miércoles, 1 de marzo de 2023

LA PARTICIPACIÓN ESTADOUNIDENSE EN LA CAMPAÑA NAVAL DEL LAGO DE MARACAIBO II: EL COMBATE NAVAL DE ISLA LARGA DEL 01MAY1823

 


 

El punto culminante de la guerra de independencia de Venezuela no lo representó la batalla de Carabobo sino la campaña naval de 1823 y la batalla del lago de Maracaibo

Introducción

Hay una vieja máxima quizás inspirada en el dialogo de Melos escrito por Tucidides en su obra las Guerras del Peloponeso que reza así: en las relaciones internacionales no hay amigos o enemigos sino intereses. Con el estallido de la guerra de independencia, muchos estadounidenses simpatizaron con la causa hispanoamericana, pero la política del gobierno estadounidense fue de neutralidad porque consideraba el proceso hispanoamericano como una guerra civil. Aun así, el gobierno estadounidense emitió instrucciones de colaborar con la causa independentista sin comprometer al Estado debido a complicada situación que vivieron las relaciones entre Estados Unidos y España a propósito de la Florida. Con esta actitud oficial por parte estadounidense hubo nacionales de ese país que sirvieron también a la causa realista.

La actitud del gobierno estadounidense frente a España puede explicarse en dos etapas: la primera que va desde el año 1815 al año 1821 caracterizada por el proceso que condujo a la venta de la Florida por parte de España a Estados Unidos y la creciente participación de veteranos estadounidenses de la guerra contra el Reino Unido en la lucha independentista en Hispanoamérica como lo fue el caso de Juan Daniel Danells y la segunda etapa que va del año 1821 al año 1825 caracterizada, por una parte, por la política estadounidense de guerra contra la “piratería” proveniente de Cuba y Puerto Rico los únicos bastiones españoles leales a la causa realista y, por la otra, la amplia participación estadounidense en la campaña naval que desembocó en la batalla del Lago de Maracaibo como los fueron los casos de Danells, Peter Storms, David Thomas, Marcy Mankin entre otros. La campaña naval que condujo a la batalla naval del Lago de Maracaibo tuvo cinco momentos que se mencionan a continuación de forma cronológica:

·         El bloqueo de Maracaibo y Puerto Cabello

·         El combate naval de Isla Larga

·         El forzamiento de la barra y posterior batalla del lago de Maracaibo

·         La liberación de Puerto Cabello

·         El envió marítimo de refuerzos a Perú vía Panamá.

En el caso particular de esta investigación, de las dos etapas de la participación estadounidense nos interesa la segunda, en especial el combate de isla Larga y el forzamiento de la barra y posterior batalla del Lago de Maracaibo porque en la participación de nacionales del país del norte hubo una situación poco aclarada en la historiografía estadounidense, colombiana y venezolana como lo fue la participación indirecta de Estados Unidos en la contienda independentista. El combate de Isla Larga es el propósito de este escrito. En relación con el forzamiento de la barra y la batalla naval en sí lo hemos planteado recientemente en LA NAVE ESTADOUNIDENSE “PEACOCK” Y SU CONTRIBUCIÓN A LA CAUSA REPUBLICANA EN LA BATALLA NAVAL DEL LAGO DE MARACAIBO.

Si bien en el combate de Isla Larga no hubo evidencia de que fue así, en el momento de la batalla del lago en sí si hay evidencias de lo antes dicho. Pero en el caso específico de Isla Larga, como veremos, la actitud de los marinos estadounidenses no fue uniforme quizás por la ambigüedad del mismo gobierno norteamericano y ello condujo a un revés para las armas republicanas. Un revés que permite extraer muchas enseñanzas a la luz del pasado y del presente. Por ello, como antesala de la publicación del libro “DE LA BATALLA NAVAL DEL LAGO DE MARACAIBO A LA LIBERACIÓN DEL CALLAO: La Máquina de Guerra y el Aparato de Captura en Aguas Hispanoamericanas (1808-1826)” vamos a analizar, como prefacio, el combate naval de Isla Larga, aunque en la obra citada Luis Farage hace un exhaustivo estudio de dicho encuentro desde una perspectiva antropológica e histórico-forense. Para tal fin vamos a hacer una descripción del contexto general de la guerra en el mar en el año 1823, seguidamente, describiremos las unidades navales y el teatro de operaciones del 1 de mayo de 1823 fecha del combate de Isla Larga y finalmente describiremos y analizaremos el combate en sí.

a.- El contexto general de las operaciones en el año 1823

La alborada del año 1823 se presentó con buenos auspicios para las armas realistas en América y en especial en la cuenca del mar Caribe. Además de contar con las islas de Cuba y de Puerto Rico, el orden realista contaba aun con importantes plataformas de operaciones en América que le permitían defender el espacio marítimo y continental y proyectarse sobre el interior de los territorios americanos y reiniciar así la reconquista. Estas plataformas fueron las fortalezas de San Juan de Ulúa en las cercanías de Veracruz (México), de San Carlos en las cercanías de las ciudades de Maracaibo y Coro y la de Puerto Cabello[1].

La campaña de Maracaibo, en sí misma, se inició con la recuperación del control realista sobre Maracaibo y Coro. Esta recuperación fue consecuencia de una audaz maniobra marítima realizada por Francisco Tomás Morales quien engañó a las fuerzas bloqueadoras del general José Antonio Páez en Puerto Cabello y embarcar así a bordo de catorce naves 1.200 realistas de infantería y caballería que condujo al Golfo de Venezuela, desembarcar en Cojaro en la costa de la Guajira, y dirigirse al Sur, hacia Maracaibo hasta derrotar a Lino de Clemente en Salina Rica. Este hecho puso en jaque a Colombia la grande amenazando la proyección del proceso independentista hacia el sur del continente en virtud del estancamiento de la situación político-militar en Perú y de la poca claridad en el resultado de la entrevista entre los libertadores José de San Martín y Simón Bolívar en Guayaquil.

Además de esta situación y a pesar de la crisis que sobrevendría en la península que significaría el fin del gobierno liberal, a los realistas se le presentó la oportunidad de aprovechar: en primer lugar, las disensiones internas dentro del seno de los estados recientemente establecidos, en segundo lugar, las disensiones provocadas que finalmente desembocarían en la creación de las Provincias Unidas Centroamericanas y, en tercer lugar, los potenciales conflictos que se estaban gestando por la aparición de un nuevo actor en el escenario americano: Rusia cuyo impacto se observaría en lo que se conoció como la doctrina Monroe, establecida a finales del año 1823 después de haberse aclarado la situación militar con la decisiva derrota realista en Maracaibo. Fue en este marco donde se circunscriben las acciones realizadas por el capitán de navío Ángel Laborde al norte de Suramérica como comandante del apostadero naval de Puerto Cabello y comandante de las fuerzas navales realistas que participaron en la campaña naval de Maracaibo.

En este contexto, España a pesar de haber quedado muy debilitada como consecuencia del proceso independentista en su territorio que afectó a su otrora respetado poder en el mar contaba todavía con recursos suficientes para revertir la situación adversa que enfrentaba. Pero además de la lucha anti independentista, España tuvo que maniobrar diplomáticamente frente a Estados Unidos porque se había hecho presente en el escenario del mar Caribe para “reprimir” la “piratería” proveniente de Cuba y Puerto Rico, es decir, para debilitar aún más el poder español a pesar de la reciente cesión de la Florida y aprovechar la situación de ambigüedad política que significó declararse neutral frente a un proceso independentista hispanoamericano que consideraron como una guerra civil para hacer una mayor presencia en la cuenca caribeña[2]. Esta ambigüedad fue más notoria si se considera que el acuerdo Onis-Quincy Adams que definió las fronteras entre España y Estados Unidos de 1821 entró en vigencia el mismo año en que México declaró su independencia de España.

Así pues, la posesión por parte de los realistas de varios puntos de apoyo a nivel continental para proyectar una potencial operación de reconquista contra los estados recién independizados el centro de gravedad del conflicto se había desplazado de nuevo al mar. Decimos de nuevo debido a que la fase decisiva de la guerra de independencia en Venezuela se inició con la expedición naval de Los Cayos y se concretó con la campaña fluvial y terrestre que condujeron a la liberación de Angostura y la proyección del poder militar al hinterland venezolano y neogranadino.

Este escenario naval en el año 1823 se dinamizaría cuando desde la Habana se decide enviar refuerzos para apoyar las acciones emprendidas por Morales en Maracaibo hacia el este, el sur y el suroeste de esa ciudad que amenazaron la nueva república. El capitán de navío Ángel Laborde, zarpó de la Habana el 03 de abril de 1823 y después de escoltar un convoy por el canal de Bahamas se dirigió a Puerto Rico y finalmente se dirigió a Tierra Firme con la misión específica de apoyar los esfuerzos de Morales y mantener viva la llama realista en el área.

El vicepresidente encargado de Colombia el general Francisco de Paula Santander al recibir las alarmantes noticias que llegaban acerca de las operaciones de Morales, el acérrimo combatiente realista que durante diez años de luchas había tenido en jaque a las fuerzas independentistas de Venezuela tomó las medidas necesarias para conjurar la amenaza. Dentro de estas medidas es que se enmarca la designación de los generales Mariano Montilla como comandante de las operaciones sobre Maracaibo y del general José Prudencio Padilla como comandante de las fuerzas navales que allí operarían. De igual forma se entiende la designación del capitán de navío Renato Beluche para que se dirigiera a la Guaira para reunir los refuerzos navales que fueran posibles. Los temores llegaron a extremos insospechados cuando se supo que Morales había incursionado con sus tropas en San José de Cúcuta (la capital insurgente de la Gran Colombia) y amenazaba las provincias de Socorro y Pamplona cuyo sometimiento le abriría las puertas de la capital neogranadina.

Frente a este escenario, debemos indicar que para marzo de 1823 había en Colombia un aproximado de 18.000 combatientes desplegados entre el centro norte de la Nueva Granada y al noroeste del rio Orinoco en Venezuela[3]. Es decir, a inicios de 1823 la mayor parte de la máquina de guerra colombiana estaba empeñada en recuperar Maracaibo y en evitar que surgieran nuevos brotes realistas como ocurrió en Coro y en Pasto. En ese momento histórico estos hombres en armas fueron requeridos con urgencia por el libertador Simón Bolívar debido a la complejidad de la situación peruana y el fracaso de la campaña de Intermedios que puso a los realistas en una situación ventajosa en el alto Perú.

2.- El teatro de operaciones del 1 de mayo de 1823 y Unidades navales

La importancia de Puerto Cabello se remonta al proceso de fortificación que condujo a la exitosa defensa del año 1743 frente al asalto inglés durante la guerra del Asiento[4]. Esta importancia se acrecentaría cuando se elevó a Puerto Cabello como apostadero naval en el año 1804 luego de que España perdiera la isla de Trinidad. La caída de Puerto Cabello fue crucial en la perdida de la primera república en el año 1812 y en el año 1821 volvió a cobrar relevancia cuando, en primer lugar, las derrotadas tropas realista en Carabobo se atrincheraron en esa plaza y, en segundo lugar, cuando Laborde asumió el cargo de comandante de la misma. Con este repliegue realista la citada plaza volvió a cobrar relevancia y se evidenció su valor estratégico como punto de proyección del poder militar hacia el hinterland venezolano y hacia el occidente y el norte del mar Caribe.

Teniendo esto presente, Puerto Cabello estuvo bloqueada por unidades independentistas mediante tres líneas de bloqueo. La primera estuvo alrededor de Punta Tucacas y estuvo conformada por el bergantín “Pichincha” y la goleta “Vencedora”, la segunda línea estuvo alrededor de la ensenada de Puerto Cabello, un espacio de mar que va desde Isla Larga hasta el sistema de fortificaciones y estuvo conformada por las corbetas “Bolívar”, “María Francisca” y “Carabobo” y la tercera era una línea cercana que esta custodiando la boca del puerto conformada por las goletas “Rayo” y “Flor de la Mar”.

La geografía fue, en este contexto, un factor fundamental que va a condicionar las operaciones debido a que la idea del teatro se circunscribe a cómo era Puerto Cabello en el año 1823 a propósito de las acciones terrestres emprendidas por los independentistas que condujeron a la liberación de la plaza[5]. En el ensayo de Farage Dangel se muestra el pasado y el presente del teatro de operaciones, pero Jiménez Muñoz fue más allá al tratar de definir cómo fue el espacio operacional en el momento histórico de la campaña[6]. Además de ello debemos decir que es muy difícil describir cuál era la configuración de la costa en el área de operaciones. Lo importante a destacar aquí es el hecho de que se usara a Isla Larga para alistar a un navío republicano que se encontraba bloqueando Puerto Cabello después de un periplo corsario. Nos referimos a la corbeta “Carabobo”. Este mantenimiento de una nave nos dice algo acerca de las practicas corsarias de la época en función de la tecnología existente y qué eran capaces de hacer los porteños en términos tecnológicos en lo que a mantenimiento se refiere.

Con respecto a los medios navales podemos decir que es muy difícil establecer el origen de las tripulaciones de los navíos con muy contadas excepciones como se observará a continuación.

División naval de bloqueo al mando del Comodoro John Daniel Danells:

Navío

Características

Comandante

Tripulación

Corbeta Carabobo

28 cañones

Juan S. Maitland

110 hombres en su mayoría de origen estadounidense

Corbeta María Francisca

22 cañones entre 9 y 12 libras[7]

Guillermo Christie

98 hombres, se presume que por su origen producto de una captura la tripulación era mixta

Corbeta Bolívar

24 piezas de a 32 libras y 2 cañones de bronce de a 24 libras en su castillo

Jaime B. Murray

150 tripulantes, la mayoría de la tripulación era estadounidense[8].

Bergantín Vencedor

Dos de sus piezas de artillería fueron desmontadas para reforzar el bloqueo desde tierra

Tomas M. Brotherton

Si se considera que observa un patrón común en las unidades independentistas creemos que su tripulación fue mixta de alrededor de 50 hombres

Bergantín Pichincha[9]

Si se considera que observa un patrón común en las unidades independentistas creemos que portaban un cañón montado en crujía

Mathews

Ibid.

Goleta Flor de la Mar

Ibid.

Samuel Wright

Ibid.

Goleta Rayo

Ibid.

Woods

Ibid.

La certeza que se tiene del personal estadounidense, con la excepción de la corbeta “Bolívar”, la tenemos por los muertos y prisioneros de las corbetas “Carabobo” y “María Francisca”. Por otra parte, el conocimiento de los nombres de los comandantes de esta armada indica, en los casos donde hay registros, de la escasez o la vaguedad de información al respecto. Como veremos más adelante también, los nombres de los comandantes eran anglosajones, pero no se puede decir con certeza que todos eran estadounidenses.

Flotilla de refuerzo a la división que estaba operando en el Golfo de Venezuela al mando del capitán de navío Renato Beluche estaba compuesta como sigue:

Navío

Características

Comandante

Tripulación

Bergantín Independencia / Independiente

un cañón de a 18 libras en colisa y catorce cañones de calibre entre 9 y 12 libras en las bandas

CN   Renato Beluche

130 hombres de dotación, creemos que la tripulación era mixta, mayoritariamente de Nueva Orleans

Goleta “Leona”

un cañón en colisa de a 18 libras y tres de a 9 libras

Juan Mackan

80 hombres de diferentes orígenes

Goleta “Antonia Manuela”

cañón montado en crujía

Desconocido[10]

50 hombres de tripulación de diferentes orígenes

Goleta “Juana”

Ibid.

Desconocido

Ibid.

Goleta “Favorita”

Ibid.

Desconocido

Ibid.

Barca mercante “Eronión/ Heroína

N/A

Desconocido

Desconocido

 

Es conveniente acotar aquí una observación realizada por Jairo Bracho en las conferencias que realizamos en Puerto Cabello a propósito de la conmemoración del bicentenario del inicio de las operaciones navales de liberación de Maracaibo de que la aparente escasez de tripulantes criollos obedeció a que la mayoría de ellos murió en combate en las primeras etapas de la guerra de independencia. Además de los comandantes, todos de origen anglosajón debemos decir algo de las tripulaciones anónimas, en su mayoría estadounidenses, que participaron en Isla Larga. Nicolas Terrien expresó que las naves corsarias fueron el espacio de libertad para muchos de los tripulantes que las conformaron puestos que fueron expresión del cruce de

“d'une multitude de trajectoires et d’expériences individuelles qui tissaient en se cumulant une trame nouvelle de relations sociales et d'obligations mutuelles, de lignes parcourues et d’espaces vécus. Bien que la reconstitution de cette trame soit, dans le détail, hors de notre portée, il est possible d’en obtenir une approximation satisfaisante en changeant de focale, en s’attachant à ces expériences individuelles, et en tentant finalement d’en dégager la géographie qui leur était associée”[11].

 

Esta multitud de experiencias individuales estuvieron expuestas a una altísima rotación de hombres en función de la armonía existente entre intereses personales y no solo las obligaciones mutuas determinadas por el pacto que comportaba la aventura de estar a bordo sino también a las obligaciones que el propio navío exigía en cualquier circunstancia.

Ahora bien, además de nombrados de la escuadrilla de Danells, podemos decir que Juan Mackan fue estadounidense, pero este último no participó en el combate a pesar de encontrarse en el área de operaciones. Beluche y él, recalcamos, tenían otra misión que al final de cuentas resultó ser la más importante.

Veamos ahora las características de las naves realistas comandadas por Ángel Laborde y Navarro[12].

Navío

Características

Comandante

Tripulación

Fragata “Constitución” (Santa Sabina)

12 cañones de 24 libras y 28 cañones de 18 libras

CF José María Chacón

330 hombres de tripulación

Corbeta “Ceres”

26 cañones de 18 libras y 1 cañón de 12 libras

TN Miguel Espino

200 hombres de tripulación.

Goleta mercante “Rosalía”

N/A

Desconocido

Desconocido

Goleta mercante “Rosarito”.

N/A

Desconocido

Desconocido

 

Aquí debemos decir, apartando la fuerza de Beluche que tenía otra misión, que los oponentes estaban bastante equilibrados con una ligera ventaja a favor de las fuerzas independentistas asignadas al bloqueo si operaban en conjunto, pero unos imprevistos rompieron la cohesión de los independentistas y ello, como veremos a continuación, les dio una contundente ventaja a las fuerzas realistas.

3.- El combate naval de Isla Larga

El primero de mayo de 1823 confluyeron sobre Puerto Cabello tres fuerzas navales: en primer lugar, las de Renato Beluche (Un bergantín y cinco goletas) que se reunió, en segundo lugar, con las fuerzas del comodoro John Danells (dos corbetas y dos goletas) en Isla Larga y las de Jaime B. Murray (una corbeta, la “Bolívar” y un bergantín el “Vencedor”) y, en tercer lugar, las fuerzas de Ángel Laborde (una fragata, una corbeta y dos goletas). Pero Beluche, como dijimos, tenía una misión que cumplir, esto es, llevar al Golfo de Venezuela los refuerzos que había reunido para aumentar aún más la presión sobre los realistas en las operaciones que se estaba realizando sobre Maracaibo. El aspecto en común de estos cuatro comandantes es que tenían experiencia como corso, pero solo Beluche y Laborde tenían experiencia de escuadra y una dilatada experiencia marinera. Debemos recordar aquí que la experiencia de Danells en las campañas navales anteriores en Venezuela orbitó en torno al corso y las operaciones de avituallamiento y bloqueo. Esta aclaratoria obedece a que las operaciones de corso se basaban en la asimetría de fuerzas a favor del atacante, cosa que en Isla Larga estuvo a favor de los realistas si se considera que las tres naves independentistas que participaron eran inferiores en potencia de fuego con respecto a las realistas. De igual forma, la designación de Danells como comandante de la escuadra de bloqueo obedeció a la experiencia ya adquirida en otras operaciones y la merecida confianza que se había ganado entre los independentistas.

Teniendo presente lo antes indicado vamos a describir la secuencia de eventos y las acciones realizadas, la táctica empleada y, finalmente, la actitud de los combatientes pivoteando sobre el reporte realizado por Beluche y Danells.

La secuencia de eventos y acciones realizadas que caracterizaron el combate puede describirse en tres momentos: la anterior al primero de mayo, que constituye la antesala del encuentro, durante el primero de mayo que contiene cinco fases (tres que explican la maniobra de aproximación y dos que explican el combate en sí mismo) y después de la citada fecha.

Antes del 01MAY y específicamente el 26ABR, Danells dio instrucciones a sus comandantes de mantener un cerco cerrado de Puerto Cabello. Tres naves tenían esa tarea: la “Bolívar”, la “María Francisca” y la goleta “Rayo”. De igual forma, el “Vencedor” y la Goleta “Flor de la Mar” estaban destacadas sobre Chichiriviche para cortar el arribo por mar del comandante realista de Puerto Cabello el general Carrera y Colina quien venía de Curazao. La corbeta “Carabobo” estaba en mantenimiento (calafateo) en Isla Larga supervisado personalmente por Danells porque no conocía de la existencia de expertos en el oficio y la necesidad de la actividad había generado problemas jerárquicos entre sus subordinados. Por su parte, la fuerza realista del capitán de navío Laborde partió de Puerto Rico el 27ABR con rumbo sur con destino Bonaire con la finalidad de interceptar cualquier embarcación enemiga. Después de arribar a estación se dirigió a Turiamo arribando el 010700QMAY un poco más al oeste, específicamente, Patanemo.

El 29ABR, el comandante del bergantín “Vencedor”, estando frente a la punta Tucacas observó al bergantín “Pichincha” varado a sotavento después de perseguir una embarcación realista que transportaba al comandante de la guarnición realista de Puerto Cabello. El comandante del citado bergantín independentista destacó a la goleta “Flor del Mar” para informar a Danells de la situación. Danells se enteró a las 302300QABR[13].  El día 01MAY mientras Danells da instrucciones al comandante de la corbeta “María Francisca” sobre qué hacer con la corbeta accidentada, esta reporta el avistamiento de las naves de Laborde que ya desde las 0700 horas de ese día tenía conocimiento de la presencia de naves independentistas puesto que había avistado, sin poderlas interceptar, a las fuerzas de Beluche. Cuando inicia la cacería, aproximadamente a las 1030Q que comienza a levantar el viento, el comandante realista avista al sur de Isla Larga una Corbeta “fondeada”, es decir, en mantenimiento, un Bergantín y dos Goletas. Aquí es donde se inicia el combate.

Para el 01MAY la situación es como sigue:

Hora

Acción

 

Beluche

Danells

1430

Rendevouz de las fuerzas de Beluche con Danells

Avistamiento de la fuerza de Laborde. Señal de alerta y al mismo tiempo preparación de la “Carabobo” para el combate pues tenía toda su artillería a babor. Mandó también los botes a recoger la gente que estaba en tierra trabajando en varias tareas.

1500

Reunión con la corbeta “María Francisca” (más dos goletas) y destaque de los refuerzos de Beluche a los Taques

La fuerza de Danells pone rumbo a la corbeta “Bolívar” que debería estar en su estación y no se encontraba.

1530

Formación de combate: (1) Carabobo, (2) María Francisca e (3) Independiente. Según Laborde la “Carabobo” estaba en el puesto 2 y más atrás la goleta “Leona” que debía proteger el convoy de Beluche[14].

Antes de dar la vela Danells dio órdenes para que se enfocaran en la Fragata con el objeto de abordarla después de darle la primera descarga a tiro de pistola; ordenó a las Goletas que luego que viesen a los buques mayores abordando la Fragata se amadrinasen a ellos y los abordasen. Después hizo señal de formar en línea de batalla, y en seguida la de prepararse a abordar al enemigo.

1545 – 1600

Estrechamiento de las dos líneas de combate y preparación para abordaje

Enemigo cerró distancia rápido adelantando las acciones. Las dos goletas patriotas abandonan la acción.

1615

El enemigo a tiro de cañón de a 18, guardando el barlovento. Esto coincide con el reporte de Laborde

 

1645

Se rompió el fuego a tiro de fusil por las dos corbetas batiendo a la fragata, y el bergantín de Beluche a la corbeta “Ceres”.

La “Carabobo” y “María Francisca” se batieron con la Fragata, el Bergantín “Independencia” con la Corbeta y las Goletas huyeron sin disparar un solo tiro.

1700

En el Independiente tres obenques del palo de trinquete, las burdas del mastelero del velacho, las drizas del foque, juanete y pico de la mayor fueron cortadas.

 

1720

Cuatro obenques, burdas del palo mayor y los amantillos de la botavara fueron cortadas, sosteniendo el fuego más vivo.

 

1730

Tres cañones de la batería se quedaron inútiles por haber faltado los bragueros recibiendo en este momento parte del fuego de la fragata que lo puso al nivel del agua tres balas de a 24, que pasaron por el costado del Independiente

 

1745

Teniendo gran parte de la maniobra cortada y con driza de Gavia, Beluche dejó correr por sotavento y al habla de la “María Francisca” para pasar más drizas de foque y brasas de gavias y de juanete mayor. En este intermedio la “Carabobo” arribó en popa y la “María Francisca” siguió la misma maniobra, movimientos que hicieron ver que abandonaba el combate; ciñó el viento, y la fragata, arribando en popa, pasó entre el bergantín y las corbetas y recibió todo su fuego que puso al “Independiente” en el último peligro; pero el valor de los oficiales, animando a la tripulación, hizo maniobrar la nave con tanta precipitación, que permitió romper el enganche. A los pocos minutos cesó el fuego de las corbetas que se rindieron a la fragata.

El bergantín “Independiente” se mantuvo en combate casi tres cuartos de hora, y luego se hizo a la vela y partió. Como había sostenido, durante un tiempo considerable el fuego de la corbeta española. No tengo ninguna duda de que sufrió severamente, y que solo esto hizo que nos abandonara. Los reportes de Beluche, Danells y Laborde sobre los daños del bergantín “Independiente” son más o menos coincidentes.

± 1840

 

Con la partida de Beluche y la de los navíos menores, Danells quedó solo con las dos corbetas para sostener todo el fuego de los navíos españoles, quedando los navíos totalmente inmaniobrables. En estas circunstancias, fueron capturados y llevados remolcados a Puerto Cabello. Según Laborde el fin del combate ocurrió el 011830QMAY y el remolque a Puerto Cabello se concretó el 03MAY

De forma gráfica, lo descrito en esta tabla se presenta en fases a continuación:


A parte de la perdida de las dos corbetas, las bajas de las fuerzas independentistas consistieron a bordo del bergantín “Independiente” en cuatro muertos y cuatro heridos y entre las corbetas capturadas 37 muertos y 21 heridos. Todos los estadounidenses capturados (las tripulaciones de las naves capturadas) fueron enviados al país del norte porque España no quería que ese país se involucrase más en la guerra de independencia hispanoamericana.

Vale decir que, según Laborde, los independentistas ofrecieron “una resistencia obstinada y temeraria” a pesar de la situación desventajosa. Las perdidas por parte de las fuerzas realistas fueron leves, según el comandante realista, debido a “que todos los fuegos del enemigo se dirigieron principalmente a los aparejos y arboladuras de nuestros buques, y se redujo entre ambos á solo 17 heridos”, pero sus naves sufrieron también averías en los cascos que llegaron a hacerle temer su desaborladura, en especial, en lo que respecta a la fragata “Constitución”. Por ello no hubo persecución. Según Laborde

“… el estado que quedó esta fragata partidas sus vergas mayores, sus masteleros de gavia y velacho, Botalón de Fok, (sic) atravesado su palo mayor, cortada su maniobra en términos de no poder merear una verga, y nuestra situación ensenados en el Golfo Triste, por resultas de las maniobras durante el combate no me permitió perseguir á los enemigos que huían ni hacer cazar á la Cerez cuya maniobra estava en mejor estado sin riesgo de malograr el fruto de la acción abandonando la corbeta rendidas”.

Después del combate la corbeta “Bolívar” y la “Vencedora” llegaron supuestamente a Puerto Cabello y se retiraron cuando no encontraron al resto de la fuerza patriota, pero, si eso fue verdad, deben haber llegado de noche debido a que Danells indicó que ya era de noche cuando fue llevado a bordo de la fragata realista y Laborde indicó que el combate cesó aproximadamente a las 1830 hrs. Llama la atención que no avistaron ni a las goletas de Danells que huyeron ni a la fuerza de refuerzo de Beluche que se dirigió a los Taques, ni al propio bergantín “Independiente” averiado por el combate. Posteriormente el 05MAY el general Soublette al conocer de la derrota ordenó a los comandantes de la corbeta “Bolívar” y la goleta “Vencedora” que se dirigiesen a la Guiara o a reunirse con las fuerzas del general José Prudencio Padilla.

Es de acotar que Danells fue sorprendido en Isla Larga y con la superioridad temporal del enemigo le fue difícil entablar combate entre las islas ni dirigirse a Borburata sin riesgo de ser aniquilado, sino que debió tratar de encontrarse con la corbeta “Bolívar” debido al estado de la “Carabobo” y al poco armamento disponible en la “María Francisca”. De más está decir que el haber regresado al país para someterse a una corte dice bastante del republicanismo del estadounidense. El propio Laborde expresó que la decisión de Danells de dirigirse al noroeste a mar abierto fue la correcta dadas las circunstancias puesto que había posibilidad de ganar la noche y huir cubierto por la oscuridad. El comandante español no tenía conocimiento de la existencia de otros navíos, aparte de los de Beluche, en el momento del combate. La sorpresa, entendida como un ataque lanzado contra unos patriotas que se encontraban insuficientemente prepa­rados en relación con sus recursos disponibles se aplica en nuestro caso a un navío, el “Carabobo”, que se encontraba en mantenimiento, es decir, sin sus potenciales recursos de movilización, pero si hubiese estado completamente alistado las circunstancias del combate hubiesen tenido un resultado similar debido a que Laborde contaba con el barlovento, la iniciativa, la actitud ofensiva, la información y la selección de los blancos a batir, la rapidez de movimiento y la maniobra[15]. Sobre este aspecto es conveniente comparar los informes de la maniobra realizados por Danells y Laborde para graficar de forma más clara la naturaleza de la acción realizada por el oficial realista.

Danells

Laborde

Los buques realistas “estaban a barlovento y emprendieron la acción ciñendo el viento con amura a babor; y reconvenido como teniendo los enemigos al barlovento pretendía abordarlos… como al principio corrían a un largo sobre el creyó que continuarían, pero que al llegar a tiro cruzaron por lo que fue impracticable su proyecto viéndose en la precisión de emprender el combate por sotavento”.

“Los buques fondeados sarparon y se dirigieron á pasar por el Fren de entre la Ysla de Santo Domingo y la del Rey, y como esta maniobra hacia cesar mis irresoluciones, viré inmediatamente de bordo y me mantuve en vela moderada a dejarlos desenvocar á mar ancho, y separar algo de la costa para que sin riesgo pudiesen tomar Puerto las goletas mercantes Española Rosalía y Rosarito que cargadas de viveres trahia bajo mi escolta y privarlos del recurso de encallar para inutilizar sus buques salvarse”

De aquí podemos inferir que Laborde se le acercó al que se encontraba en la estación uno de la formación patriota después de una descarga mutua de artillería y se coló entre la “María Francisca” y la “Carabobo” manteniendo el fuego a distancia suficiente para evitar el abordaje. La “Constitución” posteriormente rodeó las naves patriotas y con un fuego sostenido las dejó inmovilizadas sufriendo importantes daños.

La táctica corsaria, en este contexto, se basa en la sorpresa para detener la presa y abordarla. En condiciones de superioridad esto significa un mínimo riesgo. En caso de enfrentarse a fuerzas superiores el objeto es, entonces, intentar dañar el sistema de propulsión del enemigo, romper el contacto y huir y ganar la noche o tratar de encontrarse con algún refuerzo[16]. En nuestro caso, a propósito de la corbeta “Bolívar”, como indicamos no ocurrió. Creemos que pudo enviar una goleta para alertarla, pero sabemos que las goletas huyeron del combate. En este sentido el reporte de Laborde es elocuente: “Las Corbetas enemigas dirigieron casi todos sus tiros á metralla y palanqueta contra la arboladura de esta Fragata sin duda con el objeto de inutilizarnos el aparejo y proporcionar su salvación”. Esto fue lo que trató de evitar Laborde apurando las acciones sobre las naves independentistas sorprendidas en isla Larga teniendo la ventaja de barlovento y no del convoy de refuerzo para el Golfo de Venezuela que lo pudo haber intuido en términos de la naturaleza de la agrupación. Aquí Laborde contó con la ventaja de barlovento con lo cual estaba en posición de elegir el blanco a atacar puesto que, en cualquiera de los dos casos, es decir, el convoy o la fuerza bloqueadora sorprendida rompería el bloqueo. Pero en el caso de los independentistas no era así, había que proteger los refuerzos.

Por otra parte, debemos decir que, para el 01MAY, los únicos medios que estaban realizando el bloqueo fueron la corbeta “María Francisca” y dos goletas por tanto el bloqueo en sí mismo fue inefectivo. Tanto fue así que los comandantes de las goletas que huyeron ni siquiera hicieron el intento de detener las provisiones provenientes de los dos mercantes realistas que se dirigían a puerto evitando así el punto de máximo peligro del combate con fuerzas superiores, pero impidiendo que los realistas cumplieran la misión de avituallamiento[17]. Si bien esto hubiese sido un desacato a las órdenes de Danells hubiese atenuado la falta grave cometida y el bloqueo en sí mismo se hubiese mantenido. No se conoce qué sucedió con estas goletas evasoras ni que sucedió con sus tripulaciones.

Por otra parte, la táctica propuesta por Danells de abordar la fragata realista con cuatro naves, cual enjambre, hubiese sido costosa en términos de hombres y de recursos, era viable, pero el efecto sorpresa jugó en contra de sus intenciones.

Si bien no se puede cuestionar la decisión de Danells de dirigir el mantenimiento de uno de sus navíos por problemas de comando, así como no se cuestionó que el comandante del destructor HMS “Sheffield” estuviera descansando en el momento en que fue atacado ese buque durante la guerra de las Malvinas (1982), si se puede cuestionar el hecho de que no tomara otras medidas en cuanto al dispositivo de bloqueo para garantizar la cohesión de sus unidades y el cumplimiento de las tareas asignadas.

Otro aspecto a tener en consideración y se desprende del interrogatorio realizado durante el consejo de guerra, Danells en el momento de acrecentamiento hacia el punto de máxima tensión en los momentos de alistamiento para el dispositivo de combate les preguntó y les pidió a Renato Beluche y a Guillermo S. Christie que no lo abandonaran, lo cual podría indicar que existía desconfianza de Danells hacia sus comandantes subalternos empeñados en el bloqueo a pesar de que todos ellos eran anglosajones. Debemos recordar aquí que Beluche tenía otra misión y debemos tener muy presente que, si bien las tripulaciones de las naves capturadas eran de origen estadounidense y, podemos incluir aquí, la tripulación de la corbeta “Bolívar”, no tenemos certeza de la nacionalidad de los tripulantes de las naves que participaron en el bloqueo. Lo cierto es que se observa la existencia de problemas de comando que incidieron en el resultado del combate. Aquí no entra en la valoración la nacionalidad debido a que los combatientes de las naves patriotas capturadas salvaron su honor a costa de la perdida de varias decenas de tripulantes estadounidenses.

En relación con la actitud de los comandantes debemos indicar que, si bien los independentistas fueron sorprendidos en Isla Larga e hicieron una obstinada resistencia, todavía existían fuerzas para hacer frente a los realistas considerando que sus medios podían haber sufrido algún tipo de avería en tanto y en cuanto no emprendieron ninguna acción de persecución y por ende no podían ser avistados. Nos referimos a la corbeta “Bolívar” y el bergantín “Vencedor”. Las dudas del comportamiento de los comandantes de estas dos naves son en sí mismo un cuestionamiento.

De lo indicado hasta ahora, el comandante de la corbeta “Bolívar” no tenía instrucciones para socorrer a la corbeta “Pichincha”. Si hubiese estado en su estación de bloqueo hubiese avistado a los buques en combate y hubiese estado obligado a participar en la acción. Podemos entender que ante el temor de que se presentase una situación de peligro, como era de esperarse, el hecho de que el comandante Murray fuese el comandante del principal buque de combate disponible lo obligaba a asumir una actitud que no fuese evasiva. La orden a posteriori de Soublette de no exponer las naves restantes atenuó el acto de indisciplina o de flaqueza en el punto de máximo peligro lo cual expresó que no era el comandante indicado para conducir un navío bajo otra bandera a pesar de las afinidades ideológicas.

Para finalizar, es de tener presente que la nutrida presencia de estadounidenses defendiendo la causa independentista obedeció, por una parte, a la carencia, insistimos, de tripulaciones venezolanas como consecuencia de los estragos que había producido la guerra, en especial en el oriente del país y, por la otra, a las afinidades históricas y a la simpatía que despertó el proceso independentista suramericano, no obstante, las diferencias culturales existentes que no pesaron, en la mayoría de los casos, de arriesgar sus vidas por la causa de la libertad.

4.- Corolario

El combate naval de Isla Larga fue un severo revés para la causa independentista por las pérdidas sufridas en ese preciso momento histórico. Si bien las armas republicanas fueron sorprendidas en circunstancias similares a las vividas por los ingleses en el Támesis, los franceses en Abukir o los estadounidenses en Pearl Harbor, el verdadero costo de la batalla salió a relucir con el tiempo que ganaron las fuerzas republicanas empeñadas en el Golfo de Venezuela para liberar a Maracaibo. Danells enmendó su error cuando decidió hacer frente a fuerzas superiores en circunstancias adversas y ello lo liberó de todas sus responsabilidades en tanto y en cuanto obligó a Laborde a dedicar un precioso tiempo para reparar sus naves que pesaron en las acciones que estaban a punto de iniciarse en el Golfo de Venezuela. Queda para la posteridad seguir analizando este interesante encuentro para evitar que se cometan los errores cometidos.

En relación con la actitud del comandante de la corbeta “Bolívar” y de las dos goletas que huyeron el combate es muy difícil juzgar a posteriori qué hubiese pasado si todas estas naves hubiesen cumplido con las órdenes dadas. Creemos que no hubiese variado el resultado de la acción en sí misma ni hubiese afectado la campaña naval del Lago de Maracaibo, quizás hubiese habido más pérdidas de vidas que lamentar y daños materiales.

Finalmente, la campaña de Maracaibo empezó con buenos auspicios para la causa realista por los resultados del enfrentamiento de Isla Larga, pero los daños sufridos por las naves de Laborde tendrían un peso temporal acumulativo en su contra que permitirá una semana después el forzamiento de la barra del Lago de Maracaibo por parte de la armada independentista y perjudicará, para los hispanos, el resultado de sus operaciones.



[1] Sobre la relación tierra-mar y cómo estas condicionaron las operaciones navales durante la independencia de Hispanoamérica, ver el Capítulo II, Rudimentos de la táctica naval empleada por los republicanos… en “DE LA BATALLA NAVAL DEL LAGO DE MARACAIBO A LA LIBERACIÓN DEL CALLAO: La Máquina de Guerra y el Aparato de Captura en Aguas Hispanoamericanas (1808-1826)”.

[2] Sobre la lucha estadounidense contra la piratería en el mar Caribe, ver los Capítulos IV y VI (Op. Cit.).

[3] Ver Luis Farage en el capítulo IV (Op. Cit.).

[4] Ver al respecto: Blanco, E. (2020). “LA GUERRA DEL ASIENTO: LA DEFENSA DE CARTAGENA DE INDIAS, LA GUAIRA Y PUERTO CABELLO (1739-1743)”, Caracas. Festina Lente B.G. Documento en Línea. Disponible: https://edgareblancocarrero.blogspot.com/2020/12/la-guerra-del-asiento-la-defensa-de.html

[5] Ver al respecto: Capítulo II (Op. Cit.).

[6] Ver al respecto: Capítulo V (Op. Cit.).

[7] Para el momento del combate naval de Isla Larga solo tenía abordo catorce cañones por haberse desembarcado ocho para apoyar el sitio dirigido por el general en jefe José Antonio Páez.

[8]  Ver al respecto: Capítulo V (Op. Cit.). Esta corbeta participó en la captura de la “María Francisca” antes del combate de Isla Larga y después de reparaciones en Estados Unidos participó en la captura de la corbeta “Ceres” en el año 1824 y de los bergantines “Guadalupe”, “Neptuno” y la “Tarántula” en el año 1825. Para ese entonces su comandante fue el capitán Juan Clark.

[9] Debemos acotar que en el océano Pacífico de manera contemporánea operó otra nave denominada “Pichincha” que fue puesta fuera de servicio por estar severamente averiada.

[10] Esta goleta participó en la batalla del Lago de Maracaibo y en ese momento su comandante fue J. Rastigue de Bellegarde. No creemos que haya participado en el combate de isla Larga debido a que en ese momento se encontraba en Cartagena de Indias.

[11] Ver al respecto: Nicolas Terrien (2019). Essai de géographie historique de la Caraïbe révolutionnaire (fin XVIIIe s.-ca. 1820). Documento en línea. Disponible: https://journals.openedition.org/nuevomundo/78317

[12] Ver al respecto: Etcheverry, G. (2007). Principales naves de guerra a vela de Gran Colombia. Disponible en https://www.todoababor.es/historia/principales-naves-de-guerra-a-vela-de-gran-colombia/

[13] Ver al respecto: Apéndices II y III en “DE LA BATALLA NAVAL DEL LAGO DE MARACAIBO A LA LIBERACIÓN DEL CALLAO: La Máquina de Guerra y el Aparato de Captura en Aguas Hispanoamericanas (1808-1826)”.

[14] Ver al respecto: Apéndice VII (Ibid.)

[15] Sobre el concepto de sorpresa ver: Blanco, E. (2004). Reflexiones sobre estrategia marítima en la era de la libertad de los mares. Caracas. Editorial Panapo. 376 p.

[16] Ver al respecto el capítulo III en “DE LA BATALLA NAVAL DEL LAGO DE MARACAIBO A LA LIBERACIÓN DEL CALLAO: La Máquina de Guerra y el Aparato de Captura en Aguas Hispanoamericanas (1808-1826)”.

[17] Sobre el concepto de “punto de máximo peligro” ver al respecto: Keegan, John. El rostro de la batalla. Una historia militar desde el “punto de máximo peligro” Madrid, (T. J. Narro Romero). Turner Publicaciones SL, 2013.

2 comentarios:

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