Por el Dr Jairo Bracho Palma
Antecedentes
Trinidad española
La real cédula del 8 de
septiembre de 1777, separa de la jurisdicción del Nuevo Reino de Granada, las
provincias de Cumaná, Guayana, Maracaibo, y las islas de Margarita y Trinidad,
agregándolas en los gubernativo y militar, a la Capitanía General de Venezuela.
En lo judicial, Maracaibo y Guayana dependerían de la Audiencia de Santo
Domingo.[1]
La Gobernación de Trinidad
sirvió de soporte activo a los corsarios estadounidenses durante su Guerra de
Independencia, proporcionándoles abrigo contra unidades navales inglesas, y
abasteciéndolas de pertrechos.[2]
Finalizada la Paz de Versalles (3
de septiembre de 1783),[3]
España disfrutó de diez años de relativa tranquilidad en sus posesiones
americanas, en consecuencia, dominó el mar Caribe.
La Corona impulsó políticas de
apertura comercial, reordenamiento territorial, expediciones científicas, etc.
En el caso de Trinidad, estas medidas fueron exitosas.
La
real cédula del 24 de noviembre de 1783, promulgó un reglamento de población y
comercio para la isla de Trinidad. Básicamente, permitió la inmigración de
extranjeros católicos y el comercio a tasas preferenciales.[4]
El flujo comercial se triplicó en tres años. De forma gradual, llegaron
ingenieros, cartógrafos, tropas y marina.[5]
La estrategia inglesa
Inglaterra
mantuvo unas desfavorables condiciones estratégicas en el Caribe, en función de
sus políticas de penetración en Tierra Firme (actuales Venezuela, Colombia y
Panamá). Las posesiones inglesas en el Arco de Ulises eran dispersas. Jamaica,
cerca del seno mejicano, estaba tan al oeste, que su flota tardaría hasta tres
semanas para auxiliar a Barbados. Por su parte, esta isla, de buenas
condiciones de abrigo, tenía una superficie muy pequeña. Así se explica, el
interés británico por adquirir nuevas colonias situadas a barlovento. En una
oportunidad, propuso la compra de Trinidad.[6]
La pérdida de parte de las
colonias norteamericanas, y el fin de la guerra supuso para el nuevo gabinete
inglés, graves problemas económicos y
estratégicos.
Marinos de guerra en su
mayoría, y mercantes, quedaron sin empleo al finalizar el conflicto, unos
60.000 aproximadamente. Estos, al contar
con pericia en las maniobras de
abordo y en el manejo de la artillería, podía convertirse en una envidiable
dotación de cualquier flota extranjera.
Los norteamericanos habían
incrementado su tonelaje de embarcaciones (533 barcos) en las islas de
barlovento, llegando a desplazar a seiscientas unidades mercantes inglesas.
Típico de la hipocresía de un
gobierno acostumbrado al intercambio en condiciones escandalosamente
ventajosas, ahora la libre navegación y el comercio, de acuerdo a la oferta y
demanda, origen de tantas guerras, de pérdidas humanas y económicas, les
parecía que no debía de ser ni tan libre ni tan competitiva.
Las medidas que beneficiaban a
los comerciantes norteamericanos, garantizadas en el Tratado de Navegación y
Libre Comercio suscrito entre Inglaterra y el naciente Estado en 1783, fueron
derogadas cinco años después.[7]
Los ingleses necesitaban
dominar la ruta de los vientos de Tierra Firme, para acceder a los mercados de
Cumaná, Caracas, Puerto Cabello, Maracaibo, Cartagena y Nicaragua, y penetrar
al corazón de Venezuela: Barinas y Angostura: La isla de Trinidad brindaba esas
condiciones. Por otra parte, las islas francesas de San Vicente, Grenada y
Santa Lucía, debían ser vigiladas y controladas, sobre todo en el flujo de
alimentos que salían desde Cumaná y desde el río Guarapiche. Tres fragatas y
unos mil hombres era la fuerza estimada para concretar estas ideas.[8]
Necesitaron mucho más que eso.
Parte de la estrategia inglesa
preveía el control del río Orinoco. Sabían que el estado de
defensa de los castillos que lo guarnecían a la altura de isla de Fajardo era
débil. Además, contaban con el apoyo de algunos propietarios españoles, y
cándidamente, de una parte de la población empobrecida, que a su juicio, les
verían como sus salvadores.[9]
Pero nuevos factores vienen a
determinar el ánimo del gobierno inglés para concretar sus ideas. Por un lado,
la creciente ascensión de Napoleón, de quien pensaban erradamente, que tenía
especial interés sobre América. El pueblo estadounidense simpatizaba con el
nuevo orden francés. La solución más práctica: la conquista de Trinidad y el
incentivo a particulares para la rebelión de las colonias españolas.[10]
Francisco de Miranda fue una
pieza más en el escenario mundial. El escenario de mayor violencia de la
Revolución Francesa, se había trasladado a las islas del Caribe, un escenario,
en el que los conflictos ideológicos y racistas superaban la capacidad militar
regular para enfrentarlos.
De tal manera que el gobierno
inglés se propuso alentar a Miranda para Invadir Venezuela desde Cumaná y
Maracaibo. Fomentar el nacimiento de una pequeña nación que llegaría hasta la
margen izquierda del Orinoco, porque en una operación independiente, los
ingleses conquistarían Angostura, Toda una labor patriótica y altruista de
nuestros mentores.[11]
No one will doubt that is better for us, that South America should be
under the government of Miranda than of
Bonaparte, but it is equally certain that by the interference of Britain, on
liberal principle of conciliation, the same object would be obtained with much more certainly.[12]
Conquistada Angostura, presionarían
a Miranda a negociar un acuerdo de libre comercio, lo que es lo mismo, el
ingreso de manufacturas inglesas a cambio de productos agrícolas y mineros.
Se estimaban
unos quince mil hombres en
lanchas cañoneras para concretar la toma de Angostura. Los estudios de las
mareas y sitios de desembarco en el río Orinoco fueron hechos con anterioridad.
En
coordinación con el movimiento operacional sobre el Orinoco, atacarían
posiblemente Chile, con cuatro mil hombres y una respetable fuerza naval, y Cartagena de Indias con otros diez
mil.[13]
La falta de tropas, fue la limitante para que todo
aquello no se concretaran.
Los
ingleses fueron más allá. Conquistados los territorios holandeses del Demerara,
Berbice y Esequibo, repartieron tierras cerca de Barima, lugar que no estaba en
disputa territorial.
El
poder obtenido sin mayores méritos por dádiva del destino, generalmente vuelve
soberbio y peligroso a quien lo ostenta, especialmente en los asuntos de
Estado. Manuel Godoy no tomó medida alguna para contrarrestar los planes en
marcha.[14]
La escuadra del almirante
Harvey se presentó frente a la rada de Puerto España en la madrugada del 16 de febrero de
1797.[15] El general Ralph
Abercromby desembarcó seis mil setecientos noventas hombres: seis regimientos
de infantería, dos regimientos alemanes, un cuerpo de cazadores de negros y un
bien dotado cuerpo de Artillería.
Con trescientos infantes y milicias
que al primer tiro huyeron al bosque, y los buques españoles echados a pique
por decisión propia el gobernador de Trinidad, José María Chacón firmó la
capitulación. [16]
Se perdía para siempre una parte importante de Venezuela.
Con la fundación de la
estación naval británica en Río de Janeiro en 1808, se creaba un triangulo
estratégico entre ésta, Jamaica y Trinidad que cercaba las bocas del Orinoco.[17] San
José de Trinidad fue declarado puerto libre poco después de su conquista .[18]
Los juicios de valor sobre hechos históricos, no
son deseables en escritos con rigurosidad académica. Pero, el sentimiento que
existe en la sicología del venezolano, es de una sensación de despojo y susceptibilidad ante
los problemas del territorio, no es casual ni producto de lo mediático, existen
elementos reales, que merecen mayores análisis.[19]
Isla de Patos y la roca del Soldado
Las desgracias de la naciente
República no terminaron con la separación de la Gran Colombia. La ayuda inglesa
a la emancipación latinoamericana vino con veneno. No fue filantrópica, menos
gratuita. Confirmada la posesión de Trinidad por la Paz de Amiens, las miras
apuntaron hacia Orinoco y Guayana, y al control de las costas de Paria.
La isla de Patos se encuentra
a 2,3 millas de la costa de Paria. Inglaterra comenzó a reclamarla como suya
sin dar mayores explicaciones.
Incidentes e
instrumentos jurídicos de las partes
El gobierno venezolano
declaró la isla como parte del territorio, mediante el Decreto del 30 de mayo
de 1855. El acto jurídico no fue reconocido por Inglaterra.
El apresamiento de un mercante
inglés por una cañonera venezolana en aquella jurisdicción, fue protestado cuatro años después.
La esencia del problema radicó
en que el antiguo gobernador de la Trinidad española había concedido al
Cabildo, la isla de Patos, con lo cual, se presumía que formaba parte de la
gobernación.
El gobernador de
Trinidad comunicó tal antecedente al
ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela, el 28 de mayo de 1859.
El gobierno venezolano no encontró
algún instrumento diplomático indiano del siglo XVIII o anterior que confirmara
la teoría inglesa. Por ello, se valió de testigos de la época. Sustanciadas las
declaraciones, llegó a la conclusión de que Inglaterra comenzó a pretender la
isla a partir de 1859.
El Archivero de Indias (España)
fue consultado. Confirmó la tesis venezolana en 1872. Negó la existencia de
algún acto regio de cesión al Cabildo de Trinidad. Sólo encontró una toma de
razón sobre la concesión local de las islas de Patos, Huevos y Mono del 24 de
noviembre de 1783. Había sido un acuerdo entre los Cabildos cumaneses y
trinitarios de eficacia transitoria, carente de real confirmación.
La cesión de la isla no fue
incluida en el acta de rendición de la isla en 1797. Por su parte, en el
artículo 4° de la Paz de Amiens (27 de marzo de 1802), se establecía la cesión
de Trinidad, sin mencionar otros territorios. En el Tratado de Paz y Amistad
celebrado entre Venezuela y España el 30 de marzo de 1845, en su artículo 2°,
España renunciaba a las provincias de la antigua Capitanía General, y
expresamente incluyó sus islas. La isla de Patos correspondía a la antigua
Provincia de Andalucía. Como puede observarse, dos instrumentos internacionales,
pesaban sobre la arbitraria pretensión inglesa.
A pesar de los justos títulos,
Gran Bretaña jamás respetó acuerdo o instrumento legal que no fueran sus propios
intereses.
De una ingeniosa manera,
Venezuela comprobó la pertenencia de la isla. Los duelos en Trinidad estaban
prohibidos bajo pena de muerte. Isla de Patos servía para tales fines por su
carácter extraterritorial, una característica reconocida por las autoridades
locales inglesas.
Los incidentes por apresamientos
de las autoridades venezolanas, y los correspondientes reclamos diplomáticos
continuaron entre 1860 y 1872.
Entre dimes y diretes, el
gobierno trinitario otorgó en concesión la isla de Patos a un súbdito británico
en 1867, motivo de una enérgica protesta.
El gobierno venezolano
insistió en el indiscutible hecho de que no existía documento alguno, ni prueba
prima facie que le permitiera al
gobierno británico posesionarse de la isla.
Según los postulados comunes
del criterio del derecho internacional del siglo XVIII, los
denominados lugares incultos o desiertos,
como las islas, podían ser poseídos sin hacer uso de ellos. Unos de los autores
más conocidos, como Vattel, aconsejaba el deslinde perfecto de los territorios para evitar los problemas que en
tal sentido había dejado el Tratado de Utrecht.[20]
El caraqueño Félix Abreu y
Bertodano, en su Tratado Jurídico Político sobre pressas de mar y calidades
que deben concurrir para hacerse legítimamente el corso, asignaba tanto al
puerto como a la costa, una distancia cien millas como mar territorial. Las
islas adyacentes estaban sujetas al gobierno del pueblo al que estaban
adheridos. Por ejemplo, un ciudadano que guardaba la sentencia de reino por cárcel, no transgredía la pena si se mantenía en el mar
adyacente al mismo.[21]
El principio canónico de Ius
ad rem, fue aplicado a las islas venezolanas. Señalaba el Consejo de Indias,
que no obstante estar deshabitadas, pertenecían al Estado, por la cercanía al
país ribereño: Persistía el dominio y posesión de aquellos terrenos tan
legítimamente adquiridos por su Majestad.[22]
Nuestra Cancillería fue
coherente en este particular. Preparado
debidamente el expediente, Venezuela removió de nuevo el asunto y pasó a la
ofensiva mediante una nota del 14 de
noviembre de 1876, con copia para la Legación norteamericana. Solicitó al
gobierno inglés que reconociera la soberanía venezolana sobre el territorio en
disputa, sino, que fuera sometida a arbitraje.
El gobierno británico no
respondió. De forma extraoficial pudo saberse su posición tres años después: el
manido recurso de prescripción, y el dúctil tiempo para hacerlo efectivo, en
este caso, de sesenta y dos años. Para el territorio esequibo, en cambio, había
impuesto cincuenta años.
La Cancillería venezolana fue
contundente. No admitía la prescripción como título de adquisición de
territorio, salvo en caso de verificarse por tiempo inmemorial.
Las notas diplomáticas del
gobierno inglés de 1882 y 1883 por nuevos incidentes y concesiones, habían
dejado a un lado la cortesía de estilo. Eran amenazantes y sin mayores argumentos de los que concede la
fuerza de la armas.
Siglo XX
Venezuela había recibido una
de las mayores humillaciones de mano de Gran Bretaña con la sentencia del 3 de
octubre de 1899, bajo la indiferencia
general de la comunidad internacional. El sentimiento anti-británico estaba
presente en el colectivo.
Un guardacostas venezolano
realizó una inspección a la isla de Patos en 1901. Apresó tanto a venezolanos como a ingleses. Como la
inquina se había cebado contra un incómodo Cipriano Castro, Inglaterra se
negaba a discutir sobre la posesión de la isla.
El cónsul de Venezuela en
Trinidad informaba en 1902 sobre la orden del gobierno inglés de colocar una
bandera en la isla, motivo de protestas, que los británicos pasaron por alto.
Venezuela envió copias de la
nota de protesta a todas las Legaciones diplomáticas acreditadas en Caracas,
pero el bloqueo de diciembre de aquel
año estaba en marcha.
¿ Cuál era el interés del
gobierno inglés en una isla tan diminuta?
1.
Un arma de
negociación para una delimitación satisfactoria en la Guayana Británica.
2.
La supresión
del 30% de impuesto adicional con que eran recargadas las mercancías
provenientes de las colonias antillanas inglesas.
Inglaterra anunció estar dispuesta
a ceder la isla de Patos en 1883, a cambio de un
arreglo satisfactorio en el territorio esequibo.
Guzmán Blanco se negó a tal
transacción. No admitía el término cesión, y que tal precedente nos
convertía en colonia de colonias.
Otro incidente de no menor
consideración se produjo en 1867, en la
denominada roca del Soldado, lugar en que el gobierno de Venezuela estaba
dispuesto establecer una base de Guardacostas.
Los ingleses atentos a la
pelea aunque fuera por un cubo de agua de mar, respondieron que aquella roca
estaba dentro de su mar territorial.
La respuesta del gobierno venezolano
mantuvo el espíritu de las anteriores actuaciones. Manifestó que así como la
legislación venezolana permitía el acceso de buques de guerra a sus mares, no
veía el porqué no obtener reciprocidad, además, tales actividades no
prejuzgaban derechos sobre la roca.[23]
En 1912, un guardacostas venezolano
apresó un barco inglés en ese mismo lugar. Las protestas entre ambos países,
terminaron favoreciendo a los ciudadanos ingleses. Fueron indemnizados.[24]
La
delimitación del golfo de Paria
Las conversaciones se
mantuvieron congeladas entre 1912 y 1933.
En el escenario prebélico de
la Europa de los años treinta, las necesidades de suministro de petróleo se
incrementaron, de manera especial en Inglaterra, que comenzó a otorgar
concesiones en el oriente venezolano. Las exploraciones en el golfo de Paria,
arrojaron resultados prometedores.
En consecuencia, el gobierno
de Venezuela hizo algunas propuestas informales en 1933, para la delimitación en
el golfo de Paria.
El trabajo fue encomendado a
la Oficina de Cartografía del Ministerio de Relaciones Exteriores. El 3 de
octubre de 1933, rindió su primer informe, referido exclusivamente a las aguas territoriales:
TABLA I[25] |
||
LATITUD |
LONGITUD |
OBSERVACIONES |
10° 43’ |
61 °48’ |
Línea recta a un punto que
dista 8 km. Al oeste del islote del soldado |
10° 4’ 40’’ |
62° 05’ 20’’ |
De allí a un punto
intermedio entre Punta Icacos y la costa de Venezuela en marea baja |
10° 01’ |
61° 57’ |
|
La Legación Británica en
Venezuela envió al Ministerio de Relaciones Exteriores de Venezuela el 25 de
agosto de 1936, un memorando, que fue el instrumento diplomático de inicio del
proceso de negociación, para la delimitación del subsuelo del golfo de Paria.
El estilo de la redacción del
documento refleja una intención definida: la delimitación del subsuelo o lecho
submarino en alta mar. Para los efectos, ambos países debieron elaborar sus
respectivas legislaciones y medidas físicas (faros, boyas, etc.).
El gobierno británico quiso
dar al acuerdo un carácter local, vale decir, la delimitación entre una colonia y un país soberano. Se abstuvo de definir derechos
en las aguas superficiales.
Las coordenadas propuestas en
este arreglo fueron las siguientes:
Tabla II [26] |
|
LATITUD |
LONGITUD |
Punto A. 10° 36’ 15’’ |
61° 54 ‘ 50’’ |
Punto B: 10° 02’ 30’’ |
62° 05’ |
Línea a lo largo del
paralelo 9° 57’ 30’’ en dirección oeste |
61° 31’ |
Punto X a Punto Y donde la
última intercepta los límites de las aguas territoriales de Venezuela
aproximadamente en la longitud 61° 56’ 45’’. |
|
A pesar de que existía una
corriente revisionista de las dependencias coloniales, la socarronería inglesa siguió
incólume. El ministro británico en Caracas envió una nota el 31 de diciembre de
1936. Era una imposición. Se reservaban expresamente los derechos sobre la isla
de Patos, porque Su Majestad no deseaba
tratar el asunto de la tierras de la superficie.[27]
Es evidente la
intencionalidad de darle la máxima presión posible al proceso, para obtener en
tiempo preciso, un tratado que dejara las manos libres para la explotación
petrolera.
Dadas las circunstancias de
la Segunda Guerra Mundial, Inglaterra no tuvo más opciones que ceder. Las
probabilidades de perder el conflicto eran reales. Necesitaba petróleo para el
esfuerzo de guerra contra Alemania, y veleidades del destino, Venezuela, un
país al que invariablemente había destrozado en su alma terrígena, era el
seguro proveedor de lo que con tanta urgencia necesitaba.
Sometida a consideración del
Consejo de Ministros la nota británica, fue aprobada el 19 de febrero de 1937.
Venezuela manifestó el deseo de negociar, pero con la reserva expresa de los
derechos venezolanos en isla de Patos.[28]
Por otra parte, las
circunstancias de la guerra aumentaron las susceptibilidades. Alemania mantenía
excelentes relaciones con Venezuela. El
crucero alemán Emden visitó a Trinidad en 1933, luego, en mar abierto, realizó
prácticas de tiro.
El crucero alemán
Schlesien hizo igual práctica fuera del
mar territorial de Trinidad en diciembre de 1938. El canciller venezolano
protestó la acción del crucero. El jefe de la Legación alemana en Venezuela
contestó:
A Alemania le es desconocido que Venezuela reclama la parte septentrional del golfo de
Paria como aguas de su dominio, y tampoco le consta a Alemania que tal
reclamación hubiera sido presentada o reconocida con virtud internacional.
Alemania no protestó esta
nueva situación, pero nada indicaba que Venezuela hubiera cambiado el estatus
del golfo de Paria.[29]
El gobierno norteamericano estaba
al tanto de estos incidentes, así como del plan de delimitación. El Presidente
Roosevelt, por boca de su subsecretario de Estado, consideraba el golfo de
Paria de inmenso valor estratégico, y le preocupaba sobre manera de que
Inglaterra, pudiera unilateralmente cerrar la navegación por ese espacio.[30]
En un radiograma cifrado,
remitido por el ministro plenipotenciario de Venezuela en Estados Unidos, se
hacía ver este hecho, y la sugerencia del subsecretario Summer Welles, de que
el futuro tratado, hiciera referencia explícita a que la delimitación no afectaría
los derechos de navegación de terceros países.[31]
Como sabemos, este tipo de
delimitación era la primera en su género, y los procesos, prácticas de los
Estados y otras referencias eran casi inexistentes, sólo Portugal había hablado
de este asunto en 1930. Así que, se
interpretaba, que la delimitación del lecho submarino, abarcaba la superficie
en esa misma proporción con las respectivas restricciones.
El gobierno británico
flexibilizó su posición en sendas comunicaciones del 21 de diciembre de 1938 y del
9 de febrero de 1939. Ofreció reconocer la isla de Patos como venezolana, con
la condición de que no fuera cedida a terceros ni pudiera ser fortificada.
Paralelamente, el gobierno
venezolano organizó comisiones técnicas multidisciplinarias, para que, desde
diferentes perspectivas, llegaran a la solución más adecuada. Estas comisiones
destacaron por su preparación, lo que permitió enfrentar con la debida
preparación, las reuniones celebradas
con los británicos a mediados de 1939.
Formaron parte de la comisión
técnica para la delimitación del subsuelo del golfo de Paria, el inspector general
de Marina, capitán de fragata Antonio Picardi; José María Font y Eduardo
Calcaño, del Ministerio de Relaciones Exteriores; Rafael Díaz Fermín, del
Ministerio de Hacienda; Rafael Pizani, del Ministerio de Fomento; y el Dr.
Pedro Agerrevere, del Ministerio de Obras Publicas.[32]
Sobre la propuesta británica,
los expertos venezolanos observaron lo siguiente:
1.
La
prevención de Venezuela sobre cuánto petróleo de los yacimientos ubicados en el
sector izquierdo de la línea de demarcación, pudieran drenarse hacia los pozos
británicos. La Inspectoría Técnica de Hidrocarburos, señalaba que no existía
una regla confiable para determinar este problema. Citó algunos ejemplos, como
el pozo Ranger de Texas, que drenaba una superficie de diecisiete hectáreas
porque la calidad de la superficie impregnada de petróleo, era calcárea, y de
gran porosidad. En el caso de otros pozos, donde la superficie de impregnación
era arenosa, el área de drenaje alcanzaba las cuatro hectáreas.[33]
2.
En el golfo
de Paria, se encontraba el campo de Pedernales, de arena muy fina, y al que le
calculaban un radio de drenaje de unos ciento veinticinco metros, por lo que su
influencia era muy escasa, tal vez ocho hectáreas. Los pozos Amacuro I y
Amacuro II, tenían muy poca influencia en el asunto. Quedaba despejado uno de
los problemas más importantes para Venezuela.[34]
3.
El Servicio
Técnico de Minería y Geología de la Dirección del Gabinete, opinaba que la
estructura geológica de Paria y Trinidad tenían un mismo origen, sus
potencialidades petroleras eran altas, y su explotación dependería de la
profundidad y dificultades técnicas.[35]
4.
El otro
problema de envergadura, era la propiedad del farallón El Soldado e isla de
Patos. La Oficina de Fronteras del Ministerio, emitió un memorando de fecha 22
de septiembre de 1936, que fue considerada en las reuniones de 1939. Señaló que
en cualquiera de las dos proposiciones de líneas divisorias propuestas por los
ingleses, o bien el farallón, o bien las islas, pasarían a sus manos, algo
desde el punto de vista jurídico, totalmente injustificado. Se propuso
correr la línea más al este.[36]
5.
La Oficina
de Fronteras expresaba, al igual que el Ministerio de Fomento, el temor de que
Inglaterra hiciera apropiaciones unilaterales, por lo que sugirió negociar, y
hacer convenios conjuntos de explotación en alta mar.[37]
Las Comisiones Venezolana – Británica
se reunieron en Trinidad en abril de 1939. Trataron tres aspectos
fundamentales: geológicos, petroleros y generales. De estas reuniones, el jefe
de la delegación venezolana expresó la seguridad de que Inglaterra iniciaría de
manera unilateral las perforaciones, por el temor de que otras potencias se
adelantaran, en consecuencia, aconsejaba amarrar
este asunto lo más pronto posible.[38]
Finalmente, la comisión técnica
venezolana aprobó que el memorando de Cancillería sobre la propuesta venezolana
de delimitación se circunscribiera al suelo y subsuelo, y no a la situación
jurídica de la superficie.
Quedaba por determinar si el espacio comprendido entre
las riberas del golfo era mar libre o cerrado, el respeto a la libre
navegación, y que la isla de Patos fuera reconocida como venezolana, finalmente,
que la línea de división pasara por la mitad del farallón del Soldado y terminara
en el límite de las aguas territoriales venezolanas.[39]
El memorando, modificaba la
propuesta británica del 31 de diciembre de 1938, y del 9 de febrero de 1939,
donde la línea pasaba a una legua al sur de isla de Patos, desde su misma
medianía.
Un año después, la
Cancillería venezolana elaboró una solución alternativa. Lo que entendió el canciller venezolano
era que la propuesta de Inglaterra del 9 de febrero de 1939, no se haría mediante
un Tratado, sino por medio de instrumentos diplomáticos menos formales, como
una Orden del Consejo de Su Majestad, informando a la comunidad internacional,
que tal medida, no prejuzga, derechos de navegación de terceros sobre la
superficie, un acto unilateral, con nula participación venezolana.
El gobierno inglés reiteró su
disposición a cederla en su
oportunidad, mejorada las condiciones de
la guerra, siempre y cuando concurrieran las siguientes circunstancias:
1.
Que
Venezuela reconociera la soberanía británica sobre el farallón el Soldado.
2.
Que se
comprometiera a no disponer de la isla
de Patos a favor de terceros, ni fortificarla.
3.
Un arreglo
para uso común de la pesca alrededor de la isla por trinitarios y venezolanos.
4.
Eliminación
del impuesto adicional sobre las mercancías provenientes de la Antillas
inglesas.[40]
El Canciller Gil Borges
respondió punto por punto, de la siguiente forma:
1.
Los términos
del acuerdo no debían extenderse a los espacios terrestres ubicados en la
superficie, tal como estaba determinado por los memorandos del 25 y 31 de
agosto de 1936, enviados por la Legación Británica, salvo la isla de Patos, por
su cercanía a las costas de Venezuela (2,33 millas).
2.
La Constitución Nacional prohíbe la enajenación,
cesión o arrendamiento de cualquier parte del Territorio Nacional.
3.
El gobierno
venezolano no tenía el propósito de fortificar la isla, más no cree prudente
renunciar a tomar medidas de seguridad en caso de agresión, cumpliendo con la
cortesía de informar a las autoridades trinitarias.
4.
Creyó poco
práctico permitir la pesca común en las aguas adyacentes a la isla, por estar
dentro de las aguas territoriales de Venezuela. Tal arreglo no sería conforme a
justicia y sería una fuente de eternos problemas entre los pescadores de ambas
nacionalidades.
5.
Era oportuno
reservar el asunto del 30% adicional de impuestos para un acuerdo comercial,
por no ser vinculante.[41]
El Tratado
Isla de Patos fue un tema
importante en la agenda de cancilleres de la talla de Caracciolo Parra Pérez y
Pedro Itriago Chacín; pero le correspondió al Dr. Estaban Gil Borges concretarlo.
El presidente Eleazar López
Contreras anunció al Congreso el 19 de abril de 1941, que Inglaterra y
Venezuela habían llegado a un acuerdo sobre la delimitación del golfo de Paria,
y que isla de Patos era reconocida como territorio venezolano.
El Tratado se firmó en
Caracas, el 16 de febrero de 1942, siendo ratificado por el Congreso el 15 de
junio de ese año. La isla fue entregada
el 20 de septiembre, recibida por el canciller Caracciolo Parra Pérez y el por
el ministro de guerra y marina, Juan de Dios Célis Paredes[42].
En su artículo 3° el tratado especifica,
las coordenadas definitivas de delimitación:
Las líneas A-B, B-Y y Y-X, mencionadas en el presente artículo, está
trazadas en el mapa anexo y se definen como sigue: La línea A-B parte del punto
A que es la intersección del meridiano central de la isla de Patos con el
límite de las aguas territoriales de dichas isla al sur de ella, y cuyas
coordenadas aproximadas son 10° 34’ 54.736’’ de latitud norte; 61° 51´54.656’’
de longitud oeste. De allí la línea va rectamente al punto B que está situado
en el límite de las aguas territoriales de Venezuela, en el punto de su
intersección con el meridiano de 62° 05´08’’ oeste y cuya latitud aproximada es de los 10° 02’ 24’’.”
La línea B-Y parte del punto B ya establecido y sigue por el límite de
las aguas territoriales de Venezuela hasta el punto Y donde dicho límite corta
el paralelo 9°57’ 30’’ de latitud norte y cuya longitud aproximada es de 61°
56’ 56’’ oeste.
La línea Y-X parte del punto Y ya establecido y sigue por el referido
paralelo de 9° 57’ 30’’ norte hasta el punto X situado en el meridiano de 61°
30’ 00’’ oeste[43].
Los problemas no terminaron,
en razón de las dificultades planteadas por las comisiones demarcadoras, y la interpretación que Gran Bretaña daba a la
Ley Venezolana de Mar Territorial y áreas Marinas y Submarinas de 1956, pero, es
innegable que el proceso de delimitación del golfo de Paria es un ejemplo de
continuidad, coherencia y preparación, con resultados satisfactorios para
nuestro país, en un asunto tan delicado y doloroso como ha sido las
negociaciones de límites.
Si prestamos atención a la
manera cómo Inglaterra negoció la posesión de la isla de Patos, utilizando como
una de la armas de negociación, la Guayana Esequiba, y lo comparamos con la
actualidad, encontramos el espíritu del mismo esquema de negociación para la
obtención de petróleo y otros recursos, considerados indispensables en una
actividad industrial depredadora.
Nuevos actores suponen una
diversidad de esquemas, pero no es así, y esto se demuestra en el hecho de la
presión que se ejerce por la salida al Atlántico, cuando el verdadero objetivo
es el espacio terrestre arrancado a Venezuela en 1899.
[1]AGI. Caracas, 30. Real
Cédula del 8 de septiembre de 1777.
[2] AGI. Caracas, 150. El
gobernador de Trinidad al Consejo de Indias, 1778.
[3] Alejandro Del
Cantillo, Tratados, convenios y
declaraciones del paz y de comercio que han hecho con las potencias extranjeras
los monarcas españoles de la casa de Borbón desde el año de 1700 hasta el día, Madrid, Imprenta de Alegría y
Charlain, pp. 574 – 584 y 586 – 590.
[4] AGI. Ultramar, 816.
Real cédula del 24 de noviembre de 1783
[5] Jesse A. Noel, Trinidad, Provincia de Venezuela, Caracas,
Italgráfica, 1972, pp. 161 – 163.
[6] Héctor García Chuecos,
Hacienda colonial venezolana, Contadores mayores e intendentes de Ejército y
Real Hacienda, Caracas, Editorial Crisol, 1946, p. 24. Noel, Trinidad, Provincia de Venezuela..., p.
228 –229.
[7] British Library ( en
adelante B.L). Additional Papers, 38352. Objects to admitted the ships of the
United States into the port of own islands in the West Indies, ff. 381-392. Pedro Pérez Herrero, Comercio y mercados en América Latina colonial,
Madrid, MAPFRE, 1992, p. 273.
[8] BL. Add. 36806. Luis Fliskale, Some observations
on the probability of success in case an attack should be made on the island
of Trinidad, Santa Fe, Cumaná, Caracas,
Nicaragua, Honduras and Guatemala, 1782.
[9] BL. Additional
Papers, 36806. Luis Fliskale, Some observations on the probability of success
in case an attack should be made on the island of Trinidad, Santa Fe, Cumana, Caracas, Nicaragua, Honduras and Guatemala, November,
16 of 1782, ff. 161 – 178.
[10] Unos de ellos,
llamado Mr. Pent, esperaba que “todas sus inversiones las recuperará
una vez Santa Fe se Subleve”. AGI. Caracas, 96. El gobernador de Venezuela
al virrey de Santa Fe, 22 de marzo de1800.
[11] British Library.
Additional Papers, 3885. Mr. Suliver, planes para enviar una fuerza a Portugal,
1806, ff. 170–182. BL. Additional Papers, 37884. Lord Selkirk Windham,
Observations on the propose expedition against Spanish America, June, 7 of
1806, ff. 9-24
[12] BL. Additional
Papers, 37884. Lord Selkirk Windham, Observations on the propose expedition
against Spanish America, June, 7 of 1806, f. 22.
[13] BL. Additional
Papers, 3885. Mr. Suliver, planes para enviar una fuerza a Portugal, 1806, ff.
170 – 182. BL. Additional Papers, 37884.
Lord Selkirk Windham, Observations on the propose expedition against Spanish
America, June, 7 of 1806, ff. 9-24. BL. Additional Papers, 883, Observaciones
acerca del río Orinoco, posiblemente 1801, f. 268.
BL. Additional Papers, 37884. To
general Carwfurd, Downing Street, October, 30 of 1806, f. 220.
[14]Vid. tomo II para
ampliar la información.
[15] William Laird Clowes,
The Royal Navy, London, Chatam Publishing, 1997, V. IV, p. 333. Juan
Manuel Zapatero, La Guerra en el Caribe
en el siglo XVIII, San Juan de Puerto Rico, Instituto de Cultura
Puertorriqueña, 1964, pp. 422-423. Ocupación
de la isla de Trinidad, formato en disco compacto, Armada de Venezuela y Archivo General de la
Nación, Caracas, AGN - Armada, 2002.
Relación de las tropas y buques que ocuparon la isla de trinidad en 1797
al mando de Ralph Abercromby, general en jefe de los Ejércitos de su majestad
británica, y coordinadas por los buques al mando del almirante Henry Harvey, f.
008, criterio de búsqueda: Harvey. AGI. Caracas, 508. El intendente a Don Diego
Gardoqui, 14 de marzo de 1797.
[16] Un tercio de las
tropas enviadas desde España y de las dotaciones de la escuadra de Apodaca
había perecido meses antes por efectos de la fiebre amarilla. Ocupación de
la isla de Trinidad, 1797,..... Don
José María Chacón al gobernador de Venezuela, 27 de febrero de 1797. Criterio
de búsqueda: Chacón. “Cláusulas de capitulación que constan de diez y nueve
(19) artículos para la entrega de la isla de Trinidad suscrito, por José María
Chacón, comandante y gobernador general de la isla de trinidad y el general en
jefe de los ejércitos británicos Ralph Abercromby, y Henry Harvey almirante de
las fuerzas navales británicas, 18 de
febrero de1797, ff. 9 – 10v” en Ocupación de la isla de Trinidad, 1797,.....
Criterio de búsqueda: Harvey.
[17] The Navy and South
America, 1807 – 1823, Ed. Gerald S. Graham and R.A. Humphreys, London, Navy
Record Society, 1962, pp. XXIV-XXV.
[18] Thompson, The
Geographical and….,V.V, pp. 306–307.
[19]Vid. tomo II para
ampliar la información.
[20] Vattel, El Derecho de gentes.., pp. 94 – 102.
[21] Félix José de Abreu y
Bertodano, Tratado Jurídico Político sobre pressas de mar
y calidades que deben concurrir para hacerse legítimamente el Corso, Madrid,
Imprenta real, 1746, capítulo V, pp. 68 –71.
[22] The British Library,
Manuscripts, Add. 36349. Expediente suscitado por el ministro de Holanda sobre
querer..., f. 261.
[23] Archivo de la
Dirección General Sectorial de Fonteras del Ministerio de Relaciones Exteriores
(AGDGSLAF), 4.1.45. Borrador de trabajo del Canciller Gil Borges, posiblemente
de 1936.
[24] Ídem.
[25] AGDGSLAF, 9.1.24.
Oficina de Cartografía del Ministerio de Relaciones Exteriores, 3 de octubre de
1933.
[26]AGDGSLAF, 9.1.24. De la Legación Británica en Caracas, al
Ministerio de Relaciones Exteriores, “Aidé Memoire”, 25 de agosto de 1936.
[27] AGDGSLAF,
9.1.24. De la Legación Británica en
Caracas, al Ministerio de Relaciones Exteriores, 31 de diciembre de 1936.
[28] AGDGSLAF, 9.1.24.
Proyecto de nota aprobado en Consejo de Ministros, del 19 de febrero de 1937.
[29] AGDGSLAF,
9.1.24. De la Legación alemana en Caracas, al Ministerio de Relaciones
Exteriores, 31 de diciembre de 1938.
[30] AGDGSLAF,
9.1.24. El Ministro Plenipotenciario de
Venezuela en Estados Unidos al Canciller de Venezuela, radiograma cifrado, 23
de enero de 1939.
[31] AGDGSLAF,
9.1.24. El Ministro Plenipotenciario de
Venezuela en Estados Unidos al Canciller de Venezuela, radiograma cifrado,
5 de enero de 1939.
[32] AGDGSLAF,
9.1.24. Acta del 9 de febrero de 1939,
en la Casa Amarilla.
[33] AGDGSLAF,
9.1.24. El Inspector Técnico General de
Hidrocarburos, Dr. Luis Herrera F. , al Canciller, 2 de febrero de 1939.
[34] Idem.
[35] AGDGSLAF,
9.1.24. El Servicio Técnico de Minería y
Geología de las Dirección del Gabinete,
31 de diciembre de 1938.
[36] AGDGSLAF, 9.1.24. La
Oficina de Fronteras del Ministerio de Relaciones Exteriores, 22 de septiembre
de 1939.
[37] Ídem.
[38] AGDGSLAF, 9.1.24. El
Ministro de Fomento al Canciller, 16 de mayo de 1939.
[39] AGDGSLAF, 9.1.24.
Memorando de propuesta de delimitación, elaborado por la Chancillería de Venezuela,
9 de febrero de 1939.
[40] AGDGSLAF, 9.1.24. El
Ministro de la Legación Británica en Venezuela al Canciller de Venezuela, 22 de
enero de 1940.
[41]AGDGSLAF, 9.1.24.
El Canciller de Venezuela al Ministro de
la Legación Británica en Venezuela, 2 de febrero de 1940.
[42]AGDGSLAF, 1.20.3.
Tratado con Gran Bretaña sobre las Áreas Submarinas del golfo de Paria, del 26
de febrero de 1942. Firman, por Venezuela, Caracciolo Parra Pérez, por Gran
Bretaña, D. St. Clair Gainer.
[43] Ídem.
Después de hacer este curso https://cursos-gratis.com.es/c-fp-informacion-turistica de información turística estoy ansioso por encontrar el trabajo perfecto que se ajuste a mis habilidades y conocimientos.
ResponderEliminar