñuelas (2019). “La amoralidad de los algoritmos” en https://www.filco.es/la-amoralidad-de-los-algoritmos/  
[2] Sobre este concepto, ver entre otros: Gniesko, C. (2017)  “El centro de gravedad, su evolución y el estado del arte en los Estados Unidos de América”. Military Review https://www.armyupress.army.mil/Portals/7/military-review/Archives/Spanish/Online-Exclusives/Gniesko-a.pdf y Díaz, F. (2005). “Los Conceptos de “Centro de Gravedad” y “Centro del Esfuerzo” y su Empleo en la Determinación de Objetivos en la Estrategia Conjunta” en http://revistamarina.cl/revistas/2005/6/diaz.pdf
[3] Ver al respecto: BLANCO, E (2016). De la Guerra y la Paz: Una perspectiva Hermenéutica. Riga. Editorial Académica Española. 376 p
[4] COUTAU-BÉGARIE, H. (1999). Traité de Stratégie. (2da ed.). Paris. Editorial Económica. Instituto de Estrategia Comparada. 1005 p.
[5] BEPPO, L. (2006). Leyendo a Euclides. 3° ed. Buenos Aires. Libros del Zorzal. 224 p.
[6] JAMMER, M. (1970). Conceptos de Espacio. México. Editorial Grijalbo. T. D. Cazes).
[7] OMNÈS, R. (1996). Filosofia da Ciência Contemporânea. Sâo Paulo. (T. R. Leal). Editora UNESP. 320 p
[8] DELEUZE, G y GUATTARI, F. (2008). Mil Mesetas. Capitalismo y Esquizofrenia. 8º éd. Valencia. (T. J. Vásquez y U. Larraceleta).  Editorial Pre-Textos. 522 p.
[9] Ver al respecto, GONZÁLEZ, V y GUERRERO, C. (2001). “Fractales: fundamentos y aplicaciones. Parte I: Concepción geométrica en la ciencia e ingeniería”. México. UANL. Revista Ingenierías Vol. IV, N° 19. Pp. 53-59.
[10] Ver al respecto: ITURRIAGA, R. y JOVANOVICH, C. (2014). “Fractales, Economía y Empresa”. Chaco. Revista UNNE-TRIM 7. Pp 05-23.
[11] Ver al respecto: BADMINTON, N. (2016).  "Artificial intelligence and the evolution of the fractal economy”. [Documento en Línea]. Disponible: https://techcrunch.com/2016/12/04/artificial-intelligence-and-the-evolution-of-the-fractal-economy/
[12] Sobre este tema hay otros autores que han tratado de seguir la misma estela dejada por Deleuze y Guattari. Sobre ellos, ver: Blanco, E. (2016). Ontología de la Guerra. Crítica de los conceptos de guerra en las obras de Hardt y Negri. Caracas. Editorial Rivero-lanco. 476 p
[13] En lo concerniente a la Inteligencia Artificial este es un campo que se ha orientado a cuatro aspectos básicos: la resolución de problemas, la representación del conocimiento y sistemas basados en el conocimiento, el aprendizaje automático y, la inteligencia artificial distribuida. Sin embargo, en la actualidad existe la preocupación de que esta podría comportar peligros para la humanidad debido a la posibilidad de que los sistemas de inteligencia artificial puedan tener comportamientos con consecuencias no deseadas en un ambiente dado. Otro aspecto de este desarrollo que también ha sido considerado y quizás intuido por Deleuze (1999) en el post-escrito acerca de las sociedades de control es que el desarrollo de capacidades para comprender el enjambre humano gracias al aprendizaje automático hace a este enjambre predictible reduciendo la posibilidad de un acontecimiento azaroso y limitando al ser humano en su devenir en el sentido que la estructura que soporta la inteligencia artificial podría ser vista como un dispositivo que podría materializar la existencia efectiva de una sociedad de control. Este hecho podría hacer factible la predicción o la generación de acontecimientos como parte de un dispositivo regulador del enjambre, trayendo como consecuencia que más que un enjambre, la humanidad se comporte como un rebaño. Ver: DELEUZE, G. (1999). Conversaciones. Post-scriptum sobre las Sociedades de Control. Valencia (T. J. Pardo). Editorial Pre-Textos. 349 p.
[14] En el campo tecnológico militar ver al respecto: Artificial Intelligence en https://www.rand.org/topics/artificial-intelligence.html
[15] Esto algunos autores lo han llamado biopolítica y/o biopoder.
[17] Esta marginalidad puede ser natural o artificial: natural referida a una falla que se genera por uso o desuso y artificial por una imposición. En este caso mantener la estructura de la renta es una forma marginal impuesta.
[18] Aquí se puede observar fácilmente que estos puentes están constituidos por aquellos que se han beneficiado de la tragedia del país y se presentan como opositores.
[19] En nuestro caso estos atractores se identifican con la tiranía conducida por el foro saopaulista.