Hardt y Negri (HyN) afirmaron
que el mundo ha estado de manera permanente en guerra desde la firma del
tratado de Paz de Westfalia que puso fin a la guerra de los Treinta Años (M, 23 y Hobsbawn, 2007: 43)[1].
La guerra actual, en su nueva etapa, se caracteriza por ser una guerra civil de
alcance global que se asemeja a la citada guerra acaecida entre los años 1618 y
1648 en el centro de Europa (Negri, 2004:62). Sobre la naturaleza de esta relación,
Negri ha recalcado que:
“… il proceso rivoluzionario della
borghesia, come oggi quello del proletariato globale, della moltitudine,
conobbe una crisi: la guerra dei
Trent´anni sta alla base della reazione capitalista contra la rivoluzione
del proletariato globale, ed entrambi questi periodo sono attraversati da
processi di reazione sociale e política, allora di rifeudalizzazione, oggi di privatizzazione”
(2007:09).
Tanto ha sido el énfasis en la
citada guerra del siglo XVII que el título del Capítulo I del libro Multitud se denomina “Simplicissimus”,
el nombre del personaje de una novela de Grimmelshausen, que evoca las penurias
en la vida de los alemanes durante dicha guerra (M, 25, Schmitt, 1966:45 y
Parker, 2004:275)[2]. Simplicissimus
podría ser la imagen iconográfica de lo que para HyN es y será el mundo en
guerra. Como imagen de la GdlXXXa, esta obra de la literatura alemana del siglo
XVII describe el proceso de conversión de un niño huérfano e inocente en un
depredador y aventurero hasta que se autovalorizó y autodeterminó como expresión de su potencia
de perseverar en su existencia pudiendo iniciar una nueva vida al margen de la
citada confrontación bélica (Grimmelshausen, 1669/2008:455) [3].
Grimmelshausen, en este contexto, se apoya a su vez en la obra de Antonio de
Guevara, Menosprecio de Corte y Alabanza
de Aldea, para abogar por un tipo de vida alejada de las luchas por el
poder (1539/1996:71-74)[4].
Esta imagen iconográfica de la
guerra es mostrada por HyN no con el propósito de señalar cómo fue el fenómeno
bélico, sino: 1.-) qué del pasado está vigente hoy en día, y a partir de allí 2.-)
cómo tiende a ser la guerra en el futuro cercano. La insistencia que hacen
sobre el tema de la guerra se fundamenta en el hecho de que para Negri la
potencia, en el sentido spinoziano del término, se expresa y se nutre de la
desunión y la lucha (2002:46)[5].
En este sentido, el propósito que se han establecido HyN, siguiendo a Agamben,
es el de proponer, por intermedio de una nueva interpretación del fenómeno
bélico, hacer la guerra contra la guerra,
una nueva relación potencia-acto que le devuelva a la política su rango
ontológico (2010:61-62).
Desde una perspectiva filosófico
política se plantea entonces la necesidad de conocer: 1.-) si la guerra alemana
del siglo XVII, es un paradigma que se corresponde con la particularidad de la
guerra que según ambos autores se está iniciando y, 2.-) la intencionalidad del
uso de la GdlXXXa como evento histórico para ser considerada desde el punto de
vista simbólico.
HyN usan la vivencia de
Simplicius Simplicissimus para expresar que el actual orden internacional es
producto de la experiencia bélica del siglo XVII y desde entonces ha
evolucionado por el camino de la guerra hasta comenzar a constituir una entidad
política que ellos denominan Imperio,
el cual, según estos autores, puede ser entendido como una forma de
organización política soberana, racional y segmentada de alcance global que
preserva una particular estructura de producción y propiedad mediante el uso de
la fuerza dentro de su espacio[6]
y con poder suficiente para “librar –cuando sea necesario- <<guerras
justas>>, en las fronteras, contra los bárbaros…” (I, 14 y 27)[7].
Como esta entidad será un
Estado supranacional gobernado mediante una serie de niveles de control, HyN
han estimado que existe una analogía entre el proceso histórico que produjo el
estado-nacional moderno y el proceso que está constituyendo el Imperio. Esta semejanza ha sido, según
estos autores, producto de la guerra, y como en el siglo XVII esta estuvo representada
por la GdlXXXa, ambos han creído que con el inicio de la Guerra contra el Terrorismo, la humanidad se encuentra hoy en día
al inicio de un nuevo proceso que va a definir las relaciones políticas de toda
la humanidad en el futuro por venir (I, 24).
La asociación que hacen HyN de
la actual Guerra contra el Terrorismo
con la GdXXXa hace necesario determinar qué está subyacente en el discurso de
estos autores en relación con la guerra del siglo XVII. Para tal fin nos hemos
establecido como objetivo analizar el uso
que hacen de la analogía de la Guerra de los Treinta Años con el estado de
guerra actual para comprender la intencionalidad de su propuesta política de
hacer la guerra contra la guerra. El método a seguir es la arqueología
filosófica considerando que el propio Negri ha expresado que “morderé
l´ontología política con i denti dell´antropologia filosófica e della
storiografia sembra ancora l´unico método genealógico che ci permette di
debellare ogni archeologia reazionaria” (2007:22).
Para el logro del presente
objetivo se perseguirá: 1.-) Mostrar la guerra acaecida en la Europa central en
el siglo XVII para conocer la relevancia que pudiera tener ese acontecimiento
para traerlo de nuevo al presente desde una perspectiva global, 2.-) Analizar
la GdlXXXa como horizonte de comprensión
de la guerra actual para constatar su pertinencia en relación con la
metodología marxista basada en el materialismo histórico, 3.-) Hacer una
interpretación del uso que se hace de ese evento histórico como paradigma y signo para determinar la
intencionalidad de su uso y 4.-) Analizar desde el punto de vista arqueológico
el significado de la expresión “hacer la guerra contra la guerra”. Este esquema
nos permitirá responder al qué de la GdlXXXa, el por qué de su determinación y
la intención de su uso a partir de su particular interpretación del fenómeno
bélico.
Debemos señalar finalmente que
no se conoce de la existencia de estudios de la obra de estos autores que se
hayan dedicado a analizar la asociación de la citada Guerra de los Treinta Años
con la realidad que caracteriza el mundo de hoy. Este esfuerzo podría
representar un aporte para el conocimiento de la propuesta política de Hardt y
Negri.
1.- Análisis de la Guerra de
los XXX años: fundamento histórico de un paradigma.
La GdlXXXa fue un conflicto de
origen alemán, pero si se tiene presente la cantidad de países que estuvieron
involucrados y las circunstancias de guerra en que se encontraron esos países,
el nombre y el alcance del mismo pareciera denotar más bien un período
culminante del estado de guerra en que estuvo sumergida toda Europa no sólo
entre los años 1618 y 1648, sino un período más largo que abarcó, al menos, desde
el inicio de la reforma protestante
hasta la guerra de sucesión española.
HyN se refieren a la GdlXXXa como un estado de guerra que significó el paso
simbólico de la Edad Media a la Modernidad (M, 25, I, 83).
Generalmente se reconoce que
un hecho en especial fue el detonante de la citada guerra, a saber, la denominada
segunda defenestración de Praga (M, 24)[8].
Este acto ha tenido una relevante significación para HyN debido a que ambos
autores consideraron que el ataque que sufrió Estados Unidos el 11 de
septiembre de 2001 y el estado de guerra contra el terrorismo subsiguiente
tienen una gran similitud debido a que el acto ocurrido en fecha reciente ha
sido considerado por estos autores como el puente simbólico que ha marcado el
paso de la modernidad a la postmodernidad (Ibíd.:25)[9].
Ahora bien, qué fue la GdlXXXa, cómo se desarrolló, en qué concluyó y qué otras
similitudes pudieron haber encontrado estos autores para intentar desocultar
las fuentes de lo que ellos han tratado de denominar como el actual estado de
guerra global y el proceso de constitución de lo que han dado en denominar Imperio.
Con esta orientación podemos
comenzar afirmando que la GdlXXXa fue en principio un conflicto religioso por
la sucesión imperial en el seno del imperio de los Habsburgo austríacos,
especialmente en lo que se denominó el Sacro Imperio Romano Germánico[10],
y terminó convirtiéndose en una lucha por la hegemonía en Europa. Este conflicto
para Schiller fue una guerra interna en los territorios alemanes donde
participaron terceros Estados que a su vez estaban en guerra contra otras
monarquías (1853/1998:06). Para Foucault, fue un levantamiento europeo contra
el intento de implantar un orden imperial (2008:79). Para otros autores fue una
guerra entre las principales monarquías europeas que tuvieron como teatro de
operaciones principal los territorios germánicos[11].
Para Parker (2004:18) la GdlXXXa fue una guerra civil europea. En Multitud, HyN coinciden con la
afirmación dada por este último autor (M, 23-24 y Negri, 2004:68) y utilizan la
expresión “guerra civil” ya no en una escala europea sino global para dar una
imagen de la actual naturaleza de la guerra[12].
Todas estas
conceptualizaciones de la GdlXXXa dan a entrever que existieron una serie de
conflictos interconectados de tal manera que se puede usar la expresión red de conflictos, es decir, un rizoma de guerras, debido a que estas
guerras no mantuvieron una estructura jerarquizada o arborescente en relación
con las guerras en que estaban, en principio, empeñados los actores. Este
rizoma, en la medida en que fue extendiéndose el conflicto en tiempo y espacio,
generó una forma de consenso que culminaría en el denominado tratado de Paz de
Westfalia.
El concepto de rizoma fue
desarrollado por Deleuze y Guattari (DyG) y utilizado por HyN (I, 278) para construir
su propuesta política. DyG expresaron que un rizoma es “un sistema a-centrado,
no jerárquico y no significante,…, sin memoria organizadora o autómata central,
definido únicamente por la circulación de estados” (2008:26)[13].
Para entender la “circulación
de estados” que nos lleva a usar la expresión “rizoma de guerras” hay que tener
presente que cuando se hace referencia a la expresión “estados” se denota el
estado donde, aún existiendo antagonismos, se pueden presentar o no combates; y
cuando se hace uso de la expresión circulación
de estados se hace mención de la forma en que fueron variando los
antagonismos. El citado conflicto alemán es un ejemplo, como veremos, de cómo
se produce una estructura de rizoma de guerras. A tal efecto, habría que tener
en cuenta lo siguiente: la naturaleza de la guerra, es decir, qué era lo
inmanente en el rizoma de guerras, en otras palabras, qué era lo que estaba
presente en todos los conflictos, quiénes fueron los actores que desencadenaron
la guerra, cuál fue la estructura del rizoma en sí, es decir, las
interconexiones que produjeron la estructura y cuál fue el movimiento de los
antagonismos en tiempo y espacio durante la GdlXXXa. La consideración de estos
cuatro aspectos nos ayudará a entender la analogía propuesta por HyN entre el
conflicto del siglo XVII y la guerra que parece se está iniciando en el mundo
de hoy.
En relación con la naturaleza
de la GdlXXXa hay que tener presente la causa y el fin de la misma porque ello
ayuda a entender la puesta en juego y consecuentemente lo que sus principales
actores estuvieron dispuestos a conseguir a cualquier costo. En este sentido, se
puede afirmar que la GdlXXXa tuvo en principio un carácter confesional pues el
referente bélico estuvo constituido por la relación autoridad tradicional vs.
otras formas de autoridad que estaban emergiendo y que desembocarían en el
estado-nacional moderno, tal como ha sido establecido en sus categorías
fundamentales por Weber (1922/1992:180-193).
Pero la religión por sí misma
no fue una causa de guerra. La causa de la guerra estuvo relacionada con la
constitución de una máquina abstracta[14]
constituida por los postulados de la iglesia reformada que ocasionó que la
iglesia católica perdiera poder y autoridad en el centro de Europa[15].
Recuperar el poder y la autoridad se convirtió en un fin tanto para Roma como
para los Habsburgo. Por otra parte, lograr que el Imperio pasase a ser
controlado por la iglesia reformada fue el propósito de la coalición
Protestante (Wilson, 2009). Junto con estas causas de antagonismo hubo también
la intención del reino de España de implantar las ideas políticas del emperador
Carlos I, es decir, la creación de un Imperio Universal Cristiano, siguiendo
los siguientes principios: 1) respeto mutuo entre todas las naciones de la
cristiandad indiferentemente de la confesión que abrazasen, 2) unidad
político-espiritual entre todas las naciones cristianas (Universitas Christiana) y 3) la confederación de todas las naciones
cristianas contra los musulmanes (Aldea, 2008:03, Wilson, 2009 y Floristán,
2004:466 )[16].
Estos antagonismos existentes
en un plano abstracto o ideológico generaron
focos de resistencia y conflicto que fueron interconectándose en la medida en
que los que resistían entendían la conveniencia de la oposición para debilitar
al adversario. El uso de la expresión plano
abstracto[17]
se debe a que desde el punto de vista histórico es difícil determinar de forma
concreta cómo se exteriorizó la ansiedad, la angustia y el miedo que empujó a
los alemanes y al resto de la sociedad europea a una guerra que se convertiría
en la práctica en una lucha por el poder. Esta acotación es importante debido
al tratamiento filosófico que HyN le han dado a la afección “miedo” como
herramienta política (C, 235). Si se considera que el fundamento de la
filosofía negriana descansa en la obra de Spinoza y para el autor italiano el
objeto de la filosofía spinoziana es liberar a cada uno del temor que se
origina de una tristeza[18],
entonces, la causa que provocaba miedo en el siglo XVII debería corresponder
con una situación opresiva que se manifestaba en la incapacidad del hombre de
desplegar su potencia para perseverarse en su existencia. Para HyN es la pobreza
(I, 320) y una de sus consecuencias, la soledad (Negri, 2006:255), pero esta
soledad se generaba en un contexto signado por un conflicto religioso. Para Bourke
la pobreza y sus consecuencias constituyen también una causa de miedo
(2006:27-30)[19].
Teniendo presente estos causales, habría que analizar cómo se manifestó el
miedo en los actores que participaron en la GdlXXXa y que hicieron que dicho
conflicto haya sido catalogado como un conflicto interno y como un conflicto
internacional. Nos interesa determinar si se produjo o no una relación
simbiótica entre soledad y miedo que den luces a cerca de la naturaleza del
citado conflicto. Desde esta perspectiva se tiene lo siguiente:
1.
Como
conflicto interno, el Sacro Imperio Romano Germánico entró en crisis después
del advenimiento de la iglesia reformada generando con ello una serie de
conflictos confesionales que se extendieron por más de un siglo y cesaron
momentáneamente con la denominada Paz de
Augsburgo, que garantizó, por breve tiempo, la libertad del culto
protestante dentro del imperio (Ibíd.:25)[20].
Esta Paz de Augsburgo fue precaria
debido a que, para preservar la unidad del imperio, se permitió que los
príncipes pudiesen elegir la confesión que quisiesen (y, de manera general, la
de sus súbditos), pero con una cláusula que los obligaba a entregar las
propiedades a la iglesia católica en caso de conversión. Consecuentemente, las
disputas por la propiedad y la obligación de pagar tributos generaron estados
de ansiedad y un miedo focalizado en la posibilidad de empobrecimiento que
comenzó a generar tensiones que desembocarían en la guerra[21].
La soledad fue consecuencia: 1.-) de la sensación de indefensión que provocaron
las expropiaciones realizadas, y 2.-) del aislamiento que provocó el empobrecimiento
en sí mismo. Estas dos situaciones generarían un círculo vicioso del que hizo
necesaria la búsqueda de una línea de fuga que convirtiera “el miedo en temor”
en el sentido spinoziano del término. Consecuentemente, al miedo a la soledad y
la pobreza se le agregaría otro miedo representado por un “otro” identificado
por una confesión religiosa que constituía el factor causal de miedo.
2.
Desde
el punto de vista internacional, los Estados que estuvieron implicados en esa
guerra fueron: Rusia, las Provincias Unidas de los Países Bajos, Dinamarca,
Suecia, Francia, Inglaterra, Saboya, Transilvania, España, el Papado y Polonia.
De igual forma, junto con la GdlXXXa estuvieron aconteciendo otros conflictos
bélicos: la guerra hispano-neerlandesa (que involucró de forma indirecta a
Inglaterra), la guerra sueco-polaca (que involucró a Dinamarca) y la guerra
austro-otomana que involucró a Rusia y Persia (Floristán, 2004:486 y KyH,
1988:217)[22].
La lucha por el poder que representó la internacionalización del conflicto se
produjo más que nada para dominar la interface que conectaba la reducción de la
posibilidad de empobrecimiento con la forma de vida en la época. Esta lucha por
el poder hizo también que junto a la afección del miedo al empobrecimiento y a
un “otro” identificado por una confesión religiosa, se agregara otro miedo
representado por un “otro” encarnado en un
extranjero.
Teniendo presente la forma en que se
desarrollaron los conflictos, la soledad y el miedo sentido de diferentes
maneras produjo entonces una serie de conexiones y desconexiones primeramente
en el seno del Sacro Imperio Romano Germánico y posteriormente, en toda Europa debido
a intereses políticos y afinidades religiosas convergentes y divergentes por lo
que desde el plano de la consciencia estos conflictos fueron simultáneos y
desde el plano de la acción política se presentaron de manera sucesiva.
La interconexión del conflicto
religioso alemán con otros conflictos europeos que produjo un rizoma de guerras se puede explicar
entonces en el plano subjetivo por el interés ideológico de imponer en el siglo
XVII las ideas centrales de la política exterior de Carlos I mencionada
anteriormente y por las disputas por la propiedad de bienes de diferente
naturaleza. La forma en que se produjo la interconexión
puede ser observada, siguiendo a DyG (2008:26), desde dos ángulos: por la
naturaleza de los combatientes, que indica la existencia de un sistema
a-centrado y no-significante, y por las acciones políticas instrumentadas por
los principales actores en ese conflicto que evidencian que este rizoma de guerra se constituyó, en
principio, como una estructura sin orden jerárquico.
En relación con los combatientes: 1) tuvieron diferentes dueños
indiferentemente del bando en que combatieron (Parker, 2004:254) lo cual indica
la inexistencia de uno o varios centros que diesen cuenta de la presencia de
una estructura jerárquica y diferenciada; 2) en general, fueron voluntarios que
provenían de diversas fuentes: campesinos, desempleados y delincuentes que
lucharon por causas económicas, seguridad, avidez de aventuras, pedido de su
señor, etc.; 3) provinieron de diferentes países integrándose a cuerpos armados
unificados (1990:90); 4) Los pagos a los soldados, en general, eran dados en
especie con lo cual se promovía el saqueo y el robo (Ibíd.:99)[23];
5) los soldados que actuaron como
combatientes irregulares quedaron convertidos en bandoleros y/o merodeadores,
con lo cual terminaron haciendo la “guerra por cuenta propia” como Simplicius
Simplicissimus y Estebanillo González (Schmitt, 1966:45).
Las acciones políticas
realizadas por las principales monarquías que produjeron la interconexión se
sintetizan en: 1.-) La realización de operaciones militares en otros escenarios
de guerra para impedir el envío de refuerzos (como el bloqueo a Cádiz o la apropiación
de San Salvador de Bahía[24]),
2.-) La producción de levantamientos internos en los países involucrados (como
por ejemplo las revueltas de portugueses y catalanes en España), 3.-) El
establecimiento de alianzas de doble propósito como el caso franco-sueco y en
general 4.-) las maniobras diplomáticas para afectar el proceso de toma de
decisiones de los oponentes en los diferentes escenarios de conflictos.
Estas acciones políticas
orbitaron de acuerdo con la episteme
de la época, según Foucault, en el papel que jugó la semejanza como forma que
permitía acceder al conocimiento. Esta episteme
estaba fundamentada en la superposición de la hermenéutica con la semiología y
se caracterizaba por: 1.) La búsqueda del sentido para “sacar a la luz lo que
se asemeja” y 2.) La determinación de “la ley de los signos” porque ello
permitía “buscar las cosas semejantes” (1968:27-38). Como los caminos de la
similitud estaban marcados por una particular idea del mundo, estos pasaban por
lo que el autor francés denominó convenientia,
aemulatio, analogía y sympathia
(Ibíd.) 1.) La convenientia producía
encadenamiento en lo cercano y más cercano comunicando movimiento, influencia y
pasiones, en nuestro caso, la soledad y el miedo. 2.-) La aemulatio es un espejo y reflejo que genera círculos concéntricos
de identificación y confrontación, como los que condujeron a la segunda
defenestración de Praga. 3.-) La analogía,
superpone la convenientia y la aemulatio generando espacios de
irradiación, en nuestro caso políticas, caracterizadas por su reversibilidad y
polivalencia. Y 4.) La sympathia
producía la asimilación y la identificación y consecuentemente las alianzas y
la guerra[25].
En relación con el movimiento
de los antagonismos durante la GdlXXXa donde se expresa la circulación de estados que indica la forma en que estos fueron
variando, se puede entender el movimiento desde el punto de vista espacial y
temporal.
Desde la perspectiva espacial,
se pasó de un conflicto interno en el seno del territorio de los Habsburgo a un
conflicto europeo que abarcó no sólo el territorio continental sino los
dominios fuera de Europa. El aumento del espacio de conflicto se debió a la
imposibilidad de escalar en intensidad en el escenario de guerra europeo y consecuentemente
alcanzar un resultado satisfactorio.
Desde la perspectiva temporal,
la GdlXXXa y las guerras que se conectaron al conflicto interno alemán se
desarrollaron en tiempos diferentes. Esta diferencia estuvo determinada tanto por
las diversas actitudes que asumieron los poderes políticos que hicieron la
guerra, como por las actitudes de los sujetos que estuvieron afectados o fueron
participantes en ella. Así pues hubo entidades políticas cuyas poblaciones
estuvieron sujetas temporalmente de manera sucesiva y lineal con referencia a
cada Estado en lo concerniente a: período de paz, período de guerra (estado de
guerra) y momentos de combate (actos de guerra); y hubo sujetos con vivencias
particulares dentro de cada Estado, como el caso de Simplicius Simplicissimus
que buscaron sobrevivir a esa guerra a cualquier costo y al margen de ella. En
el caso del personaje de la novela de Grimmelshausen, tenemos que su vivencia
fue simultánea en relación con la guerra y fue también paralela cuando comenzó
su período de aventuras al margen de la misma hasta que desertó definitivamente
del citado conflicto.
El tiempo diferente se explica
porque la lucha de poderes que significó la GdlXXXa implicaba la noción de
tiempo de cada poder político en particular, indiferentemente de la población
porque su tiempo estaba subsumido por efecto del dominio de los modos de
producción por parte de los Estados. En el caso de los Países Bajos la noción
del tiempo político estaba supeditada a la noción de tiempo de los ciudadanos,
lo cual representaba una notable diferencia con respecto al resto de las
entidades políticas que participaron en los conflictos bélicos. Esta diferencia
es la que HyN invocan cuando usan la expresión hacer la guerra contra la guerra, pero, no utilizando como ejemplo
la actitud asumida por los neerlandeses puesto que su participación en la
GdlXXXa fue esencialmente indirecta (estaban luchando por su independencia). Lo
que le interesa destacar a HyN con el ejemplo holandés es la necesidad de
evitar que en caso de que ocurriese una insurrección popular como la acaecida
en Bohemia en 1618, esta se convierta en una lucha de poderes que ahogue la
posibilidad de constituir una democracia global como si pudieron lograrlo los
neerlandeses en una pequeña escala en el siglo XVII. Pero, a pesar de haberse interrumpido
la tendencia humanista y libertaria que produjo el período renacentista, según HyN,
el propósito imperial en el siglo XVII no fue alcanzado debido a la férrea
resistencia que opusieron los principados alemanes protestantes y por los
nacientes Estados-nacionales europeos. En este sentido faltaría visualizar cuáles
son los focos de tensión actuales para entender la naturaleza de conflicto que
afecta y afectará a la humanidad en el mundo por venir.
Para HyN la semejanza de la
GdlXXXa con el estado de guerra civil global que, según entienden, caracteriza
al mundo de hoy parece obedecer a que la superposición y confluencia en un
espacio común de múltiples conflictos tienden a producir interconexiones
(rizoma de guerra) que se presentan junto con otro tipo de conflicto que
involucra a poderes estatales de alcance global que intentan anular la
tendencia molecular de producir una democracia (Negri, 2004:68-69)[26].
Desde esta perspectiva, el concepto de Imperio de HyN se asemeja al intento de
imponer aquella Monarquía Universal Cristiana, pero bajo los postulados de la
razón materializada en redes de normas de alcance global[27].
Ahora bien, como la tendencia imperial pareciera haberse hecho de nuevo
presente, el propósito que se han establecido estos autores es “transformar el
estado opresivo de guerra permanente… en una guerra de independencia que
conduzca finalmente a una autentica paz social” haciendo para ello la guerra contra la guerra (Ibíd.:72).
HyN han afirmado que la guerra
hoy en día tiene la forma de red (M, 81-82), debido a que es efecto de un
proceso evolutivo en la forma de hacer la guerra[28].
Según ambos autores, el proceso evolutivo de las
formas de hacer la guerra ha pasado por: la “revuelta guerrillera”, la
conformación de un “ejército popular unificado centralizado”, el
establecimiento de un “ejército guerrillero policéntrico” y el desarrollo de
una “estructura de red distribuida o de matriz plena” (M, 116). Ambos autores también
explican cómo se produce el paso a la revuelta guerrillera, es decir, por
intermedio de la indignación, seguida por la desobediencia y la rebelión hasta
que se conforma una estructura organizada para la liberación (C, 240-241)[29]. Esta estructura organizada para la
liberación a partir del fenómeno de la indignación fue observada en la serie de
revueltas políticas ocurridas en el norte de África y se conocen como la primavera árabe[30].
HyN creen al respecto que los grupos antiglobalización ubicados en todo el
mundo podrían generar un rizoma de guerras a escala global generando las
condiciones objetivas para producir un cambio político. Llama la atención que
HyN no hayan expresado abiertamente la posibilidad de conexión de las protestas
antiglobalización con otros conflictos como por ejemplo: el palestino, el kurdo,
el afgano, el libanés, el irlandés, el vasco
y el colombiano, entre otros, y conflictos interestatales como los presentes en
la península coreana, los Balcanes, el cercano y el medio oriente, que reflejan
la complejidad política del mundo de hoy y podrían ayudar a comprender mejor,
no sólo el paradigma de la GdlXXXa tal como hasta aquí lo hemos presentado,
también nos ayudaría a entender cuál sería la estructura de los antagonismos en
el mundo de hoy y si esta podría asemejar una red tal como aquí se ha estado
analizando[31].
Desde este ángulo una red de
guerras de alcance global podría asemejar el rizoma de guerras acaecido en la
GdlXXXa siempre y cuando la estructura de la red sea a-centrada, es decir,
parta de la acción de diversas entidades políticas que hagan la guerra por
diferentes vías y formas como lo han sugerido Qiao y Wang (Q&W) frente a un
enemigo que conceptualmente sea común (el Imperio) (1999:275).
2.- La Guerra de los XXX Años
como horizonte de comprensión de la
guerra en la era del Imperio.
HyN han establecido la segunda
defenestración de Praga como horizonte de comprensión para explicar lo que para
ellos refiere la expresión “guerra” en el mundo de hoy. Dicho acontecimiento ha
sido reconocido como el evento que marco el inicio de la GdlXXXa. La expresión horizonte de comprensión, fue
introducida por Gadamer, desde el punto de vista hermenéutico, para establecer
un baremo que le permita a un exegeta desplazarse a una situación cualquiera
desde un horizonte histórico hasta el presente con el fin de comprender, por
intermedio de la fusión de estos horizontes, la tensión existente entre texto y
presente dentro del dominio de una tradición (2003:375-377). Teniendo presente
este modo de entender la hermenéutica, Foucault, nos ha señalado que la
episteme en el siglo XVI estaba caracterizada por la superposición entre
hermenéutica y semiología y en consecuencia definió a la hermenéutica como el
“conjunto de conocimientos y técnicas que permiten que los signos hablen y nos
descubran sus sentidos” (1968:38).
Si bien HyN no utilizan esta
expresión gadameriana para acceder a aquello del pasado que está de alguna u
otra forma en el presente, utilizan a la GdlXXXa porque según ellos: 1) marcó
simbólicamente el inicio del proceso que dio paso a la modernidad a pesar de
que los acontecimientos que acaecieron en el período fueron consecuencia de un
proceso histórico como veremos en los párrafos siguientes y 2) ese horizonte
les ha permitido desplazarse, es decir, introducirse dentro del proceso que
condujo a la modernidad no sólo para ascender a un mayor grado de comprensión
de la situación histórica que ha determinado nuestro presente, también, y esto
es lo que marca la diferencia de HyN con respecto a Gadamer, ambos autores han
buscado hacer de la GdlXXXa un símbolo que permita romper con la tradición y
generar una línea de fuga que facilite la salida de esa situación histórica[32].
La escogencia de este evento,
además de la convencionalidad subyacente que se le atribuye, marca para estos
autores el punto de apoyo sobre el cual construyeron su argumentación. La
GdlXXXa es para estos autores el punto de origen del desarrollo de las fuerzas
productivas encarnadas en el Estado. Este punto de partida sería la expresión
del movimiento histórico que marca el proceso de cambios sociales que se han
producido hasta el pasado reciente, es decir, hasta el inicio de la denominada Guerra contra el Terrorismo que señala, según ambos autores el paso de la
modernidad a la postmodernidad.
Este modo de proceder de HyN
pareciera ser expresión de la aplicación de una teoría marxista de la historia
que se fundamenta en la determinación de la ley del movimiento histórico. Este
movimiento que está representado, según Clastres (2004:28) en el “desarrollo de las fuerzas productivas”
podría indicar una línea infinita de universo o una línea que marca el retorno
a una situación que indica repetición, como dice Deleuze, en unas condiciones
más o menos similares (2002:380-95). Al respecto ya hemos señalado que HyN se
han propuesto hacer la guerra contra la
guerra para evitar que más o menos se repitan las consecuencias de un
conflicto similar a la GdlXXXa, y proponen generar, a su vez, las condiciones
para que la línea de universo de la humanidad siga un curso infinito hacia el
bien común, a partir de una particular exégesis de la teoría marxista de la
historia.
A partir de este propósito se
hace necesario entender la conexión entre producción y guerra en la GdlXXXa
para constatar la pertinencia del uso del citado acontecimiento como el punto
donde se produce el desvío de la línea de universo de la humanidad y marca el
inicio de la repetición tal como lo ha visto Deleuze.
La conexión de las expresiones
producción y guerra a la luz de las interpretaciones que hacen HyN de la guerra
actual es posible a través de la palabra “ordenamiento” entendida como un
procedimiento permanente de estructuración de funciones dadas a partir de su
jerarquización y reasignación dirigidas por un eje central y significante que
se materializó en el ejercicio del poder por intermedio del Estado (Negri,
2002:316). Dicho de otra manera, el Estado como poder constituido comenzó a organizar
las necesidades de la población, por efectos de la guerra, para asegurar su
existencia dentro del estado de guerra que representó, por ejemplo, la GdlXXXa
para la conservación del Estado. Este concepto de “ordenamiento” es clave porque
permite entender el concepto de biopoder que ambos autores definen como “una
forma de poder que regula la vida social desde su interior, siguiéndola,
interpretándola, absorbiéndola y rearticulándola (I, 38).
Ahora, cómo se produjo la
organización de la producción y la guerra de modo que permita hablar de la
GdlXXXa como punto cero que evoca el estado de guerra actual y futuro. Este
proceso se produjo por dos vías: 1) por el proceso de disciplina de la sociedad
conducido por un poder central que permitió la estatización de la guerra en términos de la producción y en
términos de la administración monopólica de la violencia para los fines del
Estado (Foucault, 2000:53) y 2) por el surgimiento de empresarios militares ya
indicado por el propio HyN que contribuyeron de alguna u otra forma a la
constitución de cuerpos armados de carácter permanente (M, 257). El carácter
permanente de los cuerpos armados se produjo debido a 1) la alta frecuencia de
los actos bélicos, 2) el proceso de estandarización y perfeccionamiento que
produjo el instrumento de acumulación y apropiación del Estado y 3) las
reformas en la instrucción militar promovidas por Mauricio de Nassau y Gustavo
Adolfo de Suecia (Parker, 2004:269, Wilson, 2007, Charnay, 1990:34-35 y Coutau-Begarie, 1999:167-173).
A partir de ese momento los Estados que se consolidarían después de esa
guerra utilizarían la relación entre economía y guerra para convertir a su
fuerza militar en una especie de instrumento de apropiación y acumulación del
mismo Estado (DyG, 2008:455). De acuerdo con Agamben (2010:250-252), Graham
(2010:41-45) y los propios HyN (I, 37-44), en la actualidad la disciplina ha
dado paso a la implantación de dispositivos de control que se han extendido
hasta el propio cuerpo y la propia vida humana que, en principio, han
denominado biopolítica. De igual forma, el surgimiento de empresarios
militares, hoy día ha dado paso a la privatización de la seguridad por la
reticencia de los Estados a aceptar bajas propias en conflictos externos (Luttwak,
1999 y Brooks y Mangan, 2011:181-194)[33].
La importancia de esta
acotación está relacionada con los conceptos de Maquina de Guerra y Aparato
de Captura. Según DyG, la Maquina de
Guerra es un vector que produce cortes, escisiones, uniones y mezclas, de
estructuras abstractas que configuran los espacios y el Aparato de Captura es entendido como el mecanismo de apropiación de
los excedentes de lo producido (2008:416-451)[34].
Una Maquina de Guerra es, según DyG, un tipo de agenciamiento que tiene
una línea vital abstracta (máquina
abstracta) que se transforma en línea de destrucción y muerte cuando es
apropiada por el Aparato de captura
del Estado (1985:42 y 2008:421). Por ello, para estos autores, la Maquina de Guerra empezó a tener como
fin la guerra cuando se convirtió en instrumento de la política (Ibíd.:420). Si
a este respecto se toma como referente la GdlXXXa, podemos afirmar que la
reforma protestante, en tanto que máquina abstracta, se convirtió en una Máquina de Guerra que produjo una nueva
forma de pensar y tuvo a la guerra temporalmente como un objeto suplementario
debido al advenimiento del Estado moderno. El carácter suplementario obedece a
que para DyG
“…la máquina de guerra… ni siquiera tiene la
guerra por objeto primero, sino como objeto segundo, suplementario o sintético,
en el sentido que está obligada a destruir la forma-Estado y la forma-ciudad
con las que se enfrenta… cuando el Estado se apropia… de la máquina de guerra ésta tiende a tener la
guerra como objeto directo y primario, como objeto analítico (2008:418).
Así pues, el concepto de Máquina de Guerra de DyG permite usar a
la GdlXXXa como punto de inicio del ordenamiento de la relación producción y
guerra debido a que ofrece una idea de la debilidad y el subdesarrollo de las
fuerzas productivas tal como ha sido visto a través de la crítica que hizo
Clastres a la metodología marxista. Pero, como lo han señalado Clastres y DyG,
la relación producción y guerra ya estaba presente mucho antes de la GdlXXXa[35].
En efecto, el inicio de la GdlXXXa no estuvo caracterizado por un período de
carencias económicas debido al proceso de conquista y colonización de América
que produjo un mejoramiento de las condiciones de vida de los europeos de la
época. De igual forma, la Máquina de
Guerra de los Habsburgo estuvo operando contra los otomanos mucho antes del
mismo inicio de la guerra alemana.
En este punto es conveniente
destacar también que Žižek (2007) ha afirmado que los procesos
socio-económicos globales de la actualidad no han sido suficientemente
estudiados por HyN para creer que existe un estado de necesidad que pueda desembocar
en una guerra de alcance global. Esta crítica es sumamente importante al tratar
de establecer semejanzas entre la situación que originó la GdlXXXa y el actual
estado de guerra generado por la Guerra
contra el Terrorismo porque indica que HyN estarían haciendo una afirmación
concluyente sobre el tema de la guerra a partir de datos parciales. Este hecho
pudiera explicar el énfasis que hacen ambos autores en el uso de la expresión
“tendencia” que se observa en las obras Imperio,
Multitud y Commonwealth.
Siguiendo este orden de ideas,
el punto cero de la organización de la producción y la guerra si fuese
aplicable, más bien se debería corresponder con un momento del estado de guerra
que existió en Europa al menos desde el inicio de la reforma protestante, hasta
el momento en que se produjo la segmentación del poder por la centrifugadora
que representó la citada guerra alemana. Desde esta perspectiva, la Paz de
Westfalia ha sido un evento que ha servido para legitimar un orden que, sin
embargo, los cambios sociales y políticos globales de finales del siglo XX
pusieron en jaque por muchas y diversas causas[36].
Los cambios sociales y
políticos a que se ha hecho mención han estado relacionados con los cambios en
las relaciones de producción e intercambio generados gracias a las tecnologías
de información y comunicación que han permitido el desarrollo de lo que se ha
denominado, trabajo inmaterial (I, 42-43, M, 136-143 y C, 132-133). La
importancia del advenimiento de esta forma de producción es que la medida del
valor basada en la medida del tiempo sobre el cual el Estado ejercía su dominio
ha dejado de ser el referente para asegurar el mantenimiento del mismo mediante
el ciclo de producción material. Este hecho según HyN ha abierto la posibilidad
de hacer la guerra contra la guerra con el fin de evitar que más o menos se
repitan las consecuencias de la GdlXXXa en su manifestación presente: la Guerra contra el Terrorismo.
Al ser la lucha por el poder
entre entidades políticas cuyas sociedades estaban divididas entre los que lo
ejercían y los que lo padecían, con la excepción de los casos concretos de las
Provincias Unidas de los Países Bajos y Suiza[37],
el uso de la GdlXXXa como horizonte de comprensión para entender la guerra
actual se explica porque permite usar de manera más efectiva el integrador
concepto de biopoder, para los efectos de la propuesta política de HyN que se
enmarca también en una particular idea de lo que entienden por biopolitica, es
decir, la resistencia que se hace a la subsunción de la potencia del hombre
para perseverar en su ser frente a un poder constituido[38].
Con la GdlXXXa como horizonte
de comprensión, HyN han pretendido establecer una nueva corriente de
pensamiento diferente a las corrientes netamente economicistas, naturalista y
de intercambio que han marcado los estudios sobre el origen de la guerra a
partir del manejo de la relación tiempo-valor, abriendo además la posibilidad
de entender la guerra más allá de las concepciones convencionales que existen
sobre la misma debido a que han colocado el campo de estudio de dicho fenómeno
como la lucha planteada en términos biopolíticos para apropiarse de la
mediación entre satisfacción y formas de vida.
Al ser la producción el eje
central sobre el cual orbita la propuesta política de HyN y teniendo presente
que esta idea parte de la interpretación del concepto de potencia en Spinoza
que permite desde el punto de vista ontológico entender al sujeto como un ser
que produce para asegurar su existencia, el tema de la lucha por la interfaz
entre satisfacción y forma de vida pasa a ser la lucha por evitar que la
potencia del ser sea sometida a un poder constituido. Desde esta perspectiva,
la GdlXXXa a través de la vivencia de Simplicius Simplicissimus evidencia el
significado de esta lucha en relación con la guerra del pasado y la guerra
actual, por lo que ambos autores tratan de indicar las probables líneas de fuga
que eviten este estado de cosas para: 1.-) garantizar la supervivencia y 2.-) generar
las condiciones para establecer una nueva forma de relación política.
3.- La Guerra de los Treinta
Años como Paradigma y Signo de un evento que está acaeciendo en el mundo de
hoy.
Hemos usado el concepto de horizonte de comprensión para entender,
desde el punto de vista hermenéutico, la GdlXXXa como el punto cero del
análisis histórico que hacen HyN para explicar el estado de guerra que afecta a
la humanidad en el mundo de hoy. Ahora hace falta entender, siguiendo una
visión foucaultiana, el por qué ambos autores han traído al presente el
conflicto que asoló al centro de Europa en el siglo XVII. Ambos autores no usan
la expresión “paradigma” para referirse a la GdlXXXa. Ellos usan la citada
guerra como “imagen iconográfica” y teniendo presente que un ícono es también
un signo que participa de la cosa significada dentro de una situación histórica,
nos hemos valido de este recurso para analizar la GdlXXXa como un paradigma de
acuerdo con la interpretación que hace de él Agamben, como vamos a demostrar a
continuación.
La invocación de la GdlXXXa
como un paradigma pareciera, por una parte, tener sentido debido a esa
estructura policéntrica que pudiera reflejar una red, pero faltaría determinar
la naturaleza del anclaje ontológico del concepto de guerra reticular o rizoma de
guerra para tratar de entender qué es lo que está subyacente en el estado
de guerra actual que permite evocar a la GdlXXXa. La forma que Agamben ha
sugerido para acceder a la naturaleza ontológica de una expresión, en este caso
en particular la de GdlXXXa, ha sido la determinación del grado de
inteligibilidad de la misma como paradigma y como signatura (2008:42). Veamos esto
más de cerca.
Como paradigma, la GdlXXXa fue
en sus inicios un conflicto religioso que se convertiría en una lucha por la
hegemonía europea. Teniendo presente que para Agamben un paradigma es una forma
de conocimiento de naturaleza analógica que se mueve de la singularidad a la
singularidad y que es posible ser reconocida por su grado de pertenencia al
conjunto (Ibíd.)[39],
la expresión GdlXXXa denota para HyN, en primer lugar, la mediación que
simbólicamente dio paso a un mundo moderno caracterizado, según estos autores,
por una crisis que ha fungido como un mecanismo de evolución y control
sistémico debido a: 1.-) que significó la imposición de una interface entre lo
que se entendía por bienestar y forma de vida (Negri, 2006:178), y 2.-) la
apropiación, tal como se ha mencionado anteriormente, estuvo constituida por la
captura de la fuerza productiva y su conversión en una figura abstracta y
trascendente (Ibíd.:182-183); y en segundo lugar, la GdlXXXa fue una
singularidad que en sí abarcaba una multiplicidad que pareciera ser análoga,
siguiendo a Agamben, a la particular situación que se presentó en el mundo
después del 11 de septiembre del año 2001. La analogía se presenta en el hecho que
en el mundo está aconteciendo una serie de conflictos que evidencian la
existencia de una lucha por el poder entre Estados y dentro de muchos Estados
similar a la acaecida en el siglo VXII.
Esta semejanza ha sido producida por HyN por una vecindad entre el pasado y el
presente cuyo borde está delimitado por lo que se ha denominado orden
westfaliano.
En otras palabras, la GdlXXXa
pareciera evocar la multiplicidad y diversidad de los conflictos que están
ocurriendo en el presente. La diferencia que se observa en este paradigma está
relacionada con lo que HyN entienden por “guerra” porque apelan al uso de una
nueva expresión, hacer la guerra contra
la guerra. En primer lugar, la expresión guerra es usada como el acto de negación a un estado de guerra que
denominan Imperio, en segundo lugar,
entienden al Imperio como una entidad
que encarna la guerra como estado de guerra y como actos de guerra en
circunstancias similares a la GdlXXXa.
Para Deleuze, según Agamben,
una investigación filosófica debe poseer “al menos dos elementos: la
identificación del problema y la elección de los conceptos adecuados para
abordarlos” (2008:105), pero el autor italiano agrega que un concepto implica
también una signatura, es decir, “algo que signa las cosas al nivel de su pura
existencia” que impide que sea algo inerte e improductivo, es decir, algo que
tenga una intencionalidad, en nuestro caso política (Ibíd.:92 y 105). Desde
esta perspectiva, se plantea la necesidad de determinar si la GdlXXXa es
entendida por HyN como un concepto o como la signatura de un concepto. Veamos esto
con más detalle.
Como concepto la GdlXXXa ha
sido denominada como una guerra civil europea y como una guerra interestatal de
alcance regional. Para DyG el concepto dice el acontecimiento y no la esencia o
la cosa (2009:33), con lo cual la denominación de GdlXXXa para HyN podría haber
sido un esfuerzo para integrar en un concepto un gran número de acontecimientos
de similar naturaleza que se sucedieron al menos entre 1618 y 1648. Este
esfuerzo representa ya una notable diferencia en relación con la propuesta de
DyG debido a que el número de acontecimientos que se enmarcaron dentro de la
GdlXXXa tuvieron como elemento esencial la lucha por el poder. Desde la perspectiva de la guerra civil, la
GdlXXXa fue una red de conflictos realizados por una red de poderes
(soberanías) que plantearon el antagonismo hacia dentro y hacia afuera de sus
territorios. Como una guerra alemana interconectada con otras guerras que
estaban aconteciendo de manera simultánea, la GdlXXXa fue un rizoma de guerras que estuvo caracterizado
también por una lucha de poderes pero a escala europea. Siendo que para DyG el
concepto es el contorno, la configuración y la constelación de un
acontecimiento por venir (2009:46) se puede afirmar que el traslado al presente
del conflicto que asoló la Europa central en el siglo XVII constituye la visión
de HyN de lo que podría ser el mundo por venir a partir del inicio de la Guerra contra el Terrorismo[40].
Como signatura, la GdlXXXa y
la evocación de Simplicissimus
denota, como en el presente, la poca diferencia que existió entre combatientes
y no combatientes en ese conflicto por muchas y diversas causas[41].
De igual forma, la utilización de esta obra de Grimmelshausen denota cómo fue
la vida de los alemanes en un estado de guerra donde los actos se presentaban
como una tromba que aparecía y desaparecía en cualquier lugar y en cualquier
momento. Como guerra entre soberanías europeas, la guerra que determinó el
establecimiento del orden secular westfaliano, significó no sólo el fin de la
hegemonía de los Habsburgo y el fracaso del intento de imponer una Monarquía Universal
Cristiana; también favoreció el establecimiento de un equilibrio de poder y una
nueva subjetividad que se sustentó también en la idea de la existencia de un
poder trascendente[42].
HyN usaron, en principio, la
expresión GdlXXXa para denotar una serie de eventos acontecidos en una época
determinada. La signatura que representa esta expresión, pareciera que la usan
para desocultar lo no-signado, es decir, la imposibilidad de la sociedad alemana
y, en general, europea de constituirse en repúblicas en el sentido humanista o
renacentista del término. Por consiguiente, desde el punto de vista
iconográfico y más allá de cualquier esfuerzo por proponer un concepto, HyN
muestran por intermedio de la GdlXXXa lo que hay que evitar, es decir, la
naturaleza de la guerra presente y futura que encarará la humanidad si se sigue
la línea de universo representada por lo que han dado en denominar Imperio. Esto fue expresado por el
propio Negri en el tiempo que medió las obras Imperio y Multitud:
“la guerra que
vivimos es una guerra imperial de ordenamiento – pero no sólo es esto, sino
también una guerra de transición entre épocas distintas, exactamente como lo
fue la Guerra de los Treinta Años… una
lucha que, presentada formalmente como un conflicto entre católicos y
protestantes, fue en realidad el momento decisivo de la contrarrevolución
antirrenacentista. La utopía humanista y libertaria fue abatida y con los
escombros de la república se construyó el Estado absoluto… la carta imperial
nos dice que hemos entrado en una Guerra de los Treinta Años...” (2004:155).
La contrarrevolución no sólo
se refiere en este caso a la acción emprendida por el Imperio para recuperar el
poder perdido en Europa, sino también al hecho que de forma antropofágica[43],
los reformados lucharon contra el Imperio y asumieron el espíritu y propósito
de la lucha imperial, esto es, el poder, reproduciendo, en consecuencia, la
división de las sociedades entre poseedores de ese poder y los que lo
padecieron a una menor escala por efectos de la segmentación primeramente de
alcance europeo y hoy día de alcance global.
En el uso de esta expresión
“GdlXXXa” se evidencia entonces como signatura no sólo lo que pudo haber sido,
desde el punto de vista arqueológico, sino: 1.-) lo que estos autores desearon NO
hubiese sucedido y consecuentemente 2.-) una intención en función de las
circunstancias del mundo de hoy y las del mundo por venir para evitar que se
repita ese estado haciéndole la guerra al mismo, pero de manera diferente[44].
La diferencia entre los dos momentos (pasado y presente-futuro) estriba en que
la signatura implica no sólo un qué sino también la posibilidad de reproducir
unas circunstancias para obrar de manera diferente en función de la propuesta
política que ambos autores han desarrollado quizás bajo la premisa de que el
lenguaje verbal es, ante todo, acción, praxis (Virno, 2003:30).
Dentro de este enfoque, la
relación pasado y presente-futuro nos permite analizar la idea del tiempo que
están manejando HyN. Estos autores usan el tiempo como la herramienta básica
para construir su proyecto político. Al afirmar que después de la GdlXXXa el mundo
ha vivido en un permanente estado de guerra como consecuencia del citado
conflicto y que después del 11 de septiembre de 2001 se ha iniciado una nueva
fase histórica, ambos autores están uniendo el pasado representado por el
conflicto centroeuropeo con el presente para hacer de este continuo con el fin
de producir una apertura al futuro[45].
Ahora, cómo hacen esta operación de unión que permite romper con la
hermenéutica gadameriana y darle un carácter intencional al uso de la GdlXXXa
como imagen de la guerra actual a partir del criterio establecido por Foucault
y seguido por Agamben.
Para HyN existen dos ideas del
tiempo. La primera es la del tiempo entendido de manera lineal que se
corresponde con una concepción basada en el número y el movimiento, y la
segunda concepción está basada en lo que Negri ha denominado tiempo interior a partir de la idea de
tiempo de vivencia y su duración que DyG rescatan de la obra de Bergson y que
Heidegger denomina dasein[46].
De acuerdo con la primera acepción, HyN están observando que con el estado de
guerra se ha perdido la linealidad del tiempo debido a que con la guerra se ha
tratado de mantener un estado político. Con este mantener, ambos autores creen que
el movimiento lineal ha desaparecido dando paso a un movimiento cíclico que
Negri a denominado circular (1997:63). Por este motivo, para HyN capitalismo y
Estado constituyen una sinonimia (Del Bufalo, 2011).
Como ese tiempo circular
conduce a un mismo punto, este lo han ubicado en el proceso que condujo a la Paz
de Westfalia. De ahí el por qué del uso de la GdlXXXa como horizonte de
comprensión, es decir, como punto cero del
inicio del proceso histórico y como referente paradigmático de algo, la
citada guerra, que más o menos está comenzando a repetirse y debe ser evitado.
La causa de esta afirmación obedece a que esta nueva repetición del ciclo no
está conduciendo a una estructura de poder segmentada como sucedió en el siglo
XVII, sino a una entidad que recuerda a la Monarquía
Universal Cristiana y que HyN denominan Imperio.
Dentro de este contexto, para qué sirve eso que se ha denominado tiempo interior y cuál sería su papel
dentro de la estructura de un tiempo lineal.
El tiempo interior conformado por las vivencias de un sujeto que han
estado fuera de la estructura de producción del Estado son para Negri el núcleo
central, la base para hacer del tiempo un tiempo constitutivo porque expresa el
tiempo de libertad que permanece en el ser al margen de cualquier esquema de
ordenamiento (1997:46). Como el Estado ha sido cada vez menos capaz de ejercer
disciplina y control dentro del campo generado por el advenimiento de lo que se
ha dado en denominar trabajo inmaterial, al tiempo interior del sujeto se le ha
agregado este tiempo productivo que HyN denominan proletarian temporality (C, 242), creando las condiciones objetivas
para iniciar un proceso de cambios políticos más allá del capital y
consecuentemente del Estado.
Dentro de este contexto, el tiempo interior de cada sujeto podría
conformar una multiplicidad de temporalidades (multitudinous temporality) que operando en red, podría oponerse al
tiempo circular del Estado generando las condiciones para que se produzca una nueva
forma de organización política similar a la que lograron implantar los
neerlandeses dentro del marco de la GdlXXXa (Ibíd.). El inconveniente de esta
operación epistemológica es la dificultad de reproducir la visión del mundo que
determinaba la episteme prevaleciente
en el siglo XVII que permitió que la semejanza se convirtiera en una maquina abstracta y consecuentemente una
máquina de guerra. Por ello, HyN, han
planteado los antagonismos de una manera diferente haciéndose necesario
entender el significado de la expresión “hacer la guerra a la guerra”.
4.- Sobre el significado de la expresión “guerra contra la guerra”.
Teniendo presente lo antes
mencionado, se plantea la necesidad de entender lo que para HyN denota la
palabra “guerra” de tal modo que haya podido ser utilizada bajo la expresión hacer la guerra contra algo que evoca a
la GdlXXXa. Para ello sería necesario entender el significado de esa expresión
en ese período en particular. La guerra, en ese período histórico, era una
palabra que denotaba muchas cosas considerando que muchas nacionalidades y
muchos sujetos tomaron parte en ella. No obstante, usaremos como referente las
obras de Vitoria, Gentili y Grocio debido a que sus trabajos en cierta forma se
enmarcan dentro de ese período de transición histórica (Charnay, 1990:34).
La expresión “guerra” en latín
es “bellum” y esto comporta notables
diferencias en cuanto a significación y conceptualización para las comunidades
que vivieron la GdlXXXa y para todos aquellos que posteriormente han tratado de
estudiar ese fenómeno debido a que a partir de esa guerra, comenzó a cambiar el
significado de esa expresión latina en relación con la idea que se tenía de ese
fenómeno (Blanco, 2007:45). Desde el punto de vista etimológico bellum se refería originalmente a una
lucha realizada por dos entidades políticas de forma declarada y ordenada[47].
Para Cicerón bellum era
una “una pelea por la fuerza” entre comunidades políticas (Grocio,
1625/1925:42). Para Vitoria, bellum era un acto de fuerza que se
hacía para repeler una acción deliberada de la misma naturaleza (una injuria) y
podía realizarla un sujeto o una república (1528-1532/2000:77). Para Gentili, bellum era un justo contencioso público armado (1612:17-18). Para
Grocio bellum era “una pelea por la fuerza”
entre entidades políticas soberanas y podía ser privada, pública o mixta
(1625/1925:42 y 147). De estas definiciones se puede afirmar que: 1.-) no hubo
discrepancias entre la acepción original de la expresión bellum y los conceptos emitidos por estos autores europeos y 2.-)
de acuerdo con la tipología que hizo Parker, la GdlXXXa fue una guerra de
naturaleza privada-pública, es decir, una guerra mixta[48].
El aspecto importante a
destacar en las definiciones antes mencionadas es que bellum tenía un inicio y un fin aunque fuese declarado o no. Bellum
no era, según estos autores, un estado permanente. Por tal motivo Grocio
expresaría que el uso continuado de la fuerza había
hecho que la palabra bellum indicase “no la acción, sino el estado”, y
ello había determinado que bellum haya sido entendido como “el estado de
los que combaten por la fuerza”, de acuerdo con unas reglas, como un “duellum”[49] para reparar una injuria recibida (1625/1925:44-45)[50].
El estado de guerra antes
mencionado, que sería usado posteriormente por Hobbes para definir la guerra
como un estado y un acto[51],
había sido denotado originalmente por la expresión “guerra”. Esta palabra proviene, al parecer, de la expresión alemana “werra” y llegó a Occidente
por infiltración[52].
Con la caída del imperio romano, “werra” y posteriormente “guerra”, “war”,
etc., expresaría un estado de hostilidad que generaba en los afectados terror,
angustia, etc., por su impredictibilidad y la posibilidad cierta de que
ocurriese en cualquier momento (Blanco, 2007:29). En otras palabras, la
expresión “guerra” comenzó a denotar un estado casi permanente donde se
presentaban actos de variada duración que empezaron a ser conceptualizados a
partir de su finalidad y/o su naturaleza. Este hecho, según Agamben (2007:100),
puede ser explicado como un desplazamiento del significado que hizo que la
expresión “bellum” entrase con el
tiempo prácticamente en desuso. Por su parte, la expresión “guerra” que
ocuparía su lugar, además de denotar el estado y el acto bélico, llegaría a
expresar también una serie de acciones hostiles que irían más allá de lo
puramente bélico, como los embargos, la guerra comercial, mediática, etc., tal
como lo ha mostrado la tipología realizada por Q&W (1999:237)[53].
Teniendo presente lo antes mencionado se puede afirmar que en la GdlXXXa
estuvieron subyacentes varios conceptos de lo que se entendía como conflicto
armado. Estos conceptos fueron básicamente: 1.-) “bellum”, que denotaba un
estado donde estaba presente la voluntad mutua de hacerse daño que se confundía
temporalmente con el acto, el combate en sí mismo, tal como ha sido recogido
por Vitoria y Gentili; y 2.-) “guerra”, que se ajustaba a la definición de
Grocio, Pufendorf y Hobbes e indica: (a) que se realizaba sin previo acuerdo y
(b) expresaba la existencia de dos tiempos: el tiempo donde está presente la
voluntad de luchar de al menos una de las partes y el tiempo propio de la
lucha. Como en el caso del Sacro Imperio Romano Germánico el conflicto comenzó
sin declaración, se presupone que la voluntad de luchar de un grupo de personas
que eran súbditos del imperio estuvo presente mucho antes de su presentación
formal testimoniada por la segunda defenestración de Praga, y el acto propio de
lucha se inicio formalmente como el acto de defenestración en sí misma. En
consecuencia, se puede concluir aquí que en la GdlXXXa estuvieron presentes
tres ideas del tiempo: 1.-) una relacionada con la voluntad de combatir por
parte de los principales poderes políticos participantes aunque no se
presentaran combates, 2.-) un tiempo de combates que estuvo por ellos determinado
y, además, 3.-) un tiempo representado por las vivencias (o tiempo interior) de
los sujetos involucrados y afectados por el citado conflicto.
El tiempo determinado por la voluntad de luchar es un tiempo lineal y
relativo desde la perspectiva de cada observador, es decir, de la capacidad de
cada uno de los poderes involucrados para imponer la propia idea del tiempo al
resto de los poderes políticos combatientes. Negri denominó teológica y
circular a esta concepción del tiempo debido a que se redujo este tiempo a la
linealidad del espacio y luego se organizó sistémicamente para efectos de la
producción. Los actos de guerra, en este sentido, son expresiones de la forma
de manutención de ese tiempo (1997:35). Este tiempo lineal hecho circular
mediante la aplicación de la fuerza, según Negri, pasó a ser la naturaleza
misma del Estado. El tiempo vivencia (o tiempo interior) es, en este contexto,
como ya se explicó, el tiempo que no está supeditado a la circularidad y por
consiguiente al Estado.
Estas consideraciones sobre el tiempo entendido de manera circular permitieron
a HyN elaborar su concepto de Imperio debido a la relación recíproca de
violencia y Estado que en sí está destinada a mantener y expandir el orden
existente a toda la humanidad tal como lo intentaron los Habsburgo en la Europa
del siglo XVII (2002:313)[54].
Ante esta relación recíproca de violencia y Estado (que HyN también han
denominado biopoder) habría que hacerle la guerra
contra la guerra como un medio para asegurar desde el mismo tiempo interior
su posibilidad de despliegue como una expresión de libertad. Hacer la guerra contra la guerra es
efecto entonces de la intención de salir del estado de guerra actual para
evitar que se repita algo análogo a la GdlXXXa permitiendo a su vez el
despliegue de la potencia como expresión de la posibilidad de auto-realización
de la humanidad en un contexto global. Así pues, lo que está subyacente en la
GdlXXXa como paradigma es el deseo de HyN de evitar que se repita este hecho
porque la guerra en sí misma persigue el poder entendido como apropiación o
control de los modos de producción para los fines de esa entidad que se estaría
conformando y que denominan Imperio.
Desde esta perspectiva, considerando el deseo de la humanidad de oponerse a
algo que pueda destruirla, HyN apelan a su esencia, es decir, la potencia misma
del hombre entendido desde su capacidad productiva, con el fin de que el acto
mismo de oposición permita el desarrollo de un proceso de constitución y
perfeccionamiento.
I.1.4.- Reflexión
final.
Afirmar que la GdlXXXa fue una
guerra civil europea significa entonces para HyN que la citada confrontación
tuvo como objeto el poder a pesar de que no se logró el propósito de constituir
un imperio universal. El objetivo de obtener el poder fue producto del temor al
empobrecimiento porque en ese entonces era considerado como un obstáculo
insuperable para que el hombre pudiese desplegar su potencia para perseverarse
en su existencia. Este propósito se manifestó en la apropiación, por intermedio
de la guerra, de bienes, territorios y su capacidad productiva. Una ojeada a
los primeros artículos de la denominada Paz de Westfalia evidencia cómo se
redistribuyó la propiedad en concordancia con el resultado que había producido
la guerra en los territorios alemanes y en el resto de Europa[55].
En relación con las semejanzas entre la GdlXXXa y la
guerra global que según HyN se está comenzando a vivir, estos autores han
afirmado que esta semejanza está dada por el contexto de transición política
que está ocurriendo actualmente donde lo
afuera cada día se está haciendo pequeño, y lo adentro está tendiendo a mantener a la humanidad dentro de un
orden específico mediante la guerra (Negri, 2004:151). Todo este proceso está
ocurriendo dentro de un contexto signado por: 1.-) el desarrollo de unas nuevas
relaciones de producción e intercambio enmarcados en lo que se ha denominado
trabajo inmaterial favorecidas por las tecnologías de información y
comunicación y 2.-) el desarrollo
de una nueva burocracia eficaz que, como en el siglo XVII, está permitiendo el
perfeccionamiento de un nuevo aparato de
captura y una nueva máquina de guerra
del Estado.
Consecuentemente, de lo antes expuesto se podría
afirmar que el horizonte de comprensión que representa para HyN la GdlXXXa
parece ser en parte adecuado. Sin embargo, desde el punto de vista ontológico
la GdlXXXa fue un evento sumamente complejo para establecer un anclaje desde el
punto de vista histórico debido a que su signatura abarcó una multiplicidad de
eventos singulares dentro de una particular situación planteada cuya
complejidad ha sido difícil de aprehender. Basta para ello tener en cuenta la
gran cantidad de documentos sobre el tema que están comenzando a ser publicados
en fecha reciente. Esta complejidad que hemos denominado rizoma de guerras podría constituir una importante
herramienta exegética para la comprensión del estado de guerra global actual. Pero
para ello, HyN deberían incluir una serie de conflictos interestatales e
intraestatales presentes en diversas partes del globo como una manera de
generar las condiciones que permita establecer una semejanza que pueda, como
aquí se ha señalado, producir las herramientas que muestren las tendencias que
faciliten la realización de acciones político-estratégicas.
Desde el punto de vista arqueológico, la principal dificultad en usar a la
GdlXXXa como una signatura estriba en que desde la perspectiva histórica es muy
difícil conocer cómo la relación ansiedad-miedo operó de una manera tal que
hizo posible que se desencadenara la guerra. Esta dificultad no sólo se
encuentra en el modo como HyN han entendido este fenómeno acaecido en el siglo
XVII, sino también cómo ha sido comprendido hasta el presente. Teniendo presente lo antes afirmado pareciera que el conflicto del
siglo XVII, como paradigma, parece evocar la idea de la lucha por un cambio
político. Desde ese contexto HyN tratan de evitar razonablemente que la lucha
por la libertad que proponen, se convierta nuevamente en una guerra permanente
por el poder a escala global. Ello explica el uso que le han dado a la
expresión hacer la guerra contra la
guerra, es decir, combatir un estado que en cierta forma sería una reproducción de la GdlXXXa.
Desde esta perspectiva, la GdlXXXa, en sus inicios, podría
ser considerada como una herramienta exegética que permitiría explicar
parcialmente la naturaleza del naciente conflicto presente en el mundo de hoy
sobre todo si se tiene presente la reaparición de fenómenos que nos recuerdan
el conflicto bélico del siglo XVII como nos lo han mostrado Simplicius Simplicissimus
y Estebanillo González. Pero se plantea la necesidad de entender
fenomenológicamente la actual naturaleza de la guerra y de sus conexiones
posibles con el fin de constatar la aparición de un rizoma de guerras y su
conexión con el proceso que ha signado las relaciones de producción e
intercambio para determinar la consistencia del uso del fenómeno bélico del
siglo XVII como paradigma y evitar así su repetición en concordancia con el
propósito político de HyN de hacer la
guerra contra la guerra.
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[1] Se van a usar las letras “I” para referirse a la obra Imperio, “M” para nombrar Multitud y “C”, Commonwealth.
[2] Ver también: I Promessi Sposi de A. Manzoni (Negri,
2004:42) y La vida y hechos de Estebanillo
González, hombre de buen humor
de E. González (Schmitt, 1966:45).
[3] Ver al respecto:
Astorga (1998:433-434), Negri (2006:193-195) Deleuze (2006:120-121) y Spinoza (1677/1980:59).
[4] A. Guevara fue un colaborador cercano
del emperador Carlos I de España. Ver: Proyecto Filosofía en español.
Disponible: http://www.filosofia.org/cla/gue/gueca20.htm.
[5] Negri expresa también al respecto:
“l´antagonismo moltiplica, su tutte le dimensioni dovute, l´esuberante
espansività del essere costituente. L´essere che si costruisce, in Spinoza è
realtà esplosiva. Siamo ormai lontani dai primi approcci alla tematica
dell´imaginazione quando l´incertezza del progetto si muoveva come tra ombre
della realtà! Qui
l´essere critico, l´essere conflittuale, l´essere antagonistico diviene chiave,
insieme, di maggior perfezione ontológica e di maggior libertà ética”
(2006:202).
[6] En este
sentido, Negri expresó que desde el fin de la GdlXXXa el uso de la fuerza había
hecho que: 1) se pusiera en marcha el mecanismo de la acumulación, 2) se
estableciera y fundamentara el proceso que dio inicio a la alienación del
trabajador y 3) se estableciera un instrumento de mediación entre la acumulación
y el derecho, haciendo de este ultimo un mecanismo subsidiario de la
acumulación (2002:313).
[7] Este concepto de Imperio
de HyN ha sido criticado por
Virno y Gago (2006:03) por su falta de claridad y también por otros autores
como “Petras, 2001; Boron, 2002; Bellamy Foster, 2001” (Rush, 2003:287) por su
diferencia con los conceptos tradicionales de imperialismo e imperio. D. Zolo,
por su parte, expresó que ese concepto le había parecido el más logrado en la
obra de los autores objeto de estudio (2004:25) y Žižek (2001) afirmó, que en término de las tendencias que marcan los procesos
socio-económico globales, el Imperio se encontraba en una fase previa similar a
las circunstancias históricas que estuvieron presentes en el momento de la
elaboración del Manifiesto Comunista.
[8] Ver al
respecto: Parker (2004:65), Kinder y Hilgemann (KyH) (1988:269), Wilson (2009), Cooper (1980: 340), Petersen
(2010) y Schiller (1853/1998: libro I, parte V). Este acto fue consecuencia de
cuatro eventos que ocurrieron en forma simultánea: 1.-) la indignación que
produjo una serie de abusos cometidos por autoridades imperiales católicas
contra comunidades protestantes en la región de Bohemia, 2.-) la guerra de
sucesión de los feudos imperiales de Jülich-Cleves, 3.-) la guerra entre
Venecia y los Habsburgo y 3.-) la guerra por la sucesión del feudo imperial de
Mantua.
[9] Otros aspectos que son coincidentes del período en que se
desarrolló la GdlXXXa y el estado de guerra actual han sido: 1.-) el auge de las tecnologías de información y comunicación, 2.-) la crisis
del sistema financiero europeo que se manifestó en crisis monetaria y 3.-) el
aumento del nivel de bienestar de la población como consecuencia del
mejoramiento de las condiciones de vida. Ver: Wilson
(2009), Negri (2007:82-83) y Parker (2004:22-25).
[10] Este fue “un
país de muchos estados y de muchas economías” producto de la división del
imperio carolingio en el siglo VIII. Fue una entidad política de fundamento
católico cristiano-romano, cultura greco-latina e idioma más o menos común
(Parker, 2004:18).
[11] Ver: Cooper
(1980: 339), Aldea (2008:07), Wilson (2009) y KyH (1988:269).
[12] Hay que destacar que en la obra Imperio, HyN ven, en principio, la GdlXXXa como una guerra civil
germana (I, 83).
[13]Negri expresó interpretando a DyG, que
rizoma es un proceso de producción de singularidades, donde el concepto de vida
se presenta como un conjunto de interrelaciones – unidad y multiplicidad,
conexiones y heterogeneidad, rupturas y líneas de fuga que se invierten según
una cartografía incesantemente renovada (2006-2008:103).
[14] Según DyG es algo que produce cortes, flujos o escisiones que
permite la producción de conceptos. Dicho de otra manera es la facultad de
pensar. Ver: Del Bufalo (2010).
[15] El poder es aquí
entendido como lo que media entre bienestar y forma de vida. Ver: Del Bufalo
(2012) y Agamben (1996:152). Por su parte, autoridad es la potestad que tiene
una persona o grupo para mediar entre bienestar y forma de vida.
[16] En la nota al
pie 04 se mencionó que Guevara fue un colaborador de Carlos I. Los otros
fueron: M. Gattinara, que recogió la idea de la monarquía universal de Dante a fin de alcanzar una pax romana y P. Ruiz de
la Mota que le
dio el carácter cristiano con la consigna de defensa de la fe (Fundación
Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, 2000). En
relación con Dante, ver: (1317/2009: 05, 35, 71 y 126).
[17] El uso de la expresión plano
abstracto es un recurso que estamos utilizando para indicar las ideas que
sustentaron los antagonismos presentes en esa época.
[18] Ver: Spinoza (1980:168 y 174).
[19] Un ejemplo actual de lo que puede representar el miedo a la
pobreza y sus consecuencias ha sido el caso del ciudadano griego Dimitri
Christoulas que puso fin a su vida “para no tener que hurgar en la basura para
subsistir”. Ver: www.elmundo.es. En el caso
particular de la GdlXXXa, Negri expresó que el periodo 1619-1620 se caracterizó
por el estallido de la primera crisis del primer desarrollo capitalista. Este
acontecimiento se manifestó, como ya se anunció, en crisis monetaria
(2007:82-84). Ver también: Parker (2004:24).
[20] Este proceso que condujo a la Paz de Ausgburgo se debió a la
amenaza que representaba el avance otomano en Europa. En este proceso se produjo
la expulsión de los Welsares en Venezuela, más que todo debido a la sospecha
imperial de que estaban financiando las acciones de los protestantes.
[21]El camino a la guerra se labró por: 1.-) el
interés de los reformados de hacerse con el poder imperial dentro de un
contexto de divisiones internas y 2.-) una deliberada política romana de
recuperación del poder perdido. Estos dos hechos generaron la adopción de una
serie de mecanismos de resistencia por ambas partes. El acto de resistencia fue
reconocido por Vitoria frente a los propios gobernantes como un acto de
conciencia (1528-32/2000:85 y 88). Por otra parte, la
rivalidad de la iglesia católica y los calvinistas, según Weber, estuvo
relacionada con el uso de los segundos del concepto de “predestinación” que
implicaba un sistemático autocontrol y una autoimpuesta santidad en el obrar
llevada a sistema que llegaría a tener importantes consecuencias económicas y
sociales (1999:147 y 149). Consecuencias económicas en el sentido de que la necesidad
para que el creyente alcanzara la seguridad en sí mismo le hizo abrazar desde
el punto de vista ético-individual el trabajo profesional incesante que
favoreció la acumulación y consecuentemente la productividad y la prosperidad
(Ibíd.:133). Desde el punto de vista social, porque esa ética apuntaba al
servicio de la vida terrenal de la colectividad trayendo como consecuencia una
reorganización de la vida en sociedad para garantizar la salvación. Estas
prácticas contrastaron notoriamente con las desarrolladas por las autoridades
católicas convirtiéndose en una fuente de conflictos (Ibíd.:103 y 151). Este
derecho de resistencia usado por los calvinistas que estuvo en los orígenes de
la GdlXXXa, ya había sido visualizado por Negri en la obra Poder Constituyente. Ver: (2002:159-160).
[22] Junto con la conexión de conflictos que orbitaron
en la GdlXXXa, en Inglaterra, Francia, Suecia y España, se produjeron
conflictos violentos de carácter interno que se sumarían al cruento proceso de
conquista y colonización del continente americano.
[23] Aquí se puede observar cómo HyN logran
establecer semejanzas entre la experiencia del principal conflicto bélico del
siglo XVII con las tendencias actuales sobre todo en lo concerniente a la estrecha relación entre
economía y guerra que ha fomentado, en parte, el resurgimiento de “empresarios
militares” (M, 257).
[24] Ver: Bonalume (2009:65-71).
De igual forma, en el año 1632 se produjo la ocupación de las que llegarían a
ser las Antillas Holandesas.
[25] Para Foucault no
había semejanza sin signatura, puesto que “el mundo de lo similar sólo puede
ser un mundo marcado” (1968:36).
[26] Ver: Negri (2004:68).
[27] Negri expresó que la imagen iconográfica que usó fue el del
imperio bizantino (2004:65), pero ese imperio se constituyó a partir de otro.
En cambio, el proyecto atribuido a Carlos I fue un intento para tratar de hacer
renacer un imperio que en cierta forma evocaba uno del pasado.
[28] La causa de
esta afirmación se debe a que la mayoría de los conflictos (nacionales e
independentistas) que se desencadenaron después de la Segunda Guerra Mundial se
han desarrollado de manera asimétrica, es decir, asimetría de capacidades
políticas y militares que ha obligado a actuar en forma de red siguiendo
diferentes formas de acción para alcanzar el objetivo político. La red, según
HyN, se caracteriza por el hecho de que su presencia es indeterminada. Esta
indeterminación es “huidiza, efímera y se encuentra en fuga permanentemente”
permitiendo con ello contrarrestar las desventajas de la asimetría (Ibíd.).
[29] Ver al respecto la denominada “Revolución en los Asuntos Militares” desarrollada en EE.UU.
(M, 65, Coutau-Begarie, 1999:350 y
Q&W, 1999:45-62).
[30]Ver: The Economist: “The Arab world. The Awakening. 19FEB2011” y “Tunisia and the Arab world. Let the scent of
jasmine spread. 22ENE2011.
[31] Ver: Astorga (2008:10), Mandarini
(2005:211) Ramos (2005:373-374) y Mouffe (2007:120).
[32] Ver: Gadamer
(2003:375-377 y 456). En relación con este autor
alemán, Negri expresó que él mantenía la concepción pesimista y totalizante del
ser que está presente en la obra de Heidegger (2006-2008:99). Es decir, Gadamer reproduce en el fundamento de su
propuesta metodológica la imposibilidad de crear y de ser que Heidegger
denunció como crisis de la modernidad debido a que su método se focaliza en
hurgar y desocultar lo que ha ocultado la tradición como un modo sólo de comprender
y no de cambiar la historia.
[33]Ver también: Blanco (2010:157).
[34] Ver también: HyN, Maquina
de Guerra (C, 330) (M, 66, 231), Aparato
de Captura (I, 71), (C, 142, 348).
La importancia de estos conceptos ha sido destacada por: Sibertin-Blanc (2005:299)
y Guareschi (2005:17).
[35] Ver: (2008:452-455 y 1985:154).
[36] Ver al respecto: Osiander (2001:264-266), DyG (2008:453), Mouffe (2007:86) y Negri
(2006:138).
[37] La
independencia de estos países fue reconocida en el Tratado de Paz de Westfalia (Artículos VI y VII).
[38] El concepto de
biopolitica fue introducido por Foucault en la década de los años setenta del
siglo pasado. Para este autor, la biopolitica fue “la manera como se ha
procurado desde el siglo XVIII, racionalizar los problemas planteados a la práctica
gubernamental por los fenómenos propios de un conjunto de seres vivos
constituidos como población: salud, higiene, natalidad, longevidad, razas…”
(2008:359). HyN entienden como biopolítica: 1.-) la forma como la sociedad de
control se expresa en “el conjunto del cuerpo social que se desarrolla en su virtualidad”
haciendo que el poder se hunda “en las profundidades de las conciencias y los
cuerpos de la población y, al mismo tiempo, …en la totalidad de las relaciones
sociales” (I, 39), y 2) el poder de vida para resistir y determinar una
alternativa producción de subjetividad (C, 57). Agamben por su parte ha
definido la biopolítica como la forma en que se ha politizado la vida misma
dentro de un marco de estado de excepción (2010:151-156). Para Del Bufalo,
biopolítica es inducir formas de vida (2010).
[39] Este grado de pertenencia al conjunto que tiene una analogía viene dado, según Foucault, por
la superposición de la conveniatio y
la aemulatio. Esta superposición permite visualizar lo simpatías y las
emulaciones que al final se marcan como situaciones análogas mediante un signo
que las identifica (1968:42). Aquí hay que destacar que el filósofo italiano se
apoya en la obra de Foucault citada en este trabajo.
[40] Ver también: Foucault (1968:37).
[41] Además del hecho que en ese periodo acaecían lo que se denominaba
guerras privadas, en el presente este fenómeno se observa desde dos
perspectivas: 1.-) el advenimiento de poderes no estatales capaces de hacer la
guerra (M, 257) y, 2.-) la renuencia en padecer bajas ha incrementado el empleo
de “empresarios militares” como ha acaecido en Kosovo (1998) e Irak (2003-2008)
(Luttwak, 1999). Estas tendencias han limitado la capacidad de aplicación de lo
que se conoce hoy en día como Derecho Humanitario Bélico (SSI, 2010:03-04).
[42] Ver al respecto: Foucault (2008:70)
[43] Ver al respecto: Cocco donde indica citando a Oswald de Andrade
que pide restaurar el sentido de comunión del enemigo valeroso en el acto
antropofágico, es decir, un acto simbólico y mágico donde reside toda la
comprensión de la vida del hombre (2006-2008:307).
[44] Según Agamben, la arqueología trata “de acceder
por primera vez al presente”, mediante la eliminación “de los fantasmas del
inconsciente y de las estrechas redes de la tradición que impiden el acceso a
la historia mediante el análisis del lenguaje desde una perspectiva histórica”
(2008:43, 147-152).
[46] Ver al respecto: DyG (2008:391-392) y (1985:203), Bergson, 1923/2006:57, Heidegger, 1927/98:19-21 y
Negri, 1997:65).
[47] Ver también: Arendt (1967:222).
[48] Ver también: Foucault (2000:56).
[49] La expresión “duelo” es
producto de la contracción de las palabras latinas ‘duorum bellum’, o sea bellum, contienda entre dos (Ver: Diccionario
de Autoridades I: 346-347).
[50] Pufendorf, por su parte, expresaría posteriormente que la guerra
era consecuencia de la imposibilidad de garantizar la seguridad por otro medio
que no fuese la fuerza (1672/1931:13).
[51] Hobbes (1651/1989:107) y Astorga (1999:134).
[52] Para los antiguos alemanes esta palabra
tuvo, al parecer, diversos orígenes: el primero, “Gewerr” (enredo) o “gewirr”
(caos), es decir, una metáfora relacionada con la palabra “wesser” que denotaba
los cambios imprevistos del rumbo de las cosas por los flujos y contraflujos
producidos cuando dos torrentes de un río confluían en un mismo punto. En el
segundo significado, muy relacionado con el primero, la palabra “werra” denotaba mezcla. Esta palabra a su vez provenía de la
palabra (fir-) werran que significaba embarullar, enmarañar, confundir. De ahí
surgirían palabras como werre-man (guerre-man, gens d´ armes, guerrero, warrior)
y wehr (landwehr, wehrmacht). La palabra “werra” refirió entonces a un
diferente modo de combatir de los germanos (en relación con los romanos). En
este modo no había un inicio y un fin, sino era un estado donde los actos de
fuerza se podían presentar en cualquier momento. Posteriormente, los pueblos de
la Europa occidental modificarían la palabra “werra” y la derivarían en las expresiones
“guerra” o “warre” (war) para expresar un estado y los actos que de ese estado
de inseguridad se presentaban (Blanco, 2007:28). Corominas expresó al respecto
que la expresión castellana “guerra” fue usada primeramente de forma despectiva
por los latinos para calificar formas de luchar que no se ajustaban al bellum romano (Bueno, 2011).
[53] Ver también: Schmitt
(1932/1965:76).
[54] Negri afirmó que el poder del Estado, violencia concentrada y
organizada en la sociedad… fabrica el derecho y el derecho… se pliega sobre lo
real, sobre la historia, sobre el espacio y el tiempo del mundo (Ibíd.). Sobre
la categoría de la relación recíproca en la guerra, ver: Blanco (2007:53-55).
[55] Ver artículos III, IV y V del citado tratado de paz.
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