La derrota de las fuerzas de la Organización del
Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en Ucrania ante Rusia en medio de la crisis
regional actualmente presente en el Cercano Oriente que enfrenta a Israel (con
EE.UU., Francia y Reino Unido [UK]) contra los hutíes (en Yemen), Hamas (en
Gaza), Hezbolá (en Líbano) e Irán (también en Irak) ha puesto a la humanidad
ante una nueva escalada de la guerra global con la caída del régimen de Bashar al-Ássad
en Siria puesto que de alguna u otra manera, por una parte, enfrenta a los
mismos actores que se encuentran en teatro de operaciones de Europa oriental y,
por la otra, la emergencia de una facción del ISIS bajo el nombre de Hay'at
Tahrir Al Sham (HTS)[1] como poder en Siria está
sumergiendo al Cercano Oriente en un agujero negro que expresa el surgimiento
de una máquina de guerra en el sentido de Deleuze y Guattari (2009). Es decir,
una entidad que tiene como propósito la destrucción del Estado digamos
westfaliano. Aquí debemos hacer mención a la escalada, la extensión del
conflicto y la doble derrota del orden westfaliano.
La escalada del conflicto en Ucrania ha sido consecuencia
de los continuos fracasos de Occidente en obtener un resultado favorable. Sus puntos
culminantes han sido la fracasada ofensiva del verano de 2023, la extensión del
conflicto al Cercano Oriente luego del terrible ataque de Hamas a Israel el
07OCT2023 (con el involucramiento de Irán, Hezbolá y los hutíes de Yemen) y el
lanzamiento de misiles tácticos contra Rusia hace un mes para intentar lograr
una mejor posición frente a las negociaciones de alto al fuego que ya están
ocurriendo. Esta escalada impulsada recientemente por Occidente buscó evitar el
establecimiento de un paréntesis a los conflictos existentes que de alguna u
otra manera han logrado constituirse en rizoma o red de guerras arrastrando o
pudiendo arrastrar al precipicio a otras áreas del planeta tierra. Evitar este
paréntesis puede significar desde estos momentos y los próximos años venideros atentados
de falsa bandera, aperturas de nuevos frentes de guerra, magnicidios y/o
mutación de la naturaleza de la guerra que permitan se concrete la imagen del
mundo que Occidente se ha creado y se puede observar en las agendas de
gobernanza global de las principales organizaciones internacionales:
Organización de las Naciones Unidas y otros organismos que los integran, el
Foro Económico Mundial, etc.[2] Esta tendencia es lo que
denominamos ‘globalismo’ como una derivación del unipolarismo.
Mientras tanto, después de dos años de guerra en
Europa han sido desviados los flujos marítimos de intercambios por sanciones y
perturbaciones deliberadas realizadas por las fuerzas enfrentadas en el mar
Negro, en el mar Rojo e incluso el mar Báltico. Esto nos lleva a considerar la
extensión del conflicto.
El Cercano Oriente vive en un estado de guerra
permanente. La guerra de posiciones se había mantenido relativamente estable a
pesar de la crisis desencadenada en octubre de 2023, los ataques iraníes a Israel
y la respuesta israelí, sin embargo, el colapso del régimen sirio de Bashar al-Ássad
significa un cambio de circunstancias debido a que va significar un nuevo peldaño
en la escalada del conflicto civil global en el sentido de que las potencias en
conflicto tanto en Europa como en el Cercano Oriente van a tratar de llenar un
vacío provocado por una parte de aquellos quienes en el año 2014 declararon el
establecimiento de un califato en Al-Raqqa. Aquí es importante decir que en el
proceso de liberación de Al Raqqa (2016-2017) operaron una serie de
condicionantes que pueden ayudar a entender la situación actual. La liberación
de Al-Raqqa fue posible, por una parte, gracias a las Fuerzas Democráticas
Sirias (FDS) que son consideradas por parte de Turquía como terroristas cercanos a los
independentistas kurdos en el norte de Irak y, por la otra, gracias a las
Fuerzas Al-Sanadid (milicianos anti ISIS) con apoyo de tropas estadounidenses y
el visto bueno de Rusia y UK[3]. Las
FDS son una fuerza kurdo-drusa que
aspira a una mayor autonomía en condiciones similares a los kurdos en Irak.
La causa de esta afirmación obedece a que tanto
Occidente como desde el mismo seno del mundo islámico se tiene una idea de cómo
debería redibujarse el mapa político de la región a pesar de la crisis del
orden westfaliano no sólo en lo concerniente a la idea del equilibrio, en
nuestro caso particular, que ha planteado el conflicto de poderes globales como
en Ucrania, sino también en lo relativo a la concepción misma del Estado que en
el propio Occidente se encuentra en crisis. Creemos que los actuales conflictos
en curso en Europa y el Cercano Oriente son expresiones de la guerra civil
global y de la derrota de los órdenes postwestfalianos donde Occidente busca a
través de un gran conflicto, aun pretenciosamente controlado, imponer un nuevo
nomos de alcance universal a pesar de la tendencia hacia el multipolarismo
gracias, por una parte, a la emergencia de nuevos poderes de alcance global y
la decadencia de Europa y, por la otra, como dijimos una nueva concepción del
Estado que está en gestación. Por ello vamos a explicar porque hablamos de las
dos caras de la derrota de los órdenes postwestfalianos, luego analizaremos el
concepto de ‘neutralidad’ dentro de la crisis en Occidente teniendo la imagen de
los persas durante las guerras del Peloponeso para entender la posición turco-ruso-china,
seguidamente, la relación entre tierra y espacios lisos o abstractos como
expresión de la guerra de posiciones y de movimientos en curso y, finalmente, concluiremos
sobre lo que podría ser el nuevo nomos de la tierra.
1.- La derrota de los órdenes westfalianos
Hablamos de la doble derrota de los órdenes
postwestfalianos debido a que los poderes globales se han planteado un
conflicto entre unipolaridad y multipolaridad siguiendo los criterios
westfalianos cuando el concepto mismo de Estado moderno que emergió de allí
está cuestionado desde la perspectiva territorial (las fronteras se han hecho
sumamente permeables y en algunos casos falsamente existentes), gubernamental
(por el tejido de normas nacionales y supranacionales que lo limitan) y por la
asertividad de las poblaciones en un contexto globalizado. En Ucrania fue
derrotada la unipolaridad y en Siria está siendo derrotada la unipolaridad y la
multipolaridad. Examinemos con detenimiento estas afirmaciones.
La derrota de la OTAN en Ucrania se ha debido, en
primer lugar, a la mala evaluación de los estrategas globalistas de la rapidez
de la recuperación rusa después del año 1991[4], en segundo lugar, al
desconocimiento u omisión del contexto del conflicto civil ucraniano[5], en tercer lugar, a la pérdida
de credibilidad de la propaganda Occidental al acrecentar la amenaza rusa en
medio del debilitamiento de los estados de ese espacio geopolítico debido a su
desconexión con sus poblaciones por diferentes causas (migración, desatención,
etc.)[6] y, en cuarto lugar, a la
falta de claridad de objetivos a alcanzar por parte de Occidente cuando se ha
valorado que el conflicto en Ucrania es una de las caras de la guerra civil
global en condiciones similares a las que se presentaron durante las guerras
del Peloponeso[7],
es decir, una conmoción civil que se extendió a todo el mundo griego teniendo
como neutrales a poderes regionales: los macedonios, los persas y los egipcios[8]. Esto debemos tenerlo en
cuenta porque lo analizaremos más adelante. Si se considera que tanto Ucrania
como Siria (entre otros) fueron productos de la Primera Guerra Mundial están siguiendo
la misma suerte que tuvieron países como Checoslovaquia y Yugoslavia. La diferencia
es que en Europa Ucrania quedará neutralizada y en Siria habrá una
fragmentación donde uno de los fragmentos será una teocracia que está
reterritorializando su espacio bajo la ley islámica quizás de una forma más
atenuada a pesar de que en estos momentos ya comenzaron las ejecuciones públicas
y la liberación de presos políticos.
En Ucrania, a la par de que aún continúan las
operaciones militares se han producidos crisis gubernamental en Alemania y
Francia como consecuencia del cambio de circunstancias que está produciendo el
cambio de gobierno en EE.UU. que están contribuyendo a que desescale el
conflicto en Europa. En EE.UU. a pesar de que se está viviendo una transición
de gobierno no se descarta que los globalistas ejecuten acciones que mantengan
la inestabilidad. Hay que tener presente, en primer lugar, que se tiene la
creencia de que ISIS en sus diversas manifestaciones es una hechura de los servicios
de inteligencia estadounidenses desde la ocupación soviética de Afganistán y,
en segundo lugar, la crisis en Siria puede ser consecuencia del fracaso del
proyecto globalista en Ucrania.
En el caso sirio, el colapso del régimen del al-Ássad
podría ser el inicio de la reconfiguración del mapa del Cercano Oriente y ello
puede arrastrar a Irak, Jordania, Líbano, Israel y Palestina debido a que se activó
una máquina de guerra en el sentido deleuzoguattariano que está destruyendo la
República Árabe Siria, es decir, una forma Estado impuesta a partir de 1918. De
hecho, Israel y EE.UU. están ejecutado operaciones militares aéreas en
territorio sirio para neutralizar las capacidades militares del régimen depuesto
antes de que caigan en manos del HTS después que tanto Rusia como Irán
fracasaron en detener al HTS y, el primero a avanzado en territorio sirio para
ocupar posiciones defensivas más sólidas.
Siria ha sido blanco de acciones militares puntuales dentro
del marco de la actual guerra en el Cercano Oriente. De hecho, la escalada del
conflicto en el área y su conexión visible con la guerra en Europa se produjo
cuando el consulado iraní en Damasco fue atacado por fuerzas israelíes y fueron
amenazadas facilidades logísticas rusas cerca de sus bases militares. Entonces,
por qué colapso el régimen del Al-Assad. De acuerdo a lo que se puede extraer
de la niebla de la guerra es que aparentemente el grupo HTS fue indirectamente
apoyado por Turquía (aeronaves no tripuladas), EE.UU. (entrenadores ucranianos)
e Israel (aceptó el alto al fuego en el Líbano) y junto con otras facciones como
el Ejército Libre Sirio (ELS) (apoyado por Turquía) lanzó un fulminante ataque
contra las fuerzas de Bashar Al-Assad el día siguiente del alto al fuego en el Líbano[9]. En vista de la situación las
FDS apoyados por Rusia y EE.UU. comenzaron a emprender operaciones militares en
vista de un futuro proceso de negociación y a recibir refugiados kurdos en Al-Raqqa por
temor a los islamistas de HTS y a los otros rebeldes respaldados por Turquía[10].
Desde esta perspectiva
si Turquía trató de operar indirectamente contra el FSD usando como pivote a un
grupo islamista para abrir un proceso de negociaciones que por la naturaleza
del HTS no es probable que se pueda mantener ha roto el precario equilibrio
existente propiciando un vacío en el área que lo perjudica en relación con su
frontera sur y sus relaciones con Rusia e Irán. Estos dos países están a la
espera que se aclare la niebla de la guerra. Pero la rapidez del colapso del régimen
de al-Ássad ha sorprendido a todas las potencias involucradas en un contexto
donde en EE.UU. está ocurriendo una transición a un nuevo gobierno que creemos se verá obligado a empeñarse en un
conflicto dado el vacío que se ha creado en Siria y tratará de llenar el HTS. En
este sentido, la influencia de Turquía en Siria ha aumentado a expensas de Rusia e
Irán, pero tanto a EE.UU. como a Turquía, según Mathews
(2024), se les ha complicado el escenario. En el caso de ambos países porque
el espacio para la negociación se ha
reducido por lo que los esfuerzos de paz, al menos en el Líbano, que intenta la
nueva administración en EE.UU. antes de que tome el poder pareciera que fueron
usados bajo la apariencia ‘asumida’ de que la situación en Siria
era estable. En el caso turco, según Mathews (2024), trataron de impedir la
ofensiva de HTS para no afectar sus relaciones con Rusia, pero con el resultado
que todos conocemos. Hay coincidencia en afirmar que el colapso sirio
sorprendió a todos.
La sorpresa generada
por el colapso del régimen de al-Ássad perjudica a Turquía como país neutral en
Ucrania por su pérdida de credibilidad frente a Rusia e Irán y como país
fronterizo con Siria por el riesgo no sólo de que pueda establecerse una región
autonómica kurdo-drusa, según Bakey (2024), con el apoyo de EE.UU. e Israel[11],
sino también porque se produzca una nueva ola de refugiados y más inestabilidad
regional. En estas circunstancias, la guerra de posiciones de lo que constituye
hoy Siria se dirige a un caos de consecuencias impredecibles donde las
potencias extranjeras ya están tomando partido, por una parte, para taponar el
vacío que han producido y evitar el acrecentamiento del HTS y, por la otra,
reforzar sus posiciones negociadoras.
Más allá de la presencia directa en el territorio
sirio de Israel, Turquía[12], Rusia y EE.UU. se puede
observar que el territorio sirio al menos está partido en cuatro facciones que
evidencian que el Estado westfaliano allí es una quimera. Lo que se presenta a
la vista es una Siria fragmentada conformada inicialmente por órdenes políticos
sectarios y diversos étnica y religiosamente.
En todo caso, frente a la situación en Ucrania, por
una parte, el colapso de régimen de al-Ássad ante el HTS acerca a una parte de
lo que queda de Siria con Rusia, Irán, Turquía y EE.UU. y, por la otra, las
acciones del FSD sacan a Turquía de la convergencia y eventualmente a Irán,
ambos supuestamente neutrales en Ucrania y no neutrales en Siria ni en Gaza[13]. Como un proceso de paz es
sumamente difícil en Siria debido a que la apuesta es de suma cero, la
negociación con un propósito retardatriz no estaría descartada. Lo que si está
claro es que la neutralidad, teniendo presente la posición turca, es un
eufemismo que sirve para explicar un esfuerzo por posicionarse en un mundo
multipolar. El error de cálculo cometido por todos los actores en Siria está
llevando de nuevo a la humanidad a otro peldaño de la escalada del conflicto
debido a que se ha activado de forma visible una máquina de guerra en el Cercano
Oriente que va a colocar, por una parte, a Europa en efervescencia por las
comunidades musulmanas allí existentes y, por la otra, al Cercano Oriente, por
las formas westfalianas del Estado aun presentes.
2.- El concepto de ‘neutralidad’ y la posición turco-ruso-china
con respecto a Occidente
El problema de la neutralidad y la multipolaridad como
hemos dicho está relacionado con la falta de claridad para posibilitar los
alineamientos. La causa de esta afirmación obedece al proceso de transición de
alcance global que desde las sociedades están afectando a los órdenes
políticos. Ahora, la falta de claridad obedece a que EE.UU. uno de los polos,
junto con Occidente, en general, están padeciendo una transición impuesta que está
siendo resistida por sus sociedades. En el caso particular de EE.UU. como se
sabe, la política exterior históricamente cambió muy poco indiferentemente del
gobierno. Pero en la última década pareciera que estuviesen ocurriendo cambios
en función de la visión que la clase política tiene del papel de su país en el
mundo cuando su declive político desde la perspectiva global comenzó a hacerse
evidente. Esto nos coloca en la posición de hacer comparaciones teniendo como
imaginario las guerras del Peloponeso y la Segunda Guerra Mundial.
Como se recordará, las guerras del Peloponeso comenzaron
por el temor de la oligarquía espartana de que el régimen popular ateniense los
convirtiera en su vasallo. En el presente ese temor lo abrigaba el partido
demócrata estadounidense y por ello han tratado de mantener su hegemonía de múltiples
maneras y en última instancia se han valido de la guerra en Ucrania, de varios
intentos de magnicidio y, en última instancia de la guerra abierta global para
lograr su objetivo. Esta situación colocó a los otros grandes poderes globales,
es decir, a Rusia y China, por una parte, en la expectativa y, por la otra, en
el dilema de tener que afrontar o no una guerra abierta global con resultado
incierto. Como se sabe, en el pasado Macedonia[14] (podemos decir Rusia) y
Persia (podemos decir Irán, Turquía y China) fueron neutrales en el conflicto
griego y sólo la segunda tomó la posición de ayudar a Esparta al final del
conflicto. En el caso presente la ayuda ha sido indirecta: Rusia e Irán han
atacado el globalismo en los frentes de guerra en que se encuentran inmersos
con la esperanza de lograr un paréntesis que postergue la guerra o elimine su
posibilidad de su ocurrencia. Pero en Siria la situación es complicada, en
primer lugar, porque HTS podría ir contra todas las formas Estado a sus
alrededores, es decir, Irak, Jordania, Líbano e incluso Israel y Palestina, así
como de alguna u otra manera Esparta trató de imponer su hegemonía a Grecia después
de las guerras del Peloponeso. El ISIS o su versión atenuada el HTS es la forma
del globalismo, es decir, el Estado no-westfaliano en el mundo islámico y, en
segundo lugar, las potencias extranjeras en el área calcularon mal las
consecuencias y, Turquía en particular, asumió un riesgo excesivo por el temor
kurdo y por la dualidad de occidente. La hipotética maniobra en Siria realizada
por Turquía, Ucrania, Israel y EE.UU. tenían para cada uno objetivos diferentes.
Se ha dicho entre bastidores que había una disposición de al-Ássad de negociar
con occidente en virtud de la existencia de un proyecto para enviar a Europa
gas qatarí después del estallido de la guerra en Ucrania y ello atenuó la
disposición del jefe sirio de seguir jugando el rol que había asumido en el
Cercano Oriente. Pero, en este caso, Siria era el medio de cambio y Turquía la potencia
más débil para una negociación de ese tipo.
Siria, como parte de la Francia de Vichy fue neutral
entre los años 1940 y 1941, pero las tendencias independentistas iraquíes apoyadas
por la Alemania nazi obligaron a los aliados a ejecutar una operación militar para
‘liberar’ a Siria y utilizaron a franceses que formaban parte de las fuerzas
aliadas para ello (auxiliarmente actuaron australianos y británicos). En ese
contexto, UK permaneció ‘neutral’ en ese conflicto interno en un contexto en
que la cuenca del mar Mediterráneo era un teatro de operaciones militares donde
estaba involucrado. Incluso, UK permaneció ‘neutral’ cuando EE.UU. ejecutó la
operación ‘Torch’ ante Argelia y Marruecos y la Francia de Vichy a pesar de
facilitar Túnez a las fuerzas italoalemanas permaneció neutral. De hecho, el
hundimiento de la flota francesa en Tolon fue una expresión extrema de
neutralidad dentro de un contexto de guerra mundial[15]. La paradoja es que
Francia trató de ostentar una neutralidad en una guerra que, en parte, había
iniciado. Frente a todos estos acontecimientos e incluso frente a la campaña de
los Balcanes y de Rusia Turquía pudo mantenerse neutral. En Siria, esa guerra
no ha terminado y Turquía trató de mantener su política exterior en
circunstancias diferentes[16]. Falta determinar ahora
la actitud de este país después de la emergencia del HTS como poder en Damasco.
La no injerencia en los asuntos internos fue uno de
los principios que se consagraron en Westfalia en el año 1648 y el derecho
internacional y el derecho de la guerra como parte del primero surgieron para
regular la relación entre estados en conflicto y países neutrales. Eso empezó a
cambiar después de 1945 puesto que para poder entrar en la Organización de las
Naciones Unidas había que dejar de ser formalmente neutral. Las diferentes
crisis que ha vivido ese organismo han quebrado ese principio porque la
no-neutralidad es una forma de expresar la injerencia en los asuntos internos
de los estados a no ser que el Estado sea lo suficientemente fuerte para
impedir o minimizar la injerencia. El tema de los derechos humanos ayuda a
ello. Así pues, creemos que no existe la no injerencia en los asuntos internos cuando
no existen mecanismos más allá de la fuerza que puedan ser empleados. El multipolarismo
no permite una línea de fuga en este sentido, sólo constituye un amparo bajo
otro paraguas para apelar al principio de autodeterminación de los pueblos.
Turquía, desde esta perspectiva, es la bisagra entre
Ucrania y el Cercano Oriente dada su ubicación geográfica incomparable. El problema
kurdo, otra de las tareas pendientes desde el fin de la Primera Guerra Mundial,
pareciera ser el centro de gravedad que ha limitado la capacidad de maniobra
turca para mantener la neutralidad que ha asumido hasta el presente dado el
equilibrio precario entre su permanencia en la OTAN y sus relaciones con Rusia
de la cual depende de muchos aspectos[17]. En este sentido, Turquía ha logrado mantener
una neutralidad ‘activa’ en Ucrania, pero en Siria su esfuerzo ha sido fallido
debilitando su posición en Ucrania. La neutralidad activa ha sido una práctica
que le ha funcionado desde la Segunda Guerra Mundial mediante el
establecimiento de un equilibrio interno entre seguridad y democracia y una política
exterior multidimensional. Esta neutralidad que está siendo puesta a prueba en
las actuales circunstancias demostrará su efectividad en la medida en que pueda
lograr que se concrete un acuerdo de paz entre las facciones existentes en circunstancias
completamente adversas.
Desde esta perspectiva se puede afirmar que Turquía un
país que se convirtió en Estado westfaliano después de 1918 está tratando de
mantener un equilibrio con fuerzas globalistas que están jugando en su contra
porque es muy difícil mantener la neutralidad en un orden que se está
construyendo en un contexto en que en su seno ha aparecido otra fuerza
anti-estado cuya legitimidad, siguiendo a Jaldún (1377[2021]), tiene un
fundamento histórico. Solo las fuerzas pro-Estado que están tratando de emerger
en Occidente para establecer un paréntesis a la guerra global puede salvar la
posición de precaria neutralidad turca para no ser arrastrada en el rizoma de
guerras en un doble frente. La neutralidad, en este sentido, solo existe en la
medida en que se disponga de la fuerza suficiente para ser respetada frente a
otros estados y es inexistente frente a una máquina de guerra anti-estado. Rusia
y China han entendido esta situación, pero mientras el primero optó por la
guerra el segundo ha optado por mostrar banderas. Ambos esperan el paréntesis
para realizar un nuevo reacomodamiento mientras tratan de seguir avanzando para
territorializar los espacios lisos o abstractos.
3.- La relación tierra y espacios abstractos en la
guerra global
La guerra en el Cercano Oriente después de la caída del
imperio otomano ha sido permanente debido a que la idea del Estado, en el
sentido westfaliano del término, no ha tenido asidero. La idea de un territorio
estatal en parte liso y en parte estriado según Deleuze y Guattari (2008) no ha
podido darles consistencia a las líneas de demarcación actualmente existente entre
esos estados. De igual forma, la existencia de restos de civilizaciones y
variedad de religiones dificulta el uso de la expresión ‘población cohesionada’
frente a un gobierno dado. Ello explica fenómenos como la estructura de
gobierno en el Líbano y explica el carácter artificial de todos los estados
desde el rio Nilo hasta Mesopotamia y gran parte de la península arábiga. El Estado
es una concepción Occidental, no es islámica en el sentido geográfico del término[18]. Por ello, la guerra en
este espacio, especialmente en Siria, pareciera localmente que fuera de
movimientos: se gana terreno, se pierde terreno, pero si se compara en una
escala regional, los ataques con misiles o aeronaves desde tierra y mar indican
que las posiciones las marcan los estados como si fueran trincheras y en
especial los regímenes políticos y el movimiento se observa en la acción en los
espacios abstractos que en sí mismo le otorgan a los Estados con esas
capacidades a maniobrar con un mayor grado de libertad.
En Ucrania si bien acaecieron avances y toma de
territorio esta toma ha sido relativa debido a que Ucrania, al igual que los
países del Cercano Oriente es producto de la reconfiguración del orden
internacional después de la Primera Guerra Mundial. Desde esta perspectiva,
Ucrania ha sido la posición que enfrentó a Rusia y Occidente en un contexto de
maniobras que acaece en los espacios abstractos. Durante la Segunda Guerra
Mundial Ucrania fue, en parte, el espacio de contención entre la Unión
Soviética y las fuerzas del eje y la guerra actual tuvo como propósito que dicho
espacio lo siguiera siendo. En este sentido lamentamos el sufrimiento padecido
por todas las poblaciones afectadas por el conflicto en ambas regiones, pero,
así como la neutralidad se ha convertido en eufemismo, la población civil no
está excluida del conflicto en términos presentes y futuros.
Según Jaldún (1377[1967]) la oposición última entre
civilizaciones es la que se presenta entre pueblos nómadas y pueblos sedentarios.
En esta oposición los nómadas (beduinos) vencen a los sedentarios, se
convierten en sedentarios hasta que unos nuevos nómadas aparecen y reinician el
proceso que históricamente se observa como una espiral. Así pues, la batalla de
Siffin permitió que se constituyera el califato de Omeya provisionalmente en
Al-Raqqa y después en Damasco y las tendencias apuntan a que la historia se
repita en una nueva espiral. El sedentarismo, como lo observamos aquí se
presenta en el territorio y el nomadismo acaece en los espacios abstractos, es
decir, en aquellos espacios donde se puede estar auténticamente (conciencia), modo-de-ser
electromagnético (ciberespacio), mar, aire y espacio ultraterrestre
(plataformas). Aquí sólo nos referiremos a la conciencia debido a que el estar
y el moverse en un espacio requiere de la intención y de la voluntad para
hacerlo. Moverse en el espacio de la conciencia implica cambiar de modo-de-ser
que en sí es un cambio de subjetividad. Esto lo consideramos necesario para
producir una máquina abstracta que devenga en una máquina de guerra, siguiendo
a Deleuze y Guattari (2008), como está ocurriendo en el espacio denominado
Siria. Pensar en una teocracia como medio para reordenar el espacio, en la
actualidad, no sólo es volver al pasado en una lectura jalduniana que ha sido repetida,
al menos, por Irán, etc., sino también un cuestionamiento al Estado westfaliano
realizado de manera diferente. Este cuestionamiento nos conduce, en primer
lugar, a examinar qué entendía Jaldún por política y, en segundo lugar, a analizar
cómo Deleuze y Guattari comprendieron al filósofo musulmán sobre los fenómenos
políticos.
Jaldún fundamentó su pensamiento político desde tres
perspectivas: jurídicas, teológicas y prácticas. En lo jurídico consideró el
consenso y la utilidad común. Teológicamente aceptó la demostración racional de
los dogmas de la fe, y, desde la perspectiva práctica, partió de la idea de la
existencia de tres órdenes políticos: el ideal, el racional y el teológico. El
primero para él no era objeto de estudio porque en él no existe la discordia
haciendo innecesario la autoridad. El racional regido por leyes humanas solo
proporciona felicidad en esta vida, y puede ser justo o injusto. Justo si
persigue el bien común e injusto cuando prevalece el interés personal del
gobernante. El teológico está basado en la ley divina que proporciona la
felicidad en la tierra y el más allá. Si observamos los estados islámicos o teocracias
en la actualidad la intención que hay en ellos se encuentra en la tierra y en el
más allá en oposición a una forma de pensar extraña que después de mucho
esfuerzo (yihad) salió a la luz. Quizás ello puede explicar el colapso del régimen
de Al-Assad y la emergencia del HTS y antes que ambos el de Saddan Hussein.
Deleuze y Guattari (2008), por su parte, trataron de
explicar que la desestructuración del orden político global, que desde la Paz
de Westfalia está segmentado, ha producido un conjunto de estructuras que
pueden ser vistas de dos maneras: como cuerpos extraños y como parte de la
imposición de un nuevo nomos global hoy en día postwestfaliano. Como cuerpos
extraños (grupos o personas que obedecen a otro tipo de lealtades) que se
producen dentro del mismo Estado que generan inestabilidad y pueden amenazar
dicho orden. Estos cuerpos extraños lo observamos desde dos perspectivas: desde
el ‘nómada’ porque ambos usan la expresión ‘nómadas de las ciudades’. Los nómadas
de las ciudades son individuos que viven en un tiempo diferente en relación con
aquellos que están dentro de la estructura de un Estado (Pág., 490). En estas
circunstancias se podría afirmar que un nómada, en el mundo de hoy, puede ser
un ser que vive o puede vivir dentro de una u otra comunidad política y es
capaz de iniciar un cambio político desde el mismo momento que su existencia
dentro de un Estado es una forma de degeneración y su exclusión en sí misma
crea las condiciones de posibilidad de que ello fuese posible. Y desde un nomos
global postwestfaliano que se debate entre el unipolarismo y multipolarismo en
circunstancias cuestionables a pesar de su capacidad de operar en los espacios
lisos o abstractos más allá del sistema tierra. Si se considera que el centro
de gravedad es el Estado, se debe repensar en cómo renovar este antes de que se
extiendan por el globo sistemas autoritarios o despóticos bajo la bandera de
defensa del Estado nación moderno que como hemos dicho está cuestionada.
Entonces, observamos que el nuevo nómada es el ser que
puede afectar todas las estructuras y por ello estas estructuras están tratando
ya no sólo de manipular su conciencia sino también en la voluntad de construir
una forma mecánica de conciencia que la marque o la suplante.
4.- Corolario: El nuevo nomos de la tierra
El nuevo nomos de la tierra va a ser marcado en la
conciencia de la humanidad en la medida en que la ciencia y la tecnología lo
sigan posibilitando. Este nomos que se exterioriza en el mar, el aire, el
ciberespacio y el espacio ultraterrestre tiene su centro en la conciencia. Ello
explica por qué hemos ubicado a la conciencia como el principal objeto de
territorialización del espacio y explica también los fracasos de los órdenes
postwestfalianos en intentar imponer ese nuevo nomos. En Ucrania por omisión y
el Cercano Oriente por acción. Habría que reflexionar por qué en el Cercano
Oriente se lucha para reestablecer órdenes (Umrán) teocráticos. Quizás nos esté
diciendo algo que hemos omitido puesto que ello está sucediendo como reacción a
la objetivación del ser y su desconexión con lo divino.
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en línea. Disponible: https://revistas.uexternado.edu.co/index.php/oasis/article/view/9091/15860
Martín Jiménez, C. (2017). Los amos del mundo están al acecho. Editorial
Martínez Roca. 368 p.
Mathews,
S (2024). “US
smells Russian and Iranian blood in Syria, but rebel offensive challenges
Kurdish ally”. Documento en línea. Disponible: https://www.middleeasteye.net/news/us-smells-russian-and-iranian-blood-syria-rebel-offensive-poses-challenges-kurdish-ally
Petkova, M. (2017).
“The battle for Raqqa explained”. Qatar. Al
Jazeera [Documento en Línea]. Disponible:
http://www.aljazeera.com/indepth/features/2017/03/battle-raqqa-explained-isil-170327072023253.html
[1] Este grupo (antiguo Frente Al-Nusra) renunció a algunas de sus
posiciones más extremas, se ha vuelto más respetuoso con las minorías y ha
asumido algunas responsabilidades institucionales en forma de gobierno local.
Si bien hay indicios de que recibieron ayuda turca en forma de armas,
principalmente drones, antes de esta ofensiva, HTS no es el principal cliente
de Ankara. También, según sus propias fuentes, HTS ha estado fabricando algunas
de sus propias armas en los últimos años (Bakey, 2024).
[2] Ver al respecto: Martín Jiménez (2017).
[3] Ver al
respecto: Petkova (2017).
[4] Ver al respecto: Blanco (2004).
[5] Ver al respecto: Blanco (2022).
[6] Son emblemáticos los casos de Francia y Alemania cuyas situaciones
internas han puesto en jaque a los respectivos gobiernos, pero también son destacables
la situación en el Reino Unido (UK), Suecia, España y el propio EE.UU. que significó
un cambio de gobierno.
[7] Debemos incluir aquí el incumplimiento por parte de Ucrania de los
acuerdos de Minsk.
[8] Ver al respecto: Blanco (2015).
[9] Esta hipótesis no es descartable si se considera la historia del escándalo
Irán-contra en EE.UU. en la década de los años ochenta del siglo pasado.
[10] También operan grupos minoritarios de ISIS (Daesh)
quienes proclamaron su califato en 2014 en la ciudad de Al-Raqqa pero fueron
derrotados y diezmados. Al Raqqa es una ciudad de origen seléucida fundada dos siglos antes de
Cristo a las orillas del rio Éufrates. En el año 657 d.C. se produjo en sus
inmediaciones la batalla de Siffin que marcó el inicio de la división del islam
luego que fuese asesinado el profeta Ali y sus descendientes. Después de esta
batalla que terminó con un armisticio, la ciudad se convirtió en un lugar de
peregrinación aliita o chiita debido a la existencia de monumentos fúnebres de
mártires que murieron en la citada batalla y en la guerra civil (Al-Fitna Al-Kubra). Esto hizo que la
ciudad cobrara nueva vitalidad llevándola a convertirse temporalmente en la
capital del califato abasí hasta que esta se trasladara a Damasco. Así pues, Al
Raqqa tiene un alto valor simbólico para el islam que explica la acción llevada
a cabo por ISIS de tomarla y convertirla en capital (provisional) del califato.
De igual forma, esta ciudad cobró un importante auge en el siglo XX por la
producción de algodón que con el tiempo hizo que se convirtiera en una de las
más importantes en Siria albergando importantes minorías religiosas (sunitas,
cristianas, chiíes y jazidís) y étnicas (kurdos, árabes, nestorianos).
[11] El gobierno israelí respondió que ayudaría a las FSD si se sentían
amenazadas y, además de avanzar y ocupar territorio sirio se ha apropiado de
los medios navales de ese país. De igual forma, el régimen depuesto en los primeros días de la
ofensiva del HTS se retiró de territorios que dominaban para que los ocupara el
FDS para evitar que los tomase los yihadistas o sus aliados. Esto le ha
permitido a EE.UU. controlar los pasos de Irán a Siria desde donde se apoya a
Hezbolá.
[12] Hasta este momento no sabemos el status de las bases rusas en Siria.
Sólo se sabe que sus buques y aeronaves abandonaron el territorio y retiraron
material estratégico. Pero creemos que todavía está presente personal militar
en el área. Hay que esperar que se aclare más la niebla de la guerra.
[13] Debemos decir aquí que, a pesar de las divergencias existentes entre
Turquía e Irán en el Cercano Oriente, desde el punto de vista bilateral
mantienen relaciones tendencialmente cooperativas. Falta determinar cómo las afecta
dado el colapso sirio.
[14] Macedonia basculó en sus inclinaciones políticas entre Atenas y
Esparta atentos a las acciones que ambas polis desarrollaban en el curso de la
Guerra del Peloponeso en sus fronteras, especialmente en la Calcídica y Tracia.
[15] Generalmente se habla de que los únicos países que mantuvieron la
neutralidad en la Segunda Guerra Mundial fueron: Suiza, Turquía, España, Suecia,
Irlanda, pero, Suiza fue neutral por conveniencia de los beligerantes, España
se involucró en la campaña en Rusia y solo se convirtió en neutral después de
la operación Torch, Suecia tuvo que permitir el paso de tropas alemanas en dos oportunidades
y sólo paso a ser neutral después de 1943, Irlanda fue un país neutralizado. Quizás
el único país en Europa que se pudo mantener neutral fue Turquía. En América,
los únicos países que lograron sostener su neutralidad fueron Venezuela,
Argentina y Chile. Venezuela fue neutralizada en el año 1942 y junto con Argentina
rompieron su neutralidad en febrero de 1945. Chile le declaró la guerra a
Japón. Desde los neutrales es que se podría reconstruir la historia de la
guerra mundial.
[16] Irán fue neutral en la Segunda Guerra Mundial, pero fue ocupada por
la Unión Soviética y la UK quedando completamente neutralizada.
[17] Gas, asistencia técnica en materia nuclear, trigo y turismo. Turquía
exporta a Rusia materiales de construcción y productos agrícolas.
[18] Ver al respecto: Jaldún (1377[2021]) y
Blanco (2018)