Ludwig VERA ROJAS
ORCID 0000-0001-7847-8934
Edgar BLANCO CARRERO
ORCID 0000-0002-3927-8371
Ver también: https://www.oncti.gob.ve/ojs/index.php/rev_ODC/article/download/293/314
Resumen
El proceso de toma de
decisiones hoy en día se está tropezando con la dificultad de aprehender la
realidad como un todo desde un plano estético trascendental, por ello, más allá
de las preguntas de qué es o cómo se comporta la realidad se ha
considerado necesario establecer qué se desea considerando los elementos que
intervienen en ella desde la perspectiva molecular y molar de manera tal que un
ente puede funcionar de forma efectiva dentro de un contexto cambiante y de
alta incertidumbre. Por tal motivo se ha determinado, en primer lugar, analizar
la realidad observada como mundo de posibilidades, en segundo lugar, analizar
los problemas de la intuición como fundamento para pensar la realidad, en
tercer lugar, valorar la toma de decisiones y los mundos posibles y,
finalmente, proponer un esbozo de una Paideia que nos permita configurar
una nueva ciencia de dirección. El objetivo del presente ensayo es analizar la
realidad y su impacto en el proceso de toma de decisiones a través de un examen
de los conceptos de Intuición y prospección debido a que el mundo de la física
de partículas cada vez forma parte del quehacer cotidiano de los individuos y
las organizaciones.
Palabras claves:
Intuición, realidad, complejidad, espacio-tiempo, toma de decisiones
Introducción
Bill Duggan en su obra acerca de la Intuición
Estratégica[1]
definió esta, en principio, como una especie de iluminación del entendimiento o,
mejor dicho, como un coup d´oeil, que nos permite valorar una situación
problemática determinada y visualizar el camino para actuar de la manera más
efectiva posible para entender su complejidad y dar una respuesta satisfactoria
para solucionarla. En este sentido Wolfgang Gil, expresó que la intuición
estratégica tiene tres rasgos característicos: desde el punto de vista epistemológico
se basa en la inferencia abductiva, desde la perspectiva anticipatoria se
fundamenta en la lógica de la efectuación asociada al logro en función de los
medios disponibles y, desde una mirada estructural, es de naturaleza sistémica,
fundada en la posibilidad de actuar desde un punto de aplicación o
apalancamiento para la funcionar efectivamente (2014:197)[2]. Ahora
bien, esta intuición podemos entenderla siguiendo la Critica de la Razón
Pura como lo “que es común a la percepción y a la imaginación: la formación
mental de una configuración espacial o temporal” (1787[1993]:53-54)[3], la cual permite, por una parte,
representar los objetos y construir configuraciones ideales y, por la otra,
ubicar los datos empíricos y hacer enunciados geométricos y aritméticos a priori[4]. La
referencia a las configuraciones espaciales y temporales que para el filósofo
prusiano tiene su fundamento a priori en la estética trascendental, específicamente
en las intuiciones puras del espacio y del tiempo, indica que tales intuiciones
son el fundamento de todo conocimiento y la base fundamental para funcionar
dentro de un contexto determinado. Funcionar se entiende aquí como la acción deliberada
para perseverar en la propia existencia tanto en el vivir bien como en la
conducción política o estratégica.
El espacio, en este sentido, es la intuición
pura que permite la representación de los objetos fuera de nosotros gracias a
nuestros sentidos. Es la forma de todos los fenómenos que se presentan en el mundo
externo, es decir, la condición subjetiva de los mismos. Aquí son determinadas las
formas, las medidas y las relaciones reciprocas (Ibíd.:58). Por su parte, el
tiempo es la condición subjetiva y formal a priori de todos los fenómenos en
general. Gracias a él todas las intuiciones pueden acaecer en nosotros
constituyéndose en una representación necesaria que en sí está en la base de
todas las intuiciones, y puede ser vista como la forma real de la intuición
interna que determina la relación de las representaciones en cualquier entidad
actual[5]
sea individuo u organizaciones (Ibíd.:63-65). Consecuentemente, los tres modos
del tiempo que consideró el citado autor fueron permanencia, sucesión y
simultaneidad.
La importancia de esta referencia a Kant
obedece a tres causas: la primera es que antes de él, el espacio y el tiempo
eran considerados como fenómenos físicos exteriores y comunes a todas las
entidades del universo incluyendo los seres vivos u orgánicos. La segunda está
relacionada con el hecho de que el filósofo alemán trató infructuosamente al
final de su vida de establecer la unidad del conocimiento en términos
espaciales. Y la tercera, está relacionada con el hecho de que el pensamiento
kantiano permeó la filosofía y la física hasta la primera parte del siglo XX.
El espacio y el tiempo, o dicho a la manera
spinoziana, pensamiento y extensión son dos de los infinitos atributos de Dios
que atraviesan la realidad de todas las entidades actuales en el mundo
como se verá en el presente ensayo[6].
Con respecto a la unidad del conocimiento Kant partió de la propuesta de un
concepto de espacio que denominó Urstoff, es decir, una estofa hipotética que
le serviría para poder explicar la inexistencia del vacío y, a su vez, dar
unidad de sentido a sus conceptos de materia orgánica e inorgánica que consideró
esenciales para dar consistencia a su sistema crítico[7]. Esta
unidad de sentido dada a partir del concepto de espacio es el aspecto que es
tema de preocupación para filósofos y científicos por la complejidad que está
subyacente para aprehender la realidad y proyectarse auténticamente de forma
prospectiva en un futuro deseado.
La complejidad del concepto de espacio, para los efectos de esta
investigación, parte de la consideración de observarse desde una perspectiva
relativa tanto en lo referente a su tridimensionalidad como a la medida del
tiempo entendida como número del movimiento. La concepción de la relatividad es
la que ha permitido el desarrollo del concepto de espacio-tiempo desde una perspectiva
cuatridimensional y ha permitido pensar relativamente en términos estratégico
desde un aquí y ahora (ser-ahí) en un contexto determinado, pero si se tiene presente
que junto con las teorías de la relatividad especial y general surgió la
mecánica cuántica el mundo se encuentra frente al hecho de que el espacio y el
tiempo han adquirido una nueva perspectiva cuyo correlato se observa en el
desarrollo de la Inteligencia Artificial y los computadores cuánticos
que, en la práctica, colocan a individuos y organizaciones frente a la
problemática de decidir dentro de un contexto estratégico complejo desde el
mismo momento que los conceptos de intuición, tal como comúnmente se ha
entendido, se topan con una realidad física inaprehensible que experimentalmente
pareciera explicar lo sumamente pequeño del mundo de partículas y lo sumamente
grande de la astrofísica a partir de una unidad conceptual basada en otra concepción
del mundo. Por tal motivo, en este ensayo se va, en primer lugar, a analizar la
realidad observada como mundo de posibilidades, en segundo lugar, analizar los
problemas de la intuición como fundamento para pensar la realidad, en tercer
lugar, valorar la toma de decisiones y los mundos posibles y, finalmente, se va
a proponer un esbozo de una Paideia que permita configurar una nueva
ciencia de dirección. El objetivo del presente ensayo es analizar la realidad y
su impacto en el proceso de toma de decisiones a través de un examen de los
conceptos de Intuición y Prospección debido a que el mundo de la
física de partículas cada vez forma parte del quehacer cotidiano de los
individuos y las organizaciones condicionando el ser-en-el-mundo y su capacidad
de perseverar en su propia existencia ante una nueva techné.
El Cosmos observado como
mundo de realidades
Para Heráclito el Oscuro
el Cosmos, es decir, este todo ordenado que se conoce como mundo, al aparecer
como efecto del ocultamiento de un principio de unidad basado en el espacio que
da sentido a una naturaleza entendida de manera procesual, se presenta como una
pluralidad que está opuesta a la unidad[8]. De ahí que todo lo que acaece y la
pluralidad de cosas que son percibidas o aparecen entendidas como lo real y
preexistente al ser se define como mundo. De igual forma, este mundo entendido
como la sumatoria de las actualidades de las cosas reales percibidas
respectivamente que coexisten, de manera plural, en un tiempo y un espacio
determinado se denomina realidad.
Yendo más allá, lo ‘real’ y la ‘realidad’ son
modos de existir que se expresan también respectivamente como sustantivo y como
predicado de la palabra ‘ser’. Lo real,
como se afirmó, refiere generalmente lo ‘actual’ y/o lo ‘existente’ que es
aprehensible por los sentidos y la realidad, en tanto manera primaria de ser, refiere
‘existencia’ y/o ‘actualidad’, es decir, expresa uno de los momentos, una de
las formas o uno de los modos de ser. ‘Ser’, por su parte, es una palabra con
diversas significaciones como sustantivo y como verbo y ha sido entendido como
esencia, como existencia, como ente, como sustancia e incluso como sujeto.
Desde esta perspectiva, se entiende que primero es la ‘realidad’ que está
siendo permanentemente, después el ‘ser’ o la actualidad del ser y, finalmente
lo ‘real’ en cuanto es. Es decir, lo real es lo capaz de ser ordenado tal cual
es (talitativamente) de forma abierta, respectiva y referida ‘de suyo’ a un ser
actuante que se lo apropia auténticamente constituyendo así los tres momentos
de la realidad desde una perspectiva circular. Esta circularidad se
observa como autorreferencialidad[9].
El carácter talitativo, según Zubiri, depende de cómo se perciben “estructural
y formalmente las cosas como reales” y de cómo la potencia para perseverar en
la propia existencia es afectada por causas exteriores[10].
Esta percepción depende de una capacidad de aprehender con los sentidos las cosas
del mundo que sabemos es limitada en términos micros y macros.
La importancia de lo
afirmado es que esta limitación permite afirmar que se vive en dos realidades:
una espacio-temporal que se rige metafísicamente por la física clásica y una
realidad cuántica determinada por la física de partículas donde el espacio y el
tiempo se presentan de manera diferente. A continuación, se va a examinar
sucintamente ambas realidades para comprender sus implicaciones en el plano de
la conducción o gestión estratégica.
La realidad observada
desde la física clásica parte de manera estructural y sustantiva del uno de la respectividad al Todo de la
realidad y el Uno de la mundaneidad.
Esta sustantividad es entendida como una relación conceptual consistente del
todo y las partes componentes que estructuralmente va más allá de toda
experiencia. Esta realidad, consecuentemente, es dinámica y, considerada como perfecta,
está relacionada, por una parte, con la identidad y la diferencia[11]
y, por la otra, con su carácter mundanal que conduce al concepto de ‘mundo’. El
mundo, siguiendo a Zubiri, se entiende entonces como la unidad de respectividad
de todas las cosas reales en cuanto reales en un momento dado. Este momento
dado de todo lo real nos lleva a los conceptos de ‘actuidad’ y ‘actualidad’.
‘Actuidad’ denota el carácter de ‘acto’ pleno y posible que realiza una entidad
actual. ‘Actualidad’, por su parte, “consiste en que lo real, por ser real,
es ‘actual’, es un estar presentándose en cuanto estar”[12]. Esta
actualidad es para los efectos de esta investigación relevante porque los
bucles o lazos que genera posibilita de forma estable establecer variables que
permiten hacer prospecciones.
Este concepto de ‘actualidad’ nos permite, por
una parte, pensar en el concepto de ‘modo’ según Benedicto de Spinoza, ‘entidad
actual’ según Alfred N. Whitehead, que ya se ha mencionado, ‘función de onda’[13]
en el sentido de Erwin Schrödingen o incluso mediante una combinación de
‘algoritmos’ como puede ser observado en lo que se conoce como la Inteligencia Artificial[14]
y, por la otra, nos plantea el interrogante de entender ese ser desde la
perspectiva del ser-posible o “real-posible” porque supone la existencia de
diversos niveles de actualidad donde eso real - posible es expresable sólo en
función de esa perfectividad de la realidad
del ser, su-realidad como hemos indicado[15].
Es desde esta perspectiva que los filósofos
franceses Gilles Deleuze y Felix Guattari reflexionaron sobre la realidad que
se está haciendo al buscar que cada quién fuese capaz de construir su propia
realidad. A tal efecto concibieron la realidad a través del concepto de rizoma de
modo que fuese posible dar cuenta de todos los estados de cosas y de ideas que
constituyen toda la realidad a diferentes escalas en un sentido amplio y
comprehensivo[16],
como lo hizo Spinoza cuando definió los cuerpos simples y compuestos hasta la
constitución del Uno y Todo[17].
Pero porqué la preocupación de estos autores ha sido la que cada ser sea capaz
de construir su propia realidad. Porque consideraron al ser humano concreto
como un modo de la realidad y en gran medida sujetado por ella en un contexto
signado por el desconocimiento (de forma deliberada o no) de gran parte de lo
que lo rodea que permite la consideración de una ciencia de la dirección. Estos
autores buscaron que el ser sea un ser-siendo, un ser-en-sí-mismo, no
escindido, no sujetado por una estructura de mediación o de experimentación desarrollada
históricamente tal como la anunció originalmente Martin Heidegger en La época
de la imagen mundo y cuyos efectos hoy en día estamos viviendo
con mayor fuerza con el desarrollo de la inteligencia artificial[18].
A partir de la idea de la
sujeción podemos pensar, en primer lugar, en términos físicos, por una parte,
de una realidad “de partida” determinada por el arrojamiento siguiendo a
Heidegger y Zubiri y una realidad "de llegada" determinada por la experimentación
y, por la otra, entender la sujeción bajo la forma de algoritmos que posibilitan
la realización de pronósticos con lo cual el ser perdería
su esencial inconmensurabilidad y lo reduciría a cosa medible[19].
Y, en segundo lugar, se puede pensar en el alcance posibilitador de un ‘pensar estratégicamente’
desde la filosofía deleuzoguattariana debido a que el concepto de rizoma
permite pensar representaciones de la realidad
a diferentes escalas de ‘ser’ que nos conduce a una idea del Uno y Todo que puede ser vista de
diferentes maneras desde una filosofía del proceso tanto en el plano metafísico
como científico y permite también pensar la dirección estratégica de una manera
innovadora.
Es por ello que el sujeto ha sido entendido,
desde una perspectiva que se puede llamar reológica, como un "… soporte de propiedades [es decir]… un
‘substrato’"[20], y esto permite explicar desde
esta escisión las interferencias[21]
y decoherencias[22]
que hace, por una parte, que un individuo no sea capaz de aprehender todo ‘lo
real’ para decidir en términos estratégicos y, por la otra, que se pueda observar
al ser, en base a la relación Uno y Todo, en términos divino. Estos
conceptos de ‘decoherencia’ e ‘interferencia’ son de la mecánica cuántica que
se ha usado en el quehacer humano para que se pueda comprender el alcance de
los esfuerzos por generar una unidad del conocimiento como se explicará más
adelante. De igual forma, lo expresado permite considerar la otra manera de
entender la realidad.
La otra manera de entender la realidad se ubica
en el plano científico gracias al desarrollo de un lenguaje diferente basado en
el simbolismo de las matemáticas[23].
Este enfoque se puede observar desde dos perspectivas: la de Roland Omnès que
sigue la tradición francesa basada en abstracciones fundamentadas en una
ciencia del Ser que asoció con espacio, tiempo y materia y la de Roger Penrose que
es eminentemente empírica y basada en consideraciones estéticas.
Roland Omnès[24]
expresó que la ciencia moderna se ha hecho cada vez más formal y cada vez más
alejada del sentido común porque se ha esforzado en convertirse en un
reflejo exacto del mundo físico gracias a “los picos magníficos” que las
matemáticas formales apoyadas en los principios de la mecánica cuántica, según
él, han permitido describir la realidad de los objetos a nivel macroscópico. De
una manera más radical expresó que la física clásica se podía plantear, en la
actualidad, “en un sistema descrito completamente por una función de onda
única, unitaria (reversible en el tiempo) gracias a la decoherencia cuántica
y las historias coherentes”[25]
desarrolladas a partir de esta nueva ciencia (1999:65). Esta matemática que es en
sí una ciencia intuitiva tiene como propósito el estudio abstracto de las
formas a partir de una lógica basada en el sentido común que le había
dado un talante deductivo y mensurable, pero, en el mundo de hoy las leyes fundamentales de la física en la naturaleza
pueden ser descritas también desde una perspectiva cuántica, no sólo en los
términos intuitivos convencionales (Ibid.:163-183).
Esto lleva a la consideración del problema de la realidad dentro de su
perspectiva. Omnès, al respecto, expresó cautela desde el mismo momento que se
preguntó si el conocimiento científico era un conocimiento de la realidad (Ibid.:216-234). Si bien su respuesta fue afirmativa la última
parte de su obra Quantum Philosophy, Understanding and Interpreting
Contemporary Science se dedica a mostrar el largo camino a recorrer para
dar consistencia a su afirmación focalizándose, por una parte, en el papel de
la memoria como una pintura contemplativa del todo y, por la otra, en el papel
de los sentidos, en especial la vista, como captadores de instantes (lo ‘Uno’)
cuya sumatoria, en términos histórico, hacen el ‘Todo’ de la realidad. Por ello, finalmente expresó que
With respect to what was
formerly known, the new elements in the current state of the question may be
summarized in three points: logic penetrates the world at the level of matter,
and not at the level of our consciousness; our knowledge of the laws of reality
is now sufficiently ripe for this consciousness, its intuitive and visual
representation, and the common sense it harbors to appear with near-certainty
as the consequence of much more general principles; finally, we are ready to
accept, pending a complete inventory, that there exists an irreducible
disjuncture, a chasm, between theory and reality (Ibíd.:269-282).
Aquí se pueden observar tres cosas: en primer
lugar, que la conciencia, es decir, el observador que percibe las cosas reales
y las ordena tal cual son de forma autentica y autorreferenciada pasa a ser el
eje central de la investigación científica, en segundo lugar, que el
conocimiento a pesar del entusiasmo y cautela de Omnès todavía no es suficiente
para dar cuenta de la realidad y, en tercer lugar, el sentido común es
observado como un puerto, es decir, como un punto de partida y de llegada que
se diferencia de la visión filosófica que observa a la experimentación como una
realidad de ‘llegada’ que ciertamente puede ser descrita en una función de onda
única y puede ser objeto de experimentación y, consecuentemente, de la
realización de pronósticos. En esta realidad, se cree que el sentido común y la
intuición convencional que lo sustenta serán pronosticables a partir de esta
reductibilidad a una función de onda única anunciada por el autor francés,
desde esa concepción del mundo a pesar de la diferencia aun existente entre
teoría y realidad, pudiendo pensarse la sujeción del ser humano desde una
perspectiva más amplia y la dirección estratégica desde una perspectiva más
estrecha.
Roger Penrose, por su parte, expresó que
preguntar qué es la realidad como lo hacen los filósofos se ha hecho muy
complejo y, por ello, los científicos se han inclinado a preguntarse cómo se
comporta desde una perspectiva más moderada debido a que es difícil saber qué
es lo que se está comportando así y por qué a pesar de los grandes avances
alcanzados en el campo científico (2006:1375)[26]. De
ahí se explica, según él, la proliferación de modelos matemáticos y,
consecuentemente, teóricos que evidencian el grado de incompletitud de la
teoría cuántica al contrario de la tesis expresada por Omnès. Esta diferencia
se observa también en el papel de las matemáticas desde una perspectiva
estética debido a su carácter subjetivo e insuficiente en detrimento de la
coherencia necesaria para dar fundamento objetivo a una experimentación, pero a
pesar de ello se han logrado notorios avances como lo ha demostrado, por
ejemplo, la misma teoría de la relatividad especial (Ibíd.:1357)[27].
El problema fundamental que presenta la pregunta ¿qué es la realidad?, entonces,
es su estrecha relación con la pregunta ¿por qué? Por lo que, si no se puede
responder la primera pregunta es muy difícil responder a la segunda. Todo
depende del nivel de realidad al cual se aplican estas preguntas, es decir, si
no se pretende conocer el ¿qué?, a partir de una teoría de todo sino un
‘qué’ en un alcance más limitado que nos recuerda el pensamiento
deleuzoguattariano en el sentido que se puede pensar en diferentes escalas y de
una manera fractal a través del concepto de rizoma. Dicho de otra manera, sería
conocer la realidad de un rizoma con pretensión de pensar en el todo de la
realidad. Pensar en una teoría del todo, en este sentido, es tratar de
responder los misterios del universo que se envuelven en los mundos de la
mente, la física y la verdad (que se encuentra, según él, en las matemáticas),
envuelta esta última, a su vez, en la moralidad y la belleza en concordancia
con el mundo absoluto de las ideas platónicas (Ibíd.:1377).
Estos mundos son sucesivamente cíclicos y
evolutivos: cíclicos porque en ciertos casos un mundo prevalece sobre otro y
evolutivos porque es adaptativo frente a los cambios de circunstancias, sin
embargo, para Penrose el mundo de la mente envuelve a los dos de manera
simultánea. Dicho de manera más específica, la mentalidad consciente es la que
desempeña el papel de observador del universo en tanto y en cuanto la
observación se hace con leyes y valores apropiados de acuerdo con principios
antrópicos basados en consideraciones matemáticas que se construyen en un
espacio y en un tiempo dado. Ello significa que la medida parte de lo percibido,
en términos respectivos, y como cualquier cosa real está hecha de componentes
cuánticos que hasta ahora son inaccesible informacionalmente a pesar de las
aplicaciones diarias que podemos percibir que se ejecutan y realizamos en
función de la tecnología existente, la realidad es un conjunto continuo y
evolutivo de sistemas de referencias que se pueden historiar de manera
consistente[28].
Lo interesante en este caso es que el autor inglés habló de la decoherencia
por el entorno que nos hace describir muchos universos para la realidad,
es decir, hizo mención a una forma de sujeción que plantea un universo de
posibilidades y hacen viables los pronósticos, pero hace difícil también la
obtención de resultados que puedan ser considerados como verdaderos. Es decir,
según este autor es difícil medir, a pesar de lo alcanzado al hombre y al
universo. Este estado de necesidad indica, según Penrose, que…
… el comportamiento del
mundo aparentemente objetivo que es realmente percibido depende del camino que
siga la consciencia de uno a través de las miríadas de alternativas
cuánticamente superpuestas. En ausencia de una teoría adecuada de los
observadores conscientes, la interpretación de los muchos universos debe
necesariamente seguir estando fundamentalmente incompleta (Ibíd.:1380).
Al centralizar todo en el papel del observador es
factible creer que la respectividad de las cosas reales que encontramos en la
física clásica y en la física de partículas permite plantear una asimetría de
acceso de las cosas del mundo y, consecuentemente, un direccionamiento
estratégico para reducirla. De igual forma, la relación existente entre el
espacio visto como un a priori del conocimiento y la física de
partículas que ha establecido Penrose ha servido para indicar el nivel de complejidad
que está subyacente cuando se quiere encarar un problema estético relacionado
con el conocimiento del espacio e indica también la existencia de una brecha
para la conducción e innovación, en términos estratégicos, debido a que para
este autor el fenómeno de la conciencia es un fenómeno físico, pero no es un
fenómeno computacional[29].
Los puentes existentes entre conciencia y mundo cuántico, desde ese entonces, han
adquirido una mayor consistencia, por lo que es en ese espacio desconocido donde
se están desarrollando las relaciones reciprocas de conflicto y cooperación en
esta fase histórica de la humanidad.
Como se puede observar de acuerdo con la línea
argumentativa de este ensayo el conocimiento de la realidad, es decir, el
conocimiento del mundo sensible es un problema complejo debido a la existencia
de cosas que no se pueden percibir que experimentalmente se ha demostrado que
existen y se denotan en un lenguaje diferente. En el caso de la propuesta de Deleuze
y Guattari, que también tiene un logos basado en las matemáticas también
presenta la misma dificultad, pero la simetría que indicó Penrose les sirve a
estos dos últimos autores pensar en lo micro y lo macroscópico a través de las
iteraciones, es decir, las repeticiones a diferentes escalas siguiendo una
geometría no euclideana. Este hecho que afecta nuestra concepción del espacio y
del tiempo indica que el campo de acción de la gestión estratégica se ubica, en
la actualidad, en la facultad de juzgar, es decir, en la capacidad de emitir
juicios frente a la inconmensurabilidad y dinamicidad de una gran parte de la
realidad como se ha hecho patente con el fenómeno de la pandemia que afecta
actualmente a la humanidad.
Esto plantea, como se verá más adelante, que lo
inconmensurable y dinámico de la realidad permite hacer referencia al “mundo de
realidades” para hablar de la realidad o fenómeno a cambiar (lo actual), y al
“mundo de posibilidades” para hablar del futuro deseado o realidad que se
aspira concretar mediante un proceso que implica la dirección estratégica.
Los problemas de la intuición
como fundamento para pensar la realidad
En el parágrafo anterior se observó que la
percepción y la experiencia consecuente está limitada para aprehender lo
microscópico y lo macroscópico. Ello ha hecho que el foco del problema se ubica,
como se ha indicado, en el modo en que se entiende el espacio. Esta dificultad,
en una lectura kantiana, apunta a la estética trascendental donde se considera
al espacio y al tiempo como intuiciones puras y a la analítica trascendental
donde se examinan las categorías como expresiones del sentido común que permite
la producción de conocimientos. La imposibilidad de producir conocimientos o la
existencia de algún impedimento que condicione este proceso, así como su efecto
en otros coparticipes de una relación dentro de una organización
indiferentemente de su naturaleza vista como sentido común coloca a un
decisor en un cuarto oscuro que Kant ubicó, en la Crítica de la Facultad de
Juzgar, en el campo de lo
sublime que es, en este sentido, aquella cosa que por las limitaciones antes
dicha es informe o disforme y que se identifica como caos, es decir, no orden. Por
ello se va a examinar sucintamente la visión kantiana del juicio en su sistema
crítico, cómo se observa este juicio desde la perspectiva del sentido común
y finalmente se volverá a la intuición estratégica dentro de un contexto de
incertidumbre.
Immanuel Kant expresó en dos de sus obras
criticas unas ideas que interesa destacar. En la Crítica de la Razón Pura expresó
que la intuición cuando se
refiere a un objeto mediante la sensación que permite la derivación de
conceptos se llama empírica. La sensación, en este sentido, es el efecto de un
objeto sobre nuestra capacidad de representación en tanto que cualquiera puede
ser afectado por este. Ahora bien, esta sensación puede formarse solo en cuanto
se esboza y se delinea en cierto orden un espacio. Este espacio esbozado a priori es el ámbito y el sistema de
referencia de posibles objetos de experiencia (1787 [1993]:54-55).
El espacio y el tiempo junto
con las categorías son, para Kant, los fundamentos para todo conocimiento. Este
conocimiento entendido como concepto contiene la representación que fue intuida
(o presentada) en el tiempo y luego reproducida en el espacio permitiéndose,
con ello, conocer el mundo. Como el concepto es una función que depende del
ordenamiento de esas representaciones iniciales, llamó a esta ordenación
inicial juicios. Los juicios son el conocimiento mediato de un objeto, es decir,
la representación de una representación del mismo (Ibíd.:89). Los juicios
pueden ser sintéticos o analíticos y a priori y a posteriori. Los
juicios sintéticos o extensivos son aquellos que la conexión viene pensada sin
identidad y expresan, por necesidad, todo conocimiento empírico. Pero la
experiencia como tal y el conocimiento de la realidad no es posible si no hay
juicios sintéticos a priori que son juicios
de necesidad apodíctica y validez universal y, por tanto, incapaces de ser
validados por la experiencia. En cambio, los juicios analíticos son aquellos que
se limitan a explicar el concepto expresado por un sujeto (Heymann, 1999:23). Esto conduce a la Crítica
de la Facultad de Juzgar[30].
La Crítica de la Facultad de
Juzgar orbita en torno a la satisfacción desinteresada que es expresada mediante un juicio. De ahí puede surgir un interés
teórico por conocer el objeto de satisfacción e incluso puede surgir la
condición de posibilidad de crear, innovar o modificar dicho objeto. Esta obra
está dividida en dos partes: una que tiene que ver con lo propiamente estético
que a su vez dispone de una analítica de lo bello y de lo sublime y la otra con
el juicio teleológico que dispone también de una analítica, una dialéctica y un
método. Se va a examinar sucintamente esta obra para comprender el fundamento
intuitivo de la dirección estratégica.
En relación con la analítica de lo bello y lo sublime ya Penrose de
alguna manera introdujo el tema cuando habló de la belleza de las formas
ideales y cuando mencionó el papel que desempeñan estas en términos matemáticos
para conocer la realidad desde un ángulo subjetivo. Al respecto, Kant en la Crítica
de la Facultad de Juzgar definió el gusto como la facultad de juzgar un
objeto o modo de representación por un agrado o desagrado ajeno a todo interés.
Un objeto de agrado, en este contexto, es para Kant bello (1790[2005]):53). Lo
bello matemático, en este contexto se refiere al criterio de verdad sobre el
cual se fundamenta. La importancia de esta definición de acuerdo con este
ensayo, como se verá más adelante, está relacionada con el sentido común.
Por su parte lo sublime lo definió como algo asombroso “que, por ser sólo capaz
de concebirlo, revela una facultad del espíritu que va más allá de toda medida
de los sentidos” tanto en términos matemáticos como dinámicos (Ibíd.:95). Esta
medida, que es lo que expresó Penrose, desde la perspectiva matemática, en
relación con los objetos de la naturaleza es para el autor prusiano estética y
el sentimiento que provoca es de desagrado por la inadecuación de la
imaginación en la estimación estética (Ibíd.:103). De igual forma, desde la perspectiva
dinámica, para juzgar dinámicamente la naturaleza como sublime, consideró que
era necesario ser representada como inspirando temor debido a su
inconmensurabilidad. Por ello Heidegger y Zubiri se focalizaron en lo real a la
mano para conocer la realidad debido a la posibilidad de estar frente a
situaciones donde la capacidad de emitir juicios está limitada generando, en
consecuencia, miedo. Lo sublime de acuerdo con la argumentación seguida en este
ensayo abarca lo microscópico y lo macroscópico como componentes de la realidad
y por ello en esto real a la mano podemos tener una mayor certeza cuando
se piensa en términos teleológicos.
La teleología es vista por el autor alemán como un a priori que hace posible que la libertad y sus fines se materialicen
efectivamente en el mundo a partir del concepto de idoneidad, es decir, de lo
que es apropiado por sí mismo (Ibíd.:221). Esto le sirvió a Kant para explicar cómo
una intuición determinada por el entendimiento en virtud de la unidad de un
principio es aplicada a una forma de la intuición que se encuentra en un sujeto
igualmente como representación a priori.
Esta idoneidad le sirvió también para poder juzgar, por una parte, una relación
de causa a efecto en términos de utilidad como se indicó en el concepto de
intuición estratégica y, por la otra, una naturaleza organizada de acuerdo con los
fines que permite comprender las estructuras organizacionales desde una
perspectiva etológica. A partir de este criterio Kant partió de la siguiente
sentencia: “todo lo que existe en el universo es bueno para algo”
(Ibíd.:225-239).
Desde la
perspectiva dialéctica, ésta facultad de juzgar subsume bajo una ley que
todavía no está dada objetos para los cuales objetivamente carecemos de una ley
o de un concepto del objeto que resulte suficiente como un principio organizador
según una causa final inteligente (Ibíd.:251-252). En términos prácticos puede ser discernida cuando se está frente a un
óbice desconocido o frente a un adversario y no se conoce sus intenciones.
En el plano
metodológico subordinó el principio organizador
a lo teleológico en la explicación de una cosa como fin natural debido a la
limitada capacidad del entendimiento humano para aprehender las cosas reales (Ibíd.:285).
Para ello aceptó el principio teleológico de la producción de un fin de la naturaleza para todo ser
orgánico como producto natural ocupando, al respecto, el hombre una posición
central (Ibíd.:290). Esto conduce al aspecto histórico. La finalidad observada desde el punto de vista histórico indicó para
Kant que la meta final de la evolución es la fundación de un orden justo en
todo el universo. En este contexto, el carácter de
seres organizados comporta la consideración de un momento en que se produce la
organización que obliga a examinar el sentido común que hace a esta
posible como ya se había anunciado.
Para entender el
concepto de sentido común desde la perspectiva kantiana se debe tener
presente que el sentir desinteresado tiene pretensiones de universalidad y de
necesidad en lo que respecta al hecho de que todos estamos en capacidad de
juzgar en las mismas condiciones subjetivas sin mediación de un concepto. Este
hecho indica que la posibilidad de una comunidad humana, es decir, el ser-con
otros en su propia singularidad es factible desde el mismo momento que se comparte
algo en común, o sea, un mundo tendencialmente armónico donde, por una parte, se
sienten las mismas cosas y se recibe de ellas el mismo placer y, por la otra, donde
fundamentalmente se puede estar de acuerdo y producir realidades en términos
prospectivos. Desde esta perspectiva se puede decir que el sentido común
es el conjunto de hábitos, ideas y formas de pensar que el hombre ha
desarrollado en su praxis cotidiana y es común a todos los seres humanos. Ahora
bien, como este conjunto de ideas y formas de pensar han sido complementadas
con concepciones científicas que han modificado dichas prácticas cotidianas
este sentido común se ha acercado al conocimiento científico. Este hecho
es lo que le ha permitido a Omnès afirmar que las historias consistentes
de la mecánica cuántica colocaron el sentido
común sobre un fundamento firme para pensar en un ideal del mundo, desde el
mismo momento que ha permitido establecer patrones aplicables al plano
intuitivo en lo concerniente a inteligibilidad, localidad y causalidad
proporcionando una base segura para el conocimiento humano en términos de
causas iniciales y finales desde un punto de vista formativo.
Así pues,
tenemos dos concepciones del mundo hasta ahora incompatibles, a pesar del
entusiasmo de Omnès, que permiten conocer la realidad desde la perspectiva de
un ser-en-el-mundo o un observador: por una parte, una que se sustenta en la
intuición y el sentido común que permite conocer el mundo sensible de lo
a la mano desde una
perspectiva relativista basada en la concepción del espacio-tiempo y, por otra parte, otra donde el juicio intuitivo resulta
deficiente en términos estéticos trascendentales debido a la
inconmensurabilidad del espacio y el empleo de otro lenguaje y donde el sentido
común basado en las historias consistentes abre las posibilidades
para conocer la realidad al menos bajo una estructura de experimentación y la posibilidad
de prospección de una realidad futura que se fundamenta en la consideración de
la existencia de muchos mundos posibles[31].
Además de lo indicado, gracias a esta realidad basada en la experimentación se
está observando un proceso de unificación del lenguaje simbólico basado en las
matemáticas gracias al desarrollo de aplicaciones basadas en la mecánica
cuántica que indican de suyo la matematización de la vida bajo una función de
onda y un algoritmo producido a partir de esta función. Este estado de cosas
lleva de nuevo al concepto de intuición.
La intuición
como una respuesta con respecto a lo real, en una lectura heideggeriana, es
la aprehensión directa “de lo [múltiple] que se encuentra dado corporalmente
tal como ello mismo se muestra” en el mundo real de objetos (2006:71)[32].
Esta definición que conceptualizó como categorial expresa la idea de mundo como
un a priori más allá de la ordenación de la realidad en términos
estéticos trascendentales y permite comprender la dualidad de las facultades
del hombre para conocer lo real a la mano en un proceso de desocultamiento que lo
hace posible y no tiene límites. Dicho de otra manera, esta definición permite examinar
de manera amplia y exhaustiva y fenomenológica los dos lados de la realidad
reduciendo las ambigüedades, es decir, al observador (sujeto) y al objeto, permitiendo
la actualización de los objetos de la intuición tanto como presentación como sentido
e intención[33].
Esto trae de vuelta a lo expresado al inicio de este ensayo en relación con la intuición
estratégica.
Duggan definió la intuición como una afección provocada
por una aprehensión directa de lo múltiple de una realidad determinada que es
llevada por la imaginación para producir una nueva composición. Esta
composición contiene cuatro elementos fundamentales: en
primer lugar, conocimiento de la historia, en segundo lugar, una mente libre de
todo prejuicio, en tercer lugar, capacidad para traer al presente las
experiencias históricas combinándolas en un nuevo concepto y, por último,
capacidad para aplicar el nuevo concepto para resolver una situación
problemática (2007:57-65). Ahora si se considera estos cuatro elementos en
función de la línea discursiva desarrollada en este ensayo para generar unidad
de criterios, se tiene:
1.
La consistencia histórica,
como se ha visto, está presente también en el mundo microscópico como lo
señalaron Omnès y Penrose, ahora, el desarrollo del sentido común, desde
una perspectiva más científica, podría ayudar a generar una unidad de criterio
a partir de la consideración de lo singular de cualquier acaecimiento en
diferentes escalas de relación con el todo. Con ello, cuando se ha indicado que
un sujeto es un substrato, como algo sujetado, se ha estado afirmando que la
historicidad con que ha devenido ha padecido del efecto de superposiciones y
decoherencia que han alejado al ser de la realidad a través de una historicidad
fraudulenta. Por ello es que se puede decir que el sujeto es un ser escindido y
prejuiciado y el ocultamiento de la realidad acaecido se expresa como caos que
dificulta la toma de decisiones.
2.
La evolución del sentido
común puede hacer que lo simbólico del mundo científico abarque lo que se
ha entendido por intuición teniendo presente que los caracteres de nuestro
lenguaje son símbolos que representan sonidos cuya unión formaron conceptos y
después axiomas. Lo que se está argumentando es que los axiomas perdieron su
rigidez y los conceptos perdieron sus límites con lo cual el fundamento de toda
intuición tiende a estar en lo opuesto dado por la no-ambigüedad.
3.
Capacidad para traer al
presente lo históricamente consistente combinándolo en un nuevo concepto que
sea también consistente en función de la realidad, es decir, que no sea ambiguo
y, por último,
4.
Capacidad para aplicar el
nuevo concepto surgido a través del juicio para resolver una situación
problemática.
Estas
aseveraciones permiten la inmersión en el campo de la toma de decisiones en un
ambiente de incertidumbre.
Toma de decisiones y los mundos
posibles
Conocer la realidad para transformarla implica
la posibilidad de una mejor situación que pasaría entonces a ser ‘causa final’
desde una perspectiva teleológica; efecto deseado que, a su vez, implica una
intencionalidad que lleve a acciones conjuntas y concurrentes para producir un
determinado fin o ‘realidad deseada’ a futuro. Ahora bien, cómo producir esa transformación
en términos de la gestión estratégica, pasa por la determinación de ‘formas de
acción’[34]
que lleven a la causa final para posteriormente seleccionar el mejor camino
hacia el efecto deseado. El proceso de selección de la mejor forma de acción es
lo que se conoce como ‘toma de decisiones’[35], y
que en términos de dirección estratégica Jhonson et al (2011), plantean como ‘decidir
lo que una organización va a hacer’.
Sin embargo, las formas de acción pudiesen
plantearse también como un camino hacia un ‘mundo posible’ y, por ende, al
tener varias alternativas pueden ser varios los ‘mundos posibles’ y plantear
entonces que el proceso de toma de decisiones tiene como ‘causa final’ la
selección del mundo posible más conveniente. Esto fue lo que se definió como
prospectiva. Además, el proceso de toma de decisiones se realiza en un contexto
cooperativo o de trabajo en equipo, en el que los planificadores, decisores o
planificadores-investigadores que se integran en una unidad de decisión[36],
tiene cada uno una cosmovisión de la realidad o fenómeno a ser transformado y
por ello pudiesen existir más ‘mundos posibles’ de ser elegibles. Es así como
la toma de decisiones resulta en un rizoma de mundos posibles del cual decidir
el mejor. Este rizoma considerado en diferentes escalas permite pensar en mundos
posibles a diferentes escalas en términos experimentales. Desde la
perspectiva experimental se considera el desarrollo de ‘fractos’ que
reproduzcan los rizomas y permitan funcionar efectivamente en términos de
dirección estratégica. Dicho de otra manera, siguiendo a Wolfgang Gil es
aplicar una episteme que permita aprehender la realidad y prospectar desde una
perspectiva teleológica.
El gráfico anterior permite sintetizar parte de
lo hasta ahora descrito desde lo filosófico y que se intenta, ahora, vincular
con visiones gerenciales y de conducción estratégica de actualidad. Así se
tiene que el problema a conocer o a describir como realidad, plantea al menos
tres momentos: el primero, referido al fenómeno o realidad problema, ese ahora
que se desea cambiar, mejorar, y en el que existe un “mundo de realidades” que
posiblemente lo describan; el segundo momento está referido a la situación
deseada, el futuro, que implica describir una aspiración en el marco de un
“mundo de posibilidades” que parte de una realidad observada y; el tercer
momento, es el conjunto de realidades que se van transformando a partir de la
situación inicial (problema) hasta la situación final (deseada). El camino a
seguir a lo largo de ese cambio, desde la concepción de la situación problema
hasta llegar a lo deseado, es un camino rizomático dado por un “ser-ahí”, dentro
de un “ser-ahí-con otros” (co-participes, cooperantes o equipo de trabajo), en
el que pueden desarrollarse procesos o momentos de deducción, inducción,
abducción, intuición, prospección, empirismo, entre otros, y por ende que
puedan aprehender la complejidad o totalidad que permitirán el “pensar para
hacer” y formular un plan (planificación), en términos prospectivos, así como
gestionar el plan y dar dirección estratégica como acción para la concreción de
la “causa final” deseada desde una perspectiva innovativa. Aquí se va a hacer
un alto para examinar qué es prospectiva y comprender el alcance del concepto
de complejidad en términos de toma de decisiones.
La prospectiva es un
recurso estratégico para la construcción de futuro que se ambiciona. Bajo este
enfoque, Van Der Heijden (1998)[37], sostiene
que prospectiva es un mecanismo de adaptación, un facilitador de procesos, que
procura la inventiva y la innovación, dando cabida a la intuición desde una
perspectiva teleológica, es decir, “A través de ella el planificador crea una
organización más adaptable, que reconoce el cambio y la incertidumbre con el
fin de utilizarlos para su propia ventaja”[38].
Importante es resaltar
que Van Der Heijden (Op.Cit.), afirmó que “en lugar de preferir una escuela de pensamiento frente a otra,
para el propósito de crear organizaciones hábiles y adaptativas, es más
productivo verlas como aspectos distintos del mismo fenómeno complejo” (p. 39).
Esto implica la visión desde diferentes posturas de un mismo fenómeno, es
decir, una actitud frente a la complejidad que en el caso examinado en este
ensayo abarca la realidad desde un enfoque molecular y molar. Tal actitud
implica estar consciente que los seres humanos y las organizaciones en las que
se convive, no actúan en respuesta a la realidad, sino a una versión de ésta
que se construye en forma indirecta, es así como solamente los eventos que se
han considerado como relevantes desde una estructura de mediación (de poder) entran
en la consciencia y se convierten en la materia prima a partir de la cual se
crean los modelos mentales, con base en los cuales se decide la acción a
emprender, dando origen a los “filtros de relevancia” o ciclos de eventos
fundamentados en historias inconsistentes (p. 69); esto conlleva a que el
planificador -desde lo individual- decide lo que es relevante a partir de su
interpretación de la realidad en condiciones limitadas debido a que estos
ciclos son ciclos de redundancia que han limitado a su vez la capacidad para
establecer qué hechos son portadores de futuro. Este estado de cosas es lo que
da sentido a la prospectiva.
Por otra parte, Álvarez (2004: 29)[39],
expresa que pueden observarse tres posiciones frente a la previsión del futuro:
una adaptativa, donde el futuro es un dato, predecible mediante métodos
determinísticos o probabilísticos que ante lo inevitable, se toman medidas para
adaptarse a él que fue definido como pronósticos; una preventiva, que
ante el futuro previsiblemente indeseable toma medidas para que ese futuro no
ocurra, y una inventiva que puede ser creativa o prospectiva, en la que
el futuro es un campo de acción y de libertad, más que conocimiento, en donde
las cosas las hacen suceder grupos organizados mediante su poder. La planificación
prospectiva consiste entonces en “lograr acuerdos para plantear o
diseñar un futuro deseable, y articular compromisos de acción y de
instrumentación de estrategias apropiadas para construirlo” (ibid.). Estos
compromisos abarcan a estructuras cooperativas desde una perspectiva individual
y organizacional. Su importancia tiene que ver con el hecho de que la
construcción de la propia realidad supone un salto que Martin Heidegger lo
enmarcó en el concepto de ereignis, es decir, acontecimiento[40].
Un acontecimiento es “el ámbito, en sí mismo oscilante, mediante el cual hombre
y ser se alcanzan uno a otro en su esencia y alcanzan lo suyo esencial, …” de
modo que se pueda sobreponer al mero dominio de la composición generada por el
moderno mundo técnico[41].
Actuar prospectivamente puede ser entendido entonces como el efecto del
acontecimiento de transapropiación de una entidad actual que actúa de modo tal
que establece su realidad presente y futura en un contexto de incertidumbre.
Desde la perspectiva de la complejidad como
cosmovisión, es decir, como un modo de comprender el mundo desde lo molar y
molecular, Boulton et al[42]
(2015:1) plantearon que éste está esencialmente interconectado y lleno de
formas y patrones en infinitas escalas que han sido moldeados, por una parte,
por la historia y el contexto y, por la otra, por las formas de sujeción que
también se han hecho históricas a pesar de la decoherencia y las interferencias;
además, tal cosmovisión compleja recuerda los límites de la certeza y enfatiza
que las cosas están en continuo proceso de 'convertirse[43]' o
actualizarse y que hay un potencial para futuros sorprendentemente nuevos donde
lo que emerge puede ser inesperado y asombroso.
Lo expuesto en los párrafos anteriores es otra afectación
del campo de acción de la gestión estratégica que evidencia la
inconmensurabilidad y dinamicidad de las realidades posibles en función de la
existencia de diferentes escalas de observación. Boulton et al (ibid.:
231-233), plantean la importancia de mirar al futuro y una herramienta es
hacerlo a través de los escenarios, es decir, la prospectiva. Sin embargo,
también afirman que lo esencial no es la previsión sino la adaptación continua
al cambio mientras se camina hacia la ‘causa final’ autorreferenciada, lo que
impone que el líder del proceso y su equipo sean capaces de evaluar continuamente
la realidad de modo tal que se pueda realizar el proceso de retroalimentación
para el ajuste continuo en el devenir. Desde este ángulo de análisis se está entendiendo
por espacio la red de relaciones que se puede tejer y conocer desde una
perspectiva molecular y molar bajo el entendimiento de que este es continente y
expansivo. Por ello, surge la necesidad de saber cuántos integrantes de equipos
de dirección o gestión estratégica tienen condiciones o están en capacidad de
absorber tal frecuente e intensa variedad (cambios) y de establecer un sistema
de ideas principios, convicciones y creencias que permitan que individuos y
organizaciones puedan funcionar dentro de un contexto de incertidumbre
determinado por la incapacidad de aprehender las cosas reales como un todo y de
las imposiciones de una manera de entender la realidad que genera decoherencia
o escisiones en los individuos que conforman las comunidades.
A partir de aquí, Boulton et al (ibidem: 234),
en concordancia con Duggan desde la perspectiva de la intuición estratégica,
plantearon que la cosmovisión compleja sugiere como principios los siguientes:
1.
Dar importancia a la historia[44]:
hay que investigar la historia de una manera consistente y relevante y establecer
los antecedentes del mercado visto como un espacio de interrelaciones o
situación estratégica, país u organización sobre la base del asunto en
cuestión.
2.
Construir relaciones: para aprender sobre el
pasado, dar forma a enfoques que tienen más probabilidades de funcionar y ser
asumidos por las personas en un espacio-tiempo dado a partir del sentido
común y, además, obtener más información sobre lo que está funcionando y lo
que no.
3.
Entretejer con otros una visión para el cambio
a partir del sentido común: involucrar muchas perspectivas y pensar en las
consecuencias de manera sistémica de modo tal que se reduzca la ambigüedad y pueda
esta composición hacer consistente el concepto de futuro deseado.
4.
Empezar poco a poco, a veces es mejor: crecer a
partir de lo sencillo o de la realización de pocos pasos, por ello se hace
necesario adoptar un enfoque de portafolio[45] o
probar varias opciones ya que nunca se puede estar seguro de qué funcionará y
qué no. El portafolio puede ser entendido como un fractal que reproduce un
rizoma en términos moleculares capaz de expresar un estado de ideas que puedan
proyectarse en un espacio-tiempo dado.
5.
Permitir la personalización: los objetivos o
fines pueden ser comunes, pero la forma de lograrlos puede depender de las
circunstancias de cada contexto o localidad, por lo que debe permitirse la
variación en cómo hacer las cosas. Ello explica porque se ha adoptado el
concepto de entidad actual debido a la infinidad de conexiones y de
posibilidades de conexión que explican a un ser-en-acto en términos
individuales y cooperativos en un espacio-tiempo dado.
6.
Aprender y adaptarse a medida que se hacen las
cosas: las consecuencias no deseadas y los cambios inesperados en el mundo en
general son normales, por tanto, hay que incorporar procesos interactivos para
el diálogo, la revisión y la adaptación.
7.
Mantener la búsqueda de cambios alrededor, a
diferentes escalas, y en el futuro: tomar nota de las cosas que sean
interesantes o diferentes y triangular tales 'percepciones cualitativas' con lo
que los demás están notando. Seguir explorando ampliamente en busca de nuevos
factores que surjan en el resto del mundo; tomar una variedad de opiniones, particularmente
de aquellos cercanos a los problemas; pensar en el futuro y unos pasos más
adelante. La idea es estar más en sintonía con el cambio a medida que surja y
estar más capacitado para anticipar, adaptarse y aprovechar las oportunidades.
A partir de lo antes expuesto, resulta fácil
comprender que el pragmatismo, a decir de Boulton et al (ibidem: 234-236), es
útil en el mundo actual pues lo que interesa al final de cuentas es si las
cosas eran útiles o si conducían a la acción. Es decir, algo que Roger Penrose
indicó como conocer cómo se comporta la realidad puesto que se ha asumido que
la realidad es compleja desde una perspectiva ontológica y difícilmente
aprensible en términos teóricos al menos en la fase histórica que se está
viviendo. Esta complejidad expresa de suyo la dificultad de conocer qué es la
realidad tal como se ha indicado en el parágrafo I. En este sentido, aceptar
que el mundo es complejo, interconectado e incierto significa que hay que poner
más atención a lo que está pasando alrededor y mejorar esa capacidad de observación,
percepción y detección.
Entonces, cómo se puede detectar los cambios de
estado a medida que se están produciendo; cómo notar lo particular de un
determinado contexto más que el contexto mismo. Según Boulton et al, se
necesitan métodos empíricos para comprender lo que está sucediendo ahora,
recopilar y triangular opiniones sobre lo que ha sucedido hasta el momento y
realizar un seguimiento de los cambios futuros a medida que surgen, lo que
resulta un área poco desarrollada en el campo de la complejidad. De igual
forma, como se ha desarrollado en el presente ensayo se requiere de una nueva
manera de pensar que permita a entidades actuales desde una perspectiva
individual u organizacional funcionar efectivamente. ¿Cómo se desarrolla y se apoya
a las personas con herramientas y enfoques prácticos que les permitan darse
cuenta de lo que sucede a su alrededor y saber cómo reflejarlo en estrategias
futuras? Tal reflejo parte de la decisión que se toma de ejecutar y adaptar la
mejor forma de acción para concretar el mejor ‘mundo posible’ o ‘causa final’ a
partir del comportamiento de una realidad compleja.
Una forma adicional a la ya expuesta y que se
basa en elementos como: el disponer de una mente libre de prejuicio y en la
capacidad para aplicar nuevos conceptos para resolver una situación
problemática es el ‘pensamiento de diseño’ (design thinking[46]).
De acuerdo con Martin, R. (2009), el
‘pensamiento de diseño’ es una forma de pensar basada en el ‘instinto creativo’
y que genera la verdadera innovación. Tal instinto creativo lo asume como un
“destello de conocimiento no analizado” (p. 5-6), es decir, un a priori
del a ‘priori kantiano’, es decir, es un a priori que se encuentra en la
base de toda intuición pura y aun así mantiene una pretensión teleológica y,
además, expresa que la cultura de las actuales organizaciones, así como sus
rutinas, privilegian el análisis por sobre la intuición y el dominio del
conocimiento por sobre la originalidad (ibid.: 7). En este sentido los
directores o conductores tienden a usar el pensamiento analítico y les resulta
aterrorizante el ‘conocimiento sin el razonamiento del pensamiento intuitivo’
(ibid.: 24), desde una perspectiva que podemos ubicarla en lo sintético a
priori. En otras palabras, esta cultura analítica resta la capacidad para
innovar y adaptarse a una realidad cambiante pudiéndose entender esta actitud
como conservativa, pero ciertamente expresa incapacidad para la adaptación.
Esta actitud proviene de una aptitud que es producto de la escisión existente
entre ser y realidad y que se ha enmarcado en el concepto de decoherencia.
Martin (Ibid.), también plantea que el corazón
del pensamiento de diseño es la ‘lógica abductiva’; concepto planteado por
Charles Peirce al final del siglo XIX y principios del XX[47],
siendo su importante idea el que no es posible probar ningún pensamiento,
concepto o nueva idea por adelantado, pues, las nuevas ideas solo se pueden
validar a través del desarrollo de eventos futuros (ibid.: 25). Para avanzar en
el conocimiento, según Martin, se debe tomar distancia de las definiciones
estándar de pruebas y de la falsa certeza del pasado siguiendo los criterios
lógicos positivistas de talante aristotélicos y, en cambio, se debe mirar hacia
cualquier misterio para preguntar “qué podrá ser”[48]. La
respuesta a esto, según Peirce, vendría siendo mediante la realización de un
‘salto lógico de la mente’ o una ‘inferencia a la mejor explicación’. Este
salto lógico es posible gracias al apartamiento de las inconsistencias desde
una perspectiva histórica, del apartamiento de la ambigüedad en el ser-siendo y
de la autenticidad en el actuar como ser-en-el-mundo.
Como tal, la lógica abductiva se encuentra
entre el mundo del pensamiento analítico, impulsado por los datos pasados, y el
mundo del conocimiento sin razonamiento del pensamiento intuitivo (ibid.; 26),
que se efectúa bajo la forma de diagramas del pensamiento. Esta forma de pensar
diagramáticamente se encuentra también en la estructura del pensamiento
deleuzoguattariano y ello explica el concepto de rizoma, desde un enfoque
onto-epistémico, basado a través de iteraciones a diferentes escalas que ya ha
sido mencionado.
A partir de lo antes expuesto, Brown (referido
por Martin: p. 62), plantea al ‘pensamiento de diseño’ como una forma de ser
que emplea la sensibilidad del diseñador y sus métodos para hacer coincidir las
necesidades de la gente entendida como entidades actuales vista como un
individuo o una organización con lo que tecnológicamente es factible y llegar a
una estrategia viable que genere ‘valor para la gente’ y permita a su vez
establecer los fundamentos para crear nuevos espacios de racionalidad a partir
de las asimetrías que se observen en cada diseño[49]. Si
bien a raíz de esto autores en comento se incluye la ‘propuesta de valor’ como
término proveniente del mundo de los negocios, resulta importante asumir que
todo lo que se haga en términos de dirección estratégica tanto en lo privado
como en lo público, tiene como objetivo físico final a la gente y la comunidad
política como un todo y como objetivo abstracto la satisfacción entendida como
vivir bien y como felicidad posible, por tanto, todo lo que se decida debe
resultar de valor para el colectivo, las personas. De ahí la importancia del
sentido común para garantizar el mantenimiento de las estructuras políticas
bajo un ideal estético y teleológico dado como se afirmó en el parágrafo II.
Tanto una persona como una organización que
siga o practique el ‘pensamiento de diseño’…
(…)
is constantly seeking a fruitful balance between reliability and validity,
between art and science, between intuition and analytics, and between
exploration and exploitation (…)[50].
Así que, adoptar la abducción con
la misma importancia de la deducción e inducción –como iguales–, es de interés
para los individuos y las organizaciones según Martin.
No obstante, si
se considera la dificultad de aprehender la realidad como una constante que va
a permanecer en el tiempo y que, además, sus efectos se observan en lo que se
ha entendido como ‘intuición’ y ‘sentido común’ como se ha desarrollado en
la presente investigación –que obliga a una entidad actual a establecer su
propia realidad y a definir cuál realidad desea en un futuro determinado como
ser-en-acto que persigue perseverar en la propia existencia–, resulta entonces que
el a priori del a priori como base de la estética trascendental y
de una teleología que considera que todo lo que existe en bueno para algo es
el ideal de existencia del individuo dentro de una comunidad. Esto afirmado
se ubica en el campo de lo que se entiende como paideia.
Paideia: hacia la configuración de
una nueva ciencia de dirección
¿Cómo poder funcionar en un mundo donde se
puede acceder a las cosas reales mediante la percepción y la experimentación?
Es decir, ¿Cómo una entidad actual vista como un individuo u organización pude
aspirar a la felicidad, al vivir bien y perseverar en su propia existencia con
dos estructuras que según Omnès tendencialmente se están haciendo compatibles
sólo mediante una estructura de experimentación basada en un lenguaje que
prescinde de la intuición como se ha conocido y apela al sentido común en tanto
y en cuanto la humanidad pueda acceder al nivel de conocimiento que se está
desarrollando en el mundo cuántico? En los tres parágrafos anteriores se ha
tratado de dar orientaciones de cómo funcionar en un contexto donde todo
fluye como lo expresó en su oportunidad el filósofo de Efeso. Esta fluidez
de la realidad tanto como la vivió Heráclito como la que vive la humanidad en
el presente, tienen en común dos cosas: la perdida de referencialidad, es
decir, la pérdida del ideal de vida que permite funcionar como un
ser-en-el-mundo y el esfuerzo por establecer el fundamento de un nuevo Logos
que permita funcionar efectivamente.
En la antigua Grecia este Logos se
sustentó en la palabra areté, es decir, en la excelencia demostrada en
algún desempeño dentro de un contexto determinado. En otras palabras, es la
excelencia de un individuo en cómo se desarrolla, se expresa, piensa y actúa
efectivamente. Esta excelencia fue observada como la consecuencia de un sistema
de ideas, principios, convicciones y creencias que eran reconocidas tanto
individual como colectivamente y hacía que todos las buscasen porque
significaba que se podría vivir bien, ser feliz y actuar consecuentemente
dentro de una comunidad. Según Werner Jaeger este sistema metafísico era
denominado Paideia, es decir, un sistema de ideas,
principios, convicciones y creencias que expresaban el sentido, la
justificación y el origen de la legitimidad de la comunidad política y,
consecuentemente, de los individuos que actuaban para que dicha comunidad se
mantuviera, se realizara y se actualizara continuamente (2001:18)[51].
Esta Paideia les permitió a los griegos de
ese entonces adquirir conciencia de sí mismos gracias al seguimiento de
prácticas consuetudinarias y posteriormente mediante la formación y la
educación y, adquirir, consecuentemente, un sentido común que trascendió en el
tiempo y se hizo fundamento de lo que hoy en día es la humanidad. De ahí que apropiarse
de la Paideia significaba lograr, en primer lugar, que un individuo fuese
educado, como era reconocido en la tradición y en las creencias de su comunidad
y, en segundo lugar, que pudiese defender los valores de su cultura y
argumentar en favor de ellos en cualquier circunstancia. Este es el aspecto
clave que interesa destacar debido a que se sostiene en este ensayo que el
sentido común construido a partir de una Paideia que incluya la
capacidad de acceder al conocimiento de la realidad en función de los avances
tecnológicos que ha permitido la ciencia cuántica, la prospección basada en el
pensamiento de diseño en tanto que un a priori del a priori que Kant
desarrolló en su estética trascendental y dio sentido a una facultad de juzgar
teleológica y, finalmente, la apropiación de la realidad en términos respectivos,
constituyen una trinidad que siguiendo círculos hermenéuticos de interpretación
y desocultamiento permite a una entidad actual funcionar efectivamente y eventualmente
permite la conducción estratégica en un contexto complejo y de incertidumbre.
Pero esta trinidad depende de lo que se ha expresado en cuanto al concepto de areté
y de lo que en la actualidad ella significa. El significado de la palabra areté
se aproxima a lo que hoy en día se denota con la palabra ‘virtud’.
Virtud es una palabra latina que tenía el mismo
sentido que en su denotación griega, pero en el renacimiento adquiriría una orientación
que orbitó en torno a la concepción de moral y a hacer bien lo que se decidiese
hacer. Nótese que en este modo de ser-siendo había una coherencia entre el
pensar y el hacer que no estaba en discusión. Hoy en día, en el contexto en que
la humanidad se desenvuelve esta palabra debe ser actualizada conceptualmente
de modo que pueda constituirse en un referente para la acción y/o la
conducción. Por qué se ha hecho insistencia en las palabras ‘areté’ y ‘virtud’.
Porque estas palabras son capaces de reducir la ambigüedad que se considera un
obstáculo paralizante para el conocimiento de la realidad y consecuentemente
para la acción indiferentemente de la inconmensurabilidad del entorno. La
ambigüedad dentro de un contexto de incertidumbre puede perjudicar la expresión
de juicios y la conformación de un sentido común porque supone incapacidad,
intencionalidad o ambas cosas dificultando así la función en tanto que
ser-en-el-mundo y la conducción. La ambigüedad es el hecho que se puede
percibir como decoherencia e interferencia y puede hacer que la intuición opere
tal como se ha entendido en la presente investigación.
Ser virtuoso, consecuentemente, es ser alguien
no-ambiguo, moral y que persigue la excelencia en pensamiento y acción para
lograr resultados efectivos dentro de una realidad compleja signada por la
incertidumbre determinada por la limitada capacidad que se tiene de emitir
juicios que sustenten la toma de decisiones. Ser virtuoso en estas
circunstancias es poder ir y venir, subir y bajar, moverse entre olas, viento y
marea, de un puerto a otro y al mismo puerto, sin que ello perturbe el proceso
de conducción y de toma de decisiones, sino que asume esta fluencia como expresión
de la cotidianidad, piensa, avanza y actúa de forma no-ambigua, tomando
decisiones soportadas por una estructura cooperativa, pues, funcionar en
conjunto suma más realidades y posibilidades en esos dos mundos, el actual que
es difícil de aprehender a no ser que se haga de manera respectiva y limitada y
el deseado a pesar de la existencia de dos ciencias que permiten de forma
limitada conocer el mundo porque ayuda a la conformación de un sentido común y
a actuar de forma instintiva, intuitiva y no dogmática sin fomentar un ambiente
de ambigüedad.
Teniendo todo esto presente, toda entidad
actual para funcionar debe, entre otras cosas, estar familiarizado con[52]:
1.
La ambigüedad como óbice para la
conformación de estructuras cooperativas que puedan permanecer en el
espacio-tiempo y hacer de la historia una historia coherente y consistente y la
no-ambigüedad como un componente para entender la virtud en el mundo de hoy. La
no-ambigüedad constituye la base del instinto y de la intuición vistas como
atributos que podrían ayudar a comprender la unidad del todo de la pluralidad.
2.
La complejidad del mundo y la dificultad
para aprehenderlo como visión para transitar el rizoma que implica tomar
decisiones desde el momento de concebir la realidad desde el mundo de
realidades, hasta concebir la realidad deseada desde el mundo de posibilidades,
lo que implica transitar el camino también rizomático de transformación de la
realidad desde un enfoque prospectivo y de diseño. En este sentido, la
complejidad de la realidad resulta una episteme que debe asumir un carácter ontológico
u onto-epistémico en un proceso de toma de decisiones.
3.
La necesidad de funcionar cooperativamente
para -consensuadamente - decidir:
a.
Dónde se está en el contexto de mundo de
realidades (el ahora); (ii) dónde ir en el mundo de posibilidades (futuro);
b.
El tránsito de lo real hacia la realidad futura
en el marco de una continua toma de decisiones y;
c.
Coadyuvar en la conformación de un sentido
común que permita el desarrollo y funcionamiento de otras estructuras
cooperativas en otras escalas.
Esto tres aspectos deducidos en la presente investigación relacionados con la
realidad, la no-ambigüedad y el sentido común podrían constituirse en la base
para la prospección y el diseño.
Corolario
Desde una
antropología filosófica la pregunta de qué es el hombre ha sido recurrente. En
función de cómo se desarrolló el presente ensayo se ha tratado de salir de la
visión antropocéntrica asumiendo una posición equilibrada desde la perspectiva
espacio-temporal debido a que se está entendiendo al mundo como una unidad que
es buena para todas las partes constituyentes y que hacen vida en un devenir
que es indeterminado. Ello explica el empleo del concepto de entidad actual.
Por ello, se ha considerado que es pertinente examinar qué es una entidad
actual desde una perspectiva individual y organizacional desde un enfoque
procesual espacio-temporal y cómo estas entidades funcionan y deciden frente a
la aparente oposición entre unidad y pluralidad.
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[2] Gil, W.
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[3] Kant, E. (1787
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[4] Heymann, E.
(1999). Decantaciones Kantianas. Trece estudios críticos y una revisión de
conjunto. Caracas. CEP-FHE. 187 p
[5] Según Alfred
N. Whitehead es el ser en sus infinitos estados dados en una interacción
constante e infinita a partir de una realidad respectiva básica. Ver al
respecto: Llanes, G. (Coord.). Evoluciones Metafísicas. Permanencia,
emergencia y diálogo. Caracas. Ediciones Rivero-Blanco. 328 p.
[6] Para
Benedicto de Spinoza existe una sola sustancia que la equipara con Dios y con
la naturaleza. Esta sustancia posee infinitos atributos de los que sólo se
conocen pensamiento y extensión y, de esta sustancia surgen los modos. Ver al respecto: Benedicto de Spinoza: Tutte le
Opere, Trad. M. Buslacchi, A. Dini, G. Durante, S. Follini y A. Sangiacomo,
Milano, Editorial Bompiani, 2011 (1677).
[7] Kant, I. (1882
[1983]). Transición de los Principios
Metafísicos de la Ciencia Natural a la Física (Opus postumum). Madrid.
(T.F. Duque) Editora Nacional. 778 p
[8] Ver al
respecto: Marcovich, M. (1968) Heraclitus. Texto Griego y
versión Castellana. Editio Minor. Mérida. ULA. 149 p., Cappelletti, Á.
(1969). La Filosofía de Heráclito de Efeso. Caracas. Monte Ávila
Editores. 176 p., y Francisco Bravo en: Bravo, F., Paván, C., Cappelletti, Á.,
Lluberes, P., Astorga, O., Garber, D. (1998). Ensayos para una Historia de
la Filosofía. De los Presocráticos a Leibniz. Caracas FHE-UCV. 495 p.
[9] Xavier
Zubiri: Estructura dinámica de la realidad, Alianza, Madrid, 1995
[10] Benedicto de Spinoza: Op. Cit. E4pIII:1443.
[11] Roland Omnès expresó que Benedicto de Spinoza y Martin Heidegger
podrían ayudarnos a resolver esos problemas puesto que para el primero el
universo es una relación armónica del Uno y Todo y para el segundo la
ciencia es una condición existencial del ser-ahí́. Pero tienen la limitación de que no indican el logos que pudiera
ayudarnos a ello. Ver al respecto: Roland, Omnès: Filosofia da Ciência
Contemporânea, Trad. R. Leal, São Paulo. UNESP, 1995, 315 p. Sobre Martin
Heidegger, ver al respecto: Martin Heidegger: El Ser y el Tiempo, Trad.
José Gaos, Santa Fe de Bogotá, FCE, 1927 [1998]), 2ª ed., 478 p y, Identidad
y Diferencia Edición bilingüe, Trad. H. Cortés y A. Leyte, Barcelona
Antrophos, 1990 [1957], p 75.
[12] Xavier Zubiri,
Op. Cit.
[13] Esta es
una herramienta para calcular posibilidades es fundamental en el mundo
cuántico.
[14] Sobre
estos temas ver al respecto: “Realidad y proceso. Investigación
científico-filosófica”. Documento en línea. Disponible en: https://filosofiafundamental.com/realidadyproceso/temporada-1/
[Consulta: 05JUL2021].
[15] Esto puede
entendido desde una perspectiva cuántica. Sobre estos aspectos ver al respecto:
López Mosqueda, J. y Aboites, V.: “La filosofía frente al objeto cuántico”, pp
107–122, México, Revista Mexicana de
Física E 63, 2017.
[16] Un rizoma es
una entidad a-jerárquica, a-centrada, a-significante determinada por la
circulación de estados. Ver al respecto: Gilles Deleuze y Felix Guattari: Mil
Mesetas. Capitalismo y Esquizofrenia, Trad. J. Vásquez y U. Larraceleta,
Valencia, Editorial Pre-Textos, 8º éd. 2008 [1980]
[17] Spinoza, Op.Cit., LVIIe, 1251 p
[18] Martin Heidegger: La Época de la
imagen del Mundo, Trad. H. Cortés y A. Leyte, Madrid, Alianza Editorial,
Caminos de bosque, 1996 (1938) en: http://www.fadu.edu.uy/estetica-diseno-i/files/2015/08/heidegger_epoca_imagen_mundo.pdf [Consulta: 05 de enero de 2021]. Por otra parte, debemos aclarar aquí
que la sujeción a la cual nos referimos aquí va más allá de la idea de
‘forzamiento’ que Zubiri emplea para indicar las limitaciones de un ser en un
medio determinado, es decir, las acciones que son “forzadas por el medio”. Op. Cit., Zubiri, p. 195.
[19] Pronosticar
difiere de hacer prospectiva debido a que la primera parte del establecimiento
de patrones en función de la existencia de estado de cosas que se repiten
permitiendo con ello hacer proyecciones a futuro. Hacer prospectiva es
diferente. Es determinar unos hechos portadores de futuro que posibilitan el
establecimiento de acontecimientos futuros cuyo impacto puede ser valorado por
quien realiza la prospección de modo que puede discernir sobre un futuro
deseado y traerlo al presente de modo que puede ser construido desde ese
presente. Sobre la prospección se volverá en el parágrafo III. Consecuentemente
que se dice que se puede pronosticar el comportamiento humano se está quitando
a este su carácter inconmensurable y divino. Por otra parte, cuando se habla de
hacer pronósticos se refiere a la capacidad de un ser de producir su propia
realidad.
[20] Ver al
respecto: Carlos Sierra-Lechuga en Marcel Chávez: “El Ser”. Seminario virtual
de Realidad y Proceso en https://www.revista-rypc.org/2020/12/realidad-y-proceso-el-ser.html [Consulta: 04
de enero de 2021].
[21] Una
interferencia acaece cuando una función sigue dos caminos diferentes, es decir,
su mente se escinde haciendo que su intensidad varíe de lugar en lugar, o sea,
su existencia pierda el foco de aquello que le permite conservar o aumentar su
potencia para perseverar en la propia existencia en un lugar determinado,
mostrando simultáneamente máximos y mínimos de presencia en función de lo que
expresa dicha potencia para perseverar. Ello se debe a la existencia de un
principio de superposición según el cual las funciones que siguen caminos
diferentes suman sus amplitudes. Roland Omnès, Op. Cit., 302 p
[22] Es una especie
de estabilización, es decir, la sujeción se ha convertido en una forma de
estabilización vista como decoherencia.
[23] Este
aspecto, como veremos, es fundamental para entender el problema de la intuición
como medio para acceder a la realidad en términos clásicos y cuánticos y nos va
a explicar, también como veremos, por qué Heidegger usa el concepto de
intuición categorial. Ver al respecto: Chevalley, C.: (1994), “Física cuántica
y filosofía”. Madrid. (T.J. Valor). Revista de filosofía, 3ª época, vol.
VII. # 12. Universidad Complutense. pp. 27-49
[24] Omnès, Roland: Quantum Philosophy, Understanding and Interpreting
Contemporary Science, Princenton, Princeton University Press, 1999, 320 p
[25] Esta es
una forma de predicción que actualizó el modo de explicar axiomáticamente el
trayecto de una función de onda.
[26] Ver al
respecto Penrose, R. (2006). El Camino de la realidad. Una guía completa de
las leyes del universo. Barcelona. (T. J. García). Editorial Debate. 1448 p
[27] Existe una
fuerte unidad entre ciertas áreas de las matemáticas y el funcionamiento del
mundo físico. La simetría en tanto que concepto (físico-temporal) ayuda a ello.
[28] Solo basta
tener presente en el mundo de hoy que el papel que se le está dando a la criptografía
a partir de los computadores cuánticos es similar al acaecido en los inicios de
la informática con la máquina de Turing. Estos avances nos remiten al espacio
electromagnético y, consecuentemente, la posibilidad de pensar en pronosticar
el comportamiento de la mente humana o de asegurar información relevante.
[29] Hay que tener
presente que en cuanto al mundo cuántico los fenómenos de superposición,
decoherencia y entrecruzamiento se produce en un espacio que ha sido
inaprensible. Y en el universo ultraterrestre se ha evidenciado la existencia
de una materia oscura y energía oscura que de suyo nos indica los límites de
nuestro conocimiento en condiciones similares a las determinadas por Nicolás de
Cusa. Ver también: Penrose, R. (1996). La
mente nueva del emperador. En torno a la cibernética, la mente y las leyes de
la física. México. (T. J. García). FCE. 415 p
[30] Kant, I.
(1790[2005]). Crítica del Juicio. (T. J. Rovira). Buenos Aires.
Editorial Losada. 368 p.
[31] “Mundos posibles” sea para asumir la realidad presente (mundo de
realidades), sea para establecer la realidad deseada o futura (mundo de
posibilidades).
[32] Heidegger, M.
(2006). Prolegómenos para una historia del concepto de Tiempo. Madrid.
(T.J. Aspiunza). Alianza Editorial. 416 p
[33] Ver
también: Ferrarello, S. “El don de la intuición en la interpretación
heideggeriana de Kant”. Studia Heideggeriana, Vol. I, 2020, 2a ed., 65-73
[34] Alternativas.
[35] Jhonson, G., Whittington, R. y Scholes, K.
(2001). Exploring strategy. Novena edición.
Prentice Hall. Pearson Education Limited. Inglaterra.
[36] Equipo de trabajo que, a veces no se integra y por tanto es solo un
grupo de personas que intentan trabajar para un fin no necesariamente común.
[37] Van der Heijden, K. (1998). Escenarios el Arte de Prevenir el Futuro.
Panorama Editorial, S.A., México.
[38]Para una mayor
comprensión de este tema ver: Vera, L (2009). La
planificación en la Armada venezolana desde la perspectiva del pensamiento
complejo. Tesis doctoral. Universidad de Yacambú. Disponible en: https://www.academia.edu/21952517/La_planificacion_en_la_Armada_venezolana_desde_la_perspectiva_del_pensamiento_complejo.
[39] Álvarez G., I (2004). Planificación y Desarrollo de Proyectos Sociales y
Educativos. Editorial Limusa, S.A. México, D.F.
[40] Heidegger,
M.: (1957[1990]). Identidad y Diferencia. Barcelona. (T. H. Cortés y A.
Leyte). Editorial Anthropos. 191 p y (2003), Aportes de la filosofía: acerca
del evento. Buenos Aires (T. D. Picotti). Biblia: Biblioteca Internacional
Heidegger. 415 p
[41] Ibid.
[42] Boulton, J., Allen, P. y Bowman, C. (2015). Embracing complexity:
strategic perspectives for an age of turbulence. Oxford University Press.
United Kingdom.
[43] “Becoming”.
[44] History matters.
[45] Portafolio de proyectos o acciones.
[46] Pensar cómo un diseñador.
[47] Pierce, CH. (1931 [1994]). Collected Papers of Charles Sanders Peirce. Cambridge.
Editado por C. Hartshorne. Harvard University Press. Referido por Martin
(Ibid.). Ver también: Gil, Op. Cit.
[48] Pregunta esencial de toda abducción.
[49] El término empleado es ‘cliente’ y se le interpretó como ‘gente’ sin que
con ello pierda sentido el discurso, sino que se contextualiza para el tema que
aquí se trata.
[50] (…) busca
constantemente un equilibrio fructífero entre la fiabilidad y la validez, entre
el arte y la ciencia, entre la intuición y la analítica, y entre la exploración
y la explotación (…)
[51] El punto de equilibrio
de esta Paideia residía en un ideal de perfección del ser humano donde
se encontraban la razón gracias al conocimiento, los valores éticos, el cultivo
del cuerpo y la capacidad de respuesta a la dinamicidad del entono. Jaeger,
Werner. (2001). Paideia: los ideales de la cultura griega. ΛΙΜΗΝ ΠΕΦYΚΕ ΠΑΣΙ
ΠΑΙ∆ΕΙΑ ΒΡΟΤΟΙΣ. Libro Primero. México. (T.J. Xiral). FCE. 410 p
[52] por ende, ser
insumos de la mente del decisor y gestor, es decir, el que transforma
realidades para bien.
Interesante articulo, les quería contar que pienso ponerme a estudiar acá https://cursos2023.com/ca-formacion-profesional-2023 ya que creo que tendré mayor accesibilidad ya que puedo estudiar cualquier programa o curso que me interese, independientemente de dónde se encuentre la institución educativa.
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