Clase Introductoria a la Maestría de Filosofía de la Guerra.
Para hablar sobre fenomenología de la
guerra se hace necesario reflexionar sobre: a.-) el objeto “guerra” en tanto que objeto, b.-) el objeto “guerra” como es pensado y c.-) el objeto “guerra” como aprehensión, es decir, de cómo la “guerra”
es pensada en el pensamiento. Reflexionar sobre el objeto “guerra” ya de por si comporta una serie de dificultades
si se tiene en cuenta el referente (quienes la deciden, quienes la planifican y
quienes las hacen), las causas que la originan, el modo en que se hace y el
propósito que persigue en función de cuando se presenta como fenómeno de la
conciencia (ante, durante, después). Pensar
sobre la “guerra” es en sí un acto de significar que presupone una
expresión y un acto mental que da vida a la palabra que lo identifica. Como el
acto de significar es un acto común se hace necesario identificar lo mismo, es
decir, la guerra en muchas instancias y la guerra en bocas diferentes tanto
desde la perspectiva del objeto en sí como de la situación objetiva y subjetiva
para poder establecer unidades identificables de significación. Sobre cómo la guerra es pensada en el
pensamiento hay que tener presente que el lenguaje es el instrumento que
permite estudiar las situaciones objetivas (por intermedio de proposiciones
lógicas). En este contexto las palabras están comprendidas en un proceso
ilimitado de interpretación que hace necesario: a.-) entender el contexto en
que se usa la palabra “guerra” (juegos de lenguaje de acuerdo con Wittgenstein)
y b.-) la manifestación de la intención que trae consigo la palabra “guerra” que
supone un acto de desocultación. El acto de representación es en si la reacción
a lo que primeramente se presenta en la mente, para después reproducir la
reproducción de esa representación en el mundo con el fin de convertirse posteriormente
en una reflexión sobre la reacción en sí misma en un ciclo que no tiene
límites.
Las situaciones subjetivas, por llamarlo de
alguna manera, están enmarcadas en algo que Heidegger denominó disposición afectiva, es decir, un
estado que frente a la muerte coloca al ser en un cuidarse ante algo, cuidado de sí que se manifiesta en la
relación miedo-angustia que permite que el
pensar el objeto guerra como se presenta en el pensamiento sea un
encontrarse a partir de la comprensión de ser dentro de un contexto determinado
(1927/1998:157-160). Este cuidarse ante algo genera un conjunto de respuestas
que van desde la timidez, el estupor y la indiferencia, hasta la agresión o la
huida dentro de un contexto determinado.
Con respecto al miedo en la guerra podemos
encontrar muchas trazas que indican formas diferentes del cuidado de sí como se extrae del Éxodo, los diálogos de krishna y
Arjuna antes de la batalla de Kurukshetra la actitud de los atenienses cuando
se produjo las profanaciones de los monumentos a sus dioses antes de la campaña
que condujo al desastre de Siracusa durante las guerras del Peloponeso. Sin
embargo, Clausewitz estableció unos criterios que han permitido profundizar
sobre el fenómeno guerra a partir del miedo. Clausewitz se valió de la
categoría kantiano-fichteana de la acción recíproca para explicar que el miedo
y el temor de recibir un daño superior puede generar una relación estimulo
respuesta que puede conducir una guerra a situaciones extremas que
posteriormente serían interpretadas como guerra absoluta en dos sentidos: uno
que condujo a las teorías de la guerra revolucionaria y otro que condujo a la
guerra total. La guerra absoluta fue parcialmente conceptualizada por Clausewitz
como una manera de explicar las guerras de alcance limitado[1].
La guerra revolucionaria cuyo origen moderno se remonta a la revolución
francesa fue un tipo de guerra que se generó por “temor” a que los franceses
perdieran los logros políticos alcanzados en ese período. Pero esta guerra
revolucionaria se realizó también en un contexto determinado por amenazas de
origen interno que motivaron una política de terror para compeler a los
enemigos internos de esa revolución a alcanzar sus objetivos. Por su parte, la
guerra total surgió como un modo de hacer la guerra que tenía como propósito
doblegar la voluntad del adversario mediante tácticas cuyo objeto fue producir
terror, como por ejemplo los ataques con gas mostaza en la Primera Guerra
Mundial (Sloterdijk, 2007) o los bombardeos sistemáticos de zona durante la
Segunda Guerra Mundial (Derrida/Borradori, 2003).
De estas tres maneras de entender la
guerra, es decir, la guerra limitada, la guerra revolucionaria y la guerra
total se han realizado una gran gama de reflexiones y de derivaciones, pero la
Primera y la Segunda Guerra Mundial y la potencialidad de las armas disponible
en los arsenales militares de muchos países ha obligado a repensar la guerra y
de ahí se destaca el pensamiento de varios autores contemporáneos: a.-) K. Schmitt
y Qiao & Wang, b.-) Beyerchen y van Creveld y c.-) Deleuze y Guattari.
Schmitt después de las sanciones impuestas
a Alemania en el Tratado de Versalles en el año 1919 supuso, en primer lugar, que
la reducción de la capacidad militar de ese país quedó circunscrita a librar
sólo guerras de naturaleza limitadas, y en segundo lugar, que el carácter en sí
de las sanciones impuestas a Alemania fue entendida como una forma de llevar la
guerra a otros campos más allá de lo meramente militar que significó la
relativización del fenómeno bélico y la extensión de la guerra a otros campos
del quehacer humano. Ochenta años después, los coroneles chinos Qiao &
Wang, reflexionando sobre la inutilidad de emprender una guerra nuclear
trataron de comprender todas las formas de daño realizadas de manera deliberada
que se produjeron en el mundo principalmente en el siglo XX y propusieron una
nueva categoría de guerras que ubicaba el campo de acción en el espacio donde
no existían normas que pudiesen regular la actuación de los beligerantes. Estas
categorías las denominó: militar, extramilitar y metamilitar. La militar
abarca: Nuclear, convencional, bioquímica, ecológica, espacial, electrónica,
terrorista y de guerrillas. La
meta-militar comprende: Diplomática, psicológica, tecnológica, de redes de
información, de inteligencia, de contrabando, de drogas y disuasión. La
extra-militar incluye: De recursos, de ayuda económica, de sanciones, de medios
de información, financiera, comercial, legal e ideológica. Hoy en día, Hardt y
Negri incluyen los movimientos migratorios y el mestizaje, entre otras, como
manifestaciones de la guerra actual.
Por su parte, Beyerchen trató de reinterpretar el capítulo 1 del libro I
de vom kriege para demostrar que Clausewitz
sentó las bases para explicar la guerra como un fenómeno linealmente complejo usando
al respecto la teoría del caos. De acuerdo con esta perspectiva para Beyerchen
es posible aplicar un enfoque basado en la manipulación de sistemas abiertos de
modo que permitiese mantener dicho fenómeno (guerra) dentro de unos límites que
favoreciera la predicción y consecuentemente la acción. Van Creveld por su
parte indicaría la dificultad de aprehender la guerra como fenómeno por: el
nuevo ambiente tecnológico, la existencia de nuevos actores políticos que están
haciendo la guerra y la baja tolerancia de occidente a sufrir bajas que ha
hecho no sólo que la guerra se haya trasladado a otros campos del quehacer
humano, también ha favorecido la aparición de empresas privadas que hacen la
guerra a la par que los Estados.
Junto con la propuesta de los coroneles chinos, dos pensadores y activistas
políticos de finales del siglo XX, es decir, Deleuze y Guattari trataron de
reflexionar sobre el origen de la guerra y del Estado para proponer una nueva
forma de hacer política a partir de una ontología de fundamento spinoziano
basada en el ser que persevera en su existencia para obtener mayores espacios
de libertad. Estos autores establecieron los conceptos de máquina de guerra nómada
que tiene a la guerra como objeto suplementario y aparato de captura del Estado que tiene a la guerra como una
finalidad política que se fundamenta en unos regímenes de violencia concebidos
para asegurar su existencia. Para estos autores el nómada es un ser
caracterizado por vivir fuera de una estructura de sujeción que lo determine y
el Estado es una estructura que se creó desde el mismo momento en que se
planteó la necesidad de preservar los excedentes de la producción apropiándose
de la producción misma. Este criterio de análisis persiguió en su momento
sentar las bases para concebir una forma de organización política al margen de
la concepción actual del Estado.
El referente sobre la
cual pensaron Schmitt, Qiao y Wang, Beyerchen y van Creveld ha sido el Estado.
En cambio, la propuesta de Deleuze y Guattari se dirige a destruir la
estructura de poder político de alcance global que Hardt y Negri denominan hoy
día Imperio[2].
Pero Hardt y Negri a partir del concepto de indignación que se fundamenta en el
miedo han concebido una nueva manera de entender la guerra como objeto
intencional que hace necesario una reflexión porque demuestra que: a.) en el
uso de la palabra “guerra” se pueden identificar significados que varían de
acuerdo con la intención de su uso en diferentes situaciones objetivas y b.) el
miedo como una disposición afectiva
ha sido el motor que ha llevado la acción
recíproca en sentido clausewitziano ha situaciones extremas como lo indica
no sólo la amenaza nuclear patente desde 1945, también lo que se ha dado en denominar
Guerra contra el Terrorismo
caracterizada por la supresión del ambiente donde vivimos.
Comprender entonces el juego en el uso de
la palabra “guerra” podría suponer a.-) el entender, en parte, en qué guerra se
está participando como por ejemplo, Guerra Fría, Guerra Revolucionaria, Guerra Colonial,
Guerra contra el Terrorismo y b.-) determinar a partir del cuidado de si la situación amenazante que permita al ser actuar
responsablemente frente a una situación
objetiva de conflicto. En parte porque se hace necesario interpretar cuál
es la intencionalidad del uso de la palabra “guerra” y ello comporta un proceso
de desocultación que implica a su vez el establecimiento de un horizonte de comprensión que facilite
exegéticamente la intención de su uso[3].
Es determinar qué estamos entendiendo cuando usamos la palabra “guerra” sobre
todo cuando sabemos que no sólo su significado ha variado con el tiempo,
también la misma palabra no ha sido la que originalmente se ha usado para
denotar dicho fenómeno. De igual manera, se hace necesario entender cómo me
afecta o cómo afecta a ese sujeto el objeto guerra para reaccionar
responsablemente como expresión del cuidado
de sí.
Siendo que el objeto “guerra” es un objeto
intencional que en tanto que objeto es cortado en el mundo, este corte se hace
en un tiempo y en un espacio. El corte en si es un acto de delimitación que
permite identificar una reacción y una reflexión. Por ello es que ha sido
posible que la guerra en un principio fuese un estado permanente y después
sufriera un proceso de delimitación hasta lo que conocemos hoy en día. El
problema es que este proceso de delimitación que ha llevado incluso a la
prohibición de la guerra no sólo no ha acabado con este fenómeno, más bien ha
hecho que se presente de muchísimas y variadas formas, por lo que se ha hecho
necesario preguntarse qué es la guerra y tratar de responder esa pregunta para abrir a la comprensión una expresión de
nuestra condición humana.
El proceso de captar un objeto, pensarlo y comprender
cómo es este pensado en el pensamiento es un proceso de presentación y representación.
Presentación en la conciencia y representación en la conciencia y el mundo. En
la medida en que me represento una guerra en esa medida la represento en el
mundo. Como esta representación se produce en un tiempo y en un espacio, ese
tiempo es en la conciencia y el acto de representación ocurre tanto en la conciencia
como en el mundo. Así pues, la realidad entendida como el efecto de una
conciencia que actúa intencionalmente se define por la temporalidad.
Si la ciencia es la capacidad de
identificar los rasgos del objeto responsable de mi reacción y de mi posterior
reflexión y si la razón es el conjunto de actividades por las cuales asumimos
la responsabilidad, en sentido crítico o justificativo, de todos los actos físicos,
metafísicos y estéticos, entonces, desde un enfoque fenomenológico sería
posible comprender las cosas sobre las cuales dudamos y/o deseamos evitar por
intermedio de la confirmación, ajuste, revisión o cancelación de nuestros
propios actos. Solo desde este enfoque se podría comprender qué es la guerra y
evitar así que acaezca en cualquier de sus formas y circunstancias. Con esta
situación problemática vamos a abrir a la comprensión desde un enfoque
hermenéutico cómo se ha entendido la guerra y bajo una visión fenomenológica
vamos a analizar dicha expresión de nuestra condición humana. Por hermenéutica,
siguiendo a Gadamer, entendemos como un proceso de comprensión caracterizado
por el desplazamiento de un ser en el “acontecer de la tradición” donde “el
pasado y el presente se hallan en continua mediación” (2003:360), y por
fenomenología siguiendo a Husserl, se entiende la forma de “expresar
descriptivamente, con expresión pura, en conceptos de esencia y en enunciados
regulares de esencia, la esencia aprehendida directamente de la intuición
esencial y las conexiones fundadas primeramente en dicha esencia” como un modo
de entender qué es un objeto intencional(1999:216). Desde esta perspectiva, la
fenomenología es una forma de ontología universal que permite dar una respuesta
aproximada de qué es un objeto. Entiéndase
por esencia, en este contexto, la orientación de nuestra conciencia en nuestra
experiencia intramundana.
Esta aproximación a la fenomenología de la
guerra nos permitirá entender otras maneras de comprender dicho fenómeno como
en el presente lo están haciendo autores como Hardt y Negri que han propuesto
incluso hacer la guerra contra la guerra
a partir de la asunción del proceso de comprensión mencionado precedentemente
no mediante una actitud pasiva que implica el
reaccionar frente a fenómeno guerra, sino el de actuar convenientemente
para lograr su erradicación dentro de una particular concepción post-marxista
de la historia.
Para
hablar de una fenomenología de la guerra haremos entonces: una descripción
sobre algunos aspectos generales sobre fenomenología y hermenéutica que nos
interesan para efectos del propósito que nos hemos establecido. Esta
aproximación a la fenomenología y la hermenéutica nos dará las herramientas
necesarias para contrastar la forma de entender la guerra que desde una
perspectiva histórica y mitológica otros autores contemporáneos han
interpretado dicho fenómeno[4]. Luego
se hará un análisis arqueológico de cómo ha sido la violencia
en las sociedades primitivas para poder entender cómo se ha producido la
confrontación en una forma en que hoy denominamos guerra, posteriormente se
hará un análisis metafísico de la guerra para exponer los referentes sobre las
cuales se ha analizado este fenómeno, seguidamente se hará una genealogía del
pensamiento y la guerra desde la antigüedad hasta la modernidad, se hará un
análisis fenomenológico de la guerra y finalmente se reflexionará sobre la
moral y la guerra para abrir a la comprensión las implicaciones de dicho
fenómeno en el mundo de hoy.
Índice.
#
|
Título
|
Página
|
|||||
1
|
Aspectos
generales sobre la fenomenología
|
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2
|
Arqueología de la violencia, la guerra en las
sociedades primitivas.
|
||||||
La metafísica
de la guerra: materialismo vs determinismo.
|
|||||||
2.1
|
Perspectiva materialista.
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2.2
|
Perspectiva determinista.
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2.3
|
Materialismo vs determinismo.
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3
|
El pensamiento y la guerra: desde la antigüedad hasta el presente.
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||||||
3.1
|
La concepción de la guerra de los pueblos con historia.
|
||||||
3.1.1
|
La
conceptualización de la guerra a partir de la ritualización y justificación.
|
||||||
3.1.2
|
... Ritualización-justificación
y comprensión.
|
||||||
3.1.3
|
... Ritualización-justificación-comprensión y racionalización.
|
||||||
3.2
|
Reflexión sobre la concepción de la guerra de los pueblos sin
historia.
|
||||||
4
|
Sobre la palabra “guerra”.
|
||||||
5
|
Análisis fenomenológico de la guerra.
|
||||||
5.1
|
La
guerra como efecto de una conciencia intencional.
|
||||||
5.1.1
|
Agresión
|
||||||
5.1.2
|
Huida
|
||||||
5.1.3
|
De
la agresión y la huida
|
||||||
5.2
|
Fenomenología del
Daño
|
||||||
5.3
|
La guerra como un evento que acaece
en un espacio-tiempo determinado.
|
||||||
5.3.1
|
El evento guerra como un
segmento de tiempo en el estado de guerra.
|
||||||
5.3.2
|
El
evento como tiempo de la guerra contra
la guerra.
|
||||||
5.3.3
|
El tiempo de la guerra vs. el
tiempo de la revolución
|
||||||
5.4
|
Reflexión sobre la fenomenología
de la guerra.
|
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6
|
La Moral y la Guerra.
|
||||||
7
|
Bibliografía Consultada.
|
||||||
[1] Hay que recordar que Clausewitz realizó una incompleta reflexión
sobre la guerra por su muerte prematura y este hecho ha hecho difícil entender
los usos y los significados que este militar prusiano le dio a la palabra
“Krieg” (Blanco, 2007).
[2] Imperio es para estos autores una entidad caracterizada por ser una red de normas de alcance
global cuyo cumplimiento es observado por un sinfín de instituciones que operan
en múltiples planos.
[3] Ver: Gadamer (2003).
[4] Hay que tener presente que mitosis significaba para los griegos
explicación (Del Bufalo, 2011) y el mito, como tal, “pone la esencia en la
apariencia” (Merleau-Ponty, 1957:321).
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