Jannette
Pérez (2015) ha afirmado que el “Gran Canal Interoceánico de Nicaragua es un
proyecto de transporte marítimo y del comercio mundial en el eje Atlántico-Pacífico,
que complementaría y ampliaría el tráfico marítimo en donde el Canal de Panamá
empieza a quedar insuficiente para atender la creciente demanda del tráfico
marítimo, al no poder soportar el calado de los barcos tipo Post Panamá[1].
Este canal seguirá la ruta que
va de la desembocadura del Río Brito, sur de Rivas, el norte del Río Tule y la
entrada por el Río Punta Gorda. Esta ruta, se decidió por los problemas
derivados de la reclamación costarricense relacionada con el dragado de la boca
del río San Juan, curso fluvial que desde finales del siglo XIX se pensó era el
camino más idóneo para la construcción de dicho canal. Además del proyectado
canal se prevé una serie de proyectos colaterales entre los que se destacan
construir un puerto por cada lado del Canal, tanto en el Pacífico y el Caribe.
Las
implicaciones geoestratégicas de este proyecto ya han sido destacadas en
anteriores trabajos[2],
pero también es de mencionar el estudio realizado por Quesada (2013) que aborda
de forma más específica el tema del proyectado canal, pero orientado a las
implicaciones que este tiene en relación con el río San Juan. Si bien Quesada,
indica que el canal no va a seguir el curso del citado río, no se detuvo a
analizar las implicaciones estratégico-ambientales que tiene el dragado del
mencionado río que llevó a Costa Rica y Nicaragua a la Corte Internacional de
Justicia de la Haya, ni los potenciales costos que podrían estar subyacente en
el proyectado canal, que como hemos indicado va a salir por Punta Gorda, un lugar
ubicado alrededor de 70 km al norte de la desembocadura del rio San Juan. Por
tal motivo, vamos a examinar la naturaleza de la maniobra nicaragüense a partir
de los actos realizados para conocer las intenciones de ese país
centroamericano y los costos que podrían estar subyacentes a fin de determinar
las situaciones problemáticas que podrían enfrentar nicaragüenses y
costarricenses en el futuro cercano. Para tal fin vamos a examinar, en primer
lugar, la naturaleza del tráfico marítimo en esa área que dan motivos para la
construcción del canal interoceánico, en segundo lugar, la situación ambiental
actual y futura de ese espacio centroamericano para determinar los retos que
deberá encarar Nicaragua en relación con el proyectado canal, en tercer lugar,
la naturaleza de la maniobra nicaragüense para determinar el alcance de sus
intenciones y, por últimos haremos una reflexión final sobre el tema
estudiado.
El
tráfico marítimo en el área y sus prospecciones.
De acuerdo con Lloyd Register’s Marine (LRM) (2013)
las estimaciones acerca del tráfico marítimo mundial la han presentado en
función a tres escenarios considerados, es decir, “Competing Nations”, “Statu
Quo” y “Global Commons”. Como se observa en todos los escenarios planteados se
estima un importante crecimiento.
Otro aspecto que debe ser considerado está relacionado con la infraestructura de servicios que debe acompañar el nuevo canal. Al respecto, Chacón ha afirmado que, más allá de las motivaciones políticas, ese proyecto no tiene sostenibilidad económica. El número de puertos con instalaciones para manejo de carga en el mundo, requiriendo conexión entre ambos océanos, es muy limitado. Descontando que descargada la mercancía, la demanda en cada puerto pueda transitar vías internas fluviales, lacustres o terrestres que justifiquen la inversión necesaria que en el caso nicaragüense son inexistentes. Hasta la fecha los beneficiados con transportes superiores a los 9.000 TEU, son las compañías propietarias de los buques, al reducir el costo de transporte marítimo de TEU por milla navegada.
Situación
geográfica y ambiental del área y sus implicaciones en el proyecto
interoceánico.
Quesada
(2013) nos ha mostrado que una gran parte del área que comprende la frontera
entre Nicaragua y Costa Rica se encuentran protegidas, así como también gran
parte de la costa caribeña nicaragüense. Por ello la construcción del canal
interoceánico ha levantado una fuerte oposición de grupos ambientalistas por el
impacto que ese proyecto podría generar en el área. A nosotros nos interesan
las implicaciones geopolíticas del potencial impacto del citado proyecto debido
a que si fenomenológicamente podemos definir geopolítica como causa y efectos
de los actos intencionales que hace una comunidad política sobre su territorio
en términos de canal de comunicaciones que conecta a dos campos determinados en
un área específica, entonces las acciones emprendidas tanto por el gobierno
nicaragüense así como la empresa china encargada de llevar a cabo el proyecto
van a producir efectos en y fuera de Centroamérica. Estos efectos tienen que
ver, en primer lugar, con el aumento de la población en el sentido que la
ejecución del proyecto en sí plantea la necesidad de utilizar una importante
masa laboral que en este caso en particular va a ser china, aunque al finalizar
esta retorne a su país de origen y, en segundo lugar, que el proyecto en sí
supone que su realización va a provocar un cambio de circunstancias para el
bien de la comunidad política de acuerdo con un imaginario político
nicaragüense tal como lo ha indicado Quesada de forma conveniente. Históricamente,
se pensó, como ya se indicó, que un canal interoceánico en Nicaragua debía
seguir la ruta del río San Juan, pero a finales del año pasado se decidió
cambiar esta ruta y seguir otra que termina en Punta Gorda, como nos lo ha
señalado Pérez (2015). Para los costarricenses, por su parte, el canal
interoceánico no forma parte del imaginario nacional y no han apostado su
futuro a la ejecución de un proyecto semejante a pesar de que en el pasado, los
nicaragüenses consideraron incluirlos como beneficiarios y coparticipes del
mismo. A continuación se puede observar gráficamente el área en cuestión así
como también las actividades de dragado que los nicaragüenses están realizando
en su territorio
Como
se puede observar del cuadro, la desembocadura del río San Juan tiene una forma
deltaica evidenciándose con ello que el citado río es un productor de
sedimentos importantes determinado con ello la existencia de un particular
ecosistema en esa área. Dentro del marco de esta sedimentación el gobierno
nicaragüense decidió dragar una parte de la desembocadura presumiblemente para
producir una canal que conduzca mayormente el caudal del río hacia un este-norte-este
y no hacia el norte franco como más o menos se puede evidenciar en el gráfico.
El impacto de ese dragado es desconocido, pero si se considera que la distancia
que hay entre el límite fronterizo entre Costa Rica y Nicaragua y Punta Gorda
es de alrededor de 70 km., es posible presumir que si bien el dragado del río
San Juan no está directamente relacionado con el canal interoceánico, si lo
está de forma indirecta si nos atenemos al tema de la sedimentación. Por ello
vamos a analizar el peso de los argumentos de los ambientalistas.
El
Programa para las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) (2010), ha
realizado un estudio para mostrar “de manera clara y articulada; a través de
gráficas, mapas y análisis puntuales, la situación del cambio climático y sus
implicaciones en la región”. En estos gráficos pretenden abrir a la comprensión
y el debate un problema que atañe a la humanidad y a los americanos en este
caso especial. Para esta organización, en base a evidencias científicas
disponibles, el cambio climático se manifiesta fundamentalmente, “en un aumento
paulatino pero continuo de la temperatura, en modificaciones en los patrones de
precipitación, en el alza del nivel del mar, en la reducción de la criósfera y
en las modificaciones en los patrones de eventos extremos”. La causa de estos
cambios obedece a un conjunto de actividades antropogénicas, “fundamentalmente
asociadas con la quema de combustibles fósiles, al cambio de uso de suelo y, en
particular, a la deforestación y a la generación de residuos sólidos” que
afectan las condiciones apropiadas para la vida de una comunidad específica. En
este contexto, nuestro continente va a ser significativamente afectado en el
transcurrir del presente siglo por lo que el propósito del estudio es que los
países desarrollen capacidades adaptativas a fin de reducir su impacto “al
tiempo que permita disminuir los niveles de pobreza y desigualdad en la región”.
En esta prospección, como se observa, no se consideran los cambios que podrían
ocurrir en caso de presentarse un acontecimiento catastrófico provocado por
terremotos o erupciones volcánicas que
han sido usadas como argumentos por los ambientalistas para cuestionar la
realización del canal, si se tiene presente las características del territorio
nicaragüense. Esta acotación plantea el siguiente interrogante: ¿hasta qué
punto el hábitat de un país asentado en un sistema ambiental frágil puede ser
afectado con propósitos benéficos, sin producir un daño irreversible contrario
a lo esperado? Teniendo en cuenta lo antes indicado podemos comenzar mostrando la
naturaleza de la afectación del clima en la región sin considerar la
construcción del citado canal interoceánico:
En el gráfico mostrado se
observa que el norte caribeño de Nicaragua va a estar afectadas de forma
directa por el aumento del nivel del mar, no así las áreas donde se encontraran
ubicados los canales en cuestión, en todo caso, en el estudio realizado por
PNUMA no se considera una intervención del ambiente como la que se estima va a
significar la realización del canal interoceánico y la realización de dos
puertos de aguas profundas para acoger los buques de gran calado que transiten
por el citado canal. El lugar de recalada de los buques que deberán cruzar el
canal es un aspecto importante de la logística que va a estar subyacente a las
actividades del canal. Un análisis superficial de la información suministrada
nos dice que un área costera nicaragüense va a estar afectada por el aumento
del nivel del mar y otra no. La que no está afectada es aproximadamente la que
va desde la costa fronteriza costarricense hasta Punta Gorda, área que está por
la misma dinámica fluvial por los sedimentos que expulsa el río San Juan. Este
hecho podría hacer suponer que los nicaragüenses están al tanto de los estudios
realizados por PNUMA, pero ¿habrán considerado en el proyecto el estudio
sistemático y permanente del área para asegurar su viabilidad? Se supone que
sí. Esta suposición nos lleva a
considerar tres elementos que están presentes en el proyecto nicaragüense en
relación con el puerto de aguas profundas en el mar Caribe que ya hemos
indicado de forma dispersa en los párrafos anteriores:
·
La dirección de desagüe del rio san Juan es
aproximadamente en sentido noroeste, es decir, se dirige a una bahía cuyo punto
extremo corresponde a Punta Gorda, con lo cual es de suponer que los sedimentos
van principalmente en esa dirección explicando con ello porque esa área no va a
estar afectada por las estimaciones dadas por PNUMA.
·
Una dirección de dragado en la desembocadura
del río San Juan que tiene un sentido Este, que permite suponer la intención de
modificar la dirección de salida de los sedimentos y de convertir el delta en
un estuario asegurando con ello el agua suficiente para fondeo más al norte y,
eventualmente, crear un cambio de circunstancias que generen las condiciones de
posibilidad para producir una rectificación de fronteras incluso marítimas aun
a pesar que estos cambios podrían ser objeto de reclamaciones internacionales
por ocasionar daños transfronterizos desde la perspectiva de la responsabilidad
internacional.
·
La distancia entre el límite de la frontera
entre Costa Rica y Nicaragua en el área definida como línea Cleveland hasta Punta
Gorda hay un poco más de 70 km. Consecuentemente, el límite marítimo entre los
dos países sigue la línea de proyección de la frontera terrestres beneficiando
en cierto sentido a Costa Rica, permitiéndole contar con una mayor espacio de
áreas marinas y submarinas con cualquier forma de delimitación que se utilice.
Estos tres aspectos
mencionados le dan al conflicto entre Nicaragua y Costa Rica una dimensión que
va más allá de lo planteado por el tema del dragado del canal en el rio San
Juan y el proyectado canal interoceánico si se considera que el segundo país ha
planteado también ante la Corte Internacional de Justicia el tema de la
definición de límites marítimos debido a una disputa iniciada por las
concesiones para la exploración petrolera que otorgó Nicaragua en áreas marinas
aun no delimitadas[4].
Así pues, las disputas por el dragado del rio San Juan y la disputa por la
delimitación de áreas marinas y submarinas entre ambos países en la Corte
Internacional de Justicia de la Haya están estrechamente relacionadas. La
interconexión entre estos dos asuntos lo constituye el proyectado canal
interoceánico. Este hecho nos permite examinar ahora las intenciones que están
subyacentes en el juego estratégico planteado entre los dos países.
Las
intenciones de Nicaragua y Costa Rica.
Con
respecto a la relación Colombia-Nicaragua, a pesar de la decisión de la Corte,
públicamente el país suramericano ha mostrado resistencia en aplicar la
sentencia. Este hecho ha traído como consecuencia que ambos países hayan
dedicado esfuerzos en desarrollar capacidades de vigilancia marítimo para
preservar espacios que consideran como soberanos, en un amplio frente marítimo.
A continuación se muestra cómo quedó la delimitación de áreas marinas y
submarinas entre los dos países:
Como se observa, en el círculo
rojo de la carta náutica de la izquierda publicada por la Armada Colombiana, lo
que correspondería al límite trifinio entre el país suramericano, Costa Rica y
Nicaragua hay una línea no finalizada que expresa la intención política de ese
país a aspirar a recuperar espacios marítimos en relación con Nicaragua. En la
carta náutica de la derecha se presenta cómo quedó el litigio
colombiano-nicaragüense destacándose las áreas ganadas por Nicaragua al norte
en relación con Serranilla y Bajo Nuevo.
En este contexto es que se presenta la aspiración de Costa Rica de
delimitar áreas marinas y submarinas con Nicaragua, es decir, en un marco de
internacionalización debido a que la inclusión de terceros Estados, en este
caso directo Colombia, permite incluir una trama de intereses relacionados con
el proyectado canal nicaragüense que además de involucrar a China, de forma
directa, incluye a otros actores como Panamá, principal competidor en el tema
interoceánico y de forma indirecta a países como Rusia, Cuba, Venezuela y
Estados Unidos, tal como ha señalado Quesada (2013) y hemos indicado en otros
trabajos (Blanco, 2013a y b). aquí tiene sentido el impacto que tiene el
derrumbe de los precios del petróleo. Este acontecimiento reduce la capacidad
de maniobra rusa, cubana, venezolana y china dejando , en consecuencia, a
Nicaragua ante la necesidad de dar continuidad a un proyecto sin importar los
costos que pueda representar desde el punto de vista político y ambiental.
Como se puede observar, los mapas expresan la fragilidad física del área. La intervención humana en esta área tan compleja podría tener consecuencias inimaginables si se consideran los pronósticos antes indicados. Consecuentemente, los tres aspectos examinados previamente indican que si bien Costa Rica está a la defensiva en relación con Nicaragua, en el proyectado canal interoceánico la clase dirigente de ese país ha apostado todos sus recursos a un futuro signado por una vía de agua que eventualmente podría hacer inhabitable las áreas afectadas del país entero y parte de la región. Desde esta perspectiva, para los dirigentes nicaragüenses debe haber una preocupación sobre el proyecto debido a que deben tener la certeza de que su cálculo político y físico no está basado en información suficiente en un contexto internacional económicamente poco favorable.
Reflexión
Final
BLANCO,
E. (2013a). “Implicaciones Estratégicas de la Diplomacia naval Rusa en
Venezuela”. Caracas. [Documento en Línea]. Disponible: http://edgareblancocarrero.blogspot.com/2013/10/implicaciones-estrategicas-de-la.html
BLANCO,
E. (2013b). “Venezuela y su Historicidad Marítima. Pasado, Presente y Futuro”.
Caracas. [Documento en Línea]. Disponible:
www.edgareblancocarrero.blogspot.com
BLANCO,
E. (2014). “Operación Escorpión: La Crisis de la Corbeta “Caldas” en una Visión
Prospectiva”. Caracas. [Documento en Línea]. Disponible: www.bedgareblancocarrero.blogspot.com
BOEGLIN,
N. (2013). “Límites marítimos Costa Rica - Nicaragua, un tema complejo”. San
José. Diario Digital Informa-Tico. [Documento
en Línea]. Disponible: http://www.informa-tico.com/28-07-2013/limites-maritimos-costa-rica-nicaragua-tema-complejo
LLOYD’S REGISTER’S MARINE (LRM) (2013). Global Marine Trends 2030. London.
Lloyd’s Register’s Strategic Research Group, QinetiQ y University of
Strathclyde. 75
p. [Documento en Línea]. Disponible: http://www.lr.org/en/marine/projects/global-marine-trends-2030.aspx
PÉREZ, J.
(2015). “El Gran Canal Interoceánico de Nicaragua”. Caracas. Revista Marítima
& Portuaria. [Documento en Línea]. Disponible: (http://issuu.com/marcofuentes0/docs/rev._maritima_edic_3) .
PROGRAMA
DE LAS NACIONES UNIDAS PARA EL MEDIO AMBIENTE (PNUMA)(2010). Gráficos Vitales del Cambio Climático para
América Latina y El Caribe. Panamá. PNUMA. 44 p.
QUESADA,
M. (2013). “Disputa fronteriza y valor geoestratégico del río San Juan:
Nicaragua y Costa Rica”. Bogotá. Universidad Nacional de Colombia. Cuadernos de Geografía. Revista Colombiana
de Geografía. [Documento en Línea]. Disponible:
[1] De acuerdo con este proyecto, se
estima, según Pérez, que cada año puedan pasar por el Canal, 5 mil 100 buques
con 30 horas de tránsito para cada uno. Se prevé construir dos esclusas en el
Canal: “En el lado Pacífico, la exclusa Brito que estará ubicada cerca de la
comunidad de Rio Grande, en Rivas. Y la otra esclusa, del lado Caribe, que se
ubicará cerca de confluencia del caño Eloísa y el Rio Punta Gorda… El canal,
cuyas dimensiones serían tres veces más grandes que el de Panamá, podría estar
culminado para el año 2019” (Ibíd.).
[2] Ver al respecto Blanco (2013a)
“Implicaciones Estratégicas de la Diplomacia Naval Rusa en Venezuela”, (2013b) “Venezuela y su Historicidad Marítima:
Pasado, Presente y Futuro” y (2014) “Operación Escorpión: La Crisis de la
Corbeta “Caldas” en una Visión Prospectiva”
[3] Con esta ampliación se podrán
transportar en buque hasta 14000 contenedores. El triple de la capacidad
actual. Ver al respecto: http://www.estrategiaynegocios.net/lasclavesdeldia/771008-330/canal-interoce%C3%A1nico-aport%C3%B3-a-panam%C3%A1-casi-us10000-millones-en-15-a%C3%B1os
[4] Ver al respecto: (2014).
Cronología del conflicto limítrofe entre Costa Rica y Nicaragua. Madrid.
[Documento en Línea]. Disponible: http://www.abc.es/agencias/noticia.asp?noticia=1586414.
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