miércoles, 11 de julio de 2018

UNASUR, CODESUR Y LA CONSTRUCCIÓN DE UNA NUEVA VISIÓN DE SEGURIDAD REGIONAL A LA LUZ DE LA SITUACIÓN VENEZOLANA



Las crisis en las organizaciones creadas por el hombre se evidencian cuando estas se convierten en un fin en sí misma y se alejan de un propósito que les dio vida ubicado fuera o más allá de ellas. Claro que pueden darse casos de organizaciones que sean concebidas para que operen como un sistema cerrado, a pesar de su propósito, a menos que se presenten ciertas y determinadas circunstancias. Este fenómeno se llama corrupción puesto que es una alteración de su existencia misma por lo que o se hacen los ajustes necesarios para su conservación o se disuelve dando paso a nuevas estructuras[1].
Si consideramos que el presidente electo de Colombia ha planteado la necesidad de que su país abandone la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) podemos inferir que esa organización ha padecido una alteración que ha puesto sobre la mesa de discusión su viabilidad o no en función de su propósito constitutivo. Se han presentado de igual forma otros síntomas que expresan la crisis de esa organización como lo es la dificultad que se ha planteado en nombrar a un nuevo secretario general en momentos en que la gravedad de la situación política venezolana tiende a convertirse en un problema regional cada vez en creciente grado. Por ello vamos a examinar qué es UNASUR sobre todo en lo concerniente a sus objetivos, estructura e instancias, qué ha impedido su funcionamiento y cómo se puede usar esa estructura para destrabar la situación política regional con miras a la solución de la crisis venezolana.
UNASUR[2].
Esta es una organización conformada por todos los países suramericanos independientes cuyos antecedentes constitutivos se remontan al año 2004 y su creación formal al año 2008. Su sede está en Quito. Tiene como objetivo general
“…construir, de manera participativa y consensuada, un espacio de integración y unión en lo cultural, social, económico y político entre sus pueblos, otorgando prioridad al diálogo político, las políticas sociales, la educación, la energía, la infraestructura, el financiamiento y el medio ambiente, entre otros, con miras a eliminar la desigualdad socioeconómica, lograr la inclusión social y la participación ciudadana, fortalecer la democracia y reducir las asimetrías en el marco del fortalecimiento de la soberanía e independencia de los estados”.

y tiene veintiún objetivos específicos. Entre ellos se destacan por su relación con la seguridad: “La coordinación entre los organismos especializados…, para fortalecer la lucha contra el terrorismo, la corrupción, el problema mundial de las drogas, la trata de personas, el tráfico de armas…, el crimen organizado transnacional y otras amenazas, así como para el desarme, la no proliferación de armas nucleares y de destrucción masiva, y el desminado”, “El intercambio de información y de experiencias en materia de defensa” y “La cooperación para el fortalecimiento de la seguridad ciudadana”.
Tiene una estructura conformada por: El Consejo de Jefes de Estado y de Gobierno, el Consejo de Ministros de Relaciones Exteriores, el Consejo de Delegados (ubicada en Cochabamba) y la Secretaría General (ubicada en Quito). Y posee otras instancias de las cuales nos interesa destacar el Centro de Estudios Estratégicos de Defensa (CEED - CDS) y el Consejo de Defensa Suramericano. El CEED-CDS fue creado en el año 2009 y tiene su sede, al igual que UNASUR, en Quito, Ecuador. Su propósito es “generar un pensamiento estratégico a nivel regional que ayude a la coordinación y armonización en materia de políticas de Defensa en Suramérica”. Entre sus objetivos específicos están: construir una visión común en materia de defensa, articular posiciones regionales en foros multilaterales sobre defensa, cooperar regionalmente en materia de defensa y apoyar acciones de desminado, prevención, mitigación y asistencia a víctimas de desastres naturales.
Junto con este Centro fue constituido también el Consejo de Defensa Suramericano (CODESUR) que se encarga de la instrumentación de “políticas de defensa en materia de cooperación militar, acciones humanitarias y operaciones de paz, industria y tecnología de la Defensa, formación y capacitación”. Además de los objetivos que tiene el centro se agrega la consolidación de una zona de paz suramericana. Si se considera que uno de los propósitos de UNASUR está relacionado con la seguridad ciudadana, la mitigación y asistencia a víctimas de desastres, estos (propósitos) pueden ser extendidos también al ámbito socio-político por ser una amenaza a la paz regional cuando la población sea afectada por una circunstancia excepcional. Pero a esto volveremos más adelante.
Esta organización una vez constituida se fue desarrollando progresivamente a pesar de los problemas políticos iniciales a raíz de la crisis fronteriza que afectó a Colombia, Ecuador y Venezuela, pero entró en una fase de decadencia prematura y progresiva a partir del año 2014 hasta su parálisis funcional actual.
SITUACIÓN ACTUAL DE UNASUR Y SU INSTANCIA MILITAR
Como ya indicamos en la introducción, la UNASUR ha estado confrontando problemas de funcionamiento que han llevado a que en abril del presente año, gran parte de sus Estados miembros (Argentina, Brasil, Colombia, Chile, Paraguay y Perú) suspendieran su participación en el organismo debido a desacuerdos insalvables sobre su funcionamiento. Además de lo indicado en los días pasados se ha dado a conocer, además, la falta de recursos que padece esa organización así como otros problemas de naturaleza administrativa[3]. En la actualidad esta organización la preside Bolivia.
Teniendo esto presente, desde el punto de vista estructural, podemos decir que el Consejo de Jefes de Estado está inactivo y, por consiguiente, el Consejo de Ministros de Relaciones Exteriores, el Consejo de Delegados podría operar en función de la existencia de estertores (Venezuela, Bolivia y en menor medida otros delegados que no han sido destituidos o relevados) y la Secretaría General que padece de problemas administrativos se encuentra, al parecer, paralizada burocráticamente. Las otras dos instancias, es decir, el CEED - CDS y el CODESUR por su naturaleza de ser instrumentos de la política deben haber seguido las mismas aguas que los Consejos. En esta situación es conveniente comparar esta estructura con los objetivos específicos que destaque previamente relativo a la seguridad debido a que pretendemos indicar que la instancia militar fue un obstáculo que limitó la concreción de los objetivos de esta organización. En el cuadro que se muestra a continuación se señala sintéticamente la estructura de UNASUR  con sus objetivos relativos a la seguridad y cómo se articula con las instancias de defensa. 

Como se observa en el cuadro hay una articulación entre las instancias políticas y la militar, pero el propósito se orienta a la ‘coordinación’, ‘intercambio’ y ‘cooperación’ desde el punto de vista político y la ‘construcción’, ‘cooperación’, ‘articulación’ y ‘apoyo’ en el plano militar. Colocar, en primer lugar, la palabra ‘construcción’ se debe a que se buscaba crear algo diferente en una región donde existía una conexión entre la estructura militar y la estructura productiva a diferencia del caso venezolano donde su estructura productiva basada en la extracción de petróleo estaba conectada con la estructura global de producción. Este aspecto es conveniente tenerlo en cuenta debido a que si bien la cooperación, el apoyo y la articulación se practicaron durante la existencia efectiva de UNASUR y CODESUR,  en la práctica estas actividades siempre se han producido a nivel regional. Dicho de otra manera, en el resto de la región, la institución militar obedecía a una cultura organizacional de naturaleza diferente a la institución militar venezolana.
La ‘construcción’ dependía de la profundización del modelo político de desarrollo en la región y ello no se logró ni siquiera en países como Brasil y Argentina donde se hicieron importantes esfuerzos para lograrlo. ¿Qué se quiere decir con ello? Que en esos países a pesar de la presión política y sus efectos en la estructura militar, no se logró permear ni penetrar ideológicamente dicha institución, con lo cual UNASUR y CODESUR actuaron como foros políticos de manera desarticulada desde sus orígenes y no fue capaz de construir una doctrina militar común de una característica ideológica ajena a la región que ahora se nos presenta como una ventaja desde la perspectiva regional. Esto nos lleva al último punto de nuestra exposición.
UNASUR-CODESUR como medios para destrabar la situación política regional con miras a la solución de la crisis venezolana
Con los cambios de gobierno en la región se produjo un realineamiento de la política con la actividad productiva y consecuentemente, con la institución militar en cada uno de los países donde se ha producido el cambio político. Es decir, si la cooperación, coordinación, apoyo, articulación han sido prácticas que podemos decir consuetudinarias entre las instituciones militares en el ámbito regional, incluso hasta en los momentos más críticos, UNASUR-CODESUR sólo declararon normativamente una práctica que se puede reproducir con o sin la existencia de esa organización. Estas acciones políticas, de alguna u otra manera se han estado ejecutando en los Estados fronterizos con Venezuela debido al tema de los ‘migrantes forzados’, a nivel regional en lo concerniente a “la lucha contra la corrupción, el problema de las drogas, la trata de personas [vistas como migrantes forzados]…, el crimen organizado transnacional y otras amenazas…”, y a escala continental y global en lo concerniente a la lucha contra el terrorismo, la corrupción, el problema mundial de las drogas,…, el tráfico de armas…, el crimen organizado transnacional y otras amenazas…”. La pregunta que surge, es ¿hasta qué punto esos temas son susceptibles de ser manejados militarmente?
Si se considera que la tiranía en Venezuela ha manejado esos temas junto con otros bajo el concepto de ‘guerra de cuarta generación’ que ha obligado a la clase dirigente a emplear a los militares en tareas que no son de su esencia constitutiva bajo el concepto de ‘defensa integral’ abarcando un conjunto de acciones militares y que van más allá de lo militar siguiendo los criterios establecidos por Qiao y Wang en ‘Unrestricted Warfare’[4], entonces UNASUR-CODESUR pueden ser usados para restablecer la paz y la seguridad regional siguiendo los mismos parámetros doctrinales venezolanos.
En esas circunstancias, el nombre de UNASUR y CODESUR puede ser usado como un medio para la “coordinación [en] la lucha contra el terrorismo, la corrupción, el problema mundial de las drogas, la trata de personas, el tráfico de armas…, el crimen organizado transnacional y otras amenazas,…” y “La cooperación para el fortalecimiento de la seguridad ciudadana”. Así pues, dada su parálisis institucional, cualquier Estado miembro podría invocarla y convocar a los miembros que no están incumpliendo (o apoyando el incumplimiento) con el propósito constitutivo de esa congregación política para promover la reestructuración del organismo y crear las condiciones de posibilidad para destrabar la situación política internacional en el ámbito regional dado el creciente potencial de desestabilización que produce la migración forzada de venezolanos por la situación socio-económica del país creada por causa políticas que han generado asimetrías socio-políticas que se evidencian, en primer lugar, en la creciente desigualdad económica, la exclusión social y la falta de participación ciudadana, en segundo lugar, en la interrupción del orden democrático y, en tercer lugar, en el debilitamiento de la soberanía e independencia del Estado al favorecer la injerencia de entidades extrarregionales en los asuntos internos venezolanos.
COROLARIO
En la consideración de esta propuesta hay que tener presente que la crisis nicaragüense se mantiene en un punto muerto, los mensajeros de la tiranía en Venezuela están haciendo público los escenarios de guerra que están manejando (quizás para tratar de mantener la cohesión dentro de sus filas) y presuntamente el representante del foro de São Paulo en Colombia pretende realizar una demostración de fuerza para reducir la capacidad de maniobra internacional del nuevo presidente colombiano. En cierta forma está en curso la Operación Escorpión desde el mismo momento que se evidencia que está en curso una maniobra cuyo propósito ganar tiempo mientras en México se produce el cambio de gobierno[5].


[1] Sobre la corrupción hemos adelantado un trabajo que puede ayudar a complementar lo aquí descrito. Ver al respecto: LA CORRUPCIÓN COMO ARMA DE DESTRUCCIÓN DEL ORDEN POLÍTICO EN VENEZUELA en: http://edgareblancocarrero.blogspot.com/2018/05/la-corrupcion-como-arma-de-destruccion.html
[2] Sobre esta organización ver: https://www.unasursg.org/es
[4] Ver al respecto: QIAO, L y WANG, X. (1999). Unrestricted Warfare. Beijing: PLA Literature and Arts Publishing House. [Documento en Línea]. Disponible: http://www.c4i.org/unrestricted.pdf
[5] Ver al respecto: “OPERACIÓN ESCORPIÓN: LA CRISIS DE LA CORBETA “CALDAS” EN UNA VISIÓN PROSPECTIVA” en http://edgareblancocarrero.blogspot.com/2014/07/operacion-escorpion-la-crisis-de-la.html

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